(19 de diciembre de 1954) 4 obasilio vadillo ser ulio bm ... · venustiano carranza y la...

4
* Empresario, historiador y narrador. Carlos Caco Ceballos Silva Disposiciones, ordenamientos y costumbres Disposiciones, ordenamientos y costumbres De lejos y a mi alrededor V ERANO de 1996.- Allá por los años 30, tan luego llegaba el mes de agosto, los ayuntamientos conminaban a los casatenientes a que desenzacataran los frentes de sus casas, mientras que las propias autoridades se enca- jaban de los frentes de los edicios públicos y las calles que circunda- ban los jardines. Por toda la ciudad, chiquillos, jóvenes y mayores, lo mismo que fajinas de presos, todas las tardes con cuchillos y machetes amellados se ponían a sacar el hermoso, verde y atractivo zacatito que crecía entre el empedrado, por la bonita costumbre de regar las calles. Afortunadamente para los automovilis- tas y desgraciadamente para los peatones, los presidentes municipales posteriores, sin- tiéndose progresistas y sim- patizando con los “de coche”, empezaron a pavimentar la ciudad, propiciando el destrozo de las banquetas para que don coche pudiera entrar y salir sin molestia alguna, discriminan- do a los de a pie; costumbre que desgraciadamente aún persiste. También, por aquellos tiempos, era costumbre la pin- tada de las casas en los prime- ros días de septiembre. Esto, más que una orden municipal, era una costumbre arraigada para festejar los días patrios. Era muy hermosa la ciudad con todas las fachadas bien blanqueadas, pues siempre había sido el blanco el color preferido de los colimotes. Por esa misma época, las damitas de los muslos retozones tenían la obligación de pasar registro, por lo que en parejas o en gru- pos salían de sus albergues y se encaminaban al hospital para que los médicos encargados de esos menesteres les dieran “luz verde” al encontrarlas aptas para el servicio. Y muchos de nosotros sabíamos que era viernes al verlas por las calles con sus atuendos llamativos, tanto por su cortedad que nos hacían contemplar sus lindos muslos retozones como por el esplendor de los colores en sus vestidos. Por los mismos años, persistía aún en los presidentes municipales que gobernaban la ciudad, una falsa moralidad y, con el inocente deseo de que nuestra capital tuviera los atributos de una metrópoli, ordenaban que todos los rancheros que entraran a la ciudad debieran ponerse pantalón. Y así de sencillo fue como los políticos, a fuerza de multas y de encierros y para satisfacción de los comerciantes que hacían su agosto vendiendo pantalones, hicieron desaparecer el atuendo legendario del campesino colimote. También por esos ayeres existía una magníca disposición municipal que pos- teriormente se convirtió en costumbre y que consistía en que diariamente por las tardes todo mundo regaba y barría los frentes de su casa. Así es que la ciudad, por las tardes, olía a tierra mojada y en las calles sólo se veían los montoncitos de desechos que al día siguiente eran recogidos por el carretón de la basura; desde entonces, Colima ha sido tenida por los extraños y turistas como una ciudad limpia, galar- dón que, creo, todavía enarbolamos con satisfacción. Por esos mismos tiempos, había la bonita costumbre de que en los portales, frente a la cantina de don Juan Zenizo, la nevería de don Poncho Álvarez, ambas en Medellín, la cervecería de las Palomitas y de don Sotero Medina en el Hidalgo y Morelos, sacaban mesas donde se ubicaban los parroquianos a saborear un coñac, a platicar un café, a comer tacos de sesos con cerveza o a tomar nieve con pastelitos, etc. Pero ignoro a qué presidente municipal se le ocurrió que esas medidas o facilidades normales en muchísimas ciudades de nuestro país y del mundo, eran en detrimento del buen nombre de la ciudad y de inmediato expidió una ordenanza prohibiendo la instalación de mesas fuera de los establecimien- tos, medida que a nadie benecio y fue en detrimento de los negocios, del turismo, de los foráneos y de los locales de buen gusto, a quienes les encantaba ver y admirar a las siempre bellas mol- deadas colimotas. Afortunadamente, las nuevas autoridades municipales han dado marcha atrás con esta tonta prohibición y ya se ven en algunos lugares las mesas con sus sabrosos equipales ocupados por personas que con su presencia le dan un bonito y alegre espectáculo. Otra de las bonitas costumbres que había por toda la ciudad, era la de sacar a diario por las tardes y hasta el anochecer equipales donde se sentaban los dueños y las “visitas” que a diario acostumbraban comunicarse entre todas las familias amigas, y así era de lindo ver la mayoría de las banquetas frente a los zaguanes con sus sabrosos equipales y oír las risas y las carcajadas originadas en las conversaciones salpicadas de los “chismes” o “díceres” que circulaban entre los de la sociedad. Esta atractiva costumbre ya se acabó; ahora se ven las sillas o equipales en algunos barrios de la ciudad donde se descansa y se conversa. Y para nalizar, recuerdo el hermoso paseo que a diario podía hacerse; tomar el tranvía de mulitas y viajar a la estación tanto en la tarde a la llegada del tren de Guadalajara y que salía a Manzanillo, como por las mañanas recibir el de Manzanillo y despedir al que iba a Guadalajara, lo mismo en las tardeadas en los sopitos a la Villa y a los “resbalones” a la Piedra Lisa. (19 de diciembre de 1954) El profesor El profesor Basilio Vadillo Basilio Vadillo PLAZA CULTURAL DE DIRECTOR GENERAL: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA COORDINADOR: JULIO CÉSAR ZAMORA Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected] DOMINGO 26 DE MAYO DE 2019 2546 VIÑETAS DE LA PROVINCIA 4 8 Ágora PLAZA CULTURAL DE ESCRIBEN: Jaime Obispo, Norma Navarrete, Guillermo García, Yunuén Cuevas, Gabriel Araico, Julio César Zamora, Juan Carlos Recinos, Carlos Juárez y Carlos Caco Ceballos. Venustiano Carranza y la Constitución de 1917 (1967), Jorge González Camarena. Liberación (1963), mural de Jorge González Camarena, ubicado en el Palacio de Bellas Artes.

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Page 1: (19 de diciembre de 1954) 4 oBasilio Vadillo ser ULIO bm ... · Venustiano Carranza y la Constitución de 1917 (1967), Jorge González Camarena. Liberación (1963), mural de Jorge

* Em

pres

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s de

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púb

licos

y la

s ca

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dad,

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bon

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raci

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los

pres

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mun

icip

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y si

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nque

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e a

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te.

Tam

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los

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tum

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mun

icip

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os.

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muy

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mos

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ciu

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tod

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bien

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as,

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colim

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ism

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oca,

las

dam

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mus

los

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s te

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que

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arla

s ap

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para

el

ser

vici

o. Y

muc

hos

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ros

sabí

amos

que

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vie

rnes

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erla

s po

r la

s ca

lles

con

sus

atue

ndos

llam

ativ

os, t

anto

por

su

cort

edad

que

nos

hac

ían

cont

empl

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lindo

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uslo

s re

tozo

nes

com

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r el

esp

lend

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s co

lore

s en

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or

los

mis

mos

año

s, p

ersi

stía

aún

en

los

pres

iden

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mun

icip

ales

que

gob

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ban

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ciud

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na fa

lsa

mor

alid

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dese

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nue

stra

cap

ital

tuvi

era

los

atri

buto

s de

una

met

rópo

li, o

rden

aban

que

todo

s lo

s ra

nche

ros

que

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iuda

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bier

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lón.

Y a

sí d

e se

ncill

o fu

e co

mo

los

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icos

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ulta

s y

de e

ncie

rros

y p

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sati

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ción

de

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com

erci

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e ha

cían

su

ago

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, hic

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r el

atu

endo

lege

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pesi

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olim

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Tam

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por

eso

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n m

unic

ipal

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ente

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cos

tum

bre

y qu

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nsis

tía

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todo

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tard

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que

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n re

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dos

por

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tón

de la

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des

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olim

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una

ciud

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reo,

tod

avía

ena

rbol

amos

con

sat

isfa

cció

n. P

or e

sos

mis

mos

tie

mpo

s,

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bon

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umbr

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que

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los

port

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Juan

Ze

nizo

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ría

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onch

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mba

s en

Med

ellín

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e la

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lom

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y d

e do

n So

tero

Med

ina

en

el H

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go y

Mor

elos

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mes

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dond

e se

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n lo

s pa

rroq

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sa

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n co

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afé,

a

com

er t

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s co

n ce

rvez

a o

a to

mar

nie

ve c

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litos

, etc

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noro

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resi

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unic

ipal

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nor

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n m

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as c

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y de

l m

undo

, er

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el b

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nom

bre

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una

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proh

ibie

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la in

stal

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n de

mes

as f

uera

de

los

esta

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imie

n-to

s, m

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nadi

e be

nefi c

io y

fu

e en

det

rim

ento

de

los

nego

cios

, del

tu

rism

o, d

e lo

s for

áneo

s y d

e lo

s loc

ales

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n gu

sto,

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uien

es le

s enc

anta

ba

ver y

adm

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a la

s sie

mpr

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llas m

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dead

as c

olim

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fort

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amen

te,

las

nuev

as a

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es m

unic

ipal

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han

dado

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cha

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s co

n es

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nta

proh

ibic

ión

y ya

se

ven

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lgun

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luga

res

las

mes

as c

on s

us s

abro

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equi

pale

s oc

upad

os p

or p

erso

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rese

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le

dan

un b

onit

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spec

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Otr

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bon

itas

cos

tum

bres

qu

e ha

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por

toda

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ciud

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era

la

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acar

a d

iari

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r la

s ta

rdes

y h

asta

el a

noch

ecer

equ

ipal

es d

onde

se

sent

aban

lo

s du

eños

y l

as “

visi

tas”

que

a d

iari

o ac

ostu

mbr

aban

com

unic

arse

ent

re t

odas

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s fa

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mig

as, y

así

era

de

lindo

ver

la m

ayor

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e la

s ba

nque

tas

fren

te a

los

zagu

anes

con

sus

sab

roso

s eq

uipa

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y oí

r la

s ri

sas

y la

s ca

rcaj

adas

ori

gina

das

en

las

conv

ersa

cion

es s

alpi

cada

s de

los

“chi

smes

” o

“díc

eres

” qu

e ci

rcul

aban

ent

re

los

de la

soc

ieda

d. E

sta

atra

ctiv

a co

stum

bre

ya s

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abó;

aho

ra s

e ve

n la

s si

llas

o eq

uipa

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en a

lgun

os b

arri

os d

e la

ciu

dad

dond

e se

des

cans

a y

se c

onve

rsa.

Y p

ara

fi nal

izar

, rec

uerd

o el

her

mos

o pa

seo

que

a di

ario

pod

ía h

acer

se; t

omar

el t

ranv

ía d

e m

ulit

as y

via

jar a

la e

stac

ión

tant

o en

la ta

rde

a la

lleg

ada

del t

ren

de G

uada

laja

ra y

qu

e sa

lía a

Man

zani

llo, c

omo

por

las

mañ

anas

rec

ibir

el d

e M

anza

nillo

y d

espe

dir

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ue ib

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Gua

dala

jara

, lo

mis

mo

en la

s ta

rdea

das

en lo

s so

pito

s a

la V

illa

y a

los

“res

balo

nes”

a la

Pie

dra

Lisa

.

(19

de d

icie

mbr

e de

195

4)

El p

rofe

sor

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rofe

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17

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67)

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Cam

aren

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Lib

era

ción

(19

63)

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ral d

e Jo

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Gon

zále

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amar

ena,

ubi

cad

o en

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alac

io d

e B

ella

s A

rtes

.

Page 2: (19 de diciembre de 1954) 4 oBasilio Vadillo ser ULIO bm ... · Venustiano Carranza y la Constitución de 1917 (1967), Jorge González Camarena. Liberación (1963), mural de Jorge

2Ágora

PLA

ZA C

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UR

AL

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7Ágora

PLA

ZA C

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UR

AL

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lanc

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abri

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o

Nag

ara

Jaim

e O

bisp

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adre

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solía

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e po

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espe

rtar

la h

isto

ria

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aría

.A

la n

iña

se le

el

ectr

ifi ca

ban

los

ojos

.Le

con

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ser

sup

rem

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e la

hab

ía e

scog

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porq

ue s

ólo

ella

y

su b

onda

d er

an d

igna

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dot

ar d

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lleza

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nud

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qu

e D

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posi

tó e

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vie

ntre

.A

bi c

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ó co

n la

ilus

ión

de q

ue e

n su

mat

riz fl o

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la lu

z de

una

nue

va tr

ibu.

Hac

e un

os m

omen

tos

acab

a de

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deci

r m

i nom

bre

por

usur

par

la p

ulcr

itud

de

sus

ent

raña

s.

Aho

ra y

o es

crib

o es

to

en u

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pel a

mar

illo

mie

ntra

s pi

enso

qu

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a m

ujer

nunc

a en

tend

ió d

e m

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oras

.

Del

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re e

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l ori

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art

e, e

l fi l

ósof

o al

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Mar

tin

Hei

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er a

rgum

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art

e re

vela

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os m

odos

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esto

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egún

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plin

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la p

intu

ra, s

egún

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jem

plo

que

prop

one

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u en

sayo

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ndo

el a

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ta s

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e su

uti

lidad

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s ob

jeto

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pres

enta

en

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cuad

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Hei

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er e

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e la

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enta

ción

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bjet

o de

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en

un s

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rte

que

lo p

ropo

ne a

la m

irad

a es

sufi

cie

nte

para

cam

biar

a

ese

obje

to y

rev

elar

su

belle

za o

su

feal

dad

o, e

n to

do c

aso,

sufi c

ient

e pa

ra d

imen

sion

arlo

en

el á

mbi

to e

stét

ico,

más

al

lá d

e su

sim

ple

esta

r. E

l ser

, las

cos

as q

ue e

xist

en, t

iene

n en

tonc

es in

trín

seca

men

te v

aria

s re

alid

ades

y m

ient

ras

más

de

est

as s

ean

cono

cida

s, m

ás a

cerc

amie

nto

tend

rem

os a

lo

que,

en

sínt

esis

, lla

mam

os v

erda

d.

En

el e

nsay

o H

ölde

rlin

y la

ese

ncia

de

la p

oesí

a, H

eide

-gg

er r

ecue

rda

que

la e

scri

tura

de

poes

ía e

s la

más

inoc

ente

de

tod

as la

s ac

tivi

dade

s hu

man

as, p

or e

sta

cond

ició

n lib

re

de c

ulpa

y m

alic

ia la

poe

sía

en c

uant

o a

disc

iplin

a se

con

-ve

rtir

ía e

n la

act

ivid

ad q

ue c

on m

ayor

fuer

za re

vela

ría

al se

r.

Sigu

iend

o el

pen

sam

ient

o de

Hei

degg

er, l

os p

oem

as p

or s

u ap

aren

te in

utili

dad,

por

su

apar

ente

des

inte

rés

en e

l ord

en

de l

as e

mpr

esas

luc

rati

vas,

por

su

senc

illa

mat

eria

tan

a

la m

ano,

tan

gra

-tu

ita,

adq

uier

e la

pa

tent

e de

cor

so

para

nom

brar

al

ser

hast

a lle

gar

a lo

taut

ológ

ico.

A

la

poes

ía l

e gu

sta

deci

rse

a sí

m

ism

a lo

que

es,

le

gus

ta a

uton

om-

brar

se y

aut

odefi

-ni

rse

y ha

sta

ne-

gars

e y

cont

rade

-ci

rse.

Per

o an

tes

de e

se e

xtre

mo,

co

mo

arte

en

sí,

tien

e es

a ca

pa-

cida

d de

rev

elar

aq

uello

en

lo q

ue

no h

abía

mos

re-

para

do a

pes

ar d

e es

tar

a oj

os v

is-

tas.

Se

conv

iert

e,

por

tant

o, e

n un

a he

rram

ient

a ep

is-

tem

ológ

ica.

N

o ob

stan

te, p

ara

hace

r el c

omen

tari

o al

libr

o N

agar

a de

Ju

an C

arlo

s Rec

inos

, no

inte

ntar

é en

umer

ar lo

s fun

dam

ento

s on

toló

gico

s de

su

crea

ción

art

ísti

ca, e

n ca

mbi

o in

sist

iré

en

que

lo p

oetiz

ado

por e

ste

auto

r bus

ca re

vela

r cie

rta

verd

ad e

n el

sent

ido

arri

ba m

enci

onad

o. P

ropo

ngo

una

apro

xim

ació

n al

as

omo

haci

a ci

erto

cor

redo

r don

de p

oesí

a y fi l

osof

ía d

anza

n en

cír

culo

s co

ncén

tric

os, d

onde

la fe

nom

enol

ogía

se

hace

a

golp

e de

ver

sos

que

desc

ubre

n ac

ceso

s a

nuev

as fo

rmas

del

se

r y

a su

sen

tido

en

gene

ral.

El y

o lír

ico

de R

ecin

os h

ace

acop

io d

e pa

labr

as, c

osas

e

infl u

enci

as a

mad

as p

ara

conj

ugar

las

entr

e sí

mis

mas

con

gr

an tr

anqu

ilida

d. E

l rit

mo

poét

ico

de N

agar

a fl u

ye a

paci

ble

com

o ar

royo

a r

as d

e su

elo.

Es

cris

talin

o y

man

so, s

in v

io-

lenc

ia. E

n su

cre

ació

n po

étic

a la

s m

etáf

oras

se

asie

ntan

con

su

avid

ad, c

on e

cos

de u

na v

erda

d co

mpa

rtid

a.

Es

prec

iso

afi r

mar

que

Jua

n C

arlo

s R

ecin

os n

o re

húye

de

la infl u

enci

a. C

ontr

ario

a la

trad

ició

n qu

e ac

onse

ja b

usca

r la

voz

pro

pia,

ate

sora

las

voce

s de

sus

mae

stro

s. L

as g

uard

a co

mo

sem

illas

par

a un

fut

uro

bosq

ue d

e ve

rsos

. Ll

evar

a

cabo

est

e pr

opós

ito

cons

titu

ye u

na f

orm

a de

gra

titu

d y

de

hone

stid

ad. N

o oc

ulta

per

o ta

mpo

co in

sist

e en

rev

elar

que

lo

s ver

sos t

iene

n m

últi

ples

pad

res y

mad

res,

que

a tr

avés

del

ti

empo

un

vers

o nu

evo

nace

con

los

gene

s de

lo q

ue s

e ha

le

ído.

Un

lect

or lo

sufi

cie

ntem

ente

cur

ioso

pod

ría

dete

ctar

lo

s an

tepa

sado

s na

cion

ales

o in

tern

acio

nale

s de

los

vers

os

de R

ecin

os. E

n el

ám

bito

loca

l y p

or s

u fa

mili

arid

ad e

n el

pe

queñ

o m

undo

lite

rari

o co

limen

se m

enci

onar

é un

eje

mpl

o m

uy e

vide

nte.

En

el p

oem

a lla

mad

o “P

rim

er m

ovim

ient

o”

de la

pág

ina

84, J

uan

Car

los

escr

ibe:

A v

eces

pie

nso

que

he p

erdi

do m

i juv

entu

d.

Que

tu c

oraz

ón e

s un

mar

leja

no.

Que

la n

oche

es

la p

iel d

e la

mem

oria

.

Com

o se

rec

orda

rá, P

iel d

e la

mem

oria

es

el n

ombr

e de

la

pri

mer

a no

vela

de

nues

tra

poet

a G

uille

r-m

ina

Cue

vas,

que

aqu

í ap

arec

e en

hom

enaj

e y

trib

uto

com

o defi n

i-ci

ón d

e la

noc

he, c

omo

reve

laci

ón d

el s

er o

de

un

mod

o en

que

la

noch

e es

.L

a id

ea d

el a

rte

reve

lan

do

al s

er a

l de

socu

ltar

sus

car

ac-

terí

stic

as e

s un

a co

ns-

tanc

ia e

n la

poe

sía

de

Rec

inos

. E

n un

tot

al

de 7

7 cu

erpo

s poé

tico

s el

ver

bo “s

er” c

onju

ga-

do e

n pr

esen

te y

otr

as

decl

inac

ione

s ap

are-

ce p

or l

o m

enos

en

90 o

casi

ones

y f

orm

a pa

rte

fund

amen

tal d

e la

est

ruct

ura

que

sos-

tiene

el c

uerp

o po

emá-

tico

de

Nag

ara

en a

l m

enos

un

porc

enta

je

del 5

4 po

r ci

ento

.Se

tra

ta d

e un

a ac

ción

sis

tem

átic

a do

nde

el y

o lír

ico

se

ejer

ce c

on v

ocac

ión

prop

osit

iva,

don

de e

l lec

tor

tien

e op

or-

tuni

dad

de c

ompa

rar

sus

prop

ias

defi n

icio

nes

y ac

epta

rlas

o

rech

azar

las,

per

o qu

e en

sum

a da

pie

al

asom

o de

una

re

alid

ad q

ue o

curr

e en

el

otro

a t

ravé

s de

un

esfu

erzo

de

conc

eptu

aliz

ació

n. E

l lec

tor,

de

este

mod

o, s

e en

riqu

ece

y qu

izá,

si t

oma

el e

jem

plo

de J

uan

Car

los,

pue

de a

vent

urar

-se

a c

onst

ruir

sus

pro

pias

defi

nic

ione

s. E

sto

es a

pena

s un

a po

sibi

lidad

de

las

tant

as q

ue p

uede

hab

er s

egún

qui

era

el

lect

or. E

s ti

empo

de

que

tom

emos

a la

poe

sía

com

o ej

erci

cio

de r

etro

alim

enta

ción

.

Cam

inab

a ca

bizb

ajo

por

la c

alle

, y p

or s

i fue

ra p

oco,

una

llov

izna

dec

idió

ac

ompa

ñarm

e. E

n m

i men

te s

onab

a la

mel

odía

Cit

y of

sta

rs m

ient

ras

luch

aba

cont

ra e

se s

enti

mie

nto

impo

sibl

e de

ocu

ltar

, sob

re to

do a

quel

la

fras

e: “N

o sa

bes l

o co

nten

ta q

ue m

e si

ento

”, q

ue e

stab

a im

preg

nada

a m

i m

emor

ia d

esde

la n

oche

de

grad

uaci

ón e

n qu

e, p

or a

zare

s de

l des

tino

, log

ram

os

apar

tarn

os d

el g

rupo

, con

sigu

iend

o un

mom

ento

nue

stro

.R

ecor

daba

con

rem

ordi

mie

nto,

lo d

ifíci

l que

es a

vec

es p

ara

mí d

ecir

las p

alab

ras

adec

uada

s...

es m

ás, c

ualq

uier

pal

abra

, por

que

esa

ocas

ión

esta

ba e

mbe

lesa

do a

nte

tu b

elle

za y

no

se m

e oc

urrí

a na

da q

ué d

ecir

. Tu

cabe

llo n

egro

, ape

nas v

isib

le g

raci

as

a la

luz

de la

luna

, me

tení

a hi

pnot

izad

o cu

ando

me

hici

ste

desp

erta

r al

ped

irm

e qu

e m

e re

cost

ara

junt

o a

ti s

obre

el p

asto

, a lo

que

obe

decí

con

tor

peza

, ya

que

tu a

trac

tiva

fi gu

ra r

esal

taba

con

ese

ves

tido

bla

nco

que

deja

ba v

er tu

s he

rmos

as

pier

nas,

las

cual

es tr

atab

a de

apr

ecia

r si

n se

r de

scub

iert

o.U

na v

ez re

cost

ado

a tu

lado

, adm

iram

os ju

ntos

las e

stre

llas y

nue

stra

s cab

ezas

ap

enas

se ro

zaba

n cu

ando

apa

rté

mi m

ano

del c

uerp

o co

n la

esp

eran

za d

e en

cont

rar

la tu

ya...

nun

ca s

uced

ió...

reco

rdé

ento

nces

que

llev

aba

la p

intu

ra d

e un

a ro

sa q

ue

habí

a cr

eado

par

a ti

días

ant

es, m

ucho

ant

es, d

esde

el d

ía e

n qu

e te

cono

cí, p

ero

que

nunc

a m

e ha

bía

atre

vido

a m

ostr

arte

por

mie

do a

que

pen

sara

s que

est

oy lo

co, q

ue

no s

oy n

orm

al, y

com

o de

todo

s m

odos

no

lo s

oy, d

ecid

í hac

erlo

. No

era

la im

agen

pe

rfec

ta, s

obre

tod

o co

mpa

rada

con

tigo

, ya

que

en e

se e

nton

ces

com

enza

ba m

i ap

rend

izaj

e. P

ero

habí

a he

cho

ese

cuad

ro c

on ta

l esm

ero

y pa

sión

que

iba

deci

di-

do a

ent

regá

rtel

o de

cua

lqui

er m

odo,

y e

se m

omen

to n

o po

día

ser

más

per

fect

o.

En

sile

ncio

, sa

qué

la i

mag

en d

e la

peq

ueña

bol

sa d

e m

i ca

mis

a, d

onde

la

guar

daba

dob

lada

en

vari

as p

arte

s, la

des

envo

lví y

pus

e fr

ente

a tu

s oj

os m

ient

ras

incl

inab

a m

i cab

eza

para

ver

tu m

irad

a, y

des

cubr

í esa

mar

avill

osa

sonr

isa

tím

ida,

ac

ompa

ñada

de

tu v

oz a

paga

da q

ue se

sorp

rend

ió d

icie

ndo

que

esta

ba m

uy p

adre

.G

raci

as p

or e

l cum

plid

o, p

ero

es m

uy p

oco

a co

mpa

raci

ón d

e to

do lo

que

yo

habí

a so

ñado

esc

ucha

r. S

upon

go q

ue a

sí e

s la

gen

te n

orm

al, h

ay q

ue ir

des

paci

o,

cont

rola

r la

s em

ocio

nes

y la

pas

ión.

Y u

n co

razó

n en

amor

ado

es c

apaz

de

crea

r ci

ento

s de

his

tori

as y

mom

ento

s qu

e an

hela

rea

lizar

.A

dmir

ó el

dib

ujo

unos

min

utos

más

fren

te a

ella

y c

uand

o fi n

alm

ente

baj

ó su

m

ano,

por

fi n

sent

í el c

onta

cto

de s

us s

uave

s m

anos

y n

uest

ros

dedo

s pe

queñ

os s

e un

iero

n. F

ue u

n co

mie

nzo

que

más

tard

e ac

abó

con

nues

tras

man

os e

ntre

laza

das,

fo

rman

do e

so q

ue e

l mae

stro

Var

gas

Llos

a lla

ma:

“em

pana

dita

s co

n la

s m

anos

”.

Y va

ya q

ue fu

e un

a be

lla s

ensa

ción

.Fu

e un

mom

ento

tan

nue

stro

, qu

e cr

eam

os u

n m

undo

, y

así

lo a

cord

amos

m

ient

ras v

eíam

os la

s est

rella

s, re

cost

ados

en

ese

jard

ín a

part

ado

de la

esc

uela

, lej

os

de to

do y

de

todo

s es

cuch

ando

a lo

lejo

s la

mús

ica

y el

bul

licio

; que

sin

impo

rtar

lo

que

pas

ara,

tend

ríam

os n

uest

ro m

undo

... O

eso

cre

í.“N

o sa

bes

lo c

onte

nta

que

me

sien

to”,

te

reco

rdé

dici

endo

de

nuev

o en

ese

ve

stid

o bl

anco

, cua

ndo

un tr

ueno

me

hizo

rea

ccio

nar

y co

men

cé a

sen

tir

la ll

uvia

co

n m

ás fu

erza

mie

ntra

s se

guía

cam

inan

do p

or la

sol

itar

ia y

osc

ura

calle

.¿E

s qu

e ac

aso

todo

aqu

ello

fue

prod

ucto

de

mi i

mag

inac

ión?

¿C

ómo

es q

ue d

e pr

onto

sie

nto

com

o si

aqu

ella

noc

he n

unca

exi

stie

ra?

Es

un e

ngañ

o ab

surd

o, y

a qu

e te

ngo

en c

asa

un p

ar d

e cu

adro

s en

los

que

la p

inté

con

aqu

el v

esti

do b

lanc

o,

en lo

s qu

e re

corr

í por

noc

hes

ente

ras

con

mi p

ince

l cad

a de

talle

de

su a

trac

tiva

fi g

ura,

tra

tand

o de

igu

alar

el

colo

r de

su

cabe

llo,

sus

ojos

, su

pie

l...

que

sigu

e gr

abad

a en

mi m

ente

.La

lluv

ia s

urtí

a ef

ecto

y c

omen

zaba

a s

enti

rme

agot

ado,

no

físic

amen

te, s

ino

por

su r

ecue

rdo.

Por

su

razó

n.E

l son

ido

de u

n au

to a

lo le

jos

llam

ó m

i ate

nció

n y

giré

par

a ve

r la

s lu

ces

que

se a

cerc

aban

a m

í. A

l mom

ento

de

pasa

r a

mi l

ado,

par

ecía

que

iba

a de

tene

rse,

pe

ro s

ólo

bajó

su

velo

cida

d po

r un

os in

stan

tes,

lo s

ufi c

ient

e pa

ra n

otar

que

en

su

inte

rior

via

jaba

ella

aco

mpa

ñada

de

su n

ovio

al v

olan

te. S

uced

ió to

do ta

n de

pris

a,

que

apen

as p

ude

ver q

ue g

iró

haci

a m

í, dá

ndom

e op

ortu

nida

d de

ver

eso

s ojo

s tan

he

rmos

os q

ue m

e ac

ompa

ñaro

n du

rant

e el

res

to d

e la

noc

he.

Fra

gmen

to d

el m

ura

l H

istó

rica

, en

el

Cu

bo

Art

ísti

co d

el S

enad

o (p

lafó

n d

e la

esc

aler

a p

rin

cip

al)

en la

Cas

ona

de

Xic

otén

catl

, de

Jorg

e G

onzá

lez

Cam

aren

a.

El T

riu

nfo

de

la C

ult

ura

(19

54),

alt

o re

liev

e p

olic

rom

ado

en p

ied

ra, m

osai

co y

pin

tura

de

hu

le,

en e

l ed

ifi c

io d

e R

ecto

ría

del

IT

ES

M M

onte

rrey

, Jor

ge G

onzá

lez

Cam

aren

a.

Mer

cad

o d

e A

mec

am

eca

(19

39),

Jo

rge

Gon

zále

z C

amar

ena.

Page 3: (19 de diciembre de 1954) 4 oBasilio Vadillo ser ULIO bm ... · Venustiano Carranza y la Constitución de 1917 (1967), Jorge González Camarena. Liberación (1963), mural de Jorge

6Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

3

Abr

iré m

is b

razo

s, al

as d

e m

arip

osa

será

n po

r tod

o.Y

bus

caré

en

med

io d

el m

usgo

de

un rí

o tra

nqui

loTu

imag

en, p

ara

cont

empl

arla

niñ

aD

esde

aqu

el o

toño

, en

que

rond

ar u

n bo

sque

A

hora

es s

ubir

a un

a es

cale

ra tr

iste

Para

soña

r que

alg

ún d

ía v

olve

ré a

mira

rTu

s man

os c

omo

rosa

s fre

scas

de

un ja

rdín

.

Abr

iré m

is b

razo

s, de

sped

iré to

dos m

is m

iedo

sA

nota

ré la

pal

abra

pán

ico

en u

n lib

ro v

iejo

Q

ue se

com

erán

las p

olill

asY

sabr

é qu

e pa

ra v

ivir

Sólo

hac

e fa

lta u

n po

co m

ás

Un

poco

más

, qui

ere

deci

r así

: C

on lo

s ojo

s más

abi

erto

s,Y

el r

ostro

des

cubi

erto

Fren

te a

l mar

, con

ropa

de

agua

libr

e.

Cer

raré

mis

ojo

s y…

Vola

ré h

asta

los m

omen

tos

Que

nun

ca d

esfa

llece

nPo

rque

tien

en u

n m

onum

ento

.

Y e

nton

ces l

a m

uerte

Será

una

bel

la d

ama

Que

se m

arch

aSi

n de

cir a

diós

Por t

odo

el m

undo

Don

de lá

grim

as d

esap

arec

enY

cae

n cr

ista

les d

e ni

eve.

La b

ella

dam

aN

orm

a N

avar

rete

Luar

y s

auda

de: u

n pu

nto

de p

arti

daV

/VJu

an C

arlo

s Re

cino

s

Sin e

mba

rgo,

la re

alid

ad h

istó

rica

no

ha si

do d

el

todo

una

mem

oria

que

cont

enga

el s

entid

o re

al

de la

poe

sía

port

ugue

sa y

de s

us a

utor

es, l

a co

n-ci

enci

a qu

e se

pro

yect

a co

mo

un refl e

jo, e

s una

so

spec

ha a

voc

es h

acia

el c

lasi

cism

o, c

omo

quer

iend

o co

nqui

star

el t

iem

po p

asad

o y

futu

ro, y

de

esta

man

era

com

pone

r el

cor

pus

esen

cial

de

la p

alab

ra y

a di

cha

y la

que

com

ienz

a a

reco

ncili

ar la

rab

ia q

ue s

e ad

virt

con

Jorg

e de

Sen

a y

que

da p

aso

a nu

evas

form

as d

e la

re

alid

ad y

de

la fu

ncio

nalid

ad d

el p

ensa

mie

nto.

C

omo

quie

n co

nstr

uye

un p

uent

e pa

ra u

nir d

os ti

e-rr

as in

alca

nzab

les,

Sop

hia

de M

ello

Bre

yner

And

rese

n de

Sou

sa T

avar

es y

Jor

ge d

e Se

na, c

omie

nzan

a e

nsan

-ch

ar la

form

a de

l dis

curs

o po

étic

o an

te u

n pr

esen

te q

ue

se d

esm

oron

a. S

ena

es la

sum

a de

un

tono

refl

exi

vo,

una

acci

ón tr

iple

: len

guaj

e, e

stru

ctur

a y

func

iona

lidad

. E

sa e

ra la

rea

lidad

que

man

tuvo

y q

ue e

n la

tota

lidad

de

su

obra

es

una

cons

tant

e.

A d

ifere

ncia

de

Bre

ton,

que

asu

mió

el s

urre

alis

mo

com

o un

est

ilo d

e vi

da y

de

la q

ue s

urgi

ó un

a nu

eva

sens

ibili

dad

–im

agin

ació

n y

dese

o–,

a Se

na n

o le

im

port

aba

eso,

qui

zá lo

más

cer

ca a

est

e m

ovim

ient

o fu

e el

con

ocim

ient

o de

la

técn

ica.

Tod

o su

rrea

lista

as

ume

este

mov

imie

nto

con

pasi

ón y

com

o un

mod

us

vive

ndi.

And

ré B

reto

n es

la

afi r

mac

ión

más

alta

de

esta

ide

a y

de u

na v

erda

d de

dis

tint

os s

ignifi c

ados

. M

ário

Ces

arin

y fu

e un

a de

est

as v

erda

des

y ar

ista

s de

l su

rrea

lism

o. T

rans

fi-

guró

tod

o a

su p

aso

y su

m

ayor

cor

resp

onde

ncia

la

enco

ntró

en

la p

intu

ra, a

la

cual

aso

ció

su p

ensa

mie

nto

poét

ico.

Nad

ie sa

be p

orqu

e en

una

hog

uera

el f

uego

es

nara

nja,

y n

o a

zul,

negr

o o

verd

e. D

alí

nunc

a su

po

que

la i

dea

del

tiem

po e

s u

n g

esto

de

deli

cade

za

cícl

ica

que

igno

ra e

l pr

e-se

nte,

per

o qu

e a

su v

ez

es e

l fu

ncio

nam

ient

o de

l pe

nsam

ient

o en

su

form

a in

cons

cien

te, c

omo

ante

-ri

orm

ente

lo h

abía

dic

ho F

reud

. L

a na

tura

leza

del

len

guaj

e es

una

esp

iral

en

evol

ució

n, p

or lo

tan

to, l

o qu

e a

su p

aso

encu

entr

a lo

adh

iere

par

a fo

rtal

ecer

su p

ropi

a es

truc

tura

, qui

por

ser

tran

spar

ente

, el

len

guaj

e se

a un

esp

ejo

de

agua

don

de s

e in

clin

a el

hom

bre

para

ver

su

refl e

jo

y di

sipa

r los

sueñ

os. A

est

as id

eas d

e refl e

xión

crí

tica

so

bre

el q

ueha

cer

poét

ico,

hay

que

uni

r el

nom

bre

de N

uno

Júci

de. M

e pa

rece

per

tine

nte

seña

lar

que

Júdi

ce e

s la

lla

ma

del

fueg

o, l

a m

etam

orfo

sis

del

leng

uaje

mis

mo

y la

pol

isem

ia m

ejor

gua

rdad

a de

la

poe

sía

port

ugue

sa.

Ric

ardo

Mar

ques

señ

ala

en e

l pr

ólog

o a

La

Mal

eta

del P

oeta

. Ant

olog

ía P

oéti

ca 1

972-

2018

de

Nun

o Jú

dice

, que

son

cin

co lo

s ej

es te

mát

icos

de

la

poes

ía ju

dici

ana:

“…bu

scam

os en

esta

ant

olog

ía m

ostr

ar la

pol

isem

ia

de lo

s tem

as q

ue él

esta

blec

e, su

s obs

esio

nes e

ntre

cinc

o ej

es te

mát

icos

. La

fabu

laci

ón d

e la

hist

oria

y d

e la

liter

a-tu

ra, l

as re

laci

ones

ecf

rást

icas

(mús

ica,

pin

tura

y ci

ne),

la

met

apoé

tica,

el a

mor

, la

poes

ía “

met

afís

ica”

(en

el

sent

ido

de E

liot)

, mos

tran

do cu

anta

s vec

es se

cruz

an”.

E

stos

seña

lam

ient

os d

e el

emen

tos e

n el

man

ejo

del

leng

uaje

en

la id

entid

ad d

el p

oem

a y

del p

oeta

, refl

eja

n un

a bú

sque

da in

alca

nzab

le, n

o de

l per

fecc

iona

mie

nto,

pe

ro s

í de

la

esen

cia

del

poem

a m

ism

o. L

a ob

ra d

e Jú

dice

no

me

inte

resa

por

los

elem

ento

s qu

e se

ñala

M

arqu

es,

creo

que

eso

s no

son

los

eje

s ve

rdad

eros

de

su

obra

, esa

pol

isem

ia e

s la

dir

ecci

ón d

e un

a ob

ra

ante

el t

iem

po y

tam

bién

la t

emát

ica,

o m

ejor

dic

ho,

el a

rgum

ento

sob

re e

l qu

e se

con

stru

ye e

l di

scur

so

poét

ico.

Pro

fusi

ón n

o es

exc

elen

cia,

señ

aló

Oct

avio

Pa

z pa

ra r

efer

irse

a S

artr

e en

su

ensa

yo M

emen

to:

Jean

Pau

l Sar

tre.

La

mis

ma

idea

apl

ica

para

Júd

ice,

qui

en e

n el

ho

rizo

nte

de s

u ob

ra e

s vi

sibl

e la

con

cent

raci

ón d

e la

id

ea p

oétic

a. L

a ob

sesi

ón d

el le

ngua

je es

una

dim

ensi

ón

críti

ca q

ue e

ncue

ntra

su sí

mil

en la

met

áfor

a. E

sto

que

seña

lo l

o co

mpr

obé

en l

a co

nver

saci

ón q

ue s

ostu

ve

con

el p

oeta

por

tugu

és e

n el

201

8, e

n el

rec

into

feri

al

de la

FIL

de

Gua

dala

jara

, por

con

duct

o de

uno

de

sus

trad

ucto

res

al e

spañ

ol, e

l poe

ta J

osé

Javi

er V

illar

real

(c

abe

seña

lar

que

otra

poe

ta, B

lanc

a Lu

z Pu

lido,

con

-fo

rman

el

mej

or b

inom

io q

ue h

a ve

rtid

o ca

si e

n su

to

talid

ad la

obr

a de

Júd

ice

al e

spañ

ol).

Me

sorp

rend

muc

ho e

scuc

har l

a vo

z del

poe

ta, e

l ritm

o qu

e le

oto

rga

a la

s pa

labr

as e

s un

a se

ñal y

tam

bién

una

man

era

de

nom

brar

las c

osas

. Cad

a po

ema

suyo

es

una

in-

terr

ogac

ión

. N

ombr

a e

inte

rrog

a. A

l ha

cerl

o no

lo d

escu

bre,

pro

pone

un

a nu

eva

idea

de

lo y

a di

cho

y co

noci

do, c

omo

lo p

lan

tear

on l

os s

u-rr

ealis

tas.

Est

a pe

queñ

a im

plic

ació

n no

le r

esta

id

entid

ad, a

l con

trar

io,

forj

a un

nue

vo p

lant

ea-

mie

nto

a la

cont

inui

dad

del

pens

amie

nto

en l

a bú

squ

eda

de

nu

evos

es

tilos

. A N

uno

Júdi

ce le

su

cede

lo m

ism

o qu

e le

su

cedi

ó a

Juan

Sán

chez

Pe

láez

, se

conv

iert

e en

un

secr

eto

bien

gua

rdad

o de

los

idio

mas

, en

part

icul

ar a

l que

per

tene

cen

ambo

s, u

no

al e

spañ

ol y

el o

tro

al p

ortu

gués

. Júd

ice

en s

u po

ema

Sur,

ha

dich

o qu

e:

Todo

, allí

, es

sim

ple

y co

mpl

ejo:

la lu

z,

la s

oled

ad, e

l mir

ar q

ue s

e co

nmue

ve c

on e

l cae

rde

la n

oche

y c

on la

lleg

ada

del d

ía; y

, has

ta,

las

risa

s de

las

muj

eres

que

se

escu

chan

a la

dis

-ta

ncia

,tr

aída

s po

r el

air

e cu

ya tr

ansp

aren

cia

se s

ient

een

la p

ropi

a re

spir

ació

n. M

ient

ras t

anto

, me r

eclin

oen

la b

aran

da y

que

algo

se

ocul

ta,

más

allá

de

los

mur

os y

de

los

patio

s, y

me

llam

asi

n qu

e yo

pue

da r

espo

nder

. Ent

once

s,

vuel

vo h

acia

ade

ntro

: pre

paro

el c

afé;

ym

ient

ras

el a

gua

hier

ve e

l mis

teri

o de

sapa

rece

,in

útil

y ex

cesi

vo, c

on la

lleg

ada

de la

tard

e.

Esa

es

la m

ayor

cer

teza

del

poe

ta, e

sa e

s la

may

or

cert

eza

de la

poe

sía.

El A

bra

zo (

198

0),

Jor

ge G

onzá

lez

Cam

aren

a.

Fra

gmen

to d

el m

ura

l Pre

sen

cia

de

Am

éric

a L

ati

na

(1

96

5), J

orge

Gon

zále

z C

amar

ena.

En

el m

arco

del

39

aniv

ersa

rio

luct

uoso

del

ar

tist

a Jo

rge

Gon

zále

z Cam

aren

a, fa

lleci

do

el 2

4 de

may

o de

198

0, r

ecor

dam

os a

est

e eg

regi

o pi

ntor

, esc

ulto

r y

mur

alis

ta, i

lus-

tran

do la

s pág

inas

de

esta

edi

ción

de

Ágo

ra c

on su

s ob

ras

mur

ales

más

rep

rese

ntat

ivas

, per

o ta

mbi

én

incl

uim

os a

lgun

os d

atos

bio

gráfi

cos

y a

spec

tos

rele

vant

es d

e su

tray

ecto

ria

artí

stic

a.

Aun

que

en a

lgún

mom

ento

hem

os v

isto

alg

unas

de

sus

pin

tura

s, p

ocos

mex

ican

os r

econ

ocen

el

nom

bre

del a

utor

, y d

esde

lueg

o, s

u pr

olífi

ca o

bra.

Po

r di

vers

as c

ircu

nsta

ncia

s ha

n so

nado

más

en

el c

olec

tivo

pop

ular

otr

os m

ural

ista

s, p

ero

quie

n se

ade

ntre

en

el t

raba

jo p

lást

ico

de G

onzá

lez

Ca-

mar

ena,

des

cubr

irá

con

asom

bro

la r

elev

anci

a de

su

s cr

eaci

ones

art

ísti

cas

y te

ndrá

la c

erte

za d

e qu

e oc

upa

uno

de lo

s pr

imer

os lu

gare

s en

nue

stro

paí

s co

mo

pint

or.

Ded

icó

su v

ida

al m

ural

ism

o, l

a pi

ntur

a de

ca

balle

te -

en la

que

rea

lizó

más

de

2 m

il pi

ezas

- y

la e

scul

tura

. For

part

e de

la ll

amad

a “S

egun

da

gene

raci

ón d

e m

ural

ista

s m

exic

anos

”. M

edia

nte

su o

bra

narr

ó la

épo

ca q

ue le

toc

ó vi

vir,

“co

n un

pr

ofun

do c

ompr

omis

o na

cion

al”,

seg

ún s

us p

ro-

pias

dec

lara

cion

es a

l re

cibi

r el

Pre

mio

Nac

iona

l de

Art

es e

n 19

70.

En

nues

tro

país

, en

mus

eos

y di

vers

os lu

gare

s pú

blic

os s

e pu

eden

adm

irar

obr

as d

e G

onzá

lez

Cam

aren

a. E

l In

stit

uto

Tecn

ológ

ico

de E

stud

ios

Supe

rior

es d

e M

onte

rrey

, tie

ne m

ural

es, b

ocet

os y

ob

ra d

e ca

balle

te, t

anto

en

su c

ampu

s de

la c

iuda

d de

Méx

ico,

com

o en

el d

e M

onte

rrey

, Nue

vo L

eón,

in

cluy

endo

el

espl

éndi

do m

ural

El

Triu

nfo

de l

a C

ultu

ra (

1954

), u

n al

to r

elie

ve p

olic

rom

ado

en

pied

ra, m

osai

co y

pin

tura

de

hule

rea

lizad

o en

el

mur

o ex

teri

or d

el e

difi c

io d

e R

ecto

ría

de e

sa c

asa

de e

stud

ios,

que

es

el s

ímbo

lo d

e es

a un

iver

sida

d,

el cu

al se

repr

oduc

e en

los a

nillo

s de

sus g

radu

ados

. M

ural

de

poco

más

de

220

met

ros

cuad

rado

s. L

a ob

ra r

epre

sent

a el

triu

nfo

diar

io d

e la

civ

iliza

ción

y

la c

ultu

ra s

obre

las

fue

rzas

osc

uras

del

est

an-

cam

ient

o y

la a

patí

a; p

ara

ejem

plifi

carl

o, J

orge

G

onzá

lez

Cam

aren

a el

igió

la

luch

a y

vict

oria

de

Que

tzal

cóat

l sob

re T

ezca

tlip

oca.

Mur

ales

de

Jorg

e G

onzá

lez

Cam

aren

a(2

4-m

arzo

-1908

– 2

4-m

ayo-

1980

)

Au

torr

etra

to (

194

6).

Libe

raci

ón y

Con

quis

taJu

lio C

ésar

Zam

ora

Por s

í m

ism

os,

el P

alac

io d

e B

ella

s A

rtes

y e

l M

useo

Nac

ion

al d

e H

isto

ria

del

Cas

till

o de

C

hapu

ltep

ec e

n la

Ciu

dad

de M

éxic

o, s

on e

x-ce

lsos

en

toda

su

arqu

itec

tura

, per

o ob

serv

ar a

l in

teri

or d

e és

tos

las

obra

s m

ural

es h

ay u

na s

ensa

ción

m

agná

nim

a, q

uizá

sub

lime,

def

inie

ndo

este

con

cept

o co

mo

un m

omen

to m

uy s

uper

ior

o el

evad

o a

mi

per-

cepc

ión

sobr

e cu

alqu

ier

otro

obj

eto.

A

sí f

ue m

i ex

peri

enci

a al

est

ar d

e pi

e fr

ente

a l

as

mag

nífi

cas

obra

s qu

e co

ncen

tran

am

bos

mus

eos,

per

o en

tre

las

que

más

im

pres

iona

ron

en B

ella

s A

rtes

fue

Li

bera

ción

o L

a hu

man

idad

se

liber

a de

la

mis

eria

(q

ue i

lust

ra l

a po

rtad

a de

est

a ed

ició

n de

Ágo

ra),

así

co

mo

La C

onqu

ista

o L

a fu

sión

de

dos

cult

uras

, en

el

Cas

tillo

de

Cha

pult

epec

, lo

s do

s m

ural

es d

e Jo

rge

Gon

zále

z C

amar

ena,

un

pint

or a

l qu

e la

his

tori

a y

el

pres

ente

no

le h

an d

ado

la tr

asce

nden

cia

que

mer

ece.

En

los

libro

s de

His

tori

a de

l Art

e, e

n la

s se

ccio

nes

sobr

e M

ural

ism

o, lo

s in

falib

les

son

desd

e lu

ego

Dav

id

Alf

aro

Siqu

eiro

s, J

osé

Cle

men

te O

rozc

o y

Die

go R

ive-

ra,

incl

uso,

es

te ú

ltim

o es

el p

rim

er

nom

bre

de

refe

ren

cia

en a

lgu

nas

e

dic

ion

es

co

mo

la

s E

nci

clo

pe-

dia

s M

etó-

dic

as,

mas

d

esd

e

mi

pu

nto

d

e vi

sta

la o

bra

mur

al d

e lo

s d

os p

rim

e-ro

s, e

n e

se

ord

en,

tie-

nen

un v

alor

es

téti

co m

ás

rele

va

nte

qu

e la

s d

el

qu

e fu

era

esp

oso

de

Frid

a K

ahlo

, so

bre

tod

o en

lo

qu

e co

nci

ern

e al

gra

do d

e in

nova

ción

y a

l est

ilo.

Si b

ien

a Jo

rge

Gon

zále

z se

le s

epar

a de

la te

rna

an-

tes

men

cion

ada

(y re

cono

cida

com

o “l

os tr

es g

rand

es”)

, po

r no

ser

de

esa

prim

era

gene

raci

ón d

e m

ural

ista

s,

naci

dos

en e

l sig

lo X

IX, s

us c

reac

ione

s pi

ctór

icas

son

fa

scin

ante

s po

r el

col

or y

la f

orm

a, a

sí c

omo

la r

epre

-se

ntat

ivid

ad. L

iber

ació

n es

una

obr

a m

aest

ra c

olos

al.

Asi

mis

mo

La C

onqu

ista

, Pre

senc

ia d

e A

mér

ica

Lati

na

(obr

a de

30

0 m

etro

s cu

adra

dos,

ubi

cada

en

la C

iuda

d U

nive

rsit

aria

de

Con

cepc

ión,

Chi

le),

La

Con

stit

ució

n

de 1

917,

son

eje

mpl

os m

emor

able

s de

l tal

ento

de

este

ar

tist

a de

Gua

dala

jara

, Jal

isco

.E

n un

a ed

ició

n de

la re

vist

a C

uade

rnos

Fro

nter

izos

, M

arce

l Gon

zále

z C

amar

ena

Mon

toya

, al p

arec

er n

ieto

de

l mur

alis

ta, s

eñal

a qu

e en

Lib

erac

ión

(196

3) e

l mae

s-tr

o ej

ecut

a un

tem

a fi

losó

fico

, “en

una

com

posi

ción

de

tres

sec

cion

es e

volu

tiva

s qu

e pl

asm

an u

na in

terp

reta

-ci

ón p

lást

ica

de l

a hi

stor

ia d

e M

éxic

o. L

a pr

imer

a se

re

fier

e a

la e

scla

vitu

d, d

onde

cue

stio

na l

as p

olít

icas

ag

rari

as p

osre

volu

cion

aria

s m

edia

nte

la p

rese

ncia

de

un c

ampe

sino

anó

nim

o qu

e ya

ce d

entr

o de

un

ataú

d y

de u

na fi

gura

fem

enin

a de

snud

a, c

ubie

rta

de ta

tuaj

es e

n la

esp

alda

, señ

ales

de

los

prej

uici

os y

las

proh

ibic

ione

s”.

En

la s

egun

da s

ecci

ón s

e da

la in

min

ente

libe

raci

ón,

dond

e se

obs

erva

a lo

s ho

mbr

es d

espo

jars

e de

sus

ata

du-

ras c

omo

un a

cto

que

sim

boliz

a “a

la h

uman

idad

ent

era”

. E

n la

últ

ima

secc

ión,

se

trat

a de

la li

bera

ción

esp

irit

ual,

repr

esen

tada

por

la m

ujer

mes

tiza

que

sos

tien

e un

a se

-m

illa

de m

aíz,

“sí

mbo

lo d

e sa

bidu

ría

y vi

da”.

Par

te d

e la

tra

scen

denc

ia d

e la

s ob

ras

de G

onzá

-le

z es

tab

a en

el

colo

r,

quie

n us

aba

la té

cnic

a de

lo

s an

tigu

os

tlac

uil

os –

artí

fice

s de

lo

s có

dic

es

mex

ica

s–,

prep

aran

do

sus

pint

uras

co

n pi

gmen

-to

s n

atu

ra-

les.

Ade

más

, cr

eó u

na té

c-ni

ca p

ara

or-

gani

zar

y di

-vi

dir g

eom

é-tr

icam

ente

el

esp

acio

pi

ctór

ico.

En

L

a C

on

qu

ista

o

La f

usió

n de

dos

cul

-tu

ra

s,

el

mu

rali

sta

nos

exp

one

el v

iole

nto

en

fren

tam

ient

o en

tre

el m

exic

a y

el e

spañ

ol,

con

un

colo

rido

int

enso

que

ref

leja

la

crue

nta

bata

lla,

y po

r en

de e

l m

esti

zaje

, o

la f

usió

n de

am

bas

cult

uras

. A

l fo

ndo

del

mur

al,

se a

prec

ian

las

insi

gnia

s de

los

dos

ba

ndos

: los

pen

acho

s in

díge

nas

y su

s es

tand

arte

s, a

com

o, l

as b

ande

ras

hisp

anas

, co

nsum

iénd

ose

en e

l fu

ego

de la

bat

alla

, ent

re o

tros

ele

men

tos.

Una

ver

sión

tam

bién

gen

uina

de

este

mur

al e

s la

de

El

Abr

azo,

per

o en

cab

alle

te,

real

izad

a el

mis

mo

año

de s

u m

uert

e.

La

Con

qu

ista

o L

a F

usi

ón d

e d

os C

ult

ura

s (1

96

3),

Jorg

e G

onzá

lez

Cam

aren

a.

Page 4: (19 de diciembre de 1954) 4 oBasilio Vadillo ser ULIO bm ... · Venustiano Carranza y la Constitución de 1917 (1967), Jorge González Camarena. Liberación (1963), mural de Jorge

De

trip

as c

oraz

ónYu

nuén

Cue

vas

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

5

El p

rofe

sor B

asil

io V

adil

loD

on M

anue

l Sán

chez

Silv

a

VIÑ

ETA

S D

E L

A P

RO

VIN

CIA

(19

de d

icie

mbr

e de

1954

)

4Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

* Pe

riod

ista

, esc

rito

r y

fund

ador

de

Dia

rio

de C

olim

a.†

Por

los

años

de

1915

ó 1

916,

enc

ontr

ándo

se e

l paí

s en

ple

na R

evol

ució

n,

regr

esó

a C

olim

a el

pro

feso

r B

asili

o V

adill

o, ja

lisci

ense

de

orig

en, q

ue

sien

do m

uy n

iño

habí

a ve

nido

par

a ed

ucar

se e

n es

ta c

iuda

d. D

espu

és

de c

ursa

r su

s pr

imer

as le

tras

en

las

escu

elas

ofi

cial

es, s

u fa

mil

ia lo

in

gres

ó en

el S

emin

ario

Con

cilia

r, d

onde

muy

pro

nto

se d

esta

có p

or s

u ta

lent

o.E

l m

ovim

ien

to r

evol

ucio

nar

io,

acau

dill

ado

por

el s

eñor

Car

ran

za,

se

conv

irti

ó en

poc

os m

eses

en

inex

ting

uibl

e ho

guer

a qu

e en

cend

ió e

l te

rrit

orio

nac

io-

nal,

no s

ólo

en e

l pro

pósi

to d

e de

rroc

ar a

l go

bier

no d

e H

uert

a, e

l dip

sóm

ano

ases

ino

del p

resi

dent

e M

ader

o, s

ino

exal

tand

o lo

s es

píri

tus

con

el a

nhel

o de

con

quis

tar

una

vida

mej

or, m

ás e

quit

ativ

a y

resp

etuo

sa d

e la

con

dici

ón h

uman

a.L

a R

evol

ució

n ej

erci

ó en

el j

oven

est

u-di

ante

de

teol

ogía

una

atr

acci

ón ir

resi

stib

le

y se

inco

rpor

ó a

ella

, abr

iénd

ose

paso

ent

re

los

inte

lect

uale

s po

r el

mér

ito

de s

us p

ro-

pias

cap

acid

ades

.A

l re

gres

ar a

Col

ima,

el

prof

esor

viv

ía

sus

mej

ores

año

s. V

eías

ele

afir

mad

o en

sus

id

eale

s li

bert

ario

s y

segu

ro e

n la

jus

tici

a de

la c

ausa

de

rede

nció

n so

cial

a la

que

se

habí

a co

nsag

rado

.A

l fre

nte

de la

Dir

ecci

ón d

e E

duca

ción

P

úbl

ica,

Vad

illo

no

se l

imit

ó a

mej

orar

lo

s pr

ogra

mas

de

ense

ñanz

a y

ampl

iar

el

radi

o de

acc

ión

de

la d

epen

den

cia

a su

ca

rgo:

pro

mov

ió la

ele

vaci

ón m

oral

de

los

mae

stro

s, p

roye

ctán

dolo

s a

los

conc

epto

s su

peri

ores

de

la i

deol

ogía

rev

oluc

iona

ria.

E

s de

cir,

pre

tend

ió s

usti

tuir

el

empl

eado

do

cent

e po

r el

edu

cado

r ca

tequ

ista

de

un

nuev

o se

ntid

o de

la v

ida.

En

los

espa

cios

os c

orre

dore

s de

l ed

i-fi

cio

que

ahor

a oc

upa

el M

onte

de

Pie

dad

“Hel

iodo

ro T

ruji

llo”

y q

ue e

n aq

uel t

iem

po

era

la e

scue

la M

orel

os (

ante

s de

la

Rev

olu

ción

hab

ía s

ido

la e

scu

ela

cató

lica

de

San

Lui

s G

onza

ga)

se

llev

aron

a c

abo

cont

rove

rsia

s y

con-

fere

ncia

s se

man

ales

, en

las

que,

por

tu

rno,

los

dir

ecto

res

de e

scue

las

y lo

s m

aest

ros

espe

cial

izad

os s

uste

n-ta

ban

plát

icas

y e

xpon

ían

teor

ías

y m

étod

os, q

ue lu

ego

eran

oca

sión

de

anál

isis

y d

iscu

sion

es.

En

cier

ta o

casi

ón, c

on m

otiv

o de

un

a di

sert

ació

n de

l pro

feso

r J.

Con

-ce

pció

n F

uent

es, s

obri

no d

e V

adil

lo, e

n qu

e el

ora

dor

se r

evel

ó un

cre

yent

e

ferv

oros

o, s

e su

scit

ó un

a po

lém

ica

tras

cend

enta

l ent

re tí

o y

sobr

ino,

pol

émic

a qu

e pr

olon

gó p

or c

uatr

o o

cinc

o se

sion

es, e

n la

más

bri

llan

te d

e la

s fo

rmas

, su

s pu

ntos

de

vist

a co

ntra

dict

orio

s.C

hon

Fue

ntes

–co

mo

amis

tosa

men

te s

e le

lla

mab

a–,

era

muy

jov

en p

or

aque

l ent

once

s y

tam

bién

hab

ía e

stud

iado

en

el s

emin

ario

, per

o a

dife

renc

ia

de V

adil

lo s

eguí

a cu

ltiv

ando

su

fe,

con

devo

ción

de

mís

tico

inf

lam

ado.

Do-

tado

de

clar

a in

teli

genc

ia y

de

envi

diab

le

faci

lida

d de

pal

abra

, se

mag

nifi

caba

en

la

trib

una,

con

venc

iend

o y

conm

ovie

ndo

a su

au

dito

rio

con

la e

mot

iva

expo

sici

ón d

e su

s se

ntim

ient

os r

elig

ioso

s.V

adil

lo,

de m

ás e

dad,

may

or c

ultu

ra,

expe

rien

cia

y m

enta

lida

d eq

uili

brad

a en

lo

s ra

zona

mie

ntos

cie

ntíf

icos

, opo

nía

a la

or

ator

ia e

nard

ecid

a de

su

sobr

ino,

la r

épli

-ca

con

tund

ente

y fr

ía d

el r

ealis

mo

cort

ante

.E

l pr

ofes

or F

uen

tes

lleg

aba

a D

ios

a tr

avés

de

la v

ehem

enci

a sa

tura

da d

e la

un-

ción

y p

alpi

tant

e de

ter

nura

, y e

l pro

feso

r V

adil

lo d

esqu

icia

ba l

a es

cala

del

mil

agro

co

n la

pal

anca

de

los

porq

ués,

los

cuán

dos

y lo

s có

mos

.F

ue e

sa,

tal

vez,

la

con

trov

ersi

a m

ás

tras

cend

enta

l, vi

goro

sa y

fas

cina

dora

que

re

gist

re l

a hi

stor

ia d

e C

olim

a en

mat

eria

de

pol

émic

as r

elig

iosa

s, y

com

o er

a na

tu-

ral,

ni C

hon

Fue

ntes

pud

o co

nven

cer

a su

o de

que

exi

stía

“al

go m

ás”,

fue

ra d

e lo

s li

bros

de

filo

sofí

a, n

i V

adil

lo lo

gró

que

su

sobr

ino

pres

cind

iera

de

Dio

s po

r el

cam

ino

del r

azon

amie

nto.

Tod

o se

redu

jo a

un

mag

nífi

co to

rneo

de

orat

oria

, de

la q

ue d

isfr

utar

on lo

s m

aest

ros

asis

tent

es, l

a m

ayor

ía d

e lo

s cu

ales

, en

su

fuer

o in

tern

o, e

xper

imen

taba

n la

resp

onsa

-bi

lidad

de

conc

urri

r a e

sta

clas

e de

act

os, e

n lo

s qu

e un

dir

ecto

r de

Edu

caci

ón P

úbli

ca,

así s

e ll

amar

a B

asil

io V

adil

lo, o

saba

po

ner

en d

uda

verd

ades

mil

enar

ias.

Lás

tim

a m

uy g

rand

e, j

uzga

ndo

ese

inci

den

te d

esde

un

án

gulo

es-

tric

tam

ente

in

teli

gen

te,

que

la t

a-qu

igra

fía

no e

stuv

iera

des

arro

llad

a,

pues

val

dría

la

pen

a de

con

serv

ar

las

adm

irab

les

piez

as o

rato

rias

que

se

pro

duje

ron

por

dos

de

los

más

ta

lent

osos

mae

stro

s de

Col

ima.

Al fr

ente

de

la D

irecc

ión

de E

duca

ción

Púb

lica,

Vad

illo

no

se li

mitó

a m

ejor

ar lo

s pro

gram

as d

e en

seña

nza

y am

plia

r el

radi

o de

acc

ión

de la

dep

ende

ncia

a su

car

go: p

rom

ovió

la

ele

vaci

ón m

oral

de

los m

aestr

os, p

roye

ctán

dolo

s a lo

s co

ncep

tos s

uper

iore

s de

la id

eolo

gía

revo

luci

onar

ia.

Es

fáci

l id

enti

fica

r-lo

s, lo

s en

cuen

tras

de

blan

co e

n lo

s pa

sillo

s de

un

hos

pita

l. P

a-re

cier

a qu

e de

sde

que

nace

n qu

edar

an h

ipno

tiza

dos d

el o

lor

a no

soco

mio

y p

lane

aran

un

día

su r

egre

so. S

e le

s co

noce

com

o pe

rfec

cion

ista

s, a

rrog

ante

s,

petu

lant

es,

obse

sivo

s e

inse

n-si

bles

. H

abla

n d

e la

mue

rte

com

o de

dom

ingo

s fam

iliar

es y

de

la v

ida

com

o si

pid

iera

n un

pl

atill

o a

dom

icili

o.Pe

ro p

ocos

sab

en q

ue h

ace

muc

hos

os l

evan

taro

n s

u m

ano

dere

cha

jura

ndo

serv

ir

de c

oraz

ón a

sus

sem

ejan

tes.

Sa

lvan

vid

as, a

ntep

onen

la

de

otro

s a

la d

e el

los.

Sac

rifi c

an

hora

s, a

mig

os, v

iven

cias

, fes

ti-

vida

des,

fam

ilia.

Muy

poc

os lo

s ha

n vi

sto

derr

amar

lág

rim

as,

desg

arra

rse

las

vest

idur

as c

on

los p

acie

ntes

, lle

nars

e de

mec

o-ni

o en

los

part

os s

in im

port

ar

el o

lor,

col

or o

sen

saci

ón d

e hu

med

ad a

tra

vés

de s

us u

ni-

form

es.

Pin

tars

e de

roj

o lo

s gu

ante

s m

ient

ras

se p

aral

iza

el c

oraz

ón u

n se

gund

o, c

omo

si o

rden

aran

al

esca

rlat

a de

-te

ners

e.U

nos l

lega

n de

mad

ruga

da,

pasa

n a

la c

apill

a, s

e ar

rodi

llan

y ga

raba

tean

su

fren

te.

Otr

os

ojea

n lo

s lib

ros u

na v

ez m

ás a

n-te

s de

tom

ar e

l bis

turí

. Alg

unos

so

n te

stig

os d

e la

s lu

nas

llena

s,

días

fes

tivo

s y

grit

os f

elic

es.

El r

esto

, es

pres

a de

l lla

nto

de

paci

ente

s, c

aras

de

angu

stia

y

lo q

ue m

ás te

me

la h

uman

idad

.T

odo

serí

a se

ncill

o si

pu-

dier

an c

olga

r el

dol

or a

jeno

en

el p

erch

ero

junt

o co

n la

bat

a.

Bol

ears

e la

s lá

grim

as q

ue t

ie-

nen

grab

adas

en

sus m

ente

s, la

s sú

plic

as d

e m

adre

s, la

s mir

adas

de

odi

o o

insu

ltos,

las a

men

azas

de

l fam

iliar

ins

atis

fech

o. P

ero

com

o si

la

iner

cia

les

llam

ase

se le

vant

an d

ía a

día

, mir

an a

lo

s ojo

s del

dol

ient

e, se

col

ocan

el

esc

udo

prot

ecto

r y

hace

n de

tr

ipas

cor

azón

.

¿Qui

én n

o re

cuer

da e

sta

pint

ura

en l

os

libro

s de

tex

to g

ratu

itos

de

la p

rim

aria

? Se

tra

ta d

e La

Pat

ria,

de

Jorg

e G

onzá

lez

Cam

aren

a, p

ero

la m

odel

o qu

e po

só p

ara

el a

rtis

ta s

e lla

ma

Vic

tori

a D

oren

las,

una

bel

le-

za o

rigi

nari

a de

Tla

xco,

en

Tlax

cala

, qu

ien

se

conv

irti

ó en

su

mus

a re

curr

ente

al p

lasm

arla

en

otra

s ob

ras

com

o La

s ra

zas

y la

cul

tura

. V

icto

ria

cono

ció

a Jo

rge

Gon

zále

z cu

ando

el

la tr

abaj

aba

com

o m

eser

a en

un

bar a

l que

asi

s-tí

an p

into

res

e in

tele

ctua

les

de la

épo

ca. E

n es

e m

ism

o m

omen

to e

l art

ista

que

dó p

rend

ado

de su

be

lleza

, y a

pes

ar d

e ha

berl

e he

cho

la p

ropu

esta

pa

ra p

inta

rla,

ella

, con

ape

nas

18 a

ños

de e

dad,

se

neg

ó po

r el

tem

or q

ue te

nía

a su

mar

ido,

un

guar

ura

con

el q

ue s

e ca

só s

iend

o to

daví

a un

a ad

oles

cent

e.

Par

ecía

que

ya

esta

ba p

rede

stin

ada

a se

r in

mor

taliz

ada

por

Gon

zále

z C

amar

ena,

a q

uien

as

í le

com

o le

coi

ncid

en lo

s núm

eros

en

su fe

cha

de n

acim

ient

o y

falle

cim

ient

o, a

mbo

s en

un

24,

más

los

dígi

tos

de 1

908

y 19

80, u

n añ

o de

spué

s de

hab

erse

ena

mor

ado

de V

icto

ria

Dor

enla

s, d

e su

exq

uisi

ta b

elle

za in

díge

na, e

l mar

ido

falle

ció

en u

na b

alac

era,

por

lo

que

la v

iuda

ent

once

s ac

eptó

pos

ar p

ara

el p

into

r.

De

acue

rdo

con

inve

stig

ador

es d

e la

UN

AM

, de

spué

s de

resp

etar

el l

uto

de la

her

mos

a V

icto

-ri

a po

r 40

días

, Gon

zále

z C

amar

ena

la c

onvi

rtió

en

la m

odel

o pr

ivile

giad

a de

sus

obr

as.

Wil

La lu

z de

l otr

o co

che

entr

ó de

gol

pe a

nue

stro

au

to.

Gir

am os

com

o si

el t

iem

po h

ubie

ra d

ado

un sa

lto

en s

í mis

mo.

C

omo

si l

a lu

na s

e no

s hu

bier

a fr

actu

rado

en

un s

egun

do.

[Sile

n cio

]H

an b

aj ad

o to

dos d

el a

uto

arra

strá

ndos

e la

fi es

ta

entr

e la

s pi

erna

s,

y un

áng

el si

n vo

z yac

e en

el a

sien

to d

el c

opilo

to.

Le to

d e lo

s ho

mbr

os p

ara

que

no c

ayer

a,pa

ra q

ue la

luz

en s

us o

jos

no s

e m

e fu

era

tan

pron

to:

esa

noch

e a c

abab

a de

mir

arle

s po

r ve

z pr

imer

a.

Rec

osté

en t

once

s su

cab

eza

en m

is b

razo

s,

me

tem

blar

on la

s m

anos

al a

cari

ciar

su

cabe

llo

sin

la a

ureo

l a: e

l hal

o ap

agad

o si

n su

ris

a.

Le h

abla

ba p

a ra

que

desp

erta

ra,

quer

ía e

scuc

h ar

su v

oz

com

o si

esa

vo z

hub

iera

est

ado

siem

pre.

M

e qu

emab

a po

r de

ntro

ver

le c

on l

a vi

da t

an

expu

esta

, co

n el

agu

a de

mar

bro

tánd

ole

en lo

s oj

os,

ahog

and o

las p

alab

ras a

mita

d de

su g

arga

nta

con

cada

letr

a en

tum

ecid

a en

tre

las

grie

tas

de

sus

labi

os.

Era

com

o si

a c

ada

segu

ndo

se m

e ab

rier

an u

n po

co la

s co

still

as

hast

a de

jarm

e d e

scub

iert

as la

s en

trañ

as:

un c

oraz

ón d

e ra

mas

sec

as

con

un

f rag

men

to d

e fu

ego

azul

en

el c

entr

o:

l

a fl a

ma

sin

nom

bre.

Me

afer

ré a

su

m a n

o co

mo

un n

iño

pequ

eño

que

atra

pa e

ntre

sus

ded

os e

l meñ

ique

de

papá

.

[Sir

enas

]U

na m

ujer

si n

ros

tro

me

pidi

ó qu

e m

e al

ejar

a.

Lo re

cost

aron

en

la c

amil l

a m

ient

ras l

e ra

sgab

an

la r

opa.

Él t

enía

que

est

ar b

ien

para

ver

le a

ndar

de

nuev

o co

n la

s al

as a

bier

tas.

N

o sa

bía

si e

sa n

oche

, o

la s

igui

ente

o t

al v

ez

hast

a in

icia

da la

sig

uien

te v

ida.

Per

o ib

a a

verl

e,

iba

a ve

rme

yo d

e nu

evo

en e

l cri

stal

de

sus

ojos

.

¿Cóm

o es

pos

ible

que

vay

a u n

o a

enco

ntra

rse

en l

a m

irad

a de

la

vida

, c

uand

o a

pena

s po

r se

gund

os r

ozó

los

labi

os la

bios

de

la m

uert

e?

Vic

tori

a, L

a Pa

tria

de

Cam

aren

aA

lber

to O

cón

Flam

a si

n no

mbr

eJo

sé C

arlo

s C.

Juá

rez

La

Pa

tria

(19

61)

, Jor

ge G

onzá

lez

Cam

aren

a.

El g

uer

rill

ero

vete

ran

o (1

96

6),

Jor

ge G

onzá

lez

Cam

aren

a.