1o maquerbeos

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  • 7/30/2019 1o Maquerbeos

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    1 MACABEOIntroduccin

    Contexto histrico.A la muerte de Alejandro, su imperio, apenas sometido, se convierte en escenario de lasluchas de los herederos. En menos de veinte aos se realiza una divisin estable en tres zonas: Egipto, Siria y elreino macedonio. Palestina, como zona intermedia, vuelve a ser terreno disputado por los seores de Egipto ySiria. Durante todo el siglo III a.C. dominaron benvolamente los tolomeos, siguiendo una poltica de toleranciareligiosa y explotacin econmica. En el 199 a.C., Antoco III de Siria se asegur el dominio de Palestina yconcedi a los judos en torno a Jerusaln autonoma para seguir su religin y leyes, con obligacin de pagartributos y dar soldados al rey.

    En el primer siglo del helenismo, los judos, ms o menos como otros pueblos, estuvieron sometidos a su influjo,y se fue realizando una cierta simbiosis espiritual y cultural, sin sacrificio de la religin y las leyes y tradicionespaternas. El siglo siguiente, las actitudes diversas frente al helenismo fraguan en dos partidos opuestos: elprogresista, que quiere conciliar la fidelidad a las propias tradiciones con una decidida apertura a la nueva culturainternacional, y el partido conservador, cerrado y exclusivista. En gran parte, las luchas que narra este libro sonluchas judas internas o provocadas por la rivalidad de ambos partidos.

    Antoco IV hace la coexistencia imposible al escalar las medidas represivas (aqu comienza el libro). Los judosreaccionaron primero con la resistencia pasiva hasta el martirio; despus abandonaron las ciudades en acto deresistencia pasiva; finalmente, estall la revuelta a mano armada. Primero en guerrillas, despus con organizacinms amplia, lucharon con suerte alterna desde el 165 hasta el 134 a.C.; hasta que los judos obtuvieron laindependencia bajo el reinado del asmoneo Juan Hircano.

    En tiempos de este rey y con el optimismo de la victoria se escribi el primer libro de los Macabeos, para exaltar

    la memoria de los combatientes que haban conseguido la independencia, y para justificar la monarqua reinante.Justificacin, porque Juan Hircano era a la vez sumo sacerdote y rey, cosa inaudita y contra la tradicin. Si ladescendencia levtica poda justificar el cargo sacerdotal, exclua el oficio real, que tocaba a la dinasta davdica dela tribu de Jud.

    Mensaje del libro. El autor, usando situaciones paralelas y un lenguaje rico en alusiones, muestra que eliniciador de la revuelta es el nuevo Fines (Nm 25), merecedor de la funcin sacerdotal; que sus hijos son losnuevos jueces, suscitados y apoyados por Dios para salvar a su pueblo; que la dinasta asmonea es lacorrespondencia actual de la davdica.

    Ms an, muestra el nuevo reino como cumplimiento parcial de muchas profecas escatolgicas o mesinicas: laliberacin del yugo extranjero, la vuelta de judos dispersos, la gran tribulacin superada, el honor nacionalreconquistado, son los signos de la nueva era de gracia.

    El autor no vivi (al parecer) para contemplar el fracaso de tantos esfuerzos e ilusiones, es decir, la traicin porparte de los nuevos monarcas de los principios religiosos y polticos que haban animado a los hroes de laresistencia. Fueron otros quienes juraron odio a la dinasta asmonea y con su influjo lograron excluir de los libros

    sagrados una obra que exaltaba las glorias de dicha familia.Por encima del desenlace demasiado humano, el libro result el canto heroico de un pueblo pequeo, empeadoen luchar por su identidad e independencia nacional: con el herosmo de sus mrtires, la audacia de susguerrilleros, la prudencia poltica de sus jefes. La identidad nacional en aquel momento se defina por las leyespaternas frente a los usos griegos, especialmente las ms distintivas. Por el pueblo, as definido, lucharon ymurieron hasta la victoria.El libro es, por tanto, un libro de batallas, con muy poco culto y devocin personal. Dios apoya a los combatientesde modo providencial, a veces inesperado, pero sin los milagros del segundo libro de los Macabeos y sin realizar lsolo la tarea, como en las Crnicas. El autor es muy parco en referencias religiosas explcitas, pero el tejido dealusiones hace la obra transparente para quienes estaban familiarizados con los escritos bblicos precedentes.

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    Introduccin histricaa1Alejandro el macedonio, hijo de Filipo, que ocupaba el trono de Grecia, salide Macedonia, derrot y suplant a Daro, rey de Persia y Media, 2entabl

    numerosos combates, ocup fortalezas, asesin a reyes, 3lleg hasta el confn delmundo, saque innumerables naciones. Cuando la tierra qued en paz bajo sumando, su corazn se ensoberbeci y se llen de orgullo, 4reuni un ejrcitopotentsimo y domin pases, pueblos y soberanos, que tuvieron que pagarletributo. 5Pero despus cay en cama, y cuando vio cercana la muerte, 6llam a losgenerales ms ilustres, educados con l desde jvenes, y les reparti el reino antesde morir. 7A los doce aos de reinado, Alejandro muri 8y sus generales se hicieroncargo del gobierno, cada cual en su territorio; 9al morir Alejandro, todos cieron lacorona real, y despus los sucedieron sus hijos durante muchos aos, multiplicandolas desgracias en el mundo.

    Persecucin de Antoco Epfanesb (2 Mac 4,7-17)

    10De ellos brot un vstago perverso: Antoco Epfanes, hijo del rey Antoco.Haba estado en Roma como rehn, y subi al trono el ao ciento treinta y siete dela era selucida.

    11Por entonces hubo unos israelitas renegados que convencieron a muchosdiciendo:Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, porque desde que nos

    separamos de ellos nos han venido muchas desgracias!12Esta propuesta fue bien recibida, 13y algunos del pueblo fueron enseguida a

    ver al rey. El rey los autoriz a adoptar las costumbres paganas, 14y entonces,acomodndose a los usos paganos, construyeron un gimnasio en Jerusaln,15disimularon la circuncisin, renegaron de la santa alianza, se emparentaron conlos paganos y se entregaron a toda clase de maldades.

    16Cuando ya se sinti seguro en el trono, Antoco se propuso reinar tambinsobre Egipto, para ser as rey de dos reinos. 17Invadi Egipto con un fuerte ejrcito,

    a 1,1-9 Introduccin histrica. El autor aprovecha los dos primeros captulos para presentar los

    protagonistas del libro: el imperio, que llevado por la codicia pretende dominar el mundo a travs de la guerra, elsaqueo y la muerte (1); y el pueblo judeomacabeo, que resiste para mantener su unidad, cultura y autonoma (2).Lamentablemente, la historia macabea que naci como resistencia, terminar repitiendo los males del imperio quecombati.

    Un nuevo imperio, cuyo centro de poder es Grecia, se une a la lista de imperios que invadieron y sometieron alpueblo de Israel. Antes haban sido Egipto, Asiria, Babilonia y Persia. A la cabeza del imperio griego est AlejandroMagno (356-323 a.C.), quien hacindose honrar como dios, establece su poder a travs de la invasin, dominio ysometimiento tributario de pueblos soberanos. A la muerte de Alejandro sus generales entran en conflicto por laambicin de poder (cfr. Josefo Ant. 11.8,7). Finalmente, el reino qued dividido en cuatro partes: Siria bajo eldominio de Seleuco I; Egipto para Tolomeo I; Tracia para Lismaco, y Macedonia para Casandro. Los sucesores de

    Alejandro no cambian el esquema de poder, por el contrario, multiplican las desgracias en el mundo.b1,10-64 Persecucin de Antoco Epfanes.Aparece en escena uno de los mayores smbolos del mal para

    Israel: Antoco IV Epfanes, rey de la dinasta Selucida y nuevo representante del poder imperial. Se puso elsobrenombre de theos Epiphanes, que significa dios manifestado. Es significativo, que inmediatamentedespus de Antoco IV el autor presente un nuevo e importante actor: el grupo de judos llamados renegados

    que abogan por la helenizacin del mundo judo como va de progreso y modernidad (11-14). Cuando hablamos dehelenismo nos referimos a la cultura de origen griego. En contraposicin al grupo de los judos renegados, estnlos judos de corte tradicional articulados en torno al proyecto macabeo. El autor deja claro desde el principio supostura promacabea, tanto que cuando habla de Israel, pueblo se refiere a este grupo.

    Aprovechando el viejo lema imperial de divide y vencers, Antoco IV hace alianza con los judos helenistas orenegados (15) para alcanzar sus objetivos de imponer la cultura helenista gimnasios, establecer un rgimentributario, saquear los tesoros del Templo de Jerusaln para financiar la conquista de Egipto (21-24), imponer unnuevo sistema religioso con dioses y cultos idoltricos, hasta el punto de colocar al dios Zeus en el altar delTemplo, prohibir el cumplimiento de la Ley (culto, circuncisin, normas alimentarias, sbado, etc.), y asesinar atodos los opositores (41-50). Jerusaln, la ciudad de Dios, termina siendo una ciudadela griega (33s), y la Alianzacon el Dios de la liberacin se cambia por una alianza con el imperio pagano (15). El autor recoge en una elega lostiempos de muerte, sacrilegio y abominacin que llenan de luto y dolor al pueblo de Israel (25-28.37-40; cfr. Sal79,3; 106,38; Jr 7,6; 22,3; Lam 5,2).

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    con carros, elefantes, caballos y una gran flota. 18Atac a Tolomeo, rey de Egipto.Tolomeo retrocedi y huy, sufriendo muchas bajas. 19Entonces Antoco ocup lasplazas fuertes de Egipto y saque el pas.

    20Cuando volva de conquistar Egipto, el ao ciento cuarenta y tres, subi contraIsrael y Jerusaln con un fuerte ejrcito. 21Entr con arrogancia en el santuario,rob el altar de oro, el candelabro y todos sus accesorios, 22la mesa de los panes

    presentados, las copas para la libacin, las fuentes, los incensarios de oro, lacortina y las coronas; arranc todo el decorado de oro de la fachada del templo;23se apoder tambin de la plata y el oro, la vajilla de valor y los tesorosescondidos que encontr, 24y se lo llev todo a su tierra, despus de habercausado una gran masacre y de lanzar palabras insolentes.

    25Un lamento se oy en todo el pas por Israel26gimieron los prncipes y los ancianos,desfallecieron doncellas y muchachos,se desfigur la hermosura de las mujeres.27El esposo enton un canto fnebre,la esposa se entristeci en su lecho nupcial.28La tierra tembl por sus habitantes,y toda la casa de Jacob se cubri de vergenza.

    29Dos aos despus el rey envi un recaudador de impuestos a las ciudades deJud que se present en Jerusaln con un fuerte ejrcito. 30ste habl a la gentecon palabras de paz, pero con la intencin de engaarlos. La gente confi en l,entonces atac sorpresivamente la ciudad, descargndole un duro golpe: mat amuchos israelitas, 31saque la ciudad, derrib sus casas y la muralla entera. 32Sellevaron cautivos a las mujeres y los nios, y se apoderaron del ganado. 33Despusconvirti la Ciudad de David en su fortaleza, rodendola de fuertes torres y unamuralla alta y maciza. 34Instalaron all un grupo de gente impa, sin fe y sin ley quese acuartelaron en ese lugar, 35almacenaron armas y vveres, y guardaron all elbotn que haban reunido en el saqueo de Jerusaln. 36De esta forma seconvirtieron en un gran peligro, una acechanza para el templo, una continuaamenaza para Israel.

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    Derramaron sangre inocenteen torno al santuario, profanndolo.38A causa de ellos, huyeron los habitantes de Jerusaln,y la ciudad se convirti en morada de extranjeros,casa extraa para los suyos;sus hijos la abandonaron.39Su santuario qued como un desierto,sus fiestas se cambiaron en duelo,los sbados en motivo de burla,su honor en humillacin.40Su deshonra igual a su fama,su grandeza se cambi en duelo.

    41El rey decret la unidad nacional para todos los sbditos de su imperio,42

    obligando a cada uno a abandonar su legislacin particular.43

    Todas las nacionesse sometieron a la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religinoficial: ofrecieron sacrificios a los dolos y profanaron el sbado. 44El rey despachcorreos a Jerusaln y a las ciudades de Jud, con rdenes escritas: tenan queadoptar las costumbres extranjeras, 45se prohiba ofrecer en el santuarioholocaustos, sacrificios y libaciones, guardar los sbados y las fiestas; 46semandaba contaminar el santuario y a los fieles, 47construyendo altares, templos ycapillas para el culto idoltrico, as como sacrificar cerdos y otros animales impuros;48tenan que dejar incircuncisos a los nios y profanarse a s mismos con toda clasede impurezas y profanaciones, 49de manera que olvidaran la ley y cambiaran todaslas costumbres. 50El que no cumpliese la orden del rey sera condenado a muerte.

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    51En estos trminos escribi el rey a todos sus sbditos. Nombr inspectorespara toda la nacin, y mand que en todas las ciudades de Jud, una tras otra, seofreciesen sacrificios. 52Se les uni mucha gente, todos traidores a la ley, ycausaron tal dao al pas, 53que los israelitas tuvieron que esconderse en cualquierrefugio disponible.

    54El da quince de diciembre del ao ciento cuarenta y cinco el rey mand poner

    sobre el altar de los holocaustos un altar pagano, y fueron poniendo altares portodas las poblaciones judas del contorno; 55quemaban incienso ante las puertas delas casas y en las plazas; 56Se destruan y echaban al fuego los libros de la ley queencontraban; 57y al que se lo descubra con un libro de la alianza en su poder, o alque viva de acuerdo con la ley se lo ajusticiaba, en virtud del decreto real. 58Comotenan el poder, todos los meses hacan lo mismo a los israelitas que seencontraban en las ciudades. 59El veinticinco de cada mes sacrificaban sobre elaltar pagano encima del altar de los holocaustos. 60A las madres que circuncidabana sus hijos, las mataban, como ordenaba el edicto, 61con las criaturas colgadas alcuello; y mataban tambin a sus familiares y a los que haban circuncidado a losnios.

    62Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propsito de nocomer alimentos impuros; 63prefirieron la muerte antes que contaminarse conaquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron.64Fueron das de terribles calamidades para Israel.

    Rebelin de Matatasc1Por ese tiempo surgi Matatas, hijo de Juan, hijo de Simen, sacerdote de lafamilia de Yoarib; y aunque era nacido en Jerusaln, se haba establecido en

    Modn. 2Tena cinco hijos: Juan, por sobrenombre el Feliz; 3Simn, llamado elFantico; 4Judas, llamado Macabeo; 5Lzaro, llamado Avarn, y Jonatn, llamado

    Apfs.6Al ver Matatas los sacrilegios que se cometan en Jud y Jerusaln, 7exclam:

    Ay de m! Para esto he nacido? Para ver la ruina de mi pueblo y ladestruccin de la ciudad santa? Para quedarme sentado en ella, mientras es

    c2,1-70Rebelin de Matatas.As como la historia de los patriarcas la dividimos en ciclos: Abrahn, Jacob y

    Jos (Gn 1250), igual podemos hacer con el primer libro de los Macabeos: ciclo de Matatas (2,1-70), de Judas(3,19,22), de Jonatn (9,2312,53) y de Simn (13,116,24).

    En oposicin a Antoco IV Epfanes, representante del poder imperial, surge Matatas, que significa don deDios, como lder de la resistencia juda. Matatas, un campesino de familia sacerdotal, hace una lectura de larealidad y constata que su pueblo, nacido para la libertad, ha sido esclavizado y saqueado. Su conciencia religiosale dice que no es posible seguir viviendo sin hacer algo por cambiar tal situacin.

    Los funcionarios del imperio intentan comprar la conciencia de Matatas y de sus hijos ofrecindoles ttulos yriquezas. En clara opcin por el Dios de los padres y del xodo, rechazan la oferta del imperio y organizan laresistencia armada guerra santa desde las montaas de Jud.

    Muchos judos tradicionalistas huyen al desierto para escapar de la avalancha helenista. La persecucin delimperio no se deja esperar y asesinan en da sbado un grupo de judos que eran estrictos en el cumplimiento dela Ley pero que no participaban de la resistencia armada promulgada por los Macabeos. La muerte pasiva de estos

    israelitas por no violar la ley del sbado, hace que Matatas y sus hijos reinterpreten este precepto, decidiendo quesi son atacados, an en da sbado, respondern.Al ejrcito de Matatas se une el grupo de los leales o piadosos, de donde nacern ms tarde los fariseos y

    los esenios. El ejrcito macabeo organiza una campaa militar por el pas con el fin de rescatar la Ley de manosde los paganos. A pesar del xito de la campaa militar, a cualquier cristiano le resulta difcil entender que seexalte un procedimiento que repite exactamente las actitudes del opresor: violencia, venganza, ira e imposicinreligiosa (45s). Es una guerra santa comprensible dentro de su poca y contexto. Con Jess se dar otro modelode resistencia.

    El testamento de Matatas recuerda el de Jacob (Gn 49) y Moiss (Dt 33). En el testamento quedan consagradosdos consejos con sabor imperativo: perseverar en la lucha y dar la vida por el proyecto de Dios (50). Adems, uncatlogo de virtudes para imitar: fe, fidelidad, celo, observancia, testimonio, misericordia, confianza y resistenciaactiva. Seguir el camino de los antepasados es garanta de triunfo contra los paganos. La comandancia del ejrcitoes entregada a Judas (66), que sin ser el mayor es el ms aguerrido.

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    entregada al poder del enemigo, y el santuario est en manos de extranjeros! 8Sutemplo es como un hombre deshonrado; 9su ajuar valioso ha sido llevado comobotn; sus nios, asesinados en las plazas; sus jvenes, muertos por la espadaenemiga.

    10Qu nacin no ha ocupado sus palacios,no se ha apropiado de sus despojos?11

    Le han arrebatado su hermosura;era libre, y ahora es esclava.12Ah est nuestro santuario,nuestra hermosura y nuestro orgullo,est desolado,lo han profanado los paganos.13Para qu seguir viviendo?

    14Matatas y sus hijos se rasgaron las vestiduras, se vistieron de sayal e hicierongran duelo.

    15Los funcionarios reales encargados de hacer apostatar por la fuerza llegaron aModn, para que la gente ofreciese sacrificios, 16y muchos israelitas acudieron aellos. Matatas se reuni con sus hijos, 17y los funcionarios del rey le dijeron:

    Eres un personaje ilustre, un hombre importante en este pueblo, y estsrespaldado por tus hijos y parientes. 18Adelntate para ser el primero en cumplir laorden del rey, como lo han hecho todas las naciones, y tambin los hombres deJud y los que han quedado en Jerusaln. T y tus hijos recibirn el ttulo degrandes del reino, los premiarn con oro y plata y muchos regalos.

    19Pero Matatas respondi en voz alta:Aunque todos los sbditos en los dominios del rey obedezcan, abandonando la

    religin de sus padres, y aunque prefieran cumplir sus rdenes, 20yo, mis hijos ymis parientes viviremos segn la alianza de nuestros padres. 21Dios nos libre deabandonar la ley y nuestras costumbres! 22No obedeceremos las rdenes del rey,desvindonos de nuestra religin ni a la derecha ni a la izquierda.

    23Cuando acab de hablar, se adelant un judo, a la vista de todos, dispuesto asacrificar sobre el altar de Modn, como lo mandaba el rey.

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    Al verlo, Matatas se indign, tembl de clera y en un arrebato de ira santacorri a degollar a aquel hombre sobre el altar. 25Ah mismo mat al funcionarioreal, que obligaba a sacrificar, y derrib el altar. 26Lleno de celo por la ley, hizo loque Fines a Zimr, hijo de Salu. 27Luego empez a gritar con toda su voz por laciudad:

    El que sienta celo por la ley y quiera mantener la alianza, que me siga!28Despus, dejando en la ciudad cuanto tena, l y sus hijos huyeron a las

    montaas.29Por entonces, muchos judos amantes de la justicia y el derecho bajaron al

    desierto para instalarse all 30con sus hijos, mujeres y ganados. Es que la situacinse haba hecho intolerable.

    31A los funcionarios reales y a la guarnicin de Jerusaln, de la Ciudad de David,les lleg la denuncia de que unos individuos, que haban desobedecido el mandato

    del rey, haban bajado a las cuevas del desierto.32

    Corrieron en su persecucinmuchos soldados. Los alcanzaron, tomaron posiciones frente a ellos y los atacaronun sbado. 33Y les dijeron:

    Basta ya! Salgan, obedezcan las rdenes del rey y salvarn sus vidas.34Pero ellos respondieron:

    Ni saldremos ni obedeceremos al rey, profanando el sbado.35Los soldados les dieron el asalto enseguida, 36y ellos no replicaron, ni les

    tiraron una piedra, ni se atrincheraron en las cuevas, 37sino que dijeron:Muramos todos con la conciencia limpia! El cielo y la tierra son testigos de que

    ustedes nos asesinan injustamente.

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    38As fueron atacados en pleno sbado. Y murieron todos, con sus mujeres, hijosy ganados. Haba unas mil personas. 39Cuando lo supieron Matatas y sus hijoshicieron gran duelo por ellos, 40y comentaban:

    Si todos nos comportamos como nuestros hermanos, y no luchamos contra lospaganos por nuestra vida y nuestra ley, muy pronto nos harn desaparecer de latierra.

    41

    Aquel mismo da celebraron consejo y acordaron lo siguiente: Al que nosataque en sbado le responderemos luchando; as no pereceremos todos, comonuestros hermanos en las cuevas.

    42Entonces se les aadi el grupo de los Leales, israelitas aguerridos, todos ellossinceramente fieles a la ley; 43se les sumaron tambin como refuerzos todos losque escapaban de cualquier desgracia. 44Organizaron un ejrcito y descargaron suira contra los pecadores y su clera contra los impos. Los que se libraron fueron arefugiarse entre las naciones extranjeras.

    45Matatas y sus partidarios recorrieron el pas derribando los altares,46circuncidando por la fuerza a los nios no circuncidados que encontraban enterritorio israelita 47y persiguiendo a los insolentes. La campaa fue un xito, 48demanera que rescataron la ley de manos de los paganos y sus reyes, y nopermitieron que prevalecieran los malvados.

    49Cuando le lleg la hora de morir, Matatas dijo a sus hijos:Hoy triunfan la insolencia y el descaro; son tiempos de calamidades y de

    terribles castigos. 50Hijos mos, tengan celos por la ley y sacrifiquen sus vidas por laalianza de nuestros padres. 51Recuerden las hazaas que hicieron nuestros padresen su tiempo y conseguirn gloria sin par y fama perpetua. 52Acaso Abrahn nofue hallado fiel en la prueba y por eso Dios lo cont entre los justos? 53Jos, enmedio del peligro, cumpli el mandamiento y lleg a ser seor de Egipto. 54Fines,nuestro padre, por su gran celo recibi la promesa de un sacerdocio eterno.55Josu lleg a ser juez de Israel por haber cumplido la ley. 56Caleb, por sutestimonio ante la asamblea, recibi una tierra en heredad. 57David, por sumisericordia, obtuvo el trono de una monarqua perpetua. 58Elas fue arrebatado alcielo por su gran celo por la ley. 59Ananas, Azaras y Misael, por su fe, se salvaron

    de la hoguera.

    60

    Daniel, por su inocencia, se salv de las fauces de los leones.61Y as, repasando las generaciones, comprendern que los que esperan en Diosno desfallecen. 62No teman las palabras de un pecador, porque su gloria acabaren podredumbre y gusanos: 63hoy es exaltado y maana desaparecer; volver alpolvo de donde vino y sus planes fracasarn.

    64Hijos mos, sean valientes en defender la ley, que ella los llenar de gloria.65Miren, s que su hermano Simen es prudente; obedzcanle siempre, y har depadre con ustedes. 66Judas Macabeo, aguerrido desde joven, ser el jefe delejercito y dirigir la guerra contra el extranjero. 67Ustedes, por su parte, renan atodos los que guardan la ley y defiendan los derechos de su pueblo. 68Devuelvan alos paganos su merecido y cumplan cuidadosamente los preceptos de la ley.

    69Y despus de bendecirlos fue a reunirse con sus antepasados. 70Muri el aociento cuarenta y seis. Lo enterraron en la sepultura familiar, en Modn, y todo

    Israel le hizo solemnes funerales.

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    Actividad de Judas en Judead (2 Mac 8,1-7)

    1Le sucedi su hijo Judas, apodado Macabeo. 2Todos sus hermanos y lospartidarios de su padre le prestaron apoyo y combatieron con entusiasmo por

    Israel.3Judas extendi

    la fama de su pueblo;visti la coraza como un hroe,ci sus armas y entabl combatesprotegiendo sus campamentoscon la espada.4Fue un len en sus hazaas,un cachorro que ruge por la presa;5rastre y persigui a los impos,quem a los agitadores del pueblo.6Por miedo a Judaslos impos se acobardaron,los que hacan el mal fracasaron;por su mano triunf la liberacin.7Hizo sufrir a muchos reyes,alegr a Jacob con sus hazaas,su recuerdo ser siempre bendito.8Recorri las ciudades de Judexterminando en ella a los impos;apart de Israel la clera divina.9Su renombre llen la tierra,porque reuni a un puebloa punto de ser exterminado.10Apolonio reuni un ejrcito extranjero y un gran contingente de Samara para

    luchar contra Israel.11Cuando lo supo Judas, sali a hacerle frente, lo derrot y lo mat. Los paganos

    tuvieron muchas bajas, y los supervivientes huyeron. 12Al recoger el botn, Judas sequed con la espada de Apolonio, y desde entonces siempre combati con ella.13Cuando Sern, general en jefe del ejrcito sirio, se enter de que Judas habareunido en torno a s una tropa numerosa de fieles seguidores suyos dispuestos apelear, 14se dijo:

    Voy a ganar fama y renombre en el imperio luchando contra Judas y los suyos,sos que desprecian la orden del rey.

    d3,1-26 Actividad de Judas en Judea. Con un canto para exaltar su misin guerrera, comienza el ciclo de

    Judas (3,19,22). Se apoda Macabeo nombre que asumirn los libros sagrados, que significa martilloporque golpea con fuerza y sin descanso a sus enemigos. Cuenta con el apoyo de todos. Es presentado como unhombre sabio, valiente y de fe. Sus acciones y hazaas recuerdan al patriarca Jud, a Sal y Jonatn por lametfora del Len (Gn 49; 2 Sm 1,23); a Moiss y los jueces en su liderazgo liberador; a David en sus hazaasmilitares. Judas Macabeo est convencido de ser un instrumento en las manos del Seor.

    En el ao 166 a.C., Apolonio, gobernador de Samara y responsable del saqueo de Jerusaln, es el primero ensalir derrotado a manos del ejrcito de Judas Macabeo. Despus de su muerte, Judas le arrebata la espada, talcomo hizo David con Goliat (1 Sm 21,9). Sern, general del ejrcito sirio, animado por el deseo de fama y poder,ser el segundo en la lista de derrotados. La batalla se desarroll en Bet-Jorn (16), un lugar famoso en laconquista de la tierra prometida (Jos 10,10). El miedo de Judas ante una derrota militar por inferioridad numrica,es superado por la fe en el Dios de los dbiles, que da la cara por su pueblo en cada batalla y apoya a los queluchan por la vida y la Ley (21). La Ley, promulgada como un conjunto de seales que indicaban el caminocorrecto para una convivencia justa, fraterna y en paz (x 20,1-17), se convirti con el tiempo en un instrumentode poder que las autoridades religiosas utilizaban para imponer al pueblo duras cargas (Lc 11,46), situacin quepermite entender la postura crtica de Jess (Mt 23,23). En la victoria de Judas, adems de la fe cuenta sugenialidad estratgica, al acomodar su pequeo ejrcito en la cima de la montaa, desde donde con sorpresa lanzasu ataque. A partir de esta victoria Judas y su proyecto poltico, militar y religioso comienza a ser tomados enserio.

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    15Se le sum un fuerte ejrcito de gente impa, que subieron con l paraayudarle a vengarse de los israelitas. 16Cuando llegaba cerca de la cuesta de Bet-Jorn, Judas le sali al encuentro con un puado de hombres; 17pero al ver elejrcito que vena de frente dijeron a Judas:

    Cmo vamos a luchar contra esa multitud bien armada, siendo nosotros tanpocos? Y adems estamos agotados, porque no hemos comido en todo el da.

    18

    Judas respondi:No es difcil que unos pocos envuelvan a muchos, porque a Dios le da lo mismosalvar con muchos que con pocos, 19porque la victoria no depende del nmero desoldados, sino de la fuerza que llega del cielo. 20Ellos vienen a atacarnos llenos deinsolencia e impiedad, para aniquilarnos y saquearnos a nosotros, a nuestrasmujeres y a nuestros hijos, 21mientras que nosotros luchamos por nuestra vida ynuestra religin. 22El Seor los aplastar ante nosotros. No les tengan miedo.

    23Nada ms terminar de hablar, se lanz contra ellos de repente. Derrotaron aSern y su ejrcito, 24lo persiguieron por la bajada de Bet-Jorn hasta la llanura.Sern tuvo unas ochocientas bajas, y los dems huyeron al territorio filisteo.

    25Judas y sus hermanos empezaron a ser temidos, y una ola de pnico caysobre las naciones vecinas. 26Su fama lleg a odos del rey, porque todoscomentaban las batallas de Judas.

    Batalla de Emase27Cuando el rey Antoco se enter, se enfureci y orden concentrar todas las

    fuerzas de su imperio, un ejrcito poderossimo. 28Abri el tesoro y reparti a lastropas el sueldo de un ao, ordenndoles estar preparados para cualquiereventualidad. 29Pero cuando vio que las arcas se le vaciaban y que los tributos dela regin disminuan por las discordias y la miseria que haba desencadenado en elpas al suprimir las leyes antiguas, 30tuvo miedo de que, como le haba ocurridoms de una vez, no le llegara para los gastos y regalos que sola hacer superando alos reyes anteriores. 31Vindose muy apurado, proyect marchar a Persia, pararecoger los tributos de aquellas provincias y reunir una gran suma de dinero. 32ALisias, miembro distinguido de la familia real, lo dej al frente del gobierno, desdeel ufrates hasta los confines de Egipto, 33y le encomend el cuidado de su hijo

    Antoco, hasta su vuelta. 34Le dej la mitad de las tropas y de los elefantes, y lecomunic todas sus decisiones, en particular las referentes a la poblacin de Jud yJerusaln: 35que enviara contra ellos un ejrcito para aplastar y aniquilar al ejrcitode Israel y a los que quedaban en Jerusaln; que borrara su nombre de aquel sitio36y estableciera extranjeros por todo el territorio.

    37El rey, por su parte, march de Antioqua, capital de su imperio, el ao cientocuarenta y siete, llevndose la otra mitad de las tropas. Despus de pasar elufrates fue recorriendo las provincias del norte.

    e3,274,35 Batalla de Emas. La victoria de los dbiles pone en alerta al imperio. Antoco se ve en la

    necesidad de abrir dos frentes de batalla, uno contra Persia con el fin de conseguir dinero para mantener la guerracontra quienes amenazan su poder y riqueza An hoy, se siguen haciendo guerras por razones econmicas sinimportar las personas que mueren en ellas; el otro frente, bajo el mando de Licias, busca aplastar la sublevacin

    juda y borrar su nombre del lugar (3,35). El nmero de cuarenta mil soldados de infantera y siete mil jineteselegidos para esta tarea, coincide con las cifras de 1 Cr 19,19, dejando ver en el autor la intencin de comparar aJudas con David. El ejrcito macabeo, conciente de su inferioridad, saca fuerzas para el combate, recordando lacruel situacin que atraviesa el pueblo, la ciudad y el Templo (59), consultando la Palabra de Dios (48), haciendoayuno y oracin (47), respetando las normas para participar en el combate (56), pero sobre todo, poniendo todoen las manos del Seor (60). La lucha por la paz, con libertad, justicia y dignidad lo merece todo, aun la propiavida.

    El imperio a pesar de su superioridad sigue siendo derrotado por varias razones: la inteligencia de Judas, almejor estilo de David, en su estrategia militar; la memoria en un Dios liberador que siempre vence a cualquierfaran; y el sueo por mantener una Alianza que los hace libres e hijos predilectos de Dios. Cuando los pobresluchan con inteligencia por una liberacin integral y unida al amor de Dios, no hay causa que se pierda.

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    38Lisias escogi a Tolomeo hijo de Dorimeno, a Nicanor y a Gorgias, hombrespoderosos y grandes del reino, 39y envi con ellos cuarenta mil soldados deinfantera y siete mil jinetes, para que invadieran y devastaran Jud, conforme a laorden del rey. 40Partieron con todo su ejrcito, y fueron a acampar junto a Emas,en la llanura.

    41Cuando los traficantes de aquella zona oyeron la noticia, acudieron al

    campamento con muchsima plata, oro y con cadenas, para comprar israelitascomo esclavos. El ejrcito se vio reforzado adems con tropas sirias y filisteas.42Judas y sus hermanos vieron que se agravaba la situacin los ejrcitos

    acampaban en su territorio, y conocan la orden del rey que mandaba destruir yexterminar al pueblo, 43y comentaron:

    Reparemos la ruina de nuestro pueblo! Luchemos por nuestro pueblo y por eltemplo!

    44La asamblea se reuni para prepararse a la guerra y para rezar pidiendomisericordia y compasin.

    45Jerusaln estaba despobladacomo un desierto,ninguno de sus hijos entraba o sala.El santuario, pisoteado;los extranjeros ocupaban la fortaleza,convertida en albergue de los paganos.Jacob haba perdido la alegra,ya no sonaban la ctara y la flauta.46Se reunieron y fueron a Misp, frente a Jerusaln, porque antiguamente Israel

    haba tenido all un lugar de oracin. 47Aquel da ayunaron, se cieron un sayal, seecharon ceniza en la cabeza y se rasgaron las vestiduras. 48Desenrollaron elvolumen de la ley, para consultarlo lo mismo que los paganos consultaban a susdolos. 49Llevaron los ornamentos sacerdotales, las primicias y los diezmos; hicieronir a los nazireos que haban terminado de cumplir su voto, 50y levantaron su voz alcielo diciendo:

    Qu podemos hacer con estos hombres? A dnde los llevaremos, 51si su

    templo est pisoteado y tus sacerdotes tristes y humillados?

    52

    Ya ves, los paganosse han reunido para exterminarnos. T conoces sus planes contra nosotros.53Cmo podremos resistirles si t no nos auxilias?

    54Tocaron las cornetas y lanzaron grandes alaridos.55Despus Judas nombr jefes militares: comandantes, capitanes y suboficiales.

    56A los que estaban edificando una casa, a los que iban a casarse, a los queacababan de plantar una via y a los miedosos les dijo que se volvieran a suscasas, como manda la ley.

    57El ejrcito se puso en marcha, y acamparon al sur de Emas. 58Judas orden:Preprense! Sean valientes, estn atentos maana al amanecer, para dar

    batalla a esos paganos que se han reunido contra nosotros para exterminarnos, anosotros y nuestro templo. 59Ms vale morir en la batalla que ver las desgracias denuestra nacin y del templo. 60Pero hgase la voluntad de Dios.

    1Gorgias emprendi la marcha de noche, con cinco mil hombres de infantera ymil jinetes escogidos, 2con idea de caer sobre el campamento judo y

    aplastarlos de improviso. Gente de la fortaleza de Jerusaln le servan de guas.3Pero Judas se enter, y tambin l se puso en marcha con sus guerreros, para

    aplastar al ejrcito real que quedaba en Emas, 4mientras el resto de las tropasestaban dispersas lejos del campamento.

    5Cuando Gorgias lleg de noche al campamento judo no encontr a nadie. Sepuso a buscarlos por la sierra, pensando que huan de l. 6Al amanecer apareciJudas en la llanura con tres mil hombres, aunque sin escudos ni espadas comohubiera querido. 7Cuando vieron el campamento pagano fortificado, bien

    4

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    defendido, rodeado por la caballera, con tropas aguerridas, 8Judas areng a sushombres:

    9No teman a esta muchedumbre ni se asusten por sus ataques. Recuerdencmo se salvaron nuestros antepasados en el Mar Rojo, cuando los persegua elFaran con un ejrcito. 10Invoquemos ahora al cielo para que nos favorezca,acordndose de la alianza con nuestros padres, para que aplaste hoy a este ejrcito

    ante nosotros.11

    As, todas las naciones reconocern que hay alguien que rescata ysalva a Israel.12Cuando los extranjeros levantaron la vista y los vieron venir de frente, salieron

    del campamento para la batalla. 13Los de Judas hicieron tocar la trompeta y seentabl la lucha. 14Los paganos fueron derrotados y huyeron hacia la llanura; 15losms rezagados cayeron muertos a espada; los de Judas los fueron persiguiendohasta Guzer y los llanos de Idumea, Asdod y Yamnia; les hicieron unas tres milbajas.

    16Cuando Judas y su ejrcito dejaron de perseguirlos, 17Judas advirti a la tropa:No tengan ansia del botn, porque nos queda otra batalla: Gorgias y su ejrcito

    estn en el monte, ah cerca. 18Ahora hagan frente al enemigo y luchen; despuspodrn apoderarse del botn tranquilamente.

    19An estaba hablando cuando asom por el monte un escuadrn; 20pero al verque los suyos haban huido y que el campamento estaba ardiendo, como loprobaba la humareda que se vea, 21se desmoralizaron por completo, y cuandovieron al ejrcito de Judas en la llanura, dispuesto al combate, 22huyeron todos aterritorio filisteo.

    23Entonces Judas se volvi a saquear el campamento: recogieron gran cantidadde oro, plata, ropa de prpura roja y violeta y muchas riquezas. 24Y regresaroncantando alabanzas a Dios, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

    25Israel consigui aquel da una gran victoria.26Los extranjeros que escaparon con vida fueron a comunicar a Lisias lo

    ocurrido. 27Lisias, al orlo, qued abrumado de pesar, porque a Israel no le habaocurrido lo que l quera, ni el plan le haba salido como le haba ordenado el rey.28As que al ao siguiente reclut sesenta mil infantes y cinco mil jinetes para

    luchar contra los judos.

    29

    Llegaron a Idumea y acamparon en Bet-Sur. Judas salia hacerles frente con diez mil hombres, 30y al ver aquel ejrcito tan poderoso, rez:Bendito eres, Salvador de Israel, que quebrantaste el mpetu de aquel gigante

    por medio de tu siervo David y entregaste el campamento filisteo en poder deJonatn, hijo de Sal, y de su escudero. 31Entrega as ese ejrcito en poder de tupueblo Israel. Que ellos se sientan avergonzados de su infantera y de su caballera.32Mteles miedo, haz que se derrita su podero y que se tambaleen con la derrota.33Derrbalos con la espada de tus amigos para que te canten himnos de alabanzatodos los que conocen tu Nombre.

    34Cuando se enfrentaron los dos ejrcitos, unos cinco mil hombres de Lisiascayeron en la refriega.

    35Lisias al ver rotas sus lneas de combate y el valor de los soldados de Judas,dispuestos a vivir o morir noblemente, march a Antioqua para reclutar ms

    mercenarios, con intencin de volver a Jud.

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    Purificacin del Templof(2 Mac 10,1-8)

    36Judas y sus hermanos propusieron:Ahora que tenemos derrotado al enemigo, subamos a purificar y consagrar el

    templo.37Se reuni toda la tropa, y subieron al monte Sin. 38Vieron el santuario

    desolado, el altar profanado, las puertas incendiadas, la maleza creciendo en losatrios como matorrales en una ladera y las dependencias del templo derruidas. 39Serasgaron las vestiduras e hicieron gran duelo, echndose ceniza en la cabeza 40ypostrndose rostro en tierra. Al toque de corneta gritaron hacia el cielo. 41Judasorden a sus hombres que combatieran a los que estaban en la fortaleza hastaterminar la purificacin del templo. 42Eligi sacerdotes sin defecto corporal,observantes de la ley, 43que purificaron el templo y arrojaron a un lugar impuro laspiedras que lo contaminaban.

    44Luego deliberaron qu hacer con el altar de los holocaustos que haba sidoprofanado, 45y se les ocurri una buena idea: destruirlo; as no les servira deoprobio por haberlo profanado los paganos. As que lo destruyeron, 46y colocaronlas piedras en el monte del templo, en un sitio apropiado, hasta que viniese unprofeta y resolviera lo que haba que hacer con ellas. 47Luego tomaron piedras sin

    tallar, como manda la ley, y levantaron un altar nuevo, igual que el anterior.48Restauraron el templo y consagraron el interior del edificio y los atrios.49Renovaron todos los utensilios sagrados y metieron en el templo el candelabro, elaltar del incienso y la mesa. 50Quemaron incienso sobre el altar y encendieron loscandiles del candelabro, para que alumbraran el templo.

    51Cuando pusieron panes sobre la mesa y corrieron la cortina, qued ultimadotodo el trabajo.

    52El ao ciento cuarenta y ocho, el da veinticinco del mes noveno diciembre,53madrugaron para ofrecer un sacrificio, segn la ley, en el nuevo altar de losholocaustos recin construido. 54En el aniversario del da en que lo habanprofanado los paganos lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocandoctaras, lades y platillos. 55Todo el pueblo se postr en tierra, adorando y alabandoa Dios, que les haba dado xito.

    56Durante ocho das celebraron la consagracin, ofreciendo con jbiloholocaustos y sacrificios de comunin y de alabanza. 57Decoraron la fachada deltemplo con coronas de oro y pequeos escudos. Consagraron tambin el portal ylas dependencias, ponindoles puertas. 58El pueblo entero celebr una gran fiesta,que cancel la afrenta de los paganos.

    59Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determin que seconmemorara anualmente la nueva consagracin del altar, con solemnes festejos,durante ocho das, a partir del veinticinco de diciembre.

    60En aquella ocasin construyeron en torno al monte Sin unas murallas altas,con torreones, no fueran a llegar los paganos y las derruyesen como haban hechoantao. 61Judas acuartel all una guarnicin para defender el monte. Tambinfortific Bet-Sur, para que la gente estuviera defendida por la parte de Idumea.

    f4,36-61Purificacin del Templo. Con el enemigo derrotado y expulsado de la Ciudad Santa, todas las

    energas son puestas en la purificacin, reconstruccin y consagracin dedicacin del Templo. La fiesta de laDedicacin se celebr el 25 de diciembre del ao 164 a.C., exactamente tres aos despus de la profanacin, conuna ceremonia que dur ocho das. Esta fiesta, que qued institucionalizada para celebrarse anualmente, esconocida con varios nombres: Dedicacin Hanukkah que es el ms usado, Purificacin o fiesta de las Luces cada da se enciende una luz. Jess antes de su muerte particip en esta fiesta (Jn 10,22). El texto nos sugiereuna buena leccin de liturgia: la materia prima de toda celebracin litrgica deben ser los acontecimientos mssignificativos de la vida. Es importante anotar que en este momento de la historia, el Templo es el centro de lavida y la religin juda; con Jess las cosas cambiarn, ser la vida del ser humano o su humanizacin, lo queestar en el centro del proyecto de Dios.

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    Hazaas de Judas fuera de Judeag(2 Mac 10,15-23)

    1Cuando las naciones vecinas se enteraron de que los judos habanreconstruido el altar y restaurado el santuario como estaba antes, se irritaron

    muchsimo, 2determinaron destruir a los descendientes de Jacob que vivan entreellos, y empezaron a matar y eliminar a gente del pueblo.

    3

    Entonces Judas atac a los descendientes de Esa en Idumea, en Acrabatene,porque hostigaban a Israel. Les infligi una gran derrota, los someti y los saque.4Despus se acord de la maldad de los beanitas, una trampa peligrosa para elpueblo, con sus emboscadas en los caminos, 5y los cerc en sus castillos; tomposiciones, los consagr al exterminio y quem sus castillos con todos los queestaban dentro. 6Despus march contra los amonitas, y se las vio con un ejrcitoconsiderable y bien armado, a las rdenes de Timoteo. 7Trab con ellos muchoscombates; los destroz, los deshizo, 8se apoder de todo el territorio de Jzer yluego se volvi a Jud.

    9Los pueblos de Galaad se aliaron contra los israelitas que vivan en su territorio,con intencin de exterminarlos. Los israelitas huyeron a la plaza fuerte de Datema,10y enviaron a Judas y sus hermanos este mensaje: Los pueblos vecinos se hanaliado contra nosotros para exterminarnos, 11y se estn preparando para venir a

    apoderarse de la plaza fuerte donde nos hemos refugiado. Timoteo es su general.12Ven a librarnos de sus manos, porque ya han cado muchos de los nuestros, 13ytodos nuestros hermanos que vivan en el pas de Tob han muerto; sus mujeres,hijos y enseres han sido llevados al destierro; han muerto all unas mil personas.

    14Estaban leyendo la carta cuando otros mensajeros, con la ropa hecha jirones,llegaron de Galilea con esta noticia: 15De Tolemaida, Tiro y Sidn, y toda la Galileade los gentiles, se han aliado contra nosotros para aniquilarnos.

    16En cuanto lo oyeron Judas y la tropa, convocaron una asamblea extraordinariapara deliberar qu podan hacer por los hermanos en situacin apurada,hostilizados por el enemigo. 17Judas dijo a su hermano Simn:

    Elige unos cuantos y vete a librar a tus hermanos de Galilea. Mi hermanoJonatn y yo iremos al pas de Galaad.

    18Dej con el resto de las fuerzas, para la defensa de Jud, a Jos, hijo deZacaras, y a Azaras, oficial del ejrcito, 19dndoles estas instrucciones:

    Tomen el mando de estas tropas, pero no entren en combate con los paganoshasta que volvamos nosotros.

    20A Simn le asignaron tres mil hombres para ir a Galilea, y a Judas, ocho milpara la expedicin contra Galaad.

    21Simn parti para Galilea y trab muchos combates con los paganos, losderrot 22y los persigui hasta las puertas de Tolemaida. Los paganos tuvieronunas tres mil bajas, y Judas recogi el botn. 23Luego junt a los judos que haba

    g5,1-68 Hazaas de Judas fuera de Judea. Los judos exiliados y desplazados en tierra extranjera sufren la

    venganza del imperio (2). Una asamblea democrtica, liderada por Judas y sus hermanos, deciden responder conla misma moneda: atacar, someter y eliminar los pueblos vecinos que asesinan a sus hermanos. Hay que recordarque los edomitas y amonitas son enemigos tradicionales de Israel (Gn 19,37s; Nm 20,14-21; 1 Sm 14,47). Las

    batallas son acompaadas de oraciones de alabanza, peticin y accin de gracias a Dios, pero tambin conacciones tan sangrientas (51), que es necesario insistir en la premisa de entender estos hechos desde el contextode un pueblo que hasta ese momento conceba a un Dios vengativo y hasta sangriento por defender a los suyos.La conciencia del pueblo llegar a su madurez con la presencia de Jess quien nos mostrar el verdadero rostro deun Dios misericordioso. El texto sin embargo nos permite reflexionar sobre la situacin de muchos hombres ymujeres que como exiliados o inmigrantes sufren la persecucin xenofbica de algunos gobiernos o sectores de lapoblacin.

    Todas las batallas fueron ganadas, excepto las de Jos y Azaras, oficiales del ejrcito macabeo (56s), por dosrazones: la primera, porque sus motivaciones no eran de solidaridad sino de intereses personales: fama y prestigio(57); la segunda, porque el autor considera que no pertenecen a una raza especial (62) como Judas Macabeo ysus hermanos.

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    en Galilea y Arbata, con sus mujeres, hijos y enseres, y los llev a Jud, con granregocijo.

    24Por su parte, Judas Macabeo y su hermano Jonatn atravesaron el Jordn ycaminaron tres jornadas por el desierto. 25Encontraron a los nabateos, que losrecibieron pacficamente, y les contaron lo que haba pasado a sus hermanosisraelitas en Galaad. 26Muchos se haban encerrado en Bosra, Bser, Alema, Casfo,

    Maqued y Carnn, todas plazas fuertes e importantes.27

    Otros se haban reunido enlas dems ciudades de Galaad, y el enemigo haba determinado atacar esas plazasfuertes al da siguiente, ocuparlas y exterminarlos a todos en un solo da.

    28Judas y su ejrcito desandaron inmediatamente el camino hacia el desierto deBosra. Judas tom la ciudad, pas a cuchillo a todos los varones, saque la villa yla incendi.

    29Por la noche march de all, y caminaron hasta la fortaleza. 30Al salir el soldivisaron un ejrcito innumerable colocando escalas y mquinas de guerra paraapoderarse de la fortaleza; estaban dando el asalto.

    31Al ver Judas que haba empezado el ataque y que de la ciudad suba al cielo elfragor del alarido de guerra y el son de las cornetas, 32orden a sus soldados:

    Luchen hoy por sus hermanos!33Avanzaron en tres columnas por detrs del enemigo, tocaron las cornetas y

    oraron gritando.34Cuando los soldados de Timoteo se dieron cuenta de que era el Macabeo,huyeron. Judas les infligi una gran derrota: les hizo aquel da unas ocho mil bajas.35Luego torci hacia Alema. La tom al asalto, mat a todos los varones, la saquey la incendi. 36Parti de all y conquist Casfo, Maqued y Bser, con las demsciudades de Galaad.

    37Despus de estos sucesos, Timoteo reuni otro ejrcito y acamp frente aRafn, al otro lado del torrente. 38Judas envi gente a reconocer el campamento, yle informaron:

    Se le han unido todas las naciones vecinas; es un ejrcito numerossimo;39tienen mercenarios rabes como auxiliares, y estn acampados al otro lado deltorrente, preparados para venir a atacarte.

    Judas les sali al encuentro,

    40

    y mientras l y su ejrcito se acercaban altorrente, Timoteo dijo a sus oficiales:Si lo atraviesa l primero hacia nosotros, no podremos resistirle; seguro que

    nos vencer. 41Pero si no se atreve, y acampa al otro lado del ro, lo pasamosnosotros hacia l, y lo venceremos.

    42Cuando Judas se acerc al torrente, form a los oficiales de la administracinen la ribera y les orden:

    No dejen acampar a nadie. Que avancen todos.43Luego l, el primero, atraves el ro hacia el enemigo. Toda la tropa le sigui.

    Derrotaron a los paganos, que arrojaron sus armas y huyeron hasta el santuario deCarnn. 44Los judos se apoderaron de la ciudad e incendiaron el santuario contodos los que estaban dentro. Destruida Carnn, ya nadie opuso resistencia a Judas.

    45Judas reuni a todos los israelitas que haba en Galaad, chicos y grandes, con

    sus esposas, hijos y enseres una muchedumbre inmensa, para llevarlos a Jud.46Llegaron a Efrn, una ciudad importante, bien fortificada, que les caa de caminoera imposible dejarla a derecha o izquierda, haba que atravesarla. 47Pero los dela ciudad la cerraron y obstruyeron las puertas con piedras. 48Judas les envimensajeros en son de paz que les dijeron:

    Queremos pasar por el territorio de ustedes para llegar a nuestra patria. Nadieles har ningn dao, slo queremos pasar.

    Pero se negaron a abrirle.49Entonces Judas orden pregonar por el campamento que todos formaran para

    el combate, en el sitio donde estuvieran. 50Los guerreros formaron. Dio el asalto ala ciudad, todo aquel da y toda la noche, y la ciudad se rindi. 51Judas pas a

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    cuchillo a todos los varones, arras la villa despus de saquearla y la atravespasando por encima de los cadveres. 52Luego cruzaron el Jordn hasta la granllanura, frente a Beisn. 53Judas iba reuniendo a los rezagados y animando a lagente durante toda la marcha, hasta que llegaron a Jud. 54Subieron al monteSin, en medio de una gran alegra, y ofrecieron holocaustos por haber regresadosanos y salvos, sin ninguna baja.

    55

    Mientras Judas y Jonatn estaban en Galaad, y su hermano Simn en Galilea,frente a Tolemaida, 56Jos, hijo de Zacaras, y Azaras, oficiales del ejrcito, seenteraron de las hazaas militares que haban llevado a cabo, 57y se dijeron:

    Vamos a hacernos famosos tambin nosotros. Vamos a luchar contra lasnaciones vecinas!

    58Dieron rdenes a sus tropas, y marcharon contra Yamnia. 59Pero Gorgias y sushombres salieron de la ciudad a presentarles batalla, 60y Jos y Azaras huyeron.Gorgias los persigui hasta las fronteras de Jud. Aquel da cayeron unos dos milsoldados israelitas, 61el ejrcito sufri una gran derrota por no haber obedecido aJudas y sus hermanos, esperando hacer una gran hazaa; 62no eran de la raza delos hombres destinados a salvar a Israel.

    63El valeroso Judas y sus hermanos se hicieron muy clebres en todo Israel ypor todos los pases donde se oa hablar de ellos. 64La gente se arremolinaba entorno a ellos, vitorendolos.65Judas y sus hermanos salieron a luchar contra los descendientes de Esa, enel sur. Conquist el territorio de Hebrn, derrib sus plazas fuertes e incendi lostorreones de la muralla. 66Luego emprendi la marcha al pas filisteo y atravesMares. 67Aquel da cayeron en el combate unos sacerdotes que, queriendo haceruna hazaa, salieron a luchar imprudentemente.

    68Luego Judas torci hacia Asdod, en tierra filistea; derrib sus altares, quemlas imgenes de sus dioses, saque las ciudades y se volvi a Jud.

    Muerte de Antocoh (2 Mac 9)

    1El rey Antoco recorra las provincias del norte cuando se enter de que enPersia haba una ciudad llamada Elimaida, famosa por su riqueza en plata y

    oro, 2con un templo lleno de tesoros: escudos dorados, corazas y armas dejadasall por Alejandro, el de Filipo, rey de Macedonia, que haba sido el primer rey deGrecia. 3Antoco fue all e intent apoderarse de la ciudad y saquearla; pero nopudo, porque los de la ciudad, dndose cuenta de lo que pretenda, 4salieron aatacarle. Antoco tuvo que huir, y emprendi el viaje de vuelta a Babilonia,apesadumbrado.

    5Entonces lleg a Persia un mensajero con la noticia de que la expedicin militarcontra Jud haba fracasado. 6Lisias, que haba ido como caudillo de un ejrcitopoderoso, haba huido ante el enemigo; los judos, sintindose fuertes con lasarmas y pertrechos, y el enorme botn de los campamentos saqueados, 7habanderribado el altar construido sobre el altar de Jerusaln, haban levantado en tornoal santuario una muralla alta como la de antes, y lo mismo en Bet-Sur, ciudad queperteneca al rey.

    8Al or este informe, el rey se asust y se impresion, de tal forma que cay encama con una gran depresin, porque no le haban salido las cosas como quera.

    h6,1-17 Muerte de Antoco. Antoco Epfanes, al enterarse que los judos han vencido sus tropas y han

    purificado el Templo que l haba profanado, cae en un estado crtico de depresin. La descripcin de su estadopsicolgico, hace honor al apodo que le tenan algunos de sus sbditos: epimanes, que significa loco. Suconfesin, aparentemente arrepentido por haber saqueado el Templo (1 Mac 1,54), no obedece a un acto deconversin sino ms bien al reconocimiento de su fracaso. Antoco encarga a Filipo la administracin del reino y lacustodia de su hijo en 1 Mac 3,33 la haba encomendado a Lisias. Antoco muere probablemente en la primaveradel ao 164 a.C., en Babilonia, ciudad que simboliza tragedia y muerte para Israel (2 Re 24s; Ap 18,8; 16,19; 17,5;18,2.10.21), y se une a la lista de faraones o emperadores, que desde los tiempos de Egipto, han fracasado en suobjetivo de desafiar el amor de Dios por los pobres y oprimidos.

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    9All pas muchos das, cada vez ms deprimido. Pens que se mora, 10llam atodos sus grandes y les dijo:

    El sueo ha huido de mis ojos. Me siento abrumado de pena 11y me digo: Aqu tribulacin he llegado, en qu violento oleaje estoy metido, yo, feliz y queridocuando era poderoso! 12Pero ahora me viene a la memoria el dao que hice enJerusaln, robando el ajuar de plata y oro que haba all y enviando gente que

    exterminase a los habitantes de Jud sin motivo.13

    Reconozco que por eso me hanvenido estas desgracias. Ya ven, muero de tristeza en tierra extranjera.14Llam a Filipo, un grande del reino, y lo puso al frente de todo el imperio. 15Le

    dio su corona, su manto real y el anillo, encargndole la educacin de su hijoAntoco y de prepararlo para reinar. 16El rey Antoco muri all el ao cientocuarenta y nueve. 17Cuando Lisias se enter de la muerte del rey alz por rey a suhijo Antoco, criado por l de pequeo, y le dio el sobrenombre de Euptor.

    Antoco Euptor i18Mientras tanto, la gente de la fortaleza tena confinados a los israelitas en

    torno al templo, y no perda ocasin de hacerles mal y favorecer a los paganos.19Judas se propuso acabar con ellos, y congreg a todo el ejrcito para asediarlos.20Se concentraron todos y empezaron el asedio el ao ciento cincuenta, con

    catapultas y mquinas de asalto. 21Algunos sitiados rompieron el cerco; se lesjuntaron algunos renegados de Israel 22que fueron a decirle al rey:Cundo piensas hacer justicia y vengar a nuestros hermanos? 23Nosotros nos

    sometimos a tu padre voluntariamente, procedimos segn sus instrucciones yobedecimos sus rdenes a la letra. 24El resultado es que nuestros compatriotas hancercado la fortaleza y nos tratan como extraos. Ms an, han matado a losnuestros que caan en sus manos y, han confiscado nuestros bienes. 25Y no sloextienden la mano contra nosotros, sino tambin contra todos los vecinos de sumajestad. 26Ah los tienes, acampados ahora contra la fortaleza de Jerusaln,intentando conquistarla; han fortificado el santuario y Bet-Sur, 27y si no teadelantas rpidamente, harn cosas mayores todava, y ya no podrs detenerlos.

    28El rey se encoleriz al or esto. Convoc a todos los grandes del reino, jefes deinfantera y de caballera. 29Y como tambin se le presentaron mercenarios delextranjero y de los pases martimos, 30su ejrcito contaba cien mil infantes, veintemil jinetes y treinta y dos elefantes amaestrados para la lucha. 31AtravesandoIdumea asediaron Bet-Sur. La lucha se prolong muchos das; prepararonmquinas de asalto, pero los sitiados hicieron una salida y las incendiaron,luchando valientemente.

    32Entonces Judas levant el cerco de la fortaleza y acamp junto a Bet-Zacaras,frente al campamento del rey. 33De madrugada, el rey hizo avanzar su ejrcito atoda prisa por el camino de Bet-Zacaras. Las tropas se dispusieron a entrar enaccin, y son la seal de ataque. 34A los elefantes les haban dado vino de uva yde moras, para excitarlos a la lucha. 35Los repartieron entre los escuadrones,asignando a cada elefante mil hombres protegidos con corazas y cascos de bronce,

    i

    6,18-63 Antoco Euptor. La seguidilla de triunfos se interrumpe. Aunque el autor no lo dice explcitamente,el ejrcito macabeo es derrotado por el nuevo emperador Antoco Euptor. Un grupo de israelitas helenizados ytraidores claman al emperador de turno con palabras que deberan ser para Dios (22). Tambin la accin heroicade Lzaro Macabeo resulta ser un fracaso al no lograr el objetivo de eliminar al rey. Las contradicciones entre lospoderosos Lisias y Filipo a causa de la ambicin y los celos, permite aliviar la situacin de los judos. A pesar queLisias derrota militarmente a Judas Macabeo, firma con ste un pacto donde le concede a Israel libertad religiosa,pero no la libertad poltica, militar y tributaria. Para un autor enamorado de Dios y de la gesta macabea, escomprensible que en este captulo con sabor a derrota no se mencione en la negociacin ni a Dios ni a losmacabeos. El principal culpable de la derrota juda no es el rey de turno, sino los israelitas renegados quevendieron su conciencia y su libertad, acusando ante el enemigo a sus propios hermanos. Comprar la conciencia dehombres y mujeres en las naciones sometidas sigue siendo una tarea prioritaria de los nuevos imperios. Tambinson muchos los que hoy venden su conciencia, la vida y la dignidad de su pueblo, por obtener privilegios yfavorecer sus propios intereses. En este tipo de opciones es lgico que Dios est ausente.

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    ms quinientos jinetes escogidos: 36donde estaba un elefante, all estaban ellos;adonde iba, iban ellos, sin separarse de l. 37Cada elefante llevaba encima, sujetacon un arns, una torre de madera bien protegida. En cada torre iban el gua indioy cuatro guerreros, que disparaban desde all. 38El resto de la caballera, protegidopor las tropas de a pie, iba en las dos alas del ejrcito, para hostigar al enemigo.

    39Cuando el sol relumbr sobre los escudos de oro y bronce, su reflejo en los

    montes los hizo resplandecer como antorchas.40

    Parte del ejrcito real estabaformado en las cumbres de los montes; otra parte en la ladera. Iban avanzandoseguros y en perfecto orden. 41Estremeca or el fragor de aquella muchedumbre enmarcha y el entrechocar de las armas. Realmente era un ejrcito inmenso ypoderoso.

    42Judas y sus tropas avanzaron, y en el choque el ejrcito real tuvo seiscientasbajas. 43Lzaro, apodado Avarn, se fij en un elefante protegido con armadurareal que sobresala entre los dems elefantes; creyendo que el rey iba all,44entreg su vida para salvar a su pueblo y ganarse as renombre inmortal: 45corriaudazmente hacia el elefante, matando a diestra y siniestra por en medio delescuadrn, que se iba abriendo a ambos lados, 46se meti bajo el elefante y leclav la espada; el elefante se desplom encima de l, y all muri.

    47Los judos, al ver la fuerza impetuosa del ejrcito real retrocedieron. 48Los delejrcito real subieron contra ellos hacia Jerusaln; el rey acamp con intencin deinvadir Jud y el monte Sin, 49hizo un tratado de paz con los de Bet-Sur, quesalieron de la ciudad no tenan ya provisiones para resistir el asedio, porque eraao sabtico en el pas. 50El rey ocup Bet-Sur y acanton all una guarnicin parasu defensa. 51Luego puso cerco durante muchos das al templo; instal ballestas ymquinas de asalto, lanzallamas, catapultas, lanzadardos y hondas. 52Los judoshicieron tambin mquinas defensivas, y la lucha se prolong muchos das. 53Perocuando se acabaron los vveres en los almacenes, porque era ao sptimo, y losque se haban refugiado huyendo a Jud desde el extranjero haban consumido lasltimas provisiones, 54se quedaron pocos en el templo; el hambre apretaba, y sedispersaron cada cual por su lado.

    55Lisias se enter de que Filipo, a quien el rey Antoco haba confiado en vida la

    educacin de su hijo Antoco como sucesor,

    56

    haba vuelto de Persia y Media conlas tropas de la expedicin real y que intentaba hacerse con el poder.57Rpidamente determin partir, y dijo al rey, a los generales y a las tropas:

    Cada da somos menos, tenemos pocas provisiones y el lugar que atacamosest fortificado; los asuntos del reino son urgentes. 58Hagamos las paces con esagente, firmemos un tratado con ellos y toda su nacin, 59permitindoles vivir segnsu legislacin, como hacan antes. Porque, enfurecidos por haberles abolido sulegislacin, nos han hecho todo esto.

    60El rey y los jefes aprobaron la propuesta; ofrecieron la paz a los judos, y stosla aceptaron. 61El rey y los jefes confirmaron el pacto con juramento, y as los

    judos salieron de la fortaleza. 62Pero cuando el rey lleg al monte Sin y vioaquellas fortificaciones quebrant el juramento y mand derribar la muralla entera.63Luego parti rpidamente y volvi a Antioqua donde encontr a Filipo que se

    haba apoderado de la ciudad. El rey lo atac y se la arrebat por la fuerza.

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    Demetrio Ij (2 Mac 14,1-10)

    1El ao ciento cincuenta y uno Demetrio de Seleuco se march de Roma,desembarc con unos pocos en una ciudad de la costa y all empez su

    reinado. 2Cuando iba a entrar en el palacio real de sus antepasados, las tropasapresaron a Antoco y Lisias para llevrselos a Demetrio. 3Se lo dijeron a Demetrio,

    y respondi:No quiero ni verles la cara!4Entonces los soldados los mataron, y Demetrio subi al trono imperial. 5Todos

    los israelitas renegados e impos acudieron a l, guiados por Alcimo, que aspirabaal cargo de sumo sacerdote, 6y acusaron al pueblo ante el rey:

    Judas y sus hermanos han exterminado a todos tus partidarios, y a nosotros noshan expulsado de nuestro pas. 7Enva a uno de tu confianza a inspeccionar losdestrozos que nos ha causado Judas, a nosotros y a tu provincia, y a castigarlos aellos y a todos los que los apoyan.

    8El rey eligi a Bquides, del grupo de los amigos del rey, gobernador de la zonaoccidental del ufrates, hombre influyente y de su confianza. 9Lo envi con el impo

    Alcimo, confirmado en el cargo de sumo sacerdote, con orden de castigar a losisraelitas. 10Partieron. Entraron en Jud con un ejrcito numeroso, y mandaron una

    embajada a Judas y sus hermanos, con falsas propuestas de paz. 11Pero los judos,al verlos con un ejrcito tan numeroso no hicieron caso a la embajada; 12sinembargo, una comisin de escribas se reuni con Alcimo y Bquides para buscaruna solucin justa; 13los primeros en pedir la paz por parte de los israelitas eran losLeales, 14porque decan:

    El que ha venido con el ejrcito es un sacerdote de la estirpe de Aarn; no nosva a traicionar.

    15Bquides habl con ellos en son de paz y les jur:No los maltrataremos, ni a ustedes, ni a sus amigos.16Ellos le creyeron, pero l hizo arrestar y ejecutar a sesenta de ellos en un solo

    da, segn aquel texto de la Escritura:17Desparramaron los cadveresy la sangre de tus fielesalrededor de Jerusaln,y nadie los entierra.18A la gente le entr pnico ante los invasores. Se comentaba:

    No tienen sinceridad ni honradez; han faltado a su palabra y a su juramento.19Despus Bquides march de Jerusaln para acampar en Betsaid. Mand

    apresar a muchos de los suyos, que haban desertado, y a algunos del pueblo, losasesin y los arroj a la cisterna grande. 20Luego puso la provincia en manos de

    Alcimo, dejando un destacamento para apoyarlo, y se volvi adonde estaba el rey.21Alcimo tuvo que luchar para defender su cargo de sumo sacerdote; 22 se leunieron todos los agitadores del pueblo y se aduearon de Jud, haciendo unestrago enorme en Israel.

    j

    7,1-25 Demetrio I. Demetrio I, heredero legtimo de Seluco IV no pudo ocupar el trono al morir su padre, yaque siendo todava un nio fue arrestado y llevado a Roma. Asumi el poder su hermano Antoco IV y luego susobrino Antoco V, a quien Demetrio considera un usurpador. Demetrio escapa de Roma y con el apoyo de unaparte del ejrcito, retoma el poder y se proclama rey en el ao 161 a.C. Sus generales asesinan a Antoco V y aLisias. Con la llegada de Demetrio al poder, se agudiza el conflicto entre los dos grupos judos: los renegados prohelenistas y los tradicionales promacabeos. Los judos renegados acuden nuevamente ante el emperadorpara acusar de traidores a sus propios hermanos. Para esta misin se apoyan en Alcimo nombre helenizado deJoaqun, nombrado sumo sacerdote por el emperador (9) pero rechazado por los judos tradicionales por su cortehelenista y su actitud servil ante el imperio de turno. Alcimo y los renegados le declaran la guerra a sus propioshermanos (21-25). Judas Macabeo responde de igual manera (23s). Es triste ver cmo la ausencia en losdirigentes de una conciencia alimentada por el dilogo, la tolerancia, la justicia y el amor, termina dividiendo yenfrentando a los propios hermanos, mientras los poderosos, verdaderos causantes del mal, aprovechan lascircunstancias para perpetuar su dominio.

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    23Cuando Judas vio que Alcimo y su gente hacan ms dao a los israelitas quelos paganos, 24sali por todo el territorio de Jud para castigar a los desertores eimpedirles hacer correras por la regin. 25Y al ver Alcimo que Judas y los suyos serehacan, comprendi que no podra resistirles, y se volvi al rey, con gravsimasacusaciones.

    Derrota de Nicanork (2 Mac 14,12-36)

    26Entonces el rey envi a Nicanor, uno de sus ms famosos generales, enemigomortal de los israelitas, con el encargo de exterminar al pueblo. 27Nicanor lleg aJerusaln con un gran ejrcito, y envi a Judas y sus hermanos este mensaje, conpalabras fingidas de amistad:

    28No nos peleemos. Yo saldr con una pequea escolta para celebrar conustedes una entrevista amistosa.

    29Lleg a donde estaba Judas, y se saludaron amistosamente, pero los enemigosestaban preparados para secuestrar a Judas. 30Judas se enter de que la visita deNicanor era una trampa, y le tom tal miedo que no quiso volver a verlo.31Entonces Nicanor se dio cuenta de que su plan haba sido descubierto, y sali aluchar contra Judas, junto a Cafarsaln. 32Nicanor tuvo unas quinientas bajas, y los

    dems huyeron a la Ciudad de David.33Despus de estos sucesos, Nicanor subi al monte Sin. Algunos sacerdotes yancianos del pueblo salieron del templo para saludarle amistosamente y mostrarleel holocausto que se ofreca por el rey. 34Pero l los despreci, se burl de ellos, losescupi, profiriendo insolencias, 35y jur encolerizado:

    Si no me entregan ahora mismo a Judas y a su ejrcito, cuando yo vuelvavictorioso incendiar este templo.

    Y sali enfurecido.36Los sacerdotes entraron, y de pie frente al altar y el santuario dijeron entre

    lgrimas:37T elegiste este templo dedicado a tu Nombre para que sirviera a tu pueblo

    de casa de oracin y splica. 38Castiga a ese hombre y a su ejrcito. Que caiga afilo de espada! Recuerda sus blasfemias, no les des reposo.

    39Nicanor sali de Jerusaln y acamp en Bet-Jorn; all se le aadi un ejrcitosirio.40Judas acamp en Adasa con tres mil hombres, y rez as:41Cuando los embajadores del rey blasfemaron, sali tu ngel y les mat a

    ciento ochenta y cinco mil. 42Aplasta hoy igualmente a este ejrcito ante nuestrosojos, para que sepan todos que blasfem contra tu templo. Jzgalo como merecesu maldad!

    k7,26-50 Derrota de Nicanor. Alcimo pide ayuda a Demetrio, quien manda a Nicanor, su mejor general,

    para atacar a los judos y quitarles la poca autonoma que mantenan. La estrategia de Nicanor se basa en elengao so pretexto de un proceso de dilogo y negociacin. Cmo lograr que la palabra, igual que la de Dios enel primer captulo del Gnesis o la de Jess, sea siempre una palabra creadora de vida, sincera y confiada, y nouna palabra que se utiliza para engaar y destruir la vida? Ser hombres y mujeres de palabra es un buen punto de

    partida para que los dilogos de las personas y los pueblos sean fructferos y eficaces.La batalla final sigue un esquema conocido en el Antiguo Testamento: presentacin de los ejrcitos, oracinpidiendo la intervencin de Dios, la batalla, derrota y muerte del invasor, huda del resto del ejrcito enemigo yfiesta de los triunfadores (cfr. 2 Re 18,1719,37). El triunfo macabeo se convierte en una fiesta con intenciones derepetirla anualmente. Sin embargo, muy pronto dej de celebrarse, probablemente por su proximidad con la fiestade Purim (14 de marzo). Este final, con sabor a triunfo liberador y tiempo de paz, recuerda las gestas narradas enel libro de los Jueces.

    Dos hechos para reflexionar desde una perspectiva cristiana. El primero, la actitud poco tolerante y violenta deJudas Macabeo, quien despus del pacto firmado con Lisias, recorra el pas matando y maltratando los judosdesertores (7,23). La segunda, colocar a Dios como un general del ejrcito que manda a sus ngeles a matar losenemigos de quienes elevan sus oraciones al cielo. Aunque Jess es duro con los enemigos del pueblo y de lospobres, la justicia y la paz no se consiguen con la violencia, sino con la concientizacin y la organizacin de lospueblos.

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    43Los ejrcitos entraron en combate el trece de marzo. El ejrcito de Nicanor fuederrotado; el primero en caer fue el mismo Nicanor, 44y sus soldados, al ver quehaba cado, arrojaron las armas y huyeron. 45Los judos los persiguieron una

    jornada, desde Adasa hasta Guzer, tocando las trompetas detrs de ellos. 46Detodos los poblados judos a la redonda sali gente para cercar a los que huan, quese volvan unos contra otros; todos cayeron a espada, no qued ni uno. 47Luego

    agarraron el botn y los despojos. A Nicanor le cortaron la cabeza y la manoderecha, que haba extendido insolentemente, y las llevaron para colgarlas frente aJerusaln.

    48El pueblo se alegr muchsimo, y festejaron aquel da como si fuera una granfiesta. 49Determinaron celebrar anualmente aquella fecha, trece de marzo.

    50Jud tuvo paz por algn tiempo.

    Judas pacta con Romal 1Judas haba odo hablar de los romanos: que eran muy poderosos, benvoloscon sus aliados y que hacan pacto de amistad con cuantos acudan a ellos. 2Le

    contaron sus hazaas militares en las Galias: cmo las haban conquistado,sometindolas a tributo; 3y todo lo que haban hecho en tierras de Espaa paraapoderarse de las minas de plata y oro que hay all, 4cmo haban sabido mantener

    su dominio en todo el pas con paciencia y prudencia, y eso que estaba muy lejos.A los reyes que les haban atacado desde los confines de la tierra los habanderrotado aplastndolos definitivamente; los dems les pagaban un tributo anual.5Haban derrotado y sometido a Filipo, a Perseo, rey de Macedonia, y a los que seles haban sublevado; 6derrotaron tambin a Antoco el Grande, rey de Asia, quesali a atacarles con ciento veinte elefantes, caballera, carros y muchsimainfantera: 7lo apresaron vivo, y qued obligado, l y sus sucesores en el trono, apagar un fuerte tributo, a entregar rehenes y ceder la India, Media y Lidia, 8lasmejores provincias del rey; cuando los romanos las recibieron se las dieron al reyEumenes. 9Tambin los griegos proyectaron una campaa para aniquilar a losromanos, 10pero al enterarse stos del proyecto mandaron contra ellos a un sologeneral: entraron en combate e hicieron muchas bajas a los griegos, se llevaroncautivos a las mujeres y nios, saquearon el pas y lo sometieron, derribaron lasplazas fuertes y los redujeron a esclavitud perpetua. 11Aniquilaron y esclavizaronlos restantes reinos, las islas, a cuantos les opusieron resistencia; en cambio, semantenan fieles a sus amigos y a los que se ponan bajo su proteccin.12Dominaron a reyes vecinos y lejanos. Cuantos oan hablar de ellos los teman.13Aqullos a quienes quieren ayudar en sus pretensiones al trono, llegan a reyes; alos que quieren cambiar, los destituyen. Estn en la cima del poder. 14Y con todo

    l8,1-32 Judas pacta con Roma. El autor hace un parntesis en su relato continuar en 9,1 para presentar

    a Roma, nuevo actor imperial que ha entrado en escena y que para mediados del s. II a.C. ya dominaba todo elMediterrneo. A pesar del esfuerzo que hace el autor por justificar el pacto del pueblo judo con Roma, sus mismoscomentarios lo hacen contradictorio. Los elogia por su lealtad (1.11), su podero militar (2-12), porque gobiernansin soberbia a pesar de su podero (14) y por su organizacin poltica interna en cabeza de un senado que buscasiempre el bien pblico (15). Cabra preguntar: el bien pblico de quin? De ellos mismos, es decir de los que

    tienen ciudadana romana, pues su poltica exterior est claramente caracterizada por la discriminacin, elaniquilamiento, la esclavitud, el sometimiento, la imposicin de gobernantes y de un modelo econmico tributario(4.5.7.11).

    En poco difieren las caractersticas del nuevo imperio romano con las de todos los imperios, bien sealadas en 1Sm 8,4-22. Cul ser entonces la motivacin real para que los Macabeos firmen con los romanos un pacto deamistad y mutua defensa (20s), precisamente cuando se disfrutaba de un triunfo liberador y de un tiempo depaz? (1 Mac 7,48-50). Segn los macabeos, buscan sacudirse del yugo de los griegos (18). Estos tratados segrababan en tablas de bronce. Se haca un original en latn que reposaba en el capitolio romano, y otra copia engriego que se entregaba al estado con el que se firmaba el pacto. El autor de Macabeos omite el prembulo y elfinal del pacto porque se mencionan los dioses romanos Jpiter y Capitolio. Comienza as una nueva etapa en lahistoria de Israel, que como se ver con el tiempo, antes que beneficios aumentar la opresin y esclavitud. Sedice que los judos llegaron a odiar tanto a los romanos que ser una de las razones para excluir el libro de losMacabeos del canon judo.

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    esto ni uno de ellos ha ceido la corona ni se ha vestido de prpura para aumentarsu autoridad. 15Han formado un Senado, y diariamente deliberan trescientos veintesenadores, buscando siempre el bien pblico. 16Confan cada ao el poder y elgobierno del pas a un solo hombre; todos le obedecen, sin envidia ni rivalidades.

    17Judas eligi a Euplemo, hijo de Juan, hijo de Acos, y a Jasn, hijo de Lzaro,y los envi a Roma para firmar un tratado de amistad y mutua defensa, 18con la

    intencin de sacudirse el yugo griego, porque vean que el imperio griego estabaesclavizando a Israel.19Partieron para Roma, un viaje largusimo. Y al entrar en el Senado hablaron

    as:20Judas Macabeo, sus hermanos y el pueblo judo nos han enviado aqu para

    hacer con ustedes un tratado de paz y mutua defensa, y para que nos inscriban enel nmero de sus aliados y amigos.

    21Los senadores aprobaron la peticin.22Copia de documento que escribieron en tablillas de bronce, y mandaron a

    Jerusaln para que quedase all como documento fehaciente del pacto de paz ymutua defensa:

    23Gocen bienestar perpetuo romanos y judos en tierra y mar! Lejos de ellos laespada enemiga!

    24Pero si estalla la guerra contra Roma o uno de sus aliados en el imperio, 25elpueblo judo luchar a su lado con toda el alma, conforme lo exijan lascircunstancias, 26a los enemigos no les darn ni suministrarn alimentos, armas,dinero, naves. Es decreto de Roma. Cumplirn estas clusulas sin compensacinalguna.

    27Igualmente, si estalla una guerra contra el pueblo judo, los romanos lucharna su lado decididamente, conforme lo exijan las circunstancias, 28y no darn a losenemigos alimentos, armas, dinero ni naves. Es decreto de Roma. Observarnestas clusulas lealmente.

    29En estos trminos quedaba estipulado el pacto de los romanos con el pueblojudo.

    30Y si ms adelante alguna de las partes quisiera aadir o rescindir algo, se har

    de comn acuerdo, y lo aadido o rescindido tendr fuerza de ley.31En cuanto a los daos que les ha causado el rey Demetrio, ya le escribimos enlos siguientes trminos: Por qu oprimes tirnicamente a nuestros amigos yaliados los judos? 32Si se nos vuelven a quejar de ti, defenderemos sus derechosatacndote por tierra y mar.

    Muerte de Judasm1Pero Demetrio, en cuanto oy que Nicanor y su ejrcito haban sucumbido enel combate, volvi a enviar a Bquides y Alcimo al territorio de Jud con el ala

    derecha del ejrcito. 2Emprendieron la marcha por el camino de Guilgal, tomaron alasalto Mesalot de Arbela y asesinaron a mucha gente. 3El mes primero del aociento cincuenta y dos acamparon frente a Jerusaln, 4pero luego partieron de all,camino de Berea, con veinte mil de infantera y dos mil jinetes.

    m9,1-22 Muerte de Judas. Contina el relato del captulo 7. Judas no se conforma con la autonoma religiosa

    sino que contina luchando por una autonoma poltica. Demetrio, rey sirio, queriendo vengar la muerte deNicanor, pero tambin preocupado por los acuerdos de los judos con Roma, enva un gran ejrcito para aniquilarla resistencia juda, cuyo ejrcito se encuentra desintegrado, desanimado y temeroso. Llama la atencin que Judas,a pesar de la inferioridad numrica, no invoca a Dios como en otras ocasiones (1 Mac 4,10.30-33; 7,41s), sino quedecide enfrentar la batalla con la conviccin de ofrecer la vida por la causa liberadora del pueblo judo (10). Escomo si presintiera la derrota y la muerte (8-10). Judas, tras una frrea resistencia muere en su ley. Llama laatencin que el autor no acuse a Roma de violar el pacto al no acudir en defensa de su aliado. sta es la primeraprueba que el pacto con el imperio romano antes que beneficios slo signific ruina y muerte para los judos. Laelega por la muerte de Judas recuerda la reaccin de David ante la muerte de Sal y Jonatn (2 Sm 1,19-27) yrefleja el amor que le profesaba su pueblo. El ttulo de salvador es el mismo que se daba a los jueces de Israel.Judas hizo muchas hazaas que no se recogen en este libro (cfr. Jn 20,30; 21,25).

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    5Judas acampaba en Elasa con tres mil soldados, 6y al ver la enormemuchedumbre de enemigos se aterrorizaron; muchos desertaron del campamento,y slo quedaron ochocientos. 7Judas vio que su ejrcito se deshaca precisamentecuando era inminente la batalla, y se descorazon, porque ya no era posiblereunirlos. 8Aunque desalentado, dijo a los que quedaban:

    Ataquemos lo mismo a nuestro enemigo! A lo mejor podemos presentarles

    batalla.9Los suyos intentaban convencerle:Es completamente imposible. Salvemos primero nuestras vidas, luego

    volveremos con los nuestros, y entonces les daremos la batalla. Ahora somospocos.

    10Judas repuso:Nada de huir ante el enemigo! Si nos ha llegado la hora, muramos

    valientemente por nuestros compatriotas, sin dejar una mancha en nuestra fama.11El ejrcito enemigo sali del campamento y form frente a ellos, con la

    caballera dividida en dos cuerpos, y los honderos y arqueros delante del ejrcito,los ms aguerridos en primera fila. Bquides iba en el ala derecha. 12La tropaavanz por ambos lados, a toque de la trompeta. 13Los de Judas tambin tocaronlas trompetas, y el suelo retembl por el fragor de los ejrcitos. El combate seentabl al amanecer y dur hasta la tarde.14Judas vio que Bquides y lo ms fuerte del ejrcito estaba a la derecha; se le

    juntaron los ms animosos, 15destrozaron el ala derecha y la persiguieron hasta losmontes de Asdod. 16Pero cuando los del ala izquierda vieron que el ala derechaestaba destrozada se volvieron en persecucin de Judas y sus compaeros. 17Elcombate arreci, y hubo muchas bajas por ambas partes. 18Judas tambin cay, ylos dems huyeron.

    19Jonatn y Simn recogieron el cadver de su hermano Judas y lo enterraronen la sepultura familiar, en Modn. 20Lo lloraron, y todo Israel le hizo solemnesfunerales, entonando muchos das esta lamentacin: 21Cmo ha cado el hroe,salvador de Israel!

    22No hemos escrito otros datos de la historia de Judas, sus hazaas militares y

    sus ttulos de gloria, porque fueron muchsimos.Jonatn y Bquidesn

    n9,23-73 Jonatn y Bquides. Comienza el ciclo de Jonatn (9,2312,53). El vaco dejado por Judas es

    aprovechado por el grupo de los renegados para aumentar su poder e influencia. Para eso cuentan con el apoyode los gobernantes sirios. La situacin se vuelve insoportable para los judeomacabeos, que deciden acudir aJonatn, hermano menor de Judas Macabeo, para pedirle que se ponga al frente del ejrcito judo. Un mal clculomilitar de Jonatn causa la muerte de Juan, su hermano mayor (1 Mac 2,8) a manos de una tribu rabe, la familiade Jambr, por robarle todo su equipaje. La reaccin de Jonatn es ejecutar una venganza que asedia, roba y mataa la familia Jambr mientras celebraba una boda. La alegra de la boda se convirti en luto y lamento (cfr. Am8,10). Una accin que hay que comprenderla dentro del contexto de la poca, pero que todava est lejos delespritu evanglico.

    El relato contina describiendo las batalles entre Bquides, representante del imperio Sirio, apoyado por losjudos renegados (9,23) y Jonatn, representante del grupo judeomacabeo. La actitud de los renegados de

    acusar a sus hermanos ante los sirios y ganarse el favor del imperio, esta vez se vuelve en su contra, dado queBquides al fracasar en su intento por derrotar a Jonatn, acusa a los renegados de su fracaso y humillacin,hasta el punto de castigarlos y romper toda relacin con ellos. Situacin que aprovecha Jonatn para lograr unpacto de no agresin con Bquides. Jonatn va consolidndose como un gran comandante militar y un hbilnegociador, hasta el punto que el autor lo presenta con las caractersticas de los Jueces de Israel (73). En mediodel relato se cuenta la muerte del sumo sacerdote Alcima despus de haber derrumbado el muro del Templo (54s)que separaba los atrios de los judos y los gentiles (1 Re 7,12; Ez 44,9). Recordemos que si un gentil, en el Templode Jerusaln, pisaba el patio de los judos era sometido a la pena de muerte. El autor considera la enfermedad ymuerte de Alcima como un castigo por esta accin sacrlega. Respetando el contexto de la poca, tendramos quedecir que la actitud reprobable de Alcima, al quitar el muro que separaba a judos y gentiles, ser por el contrario,parte de la misin de Jess y de los cristianos de todos los tiempos. Por ejemplo, el desgarro del velo del Templode Jerusaln al momento de la muerte de Jess (Mc 15,38), se interpreta tambin como el derribamiento del muroque separaba a Dios de su pueblo.

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    23Despus que muri Judas, por todo el territorio israelita asomaron de nuevolos renegados y reaparecieron todos los malhechores. 24El pas se pas a su bando,porque por entonces hubo un hambre terrible. 25Bquides eligi a unos impos y lospuso al frente del gobierno de la zona. 26Ellos seguan el rastro de los amigos deJudas, y se los llevaban a Bquides, que los castigaba y humillaba.

    27Fue un tiempo de grandes sufrimientos para Israel como no se haba visto

    desde que desaparecieron los profetas.28Todos los partidarios de Judas se reunieron y dijeron a Jonatn:29Desde que muri tu hermano Judas no tenemos un valiente como l que gue

    la lucha contra el enemigo, ese Bquides y los que odian a nuestro pueblo. 30Poreso te elegimos hoy a ti para que lo sustituyas como jefe y caudillo que dirijanuestra guerra.

    31En aquel mismo instante tom el mando Jonatn, sucediendo a su hermanoJudas. 32Bquides se enter y quera matarlo; 33pero en cuanto lo supieronJonatn, su hermano Simn y todos sus camaradas, huyeron al desierto de Tecua yacamparon junto a la cisterna de Asfar.

    34Bquides lo supo un sbado, y fue l en persona con todo su ejrcito a la otraorilla del Jordn.

    35Jonatn envi a su hermano al frente de la comitiva, a pedir a sus amigos losnabateos que les cuidaran todo el equipaje, que era mucho. 36Pero los hijos deJambr, de Madab, salieron y capturaron a Juan con todo lo que tena, y semarcharon llevndoselo todo.

    37Poco tiempo despus comunicaron a Jonatn y su hermano Simn:Los hijos de Jambr celebran una gran boda; a la novia, hija de uno de los ricos

    de Canan, la llevan desde Madab en un gran cortejo.38Recordando el asesinato de su hermano Juan, subieron a ocultarse al reparo

    del monte. 39De pronto vieron aparecer en direccin hacia ellos y en medio de ungran gento que llevaba regalos, al novio, que avanzaba hacia el cortejo de la noviacon sus amigos y parientes, al son de la msica, de tamboriles y otrosinstrumentos. 40Los de Jonatn salieron de la emboscada y se lanzaron contra ellospara matarlos. Hirieron a muchos, y los supervivientes escaparon al monte. Les

    quitaron todo el botn,

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    y la boda se cambi en luto, y el canto de los msicos enlamentacin. 42As vengaron la muerte de su hermano. Luego se volvieron a lasregiones pantanosas del Jordn.

    43Cuando Bquides lo supo se fue un sbado hasta las riberas del Jordn con ungran ejrcito. 44Jonatn dijo a los suyos:

    nimo! Luchemos por defender nuestras vidas, que hoy no es como antes.45Miren, el enemigo nos asedia por delante y por detrs, de un lado estn las aguasdel Jordn y del otro los pantanos y las malezas; no hay donde batirse en retirada.46As que clamen al cielo para que nos salve de nuestros enemigos.

    47Se trab el combate. Jonatn alarg el brazo para herir a Bquides, pero stelo esquiv echndose atrs. 48Jonatn y los suyos se echaron al ro y lo atravesarona nado hasta la otra orilla; el enemigo no pas el Jordn en su persecucin.49 Bquides tuvo aquel da unas mil bajas; 50luego se volvi a Jerusaln y comenz

    a fortificar algunas ciudades en Judea: las fortalezas de Jeric, Emas, Bet-Jorn yBetel, Timn, Piratn y Tefn, con murallas altas, puertas y cerrojos. 51En todasellas acuartel guarniciones para hostilizar a Israel.

    52Fortific tambin la ciudad de Bet-Sur, Guzer y la fortaleza, y dej en ellastropas y depsitos de vveres. 53Tom como rehenes a los hijos de las autoridadesde la zona y los encarcel en la fortaleza de Jerusaln.

    54El ao ciento cincuenta y tres, el segundo mes, Alcimo orden derribar el murodel atrio interior del templo, destruyendo la obra de los profetas. Empez lademolicin, 55pero precisamente entonces Alcimo sufri una enfermedad quedetuvo sus planes; la parlisis le cerr la boca de forma que no poda hablar nihacer testamento. 56Y as muri entonces, entre enormes dolores.

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    57Cuando Bquides vio que haba muerto Alcimo, regres a donde estaba el rey.Jud qued en paz durante dos aos.

    58Todos los judos renegados deliberaron:Ah tienen a Jonatn y los suyos, tranquilos y confiados. Traeremos a Bquides

    para que se apodere de todos ellos en una noche.59Fueron a verlo y parlamentaron con l.60

    Bquides se puso en marcha con un gran ejrcito. Envi instrucciones secretasa todos sus aliados de Jud para que apresaran a Jonatn y sus compaeros; perono lo consiguieron, porque se descubri su plan. 61Jonatn y los suyos apresaron aunos cincuenta hombres de la regin, de los principales conspiradores, y losmataron. 62Jonatn y Simn se retiraron con su gente a Bet-Bas del Pramo,reconstruyeron lo que estaba en ruinas y la fortificaron. 63En cuanto se enterBquides, reuni todas sus tropas y avis a los de Jud; 64lleg a Bet-Bas, la cercy la atac durante muchos das, emplazando mquinas de asalto.

    65Jonatn dej a su hermano Simn en la ciudad, sali hacia el campo y se pusoen marcha con unos cuantos. 66Derrot a Odomera y sus parientes, y a los hijos deFarisn en su campamento. Luego empezaron a repartir golpes, avanzando porentre el ejrcito. 67Entonces Simn y los suyos hicieron una salida e incendiaron lasmquinas de asalto. 68Lucharon contra Bquides y lo derrotaron; quedprofundamente humillado, porque su plan y su campaa haban sido intiles.69Entonces se enfureci contra los renegados que le haban aconsejado laexpedicin, mat a muchos y decidi volverse a su tierra.

    70Al enterarse Jonatn, le envi embajadores para tratar con l la paz y ladevolucin de los prisioneros. 71Bquides los recibi, accedi a su peticin y jur aJonatn no hacerle ms dao en toda su vida. 72Le devolvi los prisioneros quehaba hecho en Ju