1_la construcción de la historia subjetiva en la clínica psicológica

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71 ACTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA 13 (1): 71-78, 2010 LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA SUBJETIVA EN LA CLÍNICA PSICOLÓGICA MAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNÁNDEZ * UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Recibido, mayo 23 /2008 Concepto evaluación, diciembre 16/2009 Aceptado, abril 29/2010 Resumen El presente trabajo aborda el problema de la historia dentro de la clínica psicológica. Se parte de tres hipótesis: (1) el sufrimiento se instaura en la historia subjetiva que ha construido el consultante; (2) en la clínica psicológica se pretende la construcción de la historia de éste y (3) la historia a que llega el paciente no es descubierta, sino construida, reconstruida y en devenir. Este acercamiento acude, por una parte, a las reexiones que la losofía contemporánea realiza alrededor del problema de la historia en la posmodernidad, y, por otro lado, a un caso clínico que ilustra tal discusión. Se concluye que el pasado no es la historia. Que ésta es un tejido que incluye lo vivido, el presente y el futuro; que siempre está en devenir y puede (re)construirse, pudiendo disminuir o no el sufrimiento subjetivo; y, nalmente, que la clínica psicológica contribuye a la construcción de la historia subjetiva del paciente. Palabras clave: historia subjetiva, clínica psicológica, posmodernidad. THE CONSTRUCTION OF SUBJECTIVE HISTORY IN THE CLINICAL PRACTICE OF PSYCHOLOGY Abstract This paper tackles the issue of history in the clinical practice of psychology. The starting point is composed of three hypotheses: (1) suffering places itself in the subjective history that the patient has built; (2) the clinical practice of psychology aims at construction of subjective patients, and (3) the history at which the patient arrives is not discovered, but built, rebuilt and in constant change. This approach makes use, on the one hand, of thoughts of contemporary philosophers regarding the issue of history in postmodernity; and on the other hand, of a clinical case that serves as an example for such discussion. It is concluded that the past is not history; that history is a fabric that comprises past experiences, as well as the present and the future; that this fabric changes constantly and can be (re)built, so that subjective suffering can or cannot be reduced. And, lastly, that the clinical practice of psychology contributes to the building of the patient’s subjective history. Key Words: subjective history, clinical practice, postmodernity. CONSTRUÇÃO DA HISTÓRIA SUBJETIVA NA CLÍNICA PSICOLÓGICA Resumo Este trabalho aborda o problema da história na clínica psicológica. É baseado em três premissas: 1. instituição do sofrimento na história subjetiva que construiu o consultante; 2. a clínica psicológica procura historiar o consultante; 3. a história à que chega o paciente não é descoberta, mas construída, reconstruída. Está em mudança constante. Esta abordagem se baseia nas reexões losócas contemporâneas em torno do problema da história na pós-modernidade e em um caso clínico que ilustra essa discussão. Nós concluímos que o passado não é a história, já que esta é um tecido que inclui o vivido, o presente e o futuro. A história sempre está em mudança constante, pode (re)construir-se e pode diminuir –ou não– o sofrimento subjetivo. Ademais, a clínica psicológica contribui para a construção da história subjetiva do paciente. Palavras-chave: a história subjetiva, clínica psicológica, pós-modernidade. * Psicólogo y Magister en Psicología, docente Departamento de Psicología. Correspondencia: Ciudad Universitaria: Calle 67 Nº. 53-108, bloque 9, ocina 443 Teléfono: 2198763. [email protected]

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71ACTA COLOMBIANA DE PSICOLOGA 13 (1): 71-78, 2010LA CONSTRUCCIN DE LA HISTORIA SUBJETIVA EN LA CLNICA PSICOLGICAMAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNNDEZ*UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIARecibido, mayo 23 /2008Concepto evaluacin, diciembre 16/2009 Aceptado, abril 29/2010ResumenEl presente trabajo aborda el problema de la historia dentro de la clnica psicolgica. Se parte de tres hiptesis: (1) el sufrimiento se instaura en la historia subjetiva que ha construido el consultante; (2) en la clnica psicolgica se pretende la construccin delahistoriadestey(3)lahistoriaaquellegaelpacientenoesdescubierta,sinoconstruida,reconstruidayendevenir. Este acercamiento acude, por una parte, a las reexiones que la losofa contempornea realiza alrededor del problema de la historia en la posmodernidad, y, por otro lado, a un caso clnico que ilustra tal discusin. Se concluye que el pasado no es la historia. Que sta es un tejido que incluye lo vivido, el presente y el futuro; que siempre est en devenir y puede (re)construirse, pudiendo disminuir o no el sufrimiento subjetivo; y, nalmente, que la clnica psicolgica contribuye a la construccin de la historia subjetiva del paciente.Palabras clave: historia subjetiva, clnica psicolgica, posmodernidad.THE CONSTRUCTION OF SUBJECTIVE HISTORY IN THE CLINICAL PRACTICE OF PSYCHOLOGYAbstractThis paper tackles the issue of history in the clinical practice of psychology. The starting point is composed of three hypotheses: (1)sufferingplacesitselfinthesubjectivehistorythatthepatienthasbuilt;(2)theclinicalpracticeofpsychologyaims at construction of subjective patients, and (3) the history at which the patient arrives is not discovered, but built, rebuilt and in constant change. This approach makes use, on the one hand, of thoughts of contemporary philosophers regarding the issue of history in postmodernity; and on the other hand, of a clinical case that serves as an example for such discussion. It is concluded that the past is not history; that history is a fabric that comprises past experiences, as well as the present and the future; that this fabric changes constantly and can be (re)built, so that subjective suffering can or cannot be reduced. And, lastly, that the clinical practice of psychology contributes to the building of the patients subjective history.Key Words: subjective history, clinical practice, postmodernity.CONSTRUO DA HISTRIA SUBJETIVA NA CLNICA PSICOLGICAResumoEste trabalho aborda o problema da histria na clnica psicolgica. baseado em trs premissas: 1. instituio do sofrimento na histria subjetiva que construiu o consultante; 2. a clnica psicolgica procura historiar o consultante; 3. a histria que chega o paciente no descoberta, mas construda, reconstruda. Est em mudana constante. Esta abordagem se baseianas reexes loscas contemporneas em torno do problema da histria na ps-modernidade e em um caso clnico que ilustra essa discusso. Ns conclumos que o passado no a histria, j que esta um tecido que inclui o vivido, o presente e o futuro. A histria sempre est em mudana constante, pode (re)construir-se e pode diminuir ou no o sofrimento subjetivo. Ademais, a clnica psicolgica contribui para a construo da histria subjetiva do paciente.Palavras-chave: a histria subjetiva, clnica psicolgica, ps-modernidade.*Psiclogo y Magister en Psicologa, docenteDepartamento de Psicologa. Correspondencia: Ciudad Universitaria: Calle 67 N. 53-108, bloque 9, ocina 443 Telfono: 2198763. [email protected] MAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNNDEZ1.INTRODUCCINEl ejercicio clnico dentro de la psicologa puede pen-sarse como el develamiento de las estructuras profundas que llevan a la persona a pensar, sentir, actuar y sufrir de determinada forma. Pero tambin puede concebirse como prctica narrativa, en cuyo caso la pretensin ser que el consultante encuentre en el espacio clnico las condicio-nes que le permitan, no tanto desentraar su historia, sino construirla. Valgadecirquelaconstruccinnarrativade la historia se hace a partir de lo ya tejido por el sujeto, y nunca es un partir de cero. En este sentido, es siempre una reconstruccin. As,laclnicapsicolgicaesunespacio donde el sujeto-consultante puede narra su propia historia Se profundizar en el signicado de esto y en sus implica-ciones para la prctica psicoteraputica.A aquellas dos maneras de situar el problema de la his-toriacorrespondeloque Vattimo(1991)hadenominado ser-estructura propio del pensamiento metafsico moder-noyser-eventopropiodelaposmetafsicacontempor-nea.Estasontologas,lejosdetenerunvalorsuperuo paraelejercicioclnicoenpsicologa,constituyenpara elclnicounaformadesituarsefrentealavidayasus consultantes. Se abordar el problema de la historia den-tro de la clnica psicolgica a partir de un acercamiento a estas dos grandes ontologas, enfatizando en la segunda y acudiendo a las intelecciones emergentes de algunos frag-mentos de un caso clnico.2.DISOLUCIN DE LA HISTORIAVattimo ha colocado la historia como uno de los focos delareexinentornodelapostmodernidad:Proba-blementeunadelascaracterizacionesmsampliamente aceptadas de la posmodernidad sea aqulla que la presenta como el n de la historia (Vattimo, 1991, p.15). Somete a discusin las posiciones que frente a la posmodernidad han adoptado Habermas y Lyotard. Ambos comparten, en realidad, la misma descripcin de la posmodernidad, y di-vergen slo en cuanto a la evaluacin del fenmeno: en-trambas lo describen en efecto como el venir a menos de los grandes metarrelatos que legitimaban la marcha his-trica de la humanidad por el camino de la emancipacin, ydelpapeldeguaquelosintelectualesdesempeaban en ella (...) En ambos casos nal de la historia signica naldelhistorialismo,osea,delacomprensindelas vicisitudeshumanascomoestandoinsertasenuncurso unitario dotado de un sentido determinado, el cual, en la medidamismaenquevieneaserreconocido,sedevela como sentido de emancipacin (Vattimo, 1991, p. 16)MientrasLyotardabogaporlasuperacindenitiva de la modernidad (1994), Habermas arguye que una po-ca que se erija alrededor de la superacin de todo histo-rialismo, convierte esto mismo en su gran metarrelato, no pudiendo desprenderse denitivamente del lastre mo-derno.VattimorecurreaHeideggerquienindicaquela modernidad no puede ser superada, porque ello supondra usar la categora superada crticamente que es justamen-teconstitutivadelamodernidad.ParaHeidegger,como paraNietzsche,elhistoricismomodernoesmetafsica en acto (Vattimo, 1991, p.25). Y en este sentido Heide-ggermuestramercedasuelaboracinrememorativade la metafsica como historia del ser (que) metafsica es la epocalidad del ser de las pocas dominadas por un arch, porunaGrund,queadoptadiversasconguraciones (Vattimo, 1991, p.25)Ahora, el pensamiento posmetafsico repiensa y reco-noce estos archai como acaecimientos de la historia del ser, como epistemai foucaultianas, y no como estructuras eternasdelser,delarazn,etc.(Vattimo,1991,p.25). Conestoseinauguraelpasodelaconsideracinacerca del ser pensado como poseedor de estructura al ser consi-derado evento. Se halla de esta manera, la antimonia ser/estructura-ser/evento, correspondientes a la visin moder-na (metafsica) del ser y a la visin posmoderna (posme-tafsica) de ste. Historicismo y estructura, son correlatos de la primera; acontecer, acaecer y evento son el correlato de la segunda. Esto requiere que el Ser, con mayscula, no exista y que su lugar no sea ocupado por nada; esto exige queexistaelser-que-es-acontecimiento-que-es-acaecer, que all sucede, pero que, ante todo, no ocupa el lugar del Ser, para no tornarse estructura, absoluto. Esto es lo que Heidegger expresa con el trmino Ge-Schick: el ser no es Grund, principio o arch, fundamento, sino Ge-Schick, envo, transmisin, mensaje (Vattimo, 1991, p.42).Segn Vattimo (1991), dos de los grandes aportes de Heidegger fueron, por un lado, el afrontar el problema de la metafsica de la fundamentacin y, por otro, el unir ser y lenguaje en una tentativa por resolver tal problema. Lo valiosodeestauninesqueparanocaerenunanueva fundamentacin del ser por el lenguaje, Heidegger asume la perspectiva de la radical nitud de la existencia del ser: enlaontologaheideggeriananoesqueelseracaezca nicamenteenellenguaje,esque,cabalmente,acaece (Vattimo, 1991, p.41).Procedentedelahermenuticasejustica,entonces, la idea de que Ser en vez de ser es permanecer modernos. Es Heidegger el que permite pensar, como se deca, el ser/evento, allanando tal va con las nociones de An-denken y Verwindung, ya radicadas en Nietzsche. 73 HISTORIA SUBJETIVAAndenkenes,porlotanto,Verwindung,unretornar queexcluyelapretensindeabsolutocorrespondientea losarchaimetafsicos,sinporello,noobstante,poder oponerle otro absoluto, sino slo una suerte de esta de la memoria: la expresin es de Nietzsche, pero rinde per-fecta cuenta de la posicin de andenken de Heidegger. Se trata de una actitud que podemos tambin llamar de pietas (...) Piedad es el amor que se profesa a lo viviente y a sus huellas, aqullas que va dejando y aquellas otras que lle-va consigo en cuanto recibidas del pasado. En Nietzsche, asimismo,elnaldelprocesodedesmiticacinnoda lugar a desembocar en ninguna posicin de certeza, o en las verdaderas estructuras, sino a una actitud piadosa, eso que en varias ocasiones Nietzsche denomina losofa de la maana. (Vattimo, 1991, p.26)Sepodrdecirquelaactitudpiadosaeselamorno slo a las huellas que deja y las que lleva consigo lo vi-viente, sino las huellas que se hacen tal, gracias a la mi-rada. En la playa no todo es huella. Slo una mirada ex-perta puede reconocer una huella al ver un alargado ypocoprofundohoyo.Msan,talreconocimientono esreconocimientoens,sinoconstruccin,porqueuna miradapuedehacerdetalhoyounsimplehuraco,pero otraloconvertirenhuella.Ydeestamanera,cuando una mirada construye una huella, construye un recorrido completo. En el no hay hechos, slo interpretaciones nie-tzscheanas,ideasubyacentealoquesehadenominado perspectivismo(Vsquez,2007;Correia,2004),espo-siblehallarjusticacinaaquellaconcepcindehuella. Comosedirmsadelante,stepodraserelproceder de la clnica psicolgica. Esto se ofrece como posibilidad para la mirada del clnico.Comosehadicho,unodelosrasgoscaractersticos de la posmodernidad es el socavamiento del pensamiento fundacional (de la metafsica). La crtica de Vattimo a Ha-bermas consiste en que su crtica de la ideologa convoca irremediablementeelhorizontedelafundamentacin [en la medida en que ella se realiza] en nombre de una es-pecie de pregnancia de la comunicatividad del discurso (1991,p.28).CriticaaLyotarddequiendicequepara norecaerenelhorizontefundamentativo,renuncia,en elfondo,alproyectodelaemancipacin(p.28). Yde Rorty critica que, aun cuando ofrece una racionalidad que busca consenso, pero apoyado en una base no trascenden-tal, sino emprica, pragmtica, nalmente tiene que acudir a un metarrelato para defenderla (1991).Esentendiblequeelndelahistoria,elndelos metarrelatosvengaacompaadodelndelpensamiento fundacional. Y en este sentido, lo que con la consumacin de la metafsica ha entrado en crisis es la fuerza normati-va de toda situacin de hecho (Vattimo, 1991, p.30), con lo que se ha dado el adis a toda pretensin de bsqueda de la Verdad nica, a toda Mathesis Univeralis.Apelarahechos,situaciones,oexperiencias,alos que se debera corresponder por mucho que no sea slo ni principalmente en el sentido descriptivo del trmino- comporta siempre el presupuesto metafsico de que en la realidad tal como se da se esconda alguna normativa para elpensamiento,demodoque,inclusocuandotalpresu-puesto metafsico es rechazado, surge, para apelar a la co-rrespondencia, otro motivo cualquiera. La rememoracin piadosa de Heidegger -o la esta de la memoria nie-tzscheana- parece ser el nico motivo posible (p.31).Quedalainevitablepietasdelserhumanoquelleva inevitablemente a hacer la experiencia de la eventualidad, deldesfondamiento,delano-presenciadelser.Estoes gracias a la disolucin de la metafsica, de toda metafsica de la presencia. Es la experiencia de mortalidad, epocali-dad del ser y de su radical nitud la que ha llevado a la manifestacin de la pietas heideggerianas.Habr que pensar, entonces, la historicidad del ser. Y, como dice Foucault (1998, p. 356), no se ha podido sos-tenerlaideadeunahistorialisa,deunrelatocomnde las cosas y los hombres. As, ha habido un cambio de lo humano; cada una de las esferas que sostienen sus positi-vidades empricas, cada uno de los sustratos de las cien-cias vecinas, poseen su construccin de la historia. Se ha credo, errneamente, que en la medida en que apareci el hombre y se fund su historia, los instrumentos que cons-tituyen su vida, su vida misma, su lenguaje, su trabajo co-braron su cuota y hallaron su construccin de la historia. Loqueocurrifuequelascosasrecibieronprime-rounahistoricidadpropiaquelasliberdeesteespacio continuoquelesimponanlamismacronologaquelos hombres(Foucault,1998,p.357).Desaparecieronlos contenidosqueclsicamentefundaronlahistoriahuma-na: por una parte, desde la naturaleza misma, la creacin, el n del mundo, el tiempo natural; por otra parte, desde la economa, el retorno de la edad de oro, las condiciones de produccin histricas; y, nalmente, desde la perspec-tiva del lenguaje, las marcas del antes de Babel y de los primeros gritos en el bosque.El ser humano qued sin historia. Es esta la constata-cinposmodernaquerealizaLyotardyqueesasumida por Vattimo. Le queda al ser humano su posesin de len-guaje, vida y trabajo, cada uno con su historia y ninguna de estas historias subordinadas al hombre. Se fragment elespacioepistemolgico,elespaciocontinuodelsaber clsico:porelenrollamientodecadadominioaslibe-radosobresupropiodevenir,elhombrequeaparecea 74 MAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNNDEZprincipios del siglo XIX est deshistorizado (Foucault, 1998, p. 358). Queda la empiricidad que hace al sujeto po-sible; y esta empiricidad alude a lo que referencia Vattimo (1991) al hablar de la pietas heideggeriana, como aquello que no puede no experimentarse, como aquello que torna alserhumanoeneventualidadyacontecer.Porefectos deltemaqueconvocaesteensayoesprecisopreguntar qu signica defender la idea de que el ser humano que-d sin historia? Qu implicaciones tiene esto para la ma-nera como es mirado el hombre y para la forma como es pensado en la clnica psicolgica? La misma clnica no debera ser interrogada en su propia historicidad?El siglo XIX indica que el hombre es el poseedor de suspropiaspositividades,eselhombrequienvive,pro-duce,trabaja,hablaypiensa. Ysibienaqusearrojla historicidad del vivir, del producir, del trabajar, del hablar ydelpensar,elhombreesrestituidoensuhistoricidad graciasalreconocimientodequeasaparecedetrsde lahistoriadelaspositividadesaquella,msradical,del hombre mismo. Historia que concierne ahora al ser mis-mo del hombre, ya que l comprueba que no slo tienen en torno a s mismo historia, sino que es su historicidad propia aquello por lo que se dibuja una historia de la vida humana, una historia de la economa, una historia de los lenguajes.Habra,pues,enunnivelmuyprofundo,una historicidad del hombre que sera con respecto a s misma su propia historia, pero tambin la dispersin radical que fundamenta todas las dems (Foucault, 1998, p.359).En la poca clsica exista una historia, la del hombre y el mundo como cosa nica. Ello haca que la historia casi queaparecieracomounapriori,apartedesucondicin propiamente inherente al mundo-hombre y sus accidentes. ElsigloXIXexigehacerunahistoriadelhombrecomo ser vivo, trabajador y parlante, y por lo tanto, desde su ser mismo, un ser que no es eidos. Un ser que bien podra pen-sarse, como ya se ha dicho anteriormente, no como ser/es-tructura sino como ser/evento, como ser que acontece. En este sentido, es una historia que no est hecha, que hay que hacerseyentodocasoyanoseraunahistorialisa,sino unahistoriaendevenir.Esunahistoriadesdeelhombre, acontecimientodecimonnico,ynodesdelaunidadno fracturada hombre-mundo de la poca clsica, no desde la metafsica que con su disolucin, catapult cualquier posi-bilidad de que la realidad revele la verdad del hombre.3.CLNICA PSICOLGICA Y CONSTRUCCIN DE LA HISTORIA DEL SUJETOQue el hombre contemporneo se qued sin historia es una constatacin con profundas implicaciones para la psi-cologa y para la clnica psicolgica. Esto resulta ms de-nitivo por cuanto que es reconocido el recurso a la historia personal del consultante dentro del ejercicio clnico de la psicologa.Dehecho,lareconstruccinhistricadelos eventos vitales, la anamnesis, corresponde a los primeros encuentros acontecidos entre el clnico y su consultante.Cmoentenderlanecesidaddelaconstruccindela historia del sujeto dentro de un ejercicio, como el clnico, en una poca en que se ve que el ser humano ya no es parte de la historia humana, nica y universal? Si, como es sostenido por el presente trabajo, se parte de la conviccin de que el sujeto humano se qued sin historia, resulta viable la clni-ca psicolgica? El presente ensayo parte de dos hiptesis. Primera hiptesis: La clnica psicolgica es una prc-tica que tiene como pretensin construir la historia del su-jeto-consultante. En este sentido, el cometido de la clnica es ofrecer unos recursos para la construccin de la historia el sujeto. Segunda hiptesis: Dentro del ejercicio de la cl-nica psicolgica, la historia a que llega el consultante no esunahistoriadescubierta,sinounahistoriaconstruida. La suma de acontecimientos en la vida, la produccin, el pensamiento y el habla de una persona no es su historia.El sujeto llega al espacio clnico con una serie de viven-ciaspasadas,internasyexternas;conunahistoria;busca ayuda a una situacin de sufrimiento, de dolor psquico, si se quiere. El clnico debera comprender que existen diver-sasexperienciasenelpadecerhumano(pathoshumano) y diferentes mbitos de su aparicin. La nocin de pathos humano procede de la passio aristotlica (Ferrater, 1994), referida a la afeccin de algn ente o, si se quiere, el es-tado de un ente en cuanto afectado por una accin. (...) En un sentido ms especco y cuyo signicado ha terminado por predominar la pasin es una afeccin o modicacin (...) del alma o de un sujeto psquico (p.2714). Afeccin no es sinnimo de perturbacin, aunque los estoicos se re-rieron a las pasiones como perturbacin que habra de ser eliminada por medio de la razn. Los tomistas unen las pa-siones al apetito sensitivo y pueden adquirir un valor moral. En la modernidad se contrapone pasin y razn: Hume ve la razn como esclava de las pasiones; para Hegel la pa-sin se subordina a la razn, la cual usa de las pasiones para la realizacin de los nes esenciales del espritu (p.2716). Kant usa patolgico ms unido a pathos, del cual rescata su raz pasin, afeccin, como en la passio aristotlica.El pathos humano tiene una doble dimensin (Bedoya, 2006) que se tratar separadamente para efectos formales, peroquemantienenunamarcadarelacinrecproca.La primera denominada dimensin temporal, en razn de lo cual es posible saber que las pasiones humanas, el pathos humano, no es el mismo en el tiempo, no se mantiene in-75 HISTORIA SUBJETIVAclume, sino que deviene. En razn de qu experiencias y mecanismos deviene? Esta pregunta conduce a la segunda dimensin del pa-decerdelhombre:sudimensinespacial.Esellalaque indicaqueelpathossubjetivonoeselmismoentodas partes. Una persona es en situacin y por ello las pasiones que se arraigan en su cotidianidad, que podrn impregnar-la o no de dolor, se tornan correlato de las esferas de su vida diaria. Ello hace que no exista una nica pasin, un pathos nico, sino unos padeceres del da a da. Noobstante,existenpadeceresquecruzanlavidade laspersonasycadaunadelassituacionesquelashacen ser. Algunosdeellostornanelpathosensufrimiento.El sujeto Y duda al pensar si realiza bien su trabajo, duda de ser un buen padre, duda de si los amigos s lo valoran, duda de ser amado por su novia; duda de una compra realizada, duda en todo momento. Una duda que parece no evolucio-narparasutranquilidad,sinoquecadavezinvadems aspectos de su vida. Una duda que se pone en escena en la vidadeY,ensuexperienciasubjetiva,ensusrelaciones interpersonales, en su relacin con el mundo de los objetos. Ese padecer se ha ido congurando como sufrimiento. Elpathossubjetivoposeecincodimensiones:ste eshistrico,epistmico,intersubjetivo,estticoytico (Bedoya, 2006). Para efectos del presente tema, slo ser comentada la primera dimensin. Los padeceres subjeti-vosapareceninscritoseneldevenirdecadapersonaen tantoqueelloshanrepresentadounaposibilidaddelser en el mundo. Ms especcamente, el pathos humano es unacontecimientodadoenaquelsaberatemtico,pre-predicativo y prerreexivo que constituye lo que Husserl denomina mundo de la vida (Schtz, 2003a; 2003b; Ha-bermas, 1990). Dado que el pathos humano, como ya se ha indicado, es poseedor de una dimensin temporal, en su devenir se va transformado.Yquizsepuedaarmarqueensudevenirnoexis-teunncleoalcualsepodrallegarmedianteunalabor clnico-arqueolgica.Aquseproponediferenciardeve-nir nuclearizante y devenir horizonte. El primero asume la metfora de las capas: una sobre otra, a lo largo de la historiasubjetiva. Allhabradepensarsequelascapas ms profundas son ms inaccesibles para la labor clnica (Coderch,2001),auncuandosseexpresanenlavida cotidiana, en la relacin del sujeto con los otros, consigo mismo y con el mundo. Se considera que la labor clnica puede modicar las capas superciales del padecer, pero difcilmente podr hacerlo con el ncleo de ste. Este es un pathos tejido alrededor de (un ncleo).Respectodeldevenirhorizontedelpathoshumano, habrquindicarquehorizonteeselmbitodevisin que abarca y encierra todo lo que es visible desde un de-terminadopunto.Aplicndoloalaconcienciapensante hablamos entonces de la estrechez del horizonte, de la po-sibilidad de ampliar el horizonte, de la apertura a nuevos horizontes (Gadamer, 1977).Este lugar no es un ncleo, sino una perspectiva. Y de esta manera puede suceder que una persona elija un lugar desde donde situarse, desde donde vivir sus pasiones. Este es un pathos construido a partir de. La labor clnica, en este sentido, es aqulla que permite al consultante rede-nir sus perspectivas en el mundo, los lugares que asume, y, en n, sus horizontes.Elpathossubjetivoesunaconstruccinqueelsuje-to ha ido realizando. Por eso, cuando una persona acude buscandoayudaporpartedelclnico,lohaceporquela historiatejidadeshadevenidosufriente,angustiante, dolorosa; la urdimbre que ha devenido en historia ha to-mado y tejido hechos y situaciones, produciendo doloro-sas conguraciones en el sujeto. Y bien podra decirse que una persona se hace consultante buscando dejar de sufrir y lo que requiere es construir una historia diferente de s mismo. Cmo pensar que la clnica psicolgica permite la construccin de una historia nueva en el consultante?Quizseaprecisoenfatizarelhechodequelaacu-mulacindehechos,acontecimientosysituacionesdel pasado no es la historia. La historia personal es una cons-truccin subjetiva que es cruzada por el sentido. Dentrodelespacioclnico,loqueelconsultanteen-cuentraeslamaneraylosrecursos,porunlado,para convertiresasvivenciasyacontecimientospasadosen suhistoria,medianteelejerciciodetenderlazosdesde el aqu-ahora, en un ejercicio de preeminenciacin de los hechos. As,hechosyvivenciasdeuntiempopasa-do, hechos y vivencias que pueden o no estar ah (en el pasado y/o en la anamnesis subjetiva) son trados para la generacin de una historia de s; por otro lado, el espacio clnicoylarelacinvividaposibilitandestejerlahisto-riadolienteyatejida,intentandodescubrirculocules hansidoloshorizontesdesdedondesehantendidolos lazos que han amarrado los hechos y acontecimientos de lahistoriapresentedelconsultante,causndoledolory sufrimiento; dolor y sufrimiento que, en ltima instancia, lo han llevado a buscar ayuda clnica.4.A PROPSITO DE LA CONSULTANTE PAcontinuacinsepresentarnalgunosapartadosco-rrespondientesaunasesinconlapacienteP.Dosaos antes, con 26 aos de edad, haba iniciado su proceso psi-coteraputico por un trastorno de la conducta alimentaria 76 MAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNNDEZque no cumpla con los criterios diagnsticos de los ma-nualesdiagnsticos.Enunasesin,lapacientePrelata queveasuniademenosdeunaodeedadbastante hiperkinticayqueslosecalmaconcaminarincansa-blemente aun a avanzadas horas de la madrugada. P queda pensando y despus de un instante dice que no sabe por qu, pero tiene la sensacin de que ella era como su nia, cuando tena su edad. De inmediato comienza a recordar hechos y acontecimientos de su pasado, especialmente de su infancia. Algunos de ellos nunca haban sido menciona-dos dentro del proceso clnico; otros, s, pero no lograban serarticuladosenunaunidaddesentido;yotroshaban sido bastante nombrados a lo largo del proceso: 1.Ensuinfancialedecanlaloquita,porquenose quedabaquietaolaaraa,porqueserecuerdasiempre trepada, subida a lugar de difcil acceso, donde nadie llega-ba, aunque no supiera bajarse. Dice me suba a los lugares ms insubibles de todos, as no supiera bajarme. Camina-ba, era inquieta, no poda aquietarme. 2.Recuerda a la seora N que, en notable diferencia respecto de su madre (hostil, indiferente, que la borraba), con dulzura le deca: es bueno quedarse quieta.3.Recuerda que en la universidad era algo hiperacti-va y desatenta. Pero dice que no tena dcit de atencin porqueesoseasociacondcitacadmicosyyonunca los tuve.4.Recuerda,adems,quesiemprelehagustadoca-minar,queenlauniversidadhizopartedeungrupode caminantes, y que an en medio de pocas en las que se ha deteriorado fsicamente por no comer, le encanta caminar y eso la tranquiliza mucho.5.Se pregunta cmo ser el futuro de su nia. Si ir a ser lo mismo que el de ella. Al asociar su caminar inten-so con situaciones de infancia, especialmente con algunas referidas a su madre, se pregunta por ella como madre de su hija y piensa cmo sern cada una, la nia como hija y ella como madre. Promete que no har padecer a su nia lo que ella padeci frente a su madre.6.Recuerda (al igual que el clnico) que en medio de lacrisisalimentariaconlaquellegporprimeraveza consulta, lo nico que le disminua la ansiedad era pue-blear, porque alrededor de ello caminaba muchsimo.Vanapareciendo,comoenunarevelacinhologrca, una serie de evocaciones, todas articuladas, desde su infan-cia, pasando por su adolescencia, por su presente y trayendo su futuro (pensando en ella dentro de un tiempo, pensando en lo que ser de su nia, a la que quiere asegurarle un mejor vivirqueelsuyomismo).Cmoentenderesto? Aparece como construccin, como tejido, un horizonte desde donde P comienza a rememorar todos esos acontecimientos. 5.DISCUSIN FINAL El problema de lo pasado en la clnicaEl material clnico presentado lleva a una inteleccin asociada a la segunda hiptesis planteada: lo pasado no es la historia, o, si se quiere, lo vivido no es la historia sub-jetiva.Queslahistoria,entonces,ycmoconstruirla en la experiencia clnica? Es menester reiterar que el su-jeto posmoderno es pensado como sin-historia, como un ser-evento, un ser-que-acaece y desde all se inscribe en lo humano y construye su historia nunca denitiva, siempre en devenir (Vattimo, 1991). En tanto que el sujeto huma-no es en devenir, su historia hay que hacerla y rehacerla, construirla y reconstruirla. Y en la clnica psicolgica, la labor del par-clnico es construir la historia del consultan-te y la historia de la relacin clnica misma (y claro est, la historia misma del clnico sigue deviniendo).Esto conduce a la pregunta por el pasado. Y frente a ello se pretende discurrir alrededor de lo que la experiencia clni-ca muestra. En la clnica psicolgica es preciso observar las diversas formas en que se presenta lo pasado. As, de lo pa-sado es posible reconocer cuatro formas de aparicin: (i) Lo enunciado como vivido, (ii) lo olvidado y no evocado, (iii) lo olvidado y evocado y (iv) lo construido como pasado dentro de lo que es posible reconocer dos subtipos: de un lado, los hechos que son movidos de un lugar a otro para construir unsentidototaly,deotro,loshechosquesoncreados.Serncomentadascadaunadeestasformasenque aparecelopasado.Inicialmenteesrequeridodecirque cada una de ellas permite la historizacin del sujeto-con-sultante. Toda persona ha vivido un cmulo incontable de hechos, unos recordados, otros no, a los cuales el presente trabajo llama masa de lo pasado 1. Un consultante recuerda muchos eventos de su pa-sado, cuando llega al espacio clnico. El presupuesto del que parte el clnico es que el tejido emergente de la forma en que los evoca constituye su historia personal. Esa his-toriaesloqueelpresentetrabajodenominahistoriade arribo, aqulla con la que el consultante llega al espacio clnico y que congura su padecer.2.Unaenormecantidaddevivenciasdelpasadono son registradas conscientemente y otras, aunque lo sean, no pueden ser tradas a la memoria. En este ltimo caso, elconsultantesehacelapreguntaPorqunorecuer-do eso? Por qu no logro recordar nada antes de los 10 aos?Existelaconcienciadelovivido,perosuimpo-sibilidaddeevocacin.Comohechos,sucedieron,pero son narrados como vaco, con lo que se deja ver su forma particular de hacer parte del tejido narrativo y, por tanto, de la historia subjetiva de la persona. 77 HISTORIA SUBJETIVA3. En la experiencia clnica lo olvidado puede ser evo-cado. En todo caso, lo evocado no conforma una corres-pondenciaunoaunoconlovivido,enrazndequelo evocado, si bien tiene un anclaje en hechos, se ha tornado acontecimiento en el que conuyen mltiples tramas. En otras palabras, cuando un hecho vivido es evocado, ya no tiene el mismo lugar que adopt inicialmente en la trama subjetiva, ya no tiene el mismo valor para el consultante.Lahistoriadearribosufreunanotablemodicacin, dado que la lnea de sentido tejida por el sujeto se trans-formaalserincorporadaaellanuevosacontecimientos, lo que posibilita la emergencia de nuevos sentidos. Puesto que el sufrimiento que lleva a consulta a una persona se nutredemuchoshechosqueapenaspocoapocosevan rememorando,elsentidodelpadecertambincambia. As, la consultante P recuerda que en su infancia le decan laloquitaylaaraa,yquemesubaaloslugares ms insubibles de todos, as no supiera bajarme. Cami-naba, era inquieta, no poda aquietarme.4.Noexiste,niparaelconsultantemismo,lacerteza de que los eventos de su pasado remoto ocurrieron como efectivamente son narrados. Quiz l asegure que as fue-ron o lo dude. La verdad fenomnica y cronolgica de este recuento importa menos que el hecho de que ciertos even-tos(ocurridosono)hayansidocolocadosenunlugar dentro de la historia de arribo relatada en el espacio clnico para construir un sentido en trmite, expresin que indica quelahistoriasubjetivanuncaesttotalmenteacabada, siempre se hace con residuos no evocados de lo vivido y, de ella el consultante puede construir mltiples versiones.Es posible hallar un acontecimiento acaecido cuando el sujeto tena seis aos, pero que es localizado por ste a los doce aos de vida. Lo valioso en esta maniobra es reconocer la lgica que condujo a la persona ahora de 26 aos a rea-lizar esta relocalizacin. El sentido en trmite siempre acu-de a esta movilidad de lo vivido para irse constituyendo.Una variante de esta ltima forma de lo pasado, y que resulta de un valor hermenutico grandioso, se da cuando lo hechos son creados. Posiblemente el consultante relate que fue agredido por su padre cuando era un infante. El clnico no podr saber jams con suciente certeza si ese hecho fue de esta manera. Quiz el consultante tambin dude. El caso extremo podra presentarse si el clnico tuviera la certeza de que ese hecho nunca fue. En este caso, no signica que tal evento sea un invento, sino una construccin, una creacin. Cuando un consultante crea un acontecimiento, la pregunta quesurgeesculeslalgicaquellevalsujetoacons-truir eventos que articulen dentro del tejido narrativo de s.Eltejidohistricoquedesrealizacadapersonase hace a partir de unidades discretas, inconexas en muchos casos, las cuales vienen representadas, en el orden del re-lato, por las formas de lo pasado (i) y (iii), y por otros r-denessusceptiblesdenarracin,peronocompletamente narradoslasvivenciasemocionales,relacionales,afec-tivas.Lalabordenarracindelahistoriasubjetiva,de construccin de historia en el sujeto halla en lo construido como pasado un anclaje fundamental.Loseventospasadosconstruidosenelrelato,esde-cirestaltimaformadelopasado,seconviertenenlos nodos que facilitan la trama de s (Ricoeur, 2003; 1999), posibilitandodeestamaneraqueelsujetoconstruyasu historia en devenir, la que no puede ser pensada como tra-malineal,sinocomoconstruccinrecursiva;paranada unicada y susceptible de mltiples variaciones. El suje-to-consultantenosolamentellegaalespacioclnicocon un relato de s (historia de arribo), sino que mediante el ejercicio narrativo desplegado en la clnica psicolgica es posiblequeconstruyasuhistoriaenunalabordetender lazos de sentido que articulen los mltiples y discontinuos aspectos de la experiencia, dndole a la persona el domi-niodelacontinuidadrememorativa(Vattimo,1991),lo que supone recuerdo de un acaecer (que es, sin embargo, muy distinto de la constatacin, registro, certicacin, etc., de un hecho) (p.45) (...) la tesis del carcter no fundamentadorrememorativodelpensamientoseofrece comounainterpretacindelsentidodelaexistencia su persuasividad reclama no ser medida segn pruebas y fundamentos,sinosegnelhechodeque,efectivamen-te, da sentido; esto es, permite recoger (enlazar) en una unidad articulada mltiples aspectos de la experiencia, y permiten hablar de ellos con los otros (p.47).Habrquereplicarqueelsentidonoesniniconi unitario.Noobstante,esurdidoenelpresentealrede-dor de lo pasado y de lo porvenir. Y en esto se erige una posibilidadhermenutica:enqueelpensamientocomo esta de memoria, como rememoracin, da sentido, en-lazadiversosaspectosdelaexperiencia;aspectosdela experiencia de los que es posible hablar con otros. Y, de hecho, al hablar con otros, en una suerte de conversacin hermenutica (Gadamer, 1977), a la que podra tender la clnica psicolgica, este tejido subjetivo va reconstruyn-dose. As, la construccin de la historia del sujeto es fruto de la construccin de sentido. Lo futuro como historia subjetivaEnlaexperienciaclnica,lopasadonoeslahisto-ria.Lahistoriasubjetivaeselejerciciodedarsentidoa lopasado.Sehablaenelpresente,delpresenteydesde elpresenteseconstruyelovivido.Parapensarcontoda amplitudelproblemadelahistoriaylaconstruccinde 78 MAURICIO HERNANDO BEDOYA HERNNDEZlahistoriaenlaclnicapsicolgicaseprecisaarticular elproblemadelfuturo.LaspalabrasdelaconsultanteP constituyenunhorizonte(Ure,2001;Gadamer,1977) desde donde se introduce el problema del futuro: me la imaginocuandoestgrande[labeb],yonoquisiera que ella viviera lo que yo viv; lo nico que yo quiero es ser una buena madre, mejor de la que yo tuve. Enunalaborhermenutica,entendidacomolacons-truccin de una comprensin de sentido a partir de la masa de lo pasado, en la que conuyen lo vivido y lo futuro, en lo presente, el futuro adquiere un valor fundamental en la trama subjetiva del consultante. Y, en este orden de ideas, paraVattimoelpensamientorememoranteformaparte no slo de la retraccin hacia el pasado, sino tambin la proyeccin hacia el futuro, en la forma la expectativa, de la conjetura, del juicio y de la opcin (1991, p.52)De esta forma, no es posible separar tajantemente lo pa-sado, lo presente y lo futuro. Si es en el presente y el pasado que se construyen signicados que permiten (re)construir lo vivido, el porvenir aparece como un horizonte de posibili-dad en el tejido histrico de s que realiza el consultante. Es decir, la temporalidad como perspectiva ofrece la alternati-va de que cualquiera de los lugares-horizonte adoptados (ya sea lo vivido, lo presente o lo porvenir) pueda constituirse enngulohermenutico;esdecirquedesdeallsepuede tejer el signicado: pensar el futuro vitaliza el presente y lo vivido; de la misma forma sucedera con cada ngulo.Algunasvisionesdepsicologaclnicarazonanel acontecimiento clnico con el criterio del desarrollo: una fasedespusdeotraenunprocesodesucesionespro-gresivasquedejanmarcadaunatrayectoria,cuyalnea muestralaidentidadsubjetiva. As,elclnicotieneque promover en su paciente el devolverse para retomar la lnea,latrayectoria.Vedesdeelpresentequsucedi en el pasado y pronostica el futuro. Vista de esta forma, la clnica hace casi imposible la curacin si ella es pensada comoreconduccindelalneadeldesarrollo,comoco-rrectividad: desde el presente ir al pasado para reconducir, corregir las fallas del desarrollo. As, la labor de la clnica es pensada en un doble sen-tido:(1)Esdescubrimientodelsentidoquehatejidoel sujeto y que lo lleva al sufrimiento y la angustia; y (2) Es labor constructiva de sentidos nuevos que le permitan al consultante devenir-sujeto. Narrarse le permite al consul-tanteconstruirunahistoriasubjetivayreconciliarsecon la idea de que ella es siempre en devenir (Lopera, 2006). Serinquietanohabaaparecidomsquecomore-cuerdo. Ver inquieta a la nia la lleva a pensarse inquieta yversecomoinquietaensupasado;ytemersedela inquietudfuturadelabebaparececomounarecursin alrededor de un tejido de s. Si bien la identidad y la his-toriadelsujetosonacontecimientosdesumundodela vida,yaparecencomoconstruccinsubjetivacotidiana, cuando el relato emerge en el espacio clnico, es decir, en el espacio intersubjetivo acaecido entre clnico y consul-tante,permitedestejerlaurdimbredelpathosdevenido sufrimiento y angustia, para tejer una nueva que no est indicada por el clnico y, curiosamente, ni siquiera por el sujeto-consultante,sinoporlaexperienciaclnica,ms especcamente por la relacin clnica. De esta forma, la identidadesunareconstruccinacontecidaenlaclnica psicolgica. Es una operacin en la que pasado, presente y futuro se articulan desde el sentido.El xito de la intervencin clnica consistira en que el consultante con su historia de arribo devenida sufrimien-to y padecimiento, gracias a la labor hermenutica de la clnica psicolgica, teja una historia de s, reconozca que siempre estar inacabada y en trmite, y, nalmente, dis-minuya su sufrimiento.REFERENCIAS Bedoya, M. (2006). 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