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EDITORIALES SV.MARIO Diez años de persecución religiosa en Rumania, por Francisco 202 PALL, S. J. (continuaci6n) . 195 194 192 197 197 198 205 208 210 Esperando .el deseado encuentro de todos los armenios t1I la casa del Padre. (del discurso de S. S. Juan XXIII a los armenios residentes en Italia Los Armenios «el pueblo que ha llevado constantemente la imagen de Cristo doliente., por Pablo LOPEZ CASTELLOTE. Ante la llamada del Papa a la unidad. Mensaje de Atenagoras I Patriarca de Constantinopla. Declaración de Teodosio VI, Patriarca de Antíoquia El Patriarcado de Constantinopla, por Francisco CANALS VIDAL. Santa Joaquina de Vedruna, por Jaime GARRETA, Pbro. Vice-Postulador de su Causa de Canonizaci6n 190 El Hombre nuevo 191 El Mesías doliente y triunfante, visión profética de Isaías Paz armada y guerra económica, por Fernando SERRANO Rusia, Alemania y Occidente, por Jorge GALBANY Notas Bibliográficas UT UNUM SINT LETRAS SAGRADAS POUTICA IGLESIA DEL SILENCIO N.O 337 - AAo XVI 1 Y 15 MARZO 1959 Depósito legal. B. 15.860 - 1959

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  • EDITORIALES

    SV.MARIO

    Diez aos de persecucin religiosa en Rumania, por Francisco 202PALL, S. J. (continuaci6n) .

    195

    194

    192

    197197198

    205208210

    Esperando .el deseado encuentro de todos los armenios t1I la casadel Padre. (del discurso de S. S. Juan XXIII a los armeniosresidentes en Italia

    Los Armenios el pueblo que ha llevado constantemente la imagende Cristo doliente., por Pablo LOPEZ CASTELLOTE.

    Ante la llamada del Papa a la unidad. Mensaje de Atenagoras IPatriarca de Constantinopla.

    Declaracin de Teodosio VI, Patriarca de AntoquiaEl Patriarcado de Constantinopla, por Francisco CANALS VIDAL.

    Santa Joaquina de Vedruna, por Jaime GARRETA, Pbro.Vice-Postulador de su Causa de Canonizaci6n 190

    El Hombre nuevo 191

    El Mesas doliente y triunfante, visin proftica de Isaas

    Paz armada y guerra econmica, por Fernando SERRANO

    Rusia, Alemania y Occidente, por Jorge GALBANYNotas Bibliogrficas

    UT UNUM SINT

    LETRAS SAGRADAS

    POUTICA

    IGLESIA DEL SILENCIO

    N.O 337 - AAo XVI 1 Y 15 MARZO 1959Depsito legal. B. 15.860 - 1959

  • AL REINO DE CRISTO POR LADEVOCION A LOS SAGRADOSCORAZONES DE JESVS y MARIA

    SANTA JOAQUINA DE VEDRUNAPor Jaime GARRETA, Pbro. Vice-Postulador

    de su Causa de Canonizacin

    Sube a la gloria maxlma de 105 altares la fundadora delas H. H. Carmelitas de la Caridad, hija de Barcelona y enrai-zada en la ciudad de Vich por su matrimonio con el cristianocaballero D. Teodoro de Mas que encarnaba el abolengo dela familia.

    Es difcil encerrar en cortas lneas la figura de nuestraSanta por el carcter polifactico de la misma; pero a vuelapluma podemos sealar la inocencia infantil prolongada en sujuventud ilustrada, a la mujer fuerte en el estado matrimonialy la realizccin de la vida ang.lica en los das de la vidareligilosa; mas todo ello dentro del carcter especfico de graneducadora que la destaca como figura eminente del siglo pasado.

    Cimenta la juventud sobre la piadosa inocencia y se sin-gulariza por el espritu de la negacin de s misma. El raudovuelo de su alma se remonta a Dios ardiendo en ansias deconsagracin en lo vida religiosa, ma" conocida la voluntaddel Seor ~e inclina generosa aceptando el matrimonio con unasimplicidad que pasma a cuantos eran sabedores de sus deseos;el amor en que arda su alma para entregarse a Dios con todala capacidad amativa, deba tomar modalidades maternales paroque en llegando el momento de su apostolado de caridadpudiera y sL'piera llegar a todos y a todo. Los designios deDios son imr-enetrobles!

    El Matrimonio exige la semejanza de las almas, sin ellaes difcil kvonta- una familia que viva la paz del Seor; aquse manifiesta de nuevo la mano divina que conduca a su siervapor la senda de lo realizacin de los planes de la divina pro-videnda, colocando en su camino a D. Teodoro de Mas quetantas vece, haba acariciado, sin lograrlo, .10 vida claustral;esta confidencia matrimonial es la que determin el carcterheroicamente cristiano del hogar de los Seores del Manso Es-corial de le ciudad de Vich.

    Joaquina conoci en su hogar la infancia, Jos almas en

    blanco en la; que se deba moldear a Cristo, las luchas de laJuventud frente a las pasiones y el porvenir de la vida v cmomultiplicar lo;, esfuerzos a fin di! ilustrar conciencias, revenir:eligros o restaar heridas. La viudez puso o nuestra Santaen lOS comir.os de la mujer fuerte frente a las pasiones y co-dicias humanos, todo lo cual labr en Ella un carcter dulcee inflexible que tanto necesit cuando lleg -la hora de lafundacin del Instituto que en un abrazo d: caridad debarecoger a la infancia necesitada, sostener a la juventud en susluchas, amparar al enfermo y desvalido e infundir alientos ola anci':Jnldad en la, mltiples obras de su Instituto de caridad.

    Por fin [;ios fu servido da. realidad a la lazn de su exis-tencia; la fLmdacin del Instituto de Ccrmelitas de la Caridad.Naci en Vich se extendi por Europa para correr a las aparta-das regiom.'s de Amrica, las ardientes de Africo, las soadorasdel Japn, las r.>eligro~os de lo Indio y las indmitas de Chinay del Pacfico.

    La caridos segn S. Pablo es benigna, sufrida, operante,dulce, enrgica todo lo cual exigQ la santidad, Esta santidad esla que va a ser decklrada por S. S. Juan XXIII el prximo da12 de abril del ao en curso. El Seor ha querido que una delas prueoas testificales haya sid,) el es~upendo milagro de locuracin de una nia de nuestra ciudad IIamoda Asuncin Jori.hija de un modesto ordenanza de la Caja de Ahorros. Lo san-tidad de lo Madre Joaquina asciende en raudo vuelo a Diosque la adentra en .las intimid;des, que la arrobal" delante delmisterio Trinitario para des:.:ender a la, miserias humanas nece-sitadas de amor.

    El Institdo es la obra que dej sobre la tierra morcandoa su~ hijas la norma a seguir pare: la forja de las generacionessegn la voluntad de Dios. Los ejemplos de virtud, .Ia granleccin a todos los estamentos y edades para la gloria del Seory ornamento de la Santa Iglesia.

  • EL HOMBRE NUEVO

    ~I)ITOItIL

    Es la desfiguracin de la vida, su dislocamiento. En la vidadislocada, se:;arada de su autntica realidad, nos movemos - loshombres - con extraa angustia. El hombre nuevo del econa-micismo, el hombre nuevo del atesmo militante o prctico, elhombre nueYI> sumido en la mCJsa gregaria que obedece silen-ciosame:1te - antihumanamente - a las consignas totalita-rias, o democrticas, de una refinada publicidad, acabO porser .10 misma negacin, la negacin escalofriante y monstruosade la ,nisma esencia del hombre.

    Se ha hablado con tino cuando se ha dicho que el Comu-nismo es el espejo en que la sociedad occidental contemplasus verdaderas facciones, y creemos asistir a una caricatura delhombre moderno de occidente cuando leemos las palabras deLadislao Rieger, profesor de Filosofa en Praga, definiendo lossatnicas pretensiones de Imarxismo:

    Surgir un hombre nuevo que gobernar la tierra y, enla edad atmica, tal vez incluso otros planetas, llamado a regiruna historia nueva cuya curva continuamente se e.levar a msaltos grados de civilizacin espiritual y material, superando astodos los estadios inferiores de acuerdo con la dialctica csmicadel ser (5)

    Si el comunismo, como ha observado el Padre d'Arcy (6), esirreconciliab.le con la religin, ello se deb~ precisamente alcambio radical de perspectiva. Si el hombre ha de E:dificar a suvoluntad la ciuod terrenal - la naturaleza, la historia y aunla psicologa humana -, prescindiendo a rajatabla del supuestode la Providencia, no ha de extraarnos que a este hombre leestorbe hasta la ms leve sombra de Cristianismo.

    Al hombre nuevo de la Resurreccin se opone as el hombrenuevo del humanismo ateo. - Lo mismo en el Este, que enel idlatra materialismo occidental -. /:1 hombre nuevo de laResurreccin espera en el cielo y cree tambin, con pobrezay sencillez, en la Creacin. El hombre nuevo del marxismo niegaa la vez la Creacin y la Eternidad. El cielo, para l, es unmito de 'os desheredados. Contra la Creacin se muestra re-

    b~lde. Quiere rehacerla a su voluntad, a su manera.Charnoers ha definido el comunismo como la visin del

    entendimiento humano que desplaza a Dios como inteligenciacreadora del mundo. Es .la visin de un espritu emancipado porla sola fuerza de su inteligencia racional, que vuelve a dirigirel destino del hombre y Q reorganizar .la vida del hombre yel mundo. (7)

    El marxsmo, por muy realista que se pretenda, entra endura colisin con la realidad. Su mismo dogma de una futurasociedad sin clases, donde imperar la felicidad, se halla enpugna con el dogma del pecado original que ha cerrado parasiempre a lo~ humanos la puerta de un paraso en la tierra.

    La gloriosa Resurreccin del Seor aport a la humanidad,sumida en pesadumbres, un nuevo concepto de la vida y delhombre. San Pablo lo expresa claramente, Impidamente, en suEpstola Q los romanos. Cuantos fuimos bautizados en CristoJess, en su muerte fuimos bautizados (1).

    Como observa atinadamente el Padre Bover S. .l., la expre-sin bautizados, al recibir .la significacin tcnica y especfi-camente cristiana, no se despej de su significacin etimolgicade sumergirse (2). As el Bautismo, maravillosamente, nossumerge en Cristo, En su muerte.

    Morimos en su muerte. Muere, en esa compenetracin delhombre bautizado, del hombre hecho cristiano, la piel vieja,manchada de lacras de pecado, el antiguo hombre ruinoso.

    ConsepuItodos, pues, fuimos en ~Ipor e.1 bautismo en orden a le muerte,para que, como fu Cristo resucitado de entre los muertospor la gloria del Padre,as tambin nosotros en novedad de vida caminemos. (3)

    Pero todo triunfo, todo clarn de gloria, tiene su sombra ysu eco enemigo. Una conspiracin esparce neblinas, humaredaspara envolverla de silencio y de palidez. Y hace ya siglos queEuropa, que el mundo, asisten dema:;iacos fros a una conspi-racin apretcda, com::> una legin de alas de plumajes negros,contra lo Verdad y contra la Luz.

    Se han llenado la boca tericos, literatos poetas y profe-sores. Hablan de los destellos, de las excelencias del humanismooccident-:JI, Pero el humanismo ha tenido el resbalar sinuosode una serpiente, y ha sido imperceptible y suave hasta quese ha erguid sObando su forma temblorosa y helada.

    De~de los primeros regodeos en un mundo de belleza yrazn qutnc;mas, hemos llegado a la voluntad de conformarlo,de rehocarlo todo - hombre, historia y naturaleza - desdela inteligencia humana.

    En la raz de todo el pensamiento maderno - se ha po-dido escribir -, hay una actitud da orgullo, una reivindica-cin de la independencia total del espritu humano... : es elhombre que quiere encontrarlo todo en s mismo y slo en smismo, para no tener que reconocer ninguna dependencia nisumisin... (4).

    Esta pretensin de conformarlo todo de nuevo a caprichodel hombre, prescindiendo de la naturcleza y de su Creador,no es achaque exclusivo de la doctrina marxista. El marxismoes la ltima consecuencia, el efecto ltimo, de la tendenclQantirrealista que padece en los ltimos siglos el mundo occi-dental. .

    (1) P. Bover, S. ]. Las epstolas de San Pablo, 36.(2) Id., 37.(3) Id., 36. .(4) Qu es el ComuniS1TW? Traducei/n del opsculo

    Connaitre le Comunisme. Publicaciones CRISTIANDAD, 195.1,13.

    (5)nismo.

    (6)(7)

    Citado por el P. D'Arcy, S. J.: Comunismo y Cristia-Ed. Herder.Oh. cit.CH por DArcy.

  • EL MESIAS DOLIENTE Y TRIUNFANTEVI810N PROFETICA DE 18AIA8

    (Traducci6n y comentarios del P. Ram6n Orlandis, S. l.)

    II---Za seg~nd~-;:rnada del inefa.blepoema lrico-dramtico que se desen-vuelve en la segunda parte de Isaas

    I se contiene entre los captulos 49 y57, ambos inclusive.

    Si es verdad que en esta jornadase quiere dar la explanacin del se-gundo motivo de consuelo que Yah-w, ya en las primeras estrofas delIpoema, ordena que se anuncie: "Con-

    I solad, consolad a mi pueblo, porque1

    1

    est expiada su maldad II , en estoscaptulos habremos de hallar signifi-

    I cadas y declaradas, en alguna mane-ra, la naturaleza y circunstancias, laeficacia y consecuencias de esta ex-piacin.

    (......)En este momento (52,13 y ss.) del

    desarrollo total del poema, el Profetamantenindose en el estado de exal-tacin lrica en que le ha puesto lavisin de inmensa lontananza de lofuturo que ha tenido bajo su mirada

    I en el espacio de tiempo que le ha

    Idurado la revelacin, habla con pro-funda y elevadsima sabidura de

    , aquello que en la historia del hombrecado constituye el hecho ms tras-cendental del sacrificio expiatorio delVerbo hecho carne.

    (......)Dios ha confiado a su Siervo la

    empresa de reconquistar al hombre.Por eso a este Siervo fidelsimo deDios le cae tan bien el nombre deBrazo de Yahw. En el acto lrico in-meditamente anterior a ste, comotrmino natural, mejor dicho, como

    1

    efecto tenido por la splica del pue-blo israelita que anhela la justicia y

    CUADRO QUINTO. ESCENA PRIMERA

    Yahw habla con el pueblo de Israel sobre el sacrificio del Mesas.Enaltecimiento del Mesas maltratado. Le acatan pueblos y reyes.

    (52,13)1

    (13) Hete aqu que prospera mi siervo,se alza y se eleva y se encumbra a lo alto.

    2(14) Lo mismo que ante ti muchos se espantan,

    tal ante el destr.ozo de su rostroque ni es de varn,tal ante su figura, que ni hi;o de hombre.

    3(15) Y as l rociar naciones populosas,

    y ante l los reyes cerrarn ws labios,al ver lo que ;arns se les dijera,al contemplar lo que ;ams oyeran.

    El pueblo confiesa su error y sus pecados. Reconoce al Mesas vctimacomo su salvador y redentor.

    (53,1)4

    (1) Quin hay que otorgue fe a lo que omos?El brazo de Yahw a quin se ha revelado?

    (2) l sube ante su faz cual arbolillo,y a modo de raz de tierra seca.

    5No hay en l hermosura ni elegancia;le miramos y no le hallamos ni belleza ni atractivo.

    (3) Despreciado y postergado entre los hombres,varn de penas y que sabe de dolor;porque de nosotros su rostro ocultaba,fu ultrajado y en nada le tuvimos.

    6(4) La verdad es que l sobre S tom nuestras dolencias,

    y que con nuestras torturas l carg.Nosotros le tuvimos por leproso,por herido de Dios, por miserable.

  • LETRAS SAGRADAS 193

    (7) l vejado, se somete,y jams abre la boca;cual cordero fu llevado al sacrificio,y cual oveja ante aquel que la trasquila,se hizo del mudo y jams abri la boca.

    Yahw confi,rma la creenca de que el Mesas ha muerto por los pe-cados de su pueblo. Indicacin concentrada de los premios prome-tidos al Mesas y de los bienes sobrenaturales que su sacrificio hace

    al mundo.

    7(5) Herido s lo est por nuestros crmenes

    y por nuestros pecados quebrantado.La pena sobre l que nos da paz,y por sus cardenales nos sanamos.

    8(6) Nosotros tocWs como ovejas divagamos,

    la mira puesta cada uno en su camino;mas Yahw sobre l impelel delito de todos nosotros.

    9

    concedido por la bondad divina, senos ha anunciado la manifestacindel BRAZO DE YAHWE a todas lasnaciones. Esta actuacin no es sino lapasin y muerte expiatoria y reden-tora del Siervo de Yahw.

    Pues bien, en este acto de su Poe-ma, el profeta, con una densidad depensamiento, de sentimiento y depalabra ms que humanos, proponela idea divina de la redencin por elsacrificio expiatorio, cmo Yahw hacargado sobre su Siervo los pecadostodos de los hombres, cmo el Sier-vo se ha hecho cargo de todos ellos,dispuesto a recibir en S la pena me-recida por los pecados y a alcanzarel perdn. Y como el pecador es reode muerte, el Siervo de Yahw seentrega a la muerte para dar a lospecadores la vida. En una palabra:es este pasaje de Isaas profeca delo que siglos ms tarde se cumplien Jerusaln por la Pascua.

    Poesta como es, Isaas no nos ofre-ce una manera de explicacin abs-tracta de la teologa d.e la Redencin,sino que nos pone ante los ojos alSiervo de Yahw en su pasin ymuerte y, en consecuencia, en su vi-da nueva, es decir: en su resurrec-cin y su triunfo, galardn de suspenas y de su obediencia, humildady caridad.

    Para seguir el rastro del DivinoPensamiento es imprescindible no ol-vidarnos como faros que Dios mismoha encendido, y que no son sino lasinterpretaciones autnticas de algu-nos pasajes, autnticas con la mxi-ma autenti~idad, como que las ga-rantiza el mismo Espritu Santo alinspirarlas a los autores secundariosy humanos del Nuevo Testamento.

    Ahora bien, este pasaje, en su to-talidad, es objeto de una interpreta-cin autntica en el captulo 8 de losHechos de los Apstoles, donde elDicono Felipe se lo explica al eunu-co de la reina de Etiopal a peticindel mismo.

    (8)

    (9)

    (10)

    (11)

    (12)

    10De violencia y de condena fu la presa.y hubo en aquella edad quien meditaraque al set' l arrancado de la tierra de los vivos,fu su herida por el crimen de mi pueblo?

    11Una tumba entre malvados se le diera;mas, ya muerto, cabe el rico en su morada,porque nunca injusticia cometi,y en su boca no hubo fraude.

    12A Yahw plugo quebrantarle en el dolor,y si inmolare su vida como hostia de pecado,l ver su progenie y prolongar sus dasy prosperar en sus manos el designio de Yahw.

    13Por el trabajo de su alma l ver)y se saciar con su ciencia.El Justo, mi servidor, a muchos dar. justicia,IJ con sus crmenes l cargar.

    14Por esto le dar lote en muchedumbres,y l partir a los fuertes en botn,._pues hasta la muerte prodig su vida,y entre los criminales fu contado,y tom los pecados de muchos,y por los malvados intercedi.

  • ESPERANDO EL DESEADO ENCUENTRO DETODOS LOS ARMENIOS EN LA CASA DEI J PADRE

    El domingo da primero de febrero, Su San-tidad recibi en audiencia especial a un nu-trido grupo de armenios residentes en Roma yen otroS' puntos de Italia, presidido por elCardenal Gregario Pedro XV Agagianian, Pa-triarca de Clicia de los Armenios y propreec-to de la Sagrada Congregaci6n de PropagandaFide. El Padre Santo les dirigi un discurso,del que L'Osservatore Romanon del 2-3 fe-brero recoge los siguientes pasajes:

    E L Papa comenz diciendo que la primera impresin.J ante el grupo de armenios que le rodeaba era de un

    intenso recuerdo. Pues frecuentemente, durante los aosde sus misiones en el extranjero, tuvo ocasin de encon-trar a los armenios casi siempre en movimiento y no rarasveces sufriendo al pensar en su antiqusimo y gloriosopasado y hacer frente a los acontecimientos de cada dano sin advertir que el Seor les acompaa, ya que sondepositarios de un gran tesoro y, como debe ser, albergangran confianza respecto al futuro.

    Los primeros armenios que el Papa encontr fueron losmonjes melquitaristas de San Lzaro, en Venecia, quedespus habran de resultarle tan familiares en los seis aosfelices transcurridos entre aquella laguna. Pero tambinen Bulgaria, tanto en la regin de Filipopolis como en lasdems del norte, junto a los lmites de Rumania y Constan-tinopla, tales encuentros se hicieron numerosos. De modoespecial, en la metrpoli del Bsforo el Padre Santo iba devez en cuando al "cirscin, donde los armenios vendan ob-jetos religiosos pocas veces de gran valor, pero siemprepresentados con gracia, de todo corazn, al delegado apos-tlico, por aquel pequeo mundo del comercio muy esti-mado y amado, y a quien le advertan cuando el objetoofrecido era slo demi prcieux; mientras que - elcontraste era natural - el bellsimo don del evangelio re-cin recibido de Su Santidad bien poda decirse, y pormuchos ttulos, absolumet prcieux.

    Estos recuerdos ofrecan ocasin a Su Santidad no slode advertir de nuevo el antiguo sentimiento de benevo-lencia, sino de avivarlo ms an y cambiarlo en los mejo-res ugurios para cada uno de los asistentes y para su gran

    .,naClOn.

    SIGLOS DE SUFRIMIENTO DE UN GRAN PUEBLOEstamos - continu el Pontfice - en la vigilia de la

    festividad de la Purificacin. Esta evoca el encuentro delNio con el viejo. Cuando se tienen ya muchos aos sepiensa a menudo en la juventud y se busca hablar de algoque la recuerde. pues bien en la liturgia del 2 de febreroesto est admirablemente expresado: "Senex puerum por-

    tabat; puer autem senem regebat: el anciano lleva al Ni-o; y el Nio sostena al anciano. Pensndolo bien, se veque ste es un misterio de la Providencia y puede tambinaplicarse a la historia, a las circunstancias dolorosas delpueblo armenio. Este ha tenido que soportar siglos de l-grimas, siglos de sangre; pero ya desde los ms remotosantepasados los armenios han llevado constantemente laimagen de Cristo, del Cristo doliente; pero precisamenteen este sufrimiento est el secreto de la continuidad y dela vida, de la fuerza y dignidad, y se dira de todo el con-junto de obras buenas en las que se alimenta la esperanzade las divinas recompensas. Esto debe confortar el senti-miento cristiano de los fieles armenios, de s nacin, quees un testimonio n de Cristo; de la tradicin religiosa yapostlica, a travs de la cual debe cada vez ms afirmarseel fervor de penetracin del Evangelio, que es como deciruna efusin de gracia y de caridad.

    RECUERDOS DE MONSEOR RONCALLhENTRE LOS ARMENIOS

    Refirindose a algn episodio en particular, el Papaaludi a las venerables figuras que tomaban parte en laaudiencia, empezando por el Carde~al Agagianian, a quienel Sumo Pontfice conoce felizmente desde varios decenios;y se complaca en recordar su primera estancia en Roma,cuando el futuro Patriarca y Cardenal era objeto de losinefables designios de la divina Providencia, preparndoley asocindole un da al contacto con los grandes personajesde la historia armenia.

    Refirindose a tiempos pasados, el Papa se detuvo enla figura de un venerable armenio monagenario - por lconocido en Bulgaria - que fu durante cincuenta aosPrelado de Nicomedia.

    Se llamaba Hovahgimian y posea excelentes dotes desencillez, sinceridad, bondad. Armenio gregoriano, soladecir al delegado apostlico: Recuerde que nosotros ad-miramos siempre al sucesor de San Pedro y sabemos muybien que aqul es el punto central de todos nosotros. Yun da aadi: "Cuando vaya a Roma, bese, le ruego, porm el pie al Padre Santo y mustrele, si le parece, miretrato. El doble encargo fu gustosamente cumplidopor el delegado apostlico, el cual encontr en el SumoPontfice Po XI amable y sentida comprensin. Ms an:el Papa quiso enviar un regalo al venerable dignatario y,de acuerdo con su representante, escogi una medalla. Enella estaban, por una cara la efigie del Sumo Pontfice, ypor la otra, la imagen del Buen Pastor que lleva sobre susespaldas la oveja encontrada. Po XI aadi a este recuer-do una cantidad de dinero: Tendr sin duda - dijo aquelPontfice - sus pobres a quienes ha de ayudar.

  • UT UNUM SINT

    Vuelto a Sofa, monseor Roncalli se entrevist en se-guida con el destinatario del doble testimonio de la cordia-lidad papal; y pudo comprobar lo feliz que le hizo el re-galo de la medalla. La protegi con un vistoso estuche yse la puso sobre el pecho como la ms honrosa de las con-decoraciones. Quiso llevarla siempre, repitiendo a quienle preguntaba por ella y llevndose la mano al corazn:Es aqu, es aqu realmente donde uno se aproxima y seest con Cristo. 11

    Ms tarde Hovahginian en otra visita del delegadoapostlico, quiso, con gran finura y garbo, devolverle lasuma de dinero que le fu enviada por el Papa; no por-que no la agradeciese, sino porque no haba encontradopobres entre su comunidad; y, en cambio, con aquel di-nero se poda ayudar a otros necesitados.

    Por ltimo, el delegado apostlico, habiendo tenido no-ticia de la muerte del venerable anciano, fu a visitar susdespojos, y con emocin vi que la voluntad por l expre-sada se haba respetado: sobre el pecho del difunto lucala medalla que le fu enviada por Po XI.

    UN DESEO ARDIENTE DEL PAPA: LA UNIDADEl Papa aadi que nunca haba olvidado este episodio,

    ya porque de suyo es notable, ya porque es un smbolo dela antigua tradicin del pueblo armenio, una continuidad,por as decirlo, del mensaje de los primeros padres. Cmo,

    195

    pues, no formular especiales votos para que llegue un dael deseado encuentro de todos los amenios en la casa delPadre? Tal encuentro ser ciertamente principio de alegray de bendicin. El Padre Santo, en contacto tantas vecescon los armenios, ha comprobado el valor con que stosafirman su propia fe en Dios Padre Omnipotente; en suHijo hecho Hombre por nosotros, en el Espritu Santo, ycmo de tantas formas delicadas y fervorosas manifiestansu amor a Mara Madre de Dios. Hay, pues, motivos paraesperar que se realice la unidad y se cumpla con perfec-cin. Nadie, ciertamente, podr extraarse de tan naturalardiente anhelo del Papa; pues acaso no tenemos todosdelante y siempre viva la imagen de Jess que, orandopor nosotros, no se cansaba de repetir: Ut unum sint; utunum snh?

    El Padre Santo concluy su discurso invitando a lospresentes a volver a los umbrales del templo de Jerusalnpara mirar al viejo que sostiene al Nio y al Nio que in-funde su gracia en el viejo. De este modo, ancianos y j-venes - unos y otros estaban representados entre el audi- 'torio - sern felices. Los unos, porque, despus de unavida entregada al servicio del Seor, pueden confiadamentefijar la mirada en el premio que El tiene prometido; losotros, porque se sentirn alentados para hacer honor a lavieja tradicin del pasado, de modo que por doquier triun-fe Nuestro Seor bendito y su Vicario sobre la tierra: laIglesia Santa Catlica Apostlica.

    LOS ARMENIOScEI pueblo que ha llevado constantemente

    la imagen de Cristo doliente)Comenz su historia con el dolor de la derrota y de

    la sumisin al extranjero. Los medos, los persas, los grie-gos de Alejandro y los selucidas de Siria hollaron su te-rritorio antes que se enfrentasen sobre l romanos y par-tos, a los que siguieron bizantinos y rabes, turcos y mon-goles, otomanos y rusos, todos ellos con la idea rectora dedominacin, a la que sometan todos los intereses arme-nios, y sobre todo - porque en ella radicaba la fuerza delglorioso pueblo -la religin.

    Dicen las tradiciones armenias que ya en tiempo delmismo Jesucristo recibieron la semilla del Evangelio porministerio de San Bartolom y San Tadeo, enviados por elmismo Mesias en contestacin de una carta que le dirigiel rey armenio Abgar ofrecindole el asilo de sus riscos.

    Mas la Historia no parece estar de acuerdo con esatradicin, y fija la evanggelizacin de Armenia en el si-glo III con San Gregario el Iluminador, aunque reconoceque esas tradiciones reflejan una predicacin anterior, pro-cedente, probablemente, de Siria.

    San Gregario es verdaderamente el padre de la Igle-sia armenia, y su historia es maravillosa y potica, comotantas cosas de este infortunado pueblo.

    Por aquellos tiempos estaba Armenia sometida a lospersas bajo la familia de los Arscidas. Pero una revolucindi el poder a los Sasnidas, que se propusieron extermi-nar a los miembros de la anterior familia reinante.

    El Padre de San Gregario, llamado Anak, fu el asesinodel rey arscida de Armenia, Cosroes, lo cual hasta talpunto indign a los grandes del reino que no slo acaba-ron con el asesino sino con todos sus hijos, excepcin he-cha de Gregario a quien salv su nodriza Sofa, que eracristiana.

    As fu que se educ cristianamente en Cesarea de Ca-padocia, en donde se cas y tuvo dos hijos, que, andandoel tiempo, fueron sus sucesores.

    Cuando, ms adelante fueron restaurados los arscidasen la persona de Tiridates, hijo del asesinado por Anak, sepresent ante l San Gregario para reparar, en cuanto pu-

  • 190

    diese, la falta de su padre con la predicacin del Evan-gelio.

    Indignse el rey, empedernido pagano, y lo mandazotar terriblemente. Y habindose enterado de su origenlo hizo meter en un pozo para que muriera de hambre.All permaneci catorce aos, alimentado por el pan queuna piadosa viuda le llevaba. Hasta que, habiendo cadogravemente enfermo el rey, le cur milagrosamente S. Gre-gorio, y le convirti al cristianismo.

    Ya entonces haca tiempo que de mutuo acuerdo, sehaba separado el Santo de su mujer, que se retir a unmonasterio. De modo que, por deseo del mismo rey, setraslad a Cesarea de Capadocia para recibir la ordenacinepiscopal. Fu el primer Patriarca de los armenios.

    Los historiadores discuten los detalles de toda esta his-toria, pero sobre todo discuten el alcance de la ordenacinde S. Gregario por el obispo de Cesarea. Para unos, esaordenacin entraa la sumisin jerrquica, mientras paraotros es una pura ordenacin episcopal, y enlazan a la sedearmenia directamente con Roma. Los que esto creen, ad-miten la historicidad de un viaje de San Gregario a Romaen compaa del rey armenio, para recibirla dignidad pa-triarcal uno, y hacer una alianza con los romanos el otro.

    Sea de este viaje lo que fuere, el hecho es que, a partirde San Gregario qued organizada la Iglesia armenia, ycon una organizacin peculiar, en la que llama, por ejem-plo, la atencin la existencia de familias sacerdotales, enlas que, de padres a hijos se perpetuaba el sacerdocio, co-menzando por la misma familia de S. Gregario, que dimuchos Patriarcas, la mayor parte de ellos santos.

    La Cristiandad de Armenia naci rodeada de peligros.Al Oeste Bizancio, que, aun cuando defenda la ortodoxia,casi siempre lo haca con tal matiz que lo "bizantino pa-reca ofuscar a lo "ortodoxo. Al Este el imperio parto,empeado en hacer aceptar su mazdesmo, o cuando me-nos derribar la fortaleza catlica armenia favoreciendo todaclase de herejas que la debilitasen. Y en el seno de lapropia Armenia, su nacionalismo, que le haca mirar conojos de desconfianza cuanto vena de ms all de sus fron-teras.

    As fu como aquella compenetracin que haba existi-do entre San Gregario y el primer rey cristiano se desva-neci. Iusik, nieto del primer Patriarca, es muerto por elrey Tiranes, y lo mismo ms adelante el gran San Nersspor el rey Papo Incluso se llega a nombrar un antipatriarca.y la principal acusacin es que intentaban "helenizar" elreino cuando aceptaban el Concilio de Nicea o imitabanen la disciplina eclesistica a San Basilio de Cesarea. Nohaba, de momento, nada dogmtico, sino mucha descon-fianza.

    La cuestin ya comenz a cambiar con el Concilio deCalcedonia, celebrado en 451. En aquellos momentos, ape-nas pararon atencin los armenios porque los tena absor-bidos una guerra a muerte contra Persia en defensa de su

    UT UNUM SINT

    religin cristiana por la que sufrieron tormentos terribles yhorrorosas deportaciones.

    Pero, vuelta la paz, los persas continuaron su campaafavoreciendo a los nestorianos, mientras desde Bizancio sehaca activa propaganda eutiquiana, lo cual vino a pararen que a fines del siglo v, un Snodo de los obispos arme-nios, rechaz el Concilio de Calcedonia, y a principios delsiglo siguiente, otro se ratific en lo mismo y proclam suseparacin de los griegos. Para ms sealar su posicinmonofisita juntaron las dos fiestas de la Navidad y delBautismo del Salvador, y al trisagio le aadieron: "quefu crucificado por nosotr(8.

    Ya en el siglo VI y VII los Emperadores Maurido y He-raclio pueden reconquistar a los persas casi todo el terri_torio armenio, de modo que, reunido un concilio en 591,logra Mauricio, que todos los obispos presentes acatenla doctrina de Calcedonia. Pero el "Patriarca catlico- como se le llamaba - que se haba refugiado en terri-torio persa, no lo acepta, y ante su negativa el Emperadornombra otro Patriarca, de manera que desde fines del si-glo VI ya hubo dos "Patriarcas Catlicos de Armenia.

    Las tentativas de unin con Constantinopla son conti-nuas, pero de tal manera se mezcla lo poltico, que hastaincluso la guerra contra los rabes pasaba a segundo tr-mino. El Emperador Digenes, en el siglo XII, se dirigacontra los turcos seljcidas ms preocupado por acabarcon el monofisismo que por rechazar a los infieles. Mientrasque su derrota ante los infieles fu saludada por los arme-nios como una victoria.

    Es curioso ver, por ejemplo, a un Focio defendiendo laortodoxia de Calcedonia contra los armenios. Y es que, enrealidad, lo que defendan era la supremaca de Constanti-nopla sobre todo el Oriente. Como los armenios defendansu personalidad e independencia oponindose.

    Y as ocurri que durante las cruzadas, que permitieronuna mayor facilidad de comunicacin con Roma, prctica-mente todos los patriarcas admitieron la fe romam.

    Despus sigue una poca de tal confusin que lleg ahaber ~antas iglesias armenias como patriarcas y tantos pa-triarcas como distritos. Hubo un "catholicado en Etch-miadzin que acab completamente sometido al Zar de Ru-sia. Otro en Sis dominado por el Gran Turco. Otro enAghtamar. Otro en Constantinopla y otro en Jerusaln. Es-tos ltimos con poderes religiosos ms restmgidf)s. Y entodos ellos hubo algunos patriarcas que mantuvieron suunin con Roma. Finalmente hemos de citar el PatriarcadoCatlico, que slo existe desde el siglo XVIII, y que rufruto de las ansias de los catlicos - que siempre los huboentre el pueblo -- de tener un Patriarca firmemente unidoa Roma, en una poca en que todos los dems patriarcadospasaban por gravsimas crisis de desorganizacin e incer-tidumbres. Mas ni aun este Patriarca se libr de serias vi-cisitudes que pusieron en peligro su misma unin conRoma, a fines del pasado siglo.

    Pablo LOPEZ CA5TELLOTE

  • ANTE LA LLAMADA DEL PAPA A LA UNIDADMensaje de Atengoras 1, Patriarca de Constantinopla (1-1-59)

    Esta Sede santsima, apostlica y ecumnica, y Nos,personalmente, en oracin continua por la Iglesia de todos,acogemos con gozo toda llamada sincera a la paz, vengade donde viniere, y particularmente, ntese bien, cuaudesta llamada proviene de un centro cristiano como el dela antigua Roma.

    La imagen dolorosa de la humanidad actual, que padece pruebas sin nmero por falta de comprensin mutua,y la ausencia de una vida pacfica de los pueblos, nos im-pone a nosotros, los jefes de las iglesias cristianas, el deb

  • EL PATRIARCADO DE CONSTANTINOPLAA la cuila y asidua lectora de CRISTIANDAD, M.a Terela Jordi Riviere de Majem

    El anuncio de la convocaClOn de un Concilio Ecum-nico por el Papa Juan XXIII, ha puesto en el primer planode la actualidad la cuestin de la unidad de los cristianos.Desde los primeros das de su Pontificado la atencin delPapa reinante se diriga explcitamente a este problema,y en su primer mensaje al mundo, deca:

    Abrazamos con ardiente y paternal amor, tanto a laIglesia occidental como a la oriental; incluso a aquellosque estn separados de esta Sede Apostlica, donde Pedrovive en sus sucesores ... , que por mandato de Jesucristo tie-nen la misin de atar o desatar cualquier cosa en la tierray ser Pastores de todo el rebao del Seor. Rogamos aDios que puedan venir todos con alegra y libremente, yque esto ocurra muy pronto por la inspiracin y ayuda dela gracia divina. No encontrarn una casa extraa, sino lasuya propia que ya en tiempos remotos brill por la glo-riosa sabidura de sus antepasados y fu adornada por susvirtudes.

    Ya antes de qu!') se anunciase el Concilio, estas pala-bras de Juan XXIII dieron ocasin a la respuesta que elPatriarca Atengoras de Constantinopla di a conocer ensu Mensaje de Ao Nuevo, y que reproducimos en el pre-sente nmero de CRISTIANDAD.

    Ningn cristiano podra permanecer indiferente antelos grandiosos interrogantes que abren tales hechos sobreun porvenir cuyo misterio est en manos de la divinaProvidencia. Por lo mismo despiertan tambin su atencinhacia este glorioso pasado evocado por el espritu apos-tlico y catlico de Juan XXIII. Los temas del Orientecristiano, demasiadas veces considerados como curiosidadesde especialista, adquieren ahora divulgacin entre los fieles.CRISTIANDAD se propone dar en sus pginas informa-cin de actualidad y orientacin histrica en torno a estacuestin de trascendencia inmensa para la restauracin cris-tiana del mundo.

    Como una elemental ilustracin al sentido del MensajePontificio y de la respuesta del Patriarca constantinopolita-no,daremos en estas notas algunos datos, y aludiremos aalgunos aspectos esenciales del papel histrico de la Sedede Constantinopla.

    La nueva RomaEl Obispo de Constantinopla tenga el primado de ho-

    nor despus del Obispo de Roma, por razn de ser aquellaciudad la nueva Roma.

    Tal es el texto del famoso Canon 111 del Concilio queen 381 se reuni en Constantinopla, en los aos del Em-perador Teodosio. Este Concilio tuvo decisiva importanciaen la Historia; represent la derrota definitiva del arria-nismo, y en l se defini la divinidad del Espritu Santofrente a la hereja de los semi-arrianos llamados "adversa-rios del Espritu, o "macedonianos. Fu por esta razn

    considerado posteriormente como el 11 de los Ecumnicos,y con su tarea doctrinal se relacionan las palabras del sm-bolo Niceno-Constantinopolitano con que todos los cris-tianos confesaran al Espritu Santo: "Creo en el EsprituSanto, Seor y Vivificador, procedente del Padre, que jun-tamente con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado,que habl por los Profetas.

    El triunfo de la ortodoxia en Constantinopla en unaAsamblea entre cuyos 150 Padres haban figurado los msinsignes doctores del Oriente - entre ellos San GregarioNacianceno y San Gregario Niceno -, coincidiendo con elrobustecimiento y unificacin de la autoridad Imperial enmanos de un Emperador ortodoxo, se contaron entre losfactores decisivos del nuevo y singular papel que a partirde entonces y durante muchos siglos iba a desempear laSede de Constantinopla.

    En el Concilio de Nicea, en su Canon VI - un textoque ha suscitado muchos problemas y dudas""":'" se mencio-naba como preeminentes las Sedes Episcopales de Roma,Alejandra y Antioqua. En Roma se interpretaba, ya desdeel siglo IV, este hecho como fundado en la conexin que li-gaba estas tres Ctedras Apostlicas a San Pedro, el Prn-cipe de los Apstoles, que haba residido en Antioqua yRoma, y cuyo discpulo San Marcos era conocido tradicio-nalmente como el fundador de la Sede de Alejandra.

    Durante los tiempos de las grandes luchas antiarrianas,el Obispo de Alejandra San Atanasia haba encarnado enOriente, y aun en todo el mundo cristiano, la causa de lafe en la consubstanciabilidad del Verbo con el Padre. Msde la mitad del tiempo de su largo episcopado estuvoAtanasia desterrado de su Sede. Haba encontrado suapoyo principal entre los monjes del desierto egipcio, frentea las intrigas y persecuciones del poder Imperial. La men-talidad teolgica alejandrina en los aos de Atanasia sealiaba y entroncaba ntimamente con la del Occidente anti-arriano.

    En Antioqua, cuya escuela teolgica presentaba unprofundo contraste de terminologa y de orientacin conla de los occidentales y alejandrinos, se produjo a partirdel ao 362 el famoso cisma entre Melecio y Paulina.

    El Occidente con su Pontfice de Roma y Alejandra,reconocan como Obispo de Antioqua a Paulina, fervienteatanasiano y "consubstancialista. En Oriente se mante-na la comunin con Melecio. Aunque esta cuestin no sig-nific una ruptura entre las dos partes, expresaba, sin em-bargo, una dualidad profunda de puntos de vista.

    Apoyaban a Melecio por una parte los ms moderadosentre los semiarrianos, y por otra parte los ortodoxos adic-tos a las tendencias teolgicas de la escuela de Antioquay de los grandes Padres de la Capadocia, San Basilio y losdos Gregarios.

    Estos preferan la terminologa derivada de Orgenesy hablaban de tres hypstasis en la Trinidad divina, a

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    pesar del escndalo de no pocos "atanasianos que, sinimitar la magnanimidad del gran Patriarca alejandrino,consideraban semiarriana aquella terminologa. Los "Orien-tales por su parte acusaban con frecuencia a los parti-darios de Paulino y de Atanasio de incurrir en la herejasabeliana negadora de la trinidad de Personas.

    No sera, pues, del todo exacto, atribuir el origen delas divergencias entre el Oriente y el Occidente a actitu-des de siglos posteriores tomadas por la Sede de Constan-tinopla. Podra decirse ms bien que Constantinopla cuan-do pas a ser la "nueva Roma, como capital nica delImperio, hered las divergencias que haban separado alOriente y a Antioqua de Alejandra y el Occidente.

    En los tiempos de los emperadores arrianos haba bri-llado como defensora de la ortodoxia la Ctedra de Ata-nasia, mientras la antigua Bizancio, centro natural de losObispos de Corte, era dominada por el arrianismo ofi-cial. Algunos de los ms clebres dirigentes de los dis-tintos matices del arrianismo, haban ocupado la ctedraEpiscl\,pal de Constantinopla.

    El Concilio de 381, con el definitivo triunfo de la or-todoxia signific tambin un paso muy importante en laconsolidacin e influencia de la Iglesia bizantina. Inte-grado principalmente por obispos "Orientales, fu pre-sidido sucesivamente por Melecio de Antioqua, el rivalde Paulina; San Gregario Nacianceno, Obispo de Constan-tinopla ~ que debi dimitir por no querer secundar elConcilio su actitud favorable a una conciliacin entre me-lecianos y paulinianos ,......, y Nectario, su sucesor en la sedeepiscopal de Constantinopla.

    El Concilio pona en prctica, de este modo, lo queformul en su Canon III: A saber, la primaca en Orientede la Sede de Constantinopla, la nueva capital del Impe-rio cristiano, sobre las grandes Ctedras - especialmentela de Alejandra - que hasta entonces haban ejercido lahegemona religiosa.

    Uno es el orden de las cosas seculares,otro el de las divinas.Era, en efecto, principalmente contra Alejandra que

    se haba dirigido el gesto de 381 atribuyendo a la Sedede la ciudad Imperial el segundo lugar en la Iglesia. Peroesto, si testimoniaba de una parte el hecho de la primacade Roma como algo ya adquirido e inmemorial, podaimplicar, no obstante, un peligroso sobreentendido: el deque aquella primaca no tena sino una razn puramentepoltica.

    Cuando en el siglo siguiente en el Concilio de Calcedo-nia, en 451, se ratificaba este segundo puesto de honor-a la nueva Roma, y se le atribua adems una jurisdiccinPatriarcal - anloga a la que Alejandra ejerca sobreEgipto y Libia,......, sobre las "dicesis o provincias civilesde Tracia, Asia y Ponto, la Sede Romana por boca de SanLen ratificaba su actitud tradicional.

    San Len invocaba de nuevo la sucesin de Pedro, elPrncipe de los Apstoles, y escriba al Emperador Mar-ciano: "Uno es el orden de las cosas seculares, y otro elde las divinas; y fuera de aquella Piedra que el Seor pusoconw fundamento, no ser estable ninguna construccin.El triunfo de la Iglesia de Constantinopla

    El Concilio de Calcedonia representa uno de los mo-mentos ms decisivos de la historia de la Iglesia, y dems dramtico y complejo resultado.

    Desde los aos del II Concilio Ecumnico, la rivalidadentre Alejandra y Constantinopla haba tenido ocasin deexcitarse en las ms decisivas polmicas en tomo a losmisterios centrales de la Fe.

    El gran Patriarca de Alejandra, San Cirilo, haba en-camado de nuevo como su glorioso antecesor Atanasio, elrecto sentido del misterio cristiano al defender la unidadde Cristo, Verbo hecho carne, nacido de Mara, Madre de

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    Dios, frente a la hereja .dualista del Patriarca de Cons-tantinopla, Nestorio, que distingua el Hombre y el Verbo,y negaba que el Hijo de Mara fuese Hijo de Dios.

    Nestorio haba contado, en la primera fase de la lucha,con el apayo de la Corte, y haba conseguido agrupar entorno a s, a todos los partidarios .orientales de la teologarantioquena.

    En 446 suba a la Sede Episcopal de ConstantinoplaSan Flaviano, formado, por cierto, en el ambiente teolgicode Antioqua.

    Una violenta polmica se suscit entre l y el Archi-mandrita Eutiques, que representaba en Constantinopla elpartido y la influencia del Patriarca de Alejandra Disco-ro, sucesor de San Cirilo, desde 444.

    Eutiques, afectando la ms absoluta fidelidad a la en-seanza antinestoriana de San Cirilo, llegaba a negar queel Verbo se hubiese hecho semejante en naturaleza a nos-otros, los hombres que haba venido a redimir. Flavianohaba apelado a San Len, Papa de la antiguo Roma,que haba dirimido la cuestin en la famossima Epstoladogmtica de 449: :m, que es verdadero Dios, El mismoes verdadero Hombre.

    Pero Eutiques y Discoro haban obtenido esta vezla proteccin de la Corte imperial para el partido de los.egipcios. Se reuni en Efeso ~ intentando recordar lagloriosa defensa que all hiciera San Cirilo de la pureza dela Fe frente a la hereja nestoriana ~ un Concilio, ellatrocinio efesino, que condenaba a Flaviano de Cons-tantinopla. Discoro, que lo presida, lleg en su audaciaa excomulgar al Pontfice Romano, San Len.

    En el Concilio Ecumnico de Calcedonia, los Padres,rehabilitaron a Flaviano y aclamaron la doctrina enseadapor el Papa: Pedro ha hablado por Len.

    El Papa de la antigua Roma poda, pues, invocar lasucesin Apostlica, dentro del orden de las cosas divi-nas, y recusar la consideracin poltica en la atribucinde las jerarquas en la Iglesia. En Constantinopla, sinembargo, no faltaban motivaciones humanas para intentarratificar la decisin de 381 y conseguir a que el Con-cilio de Calcedonia representara, adems de la victoria dela fe ortodoxa, frente al eutiquianismo, tambin el triun-fo definitivo de la Iglesia bizantina.

    En tres ocasiones, podran pensar desde Constantino-pla, Alejandra haba humillado a la ciudad Imperial a lolargo de aquel siglo v. En 404, el Patriarca Tefilo deAlejandra haba presidido un concilibulo que consumabauna intriga contra el gran Obispo de Constantinopla, SanJuan Crisstomo; en 431, San Cirilo de Alejandra, deacuerdo con el Papa de Roma, Celestino 1, haba excomul-gado a Nestorio, Patriarca de Constantinopla; en 449, Dis-coro, Patriarca de Alejandra, haba excomulgado y maltra-tado al Patriarca de Constantinopla, San Flaviano.

    En esta ltima ocasin, el Papa de la antigua Roma)),que haba tenido su apoyo en Alejandra frente al arria-nismo y al nestorianismo ~, apoyaba ahora la posicindoctrinal de Constantinopla. El Papa San Len no deseabala convocacin de un Concilio que, en lo dogmtico. no

    UT UNUM SINT

    deba hacer sino aceptar, como efectivamente hizo, laenseanza de Pedro en su sucesor. A la poltica bizantinahaba interesado por lo contrario que se reuniera, y a lainiciativa imperial se debi su convocatoria, a la queasinti, desde luego, San Len, que presidi el Conciliopor sus Legados.

    Por esta situacin se explica que en el Concilio de Cal-cedonia no slo se condenara a Eutiques y se rehabilitarala memoria de Flaviano, sino que fueran repuestos en susSedes algunos obispos que haban sido ardientes adversa-rios de San Cirilo de Alejandra y que pertenecan doctri-nalmente a la escuela de Antioqua. Nestorio, desde sudestierro, afect una plena satisfaccin por la doctrina delConcilio de Calcedonia, y aun por la del Papa Len.

    Por esto desde Alejandra pudieron pensar que Dis-coro su Patriarca, continuaba a San Cirilo y a San Ata-nasia y defenda la Fe de Nicea y de Efeso, frente alImperio que una vez ms, pensaban, apoyaban a la hereja.

    Para Egipto, Armenia y parte de Siria, los calcedoni-tas)) establecan una dualidad que separaba al hombre deDios; Len - crean~ haba incurrido tambin en el errorhertico. Y es notable que quienes aceptaron la dualidadde naturaleza, definida por el Papa y el Concilio de Cal-cedonia, fueron llamados por los monofisitas con elnombre de melquitas, es decir, en el lenguaje siraco.partidarios del Rey o del Emperador. Y es que la opo-sicin frente a Calcedonia represent la reaccin escan-dalizada del mundo cristiano rural del Oriente frente alCristianismo helenizado y culto de Constantinopla.

    Por otra parte, tambin el nestorianismo radical, here-dero del error judaico de un Mesas humano elevado a ladiestra de Dios, que predomin en Mesopotamia y en Per-sia, se haba de enfrentar con la sntesis ortodoxa repre-sentada por la aceptacin simultnea de los Concilios Ecu-mnicos de Efeso y de Calcedonia.

    En los desiertos egipcios y sirios se aceptaba a Efeso,a San Atanasia y a San Cirilo, pero no a San Len ni aCalcedonia; en las mrgenes del Eufrates se aceptaba dealgn modo a Calcedonia, pero se rechazaba a Efeso y aSan Cirilo.

    La penlarqua palriarcal y la expansincrisliana de la Iglesia bizanlinaDurante dos siglos y medio la historia de la Iglesia de

    Constantinopla estuvo condionada por su aspiracin amediar entre Roma y el monofisismo, de un modo que lepermitiese mantener la primaca conseguida sobre el Orien-te, en Calcedonia.

    El mundo monofisita se haba escandalizado y per-maneca resentido frente al Imperio, a la cultura y al hu-manismo griegos, como indica precisamente el epteto demelquita con que despreciaban a los ortodoxos. Por estomismo desde entonces se idearon en Constantinopla tr-minos medios y concesiones que tergiversaban, a veces,la definicin de San Len y de Calcedonia. As se intenta-ba a la vez concentrar contra Roma el resentimiento mo-

  • IN MEMORIAM

    EL REVERENDO PADRE JUAN GUIM, S. l.

    201

    SCHOLA CORDIS IESU y la Revista CRISTIANDAD han participado con emocin profunda en elsentimiento que la muerte del P. Juan Guim, S. l., ha causado en todos los sectores a que se extendi suprolongada y mltiple actividad apostlica.

    Un motivo especialsimo nos vinculaba a su persona; A la iniciativa del P. Guim, desde su puesto deSuperior, se debi el origen primero de la entidad fundada por el P. Ramn Orlandis, S. I. JUVENTUS,que haba de transformarse posteriormente en SCHOLA CORDIS IESU. Muy poco tiempo antes de sumuerte manifest su constante inters y adhesin por esta obra en la carta que nos complace dar a conocer:

    Colegio de San Francisco de BorjaFacultades de Filosofa y TeologaS. CUGAT DEL VALLES (Barcelona)

    31 diciembre, 1958.Sr. Director y miembros de redaccin de CRISTIANDAD.Barcelona.

    quedo de ustedes affmo., siervoJuan Guim, S. l.

    Muy seores mos:Al reaparecer la Revista .CRISTIANDADD volv a recibirla y he venido recibindola con regularidad. Por lo

    cual les doy las gracias ms cordiales.En ella he venido renovando tambin yo el recuerdo y el espritu del P. Ramn OrIandis, como veo lo hacen

    ustedes en el ltimo nmero del 1.0 y 15 de diciembre de 1958; Y con este nmero he vuelto a admirar lo queel P. Murall advirti ya sobre la admirable muestra de la original complejidad del temperamento filosfico-teolgico-potico del P. Orlandis. Los que le conocimos en los tiempos de sus estudios bblicos, nos hemos alegrado de verreproducidos algunos de sus escritos que deben constituir un arsenal multiforme.

    Desendoles a ustedes mucha suerte en el hallazgo y utilizacin de sus escritos,en Cristo,

    nofisitaD. Un largo cisma se produjo as entre la antiguaDy la nuevaD Roma.

    El Quinto Concilio Ecumnico de 553 fu un resultadodoctrinalmente muy positivo de aquellos esfuerzos parasintetizar Efeso con Calcedonia.

    Las fases siguientes que condujeron a la formulacinde la hereja Monotelita ,......... negacin de la existencia dela voluntad humana en Cristo ~ no slo reprodujeron lasmpturas cismticas entre Roma y Constantinopla, sino queaumentaron la lista de los Patriarcas constantinopolitanosincludos entre los herejes.

    Sin embargo, todo esto no fu obstculo para que semantuviese en definitiva la ortodoxia en el mundo del Im-perio cuya capital era Constantinopla. El Concilio de Cal-cedonia haba establecido una organizacin de la Iglesiaque adquiri su definitiva estmctura bajo el Imperio deJustiniano.

    Segn ella, cinco Sedes Episcopales reciban con elttulo de Patriarcales D una misin directiva en la Iglesia,con amplia jurisdiccin sobre los Obispos de sus circuns-cripciones: La antigua RomaD, cuyo Papa es el Primerode todos los SacerdotesD ~ segn expresa la Novela 131de Justiniano; el Arzobispo de Constantinopla, la nuevaRoma, que tenga el segundo lugar despus de la Santsi-ma Sede Apostlica de la antigua RomaD; y despus destas, Alejandra, Antioqua y Jerusaln.

    Desde fines del siglo VI los Patriarcas de Constantino-pla se atribuyeron el ttulo de Ecumnicos. Este ttulo, as

    como aquel orden en la Pentarquia Patriarcal sancionadopor Justiniano, fueron recusados desde la Sede Apostlicade Roma. .

    Pero en Constantinopla, en aquellos tiempos de restau-racin imperial y en los siguientes siglos, se sentan en elcentro del .OECUMENED, del mundo culto regido porel Imperio Cristiano. El Papa de la antigua Roma ejer-ca su Patriarcado sobre tierras de brbaros en dondemuy distintas costumbres, lenguaje y ritos, mantenan unacreciente distancia con respecto a lo que para los griegosera el verdadero centro del mundo cristiano.

    El mundo bizantino soport todava durante casi sigloy medio la tortura de la barbarie asitica de los herejesiconoclastas D; pero despus del definitivo triunfo de laortodoxiaD en 843, un renacimiento de la cultura clsica,y una restauracin poltica en el Imperio RomanoD, con-temporneos de los tristes siglos que fueron en Occidenteel IX y el x, pudieron tal vez contribuir a ulteriores mp-turas que, de un modo no bien claramente definible fue-ron distanciando las Iglesias orientales de la Iglesia Ro-mana.

    Pero desde Constantinopla entre tanto la teologa delos grandes Padres orientales, el monacato inspirado en laaccin de San Basilio Magno, la liturgia que ste y SanJuan Crisstomo haba legado a la Iglesia bizantina, elarte religioso, haba encontrado su expansin en el mundoinmenso de los pueblos esclavos.

    Francisco CANALS VmAL

  • DIEZ ANOS DE PERSECUCION RELIGIOSA EN RUMANIA(CONTINUAClON)

    La lucha contra la Iglesia greco-catlica unidaDesde que se inici la ocupacin comunista en Ruma-

    na, se evidenci el propsito de los nuevos gobernantes deemprender una lucha de exterminio contra la Iglesia greco-catlica unida, considerada como "anti-nacionaln y "anti-histrica .

    Una de sus primeras preocupaciones fu encontrar unaliado dentro del mismo campo de la religin a fin depoder conducir la campaa para arruinar a la iglesiagreco catlica unida. Y con este fin el rgimen comu-nista rumano utiliz una tcnica sabiamente estudiada, co-menzando por tomar las riendas de la iglesia desidenterumana.

    En principio procedi a eliminar los "elementosopuestos al Rgimen.

    El 28 de febrero de 1948, el Gobierno Popular substi-tuy al Patriarca Nicodemus Munteanu por Justiniano Ma-rina, que se presentaba como hombre de confianza del R-gimen y ms de una vez haba manifestado abiertamentesu intencin de servir los intereses del partido comunista.

    La legislacin de la Iglesia ortodoxa fu modificada detal manera que todas las cuestiones eclesisticas quedaronbajo la autoridad directa del Patriarca.

    Como ste estaba a las rdenes del Gobierno, puededecirse que, para alcanzar su fin, los comunistas disponande toda la organizacin de la iglesia disidente rumana.Esto se vi claramente durante la campaa de destruccinde la Iglesia catlica rumana de rito oriental.

    El nuevo Patriarca que. de simple cura rural; haba as-cendido en un ao todos los grados de la Jerarqua, apro-vechse de su elevacin para atacar violentamente a losgreco-catlicos incitndoles a reintegrarse a la comunidadortodoxa.

    Un mes y medio ms tarde, firm la famosa resolucinde la Conferencia ortodoxa, que tuvo lugar en Mosc conmotivo de las fiestas del V centenario de la autocefalia dela iglesia rusa.

    "Hoy, como en el pasado - deca -,la acticidad delVaticano se dirige contra las masas populares. El Vaticanoes un centro de intrigas internacionales contra los interesesde los pueblos, especialmente de los eslavos, un centrotambin de facisrno internacional. No hay cristiano .queconociendo su nacionalidad y su rito, pueda adoptar ot~aactitud que la de estigmatizar la poltica anticristiana, an-tidemocrtica, y antinacional del Vaticano.

    Rumania era el nico pas ortodoxo que sostena rela-ciones oficiales con la Santa Sede.

    Ciertamente que el Rgimen desde hacia algn tiempoya haba retirado sus representantes, pero an no haba su-primido su embajada.

    Para acomodarse a las iniciativas de sus maestros delKremlin, deba dar ejemplo de un gran celo, rompiendo oparalizando las relaciones que ms de un quinto de la po-blacin sostena con Roma.

    Denuncia del ConcordatoSe empez por suprimir lo que era como el instrumento

    y el smbolo de esas relaciones: El Concordato.La prensa de pronto, con unidad impresionante, inici

    una campaa denigrando a la Iglesia.El Vaticano era designado como "agencia de espiona-

    je, instrumento del imperialismo americano, enemigo ju-rado del pueblo de los trabajadores, protector del capita-lismo, factor de guerras. "El Vaticano se mueve siemprecontra los intereses de los pueblos eslavos. "Organiza unainmensa red de espionaje en provecho de los americanos,cuyos agentes son los nuncios apostlicos, los obispos, lossacerdotes, y especialmente los jesutas.

    La autoridad suprema y la jerarqua de la Iglesia, ascomo tambin toda su organizacin, fueron presentadoscomo los principales responsables de la guerra y de lascalamidades de la post-guerra.

    El fin de esta propaganda anticatlica era preparar laopinin pblica para la persecucin que el Rgimen tenala intencin de llevar a cabo, y justificar las leyes quehaban de servirle para abatir la Iglesia greco-catlica deRumania.

    El nuevo Rgimen de cultosy la reforma de la ensefianzaLa primera medida directa que tomaron los comunis-

    tas rumanos contra la Iglesia catlica, despus de la de-nuncia unilateral del Concordato fu el Decreto sobre elRgimen general de cultos de 4 agosto 1948 sometiendoal control del Estado la actividad de todas las confesionesreligiosas del pas.

    Al mismo tiempo, fu igualmente promulgado la Leypara la reforma de la enseanza pblica.

    Su fin era dar a la juventud una educacin inspirn-dose en los principios materialistas y, por ello, alejarla dela religin.

    Con esta ley, el Estado se irrogaba el derecho exclusivode la enseanza pblica y declaraba a todas las escuelas"escuelas del Estado.

    La ley empezaba declarando que:"Para democratizar la enseanza, todas las escuelas con-

    fesionales o privadas, de todo gnero, quedaban converti-das en escuelas del Estado... Todos los bienes muebles einmuebles pertenecientes a las iglesias, a las congregacio-nes, a las comunidades religiosas, a las asociaciones priva-

  • IGLESIA DEL SILENCiO

    das, con o sin fin lucrativo ... y que sostenan escuelas p-blicas, venan a ser propiedad del Estado. En consecuen-cia se prevena igualmente la disolucin de todas las aso-ciaciones y organizaciones que tenan por fin el funciona-miento de escuelas privadas)).

    El Gobierno, en virtud de este Decreto, prohiba a lasOrdenes Religiosas; tanto masculinas como femeninas, todaactividad en el campo de la enseanza y de la asistenciamdica; confiscaba todas las casas religiosas, alojandoa los religiosos en campos de concentracin creados paraellos.

    Actitud del clero disidenteDespus de la publicacin y aplicacin de estas leyes,

    empez la abierta persecucin contra los catlicos de ritooriental.

    Los primeros ataques emanaron de las autoridades ecle-sisticas disidentes.

    La unin de sacerdotes ortodoxos, declar:"Ya que algunos representantes y jefes de cierto culto

    de Rumania se ponen al servicio de intereses extranjerosenemigos del pueblo, alejando con ello su Iglesia del puebloy de Dios, hacindose instrumentos indignos de los enemi-gos de la paz, los ministros de la Iglesia ortodoxa conde-nan resueltamente esta actitud y se ponen al lado del r-gimen de nuestra democracia popular en la lucha por lapaz, la libertad y la independencia nacionaln.

    Esta hipcrita declaracin apuntaba a los greco-catli-cos que, perfectamente organizados tras sus jefes, e identi-ficando ya comunismo y ortodoxia, mostraban su oposicina los dueos de la situacin creada.

    Estos, no ignoraban que la obstinacin con que se lescoaccionaba a unirse a la ortodoxia estaba afectada por laincompatibilidad radical, proclamada solemnemente por laSanta Sede, entre el marxismo y el catolicismo.

    El acercamiento a Roma pareci muy pronto subversivoy una de las principales piedras de tropiezo.

    Si alguna vez las persecuciones religiosas han tenido porcausa determinante el inters poltico o la razn de Estado,el caso de la Iglesia greco-catlica rumana representa el tipoa la vez ms odioso y ms vil.

    En efecto, mientras la jerarqua de la Iglesia ortodoxa,esencialmente nacionalista, empez un peligroso compro-miso con el comunismo, una minora confesional encontren la doctrina misma de su Iglesia supranacional razonesdecisivas para rechazar todo lo que no les permitiera pen-sar y vivir como rumanos libres.

    El proceso milenario que haba opuesto a la domina-cin magiar, se encontraba ahora en nuevas condiciones.Las tiranas orientales no admitan ni discusin ni compro-misos.

    Bajo el falaz pretexto de rehacer la unidad espiritualdel pas, entraba en la lgica de los hechos que dentro delplan poltico, se considerase necesario levantar la pesadahipoteca que lo gravaba: la adhesin a Roma y a sus con-signas anti-marxistas.

    203

    La llamada del PatriarcaJustiniano MarinaEl Patriarca ]ustiniano Marina, apenas elegido jefe de

    la Iglesia disidente rumana, declar:"Luchar especialmente para que nuestra Santa Iglesl&

    Ortodoxa responda a las exigencias y a las esperanzas delpueblo, fiel a la nueva evolucin sociaL.. Nuestro pensa-miento se dirige de nuevo a nuestros hermanos rumanosgreco-catlicos ... Es precisamente al clero -greco-catlico,nica esperanza del cesaro-papismo en nuestro pas, quedirijo mis paternales solicitudes: no os dejis engaar porlos enemigos. Mostraos rumanos dignos de vuestros ante-pasados, que, a precio de su vida, conservaron ntegro elpatrimonio comn del pueblo rumano ... Qu es lo quetodava nos separa? Nada ms que vuestra persistencia enla fidelidad a Roma, vuestra sumisin a ella 1.

    La llamada del MetropolitanoNicols BalanIdntico llamamiento dirigi a los catlicos unidos el

    Metropolitano de Sibiu, Nicols Balan, uno de los enemi-gos ms encarnizados del catolicismo:

    "En calidad de sucesor de los antiguos metropolitanosde Alba Julia, que animaron toda la vida rumana de Tran-silvania, .me dirijo a vosotros, que intereses extraos hanseparado de vuestra buena madre, la Iglesia ortodoxa, yque os invita y dice clida y paternalmente: Venid acasal."

    Estas llamadas haban de ser el preludio a un proyectode supresin de ta Iglesia catlica rumana de rito oriental.La accin del rgimen comunista les sucedi bien pronto.

    El Sinodo de ClujLas autoridades comunistas despus de haber depuesto

    algunos obispos greco-catlicos e impedido a otros ejercersu ministerio, tomaron la iniciativa de convocar un Snodo,que deba aprobar el paso de los catlicos unidos al cisma.

    Hacia fines de septiembre de 1948, una carta - edi-tada y transmitida por el Ministerio de Cultos - fu diri-gida a todos los sacerdotes unidos, diciendo que las lla-madas del Patriarca Justiniano y del Metropolitano Balan"pidiendo a los rumanos greco-catllicos que volvieran denuevo al seno de la Iglesia ortodoxa rumana, haba hechoreflexionar a los sacerdotes unidos sobre este problema lle-gando a la conclusin de que haba llegado la hora de fu-sionar las dos Iglesias)).

    "Habiendo, pues, sido informados,....... contina el escri-to - de la reunin que para este fin ha de tener lugar enCluj, elLo de octubre prximo, los firmantes ... delegamosa los Rev... para tomar parte en esta asamblea y repre-sentarnos con plenos poderes y con el mandato de sostenercon todas sus fuerzas y de votar la resolucin del retornode la Iglesia greco-catlica a la Iglesia ortodoxa. Los man-datarios estn autorizados para firmar en nuestro nombredicha resolucin, del retorno de la Iglesia greco-catlica ala Iglesia ortodoxa ... , que aceptamos de antemano.

  • 204

    Coino se deduce del texto del llamamiento, cada p-rroco era invitado a designar dos sacerdotes de su demarca-cin, elegidos ya por las autoridades comunistas, para re-presentarlo en el Congreso, durante el cual ya estaba pre-visto que deban ser rotos los vnculos entre los catlicosunidos y Roma.

    Una comisin compuesta por representantes del Par-tido y del Gobierno, se apresur a llevar directamente acada prroco este documento, acompaando su entregacon explicaciones engaosas, con amenazas, con promesas,con coacciones y actos de violencia.

    La mayor parte de los prrocos que rehusaron firmarfueron arrestados. Lograron la firma de algunos de ellos,pero solo despus de ser sometidos a tortura.

    Por este procedimiento, llegaron a reclutar 38 sacerdo-tes, tantos como ,haban estado presentes en el Snodode 1698 que proclam la unin con Roma.

    Estos 38 sacerdotes ~ acompaados en todas partespor agentes de polica ~ fueron convocados a la reuninde Cluj, donde, despus de las discusiones, ya preparadasde antemano, se edit un proceso verbal en el que sesubraya el deso del pueblo a que se realice la unin entrelas Iglesias.

    Los funerales de la Iglesia unida

    Terminada esta triste ceremonia, el cortejo, escoltadopor un numeroso servicio de orden, se encamin a Buca-rest, donde, en el Patriarcado, les esperaba una recepcin.

    El Patriarca Justiniano, rodeado de su snodo, les reci-bi con gran solemnidad en la iglesia ortodoxa y registroficialmente su ruptura con Roma. Ruptura que fu san-cionada por una pblica declaracin comn, a la que sedi lectura.

    Sigui un Te Deum en la iglesia de San Spiridon ygapes fraternales sellaron en apariencia la unin que re-chazaban sus corazones.

    Los comunistas, despus de la ceremonia de Bucarest,consideraron como liquidada la Iglesia catlica de ritooriental.

    IGLESIA DEL SILENCIO

    Actitud de los Obispos y del c:1ero greco-catlicoLa actitud intransigente tomada por el episcopado y

    por el clero de la Iglesia greco-catlica, que permanecafiel a su fe, a su unin con la Iglesia catlica universal, yno dejaba de denunciar el peligro que corran la fe y laconciencia rumana ante el materialismo comunista, seconsider exteriormente condenada.

    Entonces el Gobierno, que haba obrado bajo mano entodo este asunto, arroj la mscara, y decidi crear, va-lindose de una vasta comedia administrativa, la unanimi-dad del pueblo creyente contra sus pastores recalcitrantes,por medio de un referendum.

    Protesta de la Nunciatura Apostlica en BucarestEl Gobierno rechaz en principio, y en un tono que

    traicionaba su mala intencin, la protesta del Nuncio Apos-tlico, Mon. Patrick O' Harra, considerndola como unatentado intolerable contra los principios de la soberananacional.

    Segn el Gobierno, las acusaciones de violencia, erancalumnias y el paso a la ortodoxia no haba sido ms quela reparacin de una injusticia histrica.

    Si la poblacin greco-catlica volva a sus antiguascrencias, es que, por primera vez, en su historia, el nuevorgimen le conceda libertad.

    El Referendumy para que este punto no pudiera ser discutido, se de-

    cidi hacer un referendum en el que cada parroquia sepronunciara en favor o en contra de la unin. Ya puedesuponerse que el resultado fu de sorprendente unanimi-dad.

    Los fieles greco-catlicos de todo el pas proclama-ron su entusiasmo y su reconocimiento a un rgimen quehaba apartado el alma nacional de las sentinas del Vati-cano!

    Cmo se haba amaado este plebiscito?Gracias a un fraude infame!1

    Francisco PALL, S. I.

    Intenciones del APOSTOLADO DE LA ORACIONMarzo - 1959

    GENERAL: Por lal intenciones generales y particulares del Sumo Pontfice.

    MISIONAL: Que abunden los cooperadores para las necesidades que urgena la Iglesia en Africa.

  • PAZ ARMADA Y GUERRA ECONOMICAPlan septenal ruso 1959-65

    La obsesin que para el ruso cons-tituye lo norteamericano le lleva aestablecer cotejos tanto en el campoblico como en el econmico e in-dustrial: producciones, rendimientos,nivel de vida, etc., pretendiendo enconsecuencia igualar sino superar alyanqui.

    Con esta idea y propsito Rusiaha establecido, luego de los ms omenos fracasados planes quinquena-les, un plan septena!. En el centrodel mismo se halla Siberia y el Asiacentral y oriental con sus enormese inexploradas posibilidades; paraellas habr de ir el 40 % de las in-versiones a realizar.

    Quintuplicando la produccin oextraccin de gas natural ahorrarcarbn, que ira quedando como com-bustible de segunda categora.

    Gran incremento de electricidadmediante centrales trmicas, no se es-pecifica si sern atmicas o no, des-echando ya las hidroelctricas porcostosas y lentas de construir.

    Triplicar la produccin qumica;elevar al triple tambin la electrifica-cin y sextuplicar el trfico areo,cosa esta ltima muy comprensibledadas las enormes distancias dentrode la URSS.

    Como no poda faltar, tratndosede producciones, incremento de laobtencin de mantequilla y de losdems elementos bsicos de consumo,hasta igualar a los EE.UU. Tal es agrandes rasgos el programa que di-cen proponerse.

    Reduccin de las fuerzasarmadas rasas

    Todo esto requiere una premisa,una materia previa, dinero. Si noquiere desatender su actual polticade emprstitos a otros pases, sus es-tudios y realizaciones en satlites yproyectiles v el continuo perfeccio-nar del armamento, tendr que ha-cer un enorme esfuerzo econmico.Podr hacerlo?

    El mayor xito del plan derivarade poder disponer de dinero y tran-quilidad. Para allegar el primero es-t tratando de reducir gastos; esti-mando compensable la mayor efica-cia del armamento con el nmero,ha decidido reducir en 300.000 hom-bres sus efectivos militares, que que-daran en unos 3.650.000.

    La tranquilidad est en sus ma-nos, en sus revolucionarias manos.Seguramente no dejar las escaramu-zas y chispazos, peroprobablemen-te sin llegar a nada que pueda com-prometerla.

    El 21.0 Congresodel Partido Comunista

    Mihai Souslov, miembro del Pre-sidium del Comit Central y actualNmero 2 de la jerarqua comunista,entre otras cosas, ha dicho que:

    Sera tan difcil para las fuerzasreaccionarias bloquear a la URSS elcamino del comunismo, como lo se-ra para el hombre oponerse a lasfuerzas de la naturaleza.

    Cuando en 1965 los pases so-cialistas, que ocupan el 26 % del te-rritorio del globo y tienen el 35 %dela poblacin mundial, produzcanms que los pases capitalistas, todoel sistema capitalista se hundir.

    Nuestro plan septenal ha alar-mado enormemente al mundo capi-talista y sobre todo a los millonariosde Estados Unidos.

    La transformacin del socialismoen comunismo es una empresa degran empuje que no podr estar ter-minada sino en siete aos. Duranteese tiempo el papel dirigente perte-necer, como ahora, a la clase obre-ra y a su partido.

    Termin con un llamamiento para

  • 206

    la lucha contra las influencias ne-fastas y extranjeras en la literatura.Preocupan los Pasternaks, por lo quese v.

    Tras las duras filpicas contra elgrupo llamado anti-partido, elfracasado embajador en La Haya,Molotov, Malenkov, Bulganin, Zu-kov, etc. y los acerados ataques aTito y Nasser, a cargo del camaradaMoukhitdivnov, la resolucin finalternlina diciendo que:

    Hay que ganar el mximo detiempo en la competencia econmi-ca pacfica con el capitalismo.

    Parece que Zukov sera rehabilita-do ahora, no, obstante.

    Clase obrera dirigente?

    Est seguro el Camarada Souslovde que es obrera la clase dirigente?

    La estructuracin social que haadquirido la Rusia de hoy induce acreer que entre los nuevos dueos yla clase popular hay ms diferenciasque entre pobres y ricos en los pa-ses capitalistas.

    Hace 40 aos deca Lenin que enlas repblicas soviticas todos lossueldos seran iguales al del obrero,desde el Jefe del Estado al ltimopen. Hasta 1930, al menos en teo-ra, ningn ciudadano ganaba msde 250 rublos mensuales (unas 1.250pesetas).

    Deca Mihai Souslov que' se estviviendo la etapa de trnsito del so-cialismo al comunismo. Por lo que

    pw~de deducirse ese trnsito se hacea travs del ms acentuado burgue-sismo.

    La desigual igualdad

    El proletariado ruso actual, esa su-{mesta cIase nica existente en laURSS, se divide en cuatro clases:

    Los super-privilegiados, los diri-gentes del Partido, unos diez mil.

    I,os privilegiados - milln y me-dio - y los semi-privilegiados, unostre~ millones, integrados por directo-res de industrias, intelectuales y al-tos jefes del Ejrcito.

    La masa obrera y campesina res-tante, verdadero proletariado.

    Sobre la sacrificada vidade dirigente comunista

    Los dirigentes del Partido, mien-tras la inmensa mayora de las fa-milias soviticas viven en una solahabitacin, cuentan con grandes de-partamentos de varias habitaciones,con salas de estar y magnfico mo-biliario, ms una casa de campo yuna "datcha, a orillas del tibio maren el sur, para ir a descansar.

    Cuando viaja hasta el Mar Negrolo hace en el tren "Azul" , directodesde Moscow, con compartimentosperfumados de agua colonia, espe-sas alfombras sobre el suelo, bcaroscon flores en las mesitas y vagn-restaurant dotado de un equipo desirvientes dignos del tiempo de loszares.

    La casi totalidad de las mujeresrusas trabajan como hombres en to-dos los oficios, hasta el de barrende-ro. Las esposas de los dirigentes tie-nen todo el da para holgar asistidaspor varias domsticas. Reuniones so-ciales - de su clase se entiende-presentacin de colecciones de mo-dists, cocktails, teatros, etc., escuanto tienen que hacer.

    Sus hijas acuden a la Opera conabrigos de visn; y los hijos paseanpor las calles de la ciudad en elmagnfico ZISS o ZIM (copia rusadel Buick o del Chevrolet) paterno,conducido por uniformado chofer.

    Estos hijos de padre dirigente co-men frecuentemente en caros restau-rantes, se divierten en fines de se-manas campestres y gozan de alegresvacaciones, todo ello evitando siem-pre mezclarse con las clases inferio-res. Slo entre ellos se casan, y sedivorcian.

    Olvidado aquel sueldo unitario de250 rublos, sta elite, adems delos coches, vacaciones, desplaza-mientos y gastos de representacinpagados, gozan de sueldos entre elmilln y los dos millones de pesetasal ao.

    Privilegiados de segunda

    Sabios, directores de fbrica, inte-lectuales y militares, con diversas

    POLlTICA

    gradaciones, forman el segundo esca-ln de la igualada clase social rusa.

    Cuentan en las ciudades con de-partamentos de tres a cinco habita-ciones, casita en el campo, autom-vil y algn sirviente.

    Un novelista percibe ms de diezmil pesetas por 16 pginas de cola-boracin en revistas. Si sus obrastienen xito y se reeditan puede ha-cerse millonario.

    Sabios, catedrticos y directoresde industria ganan unas diez vecesel salario del obrero.

    Mariscales, generales y coronelesreciben unas 50.000 pesetas men-suales, pueden conseguir destinos enel extranjero y comprar producto8occidentales, una de las ms cara~ilusiones del ruso.

    Entre los dos polos acusadoresEl gran problema de Rusia son los

    contrastes con dos pases limtrofes?China por el Este y Alemania por elOeste. Los dos pases que ms lepreocupan.

    Dnde podr ideolgicamente si-tuarse Rusia entre el comunismoprctico de la China actual y el ca-pitalismo popular de la Alemania dehoy?

    Dice ir hacia el comunismo, perose aleja, y la China con su colectivi-zacin total y su comunismo a ul-tranza, actuando de contraste, ladescubre y muestra decadente.

    Dice vivir la igualdad de cIases,cuando cada vez se distancia msde ella, mientras la Alemania capi-talista, sin teora socialista ni comu-nista, la va alcanzando.

    Un privilegiado ruso no alternacon las clases inferiores; un lavaco-ches alemn, terminado su trabajo,se arregla, toma su coche, se va alrestaurante y se sienta en la mesadel lado del dueo del Mercedeslavado, que le saluda.

    A la par que el comunismo actualest creando millonarios, el capita-lismo alemn deriva hacia obreros-propietarios, distribuyendo el Estadoentre ellos, en cantidad limitada porpersona, la totalidad de acciones delas ms prsperas e importantes in-dustrias del pas.

  • POLITICA

    Una cosa es predicar y otra cosa espracticar.

    La politlca del emprestito

    Con un cierto retraso Rusia se hadado cuenta de que algo ms que ge-nerosidad deba haber tras el PlanMarshall y dems formas de prsta-mo americano.

    Un emprstito se compone de ge-nerosidad, accin poltica y reaccincomercial. La proporcin de estos in-gredientes vara segn los casos.

    La URSS lo vi, lo estudi, sacsus consecuencias y se lanz a su veza la sana tarea de conceder emprs-titos.

    Primero a la India, luego a Egipto,China, Siria, Lbano, Marruecos, Iraky ms recientemente hasta el lejanoNepal, pases asiticos menores yafricanos.

    Hace poco el concedido a la Chinade Pekn asciende a 1.200 millonesde dlares.

    Siendo cierta, segn parece, la ti-rantez y oposicin entre Pekn y Mos-cov, cmo se explica esta libera-lidad?

    El reconocimientode la China Roja

    A Rusia no le conviene, ni deseapor ende, el reconocimiento de laChina comunista.

    Mientras la guerra fra, se enfra,la lucha comercial se calienta.

    La muy probable administracindemcrata en los EE. UU., tras laeleccin presidencial de 1960, tieneya anunciado como uno de los pun-tos de su programa el reconocimien-to ade juren de la China de Mao-Tse-Tung.

    Tras el reconocimiento vendr ellevantamiento del embargo, el esta-blecimiento de relaciones comercia-les normales, y con ello el acceso aese pas que, con sus 600 millonesde habitantes, est en la mente detodos los industriales y comerciantescomo un pas de posibilidades ilimi-tadas.

    La casi totalidad de esas ilimita-das posibilidades ha venido siendobeneficiada hasta ahora por Rusia y

    sus satlites, que absorven el 77 %del comercio exterior chino, privile-gio que no quiere perder.

    Resulta pues, por una ms de esascontinuas paradojas de la polticamundial, que ahora Rusia es la pri-mera interesada en que no se reco-nozca por EE. UU. la China comu-nista.

    Teme ese reconocimiento y la se-cuela consiguiente del emprstitoque lubrifique las transacciones co-merciales.

    Por eso, mal que le sepa, ha pre-tendido adelantarse con su liberali-dad de 1.200 millones de dlares.

    Alemania, Macmillan y Moscow

    Si no se llega a acuerdo sobre lareunificacin alemana, Rusia amena-za con firmar por su cuenta un trata-do de paz con la Repblica populargermana.

    Con voces de unificacin, lo quedesea alcanzar es la tan deseada neu-tralizacin, con la consiguiente rup-tura de los vnculos entre Bonn y laOTAN, dislocando as todo el siste-ma defensivo occidental.

    Tanto como el aspecto comercialde China es pesadilla para Rusia elmilitar de Alemania.

    Roto el dique de la OTAN, neu-tralizada y desmilitarizada la Europacentral, poco les costara a los So-viets imponer su ley en el resto delContinente, al que, de buen o demal grado, pertenece Inglaterra.

    Sin ser portavoz aliado y por susola cuenta, subrayando con ello ladebilidad de los lazos occidentales,Mr. Harold Macmillan se fu aMoscow.

    Puede que fuese a sondear el am-biente Comn, procurando una inten-sificacin de relaciones. Se ha ha-blado de futuros intercambios porms de 1.000 millones de libras es-terlinas.

    Sea como fuere, a ese propsito sonde considerar las palabras del Gene-ral Ely, Jefe del Estado Mayor Ge-neral francs:

    aEl carcter ideolgico de la opo-sicin existente entre el mundo co-munista y el mundo occidental, no

    207

    permite simultneamente pertenecera la defensa de uno y practicar ais-ladamente una poltica de acerca-miento al otro con el fin de sacarventajas personales. n

    En el subsuelo polticosiempre hay petrleo

    El petrleo, la bendicin delOriente Medio por cuanto le rinde.es su maldicin por cuanto le in-quieta.

    Sin l, la mayora de esos artifi~ciales pases seran poco menos queignorados eriales, pobres pueblosnmadas. Quin sabra de IbnnSaud o del Sultn de Kuweit, jefe-zuelos de unas decenas de miles depastores y beduinos, si no fuese porel petrleo?

    A la Inglaterra forjadora de todosesos sultanatos, shanatos y emiratosal socaire de la guerra, le di el em-pujn Norteamrica, desplazndola.

    Las torpezas de Occidente, con elmal paso de Suez en primer lugar,estn provocando otras intromisio-nes: Una, descarada, la de Rusiaque ofreciendo maquinaria, tcnicosy emprstitos, busca concesiones.Hace pocos das ha llegado a ofrecera Persia la frmula proporcional ja-ms imaginada del 10 %para Rusia yel 90 %para el Irn. Pero son muchoslos millones que all tiene invertidosoccidente; Persia ha dicho no a latentadora oferta y Norteamrica,automticamente, le ha concedidoun amplio crdito de varios millonesde dlares.

    Dirase que a veces Rusia es de-masiado ruidosa, sin duda por impe-rativos propagandsticos, para sereficaz.

    Otros, en cambio, con la ms sua-ve y silenciosa discrecin orientalestn cosechando mayores xitos. Nosreferimos al Japn.

    Pas que importa el 97,5 % del pe-trleo que consume y sin embargoha constitudo la aJapan Export Pe-troleum Co. que, como su propionombre indica, .oh paradoja !i, sepropone exportar el codiciado l-quido.

    Acaso se han encontrado impor-

  • RUSIA~ ALEMANIA Y OCCIDENTE

    208

    tantes yacimientos en el excaso te-n'itorio japons? Por ahora no le cu-po tal suerte. Ser el Oriente Medioquien haga de proveedor.

    La incmoda postura de los occi-dentales con el mundo rabe a razde lo de Suez, fu rpidamente cap-tada y aprovechada por el Imperiodel Sol Naciente.

    Taro Yamashita, hombre de con-fianza del millonario nipa-americanoJohn Fukami, se desplaz rpido alMedio Oriente. Muy oriental, muyfilo-rabe y en lo necesario anti-judo,fund la Japan Arabian Oil Ca.)) yempez a cosechar zonas de conce-sin para su pas.

    Hoy las explotaciones al sur deKuweit y las torres sobre plataformasflotantes Letourneau en el Golfo Pr-sico, van manando oro lquido conque llenar petroleros nipones.

    Ms an: la delegacin que delF. L. N. o Gobierno de Argelia enel exilio fu a Japn se la recibi yagasaj esplndidamente. Es queno tiene Japn relaciones amistosascon Francia?, desde luego, pero elpetrleo es el petrleo. Tras Argeliaest el Sahara y Sahara significa hoyel ms reciente y abundante de loscampos petrolferos.

    Poco despus de la visita, comoquiera que la Standard Oil Ca)) deTexas tomase el 50 % de las accionesde una sociedad mixta para explotaryacimientos saharianos, Abbas, jefede ese Gobierno)), en el rgano deprensa El Moudjahid)) (El Comba-tiente) avisaba que no reconoceralos contratos sobre el petrleo delSahara firmados con los franceses.

    Podr sobrar cobre o estao, po-drn producirse grandes stoch decarbn por no tener salida, pero ex-ceso de petrleo hasta ahora no seha conocido.

    Setenta millones de automviles ydecenas de miles de aviones se des-plazan por el mundo consumiendogasolina, ms el ingente consumo delas industrias. Slo los automvilesaumentan en diez millones cada ao,reclamando siempre ms y ms pe-trleo.

    As Frondizi espera salir de sus di-ficultades con el petrleo; Koubit-

    chek expone reClen que espera tri-plicar la produccin del Petrobrs;Bethancourt en su primer discursode toma de posesi6n ya debe abor-dar el tema de las proporciones enlas concesiones petrolferas y Perconsolida su moneda gracias a nue-vos rendimientos petrolferos.

    Una fiebre perforadora sacude elmundo desde la Patagonia hasta laSiberia; tanto y tanto petrleo sebusca por doquier que puede que al-gn da hasta en Espaa se encuen-tre.

    Juego en GibraltarCasi carente de recursos propios,

    el mantenimiento de Gibraltar resul-ta cada da ms costoso para la GranBretaa.

    La polmica entre la URSS y Oc-cidente prosigue alrededor de Ale-mania y ms particularmente de Ber-ln. Cuando en apariencia se apaci-gu la veraniega crisis del Orientemedio, resurgi la refriega en el pun-to neurlgico de Europa, donde msgrave dao puede ser infligido a to-do lo que representa la poltica y lacivilizacin occidentales.

    El curso evolutivo del conflicto hasido ms o menos el siguiente: A l-timos de noviembre del pasado ao,Kruschev lanz su famoso ultimatumdenunciando el estatuto de Berln,para ser entregada la capital al Go-bierno democrtico de la Alemaniaoriental, con la que invitaba a losEstados firmantes del estatuto a con-certar un tratado de paz. Con la en-trega de Berln va tambin la de lacarretera internacional, hoy controla-da por los rusos, que conduce a lossectores occidentales de la antiguacapital alemana. Si los Estados alia-dos no se avienen a los propsitos deRusia, sta proceder unilateralmen-te; el plazo concedido para la eje-

    POLlTICA

    Un grupo de hombres de negocioslondinenses proyecta, con la debidaautorizacin gubernamental, instalarall un Casino de juego. Un estable-cimiento de gran lujo tratar deatraer hacia Gibraltar los clientesadinerados que estn dispuestos acompartir sus ocios entre Calpe yMontecarlo.

    El proyecto ha sido tema de obje-ciones en Inglaterra, pero el dineroes poderosa palanca para removerobstculos.

    Segn la propia agencia informa-dora ha interesado viyamente a losespaoles.

    Por lo visto se espera de nostrosque tras sufrir la expoliacin ayude-mos a mantenerlo dejando all nues-tro dinero.

    Fernando Serrano

    cuclon del plan expira por ahora elveintisiete de mayo de este ao.

    Los pases occidentales contesta-ron de momento con una categricanegativa, grata naturalmente a laRepblica federal alemana. Rusia en-vi a Washington un mensajero debuena voluntad: Anastas Mikoyan,recibido con palmas y plcemes porel capitalismo yanqui. El contactodel poltico ruso con sus colegas dela U.S.A. no d resultados positivos,pero la posicin americana se dulci-fic de una manera notoria. FosterDulles, el hombre intransigente, de-clar que la reunificacin alemanapodra conseguirse por medios dis-tintos a los de celebracin de elec-ciones libres en las dos zonas, con-cesin evidente a la tesis rusa encontra de los principios invariable-mente sostenidos hasta entonces porel Secretario de Estado. La posicindiplomtica de los occidentales fula de invitar a Rusia a una conferen-cia de ministros de Asuntos exterio-res para tratar de los problemas ale-manes en general, en contra de la

  • POLlTICA

    propuesta por Kruschev de celebrar-la entre jefes de gobierno, sueolargamente abrigado por el nuevodictador ruso.

    Gran Bretaa, siempre vacilante yamiga de soluciones de compromiso,destac a su Primer ministro Mac-millan a Mosc para tratar directa-mente con Kruschev, en intento deexploracin si mejor cosa no podalograrse. La estancia del Premier enla capital rusa fu aprovechada porsu anfitrin para precisar a travs deun sedicente discurso electoral unaposicin de intransigencia absoluta yde ratificacin del ltimatum cuyoplazo fine con el mes de mayo pr-ximo. Naturalmente Macmillan sesinti ofendido y. las conversacionesfueron prcticamente interrumpidas,pero intervino de nuevo Mikoyan yel clima helado mejor y en el Krem-lin firmaron los dos jefes de gobiernoun comunicado conjunto, lleno de lahabitual literatura para el caso, queevit la ruptura y permiti a Macmi-llan regresar a Londres, con un tra-tado de comercio firmado, y la es-peranza de reanudar las negociacio-nes despus de dar cuenta cumpli-da a sus colegas del resultado de susexploraciones moscovitas. Al da si-guiente Kruschev, sin ceder en nada,suaviz su tono en el discurso pro-nunciado en Leipzig. 'Por va diplo-mtica contest a sus oponentesaceptando la reunin de ministros deAsuntos exteriores, si bien amplia-da con la concurrencia de los de Po-lonia y Checoeslovaquia.

    As planteado el conflicto veremospor qu cauces discurrir en los dasque se aproximan. Las perspectivasson varias. Es indiscutible que elproblema es esencial para el futurodesarrollo de Europa. Si se reconoceoficialmente la llamada Repblicademocrtica oriental, se consagra deiure el principio de la particin deAlemania y. prcticamente se renun-cia cuando menos en un provernirprximo a su reunificacin. Si se en-trega Berln. a los comunistas de Pan-kow, se elimina el ltimo vestigio deun rgimen de libretad en el coraznde Europa.

    Cmo reaccionarn en definitiva

    los Estados occidentales? De mo-mento se intenta mantener una do-ble posicin de firmeza y de unidadde criterio; lo difcil es asegurar has-ta dnde alcanzar, porque en reali-dad el pensamiento y las necesidadesde los Estados interesados no estnsiempre concordes. Los Estados Uni-dos parecen de momento observaruna actitud expectante. Seguramen-te influye en ello la grave enferme-dad que desgraciadamente aqueja alhombre que durante todo el perodode administracin republicana ha di-rigido con plenos poderes y ampliaconfianza presidencial la poltica ex-terior de su pas. La poltica de Fos-ter Dulles es sobradamente conocida:mantener en las cuestiones de Ale-mania una posicin de permanencia,intransigente en todo punto funda-mental, contribuyendo as a la pol-tica occidentalista de la Repblicafederal, de Bonn. Eisenhover hasta elmomento ha respaldado ntegramentela conducta de su Secretario de Es-tado. La incgnita estriba en saber siel mismo criterio persistir si comoes de temer desaparece de la escenapoltica el titular del departamentocitado. El Presidente, tambin conuna salud decrpita, puede ceder devariar la tesitura de sus inmediatoscolaboradores.

    De ah que al parecer sea Inglate-rra la que pretenda empuar la ba-tuta de la poltica exterior occidentalpara acomodarla a su estilo. En estebastante conocido, por sus indecisio-nes provocadas por la necesidad deatender a sus conveniencias econ-micas, y buscar para ello solucionesde compromiso, aun cuando sea sa-crificando algo, sobre todo si esealgo pertenece a nacin distinta dela suya. De momento existe un indi-cio y es el punto de vista aceptado enel comunicado conjunto de Mosc,que tiende a establecer una zona deneutralizacin - especialmente mili-tar - en el centro de Europa, prop-sito muy poco satisfactorio para elCanciller Adenauer. Ahora Macmi-llan conferenciar con sus colegas,sin excluir el Canciller, para atraer-los a su idea. Como al parecer laconferencia de mxino nivel se ha-

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    lla convenida para despus de la deMinistros de Asunstos exteriores, po-dra ser la patrocinada por el Premieruna base para las negociaciones conel hombre del Kremlin, si es que s-te, con sus alucinantes vaivenes, nocambia sbitamente de postura.

    En realidad la prosperidad y rena-cimiento de Alemania ha de preocu-par a Inglaterra y no puede permi-tirle unos entusiasmos muy profun-dos en orden a la reunifica