1ºjornadas regionales y 3º internas de antropología del noa

816

Upload: gerardo-daniel-saiquita

Post on 27-Sep-2015

48 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Actas de trabajos presentados en las Jornadas de Antropología organizadas en el año 2014. Universidad Nacional de Salta

TRANSCRIPT

  • I JORNADAS REGIONALES &III JORNADAS INTERNASDE ANTROPOLOGA DEL NOASALTA, 2014

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    Titulo: I Jornadas Regionales & III Jornadas Internas de Antropologa del NOA

    Coordinador Editorial: Gerardo Daniel SaiquitaRevisin: Gerardo Daniel Saiquita

    Diseo: Juan Manuel GimnezDiagramacin y Compaginacin: Juan Manuel Gimnez

    2014: by Universidad Nacional de Salta Buenos Aires 177 Salta Capital CP 4400 Arg. Tel.: 0387-4258707 Fax: 0387-4325745 E-mail: [email protected]; [email protected]: www.seu.unsa.edu.ar

    Edicin: 1ra. Edicin.

    EUNSa Editorial de la Universidad Nacional de Salta Direccin: Mgs. Hugo Morales, Secretario de Extensin Universitaria / a cargo. Registros: Juan Carlos Palavecino

    Buliubasich, E. Catalina 1ras Jornadas regionales de Antropologa del NOA y 3ra Jorndas internas de la carrera de Antropologa / E. Catalina Buliubasich y Vito Francisco Marquez. - 1a ed. - Salta : Universidad Nacional de Salta, 2014.795 p. ; 0x0 cm.

    ISBN 978-987-633-115-9

    1. Antropologa. 2. Cultura. 3. Ciencias Sociales. I. Marquez, Vito Francisco II. TtuloCDD 306

    Fecha de catalogacin: 06/05/2014

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723

    Impreso en Argentina Printed in Argentina Queda prohibida la reproduccin total o parcial del texto de la presente obra en cualquiera de sus formas, electrnica o mecnica, sin el consentimiento previo y escrito del autor.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA

    AUTORIDADES

    Rector:Cr. VCTOR HUGO CLAROS

    Vice-rector:Dr. MIGUEL NGEL BOSO

    Secretario de Extensin Universitaria:Prof. DARO BARRIOS

    FACULTAD DE HUMANIDADES

    Decana:Esp. LILIANA FORTUNY

    Vice-Decano:Mg. MARCELO MARCHIONI

    Directora de Escuela de Antropologa:Dr. CATALINA BULIUBASICH

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    COMISIN ORGANIZADORA

    Catalina Buliubasich

    Norma Naharro

    Andrea Villagrn

    Andrea Flores

    Mabel Mamani

    Claudia Subelza

    Mara Eugenia Surez

    Cecilia Espinosa

    Pablo Cosso

    Amrico Zabala

    Luis Fernndez

    Gerardo Saiquita

    Emilio Acho

    Miguel Costilla

    Javier Baspineiro

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    COLABORADORES

    Melisa Escosteguy Javier Piraino Juan Cruz RodrguezJuan Emilio Tolaba Sofa Garzn Emilio Acho Jos Luna

    Aldana Colqui Deborah aiz Luca Luna FigueroaJuan Manuel Ferrero Aldo Maza Maximiliano Mamani

    Carla Mastrandrea Lucrecia Monjes Baeza Fabiana GonzalesJessica Meriles Mara Cecilia Castellanos Macarena OssolaCsar Alejo Noem Ailan Sofa Ros Mara Agustina Aguirre

    Lara Candia Sainz Camila Igarzbal Saborida.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PRESENTACIN

    Siempre ser motivo de celebracin que la voluntad y el esfuerzo de docentes, graduados y estudiantes confluyan en la creacin de un espacio para compartir las experiencias de investigacin y donde se propicie la discusin de los conoci-mientos producidos. Esto fue as tanto en 2003, cuando se realizaron las primeras Jornadas de Antropologa como en el ao 2008 en la segunda edicin de dichas Jornadas. El hecho de que en esta oportunidad podamos decir que el presente esfuerzo es una continuidad de aquellas confluencias y, al mismo tiempo, una pro-puesta nueva de alcance regional, por los trabajos recibidos y compartidos, slo amplifica los motivos para la celebracin.

    El mvil principal de este emprendimiento fue la necesidad e inters de dar a conocer la produccin acadmica de la regin sobre temticas antropolgicas. Esto se pens abriendo la discusin a perspectivas y abordajes que no necesaria-mente provenan de la Antropologa sino que trabajaban en dilogo con la Antro-pologa diversos aspectos de la realidad social. Lo cual permiti que se desdibujen creativamente las fronteras disciplinares y que ello enriquezca el debate, la ex-posicin de los trabajos y las muestras artsticas/audiovisuales, y que se expres tambin en la informalidad de los pasillos y tiempos intermedios a lo largo de los tres das que duraron las Jornadas.

    Sabemos que mucho de lo acontecido en esos das no est registrado aqu, sin embargo esperamos que, al menos, una buena parte de esa rica experiencia se vea reflejada en estas pginas. Asimismo, apostamos a que esta publicacin responda a las expectativas de los autores y logre cautivar a los lectores.

    Para finalizar solo resta hacer pblico el agradecimiento a quienes hicieron po-sible este trabajo; a Catalina Buliubasich y Vito Mrquez por la confianza y el apoyo desde la Escuela de Antropologa. A Juan Gimnez por el arte y la paciencia. A los miembros de la Comisin Organizadora que colaboraron en distintos momentos y de distintas formas, y a todos los autores que confiaron en esta publicacin para difundir sus reflexiones acadmicas.

    Gerardo D. Saiquita (Coord.)

  • A la memoria de Osvaldo Maidana y Marcelo Marchionni

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    NDICE

    PANELESCONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA 16

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea [Jos M. NAHARRO] ........................................... 17

    Antropologa y Arqueologa: Mishmiando el hilo de una historia [Daniel D. DELFINO] ........ 39

    Batallas por la antropologa. Reflexiones al borde de los treinta aos de la Carrera de Antropologa de la Universidad Nacional de Jujuy [Gabriela A. KARASIK] .......................... 46

    EXTRACTIVISMO: IMPACTOS NEGADOS Y PROCESOS DE RESISTENCIA 54

    Calidoscopios de la salud: derechos y polticas de reconocimiento indgena en el Chaco Salteo [Mariana I. LORENZETTI] ........................................................................................... 55

    RELIGIN Y RELIGIOSIDADES PERSPECTIVAS Y EXPERIENCIAS DE TRABAJO EN EL NOA 70

    Religiosidad popular en el norte argentino, un sistema de creencias mltiples. Religin, religiosidad popular, rituales y canonizaciones populares [Mara Cristina BIANCHETTI] ..... 71

    MESAS TEMTICASPOLTICAS, ESTADO Y DERECHO 87

    Consideraciones acerca de la articulacin entre la poltica y la vida en Catamarca: derivas de un itinerario biopoltico [Ana ABONDANZA - Mariela PISTARELLI] ................................. 88

    Polticas y prcticas estatales vinculadas con el acceso y tenencia de la tierra en el Umbral al Chaco de la provincia de Jujuy [Roco NUEZ] ................................................................101

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PROBLEMTICAS URBANAS, ESPACIO Y HBITAT 115

    No me mires a los ojos si no quieres ver rojos: Representaciones Sociales sobre las drogas y su consumo en el espacio urbano salteo [Leandro ARCE DE PIERO] ..................116

    El turismo en el NOA. Lgicas socio-espaciales y polticas estticas sobre el Destino Norte Argentino (1991 2013). El caso de Cachi (provincia de Salta) [Anala BRIZUELA] ..........127

    La ciudad saltea en las crnicas urbanas de Andolfi [Elda CAMPOS] ...............................150

    Desigualdad, pobreza y control social en la prensa grfica saltea [Silvia CASTILLO] .......162

    Algunas claves para pensar sobre jvenes en los mrgenes [Martn MIRANDA] ..............173

    Personas Vivas, Muertos Sociales. Indigencia en la actual ciudad de Salta[Luis FERNANDEZ] ................................................................................................................187

    No saba que sentan siendo pobres no los haba escuchado. Un estudio que indaga en voces y expresiones de personas de sectores populares [Natacha GENTILE] ....................198

    RELIGIN, RELIGIOSIDAD Y RITUALES 213

    Mltiples perspectivas en torno a la apropiacin social de un sitio arqueolgico: Pueblo Perdido de la Quebrada como espacio de reflexin [Deolinda BARRIONUEVO - Antonela NAGEL] ..................................................................................................................................214

    Carnaval en la Casa Hacienda: El caso de San Francisco de Yavi (1930-1940)[Marcela CANELADA] ...........................................................................................................227

    Alabanza y Adoracin. Algunas consideraciones acerca de los ritos pentecostales en templos evanglicos. Salta 2014 [Juan CASIMIRO] ............................................................245

    Plantas sagradas en el contexto del curanderismo popular: dos ejemplos latinoamericanos [Gretel ECHAZ - Eugenia FLORES - Carl CAREW] ..............................................................259

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    El proceso de conversin: creencia, mal y testimonio. Un estudio de caso en la Iglesia Universal del Reino de Dios [Gerardo SAIQUITA] ................................................................280

    El Chuschacuchuy y el Bautismo Andino [Amalia VARGAS] ................................................302

    SALUD Y EDUCACIN 319

    Ceguera y Fotografa. Fotografas de personas ciegas que ven [Valentina AHUMADA] ....320

    La interculturalidad en la formacin del personal de salud [Mnica SACCHI - Alejandra BERGAGNA - Karina CARRIZO] ............................................................................................335

    Entre el registro etnogrfico y las narrativas de los estudiantes del profesorado de Educacin Primaria [Elina CADENA] .....................................................................................355

    Los programas de Educacin Intercultural Bilinge (EIB) y la participacin indgena. Actores, escenarios y desafos [Mara Haydee RUIZ AUAD - Macarena OSSOLA] ...........................363

    AVANCES Y PROBLEMTICAS DE INVESTIGACIN EN LA ARQUEOLOGA DEL NOA 377

    El pasado indgena tafinisto: Analizando los tiempos del Imperio Inca[Brbara MANASSE] .............................................................................................................378

    Breve reflexin acerca de cmo encarar desde el principio una investigacin arqueolgica [Cecilia MERCURI] ................................................................................................................397

    Continuidades y cambios en la tecnologa ltica de los cazadores recolectores de la puna de Palta: los casos del valle de San Antonio de los Cobres y la Cuenca de Pastos Grandes [Federico RESTIFO] ................................................................................................................409

    La produccin ltica en contextos tardos de la Quebrada del Toro [Silvia SORIA - Claudia MACORITTO TORCIVIA] ........................................................................................................426

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    ANTROPOLOGA, PERFORMANCE Y CORPORALIDADES 441

    El cuerpo en la danza como performance y el cuerpo en la cotidianidad: Danza Brasilera en el Valle de Lerma (Provincia de Salta) [Grit KOELTZSCH] .....................................................442

    GNERO, CUERPO Y SEXUALIDAD 458

    De nene o de nena? El rol de gnero hombre/mujer, como mediacin en las interacciones entre las infancias y la TV. Un estudio de recepcin en San Miguel de Tucumn[Cynthia JUREZ] ..................................................................................................................459

    La construccin de la realidad: Mujeres, Fotos y fotgrafos y una tradicin inventada, Salta 1880- 1930 [Liliana HURTADO] .............................................................................................476

    Apenas un teatro de signos? La cuestin del gnero en El Extranjero [sic], de Mara Rosa Lojo: slo una aproximacin [Csar JUREZ] ......................................................................502

    Gnero y formacin: una mirada desde el anlisis de las prcticas que forman a docentes [Sara ORELLANA - Mara Gabriela SORIA] ..........................................................................511

    La fecundidad elevada como factor de riesgo: una cuestin moral y poltica[Ana PREZ DECLERCQ] ........................................................................................................522

    Alcanzar la casa: nuevas subjetividades y perspectiva de gnero. El caso del Barrio Congreso Nacional - San Jos de los Cerrillos - Salta [Ana PUCCI OLLETA] ......................539

    Relatos de masculinidad [Mara de los ngeles VILTE] .......................................................559

    DISCUSIN Y PROBLEMTICA EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL 576

    Dinamismo y accin poltica en las construcciones en torno al patrimonio. Anlisis normativo y de un modelo posible de gestin [Florencia BOASSO] ....................................577

    Efectos actuales de la actividad turstica en el Patrimonio Pictrico Colonial de la ciudad de Salta [Samanta FERNNDEZ] ...............................................................................................593

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    Diagnstico y Monitoreo en Arte Rupestre del Parque Nacional Los Cardones (Pcia. de Salta) [Nicols MAIOLI - Roberto MOLINARI] ......................................................................607

    Dinmica de consulta y participacin entre arquelogos y pueblos originarios en la Sierra del Chai [Silvia SORIA - Micaela DURN - Fernanda LPEZ - Claudia MACORITTO TORCIVIA] .............................................................................................................................624

    Nuevos territorios tursticos en el NOA: la promocin del patrimonio en los confines tursticos de las provincias de Salta y Jujuy [Claudia TRONCOSO] ...................................638

    SIMPOSIOSRELACIN PASADO-PRESENTE: TENSIONES Y CONVERGENCIAS DISCIPLINARES 659

    tica y memoria en Walter Benjamin y Emmanuel Levinas: las voces perdidas del pasado como fuente de crtica a la historia y la antropologa del siglo XX [Facundo CHAILE] ........660

    Qu pas el 6 de julio? Entre memorias, homenajes y marcas territoriales[Pablo CHOQUE] ....................................................................................................................669

    Batalla de Salta: sentidos y conmemoraciones de un acontecimiento en disputa[Luciana DIMARCO] ..............................................................................................................688

    Movimiento indgena, tierra y comunismo en la Puna: un abordaje interdisciplinario [Diana LENTON - Luis PIAGGI - Vernica SELDES - Isabel SALAS] .....................................707

    Fuentes documentales para la identificacin de la mina arqueolgica San Francisco de Ass. Minera y resistencia indgena en el Nevado de Acay, departamento los Andes, Salta-Argentina [Pablo MIGNONE] ................................................................................................717

    Bomboln y Aminan: Registros coloniales sobre una encomienda en Guachipas, Siglo XVII- XVIII [Mara Lujn ROSAS] ...................................................................................................734

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    DISCURSOS DE IDENTIDAD Y REGIN 752

    La construccin de los Otros externos y los Otros internos en torno a un mercado de trabajo agrcola [Soraya ATAIDE] .........................................................................................753

    La literatura plebeya en Salta a comienzos del siglo XXI [Juan DIAZ PAZ] .........................770

    Figuraciones de la ciudad y tensiones discursivas [Raquel GUZMN] ...............................784

    Apuntes para una demolicin anunciada [Elisa MOYANO] .................................................792

    El cine en clave regional [Susana RODRGUEZ] ...................................................................809

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PANELES

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    16

    COORDINADORA:

    Andrea Villagrn

    PANEL 1

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA

    Objetos, problemas y espacios antropolgicosen perspectiva histrica

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    17

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel Naharro

    Lo ms usual es que yo me acuerde deaquello que los otros me inducen a recordar,

    que su memoria venga en ayuda de la ma,que la ma se apoya en la de ellos

    (Maurice Halbwachs)

    RESUMEN

    Basado en la idea de Maurice Halbwachs respecto a que la memoria de ciertos eventos est so-portada en gran medida sobre las relaciones sociales que en ese momento estuvieron involucradas, este trabajo describe aspectos de los inicios de la antropologa en Salta.

    LA MEMORIA Y EL OLVIDO COMO FACTORES DE CONSTRUCCIN SOCIAL

    Aunque en muchos sentidos Halbwachs sea considerado hoy como un terico tangencial, sus planteos en torno a que la memoria no es algo estrictamente individual sino un producto esencial-mente social ha de servirnos aqu como raison dtre para enhebrar la cuestin que deseamos de-sarrollar a propsito de la etapa ms temprana de la antropologa saltea.

    Cul es el planteo de Halbwachs? O por lo menos, qu nos interesa al respecto de entre toda su argumentacin? Diramos que bsicamente tres cuestiones:

    La primera, obviamente, es la que acabamos de mencionar, su consabida insistencia en torno a que los recuerdos, si bien individuales, necesitan, para operar en cada uno de nosotros, de marcos sociales que los soporten.

    Lo segundo, es que no hay memoria sin olvido. Que no se recuerda todo o cualquier cosa, sino siempre algo en particular, y que ese algo en particular a su vez refiere, bien en forma directa, bien

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    18

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    en forma indirecta, a otros. Es decir, invariablemente remite a condiciones que suponen un colectivo.Y lo tercero, finalmente, que la memoria no tiene que ver tanto con el pasado como con el presen-

    te. Es una construccin representacional en funcin del hoy.Lo que queremos exponer aqu tiene que ver con esto, con un perodo casi olvidado de la antro-

    pologa saltea. Por qu casi olvidado? Porque cuando la memoria de una serie de hechos ya no tie-ne como soporte a su propio grupo, o cuando ese grupo ha quedado reducido a unos pocos nombres, como ocurre en la actualidad, el nico medio de salvarlos es fijarlos en una narracin, dado que si las palabras y los pensamientos se desvanecen, los escritos quedan.

    Traer a colacin las tres cuestiones que acabamos de mencionar es importante porque debe que-dar en claro que lo que estamos a punto de rememorar tuvo como marco a un dilogo entre ciertas figuras de la antropologa local y de la antropologa argentina que supuso condiciones ya desapare-cidas. Condiciones que actualmente slo quedan inscriptas en la memoria de unos pocos que tuvi-mos la fortuna de ser alumnos en aquellos das.

    El perodo fue muy breve. Abarca bsicamente los aos 73, 74 y 75, y lo que intenta mostrar es cmo un perfil disciplinar puede pasar del mbito de la memoria al mbito del olvido. Y de cmo los acontecimientos polticos de aquel entonces contribuyeron en ello.

    Pero poder hablar de esto, sin embargo, requerir de ciertas precisiones previas.

    ALGUNAS REFERENCIAS HISTRICAS NECESARIAS

    La creacin de universidades nacionales en el NOA respondi a un proyecto de desarrollo con-cebido durante el gobierno de Juan Carlos Ongana que contemplaba, entre otros aspectos, la regio-nalizacin de la educacin superior; bien fuera a travs de la creacin de universidades all donde las condiciones ya estuvieran dadas, bien fuera a travs del financiamiento de institutos de enseanza superior donde tal cosa an no fuera posible. Decisin que encontrara su consolidacin poltica en una reunin de gobernadores realizada en la regin en 1967, y que posibilitara que en el lapso de tres aos, entre 1970 y 1972, se erigieran universidades nacionales en Salta, en Jujuy, en Catamarca y en Santiago del Estero.

    En el caso especfico de Salta, haba ya una serie de factores que servan como coadyuvantes, entre los que cabra mencionar, por ejemplo, la presencia de carreras que se haban venido dictando bajo el auspicio de la Universidad Nacional de Tucumn, y que ahora pasaran al ejido de la nueva institucin.

    La carrera de antropologa, sin embargo, no estaba entre ellas. S haba antecedentes que involu-

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    19

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    craban a este tipo de actividad desde prcticamente principios del siglo XX, dado que Salta fue siem-pre un terreno privilegiado para la investigacin emprica con escenarios como la Puna, el Chaco y los Valles Calchaques. Pero la orientacin de la mayora de estos estudios, e incluso la organizacin local de museos e institutos a partir de los 40 y los 50, en algn caso con fuertes vinculaciones con el Instituto de Antropologa de la UNT1, tenda ms bien a una perspectiva descriptivista que -salvo la excepcin a la que aludiremos enseguida- no necesariamente se comprometa con las problemticas sociales de fondo.

    La carrera de antropologa, por lo tanto, en este sentido nacera como una carrera nueva con una fuerte inclinacin hacia aquellas cuestiones que en aquel entonces, y por una razn o por otra, algu-nas encubiertamente polticas, otras soslayadamente cientficas, permanecan silenciadas.

    Para muchos, de hecho, su acta fundacional estar dada por un acontecimiento que acaecera a mediados de 1973. Entre el 19 y el 22 de julio de ese ao se convoc a un simposio con el propsito de delinear su orientacin y definir su perfil curricular, evento que si bien haba sido originalmente previsto para el mes de mayo recin ahora congregara a nombres destacados no slo de la argentina sino tambin de Amrica Latina.

    Visto con la perspectiva que otorgan ya cuatro dcadas, podramos decir que en esa circunstancia estuvieron presentes distintos intereses, pero los ms claramente enfrentados estaban encarnados, por un lado, por quienes adscriban directa o indirectamente a la Sociedad Cientfica del NOA, pro-clives al enfoque que las investigaciones locales haban venido sosteniendo hasta el momento y, por otro, por quienes propugnaban, desde la antropologa social y no desde la etnologa, una renovacin no slo en los enfoques y en los temas, sino tambin -y quizs fundamentalmente- en las obligaciones de los investigadores para con los investigados.

    Dems est decir que esta ltima fue, justamente, la postura que prevalecera en los documen-tos resultantes. Documentos que, revisados hoy, muestran que quienes supieron imponer su pers-pectiva, si bien coincidiendo en lo esencial, distaban de armonizar en un todo, ya que los enfoques respecto a los problemas que los aunaban mostraban voces que no siempre explicaban la realidad desde el mismo lugar. Lo cual definira, a partir de ese momento, y por un breve lapso, la riqueza de los dilogos que queremos rescatar.

    1 Universidad Nacional de Tucumn.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    20

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    LA ANTROPOLOGA EN SALTA A PRINCIPIOS DE LOS 70: CAMPO, AGENTES Y DISCURSOS

    Si hace un momento nos servamos de Halbwachs para explicar la direccin de nuestro propsi-to, apelamos a que se nos conceda licencia tambin para recurrir a otra figura de las ciencias sociales francesas, alguien que no necesita presentacin porque su nombre est inscripto en los conceptos que utilizaremos para caracterizar someramente el campo, los agentes y los discursos que hicieron a ese fugaz momento de la antropologa saltea.2

    Si lo que nos interesan son las perspectivas tericas, lo lgico es que comencemos por considerar los discursos. Esto es, los lugares desde los cuales los agentes hablaban configurando una relacin de fuerzas.

    Al hacerlo de este modo, habr nombres que por supuesto quedarn de lado; pero no porque no merezcan ser considerados3, sino porque la aproximacin que hemos escogido no se basa en la reconstruccin de una nmina, sino en la consideracin de quienes manifestaban ms notoriamente determinadas posturas en torno al cmo y por qu de la disciplina. Cosa que se manifestara tanto en sus clases como en sus proyectos de investigacin.

    De lo expresado ms arriba queda claro que argumentar que la carrera de antropologa naci aqu con una orientacin terica nica y definida sera errneo, porque quienes fueron convocados en una u otra instancia no necesariamente tenan, pese a reconocerse todos como antroplogos socia-les, una misma historia.

    Comencemos, por mencionar inicialmente un nombre, con lo que no pudo ser pero aun as gravit.En una entrevista que le realizaran en abril de 2009 para el ciclo Trayectorias del Colegio de

    Graduados en Antropologa, Leopoldo Bartolom sorprenda a sus interlocutoras -Mercedes Hirsch, Debora Lanzeni y Soledad Torres Agero- con algo que la mayora desconoca: una de las primeras ofertas de trabajo que este antroplogo recibira sera la de ejercer en Salta.4

    Si este dato se ha podido traer de nuevo a la memoria por accin de la palabra del propio intere-sado -incluso con el detalle de que todo se frustr porque al volver de Wisconsin luego de doctorarse directamente se le ofreci crear en Misiones la carrera de antropologa social-, lo paradjico sera que si bien no lleg a formar parte de los primeros equipos efectivos de trabajo en nuestra universidad aquello que representaba dentro de la disciplina estuvo de todas maneras presente aqu.

    2 Nos referimos, obviamente, a Pierre Bourdieu.

    3 Vayan por ejemplo nuestras disculpas al Prof. Pablo Aznar; o a Federico Aguil, que supo desempearse como uno de los primeros responsables de organizar el rea acadmica de la carrera.

    4 http://www.cga.org.ar/trayectorias-12-leopoldo-bartolome

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    21

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    Tal cosa se puede explicar por una conjuncin de factores que se resuelven, por un lado, en el entramado de una serie de relaciones profesionales cuyo punto de interseccin local fue la figura de Luis Mara Gatti5. Y, por otro, en el hecho de que buena parte de los primeros antroplogos sociales que investigaran distintas problemticas de este tenor en diferentes contextos del interior del pas compartieran sendas formativas comparables.

    Corriendo el riesgo de disentir demasiado con lo que suele ser un supuesto dominante, diramos que algo que aunaba a buena parte de los profesionales de aquel momento era su formacin disci-plinar en el exterior, y no tanto su relacin acadmica con los grandes centros de la disciplina de ese entonces. Los lugares elegidos eran, generalmente, y en este orden, Estados Unidos, Francia, Mxico y Brasil.

    Gatti, por ejemplo, haba obtenido un grado en historia por la Universidad Nacional de Crdoba, pero su maestra en antropologa y su formacin definitiva como antroplogo se debieron funda-mentalmente al pas carioca. En Crdoba haba realizado investigaciones con Jos Cruz, pero sera su posgrado con Moacir Palmeira en el Museo Nacional de la Universidad Federal de Ro de Janeiro lo que orientara definitivamente sus intereses hacia los estudios rurales.6

    Esta cuestin, lo rural, y en particular las formas de trabajo y explotacin que all encontramos, sumado a la manera en que distintas instancias sociales se articulan entre s, llegaron a configurar en ese momento el espacio propio de la antropologa social, por oposicin a aquella otra versin de la disciplina, en ese entonces dominante, que prefera las temticas etnolgicas clsicas.

    Prueba de ello fue la realizacin, con pocos meses de diferencia, de dos eventos que tendran como convocantes primero a Esther Hermitte en Buenos Aires con su Grupo de Trabajo sobre Procesos de Articulacin Social, en julio de 1974, y despus, en septiembre de ese mismo ao, a Hebe Vessuri en Tucumn con su Seminario sobre explotacin agrcola.

    Cuando se revisa la lista de trabajos y expositores de ambas reuniones salta a la vista un rea de intereses muy precisa que obligaba a intercambios entre personas que, por su formacin en distintas tradiciones, haban llegado a estas temticas desde ngulos de anlisis muy distintos. Esther Hermit-te y Carlos Herrn se interesaban por los sistemas productivos de los artesanos textiles y de los cam-pesinos minifundistas de Catamarca; Hebe Vessuri y Carlos Bilbao por los obreros rurales y las con-diciones sociales derivadas de la explotacin azucarera en Tucumn; Eduardo Archetti y Kristi Anne Stlen por las estrategias puestas en prctica entre colonos del norte de Santa Fe para la transmisin de la tierra de una generacin a la siguiente; y Leopoldo Bartolom por los plantadores de Misiones.

    Luis Mara Gatti asistira a ambas, y en aquel entonces sus preocupaciones involucraban los peo-

    5 Nacido en Crdoba en 1942, Gatti contaba con poco ms de treinta aos cuando arrib a Salta para ensear antropologa.

    6 Su tesis de maestra consisti en una investigacin sobre sindicatos en Pernambuco, en el nordeste brasileo.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    22

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    nes y cosecheros de los caaverales salto-jujeos, lo cual temticamente lo acercaba ms a Vessuri. Pero tericamente estaba ms interesado en departir, por un lado, con Archetti y, por otro, con Her-mitte y Bartolom; circunstancia esta que trasladara inmediatamente a los cursos que por esa misma poca impartiera en Salta.

    Discutir los trabajos de Eduardo Archetti, por ese entonces doctorndose en Pars bajo la tute-la de Maurice Godelier, significaba aqu no slo adentrarse en el mundo de las relaciones sociales imperantes en Santa Cecilia, nombre que l haba dado a la colonia de agricultores friulanos que producan algodn en el Norte de Santa Fe, sino tambin profundizar en los grandes debates de la antropologa econmica francesa de esa dcada, o preguntarse en qu medida era aplicable en los distintos contextos rurales que nuestra realidad presentaba un modelo como el propuesto por Bour-dieu en Les stratgies matrimoniales dans le systme de reproduction.

    La consideracin de Hermitte, en cambio, transitaba por otros carriles. Le permita ms bien de-batir con la tradicin anglosajona, y en particular con la lnea manifiesta por quienes haban pasado, como ella, por el Departamento de Antropologa de la Universidad de Chicago.7

    Esther Hermitte haba vuelto al pas en 1965 despus de haber hecho sus posgrados all, pero su experiencia de investigacin en el Noroeste argentino no comenzara en Catamarca, sino que poda retrotraerse a 1957 y 1958, aos en que realizara dos breves trabajos de campo para estudiar las di-ferencias de pauta residencial y laboral entre puneos, humahuaqueos e inmigrantes bolivianos en Mina Aguilar. Lo cual la converta en una interlocutora ms compleja.

    Junto a Bartolom, en los 70 comenz a interesarse por las relaciones conectivas entre colectivos de diversa ndole y magnitud dentro del marco de nuestra complejidad social, dando lugar as a una problemtica que bajo la denominacin de procesos de articulacin social buscaba describir y explicar la manera en que se canalizaban ciertas formas de relacin en la dinmica general de un sistema social.

    Por aquel tiempo, hablar de sistemas sociales era en cierta forma adscribir, si bien no de mane-ra total, al menos en parte, a las herramientas conceptuales dominantes en la sociologa americana, adaptndolas despus al estudio de situaciones concretas donde la relacin entre grupos tnicos y sociedad mayoritaria, distintas clases sociales, sectores rurales y urbanos, o facciones intersectoriales entraban en procesos de contacto prolongado sin que tal cosa supusiera perder sus atributos diferen-ciales.

    Gatti se senta atrado ms bien por autores de inspiracin marxista, lo que alternaba con un marcado inters por algunos antroplogos latinoamericanos, como Guillermo Bonfil, despus su mentor en Mxico, pero pensaba que dialogar con otros enfoques distanciados del suyo en distinta

    7 Para poder ponderar qu significaba una formacin en Chicago, puede consultarse con provecho Stocking, 1980.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    23

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    medida poda contribuir a dar mejor cuenta de la intrincada textura de los fenmenos con que nos encontrbamos.8

    As, si en algn sentido se puede decir que el inters por lo rural defina el espacio de la antropo-loga social argentina de la primera mitad de los 70, su interpretacin terica en trminos de cmo explicarlo en cuanto realidad merece ms bien otra analoga: la de un sistema de posiciones o de relaciones entre posiciones donde haba, efectivamente, algo en juego. La posibilidad de que una determinada lectura de los hechos predominara por sobre las dems imponiendo sus formas de pro-blematizacin y, desde esa hegemona, al mismo tiempo influyera tambin sobre la construccin de determinados escenarios etnogrficos

    Que en aquel momento, en una institucin que recin naca, alguien presentara a sus alumnos estas discusiones, poniendo en cada caso el mismo esfuerzo y la misma dosis de crtica es, para ex-presar lo menos, loable; pero lo ms importante es que al hacerlo provey la red de relaciones sobre las que inicialmente se edific la carrera. Red de relaciones que la preexista, y que se fundaba tanto en la manera en que se haban vinculado determinadas trayectorias personales como en el esfuerzo que cada parte pona en su relacin con las dems por capitalizar a su favor.

    SALTA Y SUS ESCENARIOS ETNOGRFICOS

    Ver la antropologa social de los 70 en trminos de espacio y campo ayuda a entender, por lo tanto, y entre otras cosas, por qu emergieron aqu con fuerza determinados escenarios etnogrficos. Escenarios que, ms all de la diversidad cultural que efectivamente Salta presenta, son objetos cons-truidos desde una manera especfica de problematizar la realidad.

    As por ejemplo, si bien puede decirse que la antropologa se ha interesado siempre por los pue-blos originarios, la perspectiva desde la cual lo hace ha de variar segn el caso.

    El enfoque previo al perodo que nos interesa, y que despus retornara, no slo se caracterizaba por ser marcadamente descriptivista y fuertemente sesgado en la consideracin de las diferencias, sino que pretenda bajo el argumento de que lo importante no poda ser ms que dar cuenta de las costumbres en s- ignorar por completo todo lo que tuviera que ver con el impacto producido por las relaciones con la sociedad mayoritaria.

    Para ninguno de los enfoques tericos que hemos mencionado tal cosa era ahora aceptable y cada uno busc redefinirlo en funcin de nuevos intereses. Quienes lean ahora esta realidad desde el

    8 El punto a que poda obsesionarlo su labor queda reflejado en una carta que Gatti envi a Bonfil, su maestro, muchos aos despus cuando hacia trabajo de campo en el pas azteca. http://www.naya.org.ar/articulos/aldea.htm

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    24

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    materialismo histrico o desde las teoras sobre reproduccin social que empezaban a emerger en Francia pusieron el nfasis en los procesos de proletarizacin y las formas de explotacin; combinn-dolo, a veces, pero no siempre, con preocupaciones provenientes de algunos pensadores latinoame-ricanos, como la cuestin de todo aquello que afectaba la capacidad de decisin sobre los elementos culturales propios9. Planteos que, dejando de lado la cuestin especficamente tnica, se extenda tambin para quienes se interesaban por los grupos campesinos vinculados a procesos productivos en pequea o gran escala.

    Y por el contrario, quienes vean ms bien la cuestin en trminos de las preocupaciones mani-fiestas en los medios acadmicos americanos terminaran volcndose hacia las cuestiones adaptati-vas y las estrategias desarrolladas por los ms dbiles para poder conservar sus diferencias dentro de contextos que histricamente les haban sido adversos.

    A estos dos grandes temas, el de las poblaciones campesinas y el de los pueblos originarios, se sumara finalmente un tercero que se preocupara por la consideracin de grandes colectividades en procesos de migracin rural-urbanos. Cuestin que, con las salvedades del caso, del mismo modo poda ser enfocada desde una perspectiva como desde la otra, y que en Salta en particular ofreca varias alternativas.

    De entre todas ellas, la preferida sin lugar a dudas era la que tena que ver con la comunidad boliviana; pero tambin hubo quien se interes por otros colectivos de fuerte presencia en la provin-cia, sobre todo por su importancia en la esfera comercial, como el caso de los sirio-libaneses llegados al norte argentino tras la dispora posterior a la Primer Guerra Mundial; o el mucho menos notorio de los hindes trados aqu como personal de servicio para los ingenios azucareros. Pero tambin, y aunque en una escala asimismo reducida, la de las familias japonesas de origen rural arribadas tras el fin de la segunda conflagracin, o el de los pied noirs expulsados de Argelia tras su independencia de Francia en 1962.10

    9 Lo que ms tarde se conocera como teoras sobre el control cultural.

    10 Mote que se aplicaba a los ciudadanos de origen europeo que se vieron obligados a salir del pas en esa circunstancia. La gran mayora se refugiara en Francia y en la Comunidad Valenciana, pero otros pensaron en tentar suerte con otros destinos, como el norte de la Repblica Argentina. En Salta los que no se radicaron en el interior se congregaron en torno a las actividades que en la capital desarrollaba la Alliance Franaise, y si bien mediando los 60 el trmino se usaba localmente para referirse en general a quienes presentaban esta condicin, inclua tambin a otros que en realidad eran harkis, denominacin dada a aque-llos musulmanes que haban apoyado la presencia francesa.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    25

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    PUNTOS DE QUIEBRE E IRRUPCIONES DEL OLVIDO

    Aparte de el de lingistas como Darrel Dewar o el de la folklorloga Susana Chertudi de la Uni-versidad de Buenos Aires, entre los nombres vinculados al simposio de 1973 figuraban tambin los de Manuel Marzal (Per), Bartolomeu Meli (Paraguay), Xavier Alb (Bolivia) y Camilo Boasso, que en aquel entonces representaba a una casa de altos estudios de San Juan.

    Si acabamos de planear que la figura de Luis Mara Gatti es importante para entender cmo se organiz la carrera en sus orgenes y qu se discuta en ella, porque en cierta forma l obraba como emergente local de la dinmica y de las preocupaciones que en ese entonces haba en la antropologa social argentina, a la figura de Boasso cabra, pese a no representar en ninguno de los perodos subsi-guientes un papel determinante o polticamente central, la de fungir como uno de los delgados hilos que con posterioridad permitira mantener viva esta posibilidad.

    Tambin con una formacin de posgrado en los Estados Unidos, y con experiencia laboral previa de casi una dcada all, Boasso era, junto con el de Gatti, Pablo Aznar y Federico Aguil, uno de los nombres de referencia para quienes comenzbamos a estudiar, si bien sus obligaciones originalmen-te se dividan entre la antropologa y la atencin de una ctedra de sociologa que se dictaba en el entonces Departamento de Ciencias Econmicas.11

    Esta situacin jug en un principio como un factor limitante respecto al ncleo duro de do-centes de la carrera, que gravitaba mucho ms, pero paradjicamente semejante desventaja inicial se transformara despus en una de las razones que le permitiran permanecer en los planteles de la universidad tras los hechos que se desencadenaran, primero, con la muerte del Presidente Juan Domingo Pern y, despus, con la interrupcin del proceso democrtico.

    Pern muere a principios de julio de 1974, y a modo de preanuncio de lo que esto significara, sus funerales afectarn ya al Grupo de Trabajo sobre Procesos de Articulacin Social que haba previsto reunirse en el Centro de Investigaciones Sociales del Instituto DiTella. Hermitte relatar, aos des-pus, que pese a lo azaroso de las circunstancias y el tener que trasladar el evento a un domicilio particular la productividad no se vera afectada, pero algunas de las personas que all participaran, y que de algn modo articulaban el perfil de la antropologa en Salta, seguiran caminos distintos.

    Al iniciar 1975, por decisiones polticas en parte internas y en parte externas, Salta ver reducir poco a poco sus cuadros docentes, y convocar a un nuevo plantel de profesionales vinculados fun-damentalmente a la Universidad de Buenos Aires que rpidamente reorganizar el Plan de Estudios local en una direccin distinta de la que hasta ese entonces se haba previsto. La carrera ya no se orien-tar hacia la antropologa social, sino que con una visin ms etnolgica buscar ver en la diversi-

    11 Un dato que hoy escapa a muchos es que la carrera de antropologa como antropologa social se iniciara en 1974 en esa Facultad, para pasar recin en 1975 a depender de Humanidades (Ver al respecto las Res. 309/74 y 30/75).

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    26

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    dad social los fundamentos de una cultura na-cional. Proyecto que a su vez tambin tendra los das contados cuando los acontecimientos que se inician en marzo del 76 comenzaran, asimismo, aunque no de modo tan inmediato, a reclamar no slo su propia versin sobre el particular en las aulas, sino tambin la paula-tina extincin de estos estudios.

    En consonancia con la argumentacin que venimos desarrollando, en torno a que parte de la memoria de una institucin se soporta no slo en informes y herramientas resolutivas sino fun-damentalmente en las relaciones que las perso-nas sostienen a partir de su actividad, es obvio que estos dos ltimos momentos terminaran afectando muy seriamente a la antropologa en Salta, toda vez que en cada una de ellos buscara dar cuenta del anterior negndolo.

    Dentro de este contexto, Camilo Boas-so represent para algunos la posibilidad de mantenerse prximo a aquellas discusiones originales que problematizaban la cuestin social de una manera diferente.

    En su formacin incidiran las perspectivas tericas que desde el Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad de Harvard se haban difundido por todo Estados Unidos, y ciertas l-neas de pensamiento vinculadas a Columbia donde haba hecho su posgrado, lo cual matizaba con un profundo inters por la obra weberiana, por la cuestin del significado en la accin social, y por ciertos desarrollos que desde el pragmatismo y la filosofa analtica comenzaban a impactar sobre la antropologa de esa poca. As, mientras que en algunas clases de vocacin bormidiana se nos plan-teaba la necesidad de describir contenidos de conciencia, Boasso prefera ms bien hacernos dia-logar con Clifford Geertz, para la mayora de los antroplogos vernculos todava un desconocido12,

    12 Todava conservamos dos copias mimeografiadas de un par de traducciones de ctedra por l realizadas a fin de que pudiramos discutir ciertos temas. En un caso se trata de un conocido trabajo de Clifford Geertz aparecido originalmente en la revista Daedalus. En el otro, del influyente artculo de Paul Ricoeur publicado en Social Research en 1971: The model of the text. Meaningful action considered as a text. El mismo que despus llevara al autor de The Interpretation of Cultures (1973) a afirmar que la tarea fundamental de la antropologa era hacer etnografa inscribiendo discursos sociales.

    Camilo Boasso.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    27

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    o enfrentarnos a la cuestin de las implicancias que para la teora social contempornea poda tener aceptar al ltimo Wittgenstein.

    A diferencia de Gatti o Archetti no se senta atrado por la generacin de recambio de la antro-pologa social francesa, aquella que haba hecho sus armas en la etnografa rural norafricana y que haba terminado interesndose en la relacin dada entre formas de organizacin familiar campesinas y formas de reproduccin social, pero s poda hablar sin soslayos de algunos miembros importantes de la Escuela de Manchester. O de quien orientara a Hermitte durante su experiencia en Chiapas: Julian Pitt-Rivers. Lo cual haca de l una de las pocas posibilidades tendientes a poder continuar con una formacin encuadrada dentro de los viejos lineamientos.

    SOBRE LA FUNCIN DE UN MUSEO (O DE CMO LA ARQUEOLOGA PUEDE SER TAMBIN UNA OPCIN PARA PODER PRACTICAR ANTROPOLOGA SOCIAL)

    Otra de las alternativas, aunque parezca paradjico, y hoy resulte hasta extrao en cierto sentido, era hacer arqueologa.

    A partir del ao 75 el poder hacer prcticas sobre terreno en antropologa social dependi en mucho de un mbito si se quiere inesperado: lo que primero se conoci como el Museo de Arqueologa y Folklore y, con posterioridad, simplemente como Museo de Antropologa; medio natural, en aquel entonces, para hacer las prcticas de ciertas ctedras cuyo cometido ms obvio era el estudio y con-sideracin de las culturas precolombinas locales.

    Su organizacin y direccin estaba a cargo, en ese momento, de dos docentes permanentemente recordados por quienes fuimos sus alumnos: el profesor Osvaldo Maidana y el profesor Eduardo Ashur, cuya perspectiva del quehacer dentro de la especialidad resultara novedosa an hoy. Ambos afirmaban que trabajar en un yacimiento implicaba la responsabilidad no slo de ocuparse del pasa-do, sino tambin del presente. Concretamente, que antes de comenzar a trabajar en un sitio haba que ocuparse de las personas que podan vivir en las inmediaciones; labor sta que en la mayora de los casos poda insumir casi tanto tiempo, o a veces ms, que la propia prctica arqueolgica.

    Hace poco recordbamos, justamente, que como parte del equipo de un proyecto de investiga-cin de aquel entonces nos tocara relevar dos grupos de pinturas rupestres tardas vinculadas a las localidades de Guachipas y Alemania13, y que uno de ellos en especial presentaba la peculiaridad de haber sido resignificado por la gente del lugar; que dejaba a su vera restos de velas, cuencos con agua, morteros, pellones, cueros de animales, objetos personales, hojas de coca e incluso juguetes de nios.

    13 En lo arqueolgico, el antecedente inmediato a esta investigacin fue otra previa cuyos resultados Osvaldo Maidana publicara en 1968 [ver Bibliografa].

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    28

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    El relevamiento de ambos sitios, con los consabidos registros fotogrficos, demand poco ms de dos meses, pero estudiar por qu se dejaban estos objetos y qu relaciones im-plicaban a nivel social llevara mucho ms. Su etnografa todava estaba en marcha cuando se decidi, merced a los acontecimientos po-lticos que ya hemos aludido, cerrar el museo, desmantelar su laboratorio y sala de restau-racin, disolver sus grupos de trabajo y pasar a custodia de la provincia buena parte de sus archivos y colecciones.

    Qu se lleg a saber? Que para la concep-cin de los lugareos estos aleros resultaban ser un santuario, y que a partir de una serie de acontecimientos no lejanos que los ancia-nos ms memoriosos todava podan relatar con lujo de detalles, all se haban organizado espontneamente formas de pedir, prome-sar y agradecer que reuniendo antiguas creencias con nuevas necesidades involucraba sus propias razones, sus propios rituales y sus propios tiempos. Formas que -por decirlo as- corran de modo paralelo a los cultos oficialmente reconocidos por la Iglesia Catlica, y respecto de los cuales -hay que admitirlo tambin- no caba esperar menor devocin. La nica diferencia significati-va quizs resida en la particularidad de que aparte de remitir a referentes distintos (o en todo caso debido a eso) aquello que se poda requerir a estas imgenes no era, precisamente, lo mismo que se poda requerir a los santos. Todo habra comenzado en la dcada del treinta con una serie de conflic-tos entre residentes y dueos de tierras que slo cesaran cuando varias familias, ante el temor de ser expulsadas del paraje que ocupaban, deciden invocar la proteccin de las pinturas para poder seguir viviendo donde siempre lo haban hecho. Cuestin que tendra un impacto directo no slo sobre el afianzamiento de estas prcticas, sino fundamentalmente sobre la posibilidad de conservar por un tiempo ms determinadas estrategias de reproduccin social. Estrategias que involucraban desde ciertos derechos y obligaciones fuertemente enraizados en lazos de parentesco -como lo relativo a compartir pasturas y vientres- hasta un complejo rgimen de intercambios basados en un sistema de compromisos cuya metfora perfecta en trminos de correspondencias finalizaba plasmndose en la

    Osvaldo Maidana.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    29

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    relacin que estos hombres y mujeres mantenan con lo representado en la roca.14

    LOS ESPACIOS INSTITUCIONALES Y SUS RELACIONES

    Pero el museo no ofreca solamente esto. Gracias a nuestra labor all pudimos conocer perso-nalmente a figuras de la arqueologa como Juan Schobinger o Alberto Rex Gonzlez, y asimismo a etngrafos como Jehan Vellard.

    Si se menciona su nombre, lo que suele salir a colacin es que en algn momento fue Director del Museo Etnogrfico de Buenos Aires, profesor de Etnologa Americana y Miembro de la Academia de Ciencias de Francia, pero aqu se le considerar ms bien por otras razones.

    Sus primeros contactos con la carrera de antropologa en Salta estuvieron motivados por su sa-bido inters en torno a la situacin de las poblaciones de origen andino en la regin, dado que tena en ya vistas la publicacin de lo que despus aparecera bajo el ttulo de El hombre y los Andes (1981), y especulaba con la posibilidad de incluir un apndice referido a una serie de tpicos locales; lo cual finalmente no ocurri.

    La segunda oportunidad, ya cerrada la institucin de la calle Alvarado, se dara a travs una cte-dra que lo invitara a hablar sobre aquellos temas que hicieron a sus viajes por Paraguay, Per, Brasil y el altiplano boliviano, y que Vellard en determinado momento decidi concentrar nicamente en una experiencia: la que en la dcada de los 30 lo haba llevado a ser el compaero de viajes de Claude Lvi-Strauss, de su esposa Dina y de uno de los fundadores de la Associao Brasileira de Antropo-logia, Luiz de Castro Fara.

    Munido as de filmaciones y fotografas que ms tarde dejara aqu, se servira de la curiosidad de sus jvenes escuchas para volver a traer a colacin ciertos temas tericos que no se haban tratado desde los inicios de la carrera, y que finalmente llevara a los asistentes a interrogar ms sobre el par-ticular que sobre cualquier otro asunto; incluidas las contribuciones del propio Vellard.

    14 Si bien las primeras noticias sobre la existencia de grabados y pinturas en esta rea se remontan a principios del siglo XX y se asocian a nombres como los de Eric Boman y Juan Bautista Ambrosetti, su localizacin precisa en algunas circunstancias recin tendra lugar a mediados de la dcada del sesenta. Entre otras razones, porque la gente de la zona las consideraba no solamente propias sino adems su vnculo ms importante con quienes antes que ellos haban habitado esas tierras, y en tal carcter prefera preservarlas de la mirada de los extraos mediante el silencio. Recelo ms que justificable si se tiene en con-sideracin que poco ms de dos dcadas despus de haber sido relevadas para aumentar los activos del patrimonio cultural provincial, y no mucho tiempo despus incluidas tambin como un recurso turstico, las prcticas a las que acabamos de aludir desapareceran callada y paulatinamente hasta extinguirse por completo, dejando as abiertos muchos interrogantes. Entre ellos, los de sus nexos ms profundos con otras creencias.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    30

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    Considerado en retrospectiva, hoy nos asalta la duda en torno a si su intencin no hubiera sido sta desde un principio, ya que si bien con tono diplomtico de todas maneras era bastante crtico respecto de las posturas que por aquel entonces pretendan hegemonizar la disciplina dentro de la Repblica Argentina.

    De haber sido as, quizs lo nico que no previ fue que su fama de naturalista y especialista en venenos tropicales fama que lo persegua desde la poca en que haba sido alumno de Paul Rivet15 lo precederan, por lo que al final su audiencia apenas alcanzara a una decena de alumnos; los pocos, en resumen, que o bien haban decidido obviar la aridez de ese dato tan poco prometedor, o bien conocan de antemano sus monografas sobre los urus y los guayaqus.

    En cualquier caso, lo que de todas maneras s obtendra fue la posibilidad de que un par de sal-teos le asistieran en sus pesquisas sobre la realidad social verncula, tanto en el rea valliserrana como en la regin chaquea, una circunstancia que l supo corresponder ofreciendo direcciones, o incluso sirviendo personalmente de nexo, para que estas personas pudieran despus establecer con-tacto con otras instituciones y grupos de investigacin en funcin de sus propios intereses.16

    El dato podra parecer puntual y anecdtico, pero como sealbamos recin, para las condicio-nes que atravesbamos en esos das poder volver a sacar a luz a tericos como Lvi-Strauss o hacer breves alusiones que directa o indirectamente conducan al Bourdieu de Argelia era sinnimo de rescatar algunas de las viejas discusiones con las que nos habamos iniciado en la disciplina. Y muy en particular, aquellas que tenan que ver con la escuela francesa.

    De hecho, la institucin dirigida por Osvaldo Maidana, que es la que inicialmente capitalizara el vnculo con Jehan Vellard, siempre haba manifestado buena disposicin hacia esta corriente, a pun-to de que entre 1975 y el momento de su lamentable disolucin en ms de una oportunidad llegara a organizar cursos breves, o a veces simplemente charlas, en ocasiones hasta informales, donde alguna de sus vertientes pudiera ponerse de manifiesto. Entre ellas, por ejemplo, una que ofreciera Rex Gon-zlez a propsito de una obra publicada por l en 1974: Arte, estructura y arqueologa, donde aparte de volver a reconocer las influencias recibidas a travs de Anthropologie Structurale se evidenciaban colateralmente tambin las debidas a Leroi-Gourhan17. Gesto con el que Gonzlez devolva la opor-tunidad que se le haba dado de tomar algunas instantneas de piezas albergadas en la Universidad Nacional de Salta para ilustrar en su libro casos de anatropismo.18

    15 Al respecto puede consultarse p.e. Bertholet, 2005, pp. 108 y 109.

    16 Particularmente con el Collge de France y el Museu Nacional da Quinta da Boa Vista en Brasil.

    17 Influencias, estas ltimas, que l lamentara haber menospreciado en el texto primigenio.

    18 La ms interesante de todas aparece fotografiada en la pgina 63 de la edicin original, misma que se menciona como procedente del Museo de Ciencias Naturales de Salta. Se trata de un hornillo de pipa hecho en cermica procedente de Antofagasta

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    31

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    Pero decir que haba buena disposicin no significa que no hubiese posturas propias respecto a cmo concebir el campo y los fines generales de la antropologa. Discpulo en su momento de Antonio Serrano, y heredero de una tradicin que localmente se preciaba remontar hasta Alfred Metraux19, quienes conocieron a Maidana saben que ms all de cualquier vinculacin acadmica u orientacin reflexiva jams renunci a sus orgenes, y que si algo realmente sign su vida y sus inte-reses fue ese compromiso sincero y permanente para con aquellas expresiones culturales de las que l mismo formaba parte.

    Haba comenzado en 1958 en la Universidad Nacional de Tucumn20, y bajo su gua recorrimos durante un par de aos buena parte de las provincias de Salta y Jujuy. Aunque tarde, nuestra casa recin buscara redimir viejos errores -o quizs hacer expirar antiguas culpas- nombrndolo Profesor Honorario una dcada atrs.

    MIRANDO HACIA ATRS: CUANDO LA MEMORIA SE DISIPA EN UN NUEVO CONTEXTO

    Para los aos 78 y 79, a medida que quedaban cada vez menos alumnos en la carrera, y debido a que determinadas materias ya no se volveran a dictar, la universidad volvi a prescindir de los servicios de determinados docentes hasta quedar con una planta mnima. Por ese entonces tambin algunos de nosotros logramos egresar, a veces habiendo perdido durante la elaboracin de nuestra tesis ms de un director, pero con la firme conviccin de que en la medida de lo posible, y tomando como ejemplo nuestro propio trabajo en el medio, en algn momento se pudiera convencer a las au-toridades acadmicas respecto a revertir la decisin que haba conducido al cierre de la carrera.

    Esto llev, entre otras razones, a que a principios de la dcada siguiente algunos de nosotros nos organizramos en la Asociacin Saltea de Antroplogos, instancia que desde su nacimiento bog por este cometido, mismo que recin se alcanzara a poco de volver la democracia cuando en septiembre

    de la Sierra. A partir de 1973 dicha pieza pasar a formar parte de las colecciones del Museo de Arqueologa y Folklore (antes De-partamento de Antropologa del Museo de Ciencias Naturales) y despus, desde 1976, del Museo de Antropologa. Al respecto, ver Resoluciones 426/73 y 282-I-76.

    19 Formado en Europa entre otros por Erland Nordenskild, Metraux fue contratado en 1928 para dirigir el Instituto de Etnologa y el Museo Etnogrfico la Universidad Nacional de Tucumn, desprendimiento de los cuales sera el Departamento de Antropologa en el Museo de Ciencias Naturales de Salta.

    20 En realidad tres aos antes, si se considera que entre 1955 y 1957 trabaj tambin con el Dr. Eduardo Casanova y con el Dr. Salvador Canals Frau como conservador en el Museo del Pucar de Tilcara.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    32

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    de 1984 se organiza una comisin mixta, con representantes tanto de la Asocia-cin como de la Universidad, destinada a resolver la reapertura.21

    Poner en marcha nuevamente la ca-rrera no fue fcil, pero el proceso se en-contraba encaminado ya para fines de esa dcada, momento en el que algunos pudimos volver a las aulas, pero esta vez como docentes, tras la realizacin de concursos regulares destinados a cubrir distintos cargos.

    Para quienes se iniciaban en esta nueva etapa, la informacin sobre la his-toria de la carrera en los aos iniciales era siempre difusa y fragmentaria por una razn generacional, ya que salvo conta-das excepciones quienes comenzaban a integrar ahora los nuevos staff de cte-dra haban iniciado sus estudios recin hacia 1975 o despus, con el agravante, todava, de que la situacin se agudiza-ra todava ms con la desaparicin fsi-ca de los docentes de aquella poca.

    Luis Mara Gatti, el Mumo, des-pus de emigrar a Mxico tras su paso por Salta todava mantendra contactos

    21 El instrumento en concreto era la Resolu-cin C.S. 424/84, cuyo Artculo 1 designaba como miembros a las siguientes personas: por el Claus-tro Docente, los profesores Camilo Boasso y Alcira Imazio; por la Asociacin Saltea de Antroplogos, los licenciados Jos Miguel Naharro y Nicols Vis-tas; y por el Centro nico de Estudiantes de Hu-manidades, la Srta. Ins del Portal y el Sr. Roberto Buman.

    Resolucin que da lugar a la constitucin de la Comisin Especial que en 1984 entender en el estudio de factibilidad para la reaper-tura de la carrera de antropologa.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    33

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    espordicos con algunos de sus viejos alumnos, pero tras una penosa enfermedad fallecera en Jalapa en enero de 1990. Camilo Boasso, que permaneca an como parte del plantel, morira inesperada-mente ocho aos despus; tambin durante un mes de enero22. Eduardo Ashur y Osvaldo Maidana, que tanto hicieron por mostrar que en arqueologa la importancia de un conjunto de restos no slo representa un pasado sino que tambin significa un presente, partiran en 2007 y 2014, respectiva-mente.

    Con quienes no se desempearon directamente como docentes aqu, pero tuvieron que ver con la historia de la antropologa saltea ocurrira otro tanto. Eduardo Archetti, que haba emigrado ya en 1976, fallecera en Oslo en 2005. Esther Hermitte, en ms de un sentido la fundadora de la antropo-loga social en la argentina, lo haba hecho quince aos antes23. Y nada ms ayer, durante la segunda mitad del 2013, desaparecera tambin Leopoldo Bartolom.

    La idea basal de Halbwachs respecto a la conservacin de la memoria es que a veces esta slo se sostiene a travs redes de relaciones como la que hemos tratado de reconstruir. A medida que quie-nes forman parte de ellas dejan su lugar a otros el capital mnemnico tiende a actualizarse adaptn-dose a la nueva situacin, y desde ese momento, poco a poco, lo que alguna vez fue corre el riesgo de dispersarse en el nuevo contexto para pasar a formar parte del olvido.

    Hace tan slo tres meses atrs, mientras entregbamos en el Departamento de Alumnos de nues-tra Facultad copia de un acta de exmenes, miembros de otras dos mesas todos alumnos nuestros all por los 90 se acercaron a saludar, refiriendo a que en la actualidad slo quedbamos tres per-sonas, que bajo el calificativo de histricos, pueden dar cuenta de lo ocurrido entre 1973 y 1975. Pensando en eso, y tambin en Halbwachs, es que decidimos que quizs haya llegado el momento de fijar esos recuerdos por otro medio: el que concede la escritura, dado que como decamos en un principio si las palabras y los pensamientos se desvanecen, los escritos quedan.

    22 Un 24 de enero de 1998.

    23 Muri en su departamento del barrio porteo de Palermo a la edad de 69 aos, en julio de 1990.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    34

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    BIBLIOGRAFA

    AAVV (1984) Estudio Socio-Econmico y Cultural de Salta. 3 vols., Salta: Consejo de Investiga-cin, Universidad Nacional de Salta.

    ALABARCES, Pablo (2008) Homenaje a un fundador: Eduardo Archetti. En: Horizontes An-tropolgicos, Porto Alegre, ao 14, n 30, pp. 255-257.

    ARCHETTI, Eduardo P. (1974) Presentacin. En: Chayanov, La organizacin de la unidad eco-nmica campesina. Bs. As.: Nueva Visin, pp. 7 a 21.

    ARCHETTI, Eduardo P. y Kristi Anne STLEN (1975) Explotacin familiar y acumulacin de capital en el campo argentino. Bs. As.: Siglo veintiuno editores.

    ARCHETTI, Eduardo P. (1977) La herencia entre los colonos del norte de Santa Fe. En: Her-mitte, Esther y Leopoldo J. Bartolom (comps.), Procesos de articulacin social. Bs. As.: Amorrortu editores, pp. 171 a 195.

    ASHUR, Eduardo M. & Terry HOOPS (2004) La crisis del agua en Salta: Entre la sequa y la inun-dacin. Center for Latin American and Caribbean Studies, Michigan State University.

    BARTOLOM, Leopoldo (1974a) The colonos of Apstoles: adaptive strategy and ethnicity in a Polish-Ukranian settlement in northeast Argentina, Tesis de Doctorado en Antropologa, Madison (Wis.), Universidad de Wisconsin.______________________ (1974b) Sistemas de actividad y estrategias adaptativas en la articulacin regional y nacional de colonias agrcolas tnicas: el caso de Apstoles (Misiones). Posadas: Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.______________________ (1987) Panorama y perspectivas de la antropologa social en la Ar-gentina. Desarrollo Econmico, 22 (87).

    BARTOLOM, Miguel Alberto (2007) (2002) Librar el camino: Relatos sobre antropologa y alteri-dad. Bs. As.: Editorial Antropofagia.

    BERTHOLET, Denis (2005) (2003) Claude Lvi-Strauss. Publicacions de la Universitat de Valncia. BILBAO, Santiago A. (1972) Investigacin sociocultural en una cooperativa agropecuaria de trabajo.

    Famaill (Tucumn): Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria.__________________ (1974) Investigacin y extensin en un rea de minifundio en el Depar-tamento Monteros, Provincia de Tucumn. Mecanografiado.

    BOASSO, Camilo A. (1979) Ciencia social y dimensin emprica del conocimiento. En: Socio-lgica, Revista Argentina de Ciencias Sociales, Excerpta n 2-3.__________________ (1980) El estructuralismo funcional de Parsons. Buenos Aires: Serie Estudios y Discusiones del Instituto de Ciencias Sociales (ICIS).__________________ (1992) Etimologas qhshwas de Eurasia a los Andes Centrales. En:

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    35

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    Cuadernos del GREDES n 13, Grupo de Estudios Socio-Demogrficos, Universidad Nacional de Salta.

    BONFIL BATALLA, Guillermo (1982) Mxico profundo: una civilizacin negada. Mxico: Edito-rial Grijalbo.

    BRMIDA, Marcelo (1976) Etnologa y fenomenologa. Ideas acerca de una hermenutica del extra-amiento. Bs. As.: Ediciones Cervantes.

    BOURDIEU, Pierre (1958) Sociologie de lAlgrie. Paris: Presses universitaires de France.__________________ (1972) Les stratgies matrimoniales dans le systme de reproduction, An-nales, ao 27, n 415.__________________ (1980) Le sens pratique. Paris: Les Editions de Minuit.

    CONCLUSIONES del Symposium de Antropologa realizado en Salta los das 19 a 22 de julio de 1973.

    DOCUMENTOS de la UNSa Boletn Oficial e Index de Resoluciones de la Universidad Na-cional de Salta [http://bo.unsa.edu.ar].

    DOLFUS, Ollivier (1996) Jehan Albert Vellard. En: Bull. Inst. fr. tudes andines, 25 (2), pp. 165 a 167. DOUGLAS, Mary (1996) (1986) Cmo piensan las instituciones. Madrid: Alianza Editorial. GARBULSKY, Edgardo (2000) Historia de la antropologa en la Argentina. En: Taborda. M.

    (comp.), Problemticas antropolgicas. Rosario: Laborde editor, pp. 11 a 43. GATTI, Luis Mara (1971) La nocin de excedente econmico. Ro de Janeiro. Mecanografiado.

    ________________ (1975) Plantacin, campesinado y manufactura: un caso de anlisis diacr-nico de la articulacin de clases en el Noroeste argentino. Trabajo preparado para la 2 Re-unin del Grupo de Trabajo sobre Procesos de Articulacin Social organizada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).________________ (1986) Los pescadores de Mxico: la vida en un lance. Mxico: CIESAS, Cuader-nos de la Casa Chata, n 110.________________ (s/f) Notas de campo de un antroplogo. En: Ciudad Virtual de Antropolo-ga y Arqueologa [http://www.naya.org.ar/articulos/aldea.htm].

    GONZLEZ, Alberto Rex (1974) Arte, estructura y arqueologa. Bs. As.: Nueva Visin._______________________ (1985) Cincuenta aos de arqueologa del noroeste argentino (1930-1980): apuntes de un casi testigo y algo de protagonista. American Antiquity, vol. 50, N 3.

    GUBER, Rosana (2005) Eduardo P. Archetti (1943-2005). En: Intersecciones en Antropologa, n 6, Facultad de Ciencias Sociales UNCPBA, pp. 3 a 5.

    HALBWACHS, Maurice (1967) (1950) La mmoire collective. Paris: Les Presses Universitaires de France._____________________ (2004) (1925) Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Editorial Anthropos.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    36

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    HERMITTE, Esther (1968) (1962) La movilidad social en una comunidad bicultural. En: Re-vista Latinoamericana de Sociologa N 1, Centro de Investigaciones Sociales, Instituto Torcuato Di Tella [Versin castellana de: Social Mobility in a Chiapas bicultural town, M. A. Disserta-tion, Department of Anthropology, University of Chicago]._________________ (1970) Poder sobrenatural y control social en un pueblo maya contemporneo. Mxico: Instituto Indigenista Interamericano.

    HERMITTE, Esther y Leopoldo J. BARTOLOM (1977) Introduccin. En: op. cit. pp. 9 a 21. HERMITTE, Esther y Carlos HERRN (1970) Patronazgo o cooperativismo? Obstculos

    a la modificacin del sistema de interaccin en una comunidad del noroeste argentino. En: Revista Latinoamericana de Sociologa, Bs. As., n 2.

    HERMITTE, Esther y Carlos HERRN (1977) Sistema productivo, instituciones intersticiales y formas de articulacin social en una comunidad del noroeste argentino. En: Hermitte, Es-ther y Leopoldo J. Bartolom (comps.), op. cit., pp. 238 a 256.

    HERRN, Carlos (1990) Antropologa social en la Argentina: apuntes y perspectivas. Cua-dernos de Antropologa Social, 2, pp. 108 a 115.

    HIRSCH, Mercedes et al. (2009) Entrevista a Leopoldo Bartolom. Video del Ciclo de En-cuentros Trayectorias del Colegio de Graduados en Antropologa [http://www.cga.org.ar/trayectorias-12-leopoldo-bartolome].

    IMAZIO, Alcira (1982) Confluencias cosmovisionales en la creencia y el culto a la Virgen de la Pea. Salta: UNSa.

    LVI-STRAUSS, Claude (2011) (1958) Antropologa estructural. Barcelona: Paids. MADRAZO, Guillermo (1985) Determinantes y orientaciones en la antropologa argentina.

    Boletn del Instituto Interdisciplinario de Tilcara (FFyL-UBA), pp. 13 a 56. MAIDANA, Osvaldo R. (1964) Msica en la prehistoria. Salta: Museo de Ciencias Naturales e

    Imp. Coop. Grfica._____________________ (1966) Papachacra. Un yacimiento arqueolgico en Los Valles, Departamen-to de Tilcara. Jujuy. _____________________ (1968) Nacimientos y Alemana (Dos litogramas en la Quebrada de las Con-chas, Provincia de Salta). Salta: Direccin de Cultura de la Provincia de Salta._____________________ (1971) Paycuqui: Informe preliminar. Museo de Ciencias Naturales de Salta, Departamento de Antropologa, Seccin Arqueologa._____________________ (1974) El papel de una escuela ajena en la regin precordillerana del noroeste argentino Documento N 15 presentado al II Congreso de Lenguas Nacionales. Cocha-bamba, Bolivia._____________________ (1976) El yacimiento arqueolgico de Viaco. Salta.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    37

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    MAIDANA, Osvaldo R. y Eduardo M. ASHUR (1974) Osma, un yacimiento indicador para el Va-lle de Lerma. Salta: Ediciones Culturales.

    PATTERSON, Thomas (2000) A Social History of Anthropology in the United States. London: Berg. PERILLI DE COLOMBRES GARMENDIA, Elena (s/f) Alfred Metraux y la Universidad Na-

    cional de Tucumn. Documento PDF alojado en la pgina del Archivo de la UNT [http://www.archivo.unt.edu.ar/attachments/054_perilli.pdf].

    PITT-RIVERS, Julian (1970) Spiritual Power in Central America. The Naguals of Chiapas. Illinois: Chicago University Press.

    RADOVICH, Juan Carlos (2013) Leopoldo J. Bartolom (1942-2013). En: Relaciones de la So-ciedad Argentina de Antropologa XXXIX, pp. 17-18.

    RATIER, Hugo ( 1986) La antropologa social argentina: su desarrollo. En: Mirndonos desde adentro. Secretara de Educacin de la Provincia de Buenos Aires.

    RATIER, Hugo y Roberto R. Ringuelet (19979 La antropologa social en la Argentina: un pro-ducto de la democracia, En: Horizontes Antropolgicos 3 (7), pp. 10 a 23.

    RICOEUR, Paul (2013) (2000) La memoria, la historia, el olvido. Bs. As.: Fondo de Cultura Eco-nmica.

    STOCKING, George W. Jr. (1980) Anthropology at Chicago. Chicago: The University of Chicago Press.

    VELLARD, Jehan A. (1954a) (1935) Une civilisation du miel: les indiens Guayakis du Paraguay. Paris: Gallimard.__________________ (1954b) Dieux et parias des Andes. Les Ourous, ceux qui ne veulent pas tre des hommes. Paris: Emile Paul.__________________ (1981) El hombre y los Andes. Bs. As.: Ediciones Culturales Argentinas, Secretara de Estado de Cultura, Ministerio de Cultura y Educacin.

    VESSURI, Hebe (1972) El obrero del surco tucumano: anlisis de la estructura social de una finca caera. Mecanografiado.______________ (1973a) Colonizacin y diversificacin agrcola en Tucumn. Facultad de Agrono-ma y Zootecnia, Universidad Nacional de Tucumn.______________ (1973b) Seminario sobre La explotacin agrcola familiar en la Argentina. Resea de la Reunin organizada por la Comisin de Estudios Rurales. Boletn de CLACSO, ao V. Bs. As., Argentina.______________ (1974) Ocupacin y estratificacin social en una finca caera. Bs. As.: Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales.______________ (1977) Procesos de transicin en comunidades de obreros rurales y articu-lacin social. En: Hermitte, Esther y Leopoldo J. Bartolom (comps.), op. cit., pp. 196 a 237.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    38

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    En torno a la memoria y el olvido. Sobre el dilogo entre perspectivas tericas en los primeros aos de la antropologa saltea.

    Jos Miguel NaharroDocente e investigador en la Universidad Nacional de [email protected]

    ______________ (2002) (1973) La observacin participante en Tucumn 1972. En: Sergio Vi-sacovsy y Rosana Guber (comps.), Historias y estilos del trabajo de campo en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Antropofagia, pp.289 a 315.

    VESSURI, Hebe y Santiago A. BILBAO (1976) United Workers Ltd, Campo de Herrera, Tu-cumn: The First Cooperative for Agricultural Work in Argentina, Five Years After Its Crea-tions. En: Nash, June (ed.) et al., Popular participation in Social Change. La Haya: Mouton & Co., pp. 211 a 231.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    39

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    Antropologa y Arqueologa: mishmiando el hilo de una historia.

    Daniel Daro DelfinoInstituto Interdisciplinario PuneoUniversidad Nacional de [email protected]

    Antropologa y Arqueologa: Mishmiando1 el hilo de una historia

    Daniel Daro Delfino

    Acudimos a esta convocatoria de la Comisin Organizadora de las Primeras Jornadas Regionales y Terceras Jornadas Internas de Antropologa del NOA invitados con el objeto de repasar la historia, desarrollo y devenir de la antropologa en el NOA, y se nos ha sugerido que, como participantes del panel, intervengamos proponiendo claves y pistas para reflexionar desde nuestra especialidad, trayectoria y perspectiva. Para nuestra tranquilidad, no omitieron referir tambin que el objetivo era bastante ambicioso, por lo que la amplitud de la consigna ha legitimado este intento de pensar en algunos de los cruces producidos por prcticas profesionales que remiten a la antropologa y a la arqueologa.

    Para comenzar, podra apelar, por ejemplo, a una secuencia historiogrfica de hechos conectados en funcin a un criterio de relevancia, y entonces empezara repasando el estilo y los aportes de las prcticas arqueolgico-antropolgicas que se dieron en el NOA desde poco ms de mediados del siglo XIX y hasta principios del XX. Seguramente, tendera a centrarme en la exaltacin de las pro-ducciones de personajes como Samuel Lafone Quevedo o Juan Bautista Ambrosetti, con la certeza de que ambos han concitado la atencin de cuanto trabajo apele a la dialctica de validacin inspirada en la gnesis disciplinar. Ambos han gozado de consenso suficiente para ser tenidos por referentes fundacionales de los primeros ensayos disciplinares para el NOA. Entonces probablemente subraya-ra de ellos, quizs por esa suerte de indefinicin dominial, la liminalidad para operar entre gneros difusos, siendo singularmente receptivos para profundizar en las particularidades de una realidad multiforme que no responde a programa, ni se cie a recortes nominalistas validados en el presente de nuestras divergentes tradiciones. Este de seguro podra ser un buen comienzo.

    En cambio, podra emplear otro recurso tcnico-metodolgico, dejar que esta proposicin se apo-ye en una historia de vida profesional en el NOA, por qu no mi propia historia de vida?, decidin-dome por la legitimidad de la auto-referencialidad en el camino que fui desandando: mi formacin como antroplogo en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata de la Universidad Nacional de La

    1 Este trmino se deriva de mishmiar [mishmear (sinnimo de mishmir)], mediante el cual se designa a la accin de torcer. Su etimologa nos devuelve una voz mestiza, por una parte de mismiy del Quechua (en el dialecto del Cuzco segn el Vocabulario Polglota Incaico) cuyo significado es hilar grueso para sogas (op. cit., 1905:245), o tambin cundir o extender (op. cit., 1905:131), mientras que en Aymara se denomina mismia (op. cit., 1905:245). Sobre estos trmino se aplica la sncopa lings-tica en la desinencia -ando.

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    40

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGA EN EL NOA.Objetos, problemas y espacios antropolgicos en perspectiva histrica.

    IR AL NDICE

    Antropologa y Arqueologa: mishmiando el hilo de una historia.

    Daniel Daro DelfinoInstituto Interdisciplinario PuneoUniversidad Nacional de [email protected]

    Plata, el empeo de mis profesores por transmitirme claves de presunta identidad profesional que ciertamente vea y sigo viendo inconexas y de difcil armonizacin. Un cctel compuesto entre Ar-queologas de Amrica y Antropologas Biolgicas, a las que se agregaban matemticas y qumica, y los ingredientes naturales de Histologa y Embriologa Animal, Zoologa de los Vertebrados y Taxonoma, abiertamente en contraste con una Teora Antropolgica condicionada a un ndex biblio-grfico que dejaba afuera, por ejemplo, las posiciones marxistas y a cuanto autor solo ose siquiera referirlas. Estos escenarios coincidieron con mis primeros aos de formacin, en los oscuros aos del llamado Proceso de Reorganizacin Nacional en el que cerraron la mayora de las carreras de antropologa, entre ellas, la de aqu de Salta, junto a la de Rosario y Mar del Plata, y transitoriamente la de La Plata y Buenos Aires. Esos aos y la definicin de ese campo de lo posible ciertamente vio-lento, por un lado, y las reacciones que siguieron desde el perodo inaugurado con la recuperacin de estas democracias restringidas, nos llevaron a situarnos en medio de debates acadmicos y polti-cos urgentes, cruzados por esperanzados intentos de re-vincular experiencias de fisonomas mayor-mente ruinosas. La conviccin sobre la pertinencia de trabajar como arquelogo asumiendo los retos que impona el clima social, avalaban los riesgos de buscar otra oportunidad para pensarnos en una referencialidad local que bien llegaba a coincidir con el subttulo de una Revista de Antropologa de aquellos tiempos: una bsqueda del hombre desde el Tercer Mundo.

    Aunque ciertamente no deseo que el eje de esta presentacin vaya guiado por alguno de los dos posibles comienzos, va a seguir poseyendo cuanto menos implcitamente uno de sus recursos, es decir, una conectividad signada por la relevancia de una historia de vida.

    Las prcticas fundadas en la antropologa y la arqueologa se han cruzado incontables veces, sea por casualidad o por razones deliberadas. Basta remitir que a partir de 1958 la formacin acadmica en arqueologa estuvo legitimada sobre titulaciones en antropologa que otorgaron las universidades de Buenos Aires y la Nacional de La Plata. Sin embargo, las prcticas vinieron disparando regular-mente hacia espacios temticos y circuitos de circulacin y validacin de las producciones, acusando una marcada escisin. Algo que se vio reforzado a consecuencia de que una parte importante de las prcticas antropolgicas especialmente a partir de los aos 60, estaban asumiendo un ejercicio explcitamente politizado, mientras que en las arqueolgicas, salvo contadas excepciones, se segua pensando en problemas lejanos en el tiempo, auscultados con riguroso y arqueomtrico mto-do sobre materialidades que dejaban escaso margen para una vinculacin con los problemas de la sociedad actual. Incluso, nuestras relaciones profesionales muchas veces quedaron marcadas por prejuicios disciplinares mutuos, que limitaron quizs en demasa sino anularon las interacciones. Siendo insuficientes las declamaciones suscriptas localmente por los seguidores de la llamada Nueva Arqueologa, con el imperativo de que la arqueologa americana iba a ser antropologa o no iba a ser nada Es bueno recordar que el enunciado espetado desde esta nueva entronizacin neo-funcionalista, no

  • 1JORNADAS REGIONALES3 INTERNAS DE

    ANTROPOLOGA DEL NOASALTA 2014

    PG.

    41

    CONFORMACIN Y DESARROLLO DE LA ANTROPOLOG