160 años institución educativa escuela normal superior de medellín

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN Memorias de la en sus 160 años

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Realizamos la edición, diseño y producción fotográfica de esta publicación. De igual forma organizamos el evento en el que se presentó la obra, como parte de la celebración de los 160 años de la institución.

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN

Memorias de la

en sus160 años

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN

Memorias de la

en sus160 años

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TABLA DE CONTENIDO

Presentación ...............................................................................................................................................................2

Reseña histórica de la Normal de Varones Medellín ............................................................................................3

CAPÍTULO I: CRONOLOGÍA SIGLO XIX ...................................................................................................................6

Orígenes y fundadores ..............................................................................................................................................6

CAPITULO II: CRONOLOGÍA DEL SIGLO XX .........................................................................................................58

Los albores del nuevo siglo .....................................................................................................................................58

CAPÍTULO III: CRONOLOGÍA SIGLO XXI ............................................................................................................131

1. Una nueva época ................................................................................................................................................131

2. La acreditación de calidad y desarrollo ..........................................................................................................134

3. Las huellas del proceso de acreditación ..........................................................................................................136

3.1. Los núcleos disciplinares ...............................................................................................................................136

3.2. La investigación ..............................................................................................................................................137

3.3. La práctica pedagógica ...................................................................................................................................138

3.4. La orientación pedagógica .............................................................................................................................138

3.5. El vínculo de los padres en la formación del normalista ...........................................................................139

Proyectos de investigación docentes ...................................................................................................................153

La acreditación de calidad .....................................................................................................................................159

1. Asesoría con el gobierno japonés ....................................................................................................................161

2. Proyectos de apoyo con el gobierno de Inglaterra .........................................................................................165

3. Proyecto de apoyo con el gobierno francés .....................................................................................................167

La Escuela Feliz, un espacio para crear, compartir, soñar, aprender y convivir .............................................169

Historia de los símbolos de la Escuela Normal ..................................................................................................180

Los diferentes nombres o razón social ................................................................................................................187

Algunos espacios institucionales .........................................................................................................................189

Algunos objetos valiosos para la institución ....................................................................................................193

Bibliografía .............................................................................................................................................................199

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Conmemoración

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Normal Superior 160 años

Presentación

Esta reseña histórica es un aporte al proceso de actualización y al Proyecto Educativo Institucional de la Escuela Normal Superior de Medellín. Es el

resultado de un trabajo en equipo que nace gracias a la inquietud y a la necesidad de verificar algunos datos y afirmaciones que existen en nuestros registros históricos.

Las ampliaciones que contiene son el resultado de un proceso de búsqueda en archivos y bibliotecas, especialmente en la Sala Antioquia de la Universidad de Antioquia, la biblioteca de la Universidad Pontificia Bolivariana, la biblioteca de Comfenalco, la de Comfama y, por supuesto, la biblioteca y los archivos de la Escuela Normal.

Es de anotar que los apuntes y viñetas históricas que poseíamos, no tenían bibliografía ni anotaciones al pie de página, elementos que ofrecen seriedad investigativa.

El trabajo es el resultado de profesores como Julio Roberto Sanabria Salamanca, quien bajo la asesoría del historiador y sociólogo Gabriel Murillo logró un gran avance, el cual se encuentra en verificación bajo mi res-ponsabilidad como rector y aportes ante la cantidad de nuevos hallazgos; y la fortaleza investigativa del profe-sor Gustavo Alzate, quien sin ser egresado, día a día encuentra nuevos aportes desde sus proyectos de in-vestigación, motivado por el interés personal de dejar una contribución a la institución.

Es de agradecer el aporte de los ex rectores Horacio Mendoza Agudelo, Delfín Acevedo Restrepo, Humberto Upegui, y fuentes directas de ex alumnos como: Gabriel Betancur Mejía, Aurelio Céspedes Cardona, Rómulo Naranjo Naranjo, José María Acevedo, Bernardo Acevedo y Luis Javier Arroyave M.

Con la entrega de este trabajo queda abierta la in-vitación a colaborar allegando datos, sugiriendo fuen-tes, proporcionando información, y facilitando la reali-zación de historias de vida y entrevistas a profundidad, con el fin de fortalecer esta reseña que consideramos el germen de la gran obra donde podamos leer la tra-yectoria histórica de esta casa del saber.

Juan Carlos Zapata Correa2011

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Preámbulo

RESEÑA HISTÓRICA DE LA Normal Nacional de Varones Medellín37

“La diferencia entre unhombre inteligente y un hombre sabio,

es que el inteligente sabe qué decir, y el sabio sabe si decirlo o no”

Frank Garafola.

La Normal Nacional de Varones de Medellín está ubicada en la zona 8, Villa Hermosa y tiene una serie de ventajas en favor del desempeño acadé-

mico, entre las que se encuentran:

• Ambiente semicampestre, ubicado en la zona cen-tro oriental del Valle de Aburrá, a pocas cuadras del centro de la ciudad (carrera 34 X calle 65). • Un espacio amplio en un ambiente natural ideal, que es escenario para una planta física adecua-da, con posibilidades de ampliación para garan-tizar una cobertura que responda a las demandas académicas de nuestro tiempo.• Fácil acceso desde cualquier sitio de la ciudad.Es una de las instituciones educativas que cuenta con una amplia trayectoria histórica en el contexto académico y pedagógico de Antioquia.

En el año 2011 cumplirá su aniversario 160º de funda-ción, rodeada del respeto y la gratitud de la sociedad, gracias a que como institución de formación pedagó-gica ha graduado numerosas promociones de educa-dores y ha forjado en su seno preclaros exponentes de la inteligencia, quienes en los distintos campos del acontecer humano han sabido exaltarla con los dones de la virtud y del talento.

37 Iniciamos con este nombre por tratarse de uno de los últimos con los que se le conoce legalmente a la institución. Hoy en día (1997), por estar en proceso de reestructuración, se adelantan gestiones para legalizar el nuevo nombre, de acuerdo con los lineamientos de la ley. Ver en este trabajo los diferentes nombres o razón social a lo largo de la historia.

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Conmemoración

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Normal Superior 160 años

Algunos hijos espirituales de la Normal son, entre mu-chos: Baldomero Sanín Cano, Joaquín Antonio Uribe, Porfirio Barba Jacob, Juan de Dios Carvajal, Sacramento Ceballos, Luis Tejada, Baltazar Álvarez Restrepo, Conrado González Mejía, Francisco Luis Hernández, Gabriel Betancur Mejía, Humberto Muñoz Ruiz, Hernán Toro Agudelo, Aurelio Céspedes Cardona, Bernardo Elejalde Toro, Nicolás Gaviria, Reinaldo Arroyave, Libardo Bedoya Céspedes, Delfín Acevedo Restrepo, Baltazar Medina, Luis Javier Arroyave M., Miguel Antonio Yepes Henao y Óscar Arboleda Palacio.

Varios centenares de maestros, formados en esta casa de la pedagogía, ejercen hoy su profesión como educadores en escuelas, colegios y universidades de la región y del país.

Por la rectoría de este plantel educativo han pa-sado cuarenta y nueve profesionales de la educación, todos ellos escogidos con criterios de competencia.

1- Benito Alejandro Balcázar (1851).2- Graciliano Acevedo (1867).3- Amadeo Weiss (1872).4- Christian Siegert y Gustavo Bothe (1873).5- Joaquín Márquez (1875).6- Rodolfo Cano (1877).7- Francisco Saénz M. (1883).8- Rodrigo Hernández (1884).9- Ángel María Díaz Lemus (1887).10- Domingo González (1897).11- Jesús María Giraldo Duque (1897).12- Alejo María Pimienta (1904).13- Januario Henao (1909).14- Luis Escobar Naranjo (1910).15- Januario Henao (1910).15- Inocencio Ocampo (1912).16- Alejandro Mesa (1913).17- Carlos María Ceballos (1919).

18- Luis Eduardo Marín (1923).19- Elías Gutiérrez (1925).20- Raúl Vélez (1927).21- Julio Arango Aguilar (1929).22- Rodolfo Mejía (1931).23- Alfonso Mora Naranjo (1932).24- Vladimiro Woino (1933).25- Tulio Gaviria Uribe (1934).26- Luis Mesa Villa (1935).27- Miguel Roberto Téllez (1935).28- Jorge Urrego Bernal (1936).29- Bernardo Arango Macías (1937).30- Ramón Carlos Góez Gutiérrez (1941).31- Miguel Roberto Téllez (1942).32- Gerardo Tapias Henao (1946). 33- Ernesto Villamizar Daza (1947).34- Conrado González Mejía (1948).35- Jorge Yepes Jaramillo (1950).36- Nicolás Gaviria Echavarría (1951).37- Alfonso Mora Naranjo (1954).38- Juan Gallego Cardona (1956).39- Horacio Gil Henao (1957).40- Humberto Upegui Ortiz (1959).41- Libardo Bedoya Céspedes (1960).42- Delfín Acevedo Restrepo (1969).43- Alfonso Rendón Rendón (1974).44- Horacio Mendoza Agudelo (1976).45- Juan Carlos Zapata Correa (1998).46- María Eugenia Ceballos (encargada) 2000.47- Luis Reinaldo Londoño Vásquez (2001).48- Rubiela Montoya (encargada) 2005.49- Juan Carlos Zapata Correa (2005).

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Conmemoración

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Normal Superior 160 años

CRONOLOGÍA

SIGLOXIX CA

PÍTU

LO I

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Normal Superior 160 años

Orígenes y fundadores

El general Santander, llamado con acierto el “Padre de la educación Colombiana”, fue un desvelado incansable y un decidido colaborador en la labor

educativa de entonces. Fue él quien refiriéndose al la-mentable estado en que se hallaba nuestra enseñanza dijo: “Las nociones literarias que albergan algunos ce-rebros, eran comparables a luciérnagas perdidas en la noche”. Fue “El hombre de las leyes” quien inició bási-camente la educación en la Gran Colombia, y fue así como las Escuelas Normales ¾en el país¾ fueron crea-das por el Congreso de Villa del Rosario de Cúcuta, reunido el 6 de agosto de 1821 e instalado por don Antonio Nariño, quien había preparado un proyecto de constitución, elaborado mientras estuvo preso en Cádiz (España), pero al exponerlo en el Congreso fue califi-cado de subjetivo y romántico.

Las tres primeras instituciones normalistas en Suramérica fueron las de Bogotá, Caracas y Quito. Fue Fray Sebastián Mora, franciscano de Popayán y gran conocedor del nuevo método de enseñanza, a quien el gobierno le confió la dirección de la Escuela Normal de Bogotá, de la cual quedaría encargado después el francés Pedro Comettant.

Tan pronto como el padre Mora abrió su escuela, los jóvenes José María Martínez Pardo y Víctor Gómez, se presentaron ante el Intendente de Antioquia en soli-citud de ser los primeros en prepararse para ayudar al levantamiento del nivel intelectual de la patria. Allí es-cucharon las lecciones de Mr. Comettant y del señor José María Triana, y luego regresaron a Medellín, donde el 24 de enero de 1823 inauguraron con treinta y cinco alumnos la primera escuela lancasteriana

Pero fue quizás en 1838 cuando el gobernador Francisco Antonio Obregón habló en el mensaje a la legislatura de la provincia, de la conveniencia de esta-blecer una escuela Normal en Medellín y propuso que se destinaran $300.00 para que los postulantes de las escuelas fueran a aprender el sistema de enseñanza mutua en las cabeceras del Cantón.

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Conmemoración

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Normal Superior 160 años

Apenas el 6 de octubre de 1821 se había aprobado la Ley Fundamental, en la que se determinaba que el país tendría siete Departamentos: Orinoco, Venezuela, Zulia, Boyacá, Cundinamarca, Cauca y Magdalena. Aunque las Normales no figuraban como tales, se decretó la funda-ción de colegios de Segunda Enseñanza y la apertura de colegios para niños sin distinción de sexo.37

Se le atribuye un gran impulso a la educación y a las acciones administrativas al General Francisco de Paula Santander, quien fungía como Vicepresidente de la Gran Colombia. Fue así como el 9 de octubre de 1822, siendo su Secretario del Interior el ilustre en-vigadeño don José Manuel Restrepo, se crearon los siguientes planteles: el Colegio Boyacá en Tunja, el Colegio de Antioquia en la Villa de Medellín, -bajo la di-rección rectoral de Fray Sebastián de Mora-, el Colegio San Simón de Ibagué, el Santa Librada de Cali, una Escuela de Primeras Letras en Mariquita y una Escuela Lancasteriana en Ocaña. Además se reglamentaron las cátedras de la Escuela de Minas en Medellín.

En cuanto al Colegio de Antioquia, dicen los his-toriadores, que para su funcionamiento se destinó el suprimido Convento de San Francisco,38 con todas sus anexidades. Esta es la génesis de la Universidad de Antioquia.39

El plan de estudios del 4 de diciembre de 1843, artículo 316, contiene acertadas disposiciones sobre el funcionamiento de las normales y así señala las mate-rias que deben enseñarse; y al lado de “Los principios de práctica de pedagogía y de las otras materias, se incorporan los principios de agricultura y economía ru-ral”. Se habla también en el mismo plan, de la enseñan-za simultánea y se anexan a las normales las escuelas primarias del lugar. En 1844 había local y fondos sufi-cientes para establecer la escuela normal pero faltaba recibir el reglamento sancionado por el ejecutivo. Sólo que como decía el doctor Mariano Ospina Rodríguez

37 LOZANO ESQUIVEL, Álvaro. Santander 1792-1840. Biblioteca de la Presidencia de la República. Bogotá. Administración de Virgilio Barco, 1988, p. 131.38 Este Convento había sido inaugurado en el año 1803. La Universidad de Antioquia abriría sus puertas como tal en 1871. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA DE ANTIOQUIA. Itinerario de la Instrucción Pública en Antioquia. 1833-1990. 20 de Junio. Edinalco, p.15.39 RESTREPO URIBE, Jorge. Medellín, su origen y desarrollo. Medellín, Editorial Servigráficas, p. 519.

en su informe al Congreso de 1845, fue preciso con-formarse a la escasez de los medios disponibles, y no podían por lo mismo equipararse estos establecimien-tos a los que llevaban el mismo nombre en los países más ricos y más civilizados y apenas podrían compa-rarse a las pequeñas escuelas normales de Alemania, en las que se formaban directores para las escuelas de aldea. Y exponía: “Buenos preceptores y rentas son los elementos indispensables para que haya instruc-ción primaria; uno y otros faltan, pero más los maes-tros que las rentas”.

En 1847 el doctor Martínez Pardo, gobernador de la provincia, hizo grandes esfuerzos por montar la nor-mal e invitó a hacer postulaciones al destino de director. Uno de los postulados fue el doctor Benito Alejandro Balcázar, fiel ayudante del Sabio Caldas y quien te-nía todos los requisitos para dirigir la Escuela Normal, pero nuevas dificultades retardaron el establecimiento del Instituto. Este cometido sólo se consiguió el prime-ro de enero de 1851, convirtiéndose en el primer rec-tor de la Normal. A dicha Escuela Normal se le anexó la escuela primaria del distrito, en cumplimiento de una ordenanza, que cobijaba los fines de las prácticas pe-dagógicas de los futuros maestros.

Al respecto, refiere Arcila Vélez: “Por el artículo 70 de la Ordenanza 23 de 1850, la Cámara Provincial, dispuso la construcción de un edificio para la primera Escuela Normal que funcionó en Antioquia, en el local que a la derecha de la Iglesia de San Francisco tenía desocupado el Colegio Provincial. O sea el que hoy ocupa la Universidad. La misma Cámara adoptó los pla-nos y bajo la dirección del Doctor Jorge Gutiérrez de Lara, levantó el edificio Don José María Valle Maya con un costo de 17.000 pesos. Allí fueron acuartelados en distintas épocas la Guardia Civil y los Batallones de la militar, hasta 1886, cuando el General Marcelino Vélez, Gobernador de Antioquia, destinó el edificio para la Universidad y el local de ésta lo cedió a la Compañía de Jesús para el Colegio de San Ignacio”.40

Uno de los pedagogos que influyó en la educación del país, en especial por la orientación dada a las escuelas

40 ARCILA VÉLEZ, Graciliano. “Memorias de un origen. Caminos y ves-tigios”. Centenario de la Universidad de Antioquia. 1822-1922. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia, p. 419.

de la ley citada, “no se estimará por las reglas que se-pan de memoria, sino por la aplicación de esas reglas ante la corrección y propiedad con que hablen”. Notable y cuidadosa observación.

De 1860 a 1864 los acontecimientos políticos lo transformaron todo y fue sólo en el segundo año de la administración de Pedro Justo Berrío, cuando se esti-muló la enseñanza pública. La legislatura de 1865 au-torizó al presidente del estado para hacer su plan de instrucción pública; el doctor Berrío presentó el suyo, en el que hablaba de la creación de una normal y de su organización.

El primero de diciembre de 1866 fue llamado a la dirección de la normal el doctor Graciliano Acevedo, traductor de obras para “El Monitor”. El curso debía em-pezar el primero de enero de 1867, y tuvo que funcio-nar como escuela primaria, porque nadie acudió a ma-tricularse en las clases superiores.

Sin embargo, el interés por estas cuestiones de la educación embargaba a los gobernantes. En el boletín oficial N° 379 se publicó un informe del doctor Antonio Vargas Vega sobre el costo y organización de las es-cuelas normales y se hacían juiciosas observaciones metodológicas. El doctor Vargas Vega pedía que se abandonara el sistema mutuo y aconsejaba el de los alumnos- maestros.

Mucho sirvió este informe, pues al año de 1870 pensó el gobierno de Antioquia en el establecimien-to de una Escuela Normal, organizada según los prin-cipios del glorioso preceptor suizo Enrique Pestalozzi, y el 4 de enero de 1870 declaró en interinidad a todos los maestros del Estado y se abrió un curso de informa-ción al que asistieron 37 directores de escuela.

En una consulta realizada en los archivos históri-cos en el Palacio de Calibío, realizada por Julio Roberto Sanabria y Oliva Gómez, se encontró el texto de la Ley de 1842 que a la letra dice:

primarias, fue el inglés Joseph Lancaster, cuyo modelo conocido por Santander fue retomado en estas latitu-des. El modelo consistía en un sistema monitorial de en-señanza mutua, en el que se creía que toda una escuela podía funcionar bajo las orientaciones de un solo maes-tro y los alumnos más adelantados se habilitaban para enseñar a los demás.41 Éste método se consideró útil para “desmoronar tarde o temprano los baluartes de la tiranía y los fantasmas del fanatismo y la superstición”.42 A dicho método se deben las universidades y colegios, que a pesar de los males de la guerra, se fundaron en nuestro territorio.

En cuanto a las escuelas normales, las primeras creadas por este mismo movimiento educativo, fueron las de Bogotá, Caracas y Quito.

Unos veinte años más tarde, siendo presidente Pedro Alcántara Herrán, el Secretario del Interior y de Relaciones Exteriores, Mariano Ospina Rodríguez, ela-boró y presentó para la aprobación del Congreso, la Ley del 26 de junio de 1842, por medio de la cual se dis-ponía que en cada capital de provincia se creara una Escuela Normal.

La Unión Colombiana estaba dividida en nue-ve Estados: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander, y Tolima, cuyas capitales eran respectivamente: Medellín, Cartagena, Tunja, Popayán, Bogotá, Santa Marta, Panamá, Socorro y el Guamo.

Como consecuencia de la organización de la Normal, la ley del 2 de diciembre de 1857 impuso ciertas condi-ciones de idoneidad y de buenas costumbres para ejer-cer el magisterio. Conforme con dicha ley la educación física era obligatoria, se efectuaban excursiones los jue-ves, además se disponía del descanso entre una clase y la otra, las reglas disciplinarias eran discretas y se fi-jaban las causas de remoción de los maestros. Desde esa misma época se comenzó a observar la idea pre-cisa que se tenía ya de la alta significación social del maestro; la instrucción de los niños, decía el artículo 2

41 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA DE ANTIOQUIA. Itinerario de la Instrucción Pública en Antioquia, 1833-1990. Primera Edición. Medellín. Edinalco, 1990, p. 1542 RODRÍGUEZ PLATA, Horacio y RODRÍGUEZ, Juan Camilo. Escritos sobre Santander. Biblioteca de la Presidencia de la República. Bogotá. Administración de Virgilio Barco, 1988, p. 26.

“la educación física era obligatoria, se efectuaban excursiones los jueves, además se disponía del descanso entre una clase y la otra”

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Conmemoración

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Normal Superior 160 años

L E I(de 26 de junio de 1842.)1

Sobre establecimiento de escuelas normales de instrucción primaria.

El Senado i Cámara de Representantes de la Nueva Granada, reunidos en Congreso.

CONSIDERANDO:Que uno de los principales motivos que han impedido el adelanto de la instrucción primaria, ha sido la falta de preceptores aptos, i que por lo mismo conviene dictar las medidas mas à propósito para conseguirlos.

DECRETAN:Art. 1º. En cada capital de provincia habrá una escuela normal de educación primaria, bajo la inmediata inspec-ción del Gobernador. El Poder Ejecutivo en virtud de los informes que obtenga de las provincias, determinará en cuales deba servir de escuela normal la del distrito ó de alguno de los distritos de la capital, i en cuales deba establecerse separadamente.

Art. 2º. El sueldo de los directores de las escuelas normales, en cualquiera de los casos del artícu-lo anterior, no podrá ser menor de quinientos pesos ni mayor de mil doscientos. Pero en el caso de estar la escuela normal unida à una parroquial, el sueldo que à aquella se señale se pagará completándolo sobre el asignado à esta.

Art. 3º. Donde se establezcan escuelas norma-les separadas de las parroquiales, serán fondos especia-les de ellas:

1º. Las cantidades decretadas o que se decreten para tal objeto del tesoro nacional:

2º. Las cuotas que se paguen por los niños que asistan à ellas, las cuales seràn determinadas por el Poder Ejecutivo para cada escuela, según las circunstan-cias locales; i

3º. Los demás fondos que en cada provincia se apliquen à un objeto por las corporaciones ó autorida-des competentes.Art. 4º. Cuando no alcance à cubrirse el sueldo de los directores de las escuelas normales, con los fondos especiales de ellas, ó con la rentas comunales cuando estén unidas à las escuelas parroquiales, contribuirán à prorata para completar dichos sueldos, los fondos siguientes, donde los hubiere.

1º. La quinta parte del producto de aguardientes pertenecientes a las rentas comunales i que no esté aplicada al pago de vacunadores.

2º. El producto de los impuestos establecidos ó que se establezcan sobre el aguardiente para la instrucción primaria:

3º. El producto del aumento hecho en el precio del tabaco i aplicado à la instrucción primaria:

4º. El sobrante de las rentas municipales de los cantones de la provincia después de hechos los precisos gastos à juicio del Gobernador; i

5º. El sobrante de lo que produzcan en cada distrito las partes del resguardo aplicadas à las escuelas parro-quiales después de cubiertos todos los gastos de estas.

Art. 5º. Los directores de las escuelas norma-les, serán de libre nombramiento i remoción de los Gobernadores; pero para que un individuo pueda ser nombrado, debe presentar un examen público en presencia del Gobernador, i ser aprobado por cinco examinadores nombrados por este.

Art. 6º. Luego que en una provincia esté establecida la escuela normal, deberán ser examinados en ella todos los preceptores de las escuelas primarias de la provincia dentro del término de tres meses, que se contará desde el día en que el Gobernador comunique a los jefes políticos, estar abierta la escuela normal.

Art. 7º. El examen de que habla el artículo anterior, se hará en público por el director de la escuela normal i por otras dos personas nombradas al efecto por el respectivo Gobernador. Los empleados en el ramo de

instrucción pública, i los que fueren o hayan sido alum-nos en alguna escuela normal, tienen obligación de hacer estos exámenes cuando para ello fueren nombrados.

Art. 8º. Los preceptores de las escuelas parroquiales que no presenten los exámenes de que hablan los dos artículos anteriores, ó que presentándolos no sean aprobados en ellos, cesaran por el mismo hecho en sus destinos.

Art. 9º. Queda derogado el artículo 5º del plan jeneral de instrucción pública, siendo en adelante los preceptores de las escuelas primarias de libre nombramiento i remo-ción de los Gobernadores; pero ningún individuo podrá ser nombrado preceptor sin haber presentado el examen de que habla el artículo 7º, haber sido aprobado en él, i haber comprobado su buena conducta moral i relijiosa.

Art. 10º. Cuando no se presente ningún individuo apto para servir una escuela vacante, i que alguno se ofrezca à asistir à la escuela normal para adquirir en ella los conocimientos necesarios, podrá disponer el Gober-nador de la provincia, si lo juzga conveniente, que se le pague el sueldo de la escuela que pretende, hasta por tres meses, siempre que presente un fiador abonado para el reintegro de los sueldo en el caso de que no sirva después la escuela debidamente, por un año à lo menos, ó de que concluidos los tres meses, no se halle con la aptitud necesaria para servirla.

Art. 11º. Cuando un individuo no fuere aprobado después de terminados los tres meses, por los cuales se le ha abonado sueldo, podrá el Gobernador, si no lo hallare culpable, concederle un plazo de tres meses mas para que continúe asistiendo à la escuela normal sin abono de sueldo; i si después de este tiempo aun no fuere aprobado en un nuevo examen, se harà efectivo el reintegro de los sueldos que se le pagaron.

Art. 12º. La calificación de los exámenes de que se habla en los siete artículos anteriores se hará de la manera siguiente: cada examinador recibirá cuatro bolas blancas i cuatro negras i dará su voto con cuatro de ellas todas blancas o todas negras, ó combinando las blancas y negras, según los grados de aptitud que a su juicio haya manifestado el examinado. Para que haya aprobación se necesita que las dos terceras partes de las bolas por lo menos, sean blancas.

Art. 13º. Los Gobernadores de las provincias fijarán los sueldos que deben gozar los preceptores de las escue-las parroquiales, previo informe de los cabildos i jefes políticos i sin sujetarse a las bases establecidas en el plan jeneral de instrucción pública.

Art. 14º. Cuando el sueldo asignado al preceptor de alguna escuela no fuere bastante para conseguir uno que tenga la aptitud requerida, i que no sea posible aumentar los fondos ni convenga reunirlos a los otra ú otras escue-las para formar un circuito de educación primaria, se recaudarán i depositarán con la debida seguridad, hasta que haya la cantidad suficiente para aumentar por dos años a lo menos, el sueldo del preceptor, de manera que pueda conseguir el que sea bien servida la escuela.

Art. 15º. En las escuelas parroquiales se admitirán todos los niños que se presenten en ellas sin distinción ninguna. Los padres de familia están obligados a mandar sus hijos a las escuelas, de la manera siguiente: el que tenga en su casa dos ó tres hijos mayores de siete años, mandará por lo menos uno; i el que tenga cuatro ó mas mandará por lo menos dos. Esta obligación no compren-de á los que habiten á mas de media legua de distancia de la escuela, ni a los que para ir a ella tengan que pasar ríos ú otros obstáculos que hagan peligroso el tránsito de los niños.

Art. 16º. El Poder Ejecutivo determinara los libros elementales que deban usarse para la enseñanza en las escuelas primarias, i dictará las disposiciones convenien-tes para que se provean de ellos dichas escuelas.

Dada en Bogotá 18 de junio de 1842.El Presidente del Senado: Alejandro Osorio. …..El Presidente de la Cámara de Representantes:… José María Galavis. ….. El Senador Secretario: ….. José María Saiz. …..El diputado Secretario de la Cámara de Representan-tes: …..Pastor Ospina.

Bogotá 26 de junio de 1842… Ejecútese i publíqueseGeneral Pedro Alcántara Herrán El Secretario del Interior i Relaciones Exteriores:

Mariano Ospina Rodríguez

1 Transcripción realizada por microfilmación, del libro propiedad del Archivo Departamental de Antioquia, titulado: “ESPOSICION QUE HACE EL SECRETARIO DE ESTADO EN EL DESPACHO DE GUERRA Y MARINA, SOBRE LOS NEGOCIOS DE SU DEPARTAMENTO, AL CONGRESO CONSTITUCIONAL DE LA NUEVA GRANADA EN 1842”. Bogotá. IMP. DE J. A. CUALLA. Código: i551 (1842-1843) (En la transcripción se respeta el estilo y la ortografía observada en la fuente. J. R. Sanabria. Medellín. 26 de enero de 2005).

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En otra fuente de documentación (Betancur, 1925), respecto de esta norma legal afirma:

“Durante la presidencia del General Pedro Alcántara Herrán y por iniciativa de su Secretario el Dr. Mariano Ospina Rodríguez, se expidió la Ley 20, del 26 de Junio de 1842, en que se ordena la creación de Escuelas Normales en las capitales de Provincia (…)”.37

En desarrollo de dicha ley, en Medellín se creó el Colegio Santa Teresa38, primer colegio de secundaria para niñas. Sin embargo, el hecho más notable en este período fue la apertura de la “ESCUELA NORMAL DE INSTITUTORES”, el primero de enero de 185139, y se abrió solemnemente bajo la dirección del señor Benito Alejandro Balcázar, de quien se sabe que na-ció en Rionegro en 1818, hijo de don Manuel Antonio Balcázar y doña Nieves Álvarez. En su vocación por el magisterio debió influir poderosamente su padre, quien como institutor, había llegado a Rionegro procedente de Popayán, donde se había desempeñado como ayu-dante del Sabio Caldas y había dirigido por largo tiem-po el colegio de Rionegro; igualmente, había fundado la Escuela Lancasteriana de “La Maestranza”.40

A la Escuela Normal de Varones, le servía de anexa la Escuela Primaria de la ciudad, que contaba en el mo-mento con 250 alumnos, entre los que se encontraban Andrés Posada Arango, Francisco de P. Muñoz, Juan José y Cándido Molina, Celedonio Restrepo y otros.

Nos cuenta el historiador Betancur (1925) que la Escuela Normal, funcionó en el local propio, levantado bajo la dirección del Dr. Jorge Gutiérrez de Lara, por cuenta del Gobierno Provincial, en el sitio que ocupa la Universidad, mediante contrato de edificación pactado con José María Valle Maya y con un costo de 17.200 reales, empleándose en útiles los 10.680 reales res-tantes de lo votado al efecto por la Ordenanza 23 de 1850, pero fue corta la duración del Instituto.

37 BETANCUR, Agapito. La Ciudad. Medellín en el 5º cincuentenario de su fundación. Pasado, Presente y Futuro. Medellín. Tipografía Bedout, 1925, p. 69.38 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA DE ANTIOQUIA. 1990. Op. Cit., p. 20.39 RESTREPO URIBE. 1981. Op. Cit., p. 520.40 BEDOYA CESPEDES, Libardo. Alma Mater del Magisterio Antioqueño. Historia de la Escuela Normal Nacional de Varones de Antioquia. Medellín. Editorial Granamérica, 1970, p. 19.

Sobre los lugares de funcionamiento, Carlos Escobar afirma en escritos: “Al frente de la que fue la Imprenta Departamental, local donde estuvo también, la Escuela Normal de Varones y el Cuartel en la guerra de los Mil Días, o sea, en la de 1900 estaba la Tipografía de Don Félix de Bedout, hoy (1946) reconocido capitalis-ta cuya fortuna fue conseguida después de la citada guerra” (…).41

Las guerras civiles que sacudieron al país a co-mienzos de los años sesenta, detuvieron el avance de la educación en Antioquia; las condiciones que para re-gir la Escuela exigía la Ley de 2 de diciembre de 1857, expedida por la legislatura antioqueña, no daban lugar al funcionamiento de la Escuela.

La guerra civil de 1860 a 1864 lo trastornó todo; se determinó muy pronto la clausura de la Institución, sin haber alcanzado las metas propuestas. Sólo el 10 de diciembre de 1866 vino a reabrirse, durante el gobier-no del doctor Pedro Justo Berrío, quien nombró como Rector de la Normal a don Graciliano Acevedo. Éste, influenciado por el método Pestalozziano, reinició labo-res con el apoyo de los Maestros de Escuela Lino de J. Acevedo, Alfonso Robledo y Clodomiro Escobar, el as-pirante a Maestro Justo Pastor Mejía, y 34 jóvenes más.

En 1870 ya había dos escuelas en esta capital, y de ellas se seleccionaba el personal que debía ir a la Normal para sacar de allí los futuros institutores. Esta escuela normal, aunque duró poco tiempo, elevó la comprensión del valor social del maestro y despertó el deseo del progreso en el ramo educativo. Y vino el gran Pedro Justo Berrío, quien con su visión de esta-dista, abarcó en su conjunto las bases del verdadero progreso de un pueblo; y a la intensa labor del traba-jo para organizar la hacienda pública, abrir caminos y carreteras; levantar edificios e impulsar la Escuela de Artes, etc., aunó el rumor científico de la colmena es-tudiantil, después de haberle puesto una fuente inago-table de cultura a los maestros, en los claustros seve-ros de una verdadera Escuela Normal, que empezó su labor con 17 alumnos.

Según los historiadores, en esta reapertura debería

41 cfr. ESCOBAR G. Carlos. “Lo que debe saber el niño. Medellín hace 60 años”. Editorial Granamérica. Medellín. 1946, p. 60.

ofrecer cursos de actualización para los maestros du-rante épocas de vacaciones, para contribuir al conoci-miento y a las prácticas de los métodos de enseñanza, requisito exigido, en su momento, para poder ser direc-tor de escuela primaria.42

Algunos datos de importancia histórica merecen mención en referencia a la época:

En el año 1870, la Normal fue afectada por uno de los principales intentos de reforma educativa del siglo XIX, durante el gobierno de Eustagio Salgar. Se iniciaba la llamada “Reforma Instruccionista” y a mane-ra de innovación pedagógica significativa, los métodos de enseñanza existentes, (enseñanza mutua lancaste-riana), fueron reemplazados por el de la Pedagogía de Juan Enrique Pestalozzi. En este mismo año, un decre-to elaborado por Dámaso Zapata, que reglamentaba la instrucción pública, dividió las Escuelas Primarias en Elementales y en Superiores y estableció en Bogotá la Escuela Normal Central, “para que vigilara las Escuelas Normales de Provincia, con el propósito de formar maes-tros idóneos”.43

Se adoptó un sistema de educación laica y se es-tableció que el gobierno no intervendría en la instruc-ción religiosa y se limitaría a organizar los horarios, de manera que se facilitara tal instrucción por parte de los párrocos y según la voluntad de los padres de familia.

En 1871 el Gobierno central, poseía la informa-ción adecuada para emprender el proceso de instruc-ción para las clases populares, denominada Instrucción Pública, tal como se puede evidenciar en algunas de las correspondencias enviadas desde Havre, Francia, el 26 de noviembre de 1871, dirigida por el Señor Adriano Páez, al Secretario del Interior y Relaciones Exteriores, y publicada el 27 de enero de 1872 en el periódico ofi-cial. Veamos.

42 ZULUAGA, Olga Lucía. Escuelas y Colegios durante el Siglo XIX. En: Historia de Antioquia. Segunda reimpresión. Medellín. Editorial Presencia, 1991, p. 358.43 FLÓREZ, Rafael y Otros. El saber Pedagógico del Profesor en Medellín. Medellín. Editorial Copiyepes, 1985. p. 3.

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Señor Secretario del Interior i Relaciones Exteriores – Bogotá.

Tengo el gusto de remitir a usted varios cuadros estadísticos i mapas mui curiosos que ha publicado últimamente la sociedad llamada Liga de la Enseñanza i que da una idea exacta del estado actual de la instrucción pública en Francia.

A la vez remito el último Boletín que ha publicado la sección parisiense de dicha sociedad, en cual verá usted un extracto de los estatutos que rigen a ésta, Tal vez sería conveniente que se tradujeran i publicaran esos artículos reglamentarios de la asociación, para ver si al fin se establece una de igual clase en Colombia.

La Liga de la Enseñanza tiene por objeto propagar la Instrucción pública, especialmente en las que se llaman en Francia – poblaciones rurales, estimulando la iniciati-

va individual, fomentando el establecimiento de escue-las, cursos gratuitos i conferencias públicas i favore-ciendo la creación de bibliotecas populares i emplean-do, en fin, todos los medios propios para difundir la instrucción pública. Tan interesante me parece esa sociedad que no he vacilado en excitar a mis compatrio-tas por medio de cartas dirigidas a diarios de Colombia para que establezcan una semejante. Ojalá que se acepte esta idea, cuyos resultados serán preciosos, i que los particulares empiecen a trabajar por su propia cuenta, sin esperarlo todo, como hasta el presente, de los gobiernos, que no siempre pueden realizar milagros.

De las publicaciones de la Liga de la Enseñanza he traducido los adjuntos datos sobre el estado de la Instrucción en Europa. No garantizo la completa exacti-tud de esos datos, que han debido tomarse de buenas fuentes. Siempre será conveniente su publicación. Me reservo, sin embargo, el rectificarlos mas tarde, si hallo grandes diferencias entre ellos i los que consten de los informes i estadísticas oficiales que publiquen los respectivos gobiernos.

Con sentimiento de alta consideración soi del señor Secretario mui respetuoso servidor-

ADRIANO PAËZ

TOMO III Estados Unidos de Colombia NUMERO 56

L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, enero 27 de 1872 SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se

reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

L A E S C U E L A N O R M A L

C O R R E S P O N D E N C I ADe la Dirección general de Instrucción pública

Consulado de los Estados Unidos de Colombia- Sección 1. Enero 17 de 1872 – Havre, noviembre 26 de 1871 – Número 3,654.

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Y así fue como el gobierno central, teniendo como refe-rente el fruto de las consultas de algunos intelectuales del país desde tierras europeas, estructuró un plan, que inició con un convenio con el gobierno alemán, contra-tando un grupo de maestros de ese país, para la direc-ción de algunas instituciones públicas, nombrándose para la Escuela Normal de Medellín al señor Amadeo Weis, en mayo de 187243, y como Subdirector a don Graciliano Acevedo.

Este nombramiento ocasionó mucha oposición por parte de los antioqueños, al igual que en otras partes del país, ya que por el simple hecho de que fueran ale-manes, algunos sacerdotes creían que todos los ale-manes eran ateos. Dichas apreciaciones y conceptos respondían sólo al temor de algunos sacerdotes, que al ver que si las instituciones públicas quedaban bajo

43 BETANCUR. Op. Cit., p. 69.

la dirección de estos alemanes, los ciudadanos perde-rían la fe y el posterior alejamiento de la religión cató-lica, tal como se puede evidenciar en diferentes ma-nuscritos, pero esto no era el concepto general de la Iglesia, ya que se evidencia un acuerdo con el Arzobispo de Bogotá, en la cual quedaba claro que la enseñan-za de la religión estaría a cargo de los padres de fami-lia y de los respectivos párrocos en donde se encon-traba la institución.

A continuación se hace transcripción del informe que presenta el director de Instrucción Pública, en el que expresa que el señor Amadeo Weis es católico, y del acuerdo que se había realizado entre gobierno cen-tral y los jerarcas de la Iglesia, en lo que respecta a la responsabilidad de los padres de familia y de los pá-rrocos en la instrucción religiosa.

Entre los 28 jóvenes estudiantes matriculados ese año, figuran: Nicolás Mendoza, Nolasco Betancur, Alejandro Vásquez U., Ángel María Díaz Lemos, Hermenegildo Botero, Félix A. Vélez y José María Echeverri.

Posteriormente, se observa en los manuscritos, publicados en el periódico oficial de instrucción públi-ca, que el profesor alemán Amadeo Weis, continúa su trabajo durante 1872, y presenta el 11 de diciembre de 1872 el siguiente informe a la Dirección, aparecien-do a continuación la evidencia de haber asistido a los actos de presentación de los exámenes en la Escuela Normal Nacional establecida en Medellín, por parte del señor ABRAHAM GARCÍA.

“Algo mas de un mes hace que la Escuela Normal que dirije en esta ciudad el profesor alemán señor Amadeo Weis, se halla en ejercicio con un personal que toma creces cada día. El profesor implementará dentro de poco el excelente sistema de enseñanza de Pestalozzi, que, difundido en el Estado, dará incalculables resultados para el progreso de la instrucción.

No falta quien se asuste aquí con el nombre de un profesor alemán, creyendo erróneamente que enseñará la relijión protestante a los hijos del pueblo, pero esos temores desaparecerán desde que se sepa que el señor Weis es un católico como nosotros. Con esa recomenda-ción llegó, sin que hasta ahora la haya desmentido.

TOMO III Estados Unidos de Colombia NUMERO 82

L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, julio 27 de 1872 SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se

reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

Estamos seguros, por otra parte, de que el gobierno no permitirá en la Escuela la enseñanza de otra relijion que no fuera la católica, apostólica, romana; por consiguiente ningún temor tendría fundamento a este respecto, i menos conociendo el carácter i la bondad natural del señor Weis.

Para dar la enseñanza católica el gobierno ha dispues-to lo conveniente, i seria necesario desconfiar de él para creer que no marchará bien este punto interesante de la instrucción.

Nos complace mucho, pues, ver la Escuela Normal, en un pie brillante, i para el profesor pedimos el concurso de los esfuerzos de los antioqueños.

(De “El Heraldo” de 28 de junio de 1872.)

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Señor Director de Instrucción Pública Nacional- Bogotá.

Me es satisfactorio trascribirle a usted el informe que, con fecha de ayer, presentó a la Dirección de este Estado, el señor Director de la Escuela Normal nacional, establecida en esta ciudad, acerca del resultado de los exámenes que sostuvieron los alumnos maestros de este establecimiento, el día 11 del presente mes. Dice así:

“Por orden del señor Secretario de Gobierno paso a informaros sobre los exámenes que en la tarde i noche del día 11 del corriente, presentaron los alumnos maes-tros, para terminar sus tareas de este primer semestre.

“Conforme a la invitación anteriormente, dichos actos principiaron a las cuatro de la tarde con un himno relijioso, cantado por todos los alumnos, i un discurso pronunciado por el alumno Vásquez, i terminaron como a las nueve de la noche con una canción patriótica, una poesía por el alumno Milán, i un discurso en prosa por el alumno Franco.“Para dicho examen resolví, de acuerdo con el Subdi-rector, que debíamos emplear un medio que consultase la mayor economía de tiempo, sin perjuicio de la expo-sición de todas las materias que se han cursado en la Escuela. En efecto, pues, por medio de boletas, que se

sacaban a la suerte, los alumnos contestaban a su conte-nido, obteniéndose de este modo, con ventaja, hacer discurrir a los alumnos por sí mismos, i acostumbrarlos a deliberar en público.“La concurrencia, como el señor Secretario tuvo ocasión de ver, fue numerosa, i compuesta de lo más selecto de esta culta i adelantada sociedad. Por lo tanto, los alumnos como los directores, estamos agradecidos; i aprovecho esta ocasión para dar, en nombre de la Escuela, las mas cumplidas gracias al público que nos honró con su asistencia.

“El 12 por la mañana después de un nuevo canto por todos los alumnos, i una oración mística al Sér Supre-mo, los directores distribuimos a los alumnos los respectivos certificados sobre su conducta, aplicación, asistencia, durante su permanencia en la Escuela.

“Todos los alumnos están ya, pues, en sus vacaciones i esperando contentos la apertura de la Escuela nueva-mente, el 2 de enero del próximo año…. Amadeo Weis”.

Tuve el gusto de asistir a esos actos i aun se me hizo el honor de encargarme de presidirlos, por lo que puedo informar a usted que me dejaron plenamente satisfecho; pues, atendido al corto tiempo que está organizada esa Escuela, es sorprendente el adelantamiento de los alum-nos maestros, del cual dieron pruebas irrecusables en el certamen, discurriendo, con desembarazo i como quien está suficientemente instruido en la materia, sobre los diversos temas que les correspondieron en los ramos que han cursado.El auditorio, como mui bien lo observa el señor Direc-tor de la Escuela, fue numeroso i se componía de lo más selecto de nuestra sociedad. Entre otros el señor Rector

de la Universidad varios caballeros respetables, dieron muestras de estar plenamente complacidos con el brillan-te éxito de esos certámenes.

Al dar a usted una noticia tan plausible que no dudo llenará de satisfacción al ciudadano Presidente de la República, i a todos los que, como usted, manifestaron un verdadero interés por el progreso de la Instrucción Pública, me es grato agregar que si, como lo espera el gobierno de que soi órgano, se aprueban las medidas propuestas por el señor Director de aquella Escuela, para el establecimiento de la anexa, de que dí cuenta a usted en nota por separado, i se destinan los fondos necesarios para llevar a efecto esa medida, dentro de poco la Escue-la Normal Nacional establecida en Medellín, habrá producido óptimos frutos, i estará a la altura del mejor de los establecimientos de esta especie, organizados en el país.

Soi de usted mui atento i seguro servidor

ABRAHAM GARCÍA.

TOMO III Estados Unidos de Colombia NUMERO 101

L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, diciembre 7 de 1872 SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se

reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

C O R R E S P O N D E N C I A

Estados Unidos de Colombia- Estado soberano de Antioquia- Secretaria de Estado en el despacho de Gobierno- Sección de Instrucción pública- Número 165- Medellín, 14 de noviembre de 1872.

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El compromiso económico, adquirido por parte del Gobierno central, a favor de la instrucción pública, du-rante la vigencia 1871 a 1872, en lo que respecta a salarios fue:

Finalizado el año lectivo en 1872, el gobierno central encargó al Cónsul colombiano en Berlín, para que con-tratase nueve profesores para las escuelas normales, según aparece escrito en el periódico oficial de instruc-ción pública, de enero 18 de 1873, asignando al señor Gotthold para el Estado de Antioquia.

A su vez, se realizó un pedido en octubre de 1872, por un valor total de 13,810-00 de pesos prusianos, para la compra de materiales para la enseñanza, según la nota enviada por el Cónsul colombiano en Berlín, Eustaquio Santamaría, el 5 de febrero de 1873, con-sistente en un Magazín de instrumentos de física, ad-quiridos al comerciante de objetos de física y de las artes FRIEDRICHS STROP NÜMERO 206, 9 pianos y colecciones de mapas, a la empresa RECHNUNG, enseres y instrumentos para trabajar y enseñar mate-máticas, a la empresa RECHNUNG, colecciones de cuadros de historia natural, animal, mineral, vegetal y cuadernos de dibujo a G. BORMANN, globos de re-lieve, planetarios, colecciones de esqueletos, cajas de minerales, a SCHOTTE & COMPAÑÍA.

“Además de los pedidos de material para la ense-ñanza a Alemania, se realizó un pedido a la Casa de Hachette i Compañía de Paris, de útiles escolares para las escuelas primarias, cuyo importe se calcu-ló en $7,000, fuera de los descuentos que debie-se hacer la casa, i remitiéndoles, por conducto del señor M. Vengoechea, la mitad de dicha suma…”

“Se asigna un dinero para adaptación y pu-blicación de libros, desde la dirección jeneral de Instrucción pública, que sirvan para la enseñan-za en los establecimientos de Instrucción pública primaria. En tal virtud “La Escuela Normal,” perió-dico creado por el artículo 10 del Decreto orgá-nico, i del cual están publicados hasta hoi 104 números semanales, contiene fuera de los infor-mes de los ajentes públicos sobre el ramo de la enseñanza, muchos datos interesantes, explica-ción de métodos i traducción de obras importan-tes sobre educación popular”.

Pag. 15 número 106, Periódico oficial de Instrucción Pública. Bogotá, enero 18 de 1873.

A su vez, se nombró como director de la Escuela Normal al señor alemán Gotthold Weis, para el período fiscal de 1873 a 1874, con una asignación de 1,200-00.

Sin embargo, ante la inquietud de algunos sa-cerdotes, el Gobierno de Antioquia no quiso coadyu-var al Plan del Poder Ejecutivo Federal, denominado El Decreto Orgánico de instrucción pública. Y así fue como en ese mismo año -1872- ante tal situación, el gobierno antioqueño, dirigido entonces por el Dr. Pedro Justo Berrío,44 le prestó mucho interés a la organiza-ción de la Escuela Normal de Institutores y mediante el Artículo 5 de la Ley Antioqueña Nº. 128 de 1871, se solicitaron de Alemania dos profesores competentes, pero que fuesen católicos. Fue entonces cuando llega-ron a Medellín, en 1873, contratados por seis años, y por mediación de don Eustaquio Santamaría,45 Cónsul de Colombia en Berlín, los profesores alemanes católi-cos que debían regir la Normal Antioqueña de Varones; ellos eran Christian Siegert y Gustavo Bothe, ganando el primero $1.200 al año; y el último, $800.

Siegert, al asumir el cargo tenía 31 años, era oriun-do de la Provincia de Brandemburg, y había estudiado en los gimnasios de Berlín, Rostok y en la Universidad de Jena. Había sido profesor en varias casas nobles y en gimnasios alemanes, también había luchado con brío en la guerra franco-prusiana, y hablaba el alemán, el in-glés, el francés, el italiano, el latín, el griego y el hebreo. Aquí fue profesor de idiomas en el Colegio de Martínez & Herrán, en 1877 y 1888, y contrajo matrimonio en 1873 con doña Elisa Callejas, notable dama medellinense.

Bothe, cuando vino a Medellín tenía 28 años, era oriundo de Breslau, en la Silesia Prusiana, había estu-diado en el Seminario Católico de Maestros de su ciu-dad natal, cuya escuela dirigió y fue profesor de los hi-jos del citado cónsul Santamaría.El profesor Santamaría,46 nombró como profesor de religión a don Graciliano Acevedo, quien había sido di-rector anteriormente, y quien con ayuda de los profe-sores de religión antes mencionados, puso en práctica

44 Estas ejecutorías corresponden a la Segunda Administración del Doctor Berrío, ejercida entre 1871 y 1873. J.R.S.45 En otras fuentes se refieren a este personaje con el nombre de Eustasio. Ver RESTREPO URIBE. 1981, Op. Cit., p. 520.46 RESTREPO URIBE. 1981, Op. Cit., p. 520.

E S TA D O D E A N T I O Q U I A

Sueldo del director de la Escuela Normal i preparación del local para dicha Escuela $1,500-00

Sueldo del Subdirector de la Escuela Normal en dos meses, a $80.160-00

Arrendamiento del local en igual tiempo $80-00

Mantenimiento de doce alumnos en dos meses a $10 cada uno 240-00

Para útiles, mobiliario 150-00

En los demás gastos necesarios para plantear la Escuela 40-00

Total 2,170-00

En el número de alumnos i la cantidad para gastos que figuran en este cuadro, están incluidos los que pertenecen a la instrucción secun-daria, porque así aparecen en la Memoria del señor Secretario de gobierno, presentada a la Asamblea lejislativa del Estado en 1871, de la que retomaron tales datos.

El Gobierno general ha delegado al del Estado la cantidad de 4,560 para gastos de Instrucción primaria en la vijencia económica de 1872 a 1877. Dicha cantidad debe invertirse en pago del sueldo del Director i Vicedirector de Escuela de la Escuela Normal de Mede-llín, manutención de doce alumnos, arrendamiento del local para la misma escuela, i sueldo del Director i Subdirector de la Escuela Superior de varones de Rionegro.

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nuevos métodos de enseñanza, al reabrir sus aulas a comienzos de 1873.

Los estudiantes normalistas debían desarrollar sus prácticas enseñando en la escuela de primeras letras, (posteriormente, llamada Escuela Anexa), con los mé-todos de Pestalozzi, Wilson y Calkins.47

El plantel poseía 35 alumnos, de los cuales 12 go-zaban de beca costeada por el Gobierno nacional y la dotación de un número considerable y variado de úti-les propios para la enseñanza, facilitados también por parte del Gobierno central.

Por no haber aceptado el Gobierno de Antioquia que se trabajara con el señor Weiss, el Gobierno cen-tral lo trasladó a la ciudad de Rionegro, mediante una resolución firmada en el mes de septiembre de 1872 por Jil Columje, secretario del Interior y Relaciones Exteriores de la República, basado en el informe del

señor Weis, en el que manifestaba el bajo respaldo del Gobierno antioqueño; motivo por el cual se dio el de-creto 104 del 9 de marzo de 1876, mediante el cual se trasladaban los estudiantes de Medellín para la Escuela Superior de Varones de la nación en la vecina población de Rionegro. Sin embargo la cantidad de estudiantes que se trasladaron fueron pocos, ya que el gobierno de Antioquia creó su propia Normal en Medellín, y la sede Rionegro dio acogida a los alumnos de esta localidad.

A continuación realizamos una transcripción de la ley del 2 de julio de 1870, mediante la cual, el poder ejecutivo nacional, expidió el decreto del primero del mismo año, denominado Decreto

Orgánico de la Instrucción Pública Primaria, me-diante el cual el gobierno federal organizó, dirigió e ins-peccionó la instrucción pública primaria en los territo-rios nacionales.

47 Ibíd., p. 360.

“Los estudiantes normalistas debían desarrollar sus prácticas enseñando en la escuela de primeras letras”

I N F O R M EDel Director general de Instrucción pública.

Estados Unidos de Colombia-Dirección Jeneral de Instrucción pública- Bogotá, 31 de diciembre de 1872.

Señor Secretario de lo Interior i relaciones Exteriores.

El Decreto orgánico

En virtud de la autorización conferida al Poder Ejecutivo nacional por la lei de 2 de julio de 1870, éste expidió el decreto de 1.º de noviembre del mismo año, orgánico de la instrucción pública primaria, cuyo primer artículo dice: “El Gobierno federal organiza, dirije e inspecciona la instrucción pública primaria de los Territorios nacionales i en aquellos Estados que, con el fin de realizar el objeto previsto por el artículo 13 de la lei de 30 de mayo de 1868, sobre instrucción pública, acepten las disposiciones de este decreto”.

Lo dispuesto por el citado artículo 13 de la lei de 1868, es que el Gobierno nacional promueva con los gobiernos de los Estados los arreglos conducentes a reducir a un sistema uniforme la instrucción pública de toda la nación.

En solicitud de esa uniformidad ordenada por la lei, el Poder ejecutivo trazó el plan jeneral que su decreto contiene, para que solo tuviese efecto en cada Estado en cuanto a los establecimientos nacionales, si no era aceptado; i para que, si lo era, sirviese de punto de comparación en las observaciones que estimaran justa los gobiernos seccionales, i en el examen de los princi-pios a que se invitaba la opinión ilustrada.

Así lo expresó, en su circular de 4 de enero del año próximo pasado, el Secretario de lo Interior, i los Jefes de los Estados contestaron que someterían la propuesta del Poder Ejecutivo a las respectivas Asambleas.

La de Bogotá aceptó el decreto, en 28 de junio siguiente, con estas limitaciones: primera, que el Estado se reservaba el decreto de lejislar sobre el ramo toda vez que el Ejecutivo nacional dejase de cumplir el decreto; segunda, que los sueldos de los empleados del ramo a cargo del Estado, se fijasen de acuerdo entre el Presi-dente del Estado i el Director Jeneral; tercera, que el número de escuelas primarias i las materias de enseñan-za en ellas, se fijaran de acuerdo entre los mismos funcionarios, no debiéndose en ningún caso disminuir el número de escuelas a la sazon existente; i cuarta, que los directores de las escuelas no pudieran ser removidos sino por el Presidente del Estado i a solicitud de los miembros del Consejo de instrucción del respectivo Departamento.

El Poder Ejecutivo nacional aceptó estas modificacio-nes el 4 de agosto siguiente.La asamblea del Magdalena no señaló al Decreto nacio-nal otras limitaciones que las puestas por la de Boyacá; pero advirtió expresamente que el único apremio para hacer obligatoria la asistencia a las escuelas, sería el del artículo 93, a saber: que si los padres, guardadores o maestros descuidaban o rehusaban enviar puntualmente los niños que tuvieran a su cargo, la Comisión de vijilan-cia local, i en su lugar cualquier funcionario público que ejerciera autoridad o jurisdicción, a cuyo conocimiento llegase la falta, harían citar i comparecer ante sí a los padres, guardadores o maestros remisos, les demostra-

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L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, enero 18 de 1873SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se

reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

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En el año de 1873, cada estado presentó un informe de los avances de la instrucción pública en la Nación, resaltándose la labor de los docentes, y el cambio en los padres de familia.

En el informe también se resaltó la virtud del Estado de Antioquia de asumir la administración de la instruc-ción pública y aprovechando el Decreto orgánico se contrataron en Alemania dos maestros instruidos y ca-tólicos, los señores Cristian Siegert y Bothe, para diri-gir dos nuevas escuelas, una Normal y otra Modelo, a la que más tarde se unieron dos escuelas primarias de Medellín. Se expresaba en el mismo informe, que se es-taban educando 18 jóvenes para institutores.

Veamos el texto del informe:

TOMO V Estados Unidos de Colombia NUMERO 158

L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, enero 18 de 1874SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se

reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

I N F O R M E D E L D I R E C T O R J E N E R A L

D E I N S T R U C I O N P U B L I C A

Estados Unidos de Colombia-Dirección jeneral de instrucción pública Bogotá, diciembre 31 de 1873

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Posteriormente, el 17 de enero de 1874, el Gobierno central al reconocer que el Gobierno del Estado de Antioquia, no aceptó el Decreto Nacional Orgánico de la Instrucción Pública Primaria, el cual no era forzoso, según su artículo 130 y la capacidad de seguir sosteniendo la Escuela Normal que había crea-do, expresó en el periódico oficial de instrucción pú-blica número 159, lo siguiente.

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I N F O R M EDel director jeneral de instrucion pública.

OBSERVACIONES JENERALES

Sólo del Estado de Panamá no han llegado a esta Direc-ción datos oficiales ni extra-oficiales que den idea de la marcha que en él haya tenido la instrucción pública. De vez en cuando se recibe una nota del Señor Osvaldo Wirsing, Director de la Escuela Normal, que atestigua el poco o ningún interés que el Director de Instrucción Pública de aquel Estado, toma en el desempeño de sus deberes.

En días pasados hube de dirijirle al expresado señor Director una excitación para que atienda a los reclamos e indicaciones del Director de la Escuela Normal, i para que cumpla estrictamente con las obligaciones del decre-to orgánico de 1° de noviembre de 1870.

En el Estado de Antioquia, por razones que el poder ejecutivo juzgo bastantes para tomar esa medida, se suprimió la Escuela Normal i al efecto se dictó la siguiente resolución.

“En atención a las dificultades que impiden que la Escuela Normal nacional establecida en Medellín prospere correspondientemente a los gastos de su funda-ción i mantenimiento, dificultades que consisten princi-palmente en la falta de intelijencia entre el Gobierno del Estado i el Director de la Escuela, i

CONSIDERANDO:

1° Que el Gobierno del Estado de Antioquia ha creado i puede sostener un establecimiento de la misma clase, lo que hace que no sea indispensable la conservación allí de la Escuela Normal Nacional.2° Que, como Antioquia no ha aceptado el decreto nacio-nal orgánico de la Instrucción pública primaria, no es forzoso según su artículo 130, el mantenimiento de una Escuela Normal nacional en la capital de ese Estado;3° Que no consulta el espíritu de la lei del 30 de mayo de 1868, en cuya ejecución ha sido dictado el mencionado Decreto, el encargar al Gobierno del Estado la dirección absoluta del citado establecimiento nacional, pues el fin de aquella lei es, según ella misma lo expresa “Reducir la instrucción pública primaria a un sistema uniforme en toda la nación” ; i4° Que la diferencia compatible con el espíritu de la lei, que hasta ahora ha tenido el gobierno nacional con el de Antioquia en lo relativo a la misma Escuela, no ha sido bastante, como el último lo reconoce, para evitar las dificultades expresadas,

RESUELVE

1° Suprimir la Escuela Normal nacional establecida en Antioquia;2° Autorizar a la Escuela Superior nacional de Rionegro, para que admita a los alumnos maestros de la Escuela suprimida, a fin de que en ella terminen el curso normal, para lo cual se aumentarán, si fuere necesario, los profe-sores de la misma Escuela Superior ; i3° Aprovechar en otro lugar, según se le avisará oportu-namente, los servicios que conforme a su contrato debe prestar al Gobierno, en el ramo de la instrucción pública, el señor Amadeo Weis,”

Este señor Weis ha sido llamado a la escuela primaria anexa a la Normal de Cundinamarca.

Mas tarde por motivos, que el Gobierno general no pudo obviar, se suprimió también la Escuela del Tolima, establecida en la ciudad de Ibagué; i el director de ella, señor Gustavo Radlach, ha pasado al Cauca a hacerse cargo de la Escuela superior de Cali.

……………………….Continúa ….….….….….

TOMO III Estados Unidos de Colombia NUMERO 159

L A E S C U E L A N O R M A LP E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A .

Bogotá, enero 17 de 1874 SE PÚBLICA LOS SÁBADOS

Se distribuye gratís a todas las escuelas pública primarias de la República la serie de 26 números de a 8 pájinas cada uno, vale $0,75

AJENCIA CENTRAL La dirección jeneral de Instrucción pública se reciben suscripciones en todas las oficinas de correos de la Unión. El pago de hacerse anticipadamente.

L A E S C U E L A N O R M A L

P E R I Ó D I C O O F I C I A L D E I N S T R U C C I Ó N P Ú B L I C A

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Se observa en el informe que envía el Estado de Antioquia, y registrado en el periódico oficial de ins-trucción del 24 de enero de 1874, el interés de asumir la instrucción pública en su región, incluyendo la ins-trucción moral y religiosa.

Para el primero de noviembre de 1874 (el 19 de Noviembre, según Betancur, 1925)48 la Normal, bajo la dirección de Christian Siegert y Gustavo Bothe, entre-gó los primeros diplomas. Se graduaron nueve maes-tros. Ellos fueron:

Alejandro Vásquez, para Manizales.José Antonio Villegas, para Sonsón.Angel María Díaz Lemos, para Santa Rosa.Félix A. Vélez, para Aranzazu.Francisco Antonio Peláez, para Santa Bárbara.Rafael M. Hernández, para Campamento.Elías Upegui E., para Támesis.Rafael Upegui, para Filadelfia yJuan José de los Ríos, para Valparaíso.

48 Cfr. BETANCUR, 1925, p. 70.

Rector Christian Siegert, 1873.

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Para el año de 1875, los Estados de Cundinamarca, Santander, Boyacá y Cauca, habían asumido la respon-sabilidad de sus Escuelas Normales, como Antioquia, que había hecho lo mismo desde 1873. Sin embargo, el Gobierno central realizó una buena dotación de libros de lectura, mapas de la unión, mapas mudos, gramática, patrones del sistema métrico y atlas, entre otros, pero continuaban sin un local propio ni para la Escuela Normal ni para la Escuela Anexa, pagándose por arrendamien-to 480 pesos al año. Se realizó una buena fundamen-tación teórica para mejorar la propuesta de Pestalozzi, quien había elevado la pedagogía a la categoría de cien-cia natural y, lógicamente formada.

El 27 de marzo de 1875, el Gobierno central pu-blicó en el periódico oficial de instrucción pública, el re-glamento para las Escuelas Normales nacionales de va-rones, reglamento que contemplaba en su capítulo I: La organización de las Escuelas, los deberes del Director y del subdirector. En su capítulo II: las tres clases de Enseñanza de las Escuelas Normales: Enseñanza pri-maria, Enseñanza técnica y Enseñanza metódica, com-prendiendo esta última la teoría y la práctica de ense-ñar a los niños los conocimientos elementales del saber humano, según el sistema de Pestalozzi perfecciona-do; y así mismo, las funciones de los catedráticos. En su capítulo III, describía los alumnos maestros pensio-nados, los supernumerarios desde sus características, como sus deberes. En el capítulo IV, detallaba la asis-tencia. En el capítulo V, la distribución del tiempo: En el capítulo VI, la enseñanza militar. En el capítulo VII, las matrículas. El capítulo VIII, las sabatinas y conferencias generales. En el capítulo IX, los exámenes anuales. En su capítulo X, las formalidades para la concesión de di-plomas de maestro. Capítulo XI, los premios. Capítulo XII, penas y castigos. En su capítulo XIII, la biblioteca. Y en su capítulo XIV, los exámenes de los candidatos para la Escuela Normal.

El 20 de noviembre de 1875 recibieron el grado de maestros, en la Escuela Normal: Joaquín Antonio Uribe, Federico Escobar Isaza, Jesús María Giraldo Duque, Dionisio Hernández, Bonifacio Vélez, Rubén Puerta y Luis Antonio Vélez Uribe.

En 1876, el gobierno de la Unión auxiliar dispuso de $5.000°°, que se gastaban en el sostenimiento de cada una de las normales, y les envió textos y útiles.

Esta fue la primera edad de oro de la educación antioqueña, de progresos considerables, debido tanto al celo y a la competencia de los directores, como a la decisión con que el gobierno la favorecía.

Pero la guerra civil devastaba al país y, por su cau-sa, las normales de Antioquia se cerraron. Después de la revolución de 1876, fueron organizadas de nuevo las Escuelas Normales, establecidas en Medellín, en virtud del decreto expedido por el jefe civil y militar, siempre a cargo de los pedagogos alemanes.

A causa de calamidad doméstica, regresó el maes-tro Bothe a su patria en 1877 y fue reemplazado por don Rodolfo Cano. El 27 de julio se terminó el contra-to con el señor Siegert y fue nombrado para reempla-zarlo don Joaquín Márquez.

En este año se graduaron: Alejo Gómez, Luis Gómez, Carlos Villa y Félix A. Calle.

En 1878 se evidenciaron las dificultades con res-pecto al suministro de aparatos para la iluminación, ta-les como lámparas de petróleo.

El 25 de enero de 1879, profesores y alumnos to-maron armas en defensa del Gobierno contra la revo-lución que fue prontamente sofocada, y sólo en abril se reanudaron las tareas, graduándose Urbano Ruiz, maestro luego de Salamina, e igualmente en 1881, se graduaron Alejo M. Pimienta y Justiniano Montoya.

Durante el año de 1883, la Escuela Normal estu-vo funcionando en la cercana población de Rionegro, con Francisco Saénz M. como director. Allí se gradua-ron 15 alumnos maestros en escuela superior y uno en escuela elemental, destacándose posteriormente como gran educador, el maestro Pascual Bravo.

El texto de pedagogía que se implementó fue el de James Currier, publicado en los tomos VI y VII de las Escuelas Normales.

Durante el año de 1884, se observaba que la ma-yoría de los estudiantes eran de la misma población de Rionegro, y al director Francisco Sáenz le tocaba dic-tar aritmética, escritura, cosmografía, geografía, física Texto mediante el cual el Gobierno central au-

toriza la compra de un armonio para celebrar las festividades del centenario del Libertador.

y calistenia; y al subdirector, pedagogía práctica y teó-rica, dibujo y lectura. Al profesor Carlos Rodas, geogra-fía política, y a Carlos Correa, música.

Ese año se graduaron los siguientes alumnos maes-tros: Eleázar Naranjo, Juan de Dios Ceballos, Antonio María Guerra, Manuel J. Jaramillo, Ricardo Peláez, José Vicente Villa, Alejandro Mesa, Jesús María Guingue, Juan de la C. Robledo y Juan Bautista Cárdenas.

El director Francisco Saénz no finalizó el año lec-tivo, porque en septiembre fue nombrado el señor Rodrigo Hernández.

El Decreto 595, publicado el 9 de octubre de 1886, centralizó el manejo de la educación, dividió cada departamento en provincias y distritos para una mejor supervisión de la instrucción pública, reorgani-zó las Escuelas Normales y la Educación Primaria. Sin embargo, el estatus de la Normal se redefinió en virtud de la Reforma de 1892, que le asignaba el carácter de Establecimiento de Educación Secundaria y la función específica de preparar profesores, no sólo para el nivel primario sino para el secundario.

En el año de 1887 fue reabierta la Escuela Normal, bajo la rectoría de uno de sus hijos, Ángel María Díaz Lemos, eminente egresado de 1874, quien estuvo has-ta el año de 1897. Era conocido ya en los claustros de la Escuela como autor de una geografía de Colombia y le tocó redactar su reglamento interno. Fue un rec-tor que demostró en sus manuscritos un alto nivel de redacción y una caligrafía digna de ser imitada por los más perfectos calígrafos de la época, además de evi-denciar organización y adecuado seguimiento a los pro-cesos descritos como: las sabatinas quincenales, que correspondían a un examen general de todas las ma-terias, que los alumnos maestros de la Escuela Normal iban cursando, con presencia del Inspector General de Instrucción Pública, el Subdirector y director de la Escuela Normal. En dicho examen se escogían dos asig-naturas determinadas por el señor inspector y corres-pondía al artículo 32 del reglamento para las escuelas normales, de cuyo currículo incluía: lectura y geografía, legislación de instrucción pública, aritmética, ortografía, contabilidad, agricultura, gimnasia, religión, educación

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física y pedagogía. Dichas verificaciones se finaliza-ban en noviembre con un acto solemne, donde par-ticipaban los alumnos maestros de las dos escuelas normales, los de varones y las alumnas maestras de la Normal de Señoritas, con la presencia además del se-ñor Gobernador, el Inspector, el Subdirector y directo-res de las Escuelas Normales. Este proceso generaba seguimiento y mejoramiento continuo, y finalizaba con los exámenes de grados a los cuales eran sometidos los alumnos maestros en acto solemne.

En 1889 se graduaron: Sacramento Ceballos, Víctor Orozco, Faustino López, Luciano Estrada, Carlos Marulanda, Ramón Jesús Cardona, Carlos Vieira y Heliodoro Martínez.

Se realizó un registro detallado de la conducta de los alumnos maestros, día a día, desde 1883 hasta 1889.

Cabe anotar que, Sacramento Ceballos obtuvo el Primer Premio Honorífico en un concurso pedagógi-co, organizado para estimular las labores educativas.

Durante el año de 1890, la Escuela Normal regre-só a la ciudad de Medellín, en dos espacios contiguos a la iglesia de San Juan de Dios, según se evidencia en un diario de campo día a día. El promedio de estudian-tes era de 53, con clases de lunes a sábado, y el día domingo se llevaba a la comunidad a misa a la iglesia de la Veracruz y a la de San Juan de Dios.

En la secretaría de la Normal se encuentran los registros de las clases que se dictaban cada día, las conferencias en las horas de la tarde y el nivel de las clases que dictaban los alumnos maestros en la pri-maria, y el detalle de las clases modelos en las dife-rentes áreas a cargo del Director y del Subdirector. El 20 de noviembre de ese año se graduaron siete alum-nos maestros.

Al igual, durante los años de 1891 y 1892, el proceso fue similar a los años anteriores: se leían se-guimientos disciplinarios, estímulos para los mejores alumnos, control o seguimiento de las becas y la visi-ta mensual del Director de Instrucción Pública, Pedro Restrepo. Se hacía una reunión general, un acto cívico y una conferencia, y la observación de la clase de los alumnos maestros y sus exámenes generales, y se fina-lizaba con un acta de distribución de premios, dentro

Texto mediante el cual el Gobierno central autoriza la compra de un armonio para celebrar las festividades del centenario del Libertador.

Rector Ángel María Díaz Lemos, 1887-1897.

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de los cuales se destaca el que otorgaba la Diócesis de Medellín para el alumno que sobresalía por su con-ducta moral y religiosa.Como también se recibían clases de calistenia y ejerci-cios militares, se recibía dotación para tal fin como se puede observar en el siguiente documento.El Señor Rector recibe de la Gendarmería, del Guarda Parque, militar encargado de la custodia y administra-ción del material logístico y de guerra, esos elementos para la instrucción militar de los maestros en formación. Se trata de implementos de guerra para la instrucción militar o Calistenia que debían recibir estos jóvenes, como un material didáctico para la enseñanza.

Antioquia se adaptó a las nuevas normas mediante un reglamento de educación primaria, divulgado en julio de 1893. En este reglamento se precisaban las materias que debían enseñarse, siguiendo el método reformado de Pestalozzi, y además se determinaba un cambio im-portante en las escuelas normales. Este tipo de reformas están inscritas dentro del “Plan Zerda”49, que operó entre 1892 y 1902, siendo presidente Miguel Antonio Caro.

En 1893 se estableció la clase de gimnasia, bajo la dirección de Juan Tuzet.

En 1894 había en Antioquia 42 colegios secunda-rios, en los que estudiaban 1.385 varones y 665 mujeres.

En 1895 se generaron altibajos en el normal fun-cionamiento de la Escuela Normal, a causa de la guerra declarada ese año contra el gobierno del doctor Rafael Núñez, lo cual generó una nueva interrupción, pero el plantel fue restablecido al año siguiente.

En 1896 ingresó a la Normal Miguel Ángel Osorio, quien había decidido trasladarse a Medellín, ya que el ambiente provinciano de Santa Rosa de Osos, donde había nacido el 29 de julio de 1883, empezaba a tornar-se monótono. Una vez en la ciudad, se instaló en la casa de sus tíos. Por el año de 1897 Porfirio Barba Jacob escribía sus primeros versos, pero dominado siempre por la inconstancia, la rebeldía y la inconformidad, retor-nó a Angostura. Sin embargo, en 1905, con su escasa formación pedagógica, falta de vocación y paciencia, se desempeñó en la calidad de maestro de escuela.

49 En memoria de su autor Liborio Zerda. Ley 89 del 13 de Diciembre de 1892 y Decreto reglamentario Nº 349 del 31 de Diciembre del mismo año. (Ver Itinerario de la Instrucción Pública en Antioquia, p. 36).

En ese año se graduaron diez estudiantes el 18 de noviembre.

A pesar de que en el año de 1899, la institución es-taba funcionando normalmente, fue cerrada, como una de las consecuencias de la cruel y asoladora guerra de los Tres años, cuando era rector Jesús María Alejandro Duque. Fueron entregados a la escuela Normal 600 fu-siles para que los alumnos fueran a defender la patria, al servicio del gobierno conservador.

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CRONOLOGÍA

SIGLO

XX CAPÍ

TULO

II

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Después de firmada la paz, apareció la Ley 39 de 1903 orientada por el antioqueño José María Uribe, que reestructuraba todo el aparato edu-

cativo desde la primaria hasta la universidad; ampliaba la creación de escuelas normales de varones costea-das por la Nación, en las capitales de los departamen-tos que aún no tenían Normal37, y en 1904 las puer-tas de la Normal antioqueña volvieron a abrirse a las juventudes ansiosas de prepararse para la apostólica tarea docente. Fue su rector don Alejandro Pimienta, quien bajo el sistema de la disciplina y el estudio, for-mó generaciones de maestros que fueron lustre de menester didáctico.

Por Decreto Reglamentario 491 de 1904, se hizo obligatorio el título de maestro para ejercer el magisterio y se crearon las escuelas anexas en cada Normal, con el fin de facilitar las prácticas docentes de los alumnos maestros. Entre 1900 y 1914, el funcionamiento de las escuelas era completamente irregular, lo que produjo que en dicho período no se graduara ningún maestro.38

Por ley del 1º de abril de 1905, se dispuso que la Nación solamente auspiciaría una normal en Bogotá, mientras que las de provincia serían costeadas por los respectivos departamentos. No obstante, en marzo se revocó la medida y nuestra Alma Máter del magiste-rio volvió a contar con el apoyo central y entró a fun-cionar en local propio y volvió a la dirección don Alejo Pimienta, que había desempeñado su labor con acier-to en el período anterior.

En 1909 asumió la dirección de la Escuela Normal, el señor Luis Escobar Naranjo. Un proceso que avanzó con normalidad, a excepción de algunas dificultades

37 GARCÍA, Julio César. Historia de la Instrucción Pública en Antioquia. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia, 1962. (Citado por FLÓREZ, Rafael y Otros. El Saber Pedagógico del Profesor en Medellín. Medellín. Editorial Copiyepes, 1985. p. 3)38 QUICENO, Humberto. La Educación Primaria y Secundaria en el si-glo XX. En Historia de Antioquia. Segunda reimpresión. Medellín. Editorial Presencia, 1991, p. 364.

Los albores del nuevo siglo

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que se presentaron con un alumno, que tenía proble-mas de tipo psicológico; lo cual, sumado a acciones contra la moral, generó la expulsión de dicho alumno el 25 de noviembre de dicho año.

Durante 1910, bajo la dirección del señor Januario Henao, el Consejo Directivo en pleno, tomó medidas de tipo económico en busca del normal funcionamien-to, tales como pago de cien pesos por matrícula para todos los alumnos, un costo por mensualidades anti-cipadas para los alumnos supernumerarios, dado que la de los demás alumnos eran cubiertas por las becas asignadas por el Gobierno nacional. También, se hi-cieron los preparativos para celebrar el centenario el 20 de julio de 1810.

El 28 de octubre de 1910, le solicitaron al direc-tor de la Escuela Normal, don Januario Henao, el nú-mero de alumnos maestros graduados entre 1900 y 1910, mediante el oficio 635 y firmado por el director de instrucción pública, solicitado por el señor Ministro de Instrucción Pública.

Dicho rector fue nombrado también profesor del Instituto Nocturno Superior. Fue presidente del con-sejo de exámenes de grado de la Escuela Normal de señoritas y maestro director de las escuelas de la ciu-dad en forma simultánea. En el mismo año, la atención se centró en el mejoramiento de la Escuela Anexa, te-niendo que recurrir a la adecuación de la Casa de la Moneda, lugar que cedió el gobierno departamental, mientras se terminaba el local apropiado en el mismo edificio de la Escuela Normal. Para ello fue comisiona-do el señor Alejandro Mesa, quien mediante la Orden de la Dirección de Instrucción Pública, escogió en las escuelas primarias de la ciudad el número de alumnos suficientes para tal fin.

Durante el año de 1911 se realizó un proceso muy similar al año anterior, con labores de seguimiento a las becas, a la alimentación y al alumbrado, pero se inició una crisis que se agravaría al año siguiente, con res-pecto al área de pedagogía teórica, por la falta de un texto de apoyo en este campo. Por ello se empezaría con un curso de Metodología y la táctica escolar, por ser más sencillos, mientras se iría escribiendo un tex-to de pedagogía para el año siguiente.

Se realizó el cierre del año escolar a los 21 días de no-viembre, con la asignación de los premios y el respec-tivo diploma, entregado por maestros a los alumnos Jorge Soto y Juan Carlos Vélez de Medellín, y a Gustavo Uribe de Carolina.

El 30 de noviembre de 1912, siendo rector don Inocencio Ocampo, se verificaron las deficiencias en lo que respectaba al alumbrado y al espacio, tanto para la Escuela Normal, como para la Escuela Anexa y el restau-rante. Esto se mejoró un poco con el alquiler de una casa contigua a la Normal y con la instalación de seis focos. Pero se realizó mayor énfasis al identificar una serie de deficiencias desde lo administrativo y lo curricular, que obedecían a que el señor director tenía compromisos que eran incompatibles con el cargo, pues era profesor de la Universidad de Antioquia simultáneamente, además de ser secretario de la Cámara del Comercio, lo cual ge-neraba inconsistencias desde lo curricular en el área de pedagogía, área fundamental para una Escuela Normal.

Igualmente, esto generaba problemas en otras áreas como sociales, geometría y la mala distribución de las intensidades horarias entre los funcionarios de la Escuela Normal, según quedó registrado en el acta del 6 de mayo de 1912, siendo director de Instrucción Pública don Pedro Pablo Betancur, lo cual condujo a unos procesos de mejoramiento, con participación del mismo director, basado en el Decreto N° 670 del 25 de junio de 1912 para la Escuelas Normales.

Lo anterior condujo, en la reunión del 28 de sep-tiembre, al sorteo de la sustentación de los exámenes de grado, los días sábados, para cada una de las áreas entre los alumnos.

En ese año recibieron el título de maestros, un gru-po de alumnos que posteriormente se destacaron en el ámbito nacional, como: Tulio Gaviria Uribe, quien lue-go fue rector en 1934; Alberto Botero Jiménez, quien fue director de Educación; don Carlos María Ceballos, rector de la Normal en 1919; don Eduardo Machado Berrío, a quien tanto debe la Escuela de Menores; don Daniel Gómez y don Elías Gutiérrez, plasmadores de generaciones y generaciones; y el inspirado poeta Luis Gutiérrez, entre otros. Desde ese año de 1912, la Normal ha funcionado sin ninguna interrupción.

Entre 1913 y 1915, llegó a dirigir la Escuela Normal el señor Alejandro Mesa, años durante los cuales se rea-lizó una adecuación a la propuesta curricular, al cum-plimiento de la misma, al control disciplinario en cada una de las instancias, tanto con los estudiantes beca-dos como con los semi-internos, pero llegó a darse can-celaciones de las mismas por desacato a la autoridad, tal como se evidencia en el acta del 6 de diciembre de 1913, en la cual se le hacía solicitud al señor goberna-dor de la cancelación de las becas, por causas como salidas en la noche o la ausencia de los tres primeros días de iniciadas las labores educativas.

El estado de las edificaciones que usaban era muy deficiente y los recursos escasos, aun para el pago del servicio eléctrico, conformado por 9 focos que costa-ban $1.800 mensuales.

En dichos años se cumplía con alto nivel la Resolución N° 42 de 1912, del Ministerio de Instrucción Pública, sobre textos para las Escuelas Normales del país.

Durante el año de 1913, la formación normalista se realizaba en cinco años, de acuerdo al Decreto N° 827 de septiembre 29, derogando el 670 de 1912, en el que se observaba pedagogía teórica y pedagogía práctica desde el segundo año y una jornada acadé-mica de 39 horas semanales.

Durante el año de 1914, estaban matriculados 112 alumnos maestros; sin embargo, no había primer grado por la carencia de aula y de profesores. No obstante, se evidenciaba en la Escuela Normal los resultados de los procesos implementados desde el año anterior, lo cual generaba excelentes informes por parte del Director de Instrucción Pública. Además de lo anterior, se iden-tificaba que la materia de instrucción militar estaba a cargo de un militar asignado por el Ejército Nacional. El número de estudiantes llegaba a 115, repartidos en los diferentes grados, excepto el primer grado, que no se podía abrir por dificultades locativas y falta de pro-fesores. Igualmente, se fortalecía el trabajo los días sá-bados, con las conferencias y la observación de clases modelos por parte de los profesores.

Iniciado el año de 1915, el gobierno nacional apro-bó el nombramiento de un capellán para la Escuela Normal y la autorización para tomar en alquiler un piano.

Sin embargo, las dificultades con respecto al local eran cada vez mayores, consistía en dos casas, una de ellas ubicada en una casa vieja separada del atrio de la igle-sia de San Juan de Dios, entre la calle 50 (Colombia), entre Tenerife y Cúcuta. Los estudiantes eran 33 beca-dos por la Nación, 6 estudiantes con media beca por el gobierno departamental, 9 por el Municipio, y 16 su-pernumerarios. En lo que respecta a los controles aca-démicos, se definieron las materias que debían presen-tar los estudiantes para adquirir el derecho a graduarse como maestros, previamente cumplieran un promedio general no inferior a tres. Sin embargo, en el acta del 27 de junio de 1915, se evidencia que todos los estu-diantes superaron todos los requisitos para obtener el título de Maestro.

El proceso durante este año fue muy similar a los dos años anteriores, en lo referente al aprovechamien-to y control administrativo; lo cual generó excelentes informes por parte del Director de Instrucción Pública. Los sábados se fortalecieron con la realización de con-ferencias pedagógicas como “Educación sentimental”, “Excursiones escolares”, y “El maestro”, entre otros.39

Durante el año de 1916 funcionaba la Escuela Normal en el viejo local de la “Quinta” (Carabobo X Pichincha). Las condiciones locativas y de mobiliario eran precarias; sin embargo, se evidencia el control de la propuesta de formación muy rigurosa desde la vi-sita mensual del Director de Instrucción Pública, don Tomás Bernal. La estrategia utilizada era la de las cla-ses modelos por parte de los profesores en cada una de las áreas, como las conferencias y la observación de las clases dictadas por los alumnos maestros en la Escuela Anexa.

El 16 de agosto se graduaron veinte estudiantes, entre ellos, Vicente Muñetones, quien posteriormente fue maestro de la misma Escuela Anexa hasta su fecha de jubilación en el año de 1968; y don Nicolás Gaviria Echavarría, quien fue rector de la Escuela Normal; ade-más fue el primer decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, en el año de 1952, pre-sidente de la Academia de Historia y autor de un gran número de textos de historia, filosofía y urbanidad.

39 Ver Acta No. 15 del 16 de Enero de 1915.

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Normal Superior 160 años

Reunión de egresados de 1916.

Egresados de 1916, en la celebración de sus bodas de oro. Asistieron: Enrique Barrera, Eduardo Casas, Nicolás Gaviria Echavarría, José Vicente Muñetones y César Villa.

El 22 de febrero de 1917 se inició la visita reglamen-taria del director de Instrucción Pública, y se contaba con un número de 97 estudiantes, además de 150 es-tudiantes en la Escuela Anexa, lo cual condujo al alqui-ler de otra casa y a sacrificar un jardín para convertir-lo en patio para la educación física y descansos. No se evidenciaron cambios en el proceso observado du-rante el año anterior en lo referente al manejo y proce-so de formación normalista, y se recibía regularmente las revistas de Instrucción Pública, el Diario Oficial y la Gaceta Departamental.

Este año [1917], la Escuela Normal de Medellín le otorgó el título de Maestro de Escuela Superior a Pastor Velásquez Sierra, quien se incorporó desde entonces al magisterio activo. Posteriormente, en 1935, la Facultad de Ciencias de la Educación le acreditó como licencia-do en tal rama y pasó a ejercer el cargo de Inspector Nacional de Educación Primaria. Luego desempeñó otros cargos en el Ministerio de Educación Nacional y en la Escuela Normal Superior de Bogotá, donde ejer-ció la cátedra, y después la Secretaría General.

En 1950 se le confirió el Doctorado en Ciencias de la Educación, con la tesis titulada “Guiones pedagó-gicos”, y en1951 fue nombrado Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Escuela Normal Universitaria de Colombia. En 1959 fue nombrado por el Ministerio de Educación Nacional, Rector del Curso Intensivo para la formación de Maestros (Curso Piloto) de Medellín.

El pedagogo Pastor Velásquez fue distinguido con la Medalla Camilo Torres por parte del Ministerio de Educación Nacional, en un homenaje ofrecido a los educadores más meritorios. También recibió la Medalla Presbítero Miguel Giraldo, de la Gobernación de Antioquia, por sus méritos y el impacto de sus ini-ciativas en la Educación Departamental.

Durante el año de 1918, ejercía la Dirección de la Escuela Normal Alejandro Mesa. Había 54 alumnos distribuidos en cuatro cursos, los cuales demostraban amor al estudio y estar decididos por la carrera del ma-gisterio. El número de docentes era catorce, y con una escuela anexa con 1800 alumnos. La asignación aca-démica incluía al director y subdirector, y se continuó

la visita mensual del Director de Instrucción Pública, en la cual observaba las clases de los alumnos maes-tros, la legión de honor, que correspondía a los mejo-res alumnos del mes en cada grado, las conferencias pedagógicas y las clases modelos. De cada acción se dejaban los registros.

En el año de 1919, la institución tenía como director a Carlos María Ceballos, y se evidencia en los manuscri-tos un control diario sobre docentes y profesores, aspec-to que a su vez era coordinado con la Policía. Ceballos se encargaba de la gestión ante las dificultades en las condiciones del edificio, así como la dotación de mate-rial de física; y en lo curricular, ofrecía las materias de ejercicios militares y el francés como segunda lengua.

En 1919 se daban dos posibilidades de título: Maestro de Enseñanza Elemental y el de Maestro de Enseñanza Superior y se implementó en la Institución el plan de estudios fijado por el Decreto Nº 664 de 1919.40

Durante los años de 1920, 1921 y 1922 continuó en la Dirección de la Escuela Normal don Carlos María Ceballos. Se desarrolló un año sin ningún tipo de in-convenientes, y se observaba un control en el año de 1921 sobre el cumplimiento del inciso 2° del artículo 41 de la Constitución Nacional, que decía: “La instruc-ción primaria costeada con fondos públicos será gra-tuita y no obligatoria”.

Durante este año [1921] don Alejandro Múnera, Director de Instrucción Pública presentó el siguiente in-forme al Sr. Gobernador del Departamento, Dr. Manuel Murillo Toro, sobre la Escuela Normal, así: “Dirigen el Plantel, con notable acierto los Sres. D. Carlos María Ceballos V. y D.L. Eduardo Marín B., ayudados por un grupo de Celadores y Profesores que, ‘en general son cumplidos y laboriosos, y por sus cualidades de buena conducta y recto espíritu, honran a la Escuela’”.

El año inició sus labores con 52 estudiantes y ter-minó con 49, distribuidos en tres años, así: segundo con 25, tercero con 12 y cuarto con 12. Estaban be-cados por la Nación 25; por el Departamento, 10; por los Municipios 3 y los 11 restantes costeaban su edu-cación, y salieron con Diploma Elemental 8 alumnos.

40 El Liceo Pedagógico, (libro de instrucción Pública), páginas 32 y 33.

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Fue en el año, 1921, cuando se logró adquirir el pre-dio que actualmente posee la Escuela Normal, me-diante la expedición de la Ordenanza número 26 que dice: “Art. 1° Destinase una parte del predio que po-see el Departamento en La Ladera para la construc-ción de un edificio que sirva de local a la Escuela Normal de Institutores.

La junta Departamental de I. Pública determinará la extensión del lote, en el lugar que juzgue más con-veniente, prescindiendo del local ya edificado.

Art. 2° El Ingeniero Arquitecto del Departamento hará, a la mayor brevedad posible, un plano para el mencionado edificio, y una vez aprobado por la Junta Departamental de I. P., se procederá a la construcción bajo la dirección de dicho Arquitecto. Para ello fue ele-gida una hermosa mesetica de cerca de cuatro cuadras de área, magníficamente acondicionada y con una es-pléndida vista sobre la ciudad; elección que fue apro-bada por la Junta.

También conoce el plano acotado del terreno levan-tado por el Dr. Félix Mejía, trabajo en el cual tuve el pla-cer de ayudarle. Igualmente ha visto el anteproyecto del edificio y sus dependencias ideado por el Sr. Ingeniero Arquitecto, en el cual se ve el sello de la maestría.

Para el mes de Marzo, Dios mediante, tendremos pues listos los preliminares de la obra, y cumplido en parte el fin que se ha propuesto el Departamento con la Ordenanza ya citada; queda pendiente si la parte más difícil, cual es procurar que sea efectiva la suma de $2.000 mensuales para la Asamblea venidera, del empeño que usted ha puesto en esta obra, mucho pue-de esperarse en lo futuro, lo mismo que del interés de los Diputados, ya que una Normal buena indica ende-rezamiento de la Instrucción Pública, y estar bien orde-nada, es el mejor símbolo del progreso”.41

Es de resaltar el alto nivel de formación e iniciativa del presbítero Manuel José Sierra, quien renunció por la cantidad de compromisos, el día 11 de agosto de 1921, presbítero que posteriormente fue primer rector de la Universidad Pontificia Bolivariana.

El 29 de octubre de 1921, los estudiantes de la Escuela Normal de Antioquia elevaron un memorial al

41 Informe presentado al señor Gobernador en 1922, página 34.

honorable Concejo Municipal de Medellín, para la repatria-ción de los restos del prócer Atanasio Girardot, memorial que fue llevado al Congreso para dicha ejecución, desde la gestión con la ciudad de Girardot en Cundinamarca.

En 1922, al suprimir el Gobierno nacional el auxilio para la Normal, ésta pasó al Departamento, que asumió todas las responsabilidades para que siguiera dando óptimas cosechas.

El 12 de junio de 1923, don José María Ceballos fue promovido al cargo de Director General de Instrucción Pública, y asumió la dirección de la Escuela Normal el maestro Luis Eduardo Marín B., quien inició su presen-tación con una conferencia en la que ofrecía su plan de trabajo, y las características de las edificaciones que generarían dificultades en patios y en las casas vecinas, ya que se encontraba ubicada en las mediaciones del barrio Buenos Aires, con predios interiores que permi-tían la enseñanza de la agricultura. Se conformó la legión de honor constituida por los me-jores en conducta y disciplina mensualmente, se hizo evidente el interés por la adquisición de textos para la biblioteca, pues el rector era amante de los libros, tan-to que al salir de la Escuela, Luis Eduardo Marín B. fun-dó la Librería Nueva, y posteriormente, la Librería Marín. También se desempeñó como docente de excelentes cualidades humanas.

Director Luis Eduardo Marín B.

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En este año, se graduaron dieciséis alumnos con el tí-tulo de maestro elemental y siete con el título de maes-tro superior.

Durante el año de 1924, el Gobierno fue asesora-do por una comisión pedagógica alemana. Se le hizo un reconocimiento al profesor de la Normal Martín Duque, para que ocupara el cargo de Inspector Provincial. Se fortaleció la dotación de libros para la biblioteca, y den-tro del currículo se tenían clases de encuadernación y carpintería, además de desarrollar un diario de campo muy detallado en lo referente a las eventualidades pre-sentadas día a día.

El Liceo Pedagógico correspondía a esa figura que funcionaba dentro de la Escuela Normal, similar al Centro de Estudios Pedagógicos de Antioquia (CEPA), donde se realizaban conferencias, clases modelos, pre-sentación de investigaciones y reflexiones alrededor de una problemática pedagógica.

Existía también la Junta de Superiores, presidida por el Rector, a la que además asistían los celadores, el director de la anexa, el subdirector y el secretario. En ésta se analizaban específicamente las situaciones de convivencia.

En 1925, teniendo como director a Luis Eduardo Marín, fue enviada la colección del archivo de Santander, por parte del Ministro de Instrucción Pública y Salubridad Pública.

Durante el año de 1926, siendo rector don Elías Gutiérrez, quien había sido director de la Escuela Anexa y cuyas capacidades se habían puesto de relieve en el Congreso Pedagógico, en la Subdirección de la Instrucción Pública y en la misma Normal, se eviden-ció en enero 29, la implementación de los exámenes de selección de estudiantes, y de exámenes para ad-judicar tres y medias becas nacionales, dentro de los 15 aspirantes. Entre los admitidos estaba José María Rodríguez Rojas, maestro que inició la Escuela Nueva en Colombia. La tesis de grado para obtener su grado de maestro fue laureada y, en el año 2009, pasó a ser el gran referente que lideró el último proyecto de inves-tigación de la Escuela Normal, en convenio con las uni-versidades de Antioquia, Francisco de Paula Santander de Cúcuta, y la Nacional, sede Bogotá.

Se acostumbraban las salidas los días sábados, las ex-cursiones por grados y la reunión de maestros internos los días domingos.

Después de aprobar el último examen, en un li-bro quedaba todo un acta, en la que decía Diploma de Maestro de Escuela elemental, el cual reposaba en la Escuela Normal, tal como la que reposa del maestro Luciano Estrada.

En este año, el currículo tenía implementado un dictado semanal de ortografía, clases de carpintería y encuadernación, y las salidas pedagógicas a diferentes poblaciones, tales como Donmatías y Rionegro. También fue trascendental, la conformación de la Asociación de Antiguos Alumnos con la asistencia de 22 maestros, ini-ciativa de la Escuela Normal, que fue bien acogida por todos los que la conocieron.

No obstante, las deficiencias locativas eran extre-mas. Fue necesario acomodar cincuenta y ocho alum-nos en donde sólo cabían treinta y ocho dormitorios, ya que no se realizó el nuevo contrato de arrendamiento del local para la Escuela Anexa. Se pasaba por dificul-tades económicas que repercutían hasta en la alimen-tación contratada para los alumnos. El 29 de marzo fue conformado el grado primero con la asignación de 14 nuevas becas, que fueron asignadas por medio de un examen presentado por 24 aspirantes.

Durante el año de 1929, se posesionó el señor Julio Arango Aguilar, período en el que se continuó con la propuesta curricular de los años anteriores, como una excursión pedagógica semanal, una por grupo mensual, invitación a escritores, poetas, los ejercicios espiritua-les, la misa en comunidad, la comunión cada primer vier-nes de cada mes y la presencia del presbítero Manuel José Sierra, como capellán y profesor de psicología; la dotación de material didáctico y la agilidad en la cons-trucción de la actual edificación, sin fijarse el área de patios de recreo, arboleda, huerto, jardín, baño, entre otros. Sin embargo, el jueves 23 de mayo rebajaron las partidas para dicha construcción en un 50%. También se describieron las salidas en las tardes después de las comidas, denominadas caminadas de digestión.

Se continuó con las reuniones de la Sociedad de Antiguos Alumnos en las mismas instalaciones de la Normal. El modelo de maestro desde el ejemplo era muy tenido en cuenta dentro de la disciplina interna de la Escuela Normal. El viernes 3 de mayo se escribió lo siguiente “Dejaron de acercarse a la sagrada comunión los maestros internos: Valencia y Duque y unos ocho alumnos, probablemente influidos por el ejemplo”.42

42 Diario de la Escuela Normal de Institutores de Antioquia, página 43.

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El 10 de mayo de 1929 el Ministerio dotó a la escuela Normal con 40 cajas provenientes de Alemania, que contenían material de física, un gimnasio, una biblioteca. Pero ante la estrechez del local fue necesario alquilar unas piezas mientras se entregaba la edificación actual.

Gran evidencia quedó consignada en el libro de ex-cursiones semanales durante 1929 y 1930, en el cual se refleja el interés y ánimo, tanto de alumnos como de pro-fesores por conocer los alrededores del valle de Aburrá, desde la admiración de su topografía, avances en las ca-rreteras y vías férreas, hasta en la industria del cuero, la locería, el aprovechamiento de la agricultura y las caídas de agua para la generación de energía eléctrica. Dichas salidas se realizaron a: la laguna de Guarne, Estación inalámbrica, Caldas, Capilla del Carmelo, Río Grande, Llano de Ovejas, San Pedro, El Picacho, Carretera al Mar, Quitasol, Machado, Boqueroncito, Cascadas del Hato, Las Palmas, Alto del Romeral, Rionegro, Salto de Guadalupe, tal como podemos observar en la excursión a “San Ignacio y a la laguna de Guarne, realizada el 20 de abril de 1929 por los alumnos del grado tercero bajo la responsabilidad del profesor Alberto Duque S”.43

En 1931 se fortalecieron las salidas pedagógi-cas, una por grado. Al describir con detalle las visitas a Bolombolo, Jericó, Sopetrán, Boquerón y Yarumal, en ellas se resaltaba la alegría de viajar y conocer nuestras tierras, tal como podemos ver en la visita a Bolombolo, por la novedad del viaje en tren. Don Florentino Rojas la describía así: “De la estación de Piedecuesta, pro-seguimos el viaje en tren y observamos, ya las picar-días de este que parece enamorado de Amagá con sus coqueteos; ora la mira por la izquierda, ora por la dere-cha, unas veces avanza hacia ella , y las más la deja a la espalda; ya los hermosos trayectos curvilíneos y los efectos de la inercia y los cuidados del tren a fin de no sufrir las consecuencias de la ley del impacto; ya la re-cia fábrica de los viaductos y la maravillosa construc-ción de los túneles; ya los espantosos precipicios en la Sinifaná y la obra titánica del Antioqueño; ya los be-sos al cielo de Cerro Tusa, y Cerro Paravo y los sem-brados en la pared casi vertical de la montaña, ya en

43 Libro de Excursiones del año 1929. Escuela Normal de Varones, pá-ginas 32 a 37.

fin, el Cauca majestuoso con sus ondas acariciadoras y Bolombolo con sus palmas soñadoras, que me recor-daron la tierra por quien vivo y para quién vivo”.

Pero no sólo era apreciación del paisaje, se realiza-ban mediciones geométricas que después se confronta-ban mediante el paso por el puente, descripción de las obras de ingeniería, y datos como eran las mediciones de los doce túneles construidos entre 1926 y 1929.

Al final de cada excursión se debatían las conclu-siones de la experiencia, tal como la detalla, después de la excursión a Bolombolo, don Florentino Rojas: “Antes de firmar esta relación pongo de presente que en esta excursión obtuvimos provecho moral e intelec-tual; aprendimos el compañerismo; el sentimiento reli-gioso y cívico aumentó al contemplar las hermosas le-yes físicas aplicadas en la locomoción y la energía del Antioqueño aplicada en la rebelde montaña”.

De manera similar se describía de forma detallada la visita al Liceo de Yarumal, desde su “modelo funda-mentado en la resolución de problemas prácticos, de-nominada la Escuela activa, año en que el Liceo era el centro de formación de educadores”.44

A la influencia del gobernador Carlos Cock se de-bió en ese año de 1931, el local acabado que ahora ocupaba la Normal.

En 1932 fue director don Alfonso Mora Naranjo, Director de Instrucción Pública en el departamento de Caldas. En ese año recibieron sus grados los señores: Hernando Elejalde Toro, profesor muchos años de la Normal, autor de la letra del himno de la Normal, escri-tor y promotor de la lengua castellana; así como don Gerardo Tapias Henao, ex rector de la Normal, y Absalón Guzmán, médico ilustre.

El año 1933 pasó a la historia como el “año de la nacionalización”. Durante la presidencia del doctor Enrique Olaya Herrera, la Escuela Normal de Varones de Antioquia, se convirtió en Normal Nacional, en es-tablecimiento nacional y actuó como vicerrector encar-gado de la Rectoría don Vicente Barrios Ferrer. Entre los institutores formados en tal época, se destacaron el profesor Julio César Arroyave, primer director de la

44 Comentario del profesor Jesús Correa Mejía, Libro de excursiones, 1931.

Rector 1932, Alfonso Mora Naranjo.

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Biblioteca Pública Piloto y profesor de filosofía; Ramiro Álvarez, ex subdirector de Educación; Alberto Rendón, inspector de educación física; y don Libardo Bedoya Céspedes, pedagogo ilustre, que ocupó la Subdirección de Educación de Antioquia, la rectoría del Liceo Antioqueño y, posteriormente, la dirección de la Escuela Normal entre 1960 y 1968.

A finales de agosto de 1934, apenas iniciado el go-bierno de Alfonso López Pumarejo, la Normal fue esce-nario de hechos políticos y religiosos que trascendieron el ámbito local, y llegaron a conocimiento del gobierno nacional y aún fueron objeto de candentes debates en el Congreso de la República. En efecto, los estudiantes liberales retiraron de las aulas las imágenes de santos y crucifijos, y se negaron a cumplir la norma que obliga-ba a los internos a asistir a la capilla a rezar el rosario en las noches y a la misa los domingos. Además, fun-daron un Centro de Estudios Sociales, en el que deba-tían diversos problemas y se escuchaban conferencias como la del estudiante Tomás de Aquino Moreno, en la que se hizo la apología de la “Escuela Laica” y se atacó con vigor a la religión católica. Estudiantes y profesores conservadores, con el apoyo de los periódicos de su corriente, denunciaron estas situaciones y protagoniza-ron con sus oponentes violentos enfrentamientos, que obligaron al Ministro de Educación Nacional, el doctor Luis López de Mesa, a cerrar la institución.

La Escuela Normal fue abierta nuevamente en febre-ro de 1935, bajo la dirección del médico Luis Mesa Villa, como rector, y como vicerrector el joven peda-gogo santandereano Miguel Roberto Téllez, graduado en la Normal Central de Bogotá y con cursos de espe-cialización en Psicología Experimental en Bélgica, con Octavio Decroly; y en Suiza, en el instituto Juan Jacobo Rousseau, con Jean Piaget y Eduardo Claparede. Pero el mismo año de la reapertura hubo otra vez importantes incidentes, como el del Cristo destruido y enterrado por uno de los estudiantes. Sin embargo, en diálogo con el doctor Gabriel Betancur Mejía, alumno en esa épo-ca de último año (y padre de la ex candidata a la presi-dencia de la República de Colombia, Ingrid Betancur), se conoció en una entrevista lo que ocurrió:

“A uno de los jóvenes que ayudaba a mantener lim-pia la capilla se le quebró un Cristo fabricado en cerámi-ca al caérsele accidentalmente. Al joven, desesperado ante tal dificultad, lo único que se le ocurrió fue ente-rrarlo en el sector izquierdo del edificio, para que no lo vieran, pero el capellán monseñor Félix Henao Botero, al ver que faltaba el Cristo inició un proceso que condu-jo a localizar el sitio donde fue enterrado. Dicho suceso fue llevado hasta el Ministerio de Educación Nacional, y como eran pocas las oportunidades que le daban a los alumnos para clarificar los acontecimientos, los es-tudiantes de último grado fueron expulsados, y el rector Miguel Roberto Téllez, un conservador insospechable, se vio obligado a renunciar bajo la presión del Arzobispo”.

Sin embargo, como los estudiantes tenían una bue-na formación pedagógica, algunos salieron a desempe-ñarse como maestros. Posteriormente, en 1942, el doc-tor Gabriel Betancur Mejía se presentó a la Compañía Colombiana de Tabaco, en sus vacaciones de mitad de año, expresándoles que él era un simple maestro de pue-blo, que quería seguir estudiando, y les propuso que si le financiaban los estudios universitarios, cuando termi-nara y consiguiera trabajo les empezaría a pagar; dicha petición la dejó formalmente por escrito. Cuando a los cuatro meses regresó del sitio de trabajo y les preguntó sobre la decisión tomada al respecto; para su asombro, la Compañía de Tabaco le había aceptado la propuesta y así nacía el Crédito Educativo Mundial, origen del Icetex.

Fuente en piedra construida para recordar el sitio donde el joven, que le colaboraba al capellán, monseñor Félix Henao Botero, enterró por te-mor un Cristo en cerámica que se le quebró cuando lo estaba limpiando.

Rector Tulio Gaviria Uribe.

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En 2000, la empresa Apice le hizo el reconocimiento a la empresa Colombiana de Tabaco por haber dado el primer crédito educativo, (Ver anexo de tarjeta de in-vitación para dicho evento).

En el mismo diálogo, el doctor Gabriel Betancur Mejía explicó que al salir la vida y obra de monseñor Félix Henao Botero, al cumplirse el centenario de su natali-cio, todavía se contaba la historia del Cristo, como que-dó ese año de 1935, pues a pesar de que tuvo oportu-nidad de hablar en muchas ocasiones con Monseñor, y fueron amigos, ya que Monseñor era el rector de la Universidad Pontificia Bolivariana, cuando el doctor Gabriel Betancur era el Ministro de Educación, cargo que desempeñó en dos ocasiones, 1962 y 1968, y ha-berle clarificado lo ocurrido a Monseñor, es decir, que simplemente había sido un accidente, no quedaron, sin embargo, registrados los correctivos.

En el año del incidente del Cristo, 1935, el Ministro de Educación Luis López de Mesa, estableció oficialmen-te el método de Centros de Interés, ideado por Ovidio Decroly, en las instituciones educativas del país, lo cual fue visto como un ataque a la religión, a pesar de que este método era seguido por los Hermanos Cristianos.45

Como recordatorio del suceso, en la Escuela Normal se construyó una fuente en piedra, en el lugar donde el joven por temor enterró el Cristo. Posteriormente, en 1999 fue restaurada y ampliada con un parque que po-see un Santuario para la Virgen. Esperamos que con esta clarificación, que además de ser dada a conocer por el doctor Gabriel Betancur Mejía, y que coincide con lo expresado por otro estudiante de ese último grado, el doctor Humberto Muñoz Ruiz, (quien fue Embajador en Moscú en 1972, durante el gobierno del doctor Misael Pastrana Borrero y gran empresario) quede fuera de sospecha aquel accidental suceso.

Este incidente tuvo otras consecuencias trascen-dentales para el futuro del país, ya que cuatro niños que estudiaban en la Escuela Anexa de la Normal, José María, Gerardo, Ignacio y Bernardo Acevedo Alzate, hijos de un humilde carpintero llamado Pastor, que le prestaba sus servicios a la Escuela Normal, ante el conocimien-to errado del suceso del Cristo y haber sido cerrada

45 Ibíd., p. 366.

Pequeña nota de emoción escrita por el doctor Gabriel Betancur Mejía en 1968.

la Normal, pensaron que lo más seguro era que no se abriría de nuevo, y José María con quince años, segun-do de los hermanos Acevedo, ya que el mayor era za-patero y ganaba seis pesos semanales, le manifestó a su padre (que llevaba cinco años enfermo, sin trabajo estable, y que estaba fabricando las puertas y venta-nas del segundo piso de la Escuela Normal), el deseo de irse a trabajar en vez de estudiar. Ante la incertidum-bre de la apertura de la Normal en enero, don Pastor le respondió: “Escoja si puede ser doctor o jornalero, piénselo y me cuenta”. En 48 horas José María decidió ser jornalero, por el momento.

Y fue así como por un pago de cinco pesos mensua-les hacía mandados y ayudaba en un taller eléctrico. Pero el electricista no le dejaba ver cómo hacia los arreglos, entonces José María decidió hacer un curso de electrici-dad por correspondencia. El día de su suerte llegó cuan-do el electricista se enfermó y tuvo que enfrentarse al arreglo de un esterilizador de la Cruz Roja, el cual puso a funcionar y le pagaron cinco pesos, paga que le dispa-ró el ego y la confianza, y fue mejorando hasta obtener un salario de 35 pesos mensuales. Posteriormente, en 1937, su padre murió y con el gran legado de honradez y capacidad de trabajo, y el deseo de ser independiente, asumió el compromiso de su familia. Con tesón, en un pequeño local de 25 metros cuadrados y el acompaña-miento de sus hermanos Bernardo, Gerardo e Ignacio, lograron desarrollar y consolidar una de las industrias Pbro. Félix Henao Botero, capellán de la Normal, posteriormente rector

de la Universidad Pontificia Bolivariana durante 33 años.

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modelos de nuestro país: industrias Haceb con presen-cia en los mercados de Estados Unidos, Ecuador, Perú, Venezuela, México, Centroamérica y el Caribe.

En 1937, siendo rector Bernardo Arango Macías, se evidenció buen control disciplinario, no se permitía fumar en los salones y dormitorios. El gobierno central emitió la circular N°11 el 13 de febrero de 1937, en la que se recomendaba no usar el castigo de arresto para las faltas leves, y hacer asignación de un trabajo.

La responsabilidad del control de la disciplina, el aseo, el baño y uso de la piscina eran ejercidos por los profesores internos, los cuales eran los directores de grupo; dicho control incluía la Semana Santa, aspectos que se evidencian en las actas de las reuniones de pro-fesores. El 3 de abril de 1937 se inició un proceso de mejoramiento en lo relativo a la enseñanza de las cien-cias naturales, haciendo énfasis ante todo en la obser-vación, la experimentación y, básicamente, en el forta-leciendo del trabajo personal del alumno.

En sesión extraordinaria, realizada el 24 de junio de 1938, el Consejo de Profesores, y bajo la presidencia de Don Bernardo Arango Macías como rector, y con re-presentación de alumnos, se aprobó el escudo de tipo rectangular con el nombre en la parte superior que de-cía: “Escuela Normal de Institutores”, con la letra grie-ga PSI en el centro, y cerraba el rectángulo en punta el nombre de la ciudad.

Durante 1938 se evidenció el mismo proceso de trabajo realizado durante el año anterior, y el recono-cimiento a la labor ejecutada por ilustres pedagogos que pasaron por estos claustros, y así fue como en se-sión extraordinaria del 10 de abril, el ilustre profesor Conrado González Mejía hizo la lectura de un acuer-do del Consejo Directivo, mediante el cual se honraba la memoria del maestro don Ángel María Díaz Lemos, quien se había desempeñado como rector durante diez años, con lujo de sabiduría y prudencia en este plantel, entre 1887 y 1897.

Rector Bernardo Arango Macías, 1937-1939.

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En el año 1940 se exaltó la labor que el grupo admi-nistrativo de la escuela Normal venía generando des-de 1937, eran ellos: Bernardo Arango Macías rector, Gerardo Tapias Henao, vicerrector, Conrado González Mejía, Jorge y Delio Fernández, Moisés Melo, Hernando Elejalde Toro y Justo Aponte, como profesores inter-nos, con grados de primero a quinto de Normal y con el fortalecimiento de trabajos como la granja, trabajos manuales, la música y la cultura física y la escritura, y los excelentes controles disciplinarios que generaban la armonía y la convivencia.

Se realizó una importante visita en octubre de 1940, a la Escuela Santander Anexa, por la “Comisión Patronal de Vigilancia Escolar”, durante la rectoría de don Gerardo Tapias Henao; y la dirección de la anexa, de don José María Rodríguez Rojas; estaban como pro-fesores de música Carlos Vieco, Hernando Elejalde y Conrado González Mejía. Además, se ofrecía un curso de enfermería para los alumnos maestros, hasta quin-to como el último grado. Se realizó una verificación de los exámenes de grado con presencia del Inspector Nacional de Educación de Primaria y el delegado del Ministerio de Educación para los exámenes de grado, los cuales dejaron un favorable informe y una fotografía donde se registran algunos niños haciendo saltos orna-mentales en la piscina de la Escuela.46 Eran frecuentes las excursiones de otras normales, como la de Tunja y el Colegio Simón de Ibagué. Fue un año completamen-te normal, con una solemne finalización el jueves 21 de noviembre, con el estreno del himno que se conserva actualmente, con letra del profesor Hernando Elejalde Toro y música del también profesor Carlos Vieco Ortiz.

Precisamente, el 16 de septiembre de 1940, des-pués de recibir las clases reglamentarias, asistieron los alumnos en las horas de la noche al concierto organiza-do en el teatro Junín, para la selección de las mejores composiciones de música nacional, por concurso abier-to, donde fue ganador el maestro Carlos Vieco Ortiz, profesor de música de la Escuela Normal.

En el año de 1941 asumió la rectoría de la Escuela Normal, el señor Ramón Carlos Góez, acompañado por el mismo grupo de profesores internos que estaban

46 CONCEJO DE MEDELLÍN. Op. Cit., p. 6002.

en el equipo de don Bernardo Arango Macías, eviden-ciándose el mismo proceso de control disciplinario y el énfasis en los trabajos manuales y pedagógicos, construidos durante los años anteriores, como la ins-titucionalización del día clásico el 28 de junio de cada año y un espacio definido como la galería de los retra-tos de todos los rectores, del cual se encargó el ilustre profesor Hernando Elejalde Toro.

En 1942, asumió la rectoría Miguel Roberto Téllez, quién había sido vicerrector entre 1935 y 1936. Fue serio, severo en asuntos disciplinarios y buen organi-zador de la actividad académica. Sus clases de psico-logía eran siempre muy interesantes, objetivas y dadas con el mayor rigor científico. Posteriormente, fue deca-no de la Facultad de Ciencias de la Educación en dos ocasiones, entre 1955 -1956 y 1961-1964.

En este año se destacaron alumnos como Jaime Botero Uribe, quien posteriormente obtuvo el títu-lo de Médico Cirujano, especialista en Obstetricia y Ginecología, jefe del servicio de Histeroscopia de Profamilia y postulado a la condecoración José Félix de Restrepo por parte de la Universidad de Antioquia; y Humberto Upegui Ortiz, quien posteriormente fue rec-tor de la Normal en 1959.

La vida institucional durante 1943, se puede ilustrar con lo expresado por el maestro Aníbal Patiño, en el año 2003, cuando tomó la palabra en la visita a la Escuela Normal, para celebrar sus sesenta años de egresados.

“DoctorREINALDO LONDOÑORector de la Escuela Normal

Señor HUMBERTO UPEGUIEgresado de 1942 y Ex-rector de la Escuela Normal.

DoctorJULIO ROBERTO SANABRIACoordinador Académico de la Escuela Normal.

Señores Profesores.

Rector Ramón Carlos Góez, 1941.Rector Miguel Roberto Téllez 1942-1945.

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Compañeros Maestros del año 1943Señoras:

Empezaba a hacer pinitos el año 1939, cuando pisamos por primera vez, estos claustros de la Escuela Normal. Éramos un grupo de jóvenes, venidos de distintos lugares del Departamento, trayendo el olor nativo de su pueblo, con incrus-taciones de musgo y helecho fresco en su simple personalidad, pero con mentes claras e inteligen-cias limpias, dispuestos con entusiasmo a recibir el milagro del saber.

Llegan a mi memoria un tropel de recuerdos, de aquellos profesores que fueron tejiendo, como colcha de retazos en nuestra mente, los secretos de la vida, la verdad sin sospechas, una lección de rectitud, el derecho a pensar y dar conoci-mientos, porque a pesar de todo lo vivido y ha-ber transitado por diferentes caminos, seguimos siendo maestros.

Fueron cinco años, que hicimos de esta Escuela nuestro hogar, donde el alimento inte-lectual fortaleció nuestro espíritu y la paciente la-bor de nuestros profesores, fue llenando el vacío de nuestra incultura.

Si devolvemos la cinta de nuestra vida, aflo-ran en los recuerdos los Rectores: Don Bernardo Arango, Don Carlos Góez, Don Miguel Roberto Téllez, los Profesores: Roberto Abella, Don Justo Aponte, Don Bernardo Bustamante, el Señor Cronio, Don Jorge Fernández, Don Amadeo Laguay, Don José María Bravo Márquez, Don Carlos Vieco, El Doctor Julio César García, Don Eladio Vélez, Don José María Rodríguez, Don Gerardo Tapias, el Padre Daniel Restrepo, el Doctor Arturo Orozco, el Doctor Abelardo Arango, Don Alberto Rendón, Don Florentino Rojas y otros, que por la acción del tiempo se ha borra-do su nombre, mas no nuestro recuerdo y nues-tro agradecimiento, pero lo que si no dejamos ol-vidar, es la figura maternal de Doña Graciela de Bustamante, la buenaza y condescendiente Doña

Chucho, la seria bondad de Don Jesús Botero y el silencio cómplice de Emilio, el chofer.

¡Cómo no revivir los momentos de ese en-tonces! De la gentileza, de la amabilidad y ser-vicio de Esperancita, o la rigidez catedrática de Don Hernando Elejalde, o los deslumbrantes en-sayos de química y física de Don Moisés Melo, o qué decir de las sentencias Socio económicas futuristas de Don Delio Fernández, o dejarnos lle-var a un paraíso de amor y romanticismo con el encanto cautivo de la erudita disertación de Don Conrado González; o qué me dicen, de esas clases tan de mañana, cuando aún la neblina coquetea-ba en las ventanas, y en el aire interno del salón, danzaba en sutiles figuras el humo perfumado de un Chesterfield, transportándonos al campo eté-reo de la concepción del alma del niño, a la cual el Doctor Téllez la vestía con hermosos ropajes.

Qué hermoso era todo aquello y qué agrada-ble y descomplicado era vivir, fueron durante cin-co años cuando los cinceles de esos maestros pulieron las bruscas aristas de nuestra personali-dad e incrustaron un panal de conocimientos que sirvieron de escudo ante los embates de la vida.

Una tarde como hoy, hace 60 años, recuer-do esos rostros vivaces, esa energía positiva, ese optimismo arrogante desafiando el futuro, cuan-do todos, uno a uno, nos dijimos adiós; y adiós también y para siempre, a estos claustros nor-malistas, que merecieron y merecerán siempre nuestra gratitud.

Cada uno de nosotros salió a cumplir la ley de su destino, la gran mayoría a seguir los pasos del Divino Maestro, sembrando la semilla del sa-ber, otros nos fuimos hacia la industria, hacia el comercio, pero unos y otros, estamos aquí, por-que todos pusimos nuestro conocimientos y nues-tro esfuerzo, al servicio de la Patria, y responder presente ante ti: Escuela Normal. No hicimos im-posibles, no contamos las arenas del desierto, ni medimos la luz de las estrellas; solo… solo hici-mos cumplir nuestro deber, y hoy venimos, 60

años después, cada uno cargando su historia y mostrando en el rostro, las huellas que el cami-nar del tiempo dejó.

Otros compañeros, no tuvieron la gracia Divina que disfrutamos hoy.

Sus espíritus están presentes, y desde el más allá, derraman sus bendiciones sobre noso-tros, sus compañeros en vida, el recuerdo impo-ne la presencia de: Alonso Arias, Emiro Pineda, Mario del Valle, Ananías Rodríguez, Iván Carballo, Coronel Ricardo Nanclares, Ernesto Rendón, Rafael Posada, Miguel Garcés, Javier Gutiérrez, Reinaldo Arroyave.

Llenemos nuestros corazones con sus es-píritus, para que recobren vida su imagen con el tiempo, e invoquemos mentalmente una oración como regalo a sus almas y testimonio a su recuer-do, cuyas huellas perduran y hacen resaltar sus nombres, porque en la dimensión del tiempo, pue-den cambiar los rostros pero no se pueden des-conocer los hechos.

No existirían sombras en la noche, ni claridad en el día, sin un Divino mandato que hace a los hombres desenredar el laberinto de su vida al oír con claridad el diapasón de su existencia. Las cam-panas del tiempo han tocado el atardecer, cuan-do empieza a cerrarse el vínculo inexorable en la vida del hombre. Hilos de plata van diagramando sus cabellos, es más lento el pensar y más sere-no el caminar. Se ha llegado a la cumbre, cuando se empieza a vivir del pasado y los recuerdos son música orquestada de aquellos viejos tiempos.

No vamos a recoger del pasado las cenizas, ni a desempolvar viejos recuerdos, porque cada uno de nosotros marcó su huella o escribió su historia, que hoy con nostalgia revivimos. Porque fueron tantos los momentos vividos, que envol-verlos en lágrimas, o borrarlos de la mente es un imposible no permitido.

Dejemos que la mente baile en el tiempo y los recuerdos como hojas secas movidas por la brisa, describan figuras caprichosas, sacándole

a la vida un suspiro más, antes de caer a tierra y encontrar su tumba.

En el ánfora de la vida se han depositado 60 años. Es fácil decir 60 años, pero sacarle a cada año sus entrañas y revivir lo vivido, veríamos con sorpresa, que lo hecho fue obra de titanes, que hicimos malabares con los sueños y forjamos en el yunque de la vida un himno al trabajo sin sentir el cansancio y el sudor.

El tiempo es frío en sentimientos y con ros-tro adusto sigue en su carrera la eternidad infinita. Ayer hace 60 años, cuántos éramos, hoy cuántos somos, mañana cuántos seremos los que dare-mos gracias a Dios.

Señoras, señores y compañeros:Brindemos por nosotros, la Promoción de

Maestros del año 1943. Por los aquí presentes y por aquellos ausentes que gozan de la paz celestial.

Brindemos por nuestras esposas, cuya abne-gación, fidelidad y amor, dieron siempre luz al cami-no de espinas o alegrías a los senderos del triunfo.

Brindemos por estos claustros sagrados, para que sigan en el tiempo derramando frutos los cuernos del saber, y sus hijos de ayer, de hoy y de siempre, hagan que las palabras callen, para que los hechos hablen.

Brindemos, Maestros del 43. Brindemos dán-dole gracias al Señor Nuestro Dios, por tener Su Merced, de estar reunidos hoy. Gracias Divino Maestro, que hoy como siempre, invocamos Tu Nombre para que siga siendo el camino, la ver-dad y la vida. ¡Salud!

(Fdo.) ANIBAL PATIÑO RESTREPO

En 1946 asumió la rectoría Gerardo Tapias Henao, quién se había graduado como maestro en la misma Normal en 1932. Su rectoría fue de sólo un año, sin embargo, dejó una huella profunda. En todos los actos se mos-traba honrado, organizado y cuidadoso. No imponía ór-denes ni reglamentos, dialogaba.

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En 1947 asumió la rectoría don Ernesto Villamizar Daza, administración de tan sólo un año, en la cual inició el trabajo con el llamado a la asistencia puntual a las cla-ses, así como sanción para los alumnos que llegaran tarde, propuso mantener los alumnos con suficientes tareas, asistencia a la biblioteca con los alumnos en las horas de estudio, un adecuado horario de la camione-ta para que los profesores externos llegaran puntual-mente y un buen control por parte de don Francisco Congote, director de la Escuela Anexa sobre los prac-ticantes, incluyendo la citación los días sábados para hacerles observaciones, como el informe del estado de los salones y los dormitorios.

Fue el primer rector que aceptó un representan-te estudiantil ante el Consejo de Profesores. El trabajo estuvo asociado a conferencias de urbanidad, con bús-queda de un adecuado proceso de convivencia institu-cional. En las actas de profesores se puede leer el con-tinuo proceso de disciplina con respecto a estudiantes, lo cual generó expulsión de varios alumnos por faltas reiteradas; todo se hacía en reunión plena de profeso-res, en la que se le permitía la asistencia a los repre-sentantes de los alumnos, para que dieran un informe sobre el comportamiento de sus compañeros, tal como se observa en la reunión del 30 de mayo, en la que se retiró de la institución al alumno Jorge Correa del gra-do quinto de Normal, después de conocer el concep-to sobre la gravedad de la falta, por parte de cada uno de los profesores y de los alumnos. Los representan-tes de los alumnos fueron: Aurelio Céspedes Cardona, Morión Rendón y Luis E. Muñetones.

En este mismo año, 1947, el rector comisionó a los profesores Rojas y Humberto Upegui, con el fin de ela-borar un reglamento interno adecuado para la Escuela Normal, el cual fue aprobado y publicado posteriormente.} Este año el equipo ESNOVA (Escuela Normal Varones), obtuvo el campeonato intercolegiado de baloncesto.

Este grupo de egresados, de igual forma, le gene-ró a la Escuela Normal reconocimiento nacional e inter-nacional, ya que maestros como: Fabio Arango Correa, aunque sólo ejerció como docente tres años, se des-empeñó como gerente de varias empresas en el sector privado. Jairo Arango Saraz, docente en los diferentes

niveles de la Educación, fue Secretario de Educación e Inspector Nacional de Educación Primaria. Aurelio Céspedes Cardona, ejerció cargos de gran relevancia en el ámbito nacional e internacional.

Así mismo, José Heliodoro Conto Álvarez, fue Secretario de Educación del Chocó. Fabio Echavarría, visitador y programador escolar, jefe del Centro de Publicaciones de la Universidad EAFIT, escribió muchos libros sobre educación; José Saúl Gómez Piedrahíta, quien pos-teriormente obtuvo el grado de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas, fue curador de menores, Alcalde del Municipio de Bello, Subsecretario de Educación, juez penal, juez superior. Hipólito Hincapié Roldán, aboga-do, muy vinculado al periodismo y corresponsal de las revistas “Semana” y “Visión”; trabajó en el periódico El Siglo, Caracol, RCN y Todelar. Fabio Quintero Vargas, fue gerente de Skandia. Luis Hernando Restrepo, fue jefe de la División de Materiales y Suministros de Ecopetrol; Jerónimo Suescún M., aplicó toda su experiencia profe-sional en Corona y Bavaria. Arnoldo Valencia Conto, de-dicado al periodismo, fue jefe de redacción del “Diario del Caribe”, “El Nacional”, director de “Radio Reloj”, coordinó el periódico “El Espacio”, Caracol, entre otros. Gabriel Vallejo Ospina, quien posteriormente se graduó como abogado y fue profesor de la ESAP y abogado litigante.Aurelio Céspedes Cardona, egresado de 1947, fue Subsecretario de Educación Departamental, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Antioquia en dos ocasiones, Director y Secretario General del Ministerio de Educación Nacional, miembro del Departamento de Educación del Banco Mundial en Washington y asesor de la UNESCO.

Estos fueron algunos egresados sobresalientes, entre otros personajes de gran reconocimiento, en el ámbito nacional e internacional.

“ En 1947 asumió la rectoría don Ernesto Villamizar Daza, administración de tan sólo un año, en la cual inició el trabajo con el llamado a la asistencia puntual a las clases”

Rector Gerardo Tapias Henao, 1945-1946.

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Dr. Aurelio Céspedes Cardona José María Rodríguez Rojas, egresado y profesor por muchos años, y padre de la Escuela Nueva en Colombia.

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Los procesos y mecanismos para la adquisición de dicha beca continuaron hasta que finalmente se la otorgaron para la Escuela Normal de Varones de Medellín, y se le informaba que podía proceder a matricularse, a partir del 20 de enero.

“Sobra manifestar la alegría que me produjo esta noticia. Tomé el bus escalera de las 10 a.m., el lechero, hasta la estación Porcecito, y luego el tren procedente de Puerto Berrío. Durante el viaje fui recordando el de tres años atrás cuando acompañé a mi prima María al convento de las Clarisas. Ahora yo me encaminaba a emprender un noviciado muy diferente al suyo. Ella tenía una vocación firme y había hecho ya los votos perpe-tuos, para pasar la vida en el convento, entrega-da a su Creador. Yo, en cambio, iba conducido por una ilusión, sin poder avistar lo que me tenía reservado el futuro”.

Sin embargo, el autor después de describir las características de su viaje, expresa al final en su llegada: “Al primer golpe de vista, el edificio de la Normal me pareció imponente y señorial, y completo”…, “El plantel de profesores lo confor-maba lo más selecto del magisterio nacional. La mayoría se había preparado en la Normal Superior de Bogotá, que, por entonces, regentada con sa-biduría el doctor José Francisco Socarras, oriun-do del Magdalena. Todos, cuál mas, cuál menos, ejercían la docencia con voluntad de entrega a la institución y eran conscientes de que su ejemplo y sus enseñanzas contribuían a la formación de la personalidad de los futuros maestros”. Además, “entre los docentes y discentes existía una ver-dadera familiaridad, sustentada en el respeto mu-tuo y la comprensión. Tener a los profesores in-ternos a la mano y disponibles en todo momento, fue una ventaja de que gozó el estudiantado nor-malista de aquella época”. El profesor Humberto Upegui resalta: “De mi parte, tengo presentes y les guardo gratitud a quienes más influyeron en mi formación y me ayudaron a tomar un rumbo en mi vida: Miguel Roberto Téllez, Conrado González, Moisés Melo, Jorge Fernández, Gerardo Tapias

En 1948 asumió la Rectoría don Conrado González Mejía, administración en la que se evidenció un reco-nocimiento a la labor cumplida por rectores, profeso-res y capellanes, tal como aparece en los detalles de la asistencia a las exequias de monseñor Manuel José Sierra, el 5 de marzo del mismo año.

Don Conrado era profesor de literatura, castellano y francés, de la misma Normal. Como docente era exi-gente en la corrección de las tareas académicas, pero la propiedad y la profundidad con que trataba los temas de sus lecciones, hacía que los temas a veces áridos y difíciles, se convirtieran en agradables e interesantes. Con especial sapiencia, mezclaba en sus presentacio-nes la anécdota oportuna y el chiste fino. Se casó con Margarita López de Mesa, quien, entonces era maes-tra de la Escuela Anexa a la Normal.

En la década de 1940 a 1950 el gobierno nacio-nal asignaba las becas para estudiar en las insti-tuciones públicas, a los niños de grado quinto me-diante unos cupos que asignaba a los municipios, después de pasar una prueba de selección, mo-tivo por el cual la comunidad estaba conformada por estudiantes becarios de varios departamentos colombianos, especialmente de Antioquia, Caldas, Boyacá, Atlántico, Bolívar, Magdalena y Chocó, tal como lo podemos verificar en el siguiente re-lato del texto “Memorias de un hombre sin impor-tancia”, del egresado de 1942, Humberto Upegui Ortiz, quien posteriormente fue rector en 1959:

“A mediados del mes de diciembre de 1937 el señor alcalde recibió un telegrama del Ministerio de Educación, y en el bando del día domingo dio a conocer su contenido. El Ministerio convocaba a los estudiantes que habían terminado el primer ciclo, a un concurso de selección para conceder-les una beca, en los planteles oficiales. Informó el alcalde que adjunto a la comunicación venía un cuestionario que los aspirantes debían resolver, en fecha y lugar que él determinaría.

Con el consentimiento de mis padres, me pre-senté al concurso dispuesto a trasladarme don-de fuera, si lograba que me adjudicaran la beca”.

y Hernando Elejalde. Profesores eméritos todos ellos, maestros consagrados y, sobre todo, seres humanos por excelencia”. Continúa el autor: “Don Conrado González tenía una formación humanis-ta, conocía el griego y el latín; manejaba el cas-tellano con dominio y hablaba a la perfección el francés, era un enamorado de los clásicos, cuya prosa, sencilla y refinada, imitaba con propiedad en sus escritos. Con frecuencia nos leía páginas de sus autores preferidos, que inclinaban nues-tro interés hacia ellos. En sus clases daba mucha importancia a la redacción. De allí que nos hiciera practicar a menudo, a veces sugiriendo él los te-mas, a veces dejándonos en libertad de elegirlos. Después, en el transcurso de la clase, se toma-ba el trabajo de analizar y comentar, uno por uno, nuestros ensayos, y de anotar los errores y caren-cias, ya de estilo, ya de gramática, ya de ortografía.

“En sus clases de francés hacia hincapié en la lectura y la escritura, en virtud de lo cual pu-dimos llegar a leer y traducir cuentos tan bellos como La dernière classe y La chèvrede monsieur seguin, de Alphone Dauder.

“Don Moisés Melo era un educador com-pleto, no se sentía a gusto solo con compartir la enseñanza de sus materias –Física y Química– sino que se mantenía presto a desarrollar activi-dades complementarias que contribuyeran a la formación integral de los educandos: el teatro, la música, el deporte, las excursiones. En él veía-mos al institutor y al amigo con quien contar en todo momento.

“Don Gerardo Tapias, el maestro por antono-masia, daba ejemplo con su presencia, con su por-te de caballero sin tacha. Bien vestido, elegante, pulcro y de finos modales, como vicerrector que era, le correspondía vigilar la conducta de los in-ternos. En este aspecto se le consideraba exigen-te y hasta puntilloso, pero a la hora de la verdad actuaba con humanidad y tolerancia. ¿Cómo dar una buena clase a niños de primaria? Para ello don Gerardo nos instruyó en los recursos peda-gógicos que ha de aprovechar el maestro a fin de

captar la atención de los alumnos, hacerse enten-der y despertarles el interés.

“Don Jorge Fernández pertenecía a la cate-goría de los profesores toderos, y, como tal, esta-ba en la disposición de enseñar con suficiencia di-versas materias del bachillerato. No era licenciado, pero contaba con una larga experiencia y dotes es-peciales para el magisterio. Con él vimos Historia Universal, Algebra y Agricultura. Se paseaba por el aula dictando la clase, como los filósofos peripaté-ticos, y rara vez ocupaba la cátedra. Gozaba ense-ñando, porque esta era su vocación. ‘Boccassio’, lo apodamos porque hablaba con mucho entusias-mo de los humanistas del Renacimiento.

“También tuvimos profesores de cátedra, por cierto, muy aprestigiados: el historiador Julio César García, el musicólogo José María Bravo Márquez, el pintor Eladio Vélez y el maestro Carlos Vieco.

“El catedrático doctor Julio César García nos enseñó historia de Colombia, materia de su domi-nio, sobre la cual escribió un texto serio y bien do-cumentado que varios colegios adoptaron como guía para la enseñanza. También investigó sobre las grandes civilizaciones precolombinas, y dejó un texto con el título de ‘Los primitivos’, que ha servido de consulta para aproximarse al conoci-miento de aquellas civilizaciones.

“Apoyado en sus propios textos, el doctor García, nos impartía la enseñanza asumiendo en la exposición un tono grave, a veces con titubeos, porque carecía de fluidez. Él mismo, consciente de esta debilidad, solía decir a sus amigos: ‘Yo no sé hablar, sólo se leer y escribir’. Y, en verdad, escribía al estilo de los clásicos y leía con impe-cable dicción.

“Por su porte y decoro infundía tal respeto que sus alumnos no se atrevían a interrumpir su disertación, ni los más necios osaban faltar a la urbanidad, en su presencia.

“Bravo Márquez y Carlos Vieco nos daban la clase en el salón de la biblioteca, porque allí repo-saba el piano que para ellos era una ayuda peda-gógica invaluable. (Este piano, piano de cola, lo

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importó la Normal por intermedio de la misión ale-mana que la visitó a finales del siglo XIX).

“Don José María Bravo, don Pepe, como le decíamos con respeto y cariño, nos dictaba his-toria de la música. Lo mejor de su clase, por cier-to muy amena, radicaba en el modo de exponer e ilustrar los temas. Se sentaba al piano, ponía sus manos gordas sobre el teclado, dejaba correr unos segundos de suspenso, y, enseguida, anunciaba lo que iba a ejecutar. ‘Escuchen - nos decía-, como era la música de los babilonios, de los egipcios, de los griegos’.

“Don Pepe afirmaba con entera convicción: ‘Todo el que habla, canta’. Con base en este pos-tulado suyo conformó coros juveniles y creó el Orfeón Antioqueño, conjugando una pluralidad de voces en perfecta armonía, que enriquecían el canto y deleitaban los oídos.

“Recuerdo que, muy a menudo para finalizar la clase, le pedíamos: ‘don Pepe, por favor, tóque-nos la Marcha de los soldaditos de plomo’. Y él nos complacía al instante.

“El Maestro Vieco nos daba canto y solfeo. Aunque carecía de dotes pedagógicas para en-señar y mantener la disciplina dentro de la clase, se ganaba la comprensión y la tolerancia de los estudiantes, por su bonhomía y por el prestigio de que gozaba, como artista auténtico. Cuando, en clase, los desatentos e indisciplinados del grupo se alborotaban y hacían ofuscar a don Carlos, él apelaba al auxilio de la música para hacer callar. Entonces, pasaba al piano, y con sus dedos de-licados de virtuoso le sacaba las más expresivas melodías de su creación, como ‘Te vi cultivando rosas’ o ‘Tierra labrantía’.

“Don Eladio Vélez fue uno de nuestros pro-fesores de dibujo. Cuando se encargó de esta asignatura hacía poco que había llegado de Italia, donde estudió pintura y conoció los originales de los grandes artistas del Renacimiento que le sir-vieron de modelo para sus propias creaciones.

“Don Eladio sabía bien cuál era la finalidad de este curso: enseñarnos los rudimentos y la

técnica del dibujo, considerado como un auxiliar importante de la enseñanza, y más en este tiem-po en que no se disponía de los medios audiovi-suales de hoy.

“Don Hernando Elejalde, nuestro profesor de literatura, era el docente filósofo, el inconforme, el eterno estudiante acuciado por el interés por el conocimiento. Él nos contagió su pasión por los libros y nos indujo a la lectura de temas literarios novedosos, fuera de las antologías y florilegios de los textos oficiales. ¡Cómo lo recuerdo! ¡Me pare-ce verlo pasearse por los corredores del claustro, con un libro en la mano y sobándose, sin pausa, la barba. ‘El loco Elejalde’, lo apodaban sus po-cos amigos y sus muchos admiradores.

“Dado que el fin de la educación normalista ha sido el de preparar buenos maestros, tanto las asignaturas como las actividades complementarias contenidos en el plan de estudios, estaban orien-tadas al cumplimiento de este objetivo.

“A partir del tercer año eran obligatorias, para el alumno, estas materias: Pedagogía, Metodología, Psicología Infantil, Filosofía e Historia de la Educación. Sin embargo, las humanidades no estaban excluidas del currículo normalista; por el contrario, ocupaban un puesto importante ya que desiderátum era lograr una formación integral.

“En el tercer año, pues, se iniciaba en firme la carrera del Magisterio. El alumno maestro tenía que asistir unos días a la Escuela de aplicación, para observar cómo enseñaban, cómo dictaban sus clases los maestros seleccionados para ser-vir de guías y modelos.

“En los últimos años de la carrera, o sea cuar-to y quinto, el alumno normalista debía dedicar varias semanas a la práctica docente, al conoci-miento del régimen escolar y todo lo relacionad con el funcionamiento de una escuela primaria”.47

El rector en el año de 1937, don Bernardo Arango “Era un hombre bonachón, entregado en cuerpo y alma al magisterio, y un veterano de la

47 UPEGUI ORTIZ, Humberto. Memorias de un hombre sin importancia, páginas 94, 95,…103

docencia. Conocía, como pocos, los problemas de la escuela primaria”.48

Igualmente sigue el autor describiendo a sus maestros, como don Ramón Carlos Góez, quien había sido pasante en la Universidad Nacional, bajo la dirección de Luis López de Mesa, y sobre-salía por ser un geógrafo y cartógrafo muy diestro.

Del mismo modo resalta del doctor Miguel Roberto Téllez el haber recibido una especializa-ción en la Universidad Libre de Bruselas, siendo discípulo de Claparéde, Piaget y Decroly, motivo que le facilitó orientar a sus estudiantes en el co-nocimiento de la psicología del niño que Claparede había investigado con rigor científico y la aplica-ción de los centros de interés, en la enseñanza, siguiendo a Decroly, su creador y promotor.

Es conveniente resaltar en esta década, la vi-sita del 2 de junio de 1959, por parte del doctor Omar Albarracín, Jefe de la Misión de Asistencia Técnica de la UNESCO, después de la cual emitió un informe solicitándole al Ministerio de Educación elevar a la categoría de piloto a la Escuela Normal. Veamos los detalles:

“En cumplimiento de una honrosa misión que me confiere el Director de la Sección de Bachillerato del Ministerio de Educación Nacional, tuve la oportunidad de trasladarme útilmente a la ciudad de Medellín, donde dicté una serie de conferencias a los profesores secundarios, acer-ca de los problemas fundamentales de pedago-gía y las didácticas modernas. Me es muy grato informarle a usted que aproveché la oportunidad anterior para visitar detenidamente la Escuela Normal Nacional de Varones que funciona en esta ciudad y que dirige el educador colombiano don Humberto Upegui. Pude admirar en ese prestigio-so establecimiento una organización y una admi-nistración dignas de todo encomio, tanto la labor docente como el trabajo de capacitación profe-sional de los futuros maestros primarios, se reali-zan ahí con abnegación, con alto tino pedagógico y con sistemático rigor científico, lo cual me hace

48 Ibíd., p. 103.

pensar que esta Escuela Normal pudiera ser ele-vada a la categoría de establecimiento piloto, en su índole, entregándosele la responsabilidad de realizar una serie de ensayos previos para sentar las bases de una posterior reforma integral de las Escuelas Normales de Colombia.

Me complazco con este motivo, en expresar-le mis más sinceras felicitaciones”.49

Durante 1949 se realizaron los exámenes para aquellos que habían finalizado sus estudios y deseaban optar el título de Maestro, dicho examen se presentaba en pre-sencia del rector, y el delegado del Ministerio, tal como se puede apreciar en el acta del examen presenciado por la rectora del Cefa, doña Lola González, el rector de la Normal Nacional de Medellín, don Conrado González Mejía, y el delegado del Ministerio de Educación, don José María Rodríguez Rojas, el día 19 de noviembre de 1949.

Entre 1951 y 1953 asumió la Rectoría de nuevo un egresado, don Nicolás Gaviria Echavarría, recono-cido pedagogo e historiador, el cual haciendo eco a las apreciaciones consignadas en sus textos, expresa-ba: “Llamo al trabajo en equipo, la lealtad de unos para con los otros como principio fundamental y norma de conducta, normas con las que ganará el noble claustro.

“Exalto la importancia de la franqueza en el trato dentro de la más pura intención y de la más escrupulo-sa de las delicadezas. Problemas, dudas, inconformi-dades e irregularidades deben ser tratados con recti-tud y caballerosidad, con juicio y serenidad, buscando siempre el bello ideal que nos congrega: Engrandecer la falta y su gravedad para no ser injustos. Llamaba a los profesores a que pusieran mucho cuidado en la prepa-ración de las clases y en los métodos, procedimientos, sistemas y formas de enseñanza, pues la mayor parte de las veces, el profesor era el responsable de la mala disciplina, y si así ocurría, entonces la sanción en tales casos sería aplicada injustamente.

En 1951 toda la comunidad normalista inició to-dos los preparativos para celebrar con gran regocijo el centenario de la Escuela Normal. Sin embargo se

49 Texto retomado del libro “Memorias de un hombre sin importancia”, del egresado Humberto Upegui Ortiz.

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generó un debate referente al mes exacto de su crea-ción, pues se retomó por ejemplo, la lectura de la ley del 26 de agosto de 1842, que detallaba la creación de las Escuelas Normales en el país, lo cual era investigado por una comisión de docentes encabezados por José María Rodríguez Rojas, en tanto que la Academia Antioqueña de Historia sostenía que había sido el 28 de junio de 1851. Por su parte, el señor Vicente Ramiro Ferrer en su tratado sobre “La pedagogía en Antioquia” decía que ocurrió en julio, y el señor Carlos Uribe Echeverri ano-taba la fecha del 1 de enero del año mencionado. No obstante esta discusión, tenían claro que se conmemo-raba cien años de la creación de la Normal.Don Nicolás Gaviria Echavarría, excelente maestro y autor de “Discursos y otros escritos”, en donde concentraba toda su experiencia como maestro, además de sus tex-tos de Historia y Filosofía de la Educación, se destaca-ba además como diputado a la Asamblea de Antioquia,

Representante al Congreso Nacional y primer Decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.

Durante su rectoría, en el año de 1951, debió diri-gir un proceso de expulsión de un alumno, hijo del pro-fesor José María Rodríguez Rojas, por considerarse que el joven Fabio Rodríguez Villa era desconocedor de la autoridad, disociador y subversivo, lo cual generó unos roces entre el grupo de profesores. Finalmente, el ex-celente manejo de don Nicolás Gaviria condujo a una propuesta que permitía el diálogo cordial y la acepta-ción del maestro José María Rodríguez, ante la expulsión de su hijo. Las relaciones entre la Escuela Normal y la Universidad Pontificia Bolivariana se mantenían a través de la selección de maestros para laborar en su prima-ria, así como por medio de los intercambios deportivos.La celebración del centenario se realizó de manera sencilla, asociada a la graduación de los estudiantes de último año.

La Escuela Normal le consagra al Divino Maestro su modelo, su guía ideal de su educa-ción, su señor y su Dios. Medellín nov. 22 de 1952 Nicolás Gaviria Echavarría

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Promoción Maestros 1953.

Promoción Maestros 1956.

En 1956, el rector Juan Gallego expuso un óleo del general Gustavo Rojas Pinilla, lo cual generó un gran descontento entre los estudiantes, por ser un dictador; por ello elaboraron un manifiesto que expresaba, ade-más de su inconformismo, la decisión de entrar a paro. Ante el conocimiento de dicho manifiesto por parte del Ministerio, éste envió una comisión con la intención de clausurar la Escuela Normal, pero al darse cuenta el secretario de la Normal, Javier Muñoz Mora, de dichas intenciones de la comisión, conversó con los estudian-tes y delegados del Ministerio hasta llegar a un acuer-do, evitando así la clausura.Posteriormente, a mediados del año, tomó posesión como rector don Horacio Gil Henao, normalizándose totalmente la situación.En 1959, fue rector un egresado de 1942, Humberto Upegui Ortiz, quien se había destacado por su traba-jo minucioso en cada uno de los acontecimientos de la institución. Los egresados fueron los que aparecen en la siguiente fotografía.

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Era un grupo conformado por un gran número de maes-tros que, posteriormente se destacaron en el ámbito regional, entre ellos Bayardo Giraldo U., quien obtuvo una tesis laureada al recibir el título de maestro, y so-bresalió como un excelente dirigente educativo desde la Secretaría de Educación Departamental. También egre-só el profesor Guillermo Lenis, quien, posteriormente, fue maestro de la Escuela Normal.En 1960 asumió la rectoría don Libardo Bedoya Céspedes, egresado de la Escuela Normal, quien cum-plió a cabalidad dicha responsabilidad hasta 1969. Era una persona amante de las letras y las ciencias sociales. Durante su administración el gobierno nacional le con-firió por Decreto Nº 0314, del 9 de febrero de 1960, el carácter de Plantel Piloto, durante la presidencia de Alberto Lleras Camargo.

Decreto Nº 0314, del 9 de febrero de 1960,

“Por el cual se confiere el carácter de Planteles Piloto a unas Escuelas Normales Superiores.

El Presidente de la República de Colombia en uso de sus atribuciones legales y

CONSIDERANDO:

• Que es necesario experimentar los proyectos de planes de estudio y programas, los métodos y técnicas de enseñanza, las prácticas de entrena-miento pedagógico y las actividades que deban incorporarse a la formación del magisterio co-lombiano, como base de una reforma de la edu-cación normalista,

• Que por sus condiciones técnicas, los ele-mentos humanos de que dispone y la facilidad de ejercer una supervisión frecuente, las Escuelas Normales Superiores de Tunja y Medellín, reúnen condiciones adecuadas para cumplir los objetivos fijados en el artículo 2º del Decreto Nº 1149 de 1958 para los planteles Piloto en general,

DECRETA:

Artículo Primero: Confiérase (sic.) el carácter de Planteles Piloto a la Escuela Normal Superior de Varones de Medellín y a la Escuela Normal Superior de Varones de Tunja, anexa a la Universidad Pedagógica.

PARAGRAFO: Las Escuelas Normales Superiores a que se refiere el presente artículo, aprovecharán el presente año para elaborar sus planes y pro-yectos de trabajo de manera que puedan iniciar labores como Planteles Piloto a partir de 1961.

Artículo Segundo: Autorízase al Ministerio de Educación para que por medio de resolucio-nes reglamente el funcionamiento de las Escuelas Normales Piloto.

Artículo Tercero: Queda en esta forma modi-ficado el ordinal del Artículo Primero del Decreto Nº 1419 de 1958.

Comuníquese y cúmplase. Dado en Bogotá D.E. a 9 días del mes de Febrero de 1960. (Fdo) Alberto Lleras Camargo. (Fdo) Abel Naranjo Villegas”.

Durante 1961, con la institución a cargo de don Libardo Bedoya Céspedes como rector, Marta Velásquez como secretaria, Fabio Moreno Tobón como médico, Hernando Mora Huertas como odontólogo, Blanca Stella Pérez como bibliotecaria, y Bety Zapata Correa como enfer-mera, se hizo énfasis en el deporte como elemento fun-damental para forjar personalidades física y espiritual-mente fuertes y fue así como el profesor de educación física y deportes Carlos Mejía, llamado cariñosamen-te el “Che Mejía”, desarrolló un proceso continuo y de alta competencia en boxeo, basquetbol, fútbol, nata-ción y ping pong, animado por la presencia de alum-nos de gran fortaleza y capacidades para dichas disci-plinas, como: Ernesto González Manrique, Jorge Torres y Pacho García.

De igual forma, se desarrolló el Centro de Ayudas Audiovisuales, como centro de materialización en imá-genes gráficas y sonoras de los conocimientos que

Rector Humberto Upegui Ortiz, 1959.

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debían impartirse en la Escuela, ya que se tenía claro que pedagógicamente eran los mejores instrumentos de que se valía el maestro para transmitir la enseñanza. Dicho centro seguiría las orientaciones del Seminario de Ayudas Audiovisuales que funcionaba en Bogotá, bajo la dirección del Ministerio de Educación Nacional.

Eran de resaltar igualmente las capacidades del profesor Juan Isidro Londoño, quien a pesar de tener dificultades para dirigir los grupos, los alumnos reco-nocían su alto nivel para trabajar las artes plásticas.

Se destacaba también la asignación de respon-sabilidades en los alumnos, dando origen al Centro Literario Normalista, bajo la dirección del alumno Óscar Arboleda Palacio.

Don Francisco Montoya Rueda, director de la Escuela Anexa (FARRUCO) Álvaro Abril, Revista Presencia Normalista.

Hablando con un amigo mío…Álvaro Abril, Revista Presencia Normalista.

Libardo Bedoya Céspedes, rector entre 1960 y 1968.

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El espíritu de París en la Normal Álvaro Abril, Revista Presencia Normalista.

Es relevante observar cómo este grupo de docentes in-fluyeron en cada una de sus áreas, tan eficientemente, que dieron origen a grandes personajes del país desde diferentes frentes, tales como: Óscar Arboleda Palacio, Secretario de Educación de Antioquia, ex Presidente de la Cámara de Representantes, Secretario de Obras Públicas y Representante del Parlamento Andino; Ernesto González Manrique, abogado muy prestan-te; Policarpo Varón Gómez, columnista de reconoci-das revista nacionales; Armando Amaris Arteaga, ex Senador de la República.

En esta misma época se venían desempeñan-do como profesores en la Escuela Normal: Gonzalo Cardona, quien fue profesor de matemáticas de los gra-dos cuartos y quintos, y Gustavo Uron Solano, quien fue dirigente de la Asociación Colombiana de Enseñanza Secundaria, ACPES, así como de la Federación Nacional de Trabajadores, al servicio del Estado, FENALTRASE y la Cooperativa del Magisterio y del Centro de Estudios e investigaciones docentes, CEID-Adida.

Expresaba el señor rector en ese año: “El estudian-tado estaba compuesto por alumnos semi internos y

Centro Literario Normalista conformado por Óscar Arboleda Palacio, Policarpo Varón Gómez, Álvaro Abril Moreno.

En el acto se pone la primera piedra para la construcción de un nuevo edificio, destinado para los servicios del internado.

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externos: siendo la mayoría de internos becarios por la Nación, el Departamento o los municipios, con alumnos de la Costa, de Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Valle, Caldas Santander, Chocó y Antioquia.

“Ciertas medidas de selección, pruebas de apti-tud, seriedad en los estudios, amplitud de normas dis-ciplinarias, promoción de actividades sociales, tendían a despertar en los estudiantes una extraordinaria mís-tica profesional hasta el punto de que el alumnado fue-ra la mejor reserva con la que contara la Escuela para mejorar sus promociones de maestros”.

De manera similar, expresaba don Libardo, al descri-bir el grupo de profesores, que la Escuela Normal con-taba con licenciados idóneos, que tenían la conciencia

de su responsabilidad, el prestigio de su capacidad y un gran amor por la Escuela Normal.

Durante 1962, don Libardo, al igual que la Institución, continuó en la misma dinámica de fortalecimiento en las actividades deportivas y artísticas, con gran participa-ción del estudiantado.Durante 1964 se hizo entrega a la Escuela Normal del nuevo pabellón, cuya gestión realizada por don Libardo Bedoya, de común acuerdo con el egresado y Ministro de Educación, Gabriel Betancur Mejía, hicieron que di-cha obra fuera una realidad.

A dicha inauguración asistieron Luis Eduardo Marín, ex rector, José Roberto Vásquez, Pedro Nel Baena, Francisco Luis Hernández y Alfonso Ramos.

Imágenes correspondientes a las actividades deportivas de-sarrolladas en el plantel.

El nuevo pabellón de la Escuela Normal se construyó gracias al apoyo del ex alum-no Gabriel Betancur Mejía, Ministro de Educación en 1964.

Las profesoras Margarita Ferrer, Lucía Rincón, Ofir y Doña Bety Zapata.

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Se hizo un reconocimiento a los fundadores de la Escuela Normal mediante visita al cementerio de San Pedro, ante la tumba de Mariano Ospina Rodríguez y Pedro Justo Berrío, con presencia del gobernador de Antioquia José Roberto Vásquez. Se continuó con los procesos de implementación de la reforma normalista iniciada desde 1961. En ese año de 1964 se realizó la graduación de 68 maestros, la mayor hasta esa fecha.

Se destacan la gran cantidad de proyectos que se realizaron durante ese año, tales como la peluquería, a cargo del alumno maestro Néstor A. Castaño Gómez, quien siendo peluquero de profesión ingresó a la Escuela Normal, por influencia de sus amigos. Con él se pro-piciaron anécdotas muy graciosas al ingresar, ya que al llegar bien vestido y de bigote, los alumnos de pri-mer grado pensaron que era un profesor. Actualmente es un gran comerciante y líder de la Plaza Mayorista.

Se realizó una celebración de fiesta normalista con mucho ímpetu y realeza, con la participación de las ex reinas y reina de ese año, la señorita Rosmary Barrera. Se puede apreciar una Normal bella y con gran cuidado de la naturaleza, representada en jardines. El desarrollo deportivo, liderado por el profesor de educación física, Carlos Mejía, rindió sus frutos con los alumnos maes-tros Guillermo Londoño, Albeiro Cárdenas, Inocencio Palacio, Conrado Ortega y Sabas Mercado, y empe-zaron a sobresalir algunos deportistas como el alumno Migdonio Palacio, quien se destacó en 200 y 400 me-tros planos, y quedó subcampeón en competencia na-cional en los 400 metros planos en Barranquilla; igual-mente, Jorge Hernández en salto, Francisco Zapata en maratón, Ignacio Tabares en 200 metros planos, al igual, que un equipo de fútbol, de basquetbol y una re-vista de gimnasia de alto nivel.

Migdonio Palacios, campeón bolivariano en los 200 y 400 metros planos.

“Se destacan la gran cantidad de proyectos que se realizaron durante ese año, tales como la peluquería, a cargo del alumno maestro Néstor A. Castaño Gómez, quien siendo peluquero de profesión ingresó a la Escuela Normal, por influencia de sus amigos.”

Junto a la tumba de Pedro Justo Berrío, después de su admirable discurso alusivo al homenaje, el Dr. José Roberto Vásquez, ex gobernador del Departamento, es felicitado por el Rector de la Institución.

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En 1965, la institución tenía quinientos alumnos, ocho grupos del ciclo básico y cuatro del ciclo profesio-nal, una Escuela Anexa y dos afiliadas, una institu-ción nocturna para la educación de adultos, un edifi-cio nuevo para los alumnos internos, una reforma del plan de estudios, una atmósfera de trabajo de investi-gación y alegría, acción social y cultural y proyección a la comunidad.

La Escuela Normal continuó afrontando las dispo-siciones del Decreto 1955 de 1963, lo cual implicaba un llamamiento a la docencia para efectuar un cambio en el sistema educativo; porque no se refería única-mente a cambios en el funcionamiento de las Escuelas Normales, sino a la formación de un tipo de educador colombiano que respondiera a las exigencias de la vida agitada del hombre moderno.

En consecuencia, la reforma normalista se propo-nía constituir en los alumnos maestros, mentalidades de un dinamismo de conjunto para acometer el proce-so enseñanza-aprendizaje.

Se centraron los objetivos de la educación norma-lista en proporcionar formación cristiana y democráti-ca, científica, profesional, técnica adecuada, física, es-tética, cívica y social.

Nació el grupo de teatro en la Escuela Normal, como estrategia en las clases de español y se formali-zó la práctica docente en cuatro etapas: observación, ayudantía, práctica parcial y práctica integral.

Se continuó el trabajo en las artes con la estudian-tina, el grupo de cantores, sobresaliendo un trío norma-lista, del cual dos de sus vocalistas, en la actualidad, son grandes exponentes musicales, como son Carlos Arturo González, llamado cariñosamente “El señor del bolero”, y Omar Barco, actualmente coordinador acadé-mico del colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana y miembro del gran grupo musical “Par Dúo”.

Este desarrollo de la educación en las artes obede-cía a la gran mentalidad y brillantez de personas como Guillermo Ceballos, que respaldado por el rector don Libardo Bedoya, acertadamente tenía claro que:

• La música es un excelente auxiliar pedagógico.• La música nos autodisciplina y nos socializa.

Trío normalista de 1965, en la que se aprecia a Carlos Arturo González, (El señor del bolero) y Omar Barco, integrante actualmente del grupo musical “Par Dúo”.

En las masas corales, estudiantinas y demás or-ganizaciones musicales, cambiamos el egoísmo por la colaboración, el altruismo y la sociabilidad.• La música educa nuestro carácter y eleva nues-tros sentimientos.• También nació el Banco del Libro, metodología que permitía el acceso a textos por un pequeño dinero que se empleaba para comprar más libros.• Además de las artes y los libros, la Escuela Normal permitía el desarrollo de los deportes, con lo cual se incentivaba: • Un equipo infantil “Esnova”, subcampeón de-partamental intercolegiado, conformado por Rodrigo Meneses, Walter Henao, Darío Marín Gil, Darío Díaz, Alfredo Marín Gil, Azael Lozano y Luis Guillermo Mosquera.• Un gran atleta velocista, Migdonio Palacios Hurtado, que sobresalía no sólo en las pistas na-cionales sino en las internacionales, llegando a

ser representante de Colombia en los V Juegos Bolivarianos. Posteriormente pasó a conformar, como egresado, el gran grupo de docentes de Educación Física de la Universidad de Antioquia, después de terminar su licenciatura en dicha área. • Un gran culturista aspirante a Mister Colombia, llamado Tucídides Perea Rosero.• Un gran boxeador en la categoría Walter, el alum-no maestro Jairo Lopera Aristizábal, quién repre-sentó a Antioquia en 1965.• Un excelente equipo de basquetbol conforma-do por Fabio Sierra Yepes, Luis Daniel González y Resalió López Gómez (seleccionados por Antioquia al octavo Campeonato Nacional Juvenil) Hernán Martínez y Américo Arango.• Una gran selección de fútbol de mayores, confor-mada por Teodoro Cardona, Carlos Vélez, Migdonio Palacios, Javier Giraldo, Gonzalo Cadavid, Carlos Arenas y Orlando Ortiz.

Grado quinto de la Escuela Anexa “Santander” con su profesor Cristóbal Polo R.

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En 1966 la Escuela Normal hizo el reconocimiento de admiración y cariño a Nicolás Gaviria Echavarría, Eduardo Casas, Francisco Luis Hernández, César Villa Gaviria, Enrique Barrera y Vicente Muñetones, egresados de 1916, como representantes de ese grupo de ilustres maestros que realizaron una obra perdurable y brillan-te para la educación colombiana.

Visitaron la Escuela Normal algunos egresados de la promoción de 1916, cuando la Normal funcionaba en el viejo local de la Quinta (Carabobo X Pichincha), y acompañaban a los graduandos de esa época, el rector don Alejandro Mejía, el vicerrector don Carlos Ceballos, el capellán Pbro. Manuel José Sierra, el profesor de filo-sofía Pbro. Enrique Uribe Ospina, el director de la Anexa don Elías Gutiérrez, el profesor Luis Eduardo Marín y otros profesores del plantel.

Fue el año en el que el Ministro de Educación, doc-tor Gabriel Betancur Mejía, hizo un reconocimiento a la labor de la Escuela Normal en sus 115 años en la forma-ción de maestros. Año en el que el rector don Libardo Bedoya quiso entregarle al doctor Gabriel Betancur el título de maestro, título que no le había sido otorgado en 1935 por la convulsión política-religiosa de esa épo-ca, resultado de una lamentablemente decisión, que le exigía a todos los estudiantes de último grado abando-nar el claustro, faltando tan sólo un mes para su gra-duación, por un acontecimiento que no fue aceptado como accidente.

El motivo por el cual el doctor Gabriel Betancur no aceptó el título en ese momento, respondió a que di-cho diploma debía llevar su firma como Ministro, ante lo cual se sentía impedido, y demostraba así su respe-to profundo por la Ley.

En el discurso de dicho acto solemne de finaliza-ción de las festividades normalistas, expresaba el se-ñor rector:

“Esta es la misma Normal que abandonasteis hace treinta y un años pero ahora sin la convulsión política–re-ligiosa de esa época, que lamentablemente os obligó a abandonar el claustro sin la culminación de los estudios.

Pero aunque se conserva y se rinde culto a la tra-dición y se marcha vigorosamente sobre el acantilado invulnerable de los valores eternos, esta que veis ahora

Dr. Betancur, es una Normal nueva abierta a todas las inquietudes del espíritu que, aunque se envuelve en su historia como dentro de una crisálida humana y glorio-sa, abre sus alas a la luz del porvenir y con el mismo espíritu de siempre ilumina el camino de las nuevas ge-neraciones dentro de los postulados de la pedagogía.

Hoy podéis apreciar una Normal en la que el estu-diantado participa activamente no solo en el logro de los objetivos de su preparación sino también en el go-bierno de su propio plantel y en las actividades filan-trópicas, sociales y de investigación para canalizar de esta manera su dinámica juvenil hacia la conquista de las metas de la educación. Hoy los alumnos maestros no se sienten “excluidos” ni “inhibidos” ni “prisioneros” y, por lo tanto, como dueños de su propio destino, de-sarrollan en atmósfera de libertad y responsabilidad su propia personalidad.

También podéis ver ahora una Normal en la que su profesorado ha descendido de su cátedra postulante de plataforma para, en el plano de la clase, incorporar-se con toda su capacidad y energía a las tareas de la investigación y aplicación de la convivencia con fraternal camaradería con los estudiantes, ayudándoles a superar los escollos del aprendizaje, buscando los recursos y posibilidades de cada uno de sus alumnos, aconseján-dolos para que se ciñan en su conducta a las normas de la moral cristiana y tratando de despertar en ellos la mística del magisterio” (Libardo Bedoya Céspedes).

En ese mismo año se puso en vigencia en la Escuela Normal un nuevo sistema disciplinario que consistía en la participación activa y responsable de los estudiantes en el gobierno del plantel. Todos los estudiantes del úl-timo curso profesional, por turnos semanales, desempe-ñaron labores de dirección, administración y control de su propia Escuela bajo la simple supervisión del profe-sorado, con el propósito de fortalecer el sentido de la responsabilidad, dentro de la libertad de la autodetermi-nación de los alumnos que, al siguiente año, estarían en-cargados de la dirección y orientación de las escuelas.

Fue un año donde se continuó con el fortaleci-miento físico y la participación deportiva en básquetbol y fútbol, con estudiantes talentosos en dichas discipli-nas como: Daniel Peralta, Velásquez, Sánchez, Arango,

Sierra, Castro, Mejía, Longas, Serna, Palacio, Guzmán, Naranjo, Mosquera, Cuesta, Lozano y Mazo. (Ver foto de 1966, revista)

En las artes se destacaban el coro polifónico y la estudiantina, que eran dirigidos por el profesor Guillermo Ceballos.

En 1967 se vivía una Normal, que a la sombra de su historia gloriosa, abría las aulas a la luz del porvenir, con la seguridad de estar cumpliendo con Dios, la pa-tria y la sociedad.

Era un año en el que sobresalía la capacidad de escritura desde la reflexión de la historia y la diná-mica de la vida actual, dentro y fuera de la Escuela Normal, por parte de alumnos maestros como Luis Javier Arroyave Morales, quien ejerció como maestro en el Instituto Técnico Agropecuario de Andes, pro-fesor de la institución Educativa Gonzalo Restrepo Jaramillo; profesor del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid y de la Universidad Nacional, sede Medellín; además de graduarse como médico veteri-nario, y ser posteriormente, Vicerrector Académico del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia, Decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia; Rector de la Universidad de Antioquia, y, finalmente, Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la misma uni-versidad. Todavía continúa colaborando con ahínco en bien de la educación antioqueña, participando como miembro activo del Consejo Superior de la Universidad de Antioquia, en representación de los ex rectores, y de los consejos directivos de la Normal Superior y del Instituto Pascual Bravo.En ese mismo año se continuó el fortalecimiento de las artes, los deportes y los procesos administrativos, por parte de los alumnos maestros, desde las danzas, la es-tudiantina, el periódico estudiantil “Ecos Normalistas”, la acción cultural, el teatro, el fútbol, la gimnasia y la mú-sica. Con la graduación de maestros que combinaban sus cualidades artísticas fortalecidas en la Normal con su labor como maestros, se entregaba a la sociedad se-res más íntegros profesional y personalmente. Ha sido el caso de Omar Barco, quien siendo coordinador acadé-mico del colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana,

hizo parte del excelente dueto musical “Par Dúo”; al igual que la formación de otros maestros que llegaron a ser grandes dirigentes deportivos como Baltazar Medina, quien fue profesor y director del Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia, Gerente Nacional de FEDEAZAR, en el gobierno del doctor Álvaro Uribe y, actualmente, Presidente del Comité Olímpico Nacional.En 1968 visitó la Escuela Normal el Ministro de Educación Nacional, el doctor Octavio Arismendi Posada. Le impu-so al maestro Miguel Roberto Téllez, a Libardo Bedoya Céspedes y a Antonio Restrepo Gallo la orden Nacional del Mérito Educativo “Camilo Torres”. A dicha reunión asistieron los siguientes ex rectores: don Miguel Roberto Téllez, don Bernardo Arango Macías, don Julio Arango Aguilar, don Carlos Ceballos, don Gerardo Tapias y don Libardo Bedoya Céspedes.

Se realizó el acto de celebración de las bodas de oro profesionales de los institutores que recibieron su título en 1917, con la presencia del ex rector Bernardo Arango Macías.

Fue un año de mucha apertura en todos los proce-sos de convivencia y participación de los alumnos, en gran cantidad de proyectos y participación institucional.

Durante 1969 asumió la rectoría el doctor Delfín Acevedo Restrepo, hasta 1972; ex alumno de inteligen-cia brillante, de gran dinamismo, honesto y con sen-tido de pertenencia, quien desarrolló un despliegue de acciones en pos del reconocimiento de la Escuela Normal en el ámbito regional y nacional. Abogado de la Universidad de Antioquia, se desempeñó como rector del Liceo Departamental “Aurelio Mejía”, de Yolombó, y “Efe Gómez” de Fredonia, además de ser ex con-cejal de Medellín, ex diputado, ex representante de la Cámara de Representantes, y autor de muchos textos pedagógicos, y posteriormente, se desempeñó como director de la ESAP y rector de la Universidad Distrital.

Fue un año de mucho despliegue deportivo en el fútbol y el basquetbol. Se fortalecieron las conferen-cias académicas, como las de los doctores: Ignacio Vélez Escobar, María Ospina Hernández, Pedro Javier Soto Sierra, Guillermo Vélez Vélez, J. Emilio Valderrama, Gustavo Patiño Duque, Javier Gutiérrez Villegas y Samuel Arturo Calle.

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Integrantes del equipo de basquetbol.

Integrantes del equipo de Futbol

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En 1970 el doctor Bernardo Elejaldo Toro, abogado y senador, presentó el proyecto de Ley al Congreso de la República, mediante el cual se convertiría la Escuela Normal en UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE ANTIOQUIA, durante el gobierno del Dr. Misael Pastrana Borrero, con el apoyo de los parlamentarios antioque-ños, como reconocimiento a su gran labor durante los ciento veinte años de su fundación. Infortunadamente, la Ley aprobada por el Congreso no fue sancionada por el Ejecutivo por falta de presupuesto. 50

En ese mismo año, mediante Decreto 1937-71, la Presidencia de la República confirió a la Institución la distinción “Honor al Mérito Educativo”, galardón entre-gado por el Ministro de Educación, Luis Carlos Galán Sarmiento, al rector Delfín Acevedo Restrepo.

Los alumnos maestros Alfonso Yepes Rojo, Heriberto Saldarriaga y Guillermo León Yepes Betancur, asumieron la responsabilidad de la décima entrega de informes, con la intención de expresar los avances en la forma-ción científica, profesional, social, técnica, moral y físi-ca, para irradiarla hacia la sociedad, tal como lo expre-saba Guillermo Yepes, quien era rector de la Institución Educativa Juan de Dios Carvajal, (institución que nació como Escuela Anexa de la Escuela Normal), cuya res-ponsabilidad le había permitido un alto reconocimien-to a nivel Municipal.

El grupo Scout xv desplegaba acciones de ayu-da institucional, desde diferentes frentes. Coordinado 50 REVISTA DE LA NORMAL NACIONAL PILOTO. Medellín, 1961, p. 8.

por los alumnos maestros Carlos Ceballos, Juan Carlos Zapata y Alfonso Yepes Rojo. Este último siendo to-davía profesor de las Escuelas de Medellín, ingresó al seminario de Cristo Sacerdote, en el municipio de La Ceja, y después de ordenarse fue asignado para el co-rregimiento de La Caucana, donde realizó una gran la-bor que permitió grandes mejoramientos de conviven-cia en dicha región, a pesar de la presencia de grupos armados; esta labor le valió el reconocimiento de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Fue asignado enton-ces para conformar el equipo pastoral de dicha dióce-sis con sede en Tenche, entre Carolina del Príncipe y Amalfi. Posteriormente, como profesor del Seminario, mereció la oportunidad de una beca para realizar es-tudios en Roma, para así ser nombrado por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, como prefecto Apostólico del Amazonas, el 7 de mayo de 1989, en una misión re-conocida por la Santa Sede. Murió el 21 de mayo de 1990, ahogado en el río Caquetá, al caer de una ca-noa, después de venir de celebrar una eucaristía en un Campamento del Ejército Nacional.

A partir de 1970, la Escuela Normal, mediante convenio con la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, inició el Programa de Profesionalización del Magisterio. Se titularon, durante quince años, unos 10.000 educadores provenientes de diferentes regio-nes del departamento, teniendo así la oportunidad de ascender en el escalafón y progresar académica e intelectualmente.

Grupo Scout XV.

También nació la cooperativa estudiantil Escuela Normal Nacional Piloto Ltda., por iniciativa y motivación del pro-fesor de educación física y cooperativismo, Julio Jairo Múnera S., de amplia trayectoria en las lides del coo-perativismo en todas sus especialidades. Gracias a su mística por el sistema, logró motivar a un grupo de es-tudiantes tanto del ciclo básico como del profesional, que se constituyeron como junta organizadora, destacán-dose los alumnos maestros: Carmenza Rodríguez Villa, Humberto Arango Castro, Libardo Echavarría, Ramiro Pulgarín, Jesús Antonio Arenas, Jorge Meneses. Es de destacar el nivel de formación que adquirieron estos estudiantes, lo cual condujo a los egresados Libardo Echavarría y Jesús Antonio Arenas a desempeñarse por varios años en la Federación de Cafeteros.

Durante esta administración, en 1971, se fortale-ció la asociación de egresados, se modernizaron los laboratorios y la biblioteca, y se realizó una remodela-ción de las piscinas, una para los niños de preescolar y otra para los jóvenes.

Fue una época de mucho contacto de la institución con el gobierno central y regional, con personajes como el doctor Luis Carlos Galán, el doctor Gabriel Betancur Mejía, la doctora Gabriela White de Vélez, y el médico y profesor universitario, el doctor Héctor Abad Gómez.

Se institucionalizó el Festival de la Canción Normalista con el fin de despertar las aptitudes ar-tísticas del estudiantado, bajo la dirección del profe-sor Miguel Ángel López, profesor de música, con la

colaboración de los alumnos maestros Alberto Cuéllar Valencia y Eduardo González. El ganador del festival fue el alumno maestro Omar Londoño, y el segundo pues-to lo ocupó el alumno Jorge Meneses.

De igual forma, se desarrollaron las festividades Normalistas con la finalización de su reinado tradicional, con la coronación de la reina, la señorita Gloria Amparo Rodríguez, con el discurso de coronación realizado por el poeta antioqueño, Jorge Robledo Ortiz.

Se fortaleció la Cruz Roja con el desarrollo de una dinámica de atención a la comunidad normalis-ta, con la asesoría de la señora Elizabeth Zapata de Sepúlveda, y con la motivación de alumnos maestros como Guillermo Laverde Arboleda, Ricardo Giraldo y Gloria Amparo Rodríguez.

También es de resaltar la dinámica del grupo Scout XV, formado por un gran número de estudiantes de los diferentes grados, conformado por un grupo de los lo-batos, patrulleros y roberts, con responsabilidades en las actividades culturales, y representación de la Escuela Normal en diferentes actividades de la ciudad. Se des-tacaron en dicho grupo: Juan Carlos Zapata Correa, posterior rector de la Normal en 1998; Carlos Ceballos, posterior directivo de la Coordinadora Mercantil; Alfonso Yepes Rojo, quien fue Nuncio Apostólico del Amazonas; Jorge Meneses, quien ha sido el primer alcalde latino en los Estados Unidos, en la ciudad de Hackensach, New Jersey, a media hora de Nueva York. Él egresó de la Normal en 1973.

Jorge Meneses, a la derecha de la fotografía, primer alcalde latino en los Estados Unidos, egresado en 1973.

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Se destacaron las actividades y las participaciones de-portivas en atletismo, al ganar en la categoría juvenil, con la coordinación del alumno maestro Blas Obregón; además de excelentes participaciones en fútbol, bajo la coordinación del alumno maestro Libardo Echavarría, y en basquetbol, ajedrez, natación y gimnasia.

En 1975, durante el período rectoral del doctor Alfonso Rendón, la Normal Nacional de Varones se di-versificó y para atender la gran demanda educativa, creó una jornada adicional, autorizada por el Decreto 2854 de 1974, que dio oportunidad de acceso al Bachillerato Académico en la jornada de la tarde. En el año 1976, el educador Horacio Mendoza Agudelo asumió la dirección del plantel. Debió sortear las dificul-tades de los últimos tiempos: crisis económicas, adap-tación a la nueva cultura de la democratización del go-bierno escolar, la evaluación del papel de las Escuelas Normales en el país, los intentos de cancelación defi-nitiva por parte del Ministerio de Educación, la adapta-ción a los nuevos sistemas, tendencias de la pedagogía y la evaluación, así como a los permanentes problemas asociados a la calidad de la educación, las desigualda-des entre la demanda de cupos y la cobertura, los re-cortes de personal, entre otros.

Entre los egresados de este año se destaca Carlos Antonio Oliveros Muñoz, quien se desempeñó como Director de núcleo y es el actual rector de la institución educativa Luis Carlos Galán.

De los egresados del año 1977 y 1978 sobresa-len Adolfo León González Ospina, rector de la institu-ción educativa Juan de la Cruz Posada y Pedro Luis González Ospina y John Jairo González Ospina, abo-gados de la Oficina Jurídica del Tránsito de Medellín.

En este año la Institución fue condecorada por el Concejo de Medellín con el “Cordón del Tricentenario”, instituido por la municipalidad para destacar a las per-sonas y a las instituciones que se habían distinguido por sus méritos en Medellín.

En 1980 la Escuela Normal fue selecciona-da para participar en el programa NORMALES DEMOSTRATIVAS, proyecto que surgió como res-puesta a los resultados de la evaluación de las Escuelas Normales de Colombia, realizada entre 1972 y 1978

por la Oficina Sectorial de Planeación Educativa, den-tro del programa MEN - PNUD - UNESCO. Los pro-pósitos de ésta se dirigían a:

• Promover innovaciones curriculares en benefi-cio de la formación del maestro.• Proyectar las funciones innovadoras a los de-más planteles ubicados en la zona de influencia.

El programa se inició con seis Escuelas Normales se-leccionadas como demostrativas.

Al finalizar 1982, cambios en el Ministerio de Educación desviaron el énfasis de las acciones del Programa Normales Demostrativas, hacia otros secto-res y el programa fue suspendido sin previa evaluación.

En 1984, el rector Horacio Mendoza Agudelo, en compañía del profesor Miguel Carrero Carrillo y de un grupo de colaboradores, hicieron renacer la revis-ta Presencia de la Escuela Normal, y se le dedicó gran parte de su edición a una semblanza de Miguel Ángel Osorio, (Porfirio Barba Jacob), Heliodoro Rojas Olarte (John Hell, en poesía, Álvaro Legretti, en novela y teatro), complementada con los aportes sobre “La importancia del lenguaje” del profesor Rubén Darío Julio Casadiego, profesor de la Universidad de Antioquia y miembro de la asociación lingüística de Medellín (ASOLME), y el “Estudio científico del idioma” por el profesor de la Normal, Miguel Carrero Carrillo. Finalmente, un exce-lente artículo titulado “La música”, del profesor José Ignacio Murillo García, egresado de la Normal en 1958.

Fue un año de normalidad académica y de con-vivencia. Se realizaron convenios con la Facultad de Educación de la Universidad de Medellín, con el fin de que los alumnos practicantes de dicha facultad realizaran refuerzos académicos en matemáticas y español a los alumnos de la Escuela Normal. Se generó una estruc-turación dentro del horario de trabajo, permitiendo la re-unión entre departamentos y las diferentes agencias de práctica, para intercambiar experiencias pedagógicas.En la promoción de 1984 se produjo una serie de líde-res educativos y empresariales, como Beatriz Bedoya, ejecutiva del Banco Popular y Flor de Azalia, rectora de la Institución educativa Bravo Márquez.

Rector Delfín Acevedo Restrepo, 1969-1974. Licenciado Horacio Mendoza Agudelo, rector de 1976 a 1998.

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El grupo de egresados de 1985 respondió a un pro-yecto pedagógico implementado por el profesor Juan Carlos Zapata, quien al asumir las matemáticas de los alumnos del grado séptimo en 1981, y con la inten-ción de asumir esa cátedra hasta el grado once, lo-gró así desde el área, los planos arquitectónicos de la Escuela Normal, como insumo para el levantamiento de los planos eléctricos y de iluminación, para el pro-yecto “Cálculo e implementación del sistema eléctri-co y de iluminación para recintos cerrados educativos, por el método de la cavidad zonal”, como tesis de gra-do para optar el título de Ingeniero Electricista de la Universidad Nacional. Esta propuesta al ser presentada a la consejera de la Presidencia en Medellín, la doctora María Emma Mejía, le permitió al profesor Juan Carlos Zapata solucionar el problema eléctrico y de ilumina-ción que tenía la institución hasta la fecha.

El seguimiento de muchos de esos alumnos nos permite resaltar:• Al licenciado en matemáticas y a los ingenie-ros; Guillermo López, Hugo Aguirre, Carlos Mario Restrepo, Nelson Correa, Juan Carlos Acevedo.• A los licenciados en otras áreas de la educa-ción: Mónica Múnera, María Eugenia Peña, Alba Doris Rojas, Wilson Urrego, Carlos Mario Garcés, Francisco Ramírez, Marta Gómez, Maritza Esther Muñoz, actual asesora pedagógica de Fe y Alegría.• A los abogados: Francisco Brayan y José Roldán.• Al sacerdote: Carlos Ospina.• A la odontóloga: Lina Valencia.

En 1987, trece Normales fueron seleccionadas por su calidad académica y pedagógica para que desa-rrollaran acciones de innovación en las Normales de su radio de influencia, mediante la participación en EL PROYECTO PEFADI.

Este proyecto introdujo cambios significativos, tales como:• Reorientación de la práctica docente con el fin de extenderla a la comunidad, beneficiando a los niños, mediante acciones de educación formal y

no formal; propiciando la capacitación del futuro maestro para su desempeño óptimo en diferen-tes contextos comunitarios.• Incorporación al currículo de contenidos relacio-nados con el Programa de Educación Familiar para el Desarrollo Infantil, adecuándolo a las especifici-dades de las diferentes áreas del conocimiento que integran el currículo para la formación de maestros.• Introducción de nuevas formas metodológicas para procesos de educación en el aula y en la comunidad.• Enriquecimiento relacionado con los conocimien-tos y estrategias de evaluación, dándole prioridad a la autoevaluación.• Formar maestros en el área de pedagogía, es-pecializados, para comunidades urbanas y rura-les, que respondan a las necesidades y caracte-rísticas del entorno.

En 1989 y 1990, mediante convenio con la Universidad Javeriana, se realizó un programa de educación a dis-tancia para educadores de provincia.

Desde 1989, la Normal ha estado autorizada para convalidar los estudios del COANB (Centro Oficial de Adultos) Francisco Antonio Uribe, como proyección so-cial de la institución. También ha titulado a los bachille-res académicos del COANB de Bienestar Social, que funciona en la Escuela Caracas.

En 1990 se aceptaron por última vez alumnos para el Ciclo Normalista, según el plan de estudios de la Resolución 4785 de 1974.

En 1993 desapareció el grado 8º pedagógico de la jornada de la mañana, por decisión de los directivos de la Institución. Era el desmonte progresivo del plan de estudios que había regido desde 1974, pero a la vez constituía la ampliación del llamado “Bachillerato Académico, con énfasis en Pedagogía”, hacia la jorna-da de la tarde. Así terminó la idea de asociar la jorna-da de la mañana como pedagógica y de la tarde como académica.

En este mismo año egresó Óscar Alejandro Vanegas Monterrosa, quien se graduó posteriormente como Ingeniero Químico de la Universidad Nacional e Ingeniero

de Alimentos de la Universidad de Antioquia. Fue postu-lado por la Asociación de Egresados a la condecoración José Félix de Restrepo, por participar en el desarrollo de productos innovadores en la industria de alimentos, como el lanzamiento del huevo en polvo.

En 1994 desapareció el carácter pedagógico de los grados octavo y noveno en la jornada de la mañana.

Entre los egresados de este año se encuentran: Shirley Montoya Salgado, quien posteriormente obtu-vo la licenciatura en Básica Primaria, con énfasis en Matemáticas, y quien genera un excelente dinamismo a la Asociación de Egresados, mediante estrategias que en todo momento son aceptadas. Desde su rol como maestra de la Normal, coordina la convivencia y apo-yo de los grupos de madres comunitarias en convenio con la Secretaría de las Mujeres. También hace parte del Comité de Calidad, y lidera desde su área, el pro-yecto de Clases Hermanas con la British Council y el aula taller de matemáticas.

En 1995 se implementó un nuevo plan de estudios con miras a la reestructuración de la Escuela Normal, en el cual apareció el área de “Pedagógicas” como eje o columna vertebral del mismo. Este nuevo plan fue aprobado por el Consejo Académico y avalado por el Consejo Directivo, haciendo uso de la autonomía es-colar, que otorga la Ley 115 de 1994 o Ley General de Educación.

En este mismo año se graduaron los últimos ba-chilleres pedagógicos de la jornada de la mañana y bachilleres académicos de la jornada de la tarde, se-gún el Plan de Estudios del Decreto 080 de 1974 y la Resolución 4785 del mismo año, que reglamentaba el plan de estudios para las Normales.

Igualmente, en 1995, se puso en marcha la instau-ración de los gobiernos escolares, reglamentados por la Ley 115 de 1994, y su decreto reglamentario 1860 de 1995. Esto generó dinámicas particulares, desde la participación y movilización de los estudiantes, como fuerzas vivas y deliberantes, tanto en la vida institucional como en la de la ciudad misma. Fue la primera perso-nera de la institución Clara María Rodríguez Castrillón, quien como egresada ha desempeñado diversos car-gos en el área educativa. En 1996 se graduaron los

primeros bachilleres académicos con profundización en Educación y Pedagogía, de acuerdo con el Plan de Estudios de la Escuela Normal y las orientaciones de la Ley 115 de 1994.

Estos bachilleres fueron calificados para iniciar el Ciclo Complementario de dos años (mal llamado gra-do doce), en la Normal, en convenio con el Instituto Tecnológico de Antioquia.

En la actualidad se han firmado dos convenios: uno-con la Universidad de Antioquia y otro con el Instituto Tecnológico de Antioquia. Sus planes de estudio han sido revisados y modificados, de acuerdo con los linea-mientos de la reestructuración.

Se realizaron de nuevo las jornadas “Gustavo Ángel Uron Solano”, eminente egresado de 1961 y profesor de matemáticas de la Escuela Normal entre 1972 y 1993, año en el que falleció. Fue líder sindical del magisterio.

El 15 de julio apareció la Resolución 3086, en atención a lo dispuesto en los decretos 2903 y 968, mediante la cual se aprobaba el plan de reestructura-ción de las Escuelas Normales.

También en el año de 1996 se destacó el traba-jo del profesor Fabio Antonio Mejía Gómez, desde su ímpetu hacia la informática, al fundar el centro de cóm-puto que ha permitido el manejo de procesadores de texto y el montaje de figuras, sin aislar al alumno en la memorización de una teoría sin práctica.

En igual forma, Queipo Franco Timaná Velásquez, ex profesor de la Escuela Normal, realizó una serie de planteamientos sobre las perspectivas de la educación para el siglo XXI, y las miradas en las cuales se debía incursionar desde la pedagogía de la tolerancia, pre-sentada por la egresada Ligia Inés Alzate Arias. Desde la convivencia escolar, el conocimiento de los elemen-tos de la pedagogía de la tolerancia, el aprendizaje y los planos de la tolerancia, permitiría a la Escuela Normal la Implementación de un proyecto de convivencia centrada en la democracia, desde la pedagogía en el pensamien-to de José Martí, y generar así una propuesta que permi-tiera la solución negociada de conflictos en la escuela.

Se inició la proyección de ideas que propiciaran las aulas taller, con una biblioteca interna y una adecua-da dotación de material.

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El 14 de julio de 1997 iniciaron sus estudios en el Ciclo Complementario de la ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN, 24 alumnos maestros aspirantes a optar el título de Normalista Superior, una vez terminaran los dos años de preparación pedagógica. La inauguración oficial se realizó el 21 de agosto de 1997, con acto so-lemne en el cual participaron representantes de la comu-nidad educativa Normalista, el Gobierno Departamental, algunos invitados especiales, como egresados y repre-sentantes del Instituto Tecnológico de Antioquia.

A partir del ciclo escolar 1997-1998, las Escuelas Normales del país contaron con un nuevo plan de estu-dios para la formación inicial de maestros en educación primaria. Este cambio académico fue una de las accio-nes centrales del Programa para la transformación y el fortalecimiento académico de las Escuelas Normales, y fue el resultado de un amplio proceso de consulta en el que participaron todos los sectores vinculados con la formación de maestros, en especial, las comunida-des normalistas.

En la elaboración del nuevo plan de estudios se siguió un procedimiento que consistió en definir prime-ro, con la mayor precisión, los rasgos del perfil desea-ble del futuro maestro de educación primaria. Fueron tomadas en cuenta las necesidades de conocimiento y competencia profesional que requeriría la tarea do-cente en la educación primaria, las actitudes y valores que distinguen a un buen educador, y las capacidades para que el docente continúe.

Se determinó, en las esferas del Ministerio de Educación, que una de las finalidades que debían cum-plir las diversas actividades formativas en la Escuela Normal era fomentar el interés de los estudiantes por la investigación científica, introducirlos en las distintas nociones y prácticas que caracterizan al pensamiento científico y lograr que sean usuarios analíticos y críti-cos de los productos de la investigación.

Se realizaron las cuartas jornadas Gustavo Ángel Uron Solano, mediante la edición del segundo volu-men denominado “Educación para la Paz”, el cual po-see excelentes tratados sobre la obra de Juan Enrique Pestalozzi, Educación y Paz, metodología, realidad y li-teratura, entre otros.

En 1998 la rectoría de la Escuela Normal quedó bajo la dirección del Maestro Superior, licenciado en mate-máticas y física e ingeniero, Juan Carlos Zapata Correa, a quien le caracteriza un gran amor y aprecio por la Institución, virtudes propias del carácter del egresado. Al rector Zapata Correa le correspondió adelantar el proceso de acreditación previa, el cual logró mediante gestiones académicas con participación de los docentes.

Su proyecto institucional se centró en la identifica-ción de problemas y la construcción de sueños de tipo académico, investigativo e infraestructura, lo cual se vio reflejado en la materialización de proyectos como: el ár-bol como mascota, el reencuentro con el abuelo y sus valores, y el consultorio pedagógico.

En este mismo año, la Escuela Normal participó en la realización del PROYECTO PLÉYADE como entidad ejecutora. Este proyecto fue diseñado para desarrollarse en todo el país, con unas 700 escuelas aproximadamente, bajo las orientaciones del investigador Francisco Cajiao.

Como Institución acompañante, se disponía de un equipo de seis educadores que aplicaran los lineamientos del proyecto a 32 Escuelas del sector Centro Oriental de Medellín, 24 auxiliares de investigación (estudiantes de los grados décimo y once) y un coordinador general.

Los momentos planteados en el proyecto tuvieron desarrollo y se mantuvieron contactos permanentes con la institución coordinadora del nivel departamental, asis-tiendo a los talleres y presentando los informes, según lo pactado. También se administraron los recursos ade-cuadamente, según convenio firmado en su momento, por el rector Juan Carlos Zapata Correa.

Las fases del desarrollo del Proyecto Pléyade fueron:

a. Fase de Motivación b. Línea de Calidad de Vida en la Escuela

Lo que más les gusta lo que menos les gusta a los padres de familia.Lo que más les gusta, lo que menos les gusta a los docentes.Lo que más les gusta lo que menos les gusta a los directivos.

Lo que más les gusta lo que menos les gusta a los estudiantes.Lo que más le gusta lo que menos le gusta a la comunidad.

c. Línea de Gestiónd. Visión de la Escuela en el año 2005e. Línea de construcción del conocimiento

Se estuvo muy cerca de las instituciones educativas y se obtuvieron resultados que se plasmaron en infor-mes de avance y socializaciones al equipo docente de la Escuela Normal, para incentivar la formación de do-centes y la investigación en la comunidad académica.

Dentro de las conclusiones de esta participación se destacó el acompañamiento a la cualificación, la cons-trucción de una nueva escuela como un reto actual de la nueva Escuela Normal, y como responsabilidad de toda la sociedad, especialmente de quienes ven en la

escuela un espacio para vivir la democracia y construir sueños que favorezcan la calidad de vida de los estu-diantes y sus familias.

También se concluyó que la escuela y el maestro no pueden continuar solos, no pueden seguir siendo los únicos responsables de las deficiencias de la for-mación. La escuela debe ser mirada desde otro ángu-lo, para poder implementar mejores formas de vida fa-miliar, social y escolar.

En el mismo año de 1998, la Escuela Normal ganó una convocatoria para: “LA CONSTRUCCIÓN DE CURRÍCULOS SITUADOS Y PERTINENTES PARA DIEZ MUNICIPIOS DE ANTIOQUIA”. En su desarro-llo participó un equipo de educadores, quienes debie-ron elaborar y desarrollar la propuesta pedagógica y didáctica para multiplicarla en varios municipios, entre ellos Angostura, Ciudad Bolívar, Sonsón, Cañasgordas y Ciudad Bolívar.

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El 27 de julio de 1999, por medio de la Resolución 1705, el Ministerio de Educación Nacional otorgó la acreditación previa, y le garantizó su idoneidad para continuar en el proceso de preparación hacia la acre-ditación de calidad y desarrollo.

En el mes de septiembre de 1999, la Escuela Normal Superior de Medellín, como institución formado-ra de maestros en la subregión del Valle de Aburrá, fue organizadora del FORO EDUCATIVO SUBREGIONAL DEL VALLE DE ABURRÁ, con la participación de do-centes, directivos y funcionarios de la Secretaría de Educación, dedicados a estudiar y analizar la situación actual de la educación en Antioquia.

Cada institución convocada fue llamada a con-formar una comunidad en la cual participaran los di-rectivos docentes, los docentes, los estudiantes, los ex alumnos, los padres de familia y los representantes de algunos sectores de la sociedad, directamente re-lacionados con la orientación del proyecto educativo.

Se tuvieron como marco general de análisis, las ocho estrategias del Plan Decenal de Educación, con una mirada crítica a manera de diagnóstico, las cua-les sirvieron para visualizar una prospectiva de utilidad innegable para la elaboración del Plan de Desarrollo Educativo para el Departamento de Antioquia, de los próximos diez años.

Se hizo un esfuerzo por interpretar una gama ex-tensa de conceptos, destacando que la divergencia de opiniones radica en los diferentes niveles de desarrollo que han tenido los municipios de la subregión.

Fue necesario el trabajo participativo y solidario de un equipo humano decidido a conseguir mejores nive-les de calidad en los procesos educativos y en sus re-sultados. Para alcanzar verdaderos logros con las re-formas educativas planteadas a partir de la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994, fue necesario contar con verdaderos procesos de participación comunitaria.

Las comunidades humanas y académicas repre-sentadas en este foro, se consolidaron por medio de procesos de conocimiento mutuo, reconocimiento y dis-cusión, tanto de las problemáticas que afectaban la edu-cación y que debían ser atendidas por ella, como de las metodologías que podían emplearse, de los resultados

esperados y de los procedimientos adecuados para de-sarrollar el seguimiento y la evaluación.

En la parte final del evento se presentaron las prin-cipales conclusiones de los trabajos previos, desarro-llados en cada uno de los núcleos educativos que con-formaban la subregión, y en definitiva, se declaró que en la medida en que las comunidades conocieran sus propósitos formativos, los estudiaran y los discutieran periódicamente, adquirirían mayor capacidad para tra-bajar autónomamente, para conocer las posibilidades de desarrollo humano, el papel de la escuela y las exi-gencias que la sociedad y la cultura les hace.

El 22 de octubre de 1999, en un acto solemne rea-lizado en el aula máxima de la Escuela Normal, recibieron el título de NORMALISTA SUPERIOR, los estudiantes de la primera cohorte del Ciclo Complementario, des-pués de haber cursado los cuatro semestres del plan de estudios, con énfasis en Lengua Castellana, en con-venio con el Tecnológico de Antioquia.

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CAPÍ

TULO

III

CRONOLOGÍA

SIGLOXXI

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Mediante gestión realizada ante el Ministerio de Educación Nacional y con el apoyo del doc-tor Gabriel Betancur Mejía, ex alumno de la

Normal, se consiguió la primera aula de nuevas tecno-logías. Para su instalación, el rector hizo los diseños eléctricos como requerimiento del Ministerio.

1.Una nueva epoca

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El 2 de agosto de 2000, en el marco de la búsqueda del mejoramiento de la calidad de la educación, el Ministerio le hizo un reconocimiento al rector Juan Carlos Zapata Correa por la labor desarrollada en la Escuela Normal, y fue seleccionado con otros rectores para que reali-zara un proceso de formación en gestión y administra-ción de colegios o instituciones educativas, en Niágara College de Welland, Ontario, Canadá, con una dura-ción de un mes, desde el 15 de septiembre hasta 15 de octubre de 2000.

El 9 de octubre de 2000 ocurrió la muerte violenta del coordinador Bernardo Vergara Gómez y la Escuela Normal estuvo afectada por una crisis de orden admi-nistrativo. El rector Juan Carlos Zapata Correa fue ame-nazado a su regreso de Canadá y los docentes fueron concentrados en la Secretaría de Educación por con-siderar a la Normal como una institución en conflicto.

20 de octubre de 2000. Han transcurrido once días del asesinato del coordinador Bernardo Vergara. Los pro-fesores de la Normal recibieron en sus casas un llama-do urgente para que a partir del 23 de octubre se pre-sentaran a la Secretaría de Educación porque habían amenazado al rector Juan Carlos Zapata, mediante una llamada recibida por el Secretario Víctor Colorado. La citación obedecía a la solidaridad con el Rector.

En uno de los auditorios del cuarto piso, directi-vos, docentes y empleados participaron en una reunión dirigida por el jefe de Núcleo, Wildiman Moreno, Luis Guillermo Valencia y Álvaro Uribe. Los discursos en nombre de la Secretaría de Educación fueron reflexio-nes acerca del papel del maestro en la sociedad y alu-siones muy directas a la violencia:

• Revisar lo que se hace a favor o en contra de nuestro cuerpo y de nuestra mente.• Evaluar la problemática interna a la luz del traba-jo, la familia y el entorno social.• Evaluar la capacidad para reírse de sí mismos.Mirar y valorar la importancia de las cosas sin importancia.

El Rector no continuó ejerciendo en la Escuela Normal, fue reubicado como asesor de las Escuelas Normales, con la responsabilidad de construir la propuesta del curso de desarrollo lógico matemático, para los pro-gramas de formación complementaria. La rectoría la asumió, provisionalmente, la educadora María Eugenia Ceballos, hasta el día 22 de abril de 2001.

El 23 de abril de 2001, el educador Luis Reinaldo Londoño Vásquez recibió la rectoría de la Escuela Normal con nombramiento en propiedad, después del período de crisis ocasionado por la muerte del coordi-nador Bernardo Vergara Gómez.

Su posesión se celebró en un acto realizado en la sede del Centro de Estudios Pedagógicos de Antioquia (CEPA), con la presencia del Secretario de Educación y Cultura de Antioquia, Dr. Jose Fernando Montoya, el Director del Núcleo Educativo, y otros funcionarios y supervisores de la Secretaría de Educación.

El rector Londoño Vásquez asumió varias tareas, entre las cuales se destaca la consolidación del Plan de Desarrollo, de acuerdo con las exigencias del pro-ceso de Acreditación de Calidad y Desarrollo, a saber:

Institucionalizar la jornada única como requisito que ha debido cumplirse en el proceso de acreditación previa. Esto implicó reubicar, sin traumatismo alguno, a más de 500 estudiantes y alrededor de 30 educadores.

Actualizar el Proyecto Educativo Institucional.Organizar el Plan de Desarrollo Institucional en

relación con problemas, objetivos, metas, responsa-bles y recursos.

Revisar el componente teleológico de la institu-ción, para evaluar las funciones políticas y los propó-sitos institucionales.Reorganizar el Plan de Estudios y adaptarlo a las exi-gencias del momento.

• “El maestro tiene que ser cordialidad”.• “Si somos permisivos estamos generando violencia”.• “El maestro no ha revisado su interior para ver si el espíritu del Maestro está en él”.• “El maestro puede estar tapando sus propios errores consciente o inconscientemente”.• “El maestro no ha reflexionados sobre sus errores”.Se deben revisar las incoherencias entre las ac-tuaciones y lo que está escrito en el PEI y en el Manual de Convivencia.• “La Normal se puede estar convirtiendo en escam-padero de personas que no desean ser maestras”.• “Los maestros de la Normal deben ser maestros diferentes porque son formadores de formadores”.• “Los maestros con o sin su voluntad, son ejem-plo para los estudiantes”.• “El maestro es la carta de presentación de la sociedad”.

Con estas y otras afirmaciones se estaba categorizando a la Escuela Normal como una “institución en conflicto”.

Nunca se pudo saber cuáles fueron los sectores en conflicto. En las reuniones con la comunidad, con los padres de familia y con los estudiantes, siempre se había encontrado un grupo de personas marchando y opinando hacia la misma dirección: hacia la concordia, la paz y el progreso. Nunca se conoció otro bando con quién dialogar o con quién conciliar alrededor de un supuesto “conflicto”.

Finalmente, se aceptó que en vez de una institución en conflicto, era una institución con problemas, como cual-quier otra que está asistida por seres humanos falibles, llenos de imperfecciones, con virtudes y con defectos.

Intervinieron los asesores psicológicos, y gracias al trabajo realizado por Jorge Eliécer Buitrago y Agustín Jarava, se percibió una satisfacción generalizada, por-que propició oportunidades para:

• Reflexionar sobre aquello que produce estrés.Observar cómo se atenta contra la salud mental.• Dar una mirada hacia al interior para evaluar la autoestima.

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Actualizar los convenios con las universidades. En este sentido, se canceló el convenio con el Tecnológico de Antioquia y se institucionalizaron los convenios con la Universidad de Antioquia y la Fundación Universitaria Católica del Norte.

En mayo de 2001, el magisterio antioqueño promo-vió y participó en un cese de actividades para oponerse al Proyecto de Ley 012, que supuestamente lesionaba a gobernadores, alcaldes, directivos de los sectores de la salud y de la educación, beneficiarios del SISBEN y personal de servicio de todo tipo. Amerita nombrar este paro porque por primera vez el gobierno departa-mental descontó los días no laborados del salario de los maestros participantes.

El 11 de abril de 2002, en acto solemne en el aula máxima de la Escuela Normal, se firmó el convenio con la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia. Asistieron el rector de la Escuela Normal, Luis Reinaldo Londoño, el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, Queipo Franco Timaná Velásquez, los coordinadores y los profesores, y una representación de estudiantes y padres de familia.

2.La acreditación de calidad y desarrollo

En el año 2003, el proceso de acreditación implicó mu-chas acciones administrativas, muchas movilizaciones con el fin de reordenar formas de trabajo, de modo que se pudieran verificar las condiciones que se habían ofre-cido como entidad formadora de maestros.

Con relación al PEISe debía organizar en un fólder por capítulos, de tal ma-nera que permitiera una consulta fácil, ágil, y visualizar la secuencia y concatenación entre sus componentes.

• El referente conceptual debía mostrar una clara visión del humanismo como eje orienta-dor y transversal a todo el proceso educativo. • La filosofía institucional debía mostrarse de tal forma que facilitara su internalización por parte de la comunidad escolar.• La visión debía plantearse en términos futu-ristas; y a largo plazo, en términos proyectivos. • Los objetivos institucionales debían acompa-ñarse de sus formas de concreción u operacio-nalización, mediante un plan operativo que mos-trara la formulación de proyectos, subproyectos, programas, acciones o actividades concretas.• El Plan Curricular debía dar cuenta de cómo se trabajaba para lograr:• La formación de alumnos críticos e investigadores.• El uso racional del tiempo libre de los

“El 23 de abril de 2001, el educador Luis Reinaldo Londoño Vásquez recibió la rectoría de la Escuela Normal con nombramiento en propiedad, después del período de crisis ocasionado por la muerte del coordinador Bernardo Vergara Gómez.”

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estudiantes, de manera recreativa y median-te el trabajo útil.• La recuperación de la identidad cultural de la comunidad educativa.• El mejoramiento de la vocacionalidad de los estudiantes.• En el Plan Curricular se debía especificar o precisar cuáles eran las áreas optativas que adoptaba la institución y qué porcentaje del total de horas anuales, expresadas en intensi-dad horaria semanal. • En el Plan Curricular era necesario especifi-car las competencias mínimas y los logros que debían alcanzar los estudiantes en cada grado y nivel, para ser promovidos al siguiente.• Se debía evidenciar la organización y el fun-cionamiento de los comités de Evaluación y Promoción, mediante actas y reglamentos, de conformidad con los parámetros legales seña-lados en el Decreto 1860 de 1994.• En el PEI aparecerían los procesos que se dieron para la construcción del manual de convivencia, así como la participación en su construcción.

El 23 de abril de 2003, la Escuela Normal recibió la vi-sita de los pares académicos enviados por el Ministerio de Educación Nacional, para realizar la verificación de los documentos enviados con anticipación, a fin de demos-trar los méritos requeridos para alcanzar el Certificado

de Acreditación de Calidad y Desarrollo, y en estas con-diciones legitimarse como una institución formadora de maestros, al tenor de las exigencias del Ministerio.El 13 de junio de 2003, el Ministerio de Educación Nacional emitió la Resolución 10386 por la cual se acre-ditó a la Escuela Normal Superior de Medellín.

El 19 de junio de 2003 se reunieron en la Universidad de Antioquia los coordinadores del Ciclo Complementario de las Escuelas Normales, cuyo énfa-sis era Humanidades y Lengua Castellana, con el coor-dinador del programa de licenciatura en la Facultad de Educación, profesor Edwin Carvajal, además de Rubén Darío Hurtado y Billian Jiménez, profesores ase-sores de las ENS, y la profesora Irma Hurtado Nueva, coordinadora del Convenio de ENS con la Facultad de Educación.Esta reunión fue de gran importancia para la legitima-ción del plan de estudios del Ciclo Complementario.En septiembre de 2003, los estudiantes del grado once presentaron las pruebas ICFES más exitosas de los últimos tiempos. En un documento promocional de la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia se lee: “Sólo dos instituciones [públicas] obtuvieron puntajes altos en la pruebas ICFES: la Escuela Normal Superior de Medellín y el Colegio Santo Ángel”.

“En el año 2003, el proceso de acreditación implicó muchas acciones administrativas, muchas movilizaciones con el fin de reordenar formas de trabajo, de modo que se pudieran verificar las condiciones que se habían ofrecido como entidad formadora de maestros.”

“En el PEI aparecerían los procesos que se dieron para la construcción del manual de convivencia, así como la participación en su construcción. ”

3. Las huellas del proceso de acreditación

La Escuela Normal Superior de Medellín, después de asumir el proceso de Acreditación y superar las dificul-tades que convocaron a todos los estamentos, puede mostrar con satisfacción importantes resultados que le han permitido continuar animada con la ruta inicia-da hace 153 años, cuando esos primeros pioneros de la pedagogía, decidieron en buena hora, emprender la tarea de formar maestros.

3.1. Los núcleos disciplinaresLos núcleos disciplinares se han fortalecido desde el momento en que los educadores que los componen, se dieron a la tarea de formular el Proyecto de Núcleo, en el que se recogen elementos importantes que dan claridad a los rumbos académicos de las diferentes dis-ciplinas. Hoy en día podemos ver en éstos, un sistema organizado de reuniones en las que se discuten y se plantean asuntos relacionados con la fundamentación epistemológica e histórica de los saberes, y se cono-cen alternativas sobre la metodología y la didáctica, pro-pias de los diferentes espacios de conceptualización.

Se considera que lo anterior es una forma de en-tender y darle vida al modelo formativo, tantas veces explicado por el equipo que asesoró a las Escuelas Normales desde 1996.

La Escuela Normal, a través de los diferentes nú-cleos, tuvo que pensarse a sí misma para revisar lo que pasó en estos cuatro años de preparación para la eva-luación de calidad y desarrollo. Debió pensar en el in-tercambio entre la pedagogía y la tecnología, las cien-cias naturales, las humanidades, las ciencias sociales, las artes y las lúdicas.

En el desarrollo de los núcleos se percibieron las crisis a la luz de los conceptos articuladores de la pedagogía, y como mecanismo de solución, se han

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estructurado los objetos de conocimiento para todos los grados, de modo que se garantice la gradualidad que debe existir en el Plan de Estudios.

3.2. La investigaciónA través del proceso de acreditación, se comprendió que la investigación tiene una dinámica que no puede estar ausente de la cotidianidad de las aulas y de la relación maestro-estudiante. Se entendió que la investigación re-quiere de una mirada holística e integradora, que orien-te la ejecución académico-administrativa hacia condicio-nes cada vez más óptimas de la formación normalista.

En ese sentido, se ha incentivado a los educadores entusiasmados por los procesos investigativos, que se encuentran vinculados a proyectos y actividades que suponen resultados a mediano plazo.

Alcanzar el objetivo de hacer de la investigación el fundamento del quehacer académico, no es tarea fácil. Sin embargo, se ha visto que a través de la cátedra se vislumbran buenas perspectivas; sólo preocupa la ob-jetivación de tales esfuerzos, porque, como se ha di-cho frecuentemente, investigación que no se publica es una investigación que no existe. Por esta razón, se va-loran los esfuerzos, tanto del profesor Gustavo Alzate como del Consejo Directivo, quienes han hecho posi-ble la publicación del “Archivo Pedagógico”, un aporte para la comunidad académica desde la investigación histórico-documental.

Desde otro punto de vista, la autoevaluación como elemento investigativo, tuvo sentido en la medida en que ayudó a reconocer aquello que se venía haciendo, y pre-guntarse para qué y de qué forma se hacía.

3.3. La práctica pedagógicaLa acreditación de calidad y desarrollo contribuyó sus-tancialmente a revisar si como Escuela Normal se te-nían los elementos y los procesos que evidenciaran la misión de formar maestros. Por eso se generó un in-terrogante, acerca de en qué condiciones se estaba aportando a la sociedad desde los profesionales de la educación. Igualmente, se preguntó por su idoneidad

ética y pedagógica para el ejercicio del servicio públi-co de la educación.La mirada anterior sugirió, a partir de procesos investi-gativos, pensar en las formas que maestros y maestras de la Escuela Normal leían la cotidianidad escolar, así como las acciones que había determinado el paso de las prácticas pedagógicas distributivas a prácticas pe-dagógicas investigativas; ambos procesos liderados por maestras del núcleo pedagogía con el acompaña-miento del MEN.

Se asumió así la oportunidad de pensar y reflexio-nar sobre la identidad del maestro, al analizar la prácti-ca profesional contextualizada. Se tuvo la oportunidad de conocer algunas historias de maestros a través del proyecto “Café Pedagógico”, organizado y dinamizado desde el Núcleo Social Cultural, para recuperar las ex-periencias y enseñanzas de aquellos maestros que hoy disfrutan de su jubilación; y se pensó, para fortalecer el trabajo de los equipos docentes, impulsar la cultura escolar en todas sus manifestaciones, así como reco-nocer los problemas de identidad social y de género.

Se cristalizó un viejo anhelo: reorganizar la práctica pedagógica del Programa de Formación Complementaria en armonía con las orientaciones de la fundamentación pedagógica, que se imparte en los grados décimo y once. En este sentido, el Consejo Académico facilitó la construcción y aprobación del nuevo manual de prác-tica, así como la instauración de cinco convenios con instituciones educativas, donde los estudiantes acuden a realizar sus prácticas.

3.4. La orientación pedagógicaDesde el Núcleo de Pedagogía se impulsó la produc-ción de experiencias pedagógicas a temprana edad, mediante estrategias para el autoconocimiento y el descubrimiento de potencialidades o limitaciones ha-cia los desempeños pedagógicos. Por esta razón, des-de el preescolar hasta el grado noveno, los docentes dirigen la enseñanza y los aprendizajes con un referen-te constante: la pedagogía.

En los cuatro primeros años de la básica secunda-ria, se formalizó la orientación pedagógica mediante un

directivos destacaron ante la comunidad normalista la importancia de trabajar por la calidad de vida. Se tuvo especial preocupación para que el inicio de un nuevo año llevara a pensar en nuevas formas de vida, de tal modo que los niveles de convivencia fueran tan buenos que se proyectaran a la comunidad.

Por primera vez, la matrícula fue firmada por el 100% de los estudiantes y sus respectivos padres y acudien-tes, después de haber leído y aceptado por escrito, las bondades, las restricciones, los deberes y los derechos del manual de convivencia, concebido como el fruto de una construcción colectiva.

Se comentaron algunas consignas para practicar en la Normal, tales como:

“Conozcamos y trabajemos en favor de ese con-cepto tan nombrado pero a veces tan descuida-do: la autoestima. Quien valora su autoestima se muestra bien presentado, su arreglo personal lo hace atractivo(a) y no repudiable; además no rea-liza ningún acto que deteriore su personalidad.2. Si cuidamos la presentación de la planta físi-ca vamos a vivir en un ambiente ecológicamente sano y muy agradable. Para esto tendremos que abstenernos de arrojar basuras al piso, como chi-cles, envolturas, envases. Cuidaremos las pare-des para que no tengan avisos, rayas ni dibujos, mensajes que pueden estar mejor presentados en las carteleras.3. Si practicamos la virtud de la responsabilidad, cumpliendo todos los deberes en los que empe-ñemos nuestra palabra, podremos disfrutar de sus consecuencias: la satisfacción del deber cumplido.4. En el grupo al que pertenecemos, no podemos permitir ni propiciar divisionismos que lastimen la personalidad de los demás. Para esto debemos comprender al otro. Cada uno tiene su propia his-toria. Si los aceptamos como son, tendremos una vida más amable y más cordial. De nuestras acti-tudes pueden depender cambios muy favorables en los demás.5. Pida ayuda siempre que sea necesario, tenien-do el buen sentido de pedírsela a las personas

espacio de conceptualización en el que los estudiantes han tenido la oportunidad de reflexionar y cuestionar el componente pedagógico de la educación Normalista y de la cotidianidad personal, familiar y social. De esta manera, se considera que el campo pedagógico ha es-tado presente en los adolescentes para incentivar un diálogo entre el pasado y el presente, y propiciar así la crítica y las perspectivas vocacionales y profesionales desde la pedagogía.

3.5. El vínculo de los padres en la formación del normalistaA partir de la organización de mesas de trabajo para facilitar el estudio y la producción colectiva de asuntos relacionados con el Proyecto Educativo Institucional, se logró una participación más evidente de los padres de familia y egresados en la actualización del manual de convivencia, el diseño de proyectos institucionales, la organización desagregada del Consejo de Padres y su intervención efectiva en los comités de Evaluación y Promoción, el Consejo Electoral y el Consejo Directivo.

En el año 2004 ningún padre de familia estuvo ausente de la lectura comentada del manual de convi-vencia, como requisito para matricular a sus hijos en la Escuela Normal. Su presencia y apoyo, a través de sus organizaciones, han hecho posible que la comunidad se beneficie del restaurante escolar y de un almacén para la provisión de uniformes y materiales de estudio.

El intento de abordar el proceso de acreditación de la Escuela Normal, tiene el riesgo de dejar otras evi-dencias no menos importantes, donde la participación discreta, pero efectiva, en torno al mantenimiento de los criterios de calidad institucional ha sido innegable. Se trata del personal de servicio, secretarias y bibliote-carias, cuyas labores se han enmarcado dentro de los grandes propósitos institucionales de la misión: formar maestros para el siglo XXI.

El 8 de noviembre de 2003, los egresados del año 1943 visitaron la Escuela Normal para celebrar con una misa los sesenta años de vida normalista.

El 4 de febrero de 2004, los profesores y los

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adecuadas. ¡Cuántos problemas se pueden de-tener a tiempo si nos atrevemos a dejar a un lado la arrogancia y comentamos nuestras necesida-des a quienes nos pueden ayudar! En este senti-do, seamos oportunos en ofrecer ayuda a quien la necesita. El aprecio que tenemos a nuestra Escuela Normal se debe reflejar en nuestras actitudes”.

Mayo de 2004. En esta época del año se consiguió con la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, la au-torización para abrir una cohorte de estudiantes del Ciclo Complementario, con la modalidad semipresencial en el municipio de Ituango, en el cual se desarrolló un plan de estudios en convenio con la Fundación Universitaria Católica del Norte, cuyos programas se encuentran acre-ditados y funcionando bajo la modalidad virtual.

Esta modalidad apareció en la Escuela Normal como una innovación que, de acuerdo con la Coordinadora de la Facultad de Educación, Luz Marina Yepes, tiene venta-jas que se pueden sintetizar en los siguientes términos:

• Favorece el mundo globalizador que requiere de una educación que trascienda fronteras.• Es una modalidad de educación personalizada.• Presenta interacciones en forma horizontal (docente-estudiante).• Se oferta sobre la red Internet como medio de consulta.• La institución busca al estudiante.• Adopta nuevos lenguajes, contenidos didácti-cos mediados por las TIC.• Es una modalidad pedagógica que permite el desarrollo cotidiano laboral y es un facilitador de posibilidades en la formación a nivel superior, don-de el tiempo y el espacio no son obstáculos para brindar una formación profesional. En relación con las desventajas, se podrían contemplar:• En Colombia aún la conectividad es incipien-te, debido en parte, al bajo nivel económico de los colombianos, que no permite el acceso a las

herramientas informáticas al grueso de la población.• Por otra parte, es evidente como la poca cultura virtual y la falta de disciplina para el autoaprendi-zaje, generan resistencia al cambio de paradigma.¿Qué ofrece ese cambio de paradigma?Esta modalidad educativa implica un cambio de paradigma de acuerdo con los siguientes criterios:• Toma de conciencia de que hoy el acto educa-tivo no sucede expresamente en el aula, sino en el afuera, en el ahora, en todo momento.• Conciencia de que la educación virtual no es una moda sino una modalidad educativa, que como un tsunami, se impone en el mundo globalizado.• Obliga al cambio de mentalidad y a la capacita-ción constante para enseñar a aprender en esta era digital.

En este contexto recordamos a Umberto Eco cuando sostiene que, en relación con la denominada sociedad de la información y comunicación: “Unos recibirán pasi-vamente el caudal de información generados por las TIC. Otros, escogerán y construirán su propia cultura, crítica e independientemente. Éste debe ser el rol que cumplan las TIC en la educación”. También toman relevancia los conceptos expresados en el Artículo 12 de 1998, de la Declaración Mundial sobre Educación Superior para el siglo XXI de la UNESCO, cuando se refiere a la emer-gencia de las TIC en la educación, y dice que han per-meado directamente la educación. Por tanto, se habla hoy de una educación para un mundo globalizado.37

2 de agosto de 2004. Mediante convocatoria en-viada a las Escuelas Normales, firmada por Luz Victoria Palacio, responsable de los convenios de las Normales con la Universidad de Antioquia y Carlos Adiel Henao Pulgarin, Rector de la Escuela Normal Superior Amagá, se realizó en esa institución un espacio para el encuentro y la circulación de saberes entre los coordinadores de las Escuela Normales. El tema central fue la construc-ción del perfil del Coordinador y se llegaron a acuerdos para próximos encuentros. Fue una oportunidad para

37 Las ideas referidas al modelo virtual en educación han sido tomadas de la exposición que la responsable de los convenios de las Normales con la Universidad de Antioquia, Luz Marina Yepes, hizo en el Encuentro de Escuelas Normales realizado en la Escuela Normal Superior de Jericó, 2005. JRS.

analizar sus funciones desde tres interesantes perspec-tivas: el Ser, el Saber y el Hacer.En este sentido, los coordinadores reafirmaron todo lo que deben saber en relación con los componentes de la misión de las Escuelas Normales, teniendo en cuen-ta que los contenidos de todos los espacios de con-ceptualización deben ser vistos con la mirada pedagó-gica del formador de formadores.Lo que se debía hacer, estuvo cuestionado a partir de las estrategias que tradicionalmente han sido usadas para mostrar lo que se está haciendo en una Escuela Normal, con énfasis en pedagogía, a diferencia de los liceos de Educación Básica y Media.

El cómo se debe ser, se orientó con base en las funciones tradicionales de un coordinador, analizando en primer lugar los ideales y, finalmente, los principales “enemigos del ser”, es decir, aquellos aspectos que nos hacen repudiables en nuestros cargos.

28 de junio de 2005. El rector Reinaldo Londoño Vásquez fue trasladado al INEM José Félix de Restrepo y asumió la rectoría por encargo, la licenciada Rubiela Montoya Montoya, quien se desempeñaba en la insti-tución como Coordinadora.

4 de agosto de 2005. La Escuela Normal parti-cipó en el Encuentro Nacional de Escuelas Normales “Experiencias significativas en la formación de maes-tros excelentes”, realizado en el municipio de Jericó. Los representantes de los educadores de la Normal fueron: María Isabel Arias, Francisco Luis Ramírez y Julio Roberto Sanabria.

El evento fue concebido como un espacio de re-flexión para ofrecer a las Escuela Normales Superiores, la oportunidad de dar cuenta de sus avances en la sos-tenibilidad de la calidad y el desarrollo, e iniciar un re-corrido planificado para asumir nuevos retos asociados al proceso de Acreditación de Alta Calidad.Desde la Escuela Normal se evidenció un interés por responder preguntas relacionadas con el Proyecto Educativo Institucional, tales como:

• ¿Cómo estamos viviendo las consecuencias de la Acreditación de Calidad y Desarrollo?• ¿Qué experiencias significativas se desarrollan

en las Escuelas Normales Superiores, para man-tener los atributos de la Acreditación de Calidad?• ¿Qué aprendizajes podemos inferir para la Escuela Normal Superior de Medellín?

La Dra. Martha Elena Baracaldo, actuando en su calidad de Jefe de las Escuelas Normales, explicó el proceso para obtener la Acreditación de Alta Calidad.

• Autoevaluación. Este proceso está centrado en la instancia institucional. Exige poner en marcha procesos de reflexión sistematizados, en los cua-les el objeto a examinar es el conjunto de accio-nes realizadas, a través de indicadores que facili-ten a la institución mirarse y pensarse.• La evaluación externa. Este es un mecanismo que garantiza la objetividad en el análisis y en la comprensión, muestra los medios y mecanismos que hacen que la institución se considere de alta calidad. Se deben hacer visibles los medios y me-canismos a través del conjunto de indicadores que serán diseñados para tal efecto. • La certificación. Acto de reconocimiento con-ferido por el Ministerio de Educación Nacional. Los asistentes evocan algunas frases escucha-das en el encuentro:• “Si el niño no aprende como yo enseño, enton-ces yo debo enseñar como él aprende”.• “Si un proyecto no afecta la realidad, no sirve”.• “Estar solo no es problema, lo difícil es darse cuenta”.• “Donde hay un miedo, existe un esclavo”, Hegel• “No pierdas los detalles de la cotidianidad. Conviértelos en preguntas de investigación”, Celestin Freinet.• “Si nadie te nombra, no eres nadie”, Braunstein.• “Es importante que nos comportemos como aca-démicos porque somos intelectuales de la peda-gogía”, Martha Elena Baracaldo.

30 de agosto de 2005. Asumió la Rectoría Juan Carlos Zapata Correa, quien había ocupado este cargo entre 1998 y 2000.

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Rector Luis Reinaldo Londoño V., 2001- 2004. Rector Juan Carlos Zapata Correa, 1998-2000 y 2005-2011.

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Bajo esta administración, la Escuela Normal ha vivi-do un ambiente de renovación administrativa, con un Plan de Actividades que incluye, entre otras, las si-guientes acciones:

• Construcción de salones de clase.• Recuperación del Consultorio Pedagógico para la atención de estudiantes de la sección primaria, con dificultades de aprendizaje. Construcción de una capilla tipo pueblerino.• Construcción de la cafetería.• Gestiones para la culminación del coliseo.• Programación de acciones académicas y admi-nistrativas con miras al fortalecimiento del proce-so de Acreditación de Alta Calidad.• Gestiones ante el Ministerio de Educación Nacional para renovar la licencia, con el fin de continuar ofreciendo el Ciclo Complementario con la modalidad semipresencial, en convenio con la Fundación Universitaria Católica del Norte.• Actualización y reorientación del Plan de Estudios con miras a fortalecer la calidad de los egresa-dos y el mejoramiento de los resultados de las Pruebas Saber y Pruebas ICFES.• Presentación de proyectos ante Colciencias mediante convenios con universidades locales y nacionales.• Inicio de un proceso de reorganización admi-nistrativa para la búsqueda de la certificación en la Norma ISO 9000 y la acreditación de calidad por parte del Ministerio de Educación Nacional.• Inicio de convenios con los siguientes países: Japón, Francia, Inglaterra e Italia.• Convenios con otras universidades: Pontificia Bolivariana, Eafit, Católica del Norte y San Buenaventura.

En el 2005 se incursionó en el aprendizaje desde la ro-bótica, mediante visitas al aula taller Explora de Robótica y la experimentación en prácticas reales de electróni-ca. Se observaron prototipos y se realizaron exploracio-nes del mundo real de manera virtual, proyecto que fue coordinado por la profesora Luz Stella Mena Ibargüen.

Se continuó con el encuentro semanal con la lectura y la escritura, que se denominó Taller de lecto-escritores “Abra palabra y habrá palabra”, bajo la asesoría de la profesora Elizabeth Areiza y la psicóloga Gabriela Elena Restrepo. Uno de los frutos más significativos del taller fue el incremento en el número de obras leídas volunta-riamente por cada participante. Otro, el reconocimien-to por parte del Núcleo de Humanidades, de la impor-tancia que encierra esta estrategia para el logro de las competencias lecto-escriturales, a tal punto que se con-sideró que debe hacer parte del Plan de Estudios de lengua castellana en la Escuela Normal.

Se fortaleció la educación musical desde la prima-ria, con la formación de un grupo musical en cada uno de los grados, por parte de la profesora María Emilse Palacio Osorio.

La asociación de egresados organizó una gran noche del recuerdo, amenizada por el ex alumno Carlos Arturo González, “el Señor del bolero”, y el Gran Combo, dirigi-do por otro ex alumno, Luis Fernando González. En dicha festividad se aprovechó para dar la bienvenida y celebrar el retorno del rector Juan Carlos Zapata, a la vez que se impuso la condecoración a los egresados de 1965, que asistieron a la celebración de sus cuarenta años.

Se imprimieron dos ediciones del periódico “Voces Normalistas”, coordinado por la profesora María Elizabet Areiza.

Debido a que tres espacios usados como aulas se encontraban con dificultades de humedad, fue nece-sario convertir la cafetería de la Normal en tres aulas, y dividir en cuatro espacios el laboratorio de física para

Complementaria, durante los cinco años del tér-mino decretado para la sostenibilidad de la certi-ficación y la acreditación de calidad, a través de acciones de calidad y liderazgo estratégico, que comprometen a toda la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior de Medellín.

Esto fue toda una aventura que condujo a reuniones frecuentes y a una organización administrativa, que se canalizó por medio de procesos de certificación en la norma ISO 9001, y se conformó un comité de calidad que trabajó en los siguientes procesos: Administración y gestión, Sistema de Gestión de la Calidad, adminis-tración y matrículas, diseño, desarrollo curricular, con-vivencia escolar, bienestar institucional y recurso huma-no, físico y financiero.

La asociación de egresados continuó fortalecién-dose y desarrollando acciones para construir la capilla, ya que el espacio donde se encontraba, fue asignado por la Secretaria de Educación a un aula de informática.

En igual forma, se inició el mejoramiento de los es-pacios para desarrollar con mejor eficiencia la atención integral al adolescente en el medio escolar, mediante el convenio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. A través de éste se viene prestando el servicio de consulta ginecológica a las adolescentes y a los jóvenes en general del plantel.

En este año de 2006 la institución fue reconoci-da, valorada y exaltada por los gobernantes nacionales y locales. Mediante el acto “El alma máter del magiste-rio Antioqueño”, que se realizó el 17 de noviembre, la Escuela Normal Superior de Medellín recibió un mere-cido reconocimiento por sus 155 años de presencia en la historia de la educación antioqueña y, en especial, por la formación del maestro colombiano. En ceremo-nia solemne llevada a cabo en el aula máxima de la ins-titución, y con la presencia de las autoridades civiles, religiosas y eclesiásticas, la Escuela Normal recibió:

optimizar los servicios.En el año 2006, se inició un gran proceso acadé-

mico para la acreditación de calidad, el cual exigía de cada uno de los miembros de la comunidad normalista, la participación responsable en las actividades y pro-yectos, y una estrecha relación entre la teoría y la prác-tica, es decir, la coherencia y la articulación de la ma-nera de pensar y de actuar con el contexto al cual se pertenece y al cual se quiere intervenir.

Este proceso inició con la presentación de una guía de verificación que debía enviarse vía electrónica al Ministerio, para que, posteriormente, la Sala Anexa mandara unos pares académicos que serían selecciona-dos por convocatoria para verificar la información desde:Los convenios, la pertinencia, la propuesta curricular, la proyección social, el concepto favorable de la Secretaría de Educación Municipal, la formación investigativa, el Informe ejecutivo del PEI, la infraestructura, los me-dios educativos, el Plan Anual de inversiones, el Plan de Estudios, el Plan de Mejoramiento para el Programa de Formación Complementaria y los proyectos de in-vestigación de los docentes.

Para verificar cada aspecto se realizaron visitas, re-uniones con la comunidad, con los padres de familia, con ex alumnos, maestros alumnos y lecturas de otros testimonios. Igualmente se hicieron encuentros con el Consejo directivo y el Consejo Académico. Esto le permitió a la Escuela Normal obtener la autori-zación de funcionamiento del Programa de Formación Complementaria en la Escuela Normal Superior de Medellín, por parte del Ministerio de Educación Nacional, y generó así una dinámica de trabajo que permitió:

• Elevar el nivel de la evaluación externa realiza-da por la Sala Anexa, para las Escuelas Normales Superiores de la Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CONASES).• Sostener la calidad educativa y el desempeño de las evaluaciones externas de estudiantes (ICFES, SABER Y ECAES) de los estudiantes de quinto, noveno, undécimo y.• Continuar con el Programa de Formación

“En el 2005 se incursionó en el aprendizaje desde la robótica, mediante visitas al aula taller Explora de Robótica y la experimentación en prácticas reales de electrónica. Se observaron prototipos y se realizaron exploraciones del mundo real de manera virtual, proyecto que fue coordinado por la profesora Luz Stella Mena Ibargüen”

“La asociación de egresados continuó fortaleciéndose y desarrollando acciones para construir la capilla”

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La Orden de la Democracia “Simón Bolivar”, en a categoría de Gran Caballero, del Congreso de la República, entregada por el doctor Óscar Arboleda Palacio.

La Orden al Mérito Cívico y Empresarial, “Mariscal Robledo” de la Asamblea Departamental, entregada por el doctor Luciano Vélez Arroyave,zz egresado en 1957.

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RECONOCIMIENTO POR PARTE DE LA ALCALDÍA DE MEDELLÍN, entregado por el señor Alcalde de la ciudad, el doctor SERGIO FAJARDO VALDERRAMA.

EL ESCUDO DE ANTIOQUIA EN CATEGORÍA ORO: Otorgado por el señor Gobernador del departamento de Antioquia, doctor ANÍBAL GAVIRIA CORREA.

El doctor Óscar Arboleda Palacio, egresado en 1961, entregó la “Orden de la Democracia”, en nombre de la Cámara de Representantes.

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• EL ESCUDO DE ANTIOQUIA EN CATEGORÍA ORO: Otorgado por el señor Gobernador del departamento de Antioquia, doctor ANÍBAL GAVIRIA CORREA.

social, que aporten al mejoramiento de la calidad de la educación y a la calidad de vida de los con-textos en los que se desempeñan.• Formar maestros/as con espíritu humanista, co-nocedores/as de la realidad social, con espíritu crítico, acompañantes del estado evolutivo de sus alumnos e interesados por reconocer el contexto familiar y cultural de los mismos.• Promover mediante la reflexión y la acción pe-dagógica, la teoría y la práctica, el saber pedagó-gico, disciplinar e investigativo, así como desde la vida cotidiana y escolar, el conocimiento cien-tífico y cotidiano.• Fomentar en el/la maestro/a en formación, una actitud investigativa que le permita desde la lectu-ra del contexto, la reflexión y análisis crítico de la realidad sociocultural y educativa, así como pro-poner acciones pedagógicas transformadoras.• Generar, desde la relación teoría-práctica, ref lexiones acerca de los fundamentos epistemológicos y pedagógicos de los diferentes enfoques, tendencias y modelos pedagógicos, para adquirir una mejor comprensión de la función del docente en los niveles de preescolar y de básica primaria.• Brindar herramientas conceptuales y metodoló-gicas que permitan al/la maestro/a en formación, identificar los diferentes problemas asociados a los procesos pedagógicos de la vida escolar, para convertirlos en objeto de estudio.

Fue una época en la que se hizo referencia a las prác-ticas pedagógicas de atención a la población infantil, con el propósito de brindar a niños y niñas atención in-tegral desde sus dimensiones de desarrollo. Prácticas orientadas desde referentes teóricos propuestos por pedagogos como J. Pestalozzi (el afecto), Federico Froëbel (el juego como estrategia para convocar el de-seo para el conocimiento), Jhon Dewey (la experien-cia como condición para el aprendizaje), Rousseau (la infancia como una etapa del desarrollo humano), María Montessori (educar por medio de los sentidos)

Finalmente, el 17 de noviembre se realizó la reunión de los egresados de 1956, para celebrar los cincuenta años de haber recibido el título de maestros.

Igualmente, durante ese mismo año, se le había en-viado a la doctora Martha Baracaldo Q., Coordinadora de los Saberes Pedagógicos de las Escuelas Normales Superiores del Ministerio de Educación Nacional, un ar-tículo de investigación titulado “¿De qué manera leen los docentes la cotidianidad escolar y cómo esas lec-turas construyen Saber Pedagógico?”, realizado por los profesores Carmenza Tobón Lopera y Gustavo Alzate Ramírez, texto que fue publicado posteriormente por el Ministerio de Educación y remitido a todas las Escuelas Normales del país.

También el 29 de agosto de 2006, se había rea-lizado el primer Seminario Internacional de Pedagogía en la Escuela Normal, con el apoyo de la Universidad de Antioquia. Dicho seminario contó con la presencia de la doctora Silvia Parrat-Dayan, de la Universidad de Ginebra, y la Fundación Archivos Piaget. El tema central del seminario fue “La formación docente y la importancia de la discusión y la actitud democrática en la escuela”.

Durante el período 2007 al 2009 se dio un forta-lecimiento de toda la comunidad normalista, con miras a la acreditación de calidad. Fue un momento de ma-yor posicionamiento de la Escuela Normal, con propó-sitos claros que pretendían lograr:

• Formar maestros/as para desempeñarse en el medio urbano y rural, en el nivel de preescolar y básica primaria, capaces de liderar proyectos pe-dagógicos y sociales que aporten a la transforma-ción del contexto.• Formar maestros/as competentes pedagógica-mente para identificar las necesidades existentes en los contextos en los que ejercen su función y generar procesos de transformación social, a partir de la reflexión e investigación en torno a su quehacer educativo.• Formar maestros/as con visión política y humana para liderar procesos de cambio y transformación

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Ovidio Decroly (formación desde los centros de inte-rés), Froebel (educar a partir de las necesidades de los niños) y Herbart (asumir la práctica pedagógica como un proceso de investigación).

Desde la perspectiva anterior, el Programa de Formación Complementaria ofrece a los maestros y maestras, elementos teórico-prácticos que les permiten acompañar de manera significativa a la población infan-til. Para ello, la Escuela Normal Superior de Medellín, como entidad oficial, siente la necesidad de articular-se con otras instituciones, entidades y organizaciones responsables de la formulación y ejecución de la políti-ca de primera infancia en el ámbito regional; asumien-do así una posición crítica frente a los discursos de la infancia, a fin de posibilitar una mejor interpretación de los problemas de los niños y las niñas en la dinámica regional, y asumir el compromiso de la formación de maestros y maestras, que garantice el desarrollo inte-gral de los pequeños.

Proyectos deinvestigación docentesApropiación de la escuela nueva en el saber pedagógico colombiano

Aquí se propone una mirada a las Escuelas Normales durante la primera mitad del siglo XX, en convenio con las Universidades de Antioquia, Francisco de Paula Santander y Nacional de Bogotá; en un proyecto fi-nanciado por Colciencias, el CODI y la Escuela Normal Superior de Medellín, liderado en la Institución por el profesor Gustavo Alzate Ramírez.

Objetivo general

Analizar el proceso de apropiación de la Escuela Nueva en la Escuela Normal de Institutores de Tunja, La Escuela Normal de Institutores de Antioquia, y en el Instituto Pedagógico Nacional de Señoritas, para hacer visible desde una perspectiva histórica, la transformación de los métodos de enseñanza de las ciencias y los saberes,

durante la primera mitad del siglo XX, en el saber pe-dagógico colombiano.• Consolidar el archivo pedagógico de las escuelas nor-males como una herramienta para formar al maestro en Colombia con una identidad profesional, intelectual y cultural, y como un campo documental desde donde sea posible activar la memoria del saber pedagógico en Colombia.

Justificación

La Escuela Nueva es un acontecimiento de naturaleza pedagógica en América Latina, que tuvo una influencia variada en la educación en los diferentes países, prin-cipalmente, desde la primera mitad del siglo XX. En va-rias culturas transformó las concepciones sobre la for-mación del hombre, la infancia, el maestro, los métodos de enseñanza y la didáctica. Este acontecimiento pe-dagógico dirigió su mirada hacia la transformación de la formación de maestros en las ciencias y los saberes, introduciendo nuevas metodologías y didácticas, sus-tentadas en la observación, los saberes experimenta-les y el papel activo de los estudiantes.

En este sentido, se hace pertinente emprender una tarea de descripción y análisis de la Escuela Nueva en nuestro país y lo que significó para trasformar nuestras prácticas pedagógicas. Esta tarea permitirá comprender las relaciones establecidas entre pedagogía y ciencias en nuestra contemporaneidad, además de problematizar las suposiciones corrientes sobre la didáctica, la peda-gogía, los métodos de enseñanza y la enseñanza de las ciencias y los saberes que funcionan en la actualidad.Este Proyecto fue aprobado por el Centro de Investigaciones Educativas y Pedagógicas de la Universidad de Antioquia.

El consultorio pedagógico

Responsables

Alumnos del Programa de Formación Complementaria de la Normal Superior de Medellín, la Coordinadora académica, el Rector y el núcleo de pedagógicas de la Escuela Normal Superior de Medellín.

Una traducción realizada en 1911 por Lorenzo Lucuriaga, del tex-to “EL MÉTODO” de Pestalozzi, escrito en 1800.

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Justificación

El Consultorio Pedagógico, en la Escuela Normal Superior de Medellín, surgió como un centro de aten-ción académico para niños escolares que presentan di-ficultades en su proceso. Su filosofía ha estado funda-mentada en los conceptos pedagógicos de la Escuela Normal Superior de Medellín, en un ambiente formati-vo que define la construcción de sentidos éticos, es-téticos, históricos, tecnológicos y científicos, para una mejor relación con la comunidad.

El consultorio es una de las estrategias pedagógi-cas que ha implementado la Escuela Normal Superior de Medellín, para dar respuesta a la categorización de necesidades del diagnóstico institucional, en el cual se evidencian los siguientes propósitos:

• Generar y fortalecer vínculos con la sociedad que permitan confrontar, analizar y canalizar aque-llas acciones que conduzcan a solucionar proble-mas de la comunidad en general y de la comuni-dad educativa, en particular.• Mejorar el nivel académico de los estudiantes pro-venientes de las escuelas aledañas a la institución.• Generar acciones que vinculen a los padres de familia en el acompañamiento de los niños en sus compromisos escolares.• Dinamizar y fortalecer la formación integral de los futuros educadores, a través de diversas es-trategias pedagógicas.

El taller de lecto-escritores “Abra Palabra y ¡Habrá Palabra!”, y su incidencia en el proceso de formación de los estudiantes de la escuela normal superior de medellín

Responsables:

María Elizabet Areiza Bedoya, docente, y Gabriela Elena Restrepo Londoño, psicóloga.

La investigación que se expondrá a continuación, muestra el impacto que ha tenido el taller de lecto-escri-tores “Aabra Palabra y ¡Habrá Palabra!”, en los miembros

de la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior de Medellín, especialmente, en el profesorado, para ha-cerlo consciente del énfasis de la institución en Lengua Castellana.

Todo surgió de una inquietud al pensar que no se lograba un cambio real de las prácticas pedagógicas cotidianas en la Escuela Normal Superior de Medellín, sin una revisión profunda de la formación de los futu-ros maestros que se están preparando allí.

Se descubrió que para lograr la transformación ne-cesaria no bastaba con una actualización de contenidos de formación. Por ello se hizo imprescindible una recon-ceptualización de las prácticas pedagógicas, integran-do lo institucional y lo didáctico. El propósito entonces ha sido formar futuros maestros que sean practicantes gozosos de la lectura y la producción de textos, de tal manera que la apropiación de la lengua castellana no sea un ingrediente del Plan de Estudios con el que hay que cumplir, sino el eje transversal de su desempeño en todo su quehacer personal y profesional.

El punto de inicio ha sido la invitación de la Escuela del Maestro a la Normal, para participar del semillero de investigación. Luego se han planteado los objetivos, el problema, la hipótesis; y se ha explicado porqué la base para el desarrollo de la investigación ha sido el proyec-to “ABRA PALABRA Y ¡HABRÁ PALABRA!”, específi-camente, el taller de lecto-escritores.

En el diseño metodológico aparecen las variables o categorías conceptuales de efectividad, sostenibili-dad y transferibilidad del taller, aplicadas al análisis de los instrumentos (encuestas y entrevistas realizadas a cada uno de los estamentos de la comunidad educa-tiva: directivos y administrativos, estudiantes de bási-ca primaria, secundaria, media y ciclo complementario, profesorado, y padres y madres de familia).

El 5 de agosto de 2008 se realizó el tercer Seminario sobre Educación y Pedagogía, con la pre-sencia del doctor Antonio Yepes Parra, ex rector de la Universidad de Antioquia, ex Ministro de Educación e hijo de un maestro egresado de la Escuela Normal.

La Asociación de Egresados liderada por los ex alumnos Shirley Montoya Salgado, el doctor Luis Javier Arroyave, Francisco Ramírez y Juan Carlos Zapata Correa,

logró materializar una capilla, de excelentes condicio-nes, para la Escuela Normal.

Durante el año 2010 la Escuela Normal obtuvo el máximo reconocimiento, por la labor que ha desarrolla-do en cada uno de los procesos, y el rector Juan Carlos Zapata Correa fue seleccionado por el gobierno japo-nés, para participar en el programa de capacitación y diálogo en la ciudad de Tsukuba, “Estudio del méto-do para la mejora educativa en el curso de formación inicial de docentes para los países latinoamericanos”.

La acreditación de calidadA continuación se presentará la síntesis del proceso realizado para la obtención de la acreditación de cali-dad de la institución, mediante el compendio de los si-guientes mapas conceptuales:

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Como resultado de esta dinámica, la Escuela Normal obtuvo el nivel superior en el ICFES, y como consecuen-cia final, después de una verificación por parte de pares académicos, fue catalogada durante el año de 2010, como la mejor institución educativa oficial, mediante el premio “A la calidad de la institución educativa”.El año 2011 inició con la autoestima muy elevada por el reconocimiento realizado por los gobiernos nacio-nal y municipal durante el año anterior, y con una gran expectativa por los resultados que generaría la imple-mentación de las estrategias metodológicas asesora-das por el gobierno japonés, además de otras dos ase-sorías con el gobierno británico y el gobierno francés.

Veamos cada una de ellas y los preparativos para la celebración de los 160 años de la institución.

1. Asesoría con el gobierno Japonés

Escuela Normal Superior de Medellín

メデジン高等師範学校

plan de formación de docentes que diseñan expe-riencias significativas y analíticas para el alumno 意味の 意味の理解と分析に基づく学習を設計できる教員の養成計画

Elementos básicos tomados del proceso de forma-ción realizado en japón 日本での研修で学んだ基本的事項

Visita del Secretario de Educación Municipal al Consultorio Pedagógico.

Capilla “El Divino Maestro”, de la Escuela Normal. El rector Juan Carlos Zapata (sentado a la derecha), con profesores japoneses.

Carpeta inicial para la conmemoración de los 160 años.

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Reconocimiento de la Alcaldía, dentro del programa “Medellín, la más educada”.

1. Conferencias y documentos. 講義と資料

• Manejo del ciclo del proyecto (PCM).• Actividades extra asignaturas desde el punto de vista histórico. 歴史的視点を取り入れた課外活動 • El libro texto. 教科書 • Área V Gestión del ambiente comunitario/orien-tación de los alumnos. 地域社会による環境管理と生徒指導

2. Película. 映画

• Comentario de la educación japonesa reflejada en 24 ojos. 二十四の瞳に反映された日本の教育 • Video observado en el Museo de Geología de Tsukuba.国土地理院博物館で鑑賞したビデオ

3. Desde las visitas. 視察

• Escuela primaria anexa perteneciente a la Universidad de TSUKUBA. 筑波大学付属小学校 • Escuela primaria de Kamigo. 上郷小学校

4. Desde las vivencias de lo que observe de la cultura japonesa. 日本文化に関する体験

• Salidas en grupo a museos, parques, templos, ciudades, entre otros. 美術館、公園、神社仏閣、町の訪問 • Visita a una casa tradicional japonesa. 日本の伝統的家屋の訪問

5. La asesoría brillante que me permitió identificar pro-blemas de tipo educativo y formativo en mi institución.私の学校における教育・教員養成の問題を気づかせて下さった明瞭な指導

Estrategias para su desarrollo

A. Diseño de un currículo integrado.統合カリキュラム設計.

A.1 Trabajo en equipo.  ームワークA.2 Estudio por áreas de los proyectos direccio-nados hacia la construcción de ciudadanía: cuida-do y conservación del medio ambiente, educación sexual, educación vial, democracia y atención y prevención de desastres. 市民教育を目的としたプロジェクトの分野別検討(環境保全、性教育、交通安全、民主主義、防災) A.3 Capacitar a los docentes en la propuesta me-todológica de resolución de problemas.問題解決法に関する教員研修を実施する。

B. Preparación adecuada de clases por parte de los docentes, con creatividad y dinamismo.教による独創的でダイナミックな授業の準備

B.1 Reunión mensual de docentes para fortalecer la imagen del maestro.教師イメージ改善を目的とする月例会議の実施 B.2 Estrategias de trabajo y observación de cla-ses por parte de otro docente. 業務戦略と他教員による授業見学 B.3 Encuesta y tabulación de la encuesta.アンケートと集計 B.4 Diálogo de resultados con los docentes.アンケート結果に関する教員との話し合い B.5 Evaluación de docentes. 教員評価

C. Implementar las aulas taller en la primaria para: matemáticas, ciencias naturales, idiomas, sociales y artistica: 小学校の算数・理科・国語・社会・図工におけるワークショップ教室の実施

C.1 Adecuar las aulas de matemáticas, sociales, idiomas de la sección primaria como aulas taller. 小学校課程の算数・社会・国語教室をワークショップ教室として整備する C.2 Dotar las aulas taller de la sección primaria de buen material.小学校課程のワークショップ教室に優れた教材を整備する

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D. Implementar la jornada de formación comple-mentaria, iniciando con la primaria 小学校における補完的授業の導入

D.1 Reunión con los estudiantes en formación como maestros. 教員役を務める教員養成課程学生とのミーティング

D.2 Gestión ante los entes gubernamentales y las cajas de compensación. 政府機関、補償基金への予算措置要請 D.3 Diseño de la propuesta de jornada escolar complementaria que conduzca al aprendizaje des-de la diversión y la alegría. 娯楽と楽しみを通じた学習を促す補完的授業案の設計 D.4 Implementar la jornada escolar complementaria.補完的授業の実施 D.5 Participación en todos los eventos deporti-vos a nivel infantil. 全ての幼児向けスポーツイベントへの参加

E. Acciones generalizadas desde la institución que

conduzcan a articular el currículo.リキュラム構成に向けた学校内の一般的活動

E.1 Exigir, por contrato, que las cafeterías esco-lares vendan frutas, jugos y productos lácteos. 契約に基づく学校内カフェテリアにおける果物、ジュース、乳製品の販売義務化 E.2 Mantener la institución con alrededores lle-nos de jardines y zonas verdes.学校周辺の花壇と緑地の維持 E.3 Ceremonia de ingreso de los alumnos nue-vos. 新入生入学式実施

F. implementación del libro texto en los grados cuarto, octavo y once. 4年、8年、11年生向け教科書の導入

F.1 Implementación de libro texto en los grados cuarto, octavo y once.4年、8年、11年生向け教科書導入 F.2 Gestión en Secretaría de Educación Municipal.する要請

Docentes japoneses de la Universidad de Tsukuba verificando la pre-sentación de la propuesta.

Juan Carlos Zapata, rector de la Escuela Normal, presentando en la Universidad de Tsukuba el diseño de la propuesta.

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2. Proyectos de apoyo con el gobierno de Inglaterra

2.1. El proyecto slant vs “la acreditación y la certificación”

Este proyecto tiene los siguientes objetivos:

• Incentivar liderazgo escolar y nuevas herramien-tas de enseñanza.• Contribuir al desarrollo profesional de directivos docentes en las áreas de: liderazgo y gestión es-colar, calidad, mejoramiento y capacidad y uso de las nuevas tecnologías.• Facilitar el intercambio de experiencias exitosas y diversas, entre especialistas de la educación.La base del éxito está en una buena autoevalua-ción, desde:• La reflexión sobre lo que ha sucedido en la cla-se, para identificar las áreas en las cuales se de-ben introducir cambios y, así, poder apoyar a los estudiantes de manera más eficiente.• La observación por pares, como forma excelen-te de romper las barreras e iniciar conversaciones que llevan al desarrollo profesional.

2.2. Clases hermanas

El mayor reto estuvo en la dificultad para la comunicación entre los alumnos y los docentes de las escuelas her-manas, debido a la diferencia de idioma. Se plantearon además estrategias de comunicación por correo físico y por e-mail, pero el contacto por medio de la página de Internet ha sido difícil para el intercambio de información.

Actualmente lo que evidencia la comunidad edu-cativa de la Escuela Normal, es el deseo de apuntarle a la transformación estratégica y pedagógica, por medio de la implementación de nuevos proyectos que forta-lezcan el ser desde el saber, para lograr trascender en el conocimiento, teniendo como base los aportes que ofrece el intercambio cultural entre la realidad local y la de otros países.

Este proyecto le ha permitido a la Normal proyectarse y ver en la globalización una forma de cambiar la historia de la educación, al intercambiar metodologías y trans-misión de conocimientos con otras culturas. A este pro-yecto, se suman acciones que les permite a los niños una mirada más amplia sobre la construcción de ciu-dadanía desde la tolerancia, el respeto y la diferencia.

Con esta iniciativa, la institución está cada vez más cerca de la transversalización de un currículo, en el que se integren docentes, estudiantes y padres de familia, para luchar por un objetivo común: la trasformación de la sociedad mundial, a través de la comunicación y el inter-cambio de experiencias, sueños e ideales; porque aun-que se tengan diferentes costumbres e idiomas, realmen-te se da una similitud en las búsquedas fundamentales.

Se pretende igualmente fortalecer la comunica-ción virtual para crecer aún más en el proyecto, tras-cender fronteras y poder afirmar así que la educación no tiene barreras.

Firmas de los profesores ingleses que visitaron la Escuela Normal como parte del proyecto “Clases hermanas”.

Grupo de niños que hacen parte del proyecto clases hermanas, coordinado por la profesora de matemáti-cas de los grados cuartos y quintos de la sección pri-maria, Shirley Montoya Salgar.

3.Proyecto de apoyo con el gobierno Francés

Proyecto de la secretaría de las mujeres en convenio con la universidad eafit

Programa de formación complementaria con el perfil de formación autónoma, mediante la metodología de la alternancia

La metodología de la alternancia estimula el análisis y hallazgo del currículo para la transformación de normas, costumbres, creencias, lenguajes y símbolos que es-tructuran, construyen y determinan las relaciones y las prácticas sociales y culturales, entre hombres y muje-res en sus propios territorios.

La metodología habilita a las y los estudiantes para la adquisición de conocimientos, técnicas, capacida-des y habilidades socio laborales, que les permitan te-ner un acercamiento real al mundo del trabajo, a través de la participación directa en la producción dentro de las empresas del ramo.Además, implica la implementación de propuestas flexibles de formación con metodologías adecuadas al perfil de las y los estudiantes, en coherencia con el contexto, generando pertinencia y desarrollo del terri-torio. La alternancia comulga con modelos participati-vos generadores de equidad, en coherencia con el mo-delo de coeducación, el cual parte de la relevancia de las diferencias sociales y sexuales entre grupos (hom-bres y mujeres), incorporando la diversidad de género como manifestación cultural y eliminando desigualda-des sociales y culturales que han existido en los mo-delos tradicionales.

La alternancia no consiste sólo en dar lecciones a las y los jóvenes y adultos y adultas, y luego pedirles que apliquen la enseñanza en su terreno, sino que por el contrario, el proceso de aprendizaje del joven parte de las situaciones vividas, encontradas y observadas dentro de su medio. Éstas se vuelven fuentes de inte-rrogación, de intercambio y nuevas experiencias donde el modelo ayuda a encontrar respuestas.

La alternancia invita a un currículo educativo renovado que incluya educación en valores como: igualdad, to-lerancia, diálogo y resolución pacífica de conflictos. Se tienen en cuenta otros espacios y agentes de socializa-ción respecto a los que se ha de actuar más allá de la escuela, con el objetivo de orientar las relaciones en-tre hombres y mujeres hacia una transformación, en un marco más equitativo, para contribuir a la superación de desigualdades sociales de género.

En este programa estudian 180 madres comunitarias.

Proyecto de investigación en convenio con la universidad de san buenaventura

Este proyecto tiene por objeto fortalecer la formación de maestros con competencias pedagógicas e investi-gativas, así como a líderes y gestores de procesos pe-dagógicos y culturales, que puedan desempeñarse en contextos urbanos y rurales.

Dicho convenio está centrado en la comuna 8, Villa Hermosa, conformada por los barrios Villa Hermosa, La Mansión, San Miguel, La Ladera, Batallón Girardot, Llanaditas, Los Mangos, Enciso, Sucre, El Pinal, Trece de Noviembre, La Libertad, Villatina, San Antonio, Las Estancias, Villa Turbay, La Sierra (Santa Lucía - Las Estancias) y Villa Lilliam. La mayoría de estos barrios presentan situaciones de vulnerabilidad.

La escuela feliz, un espacio para crear, compartir, soñar aprender y convivir

La Escuela Feliz es un espacio para crear, compar-tir, soñar, aprender y convivir. Es un proyecto que centra su mirada en el contexto de la cotidianidad escolar, ex-presada en la interacción permanente con el “OTRO”, con los “OTROS” y lo “OTRO”.

Un proyecto creado para contribuir en el aprove-chamiento del tiempo libre, mejoramiento de la calidad de la educación, el nivel académico y la construcción de ciudadanía de los niños y niñas de la Básica Primaria en la Escuela Normal Superior de Medellín, con el apo-yo de la Secretaría de Educación Municipal.

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Los diferentes espacios que se cohabitan se constitu-yen en una valiosa oportunidad para generar procesos lúdicos, relacionados con la construcción de ciudada-nía a través de una serie de acciones formativas que se piensan, planean, diseñan, aplican y transfieren de manera coherente y pertinente, en espacios y tiempos concretos, orientados al desarrollo y fortalecimiento de las competencias ciudadanas de los niños y niñas, con el objetivo de articular el mundo de la vida con el mun-do de la escuela.

Se trata de pensar la educación no sólo desde lo cognitivo sino desde la relación con el juego y las ac-tividades lúdicas. Desde los primeros meses, niños y niñas juegan. Jugar es una actividad que comprende todo en sus vidas: trabajo, diversión, entretenimiento, adquisición de experiencias, forma de explorar y cono-cer el mundo que le rodea. El niño no establece sepa-ración entre el trabajo y el juego.

Puede pensarse, entonces, que la infancia, el juego y el juguete guardan una relación indisociable, en tanto, en el desarrollo histórico-social del hombre tienen una misma ontogénesis, de ahí que sea imposible separar unos de otros, pues surgen en correspondencia con el devenir evolutivo del hombre, constituyéndose en una etapa de preparación para la acción productiva que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.

Los estudios sobre la historia de los juegos de-muestran la funcionalidad de la actividad lúdica de la in-fancia: biológica, psicológica, cultural, educativa, entre otras. Los juegos determinan las etapas de crecimien-to del ser humano: infancia, adolescencia y edad adul-ta. La necesidad de jugar es inherente al ser humano, trae consigo el espíritu científico, creativo y de sociabi-lidad que implica su creación y desarrollo.

El desarrollo infantil está directamente relaciona-do con el juego, pues, además de ser una actividad

natural y espontánea en la que el niño y niña dedican y aprovechan la mayor parte del tiempo, a través de él, se estimula y desarrolla sus competencias intelectua-les, socio-culturales, comunicativas, socio-afectivas y psicomotrices. Más aún, le proporciona las experien-cias que le enseñan a vivir en, con y para la sociedad, le permite conocer sus posibilidades y limitaciones, a crecer y madurar en forma progresiva. Así, niños y ni-ñas alcanzan a desarrollar mayores capacidades en el juego que fuera del mismo.

Desde la mirada anterior, niños y niñas a través del juego exploran y descubren el placer que proporciona hacer las cosas y compartir con los demás. Es uno de los medios más significativos que tienen para expresar sus pensamientos, sentimientos, intereses, imaginarios y aficiones, toda vez que se convierte en uno de los primeros y más agradables lenguajes para comunicar.

Además de todas las funciones, la educativa, co-bra especial importancia, en tanto posibilita la activa-ción, movilización y desarrollo de las capacidades sen-somotoras, cognitivas, sociales, afectivas y volitivas. El juego se convierte en un proceso de exploración, des-cubrimiento y conocimiento de la realidad exterior a través del cual se van estructurando y reestructurando de manera progresiva los conceptos sobre el mundo. Además, les ayuda a descubrirse a sí mismos, a cono-cerse y a estructurar su personalidad.

El juego en la educación exige para el maestro o la maestra, generar espacios que le permitan actuar con-juntamente en escenarios de la cotidianidad escolar, con actividades que le faciliten acercarse y conocer el mundo infantil, las etapas de su desarrollo y las carac-terísticas que se asocian a las mismas, pues jugando se aprenden las cualidades de las cosas, los concep-tos, las normas, las reglas sociales y culturales.

En esta línea de sentido, para niños y niñas no hay diferencia entre jugar y aprender, porque todo juego que les demande nuevas exigencias se convierte en una opor-tunidad significativa de aprendizaje. En y con el juego se aprende con una facilidad asombrosa, en tanto existe una predisposición para disfrutar todo aquello que les brinda la actividad lúdica a la cual se dedican con pla-cer, alegría y entusiasmo. Todos los aprendizajes, que

niños y niñas construyen cuando juegan, serán trans-feridos y/o aplicados a las situaciones de la vida coti-diana escolar y extraescolar no lúdicas.

Los niños muestran especial interés ante las tareas enfocadas como juego y una creciente comprensión y disposición para rendir (Hetzer, 1965). En consecuen-cia, el juego desde su intención educativa se determi-na en gran parte por la actividad lúdica, de forma que el juego como actividad inherente al niño implica la resig-nificación de su valor pedagógico. Lo anterior no signi-fica que reemplace las múltiples formas de enseñanza.

La primera infancia es la etapa en la que se ad-quieren los referentes de mayor trascendencia para el desarrollo humano, etapa en la que los niños y las ni-ñas “inician el descubrimiento y dominio de su propio cuerpo, adquieren los hábitos de vida cotidiana que les permitirán alcanzar la autonomía personal, hacen las adquisiciones sensoriomotrices y perceptivas que constituyen la base del pensamiento abstracto, inician la comunicación y la relación social con otros niños y niñas y con los adultos, se introducen en los distintos códigos del lenguaje; hacen sus primeras experien-cias de observación, experimentación, descubrimiento del mundo exterior… y se perfila la trayectoria que día a día van conquistando con su propia acción, debida-mente orientada por los adultos significativos que es-tán a su alrededor”.38

En esta edad se definen y desarrollan las habili-dades en todas las dimensiones del ser humano y se hacen determinantes para sus vidas. Por ello, el juego en la infancia, centrado en acciones lúdico creativas, que permitan la interacción social, el desarrollo del es-píritu científico e investigativo, la evolución del pensa-miento lógico, la apropiación del código escrito, el do-minio de su propio cuerpo y la capacidad de actuar y construir con otros, es tarea prioritaria de la escuela y, especialmente, de quienes acompañamos su proceso de desarrollo integral.

En este sentido, la Escuela Normal Superior de Medellín, como institución formadora de formadores, con el proyecto: La escuela feliz, un espacio para crear, 38 GÓMEZ RAMÍREZ, Juan Fernando. Los años mágicos de la infan-cia. En el XII Congreso Nacional de Educación Preescolar, IV encuen-tro de Educación Infantil.

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compartir, soñar aprender y convivr. -la lúdica y el juego como ejes que dinamizan el desarrollo integral-, preten-de acercar a sus maestros y maestras en formación, al reto de construir propuestas pedagógicas para dise-ñar caminos para la formación artística-estética y lúdi-ca en los grados iniciales de escolaridad, a través de estrategias pedagógicas que propicien espacios para la fantasía y la expresión del talento, para acompañar su descubrimiento y desarrollar la capacidad expresi-va como forma potenciadora del arte.

Este proyecto, además, hace parte de una trans-formación innovadora que pretende convertir la escuela en un espacio abierto para el juego y la lúdica, donde el principal objetivo es rescatar los valores formativos y las experiencias de vida necesarias para formar ciu-dadanos que se relacionen de manera agradable y pro-ductiva con su entorno.

Justificación

El proyecto “La Escuela Feliz” nace como producto de las necesidades manifiestas en la comunidad educati-va de la Escuela Normal Superior de Medellín, frente a las problemáticas sociales que inciden en el desarrollo integral de los y las estudiantes, en especial, de la po-blación infantil. Problemáticas asociadas a carencias socio económicas, afectivas y culturales, propias del momento histórico que les ha correspondido enfrentar; como motivaciones externas del contexto que los alejan de la práctica de valores morales, sociales culturales y religiosos, facilitándoles el acceso a situaciones que van en detrimento de un armónico proceso de desa-rrollo, en tanto, se convierten en situaciones de riesgo que los hacen vulnerables frente a sí mismos y a la so-ciedad a la cual pertenecen: alcoholismo, drogadicción,

embarazos tempranos, prostitución, delincuencia y sui-cidios, por nombrar algunas, constituyen notorias con-secuencias que afectan en forma paralela las dimensio-nes de su desarrollo.

En esta línea de sentido, la Escuela Normal Superior de Medellín piensa en un proyecto que permita aportar a la transformación de su comunidad desde el plantea-miento de acciones lúdico pedagógicas relacionadas con el buen uso del tiempo libre, en las que se promue-van en forma dinámica y creativa competencias ciu-dadanas que hagan posible construir tejido social. Es una apuesta por el fortalecimiento de valores y princi-pios como el compromiso, la convivencia, la tolerancia, el respeto y la solidaridad que se requieren en la inte-racción simbólica, construida en la cotidianidad esco-lar y extraescolar.

De otro lado, pretende, desde su carácter innova-dor, hacer de la escuela un espacio abierto en el que se conjuguen experiencias de vida en torno a la lúdica y el juego, como ejes dinamizadores del desarrollo in-tegral de la población infantil.

¿De qué manera se realiza este proyecto?

El juego y la lúdica constituyen ejes dinamizadores a través de los cuales se piensan una serie de subpro-yectos que permiten la transversalización de los pro-yectos obligatorios. Cada subproyecto, desde la base de los lineamientos curriculares de áreas como: educa-ción artística, educación física, tecnología e informáti-ca y emprendimiento, serán los pilares de la enseñan-za y el aprendizaje.

Lo anterior implica la concordancia de acciones pe-dagógicas que aporten al desarrollo integral de los ni-ños y niñas, por ello, se establecen relaciones interdis-ciplinarias que de manera creativa, dialógica y dinámica aporten a la construcción de competencias ciudadanas necesarias para la construcción del tejido social. En este sentido, la escuela se convierte en un centro de experi-mentación, investigación y ejecución de proyectos para hacer posible la reflexión del maestro/a, desde su condi-ción de sujeto de saber, de deseo y de transformación

social. Visto así, el proyecto cumple dos propósitos bá-sicos: atender a las necesidades del contexto de nues-tros/as estudiantes y permitir a maestras y maestros en formación, asumir roles propios de la organización ad-ministrativa y académica de una institución educativa.

La implementación del proyecto se inicia a par-tir de la conformación de equipos colaborativos, que para efectos de sus desempeños asumen un nombre que los caracteriza. Animales de su preferencia y va-lores que quieren resaltar, hacen parte de la identifi-cación que cada equipo propone, con bandera y lema propios como signo y símbolo que representan unidad. Así, niños y niñas conforman sus propios equipos. Los maestros y maestras en formación se asocian por afi-nidades que los caracterizan: habilidades, intereses, competencias, fortalezas frente a un subproyecto es-pecífico, para liderar acciones lúdico-pedagógicas con el apoyo de material didáctico, que aporta al logro de los objetivos planteados en cada uno de ellos. El su-doku, el tangram, el ajedrez, el geoplano, así como el cuento, el poema, los juegos de palabras, las caricatu-ras, la música y los elementos deportivos, entre otros, se convierten en pretexto para dinamizar alrededor del juego y la lúdica, las competencias ciudadanas de los niños y niñas que hacen parte del proyecto.

Para el desarrollo del proyecto se propone la ase-soría y el acompañamiento de maestras, maestros for-madores y personal directivo de la institución. Los cri-terios evaluativos serán apoyados, revisados y avalados por la Secretaría de Educación, después de ser apro-bados por el Consejo Académico.

Los subproyectos se refieren a:

1. El aprovechamiento del tiempo libre y la cons-trucción de ciudadanía cuyo objetivo se orienta al fo-mento del desarrollo del pensamiento lógico, crítico y reflexivo, y al desarrollo de la autonomía, las habilida-des psicomotrices y lingüísticas, a partir de estrategias lúdicas y recreativas que aportan a la apropiación de competencias ciudadanas básicas para actuar en el medio social cotidiano.

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Material que empleamos para un mejoraprovechamiento del tiempo libre.

• juegos de mesa: ajedrez, tangram, sudoku, par-qués, dominó, loterías y rompecabezas.

El deporte y su contribución a la construcción de ciudadanía.

Las áreas relacionadas con el conocimiento y el desarrollo del cuerpo enriquecen las discusiones sobre las inteligencias múltiples y la formación integral de los niños y niñas, razón por la que en el Plan de Estudios, se justifican desde el interés pedagógico por cultivar las características de la inteligencia corporal y las rela-ciones que desde ella se construyen con otros proce-sos de orden cognitivo, social, cultural, ético, estético y afectivo, para hacer posible la expresión y el control de emociones fundamentales en el proceso de apren-dizaje, tanto de conceptos como de principios, accio-nes y valores necesarios para convivir en, con y para la sociedad.

1.2. estrategias pedagógicas para animar a la lectura y escritura. Sugiere el uso de diferentes tipo-logías textuales para motivar en los niños y las niñas la interpretación y producción de textos.

Medios para favorecer las competencias ciudadanas desde procesos de animación a la lectura y escritura

Literatura infantil y cine foro

1.3. juegos callejeros o estacionarios de piso y pared, pensados con el propósito de reforzar y cualificar el acto educativo desde la implementación de situaciones que motivan la participación, convivencia, solidaridad, respe-to a la diferencia, entre otros valores, que coadyuvan a la construcción de autonomía moral, social e intelectual.

1.4. la expresión artística desde el dibujo y las danzas, con el propósito de motivar la sensibilidad, ex-presión de pensamientos y sentimientos, alrededor de la lectura y representación del mundo como posibilidad de disfrute, goce y placer de manifestaciones estéticas, en el marco de una educación para la diversidad. 2. CONSULTORIO PEDAGÓGICO COMO ESPACIO DE APRENDIZAJE, el cual sugiere un trabajo articulado al proyecto de animación a la lectura y escritura, con el fin de apoyar los temas y conceptos que se desarrollarán en la sección primaria, alrededor de problemas asocia-dos al pensamiento lógico matemático y lecto-escritural.

CRITERIOS QUE ORIENTAN EL TRABAJO DESDE EL CONSULTORIO: orientaciones para abor-dar las responsabilidades escolares, socializaciones que generen pautas para la convivencia, actividades pedagó-gico-didácticas para apoyar el proceso de aprendizaje.

Los diferentes subproyectos se asumen con la pro-fundización de un valor semanal, sin desconocer que todos los valores se construyen en forma permanente, como producto de la relación vida–escuela.

¿Como vivimos la evaluacón en la Escuela Feliz?El proyecto orienta acciones evaluativas de carácter cualitativo, toda vez que relaciona los compromisos, responsabilidades, derechos y deberes que aportan al desarrollo integral de los niños y niñas, en concordan-cia con los objetivos previstos en cada subproyecto. En este sentido, se plantean instrumentos en los que padres, madres, familia, y los mismos niños y niñas, re-flexionan mediante el diálogo.

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Grupo de las Guacamayas y una actividad de la Escuela Feliz.

Representante del grupo de las cobras.

Reunión de evaluación general del proyecto en el segundo período.

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FICHA DE AUTOEVALUACIÓN Y HETEROEVALUACIÓNESTUDIANTE------------------------------------------------------------------------------------------GRADO-------------TEL -----------------ADULTO RESPONSABLE DE LA EVALUACIÓN------------------------------------------------PARENTESCO-----------------

Esta ficha de evaluación corresponde al registro de los compromisos que el alumno de grado cuarto y quinto de la Escuela Normal, asume durante este período en su hogar, los cuales serán verificados entre padres e hi-jos cada mes, mediante una evaluación de uno a cinco, y corresponden al 50% de la nota en tecnología, edu-cación física y artística. Sólo evalúe los compromisos asumidos por su hijo e hija, no se preocupe si son pocos, sólo se tomará el promedio de los asumidos. Pero sí es conveniente que cada período el estudiante se compro-meta mínimo con uno más, sin abandonar los ya asumidos en los períodos anteriores.

periodos académicos

1° 2° 3° 4°

1. Tiendo cada mañana mi cama al salir para la Normal.

2. Saco la basura los días que pasa el carro recolector.

3. Me lavo los dientes después de cada comida.

4. Apago focos en las zonas que no se están usando.

5. Doy los buenos días al levantarme.

6. Doy las buenas noches antes de ir a la cama.

7. Cierro bien las canillas que abrí y las que veo goteando.

8. Barro la casa o la trapeo frecuentemente.

9. Llevo las envolturas de los comestibles que consumí a un recipiente.

10. Comparto abrazos con mi mamá y mi papá.

11. Me trato bien con mis hermanos y hermanas.

12. No utilizo vocabulario soez.

13. Le ayudo a mis amiguitos.

14. No estrujo a mis compañeritos al caminar.

15. Cuido la naturaleza.

16. Cuido los enseres que uso.

17. Sé escuchar.

18. Organizo mi cuarto.

19. No uso apodos al dirigirme a mis amiguitos.

20. Uso adecuadamente el Internet

21. Le cuento mis problemas a mis padres.

El promedio de la autoevaluación y heteroevaluación entre padres e hijos es:

Otros aspectos que estoy observando muy positivos en mi hijo son: __________________________________________________________________________________________________________________________________Esta evaluación la hicimos conjuntamente el día _________________________________________________________Firma adulto responsable ______________________________________Firma del alumno ______________________

Aula taller de matemáticas en primaria.

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El gran legado de nuestra escuela normal superior de medellínLa Normal Superior de Medellín ha tenido como misión primordial la formación de ciudadanos y maestros; sin embargo su nivel posterior de formación ha llevado a que muchos de sus egresados hayan sido ministros, embajadores, gobernadores, rectores universitarios, sacerdotes y jefes de núcleo, rectores de instituciones, decanos universitarios, secretarios de educación, diputados, concejales y congresistas.

Historia de los símbolos de la Escuela NormalEl escudo: al igual que la evolución de los nombres, las reestructuraciones administrativas educativas y las normas que rigen las Escuelas Normales, también el escudo original tuvo algunos cambios, así:

1. Su forma se asemeja a un escudo de armas, con el nombre de Normal Superior de Medellín y su interior está dividido en tres sectores, cuyos contenidos simbólicos identifican la formación del maestro desde la ciencia, la religión y la pedago-gía y la ratificación de esta intención desde los valores, mediante una expresión en latín.2. En el Consejo Directivo del 24 de junio de 1938, fue adoptado el escudo de tipo rectan-gular con terminación en punta en el centro del lado inferior, con el nombre de Escuela Normal de Institutores en el lado superior. Dentro del recua-dro la letra griega Psi(Y) como inicial de la pala-bra griega psiqué (alma), inicial también de la pa-labra psicología, y el nombre de nuestra ciudad en la parte inferior.3. En 1961, bajo la dirección del rector Libardo Bedoya Céspedes, el escudo acogido por el Consejo Directivo ha sido de fácil y sencilla inter-pretación. Está constituido por dos círculos con-céntricos, que determinan una corona circular de

Gráfica elaborada por el rector Juan Carlos Zapata Correa, 2011.

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color verde, en cuya parte superior se lee en letras blancas: NORMAL NACIONAL DE VARONES; y en la parte inferior las palabras: MEDELLIN -COLOMBIA-. Dentro del círculo interno aparece un triángulo equilátero de color amarillo, con uno de sus lados en disposición horizontal superior y su respectivo vértice opuesto, en la parte inferior. En el triángulo amarillo se muestra en su interior la letra griega “psi”, formando un todo equilibra-do y simétrico.

En cuanto al significado de sus componentes, en pri-mer término nos referimos a la letra psi (Y) como inicial de la palabra griega psiqué (alma), entendida como la ciencia que se ocupa del comportamiento afectivo e in-telectual del hombre. A propósito, nos dice don Tiberio Toro, ex alumno de la Normal: “La psicología encarnó en la pedagogía para darle vida y orientación. Por eso se ha querido estar de acuer-do en las tendencias educativas de la época actual al tomar la inicial de la palabra ‘psiqué’ para ponerla en este escudo”.39

El triángulo significa la educación integral que se im-parte en el plantel.

El color amarillo significa la luz, la constancia, la nobleza, la sabiduría y la riqueza espiritual.40

1. LA ESCUELA ANEXA

En los anales históricos del Concejo de Medellín41 se da cuenta de unos datos estadísticos de la Escuela Santander, Anexa a la Normal, donde figura el año de fundación en 1880.

Luego de varios pedidos referentes a una mejora en infraestructura física, se logró la construcción de una planta en los mismos predios de la Escuela Normal, el 6 de mayo de 1940.

Desde su fundación han regido su destino:

39 REVISTA PRESENCIA DE LA NORMAL NACIONAL DE VARONES, Nº 8. Medellín, 1968, p. 3. 40 Ibíd., p. 3.41 CONCEJO DE MEDELLIN. Crónica Municipal. Órgano especial del Concejo de Medellín. Nº 1184, p, 6030.

• Gerardo Tapias Henao, en 1936. Tenía 1 maes-tro y 55 alumnos.• José María Rodríguez Rojas, en 1940. Tenía seis maestros y 209 alumnos.

• Carlos Villamil, en 1944.• Francisco Congote, en 1945.• Pablo Correa, en 1948.• Marcos Tarazona, en 1950.• Rafael Loaiza Cano, en 1952.• Francisco Montoya, en 1956.• Gabriel Bolívar Correa, en 1963.• Ramón Figueroa, en 1966.• José Calvo Díaz, en 1967.• Gabriel Bolívar Correa, en 1969.• Octavio Jaramillo M., en 1975.• Lety Nury Blandón, en 1998.

Por medio de la Resolución Departamental 000786 del 11 de junio de 1977, el Gobierno de Antioquia fu-sionó la Escuela Santander con la Normal y oficializó su nombre como ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLÍN.

2. LUGARES DE FUNCIONAMIENTO

Para verificar los diferentes lugares que la Normal ha tenido como sede desde su fundación, se ha recurrido a la observación de mapas históricos de Medellín, lle-gando a constatar lo siguiente:

• En primer lugar funcionó en donde actualmente está el Paraninfo de la Universidad de Antioquia, como se lee en algunos artículos de corte histórico, en revistas de la Institución y del Paraninfo de la Universidad. Situado junto al templo de San Ignacio, en edificio que luego pasó a ser propiedad de la Universidad de Antioquia.

• Después funcionó en casas arrendadas por el Departamento de Antioquia, en distintos sitios céntri-cos de la ciudad y en otro lugares como:

• En el año de 1883 y 1884, la Escuela Normal funcionó en el municipio de Rionegro.• Revisando algunos planos de Medellín, es cu-rioso notar cómo en el año 1889, esta institución

aparece con el nombre de “Escuela Normal de Varones”, ubicada entre las carreras Carabobo y Cundinamarca y las calles Boyacá y Calibío, prác-ticamente, unida por un costado a la pequeña pla-zuela de la iglesia de La Veracruz. • Completan la manzana, la Casa de Moneda, por el costado occidental y el predio de la parte de atrás de la iglesia. Atravesando la calle Calibío quedaba el presidio y la Imprenta Departamental.42

• En enero de 1906 se publicó un “Plano Topográfico de Medellín, arreglado y completa-do por Pinillos y Longas”43, donde figura la Escuela Normal, seis cuadras abajo de la iglesia de Buenos Aires, en el costado nororiental del sector que hoy ocupan las llamadas Torres de Bomboná.

También funcionó en Carabobo con Pichincha, en el si-tio denominado “La Quinta”, frente al actual almacén Ley de Pichincha y diagonal al Palacio Nacional. Además de una casa baja, así se denominaba en la calle Boyacá con Salamina, casa perteneciente a los herederos de don Leocadio M. Arango, en la que se encontraban dos dormitorios, separados por la calle Colombia, quedan-do al frente de la iglesia de San Juan de Dios.

El último local que ocupó antes de trasladarse a su actual edificio fue en Ayacucho con Sucre, donde hoy es el edificio La Bastilla.

Origen de la actual planta

En el informe presentado por don Alejandro Múnera, director de Instrucción Pública, al Sr. Gobernador del Departamento, Dr. Manuel M. Toro, en el año de 1922, expresa:

“Desde el año de 1913 viene la Junta Departamental de Instrucción Pública aprobando planos para la cons-trucción de locales de Escuela, elaborados por el Ingeniero Arquitecto del Departamento, según un cua-dro, formado por el Oficial Mayor de la oficina a mi cargo; 42 Este plano fue levantado por alumnos de la Escuela de Minas y elabora-do por Henrique Cerezo en el año 1947. Dane Regional Medellín. 43 SUÁREZ ESCUDERO, Germán. Medellín Estampas y Brochazos. Ediciones Concejo de Medellín, 1994. p. 91.

han sido aprobados setenta planos, entre los cuales hay algunos sobre reparaciones de edificios viejos. Pocos son, es verdad, los distritos que han visto terminada la construcción de locales modelo, pero sí son muchos los que los han hecho avanzar hasta el punto de estar ya prestando muy buenos servicios para la enseñan-za. Algunos quizá en espera de mejores bases pecu-niarias no han dado principio a la obra, pero sé que los Inspectores provinciales los están urgiendo para que se animen a cumplir esta importantísima obligación.

“En el Distrito de Medellín es demasiado grave el problema de la construcción de locales apropiados para las Escuelas, pues son muchos los que se necesitan y en corto tiempo alcanzarán a una cifra muy grande. Hoy por hoy es imposible exigirle más de lo que hace con buscar las casas más capaces, pagar por ellas muy bue-nos arrendamientos y adaptarlas a las Escuelas. Pero no pasará mucho tiempo sin que Medellín, ya porque consiga empréstitos, ya porque sus rentas se lo per-mitan, se enfrente con el problema y trate de resolver-lo, animado del espíritu amplio y generoso con que sus Concejos han mirado siempre la Instrucción Pública.

“El actual Personero de Medellín, con la inteligencia y actividad que lo caracterizan, en obedecimiento a ‘or-denes del Concejo’, hizo llegar a la Junta Departamental de Instrucción Pública las ideas que sobre construcción de Pabellones escolares, en las afueras de la ciudad, al estilo belga, emitió D. Antonio J. Álvarez C., en car-ta dirigida al Presidente de la Municipalidad. Esto indi-ca que ya se quiere entrar en el asunto, buscando las orientaciones que los adelantos modernos van seña-lando como conclusiones aceptadas por la Pedagogía.

“Es cierto que un juicioso estudio hecho a in-sinuación mía sobre el particular, por el distinguido Ingeniero Arquitecto Belga del Departamento el Sr. Agustín Goovaerts, y construido por el ingeniero Don Carlos Cock Parra, inaugurado en 1931, estudio pu-blicado en el número 30 de INSTRUCCIÓN PÚBLICA ANTIOQUEÑA, hizo ver a la Junta que no se puede hacer todavía en Medellín lo que en Bruselas; pero la idea está sembrada, y creo que germinará. Cuando las calles de Medellín, en vez de dos o tres líneas de tran-vía como tienen hoy, se vean cruzadas por los carros,

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en todas direcciones, de cinco en cinco minutos sin que afecten su organización, algunas centenas de ni-ños que, provistos de sus cartas de abono, a precios ínfimos, se dirijan a buscar sus Escuelas espaciosas y alegres, al aire libre, rodeadas de huertos jardines, sa-borearemos los frutos de ese árbol frondoso de la ci-vilización que ya empieza a arraigar en el corazón de nuestras montañas”.44

Fue así como en 1916 la Asamblea de Antioquia aprobó una ordenanza para dotar a la Escuela Normal de un local adecuado, para lo cual se destinó el predio denominado La Ladera donde se colocó la primera pie-dra. En dicha ocasión, le correspondió a Carlos María Ceballos llevar la palabra como director de la institución.

Durante los años veinte, la Normal recibió especial atención por parte del Departamento de Antioquia. Al gobernador Carlos Cock y a su interés por los asuntos educativos, se debe en gran parte la cesión del lote y la construcción del edificio que fue inaugurado y utilizado en obra negra en 1931.45 Ya que a principios del dece-nio se inició la construcción del edificio que hoy sirve de sede, en su momento fue escogido un ambiente ru-ral para desarrollar los planos elaborados con criterios modernos, en la zona de La Ladera, por el arquitecto belga Agustín Goovaerts, el mismo que diseñó el des-aparecido Teatro Junín, el Hotel Europa, la Iglesia del Sagrado Corazón, el Palacio de Calibío, donde funcio-naría la Gobernación de Antioquia.46 En estos planos la Normal figura con el nombre de “Escuela Nacional de Institutores”.47

Los anteriores comentarios son coherentes con las afirmaciones del historiador Agapito Betancur, quien asevera:

“La belleza del edificio plasmada en la fachada original dibujada por Goovaerts, puede apreciarse en Betancur (1925)48 notándose que en la parte central

44 NSTRUCCIÓN PÚBLICA ANTIOQUEÑA, Número 30, Medellín, 1922, pp. 26 y 27.45 BEDOYA CÉSPEDES, Libardo. “Alma máter del magisterio antioque-ño”. Medellín, 1970, p. 16. 46 SUÁREZ ESCUDERO. Op. Cit., p. 71.47 BOTERO HERRERA, Fernando. Medellín 1890-1950. Historia Urbana y Juego de Intereses. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia. Colección Clío, p. 211.48 Cfr. BETANCUR, 1925, p. 292.

y en los extremos occidentales los techos terminan en imponentes torres similares a las que muestra el Palacio de Calibío (Hoy Palacio de la Cultura).Los mapas revisados en las fuentes de este trabajo, nos muestran la Normal por primera vez en el lugar que hoy ocupa, en el dibujo hecho por Henrique Cerezo, para ilustrar al Medellín de 1932”.49

En cuanto a su funcionamiento, nos transcribe el escritor Joaquín Vallejo una carta del Director de Educación al Gobernador del momento: “(…) la Normal de Varones venía funcionando hasta 1932 sostenida por el Departamento hasta que se llegó a un acuer-do con el Ministerio para que siguiera como Nacional, aprovechando el edificio departamental. El Acuerdo fa-vorecía al Departamento por cuanto lo eximía del pago de profesorado y gastos generales, pero ya informé a S.S. como fue raíz de acontecimientos, cuyas conse-cuencias hoy sufrimos y que nos están obligando a lla-mar maestros de otros departamentos. Dícese que el origen de los problemas, surgidos en la Normal, fue la actitud imprudente de un grupo de alumnos de otras secciones del país, pero Antioquia sufrió la clausura parcial del establecimiento”.50

“Por la época no se conocía que el 95% de las maestras rurales y el 40% de los urbanos jamás pasa-ron por las Normales.51 Desde ese tiempo se habla de “(…) la necesidad inaplazable de aumentar las asigna-ciones, porque todos los días emigran buenos maes-tros hacia los negocios privados”.52

El periódico y las revistas institucionales

• El 5 de junio de 1911 nació el periódico institu-cional “CENTRO NORMAL”, a cargo de los estu-diantes Luis E. Gutiérrez, Aurelio Tobón y E. Vélez,

49 RESTREPO URIBE, Jorge. Medellín, su origen, progreso y desarrollo. Medellín. Editorial Servigráficas, 1981, p. 226.50 VALLEJO, Joaquín. “La educación en Antioquia” En: Informes de educación. Medellín, 1938, p. 20.51 Ibíd., p. 5.52 Ibíd., p. 9.

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Eduardo A. Palacio y Tulio Gaviria.• Presencia de la Normal Nacional de Varones, desde 1965 hasta-1984.• “LA VOZ NORMALISTA”. En 1978, por iniciati-va de un grupo de docentes y con el apoyo de la Rectoría del señor Horacio Mendoza, nació el pe-riódico “La Voz Normalista” como órgano de di-fusión cultural de la Escuela Normal. Hasta oc-tubre de 2001, se han emitido 28 ediciones que recogen artículos de profesores, directivos y es-tudiantes, relacionadas con literatura, pedagogía, análisis de noticias y pasatiempos.• En el año 2004, el periódico reapareció con el nombre de “Voces Normalistas”, gracias al impul-so y motivación de un grupo de docentes adscri-tos al Núcleo de Humanidades, en cabeza de la profesora Diana Gómez y la psicóloga Gabriela Elena Restrepo.

Los diferentesnombres o razón socialA lo largo de su historia, la Normal ha tenido diferen-tes nombres. Los cambios son difíciles de ubicar exac-tamente en el tiempo y de verificar su justificación. Se han tomado textualmente de membretes de papelería y sellos oficialmente utilizados, así como de actas, ar-chivos, mapas, diplomas y mosaicos, en los se supone hubo una actitud cuidadosa para su diseño y escritura. Algunos de ellos son:

• ESCUELA NORMAL DE INSTITUTORES (1871). Con este nombre se determinó en el Artículo 5 de la Ley de Antioquia Nº 128 de 1871, en el go-bierno del Dr. Pedro Justo Berrío.• NORMAL ANTIOQUEÑA DE VARONES (1872). Este nombre apareció en el libro “La Ciudad” del historiador Agapito Betancur, para referirse a la institución cuando era encomendada a Christian Siegert (Betancur, 1925. p. 69).• ESCUELA NORMAL DE INSTITUTORES (1922). Según se registra en el informe que presentó el

Señor Alejandro Múnera, Director de Instrucción Pública al Sr. Gobernador del Departamento, Dr. Manuel Murillo Toro, con motivo de la reunión de la ASAMBLEA DEPARTAMENTAL en 1922.• ESCUELA NORMAL NACIONAL DE VARONES (1933). Con este nombre se reemplazó el de Escuela Normal de Varones de Antioquia, al ser nacionalizada en el gobierno del doctor Enrique Olaya Herrera.53

• ESCUELA NACIONAL DE INSTITUTORES (1938). Según se registró en un mapa del Medellín antiguo, en el libro de Jorge Restrepo Uribe “Medellín, su origen, progreso y desarrollo”. Medellín. Editorial Servigráficas, 1981.• ESCUELA NORMAL NACIONAL -MEDELLIN- (1938). Mosaico de graduados.• NORMAL NACIONAL DE VARONES (1938). Nombre con el que se designó a la institución para incorporarlo al actual escudo, adoptado el 24 de junio de 1938.• ESCU E LA NOR MAL NACIONAL DE INSTITUTORES DE MEDELLÍN (1939). Mosaico de graduados.• ESCUELA NORMAL NACIONAL SUPERIOR DE INSTITUTORES DE MEDELLÍN (1951). Figura con este nombre un mosaico que muestra los maestros graduados en este plantel.• NORMAL NACIONAL SUPERIOR DE VARONES (1960). Mosaico de graduados.• ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE VARONES DE MEDELLIN (1960). Así fue denominada en el Decreto 0314 del 9 de Febrero de 1960, cuan-do se le confirió el carácter de Institución Piloto.• ESCUELA NORMAL NACIONAL PILOTO -MEDELLIN- (1969). Revista de la Normal. Editores: Javier Velásquez y Oscar Barrientos Daza. Medellín. Editorial Granamérica, 1969.• ESCUELA NORMAL NACIONAL DE VARONES DE ANTIOQUIA (1970). Nombre con el cual se subtitula el pequeño libro de Libardo Bedoya Céspedes, “Alma Máter del Magisterio Antioqueño”.

53 REVISTA PRESENCIA DE LA NORMAL NACIONAL DE VARONES DE MEDELLÍN. Nº 6. Medellín, 1966, p. 3.

• NORMAL SUPERIOR PILOTO DE MEDELLIN (1995). Con este nombre figura en la revista edi-tada con motivo de las III Jornadas Gustavo Ángel Urón Solano -Gaus- 1996. • ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MEDELLIN (1995). Las tres primeras palabras de este nombre fueron sugeridas para todas la Normales en proce-so de reestructuración. El Comité Departamental que lidera este proceso fue enfático en la orien-tación de las gestiones que se debían adelantar ante el Concejo Municipal, para oficializar el cam-bio de nombre de acuerdo con la ley.Tomó este nombre con motivo del proceso de re-estructuración. En ese momento se estaba gestio-nando, por disposición normativa (decreto 2903 de 1994), el ajuste legal, presentándose un pro-yecto de acuerdo con el Honorable Concejo Municipal de Medellín, para que fuera avalado por dicha corporación.

En 1996, en virtud de la Resolución 3086 del 15 de julio, el Ministerio de Educación incorporó a la Normal en la lista de las instituciones que podían tomar el nom-bre genérico de ESCUELA NORMAL SUPERIOR. Fue el reconocimiento nacional que está en proceso de reestructuración.

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Algunos espacios institucionales

Biblioteca “Gabriel Betancur Mejía”.

1. La biblioteca “Gabriel Betancur Mejía”Es una gran biblioteca sistematizada, con más de 4.000 ejem-plares, cuatro computadores con acceso a Internet para uso de los alumnos, dotación de videos y gran espacio de lectura.

“Escuela Anexa Santander”

2. Sección primaria “Escuela Anexa Santander”Es una escuela agradable con todas las condiciones ambientales que les permite a los niños desplegar toda su energía. El lugar es carente de ruido, solamente el trinar de los pájaros llama al estudio y a la construcción de nuevos sueños.

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Patio de entrada a la sección primaria de la Escuela Normal.

3. Capilla “El Divino Maestro”La capilla fue construida entre el 2008 y el 2009 por iniciativa de la Asociación de Egresados de la institu-ción, con el propósito de ser aula taller de formación en valores, celebración de eucaristías, primeras comu-niones y confirmaciones de sus alumnos.

Ludoteca de la Escuela Normal.

4. La ludotecaEs un lindo espacio que le permite a la Escuela Normal ampliar los procesos formativos en bien de la comunidad.

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Gimnasio de la institución.

5. El gimnasioEs un espacio adecuado con las herramientas necesa-rias para el fortalecimiento físico y el aprovechamiento del tiempo libre.

Coliseo del plantel.

6. El ColiseoGran espacio que le permite a la Escuela y a la comunidad desarrollar todo tipo de actividades deportivas y culturales.

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Algunos objetosvalisos para la institución

1. Un reloj de péndulo alemán que data de 1913 y se encuentra en buen estado.

2. El primer teléfono de la Escuela Normal Superior de Medellín.

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3. El telégrafo.4. Material didáctico que data de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

5. Las revistas “LA ESCUELA NORMAL” de 1871, 1872, 1873, 1874.

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6. Piano de media cola, SCHIEDMAYER, Piano FORTEFABRIK, STUTTGART, Alemania.Este piano fue utilizado por el maestro Carlos Vieco Ortiz, para interpretar muchas de sus composiciones, entre ellas “Tierra labrantía”.

7. Piano J&C. FISCHER, New York, 1848.Piano donado a la institución por uno de sus egresados.

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9. Tesis de grados para obtener el título de maestro, que hicieron parte del proyecto de investigación, y que posteriormente fueron digitalizadas.CD producto de la síntesis del proyecto de investigación, financiado por Colciencias, la Universidad de Antioquia y la Escuela Normal, para facilitar y divulgar las tesis de grados de los egresados de 1938-1944.

Tubos de ensayo de fabricación alemana, en ma-terial de origen animal, 1883.

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Generador de electricidad por fricción.

Generador alemán de electricidad por fricción (1883).

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Recipiente alemán para destilación, utilizado en el laboratorio de química.

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Revistas Normalistas

• Presencia de la Escuela Normal. números del 1 AL 7. 1965-1968.

Periódicos de La Escuela Normal.

• Centro Normal, números del 1 al 19, de 1911.

Entrevistas

• BETANCUR MEJÍA, Gabriel. Egresado de 1936 y Ministro de Educación en dos ocasiones.

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• YEPES PARRA, Antonio. Ex Ministro de Educación y ex rector de la Universidad de Antioquia.

• MUÑOZ RUIZ, Humberto. Egresado de la Normal de 1936 y ex embajador en Moscú en 1972.

• ACEVEDO ALZATE, José María. Ex alumno de la Escuela Normal y fundador de industrias Haceb.

• ACEVEDO ALZATE, Bernardo. Ex alumno de la Escuela Normal y fundador de industrias Haceb. • ACEVEDO RESTREPO, Delfín. Egresado y ex rector de la Escuela Normal Superior de Medellín, 1970-1971. • CESPEDES CARDONA, Aurelio. Egresado de 1947 y ex decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.

• ARROYAVE MORALES, Luis Javier. Egresado de 1967 y ex rector de la Universidad de Antioquia.

• MUÑOZ UPEGUI, Humberto. Egresado de 1942 y ex rector de la Escuela Normal, 1959.

• ARBOLEDA PALACIO, Óscar. Egresado de 1961, ex presidente de la Cámara de Representantes, Representante del Parlamento Andino, 2011.

• MEDINA, Baltazar. Egresado de 1967 y presidente del Comité Olímpico Colombiano, Gerente de FEDEAZAR.• DECANOS DE LA FACULTAD DE EDUCACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA.NICOLÁS GAVIRIA ECHAVARRÍA, GUILLERMO VÉLEZ VÉLEZ, JOSÉ MARÍA BARRIENTOS BEDOYA, AURELIO CÉSPEDES CARDONA.

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