14. inmovilizaciÓn del paciente con fÉrulas
TRANSCRIPT
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 1
UNIDAD 14. INMOVILIZACIÓN DE PACIENTES CON FÉRULAS
1. Introducción
La inmovilización de las extremidades en el ámbito de la prehospitalaria se realiza por
norma general a través de las férulas. Debemos recordar que el tratamiento de las
lesiones ortopédicas en miembros superiores e inferiores es secundario con relación a
las lesiones que si pueden generar un compromiso vital, no obstante se deberá realizar
una correcta inmovilización de las extremidades lesionadas antes de iniciar el traslado
hacia el hospital.
A través de una correcta inmovilización de las extremidades que presentan lesiones,
logramos evitar otras lesiones secundarias, reducir el dolor y nos ayudará a la
movilización completa del paciente. Se deben tener en cuenta multitud de factores a la
hora de colocar un dispositivo de inmovilización de extremidades, recordemos que el
colchón de vacío proporciona una férula completa.
Una férula es un dispositivo que se utiliza para fijar la posición de una extremidad
lesionada con el objetivo de minimizar el movimiento, proteger la zona y eliminar las
vibraciones que el vehículo asistencial transmite al paciente.
Las características de las férulas son:
Son rápidas de colocar y retirar: se deben poder colocar rápidamente y con una
mínima movilización de la zona afectada. También debe ser fácil retirarlas, sin
tener que aplicar fuerzas o giros que agraven la lesión.
Son radiotransparente: Fabricadas con materiales que permiten el paso de los
rayos X, para que en el hospital se puedan realizar pruebas de imagen sin
necesidad de retirar la inmovilización.
Son de fácil limpieza y almacenamiento: Los materiales de los que están
fabricados son resistentes a la desinfección y no tienen bordes de difícil acceso
para los químicos. Deben poder guardarse en espacios reducidos.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 2
2. Principios básicos de inmovilización de extremidades
La inmovilización debe incluir las articulaciones proximal y distal a la fractura,
utilizando férulas adecuadas en tamaño para este fin.
Al inmovilizar una extremidad deberemos confirmar la presencia de pulsos, así
como la ausencia de alteraciones motoras o sensitivas distales a la fractura,
antes y después de cualquier movimiento o colocación.
Se parte del principio fundamental de que es preferible dejar una lesión
traumática en una posición anómala con pulso que en una posición anatómica
sin él.
Debemos evitar colocar sobre el paciente cualquier sistema de inmovilización
que genere un exceso de presión que dificulte el flujo arterial, menos son y
nervioso.
Para la colocación de cualquier tipo de célula es necesario, en primer lugar,
elegir el tamaño y la forma adecuada, retirar la ropas, joyas y adornos
existentes sobre el miembro que se vaya y movilizar y, en caso de fracturas
abiertas, proceder a su control hemorragia y desinfección cubriéndolas con
apósitos y vendajes estériles.
Previo a la colocación de la férula deberemos confirmar que el paciente
presenta pulsos, buena coloración buena temperatura y buena sensibilidad de
la zona distal del miembro. Tras su colocación debemos cerciorarnos de nuevo
que sigue existiendo pulso, sensibilidad, buena temperatura y buen color. Si
tras la colocación del dispositivo hemos perdido estos parámetros, debemos
retirar de nuevo la férula.
Para la colocación de cualquier tipo de férula son necesario como mínimo dos
rescatadores, uno de ellos para realizar una tracción proximal y distal a la
factura, mientras un segundo rescatador introduce la férula traccionando de su
extremo proximal. Durante este proceso las tracciones deben ser ligeras de
teniéndolas en caso de aumento del dolor.
Si es necesario y no disponemos de ningún sistema profesional o equipo sofisticado de
inmovilización, podremos emplear dispositivos de fortuna para lograr la inmovilización.
Para ello se deben respetar todos los criterios anteriores.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 3
3. Tipos de férula
Hay multitud de posibilidades de inmovilización de las extremidades, tanto en lo que
se refiere a materiales, formas y modelos, pudiendo darse por su clasificación en
flexibles, rígidas, deformables y no deformables. Por último existe un tipo de férula
que por su naturaleza requiere una clasificación distinta, son las férulas de tracción.
3.1 Férulas flexibles
Férulas hinchables: También denominadas neumáticas, se trata de dispositivos
compuestos de un material plástico o de tela y caucho. Normalmente tienen en
su interior varias cámaras por lo que encontramos férulas bi, tri o
tetracamerales. El objetivo de disponer de varias cámaras hinchables es evitar
que la férula produzca una compresión en una zona determinada, repartiendo
así la presión sobre varias zonas de la extremidad y así lograr evitar la isquemia
distal.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 4
Estas férulas disponen de una válvula de presión y tracción o un sistema de
rosca y se abren y cierran con conexiones tipo cremallera o velcro. El inflado
dependerá del tipo de dispositivo existiendo algunas que requieren una bomba
y otras que pueden inflarse sencillamente soplando a través de una de las
válvulas. El inflado del dispositivo no podrá ser excesivo para no comprometer
vascularmente la extremidad ni demasiado escaso que no logre la
inmovilización deseada.
Estos dispositivos tienen a su vez la capacidad de realizar hemostasia por
compresión, por lo que en ocasiones se emplean para controlar determinadas
hemorragias sin presencia de lesión traumática. Para ello este tipo de
dispositivos es aconsejable que sean transparentes.
A la hora de colocar esta férula se debe mantener una atracción aplicada sobre
el miembro realizando un control continuo del pulso y de la sensibilidad,
mientras tanto se procederá al inflado.
Debemos de tener en cuenta que existe un riesgo de expansión del aire interior
en la férula cuando pasamos de un entorno frío a un entorno caliente, esto
traerá un aumento de la presión pudiendo producir un compromiso vascular. El
mismo caso puede darse si realizamos un traslado a través de transporte aéreo.
Cuando la férula esté colocada debemos confirmar que no existe un exceso de
presión sobre la piel, para ello debemos comprobar si podemos hundir con
nuestros dedos más o menos 1.5 cm, si no es así debemos retirar algo de aire.
La retirada de la férula se realizará siempre de manera controlada y
previamente se habrá desinflado. Será recomendable realizar control
radiológico antes de retirarla.
Entre los inconvenientes que presenta la férula neumática encontramos la
incomodidad y las molestias que pueden producir la compresión sobre una
lesión y la necesidad por parte del equipo de salud de alinear la fractura.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 5
El procedimiento de inmovilización es el siguiente:
o Colocaremos la férula sobre la zona donde queremos realizar la
inmovilización.
o Cerraremos la cremallera si la lleva para facilitar su colocación.
o Abriremos la válvula e introduciremos aire hasta conseguir la rigidez
deseada.
o Comprobaremos si presionando con el dedo se hunde 1,5 cm. Si no es
así, debemos liberar presión retirando algo de aire.
3.2 Férulas rígidas no deformables
Dentro de este grupo incluimos:
Férulas de Madera: Listones con diferentes formas y tamaños, lijados en la
superficie y los cantos, que son acolchados con vendas o con algodón cada vez
que sean usados.
Férulas metálicas o plásticas: Son dispositivos específicos con forma del
miembro a inmovilizar debiendo ser fijadas al miembro con vendas. El principal
inconveniente de este tipo de dispositivos es la necesidad de llevar varios
tamaños según la extremidad que se desea inmovilizar.
El principal problema que tienen estos dos tipos de férulas es la poca adaptación a las
curvas anatómicas del paciente, siendo especialmente peligrosas cuando existe una
gran deformidad en una articulación o lesión. Se usan principalmente en el ámbito
hospitalario.
El procedimiento de inmovilización es el siguiente:
Colocaremos la férula.
La sujetaremos de con las cintas.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 6
3.3 Férulas rígidas Deformables
Permiten la inmovilización más funcional que las anteriores. Normalmente se fabrican
en aluminio, cartón o material plástico. Actualmente existen un tipo de dispositivos de
plástico termo moldeable que requiere poco calor y poco tiempo para su
endurecimiento.
Este tipo de férulas están diseñadas en materiales semirrígidos que permiten ciertas
torsiones para adaptarse a las curvaturas de la extremidad, dando la posibilidad al
sanitario de inmovilizar en posiciones no naturales.
El problema principal de este tipo de férulas es que pueden perder la rigidez con
relativa facilidad.
El procedimiento de inmovilización es el siguiente:
Colocaremos la férula.
La sujetaremos de con las cintas.
3.4 Férulas de vacío
Son dispositivos que están compuestos por un material parecido al colchón de vacío.
Su técnica y forma es similar a las anteriores con la salvedad de que adquieren su
consistencia sacando el aire en vez de metiéndolo produciendo una inmovilización
mayor que las anteriores.
Su gran ventaja es que se puede colocar en diferentes posiciones anatómicas para
aquellos casos en los cuales la reducción es inviable. A su vez este tipo de férulas no
producen una compresión sobre el miembro.
Su principal inconveniente es el alto precio y las complicaciones que se generan del
transporte aéreo.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 7
El procedimiento de inmovilización es el siguiente:
Colocaremos la férula y la sujetaremos con las cinchas de fijación.
Abriremos la válvula y extraeremos el aire con una bomba o bien un aspirador.
Aspiraremos hasta conseguir la rigidez deseada.
Una vez conseguida, cerraremos la válvula.
Finalmente, recolocaremos las cinchas de fijación.
3.5 Férulas de tracción
Son un tipo muy sofisticado de férulas cuyo objetivo no es la reducción de la fractura si
no la estabilización para evitar el aumento de dolor por la fragmentación del hueso y la
aparición de lesiones secundarias.
Se compone de un cojín que se apoyan en el isquion o en la ingle y un correaje que se
fija el tobillo, el cual va a ser sometido a tracción hasta que el miembro esté alineado y
estabilizado.
A la hora de colocarlo se tendrá muy en cuenta el apoyo sobre la ingle para evitar la
lesión en los genitales debiéndose monitorizar el pulso distal en todo momento sin
llegar a perderlo.
La indicación principal de este tipo de férulas son las fracturas distales del fémur y
proximales de la tibia, careciendo de utilidad en las fracturas de cadera, rodilla, tobillo
y pie. No se deben emplear en ningún caso sobre fracturas de pelvis por lo que su uso
en el ámbito prehospitalario es bastante relativo.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 8
4. Inmovilización de la cadera y fémur
La fractura de cadera es una lesión relativamente frecuente en el paciente anciano
suponiendo en la mayoría de los casos una situación de urgencia y en menos casos una
situación de emergencia por el compromiso vascular que genera.
La determinación de la unidad asistencial que debe trasladar a un paciente que
presenta una fractura de cadera se debe realizar no sólo basándose en el tipo de
lesión, sino también en la tolerancia al dolor, la presencia o ausencia de pulsos
distales, y como no, en el estado hemodinámico del lesionado. De esta manera y tras
la realización de la evaluación secundaria, determinaremos la unidad asistencial más
indicada para el transporte.
En ocasiones se requiere la activación de una unidad medicalizada (no tiene que ser
una UVI‐móvil) para la administración de sedoanalgesia, realizando el traslado la
unidad de soporte vital básico cuando el dolor del paciente esté controlado.
Ante cualquier duda sobre si este paciente requiere o no la presencia de un médico
solicitaremos apoyo a nuestro centro de coordinación recordando que la sospecha de
una lesión en la cadera se debe determinar mediante una valoración a través de
inspección más palpación y un estudio de la mecánica lesional.
Los signos y síntomas frecuentes que nuestro paciente puede presentar son:
Dolor.
Hematoma.
Deformidad.
Crepitantes óseos.
Impotencia funcional.
Pérdida de sensibilidad.
Cambios de color de la piel.
Rotación interna o externa de la extremidad.
Acortamiento del miembro afectado.
Para realizar una correcta inmovilización de la cadera se debe tener en cuenta el
principio fundamental de fijar articulación distal y proximal. De esta manera debemos
dejar completamente fijo el fémur, la rodilla y la espalda. Para ello vamos a emplear el
lado contralateral a la lesión.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 9
Para llevar a cabo esta técnica podemos emplear dos sistemas: Uno usando elementos
de fortuna y otro empleando el dispositivo de chaleco espinal Kendrich invertido.
Inmovilización con medio de fortuna: Para realizar esta técnica vamos a
necesitar una tabla de madera larga o un listón con unas dimensiones que
permitan ir desde la rodilla hasta aproximadamente las crestas iliacas.
o Estando el paciente en decúbito supino colocaremos lo más
almohadillado posible con mantas o sábanas el listón la tabla de madera
en el lado de la lesión ocupando el espacio desde las crestas iliacas
hasta la rodilla.
o Ubicaremos entre ambas piernas algún elemento lo más almohadillado
posible que evite el lesionado pueda juntar las piernas.
o Emplearemos pañuelos, camisetas o vendas para fijar la pierna
lesionada con la pierna sana.
o Una vez finalizada la inmovilización del miembro procederemos a
comprobar la presencia de pulso, sensibilidad, temperatura y color.
Evacuación y Traslado Carlos Martínez López
Página 10
Inmovilización con dispositivo Kendrich: Para realizar la técnica de movilización
de la cadera lesionada con un dispositivo chaleco espinal invertido vamos a
necesitar entre otras cosas una almohada o algo que genere una separación
entre ambas piernas, vendas y una almohadilla.
o Con el paciente en decúbito supino ubicaremos entre las piernas del
paciente el elemento seleccionado para evitar que se junten. Para esto
es válido el empleo de almohadas, ropa hoy incluso las orejuelas del
inmovilizador de cabeza.
o Colocaremos el dispositivo invertido almohadillado sobre la cadera
lesionada utilizando para ello una ligera rotación del cuerpo del
paciente con la técnica del volteo lateral. Es importante recalcar que
durante este proceso se necesita mantener las líneas de las
extremidades y la alineación vertebral.
o Dispondremos de nuevo al paciente en decúbito supino y emplearemos
las cinchas de colores para fijar la extremidad lesionada con la sana.
o Usaremos vendas para realizar a su vez otra fijación a la altura de las
rodillas.
o Finalizada la colocación del dispositivo se procederá a la comprobación
de pulsos distales, temperatura, coloración y sensibilidad.