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    PAPELES DE GEOGRAFA, N 32, 2000, PGS. 77-95

    IMPACTOS REGIONALES DEL CAMBIO CLIMTICO.VALORACIN DE LAVULNERABILIDAD1

    Francisco Lpez Bermdez2

    Universidad de Murcia

    RESUMEN

    El ser humano vive sumergido en la atmsfera y desarrolla sus actividades en el interiordel sistema acoplado atmsfera-tierra, por ello, todo lo que ocurra en este sistema afectar ala humanidad. El cambio climtico constituye una gran preocupacin mundial desde prin-cipios de los aos noventa y, previsiblemente lo seguir siendo en las prximas dcadas, porlas repercusiones que puede tener en los sistemas naturales, econmicos, sociales y polti-cos. Las regiones ridas, semiridas y subhmedas secas son sealadas como los escenariosms vulnerables por la conjuncin de un conjunto de factores (astronmicos, meteorolgi-cos, geomorfolgicos, biticos y humanos) que obedecen a diferentes procesos escalados enel tiempo y en el espacio, en diversos grados de magnitud. La convergencia de estos facto-res sobre unos sistemas biofsicos y antrpicos sensibles, puede acentuarse por el potencialefecto del cambio climtico como sealan los modelos.

    Palabras clave: Cambio climtico, OMM, modelos, impactos regionales, regiones ri-das, pennsula Ibrica.

    ABSTRACT

    Regional Impacts of Climate Change. Valorization of the vulnerability. The human beinglives submerged in the atmosphere and developes its activities inside the coupled atmosp-here-earth system. In consequence all impacts in this system will affect to humanity. Theclimate change constitutes a great world worry since beginning of the 90s years and fore-seeable will be in the next decades because of the repercusion in the natural, economics,socials and politics systems. The arid, semi-arid and subhumid dry regions are indicated likethe most vulnerables scenaries by the conjunction of factors set (astronomics, meteorolo-

    Fecha de Recepcin: 28 de abril de 2000.1 Este trabajo fue objeto de una conferencia impartida en el marco del ciclo Cambio climtico, recursos y

    procesos geolgicos, en la Fundacin Marcelino Botn. Santander, 13 Abril, 2000.2 Departamento de Geografa Fsica, Humana y Anlisis Regional. Facultad de Letras. Universidad de

    Murcia. Campus de La Merced. 30001 MURCIA (Espaa). E-mail: [email protected]

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    gical, geomorphologics, biotiques and humans) that obey to different processes in the timeand the espace scaled, in several greatness grades. The convergence of these factors aboutbiophysics and humans sensitives systems may increase by the potencial effect of climatechange as shown in the models.

    Key words: Climate change, WMO, modelling, regional impacts, arid regions, Iberianpeninsula.

    1. INTRODUCCIN

    La Tierra registra una larga historia de calentamientos y enfriamientos espectacula-res a escalas temporales muy diversas, ya que los factores ambientales se amplificanmutuamente. Sin embargo, es desde principios de la dcada de los noventa cuandoCalentamiento Atmosfrico, Cambio Climtico y Cambio Global, son expresiones quese vienen usando, cada vez con mayor frecuencia y preocupacin, en el discurso cient-fico, socio-econmico y poltico. El calentamiento de la Tierra provocado por la civili-zacin industrial es un fenmeno complejo, tanto en sus races como por su desarrollo ylas consecuencias que puede tener. Se sabe que es inducido por el efecto invernaderoa causa de las actividades humanas que modifican la composicin de la atmsferaterrestre y se suma a la variabilidad natural del clima. El calentamiento desencadena elCambio Climtico y ste el Cambio Global que puede reflejarse en una serie de altera-ciones planetarias: en las condiciones de los hbitats, en los ecosistemas, en los usos delsuelo, en los procesos de erosin, en los sistemas demogrficos, econmicos y en lasestructuras sociales. Es la dimensin humana del Cambio Global que amenaza la ges-tin sostenible de los recursos y del desarrollo.

    El ser humano es el protagonista destacado de las profundas alteraciones que se estnobservando en el sistema climtico y, al mismo tiempo, es y ser la vctima de los cam-bios que empiezan a ser detectados, con tendencia a incrementarse, de modo acusado, enlas prximas dcadas. El Cambio Climtico, laprdida de Diversidad Biolgica (o Biodi-versidad) y la Desertificacin son los tres grandes problemas ambientales estrella definales del siglo XX y principios del XXI que tienen mucho de comn. Corresponden aprocesos biofsicos y antrpicos que estn fuertemente relacionados por razones y princi-pios ambientales, econmicos, jurdicos y polticos; sus instrumentos pueden contribuir demanera importante a la consecucin de los objetivos de los otros; adems, los tres proble-mas tambin estn ligados por soluciones comunes. Por ello, salvaguardar la diversidadbiolgica, luchar contra la desertificacin y prevenir el cambio climtico, albergan el mis-mo objetivo: asegura un desarrollo durable (Lpez Bermdez et al., 1998). La biodiversi-dad y la desertificacin, son quizs, los principales parmetros para detectar lasmodificaciones del clima y para medir los efectos directos e indirectos de las actividadeshumanas en los ecosistemas.

    Los fundamentos del cambio climtico y sus seales, son buscados en los comporta-mientos globales y, preferiblemente a travs de variables integradoras de efectos (Balai-

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    rn, 1998), como las variaciones de las temperaturas en las superficies terrestre y marina,cambios en las precipitaciones, deterioro de la capa de ozono, y en las respuestas espa-ciales o regionales. Desde finales de los aos setenta, hay ambiciosos programas cientfi-cos internacionales que abordan, con rigor, el Cambio Global, gestionados por laOrganizacin Meteorolgica Mundial (OMM), los Programas Marcos de la Unin Euro-pea, la Red Europea de Apoyo al Clima (patrocinada por los Servicios MeteorolgicosNacionales), las Comisiones Nacionales del Clima y prestigiosos centros como el Institu-to Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (USA), el Centro Hadley (Reino Unido) yel Instituto Max Planck de Meteorologa (Alemania). El avance cientfico tambin contri-buye al proceso de toma de conciencia mundial del problema.

    El esfuerzo cientfico y los estudios derivados sobre el sistema climtico tienen comoobjetivo bsico el entendimiento de los procesos y transformaciones que se producen en laTierra. Los desequilibrios estructurales inducidos por el cambio climtico sitan, a lapoblacin terrestre en un contexto ambiental, social y econmico de dimensiones desco-nocidas hasta ahora. En los albores del siglo XXI, se constata que, no siempre, los siste-mas polticos, econmicos y sociales han sido capaces de reaccionar a tiempo y planificaradecuadamente respuestas integradas a los grandes restos planteados; los resultados estna la vista, tanto en la degradacin ambiental que sufren mltiples reas de la Tierra, comoa las diferencias sociales y econmicas entre los pases desarrollados y los no desarrolla-dos que, no slo persisten, sino que tienden a ensancharse cada vez ms.

    2. PROGRAMAS DE LA ORGANIZACIN METEOROLGICA MUNDIALRELACIONADOS CON EL CAMBIO CLIMTICO

    La importancia que tiene el clima sobre los ecosistemas, sobre el hombre y la mayorade sus actividades es incuestionable. En los ltimos 50 aos, la sociedad ha tomado con-ciencia, de modo progresivo, que sus actividades y comportamientos pueden afectar deforma desfavorable al medio ambiente y al clima, causando daos que pueden ser catas-trficos. Por este motivo, la preocupacin ha ido creciendo en la poblacin hasta llegar al2000 en donde la aceptacin del clima como un recurso mundial, valioso, variable y vul-nerable es aceptada por todos. A esta apreciacin y valoracin del clima como parmetrovital para la vida, la OMM (2000) ha desempeado una funcin primordial a travs de pro-gramas cientficos y tcnicos especficos como:

    (a) Programa de Vigilancia Meteorolgica Mundial

    Columna vertebral de las actividades de la OMM. Suministra a escala mundial infor-macin meteorolgica de ltima hora a travs de los sistemas de observacin y enlaces detelecomunicacin mediante una constelacin de satlites (Fig. 1) y miles de estaciones deobservacin terrestres y martimas. De ese modo, los cientficos que investigan el cambioclimtico mundial, la contaminacin del aire, los ciclones tropicales, los buques y aerona-ves transocenicos, los medios de comunicacin y el pblico en general reciben constan-temente informacin.

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    (b) Programa Mundial sobre el Clima

    Ayuda a los pases a aplicar informacin y conocimientos sobre el clima para obtenerbeneficios econmicos y sociales y lograr el desarrollo sostenible y la ejecucin de laAgenda 21 de las Naciones Unidas. Suministra informacin exhaustiva sobre todo el sis-tema climtico, abarcando los componentes del sistema: atmsfera, biosfera, criosfera yocanos. Tiene como objetivos: utilizar la informacin climtica existente para mejorar laplanificacin econmica y social; mejorar la comprensin de los procesos climticosmediante la investigacin, al objeto de determinar la predecibilidad del clima y las varia-ciones o cambios climticos inminentes y a medio plazo, naturales o de origen humano,que pueden afectar considerablemente a actividades humanas esenciales: agricultura, urba-nismo, turismo, industria, etc.

    Las cuestiones relativas al clima y al cambio climtico han sido una gran preocupacinmundial en el decenio de 1990 y, previsiblemente seguirn sindolo en las prximas dca-das. La recogida y tratamiento de datos climticos y la construccin de modelos predicti-vos pretenden ayudar a los gobiernos a disear polticas para hacer frente al cambio dela situacin climtica.

    Para evaluar la informacin disponible sobre la ciencia, los efectos y la diversidad deproblemas econmicos, sociales, ecolgicos y ambientales relacionados con el cambio cli-

    FIGURA 1. Red de satlites del Sistema Mundial de Observacin Meteorolgica. OrganizacinMeteorolgica Mundial (Boletn de la OMM, Vol. 49, N 1. Enero 2000, p. 26).

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    mtico y, en particular, sobre el calentamiento mundial inducido por las actividades huma-nas, la OMM y el PNUMAestablecieron en 1988, el Grupo Intergubernamental de Exper-tos sobre el Cambio Climtico OMM/PNUMA (IPCC). Este Grupo termin en agosto de1990 su primer informe de evaluacin, que sealaba con certeza un aumento de la con-centracin de gases de efecto invernadero causado por la actividad humana. Dicho infor-me propici la aparicin de un Convenio Marco sobre el Cambio Climtico, firmado por166 pases en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desa-rrollo celebrada en Ro de Janeiro en 1992. Entr en vigor el 21 de marzo de 1994.

    (c) Programa de Investigacin de la Atmsfera y el Medio Ambiente

    Este programa tiene como objetivos la coordinacin y fomento de la investigacinsobre la estructura y composicin de la atmsfera, la contaminacin atmosfrica, el ago-tamiento de la capa de ozono, la fsica y qumica de las nubes, la investigacin de la modi-ficacin artificial del tiempo, la investigacin de la meteorologa tropical, la prediccinmeteorolgica, los cambios climticos y la difusin de la informacin cientfica.

    (d) Programa de Aplicaciones de la Meteorologa

    Comprende importantes sectores de aplicacin de la meteorologa para el pblico, ala actividad agraria, a las navegaciones areas y martima, as como fomentar la creacinde infraestructuras y servicios que beneficien las actividades econmicas y sociales nacio-nales e internacionales. La oportuna y rpida informacin meteorolgica puede disminuirconsiderablemente las prdidas y otros impactos ambientales y sociales, causadas aconte-cimientos meteorolgicos extremos como sequas, tormentas de granizo y lluvias de altaintensidad, as como las producidas por plagas y enfermedades.

    (e) Programa de Hidrologa y Recursos Hdricos

    Se reconoce actualmente que la evaluacin de los recursos hdricos a todas las escalas(mundial, nacional y regional) y la planificacin adecuada para su conservacin constituyeun problema de dimensiones globales. El Informe del Consejo Mundial del Agua publicadobajo los auspicios de las Naciones Unidas y el Banco Mundial y elII Foro Mundial del Agua,recientemente (La Haya, 20-22 Marzo 2000), han hecho sonar todas las alarmas sobre lapenuria de agua que se cierne sobre el planeta. El agua, no slo es dramticamente insufi-ciente en muchas zonas del mundo, sino que se perfila como uno de los recursos naturalescapaces de desatar guerras en aos venideros; el Cambio Climtico puede acentuar la ten-sin hdrica y los desequilibrios en las regiones ridas, semiridas y subhmedas secas.

    El programa trata de la evaluacin cuantitativa y cualitativa de los recursos hdricospara satisfacer las necesidades de la sociedad, poder mitigar los riesgos relacionados conel agua, y mantener o mejorar las condiciones ambientales. Abarca la normalizacin delas observaciones hidrolgicas y la transferencia de tcnicas y mtodos hidrolgicos.

    El programa est estrechamente relacionado con el Programa de Hidrologa Interna-cional de la UNESCO, ambos concentran su accin en el fomento de la cooperacin a

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    escala mundial en la evaluacin de los recursos hdricos y la creacin de redes y servicioshidrolgicos, la concentracin y proceso de datos, la prediccin y avisos hidrolgicos(avenidas y estiajes) y el suministro de datos meteorolgicos e hidrolgicos para la plani-ficacin hidrolgica.

    3. LOS DATOS REFUERZAN LA HIPTESIS DE LA INFLUENCIA HUMANASOBRE EL CLIMA

    El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climtico (IPCC), reconoca en 1995 quelos seres humanos influyen de modo apreciable sobre el clima global y que no eran cons-cientes en lo concerniente a la salud del planeta. Lo que no precisaba el grupo de expertoses cundo, dnde y cunto se ha notado y se notar esa influencia, cuestiones estas deamplio tratamiento meditico y que cientficos, tcnicos y polticos discuten con vehe-mencia y discrepancias.

    Hasta ahora, los cambios climticos presuntamente relacionados con las actividadeshumanas han sido muy modestos, sin embargo, las previsiones de un abultados nmero deorganismos, programas y proyectos cientficos sugieren que el cambio alcanzar una noto-ria intensidad hacia mediados del siglo XXI, sobrepasando todo lo constatado en losregistros geolgicos en los ltimos 10.000 aos. Las simulaciones de los modelos sugie-ren que algunas regiones pudieran beneficiarse durante cierto tiempo del calentamientoatmosfrico, pero para el conjunto del planeta, las alteraciones del sistema climtico resul-tarn perjudiciales e incluso catastrficas. Si la ciencia pudiera evaluar la cuanta en queciertas actividades influyen sobre el clima, se encontrara en mejor situacin a efectos demitigar, prevenir y suministrar recomendaciones o soluciones para remediar los potencia-les efectos del cambio climtico. Es posible tal cuantificacin? La mayor parte del mun-do cientfico cree que s, la anhelada respuesta puede llegar hacia mediados del siglo XXI,pero slo a condicin de que este objetivo se convierta en prioridad internacional perma-nente y que las naciones se comprometan a una constante vigilancia (Karl & Trenberth,2000).

    Pese a que hasta ahora no ha sido posible lograr un clculo fiable de la magnitud delas variaciones climticas naturales, especialmente de la radiacin solar, y de calibrar exac-tamente la proporcin del impacto humano sobre el clima y, a pesar de los todava escasosconocimientos sobre los ritmos e impactos locales del cambio climtico, es patente quelas actividades humanas influyen en la atmsfera de modo diverso y preocupante. Unaserie de influencias, tanto naturales como artificiales, son la causa de la variacin en latemperatura del planeta. Entre las naturales se incluyen los cambios en la radiacin solary los aerosoles que las erupciones volcnicas arrojan al aire y que enfran la atmsfera alreflejar la luz del sol. La influencia humana se deriva, fundamentalmente, de las emisio-nes de gases como el dixido de carbono que atrapan el calor de la atmsfera, y de losaerosoles de sulfatos procedentes de las chimeneas industriales.

    El impacto combinado de los aerosoles y los gases de efecto invernadero crea unospatrones de temperatura complejos y caractersticos. El anlisis de esos patrones llev alComit Intergubernamental sobre el Cambio Climtico a abandonar su idea anterior de queel calentamiento global observado durante el siglo pasado poda ser tanto natural como el

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    inducido por el ser humano. Hasta 1995, les pareca que los factores humanos desempe-aban una influencia, pero no evaluaban si era grande, mediano o pequeo.

    En la actualidad se tiene la certeza de que en la primera parte del siglo XX, el aumen-to de la temperatura se poda explicar por un incremento de la radiacin solar o por la com-binacin de una radiacin solar ms fuerte y unos gases invernadero emitidos por laseconomas de los pases industrializados. Pero desde mediados de los aos setenta, cuan-do tuvo lugar prcticamente la mitad del calentamiento del siglo, ste se deba, en granparte, a los gases de efecto invernadero (Stevens, 1999). La temperatura media de la Tie-rra es ahora 0,7C ms alta que hace un siglo; la dcada de los noventa ha sido la ms cli-da, globalmente, de los ltimos 140 aos, es decir, desde que se tienen registros. Mientrastanto, las pruebas y los datos sobre el calentamiento y sus efectos siguen acumulndose.

    La quema de combustible fsiles expulsa partculas y gases que alteran la composicinde la atmsfera; algunos de estos gases, como el dixido de carbono, producen un impac-to prolongado, superior al centenar de aos. La velocidad y magnitud del aumento de latemperatura global estn determinadas en primer lugar por el incremento de las cantidadesde CO2 o sus equivalentes, un 30% desde el comienzo de la era industrial (segunda mitaddel siglo XVIII), mientras que la cantidad existente en la atmsfera antes de ese perodo,se cree que ha sido estable durante varios miles de aos. Los anlisis de las burbujas deaire atmosfrico que se encuentran en cilindros de hielo extrados en la Antrtida, detec-tan que los niveles atmosfricos actuales de dixido de carbono son los ms altos que hahabido en los ltimos 420.000 aos. A 360 partes por milln, son un 20% ms elevadosque en cualquier otro perodo clido entre glaciaciones, y el doble de las concentracionesespecficas que se encontraron durante un perodo glacial.

    Las previsiones estiman que si se contina quemando combustibles fsiles a las velo-cidades actuales, las concentraciones de CO2 se duplicarn en la segunda mitad del sigloXXI. Segn el Panel Intergubernamental del Cambio Climtico (IPCC), duplicar la con-centracin de CO2 en la atmsfera hara que las temperaturas aumentaran entre 1,5 y 4,0C.Aunque la mejor estimacin que utilizan la mayora de los gobiernos es de 2,5C, elIPCC ha indicado que el modelo actual de cambio de temperatura se ajusta mejor a asu-mir 3,5C. Como consecuencia del aumento trmico, el nivel del mar podra crecer a raznde 6 cm por decenio y casi un metro a finales del siglo XXI. Para mantenerse dentro delos lmites ambientales aceptables y tomando una sensibilidad climtica de 3,5C comouna aproximacin prudente, los niveles de CO2 en la atmsfera tendran que estabilizarseen o por debajo de 350 partes por milln en volumen (ppmv) (Dwyer, 2000). Esto suponeniveles de concentracin por debajo de los actuales (358 ppmv) y haciendo la asuncinoptimista de que la destruccin de los bosques mundiales sea detenida.

    Una vez que el CO2 se estabilice podran pasar varias dcadas o incluso un siglo antesde que la temperatura atmosfrica se estabilizara, por lo que la atmsfera terrestre hayasido ya empujada a un aumento de casi 1C (Budyko, 1988; Lins Escard, 1990; Fante-chi et al., 1991; N.U., 1992; Comisin Nacional del Clima, 1994, 1995; COP-3, 1997).

    Los ocanos y la vegetacin ayudan a paliar la aportacin de dixido de carbono a laatmsfera, extraen del aire una parte importante, actan como sumideros del gas, pero lasconcentraciones continan aumentando por el continuo incremento de gases a la atms-fera y por la reduccin de amplias zonas forestales. La deforestacin puede ser responsa-

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    ble del 20% del CO2 de origen antropognico (Bautista, 1993). De la constante emisin degases invernadero resulta, inevitablemente, el calentamiento global y a un incremento dela capacidad evaporante de la atmsfera. Al evaporar agua de los ocanos, lagos, humeda-les, suelos y plantas, el ciclo hidrolgico de amplios territorios se altera, los ecosistemasde muchas regiones del planeta se aridifican, se producen ms frecuentes y prolongadassequas en las regiones secas; mientras que la aportacin de humedad adicional en laatmsfera desencadena grandes tempestades tropicales, intensas lluvias, temporales denieve e inundaciones en las regiones hmedas.

    Un amplio muestrario de tales fenmenos meteorolgicos, muy probablemente provo-cados o intensificados por el calentamiento global y con efectos devastadores para bienesy vidas humanas, se han abatido sobre muchas regiones del mundo en el ltimo decenioy primeros meses del 2000: Desbordamiento del ro Yangtz y grandes inundaciones quedestruyeron millones de hectreas de cultivo y afectaron a las vidas de 100 millones depersonas; las peores inundaciones en los ltimos 400 aos que asolaron Veracruz, Mxico(Octubre 1999); tifones e inundaciones en Corea, Filipinas, Camboya e India, que devas-taron enormes reas con consecuencias catastrficas. En el este de EE.UU., las peores olasde calor y sequas del siglo. En Espaa, la grave sequa 1990-1995 y la nueva 1998-1999.La dramtica sequa que sufre Etiopa (1999-2000). Los tornados Mitch (Oct.1998) queasol Honduras, Nicaragua y Guatemala; los Georges (1998), Bret, Cindy, Dennis y Floyd(1999) que afectaron severamente a varios pases del Caribe y al Sureste y Este de Esta-dos Unidos; Irene a Cuba (1999); el cicln 02A (1999) al Sureste de Pakistan y los el Eli-ne y Gloria (Febrero-Marzo, 2000) que han ocasionado una catstrofe sin precedentes enMozambique y, en menor cuanta a Madagascar, etctera.

    Con los datos meteorolgicos de las series disponibles se constata, que los aos msclidos se han producido durante la dcada de los noventa, siendo los aos 1997, 1998 y1999 los que registraron las temperaturas ms altas desde que comenzaron los registrosinstrumentales fiables en 1860. Se han registrado episodios clidos relativamente frecuen-tes de El Nio/Oscilacin Austral (ENOA), avalanchas de agua caliente del ocano Pac-fico tropical que calienta la atmsfera, trastoca los patrones del tiempo atmosfrico y tieneimportantes consecuencias en el clima y tiempo alrededor del globo. A este fenmeno sele achaca, en parte, el calentamiento de los ltimos aos. El fenmeno contrario, los epi-sodios de fase fra (La Nia), se ha producido de modo muy poco frecuente y aislado.Condiciones extremadamente secas en muchos pases, devastadores huracanes y gravesinundaciones en otros, son fenmenos asociados a los fenmenos El Nio/La Nia (OMM,1999). El ocano rtico se ha calentado de forma acusada en los ltimos veinte aos, losdatos suministrados por el programa SCICEX (Science Ice Expeditions) de los Estado Uni-dos registran un aumento de un grado centgrado, el espesor de la capa de hielo sobre esteocano ha disminuido una media de 1,3 metros, un 40%, desde los aos sesenta y que laextensin del hielo ha retrocedido un 5% (Hodges, 2000).

    Todo esto deja entrever el futuro en un mundo recalentado e ilustra vivamente lasdesastrosas consecuencias que incluso fluctuaciones menores en el sistema climtico pue-den ocasionar.

    Los cientficos advierten que la velocidad del cambio climtico es probable que exce-da cualquiera de las de los ltimos 10.000 aos, haciendo imposible para muchos ecosis-

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    temas su adaptacin y supervivencia. Lo que parecen pequeos e insignificantes cambiospueden iniciar una reaccin en cadena que impacte en los sistemas ecolgicos, sociales yeconmicos. Retrasar la toma de medidas, no reaccionar a tiempo, significar que las futu-ras reducciones en gases invernadero tengan que ser mucho ms rpidas y acusadas de loque de otra forma habran tenido que ser.

    4. LOS ESCENARIOS DEL CAMBIO: VULNERABILIDAD E INCERTIDUM-BRE EN EL MBITO MEDITERRNEO Y EN ESPAA

    4.1. La Circulacin General Atmosfrica y su repercusin en la pennsula Ibrica

    Para conocer el clima actual y predecir el clima del futuro, es necesario entender losmecanismos que lo mueven. Para comprender las caractersticas generales, regionales ylocales de los climas, hay que considerar su situacin en relacin con la CirculacinGeneral Atmosfrica, es decir, con el patrn de comportamiento de los flujos de aire a granescala (Balairn, 1997). La circulacin general es un mecanismo de redistribucin de ener-ga (radiaciones solares) y vapor de agua tendente a corregir los desequilibrios existentesen el planeta (entre las zonas polares y ecuatoriales) originados por diversos factores fsi-cos como el movimiento de rotacin de la Tierra, la inclinacin de su eje de giro, la situa-cin astronmica del territorio, la desigual distribucin de tierras emergidas y ocanos, lascaractersticas radiativas de sus superficies, la configuracin del relieve, etc. La circula-cin general se establece a travs de circulaciones cerradas de menor entidad, meridianasy zonales, horizontales y verticales, que son conocidas como clulas de la circulacin

    Se suelen distinguir dos tipos de caracterizaciones de la Circulacin General Atmos-frica (Henderson-Sellers & Robinson, 1986): la circulacin primaria global y regional,casi permanente en el tiempo, y la circulacin secundaria que explica la distribucin delas presiones atmosfricas (anticiclones y borrascas) y otras variables, que son las respon-sables del tiempo de cada da en los diversos lugares de la Tierra. El esquema de la Fig. 2expresa, las tres clulas trmicas de la circulacin, en el hemisferio Norte, la posicin delas zonas de presin y el mecanismo de formacin de los vientos. Las desviaciones intro-ducidas por la aceleracin de Coriolis completan el esquema de la distribucin de los vien-tos. Las zonas de convergencia y divergencia separan las clulas y dan originan lossistemas semipermanentes de presiones: Bajas presiones ecuatoriales, altas subtropicales,bajas de latitudes medias y altas polares (Balairn, 1987).

    De lo anterior se desprende que cualquier variacin en latitud de estas clulas dinmi-co-trmicas tiene amplias repercusiones en los territorios y, especialmente en las zonas ri-das, en las mediterrneas y en la pennsula Ibrica (entre los 36 y 43 44 lat. N). Lapennsula Ibrica, por su posicin (Fig. 3), participa ms del cambio esperado en fricaque el resto del continente europeo, de ah la especial vulnerabilidad respecto al cambioclimtico. Adems, de la situacin de frontera entre la circulacin polar y subtropical, lacuenca mediterrnea y la pennsula Ibrica ofrecen una compleja configuracin topogrfi-ca, con importantes barreras montaosas, que alteran los sistemas de presin acentuandola aridez en extensas zonas o potenciando las precipitaciones mediante fenmenos con-vectivos. La gran variabilidad climtica constituye un acusado rasgo de las tierras medite-

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    rrneas y, en particular en Espaa, en particular, esta variabilidad se aprecia en la evolu-cin pluviomtrica (Fig. 4). La proximidad del desierto del Sahara y su dinmica atmos-frica tambin tiene una notoria influencia como factor desecante de la atmsfera de lamayor parte de las regiones peninsulares. En Espaa, las dos terceras partes, aproximada-mente, corresponden a climas deficitarios en humedad como son el subhmedo seco,semirido y rido (MMA, 1999), dibujndose una diagonal de aridez con los extremosopuestos en el Noroeste y en el Sureste peninsular; este ltimo ostenta el recordde la ari-dez europea y, a la vez, un alto riesgo de desertificacin (Lpez Bermdez, 1995, 1996a;1999a; Barber et al., 1997; Rojo y Lpez Bermdez, 1998; Brandt & Thornes, 1996; Mai-rota & Thornes, 1998; MMA, 1999).

    La pennsula Ibrica es un escenario ideal para la deteccin del cambio climtico porsu situacin astronmica de frontera en el borde meridional de las borrascas atlnticas yen el septentrional de la banda de altas presiones subtropicales. Un desplazamiento haciael norte de unos 500 km de la trayectoria de las borrascas (como lo predicen casi todos losmodelos climticos), supondr para la pennsula recibir la mitad de la precipitacin mediaactual. Adems, esta precipitacin estara concentrada en unas pocas semanas, lo cualintensificara el dficit hdrico e intensificara la erosin del suelo. A ello habra que aa-dir un aumento de las temperaturas y de la evaporacin, que intensificara la tensin hdri-

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    FIGURA 2. Esquema simplificado de la circulacin general atmosfrica en el hemisferio norte (Balai-

    rn, 1997).

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    FIGURA 4. Precipitaciones anuales medias cadas en Espaa peninsular en el perodo 1941-1999(INM, 2001).

    FIGURA 5. Calentamiento global estimado para mediados del siglo XXI segn el Panel Interguber-namental sobre el Cambio Climtico. La pennsula Ibrica puede ver incrementada su temperaturaen unos 2,5 C (Karl & Trenberth, 2000).

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    ca que registra la mayor parte del territorio. La mayor parte de las tierras mediterrneas yespaolas se hallan, pues, en un marco climtico vulnerable y poco favorable a las preci-pitaciones; el cambio climtico puede aumentar esta vulnerabilidad.

    4.2. Los escenarios del cambio: la prediccin de los modelos

    El sistema climtico ocasiona una gran variedad de procesos escalados en el tiempo yen el espacio en diversos grados de magnitud que se superponen, interactan y generanuna aleatoriedad e incertidumbre en el clima y en el tiempo. Para simular el clima y suscambios, as como los escenarios que registraran las alteraciones climticas, se recurre ala modelizacin. Sin embargo, la simulacin del sistema climtico actual y previsible esextraordinariamente compleja por la gran cantidad de escalas y variables que intervienenen la atmsfera, por las retroalimentaciones de signo y magnitud diferentes que se produ-cen, por la extensin del perodo simulado y por el abultado nmero de perturbaciones quelas caractersticas regionales introducen. En realidad, para la deteccin y prediccin delcambio climtico, se hace necesario analizar la interrelacin entre las observaciones y losmodelos de simulacin (Fig. 6).

    FIGURA 6. Interrelacin entre observaciones y simulacin del clima para la deteccin y prediccindel cambio climtico (Bautista, 1993).

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    Los resultados de complejos modelos fsico-matemticos que simulan el comporta-miento del sistema climtico, advierten que el aumento de la concentracin atmosfrica delos gases que producen el efecto invernadero, podra originar un cambio climtico de con-secuencias desconocidas hasta ahora. As lo han indicado y afirman un gran nmero deinvestigaciones, reuniones, acuerdos internacionales e instituciones de prestigio, entreotros: la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima (Ginebra, 1979), la Conferencia deVillach (Austria, 1985), la Conferencia Internacional sobre los Cambios Atmosfricos y suImplicacin en la Seguridad Mundial (Toronto, 1988), la Conferencia de Tata sobre elCalentamiento Global y el Cambio Climtico (Delhi, 1989), la Conferencia Mundial sobrela Preparacin frente a un Cambio Climtico (El Cairo, 1989), Grupo Intergubernamen-tal de expertos sobre los Cambios Climticos (N.U.: OMM y PNUMA, 1988), la Confe-rencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo: Agenda 21,

    Convencin Marco sobre el Cambio Climtico (Ro de Janeiro, 1992), la Segunda y Ter-cera Conferencia Mundial sobre el Clima (Ginebra, 1990, 1999), programas de la OMM(Programa Mundial de Datos y Vigilancia Climticos, Programa Mundial de evaluacindel Impacto del Clima y de las estrategias de Respuesta, Programa Mundial de Investi-

    gaciones Climticas, Vigilancia Meteorolgica Mundial, Vigilancia Atmosfrica Global,

    Sistema Mundial de Observacin del Clima), laRed Europea de Apoyo al Clima (1992),las Conferencias Mundiales sobre Cambio Climtico (Kyoto, 1997) y La Haya (2000),Buenos Aires (1998) y en Espaa la Comisin Nacional del Clima (1992).

    En Europa los modelos elaborados por el Centro Hadley del Reino Unido, el Institu-to Max Planckde Meteorologa y laMeteo-France, y en Estados Unidos elInstituto God-dard para Estudios del Espacio. Los modelos, estadsticas, estimaciones y previsionesrealizadas por la OMM y algunos proyectos de I + D de la Unin Europea, entre ellos:MEDALUS (Mediterranean Desertification and Land Use); EFEDA (The ECHIVAL FieldExpriment in Desertification-threatened Areas); RICAMARE (Research in Global Chan-ge: A Mediterranean Region Network);Remote Sensing of Mediterranean Desertificationand Environmental Changes (RESMEDES); Modelling vegetation dynamics and degra-dation in Mediterranean Ecosystems (MODMED) y Restoration of degraded Ecosystemsin Mediterranean Region (REDMED), han evaluado los impactos potenciales que produ-cira el previsible clima del futuro o cambio climtico inducido por el incremento de lasconcentraciones de CO2 y otros gases invernadero, as como la obtencin de escenariosfuturos del comportamiento de actividades como la agricultura, silvicultura, pesca, turis-mo, etc.

    Esto no implica que el estado de conocimientos actuales pueda proporcionar imgenesespaciales a gran escala, as como una evolucin temporal exacta. La prediccin climti-ca, basada en modelos, no es una ciencia experimental, a pesar de todo, los modelos ancon las deficiencias que presentan son, actualmente, los instrumentos ms idneos de quese dispone para la obtencin de los patrones de respuesta a diversos forzamientos espec-ficos, y en especial los del efecto invernadero. Las simulaciones que realizan los cientfi-cos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climtico (IPCC) y centros de prestigiodedicados al tema, son de alta garanta y sustentan el proceso del Cambio Climtico. Lospronsticos que establecen no son exageraciones de los cientficos ni obedecen a intere-ses ocultos. La Fig. 5 muestra algunos resultados obtenidos hasta ahora.

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    En todos ellos aparecen las regiones ridas, semiridas y subhmedas secas (en don-de se incluyen la mayor parte de las tierras mediterrneas y las polares) como de las msvulnerables por el aumento de las temperaturas y disminucin de las precipitaciones. EnEspaa, los ltimos resultados de modelos y trabajos sobre clima y cambio climtico,confirman que la situacin va a tender a empeorar en el sentido de ms calor, menos pre-cipitaciones y menos humedad en el suelo, unido a un incremento de los fenmenosextremos como sequas ms prolongadas y lluvias intensas y concentradas.

    (a) Escenarios de temperaturas en la pennsula Ibrica

    La distribucin regional del cambio de temperatura en respuesta a una duplicacin delCO2, sera (segn el modelo acoplado ocano-atmsfera del Centro Hadley, recogido porla Comisin Nacional del Clima, 1994; IPCC, 1999): la temperatura media anual podra

    aumentar unos 3,5C antes de fin del siglo XXI, alcanzando entre 1,4C y 2,6C para latercera y cuarta dcada del 2000 en ms de la mitad meridional y oriental de la pennsu-la. En las partes occidental y septentrional el calentamiento se prev menor. Calentamien-tos estacionales de 1C a 2C en invierno (aumentando hacia el Sur) y de 2C (Noroeste)hasta 4C (en la parte oriental peninsular) en verano.

    Un riesgo derivado de esta situacin es el aumento de la temperatura del agua del maren otoo y el consecuente aumento del riesgo de fenmenos tormentosos. Por otro lado, elcambio es ms acusado en verano que en invierno, y se acelera a partir del ao 2040.

    (b) Escenarios de precipitacin en la pennsula Ibrica

    La distribucin regional del cambio de las precipitaciones, tanto para le media comopara el invierno y el verano, es la siguiente (Hadley Center; Comisin Nacional del Clima,1994): Se aprecia que el ritmo de descenso estival es cada vez mayor, desde un 2% en el2010 hasta un 12% en la mitad sur de la pennsula en el 2050 (sequas estivales ms dila-tadas). Para el invierno, sin embargo, se detecta un aumento en la mitad norte y un des-censo en la mitad sur que se acelera con el paso de las dcadas. El descenso de laprecipitacin media anual es del orden de 0 mm a 91 mm, con descenso ms acusado alsur de los paralelos 40-41 (latitud de Madrid o Tarragona).

    En general, para mediados del siglo XXI se esperan descensos de los ndices de preci-

    pitacin entre el 5% y el 20% (incremento de las sequas), ms acusados en verano que eninvierno y afectando con mayor intensidad a la mitad sur de la pennsula.

    (c) Escenarios de humedad del suelo

    Para Espaa se observan las siguientes caractersticas (Haldley Center; ComisinNacional del Clima, 1994): En la distribucin anual el descenso oscila entre 2,5 y 7,5 mm,aumentando los valores de sur a norte. Para el verano el descenso puede ser de 10 mm conun mximo de 20 mm en los Pirineos occidentales. La distribucin en invierno producevalores que oscilan entre 0 y 7 mm para la mitad norte peninsular, y entre 7 y 20 mm para

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    la mitad meridional. Esta potencial disminucin de la humedad en el suelo, afectar seria-mente a la cubierta vegetal y a los cultivos.

    (d) Escenarios ocenicos

    A medida que la Tierra se calienta, no todo el calor extra va a parar a la atmsfera,donde el efecto en el clima es ms directo, sino que gran parte de este calor es absorbidopor los ocanos, que lo almacenan durante aos antes de remitirlo a la atmsfera. Losocanos desempean una funcin relevante en el calentamiento global como sumideros decalor, esta capacidad de absorcin de calor y su efecto retardador de calentamiento globales uno de los ejes del cambio climtico. El calentamiento medio de los ocanos esde 0,05C en los tres kilmetros superiores de las aguas y algo ms de 0,25C en los300 metros superficiales (Kerr, 2000). El rango de calentamiento atmosfrico global de1C a 3,5C para finales del siglo XXI ocasionar una expansin del agua, que unida aldeshielo continental y rtico, acarrear una elevacin de mares y ocanos entre 15 y 95cm (IPCC, 1999). Este ascenso del nivel del mar y la correlativa sumersin de las zonascosteras, respaldan el calentamiento global previsto.

    5. CONCLUSIONES: LA INCERTIDUMBRE DEL FUTURO PRXIMO

    El cambio climtico probablemente ha empezado ya, se puede intervenir con buen sen-tido y criterio para frenarlo, pero hasta ahora slo se han dado tmidos pasos. Se cuentacon buenas herramientas como son el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cam-bio Climtico (1992), firmado por 180 pases, y el Protocolo de Kyoto (1997), firmado por83 pases pero slo ratificado, hasta ahora, por una veintena de pases, todos ellos en vasde desarrollo. La Unin Europea y Japn, entre otros muchos otros, manifestaron en laConferencia del Clima de Bonn (noviembre de 1999), su inters en ratificarlo en el 2002para que entre en vigor, pero Estados Unidos no asume el compromiso y el Congreso deese pas se manifest en contra de hacerlo. Estos pases son los mximos responsables delcalentamiento global que est acentuando la severidad y frecuencia de fenmenos clim-ticos extremos. Hace poco fue el diluvio en Mozambique, ahora (primer trimestre del2000), es la sequa extrema al norte, en Etiopa.

    El Convenio de Naciones Unidas y el Protocolo, son instrumentos que obligan a lospases a poner coto a las actividades que redunden en perjuicio del clima. El protocoloestableci en 1997 una reduccin del 5,2% de los gases efecto invernadero (respecto alnivel de 1990) para los 38 pases desarrollados en el plazo hasta el 2012. Sin embargo, elgrado de cumplimiento y los sistemas de vigilancia continan siendo, prcticamente, ina-preciables; la Conferencia del Clima de Bonn, apremiaba a los pases a que los acuerdosdefinitivos para el control de emisiones debera alcanzarse en el 2000 para que entrase envigor en el 2002 como fecha lmite. Mientas tanto, el IPCC sigue afirmando rotunda-mente que si no se reducen los gases de efecto invernadero, las concentraciones atmosf-ricas seguirn aumentando y calentando an ms la Tierra. Segn recientes resultados delProyecto de investigacin TESHEO en el que participan la UE, Estados Unidos, Canad,Rusia y Japn, an si hoy se cortaran por completo las emisiones de gases dainos para la

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    atmsfera, habra que esperar 50 aos para que la capa de ozono, por ejemplo, se recupe-rara; en las ltimas dcadas se ha perdido un 15% del espesor global de la capa lo que hacems vulnerable al planeta frente a las radiaciones solares peligrosas.

    La evolucin ms probable del clima peninsular se podra producir en el siguiente sen-tido: Aumento general de las temperaturas, mayor en verano, que supondra unos 2,5C enla media anual, para el ao 2050. Descensos generalizados de la precipitacin y humedaddel suelo, porcentualmente ms acusados en verano, que supondra un 10% menos de pre-cipitacin media anual y casi un 30% en la humedad del suelo.

    De cumplirse estos pronsticos surgiran serios problemas econmicos y sociales,aumentaran los fenmenos tormentosos en el rea mediterrnea, y se agudizaran los pro-cesos de degradacin del suelo, desertificacin y deterioro ambiental. No obstante, esnecesario tener en cuenta que, si bien las simulaciones realizadas con los modelos son dealta garanta, todava presentan muchas dudas, sobre todo, en las previsiones a escalaregional, por ello, los resultados que ofrecen hay que tomarlos con cautela, a pesar de serlo mejores disponibles en la actualidad.

    Espaa todava produce poco dixido de carbono, si se compara con los niveles deemisin de otros pases industrializados. Pero eso modifica en algo los riesgos a los quela poblacin se halla expuesta y cuyos indicios comienzan a verse ya? El que Espaa con-tamine poco la atmsfera no quiere decir que no afecte la contaminacin de los dems asus habitantes. El problema es global y las tmidas medidas que se estn tomando son sola-mente frenos a la aceleracin del problema, no a su velocidad. No disminuyen ni elimi-nan el problema.

    Los quince pases de la U.E. se comprometieron en Kyoto a reducir en un 8% las emi-siones de gases efecto invernadero respecto a 1990. Esta cifra global se reparti entre todoslos Estados miembros para acomodarla a las diferentes circunstancias de desarrollo eco-nmico. Espaa podr incrementar sus emisiones un 15% hasta el ao 2010; tambin Por-tugal, Grecia e Irlanda. Pero la Comisin advierte que esto no les exime de tomar medidasreales para controlar el incremento de las emisiones.

    Las emisiones de gases efecto invernadero aumentan en lugar de disminuir. Los valo-res varan segn los Estados y muchos tienen dificultades para controlar sus emisiones,como Austria, Dinamarca, Holanda y Finlandia; en otros la situacin es dramtica, comoBlgica e Italia y, fuera de la U.E. en Estados Unidos y Japn. El Consejo de Ministros deMedio Ambiente de la Unin Europea del 30 de Marzo, adverta que si no se refuerzan laspolticas medioambientales, los pases de la U.E. no podrn cumplir, en 2010, el objetivode reduccin de emisiones del CO2 fijado en el protocolo de Kyoto. Las emisiones aumen-tarn hasta un 6% de seguir la tendencia actual.

    Por sus consecuencias en la agricultura, ganadera, ecosistemas naturales, recursoshdricos, usos del suelo, urbanismo, turismo, energa, transporte, desastres naturales, etc.,los pases (sobre todo los industrializados) deberan disear estrategias de respuesta fren-te al Cambio Climtico y Cambio Global (incluye el cambio climtico, los cambios en lacomposicin de la atmsfera y el cambio en el uso del terreno a travs del tiempo produ-cido por el cambio climtico y factores demogrficos, econmicos, sociales y tecnolgi-cos) de acuerdo con los compromisos internacionales para hacer posible el desarrollosostenible. Los esfuerzos internacionales, hasta ahora, se quedan lejos de este objetivo,

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    porque no afrontan el imperativo ambiental. Hasta que no lo hagan, los convenios, proto-colos e intenciones estn condenado al fracaso.

    Finalmente, el comportamiento del clima en las prximas dcadas, el desarrollo demodelos de prediccin numrica y de circulacin general, para la vigilancia y deteccindel Cambio Climtico, la identificacin de escenarios climticos regionales, la elabora-cin de bases de datos georrefenciadas para el estudio del Cambio Global en el mundo yen Espaa, el reducir las incertidumbres existentes sobre el comportamiento del clima,especialmente en las reas ms vulnerables como son las ridas constituyen objetivos ytranscendentales retos a abordar por la OMM, los centros de investigacin, las organiza-ciones internacionales y los gobiernos.

    6. REFERENCIAS

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