13la redención y la salvación de cristo

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1993 Living Stream Ministry Primera edicin: 3,000 ejemplares. Agosto de 1993. Reimpresin: 5,000 ejemplares. Mayo de 1994. Traducido del ingls Ttulo original: Christ's Redemption and Salvation (Spanish Translation) Publicado por Living Stream Ministry 1853 W. Ball Road, Anaheim, CA 92804 U.S.A. P. 0. Box 2121, Anaheim, CA 92814 U.S.A. Impreso en los Estados Unidos de Amrica LA REDENCION Y SALVACION DE CRISTO EL HOMBRE TIENE UN PROBLEMA DOBLE A lo largo de toda la historia el hombre siempre ha buscado la manera de librarse de su condicin depravada. Por una parte, el hombre comprende que su conducta externa no llega a lo que espera su conciencia y la justicia de Dios; por otra, se da cuenta de que dentro de l hay una tendencia constante que le conduce a la concupiscencia, al odio, y a rebelarse en contra de la ley de Dios. Estos dos cosas han estado en el hombre desde el principio de la civilizacin. No importa la cultura en la cual nace el hombre, siempre experimenta estos dos problemas. Podramos llamar estos problemas los actos pecaminosos externos y la naturaleza pecaminosa interna. Los actos pecaminosos que un hombre comete exteriormente hacen que su conciencia le condene, mientras que la naturaleza pecaminosa dentro de l le enreda y hace que contine en su pecado. La intuicin del hombre le dice que hay un Dios y que este Dios es justo. El desea conocer a Dios, pero se da cuenta de que sus actos pecaminosos y su naturaleza pecaminosa le separan de Dios. Bajos tales circunstancias l inventa muchas formas de resolver este problema de pecado y de salvarse a s mismo de ste. Estas formas las conoce el hombre como los diferentes caminos de salvacin. El hinduismo, el budismo, el mahometanismo, el judasmo y todas las otras grandes religiones del mundo han inventado muchas maneras para que el hombre se salve. Aunque astas maneras son variadas y diversas, tienen una sola cosa en comn: todas dependen de las obras y los esfuerzos del hombre, y todas proceden del hombre. LA REDENCION DE CRISTO La manera en que el hombre se redime Hacer buenas obras La primera forma y la ms comn que el hombre usa en sus esfuerzos por salvarse a s mismo es hacer buenas obras. Muchos creen que las buenas obras pueden salvar al hombre. Los budistas creen que con tal que uno haga buenas obras y no mate animales, todo resultar mejor para l en la vida venidera. Los musulmanes creen que para uno ser salvo debe ser fiel a Dios y guardar las palabras del profeta Mahoma. Los judos creen que para agradar a Dios, el hombre debe observar la ley de Moiss. No obstante, la Biblia dice que "el hombre es justificado ... sin las obras de la ley" (Ro. 3:28). Ser justificado es ser justo segn la norma de la justicia de Dios, y "las obras de la ley" son las buenas obras que un hombre hace al observar la ley. Romanos 3:20 dice:

"Por las obras de la ley ninguna carne ser justificada delante de El". Este versculo nos dice que un hombre nunca puede ser recto segn la norma de Dios haciendo buenas obras. Por qu las buenas obras no justifican a un hombre delante de Dios? Hay dos razones. Primero, las buenas obras no quitan los pecados anteriores del hombre. Supongamos que un hombre haya matado a alguien y haya robado a otros. Despus de algunos aos el asesino siente remordimiento y decide dar una gran cantidad de dinero a los pobres. Este acto de dar a los pobres, aunque sea bueno en s, nunca puede borrar sus crmenes de homicidio y robo. Si va a la corte, no puede declararse inocente basado en que haya hecho cosas muy buenas para otros. Del mismo modo, las buenas obras nunca pueden borrar los pecados que uno haya cometido ante Dios. La segunda razn por la cual las buenas obras no pueden justificar a nadie ante Dios es que ninguna buena obra hecha por el hombre puede alcanzar el nivel de la justicia de Dios. Un gobernante joven una vez acudi a Jess para preguntar la manera de obtener la vida eterna. Este joven pensaba que haba hecho todo lo requerido por la ley. Pero cuando el Seor pidi que vendiera todo lo que tena y lo siguiera, el joven no pudo hacerlo porque amaba sus riquezas (Le. 18:18-23). El no poda alcanzar la norma de Dios de que uno tiene que amar a Dios por encima de todo (Mt. 22:37-38). Nadie puede ser tan santo como Dios; nadie puede ser tan justo como Dios; y nadie puede amar a Dios en la manera que El exige. La Biblia dice que todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia (Is. 64:6). Un trapo de inmundicia no se puede mostrar a los hombres. Del mismo modo, nuestras buenas obras no pueden presentarse a los ojos de Dios. Hacer penitencia Algunas personas piensan que la ma-nera de ser salvas es hacer penitencia. Creen que si se afligen por sus maldades, Dios perdonar sus pecados. Muchas religiones practican el ascetismo y la mortificacin con la creencia de que cuanto ms lastimen sus cuerpos, ms favor obtendrn de Dios. Piensan que Dios es un Dios que disfruta ver al hombre sufrir. Esto tambin es un pensamiento absurdo. En realidad, hacer penitencia es simplemente una manera de sobornar la conciencia. Cuando un hombre peca, su conciencia lo condena, y l cree que al hacerse dao apaciguar su conciencia diciendo para s que l ha sufrido la retribucin por sus maldades. Esperar La tercera manera que el hombre usa para tratar de absolverse de la culpa es esforzarse por olvidar sus pecados. El cree que, pasado suficiente tiempo, ya no recordar sus pecados, y que con si l no los recuerde, tampoco Dios los recordar. Tales personas son como el avestruz que trata de esconderse en la arena, pensando que si no ve el peligro, lo pasar. No obstante, el hecho de que el pecado se vaya de nuestra memoria no significa que sea borrado del registro de Dios. Tratar de absolverse de los pecados olvidndolos es necedad. Dios redime al hombre mediante la muerte Segn la Biblia, la justicia de Dios re-quiere que todos los pecados sean juzgados. La nica manera en que el pecado puede ser juzgado con justicia es la muerte. Hebreos 9:22 dice que "sin derramamiento de sangre no hay perdn". Se necesita el derramamiento de sangre para que Dios juzgue nuestros pecados y luego nos perdone; es decir, se necesita la muerte. Cualquier manera de redencin que no tenga que ver con la muerte, no puede satisfacer el justo requisito de Dios; no alcanza la norma de Dios.

En el Antiguo Testamento Dios exiga sacrificios animales. Cuando un hombre pecaba, tena que ofrecer un cordero o un becerro, y tena que matar el sacrificio antes de que se apaciguara la justa exigencia de Dios. Aunque esta forma permiti que Dios pasara por encima de los pecados del hombre, no era Su intencin que sta fuera la solucin final para el problema del pecado. En el Nuevo Testamento la solucin dada por Dios al problema del pecado fue enviar Su Hijo unignito, Jesucristo, como el sacrificio nico que reemplazara todos los sacrificios animales del Antiguo Testamento (He. 10: 1- 18). El hizo que Jess muriera por toda la humanidad (1 P. 3:18). Al ejecutar Su juicio en Jesucristo, el Hijo unignito de Dios, el pecado del hombre es juzgado y el problema del pecado es resuelto final y eternamente (Ro. 8:3; He. 9:26). En el Antiguo Testamento el hombre tena que hacer algo para resolver sus pecados; tena que ofrecer sacrificios animales. Pero en el Nuevo Testamento todo lo que hay que hacer ya fue hecho por Dios en Jesucristo. Cristo es el sacrificio perfecto y eterno. No hay nada ms que el hombre pueda aadir a este sacrificio para mejorar lo que Dios ha hecho. Esta es la razn por la cual en el Nuevo Testamento el hombre no necesita hacer buenas obras para salvarse; Dios ya lo ha hecho todo para el hombre. Cristo como el Cordero pascual El cuadro ms claro de la obra redentora se ve en Cristo como Cordero pascual de Dios. En el Antiguo Testamento los hijos de Israel estaban en Egipto, tierra de servidumbre y esclavitud (Ex. 1:8-14). Para forzar al rey de Egipto a liberar el pueblo de Israel, Dios plane pasar por la tierra y destruir el primognito de cada familia. Si uno era el primognito de la familia, estaba destinado a morir. Este es un cuadro de la humanidad que est bajo la esclavitud del pecado. No hay nada que el hombre pueda hacer para librarse. A pesar de todos los logros del hombre y de todos sus esfuerzos, no puede salvarse a s mismo de la condenacin de Dios. El hombre en esta poca moderna ha hecho logros grandes; ha ido a la luna, ha progresado mucho en las ciencias y en la medicina. Pero ninguno de sus logros puede ayudarle a escapar del juicio de Dios sobre el pecado. En este mundo el hombre est bajo la esclavitud del pecado y est destinado a sufrir el juicio de Dios. Bajo tales circunstancias Dios prepar una manera por la cual el pueblo de Israel poda librarse de Su juicio. El mand que los hijos de Israel inmolaran un cordero y que pusieran la sangre en los dinteles de sus casas. Durante la noche el mensajero de Dios pas por toda la tierra e hizo juicio en la tierra. En todas las casas donde no tenan la sangre en los dinteles, se le dio muerte al primognito; pero los que se escondieron bajo la sangre que cubre fueron salvos y librados. Esta ocasin se conmemoraba por los judos como la fiesta de la Pascua. La Pascua es un tipo, o un cuadro, de la obra redentora de Dios, la cual El efectu en el Nuevo Testamento en Jesucristo. Cristo es el verdadero Cordero de Dios. El no era meramente un gran maestro o un gran lder religioso. El es el Redentor de la humanidad. La Biblia dice que El es "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn. 1:29). Despus de treinta y tres aos y medio de vivir en esta tierra, Jesucristo muri en la cruz. Su muerte no fue una muerte comn. Muchos lderes destacados del mundo murieron por sus causas. Muchos hroes nacionales derramaron su sangre por su patria. Pero Jess muri por los pecados de toda la humanidad (2 Co. 5:14). El muri como el Redentor nico. Muere en la cruz para llevar el juicio de Dios sobre el pecado Cuando El fue crucificado en la cruz, fue rechazado por Dios. Debido a esto El clam en la cruz: "Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?" (Mt. 27:46). El era el Hijo

de Dios, y no tena pecado alguno, sin embargo fue desamparado por Dios. El fue juzgado por Dios no por Sus propios pecados sino por los pecados de toda la humanidad (1 Jn. 2:2). Mediante este juicio el justo requisito de Dios en cuanto al pecado fue satisfecho, y el hombre fue redimido. Al explicar la muerte que Cristo sufri en la cruz, el profeta Isaas del Antiguo Testamento dijo: "Jehov carg en El la iniquidad de todos nosotros" (Is. 53:6) y "Jehov quiso quebrantarlo, sujetndole a padecimiento" (v. 10). Jehov Dios ejecut juicio sobre Cristo. Cristo no fue juzgado a manos del hombre y, puesto que era el propio juicio de Dios que cay sobre El, Dios estuvo satisfecho. Necesitamos ver claramente que la redencin es algo que Dios ha hecho en Jesucristo para satisfacer Su propio requisito justo sobre la humanidad; no tiene nada que ver con lo que somos o qu obras buenas hayamos hecho. Es necedad que algunos traten de crucificarse o de imitar los sufrimientos de Cristo. Nada puede aadirse a lo que Dios ya ha realizado en Cristo. La redencin es un acto ante Dios y le satisface. La sangre de Cristo habla por el hombre y le da paz Cuando fue inmolado el cordero pascual, su sangre fue puesta en los dinteles de las casas de los hijos de Israel. Cuando Dios vea la sangre, no ejecutaba Su juicio sobre aquellos que estaban bajo la sangre (Ex. 12:7, 13). Jess, el Hijo de Dios, derram Su sangre por la humanidad. Su sangre satisfizo todos los justos requisitos de Dios. Puesto que El muri, el hombre no necesita morir por sus propios pecados. Mediante la sangre de Cristo, Dios no tiene nada que decir en contra de nosotros y los cielos estn en paz. Ahora el hombre puede acercarse a Dios con plena con-fianza (He. 10:19). La Biblia dice que la sangre de Cristo habla por nosotros (He. 12:24) como un abogado que habla ante un tribunal por el acusado. Mediante esta sangre Dios est en paz (Ro. 5:9) porque Su justo requisito est satisfecho. Cuando Dios est en paz, nuestra conciencia tambin est en paz. Si usted ve cmo la redencin de Cristo ha satisfecho a Dios por completo, usted tendr paz con Dios. Por la redencin de Cristo, Dios ha perdonado los pecados del hombre (Ef. 1:7). Cuando Dios perdona los pecados del hombre, se olvida de ellos (He. 8:12). Su perdn es Su olvido. Dios puede hacerlo todo, pero no puede recordar los pecados de aquellos que han credo en la redencin de Cristo. Aquellos que creen en la redencin de Cristo son limpios y estn justificados, purificados, absueltos, y ahora no tienen defecto ni mancha ante Dios. LA SALVACION DE CRISTO El pecado que mora en el hombre Muchas personas han preguntado: "Yo s que es una gran cosa que Cristo haya muerto por m, y s que al aceptar yo Su muerte recibo el perdn de mis pecados pasados, pero qu har con el poder del pecado que todava me asedia y que siempre me conduce a pecar?" En toda la historia el hombre ha luchado con el viejo problema de la concupiscencia y la naturaleza internas de-1 pecado. Por un lado, el hombre quiere hacer el bien, pero por otro, se da cuenta de que una fuerza poderosa dentro de l le impide hacerlo. La psicologa y la psiquiatra modernas han observado esta contradiccin dentro del hombre; sin embargo, han sido incapaces de explicarla. Los chinos antiguos llamaban a esto la batalla entre la razn y la lujuria. Hace dos mil aos el apstol Pablo tuvo el mismo problema. El se quejaba de que cada vez que quera hacer el bien, surga lo malo dentro de l y se daba cuenta de que no era l quien cometa los pecados, sino que una fuerza maligna, un poder, o un impulso dentro de l lo que cometa los pecados

(Ro. 7:15, 17). Sin embargo, ms tarde l se dio cuenta de que la vida salvadora de Jesucristo era capaz de salvarlo del poder de esta naturaleza interna de pecado (Ro. 7:25; 8:2). Tal como El efectu la redencin por nosotros, al juzgar a Jesucristo en la cruz, as tambin prepar una salvacin maravillosa para nosotros, al darnos la vida de Cristo. No hay necesidad de que nosotros muramos para redimirnos a nosotros mismos de nuestros pecados. De la misma manera, no hay necesidad de que nosotros vivamos por nuestra propia vida para vencer la naturaleza pecaminosa y el poder del pecado que est dentro de nosotros. Cristo muri por la humanidad para redimir al hombre del juicio del pecado. Despus de que muri, resucit al tercer da. En la resurreccin El dio Su vida al hombre, para que a travs de Su vida el hombre pudiera ser librado del poder del pecado. Un cristiano no es solamente uno que ha sido redimido del juicio del pecado, sino uno que ha sido salvo del poder del pecado. Romanos 5:10 dice: "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por Su vida". En la cruz Cristo llev la maldicin del pecado. En Su resurreccin el rompi la cadena del pecado. Por medio de Su redencin, la humanidad est libre del juicio de Dios. Mediante Su vida, el hombre est libre de la esclavitud del pecado. En 1 Pedro 2:24 se dice que Cristo mismo "llev nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia". De la misma manera que la redencin es llevada a cabo simplemente por la muerte de Cristo, del mismo modo la salvacin' de la naturaleza pecaminosa inherente en el hombre es llevada a cabo simplemente por Su vida dentro de nosotros. No existe nada que el hombre tenga que hacer a fin de ser redimido. De la misma manera, no existe nada que el hombre tenga que hacer a fin de ser salvo. Todo es hecho por Dios, la salvacin es gratuita. LA MANERA DE RECIBIR LA REDENCION Y LA SALVACION DE CRISTO Por fe De qu manera podemos tener la experiencia de la redencin y la salvacin de Cristo? La manera es la fe. Pablo dijo en Efesios 2:8 y 9: "...habis sido salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glore". La redencin y la salvacin no son cosas que ganemos por mritos. Ellas no proceden de nosotros mismos. No se obtienen por medio de las obras que hacemos. No hay nada que el hombre pueda hacer para obtener el perdn o la salvacin. Tanto el perdn de pecados como la salvacin en vida vienen por medio de la fe y nada ms. La fe da sustantividad a la obra redentora de Cristo Qu es la fe? La fe es, primeramente, tener la visin de lo que Dios hizo a Cristo en la cruz. Hebreos 11:1 dice que la fe es la sustancia de lo que se espera. Tal como nuestros ojos perciben el color y las cosas, asimismo la fe nos da la realidad de la obra redentora de Dios llevada a cabo hace dos mil aos. Cuando vemos que Dios ha juzgado a Cristo en nuestro lugar, entonces somos redimidos. La fe recibe la vida de Cristo en resurreccin La fe tambin es recibir lo que Cristo nos imparte. Juan 1:12 nos dice que aquellos que creen en Cristo son los que lo reciben. En otras palabras, creer es simplemente recibir. Tener fe no es creer en algo que no existe; ms bien, es sencillamente recibir algo que ya est all y que ya se le ha dado a usted. Si alguien le da un reloj, todo lo que usted necesita hacer es recibirlo. Una vez que usted lo recibe, el reloj es suyo. Cuando Dios nos da la vida salvadora de Cristo, todo lo que necesitamos hacer es recibirla. Una vez

que recibimos este don, llega a ser nuestro para siempre. No hay nada que podamos agregar a lo que Dios ya ha hecho. Simplemente necesitamos recibirlo en fe. Y tampoco existe nada que pueda quitarnos este don una vez que lo tengamos; es nuestro para siempre. Es posible que usted sea muy diligente en hacer buenas obras. Tal vez usted sea muy sincero al hacer penitencias. No obstante, si usted no ha visto la obra que Cristo efectu en la cruz y no ha recibido la vida en resurreccin, usted todava no es salvo. La Biblia dice al menos ciento cincuenta veces que el hombre es justificado, salvo y recibe vida eterna, solamente por fe (Hch. 16:31). En estas ciento cincuenta veces no se agrega ninguna otra condicin. Simplemente es por fe y nada ms. Ni la redencin ni la salvacin se obtienen por medio de las obras del hombre; ambas son obra de Dios. Puesto que son obra de Dios y debido a que se basan en la justicia de Dios y en la vida de Cristo, nunca cambiarn. Nosotros cambiamos, nuestro estado de nimo cambia y nuestros sentimientos tambin cambian; sin embargo, el justo juicio de Dios nunca cambiar ni la vida salvadora de Cristo; ellos permanecen por siempre. Incluso los cielos y la tierra pueden cambiar, pero, la obra justa de Dios y la vida salvadora de Cristo nunca cambiar. La redencin y la salvacin por parte de Cristo estn "aseguradas" para siempre. Una vez que una persona es salva, es salva por siempre (Jn. 10:28-29). Una vez que usted recibe el don de Dios, nunca lo perder (Ro. 11:29). Una vez que usted llega a ser hijo de Dios, nunca puede perderse de nuevo. Orar e invocar Su nombre Hoy en da, todo lo que usted necesita hacer para recibir la redencin y la salvacin de Cristo es orar e invocar Su nombre. Simplemente diga: "Seor Jess, yo creo en Tu obra sobre la cruz. Creo que T moriste por mis pecados. Creo que Dios est satisfecho con Tu obra perfecta. Creo que T puedes salvarme con Tu vida de resurreccin y librarme de mi naturaleza pecaminosa. Te acepto y te recibo. Gracias, Seor Jess; soy salvo". Si usted ora de esta manera y declara esto, indudablemente ser redimido y salvo. La salvacin diaria de Cristo La salvacin que recibimos cuando cremos no es solamente una salvacin de una vez y para siempre, sino tambin una salvacin de cada da. Todos los das tenemos pruebas y tentaciones. Incluso como cristianos podemos encontrarnos en situaciones difciles mientras vivimos en la tierra. El Seor nunca le prometi a Su pueblo que ellos no tendran pruebas y tentaciones en esta vida. No obstante, la vida salvadora de Cristo puede perfectamente vencer toda prueba y tentacin (1 Co. 10:13). La vida salvadora de Cristo es el pan cristiano diario (Jn. 6:48) y el aire celestial (Jn. 20:22). Nos nutre y nos suministra el poder divido para vencer toda clase de pruebas y tentaciones. La Biblia dice que todo aquel que invoque el nombre del Seor ser salvo, y que el Seor es rico para con todos los que lo invocan (Ro. 10:12-13). Al invocar el nombre del Seor, diciendo: "Oh Seor Jess" somos salvos de la ansiedad, frustracin, enojo, celos, obstinacin y toda clase de deseos pecaminosos. Es posible que nuestra mente tenga dudas, temores y angustias. Al invocar el nombre del Seor, todos estos pensamientos desaparecen. Esta vida incluso vencer la muerte y todos los productos de sta, tales como debilidades, gemidos, opresiones, esclavitud y depresin. Al invocar el nombre del Seor, somos salvos da tras da y momento a momento. El Seor en verdad es rico para con todos los que invocan Su nombre.

Hoy en da todo lo que uno necesita hacer es dejar de luchar y simplemente venir a Cristo por fe. Acptelo invocando Su nombre y recbalo en su espritu como Redentor y Salvador. Usted experimentar la redencin y la salvacin de Cristo y tambin ser salvo diariamente del pecado, de la muerte y de Satans. Usted ser un hijo de Dios para siempre y tendr la experiencia de que Su poder salvador cambie la vida de usted da tras da. Que Dios le bendiga y haga que usted ande en el sendero feliz y gozoso de llevar una vida cristiana en fe. Este artculo fue tomado de una serie de mensajes evanglicos dados en 1992 en Mosc y en San Petersburgo, Rusia. Han sido un instrumento eficaz para traer a ms de 7,000 personas al conocimiento de Dios, la Biblia y la salvacin cristiana. La serie completa comprende seis artculos que abarcan los temas siguientes: 1) La Biblia, 2) Dios existe, 3) Cristo es Dios, 4) Cristo es Espritu y vida, 5) La redencin y la salvacin de Cristo, y 6) El significado de la vida humana.