132482555 pablo fernandez christlieb la velocidad de las bicicletas

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLIEB

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS" .C ~\. ',,!j. ;,'.o/.:': ,;":.:'"; " ::',,:\ ',;"."."

y OTROS ENSAYOS DE CULTURA COTIDIANA

Page 3: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

CONTENIDO

Títulodel libfo: LA VEL0CIDAD DE LAS BICICLETAS

Y OTROS ENSAYOS DE CULTURA COTIDIANAPRESENTACIÓN 11

'.~.,

Ptirñeta eclid6n; 2005 131517192123252831333638404244474~

5153555760626466687072747678

EL ABURRIMIENTO

EL APARATO ALCOHÓLICO DE LA SOCIEDAD

Los BAÑOS AJENOS

LAs BICICLETAS y LA CIUDAD

CARAS y CUERPOS

Los CELOS

EL CíRCULO DE LECTORES DE LA CAJA DE CORN FLAKES

COCA-COLA: SUSTANTIVO COMÚN

EL 'CUERPO TÉCNICO

LA CULTURA COTIDIANA

Los CURSIS

LA DESOQUEDAD

DIARISMO CULTURAL

DICIEMBRE

DIOS OYE RADIO MIL

DORMIR

EDADES MENTALES

EJEMPLARIO

LAS ESCALERAS

Los ESOTÉRICOS

Los ESTADIOS Y LAS MULTITUDES

LA ÉTICA DEL ESPACIO

EL FACILISMO DE LA SENSIBILIDAD MUSICAL

FILAS

LA GENTE

EL GESTO DE FUMAR

LAS IMÁGENES DE LA POSMODERNIDAD

EL IMAGINARIO COMPUTACIONAL

INTERJECCIONES

LA INTIMiDAD PUBLICITARIA

LAS KAWASAKI Y OTROS VÉRTIGOS

pór'clla1Cjtiiet medio deII1odificad.a,dé esta versión

Diseño de cubierta: FranciscoMassé.i 'c';:;

Queda prohibida la reproduccióñimpresión, en forma identica, extractadacastellana de la obra.

Derechos reservados para todas las edício'hésenleñgtia:9astellana

ISBN: 968-5414-20-3

©:Pabló Fernáudez Christlieb

I©VHaEditores, S.A. de C.V.

.'.1Guanajuato 202, local 1,édlonia Roma, 06700 México, D.F.

I ,Te!.: 5564 5607Cdrreoelectronico: c1ientes@gediSiHuexico;c6mwww.gedisa-rnexico.corn ' .

,'V,:'Ulll-'lv1>U en México/Printed in Mexic6

Page 4: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

Lo LIGRTLOSMANUALESOE URBANIDAD

LAS MÁQUiNAS DE ESCRIBIR Y OTRAS FORMAS DE PENSAMIENTO

LA·MEMORIA bE LAS TLAPALERÍAS

LAs MIRAbAS·

LA MISOGít~iA

EL MITO bE LA SEXUAUDAD

LA MODA COMO CREACIÓN CULTURAL

LA MUGRE

LkMuLtiTUD QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO

LA NCn;ULTURA

OBRA POSTÚLTIMA

LA ORiGiNALIDAD Y EL PLAGIO

PAf.ABRAS DE CARIÑO

Los PERDEDORES

LAS PLUMAS BIC

EL PODER

PSICOLOGÍA DE UN TERREMOTO

Q\)IÉN CIRCULA

RECONOCIMIENTOS

LA. RETORICA DE LAS CARICATURAS

Los SACOS DE LOS VAGABUNDOS

SENTIR "COMILLAS"

CONSERVADOR

SIGLO DE AUTENTICIDAD

SOCIEDAD DE LAS MOCHILAS

SOLITARIOS

S6LO BEBER SOLO

LA SONRISA

LA VELOCIDAD DE LAs BicIOLETAS

VOCABULARIO DE OFICINA

"YbESCRIBO"

808285879092949799

101103105107109111113115117119122125127129131134136139141144146148150

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1

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PRESENTACIÓN

A quí hay 65 ensayos, cortitos todos, en los que se trata de averi­guar y describir (echándole sal, vinagre, pero no azúcar) cómo es

el mundo de la gente de diario, de la calle y de su casa: qué son suscosas y cuáles son sus creencias, ilusiones, absurdos y razones. Laconclusión general es que hay una lógica "gentil", que no es muy lógi­ca pero que resulta más interesante y digna que las lógicas política,económica o científica.

Aunque los ensayos aparecieron publicados en periódicos y revis­tas, esto no es en realidad una compilación de artículos (consistente enagarrar todo lo que uno tiene y sacarlo junto porque hay chance depublicar), toda vez que desde un principio fueron concebido con la ideade que formaran Un libro (consistente, por el contrario, en una unidadcongruente, aunque nadie la publique). Y si se iban publicando sobre lamarcha, era en parte para no tenerlos en el cajón y en parte porqueuno nunca sabe.

Como sea, puede decirse que aquí se está intentado hacer algo asícomo una psicología de la sociedad. Pero también una literatura de lapsicología, ya que este libro pretende estar escrito de una manera cla­ra, sin utilizar ningún término técnico, porque no está escrito paraexpertos ni esas especies horribles, sino para gente y esas especiesdecentes.

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLIEB

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EL ABURRIMIEI'-rrQ ".

. ,\;.. r':(:;:·-,:',':',:'··:~::;~/:::D:',>", ~

P.····.aradójícarnente, es una sensacióntrabajase.. y...... ..cl1.'f.í.S1."l.; .n.,..9.... c.u..a......l.q~ier.ala sobrelleva, por su culpa, los desempleados}'l.od~s9¡:¡'11~~lJ. yto~

dos prefieren trabajar.que soportarla. Y es que,eJ:).,ef~st9,pqrqq¡:t~rren

el aburrimiento hay que cumplir dos condiciones.\.,'>,;.1La primera es ser inteligente. Este requisito es pn?ygr~}~ly.le~tá

sancionado por los diccionarios de frases célebres.. 'IE!qQWrIrniFntoraramente es conocido por los hombres de poco valer y ca~LnynG~ porlos animales". Las.ostras no se aburren. De hecho, el Hom9~aR!l?nsapareció el día en que un simio se aburrió. Y los que'pre§tlrr,epclenunca aburrirse, presumen de su tontería. . :';1'

Segunda condición: no pensar positivamente, nuncaverYcil?os¡rne~dio llenos. Hay que carecer de esa presencia de ánimo queimplll§ft¡:¡prender la tele para distraerse cada vez qUe'Sesienteesagelatina¡G~n.~din.por el.cuerpo y por el alma, de ahí que-los-aburridos siemprelten~

gano cara de "fuchí" í el gesto de la negatividad suprema, . ISólo a los tontos que ven la vida posítivamentecualquiar.coastada

los salva, ya .sea.hablar por teléfonooestudiarunposgrado;y cornoesta.sociedadestá hecha para ellos, considera el aburrimiento yergon~

zoso, da lástima; para. eso se inventaron los entretenimientosylos pasa­tiempos, que han ido evolucionandodesde tejer chambritas y jugar parkasséhasta el Internet y la cocaína.

El abummíento-es.una sala de espera síndoctorni autobús, ninada que esperar,Jo mismo que le pasa a un chavo sin fiesta el sábado(Enel estado del hastío, es como si eltiempo'sehubieraempalag~c1ge;/indJg~stado,y por eso los relojes tienen como asco, con·lasmapf?pillas •..'qhfFtlrqdotas sin peder.moverse, sintiendo lo mismo que siente un:90le~ -.giªheR.q!¡:¡.se¡de civismo. Ahí no transcurre ni la espera. d¡gsuerte que$~·q.~9g·perfectamente factible quedarse viendo dural)te doso tres eter­i111,ªs'9?S/Up,rincóD sin interés. Horas muertas lesdicen,tard(:ls vacías,paijp}esí.pli:111,qs

r J±avida adquiere una velocidadvegetal;.lacualhay q~e'

mir~ri·Hüªm~litªTuna;semanapara notar qUe está vivél. ,Todo se m~eY!?" .; """ ">,..", ,..r'

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1 1,

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlEB

. I

EL APARATO 'AGCQtIóLícoDE LA SOC;J'~º~~.

. ·iC'<:.,.'/i, f

E· n el' fondo, la causa del alcoholismo radíca-en...•• io.....<.b...o....•..n.ito.,g.. ·.I.l.. ,...e.•..•.... ·s.~e.ria. decir "a ver, lánzate por el pomo'jo sea, el acto ge beber estád:ons,..

truido, impulsado y sos~enido por un acto del habla,POfIlI1Hl:'Jr¡dpdfipalabras-y frases especiales donde a la gente le gusta~ntrqr.YW,le,eÍ1

principio, no necesita de alcohol para funcionar.'>;'':,> ,fiEl alcohol es, ante todo, un tema de conversación, r~gQcijant~y

generalizado, del que participan hasta los que no beben; sebye<:l.~ .oírhablar de changos enfurecidos a quienes nunca se van aanimarar?~ner­

se como arañas fumigadas. A las cosas queridas' siempre se les pcPn§nmuchos nombres, y la prueba del alcohol es que tiene más apod~s'df.i

cariño que los niños, los coches o el dinero: el chupe y el alipuz, las G~elqs

y el tequisquiapan, el baoachá y las vickies, o viquis,y así sucesívamen.

te, No es difícil detectar las caras iluminadas de la gente cuando $urg~'

el lenguaje de hacer el cuatro, ponerse hasta atrás, Curarse la cruda,

agarrarla de buró, conocer las ventanitas o ir a La Guadalupana, perollamarle "La-Gualut-Y'repasarla sarta de 'anécdotas; hazañas, tonta­rías e imprudencíasperpetrables a medias tintas o de plano ahoqédos.Este diccionario de. alcoholismos oonstituye un mundo 'símbólico, sin

Gay-Lussacodende la gente se siente más cómoda que de costumbre,más relajienía,buena onda, incluso importante. Y por eso, hasta lasbeatas-da la parroquia hacen chistes con su rompopito.

t í Y¡es quedecir.que a uno le gusta el alcohol, aunque no tome, noesmen~ir,. sino, mostrar.que también tiene- su simpatía gl1q.rdadita~queacl~mªsescapa4 de hacer una que otratravesura, a pesar de quees~ó no$~¡I~cnot~:·@dave?1 que.le dice "sí, Iicencíado" al jefe de la QfiQina(!y así

~st~p)~n);p'q$iqión,deformal' parte del círculo de Íos simPáticostr~vi~'"$Qs;¡q!;!qq!J~;tªrnP9CO lo-sean en realidad..Hablar de.'qIeohol sigqifica

ele§()~@g§9§i~glgº4P poco y un poco pertenecer él. algo. En efecto, elv9Gª9QlqrtQ,g!cphq!istqexpresa dos sentimientos muynecesarios ya la

y~~¿giff¡;;il§§;'~~'en99QJfqrenotra parte. Primero'H~se?Prrlientoc1~~~ns~~., ,..' .. '.;(., )¿.; I

;'¡ -,

con paraplejía, ya sean las ~9tas de. la lluvia, lps horasda] fC?loh las'ideas de los libros, los chistes de los otros, la sangre de uno'miSrnp. Nohay cambios, sorpresas ni intensidades; el mundo se achata y pareceque lo creó algún dios con síndrome de Down.

¡:¡ aburrimiento ya está maduro en el momento en que·!-!nomi§rri:ªes supropia sala de espera, cuando las vísceras s~ repantiganen's'~§cavidades y uno tiene la agilidad de un cactus, la sangre le circula ComOtránsito en hora pico y las neuronas se comportan como burócratas

ejecutando un trámite. La postura de un aburrido es de un cansancioque no'se puede descansar porque no se ha fatigado; tal fastidio impide

hasta, dormirse, y uno tiene más cara de tonto que los otros tontos. Ladjf~rC?flGia es que el aburrido carga una especie de electricidad enojada,de león enjalllado en estado virtual, de algo así como un velocímetroquemarca 20q. cuando la vida- sólo va a 40, como si uno diera paramás y las 9ircuristaflGia!¡, pcm~. rnenps.

Así y todo, el aburrimiento es ;4no .de Iosestados más fructíferosdel ser humanQ, porque;procluce aja (¡llicSl gente;9a,P.e?=c1e'haper,algosin tener nada" nl síquíera ganas; Pe hecho,elaplJ,rrimjeI)tº.g§eli~§t#;:do de latencia ele la creatividé:ld y cierto9rnQr. Enefectb,~lPs~R4rdclQSles 5.L!cedeQ!-!e la mente·Se les despega, Se a\JtoflolrüzadelªiX~é:l\iqª,c1, 'Suelta, mnarra,s y .se ponea. naVega,FporeIMerclelmunclÓ;>(3~:~traspalabras, '. e!¡ soñar,despierto o,clesPertar,l¡:\ Jmªgina.cióni. W¡:iI:.!l}qM\? {¡;11

principio Se·le ocurrenPllr9S tooteDasi asf li!s.oomoempie~an.'t()c:Ig§lasjdeas ylos prpyectOs,..SonlªsrnQsqa,s del primer; hastfo enqYe:Mªcha"

do empezó a soñar, . '. .; y •. .... . ..'?;;n:'~?)i;i!'i'y lo que un abYrrídq IQgra.·creqrestáfinalmenteinspirp~ºéñ las

cosas..qy~. tn,ejor Qonoce¡q1.le.:>,qnté:lurW1L!ele.;·.pese,'¡oS.'áriQ~los:;:queforTIlab,~~!, rincQn de Iqsalq Q~'~sRerc¡ Jll.l~tllVP que:at~.?c1.§r.pQr;dosotres eterniclpqes,. Todas esas QQsasid§n~e¡syfastic:lios¡:J.s,qLI~'$ekar:!!-én'"

dió hasta et.gprrq,son las@E3ferrninél/PQl"iamar'4?rn9a:süs(objetosmás antiguos y enír¡:J.ñables,. Qulene~'s~aburrieron;to6la{'sw infanciaviendo el mar, despuéslo gdon:m;pqsta elgr9dod~nOacordarsede

que se aburrieron viéndolo, Le¡ pasíénde.eada unoesla',huella·de· susa,burrimientos.¡,~, .!

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1!

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

gresióri thlViesa, como los san lunes, el no llegar a dormir y el acabarsela quincena en la cantina. Segundo, un sentimiento de comunidad ge­nuina, sin distinciones, ni jerarquías, ni deberes, ni alguna otra formadel aislamiento. Pata de elefante, cuartito y anforita son palabras mági­cas con las que Se realiza el encantamiento de habitar una sociedad

perfecta por el lapso de una frase.De hecho, no es casual que todas las civilizaciones primitivas I~

hayan adscrito al alcohol la función de romper el orden ~pqi1:t1 cadadeterminado tif?mpQ,porejenmlo, c?tclqfjncl~ 9:flp, erU..lTWC(?l'?Qré'\ciónpolíticorglastícorrelíqiosa •. C\:lanqo.s~ ··.~j~4~IY@Xlla~ .r~g!?l:sy:'mphjpj9ipnesesté1bl~~jclcis y Se fusionaD'eh u~ s9l()s~rttim~~nt()'9()mqn"'SQn'elgJ)jetode que,jnicjadoel nUevo ciclo,.el, orcle.rlsocial-l?~~qªr,?pé~9gTi9~!?can­sado y,fortaÍecido,yde esta rnan~rª serqoptinya<:iC).,;.r9gp,qrclen re­quiere su pequ~ñodesorden· .Las 1>9.cieda<;les.mq8erni?i:)9~~,h~redªronlos fines de a1Í~ ye¡alcohol, perq GºmQs()nm~sPl"agm~B~<:l~;Y~Pl0seemborrachan tcmtº .en los hech9!?99mQ en los djºhp~,.8ll,i.9élnnwnoscruda y permiteI1.!?,?guir producjendQ.,Elplientq'alc8hgUs9qela'spcie-dad es más verqql, ql..le etílico.' ·"·',Lihi) .

En suma, el ~lcºh9le~el qód,jgQ de unRfprmaA~:~Rrnli.riicªciÓn enla cual la gente se sientem€ls..,lipl"@.;ymá.s .. reuoidp;iWW9,',alimismotiempo, se confunp~~()nel nqrnbm(;h3'u.nc~1>\1,st¡:¡ncia8Yecle:Veras, ésasí, emborracha. Entre )aspélla!;¡rp,S Ylqs.;g()pashqx,M1J;pª,~();que notodos dan. En rigql;,sélloaqlleUpsqUeseeQffiprqmeteP.conlas pala-

,." , '. "o" "." ' ,". . , ". > .' ..,. , __ .,_':: 1,<:·,,\':'-"".,:,-,·

bras que pronunc!all;$PT110$ que .·$~@mborrgchªn,.'},r,prQt.a,g0nizan elnumerito que después tq<:l~sC9mePt.8000n1Q§i fLI~rflc~LIY0;'Se,podríadecir que sólo los tl08es,t9~Se?ffib9rrflGhªn"pQr ej~mpl(),10sjóvenes,que aún creen enlª:v~r¡:lCidªdde¡,l~nsugje,.'}ld~~Dtr~,qUienes.mástarde surgen los valores~a.ca,rdi¡e$tQ eSllos beqed,8r~§..reales, que sonquienes se fueron con. !i'l. finta d~.que 10$ d\ohos. gepe!)ic¡cmducir a loshechos, y que cuando §e'qb~tienenY!Qgrélnsglirge§uqlcoholismo, laspalabras mágicas pierdensu efeqt9}/ WlJ1P .1f3.e~~Ve)1tran la gracia alasunto. Los alcohólicos ¡:tnónímQSY¡:i nOgO¡1:angsta,sconversaciones,lo cual no deja de ser llnge$encpntq.

Los

H ay diferenci.asde raz.a, educación, biogra.f.ía.• y.·•••...2u...'.t....u.•...r.a.••. ,...i.,.·..p..e.ro.... '\llOaprueba de que la ruleta de la movilidad social está gi~aI1cip.és¡que

ya todos usan los mismos baños: no los públicos qUeS9pihf!3ctok nilos privados que son particulares, sino los ajenos. Defi~igiP1}cge~a,ñOajeno: aquel que tiene dueño reconocido pero que lo usalln,if)Yi~~do,

ya sea paciente en un consultorio, convidado en Una casa, pclsajefgenun avión, empleado en una oficina o quien vino a componer elrefrlige­radar. El dueño no es el usuario, pero el usuario no' es anónim9!:sepuede detectar, más o menos, quién entró al último.

Si bien la movilidad social consiste en que todos sepan de VÍf¡los.,porque una vez alcanzado cierto número de tarjetas de crédito todospueden fingir la misma cuna, es. dentro de los baños ajenos dondechocan las culturas que afuera parecen las mismas, porque mientrashay una cultura. que cuando va al baño lo deja como estaba -enelentendidode que se trata de un espacio presuntamente ínexistente.ves­tríctamente excusado, de modo que lo que ahí suceda ha de ser consi­derado como irreal, por lo cual lo usa. poco y furtívamente-, hay otracultura que se empeña en dejar los baños ajenos hechos un asco. I

Elbañoejeno, elde losotros, es considerado como un servicio -como Joselevadores o las sobrecargos de los aviones-, que debe ser aprovecha-

. do al máximohaga falta O no, porque ello implica alcanzar underecholargamente negado, a saber, el de sentirse parte de esta sociedad, y, supertenencia se palpa al utilizar sus servicios; por eso se ve baño y¡Seantoja viaje: no es posible haber sido invitado y no aprovechar el qa,qo, .Jin ?feQtp, se vuelve casi parte de la socialité pasar aLbaño,y.qpf d~n-

[

Jrg/,ma.QiPllla,r',fodos sus aparatítos, jalar. palanquitas, girarJlaves, ve-ñfiIi'9!1;.gis,l'?,Qs.itivos, como si E31 baño fuera una especie"dé cabina pel!Ba.rici9"hil?~rs,Qfi$ticªda, equipada con instrumental al ser\licioirrestric;fo.,{;1.eLtr¡Py¡~mte;;<§i1,1, qu.e quede utensilio sin aprovech",r. .¡,;'f1~r~,~k'~:füp\IJi:mtes.;, usar todo significa I!lpstrar qué Yaest€lnClPt;~spql;a,fqrmª,#"B~rt§,de.lasociedad, por eso 0~ypan el excusado 19' IT\~~'

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlEB

posible: se suenan con los pañuelos desechables, le sacan jugo al espe­jp,salpicallde todo por todos lados, hurgan en el botiquín y cogen loscotonetes, recambian toallitas, empapan toallotas, ennegrecen el ja­bón, se acaban el papel y, en casos extremos, lo tiran al cesto paratambién aprovecharlo, pues resurge ahí una memoria que sigue fiel,contra toda funcionalidad, a los años veinte, cuando se tapaban lastuberías porque el papel higiénico, de venta en cuadritos, no era de pri­mera necesidad, toda vez que el Excélsior y El Universal ya circulaban

para talfin. En el batidillo final de los baños ajenos queda la huella deuna cultura vieja todavía. viva. Al salir<se les,cnCitéiuf¡:lnos¡y -si.dejan

olímpicament~'qll~elpgupclel§)(C:llsadp ~§§st~c¡:lyendCi,'es paraacla­

rar que ellos son, los participaDtesªee~tp.s9Gi~clp9;·nosuspI0meros.Tal virtuosismo parae] c9chineroe~ql$prl1É.ls límpido que la mera

cerdez.es llna§}(pr?~ióJ:1,ditigi<;lélél19§d~mÉll?,d~Gonfianzay cerca­nía, porque si aflleri:lsólpse PMcl~n§}(presélféiPfl,mdizajes de socialidade informaciones adquiriqas,desdéd~ntro.delbañosepueden expresarafectos y sentímíentos.ipara los cuales no-sírve-la.descarnada y distan­

t~ buena educación sino la carnalidad del cuerpo: ciertamente, es 'como

délrleélentencl~r'él IQsdemá~'qll~,aunqueselotenf~n.cqllélgit6:,se,. ha

desclloi§rto qu~ téJ.!l19iéntíenenC:llerpqscon·sentil1li§fltppginíimidad; Ymugre y desechos, yhéH~erles §aber,(:PITlopgtr}l:J1J.9ic5l1élJélH<::c>pfianza,que uno lo tiene igual, y como no Sevale c\e9iresQ ~rtp¡J.9ljq9/se avisacon ostentación recatada que se va apasar e! oañp;FDi.1.lI').pépoca en

la que elbuen gllstO es tecnológico y metálico,yse:PPllp,H,)@alcuerpocorno. procesador deinformaCióD¡' como un ,Terrnipélí9IqU€\ leyó elCarreña, otra cultura, CllYél afectividad es menos mqgetr}i;!:ada¡.recurrea.lp fi§iplógico y lo .prgániqo Paro, expresarS8iper999tlió;esó· no estáde mQdél,lo' tien~q),le;hªcer;en;glbañQ;.''.. ¡ , .' •••·;(!,;.Xi"

A·pe~aLcte 'Ia' igualacióncl81asrnet~~.spSiª1~sPdF;el criterio delpoder. adquisitiyo,de lélUnificaQióQdel amqj¡?nt~J:ú)rPalomaPicasso yAzzaro, las diferencias apareeenenlo qU~<Q() ~.sjntendionalniatendi­

do: las culturas sonlo que noseªpr~nd~niseel1s~ña,petosobre todono se olvida, así queal quinto Whisky deLl!l¡:lcena de-lo-más-bien, ladiversidad cultural brota, y salpíca, por gqpde menosse le espera.

LAS BICICLETAS VilA·;e3IUDAD

A las bicicletas que transitan por la ciudad ~.Je.;,§.; c.'·•.pn.o<:~ c.o.,tJ1.p.,.FIl.'ediosde transporte. De hecho, una bicicletaesprobablementé.~l~e-

jor medio de transporte que la humanidad haya inwptadq.Y/'é1 p~sar deque la primera bicicleta propiamente dicha data de ¡SflQ \pqr'ron1?nciio~

nar el boceto de Leonardo da Vinci), de que para 1$76Y¡:l teníªlé1f()r~ay dispositivos modernos (cadena a la rueda trasera) y de que hª~'?té1qc)1Ia

venta en el mercado desde 1885 (marca,Rever, como los Land);~é1cla~ezes más un aparato de última generación, no por su complejid~dt~clio.c

lógica, sino por la sencillez con que logra ser una maravilla té~qiS~j'Una bicicleta recorre con soltura las distancias más habitualesq\.¡e

cubre un ser humano y es capaz de circular casi por cualquier terrenotransitable, donde no llegan otros vehículos como los Volkswagen Q losautobuses, además de ser un adminículo manuable y lo suficientemén­

te portátil para cargarlo cuando no pase. Una bicicleta es barata -para. I .

emplear un arcaísmo- y relativamente eterna; su-mantenimiento con-

siste en echarle aire a las llantas (a los "pneumátíeos", invento de Ch~r~

les Dunlop,aplicado por. primera vez en la bici.de 'su hijo, en 1887)cada mes, .y las reparaciones mayores se realizan con un mínimo «leherramientas y accesorios, sin necesidad siquiera dé un manual: basta

~I sentido común.Una bicicleta no hace humo, ni ruido, ni bulto. Es un artefacto

callado, se puede oír el siseo de sus ejes como si le pidiera silencio a laciudad; mientras que un coche ocupa ocho metros cuadrados de mctró­poli, la bicicleta transcurre sobre 1.60 metros casi lineales, que se cug;lan olímpicamente entre el tránsito. Tal vez por eso en los paísesclvi~:

. ..',11··,'l.iZ¡;¡qps, es decir, aquellos quena fueron metidos a empujoQ!,!sdeqtro

99Iipr9$rel?P/ se le da el lugar que corresponde él la dignidad de estosMr~f¡i.siropl~s¡; que son, además, un buen remedio a.la.neurosis urba­

P.ª;i!,.ngit9nt~rp9mo 'ejercicio físico o terapia Ocup¡:lcion~l,s¡noporq6efi9p.!ªPf:3g9.SiQnht§r¡;¡lrnente andante de muchas.causas de esta fleu.~o-

sis:!gcmtªrnj~ªgjgn;ilprisª,hostilidad, emboteIJClf11i~Dtg7';,~;0~t7f~;,)I,....•.....~: ;

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Page 10: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

PABLO FERNANDEZ CHRlSTUEB

.,. .Al igual que otros vehículos similares, como los patines, las patine­:.tas y los zapatos, es un ser sociable. Los tripulantes de todos ellos no

están resguardados contra la gente y sus contactos visuales o verbales;no. hacen del espacio público una propiedad privada detrás de ventaní-

, llas, seguros y parabrisas. Una bicicleta es un ser a la intemperie, inca­Péll'; de la ostentación o. de cualquier otra barrera; por definición acce­sible, en consecuencia probablemente simpático: no le es posible la

é;1l.tan~ríél, el desdén, ni la hosquedad."Umbicicleta E\S sobre todo.un v\ajeahélca ("llegar allíl3$:tu metp.·¡ pero

.. . . ,. :'.'"..,:" '.' _.' ,'.' , ". - ',- ..~-., '. . .',' -".' . . . .. \

Do.9Bfe§ures el "Íélje,''):e?eltDejo.rrnirp.c:!!:¡r'P8f:aN§l\/?HC§derse a lacíudad ensusinterminablessorp.reS8qr~rWPnt9.~yQr<:lrnª$· pare.entrarinopinélcla,.implp.neadal1lenté~nGallesLc.é1!1epܪS,pªrqqes;,banquetas,rutªsin~ditas,corno ynIvlarcq I?ol~ q~: !qc:otjqtc;p-¡.iclpcl;.,pa,ra detenersedqnde la curiosidad lo. haga m¡:m~ster:¡:¡nlJ,r¡rnerGéldo,!unafachada,

lJ,nél rnJs~elánea"lln p.pa~élq~t.Anqªr§nlJ!Gi~l@tªse vuelve paseo ("rue­ga,'guetH q:Hninq§eAJq.n~6n;gsqH§§ob,reYpª.bicicleta es imposibletener- PPSq, Q.p.lmeI1os nqjie,p~qa,sp.porqy~la prisa no la acelera, se

heyCi h,ec:ho ta,rqgQDQ,SU tr¡pl,1.!¡:¡nt~tiene quesem-lirp&§@nclo hasta

que llegueq SlJc:l~stino.,Es el tlernP<;?J iQfe a .clestieJ.11PP;;lªDQrél i9.ejuego

a deshorps,el ocio de YD pCiSe().ªc:gntrªp~lqqelDeg-9Siq.d@lJrªn§pºrte:

"No esperes la riqu,e,zél de.Ítqcé:l/Jtªq:lte.hB4ª.clQph,1J~1l8)4élj~:;/,¿yaqué más puede darte?".' Una biGiclet~re,sUniRo~rnqd~7q\lBfh~;\. Con Iq ciudad, las bicicl~tqsresp~tpn.~Lrui~;d~1~n;Y~9%~;i\~1 aire

de los pájaros, el espacio de las r~lmlones,elti~mBQcl~J~ei9trélqción, el

lugar de Jos. c\\.Idqdal1Qs, En ~f~pt()i .¡él•lJicioletg. ~s.1J.l1 '.!iiermgfensivo" comolos niños, pero !3omQ~»()§, e~ imM~n~oyfr~gi!,~élbi(¡!g!~tª,i90rno ene­

mig()!.. es \.In .!i~l' ins.ólit¡¿rnfi!nt~º~bl!' .•f~pi!el~.·(?fCt~l'rnjDé1r,7\ii;;'ké:l.gillclq(l Dª pOny?rtigQqlª!:¡gjqldetqseQs.~r~~§é9.1é;)hmmte invisi­

bles, Pef9 reales, q¡ya regHelélqMtglla,y.s.e hqc~y\si9le~ntQda s.1J crudeza

cuando una portezuela Sf3a,bf!3,.¡Ot\?mpestivarn~nt~'i~lJ~ndounautomo­vilista "no yi yenirCOc:he~'1 Y.s~pa,~'~¡filtQ,,"s.ól()v§nífiuna .bícícleta-,

cuando un autobús se arnmªfi 'lqba,nqlJ,et¡tY~ntonc;essí, todo elmundo se da cuenta, horrgli?qclC>i de que léls.lJipjc,detas existen, por locomún acompañadaspor uD gicli¡;tq.i.j;.·..

.,c:-,:~ ~.::i ;.'.:}.(":" ;~,:{I;'l'

CARAS y CUERPé>S

P· erceptualmente, y de todas las demás mari.e~s;dJél~y!tl1ramodernarecorta a la gente en dos conjuntos separa'do~¡carasy6uerpbs.

. . '.' ¡

No es posible fijarse en el cuerpo de alguien y ensucaraalmj~rl1C)tiem~o,

porque se trata de dos unidades autónomas, cadat.¡na,c;Qr1su'Pfb­

pia cohesión; de dos seres perceptuales distintos, cada urt9coqsqyrófiavida. Así que cuando uno aparece, el otro se vuelve borroso, y para aten­

del' a uno hay que desentenderse del otro. Cosa de hacer:ia'prl1e~+El conjunto de la cara incluye las manos cuando hacenademan~pY

entran en su zona de influencia, y está formado; no tanto por ojosnarici­boca como por un centro de atracción o fuerza de gravedad hechos 8'~

líneas, comisuras, gestos, brillos y relieves que jalan la atención, so~re

todo estando a menos de dos metros de distancia. A más de dos me­tros, el campo gravitacional cede y entonces se atiende al cuerpo, cuyo

centro es la explanada del tórax y de ahí despliegan, como en estrella,piernas, brazos, cabeza, y más en corto, hombros, caderas, mochila yteléfono celular; la ropa pertenece a este conjunto, como una especie

de ademán del cuerpo. Fijarse en el cuerpo de alguien a menor distan­

cia constituye un acto de mal gusto u hostigamiento' Percibir' otros

conjuntos, por ejemplo, el formado por oreja, hombro, -codo y sombrade la axila, o tobillo, váríces y pie de la otra pierna; queda tradicional­

mente sancionado comoperversión, y a Freud le, llegaban a platicarregocijadamente estos escándalos.

El cuerpo sí tiene espalda, pero la cara no tiene revés, y por ello, ¡loúnico que está del'otro lado o detrás de la cara es el pensamiento, lel

almero.la.personalidad, de modo que, perceptualmente, la inteligenciéliolaraCionalidad tienen, literalmente, la forma de la cara. Seitiene f'catade irit~ligerite", no cuerpo. Y se tiene "cuerpo de tentación", ha cara, en

efecto"~FGu~rpoes, culturalmente, la forma de, por decirlo en neutro,

la afEiC~~d~~.'.E:$'evidenteque la pasión y el sentimiento tienen forma decuerpOiY;~?r':~~cfJosartistas pueden retratar cuerpos sin cara, cosa qll.e

no se'a(¡ri)itÚ:í.~~.Qmdidentificación de pasapq~@!8pl1d.E( •...~~ ..~~~.s~r¡~ii'",'!,

20!

ir

r\!

Page 11: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

!

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlEB

sin cuerpo. Los movimientos del cuerpo son arnRlios,d'?,JD\lchovuelo,tan grandes que incluso sirven para transportarse o:pq.ra.estoibar alprójimo. En cambio, la cara, como lugar de la inteligencia; es una maqui­naria sofisticada de operaciones complejas, de grano fino; minuciosas

y sutiles; la prueba de que las manos forman parte de. esteq,?njunto'~s

que tienen una habilidad facial para moverse.Se supone que los hombres ven el cuerpo de las mujeres,' y que las

mujeres ven la cara de los hombres, y con ello ya quedan en $U lugar

todos lo? estereotipos al respecto, incluido el de que las mujeres seam~gléln lacara para que parezcacuerpe.iy los hombres no se arreglan

el cllerP9, ~Qn ~lfineleque solamente les vean la cara, y a menudo Se

las ven:f.\suntP$ Qeélfec:ti0<:lad,Y raciQnaUdad.Hay épocas,:spciedqQes.y;cÍ!.p-lI1stancias en las que alguno de los dos

es el dominante, E:l ¡¡iglQ' xxesh!VQ .regido por la forma de la cara: elnúmero de retratos de pura cara excede en mucho al de fotos de cuerpoentero. Todos querían que les vieran la inteligencia. Michel Tournier toda­

víA PllclQ decínque '~lél señal de que uno I2Sté!. enamorado es que la cara del

22 >~tro le, inspira má~ .deseo físicoque ninguna otra: parte.de.sueuerpo".. f - .

Pero a últimas fech?ls; li:lsfotogra.fia,s degente' en .revis1:éls'y, p~ri9dic.OSi

aunque sean de políticos o il1NleCÍllales,q1.:Jélrcql19qcl,~ye~,fl1ªs9Veipo:No obstante, esta nueva fpcqli¡:o;ación es rnÉls UP,peSel1fQqMe:';Cier~

tamante, na se trata de la recllpera9ióndel copjuntod,e!E,-:!eFpq;porlo

tanto, no es tampocouna mivindlcélción deloqfectiv~,t8R~:lve?queseadvierte cierta tendencia 7notQnCl;en:deterrflipadpsmiF~ga,s/;enalgu­nos antipíropos yen diversas fotqgrqfíqs dOndeqBi'lr~.(;eri';cpdos suel­

,tos, ombligos aislados, espaldqscles~rtH~¡:is,191.:Ji()s'éll,~;sMriva-*apercibirnQY~ cuerpos, ..sino Pélrtes,de@uerpoS" qlJehaqen:Cll.l~Jérmspuesta a' laspreguptas"¿qué me ves?" y/;¿quétantQle mirasZ"s8i'lYa,riadísima. Pare­ciera.que hay alguna desorg&.1iz,qciÓn,algW1de~org~Q,perceptualinentey de todaslé}? demás rnqperqp¡en esta clllturélªe$igloJ<Xl:

Los CELOS

i

L OS celos son verdes: lo <:lijO. ,S,h,a,ke,',s.p,e.are;. P,ero n.'o verde paftosino verde bilis, y son horribles.Spl1uI1P\Jlpo de ácido muriático

nadándolc por la vida a quien los sufre, llpg,g?p@c:;ig.qe navaja embra­vecida patinándole en el estómago del alma, ·.glst~ consenso general

respecto a que representan una probadita deLinf¡~mg,yhgYélqlJi~nle

toca sentirlos desde los dos años con la feliz llegqdª¿~HI1 herma,nito,pero no hay nadie decente a quien no le toquesent¡rlo~i nllD9cl. Noobstante, todos hacen como que no, nada más para no aderezarlosencima con la humillación, porque en esta sociedad macha, supuesta­

mente habitada por Rambos psíquicos que todo lo pueden y nada lesduele, los celos tienen muy mala fama.

Los psicólogos, esos fisicocu1turistas de la mente, dicen que son mues­tra de inseguridad, signo de inmadurez, falta de autoestima, debilidad del

yo; pero los celos son Plgo más serio que el neoliberqJisrnQge lqp!8r}Q7

nalidad. No se trata ele la insensatez de<\JI1 jnC\\yic1u9,sinodeIa.frpgili~ªd

de una com.llpidacl·qlJe?€fqrrnÓ entre QOS,P9f'Fit¡:lrg!c:é:1sQ 'típjc::o,. toda

vez que, endectq,Jª.pªr:~jªgSlJl1pS09ieqadig\lé:l1itaque !qgrandota;.qonsus mismas reglas,Elfernl3rkle?ycorrupciol1e~.J-e,dé1.:Jil eS una. colectívi­dad, el verde bilis es el color de una sociedad amenazada, y. lo que hace elceloso es defenderla contra las fuerzas y poderesinternos que la socavan.

Esa comunidad.débil y verde alguna vez fue fuerte y color de rosa,

por ejemplo, cuando .se.juraron la eternidad, Periodo mítico que seconoce con el nombre de "luna de miel" y que representa-la fundaciór;de una sociedad. Entonces cada uno solamente tenía ojos para.el.qtro,

él1,gréldQ que, de tanto mirarse, se volvían una unidad en el m?wpJro"g§tilQJ!imbiriche: tú~y-yo-somos-uno~mismo, que es preci~arnE!nteé¿¡poi '.1~~i()tjgjn8P las.parejas, las sectas, las naciones y otrqs~o~iedades,Yes '

,§~f;}jnrt?nte Iq,'Cllle se celebra en los aniversarios, sean.de casadoso.da

',J~:'¡nc:l~Be8ªí3ngiª.Es"tanintenso ese momento originario de deseosc\eDe~D~()~§;'!'llJ\?élht$e\generauna fuerza recíproca, m1,ltua,ge la ql-\e

..,' §~llMi~~!Jt~'l~ü:iArejéli }J' los susodichos se sienten soñad~~: .."',/I

Page 12: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

,.\

EL CÍRCULO DELEeTORES

DE LA CAJA DE CÓRN'FLAKES¡ :, - "0'," '¡ __ ;'~ "._: ,'" .

, ..

Este es el nombre de una secta tan c!and-éstina.,q.,.• u<3'ni; siquierasus miembros saben que existe, sino hasta quealguieri pronuncia su

santo y seña: "0.1% de benzoato de sodio comc-conservader", claveque solamente pudo haberse obtenido de la lectura reiteraga,d~la letramás menuda de las etiquetas de los frascos de las salsasque.están juhto

al salero, en la mesa del antecomedor. El ocioso que tienetalinfor~a­ción cumplió de antemano un precepto fundamental: el de nQP0~er

no leer, aunque quisiera, cualquier palabra que se le ponga enfrerjlte;como si las letras poseyeran un magnetismo que lo mesrnertzara.jmpi-:diéndole apartar la vista hasta que no se cumpla su lectura. Es el Jetode ir por la vida leyendo miscelánea-RutaUno-Wonderbra.

Para que el magnetismo se ejerza, deben ser mensajes inconexos,cortos, como jaculatorias: "Sabíem, Cupo máximo: 6 personas. 480 kQrsl

' .

El fenómeno comenzó hace cosa de siglo y medio: no importa quiéninventó los corn flakes (que fueron J. Jackson y J.H. Kellog), sinoquién inventó su caja (que fueron C.W Post yW.K. Kellog), porque sutamaño, su presencia obligada -porque ni modo que los pasen a unacharolita a la hora de servirlos en el desayuno- y el arribo de la publici­dad impresa en la sociedad industrial, hacen naturalmente de ella unacaja mural, anuncio espectacular a escala que intercepta las miradas delos comensales, que no pueden sortear el obstáculo hasta no haberleído: "Contenido neto: 500 grs.". Y cuando falta esa caja, la mirada

busca con urgencia sustitutos, y se tranquiliza al encontrar "TabascoBrand", "Ingredientes: proteínas hidrolizadas de origen vegetal", ~jn7

1..' "tentar pronunciar "Worcestershire Sauce" y sorprenderse d~que lél·salsattradícional inglesa contenga tamarindo, fruta tropical, fruto ergo .

de ¡;¡IMna conquista del país más colonizador del orbe, pero si unoquiere saber qué piensa y siente un inglés, f ::'ne que probarla: los ingle­ses. pierlscll'lY sienten a lo que sabe la sala inglesa, hay quien opinaqueé~áes.sumateria gris.

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlE:B

P~ro siempre sucede lo de siempre, a saber, que upo qe 19$asociadoscree que I,ª fuerza que siente le viene de sí mismo, coq¡q!)J:lPfPpia, yse cree lo máximo y se le olvida que para sentirse soñado senecesitaalguien que lo sueñe; entonces se desentiende, se ocupa pe,)9s\JYO: lachamba, el coche, la política, y sin darse cuenta, saconvíerte en. -' .

Ploguneador del otro, su perdonavidas, con lo cual no engaña, no hacealgo malo, excepto pasar por alto el hecho de que pertenece. a unasociedad, causa.suficiente para corroerla de un modo sutil e impensa­90; pero el celoso, con su perspicacia legendaria, se da cuenta. Etímo­\ógjqamente, un celoso es un vigilante, el vigía de la comunidad. Loscelos son.el intento loco de recomponer de cuajo la sociedad en cues­tión;e!:lQ~cir,de insistir en que vuelva a ser la misma que el primer día

de la eternidad cuando no había ojos para nada más.ElcelosoquieWJqloc4f¡i p~l primer día: quisiera ser todo lo que el

otro ve, cada persona.perrq.c tqr~ntqlqq\WE!1otro mira; ser el dueñode todas las esquinas, pósters; zapCl.to~Yl1J.Ysr§qela,slJñf\senque el,

otro se fijq; ser el autor-de tQdaslascqpci()l}e¡¡s;sbiBt~~;'P!~ÜS?sysil~rl­

cios que el otro oye; oler a k) que huelen l;sperf\.iITlesYir9PE(F3:llp,ql,lesabe la sopa que el otro prueba, porque seacuerd~c4an?%:er9.'t,ºgoeso para el otro, pero, por.lp'rnisrno,·sirnult~nepmellte,qUi;re;gesha+cerse de toda; la mmte, :lapatüs,chjstesy pE(rf\;\rnescpnl()sqt.l~e,lQtrose distrae de él,f\lo tolera que pllOra~xista;n clºspersonq,sR9n~e;anteshabía una. sociedad. ..... '. • .'.' .."¡'("Li

y lo~ celQs,~~rnotoC!() .é\fecto,guréfn lá;.seg\Jndo~:~º,;Qa;ri~s.años;pero, corno todo a;fecto,'se qisqe!Yenytel'rnina;n de.~rla;j:leS¡os mane­ras de tres posibles. Prlwerq¡· se reVieptª la, SOciedéfFde,la,pªreja y sólo

re$ta.. rendirle. urlhomen.gj~p.:..qu.ieI'L.ªpO.stQq toÓ.d._.o 0.'..·' n.,~d.ª, .•.Yya habíaPerdido de antemano. SegUpqq¡ senncle SI lqcri~i~'\t:>S1i~'~la mesa denegociaciones, donde se tr4e9ªet toclq.,o.,npd~l?ºrJ"né;l.rutínita mode­rada, monótona, ni verqe niTPsq:pefocJ.uradera'19Yeen las sociedadesíntimas se llama pareja civi!iz¡:¡.qqyen lassócieqqc;lesmayores se llamademocracia. Y19 tercera manera; que no sedé'l, es que los celos nuncaacaban en una segunda luna.ds.míel. Pqdr¿haber otro primer día, yafortunadamente es [recuente, sólo que~~.C:!a'en otra parte y con al­

guien distinto.

24

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Page 13: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

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LA VEL9cIDAP DEI¿\$!-?!r:;¡G!-Ei'A$>.

cotilleo impreso, ~l.lE!~tgFn~~é\'SQr9!lIÍr#rr~j~grn~~tó~1ªciP que elmundo contemport\n?osiempre'tiene algQ<:l~ SQlQJ;'i:1I1te y SélPQri ;¡;ante3

artificial, que lai$(.'\Lde la!vida es puro glutamato. ffioqqsó'dico y quetodos los disclIf§q$:y.rollos que sí hayque leery atender s6hsÓk~ §L~ci~piente c:.tn~'I.pn§iir.$gntid9monu.menta!. De ahíque EICírqJ1oQeLe~tq:res de \a·,9ªjªigg~qrI1 Fla~e,$;cQn~Le$fyer2;p, tenaz de miles de ¡l,ªc;:­turas iru;e,¡yjb!g$y;e,lpaciente,.9J::gpiode,fq9Qc;\rnl,e,ntQ estéril, manifi~$ta

. . .Unq\!1spgRi.e·dedesdén burlón pqrJá.fªl}nª qye $91p le,e"qq§as.,qe "con-

tenido", un descreimiento de raíz por lQqLi8,BÍPcW <lue,Jee,r,~ªquF f2S

importante estar informado, y un ácido$ptil.$ol?re,:tPC;\9q9QgU<;:> qq~er

esta sociedad está escrito con letras de oro. II

kq~'!creativos", según se autodenomínan los pu1pli~istas a falta deocurrencias, exclamaron ieureka!, y llenaron las cajas de corn flakes,p()lsps de papas o envases de leche con anuncios, mensaies, recomen­dacíones, crucigramas y rifas, pero entre la caja de corn flakes y sucírculo de lectores se estableció de inicio una condición del magnetis­

mQ,. ¡¿ saber, la de ser atraídos exclusivamente por aquella informaciónHlle se supone que nadie va a leer, que no debe leerse, 10 que se qJ1TIpl~

~qbi:llmente. Y así,van leyendo exactamentetodo k> que no les incumbe:los volantesde los cursos de computación, los menús de los restauran.tes, las iniciales de la hebilla del cinturón de los transeúntes,JQsgvj.s.<;>sde t'se renta" ... Actualmente desGifran lqS r1,1!1gS q\? lo.s gqqi!:!qs;gg9~trras, La compulsión, por la lectUl"a cie)q qlJ~n,o h¡:WS14~j~er;J8s"hqqe

expertos eruditos de losq~SO~ notélriqleS de losPeri~~icqs" J~s~r$9it9sgelas pelícWq¡; hasta que digqDqlbyepystffm, )OSlZP!RfonesdeJOG.ligf8S,~1í;1§notas de pie depáginª, lqsnúrneros deLfongq.qelp§p,oteÜqs,.Jge¡:Ü"Standard al )aVqfSe las;m~mqSt$lZhlélgef3Ü. ¡i1:>rir!q·P4ertp,et9~t~Fª.J",ªúltjmé1pqli19r¡:¡, ql:!e leen, to.dª$h:\s·n89he~h qLqpª~ªrJªh'¡fi%§~Mjf!eiño.Los rnássistem~tjq)Sest4cli¡:m,ºqn9AriñQJªs§G.Q\qn amª~!l.q.;JqS más¡nteleqtYél!eS.pqSéln.:Yelªqªs.:g~li8iqs.ªs.ih4rgªnqº:·el ...Pi~qiQn~rlº".,,;.

Alél larga: la r~spetqb!g8ªn~9qclJ!~ !e§t4rBs.g.ignªscl~:mejºrgélhlS9 vafonnando una.mcl (1e CQnqgl,mi~~tPsq\J~?B8Fl~1:>aj9'J2e:H?ii:1;(;qnef(i9­

nes de prqfVnPR l,ptri:1§p~nq!!}nQl,ªl'rYnl?9t8rg!!}e?t~>pfrSY19;~!?~1 únicoque estará ~~t~ra.q()~.pRr~j~mp181;·ª~qY~·Ginkg()••~H89ª¡e$:. a) unos~ornpriml,Q()sRa.rqq\.lrªr!én~~rqigqª~·'m~m8ria.l)o.~C4~~§ Fm1Jl1ojqron elotro'día@n~lp~nó'~uQºLºiJm·"fWP~!9a.té\lQm:¡g9gqrn9f8~~L0yiente, enel mismo rélngo. q1Je~¡celp.9Ant8~(P,~edWg4a.nd9lQ§gtpQ$éll,1rios, quesopr~yiyió asu exti\1(;l,<fm)(Y'g):Sm~19trPjQ,Mi9Llel,Mg~LºeQuevedo aMéxi~()y está planta.Qº· e3Q.vrr:p¡:m::¡\.lede3Qhhl1flli§télR.J~Q difícil es queesta erudición le VélYa.qS~r.¿tit~nalguPa.99nY~r§~s¡~n::Para 10 que másha servido es.para responª?r,.a.¡gl-!p.ªIJlreg\J~ta:gE?lªittMq del Maratón,tal como "¿~~ qu~ ci~da4 q?:'~tqd.9$l,.1r¡iqQs sein~~nta!'Qn los famososcorn flakes?" (R~ eI1 ~l Sar1Ítªrt\Jin¡:le3!3att¡~ Orw3kjYHon., propiedad delos Adventistas delSéptim0[)í~).\.. ' .• ,.>,;,

En efecto, est~cor9~imieht~-h6 pl-!ede.s~t'¡ª,~ºlllmna vertebralde lahistoria de la sociedad.isino sumurmullo 9nl$1J!9so; pero gracias a su

PABLO FERNANDEZ CHRISTLlEB

26

Page 14: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

LA VEL,QCIDAD DE!-ASBICICí1+ÁSi ,

é

COCA-COLA: SUSTANTIVOeOMúN;

L',.... as trivialidades tienen el poder de ser desatendidas por:toclqsj 'so,'.. ~.. lemnes y frívolos por igual, y por ello pueden pasar déGdiitraba.h~qQ cualquier cosa, por ejemplo, el espíritu de la cultura, ysilaiGultu':ra -como dice Gadamer, un filósofo hermeneuta- es lo que-quedadespués de lo que se quiere y de lo que se puede, parece ser que lo-qüequeda, cpmpcascos vacíos de soca-cola después de una fiesta, sontrivialidgdes,

Entretrívia ytrivigW10~nc:IJ~I1J:rª~orrasde coca-cola en las tiendas,bisut~ríade coca-colaenlas 5alidélSPg! Metro; pósters y memorabilia decQC:él..r-;pfa en los bazar~s,mlJra.l~sªl3 toca~cola en los costados de losEldifiqios,carniones9Elcoca-c.olélgnh~$e$Cluinas, vendedoras de coca-colaen li"ls pl.lertas,élnllnc:i()S p~c:qsa"9qlª en la televisión, basura de coca­cola hélsta.en lps bélSUrElrQsicanlis13tas de coca-cola en los equipos defytb;I, .f~tos ~el u Ché" ~'Pe Ó~sh~tQmando coca-colas.':

.Todos estosartefªc:tqsesfflnhElc:hosdeC:()Sél~c:plª,lq?~r~;m~glJnodeagua carbonatada y .az(¡c:pri(m~s·el·jI1!iW~<;ligDtEl.t'7br\.Al3,§i\.l}~rmlJlasecreta] porque, por cierto, lo que rnenos hgYesr~fr~§9º§}.geCOGa­cola, de modo que un habitªnte de otro Siglqnppodríaa9i~J:1m'aqUése refiere la palabra: parece s~fel nombre pe !-1flª cualiqélcl()~lrnaterialcon que están hechas c:iertélSCQSpS,)=:n t9qQCasQ,!21nprIl~repe coca­cola se ha despegado haC(ªn\IJ~h()qeSurna,rcél regifitr?~ély.deaquelelixir medicinal COnUI1g pjz.c:ªpe q:¡ºªlnaqWª· ¡;ü qqc:t()rJ()p.~J?embertonvendía en las f8rJllªcigsc\ef\tlªnt~tenJ8~Eii y Q4f:!H}ást.ardeJ!-1e enva­sél90en.1a preciosa pqtemta<;\Jsefilél9élpqrRélYrn9D}()§W}j;iHoy ya noes el llorpbrepropjode neº9,'.sinQ.1,1D s4stªntivo qprn~mg~nerofeme­nino, número singul<,w, t~lqQrnº'¡Q@nS!gna ~I Q~j9tdP.ictionary (apó­cope: cake; traduccíón. qoqii,)Vt¡:¡!c:9ffiO loy~~nL9s Beatles, Mecanoo Chava Flores en a..lgllna.Pqnqjgn. Uti,lizarlpcPrnO;nombre propio yreferirlo a un refresco !2qt.¡iVill~?l·par una r(-l~P1Je~ta técnica para unobjeto cultural: el truco tecrljcista dá. n.o explir::a.,rJas cosas y vivir enmedio de cosas que nO~B cene .

Page 15: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

r"i

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEBI .-,.,

En esta la edad del plástico y el cristal fluido, nada pueda r~s,41tarmásobsoleto que el cuerpo humano. Para los moradoresdel\ilgrio!V

el acero inoxidable, portadores del nylon y los colores sintéticos, W~l1PT

rios de laptops y celulares, argonautas del ciberespacio, debería ser:.,.... l.

todo un conflicto existencial el hecho de poseer un cuerpo natural, fabricado

de esa cosa anticuada que se llama carne y hueso. Tanta ciencia y':t~c~~llogía, tanta higiene y brillantez, yen medio de eso, la impertinente \Illlgélf!­

dad de un cuerpo, de un organismo vivo que asimila y desecha, qLjegLf¡in

y al cabo comienza, se desarrolla, se degenera y se acaba por IOSJ)'l~tF"

dos más rudimentarios imaginables: los de la biología. Debiera res,uttar

cuando menos incómodo ser mujer moderna, ejecutivo dinámico, chiba

increíble o chavo súper, y al mismo tiempo ejercer fisiologías primiti$s

como comer, copular, parir, morirse -y descomponerse- del¡:¡Il1isrpa

exacta manera que el perro de la esquina, la gallina del corral, el pithecqn­

tropus, las etnias no occidentalizadas y, loquees peor, el chofer del lapesera, el niño de la calle y la trabajadora doméstica -esos extrañosque pululan importunando en los grandes templos del progreso, cornoaeropuertos y centros comerciales. Parece haber una complicada con­

tradicción entre el primitivismo orgánico yla modernización técnica.

Pero ninguna contradicción se nota por algún lado; aparece inclu­

so lo contrario! la adoración al cuerpo y la pleitesía a la tecnología son

dos éxtasis que se complementan. Desde el momento en que se intuyó

la contradicción, se le resolvió definitivamente: la propia tecnología¡ lo

ha: logrado y el cuerpo humano representa ahora el último avanc.e1

19.?,i

'lacera hipermoderna. .).' ",...," ,.' '., . ',.';" '.1",...••....

n,:¡;}rlJ)ll~ahte los primeros 300 años del cristianismo, la cre~!1\:;i¡:¡gerte-::

.t~r,·~l'pqlªrabaqueel mesías era un hombre, hijo de hombres, qqeise

':cónYGttíª{?~!dios.ConJesús, el ser humano se elevaba a ladivinid~d,·i;B~r~"i~.?t~·~r~7ncia; para fines institucionales Y.por razones de poder,

r~F:ltP'.~~m~~ig?~pltaneray poco controlable,de maneraque,con~i­';iÜ(fc.l~Ú?8r;m~c.lIp,;§ldeNicea, tal cristología fpeiqvertidaya; partir pe

'::"";;¡/::~b,::'<," .; ',;; ¡.¡.... "

EL CUERPO TÉCNICO'¡;

,

Por-eso, entender qué significa el sustantivo común coca-cola topa

con la paradoja de que lo más oscuro y opaco de la cultura tiene unnombre tan transparente, tan familiar, identificable por 90% de la po­

blación mundial, tan obvio, tan cotidiano, que no necesita explicación;por lo tanto, no se la puede encontrar, aunque su significado contenga

~l espíritu de la frivolidad y la solemnidad de una época, la época coca­

cola,

30

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I

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¡il· ! .'!

Page 16: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

r~

¡LA CULTURA

L a vida cotidiana. siempre parec€,pesaqaysinisentido,

te porque así es comoaparece·cuéind()·#~láclescribe: ir alhacer pipí, preparar la cafetera;' subir al cIv1etrp,.abrir latas de atún/,despertar los lunes. Así descrita, la vidacot.icliélI1aes/aquellLlgarcle]'tiempo perdido, sin Proust que valga,pbnelqu§ todgs, tedlosae.indí­ferentemente, transitamos, yestá hecha de ,una senecie quehaceresintrascendentes pero inevitables para ir sobrevívíendode.rnaneranor­mal. La vida cotidiana tiene forma-de horarios, transportes; reglélme!1~"

tos, certificados; salarios, usos y costumbres, cuya monótonáftlnsióP'es que la sociedad fluya con alguna regularidad.'c)·'

Así es, ciertamente, la vida cotidiana; pero hay mala leche en sudescripción, porque esta imagen corresponde a la caracterización que

haría cualquiera si se lo pregunta un encuestador en la calle, al que nadiese atrevería a contarle los pormenores de con qué delicia apachurrélapasta de dientes por la mañana; en cambio, le describiría actividadescomunes y corrientes, de manera aceptable para todos, .mostrándosérazonable a los ojos de los demás, lo cual permite intUir,"c1e,pas9, quela mala leche es del entrevistador, por Iocomún enviado pdbalgúnsociólogo, mercadólogo o psicólogo. l. -:,

En efecto, al referirse a la vida cotidiana, nadie hace públicos susgozos personales en la oficina, como haber sido correspondido en una

sonrisa, ni tampoco sus sufrimientos en las vacaciones, como sen­

tirse desamparado en traje de baño. Enotras palabras, cuando $(2 de~qr!b@ .[a vida cotidiana, se excluye una gran cantidad deexperienclé'\§,¡;¡Qcm­

tecimientos e ideas, aunque. sucedan a diario. La razón es.queno

P!Jecleni.!i~rdescriptibles porque 110 parecen razonables.ssirio una sar­té'l pe¡'Üm\edacles que entorpecen-la narración, y-quea;,l'wdie le intere­san' pl.)e~toque son cuestiones privadas. Este universo de naderías es

Pf§Q!SP'mC?nte,Ja,cultura:cotidiana..,:[qdél3d~p;clíq§"J890rales y,festivosja todas.h~)fqs, hábiles y ociosas;

?n'.tQºª§,pªrt~,s,;·S8Ile$!YCasasj indistintamente,lcr saciedadi'!1lejorc· ."_',. '. .._.._..",<1"',-,-," ...' '_,_ ...' _,':..c-'~'::;." :'-.." ,", : _-: -, ,,' _;: ... _. " • .' . "

PABLO FERNÁNDEZ CHRI5TLlEB

entonces mejor fue dios quien se convirtió en hombre, como si nosdiera chance: ya no hubo más ascensión humana, sino condesccnden­ciadívina. En el siglo xx, el dogma homousiano -el invertido- se repi­

t12, Ron los mismos humanos, pero utilizando al dios en turno: la tecno­logía. Originalmente, la, NC:f1i9ª 12S concebida como una extensión delcuerpo humano, o ·~ea" 1?\:rYeQ¡:¡' somo extensión de los pies, las pinzasele los dedos o Iqcomputadorélc:lel cerebro; sin embargo, una vez quela tecnología es aplicada alcuerpo, grasias El los élVPnc:eS cle la cirugía o laingerüeríq genéticél, el orden del clogma,p!Jeqe. tªmbién,invertirse, y

lavidacorporal aparece como producto' cle1éltneclic:in¡il.:rnoderna: elcuerpo-se vuelve extensión ele la tecnología. El (,w!JqrÜ~mQ!humano esvisto corno una analogía de la técnica, 90mO s!éléllgl1\en;$e,le hubiera

ocurrido.inventar los pies después pe Qontemplélf lélrlJec!él,poaI revés.

El mismo cuerpo empiezEl a, imélgina,rsecomO de plástico y cristal. ,- -, .... . "-' '- - . - - '. .. _.-"'- ;-.'

fluido, de maneraque ya no JiecliceqUeun gerel:Jrp!lEscomo unacomputadora, sipo que una COmpl,ltélC:!or¡il. es com8yp,Gerebro, y si

estamos hechos clelmismo materiiil ql)e nuestra erél"RpdlEmos perte­

necer a ella. El cuerpo Du.rnarl9 se hii VLJelto urm irnit~Hlqnde .la máqui­na, y por eso los individu9smodertlOs se te9nologi¡¡:an~n;¡cismás posibles

,- . .. .. r '... ,. , " ,,0_; ,,_.C;, '_'.: '- .. .. :" - ",,-. d' " .. ' -." _,_',_ :,~..,<,;.:.. .'".,.__- .', .

de sus actividades: la yid¡:l c;otidji:lqa es.Yista90m(rlJn~empresa "cien-tífica", sin importar qUé$igniHque estél~ªlat.1F='\..Com~r¡·es hoy proce­

sarproteinC\s V vitarninéls,·lélbel1e?ª .. fisisa"se mid~!ipor la suma dehumectantesy\19 resta deCéllorías; losdepo1"tes,¡;¡ligUfll,qUe $US acce­series-ysus comentanstas, estÉln "9ientffic¡:nmmt(pmgramados; haymanuales técnicos hasta Bqra?Qh~Jse9hé1rI1p(¡en¡~;qabeza,e inclusotodo el rollo ecologista de] regn~$q a Iq i1élturql?2iqfclSíá. ~~ científicamen­

te" comprobado. Toda la, publicidad; yq sea de iélbpnes, aspirinas, hote­

les, bancos o yogures, np,se)):plicél lo t?cniC¡;¡m§!"1,t? sofisticados quesomos. ,,','.,

Lo único malo es qll§J~d8~sto s6IofLln¿jqm:~mientras Junciana,

porque en el momento en que semuere i:ll~n..li?n,O por lo menos seenferma, o aunque nada más se popga, viejo, po encuentra con quiénirse a quejar del fraude. Debe ser patéticq contemplar cómo se arruga

la piel de la cara, mientras que el plásticoqeJgc.:omputadora sigue Iisitoy rozagante.

32

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1;

.3

'I~

.!·,U,·:'i,.' ... j'(r.;}'c':¡¡ '.;",

LA VELOCIDAD DE LASBICltilit\s:

puede advertirse lo inquietante que esto.r~\~,·~~~~~~;~enWesocasiones desorden riesgoso es meramente otro orden, que en rigorsigue la lógica de uno de los acontecimientos más privados, esto esi,lalógica de los sueños, que son tan horribles o tan bonitos como e~o;

puede serlo una sociedad, Gondusión"ldpúbliqo es la puntª~el(pe;

berg, Posdata: lo que hundió al Tltanío.no. fue' la.punta. Id 'i

.1·

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

conocida como Ii:! gente, echa a andar esta cultura cotídíana, es decir,.fantasea, habla sola y canta bajito; siente, se apasiona, se le ocurren ton­terías, ensaya frente al espejo, se junta sin pretexto para armar chis­mes, chistes, alianzas; para amarse u odiarse, así como para hablar~qbn~ la política, la ciudad, la música, el futbol, la.vida y la muerte, lacompañía y la soledad, Lo que está haciendo, en verdad, es plantearse

~Itipo pe sociedad en la que vive y discurrir formas alternativas, aun­que lo haga con palabras y actos totalmente distintos e indirectos; En

resumen, bajo la superficie pública de laaoonomía, el sehtido,C¡¡Olllúnyla racionalidad hay pC)Jlta una sociedad que esdeltododifgr13píeyque,sin saberlo, también tiene un proyecto de.soqiedél.9,atQ9f\s,.lyceS¡ne,­jor,pon:¡lle es SllYO, que el qu,e s~ veníilaen;l~.ropinión p9b,li8p·:~j,i, .

Lélvidasocial no se. <:\Mdeen Cqt1di¡:W}flynOcqtidiani:\¡.,sino en

pública y privqda, .La t:ºnciePºifkSQci~ÜI19§st~ cliyidida~ml()9()nscien"

te y lo incoP!?fiente, sinQen!qpgbligoy lqPlfiVadQ:' Hay·.#Q9as,í como

40a estHlctm~simbQHºª g4gmªrcaVl1él..frQnterªentreJ1~ayotra. rea­lidél<:ll y estipula pa,mgªº~gnª,Jg\14esepqeqehacer'l?eQ~SltYsentir,pero q4e w§qlta in~()mpm!1~ibl$y'gesen~ajªd()delótrq l~q()tI?:n10públi-

.co, qye. c()rreSpQnd§eh:m!!§hºi~'Jª ppjnióH púb!icaAr~qiq¡idiscursos,televiliión), .se .defi!1e.gnHv.~:hª:ºecqnsistjr la .feél!iªél.d.§ocial, cuáles

hélD de serm~estrqSPr()1:H~ti1~~¡necesi<:\~desYs()IY8!Qiws" y atendien­do ¡l.e!?tas.d~nnH;i9n@§()P@t~m~n'J~$9~pipj9Jte$l-W!!t,jc;as y...económícasque afectan, Y.él nqtarrsirrb~li,*qmept~"plplenpqglélgente; es decír, a

eElqmjsma socied1idqlle"en·grjygQQ,Jjene nece~jq~aes.Ysoluciones tanclistintqq! élnf,aJQ mejQ~,elRrg~1~rnélqela¡n9ryeÚ:lesqmor es gravísímo

. Y Ppfél esq nQ hélYS914Qiirú~q9riºrniQélque Elirva.i.nL'P01ftico al que le.irr!P9rte. pgrqW;!g~jst~l~Tf?glªl..frélPc;arMl)tep(Jblic;a,i )'~razonable", de

. qye Jo PnYéldPespr~qi§a.'tm~nte·.eSOF!'qSuntqBlj~ado,.cu"estión perso­np.I\J1O obstante mJes~ª;~L;ªli)4I)tRPriVqdqiYlélcuestíón personal de

todos, a. ~()Ias, Hq$tqlgs'·9ñp!i·,$eqerܪiP9r.~j§rnplo;ser mujer era.unasunto personal, y,p0resgfUgrqnl811aslasqlle.qcuflaron la contrarregla

de que lo. persona] es polítlGPi'Las fiestas, y otras fOrmaliel1 )qsqqBeLqrden;se revienta, parecen

romper la vidqcotigiClnél,:perqen realiq?Ld.son .oasosen los que la

frontera entre lo públic,?y 10privaG9i13.lP borra: por un momento y

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Los CURSIS

[.'·Os cursis c.re.en que .la función de las v,entanas es tene..n.cortinas,

. que les encantan, porque es lo que mas tela lleva, yJcríela eselmaterial de la cursilería; de hecho, visten a sus quinceañeras.de corti­nas en el clásico color pistache tornasol, y. son losúnicqs q4e.c:qnocenpalabras como tul, organdí, tafetán O raso, yno baypr8bl~q1C1si el tules de nylon. La cursilería es elrnéllgusto de los bueposs~ptimi(;lntos.

La cursilería es un acto público, y por eso Seregalan ;:¡lg¡Jn detallitolos 14 de febrero y se esmeran en todas las demás feSpC'lsp:rogramadaspara este fin: los.bautizos, las d~cl¡:¡ré;lci()nesde¡:¡morV lélsoperacionesde amígdalas; en las cuales. e! obj¡:¡tivoes quelos .dem~#;admiren lobonitos que SPnSQS sentímiéntQ~de qmOzr,arnistad,',.tepll\ray delica­deza. Este tipo de sentímientossonsuaves; mQmdosyet~reOs.O sea,para los cursis, 10sheUosseritirnientgsseiparec~pip.:Ias nubes,incorpóreas y esponjadas, porlp que!asreprqdQcenBol1hielo seco en

. sus .p~remonias y, por lo·dem~sr\crsimitan·en toq,~snOS decorados,desde el merenque del Pé\steLyelpeinqQ0cle noche Dilsta las patas delas mesas y los marcos de loscl\p.c:lr()S,n~t;:¡cªdosc1~volutas y contor­nos regordetes. Se nota el horrorC¡Ue tienenpqdé'\sªrjstas y las líneasrectas yse entiende SQ predilecQ\ónpprlosdpra.dQs ylapedrería queno escatiman, yaque sería come>. qlJjtqr\eroces de!,gly perlas de rocíoalas nubes de colores.nebulosos, QOl11oElI¡:¡,z\.Ilih?, eLmamey pálido y el

rosa.', ... ..' ... .. .' i>;.L,. ., LA tela es 13\ artefacto hlJm~noql\e rnejor.~()pja las vaporosas cua-

lidades de las nubes ~n S1JS P¡;\as,'o\qnesy eSG¡:¡rq!as, de modo que loscursis adornan todo, inch.!idQSe1!Qsmisrnos18~.drapeados,frunces,moños, satínes, cojines, brpcgdos.,. (lq,rpetitqs,m('lhteles, vuelos, enca­jes y perifollos,lq cual los hace~entirseeI1I~shubes. Los muñecos depeluche son su illsignia.Yqsf pomotodqlc:uepresentan con nubes,todo lo hablan con a?ú.car,porqu?JosbuenQs·sentimientos saben dul-

o .• ,'. '.' •

ce: sus saludos y sus C1Ppdosestánbecho$de mermelada. Una "nubede algodón de azúcar"essuco¡1sig¡1q;

"..

37

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-'~V"'''''''' >

LA VELOCIDAD DE LAS BICIQL,J:.TAS >;

llenar el hueco del aire;Y'§<;l irwenta algUnélac;tividaá'~,~r~~'llenarel¡ zr s>. ,i ::' .\ -. ' ." • _.~ -. ··f."'·':,:" .~ ..::., ,;:'.':.' ......" .. ',<,,' I

hueco del tiempo.. , ..... ,.'... ,.............. •.• \/ ,Un frasco de champú no es un fra$(;q de champú, sino elt?pon4ito

de un hueco en el baño; lloq.;fqtO,de1élé:lbuelita no es ).mafptod~ la

abuelita, sínoun desahueq:ll1}lent9Pl\estP1311 -Ia sala;.:lé\ mJypríél! d~" "_ ' ... >::e.,>._,"",:":' _', 'o, .', ':':_ ~.",

los libros no. son libros, sin.o:c~$,~ntre cuñaq pam tapiar librerÓ~.r;osobjetos que se denominan'~ac1orl}qs.n§qnlg que mejor se utiliZq,'p~r~recubrir espacios; se reconoce que s~m él.99fT1Q$ porque DYllca nadi~,,~e..

ha detenido a verlos y, por ende, no importa de quése tratl?l1' i Lª

función actual (fe, los objetos es. tapar oqIJ~qf:ldep, aunque pqre~ck:,que sirven para algo más, Los objetos de la-desoquedéld 5<3 llqITlé:l11 '

• •. . , , ",',,",' .,"""," --y" L:,,',',"'.". t '1' " " '.. '¡.IOU ensl las , .u.\;<. "':':1"

Por eso, los verdaderos templos de.la posmodernidqd$gl'lla¡¡',graI17

des tiendas y los supermercados. Ahí la gente encuentra la,pazleleespíritu, porque estánllenos, y todo aquel que entra, sale con knp;reliquia, aunque seaun frasco de mayonesa, porque recordó, con sus­

to y culpa, que todavía cabe y, por lo tanto, lo necesita. Los lugaresdesocupados son corno faltas cometidas, .3

La proliferación de miniaturas, desde lasfigLiritasde los coro flakeshasta las laptops de IE.M, significa que los huecos que van quedando

son cada vez más Pequeños, como si lé:l cultura se aproximara él! jc¡:(eéllIde que no quede hY~c'9 algunq, qIsuepo de.un mundocompleto. es la

saturación, Cualquier ciudad, casa, clóset q bolso de. mano muestraq4e ya no quedé:loquedAdq\Je obturar; sin embargo, el.miedo oq hatf?,rmin,ado, porque, perversa y paradójicamente, la saturaciónda qbje~

tps produce un hueco en el alma. Ciertamente,L¡naparecl. blanca tapíza­

gp,<:!e(::u.ad)."qs, pósters, cuadritos, diplomas, cuadrititos y terjetas PPs-'tp!e~,Vuelye élserotravez una especie de superficie plana.y vacíél'fólq!Cl\Jea,hora i¡::¡llenable.I,.c¡ saturación es un hueco al revés que s,?§i?nte

~,~~~rQ de uno mismo, y poreso la gente de hoy toma vitaminas, rlélrél

Ver si;9sí)h,mg el huecodel ánimo. Debiera ser.extrañopero se entiercleq].1'2;,~n,§rtª91,Jltura¡¡uperrepletade cosas, hiperretacadada Qbjetqs, la

!:3~ntf%9js8:gl1J:3,Lsü~nteun vacío porel rumbo.del.corazón, un hastío, Un

·?h}§~$tj99,·:·99m9¡¡iq.lgQ le,faltara. Es otra. vez es.t¡:¡oqueclqd, y ahora sí.glÜ~n,qg,9§9ºmQVé:lmos a, taparla.

LA.PESOQUEDAP

E El J~l nombredel p~niqqAnp~9tl'P.! q1,1enO& hqce miocal' florerítos•.......sobre lp.s mesas, .c~\jjtq§~p lo:¡;:,Gpjgn~s, cq.denitas.~nelcuello, dís­

c~;"en el estéreo, pqrqa@Senelp~r!fherp,perc;hero§trasq~lapuerta,.estampados en 19? cPm'S€ltgs¡,s,P4!J!:mirsen lAS repi&qs,/![)es9qJ,leclad" es el

miedo a los huecos., q:\nwt€lrf§ti<3pgel1:'!<cj,Jlwrp:9c;cid(:jI1tq!,vnmy bien.enunciado por Pascal q.mnqpgjjggyeels!l¡:¡ngip de !o&esPrSios ínfiní­

tos le aterraba. Por eSP lª gente,ªpenªs.YeUnh11,gq\JitQentn~lalámparade noche Yel despertador, !epo~egnpgrt~rretrªt¡:¡s,•... ":,'

Las primeras tentativas histprjgq.::¡P9ntrql¡:U?IWe¡:!éld C;On!3¡~tie.ronen

poner ~urallas a las ciudades para-no Ver etvªcrqcleq.fv.erp, y. pdentro

levantar muros para sólo des¿YbrirqYe'fJ()n'º?\9R,pélredqp:~tecí~'qj:rocuarto, como timbiriche, qtJe hqbípqH!3'It~HªHRh~rp'99n'm1l~bie$jYéstos con cosas, y asíJradalmc:mte, hqstp·ll!3g~r,.p.t§¡g\ºXX,\./1¡:.,:

No hay impulso rn.€lsimperiQs8 vp~r~nt~riq:q4~<;lJde e:riq~ntr~~·l.mapared blanca y no. c91@rléun QMicwlm'9P!T\9'siifY€lfa 4nél9ismqvisualque hay que rellenar. ,La mitéld de!mql,gg::¡tPc;9ntemppr~neP~ el.estilo

"llenalotodd', obedece aestA9QD1BHlsiº;H:,k8S,'~RPpci~::¡I!~~~?~QTl.comoausencias dolorosas -: sr efecto, l'mmg!ª§!¡lf,ql,l!3, .nQ,?~ sºl?9rt~ [a-presen­cia de una superficie lisa y llélna, seq cl.e, unt~rreh9,:pªtiq;P!?p;, eserítorío,

estante o borde de, b?,lrí;:\npql, pqrque pr9\h\?~9J¡~,in~11..\¡e,ttiª:g§que"algofalta" y la conviccióng<¡lque!!t9cl.?\VÍQ 9,9h~'\;,g~,mod9q~~'iD§tintivamente

se le van superponiendo mélG!'!tª§I§ilI~n~$í'tpPet~~~9qrkJaalfombra,portalápices, cenicero§1trqf~q§,~Habºnge,lhºt¡;Iª?~p,§~manaSanta,

radios, cristal de Bohemia, ve,!1l,S, m4f:\g~:l\-!it9~H:!e,!§~9S9qmndante Mar­cos, teléfonos, ¡Hola$!V. Proce$qs"c'éljªs.cl.~K.lE3?nexY~I .» control remoto

de la tele, No es que LIr1q tenga90s.ª§·y lp,?.popg~g!1ªigúnlugar, sinoque uno tiene lugares yJes pone, algU~élcb.$e,Sledla cocina quedan15 centímetros cuadrados, hay.que.compra; otr<0Tupperware. la Cíu­

dad de México necesita.más élL!tomóvil?§ porque.tqclavía caben, aun­

que ya no se muevan. Ycuando por fin toqoslq$ agújeros del espacio

están convenientement~.¡:;lau~urados,t:!ntqnc;esse pone música para

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. ,'.~:' ,LA V~QC,[)AQp¡:¿.,~ii,61¿~AS .

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cultura, entendida éstar~pm9Jª,~f~q.ciÓI1d~ex.periencias"y áodos dever la vida. La fUf)ci6nde.la,.GJltWrqesfaBrl<:élrmemoria;l¡:ldelélinfqr¡­mación, paradójicamente, olvido. Y paradójicqmepte, otra0"Y~z, la~

páginas culturales de los periódicos que sólo se dediGafl a ipforman"como si fueran escaparate? de mercancía desechable ~n.ªlAurr~réld$la realidad, sin mayor diferencia que los anuncios de eleGtrodornésti~

cos, en rigor depredan la cultura a la que se d~<:Iicélfl' No está nad~',rn~\que el periodismo cultural informe sobre activid¡:ldes,personajes,obra~ll'incluyendo las de patética calidad como los é\ytqsh9\N~de pr~sen.tqciq~ ,de libros; pero podría tomarse como cierto el gptoq~ que Yél hay clerna~,siados datos, y entonces hacer otra cosa? P9~ ejelnp!o: crear ¿ultur~J '

Crear cultura significa, _de inicio, volver la págin~CFpl~urprla':zofl~ í,más cálida, menos solernne~y más seria de un periódico, Jvggrdeautot, '"

res y lectores, pero no de pontífices de renombre ni de,¿9DnQtpi9t¡élf.culturales. Frente al exceso informativo en el cual el receptor tiene qWrtirar la información de ayer para que le entre la de hoy, como ~omaflq~

vomitando en una fiesta, el lector agradece una nota que dure 'más queel día, que si no la guarda, sí la recuerda, porque lo hizo pensar, sedif 41y ver diferente. Una nota que dura más que un día se hace en algo má$ ­que una tarde, lo cual implica que la página cultural se vuelve una zonade suspensión del maquinazo, esa táctica lIenadora de cuartillas queusan los que, o no tienen tiempo, o tienenuna columna a perpetuidadcomo parcela del panteón Jardín, o creen que todo lo que se les ocurrees genial.

Por esto, podría decirse que el periodismo cultural es unaespecís

de literatura circadíana: la antropología y la sociología de diario, lafilosofía y la psicología en dosis de 24 horas, el arte y la poesíatamaño del día de hoy, la dosis precisa de alka-zeltzerpara no indigescltarse con tanta información.

DIARISMO CULTURAL

E',st¡;¡.-nota se permite informar que ya haydertia'siaoa informa

.. '., ¡,ci'ón; Nuestro modernizado duclP:danoprom~diQse·.cenasureca­

lantado con un nqticierq~l1kdel~visióp; secl~s~V1-lri?'algúnperiódico~Ql1cpfé y flojera y se anlldalacorbata mientras ºy~19sn6ticiasen elradiq del coche en mitad del Periférico,sp)qpp[ppdcluirir la sensación

de que le faltan ojos y orejas para las demás nQticiás :de los otros cana­les,periódicosy estaciones, yenterpr9~~lJinaldeldía de que toda laínforrnación.que se tragó ya nosiryeParanada, porque como la vita­mina e, el organismo no lél pIIJié1:qenp,Y ya hay una nueva y fresquecita,de modo que hay que volver a empezar. y tiene que seguir consumiendonoticias para 110'ser hvergüenza de su círculo social, porque ahora, asícomo se tiene coche, buen puesto, guardarropa, esposa y teléfono

celular, también se tiene información, que se usa como adorno y for-

ma parte dal Iook.Pero tanta' información no hace ciudadanos ¡ más compenetrados

con sU realidad, sino todo 10 contrario¡hpc8'bn,ltps'grdbdi\6cuentes

que.lllcen SUS datos comosifueJ:qncorbCltásY\[ÍV~n~9Iemnementeenun9n~plidaclslJPerncial,;,porque el ~~()@9cl~,il1f9rmª~ión;frivoliza largaIlclpd, en vista de quetqdq§ lQ5PcQpteGirniento.§V§1l(}esos informados-desdeel dream teqm,eldestape,;elsi~~,Za1Jpg,º9fqzcSn'salvaje,los

mellones de Gloria Trevi (o el pasClmontpñpsclel,sH~c.;oinandante Mar­

cos) hasta el debate sobre el'pborta-:- oeupanel tnü~rnobiveldemercancíadeS~thqble, algtpdo ele ql1edeip deimportélr§ii~()snia~Herzegovinaefa unpartído.de futbol O ?l nombm dellPClI1yeYQc.;q.ntante queestá depelos;.y,nótese cómo losejemplºs,punqueJtlsrWld~hoy en la mañana,siempre serÁn' qbspletQs.EI1efe9tQl no·.hqyp<;\q¡¡¡hnás:frívolo que lasnoticias de primera plpna,;pofg4e1en ellqs!p-;realid¿d se vuelve unacosa que caduca qía tras día; PQhaYll1pyppsen§C!ciónde tedio que leer elperiódico de, ayer,. y toc1o·peri6clicoseWelve,PPf déñnícíón, el de ayer.

Si se concibe lajnformq~,6nGQl1lo.la, transmisión de mensajes, elefecto es perverso: a ma,yor informpciónJffiély()r empobrecimiento de la

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para vivirse como si fueran relaciones personales, ;ele mqrwr~,q\lEl lasopiniones, conflictos, saludos, intereses y deberes no se desélrrQllan :en............ ,... /

sus ámbitos respectivos, sino en el entorno desubicado de la. fiesta :>1 elapapacho cuatachero, la borrachera y las confiancítas, en el sqqre~p~tendido efímero de que todos somos como el Canal 2, muy familia,resy sinceros, y entonces puede verse al jefe de la oficina platicándpl~~\ls.

complejos a la secretaria. El clímaxes Navidad, cuando después de ¡q~

negociaciones siempre insatisfactorias de dónde pasarla, diciembre: s~'.

personaliza hasta lo más íntimo; esto es, hasta una Nochebuena ,ell'compañía de una parentela estrictamente anual, que para convencersede que es un día importante, se repite por dosmiltreseava vez que¡hanacido el Redentor. Entonces diciembre empieza a descongestionar¡se,;

Diciembre termina en un saldo. Los peores son los saldos de f~f1jc;

lias muertas en carreterazos y de hijos ídem de un posadaz:9!,~Y~QS

patéticos n~m:ros son tan altos ~ue forman parte inh.erente.9~J~J~l11~parada navideña. Los saldos bemgnos son los banQanQs,Jps.d§¡ªC;ru~

da y su desolación acumulada, la fugacidad de IaSV¡:lc¡'lciol1es, la.s ~o-

bras de comida, botellas vacías y juguetes. yª rqtos,.,ig1l9! queunaque 4;otra amistad decembrina, y el silencioSQP¡:¡is¡:¡jede@!1vPltl!ra,s rªsga~qs

en el suelo, COmo ruinas de papel, fwpteª,las@ql'f~solaJTlentequedala tarea de rehacer el ánimo: parª:empez:élr eLélñp (Zoma si nada perso-nal hubiera pasado. El arbolito de;Q~vidadnodeja,deser un símbolo dediciembre: el empeño de comprar uno que Sea na-tu-ral, efectívamen-te, tan natural que para enero ya estg.rÉt bien seco.

La mayor parte de la temporada termina en el basurero, y sinembargo, la. ilusión de diciembre no se desengaña, porque, paradójica­mente, Se sustenta del gozo que les Produce a quienes están margina-dos de estas fechas, o sea, los solitarios, los. niños y otros que in,?

intercambiaron enhorabuenas, .ya que ellos Pueden mirar..-,qpietpslEl!"!rnita¡:1 del remolino (le los congestíonamientos- con ojos qtónitq~iElnc~h-'

tq99s, lps esplendorosos despilfarros y la poca habilidad de l()s J1avide"Q9S.')?9r9 P9rJ:?J.rse puerilmente, con lo que construyen lél creencia, (~Ue>.!q(·DP(h~§!,m~é1ffiqonará, de que diciembre es un mes bonito.

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

Además del nombre ele un mes, diciembre es el nombre de un. . fenómeno social, Con sus propios datos y significados, distintos alosde la economía,la política, la cultura o la cotidianidad del resto del

I

DICIEMBRE

año.Diciembre empie?;aSOllUÍla sensación Q11.\3 llega poco antes o des­

.' 'pués del día primero, COl1cr~tam\3¡i.te \3ldía?rl que uno se percata de.' que la sombra de los ~dificios~stáfnay le~ieron hojas secas; de que el

aire tiene algo de acero inoxiqa.ble, como Gillette, y el sol se ha ansi­rnismado, de que las luces de ISs coches brillan más y alumbran menos,y los ruidos de la calle su~nan acolchonados. Entonces uno ya puedepercatarse del picoteo de la publicidad y sus foquitos de colores ven­diendo ternura navideña para chicos y granc:les, en fqrjI1q.c\e Mfi1;j:el y

Bacard], esperemosque r~!?pect1vqm<2~te.y m~r~~tar~~;tina!lJ1ente de

q11e las prisas, el mal hwngr,}qS qt¡~qp;cffr~~.g18$ B~PR~~1).trRm:lq.ui?renel tono característico de la expectativa.",., .... : .•......... , 'ji''''. . " . . -" ,.. ", ." '-.' -.' "".",; ,. _., '._, " ". -,",' ,.'; ~.<; ·,::,¡ __ ,.<·,;";,·'·~;'i::',,~· "

piciembm transcurra, conforme aVqnza./,cÓrnQUn,~ººge~tiona-

miento de actividades y cosas cada\'e<: más ?-t~sc:ªclO;,.{\J¡:l~songestio­nes del ozono y l¡:l n<:lri<1:1 le siguen loscong?stionami§p.tgs.cle. tránsitoen las esquinas ydegentem11a.sq~lasregistr~cl9r9csde Aurrerá yLíverpool. Asimismo, SecQng?stiolwn !ºsbil!\3tes8~LFlguiml1doen labolsa~ arrugados y mezclé\elo~'c~rwotas J!e n:~rn¡siQ~c:l?:~u¡~l'lsabe quéregal~ de no importa qU~pmqiº;ymi\?ntrq.slé1§~tisqscvecen,se con­gestionan los Pqquete§ !3.H,lall[nqnos,las!3.m?ef¡:lseri<las paradas decamión .. y las listas' de pmi5¡tqqes·. en el. Ce!eRr9;;t~s; citas, comidas,posadas, iqvitaciones YCQmpromiso~entr?Crº2;~qqS'Secongestionan amedida que los días de ,diciembre se va,ns.Ce!erélOdo, como si las ilusio­nes fueran tantas que finalmente se hubier~n congestionado: como unembotellamiento'qe [elícídades, todas tratélndo de pasar primero.

La diferencia básica entre diciembre y otro mes consiste en queaquí las relaciones sociales se personali?an¡es decir, dejan de ser relacio­nes laborales, comerciales, vecinqlEl~,;cqsuales, políticas o culturales,

Page 22: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

N. '·adie que se~fl.o....•...r.m.a.....l.'.d... ~~.....e.).'e..nt.ré.g~te, la pasión no espera y yo, . "no puedo mas d~ é\mOr;ymenos'sl presume de culto, moderno, '

buena clase y juvenil, l\parte9~hlli?,Miguel, nadie lo dice pero todoslo oyen en la radio,' d9p.de medi() cqadmnteestá'ocupado por el típico

género radíomilero, d12Jabaladap~p12p..qJ..1i2GlpNa:Trevi, Alejandra

Guzmán y Emrnanuel cantan composicioni~'gg<Jg<:ll1@arlosCalderón,

Pérez Eotija o Fernando Riva, entre comercip\i2§de;G~ri~itoY:.A.urrerá.Daniela Romo dice "tórname;: recom,~elm9pqdl2'm1'pi~1;qÜieroser

fyegpc;on el sol" y Míjares conti2stCi:\i2§ffii2nt,inl9yenoexistalamuer­

te cL.Iapdo hay amor"; EnJa.era>cle \os discos compactos y el:. _'.,.- ,'- -__. '. - .: ::';><,':.- - :,' ,.,',- _"o "-"-,---s:~

neolibi2f?~\ismo,i2sté\S qra,~iolwsf9sinzada.s9ipégajósas de tanta mer-

melada se siguen vendiendo comosifUeran nuevas.Existe el derecho a ser' cursi, pero pocos se expondrían al ridículo

de pedir "acaríciame, embriágame de tu locura, amor", como lo hace

María Conchita Alonso; pero.si este lenguaje se difunde tanto, es quedabaservir para algo en algún lugar -y ciertamente no es para platicar

entri2 la gente, aunque esté enamorada. No forma parte del vocabula­.rio p araha1:>l(jrcon los demás; encambio; )1\espumaccUiente que inunda

mJmi2pte" y.9trqs exabruptos de .Lucerit9'Sórj',·.pªrtedé iunvdcabulario

, vigi2ntl2'~ indisPl2nsé\1:>I~li é\:~()ndiyJónq~q~en9seusedóh'l1adie, ex­cl2l:1tq:cqn .uno. mistl19,en, lpsi.rnQlTl?nt9$:<etrqüehay, 'que .'entender

c()SqS,para las cuales.el)enguajecqp}Ún,OL\PAmejqr literatura no tie­

penp~lfibras. Cuandotodo.i2\col'lººimii2~tq:fallá,:esbuenosaberse

una, que, otrélqe Pandora. '. ,:..••... >..\/,,',': .'Mientras qlJ,e la cO\1versaciónsotipi¡¿Dé\!i2lrtrabajo, la política y la

economía~st~ni2S~ritos en otros leng\l8j~sfl~dptérioridadde cada unoestá escrita con este vocabulario: .las repliªAdes'p~culiares de la intimi­dad sólo se comprenden a la manera gp~taqaeirrazonablede Sasha.

En el universo de laillterioridad privél,qp.¡flingún lenguaje nuevo surte

efecto; ni el del psicoap¿¡Hsis,ni el di2!aPIJ,i2na onda, ni el de la burocra­

cia, porque uno siente que. "miJe!tq§ corno el aire", y no que tiene una

LA velQCIDAD DE LAS BICICLETAS

estructura libidinal de orienÍC:lS;!i8P;gr¡:l!;)]Lque está que no se-la acaba,

ni mucho menos que es pr9q~c\i2~t~i:<¡;§t991~Ger un convenio de coepe­

ración entre las partes interesC:lgC:l~,Y?,l9,q~fíaAna Gabriel: "amor, tú

eres la única verdad", y las dern~SNi2rdªc\i2{i.s.g!1;mentira. Elr~per1()rio

radiomilero es el vocabulario nec~s?rig,pélrqi¡:;D,ti2nderpor dentro, ypor eso parece que nadie lo usa. . i . ,,;;, '

Las palabras clave de' este repertoriQ.~9nJf:lS.,cJ90.él9:.ªmor,abando-no, jamás -ya sea nunca o siempre-, unióp;,\>terhjdac!, corazón; o sea"

un léxico de todo o nada para insistir en lo ina.lc;~nte1:>¡i2:¡3Lptro o por

lo menos uno mismo. Lo curioso es que éste es ,eL\~~it9t;le!1'PngtJajesagrado. El lenguaje sagrado, acartonado y viejo,es~Lq]19;S.~LJtjlj:¡:A

para invocar la unión con algo o con alguien que lo tr¡:ts.Gi~.nq~;qt.!\lR,que para el caso puede ser Dios, la comunidad, el cosmos9~!9911

prójimo mitificado. Fey dixit, la radio es "el altar de mi credo particu-

lar", y por eso usa lenguaje sagrado, con el que Rocío Banquells canta

"llevo el infinito dentro". Según Juanga, sagrado es el lenguaje de la

soledad que clama la comunión, de uno que implora la fusión con el

resto: "mira mi soledad y dime cuándo tú vas a volver a mí". Eso es lo 45

que significaba religión antes de significar Banco Ambrosiano; religión

es estar ligado a algo, "quedar pegada a ti", diría Tatiana. A Dios o a lacreación se le dicen las mismas cosas que expresa Luis Miguel: "déja-

me \obar el gran secreto de tu piel", y José José bien podría haber

dicho "santificado sea tu nombre" en vez de "despertar a tu lado es un

acto sagrado". De hecho, Dios, en el sexto día, traía pegada una tonadíta

de las FIans.

El lenguaje sagrado de Radio Mil, "ambrosía salpicada de te quieras",

no debe ser original, porque las palabras nuevas no sirven para convo- .. • ...;'J

car entidades ancestrales. Debe S¡3r repetitivo, pues en eSO se1?ps.~ l.'·...·•todo ritual de invocación más allá de la racionalidad. Debe ser agmndidoi;

inmemorialmente, siempre sabido de antemano para que nq~e:()10de,,: ,

y debe carecer absolutamente de sentido del humor, porque elhLlmor, l", "es siempre. novedoso y además sirve para derrocar deidades, cuando]:

I '. ..' . -','C._.,"·. _ ,

dg lo q4~se trqta es de erigirlas. Por eso, desde los..sacerdotes aztecas

hasta lp,'y~refr\1¡':p,naYuri, no atinan a decir. oírél'cosa que "torna, mi: ""'.;_." _', '::. _:,', ,,", " ,o' •. " ,

corazón' ,

DIOS OYE RADIO MIL'.

Page 23: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

iJ""·;_:-fL;"--:

:J.' ~~;

¡'!DORMIR

Dc>rmjr'§8v¡i¡yqto de confianza. En efecto, para haqerl9,hayqw~:·"iqha~r.gll,íi:iªm~RiltdadJundament~l'del ml1l1do. Quien se duerme cOn-

O', ormir es un acto difícilrmiisd..•...e...,.. i.l.a.'.•'.'m.•,.•.•...itéld 'd.e.. lB. P.,.o.blación actu.~1tiene problemas para llevarlo a cabo¡y si lo lograre~ por periodos

cortos y a sobresaltos. Mientras quec\lp.lquiera, si seernPerlª"p\Jeg~

realizar tareas complicadas, como aprehde,ril)glés p' subir eje: PLle,sto¡dormir es más difícil parque hay que, preqjsélmente, 110 empeñanielPara dormir no se requiere concentración, atención, dedicación, ÍneTDotria, pasión, responsabilidad ni ambiciones, sinoabsqll.ltqmente todo locontrario; es decir, todo lo contrario de lo que se-necesita Prrél triul)fr~en esta sociedad de la competencia, que consiste en cuidarse,ge)9Jdemás. Ah, pero eso sí, faltaba más, que los demás se cuidellde41101

Por eso nadie puede dormir. Porque el que duermeestáen-unaposición muy poco competente, con los ojos cerrados, los músd.do~gelatinoso::;, las ideas en blanco, la baba y en horizontal, que es la po::;ttura tradicional de los caídos en la lona;' los muertos, los tiradotesen lq.playa y los borrachos, todos desparramados, cuajados e inutilizados. I

Dqrmir es, en efecto, un descuido. Quien-duerme se desresponsa]biliza de sus asuntos'e intereses. Quien duerme deja suelto io .que má~quiere, ya sean sus hijos o los altibajos en.la bolsa:de valores, y tambiéndeja suelto 10 que más-teme, Yasean los-terremotos o a los demás pardque le den un madruguete. Dormir de corrido no es una prerrogativa dElvigilantes ni fugitivos, es un avance de la civilización del quena pudie-

,- I

ron gozar los cazadores ni sus presas, los nómadas ni susdepredadores]Pueden dormir lasque no temen 'ni quieren mucho, que coincide G,9Pjlos que no-tienén mucho. Alínteríor de las clases medias ascengeotes,i'que son las que tienen suficiente y sobre todo quieren más, es donde se'da el mayor número de insomnes, siempre pendientes ae~lJ.slogrosyi

:'~'.> ." . aspiraciones, siempre viendo moros con tranchete y corri¡3rando segu-!'ros centra-terceros. Son los perseguidores perseguidos qU13 !1UnCp pue- :

d~ri'Pegap'~t8jo,

,

La esfera de lo sacro es t9qªvfBPle~:nente§i~nift~~rü#;'pero comono: está de moda en unasoc1e9:é:lcl que. selasdq. de/s~<::lJlar'ylusacell,entonces la radio funcionacome elúhicoaptepdizajeª~lo'sagradoque la gente tiene a mano en momento:>.enq1,1e 'la' ºClfidiéiiildad losdesampara y les cunde lanecesidaddeentend!3t la s61~da.cl.y:Ia;comu­nión de la vida. Prenden el radio y llegalaresPlJesta: J'arnqr¡unrélám

pago en la oscuridad", Entre ~'tararp.rágsRapioquién vota?", se les revela la cifra dellJni\l~r$(), se ~!esc4ch"lel

PABLO FERNAN¿gC:~~STLI~~

46

I;¡,l

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

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EDADES MENTALES

Para decir buenos chistes hay que tener como 18 años, cuando'[aagilidad mental está en su punto óptimo" felino, para atrapar al

vuelo cualquier circunstancia y hacer-un comentario.afilado, como zarpa­zo. Antes de esa edad, todavía falta práctica", después, el cerebro.yaperdió sus reflejos de gato. Hay cosas que, se pueden hacer desdeantes, como música o matemáticas, que es donde aparecen.los.niños

prodigio estilo Mozart.o los genios precoces tipo Évariste Galois, quienel día de su muerte" ¡;¡ los 20 años, estableció los fundamentos.delálgebra. " ',;

Como dice el Eclesiastés, hay tiempo para, todo; ,pero'Gom9QiC:;enlas mamás, no siempre se está en edad de hacerlo. Ves ,ql,lel¡:¡ edadmental es una dosis exacta de cultura y experiencia, de añejarníeríto ne­

cesario y suficiente del conocimiento para producir algo decente ~sea

una Novena sinfonía" un Chanel número 5, un Guernica, un Regresow, ' .

Ítaca o un mole poblano-, ysi no se alcanza sale un bodrio; pero sise rebasa, también, y por eso en g?n~rp.1 coincide con cierto númerode años. Es algo así carpo la ooincidenciade estar con el equipajecorrecto en la estación correcta; de otro modo su tren nollega o yase fue.

Las canciones de rock y las ciencias físicas y naturales no salepbien si no se hicieron pasados los 20 y antes de los SO. James Watsongis,eñó la doble hélice deLDNA ajos 25 y luego se dedicó a corretearalumnas en la uníversidad, Bohr, Einstein, Heisenberg y'Pauli tenían, Iv~iQtit,ªntos años cuando hicieron la física moderna, por la:quem~s ,'i

tarde les dieron sendos premios .Nobel. MaravillitasGOmb!~RJ.1by '!''j'

IW3§.cti(;Yi'¡:;!.ºJ;k,ik~a.rcllingstone'lsólo se dan mucho antes de!df301 :19PlJr¡¡,<PA;;;ifl.s!¡81Je,.Jirn. MOrJ;-is9 l1tenía razón cuando dijo a los'?7aflos il.,g\l~!Y~i?§tél.~{:hW\?j9i¡q¡phq lo cual se metió a tomar-un bé;lqq> , ; .

E:;¡ ,RAr~g~ji~§HI;J~r() lascosas que parecen más.difíciles, las-que

apapté\l!enii.s9Ddq.sRq~r~ql1ieren menos edad, y. té}!,!ez pareceljm~13

clifícile.spQrg~§;'l:'!'l9:J9§?ªprecia justo cuaI1QoYélDQPl,.!?de hacerlas,

.~t, :~::,., .

fía !2n que nadie va p, asaltarlo, en que no se quedó abierta.la llavedel gas,en que hoy no hpl:>r~ temblor, en que su mujer no lo va abandonarm!entras tanto,~q 9,l\I? Dqlo correrán del trabajo, en que sí queda cafépara el desayuno, ~nql1eJ,\qtiel1enadaque hacer más que dormir, enqu~ va a despertéir'JTlqñana. P()r.~s9 pone cara de angelito. Tal inge­müqC\d no tiene pruebas ni garal1tí?s;~f3 trata de la confianza íntima,gen~tic<:l.,casite(::tónica,<de que la vicla19 e~pera hasta que despierte,como a la l3ella pUrlTliente, E:sta,pqnfianzél básipél§g l1él,ITIq La Sociedad, osea, los otrQ~q1.lf3velan mientrase,l Cf\z¡;tc\orsle?9élQ~Gl, los que cuidan a

un? miel1tra,9 uno se olvida de, ellos'. ,<),t'J¡" .. i,

" pormjr es el olvido. Quien duermeGPlTletf3¡1~;ber!J19§ªjngrati­

tUdde' clesa,tarsede la memoria de todqloq~e¡9Hi~r~;temei>!t¡ene, delas pitas de su a~e,nda,de lasdud¡:rs.de lé:l7xistenSi?b\:Q€}s!J§.remordi­mientas y pulpas, de las ideas,~eJ?sprovect,c:¡81g§;;¡U;Yf\r:lÍclªd y(~e supasa, Escapaz de, 0Ividarse,clesími.~mR,¡ªe§4n9mfur?;Y"SU~Pl'a, yhasta ,dél idioma que bél81910!0c19'ést~qlJe,nQs~a.lqélflífª por'glgún~trp gíegio¡ ~eél(al(:oho!"cr90~9Jocura,., Es cierto que lasimágenes de!q§ sJ-l~ñP,s sqnrecue~~()9~E;!Jpia, pero los sueños solamente aparecen

. ,',',',' . ""

en le¡ fª9ym~ssupydjyia,ljep.la fase profunda ("delta'~) ni siquiera hays),lef¡os; ~l()lvido es puro.iy el durmiente no se mueve, "como tronco"está p~?a,gq, "corno piedra." se hunde en el colchón, como si 'se des­pren~i~ra, ,q~ 1a.h,wnan\c1a,~Y se rgirwgrta.ra, al planeta Tierra, dondetie;'~'~~s enc8~4r~,q~W:PJl¡99,ilq~rn9~}ltq4~ con cualquiera queesté q~'spiert():, ;, ,'"",'.,' Pero •• la nuistrp,.eslll1~$~di~cl~d;~PnJq~, pJp$,pgloI}es que cuenta

~qrreguit()s cada noche;: Lél, :CqDfja9z~~~,$,?m~rSÚ~?~i~fl f31 olvido poroclwhorél,s al díaseestávolviendounr~curs9.esc¡:¡.so. Una.sociedad dei~smnl1es' (Cllertas O empa.stm~clos);~s yn~;~()giid,·~~',~~~nemigOS mu­

tuos, c1§cteprer:la.dores re0Íproc~$,Jocl0J'YiTnq<? ,9Y~raquién agarrandormido 111i~ntra.$se.cuiclp,ngg ~~télrg?s,p¡g~O$:

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Page 25: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

Q

PABLO FERNANDEZ CHRl5TUEB

mientras que quienes las hicieron a la edad adecuada, ni cuenta sedieron. Es el caso de las ciencias y artes más abstractas, de números,claves, fórmulas y notas, que casi no se aprenden sino que brotan máspor inspiración, espontáneamente y sin querer, que por maduración pa­

ciente, incluyendo eL?-jeqre?jclesd.~Spasskyhasta Kasparov, la edad

promedio de los.Gampeone§mº\lcli<:lle~es;de28años;Hágase.lo que §e hél~alla prÍlnen;P\\lÍl.lray la primera novela de

cualquiera aparecerá entm Jos3Q y lo::>. 49, Antes de. eso todo son

pininos; después de eso, Cll,.lerer ser: novelistélClpinígfgssolamente queuno ha oído demasiadosu disco de pi hombrep~;!qlY([1!1chd) La novelaCien años de soledWifueterrrünCldél al()s.:39af!q::>(q~híÚtór; claro) yModigliani acabó sus lindíBil1)éls monígotas a la tt.¡bercWgSa'edad de 36.

El cine requiere c:jJareníqnes como Kubr:ic~Cl,.lél[J.8()hizo2001: odi­sea del espacio. La arquítectura yJa e::>pyltura igual, ¡jqrc¡pe;para lograr­

lo se necesita haber leído,;yisto,p!atic¡:¡.do,§(3ntidg.yspñAgO más. Comodecía Le Corbusier: en ~rqu¡tectjJraP,9hayMozarts,AqDflasprecoci­

dades no sonpreciosidades.Fr~nktl()yqWrjgthF8ns,trUY6suCasade

la Cascada a los 46 años, 10sm\sm9B<gUeJeníaR.0diQ9úando le dio su

Beso a la posteridad. TambiénlaGqnyerpación·~~:,ª,~~'deveteranos.y lo que se supone que esta1}J~cilquer¡e.impre.§iona ninadíe le

hace caso, tal vez porque aúndejélltaedadp~rp..apreciarloy quizá

nunca la tendrá, es paradójicarnent~élqLJeI19qyy().periodo de gesta­'ción es como de 50 años, puestc>gl1ereqllien~:,no'sólode saber de

todo un poco, sino además de'P9n¡:¡~!oarnaqerªFlJn'rato:las cienciashYll1élnas y sociales, como filos9fͪ"historiél!h~i~()ibgíay esas cosas.

Quando Freud tenía 40 añ.os no.J-l.a...b.ía hec:h.b.,...•. P...·•..·P..·.••.d.:.... ¡id.B.'-. '.'. nada. Peirce, noobstante ser típico niño prodigi~,;fundaJq§e!l1iQlogíahasta los 60

años. y monumentos como <la C.rítipqcl~19rQ.i~n.;pura; de Kant, es loque puede hacerse cuando-tei1g9,,6{hClf¡9~,;!y':·:r"

y pasadas todas las edades,~i e1tnó3P,nyrwallegó, a lo mejor porque

ya se había ido, queda la inIl1arf'1§i.pl~pPBit:Jilidad;de sentarse en una

mecedora a perseguir el solecjtog~¡C\¡:¡$tªcion;' que a esas alturas es ,

una actividad cultural de la mClyor§apiduría. 1

u

EJEMPLARIO

E' nel distrito Seis de París,. saliendo casi a boulevard Raspail, porCherche Midi, hay una calle qoeseIlama "de la Mirada" (Rue du

Regard). Lafachada del edificio de la'ésquina tierieésculpida una cabeza de

mujer con los ojos cerrados y debaj6 hay 'unletrerb'que dice: IVO oigo".

Barry Manilow, un cantante neoyorkino, sieinpr~lescribíq'suscan­ciones, sin mayor gloria. Cuando le llegó el éxito,'fUecori; uría'letni'queno había hecho él, llamada "Yo escribo las canciones". " ,i

Sir Issac Newton (1642~1727)es el fundador del pensqmientcr¿ien~tífico moderno, al demostrar que todo 'el universo es un mecanismoregido por leyes naturales. En 1936, la Casa Sotheby's de Londres

subastó todos sus manuscritos, que entonces fueron revisados por bió­

grafos y admiradores. Descubrieron que Newton fue, durante toda suvida, espiritista.

En Chapultepec, Ciudad de México, hay un parque cercadoymuybien cuidado, que se llama ahora Jardín de la Tercera Edad y que, enefecto, es estrictamente exclusivo para: personas ancianas. Además.de

flores, árboles y esculturas contemporáneas, hay una gigantesca jaulapara aves. Dentro de la jaula hay buitres.

El escritor francés Guy de Maupassant detestaba profundamente laTorre Eiffel, ese "horrible esqueleto" del progreso que' afeaba toda suciudad. Maupassant desayunaba todas las ,mañanas en el restaurantedel primer piso de la Torre Eiffel, porque era el único lugar en todoParís desde donde no se veía.

Los miércoles 23y 30 de noviembre de 1994, en Francia e Ingla-:terra, respectivamente, se suicidaron (respectivamente) GUyI)(3'pord y

Tomtny.Boyca, Guy Debord, fundador de la InternacionalSit!lacionista,escribióun libro-tttulado La sociedad del espectáculQ;qüe hace unacrítica finísimá;edmplacable' de la sociedad cóntempor~neé\.Tbmmy

Boyce escribió el'tema de Los Monkees.

Hans Chrístían Aridersen (1805-1875), aqt()roe losmáspopula;res cuentos infantiles,' como "La sírenita", "El~oldaditoele plomo" ,

Page 26: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

LAS ESCALERAS

S i las escale:as son p~ra subir o para baj~~ es-una pregunta absur­da. Es ObVIO que se Inventaran para subir, .porque, para empezar,

nadie quiere bajar; por eso los dispositivos planeados-para bajar nuncahan quedado definitivamente perfeccíonadcsicomo.es.el caso de las

resbaladillas, las serpientes y la caída libre. Despu~s,de,):qdo,f'escalar",que significa hacer uso de escaleras, síempre-quiere.decirc''stibir", y-lasinstrucciones que les dejó Cortázar a sus cranopios son paré1.subireseac

leras, nunca para bajarlas. El hecho de que las quinceañerasútilieenIasescaleras curvas para bajar el día de su fiesta, es sólo un truco para queparezca que nacieran allá arriba, como los ángeles.

, La escalera es, una máquina que se inventó sola, y como todos los

autoinventos, quedó tan bien diseñada de inicio, que no han sido necesa­rías mayores modificaciones desde la construcción de la Torre de Ba­

bel, el prototipo oficial de la escalera. Una escalera es la hija de un pas\lloy una pared, su cruza, 20 centímetros pared, 30 centímetros pasillo y

así sucesivamente, hasta que se termina de usarla y uno está del otrolado del pasillo y arriba de la pared, en la planta alta del mundo, enton­ces se descubre que las escaleras duplicaron la superficie del planeta. '

Pera la extrañeza básica de las escaleras radica en que todavíaexisten, a pesar de que, cuando hay una escalera, por mínima que sea(una escalera mínima recibe el nombre de banqueta), junto a una rampa,la gente prefiere usar la rampa. 4,100 años después del zigurat de Ur,

que es la madre de todas las escaleras; 145 años después de que ElishaOtis fabricara el elevador y 97 después de la primera escalera eléctric¡;i;,

las escaleras manuales, o mejor dicho, pedales, siguen instalángq~~,.

grandotas y bonitas, a la entrada de casas y edificios. Por alg\.lDE\ r¡;12:Óll.' ••. ,La razón más evidente es que es muy difícil no. Pélrecertafélcl?'~n':

una escalera eléctrica o en un elevador; por eso en e!los todos'van con, ,

cara de yo-no-fui, En cambio, la voluntad, concentra~iS)11Y coordina­

ción que exige el,aSCenSO de una escalera le PQnE!acUplquiera 11:\car~

de inteligente, incluso 1:\ los que compran e$% qpari:ltgsgimnástico§ r( 1;;,:}"'.

patito feo" o "El traje nuevod?I''Prp.p~r9'ª,9t:1;tuvo una vida desdichaday triste. Freud opina que esto se 4ebi8"g.·q~~ su madre nunca le contó

cuentos de Andersen antes ~edorrn.if-'i·''; .Zenón de Elea (490A3Q q,QJ"ljlósofp griego, famoso por sus

argumentos contra la PPs!~1liq¡:¡dgel mPvirnÍ\~pt(),sqstenía que si Aqujles,el de los pies ligerqs, c:oI1tE!ndí¡:¡ ~n,upa¡:<.lrp?rq4e,+Ométros contra unatortuga y le daqg)Jn metro de ventéliél, nGn<;¡:[ppdríaalcélnzarla (por

razones que nomepen,phórél qlcélso):S?gúpI3(:l[~sºn,erclíadelaprue­

ba, Aquiles a!Gé\P:zp¡:lla'tor1:pga y selª¡:n.l~nt9<.l'?el1ónenla;cabeza, demodo que Aqlljles n<:> sólo¡:¡lci'lptp.ª1i?J9r1:W9¡;i¡·isino,que -la tortuga

alcanzó a Zenón. . •.•. ':.., e). . . ..j::l.ferrocarrilMé:)dc:p-Ct.lernpY¡:lC:¡:l,estélblectdQP¡;¡Ce más de un siglo,

fl,lE!sl,lspendidqdefinitiv¡:¡Il)E!~teJ¡~klQ;ge.jl,lniQ de 1997, debido a la

gn,'n Cé1nti.d¡:l~l d.§ªC~iqel'1teS.ql,1\3cPlJ~qba al' atravesar la Ciudad deMé:l:d~º:Enel rec:prriqo fmP! que ~ organizó para despedirlo solemnementeaquel. últimp día, en presencia de las autoridades pertinentes, la lo­

comotora 9245 se estrelló contra dos automóviles que cruzaban la vía

(nota de Víctor González en El Financiero).El ferrocarril México-Cuernavaca-Iguala-Balsas, establecido en 1894

y que fue suspendido definitivamente en 1997 debido a los altos cos­tosque significaba para la economía nacional, dejó sin comunicaciónni economía a más de cien pueblos que hqbían nacido y crecido a

orillasde sus~as.lj;\ jl,leves~4cle illJjgqg 19..97, ei'tmneqitoppra niños del Bosque de

Oh9:Pllltepe(},mje.c:qmjnc.t~q'prePJeºAs8'\Jn8;velocidqd máxima de 10kph,.c:hoc:p (;ontr ¡¿ ,\JI} ár\;J91;,1'::I9.S§;x~gis¡traxon pérdidas humanas.

"Parqdojª:,Figurqrgt9riQª·".S1\JeQ9p.sis.t\'!~nemplearexpresiones o

frases que•.enVllelven.·.contradicción;}!."","Ironia;. fig~r(i~~tc)ri~q'9~~i~~~$i;t~endªr a entender lo contrario

de lo que se clise.:?q:lJ.·Md.•.. o.·.·,.··(l.·•. I.,g..·..\J.i~.'nre.,.·.\¡:Itª9lg(¡nqcontecimiento irónico dela realidad, gen~ré\lrpgnt~;E!,(liQ:eqgg,'?s,1,.lnª¡paradoja. Cuando una

paradoja sucede en Iq r@li<:l~9?C'$.e!:UQe,qU? es una ironía.

PABLO FERNANDEZ CHRlSTUEB

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PABLO FER!'!A!'!º~ ~H~I§TH~\3,

especiales para subir e~caIPn.~1~!1-Ip,-c()~;áidcid--8~".~Y-ho~ar, sin tenerque llegar a alguna parte. Una +ª2qn mÉls 1l':JlÍf,P?r:p,távica, consisteen que al final de las esca!~r9:? 1'i~mprehabía~nelt~r, la luz, dios o eléxito. Si en la Edad Media en. el rema,tede las~s(Jp,l~ra,~hpbíauna cruz,

lo más probable es ql}~ hQ~lhaY8u.n l:3MW ,:;c;~.;.Por ambas razones, lCl~scqlerp.eS,el símbolQtr~qiqi9Pal del esfuer­

zo y el triunfo, del tm(¡ajOyel e!:JtgtlJS,: LqseScalerp.s~pCSTP9P9Y las decaracol son escé:ller9spe pu.ro esfv¡:lr?;gyrg~pa detriHPf9;~p'efecto, las

escaleras del é~ito 59nl 8,&rE3(;tP.s,s¡nn~Ila,!1Q9d.es(Jansnlp.;f1i(¡~m3,ndal obalaustrada, pan~ que Se note. la:epjwldiq .qelqqe~s(;éllCl,'YsJ~n ¡:csegúnopiniones..'aut~ri~adas- corno de 7g.es9alones"q~gw~n,í9!:Jq\le·.teníala que s,oDóJacoh e~ la Biglia, pp.raq~es~ Pu.e9~;.tePcsr,ia,Jniradp muy

en éllt91 mientras se sube cQmo:a,b~Prt9.:CSn§!)g~a,hYi$lm(¡i~PPf1raquenocualquier hijqde vecinQ p4ecla lreP¡:wlgs,!!Y: RélJ"P, qUe u.no 'PlJeda!H~fJo '. ver}'abaj()laS esc~lere9!.',)~~pr:~,$i9n:ClbY'~ja.g4e>,selJsaba,'paran~f~rin;ea)9s~ir0entes,'.~§sQ.~}:iY!?·~Ü:m1pn~less.a,ÍiQserpientes cuandotirpb~nlQs.9ac.lC?s-:~HÁs.,~~§~!erassonJametáfora de! ~xito, los escalo­ness~n lélrnetáfqgldeLpfójimo, al que hay que pisar para apoyarse y

seguirsubiencl9·Pero lqs escaleras, en su interior, traen desde siempre su antídoto,

s4 propign\'mación, Y es que los escalones presentan inmejorablesrn~d\da,sgmOl1qmi(:i:\~pªrélej~rc~rotra actividad, a saber, no subir sino

mtarse,yq ~eCl~n9Qgi9élo,g?~Patélrrpc\<:lmel"lt!3,pero siempre quitado deitarseen unrl,pc;rrllp.rrdmnlica evidentemente npsubir, lo cual

Rqit)c:eañ~ré:l1i.}{ ...·'PI~ff%JiF@eqisarl~·,. su

Los 'ESOTÉRICOS

Es portentosa la capacidªdhu.mª11q,Rª,ª~1J9Q11trªrla Verdad Ab­• soluta en el supermercado, _parp héll!ªrJ~L $~ntic;:lo de la Vida con

sólo prenderle a los horóscopos de RéldioC~!1tro;Aúltimas fechas,. ,- "- _. ':",

todo el mundo lo logra: todos andan.con. sut~rq~rQjpPor.el cuarto

camino hacia la quinta. dimensión, praoticandq. Yº9i:tY,Fe!1~al1do sufí,

purificándose con yogurt después de la.contemplaciQQ"eppql¡:¡lldq if-jj~

rámides en días de solsticio, solicitando cartas astrales c;om9.,sijue~an

actas de nacimiento, leyendo cafés, manos Ybqrajªs,tGonSL!ltamlº.~ll

Chíng Y otros cuentos chinos, .G ¡I,;: IJ",.-·" I

El hecho de que la gente se sepa su signo zodiacal, con asceo<:hfn"tes Y descendentes, quiere decir- que hay algo que ya no funciona :en _esta sociedad; la Verdad, esa que fue tan útil durante el siglo; 1a.4~laciencia, aquella con la que se puede obtener la composición químísa

de los sueños, .mas no comprender un sueño ni entender para quésirve ser feliz o infeliz, o pensar Ysentir, o saber verdades cíentíftcas.La verdad.científica todavía es correcta, pero ya no es creíble. Y e~ lavida diaria de la gente, de lo que se trata es de creer, de contar con-algo

que dé sentido a las fortunas Y desgracias cotidianas. Puesto que lascreencias religiosa Y oíentífica ya no sirven para eso, puede verse acatólicos ymatemáticos, amas de Casa Y posmodernos, hippíes y

yuppies, burócratas Y rockeros, sesentaiocheros Y empresarios, .bus­cando creencias Y encontrando verdades, no porque sean correctas,sino porque son necesarias. I:Ji

Así corno cuando uno está buscando sus llaves todo parecellav~fg3i .así cualquier cosa se convierte en la Verdad cuando se le depCl?<jté'! yn?, .creencía,,;Y;cªsflos esoterismos, mezcla de religión, ciencia,}'.pí;1bas'~e

batea" la mVi'tden encontrar en un café turco, en cUéllquieLpalabrQtaasiá,tiqijl YJY~t!fi9ªrJP, religiosamente con un ély-pues:Y9-,5í~~reO, o intel~c~tUalmeJJteRQr:i:9u~iJlJpg y Borges también creígt1 y además'uno ya,leyó Elp~ngylq,ª~El;).l!()º!11t,_ojustificªrla depla,ho ctentíficamente c;~)Oponer 19o!;¡qn-!;(ª9rr9_iªgi,~}{pertqque no, mql1icsre j\lstific_ar._·loque:,~?

,-tie/ f , ,",J':::., '··'1'· ..J .......(1

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56

PABLO FERNÁNDEZOHRlSTUEB

evidente con el solo he~ho,,:9e.'s~r\.ln ilJrrlif1~9P,' es decir, de haber

tomado un curso por corr~spOngeI1ciél.l-~~rNddel.esoterismo her­mético de las trascendencias oc;L1ltélp es, guca nacjie. tiene que exponer las

razones de sus creencias: paraeso son oculta~'i?'·.Así, las verdades quesee.ncuentransbne~tri9t<!tmenteciertas; en

efecto, la contemplación-realmente relaja,' el;1:9q1I¡:¡Cbpuntualmente se

cumple, las cartas dícen.la.verdad.Ja gente se élgélrroJde las manos y la

hermandad les vibra en bue.nélqnda. ElLChingdélTespuestas exactas,

pero sólo porque tiene.una c;antidacldepalqbrasgiftisasalas que se les

pone el significadoQl1eLlnOyatraíacle anteman81y silo que se buscaes tener con quién salir el viernes en la noche"ClhF,donde diga luna

rutilante,ángelcie.lfª~goO duraznos en,'almíbaH;s¿'8ntuentra la res­

puesta adeq.l9clél salg~ o no salsa el viernes; pqr?Ú3llc)(el diccionario ola-sección amarilla sirven'contg4ale:xactitu~,R~;puede interpretarcwó\lqLlie.r cosa de,cualquIerotrcúla creencia estáen)q[nterpretación, queno proviene del libro sino de-las preguntas d,elos'creyenfes, de sus

reflm{Iores,leoturas y ele IqqLlesevqncontan~~';Dnos a otros para

convencersede .. creer. La verd.<id' no ··.·.seenc~~8fré1'ni iSe descubre: se

Inventa .y.~seqm~ru~e.en la cOrnunIcqcjón.'.>')'Las esoterias pueden ser creenciClsmás,hQi1itéls,'que la religión o la

ciencia. porque no.pre§entan nLun:InLlndode.p&sO",ni un-mundo dedatos, sino' un ml1ndoenc;anta,dQdonde lá vicl~~e; hace interesante;

pero-aceptar-sin rn,ils,CjLle SaturnocastáenlaP9siqiónpropIcia para los

capricornio es.abaratar la magIp"pQnerla'enu!'1\:l~tader()de supermer­

cado. Para queseélc;n:~íble,unªcreenciéldebe§~irnayorque el creyen­te: debe ser inabarcable, Porlotantoipara's'(")stener la verdad de un

mundo encantado; noca~ sufisiente creereqIgesoteria, sino creer en

eso con lo que se cree;eqJéle.soterja;laúltim~;Ycardades aquella con la

que se inventan yconptp.1yenlascie.mM,Verdades. La creenciainabarcable es la coml,lnIG9cióncon laqyg:!iiigente. se convence decreer, con la que hacen.lás preguntas Yí=lpdonde. después vienen aencontrar las respuestas; En,. rigor,' tcx:!as.lél.s pi'llaprasson mágicas porque

hacen ver lo que se quíerever, Todos 195 glElstos son rituales; todos los

libros, cabalísticos; las ideéls,él,lqt¡ímicéls,:'!:T.Ienguaje en sí mismo está

encantado, porque todo lóql.leffieqcion¡;vsevuelve cierto y verdadero.

...

Los ESTADIOS'Y'LA$:'MULTITUDES".0';'

¡-¡.",.'

En el estadio Hil~~borou~h~de'1nglat~.. ,ri.a.·i/'·Óím.. P.:..~ del Notting~~m,en 1989 sucedió una típica tragedla'de'futbol: no, no perdió el

equino de casa, sino que 96 personasrfúli:ikrbri'EiÍTas'ildas'porla multi­tud que entraba al estadio, en untiempb récdrddétS 111ii1i.itós;'con una

eficiencia de un muerto cada 3.7 segurídos.: Según;ést~y otras trage~

diéi1s afines, no cabe mucho hacer unapsicólogíadé¡:éori1p()rti'lmíentodelas multitudes, sino una psicología del com¡jortéitnient6dé ¡os~stadíos;

. :,_:'1 _', _.:,:';, '. ,iporque la arquitectura es también una formadep~nsániiento;cómO'si

la obra misma fuera una mente da.concrato armado, que"se'activacuando el luqar se ocupa. ",;;'

Después de las pirámides, como las de Egipto, los estadios; lcorn,ÓelAzteca, son las construcciones más extrañas. En ellos, dice eanetti;':'."to"dos los presentes dan su espalda a la ciudad; la masa está sentada frentéasí misma" y, por lo tanto, su fuerza "tiende a descargarse hacia' aden- i

tro". En efecto, las miradas, los movimientos y los cuerpos de •sus 'integrantes propenden a compactarse y consumirse, como para no

ocupar lugar en el espacio. Mientras que en otras partes las masas

improvisan su apretujamiento,en los estadios, diseñados especíalmen- 'te para ellas, la arquitectura ya contiene este Instinto, El interior de un

estadio es, formalmente, una bajada o despeñadero en forma cónica,

que termina en un punto en el centro donde se concentra la atención, lafuerza de gravedad y la inercia de movimiento, y hacia donde conver­

gen las masas por su misma,ansia de cohesión, porque toda multItqd

es como enamorada, siempre quiere estar juntita. De la misma marwrél.'

que un puente impele a Cruzarlo y ver burro antoja viajé,'·~LI?!Jnto.

. central compele a ser ocupado por la masa. El manchón:qe saque i

,InicIal de la-canoha es el punto que se carga con todil'I~atracGióny •

pasiónde léI' muchedumbre que llena los estadios, y ya que es un centro

bIensirnb0lieo; se puede mover de lugar, tornando la aparienciactepelo'ta'Felp¡;(IÓh'?sel dentro del estadio rébotando por todos lados;por. t3so¡iotlaii99cá§plas tribunas, la genten'-!flcSlIo quiere devolver.A

~~2¿_;.c,L~'~',-L;· .. - , ,

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hacerse oír, porque masa e ipdivi<:llJo i5.?lJ' dos universos psicológicosseparados. En el breve infierno de Hillsborough, la multitud, en suprecipitación al centro, salpicó exactamente 96 de esas rebabas, aplas­tadamente individuales, y no hay manerqmf1$ solitaria de morir que enmedio de una multitud. La culpa fue del?s.tªdio.

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

¡p

PABLO FERNÁNDEZ CHRlSTUEB

veces el centro puede adoptar la apariencia de árbitro, al que -comosucedió una vez en Argentina- los jugadores, con todo espíritu futbo­lístico, pueden matar a patadas.

Empezando por el centro, un estadio es una pirámide al revés, yprobablemente su Sl!~ptut9 contemporáneo, Las pirámides, como ladel Sol, son estructuras m?Cj~9S, CllYO enorme volumen se fuga en unvértice, en un puntocentra] 8l\~ <¡!rril:>9 quesimboliza, según los diccío­narios de estas cosas, "e] P!l,pt99~ PArJ:ic;la y, )lega<;lq de todo". En el

hueco de un estadio cé:lbl:! p~rf~stqm§nt~ YD.P pirámide invertida, comocuña, que está de c?\~e~f:lim,~,é¡\g'~p19BQ~iqIQp, sino también en lasustancia, porC¡4e uq.~$tq~H9, ~,R.sqm81p:S~§qlrCl de una. pirámide he­cha de aire. Y está al re\{ést9m9i~n, en la función simbólica. se suponeque lo que se acumula en!:!1v~rtice elela pirámide sólida es energía"inmaterial"; mientras que ep el estadio, construido en negativo, lasmasas entienden $U simbolismo invertido, o sea, que lo acumulado en"el punto de llegacla"Cln~ abajo tiene que ser una fuerza material, decarne y hueso, ropa y banderines: una masa humana, con el ímprevis-

58 to problema elemental de que la materia nos:ªpe en 1,111 Pl.1I1tq,salvo

hefh~ Pl!r~.,

Vn ~stapio es, psí, J-IO erI1bygg.gema,E1RS, qHe,º,p~rq,~qn la lógica

de lapregunta absyr<;lq: ¿S4~nt,8.~E\ge§l1vnr.mb,Bq8?,"Y,Ase es exacta­mente el imposible yolllroeq.,quel~:~JINll~ti~nªf3,\ª'H9nq~Ptrar, sinhacer CqSO de la simple lógicél,de ql!~el;~stqqipY~est~.!l~no. La turbainicia, pues, su viaje (11 centroqe atrªccié¡n.~~r~)9~tenerla,Josestadioscuentan cap dispositivos dec¡oPtePciÓnIC9mOytB.ºI~t;je, las puertas yNnelesl la pqlida, lqs' desniveles, los ~si~mpS:YJA§',~r~jas.Cuando elSentro se ha"encendido" YJp,m8sa,est~~fenq\48{nad.a la, detiene, ypara,qójicamente¡,ICl,s\:>arrem§ mª$ilbatjbles¡~S?m8'lae polieia, puedencausar menos destrozos; en Hm$b()rql!gh;'1~'iü9l!SjP!epero, importuna

flexibilidad pp1icié\ca d~jQpªsªra,lªHlasap~r~qlJ?S~ fuera a topar másabajo con ~PDtencion~s mª~ rí9idªs, son:la~,y stp iniciativa, como loson las rejas; pero.Iá.masa.no s.ed?tieneens.lJvÚ~j?;sólose va raspando,rasgando, rasguñaI1do,y cacléluooclelos.iit-gnes que se le desprendedeja de ser parte de?ll¡'l para CQIW?r1:irse§p: otra cosa, en individuosque se quedan solos, ai§lados, espªnt(')s~m?nte incapacitados para

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LA ÉTICA DEL ESPACIO

Mientras que las obras complet.as de Rulfo caben en dos libritosque se pueden llevar bajo el brazo a todas partes, cualquier

superestrella fugaz exige un piso completito de hotel en su contrato de

\) presentación, amén de la cantidad de ~~pacio .qu.e ocupa en el.perió~i­ca cada vez que abre la boca para decir sus nimiedades, La diferenciaentre ambos es cuestión de espacio.

El espacio es el DNA de la convivencia social; es la manera en que'uno puede estar con los demás y saber que pertenece a algo y a al­guien. Por eso "prójimo" quiere decir próximo. El espacio es una ma­teria social que lleva dentro no sólo metros, sino valores, normas,pensamientos y sentimientos.

Cuando uno se avergüenza, mete las manos entre las piernas y seencoge todito, como para no ocupar lugar en el espacio; en cambio,cuando quiere asustar al otro, abre los brazos y la boca, y se infla comopara ocupar lo doble. El espacio es también una sustancia simbólica,

. que puede tomar forma métrica, pero igual h¡:¡.y un espacio auditivo,~ vi?tléll, conversacional, editorial,vital y, pQJ;§llPY,e_~t9;¡º!fªtivo, según

~~nota. en e\heqpoc\eqLle qL!ienpPseb~ñ~e$'~?dl)Midoa mayordistélPci¡:¡.. TocI9~?·espasi?l\,'HwlW~q~I}Q~8ttq~,r;?taFVivo 'sígnifica ocu­par un lugar en el esp¡:¡.c:io,per.P,qüeu:trp?qLll1JQ~'ViVos son un recursoi\Íll1iJ¡:lc\o, el espacio no, por 10W'WlqlTlél~~~flS!eqGUparlotiene cense­

<::uenc:jas para la convivencia social. .•'. ,.<¡>. Lq torpeza -esa habilidad pélra tropez<:lr~~'~gLlsto- requiere más

cancha, y como para ser tqrpenosepic\eMrmiso, no puede pedirespacio, sino nada más quitarlo: uncocPeB:60· kilómetros por horaquita cie~ metros cuadrados de calleqUe}1élc\ie puede usar, y quienencima se síentecreeído.jnflado; COmº §r~l midiera todo eso. Al pri­vatizar calles, acapararconversaciones, ge;stiéular conaspavientos, apar­tar butacas en el cine con el suéter ohinchar;se de importancia dandoórdenes y mandando a lp;sdelllÉls;j§ e;stÉlejerciendo en el espacio estatorpeza, que resulta ser m4ygl~Hnm()Sq,'y.recibe el nombre de poder.

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLITAS

El poder es el acto de quitar espacio, c0':11o,cu¡;¡11p, gente ya no puede V-­

aproximarse, aprojimarse. Se entiende por qué los poderosos tiendena engordar.

En cambio, la posibilidad de vivir próximos puede expresarse conla frase de "darle su lugar" a los demásylotcual.esuna.ética. La-éticaconsiste en ocupar el menor lugar posibleenel.espaeío.imoverse delmodo más sutil. No estar de más, no ,figurar -de.imáses una buenaforma de la sutileza; pero, sobre todo, .existe.uná.maríera-de ocupan

menos espacio: la que usa una bailarinadehalh~t\cLlyoC\Jerpoparec~

que se mezcla con el aire. La maneradeqcupqr:.el·rneoof;lugaF esocupando bellamente ese lugar. L~s cosqsbonitas"sonaqu~lIascuya....

presencia no obstruye la ~!:~pción, por el. co._n_tr-'-p_ri_ó....;.prog~~c_e~.Pimpresión de que la construyen: un olor limpio. una textu¡.asl)av~.t#!1~.

frase chistosa, una idea inteligente o un trabajobienhecha'no.estor-]l....__ ~__. ------_.-.....-~-~:~-;-- ,

ba~porque son modos de estar que no quitan espacio.a:¡osde1]l~'1

sino que parece que se looan. Así, la estética no esunaCI"8tnq,sino:una forma de la convivencia, y así como se dice que losniños b4~no?$on¡bonitos, o que las pinturas bonitas sonbuenas.sasí.la éticé"l,!es~st§ticq.1 61

Nuestro actual avance cultural ha ído-adquíriendcelos ide¡:¡.l~s¡;:1?j~

torpeza, al grado de que la dimensión estética-se-ha.perdido, por. lo:que a la gente ya no se le puede ocurrirotracosaqLie/!ganarnespa~ ,cios, conquistar posiciones, escalar puestos,alcanzareStatus y dan /

muchas, muchas órdenes-como la granmeta de su vida. La ruina en queha quedado el planeta es un buen ejemplo de cómoganar espacios. Alinicio del milenio, el elefante del poder anda suelto en la cristalería dela vida, lo que produce en la gente la sensación apretujada, oprirnida',¡d~ la falta de espacios libres,de no estar a sus anchas ni siquiera dentn:rgeiv'-

':" 'lO'

sí-misma, como si faltaralugarhasta en los propios,pel'1samient()s,J6iicual impele a expandirse' como sea, a codazos,con las torpezas del:caso, donde el prójimo es una obstrucción y la convivencia, un cho;¡gw. Míentree.más se gana menos hay,porque .la>ú,nic;a manerad~i-----<",tgn~H~§pqC¡p~$ dejándoselo a los demás: ésta es la bellezadel asunto: "

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EL FACILISMü DE LA SENSIBILIDAD MUSICAL

H a de ser descpnsolador para,los, rockeros convictos enterarse deque cualquier anuncio de yogurt, cantantito al vapor, político

populachero y la nata dela fresez clasemediera son todos, también,rockeros; pero el mismo rock.icon el estilo trémulo y sobrecogedor

que tiene para hacer palidecer; a los demás géneros músico-vocales,mostró que la música, según se escucha cotidianamente, resulta ser laforma más cómoda de la ideología y que, en tanto ideología, se haconvertido en una manera de ver el mundo. Decir que la música notiene fronteras equivale a clecir,rigurosamente, que es un lugar común;y en efecto, el repleto lugar común de la fama, los fans y la alegriatiene coordenadas musicales. La música sustituye a la plática sobre elclima y se ha vuelto, en verdad, un clima, al grado de que se ha abolidoel derecho a no oír discos, según lo consigna la regla de saludo de los

invitados: "¿qué, no tienes tocadiscos?", mientras que el derecho a nover nunca una pintura, a no tener un.objeto cuyafuneién-sea ser visto,sigue siendo una garantía civil. ;,u>,' 1,

La musiqalidad se ha convertido en.la f9rm~·pr.iór.it¡'lriadecontacto(;onl~ re~liq¡'ld,decomprensiónyconotimiiint8'dgLmúrido;enoposi­

SiÓpq\q$ illlá!Jenes.vis\lq1esy.\as.pélI9grªs¡)ªsg~linas,ydas bibliotecases.tánvqcías porque pargentenclerlaviqqpª!3t~:t~rarearcualquier cosa~ntre los Enanitos Verd,esy Café Tar;t.¡Pa.:es!ai9,éológía fácil de ver elmUI1dQ.musicalmente.Todoconoci~i¿rit9"ª:~1~réalid¡'ld se hace me­diante.palabras o imágenes; la ¡núsic:a,esq:emPción inexplicable, per­tenece alaclimensiónlas imágenesa\l9ltiYél9iJªsimpresiones, las ex­perienciasy los impactos, peronoa la dimeDslgn'de,las palabras. Poreso no se puede explicarlo quese escuche)" ypará'Cc')municar que unacanción está padrfsima hay que ponerse a Pélc:~f1os gestos del vocalista

~.y el baterista al mísmo-tiemporo sea, recqrrir.'aimágenes, como los'niños que tienen que actuar todc Ioq\leplatiCan, porque aún no pue­den separar las ideas de 10sqc:tqS y PQrque':todavía no les alcanzan laspalabras. . , ,

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

Es una forma de comprensíón.dívertida pero rupestre, porque cons­tituye un código que se puede usar sin decodificar, es decir, sin identi­ficar ni entender: basta fusionarse y confundirse con él para sentirloautomáticamente; uno se vuelve música, y salta y se balancea comoella. Esto es lo que le molestaba aMarcel Qqch9rI1pcuando dijo quel'lamúsica no es una expresión superiqr.deLindivjduo;no,esmás quetripas contra tripas: los íntestínos-respondénsa la. JrjP?l 'degato delviolín". La música, como las cachetadas.,esuna;reatidad¡::ruda, que para c./sentirse. no requiere reflexión niadi(:~str:amiento.pnwiº,yppr,eso'se

presume de que calma a las fieras, admiti,endoasLs!;1;prirpitivismp;co.sadifícil de presumir con las pinturas o Iasescultura$;\por(lLI~"nOiha~perro que les haga caso.

Mientras que la pintura O la arquitectura-se componende oqjetqsquietos, a los que hay que ir a buscar con la mírada.atantajla .músícatiene la capacidad de agarrarnos por la espalda, porque los oídosno Sepueden cerrar ni dirigir como los ojos o el tacto. Un cuadro.en lapa,~ed

es en principio "nada", y para convertirse en "algo" necesita deLC2s:"fuerzo detenido del observador; la música, en cambio, no requiere de~ . .

'I~, búsqueda activa del receptor. Oír música se parece más a respirarque a trabajar. Sólo así cabe que se toleren sin curiosidad las cancionescon letras taradas o en otro idioma.

Así, corno aire respirado, la música de estribillo y tonadita ha pedí­

do instalarse como entendimiento de la vida. Considerando todos losradios, autoestéreos, tocadiscos, walkmans, conciertos, música en te­levísíón, videoclíps y adolescentes andando con la música por dentro,

tpdps sumados, encendidos y desparramados sobre la ciudad, puede'§4Ppnerse que, en efecto, la músíca constituye un clima social; estQ,ewh.··,W1é.l comunicación y conocimiento sociales. Si se 'define.lajd~óI9gía.

"QPl11P una versión ínsosteníble de la realidad, entonces Jaf9pna. más:fá,cil,delQ insostepiblesóÍ1 las sensaciones, que Ilegancorpoelclima.y

Se tienen que aprender; ni explicar, ni discutir. Laideologíq"'.'''.,' ,." ;qll,l$icaliz?\dp. no. .consísta en una doctrina inyecta\:¡le,sino nada más en

/~§(mtir,gejªrs~~¡¡evar" ,en vez de "saber, hacf3[.venir", porejemplo,

té,\l1to,§~n~irp8J).q.l?errpitido,Saber que la .~xslJb"ersiva teoría del fee/ingyJ::¡ vibrg<)la vi~ne,en';'i~ntido,.contrario.,

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FILAS

Todo el mundo dice que odia hacer colas, pero no es cierto: lesemociona. No puede no gustarles porque podrían no hacerlas.

En una ciudad cuya densidad es de 500 filas por kilómetro cuadrado,un día pleno para el ciudadano promedio es aquel en el que va al banco

tempranito y saca para ir a pagar. la luz, el teléfono y el predial ensendas sucursales porque ya se pasó la fecha del banco y es el díalímite; o va a un restaurante en el qu.e hay que esperar mesa porque secome ríquisimo, para luego escoger justo la película que garantiza uncine atestado. Ni los domingos son un día perdido: se puede hacer colaen el mercado o en Sixflags. Siempre habrá un motivo importantepara formarse en cada ventanilla. Y entre fila y fila, hay colas paradejar a los niños, pedir información, cargar gasolina, comprar palomi­tas o, en los minutos vanos de un día pleno, marcar algún teléfono

ocupado, fila virtual de la informática. En este país no hay gente sola:

está haciendo fila de uno.Hay dos razones para que la gente se emocione haciendo cola,

aunque tenga que decir que las detesta. Laprimera.es-quehacer filas'

proporciQna, li:l ilusión de, estar ,haciem:!paJ'gQQcmq1,le.:1len,ar las horas

del día. A simple vista par~ce@Ef:yªjQd~:rmºtV:!Qjienedemasiado quehi:lQer,.'Per9ac:tl1a,lrI}eqte,' ti:lntQ lQ?tno"bi'ljQ8'c()!TIq, JQspasatiempos pro­mediR spn aQtiyic~a,desabstra,Stfl?c¡ueQP!1slstenenelecirle algo a al­

g\lien, psistira .l~g~res,pi:lsarllrpªpeIgeªC¡U.LPara>allá, poner vistosbuenos,prepderaparatos,s6nreírl~ªlc:lirPte',;!>in que al final quedeconstruidoqlgoconcreto, "rea1";por.esp§~J1roQ1Jdela.sensación de quealgo falta, lainqu.i~tlld de un huecQ vital,e¡tüiditoansioso de lo incom­

pleto, a lo que s¿lok~edemspon,c:leI"sepG~~hf~ndblelas actividades aldía, a ver si con .eso seQompl~té\,Y qnf'! c!elqs más serias es hacer colasporque parece necesaria ("sino, le Q9Pré'l!1¡:¡ uno recargos en la tarje­

ta"). Así se fabrica la il\Js!ónele hqberhec:hQ algo "importante", tantomás si es "urgente", pordomiepiel1. Vele!;;l pena dejar los trámites parael último día, cuando la certezade"haber hecho algo "real" se ve

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLET""S

incrementada por la gravedad.da qngar a las carreras, con dinamismo,viendo el reloj, impacientándose ante tantatardanza.

La segunda razón es que las filas están hechas del material másatractivo en esta sociedad: gente, y en su mejor momento, ociosa;disponible para el escrutinio mutuo, que es el verdadero vínculo social.En las colas uno puede llegar, sinmáspretexto'queeI.deber de estarahí, para averiguar sobre el hombro del deenfrehtej::¡ué lee y qué traeen la bolsa; para ver de cerquita los aretes'yJas:áfrllgasdel'vecino;revisar concienzudamente el guardarropa de una gama qe prójimos,en todo el espectro de las modas; aprender nLtevasposesdeesperayaburrimiento, que son las que hacen parecermás'¡nt~ligentéalasper~

sanas, y ser enjuiciado en todos los rubros preeedentes.ipére.lc cUi:ll¡por lo demás, ya se venía preparado. Las colas son el sllstituto,c1ef '"paseo". Una fila es la asamblea de miradas a través,delascualésupoaprende a ser visto, de modo que sacar un pasaporte envísperásvde;

vacaciones se torna una vivencia fundamental. En las filas se intercam;bian una que otra frasecita, sonrisita, farfulleo, que las vuelve sitiosamistosos, de suerte que existe el lamento impensado de que la Gola nóhaya sido sólo un poquito más larga.

Ambas razones, una negativa y otra positiva, conjugadas, produ­cen la frase más significativa de la clase media: "tengo que ir al banco",o sea, que la gente dice que odia hacer colas para tener algo que decirmientras hace cola, y así todos parecer sensatos dentro de una culturaeficientista en la que no se vale admitir públicamente que a uno legusta perder el tiempo mirando cómo los demás esperan en hilera.Por eso la gente hace una cosa como si hiciera otra, y de la misma

manera que llaman "acuerdo", "junta", "cita", "convenio!' y"poners%:·:.en contacto" a intercambiar una sarta de insulseces, a hacer colass~I~'considera "tener mucho que hacer". Ésta es una socíedad.queeculta '.

~ys mejores. intenciones, pero si quitara las lustífícacienesyasumieralos gustos, lo que quedaría sería una fila redonda, que.es una filq sin

'. pretextos. una ronda de socialidad, que es lo que la gente quierehacer yno sabe nic;QfPO declrlo ni cómo pensarlo.

r".i:

65-,¡

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LA GENTE

Antes se hablaba de las clases sociales, los obreros o los jóvenespara que pareciera que de veras se hablaba de alguien. Es hasta

hace poco que se puede hablar de la gente sin parecer que no se hablade nadie, porque ahora ya se sabe con precisión que es la gente la queha logrado los avances en materia de democracia, rock, justicia, ecología

y futuro; sin embargo, lo impreciso es saber quién es la gente. A laencuesta absurda que preguntara eso, se le contestaría que, obviamen­te, este, pues, chin, digo, o sea, es la gente ¿no? Respuesta correcta:lo que ya se sabe no se dice, sólo se ejerce.

En la gente caben todos, pero es curioso que una palabra tan pluralsea singular; la gente siempre es una, y no se puede contar, partir,sumar, ni otra,~ cosas que hacen los científicos sociales, porque es unapersona colectiva, un mundo. De hecho, "mundo" significaba original­mente "gente", como todavía sucede en francés; y en español, cuando se

dice que "estaba todo el mundo", puede referirse tanto al Zócalo reple­to como a los cuatro cuates en una fiesta. Lo colectivo no tiene cantidad,no aumenta aunque sean muchísimos, como toda la gente; ni se divideaunque haya bandos, como tu gente y mig~nte¡ ni disminuye aunque sea

una. solo, como.una gente¡ ,nitaJIlPoqq-s?'gpntrqdiceaunque sea todojunto, corno t99é:l la gel1te'qL!~est¡§,:,§ptª;pqJ?!g§tos'efectos se inventó eltérminode ~~!q§ Qel1tes'l,l?9€¡rng 9~9p§p'pll:1Qré!$que sirve, de paso, para

t11ancharéllps pUrista?'~9singyla.ri4élqc:l~19§m(¡1tiples, la pertenencia delos ajenos, la, jgüaldacl de l()?:djstintP~:'la,:.mi§!1lq'gente de siempre.

La gente sólp tiel1eunél(:a.r~derísi:ica.:,?e¡:,gente, que se nota cuando

. alguien es bien gente, fl1UY ~ent70rl1~?,g~nte, de manera que la gen­tileza es, en rigor,elélrte'de.§er~~nte;~13tqes';la capacidad de no tenerotra cualidad, capa'1idªº~stae}{.p.lí<:itClfl1enteddinidaen el diccionario,donde gentil, mmtiles, g~nte,sigDifjdªpien merecido, profano, y pro­fano quiere decir tentado POD gFml,lndQ; mundano. Es lógico que los

moralistas no sean del tqclp gen1;il~§,:sntre los gentiles, como en elgentío, no hay jerarquías, S,\jPerjpctqages ni inferioridades, porque toda

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

la gente, cOllJo todo buen profano, tiene el difícil privilegio, o don degentes, de ser igual a todos, de no ser excepción de nada: de ser nadieen especial de la mejor manera posible.

En fin, la definición más técnica de la gente, aunque no sea muyvistosa para las encuestas, es la misma que la de Dios: "nosotros somoslos que somos", a partir de la cual se puede saber exactamente quién noes gente. Cuando se piensa en la gente, queda claro que no se trata delpresidente, ni de Luis Miguel, ni de los científicos, ni de Carlos Fuentes, nide uno mismo. En efecto, y en primer lugélr, la gente, no acepta, a losindividuos: cualquiera que tenga un nombre propío pqdr~ ser quíenquíe­

ra, pero no es gente, porque la gente es anónima. Ensefrllndo Il.1gar,tampoco acepta las especializaciones de esos individuos, sea lacierWia;.elnarcotráfico, el arte, la religión, la farándula o la política, porque r¡ingul1ode esos mundillos es propiamente mundano; allí nadie es pro.f;;ll1o; 119profana, sino que profesa: es profesional, y la gente es amateur; Yentercer lugar, tampoco acepta las instituciones de lasespe¡::ialidéldes,y pc;>reso la gente siempre aparece separada del Estado, las empresas, 10$ eqYhpos y cualquier otra organiza.ción, porque la gente es desínstitucíona],y por estas tres razones, uno mismo no puede ser gente: cada quien,

que se sabe su nombre, su oficio y su puesto, habla de la gente comosi no formara parte de ella y dice "la gente que votó en las elecciones"o "la gente que estaba en la calle", como si uno no hubiera sido.

El caso es que a últimas fechas los famosos, los funcionarios y losprofesionales, siempre tan oportunistas, quieren dialogar con los pro"fanos, en el entendido de que a eso se le llama democracia. Delante delos profesionales está la sociedad civil, el público, el usuario, el suJetgsocial, el contribuyente, pero, como dice Serrat, detrás está la

esa bola de imprecisos pero reales, aquienes valdría la pena COl,l}pr~n~(

der para que va,lga.. la pena ser profesional. Porque la dempCfa,eiaesgentil o no es democracia.

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EL GESTO DE FUMAR

L a montaña de sermones de la Secretaría de Salud y de losecologistas de pulmón no impide que a la gente le dé por apren­

der a fumar como requisito previo para cumplir 15 o 16 años. Hayquienes confunden la vida con un cuerpo sano, pero el valor salud no esel único ni es universal: hay otros, como el valor socialidad, el valorestética, el valor pertenencia, que son los que intervienen a la horade fumar, y que no se van p, so§l~yqrriElda más porque a un funcio­nario .o ex fumador eonvarso le'cl~porJ)éÍcersuapostolado del aire

limpio.El cigarro no .sólocalJ~a;~áQc~r;.P,n:>clJ.:l()~téÍrnbién. -con el humo

.,' ",' ,,:,- •........ , ',-,"".-,', ,,-,,' '¡ - ":. ,.-, , .-

lento y azul, con el oloFp, tC;l,l:>f;l<.:Ol;<.:Q!1'1¡::¡$,f)S92?9rIi),§' que utiliza, conuna serie de ademanes tfpi§q~cl(;3fI.-HT!aclotSl.ln~·?§pg<3ie;cl~atmósfera,

de ambiente bien' viciado' pero rrn.JY:étc:og(;3~pr;.PJyq;1::>rincipal caracte­rística es el enrarecimiento d~lentorqo:ElbuITlQ!que'llenael lugardesdibuja los perfiles. sec~s. yhab;tll;¡~§ cleÜ0s,Q1Jjet~~, y se desdibuja

también el olfato y el gusto einc\ll~~'!é:lt~mp(;3r~Wrª;Esto crea unasuerte de panorama de fondoqg~q9t~g%c:i~ftél!rr~El!ip.ad al paisaje deun café o un avión en la seC~!9l1cle.§hBgMAm;j\J.l1to a ella, la de NO

FUMAR suele verse limpiament§ge§p!~c;la,:Ft;c:jg¡:wrotieneel mismoefecto que antes tenían el il1ci~D~8(;3rrJA§9~tegn'lles, el hielo seco enlas fiestas de 15 años y eI'!étI:)'9F~n!¡:W;J:¡~!íc:41~sde espantos: darle

cierto aire de extraordinario ~létsit8~c:jql1}., '....La psicología ha mostrqcl.oql.l~.p~anc:l();~P,Yn¡lugarhay algo difuso,

como humo, que no puede s~r98§c:ritgq,!1ihgJJI1objeto concreto, sinoque baña y empaña toda lasitW:WióJ}ic:otno)ª iluminación indirecta ola música de fondo, ese algoI1()s~¡S~rc:i\:Ú~.Gomouna cualidad o pro-'piedad de los objetos, sino COm()4npSIlEllidad de uno mismo. Si lamúsica es alegre, se siente que elp'!e~n~(;3s0no. En otras palabras, dejade ser una percepción y se comlÍerte el1 una sensación, un sentimien­to. Todos los que fuman sabengy~pÓ es lo mismo fumar a oscurasque ver el humo; prenden la !\-l.~ Pitr?\que el cigarro sepa.

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

tCuando la sensación flota enel ambiente;.fumar es sobre todo un

estado de ánimo, un modo de sentir, que proviene de 1827, cuandosurgió el cigarrillo y, junto con él; la tradición de los salones fumado­res, que eran sitios de relax y conversación; del "smoking", que era eltraje para asistir a ellos. Los Iugaresdende-hay-cígarros prendidostodavía guardan el aura decimonónica.debohemia, circunspección yromanticismo, que es la mezcla de la que se compone. el aire que serespira al fumar. Por eso parece tan interesantesaprender.a hacerlo.

Los que aprenden a fumar, por lo común noabrigan:ir;iteneionesde tener tos crónica ni enfisema pulmonar: sujntEmciQríesJadepami~cipar en esta atmósfera de sensaciones, paraloeual.hay ques\'!guii:losgestos y ritos conducentes, que en sí mismos son ernodcinarites,.pqrqueson los que corresponden desde siempre al rito de hacerfLiego';so~a

que siempre ha sido de la máxima importancia para laesp~ciehurnarla;.la·leña y la tea se reducen a la expresión mínima del tabaco yeLencendecdar, que todavía produce el chasquido inmemorial de la yescá'Y"elpedernal. Para los niños debe ser verdaderamente mágico el espectáculode un adulto concentrado por un instante, cejijunto y cabizbejo.rha.ciendo casita para prender un cigarro, ya pesar de que en la escuela.ledicen que no, la atracción es inexorable. Apenas aprenda a jugar confuego, ensayará hacerlo con un cigarro.

Los adolescentes, estetas natos, escrupulosos del estilo, se subyugancon la belleza de esta atmósfera desdibujada y enrarecida, de este sen­timiento flotando reposadamente entre la gente, y difícilmente puedenprohibirse encender la contraseña de ingreso y darle el golpe: sabefeo, da su cruda y sale caro, pero a cambio tiene algo mejor que lasalud, ese fetiche de fin de siglo, a saber: entrar a una tradición muchomás arraigada en la cultura, en la historia y en la sociedad qUeJos'aeróbicos y la purificación de los alvéolos.

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i:

LAS IMÁGENES DE LA POSMODERNIDAD

El mundo es real, pero no mucho. La moda de la posmodernidadconsiste en la fascinación de descubrir que la realidad es más

blanda de lo que parecía, y que por lo tanto se le puede mover.Todas las cosas que vemos están enmarcadas dentro de otras que

no vemos, que no hemos aprendido a ver. Una pintura está dentro desu marco y colgada en la pared,' pero para verla hay que fijarse en lapintura y olvidar que hay un marco.yunapered, pocos podrían describirel marco del Guernica;porquesecVifl:ualizci; se,borra de la percepción.Lo que enmarca aun objetó nqptlecle formar parte del objeto; por eso sedan las gracias por unreg?l!ó,nl.ll1qa,porl¡;tenvoltura:A!platicar sobre unprograma de televisión; no semÉlnGIQn~rrlosarÍ1.1nOiÓsintercalados: nocabe contar que "y entoncesenfrOgLge'Eegi9YOijo' que iba al baño".y así sucesivamente, todo lqqueapare(:~:'~qm9'Ver?aderOestá conte­nido dentro de algo ficticio,inclusol¡:Íc~enc~ª:'*¡:lsr~glasde;los juegos,las explicaciones de los chistes,losa4t9m§ª~lAshovelas, son elemen­tos inmencionables que se deoenmanten~rpqr;fuera para que talesnovelas, chistes y juegos tengan,algqndgGtp,L.Q'clue hace que algosea real no debe ser real. Catalinq, lq,clrArf?R9él.me;la vida, no podríaestar leyendo t\rráncamE! ¡ávida.qer*8.,Pf??t1iPfopia.historia.

Pero la posmodernidad'co?~ist§el"1ªe~~.~19qUe no se debe men­cionar, de modo que el marcoPasq,¡:¡f9fITlprparté del objeto, lo deafuera se incluye en lo de'ad~ntrp',JoJ}9~r:~ltambién es real, y larealidad se vuelve movediza;pqrqVeyq:'§e'pqedePintar encima de losmarcos y seguirse por la pared;RS9W9hªq~,O'Gorman, que pinta unautorretrat? pintando el auto'rretrí::\t99§suaütorretrato;0 StanislawLem en su novela Vacío perfeetq,.enl~l gUe,áitiCala novela Vacío perfecto

escrita por un tal Lem; o WOCl9yAllen en La rosa púrpura del Cairo,que es el título de una película qye sale dentro de una película de WoodyAllen que se llama La rosa p¡Jrpyra!:leICairo. En ellos, lo de afuera esel tema central de lo de adentro.rLa envoltura es el regalo; lo virtual sevuelve real.

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

La posm6'dernidad empezó en el qrt~,Y la filosofía, pero ya se hahecho cotidiana: cuando Fernanda Tapia dice por radio "ahí les van unoscomerciales, a ver qué les vendemos" , los comerciales se vuelven partedel programa y empieza a crecer otra realidad, la de las horas de anun­cios intercaladas con cortes de programacióo;Losanuncios de StudíoUne son interrumpídos por un noticiero, en el.cual.las cámaras filman aotras cámaras c¡ue están filmando una escenoqraffa.qua no aparenta seruna oficina, sino que aparenta ser una escenosrafía:>Yanose trata de unasociedad de consumo, obsoletamente moderna, sino de una sociedad que

consume a una sociedad de consumo,comopuedevers(3 en la venta;no de mercancías, sino de marcas de mercancías que permiten.corn,pral' calcomanías de Coca-cola aunque las vendan ya sin GOG¡:Hiola.Los maniquíes no posan como personas en el parque,;sipqipoffiPmaniquíes recargados precisamente sobre el marco del vidriodel.esc;a"párate, viendo pasar a la gente, a su vez vestida de maniquí, de modo q1..j(3

ya no se sabe dónde empieza y dónde termina el espectáculo,porq\leJps I.' I

espectadores actúan de público y Emmanuellos corea desde el escena;' irio. Para ir a ver á cualquier cantante, hay que saberse las canciones, 171porque uno es elque las va a cantar.Lode adentro ya no está enmarcado por !lo de afuera, porque lo de afuera también está dentro.

Lo que se entiende es anticuado, lo que no se entiende es pasmo"derno. En todo caso, esta revoltura de fondos y formas permite expli-car la mezcla de la suciedad y la higiene, la tecnología y la barbarie, lacocaína y el yogurt, que es característica de la posmodernídad, comola unión de lo atractivo y lo repulsivo elevado a un nuevo nivel deatracción, de lo viejo y lo nuevo en otro marco de novedad. Ello ímplí- ¡ca necesariamente que se han fundado otras ficciones dentro de)¡:ls, ...1

cuales enmarcar la rea~idad: hay una ,envoltura para la envoltqnVp~I;¡> •..r~gCllo de la posmodermdad, lo que esta afuera de lo que estabélélfyera,·, ¡JiPero puesto que todo marco debe ser virtual; no real, no ,s?ve,prech J;,semente porque aprendemos a no ver lo que enmélTGa, a lo que sí ;tivernos. Así, la posmodernidad es una serie de imág!3l1es extrañas peromagnéticas, qlJe provocan una emoción que no puede definirse.

h

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EL IMAGINARIO COMPUTACIONAL

sus prosélitos le llaman iniciáticamente "la red", perdón, "La Red",y acto seguido empiezan una entretenida conversación sobre compu­

tadoras, cuyos prolegómenos se tratan en términos seductores comopentium, 16 megabites de memoria RAM, periféricos y consumibles,puertos y ambientes, procesadores y virus, floppies y discos duros delorden del gigabite, puro castellano de Toledo, gracias a lo cual unopuede, no acceder, verbo obsoleto, sino. accesar a la internet, módicomódem de por medio, a una velocidad de 28.8 kbps, por las supercarre­teras de la información, a alguna parte llena de datos, O mejor dicho,hecha de datos.

Aunque oyéndolos hablar parezca que se trata de otra religión comola dianética, la internet es algo así como la conexión posible y probableentre todas las computadoras del mundo, de.rnoqoqpe uno puedemandar y recibir mensajes, consultar los 395kiló'me.tros de libreros de laBiblioteca Nacional de Francia, leer cualq4ier¡re.vista. o periódico encualquier idioma, pagar cuentas y preguntar ()G~ºsidades,hacer-amigosen Singapur y meterse dondequiera y saoarJp'qlle. quiera por la panta­lla, con la entera libertad de expresión y pe.!Y~r§ió.n· democráticas queproducen diversas anécdotas ("lo eng?ñp.Q&'~\1¡espo$aa través de ínter-

;';.,' ,',.,,,.' .""',"

net'L: Excélsior) para consolidar la.épiQ9-G9Wl?ytgGional.Como quiera, es un sistema inmegigto Y.pla.netario, en cuya opera­

ción el espacio no existe y el tiempo. e§Jl!1A9!99cq;Debido a esto, da laimpresión de que se ha creado Upg nll?YilXe.?lklad, denominada ciber­espacio, término muy apropiad9gJejrwvltl,lmde este siglo, ya que esun absurdo filológico sin signific?º9\3,ttl11QI6gico, pero eso sí, suenapadre. El caso es que el cibe.reSP¡:l9IQa.Pqmce como una dimensiónvirtual, un metamundo constit4\QP,p9.fvltraimágenes, extraño, arca­no, fantasmagórico, misterioS<:>1.,C:9n Yl,lY? 'aparición no sólo se ha re­volucionado la información, ~¡n()se.hq trastrocado la mente, porquelas percepciones y sensaciones quese suceden en el ciberespacio sonotras, distintas a las de los últimos cuatro siglos: después de Descartes,

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

Bill Gates; dEtspués del heliocentrismo, Winqows 95. Ya no se piensade manera lógica, sino digital; ya no se siente de modo pasional, sinoanalógico.

Parece cierto, pero es truco. Este espacio. virtual no se encuentraen las computadoras, sino dentro de un apan:ltoJ,mpoco más primitivo, asaber, el del lenguaje de siempre con el.que síempre.sehan hecho loscuentos y las conversaciones, y mediante el.eual.Ios ingenieros, fabri­cantes y vendedores de computadoras han sabido armar una seducto­ra narración para la imaginación de sus adeptos. Así-como Tolkien, apura literatura, armó una mitología completa, ·113M y.Gíé:l.i hanconstrubdo el mito del ciberespacio como un lugar extraterreno donde sucedenrealidades inauditas, habitado por cibernautas, intemautasr.neveganstes, piratas, hackers y surfers, que se deslizan por telarañas.iexploransdo sitios, o sites, insólitos, confrontando secretos, sorpresas e inclusopeligros. En suma, la verdadera red es una red de palabras, no sincierta poesía, que apelan al pensamiento y a la sensibilidad de.siemprapara inventar el mito del país de Ciber, un lugar donde la experienciade'pensar y sentir es otra onda. El ciberespacio es, paradójicamente,una fantasía literaria como el País de las Maravillas, de Carroll.

Fuera de su real utilidad herramental, el universo de lascomputadoras es un golpe publicitario enorme, que ha hecho creerque lo que ocurre en el interior del usuario está sucediendo en verdaddentro de la máquina; y que quien no se moche con una Acer Aspirees un ser obsoleto incapaz de acompañar a la historia en este nuevosiglo.

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INTERJECCIONES

El epitafio del sigloxx fue ¡uou! o algún o.troconcepto igual de sustan­cioso, y muy justificadamente, puesto que ya puede verificarse la

existencia de una discoteque ¡Oh, no!, una tortería ¡Qué! y un refrescomarca ¡Pfssst! En efecto, entre los preparativos para el nuevo mileniose encuentra el de la confección de un vocabulario de vanguardia paraexpresarse y comunicarse: las interjecciones, esas palabras que nadaquieren decir pero que llevan signos de admiración. Con ellas, la prin­cipal cualidad de una persona es ser muy ¡uf!; las críticas esgrimen elargumento de ¡guácala!, las quejas se presentan en el formato de ¡chale!y la publicidad informa que el chocolate Presidente-sabe ¡chamamach!,para que el consumidor pueda elegir racionalmente'. Una interjección es,según la gramática, "toda voz que expresa repentina- e, impremedita­damente un afecto vehemente. del almaPj' osea;'éualquier palabritaque sirve para abrir la boca cada vez que a uno.no.se le ocurre algo quedecir, cosa muy frecuente en la actualida:d.ygra.ciaS El la cual el mundoes ¡súper! ¿Súper qué? Eso ya quién sab'e¡ir

Emplear interjecciones no es una ideaiqe<woda, sino la moda deno emplear ideas. El lenguaje es, enrig9r;,el'p~bsamiento de la socie­dag, el modo de ver la vida, de suerte Q1..lela Clpar:iGión masiva de lasinterjecciones en el habla cotidiananOesm?r<:i'Jexpresión del alma",sino una corriente de pensamientoide:pqnt<:ienmateria de cultura.Siempre han existido interjecciones, como las clásicas ¡cáspita! y¡recórcholis!, pero la diferencia de hoy.es.que.si.antes eran un inciden­te sin importancia y sin lugar en la gramtüiG<:i, ahora han pasado a serla palabra clave de la comunicación; el meollo del tema, el contenidodel mensaje. Este cambio de énfasi?iPosmoderno como el color negro yel escepticismo, indica que el lenguaje y eLpensamiento están transfor­mándose.

El modo de pensar gracias.olG4<:il nos hicimos modernos hacíahincapié en los verbos y, por lo télnto;.eraun lenguaje de actos, con losque se hizo, por ejemplo, el Renacimiento. El tipo de pensamiento

.HI

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLEfAS

mediante el cual todos somos un pooo.científíeos Y tecnólogos conside-, 1-. -•••. _ - -' ••

ró anticientífico suponer que la verdad está en los actos, siempre cam-biantes, y entonces la puso en los objetos, siempre fijos, para tener asíuna verdad objetiva, cuyas palabras clave son los sustantivos; por lotanto, es un lenguaje de COSqS, el mismo que-usan les.funcionarios, losconductores de televisión y los académicos; porque, así; parece que loque dicen es más 'verdadero -ipor ejemplo: '': ..atentos.a los 'conceptosvertidos ... la hipérbole de la trayectoria del esféríco.. , la.necesidad decoadyuvamiento a la realización de la exeelenclia.".?'S, no .respectíva,sino intercambiablemente.

El pensamiento en ciernes, descreído de todo, hasta de: pensar,enfatiza las interjecciones y, por lo tanto, empieza a ecmunicarse.me­diante un lenguaje de espasmos: "¡chin!, la vida es¡guauLpero]a:f<ªélltdéldestá ipss!", Crispaciones verbales, comezones língüístioas.celeotroeho­

ques silábicos, sobresaltos dichos. La facilidad de no saberhablar:',Y, lafacilidad tiene su recompensa, porque las interjecciones poseen.la pro;piedad gramatical de poder ponerle signos de admiración a todo; bastacon que no signifique algo y se diga can muchas ganas: ¡duro!, ¡llégale!,¡México!, ¡Pepsil, ¡Nike!, ¡Luismil, ¡Provida!, ¡democracia!, ¡creatividad!,¡etcétera!, y así sucesivamente, hasta que el lenguaje se convierta enuna gigantesca interjección, consistente en la imitación de todos losruidos que salen por la televisión y otras criaturas informáticas, queaparte de hacer [bipbip! y [tururú! como el teléfono y el Metro, hacen¡dinoalasdrogas! como los comerciales, Y es que las interjecciones sonen verdad onomatopeyas, o sea, imitaciones de ruidos, la forma másprimitiva del lenguaje, que remite a los gruñidos con los que se comunica­ban los ancestros del Horno sepiens.s) enseñan el método paraque.al.,pensamiento se regrese por donde vino, Ésta es la utopía conteniclci~n,el lenguaje de vanguardia; pero, afortunadamente, el progreso de lélhumanidad no ha sido en vano y nos convertlremos.en.changuítosadiestrados para operar supercomputadoras.

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-4t

LA INTIMIDAD PUBLICITARIA

D edicatoria tipo en tesis de licenciatura, género del cual aún faltaantología: "A mis padres, hermanos, tíos, amigos, el vecino, la

abuelita -yen especial a ti, Tito(a)- porque sin su apoyo y ejemplo nohubiera tenido la fortaleza para seguir adelante hasta lograr mis idea­

les". Entre tanto, por ejemplo Sartre, dedica su tabique cumbre así: "AlCastor". La diferencia entre una y otra, entre un novel licenciado y unno-premio Nobel, es la impudicia y el pudor. La primera saca todo, y

de todos modos se nota que ahí no había nada; la segunda guardatodo, y sólo por eso ya tiene algo dentro.

La primera eleva la intimidad a rango de fiesta de graduación, y es quehay fiestas de graduación, pláticas, clubes, asambleas, chismes, discote­ques, coqueteos, amigos, simpatías, familias, ligues, cuates, bares, con­gresos; en suma, hay socialidad, pero la intimidad es otra cosa. La

intimidad es esa relación entre la gente, que surge cuando toda socialidad

es demasiado pequeña, en comparación con las ganas de estar juntos.La intimidad está hecha de ganas de comunicación, de tantas ganas

que se tiene que apartar materia comunicativa para que alcance, la cualconsiste en partes de la biografía, sentimientos, ideas, cuerpo, casa... que

se ocultan con el fin deliberado de mostrarlos selectiva y dosificadamentea muy,peromuypocos; y que aunquesean.tan.cormmes y corrientes

comócualquierparte de la casa-o de la, biografía, tienen-como únicovalor especial ladecisión de no exhH)irlOS·él.biertamente, para que puedan

funcionar como maJ.1erélqe t~ner 91goq~edarjcbmo modo de hacer aalguien diferente él..lO$qemª§,¡:omofqrmadeescoger, que es lo queproduce el gusto de .ser hwitg<:lo c¡lqJntimidad de alguien para construirahí una comunícaciónmás q9Ii8él.Cl1;!eJa$ocia/ité.

Se diría que este mupq()c:lehQy está¡:rlegremente dotado para las

intimidades, porque, desP1Jé~c:letQqo, la gente es experta en las técni­cas de expresión de la intímídad; para eso son el fisicoculturismo, las

dietas y los baños de sol, la enseñanza de las telenovelas y la decora­

ción de interiores, los tests psicológicos de Vanidades y el estatus de

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

ser psicoanalizado por un lacaniano, los reportajes de ¡Hola!y las en­trevistas de Eres: son para mostrarlo todo. La cultura cotidiana con­

temporánea es el festival de la extraversión. Bajo el eslogan finisecularde que "el que no enseñe todo es reprimido", todos están ya enterados de la

infancia del de junto, de 19s pasiºng$.geLgol~g¡:kY,ciel cajón de loscalcetines del anfitrión, porque ahora Ya $910 $e escri!:>l;m díariosIntí­

mas si hay chanca de publicarlos y cual@ieH'\e§\'qmigQíntimo, queri­do y mi amor". Dice Jankélévitch, cuando,hélQl¡:}c1el ,P1J<:!()r,. que haycosas que sólo se deben decir una vez el1lc¡>yic;lél~avege§.ning\.lna,

pero esta sociedad de soctaiúé se la pasa diciénqo!P? é\ :Jq9?l>P911? ;:demodo que ya no le quedan palabras para no decir: pQti~ne.91~oqYE;J.1o

exhibir. Hoy, los encargados de la intimidad sOlllél$ém~rSi9sciePL!qlk

cidad. La hipertrofia de la extraversión no ha creado eljpj:imi~m9,.§inQvaciado la intimidad.

No obstante, la gente sigue con ganas de comunicacíón, pe[0'9I:1qll"do llega el momento de la intimidad, lo único que le queda?c!el1tro § §:

el aburrimiento: ya no hay nada que mostrar, y dos aburridos ílltj~Q9'

lo único que pueden hacer es pelearse. Como dice Sennett: Cuanq9:111á$1

juntas están las personas, sus relaciones son más dolorosas y má§,fratrí-,cidas; por eso, entre el hastío y la agresión mejor se pasa cuanto antes al,chisme, a prender la tele, a salir el viernes por la noche. La pareja ideal.Una cultura que todo lo expresa equivale a una cultura que ha perdido lacapacidad de comunicarse: versión secular de la impudicia.

La intimidad parece contradecir formas de comunicación como lademocracia y la libertad de expresión, y sobre todo parece frívola fren­te a éstas; pero la intimidad e~ la forma de comunicación más sofisticada,porque no se puede reglamentar en una constitución, porque nadie pUe), ,de entrar a ella si no lo llaman y nadie la puede ofrecer sin qHe~'~ lé

pidan, porque no expresa nada.más que las ganas de <:omYT1ig~r~e;en

el entendido de que la comunicación es un fin y no un mE:!diQ,tnucpo "

menos un "medio ci~ comunicación", y todo esto ~.E:! hqc~coqsutilefq,tacto, cuida~9ml!11;!cjo$Opor la sensibilidad dE:!! gtrP, tqq §gfj$tiºaQª~

mente, que qlªl)cl9§~~lcanzala intimidad re$ylti:1qlJ~ la. <:Iemocracja,

la tolerancia}! h:) ji9~rt~~ q~ expresión,eran P[er¡-equi$ito$ cqmL!nícativpst~~ cumplidºsdeaDt~mario quehasta pqr~G~h f~í.vo1o$, .

" , ';':,--.. ,', ',': " " . ,'-.

7V-1!

Page 39: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

y.

LAS KAWASAKI y OTROS VÉRTIGOS

Con su impecable línea aerodinámica de féretros nuevecitos a puntode estrenar, corren, con cadáver incluido y todo, los domingos

por la noche y sobre las principales avenidas, bandadas de motocicletasrenovando el furor de hace 20 años: ya no son Harley, Triumph, BSAni BMW, sino Yamaha, Honda y otras niponeses, que con mil centíme­tros de cilindrada y 24 mil pesos de precio, constituyen una especiemuy distinta a las Carabelita de los cobradores. El furor que provocanestos juguetes se forma de la mezcla intensa de cuatro factores: lavelocidad, el ruido, la vibración y el riesgo que llevan dentro, lo que loshace, según su~ vendedores, excelentes instrumentos coquetos, de li­gue, por lo que se entiende que los más feos y viejos de siis comprado­res no se quiten el casco ni para tomar su Pepsi; pero dado que losfactores del furor son los mismos que los componentes del vértigo, enrealidad son máquinas de producirlo.

Los vértigos son sensaciones, como las cosquillas, pero enormes,incluso mayores que quien los siente, al grado deque no se trata deuna sensaciónque entra en el cuerpo, sino de que el CUífrpO se mete en unasensación. Uno lleva las cosquillas, pero el vél'tigo'lolleva a uno, y elmotociclistase convierte todo él en una sensaCÍóri';que es la que maneja.En efecto, la esencia del vértigo está ensu;2i:lr~ae¡'de impulso: es una;;:atr~cción arrebatadora, a la que uno ndp~ed~¡s!#traerse voluntariamen­te. Lo que Ulises sintió cuando le caht¿~rÓri"l~s'sit~Iias era precisamentevértigo. Frente al vértigo uno se deja ll~tar,¡I{tefsilinente "impresionar", demodo que las ansias de subirse a unarf{pt8¿ a cualquier otro vértigo,como un rock desatado o una b6ria-()h~r~aes'éhéaé:Ienada, no son tantouna "expresión" de la personalidaq2c?fDbuhéi"impresión" de las sensa­ciones que fabrica esta sociedad;despJ~s:de'fé:>do, para sentirse parte deella es más fácil dejarse impr~~(marcil,le:póclerse expresar. Así que laadolescencia, ese reventón hasta.q~e reví~nte, es un tipo de vértigo.

Mientras que el alcohol,elbaileo, eimareo son vértigos que requie­ren de condición física paraseguirlb~iantes de caer exhausto, y en

LA VELOCIDAD DE LAS BlClCLErAS

tanto que otros aparatos de dejarse llevar, como los columpios o lamontaña rusa, son demasiado ingenuos y artificiales con sus purasvueltitas en redondo, las motocicletas, en cambio, son instrumentosmás "naturales", casi como los originales, como el genuino vértigo delas pesadillas, en la que uno está rQdeadopppelslleño, atrapado, yelterror consiste en no poder despertar. El v~rtigº ?gsorQe. Sartre habla,-

. .. - -. '" - .

ba en El ser y-la nada de la fascinación \!ertigipg~i'l¡<:I!'1!a.altura, donde elvacío jala, atrae, y no es tanto el miedo de Gi'lefse<:;orn,pel miedo de noresistir la tentación de aventarse, de querer fl1];1<;lirs.ecoq,el mundoquieto de las piedras, como si la intención de todovér\:igoJl1,ercl.qlledarembarrado en el piso; son las ganas del Ser de cOlw.ertir~e~~Ni:lda.

Leibniz decía que las sensaciones son ideastqd!=\yíéi:n9:b~sh§s,ypor eso no piensan, sólo sienten; por lo tanto, ..no '8qqeJva~9nq~

quieren ir a parar, pero la posibilidad no tan remotacleip.~aqqrhechopomada en una moto no es un mero efecto secundarip,sinQelW1slTIPcentro de su atracción. Así, mientras más atractivo ya}'rebªt~c:l()r ~e<;t~l

vértigo, con menos grumos quedará la papilla; .las$u~hiYlasKawasaki

en busca de harakiris. Por eso Caillois, que e\T1pezQes<::ri~jeqdsr~pbr~ .@l. "pánico voluptuoso" de los vértig9.S, a!=abqhflc;i~!'1<:1p~P9PRre.r()C;;FPYminerales, en el entendido de qUe~srnássegurQ'e?q:ihirJiQrº~;,9ueinsurgentear en una Kawa Mil.

El vértigo es el acelere total en busca del reposo absoluto, Y enton­ces, no resulta tan contradictorio que se consideren las motos comoartefactos sexys, porque finalmente el sexo, ese otro vértigo tan solicita­do, acaba en lo mismo: "la pequeña muerte", según dicen los enterados.

Pero además de dejarse llevar por las sensaciones, se puede hacerotra cosa: perseguirlas, yeso se llama creatividad, que consiste encontrolarlas y transformarlas: en hacer las ideas que todavía. no~sta~,ban hechas. A las sensaciones no se las persigue en moto,f:)inocqripalabras, imágenes y sonidos, para traducirlas en pensiJlJlientos, pin­tura, música o en el arte que es la vicia cotidiana.. Nq'eslaJe/joicl~dIeroz del vértigo, sino la felicidad domesticada, Con la 'cre~tjvidéld,.. el

,. ", ,. -. " "', "', ..

baile se convierte, en danza, las pesadillas en refl~xión, la .adoleseencla. 'i,',';- -,. -, '-.. .. .. :._' ...'. ,__ ......

en juventud, ;el~~¡x,Qen amor, la muerte en obp:\sy Élsísuc;esivamente,

~

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?l. Lo LIGHT

Lo "light" está en inglés: el Webster's Dictionary habla de un adje­tivo y de un sustantivo. Esel adjetivo de lo liviano, lo leve y lo ligero,

de donde viene liviandad, levedad y ligereza, y levitación, alivioyaliviane;la fuerza de lo light se opone a lo pesado, a la pesadumbre, a lo grave: lagravedad; por extensión, a lo antipático, lo abstruso y lo aburrido: pesa­deces. Es el sustantivo de la luz, de lo luminoso y lo claro, como el Ilumi­nismo, la Ilustración. Lo light se alza contra lo dark heavy underground.

Lo light es una actitud, un modo de querer la vida, que aparece enpláticas, poemas, teatro, teorías y afectos. Los noventa fueron light:Tekate light, ecología light, weightwatchers light, literatura light.

Lo light es lo de hoy, como la Pepsi o la levedad del ser; peroFlaubert decía que se puede ser light como pájaro o light como pluma.En efecto, las cosas pueden ser livianas de dos maneras extremamentediferentes, según la forma en que adquieren esta propiedad. El pájaroes light con trabajos, la pluma es light por flojera. Ítalo Calvino propu­so lo light para este milenio: los Marlboro ya lo eran desde antes. Irse

leve o andar a la ligera.La levedad. de lo light es la tarea de hacer que las cosas no pesen.

Las cosas, de por sí, tienen peso y son graves, de modo que su estadonatural es-pegarse al suelo, oponiendo resi§ten<::ia a ser levantadas.Hay ideas y ~mo~iql"lEt§; pqr ej~rn.plp.I~:Wqcn"l9~pt9sy las tristezas, que soncosas pe~qél§, ,p<;m::¡ue<:;on1:ienenminél9Q§ :dE3PeI1$<:1rpientos y experien­cias acumuladas dentro, por 10qJJereswt¡m dama.. siado densas para

",:i' :, :..•c _o", • r· ';' •. :.~_; ',_ ..'_, _ ",; '",: ... :':', <'o ... ',... i. ,-:,- .'c. _,-: .. - -. ,- ," ",' "- .. o"

flotar en lJI19! cqp':'erS<:lciÓI181ecmr¡:lqmi~i1.'q\es:;§Qnyna carga para todos,y pocos las pueden agúantar, Lg1a.boffÍeJqUght'90nsiste en quitarles elpeso excesivo. P~ª eJlo;,'ha>,quei;YectarlesJe~~dad: ponerles el estilo delos cuentos y las p¡;¡la.br~sdediario, algo. cf§humor y tantita ironía, ciertaternura, de vez en ouandouna sorpresa, qjfinal de lo cual los conceptos sevuelven claros y las tristezasse h¡;¡yep lleva,cleras. No caen gordos.

Pero la levedad no es tQg9Eo.§er y cantar, porque ella se echa acuestas la cargadel peso bruto: pone el humor y se traga la amargura;

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

Sócrates nos dejó la. ironía y se quedó con la cicuta; da la sorpresay paga la cuenta del aburrimiento. La levedad asume el peso que quita;es un acto amable. La claridad es la cortesía del filósofo, decía Gaos.

Sin embargo, donde acaba la levedad empieza la ligereza de lolight: mientras unos hacen las cosas:Jivial1as;:Qtros·,las compran yahechas. Las cosas que sonligeras estánhueeasoliqeras-dé cascos comolos globo~ y los chismes: carecen de todo pesoVnoPlleden hundirse.Como mosquitos en los charcos, no· hay más.profl.lndidéld.' que la' su­perficie. Superficiales. Entonces, sólopuedencarga» Cófll0·'queestávacío, vano, porque lo que tiene algúncontehidocciepesgdó/hacédaño, deja huella, produce efectos. Lo light nodejaafr~gasnie111a.'cara, ni en la camisa, ni en la memoria: cigarros sin nicotina, p~cadossin culpa, cerveza sin alcohol, vidas sin experiencías.Asfesla il1sipidezsustancial de lo sanote, la lozanía de una historia sin usar;'."" '. . "i,:

Los ligeros toman la cáscara de una película o deún,projirnQ'(9dejan que el contenido se hunda; leen a Foucault con la mismámística:con la que compran los leotardos para sus aeróbícos.fcdavea'quéuése trata de ser nada sino de pasar por encimita de todo. Y,¡jaraqúéleer un libro si se puede ir a la presentación y.tenerlo autografiado.Los light, al no pesar, tampoco profundizan, y no pueden comprometer"se ni con algo ni con alguien, ni siquiera consigo mismos: hasta para seregoístas son superficiales, lo cual los hace agradabilísimas'personas,como expertos en public relations, siempre con sonrisa, porque las caemisuras de los labios no conocen la ley de la gravedad. Por eso mismoson tan tolerantes, ya que asisten, sobrevolando, a cualquier escánda­lo, pornografía, crueldad y absurdo, sin tocar nada, sin mancharse, sinmoralismos, opinando que tódo está bien: absolutos impolutos.

Lo light significa, hechas las cuentas, que ya nadie quierei:lBparbajo el peso de las grandes verdades' ni las ideologías monuméntales,ni tener pesadez de estómago, ni que las cosas importantestengan queSer graves, ni ser pesado con los demás. Es bueno' ser light..Sólo falt¡:tentender que l¡:ts COSa,S verdaderamente opuestas son las que más separecen entre sÍ,.yha,sta tienen el mismo nombre..

1i

81-,I!

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'I!.

Los MANUALES DE URBANIDAD

Lo más frívolo de los manuales de urbanidad son sus críticos, siem­pre tan libres de convencionalismos y, por lo tanto, tan incapaces

de querer comprender al pobre moralista y empalagoso de Carreña,allá metido en una Venezuela del siglo pasado, tratando de preservar

las buenas maneras de una sociedad que ya ni siquiera existía.Desde el primer manual de urbanidad -eunque al parecer Da Vinci

ya tenía rollo sobre el tema-, de Erasmo de Rotlerdam (1530), que fueun best-seller para niños y que Juan Bautista de La Salle se fusilóenterito para sus educadísimos alumnos lasallistas, hasta el Manual dela gente bien, de Guadalupe Loaeza, se pueden encontrar en laslibrerías de Sanborns más de cuatro, cuyo denominador común noes la cursilería, que como sea la tienen, sino algo bastante mássutil, que es el tacto y la tolerancia como principio de convivenciaentre la gente. El criterio fundamental de los manuales de urbanidad esque el modo de ser de uno no sea una carga para los demás y que lacarga de los demás no sea pesada para uno, de suerte que, porejemplo, no se vale emborracharse fuera de lugar, pero tampoco sevale despreciar a los borrachos. Por eso abundan en estos librospalabras como respeto, consideración, sensibilidad y otros neoar­caísmos:

"Las reglas da.urbanidad'neson exabn.lptos'iexquisitosdesus auto­res; sino la .lógícadI? trptode ~qsgc;ieclfldl11lsrria;:por 10' cual tales reglastendrían qlle r~sLlltqrdel todo ~bviBsiBqraclláklüieF,personasensible ala presencia, de losclet.nás¡ sinn~cesidpcldehaber leído ningún ma­nual, y sus autores PW~cleqse;vist(){enr~alidad;como brillantes cro­nistas de los mínirnoSgestgscle lél¿pr?l,tOflÓsdela voz y desplieguesdel meñique a la horade tornar.la ta2!p del té --'que por cierto se queda­ba paradito porque era el dedo que s~usabapara limpiarse la oreja, yasí la cerilla no contaminaba alosdérD~scontertulios.Todas esas suti­lezas eran las claves que lq'senteusaba para identificarse, presentarse,diferenciarse, ignorarse y conírontarsé, y por ende, los modos como la

LA VELOCIDAD DE: LAS BlCICL.ETAS

gente expresaba su voluntad de.;'~).!.rban~clad:'.;esto es, de saber vivir enla ciudad, aunque se venga del campo.o no se Jenga dinero.

Sin embargo, lo más carppterMipo delqs manuales de urbanidades que no sirven pqrqnadq,ypor es,o,pmcisqJnentehicieron su agostoen el siglo XIX, cuando se,vendieron,GornOPCfPcaliente;Antes, latolerancia y el tacto eran lanorma.común y cqrrjeflte de ciudadanosnecesitados de cierta complicidad en lostrl!cosde Ia.convívencía,pero no lo aprendían en libros, sino en lacomunicacíón de la vida

diaria. El México colonial es un ejemplomuy'cortés~e ello. Sólocuando la vida política y civil se desordena, a partir de lél Revolueión

Francesa, cuando ya no hay comunicación posible y, 'pórloJpnto, nohay necesidad de tolerar a nadie ni de portarse con tacto2coll1pMié!cría Antonieta, que nunca fue tolerante, y quienes la gui1lotini'lr()ntiun~

ca tuvieron tacto-, cuando no hay voluntad de acuerdo--entoncestienen que ponerse por escrito, y por nostalgia, las reglas de la Cfyid¡:ten ciudad". Aparecen entonces, artificiales de origen y obsoletos deantemano, los manuales de urbanidad, que anuncian estilo Luis XVcuando ya todo es Chíppendale, De cualquier forma, la tolerancia y lasensibilidad social que preconizan estos manuales tienen como fun­ción proteger la vida en común de las intimidades incómodas, aburri­das, interesadas y competitivas de los individuos: ciertamente, seconsidera de mal gustó atosigar al interlocutor con los detalles denuestro pie de atleta o, lo que es lo mismo, de nuestros talentos profe­sionales. Pero para fines del siglo XIX ya estaba de moda ser histérico oneurótico; es decir, se hace de buen tono echar sobre los demás lacarga de nuestra persona, con todas sus cualidades, que a nadie inte­resan, y con todos sus defectos, que a todos aburren.

Actualmente, los manuales de urbanidad se venden, porque seconsidera de gusto refinado leerlos en voz alta ante las arnist?des y,acto seguido, con un dejo de liberalidad, carcajearse de.jo cursis yanticuados que son, cuando describen la forma corno las damas de"ben bajarse del.carruaje, sacando primero la puntita del pie derecho,cosa que Lady Di hacía de maravilla, excepto laúltirna Ve2:,y nuncasacando primero -lacabeza, con lo cual se dé}i'lentender que a Uno,por supuesto, no .le.importa el qué dirán, sobretodo parque qué dirán

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LAS MÁQUINAS-DE ESCRIBIR

Y OTRAS FOR'MASbgPENSAMIENTO

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L a mentira de que se piensa con érc;~r~~ió'~s'mllYútil, pero cual-quier pintor sabe que las pinturasse piep$élrl .c:on.Pin~~I~~,:C9n el

cerebro se piensan impulsos nerviosos. Los g?le$s~Pie~san,r::ql1 looS

pies. Y las palabras, históricamente, se han h§,~h~tP8n!éllTlerl1orig,con la conversación y con la pluma; sin embarg~Il2I.~iglPXx,q.~óP.q;)será el único que tuvo su propia forma de pensar: Jp. -rn~qllin~ g~,e$cri"bir, que en el XIX era insólita y en el XXI obsoleta, patentada porShgle,s

y Gliddens en 1873 y comercializada por la misma familia R~n~jn~t8nque hacía los rifles para Wyatt Earp, aunque realmente práctic;asÓ!Q9partir del lanzamiento de las Underwood en 1897, la mayoría de_If\~

cuales todavía funciona. Una máquina de escribir es un órgano pepensamiento compuesto por teclas, tipos, rodillo y cinta, que emplea

como insumas una hoja de papel y un escribiente que viene con 10dedos y un lápiz, este último -ellápiz~, de vital importancia para el

proceso. El siglo XXI usa computadoras.Mientras la memoria, la conversación y la manuscriturason instru­

mentos portátiles, la máquina de escribir es esencialmente inmueble,

como el librero o la ventana, poco eficaces para eso del desplazamien­to. Su inmovilidad permite que le crezcan alrededor múltiples acceso­

rios, como el cenicero, algún retrato y el suéter viejo que se usa para

trabajar, de modo que a.la larga se convierte en un ambiente, en unaatmósfera para pensar donde uno se mete cuando quiere hacerlo.

lo mismo, al igual que las plumas, llegan a alcanzar el rango de.99jl?tosqueridos, fenómeno extraño a las computadoras, ya seap9rc¡ue·. ~I

cariño no es infonmacíón procesable o porque la computadoraesunobjeto ingrato, que...se vuelve anticuado antes de acabar de pago.r)o..'

Si bien las últimas generaciones de máquinas ya nacieron el~!"triCé:'\s'Q

electrónicas y genétiGo.m~nte atrofiadas, razón por lo. cual Prc:>duoían so­bre todo memorandos, en. general pertenecieron siempre al orden.de los

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

si se'!!.nota que sí le importa el qué dirán. Éstos son los modales contem­poráneos, que de naturales no tienen nada, sino que se han aprendidode la publicidad televisiva, de las secciones de "cultura, sociedad y per­sonalidad" de periódicos y revistas, y de la psicología de supermercado,que enseñan, a todos parejo, como cualquier manual, cómo ser diferente,y a los que, por lo demás, nadie cree mucho, pero sirven para presen­

tarse en sociedad.

84

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LA MEMORIA DE LAS TLAPALERÍAS

S e define a una ferretería como un-lugar donde se venden herra­. mientas, o sea, instrumentos de fierro que sirven para hacer co­

sas, o cuando menos arreglarlas. En México ~~llarnaritlapalerías,queen náhuatl aludía al lugar donde hacían pinturas, y están pintadas deamarillo cadmio marca Optimus. Se define a un adulto como un ciuda­dano que, de las 30 funciones de su reloj digítal.ssolamente sabe utili­zar cuatro, pero que, a cambio, todavía sabe utilizar un martillo 'paraponer un clavito donde colgar un cuadro, tarea ésta que: recibe elautorrealizador nombre de do-it-your-seli. ; , '" ;:

Se define a un adulto en una tlapaleríacorno un ciudadano 'tímidoque sabe pedir un martillo, pero no sabe si de bola o de uña, de.tapicero»o de talabartero. Afortunadamente, se define a un vendedor de tlapale-ría (o tlapalero) como un ser capaz de comprender incluso a una señora .(en femenino, en razón de que son ellas quienes mejor vencen la timís /"dez en estos casos) que solicita "una cosita así.de fierrito que tiene uncomo palito que da vueltas", y el vendedor sabe exactamente cuál de los19 tipos de prensa (side banco, en G, para cantos...) es la que busca..

La diferencia entre el comprador y el vendedor es que pertenecen adiferentes épocas de la historia. Elcomprador era, se nota, del siglo xx, yel vendedor habita un mundo que se acabó. en el XIX; por eso tiene unapaciencia de época. Las mejores tlapaleríasson atendidas por mujeres,quienes generalmente son las dueñas, lo cual es una peculiaridad que ,queda ~e tarea. ~omo quier.a, los instrume~tos que se venden en las(~tlapalenas son objetos que,vienen de otros SIglos, por lo que parl:lceJ! ,,,'respirar otra atmósfera y moverse en la vida cotidiana de otras per§onas •que tenían otras ocupaciones y otros motivos y usaban otras palabras;Son de cuando los albañiles se llamaban alarifes, pero su cllcflara (tipoinglés, como la que se estila en México), sus cinceles (pata de cabra, 'buzarda) y-'su ,plornadgeran ya los mismos: Son de qllando los carpin­teros eran pintores de-carretas (car-pínteroj.speropa usaban las mis­mas escofinasy limas (gradación: fina, segunda y.bastarda), formones

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

'a

mecanismos, corno las poleas o los pianos, cUYQ fyPcioparniento emite unsonido directamente relacionado con los movimientos del usuario, a suritmo y cadencia, de manera que los comportamlentosdel usuario y delmecanismo se compenetran y se animan mutuamente, como los tambo­res y los yunques. De hecho, según sus historiadores, la música aparecede este modo, del golpeteo cadencioso de las herramientas. El tecleo de

l' ", . ',' . ,la máquina es la música de su trabajo. Se oye el traqueteo del pensamien-to en plena faena. Las computadoras, en cambio, traen una musiquitaañadida, como saborizante artificial, despegada de su ted~do'y desapegada

'. 1 '~,':-' ";

de los ritmos del usuario, por lo que no suelen armonizar del todo.Las máquinas de escribir todavia fabrican pensamíéntos materia­

les, cosas concretas; es decir, letras de papel que ;s~ 'pped~n tocar,arrugar, aventar al basurero y, sobre todo, que seqÚ~d'~h; ahí quietas

• ,', c• ;.1'., ,:¡,~: r;; :., "" ".:'donde fueron escritas, sin moverse ni irse, de forma'glJeunocuenta

.. "'.H t-. ':'con la última idea, y además con todas las antériores;'eO'(ma panorá-mica de hojas regadas sobre la mesa, pudiendd;iHtdrYe~ii"inmediata­mente con el lápiz que tiene en la boca o en la''or~jé1;jpdriiendo notasal margen, flechitas, tachones y agregados 'ehtrf3ilín'éas;'Y todo sinmoverse de la última palabra que ha escrito;' En,~umª';se'pUede estarpensando más de un pensamiento, y con uno'~()1::JreVol~t~F otro sin per­derse. La computadora, como la conversqqiQ'fl;'~én~'pehsamientosuno por uno, porque ahí las palabras sfSerr\l.l§Y§ni?$í~evah,ya queestán hechas de sustancia virtual, inasibleiimpºs!91§;¡:l~'tecar. o' rayar,que se esfuma conforme se sale de lapant9n9,~§QIQ$§'pueae volver aver, sin tocar, mediante una orden expr§sa"q\le'slJs,p~r1(le'einterrumpe

la escritura. Sólo se puede tener uriqiº§qq}~Ye~"Q~S¿rioir,ocorregir;o imprimir; o releer, pero una;,p()rq\}~;~I.~B9,rpt()y!elescritortraencada uno su propio software, que PC)sQ,q' SPrrmabbles, Para acordarsedel programa hay que olvidarse.c;le:\q!c;lee.¡:pqra eambíarde vagón hayque bajarse del tren."";'.",;!;'"

Los oradores griegos des<::onfi¡:lgand<p la escrítura a mano porquehacía inútil la memoria, queera 'su órgqnq de pensamiento: seequivo­caron, pero tardaron en hac;erlojrel5s,~gl()s,durante los cuales constru­yeron la cultura occidental. ~aequivocación;del siglo XX también secorregirá con el tiempo;

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89-1

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LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

jo, por la que se visita a los psicólogos actualmente es que, al final deldía, y de la vida, uno a¿~ba con las ma-~os .limpias, yvacías. ''1 lospSicólogos, corno terapia, lo mandan a hacer untrabajo manual, comoenmarcar sus cuadros, y a que compre un martillo de uña y una prensacomo la de la señora.

PABLO FERNÁNDEZ C!-IRISTUEB

y gubias, punzones, escuadras y biseles, serrotes, serruchos y sierras(entre las cuales la de San José es la que mejor hace que la carpintería

-sepa a oficio eterno). Comprar un escochebre también se siente bonito.Miguel Ángel pulió su David con una piel de pescado que se llama­

ba lija (o cazón), aunque hay quien recomendaba la piel de foca, muyparecida aún a las lijas de agua marca Fandelli. Y así como compraruna "lija", uno puede adquirir en una tlapalería un perico o un diablo,y de hecho nadie lo verá raro si pide un mandril (aunque tendrá quesaber si para taladro o para berbiquí), una chancla o alguna variedad defresas. A quien pida una marrana, le preguntarán que de cuántos kilos,y sigue estando en una ferretería, además de haber ingresado a lamemoria más primigenia de los yunques y las fraguas y los herreros,primeros hacedores de cosas, incluso de las mismas herramientas, porlo que fueron venerados y a quienes se recuerda en los apellidos Herre-

~o, Herrerías, Fierro (Smíth en inglés y Lefebvre en francés).Una tlapalería es sobre todo un depósito de memoria, colectiva, por­

~ que~r una herramienta implica meterse en Uni;'¡,mémera d;~~,88 de apretar la mano, de conectarse con la rep.lida,q;.~e:p~n:;ibir el tiem------ . .' " ------"--~--

po, de amar las cosas, de sentirse a, sí misma, similar alá de un ciuda-----:---:--o-==-..:.-------,:..,,--..,.--:-,~-'--_.----.--

dáño promedio del Renacimiento. Uno clava, un,p.19YQyse machuca el.•dedo igualito que Brunelleschi. Apretar. l-!n- tQrnillq·, no es erudición,rsino conmemoración de una socieda..d.'. HU.. ,.e.. '.P.,..9.,.C...:J.9....•. ;.~.·..O.sas, concretas y\pesadas, como atriles o marmitas: una SO(;'Í€;lcla,c,lmás lenta y más sólida.

Se define a un joven como un cilfq9;9A!}QqH~ ya no sabe usar unmartillo, pero a cambio conoce todasJa"sÍH.fl.<::19J1esde su reloj digital,de manera que el siglo XXI puedePrl?~Ri!'19,ir perfectamente de lastlapalerías, toda vez que ya nadie est~jpt'?r§~Rclo en saber un oficio,que consiste en "hacer cosas", sino §n.t?!1~L\-:lnp. profesión, que con­sist~n. "ha~r actividades"; es '~~9~rJ'Jrp¡§i';SH~l1o bl~~co:;mnos1i;;­pías, transportar información de nÜ19QQ!a,clo ,a ningún otro, ya que eltrabajo se realiza en un espqcjo'4rt4f11;m~srápido y etéreo, donde laúnica memoria que importa es RAM..

'.,:. ","'J.1,C+ : •.. '

Por eso las tlapalerías est?n§¡~nci9BYS.tjth!idaspor tiendas de artículospara oficina, donde se vef\ch?l1g1jp5.1she-r(:)las para documentos y basu- .reros para los mismos docu\}lel1tos: Lo curioso es que la principal que-

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LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

~

"_.. B ~o, .s~~r, pero los ojo~ _~Q!én~irven, J.:lli.r~. moducir~ ciertas señales que se llaman miradas. Ver es percibir con los.----- ----.-_....._..'.ojos: la vista recibe los objetos; pero mirar es tacar' con los ojos: lamirada se pone sobre las cosas. Uno tiene visiones, pero lanza mira­das, echa miraditas. La vista es un sentido de la percepción. La miradaes un modo de la comunicación.

La sociedad es un correo de miradas: miradas ordinarias, urgentes,certificadas, sin remitente y a poste restante. La ruireda es'unaespecíede animalito domesticado, como paloma mensajeraque-semanda Y se

"l recibe entre los ojos de unos y otros, y que de vez en cuanc:l9~pierde ose la deja descansar en un rincón donde nadi~ la alcélnGeó por eso, las. . .

miradas a veces se esconden y a veces se encuen.trcH1o,'iAsí, en las conversaciones, quien toma la pi'llªprél cl~$víi'l ¡.a.. mirada

. _" .,-.-., v:·¡, ..····,··,.·-

para que no lo interrumpan, porque no hay rnatWfC'l99hablar si nohay primero contacto de ojos. Jamás podrá~p.S9fltra,r§,§n¡:tmiradadeuna mesera ocupada, y sólo hasta que ellaquil:lratt'~~rªrnasc:afé. En elMetro, en las filas y en otros ámbitos de Jq,~~B9rap991ica,todos seencargan de colocar sus respectivas miradasfJ,l9ré;lcl~¡filc::ªhc~ de las de losdemás; en el elevador todos miran muy atentps.~llC:¡4~piso va, porquela mirada es una incursión en el espaciP'~tc:1Lq~liotro, y devolverlaimplica permitir la entrada a nuestro t~r:rit9fI8,.4asrnujeresconocenmejor el arte de no mirar. .",.é,it,',!", '.

No obstante, en esos mismos lugqn~§,p(¡pliqQ§tocloel mundo quie­

re mirar, aunque se exponga a ser yi§t8,.iI::I:\l9~1~Yri§nlO·es una forma....~ del conocimiento: uno mira a 10scl~máspClr?,sbrnpararse y diferen­

ciarse de ellos, y para reconocers,~Fl>§í.mi~mº-.,kOsParques,los cafés ydemás sitios de reunión son un \:Jq,ile d?mJ~él,das.furtivas, donde se vale

70 mirar a los otros pero no se vale qH~locélchen:Y, ¿quién mira a quién?y~Primero, uno mira a sus iguale§;l()sadolescertes miran a los adolescen­

tes para revisarles la ropa y la p()se que traen puestas, los cuarentones,a sus contemporáneos paraélpr9ncjer!a,rnapera de sobrellevar las eda-

~"

~e~y

LAs MIRADAS"\..r}

des. Segundo, uno mira a su,§ R~Me,§t9s:"'h)s solteros miran a las ca-~saderas porque son complementarios! 195 abuelos a los nietos parapromediarse, los sumisos a.SllS ppmfi9res.pqmlle son tal para cual. Ter- .3)cero, uno mira a los distintos, por e:Kqh~sivªSrFlZ9rlesestéticas: a los queson preciosos seles admira ~jn pmtensi(>na.l~Yna,,Ípda, vez que no sorni íquales ni complernfantaPos,,:Yi'l losmuvfeoS"ql0s tontos, a losdrogas, a los extran] eros º a,los Hsia,qos, esg~c::ir, qlgse?}traños, se lesadmira como.a un incidente detrim~i,to, POrmlffa,<;yriO§!gflºoientífica.Además, también están los invisibles, los imrJirflbh~s,'~quellq~ a,.lO§ cualesuno ha aprendido a na mirar, a.no percat1W§eic:lg q4~.~~Íf:¡ten,:.I()sjqve~

nes no miran a los viejos, los locuacesnomiranélJ9?tím-ido~,lél9 Slél?'?~

altas no miran a las bajas, los mestizos no. miran.a. lqs !nd,í~~I1q?jJos

egocéntricos no miran a nadie, losególatras sólo mirape\,?§p~jo.lioy pqrhoy, la pareja na mira a su pareja. Todos somoseLinyisibledealgui~p.·

Pero, a fin de cuentas, las miradas se hicieron parael.lcqntrars~,ypor eso se buscan. Quien quiere intervenir en una"PUt~cél'f911~cal~mirada del que está hablando, y el que quiere dejar de habla,rmirpélros demás. Asimismo, se busca la mirada del otro para preglll)tar!~,suplicarle o amenazarle con los ojos, en silencio, ya ver silaJ-¡alli'\.kRSque se acercan de frente en una banqueta se miran para notificarsesus presencias y evitar un choque, igual que el ciclista busca los. . . I

ojos del chofer. ~ar~~~radQ es ser toc~."mir.91'~§.§...'~4rdesprofegerse. Y así, hay quien encuentra la mirada del otro para retar- I

lo; o par;-hurgarlo y violar su espacíohumano.como.losque revisan de :arriba abajo con la mirada alzada, técnica para la cualel sexo masculi-na tiene más tablas: la paloma mensajera es qlgún halcón depredador; IWPero cuando las miradas se busCa!l.ll se encuentran, no par¡:l'éluana1r,¡

t~... r.rit.,..o.. n.~.o.". a.jen..~in.o. pot~~Opjo.se tejen ent.,,?n.. c.-.,...e-~'~í~-.~..~;~.•..·k.¡"~-z.a...i.• ·.'...·.v•......•.·..••·•·•••,•••..•··..•....:..las corrmlicidades y las comuniones que ningún contr9ia.cpuedd!J!1da ,¡ .•.......----:-- . ----"" -."'''' ..,' , -, . - , :" ¡

'1'.nín.9.ú.,n...d.,.....e.s.. ac.u.~... r.. do..R.u.ed.e'.Jom.E..er, P9!:9.reueestán pactadas'~.. s ~.l~-; ,_.d .r.! ,/'. W.Y..¡.IFi19 CQm-Rn~nsible'iA veces sucede a la vuelta delaesquina,entr¡3 dos ,1 . 1(1' IfA~qn9qtc;lºs.,.,.¡q4\3nu,.nGa se volverán-a ver; av.eces .nosu.c.edio.~. jam~s'.'~:.".",!:.'.:,lb'.,.:¡l

.," . '.' '" .Ó: "'11.enun,p1éltrim9nigffi9c,lglo. Ya veces, lo.quees peor, UnObUSGélCOn lcí'.> ¡d;~

mira.. da :l;?'º:l:§;. :~~l;.,:.:,rQ;; ,Y.e~~lJ~~tra •.~~~.•:e....•... ;.'s,•.... o,...•....·.s. o~ossól~ :~.~o yieo<lo,Ii ..r.•.';I',~1~ 'C&'*f\\!AV¡~··C1V\..-a;"Vh-v.:-O'rv0rQ.¡rnrfy¿fv.8~ I [[¡i,:~

,... 11 a,·."i-;;C:~::" ,,' ' - [d.k W

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LA MISOGINIA

La misoginia es un sarcasmo tímido que ocurre cada-vez que pasauna mujer derrochando estereotipos, unos muy viejos 'como ser

débiles, delicadas y víctimas, y otros más nuevos como ser-conscientes desu condición, realizarse en tanto mujeres y encontrar un machó rampan­

te en cada hombre. El doble estereotipo de víctima concíentízada permiteque cada acto suyo tenga, no una razón, sino una causar-las mujeres;y que siempre persiga, no un fin, sino un culpable.elos hoh1bres. Lamilitancia estereotípico. va dirigida contra los hombres;que'~risUpapelde machos niegan los cargos a la vez que se insuflandeorgulló,>perotambién le pega a una población civil de sexo masculino,' Clll~s91ér~aJoshombros a la vez que se desinfla de ánimo, y le·brotaunamisbginiaa laque sólo le queda responder como hizo Neruda: .~IQllé.qqn.it¡:¡,,;qjaláque

nunca hable". Si las mujeres son las víctimas delosh()rtÜ)r~$,los[~isó­

ginos son las víctimas de las víctimas; pero el misó~inq'nQ~~'Ponealtúpor tú: mejor dice un chiste. Si la mujer es el n?gmq~!'trl1.Jndb;:cémodecía John Lennon, el misógino es la esposa:qé%§~)D~~fª;'Y

Es cierto que los misóginos odian a lasmuj~re~,perQ:pºrló'Iriismoya no son tan machos, toda vez que los mé:l,cl1qs"eD efe9tQ,,;man a susmujeres con reverencia y serenata, comoLllÜ~Mimwr9.'1119i¡,1GO~dicio­nal". La misoginia no es así de caballerosa, PQHWéti:lTl1P9so'jtl~ga elpapel masculino. La separación entreqJ,éj,s<:;yÚnqvf?rneriil'lo,:á,'partir

de la simple diferencia biológica, es 1i:ll1!$tqriélpe'llfla,T§ptlrlición deestereotipos: se repartieron la inte\ig~n9ia yla pasiól1,Iª:!qgiGa' y la es­tética, la cie~cia y el mito, la soledad V)qsolidaridacl>,~l~é\ré\geylacodna,y así sucesivamente, hasta quedélrhe<::ho~tod9!ffi·bSl!llbréVtoda unamujer, Y si hoy la sociedad es mashistq, T}O lp~?pprq11elos hombrestengan el mejor equipo y la mejQ(maldad, sinQ porque'!as mujeres sehan puesto sus uniformes de Iron LAdyy han a~optado las tácticas deljuego masculino, de suerte que se hace difísil saber quién es más ma­cho en sus métodos, como cuando lélsolu¡:;iÓl1'al'próblema de la viola­ción son las clases de karate-.EI rnA.c:;l1ismoqelas mujeres no quiere

. ,-" . ,-',.,'. "

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

abolir el poder: se conformqC9rt9!'l1arI9;F'1~Qdo caso, en medio de lahistórica repartición de estereotipos, y sin .ninguno que usufructuar,queda un mundo de gente de cualquier sexo que no sabe ni competir, niganar, ni mandar como Ioshombresoauriquetampooo abnegarse, perderni obedecer como las lllujergs;a estos: despojados, de los estereotipossexistas se les Ilamamísógíncs: sonlos que norsabendloran como muje­res lo que tampoco.quisieron defender, <::om9homqres, porque tienenla desprestigiada idea de que no haya nada qué Pefenqérpi:lra que nohay nada que llorar, y así, sin la solemnidad deIadefensa.niel.patetis­mo del llanto, su única forma de pelea es el humor.adolorídorla.burlaasustada, la ironía, que es una manera de romper.estereotípos Lafer»

ma de ganar de los perdedores.Mientras las mujeres se enfrentan a los hombres, Jos misóginos se

mofan de las damas, y de este modo, mediante lalóqíca.del.rebote,

pretenden oponerse a los dos: el misógino se ríe de la seriedad de-lasmujeres mientras se aburre de los chistes de los hombres. En efecto; elrencor risueño de la misoginia ataca no sólo a las que lo acusarr.demacho, sino también a los machos que lo tratan como a uno dé los I 93

suyos, porque a quien detesta es a los dos; es decir, a la separacióndeuna sociedad en dos estereotipos, a la repartición de una razón en dosestupideces: es tan mísándrico como-misógino. "Misoginia" es la pala-bra sexista que utilizan las mujeres para atacar a alguien que simple­mente es misántropo(a). Se entiende, pues, que los rencorosos de ladivisión sexista de la vida son igual de sexo masculirio como de sexofemenino, razón por la cual no es extraño oír a una mujer quejarse deotra diciendo que tenía que ser vieja.

La misoginia junta los dos géneros en un solo mal pensamientPLYaunque sea malo, este pensamiento ya no contiene separaclonesrcon­

jura la rni:lldk:ión de los estereotipos y, por lo tanto, contiel1e<3!espíritllde unq$QQiedqcl donde hay hombres y mujeres biológiQ()s, pero Tl0

machismos. y mujerisrnoseontrapuestos; sólo que. lo coritienWi1 la jncversa, P917 IQ H?gativo, como burla, frivolizado, para que 0.010 puedanestereotipqrYs~ggyivo;nosea que lo vayan a tpmélreri serio, jo eti­queten COn UllªclefiniCión'sociol¡)gica, promuevan el día lntémaeíonalde la misoginia y]QJ:lo¡-.gan a.defendersey.a .llorar,

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'/..

EL MITO DE LA SEXUALIDAD

El siglo XX fue, entre otras cosas, el siglo de lase.xualid.a...d.. ::p.,>r.eud sela descubrió al mundo, incluidos los niños, y desde entonces está

reconocida como un hecho tan objetivo como el halíocentrisme, mer­

ced a un dascubrimíentotan científico como el de CopérniGo.V,~sque

Freud, copernicanamente, realizó un trabajo impecable. 811 primerlu­

gar, la puso como el centro de la vida humana. En segllI1c:1q, demostró

que se trataba de un fenómeno biológico, o sea, de.ul1qYI::m:1gd.ciEmtí­

fíca, y por lo tanto, no susceptible de impugnacionesmeramel:}tecultu~

rales. En tercer lugar, armó su teoría de una maner¡:lTecloQ9ei,gesuer­

te que quien negara la sexualidad quedaba' ip$(Jfq(}tq,g!~sdosticado

como represor de su sexualidad, ergo sexualidadglfil.1lypprúltimo;

pastoreó su movimiento psicoanalítico parala:prQpggg~#ºnydefensade la fe.,¡,,¡.¡,:-,(,··H¡i',,;;>\,l,

El mundo ha sido tocado por el dedo deRteM~,:.g~r~fe8tQ,aunque

jamás se hayan leído los Ensayos sobre lase.x.J.¡qliª~SLi~§tªe$;unareali­

dad demostrable porque se la puede sentirep,yngmi§m8yvérsele en

todas partes, no sólo en la literatura, el arte,l~filq~fíq;gelp~nsamiento

moderno en general, sino también en'~rnpitqs.m~§Rr~fRIl.os:.. no haytelenovela, consejo educativo ("no 10repr!rqasi'),:narr9-<::ié>n'biográfica

("es que mi mamá no me quería"'),an\l[i9iO p\1bUsit1:1ric_YT1LperSl)asión

subliminal que no tenga a la sexualidélcl¡J0rhe<::8() <::qnsumado. La

sexualidad, de tan real, es casi una f:o$qq4e;seP4eclev~~'ehlaGaradela gente. . ..., j. " ,:;;;'rU¡":";'"

Así las cosas, la realidad obliga eladrrütil'qu~ii:lteonacle,la sexuali-- . ',".-' - -'./,', .... -'.,.:'"

dad es verdadera; sin embargo,¡P4ede plqntearseql revés, a saber, que

la teoría de la sexualidad obliga él admitida r~aUqªdcomoverdadera,con lo que se debilitaría la teofÍa,·}asexuq!jqádvun buen trozo de

nuestra realidad contemporánea. Y así parece s~r.Enrigor,una teoría

es un cuento o narración, que cuando est4 bien contado, es decir,

cuando es coherente, sin lagunas, lógico, completo y, en última instan­

cia, como decía Bohr, bonito;. se cqpvIep:een una buena teoría, que

LA VELOqDAD DE LAS BICIClETAS

puede funcionar como realiC!adiEl:}e~tesentido, Cien años de soledad,la Biblia o el sentido común sQI11:!\,,lel1as téorf~~; aunque hoy en día son

los científicos los que cuentéln; !Qsrnejorgscyeptosisobre todo porque

inventaron el cuento dela verdadcientífica; que-lessalió buenísimo. En

todo caso, no es la realidad laque prodlJ<::e~L!J<:loriél,sillo.lateoría la que

produce su realidad: la sexualidad es tan.rE1¡;¡LYQIT\9 nosotros la ha­yamos hecho; es el invento del siglo. SL.Hngy~:z Ja Bjp!jp funcionó

como realidad y pudimos explicar el mundo pwI!Y1=ll1}l:'!nte, ahora pode­mos explicar lo que sentimos interiormente llamándolo "sexualidad'',

. Id' 11 1" do" Uf t "" I d' d" Ipero ¡gua po riamos amaro peca o, an qSffi?! ,s9e él 9 <::lIa ;-quier otro cuento bien contado. En suma, la sexuéllidélqTesultq se,r ul1fl

fabricación cultural, y toda prueba en contrario proviene9l?lp p:1iSrnél

fábrica. .;

De cualquier manera, la sexualidad ha logrado funciona,r.c::prIH? rE!9Jkdad palpable por dos razones. En un primer momento, pon:¡l;le,s¡rvjÓ8~

consigna a los grandes movimientos culturales del siglo XX, q1J~se'

rebelaron contra concepciones autoritarias de la sociedad, en tQclqS!QS", ,,' Ó. ..• :".,

terrenos: arte, política, moral, educación, etc. La subversión sexllpl" '·l

abandera la subversión social en el freudomarxismo, el surrealismo, el

feminismo y los grupos homosexuales, la protesta juvenil y estudiantil

y el clero post Vaticano 11. Durante la mayor parte del siglo, sexualidad y

política coinciden, hasta alcanzar el punto de trivialidad de pensar que

la izquierda que no es sexy no es izquierda, y lo que en un primer

momento fue exitosa militancia política, pasa a ser mercancía de la

canasta básica, y éste es el sequndomomento. Efectivamente, la sexua­

lidad es tan real como el consumismo. El consumo, utilización, COI11"

pra-venta y prestigio del sexo y sus símbolos le otorga;ª1ªse4lJfI!iq~~L, ¡ Ó . : >,".,.:.". ':;....

su estatus de realidad palpable, de donde se deduce queilJri¡:i.viclª~~~l-!¡:iL;

activa y múltiple es requisito de una normalidad delw:¡ngüªrq¡ª;·,,4~;:,._"-'''''-''''c''-''''- ;",". -•.... ' ',' ' •.• I.·.~";•..,."" -:, ','

sexualidad pasó, de ser una realidad de rebeldía, a ser-una realiclaclcle

conformismo.

En est~s .momentos, el recurso a la sexualidad'c6mo. crítica,de la

sociedad Q pfQl?YeS,t¡¿'9ultural es obsoleto. Comodice J.J. Blanc;Q¡ re­

sulta .más,ffiélmÜ'¡pl.YXebelde la "pareja a lélantigüita, profundéf YélrnOc

rosa", qb!e:lgs ':;pr~st¡~j9sps~aberrªciones sexuales'vdaplástico .y' en

95-1

I~.'

~~I

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LA MODA COMO CREACIÓN CULTURAL

A ~a hora de trata.r .as~nto~de ~er~edad. i.la~in.,.' Od.,as quedan d~scali­ficadas como tnvlahdadlrredlmlble;loclerto'es que constituyen

un mercado trasnacional multimiHbnario,iqÍ1~sellevabuenapartedellos salarios, y del que todos, más o menos confésédaménte,"e~tán pen-

dientes de sus vaivenes. .

Los libros sobre psicología de la moda,alia:dosI1aÍliralesd~.\iogue

y Vanidades, la explican por las muy discutibles 'necesidades deautoestima, aceptación o aprobación; es decir, que uno quiere "versébien" para ser querido, "como es normal". Lo interesante es que lamoda se origina y se mueve en sentido contrario y por motivos opues__tos a las explicaciones frivolocientíficas de los expertos. Véase-sí no'elcaso de los punks, la última gran moda del siglo xx.

La moda, cuando es original y no mercancía de consumo al estiloBenetton, representa un proceso de creación cultural que poco tíenéque ver con Ser chic y estimado en el círculo social. Para ciertos gru-­pos, la forma de vestirse es la única posibilidad de expresión y formaciónde su identidad: concretamente la de los chavos urbanos, minoritarios,marginados, sin poder alguno, que a falta de dinero, educación, carisma uorganización, sólo tienen como último recurso y medio de comunica­ción su propio cuerpo, que es más o menos lo que queda una vez quese ha perdido la esperanza. Así eran los punks: adolescentes británi­cos, desempleados hijos de obreros, súbditos de la Reina en tiemp<?~

de la Thatcher, que crecíah ante una realidad de promesas marchitqL '

das. Con sólo su cuerpo y ropa usada, crearon una moda que C;P!1trél­viene la ilusión de la armonía y funcionalidad tan características de su'

sociedad, una moda antiestética e impráctica, sin una lóf!'jg¡:iaPélfentf3 .(punk, según el diccionario, refiere a lo que es inútil, él la bélsurª;¡:¡, 18podrido): tijeretazos-en el pelo que desafían el drapeado néltural,tintesapartadísimos del rubio y el castaño, indumentaria rota OQQrtqqa encombinaciones del tipo de SélCO de smoking CQn botas de minero,íql1as44 en cuerpecitos32,:cierres en las rodiUes, argolla? en la nariz

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

cínernascope". El fin del siglo anunció el fin del mito de la sexualidad. Dehecho, puede notarse que el pensamiento contemporáneo ha amplia­do la idea de sexualidad, que refiere concretamente a sexo,' a la idea deerotismo, que parece referirse a la posibilidad de percibir las experien­cias intelectuales, visuales, auditivas, etcétera, como si fuesen táctiles.

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PABLO fERNANDEZ CJ-IRISTLlEB

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LA MUGRE

L a mugre perteneee.almismo orden.que los terremotos y el Titanic,

o sea, que cuando la humanidadcree.que ya.coptroló la naturale­za y abolió el azar, sobrevieneunpequeñ9detall~que)$baja!loshu­

mas, y uno llega a.la.misma condusiónqul"lc¡yien9lélsS4breunlampa­

rón en su traje nuevo o unos' gusanito$negro$qebí'ljosl§ las.uñasbarnizadas: mugre vida. Se entiende que Hc:iwardHugues sea un mito denuestro tiempo, porque su fobiaala mugre lo hizo .ef('lscI"lPcler c!§ljeÚet ¡a la muerte por suciedad.c' j f';. :.' e

Una buena dosis de ciencia y tecnologíadevida.rnoderpa.~ehé:l l<dedicado a la limpieza, a erradicar esa sombritasatin~d¡'lq\-leé'lrtlanece iUalrededor de los apagadores o parlas cuellos de las camis éls,porqu;la .' ti!

mugre deshace la ilusión de vid~ m~derna.': la mugrét•.f3s...•...••.•..~..·p.•..•.m·.'.: 'p.'.:.'..:.,w' n:' re..,'·.".'.s.: ..·..:.. . .•.~:..1..cuerdo molesto de un pasado Incomodo, ese decyancl?!'l~m,Qi'!blq; :~¡ .p.regreso, cuandotodavía no se inventaba elfuturo y la éJdsf~.ñc.lat.ra.:n... s....,.... '''1;.'' ,.'" '.;!...Ucurría opaca y trabajosa, terrosa. ysilvE!stre,'ysóloservía,pa,rair§G:' ~I'jmuriendo ca.n g.risit~d: la mugre es algo así como el olor ~e.los~atara.".. ·~¡.'I...Ibucles; es corno rnrrar. en blanco, y negro; Gamo un ruídíto que no ¡,rinterrumpe la memoria, sino que interrumpe el olvido y hace recordar wl

lit\~

cosas poco delicadas, como el hecho de que todo lo que uno·haga,y l," &'1"

p.la.nee acabará por enmug.recerse y descomponerse; incluido uno mis~'. y .~I'mo. La mugre es una especíe-de-ruinosidad que de antemano-se-le l" ji:sube a la gente y a sus cosas y envejece un mundo en el que todo'debíé'l" ! [1ser radicalmente nuevo, donde hasta las antigüedades tieneriqu~Gst~r' tlnuevecitas.,r; . !if

. . •. ' ....••. '1"Laeíencía :asegura que la mugre cae; la gente compruébaC¡l.lé¡~~ .: .¡i¡:"

mllgrebrc:ita~J?asteurpergeñólaidea dé que la mugre,viéned~RfLlerCl< '1'i1

y fueelflrirnero"que,vendiólailusión de un mundo' pasteqri?aElo¡'qp~ tj:,se mantenía,:irnP~c~qlecorbsólo cerrar ,las ventanas;· funciópó,parél'Ia" (f!leche, pero,?prPflXé:l.:¡a"imagineríalcolectiva,. donde;.la"!Y\llgresé'lIe,cle. k:'adentro, porqd~~s'cºriIoelsudor del-planeta queJ\'l('ls'~llrre,na.Qq'tntls . kJ"

. ',.<' .. ,'.,.,:',-;'::'-'-":-:':.,: .. ,"';",,:. ',;.', "., .:.:',.","".,':,.',',; t-,:;,;,

de girar, corno-el'CQcl1qr,-hpre H!l~Ct-!éllqÍlierarna de-cesaS?be Qonstertl9d.él. ti.!

cadenas de oreja a oreja, suásticas y palabrotas¡ E\~ .d~9j~,(¡a.§lll?ióndelo agradable a toda costa. Éstos son los que han 'ímpuesto.e] último

alarido de la moda al planeta.Terroristas visuales a fin de cuentas, es evidente que lospunks no

pretendieron jamás la aprobación social, la cual es n('lq:¡piqªª g~ mayo­

rías silenciosas y conformistas; lo que pretendieron~D9i:l-mRtºfpBlanotoriedad, el reconocimiento de su existencia reprqpªgª.y>?t~?s.oes

que, todavía, el mundo es, entre otras cosas, Plll1l}:;ºa.s.ti:l-Y.I'~F'f1iños, . _.,

ricos, películas en cartelera, decoraciones de discqt~ql,l~ 9¡:¡P1Jn§!Qs de

Calvin Klein para saber que el fantasma de Sid VicÜ?ld1?8nclq·P9!hP porsu casa. El impacto fue tal que las modas anteriores, )qgigélS.yqrmqnicas,

saben insípidas ante el argumento de unos je¡'lns.h?9.DQ§r;:!gélgllJeros.

Así que cuando Ives Saint-Laurent busca apªl)té'\Jl.é:lrn9$.ªf!nn~ndo

que "su moda se inspira en la calle", en rigor está giQienQg .4pª iP.1;lyie.9i3d ,

pero además, cuando la cultura punk entra. a los. es..:~¡:lf?ªia.te$,. ,el1. ese

preciso momento termina como creación cultyrsh IQ~<2s.~ªB~r~t§s.icºmolos monumentos y los mausoleos, exhiben cosªs.Yªfinifll:1Üa.cl~~Hes.tºeslo

que traen puesto los maniquíes de las bOllt1,m-!e$)l:!hi:lT9clEUerDRalsa­

mada para que ya no espante, sin los ra.s.gºs.é:lºrIJPt8§~"mqlentQsdelaobra original, todo gracias al primor hé:ll:>itt,iª19~JC?s.,rnq8jstºs.;iºaritasde modelos, cortes de cabello "asimétric:º§:',ta11a.s.."n;9Igqg~s"lméU1gasrotas de fábrica y etiqueta de marca yq§'preGiqc,qmqggri:!ptígJleque

se contará con la admiración general..~st?\e$]apª1ªRrp.ge;ºiQr~La conclusión es que la moda e~tf!,hecha.por.jé>y?ries6ºflrnotivos

para ser disconformes y utilizandqrn,ªt('lr!C\~rimª1Jr?~~t1,i~l'1ted~Lbaúlde los trapos viejos de parientes ía¡lecidos, Noe$g~a.tqitQ:Q1.JeLQllisKampf considere la moda corno incli.C:f-J#?rpri!1¿i]Jql.~~Jº$movimien­tos culturales del siglo: beats, hir:m!e~,.pul}k$".;c6'·;'; .

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LA MULTITUD QUE''iXJI)0S¡;UiEVAMOS 'DENTRO

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L:t.!!\-,.j).:1:\ :¡.!'1 ¡I!, ,~

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L as sociedades de;.ho.yse.caraetetiz.a.rp.:.o....·..r.;¡;u. 't.e..•.m.......•..o... r;a. ,las mu.Ititu- 1,'-des, a esa especie de. locuracolectlya; quepl,l~de'destrozar en /,1

.'<", '.' ..' .. ..... .... 1,1,,,minutos instituciones seculares; dé hechÓ,Jél!:im9~f1s~mPe?arOn a' ser ¡¡¡I,estudiadas por el miedo que le dabarra;Ia'?iyili:¡;ac;ión;9ªjqlate.si~de IF.que las masas rompen con los valores Y¡POr(3n<i~l (:Cll} ~ü ()\rJ.!:m(3nque. 1::;

se finca la cultura. Estilo Sting, son'elfaritasrnadkqtr()peJpm~qu,na; "Pero no es que las masas rompan "el"oidenisil)9q8~tien~I1e!1?Í i';

mismas "otro" orden; este orden inusualp01'elq\les'eri~~111asJ.Tlylt!~ t;tudes es un orden sin palabras, una lógica sinAristóteks,quedat~c1~ 1':1antes de ~ue e~is~i~ran las palabras~, por.supuesto'':~d§:.,... ;.o.'..•.t.e...;.I..e.....s.;. p...•....•.s@p,..IH.!que lo mas primitivo de la humanidad sigue todavla·V1gel1tr, y tan., .', \Hcampante. Por ser éste un orden excéntrico.da civilizaciónélc:t\1ª1 siern-.( ",; . tHpre clasificaa las masas con términos negativos: irracionáles;imp~SjVpS, .·.••·..'.Wimpredecibles e incontrolables. .•.. ' ;";~Oo ...•.• ,'",; 'l" .... f

Cuando se habla de sociedad, o gobierno, o partido/'de.rr¡p~q§',;J. 1::,"quiere decir de control de masas, pero este control está ejercido:p9{burocracias medio brutas, por lo que sólo se imaginan a la'rnasa~erisQ

forma más abultada y notoria, es decir, en su forma multitudiriariayescandalosa, a la que, efectivamente, logran controlarmediante latec)nica de la disgregación, es decir, separando a la masa en sus corrij:khnentes cívílízados, comúnmente llamados individuos o ciudadanesrés-

Sin embargo, la esencia de la masa no radica en su cantidad'Cls,eaque no se la controla con sólo dividirla. Su esencia radica en qUe elorden que la rige no es racional sino afectivo, por lo qUel9masqe~ enrealidad una especie de pasión interior, una voluntad decomunic;ar,sesin palabras que más bien se puede llamar comuniQl1,Lé\ eSenciª dEl ¡élmasa es Jasgq!las de la gente de estar juntas,clepertenecerenttªñq­blemante.a: g,lgq.>..Esta.voluntad de comuniénes.la multitud:que tocios.llevamos dentracio.,i; .,. . . ....';

La multituclq\1f%t.8B0s'lIevªmosdentrq~parece,@ritodqsu irr9eio~nalídad e in,contrplª§Í,Jic1<igreqtQqA¡; Pi:!ITes Yé\ tqdé\s' h()rqs, np sQ!Oel1 .,',

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PABLO FERNANDEZ CHRISTUEB

que crece solito en la cocina, como la herrumbre del fierro que le nacecomo musgo en tiempo de aguas, de ese musgo o moho medieval quele salía al vino para echarlo a perder, y de donde viene la palabramugre, pariente filológica de la podre, que hace curiosas esas sílabasgre/bre/dre que tienen la mugre, la grasa, el cochambre, el pringue, lapodredumbre y todo lo que ennegrece así.

La limpieza moderna se inventó en los años cincuenta, con losavances de la medicina y sus hospitales de porcelana (y los afanadorespule y pule). El primer Congreso Mundial de Detergentes se llevó acabo en París en septiembre de 1954. Tal modelo médico pasó a bancos,automóviles, centros comerciales, tiendas de autoservicio y ataúdes. Elinvento consiste en el empleo del brillo y el color como antídotos con­tra la mugre, y por eso proliferaron el cromo en defensas y moldurasde Cadillacs y Corvettes, en grifos y pasamanos; el vidrio en fachadas,aparadores y ceniceros; colores chillantes en vestidos, plásticos y foto­grafías, y lámparas de neón por todos lados, en el entendido de que laluz mata la mugre, como si fuera hija de Drácula, y en el uso deformas redondeadas, porque se sabe que la mugre sale por las esqui­nas, que son como primas de las grietas. El panorama urbano con­temporáneo, con sus edificios de espejo y acero inoxidable que pare­cen aparadores de lácteos a la décima potencia, es el resultado detoda la tecnología de la ilusión de la limpieza.

lé() p¡;¡rªdqjigo es que la misma ilusión se ha puesto mugrosa con elti§\llPP,. Y~~§i?g~nºqmil!?ni9ªGflbó como, elprimero¡. aceptando lamugr~,qg..cpmpPI1.ºefestQ,?¡nº .. ~omo;pr¡ª,.GOnqic;ión,·.y.!:"onviviendocor; ~Itéhé9§í .qLl~p()~oª P9fo Jªoml.!gr~~§;r~¡nt?grªq¡:rtpntoªl.panora~

ma yrb9-I1o cC)flJóa laestéticªpº~n}Qq\3~pª~§tJloBladeRunner, decallejones mugrjentos},lcol?re~¡lp~g91p~).q@Úerr()s oxidados que apa­recen en 1ª!'d.e9ºrªc¡opesctlÍsq!1,19s9¡§S9*,~gUeSi,y·en .el dirty looknatural o forzélp(),~eJa g~ner¡:t9iól1 pqsY\lPr?ie:¡El,rnHenio acabó con las

-' .. ".'.,;,">'\<.,.'..,' __.. '<...., _:.."i,.;.__"",_::,::"."T·'·"'_'

uñas negras, corte! gl,le1lgpef<:¡pdiqQ, 8n'~fe9tQ;' pero entre tanto des-cubrió que la mugre pperJ.e"tf!nerI?r?¡::Üeqad~~acogedoras,cierta tibie­za y suavidad que l1agen.QeeJ.!gHn,cQh:.honcito que amortigua losrechinidos de la limpieza. "<0' S,:

f;.h:t]1-I00

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PABLO fERNÁNDEZ CI-IRISTLlEB

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LA NO-CULTURA

L a mejor forma de rec~noeer la cultura'~.'~;P,.~~q.,LI.e.;' es inútil, o ~ea,que no se puede aphcar a la produCC1dn.'nlsacarlegananclas,

porque la cultura no da de comer, sino qué dasi$nifi@dQs can que lavida hace sentido; pero en este mundo de:pa:pek~$portriplicadoi don­de hay que presentar comprobantes hastadéLs~ntidQde l¡:lvida;a lacultura se le añaden otros elementos para reconocerla:y!otorgéirlePresu~

puesto. En primer lugar, aparece como un objeto/uhartíq,áol;'~~;!-!nlibro, un cuadro o el botón de la pijama con q\leBenitoiJuárgz tuyOsarampión; en segundo lugar aparece como un acontecimie¡1tÓ,en}SI\fecha y lugar, sea una exposición, la muerte de Dalío una cOnférehciªiiplo que acude un públicoenterado del asunto, por lo que, entercér:lygar,IA .cultura es una especialidad, dividida en creadores, críticos y mirarles;Por las tres razones, la cultura es una mezcla de diversión, espeCtÉlcü­los y sociales, según se aprecia en las secciones culturalesy socialesde'losperiódicos, siempre confundidas una con la otra, donde aparece! unintelectual en un: coctel o donde aparece un coctel lleno de intelectua­les, y tiene un santo y seña de reconocimiento: todo cabe en un museosabiéndolo inaugurar. Esto es correcto, si se atiende al origen'de la culturacomo tal en la Ilustración. Cuando no parece correcto, surge la "cultu­ra popular", que se trata de la exigencia de que ciertas cosas, como lamezclilla o los judas del Sábado de Gloria, alcancen también la catego­ría de artículo cultural, tengan su museo y haya un evento donde Ii'!gente se fije en ellas. Y es cqrrecto.'<.

La cultura es una forma de ver la realidad, de pensar'Ysel1tir)avida, de enterider el-mundo, y así sale cierto eso dequ~;,:!!2Gltur~l~stodo", hasta.la receta de sopa de fideos que bienpli~qf:lC()mpilClrSf:l~!'l:

una. antblogísr con su, consecuente presentaciónde 'librQ;'l3n,~fE!¡'¡tP,l"abarca 'las'cien6ias'ipla'tecnología no, por útil"'ilas¿rte's, Iqfil9~qffqYlareligiÓr1¡'péti;YC~r,V(;~h1o,dice"Peter' Berger,<tJn'IT)inutos,¡r(s~nfkIQ,$jn

entender;es'~h1fki~DtEFParapreferirmorir§e, '. resulta dernélsipPO,cqltosuponer. quelq,g~nt~;l}oPl1eqema~arse,1Jn minutosin arte, cUClndode ,'i

O"o!.' '

los estadios repletos, en los conciertos de rock y en la? qJ.an¡:ha,s calleja-~ , ~'.." ,- '.

ras, sino también en las celebraciones privadas, como las reunionesentre amigos o familiares. En todo caso, el ejemplo más pequeño de lamasa es el enamoramiento: el enamoramiento es exactamente unamultitud de dos y, como toda multitud, los enamorados.sercomportancon un orden distinto al cotidiano, en el que nada les es.ímposíblg, eltiempo no cuenta, no se requieren palabras, son autosLlfiQientes;vivenarrebatados en su íntima multitud. Tenía razón quien:dijqquedodahistoria de amor es una historia de locos. Y los pobres indjyigllO$cii$la­dos en genera,l viven con esa voluntad de ser masa yesPergn:eLmo­mento para fundirse en ella.

Es interesante notar que Roszak, el teóriG\:¡'.anªfq¡..¡j:$ta,.de.lacontracultura, y como tal partidario del otro ordenQ§"Jª~,masas, alescribir en su madurez (como Umberto Eco, perQ,.§QD,¡P1l:¡PQ?§lJerte)una novela de ficción, haya construido una alegoríª>Q~;mq$qS;qPntra

orden establecido: millones de insectos produciqQ$P~DcJ~'rngnte'una niña invaden e inutilizan todas las computªQC;mt$..8¡:;IÚ:l/i:i.neta.

102 fantasma que se metió en la máquina.y el orden de la multitud, sin embargo, PQrm1..1}J~Wc>gtQDªn.te

ésto sea, no puede llegar a ser un estado 1) orgeJr!~~r'tI1~!1Elnte';puestoque cualquiera se cansa hasta de estar enaJpºrg<i~,.Ber9,,9()rr1.0sea,un aspecto de la vida social quena pueQe$e!"sllPÚn1idoi:p,¡:ljo;riesgobrotar un mal día en alguna convuISiQng§~lJ~IC1L1ier):l1"l1é:lñQ.queharía poco favor a cualquier sociedad,grY80¡PfDé:ltr\m9l}!Q;,"":

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PABLO FERNÁNDEZ CHRJ5TLlEB

hecho se pasa años y vidas enteras de lo más contenta. Entonces, debehaber algo significativo que no forma parte de todo, que es inútil pero

. no es articulo, ni acontecimiento, ni especialidad, sino-una nada que secuela por los huecos de la cultura y de la que sólo se sabe lo que.no es, esdecir, una, no-cultura: lo que sucede cuando nada PqSq,J9.q\1~ quedacuando se quita lo demás.

Lo que hace un pintor cuando no pinta, los estilos Pe ºªgef Gola enel banco, la ropa de diario, la tentación de las motos,Vj9,:Xelqqidac;:l, el

invento y utilización de las puertas, el humor del cIim8i!9,mººi1a¡;tualde las interjecciones, el color descascarado de laR¡;g:eq,;yJ?~ bellezabaldía de los rincones, la suprema sacralidad del futbqJ,e!l?~rrq infernalde la marginación de los feos y los mensos, la estétiq¡;l.q~,J~l:¡?§ll,rª,los

preparativos para salir a la calle materializados enm?letitªsYffi99hilas,la historia de la mugre, el azadón de palo en lél.qª§gSI~Lhern~ro,elgénero literario de las etiquetas de catsup y salsa lnfJle9?,E¡lI9Jrm,llq delectores alrededor de la caja de corn flakes, el aqYF1wierlJpc,lgDc;:le§tinoen las películas de Tarkovsky, lo que hacel110§,m:lé'U:'l(1q'hªqemQ~iotracosa, lo que siempre queda relegado a la pªlªb,J'é:1,$tR~terB;;,.etg~tera,son inutilidades significativas que no se eD§HenIr?I}':~B';¡P§ieYeDtos,sino en sus fisuras, que no son objetos,?ing,§y~mi~r-~t¡Rjq§iiLa,no­cultura es la forma en que entendemos 19q4eDtnp§Br~!1L!r!t8mOS,yestá hecha con el mismo material que lél º!J!tLlréJ.'éJ.;s;Cl:ber-l,ªe.Wtª)~gicaordenadora, de palabras, de imágenes Yge,§0~jq8~ql"erqºQps.tante,

.no pueden apreciarse porque uno e§tf!,9~!.l,tr¿<:lc?jjla:i,'i.p9X94eunomismo es uno de ellos, uno es partec;:leLIT1;;t~ri~l,{;:.,';,Y,

La cultura es, bien sumada, un. prQx~ct.o;ié\rtiqWEl.gq'8e,§qciedad,que incluye a la política, y que siemPré:.fall~:,LqI)R'7S1JltlJra"porin­existente, puede darse el lujo de cpmtrHirlloprC¡Ye9fp Pe$fa,rticuladode sociedad, que nunca falla, P9rqpe .10. in-in,ten9jºDªJ$je~pre salecomo de todos modos iba a spljkd.elami$rr¡~:ma,nent que un gato,haga lo que haga, siempre ser~qprmcti:\!n~hte.S?tq.:Si la razón. cultu­ralo 1<;1 razón política saben m~s,.lél. ré\;?:ÓDnq-cy!tpral sabe mejor, y porello, vale la pena tratar de Cornpr~!1derl~y,p~fi:¡c;iójic;amente,cultivarla.

OBRA POSTÚLTIMA

S e llamará "postúltima" a la obra (libro, disco, pintura, moda, in­vestigación, deporte, sesión de psicoanálisis, hábito) que una per­

sona realiza con el exclusivo fin de demostrarse que no está acabada (laobra, no la persona). Puede reconocerse por el cuchicheo popular quepronuncia la sentencia de etimología onomatopéyica "ya chafeó '~ (lapersona, no la obra). En las novedades de librerías, tiendas de discos yexposiciones varias, se pueden encontrar frecuentemente especfmenesde esta índole, que la gente compra porque cree que ya salió el último deJoaquín Sabina o de Laura Esquivel, sin saber que el último ya lo tiE;lP13en su casa. Estas obras posteriores a la última también se.deteotanenlos chistes, temas de conversación, ligues, vestimenta$ Y'pérnás graCias ,

de los conocidos, así como en las C()~a$9Hel1n9',h?Ice'YCQllSidera su

propia obra. . ...U"'.<>, .•....... .'"Obra", palabra grqn9pt?,e9tq99'Iq9~eaIgui~~tieneque escribir,

cantar, decir, hacer;;¡nve¡¡tl~ai;:;~ab~~,:'cpnfesar, y~ue al llevarla a cabo

siente que S\1$, PR$!eg~§§iw9~r~FG(;y§rq.b.s,.sus jri$ti~tos eilusiopes, sps

furias y gustQ$¡¡ !>,Y~jBe,~9I1,Rrjm\em9#}J$Hen<;i9~;se.val) ~C0l110ªal1go elealgún rnpc;:lpen:a¡SHP~f()tmªJ};nAi%,11I1QypporÜendoma!qYepiel1suvida y su per$ona;¡;¡ní,demélf1erp 9IJela obra propia se rniracqmo;upespejo, Qinclusoal revés,q\1e'\1no,se encuentramás.deritro de la obraque dentro de sí mismo. Yé\ Sea arte, deporte, cíencía, offcio,oco$linbre,e¡¡un trabajo inventivo, porque uno se inventa a sí .mjsrWJaLhacerlo. '.'

Una obra quedará terminada cuando se,aqé\99!~necesidaddehf'l~

c~r!?, cuando la inquietud, o ganas, o urgeD~i9-,.pgQzqiquedan S'9rnClaUWé;lQQ$;9Wraclos¡ ya que todas las nostalgié;ls;alegría$;'pesares, indigl1a~'

'.C- ':.-" .,',',c·;·,:F.",,·:.·,.··.··. '.. ',. '-.' ,-",>.:,.. ·.. ·· ..'·.0 -' ""c' .,:

c:jqn~y.rmj~89p, hqn.sido finalmente puestos •.~hlas cosas"(3arcíaM:ªrFll1es:t~rfDJp~"$,lIQbrael día en que mwió José ArcadioBúendía;

~é;1m~8:V{~t¡¡~I"';'8H~fWI()plos 25 años q()~strl1Yó la doble héIiced~1I?NA.,iL-;~!?br9~stª()qmpliº,P,.y uno, por d~~irlo así, ya está9PillP!etp:elp~~ªq~'y,~1:p~QYectgest~nr~99BciIiados, contentados, y unqYfl'H?tigD~'811n~Ú1§qlli~r~,ppda rnái911§,?scriblr, 'célDtar, fabricar o plati9é1rle

.-."."",,!" .. ' ;.' >~':,.;::i/;),"::/ .;.;;.,_-;~_;:;.:_~.~~',~.::. 1,'':" " , - ,. •

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PABLO FERNÁNDEZ CIiRISTLlEB

LA ORIC3INALIDAD

Y EL PLAGIO

;e'o,

al psicoanalista. Se puede uno dedicar a tomar fotos, como-luan Rulfo,o a salir en la tele, como Juan José Arreola.

Pero en nuestra cultura de la competencia y el progreso, estarcompleto recibe el nombre de estar acabado, y así, uno tiene que de­mostrarle a los demás y a sí mismo que todavíaes'¡:¡]guien;' y máspronto que tarde se ve presionado por la vida a hacer algo mélscuandoya no tiene nada que hacer, esto es, a comenzar su obra postúltima. Yen nuestra cultura del avance y del progreso, a cualquier cosa 'que se

haga le debe seguir siempre otra superior.Uno está obligado por la vida a hacer volumenII:yi:ldemástiene

que ser mejor que volumen 1, pero eso no es ciertot"L.as'rideas noprovienen del pensamiento, sino de otra parte más.tncoritrolable, asaber, del amasijo afectivo de las experiencias, la merngr:ii'l')lo .ínexpli­

cado, la infancia, el azar, los pasmos y otros misteriq?f,fporeIlo lasideas no se pueden producir a voluntad. Eso de qll?Su;;*'lúierá puedeescribir una novela-la de su propia vida~, significaqu~;no.p\.lede,escri­

bir dos, que es precisamente la exigencia socialqU%d~i~hteriesdesdedentro de uno. Umberto Eco sólo d~ba para:lJn~;na.H"ª¿iPrri.y;vaIlevados postúltímas, el último dibujo de JoséL\.li~q\.+~Y~~lf4ehechoallá

por 1957. Como si retirarse a tiempo sólo fuel;"é),\.lI1pm~irnéldel boxeo.Después de la última obra, lo. que sigU§'~9.~J~I§jfj9~9i()neSde la

misma, y éste es el estilo típico de la postLiltjP)i;l;·r.~g§ti9i8hJot'zada detemas, copiaje de los propios logros";Tod,~'()9rél:ÍJ9!:'tYItirnaAraelasnovedades del año pasado; es el doming9§1§t~ª%I,\'\9r~9t¡vic;lad¡ Comolas esculturas de Sebastián. Es el autorimjt~M9S<3,~:~tFi?mo",'ton másbríos y mayor enjundia que antes, porqpeélh9r~tieB%9ueéserimejot que símismo, tiene que ser más espontáneoqyeJ~e?p()nten~i9ad;asustado Y

azuzado por el qué dirán en su versiqnJptirnista;';9.4§"\loy;a-decir~de-mí" .En cambio, Rulío y ArreolélSUpierPHE3vit<:lrs\.\postúltimo libro; Jim

Morrison cerró Las Puertas y Quip8rWIJ9i;lJY!ªfalda.

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PABLO FERNÁNDEZ CHR1STLlEB

Plagio es tener una ocurrencia que ya había.ocurrido, lo cual suce­de siempre. La diferencia entre un plagio y una falsificación es la hora .en que se cometió, si antes o después de saber que la idea ya existía.Avisar que se trata de una falsificación se llama "citar" y obtiene elperdón aunque no los honores. Así visto, una característiea.del.plagio esque uno se toma el trabajo de volver a pensar lo queYé:le~t9:9él dicho.Lo que sigue es una cita, de Bierce: "Plagio: adueñarse gl~Jfl2i,d~élSOelestilo de un escritor que uno jamás, jamás, ha leíde'\

El problema técnico del plagio es que se parece OeIT\pSiqqy.> p.lq quese llama originalidad, y así, cabe decir que la siguiente 8efint9lér10rigi­nal es un perfecto plagio: la originalidad consisteenD9§~Qfilr?élg\lién

se lo plagiamos" misma que se puede detectar en la de,Agqinaga: "La, ...... ' .• ""0" """"'.':"''-_'._ .-";

originalidad es un plagio no detectado"., ¡/' '"i',Por lo tanto, la originalidad creativa tendrá qq~90psistjrer:rJa"bús­

queda de aquellas ideas, frases u ocurrenci~s ql;!~/Yn9'nBpq~puedaencontrar a quién se las plagió. Muchos menso¡:¡Se:qree~IJ1m¡Sreéltivosporque viven convencidos de que todo lo que .~iceneS.~0~e9qSJsimo,pero donde los mensos se complacen es donq~s~Bre?C:\JP¡;H}gente,escritores, intelectuales, artistas o· científicos¡n~sintelige~t(3s,;.,.\

y cuando alguien logra decir algo origl.n~¡ln~sp!tCl,q~e9@18;piagióal lector. En efecto, una idea perfectamente.Qri~¡nFl1~s~ql.!eU,~enque ellector, fascinado, se reconoce, como en.ynesBejO¡en)99yeieStá le­yendo, y se sorprende de darse cuenta geque'es03pee.stªescrito eralo que siempre había pensado aunquenlJn~i:l!ohl!bier~~j~h9;;Yexcla­ma, entre contento e indignado, lo qY~c1iceMir;h~lIqymief¡;giºlpro!,

[pero si yo ya lo sabía! ¡Yo misrnqJ8PlJcle'hab~r;?sSI"¡~q!/;';;if.Qnªutororiginal es aquel que plagia a su.lest9r"pqr90~siloqr¡gÜ19LeS lo queestá en el origen de las cosas, !o,gyeestapa,Vél.cfe,sdec,elprincipio,desde siempre y todo el tiempo, ~ntoDces'escleJ8~8S)~g!1lÚna todos,y decirlo, descubrirlo, es, por defipiqjón¡lJI1plélfJi()da.J?PYITencia de lo queya ocurrió. Como dijo una ve?iOctaviQ Pqz:",S,?Fqriginal es ir al ori­gen"; por eso el arte, como diceQ9,dªmerl"lils,lél repetición "de losorígenes". Por cierto, el título de. este texto,!!La, originalidad y el pla­

gio", es el de un artículo d~ Jljan Valera, PllPÚC::$ldo en la Revista Con­temporánea el 15 de fepr~r9d~ J879: '.

PALABRAS BE CARIÑO

El dedo más querido por los niños es el que chupan, como cíga­rros, y los brazos más queridos por cualquiéra son en los que se

duerme. De ahí se puede extraer una dialéctica' del cariño, según lacual todo lo que es querido tiende a ser chiquito, como el dedo gordo,para poderlo poseer y guardar, y por lo mismo, para sentirse queridohay que hacerse chiquito, como niño, para poder caber en ese afecto:Es un rejuego de empequeñecer, poseer y pertenecer. Cuando uno seencariña con su dedo, su cigarro, un libro o lo que sea, se vuelvenparte de uno mismo, y asimismo, uno mismo sesíente-partedeslósbrazos, del cuarto o de la ciudad que lo rodeaaul1ó:'Esasciq~?sencariñadas se llaman "prendas",. de lasqu~un()está;pren9ac:ló,'Yipuede verse que las pulseras; los.cbllares;;.ymuY~l1especiallaropa,'sean abrigos o calcetines, son las "prEmdas" por excelencia, porquecumplen la doble funciónl.alimi(irnQti~mpQ:le.: caben a "LIno ~n las

manos y, no obstahté¡;ul19.:¿¡'lpg"E:fIJ ellé:l~')'

Pero haY'éllgo'ql.le's~!-I~~rrni!~quelosabri~osylosabrazos, tal vez"porque estárrmás:di§poniple~ys~g\lra,rn~nte.porqlJ~sQn.mejo,r~Rpreq-..·das; laspalabras. Giertarh~Qtg,da,sipala,brastambi~nson cosas.', $'9ncosas vel'baleso'esGrit~spque¡pl.léderi·ser-reducidas 9,1 tamañO' qLiesequiera, para meterlas .enun' cajorfcomo'Un suéter ó .para meterse enellas como en un suéter. Son las cosas que mejórsirVerl'parael cariño;y cuando son usadas de esta manera, es decir, paraquereróserquerldo¡no importa lo que se dice, sino.cómo se dice~·Ehla¡sfrasesaf~ctuPS9S:

no.cuenta el contenido, sino la forma, porque'lafbrrnaesel cbhte.!jido,de los éJ,fi3ctos; .,.' .: ....

""'f?f1!,a,(§.ggt1jlite~iendo un hijo no hay'quellámárlo, por su .nombre, .

sinq'9~~iRr~;:hrnW.it():\con lo 'que.raunque .tenga18áños,sig0eca,bien~dO§H,el'rE:fga,4P.r:ry.7fgcto, 'los diminutivos son. el·método gra,maticalde'ernp,(3q0gñ~cgr¡asCO§ClSPélra, .hacerlas más queridas, "chiqúititas"¡ y

P9r:e~%lél'gente,c::uando l.ll,liere platicar de manera afectuosa-se ve enIClt~n;!$c;itélp~ratornªrSelJfLbafecito; pero el cariño no sólo puede

:.:~.;:;':i';::/\bL'::...\)': 'oi~.L~; ;'.' '::'~: ,~, .~, .~:. ~',~, .: . '!

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110

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

achicar los sustantivos, sino también los verbos, yhc¡sta los adverbios,.' .' '-~., " . ..

como cuando uno, ahorita mismo, va corriendito y nmm$flpmntito, comosi la carrera misma y la prisa quedaran encariñadas P9!' la forma dedecirlo. Y no es casual que tanto cariño esté plagadp,8eJ~s,porquela"i", en múltiples idiomas, es el g~sto del afecto yJª.~impªtíª;tQdavez

que para pronunciarla, los labios se acercan unoal, Pfm,99rnohc¡cenlos que se quieren, diminutivamente juntitos...i:1;,

Una vez que logramos hacer las cosas peqqefm~rneqipDteJosdimi­

nutivos, nosotros mismos nos hacemos peqlleñq?m~piaqt~.I()$pro­nombres, que son esa sarta de palabras cortas comq"m~,;t9i)9,J~;Se, le"de las que va profusamente salpicada toda frase 1l@ªd~'famiUiO\ridpdyempatía: "yo se lo dije y él me lo negó", por. ejemI?19.:16Y?ºtªd~ pro­nombres a las frases, o la pronomínalízacíón, ?§ eltwb9,WRrnatical

mediante el cual uno se mete o mete a otros gefltr9g?¡él~fl"ª§eSj .para

sentirse cobijado por ellas. Uno se implica en J9 qll?,8jc:~'i,Yi~s,qJ~$pe lomás sentimental posible. Y así es como se dic!3Qrªl"e~p.§C:81n9}"t~m~ vas"o "sácate", cuando uno le pide a otro que Yªyªys2i~Clt1(~'9.sí,rm§rno dealguna parte; o le dice "estafe", y quiénsªp\?<.:?m()~eh~gª,pero entodo caso lo han tomado en cuenta parq,tªn:dH(c:ilt8Ú~~.. 'f!8r9Je" (aho­ra-le, o sea, "que le ahores'') es tal vez IqpcJiO\t:>rC¡QonrpásXel"!J¿ngque hafundado el castellano mexicano, sólo sUP13rp\:¡I~I?orglpQte~c:i~,"ªhorítale".

A partir de aquí ya se puede inteDtªLc~ªlm¡jere~q~sQ!ingÜístico,ydecir cosas como "ahorita mismo te,rnelcirgasp~r~r~pi<:1itq'??:i:,dondehasta el enojo tiene su cordialidad. $et~~t9 de frC¡~~s'8~Ilf~¡mªs" .pose­sivas, pronominales y diminutivas,Y\lpOS?' PllePe Cq:jjpc,:I,Wr\lCªl'en loque dice. Frases como "se fumó sJJcigarritp", '~rr¡e,P;lV~!~.midedito","su tía d~, ella", no valen por locilJ,edj<.:erht098X\??}SI~e,sile dueleseguro que el dedo es suyo, sino ppr 19RP~~ienten,9\J~esuna cerca­nía entre todos los implicados, 'L!na,:ca,liPeA deatrn9sfen:l'k"

y da ternura ver la tenaciqaci<.:PP !a,qt.¡elªg~nt§,qes9bedece a lalógica, a la Real Acaderníay.albuen 9ustofoQíq!.ge;,bacer que las

palabras sean prendas tib\a~,~J.la"e<:itas,.ac()~§8()rq~i;f9miliaresy hos­pitalarias.

Los PERDEDORES

En el glamoroso mundo del fraude, de la excelencia, del' de la competitividad, del alto rendimiento, del performance-y-de]

neoliberalismo plus, lasque creen en cosas como la lealtad o la vacarción están francamente perdidos; pero perder en esta vida no es un 'error de cálculo, sino una corriente cultural, al margen del éxito y elfracaso: mientras que los triunfadores no saben perder, aunque a vecespierdan y Se vuelvan fracasados, los perdedores no saben ganar, aun"que a veces ganen sin querer y se vuelvan ricos y famosos; Tarkovsky;

por ejemplo, declaraba tener corazón de perdedor. Según dicen enfutbol, el que perdona pierde, porque cuando tiene chance de anotar;se le hace demasiado obvio, fácil, bobo, y mejor perdona, y pÓr.i)ll-;puesto pierde.

En efecto, los perdedores creen que las reglas son parajugélryPP " 'para ganar, de modo que ganar se vuelve una especie de tré'lrnpg.,lqj1to;

más burda cuanto qU(3 es legaLLos pobres perdedores cr13~pgJie yna , 'discusión es para ponerse de acuerdo, que lasparejas:¡:¡é-fprméUlparq: 'hacerse felices, que un trabejo.se hace paraque salgabien,)lPO c<)Od\;Jf?flque alguien sea tan lerdo como para.usar el truco barpto.clE:!m\?t(3r99lJ\esintenciones ocultas detrás de susaditudes,como'g?nqr.J..lfla.?-i§<:llsiónaunque no tenga la razón o trabajar mal mientras.9?l'1t3 lJi~p,to'!) pet"dedores prefieren que la pareja los ningunee, qu~elYe'nd(3q9r los-transe,que el rival se las quite o que el jefe los exprimaéll1te'§ qyecaer en talvulgaridad. La corriente cultural de los perdedores c,:PIl§iciera,qqeel peder,gSeai,e1usO de reglas para ganar-y-no parajug$,r,)3~J.lnxecurso;toscciysihGhipte'¡,éU-!R.¡hayque negarse.a usar. MandaIy.Qqedeéer es dem"lSipclo

t~rBe;ggp.8r!e'sdemal gusto; para triunfaroa~ªllnq()cienteinfeleStualdenWcligt~BI~';.\I?()l;i,(~§P;-los perdedores. jamás, pcloptan;lasposesdelpQCier,., "

dgmªner~\ql.l~n9~BeI1hablprdet13mas circunspectos en lengllajef$cI)i-' '"C9,.pr#~º¡P,Jn~clwneI9cporefax¡nbPn~parªr bilirigüementea 'sus., hijosnªl'a.'.Tlm@P!,l~h.ni~xigir'Ha?lar~cbq'el gerepie,niestar en coloqJ.lips cie"int~!~gtqp.lesl'l¡ijuptéw de,n~~IPc;iº~;"niprésumir de sus ·ligue~, ni ínsí-

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I.1

.. _~_.J

,;';"',

'LAS1?LLlMAS:d3IC

E l año más. importante,desd~145ª)'(;yCl.hd())()sNrcos tomaron. Constantineplaty-se-inioíó lqmodernicl9-q,~$195:3,añ()en que, se

. lanzaron al mercado.las-plumas.Bícg diq ini~io la posrn0c1emi(:lqd,pp

porque hayan hecho impracticáble''eLmétogQ palmer, que ya,?? ~tJfh¡ciente mérito, sino porque el mundo dejó dei9~r~acionalpara vol\ler§,?desechable, En efecto, la pluma Bices elprimerqpjetodesechable deIé!historia, y quizá más insólito, no es estadunidense, sino francés, obra del

barón Marcel Bich, cuyos antecedentes son; poru~íClclo; el bolígrp.fo oestilográfica, patentado por Biro en 1930 -aunque Iaidea data de 1888"", Iy por el otro, el invento de la hoja de rasurar recambiableqeKin¡jCJ

Gillette, en 1897. Suena más convincente que la eraatqmica deba su 1

nombre a la pluma atómica; como le decían en México,quealgbpmbal

que, debe reconocerse, también hizo a Hiroshima desechabl~.,.,

Lo desechable no le viene de la falta de repuesto, ya que ni siq\l¡~P1

es posible acabarse lostres kilómetros de tinta que contiene, adem~sde que, según estadísticas, su principal utilidad 'ha sido la de cerbatana;con la que los niños.le disparan-papal masticado al profesor, por lo quela compañía ya ha hecho campañas publicitarias en este sentido; tampo-.co le viene de una [actura mediocre, toda vez que, con.su balero de un]. . , ,

milímetro de diámetro de carburo de tungsteno (el acero.más duro), mí-:crométricameqte empotrado en un cono de Iatóns-ecn-una.tínta de!densidad exacta que no babea, con su agujerito a meclh:::¡camino del fue,selqje transparente que iguala la presión delcartucho.a la presión<at~1mpsférica,es uno. de los artefactos industrialmentern¡§.&:,cUidadQs,.hol

dese!-'?bqble;:,eotonces, le viene del permiso para olvidarla, perderla; F• ',', :, ...,.::.... ,- .. -'.- .. --. .. ''''':-:.,' ,j._' ,.,

tirarlP.'Y'7n}r:)ezÉlf:,qUSarotra igual queuno,pq.QQmpró,sino qUee~tabCl¡ "";

ahí,eV~8~~'º~~¡WBrqbabletoda vezqueseqistribuyen munQialment~¡13. milh:¡p~7"g¡Rr¡R.~F.N()s~considera :pérclidp.abaQdonarla,ni robq gtl(3" 1

darse·RQ9'¡g·~~lqeJl!ntp'>'¡i ..'IA PClf1:ir:g?ilCls,plu!na,s§igilgdOs lospbjetos empezaron a-volverse]

desechapl§s{n('):~ploJQSÚ18trmg~Gillettey los .encendedores de ambasl-: . 'Lr:.,;".., . :..'"toO':>''' i

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLIEB

nuar SU cercanía con la Grilla, las Decisiones o el Dinero. Y si de casuali­dad saben usar un Iusacel1, lo hacen con sorna, sin el debido respeto.

Ser perdedor es un lujo, pero no un gozo, porque tienen que sobre­vivir en el dinámico y competitivo mundo de todos los días, y asistir ajuntas con los triunfadores, donde se dan cuenta de lo mal que embonany de lo solos que se encuentran, lo cual duele por más de cuatro insom­nios (de hecho, los deprimidos son aquellos perdedores.que quedaronatrapados entre las reglas del poder y su propia soledad). Los.perdedo­

res, en efecto, están derrotados; por eso, a mitad de su-normalidad,transpiran un sutil olor de melancolía que se les nota.en.él.modo demirar la taza de café, de decir un chiste o de cobrerun-ehsqne-ccíertaausencia de velocidad que da la impresión de que su;espacipvital tuvierauna atmósfera más pesada, la cual los dota de unafineza,n9qccesible

a la simplicidad del triunfo. La lentitud es la eleganci¡:(.;qg:lé:l.' derrota.

Esto es lo que se llama aire de dignidad, por elcual'9§r9~'j:>W2c:l0reco­nocer, y que es ciertamente la fuerza de los perdedor§~:,I~:(:liáDidades

lo que queda cuando ya nada queda, la seguridadd~§§r~lg).;\ren cuan­

do ya se es nadie -que consiste en saber quesetie!}~ll~,r~iór¡i:iBtesodespués de esta época, y preferir tener la razó!'lquw.e¡¡ti:i.réf,tiewpb. Unganador puede tenerlo todo, menos eso. C()m§>c:l~9fcr.~9t['I§SgOn toda

lentitud: "La derrota tiene una dignidad queJq.·..•..r.....•.u.jc:l.•.:.o.. :.· s·~.·.·..v·l·.C.:.•.•.·.tp.. r.'.i.a.. no me-rece". El estilo del perdedor es la estéticadeli:iqi~ni,d~ci};;>,.,.,.

Lo curioso es que cuando los triunfadore~y§º,sl~n.§j9§fra.casadosse ponen sensibles y humildes, echan marW8eJ~cwt\.lrb·gelos~perde­dores para dignificar su vida, y se refiereneplepg9rte¡;nenteia,;lqlealtad, elPerdón, la vocación o la belleza, puest()senpejíqu.l;c:leWarkovsky, o

en pcema de Borges o en sus proPiasPA1élPrpS,c:pnl9Gual reconocenque cuando hasta el triunfo falla, ql!ed.q<:ll§p;'~~e~lgqes' obra de los

perdedores; ciertamente, esta corrienteS~lt~r~1::produ8euna''buenacantidad de obra, y en medio de'lasin$egUI'idi:ides de la parafernalia

triunfalista de fin de milenio, eSf9rl19s;J~'~?irbta fuera el verdaderosostén del mundo contemporáneg,pOTql!e'~9ntienevalores que harán

falta más tarde, cuando la cultl\rª,.. ciel~xit9tenga la sensatez de recono­cer su fracaso. Éste es el tr¡;¡\::)pjg de JosqLie· prefieren sentarse a con­templar el paso de los triunf¡'l.c:lpr?s,.,;>

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

marcas o los envases no retornables, sino hq~tflc!O§ (~Ioj~s, que anteseran joyas y ahora son Swatch, empresa ésta qyg Yª .construyó unSwatchmóbil, desechable por supuesto, como Yél. l!?sOB !p.s partes de losdemás coches, los tostadores, las cafeteras, las GOtTlPLJtél9oJ:'p§, la infor­mación, los conocidos, los colegas, los vecinos,.lQSélr:rÜ!il:Qs"Jps pare­jas, las ideas, las creencias, los valores y los prins:;ipips',rkqffis.cinaciónque ejercen las tarjetas de crédito consiste en que dan J¡:t~ngc¡pn elequeel dinero es desechable. La desechabilidad como temPergffieQtode lasociedad significa que los afectos ya no deben ser deppsit¡:¡q()sen lascosas, que antes tenían valor sentimental además deL0tmt~no;Ja,Parker"51" es un objeto preciado, pero todavía no se sabe.d~,ªlgyjenque lehaya tomado cariño a su pluma Bic, de nadieq1,leglfªrde.igratos re­cuerdos de su Bic azul de la secundaria..,;",;:;:;.""}!,, .

Hay un cambio profundo en la relación. el@:ilp:i;iq'Qje9qQ;con susobjetos: éstos ya han dejado de ser pertenenSié:J.S,i,pl.ifeBsHios"comotradicionalmente lo eran un retrato o unas,.pin¡;:é:J.8/,~:'.sE?8Qnyj(:'lrten enconsumibles, como las pilas, la gasolina, la,s;p!¡;:í1:Q§JWettt.e!11Po;;:sp goceno radica en poseerlos, sino en acabárselos;NCJ~n.baldelbs:'ohldadanos

" '-'-~'.;:',:"\:':::','~:-~::'>,':'~,':<!f<,':''-':'')-:; " : ; ; :,', .. . O', •

ya no son compradores ni propietarios, .sinp.!.~c()I"lsYmiq~reS)I;locual. les proporciona un sentimiento de poder;eLq~·sentjrq\li'l)4nQ.es más

fuerte y duradero que las cosas, ideas y Bér~8!19~(C¡H~:;I§gra(acabar,consumir, desechar. Ésta es la últimanpygdélcrde¡p¡:Üe~rí¡:H";

Por esta razón, los afectos han' dejpqºelee~tel1cderse,sQbrelosobjetos y se han concentrado en el pJ:'opi9cuerpo,s<:m~910 muestra suculto actual de aeróbicos y cremas antlqrrugéls.!"gSp!llr:npsBic ya hanmerecido la gloria de la imitaciónppf léls. PeWé\I1J?:j¡:fsentrañablesWearever, y la de la falsificación:P9rJpbncPI'lt~sisr~tJqos:queicontra­bandean cargamentos cuantiosos._J-fallePtJ:'~do;.el1-el:universomiste­rioso de los mitos como el Citrq~9peBarthesli'y.$ei~ntjende que suproceso de producción sea tQPS~8n~tl-vi$jtadq~ólqpor poquísimos, porejemplo Miterrand. Las Sic sorreltótemeltageSechabilidad, el báculoposmoderno del poder: con.élen l~tTlanose.tienela ilusión de queuno y su cuerpo es lo que d\lr~,aunqyeesJº!queverd~deramentese

consume. El Efecto Bic enc:¡:¡m~prºpjé\'/;

114

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlEB

mente donde radica su secreto: lo que se ve del poder es amenazante,lo que no se ve es esplendoroso; es la ensalada de fascinación con

. miedo que promete mientras aplasta.Paresa se diceque el POder "oprime", "aplasta", "apabulla", peronun­

ca que "corta" o "pica"; por eso el fascismo y/o el muralismoteníangusto por las expresiones grandototas y pesadísimas; paresa uno seimagina a los poderosos siempre gordos, como si les' cupiera dentrotodo lo que representan; por eso, aunque no haga falta, una trasnacionalhará sus oficinasde 20 pisos y pondrá la del mandamás en el.último; poreso hay tantos turistas en Nueva York; por eso la sensación de poderda tortícolis; por eso están de moda las apantallantesfachadas de es­pejos que no dejan ver hacia adentro, pero desde donoeunosípuedeser visto, igualque los pasamontañas, que no hay que quitqt'se. si se quieremantener la fascinación y el equilibrio de poder.BueOecl.oVenirsecómolas ciudades modernas son un sentimiento de poder;h~6h():de concre­to y cristal, y puede notarse que esta emoción está,oetrÉ\$qeJaaparentesensatez con que la gente trabaja, compite,iapl:'~M~/iri!:Jlés¡compra

116 computadoras, mira aparadores y se ensancha'gll?\.lRlÍ~W;ydela em­presa. La fascinación con miedo del poderes'lª.rpqti~qQión:pr:edomi­nante de la época. El poder es una fuerza interiqn:B~n::)'!pi~ntras que laternura, por ejemplo, es de color crema, el poOeres\lfl¡=¡?otirniento ne­gro, como la sombra y la mala suerte y los~Ú}99In Qpntipental de losfuncionarios, toda vez que lo que prornet§f}ll,P9F\cS~~l.!mpleiY lo queamenaza sí, porque su presencia vertical,.rq11}pe.~imRicie:1asírelaciones

horizontales entre la gente, de tú a tú; q!J§.§9n!~qY~!1ªs·con las que seconstruyen las parejas, los grupos,lasiJJsti@;;jqnes:Ylas,sociedades.La sociedad ha producido poder,p~r9é?tg'.S:élr<,;prne'a la sociedad;desde la destrucción ecológica delpl¡:nwt9J19st~elalcoholismo de buróestán impulsados por el sentimientp.dglpSs!§ASiempre la última vícti­ma del poder es el que lo ejerce" ,;::\G/ ..

PSICOLG<BÍA'~DEjUN¡!fERREMOTO

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L o.s parabrisas. son el mejOnCQSfuc§ti,C.O.is.•..:.u.•....... a.',.p....g.. ,.•.Y..I.oy..d..e.in... c.lin.ación, elreflejo que despic:\en,ylamenOfLilumini:\l,:jqn pe! habitáculo del

automóvil hacen que al.conductoro ,condll!:;tri?l1os~I~ noten las arru­gas ni otras pequeñas imperfecciones:lasGqlyª~se~~mbrean;la,$ca~nas se atenúan, la piel luce buen color, la!pqpéldq s~amortigUélY ~l Isemblante en conjunto toma un aire admisible.SerÉlp6r eso qwetodos I

.- '.:.:,•. , " .. '. " ,:-"- ;',.-';.";',"'.!

prefieren ir en "coche" (anglicismo coach, más tardE;$Us~ityido pare! igringuismo car, "carro") que a pie o en Metro; ";'::"'. .. .1·.·.. ·..

Ciertamente, hay muchas razones para comprarseuq¡:;oche, pero l' ."

las más de las veces la gente declara, tal cual le dijeronlo!ian!-lpciantes,!' . ti,

automotrices que declarara, que con su "auto" (términoqueúlti,Jizan los I

que lo tienen por primera vez, lo cual coincide con verpelícql~tmal

traducidas en la televisión), uno no tiene. quedepender de naqiei1ide.nada para ir.libremente cuandoquiera y dondequiera; lo extraÓo/es.qg~ .quiere cuando y donde todos van.

En efecto, el tránsito se ha vuelto un desfile ordenado decontinsgentes bien sincronizados: de cinco a siete de la mañana oirculaaqua,

110 que puede denominarse empleado de sacrificio, que por lo comúntiene que ir a trabajar a casa del diablo, porque así.es como.seIabraun !

porvenir, va en coches prácticos estilo Vocho, interealados.conChews,I

que en realidad son Opel, porque elChevy o el Fairlé'\ney,pífos mode- l'

los que hac~an época, hoy son~ustituidos PQ~dTlodeJos.o'~fímero~,~ue;; .' L,

119 clyran mas de dos temporad_as. Los delo,tonod~L9Srya,nooex¡sÍli:\p',\. ," .1,(en, IgPfÍmélvera del 2000. . \.j.,",; I'i',") ". J.,; '.; •. ;1/i'f''i : ;pg:¡O~¡€ltgéli"ooho de la .mañana, eseld!1$(ij:>!é1.i;ltgbleturnoUcle,lasF ,',' ...• [

.·;0.·. . '. .;.Ó,Ó: ) ' .. I -Ó, ;;Y,.

¡nªmª~',m!7;gj9é1l'!ªJhumqradasy siempre"ep¡n<;> ellas dicen, ª.JélsF~rre- ., ,. '. 'Í'raS.,; ¡ªh~r9-::r~s'llJgriQºs !gs)lé1n puestode J.TlQda(¡n,asvans, WagpflerS.l '1 ;'tpami9r~t9t~~\".)~ep~,m~rgS pventwreros,'CP~9 Pat?finder, '?1,l0.urbi,\p , ,i~'VoYage~i"YVJ~;~1jt~UJ-.99q~qver,q~~;en:r~ahd9-q '". sólo.:les.$l1y~n; para I ;11

~ºl1i,\rI~J~;I~rp!~ao.R.~UélI9t.l¡~rª'Pº,I1l~rlº9jGílr9,g~,;que no rompen un ,; 1

P!~t8.dW~CóH~0t·e\R!f-l;C-~f.~~I~Wl?~o8fiqinj?t9~,de,(;Q[azón, en@~p~~i91 ! __ .JI',(>i.'::-

PABLO FERNANDEZ CHRI5TLlEB

; .. 1; J ',.:" ;;: ~- :

'-:.) ;~? 'o'. :;.! i ¡

aparece una especie de espíritu de masas que no puede. menos quedespreciar todas las motivaciones que no sean las fundamentales de laexistencia. Tras el terremoto, hubo una sociedad desprovista de todaslas coartadas usuales de los tiempos normales; por eso resultaban hirien­tes las declaraciones que garantizaban el campeonato mundial que seiba a realizar en 1986 o la incapacidad de un regentepara abandonar'su lenguaje burocrático. Hubo una sociedad encarada sin pretextos a susrealidades originales: la realidad de la vida y de la muerte y la realidad

del ser humano: la categoría abstracta se volvió entidad concreta.La realidad de la vida y de la muerte convirtió a todala. gente en'

una unidad, en una comunión: de ello dan fe la aparición de una solasensibilidad colectiva, a la que no era posible sustraerse;:yeidnagotableanecdotario de casos que expresaron una forma díferentederelacíonerseentre los ciudadanos. La tragedia reveló los grandestemasexisteneiales,y entre ellos no solamente el sufrimiento, sino hasta.el.gozo.. .:

Por una extraña ocasión, el drama de la vida.y.el.problerna de lasrelaciones entre la gente se volvióasunto urgente;,relatiyizqridolaspreo­cupaciones de la vida diaria. Y paradójícamentej.esta-sceíedad, que sereconoce a sí misma en el dolor, goza su recollq()imü:~hto/porque,

como decía Marx cuando era joven, "el sufrimie.ntq"fi,prehendido hu­manamente, es un goce íntimo del hombie'l;(,J;§;e:l<.plicé'\ble;ientonces

ese inquietante aire de fiesta que también req9rb9'~lÁCilldao de Méxi­co aquel día, y que a veces por pudor';se~pr%nrt9';nQdetectar,Lasexperiencias de comprenderse con el otr9,(ge19'99?mi~eraciónen susentido etimológico, de compartir entrañél91~m~nteun!destino,de en­centrar fisuras en el bloque hermético.de 1f}"?91§.<:l':lQ,:ison componentestanto de la alegría como del dolor;y"pqt;!e~9§f'gr1Írelazan,'

Desde el punto de vista de una"P!3icc>lQ~Iíf,ª(:L:masas,'un funeral yuna fiesta son fenómenos idénticos::.eli~a~bos;ibrota(unacomunica-

, ' - - - •• '-',' , .• ' . ,':' -".' ,.,,:..:.:-~: ; ...:,' .,;_;"; 'e, ,;-' • ',c" - ," ••

ción de fondo y plena de sentido. Afnita,qde la muerte, en medio delos escombros, esta sociedad vislumbró: iiruasunto muy raro: .que lavida es bella. o,. "1 i, i:

118

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PABLO FERNANDEZ CHRISTLlEB

secretarias ejecutivas, emperifolladas y peripuestas, salpicando lookpor todas partes, y que solían traer algún Chrysler, de Shadow haciaSpirit, hasta que tiras, guaruras y judiciales se los conculcaron paraponerles tumbaburros, de modo que tuvieron que volver a empezarcon lo más parecido a un Chrysler, o sea un Nissan.cpor.ejernploTsuru, en espera de que vuelva a alcanzar para un Neón,q,pla?os,genuino antecedente en la escala de la imagen de.los.ooches mayo­res, como un Cutlass o un Stratus, esos que circulan de <;lie? a once yque los traen los jefes de las secretarias, de regresodeMndesayuno,importantísimo por supuesto.

Entre once y una, pasan los rezagados mezclándosecon Ies auto­móviles utilitarios, pick-ups, combis y esas cosas, conlq~',rnaistrosyen­do por materia!. El tránsito se aligera, más por-la fªltR-'cle,¡presundónque por la de coches, y resulta buen momento pafélJ:eGon'siliarse conla ciudad. La calma permite notar que las mujere~n9.I,ISqD'VWSedán.Pero a la una retornan las mamás, ahora sí e!lplªn'e~t~lp.r;¡de,pants

porque ya aprendieron en lo~ anuncios de yogurt q\1ee~él~$qnqinámicas,120 estacionadas en tercera fila, saludadoras y dü:hqr:¡¿<;:her~ile~perando a

sus retoños. Sus 15 minutos de fama terminan 'como a las-tres.Y de." '¡;---~--"':') .:,~..>::,}',;,:.,,"-''".:.-.

tres a media tarde los coches se estacionanen)tq8~~,Iª§banquetas

alrededor de restaurantes; entonces es el tieFQ~8.ª~ J8~~pprl-ting valetsde los valet parkings, como pilotos de prUebE!~'f:H}c;?GM~'qjenos, mien-tras los dueños comen. ¡;,,;',,:,;,".;,j .é¡

Quien circula es el neoliberalismo enpYRª~8j~l~f~yqrita;asíque elsector más glamoroso de esta alegríacleyi\lirB,S97te:Qeillr10,que otromillarde desempleados y millón de mi§ierf:\0iep,~~le?gozal'aeso de lasseis de la tarde, yuppies, protoyuppies yparAy\!pPte~i\en'modelosdi­versos, porque son muy plurales, Jett~,:(3qlf,,~~iIT1á;jAudi, Honda,hasta llegar a esos BMW y Merceclepl3enZqW~.~~ventan bonitos en elmarco espectacular de niñosq~)ªfa.IlI2J'mlYClsos de semáforo ydesempleados vendiéndoles bQIstta.s,.eooló~iY~s. En fin, el día hábil ter­mina ya noche con Fittipaldís fn,¡s,trqdqs f\s,pirando a Villeneuves, ysólo la suerte decide si Villeneu,Ye'ppdrep\TiIleneuve hijo. '

Sábados y domingos son fec:reO: t9PQSlos automovilistas se vistencasual (pronunciado en inglés) ys,pqrt, y sales permite romper filas, así

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

que ya libres se enfilan h?lcip;YD Wal Mart, Home Mart, Auchan,Carrefour, Costeo o cualquier otro estacionamiento de weekend, a dondeingresan en respetuosa fila india.

'.

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RECONOCIMIENTOS'

L ~s ~econocimientos suel:n ir alp~ncipio, p.ero como s:,escriben conR cayeron hasta aqui; se hubiera podido poner-I'aeknowledq­

ments". En fin, los textos que componen este libro fueron-escritos a lo

largo de 10 años, y todos ellos se publicaron en algún periódico, de la

Ciudad de México. En tiempos precomputacionales, los textos se me­

dían en cuartillas; una cuartilla constaba de 28 renglones, uno más uno

menos, por 64 golpes de tecla, ni más ni menos, lovcual equivale

actualmente, más o menos, a 1800 bytes 0280 palabras-Estcs-textos

son de dos cuartillas y media, y se leen en cinco minutos','

Los primeros se publicaron en el semanario Punto clJqnclQ;s~' quedó

sin colaboradores porque todos los que venían del unOmg§y?o;:que a su

vez venían de Excélsior, se fueron a La Jornada, 'grasjp§<¡.)gpmabilidad

total de Raúl Treja Delarbre, cuando Treja se fued~,I:\!l?te(lga.rnabilidad

quedó a cargo de MiguelÁngel Granados Chapa; cuanclpQJW1at:ipsGhapa se

fue de Punto; no dejó encargada la amabilidadana.clj~'B~ªqlJe.llostextos,aparecen en este libro cuando mucho un par, Verg9Df.élI1t~m~~t~I~~ritos.

Los siguientes se publicaron en un qUinC(?n9rig,cl~Bfn9ªismocul­tural, Las horas extras, que probablemente $~!1élrl'lEl9A¡¡l!iFporqueestu­

vo pensado como suplemento de La Jornada,ygY,ª8ifÍ~lé3.\líctqr Roura.

En alguna foto, este director parecía c0rn.()?i:lY7tqV~E>'po¿a.spulgas,pero resultó ser una persona cordial y SUCiYl:l¡qu7sinsQlemnidadalgu­

na aceptó los textos aceptables. Lás~P1a.;qL\eL,p$,noraséxtras durópoco, aunque logró publicar hasta librQ~'¡';/;:(':"

Un texto de 70 renglones es corno UOqr¡YDCjade'televisión, por­

que en casi nada de tiempo tienequepreseptCiFuna'idea que nadie

necesita y que nadie busca, y adernáshacerlªy()nvincente. Tienen que

ser a la vez muy compactos y lig~rps, co§aqLl~toina más tiempo y más

trabajo que un programa comple,t()oiHnteKtolargo. A veces salen

poéticos, a veces esquemáticos Yél Yegesb()<:irios:

No todos los aceptan: CirpG,órne? L.~Y\Ia;del suplemento cultural, " I

de Siempre!, dijo que no,contqdarazón.En La Jornada dijeron que

LAiVELoelDAD DE LAS BICICLETAS

sí: al principio los te')}tps f.ql'3rgnme,tis'()~'gireGta.J:lwnte por Luis González

de Alba, quien hasta IoscQrD~ió.:p~§py~§,~ra.ulioPeralta,jefe de.la

sección de cultura¡dveJá·prini~n~ ve2:mpy~rné3.plE>;.Ytras cierto núme­

ro enigmático' deantesaléÍs,conGrC!rli:lpo§Gpapi'!¡supdirector del *­riódico, se-aceptó J,lI1·colaborador rnfl~; E¡l siguiente jef~ <:l~19'i>eGCión~~

cultura fue AliuroGarcíqHernándei,siernpre buena.·!Jet1t~,ylostex­

tos se siguieron publicando hasta eL?ig\.liente jefe, que flle otra v~z

Braulio Peralta, quien esta vez, aceptóun •.p:)la?orqdo~rrieno9, iy

Granados Chapa ya se había ido a El Financi~ro.• ,•. ','•.'.".antes.de<JI~~a.", •..rl,.,aReforma. ' " . ..,

Como a la mitad del párrafo anterior, Roura comenzó la sección

cultural de El Financiero e hizo invitación para colaborar ahí, pero d~­

bido al compromiso con el párrafo anterior no se P4QQ,purlque Roufa

aceptó colaboraciones esporádicas sin que le moiestaraesode las eKcIp­

sividades, ni tampoco el límite de cuartillas, por lo que a\gu[l()s textd,s,más largos, que no están en este libro, aparecieron entonces. !.

Por lo común, los textos se escriben para que los lean, per? no ~e I

pueden pedir al lector cinco minutos de su tiempo: él los tieneqwadpr 12~

sin que se los pidan, de modo que el texto, él solito y sin ayuda,qgbe

lograr, antes que todo, que lo empiecen a leer, y segundo, que ya !<3?

mucho, que lo terminen. El truco consiste en que la primera fr~S{(i .

llame de algún modo al lector, y acto seguido, que la primera frase ~o ' '

termine sino hasta el final del texto, para que el lector, quien da ~us

cinco minutos de uno en uno, no se vaya al artículode junto, q)..!e.

siempre está mejor. El logro no reside en que el lector esté de acuerdo,"

sino en que termine de leer, lo cual ya es unaespecíe.de acuerdo. rSuna' apuesta contra los momios, que nunca se.sabe.sise ganó, porq\.je

nos<3sabe quién es el lector y porque de todosrmcdos.no hay pregUnta

má§<!{:!i9t~qY(3la de "¿qué te pareció mi.artícl.llo?~!;

:;'lA~'S(3RSi9n.~~culturade El Financiero no.acostumbra jugara] juego

, deJ~s;i~:~st~§Ylpsbélndos, así que, con; una.llamada porteléfonq. a

Rº4r~Y'ynélfespuestfl?eque sí, que bieIwenidQ, el resto.qrueso de Iaste~t(}s'~qYf-presentes sepublicélronahíjqlgunoque otro.de los cuales

tampi~~ªRa.reGiÓenlasrevista.sin(:Iependi~nt~sdeEIZahíryLqMigala,Y'enrR~ª!() Upiy~rsjdadde Guadaléljé!ra,graciasa.Matifn· Mora, Darío

Page 62: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

'c-:,~ .'",'

LA RETÓRICA"IDE:E.A8'.(}A.RICATURAS,.::~¡):',.~;:,' .:. :.'~ ;/.':J ,·i~.

S on pocos ~yextrañós;'Jo~qll~Iqdr~I1P~;arenfrentedeunacari­catura del·PájaroLocosin entreten13rs~.ten~itoayerlª;. y·ala fecha

ya van 50 años de'qué,nadiese'cal1Sgqe1311tr~tenerse tanFit~ eón-lospleitos entre Tom y 'Jerr9; Donald y las~rgillitas, Silvestrey Riolín,~lPirata Sam y el Pato Lucas, Bugs Btlnl1YY quien sedeje;rvtieqtrélss~

'.' ."" ..' .'. . " . Idescontinúan otros dibujos animados,desdelo?picapiedra hastaPo1Gato, desde Astroboy hasta los Thundereetsvlas.caricaturas permane] 'cen por una rara cualidad de mimetismo temporghson?iempre igual.de actuales que quien las está viendo, y la primere.generaciónque laJ·vio ya tiene nietos viéndolas. No pueden envejecer p~rque no tienertcontenido; carecen. de trama, de moraleja y de final: siempre acaban,

( ,,'- ' .,

donde empezaron, en un gato que se quiere comer a un ratón'que nqse deja. Son pura retórica y nada de mensaje.;,:.¡

Es entonces en su retórica donde puede encontrarse la Clave'de s0, ..•. !

atracci~n. Los retóricos clásicos, co~oProtágoras, HiPPiasoGorf3iaS¡se dedicaban exactamente a lo rrusmo que el Coyote y el Correca"minos; es decir, a buscar con quién discutir y a quiénmolestar, a tenetel conflicto como forma preferida de la relación humana' Los griego~se enfrentaban dialogando, las "caricriaturas" aventándose éajasfue+tes, pero en ambos casos la estructura es la misma.'Losdiálogos dePlatón y los líos de la Pantera Rosa sólo difierenenqlíe'laPanter+siempre gana y Platón nunca (por eso se volvió' filósofo; porque perdíácontra los sofistas). Tal estructura retórica consist~'en;üsar una icjéa .cualquiera, por ejemplo, decir que la vefdad~smúltipl~ oquerer CQ"

rrlers~'~lr~l1ariO, con la cual romper latral1Ql.lilidélddel otro,p~raqLjeést~"Y~9P'~B~~'9Q~una contraidea, .quedegeser.frlás ingeniase}),' burlo,nap~r~;qM~)t~Wgél'VaIidez, porque aquínhgana.laJuerza, l1isiqyiera l~raz611r'~i~~?rl§~til9 .:·· •.'f.\l~lconh-aidea~e l§. cievuelve •una antiqontrpid§,yasísigH~eljqego inpqab>gpledeargqmento ycontraargumento, IÓQitca yant¡lqgicp, <:lpndeja mejqrre~pueSta es la más insólita, de forma ql1~Uno n0e$t'Á5!~p§r~clqav~renqi.té acaba la caricatura, sino esperando

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

Flores y Eduardo Hernández. La sección cultural de El Financiero esuna sección que no informa ni da noticiassobre la cultura, sino que hacey es cultura, al grado de que podría ser noticia, pero tal vez la mejorcaracterización de Roura la haya hecho una secretaria de La Jornada,que le habló para pedir un favor: "aunque usted no pueda aparecer ennuestra sección cultural, sabemos de su pluralidad".

124

~

tl¡l'r}

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Los SA@@$!'PpLQ$'VA~ABUNDOS

-,

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

nada más tantito a ver qué otro exceso se les ocurre. Silvestre ya sabe queno va a merendar a Píolín, lo que no sabe, y quiere averiguar, es cómose le va a escapar. Lo que surge en el encuentro de dos buscapleitostalentosos es una estética de la persuasión: la belleza convincente dever cómo se fabrican las ideas frente a los ojos. A los retóricos, dice elhistoriador Johan Huizinga, se les consideró hechiceros, ciertamente,la retórica es, según un juego de palabras del siglo XVl, witcraft: labrujería del ingenio, mediante la cual se construyó la filosofía y el resto

del pensamiento occidental. La civilización es marca Acme.Entre truco y antitruco se va formando en las caricaturas una cosa

distinta de las intenciones de Bugs Bunny y su atacante; a saber, se vaformando un acto de comunicación, una relación entrañable basada en elesfuerzo recíproco de dos oponentes comprometidos con su tarea res­pectiva. Esta comunicación enconada, sin cuartel, es el mecanismobásico de toda creatividad, el método mismo de todo pensamiento,porque Jerry le da ideas a Tom y Tom a Jerry; por lo tanto, es la formamás civilizada de la comunicación; la más activa, dificil, retribuyente y

: 126 honesta: la comunicación que necesita que el otro sea diferente, y quepermite que uno lo sea. Se entiende que Piolín no pueda vivir sin elGato Silvestre, y que los dos se quieran más que a la Abuelita, eseaburrido engendro de la incomunicación.

U!1a comunicación que se alimenta del antagonismo para producirpensamientos inéditos, emociones frescas y ganas de que no t~pmine,

es, la esencia de la retórica, y se reproduce en el atri:l¡:;tiY9 esquemasimplón de las caricaturas. Así, en ellas uno -no s~, i9E?ptifiya con los

lJ.~rsorajes 11\ C;Qn la historia, sino que ca<;iF\.telC?YÍgente.9§, identificacon el mero é;lcto decomunicar; coI1~1 J?r9F~s9.rn.i~m9HiePet;1sar e irsintiendo; Ql1e eSm?is intens'9, Ym~~Pr9piºql1~ l~ propiaqiografía,con todo ~. sus •. recYerqQ$, •.. id,eples Y;átio$R9nt~nj~;s igualmente yaempaqUetqd,9$y'etiqlletCldos."E:l1la~faripªtllr~s"'?~fwprod\1ce la moti­vación desempaquetada 'Pelas más c;ontrQy!'wtW9~ pláticas, lecturas,imaginaciones y reflexiones, en las qUeUn,9 'h? descubierto algo dificily sin etiquetas: a s~mismocrea!1do,pensancto, siendo, y ~in las cuales

¡ ., ,- - .Ó: ,' .. ''- '. ,- - o,," .>....r , '.::'-.'-'~--"- '" :.' " ,,": :;_.,,,,,"" -}

uno es como un solitario c9yoteen e1clesierto, sin correcaminos queperseguir.

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

en común, una especie de acuerdo sobre lo que significa la elegancia..ASÍ, el saco del vagabundo es la prenda simbólica que le permite sentirque no está del todo excluido de la sociedad, y lo que lo capacita paraatreverse a dirigirle la palabra a alguien, sentir que tiene voz y presen­cia, aunque no las use mucho. Por eso Cantinflas traía su gabardina.De hecho, el saco es la única regla de la decencia que el vagabundoestá dispuesto a respetar hasta el final, porque de su observancia de­pende su pertenencia a la sociedad, lo cual implica que, a pesar de lasapariencias, él tampoco rechaza ni resiente a la sociedad que lo acunó,y con ello también le pide a esta sociedad que le corresponda, a vecescon una sonrisa, de preferencia con un peso o dos, y en todo caso conun cigarro, ofrecimiento éste que sabe como a sonrisa.

Lo curioso es que ahora los sacos de los vagabundos se pusieronde moda. Antes, la moda de las clases trabajadoras consistía en poner­se los domingos una imitación de la ropa de las clases altas. Actual­mente, la moda de las clases medias y altas consiste en una imitaciónde la ropa de las clases trabajadoras y bajas: de ahí salió la mezclilla, y

128 en su extremo, alcanzó los sacos de los vagabundos, distintos de lostrajes completos, los conjuntos y los blazers. La moda comercial, consus modelos de portada y sus estrellitas de televisión, siempre llegando20 años tarde a toda moda, ahora los vende en Benetton y High Life,

pero se. reconoce la falsificación porque no son pardos.Los vagabundos tienen saco, pero no camisa, sino camiseta, y se

lo ponen con no importa qué pantalón de no importa qué tamaño, ycon teni~ o cualquier otra chancla, y lo acostumbran con.barba.de seisdíq~'Y'9::¡! -.~s,como se han puesto de moda. En: esta Jnc;oJ:ilgruenciaprÉj.ct\c;qy en~sta disarmonía visual h¡:¡,y un imPacto estético, que loshizo a,tr¡i,ct\YQSpa,ra m\lcl1qgenteQ\Je Ha,§tgi~tmqmertoparecía comonormal y \:;\el1i:l~qpti:lcji:lLYesqwe~e tréltageJ9smismas incongruenciay disarmonía qge e~ist~n e!1tm'~Li e~S~Bpge,progreso y la falta defuturo, entre el'q~spilfarrodetecnql()g{aYel.é.lDOrrO dé ilusiones que lepresenta esta sociedad, .de rnan.er?c:¡yeS!3.pone un saco como losvagabundos, porqueesesolOqueVé:larnbos tienen en común, unaespecie de acuerdosobre Iq@e significa, la marginalidad. Así, estesaco es el primer desvinculo que tiene con su sociedad.

SENmIR"~~(20MIELAS~,:,,' ~.><>r:l !::¿~i)"jyú,:~'i~- ..~t;'~,··\<:;; :;":';;'j,. ~l':!_;:_;· ~:':" '~-"

r·: ;J.~.~'

,- -I';':'~'':- ~'-{.:L i

P or ejemplo:'hoy,noisefíci"!fm~ñaria"~í.'Eiac~rf:ij() c1e hoYeséncon-. trarle la lógica,a'!as,comillas;SegúneLdiccionaripdeJingüística,

las comillas C' 'Dsinven'pataindk:ár dtas,ejem.plos, énfasis o.sentidósno literales;· Para-eso. sirveú,pero.se'usanpéj.rgotra cosa, comC)k~crhbir: favor de "pasar" ala.otra ventanilla;b:no"se': cembíanenvases.Creatividad ortográfica aparte, hay un ignoradcig~I1ero literario que seimprime sobre parabrisas de taxis y ceíuelasde.camioríes de carga,bardas Garbea (antes Barda Arana) de lotes baldíos,avü,><;>s de miscelá­neas, carteles de oficina yen una que otra carta di: arY\6f, cuyo comúndenominador es la imperativa utilización de comillas,;ques~l?sencuen­

tra de insustituible utilidad aunque no se sepa para qué,perq ~lltodo

caso no sigue las reglas de la gramática, sino algún sentimiento.oculto,inexpresable, que poseen sus.autores, Será-consiqnado-a-las-autonda­des puede aparecer entrecomillado en; "'Sefá", en. "consígnado'' ,i"~" ,

"las" o en "autoridades" indistintamente,.porque laque se expresa.con ..ellas es llanamente el sentimiento de escribir, es decir, lo que se sienteal hacerlo.

La historia de un sentimiento siempre es larga. Ésta empieza en la'Edad Media, cuando todavía existía lo desconocido que; come.los labe­rintos ylos bosques encantados; .era sobreccqedonyrró.cualquier mor: ¡..tal era capaz de entrar allá, Los lib,rbs eran una de esasco~aslaberíntiGas ¡y ~l) contacte con lo sobrenatural, sobre todo porql1e¡ostaban llenos de :1

Ie,trq§;:e.'ldepir,de signos misteriosos que, sigu\e'ridoé1lgúnaclaveigpo- :

t9, ... §~0RM~'?9.íqn unos a otros s~nquehubierat<;>~a\IÍá puntuación· nisepqr1'lpi9I1§lntre .. las palabras. También por ?esqasC)s, costosísimosy

rn\l~.JgW$lj9~BF¡ie,réln legibles sólo para un()spqcbsiniciadosiq~ienespqr~fí~rymqg9§h9qiendohablar a los sign.Osyextrayendo sa9iduría de

los sajones.cuandoIlamaron'runas ajas ¡'... , .. '.:' .••.. '1

los; cuchicheos del infinito. " !

Il..!erqlap¡(Wél, un cancionero O la lista de gastoscielQQrwen.to;era,ll,oltgro sagrado, por el solo hecho de estanescríto.

Page 65: 132482555 Pablo Fernandez Christlieb La Velocidad de Las Bicicletas

:¡.':',

8ERC.QNSERVf\.DOR "

U n conserv~,d.,•. ,or.'".e,sa.q..•..u.el..,q·.u,·ep.·ref.i,e.•,..:.F.....e... '.c...•"a...I~.·..tarel.. t~erl-. él.e... stufa.Si?

ser enerrugo de los 'microondas. Ser conservador .es. unacrasavirtud, espeeialmentezhoy-que medio, ffiYlldoes aguerridamerite pro­gresista, que vive el cambío.yparticipa en!? transformación; pero lo~

conservadores,' no. El:otro mediomundo también le echa ganas, per~de regreso, y anda devuelta a la naturálezay a)?1 fibra integral, él;1Concilio de Trento y al racismo, al cuerposaño.y.al aire puro, éll~

astrología, a don Porfirio, a la nostalgia artificial; pero los conservado]res tampoco. Un conservador es aquel que prefierefumarse ungigarrqcon sus amigos que destruir su amistad porque da cáncer,!

O sea que a los conservadores ya no les queda mliche:¡;sitio en' el,mundo, porque están parados en un lugar cada vez másp~qGeñoJ

,'., - .1

fugaz: el aquí y ahora del presente. No saben progresar ni regresar,y po~eso no se suscriben a los partidos ni de izquierda rü de derecha, YCºm~no les toca ni parir porvenires ni resucitar antaños, su oscuro pape~

consiste en dejar las cosas como las encontraron, en que el presentcy ',dure, y si todavía hay estufas, prenderlas, y mientras' haya cigarrosffumar, porque siempre que quede algún modal para' la mesa o algúr\1carrito de camotes, es que tales cosas todavía' tienen alguna misterios.razón de ser, y por eso hay que cuidarlas, porque' la: extinción' de las

• I

cosas y de las costumbres.es como la extinción de' las especies. Lo qutun conservador cuida es -el proceso interno de la cultura, y no -se ,I~

".' - _,.," _ .' roGtltTeinterferirlo metiendo a chaleco internétten 'luga6de correo/pi

cmnPf9:p.slo muebles estilo colonial para ponerse rústico. Los cpn;;er"

v~df!r~~;~~~0<;!.é:lnuna especie de respeto 'POf(t¡pmundo que' ellos. noinY~9t~r~n;:iW,~~!;r~U idea es -que lo.que'ngp4~dén! hacer;:'no debeng~§h~~~rI91,:Vi-n~9'nqpuedehacer, porej~rrlplo, Ia.arquítecturade 1013

PABLO fERNÁNDEZ CHRlSTUEB

'"

Tocar, abrir un libro y leer uno de esosrenglones era atreverse a entraren el mundo de las hadas y los fantasmas desentrañándoles sus intimi­dades. El Temor de Dios estaba en los libros. Escribir, peor tantito, era

como ponerse a jugar con la caja de milagros de Dios.y hasta la fecha, la gente, aunque aprendía a leer,h? sobrevivido

hablando; es decir, se mueve dentro de una cultura oralhecha de narra­ciones, pláticas y chismes, en la cual se desenvuelve irrlJ.:>ec;Eiblemente ycon toda seguridad, dándose el lujo de sofisticaciones tales como los

chistes y los dobles sentidos. Pero a la hora de tener~gwapuntar elrecado de favor de no subir "los" pies, pegar el aviso.de qUt3Jamaceta"no" es cenicero o escribir su apodo de la "amenazq'~e\e8émteen ladefensa del microbús, le vibran en el pulso ocho siglo~ geSensaciones

asustadas frente a la letra impresa. Se despierta unre~Petqpánicoporla escritura. En la frase: sea "breve" con el teléfono, resLtSí1é1nJC\s runasde la Edad Media. Sí, sí hay duendes en las imprentél~)'::"';kP/:'

En efecto, lo escrito representa un mundoextrpóg;:\JPa.;culturaaparte, ajena, como una magia que no se sabecoJ:"),froléíf,J-..ascomillas

son un gesto por escrito, el del miedo que pidePef9PP'BP:4nternarseen una cultura que no es la suya. "Anticipe¡,,~!-.\Pari:lªa:dapalabraentrecomillada marca el momento en que se sipBé> eit§fJl9TI'vla insegu­ridad conforme se iba escribiendo: la bajada e!3,J29r~li:ltr~s'\::

y lo otro que expresan las comillas es.la Pf§8§D9ia,9% c:l9sculturas

que no se concilian: una, mayoritaria, oral, .11\i.'l.9tn1,9()01In~nte,gra­matical y hermética, con diferencias másprofllJ:")C!?1§ Y vieJas'qué:el solo

hecho técnico de la alfabetización. ELEJ~rci1().'2élpfl1j§tétqe·LibéraciónNacional anotó al final de un letrero:Aayordere$petarestel!letrerQ".

Este último letrero obliga a proponet4h~ny~~gi<Gªfff¡iCióhde demo­cracia: aquella sociedad en la quetocl()§,y~gnJ8s.Jcomillas del mismomodo. 'JLi,,'),".ULr,i¡( ,>

130

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTLlEB

Su papel, según se ve, no es del todo estelar: en vez de hacer lahistoria son historiadores, en vez de ser artistas son restauradores, envez de provocar las ruinas son sus arqueólogos, y también son amas decasa que levantan lo que los otros tiran, parroquianos que con su asi­duidad mantienen una cafetería, o la defensa del equipo que no le tocaganar sino no perder, porque, como le dijo Adriano a la Yourcenarsegún Cortázar, "he reconstruido mucho, pues ello significaba colabo­rar con el tiempo en su forma pasada, aprehendiendo o-modificandosu espíritu, sirviéndole de relevo hacia un más lejano futuro; es 'volver aencontrar bajo las piedras el secreto de las fuentes". Los conservado­res creen que crean el pasado y preservan el futuro. Conservan es sucreación, y para ellos, restaurar la Capilla Sixtina es.equivalentea pin­tarla porque no restaurarla es equivalente a impedir qpeiMjguel Ángella haya pintado. Cada cosa que no se destruye es otrafprma.de cons­truirla, y por eso se sienten como fabricantes de loqueC\;lidan, comomaravillados, no con lo nuevo ni con lo viejo, sinoGonJgcle. siempre,la silla de todos los días o el cuento de Capetuciu: RoJa;: ..

132 Sin embargo, a los conservadores no les intemspnenrealidad lascosas que cuidan, sino su significado, que es eqa.~sp~Giede historiaque las cosas traen dentro y que cuenta de" dór;g;le0.enen, por quéexisten y adónde van; de nada valen las cpn;id1;l.?,g§tqros o el pelolargo de los hombres si pierden su significadl;hP9rqll~lélS.QpSa$ que nolo tienen son nada más novedosas, es deqir\,,c¡l.l~Gs\H?qendeórigen, uobsoletas, esto es, que carecen de finalidClq;89~eipl.!rqB90nvenciona­

lismosartificiales, como la navidad de Peri§4E~!9jgnifiqadoesla razónde ser de las cosas y es el hilo que une elR~~f-lc:l8:?,~lJlJturo;sin el cual elpasado es obsoleto yel futuro mera nOYecl~q,qt!"9sclos:objetosmás deconsumo. ',; ,.~,'i.

Por eso le buscan a todo su tradiQigp,Y ¡;l,hfles. sale su mayor crasi­tud, a saber, un inteleetualismo qlJ~ lish~9.~'Ú1V~stigar los nombres delos bizcochos en las panaderías, los,9rÜ3enes8e lél pluma Bic, la genealo­gía de los jeans y el fondo de lqc:lemgq'9Qiél..: Su intelectualismo leshace creer en la razón, mientras.que el resto ya cree en la tecnología oya está de vuelta creyendo.en el!1q[ÓSCOPO, por lo que los conservado­res son objeto del desdén de políticos y esotéricos, feministas y providas,

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

club de los optimistas.Yihqr9§'c\elreGl1erdp;:eGólogos y neohippies,. macarenos y bolerista~p'Or.ig~al:qQepmsum'en'un práctico, efusivo ymilitante antiintelectualísmo,«

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UN SIGLO DE AUTENTICIDAD

Para decirlo en presente histórico, el siglo XX está habitado porgente que cree que los zapatos que usa, el candidato por quien

vota, las frases que dice, la decoración de su casa, los ídolos que imitay el cargo que ocupa, son todos" expresiones de su personalidad". La

gente, en cualquier cosa que hace, intenta "ser realmente ella misma,

ser auténtica". Tanta autenticidad puede documentarse panorámica­

mente en los rituales adolescentes de grititos que indican que se están

realizando, en los conversadores que se tocan el corazón .para hablar

de lo tanto que sienten, en los esfuerzos de los tími<:l0E¡parq dejar de ,

ser nadie y de los aspirantes a la movilidad social para.empezar a ser

alguien, en quienes antes de ser seres humancsscnIieenciados y, en

fin, en el sinfín de psicoterapias para rescatar \'S].1 qtrq.yqH que lleva

oculto. Es una sociedad llena de Personalida<:l;>A!$igloxx le gusta

sentirse libre, sin represiones, espontáneo, genuin9'91m~gemásbiensesiente angustiado: le angustia tener que ser espqntÉlfleo;:Se preocupa

tanto tratando de parecer despreocupado., ,.':fi

La idea de Personalidad, Individuo Autét1tü;p,yqMismo, es una

creación cultural históricamente reciente:·~ien§<:!q8;~!$10E¡ypuede

pronosticarse que no tendrá otro; no exiE¡tÍél?D§I'!¡jg!qxVlII y no le

queda material para el siglo XXI. Entre los acart9I1él9()s0,ctgtianosleyendo

manuales de urbanidad en trajes de paño9?W9,CC)l}§\Jsc:!ecimonónicas

mujeres equipadas con unas estructurasbqjoeL\1~~tJ<:Io,quenopermi­

tían intuir cómo posiblemente podlíf.l..ser9q,:Sl1~rp()'femenino,y el

presente siglo hay por supuesto una qif~renCi(:l,Pe~Osobre todo una

similitud: la población urbana de al1199s§ig!9ss~~ncLÍentra desespera­

damente atenta a su Sí Mismo, aSllyqInteri9f1ienel entendido de quebajo la piel y el atuendo radica suv~n;:lac\erp.jl1dividualidad.La diferen­

cia es que el siglo XIX tuvo miedo,de,Ql1ese I~notara, estaba temeroso

de mostrarla en público y se cuiqél.IJqqeoculta,rla; al siglo XX le urgemostrarla, necesita que se le noteyse rn1,1ere de ganas por sacarla a

relucir, pero ambos con angustia: no.vayaa ser; respectivamente, que

LA V¡;:LOCIDAP DIO LAS ~ICICLUAS

uno sea espontáneo, ?;qYeJlqJ9~~FIgeefltiel}ge qye Freud, vestidode paño negro, esté en mediQjrmlJql(?'c!icrlél. Vllelta al siglo sólo para

permitir que se viera elmvgs,En ~am1:>i(),e¡ si@'19XVIU no conoció elrigor de la Personalidad, y PQfeE¡O po<;Iía' constryir relaciones sociales

muy convencionales sil1preqql,lPél'*)r) alguna, por lo. ql,leparadój~c;a-mente eran más gem¡inélE¡ y, ,ppr(;m<:le",más significéltivas. ,

El problema es-que la Persom~lictél8c;OnE¡titUye,bien a Rien,un

vacío que hay que ir llenando preSiE¡élmente qe relaciones sociales, PefO

es tal la atención al Ego, que laque puntualmente se ignora son estgS

relaciones sociales. Ahora, la Individua,liºªº, está concebidél cqmC),l,In

"uno mismo realizado" que se esconde élclentr() y que podrásalir C0t1 el

hecho de estar muy atentos esperando él que salga, 'con ¡:¡lg\.lnaayu~

da de yqga, de moda, de test de Vanjdades."c:!~c1iv~n vienés, de horós­copos, en la expectativa de que poco apQc:;OY un buen día se irá

expresando: lo que en realidad se expresaeselaburrimiento, el hastíoposmoderno. Cada quien se halla ocupadísirpqq:msigQ mismo, atala­

yando su interior, esperando que su Ego salga he~hQtoda una.perso­

naIidad: lo que sucede es que.va.creciendo. eky~cl.oallc\ dentro, LaPersonalidad parece U11é1E¡Uerte de tesoro.escondido, tgdos con su-mapa

del tesoro; lo malo es que por esa.isla no hél. pasqd.opingÓ,11 pir~t?, Y así,

a fin de siglo, la falta de sentidoyde vida significa,tiva, elnuevo spleenf

todavía tiende a ser interpretado como una cue~iQnde no hqberenc.oI1~'

trado al Propio, Yo; pero ya es el último recurso.Después de dos si!:l!q¡;.qe

tantas atenciones a la Personalidad, la s\.lbj~tividad se ha§qtwado

de vacío; empieza a percibirse un atragantéllJ)i~nto de qutenticiqa(:V

Este "yo saturado", como lo llamó KenethGergen; ~§t~!!sQcieda,cl

íptimél," ,:~Qrno la denominó Richard Senn~tt.,..•..;.....6..5,',.ta.. u,e,r.,a,..•..d.. elyaqío",. c,om.OI~U:lige8i!le§Lipovetsky, sustituyó el dificjlgozodela8,mlél.si9nes sociales

'PºrJa,élJ;1~º:§tiflrlP.rcisistél deja búsqueda gala J=l~rsol1ªlidad.Pa,l"a decir­

IR'~e¡fytHr9HMt8piQO, a, esta época df?IY()te~dr~ 'qt,l~ sOQmvenirle un,'·;¡;.igIº8e!.~P8.n¡IT1atg;,esqec¡r, de,IaqQl1strucción qoleetiv¡;¡deidentida-

..g¡,l9"d~Jªs.Qlid~ridªcls.jn,jél.sans.i~clélcles d~ tener' que sentir 911eynQ es..'mqY.§Qljcla,r¡Q,..qU~.m~s,qjensQrlan,siedadesde ... sólítario.Y' es que;

",.Hie~ameqt§¡nq;haynél~é)ll1áss¿litélrio~\wrnilf'laroisos juntos.jcada··l1npd~c;li@clQél..él.h9@'arseel1Sú. prQpiQ e¡;tanque."'·

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LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

en la ciudad no se viaja tanto por las avenidas como por las horas ,y[<SPminutos. Los ciudadanos son los nómadas de nueve a cinco.

El contenido de las maletas se vuelve cada vez más desusado: cepV,llos de dientes, tortas de chorizo, diarios íntimos, walkmans, Sabasromboabsorbentes, rinconcitos para la basurita, la muestra de [a tapade la licuadora por si pasa uno por donde las venden Y hasta un para­guas, que se necesita porque ahora ya se sale de viaje. Lo que haydentro tiene mucho de ridículo, no porque un rollo de papelde baño losea, sino porque se trata de objetos desubicados, fuera de lugar, que seespera encontrar en otra parte, que pertenecen al ámbito de la casa yahora andan transportándose de un lado a otro; por eso a nadie legusta que le esculquen su. bolsa aunque no traiga nada compromete­dar. Pero es que para el viajero del día, los objetos que se carganp<isólo cumplen la función de adminículos de viaje, sino que tambiéhs~Je

aparecen como nostalgias de su lugar de procedencia, comOp'i:lrRf~~"cardar que pertenece a otro lugar porque sabe que no perbir,18ceal .••••.j.... '¡lugar donde se encuentra. Una maletita no es sólo un néces.5é1/[f:?,jino i:,¡:t~mbién un. relicario, por~~esimboliza sie:nPI'~ ci()~ Jug~r~s,:.uno pro c

, 1~7!

pío y uno ajeno; uno famlha.r.y

uno extrano.;c.orno....•..s.....e•.n.... t....•...I.•.r.s•. e en ca..•s.,.a.....•....•...., .•••• 1

1

...> .•..••¡..•..•como quedarse en la calle. Cargar mochila es inventar I¡:¡ Iejanía, ,.', .(

La presencia de maletas implica otra percepción, de la dudad, y ipuesto que las cosas son su percepción, la ciudé,l9 de verdad se ha.' Ivuelto otra: una ciudad de paso, un lugar que se vif¡i7apor un~í~1tpcl9.~ Ilos días. Los siete mares de las 16 delegaciones y mqnicipi()sconUrpqdos. 1,Es por esta razón que el portador de portafolios télinbiéntrqEl. puesta la

cara del extranjero, sea exiliada, emigrante Qtllri~t~,~e~(¡n.gl ánimo, $ies san lunes o bendito viernes, pero en toclQ9él~())qi~t¡:1.l:te y desarrais

por donde pase. El ciudaclélD()c?n~4§ pertenen{,:iél~8

q.!?~t~§?!~C?rnº vagabundo con horario, Q9rTIopi¡iti;1dp por Remedios

VªJ()fpM~~.~,()9~@rv¡:lrlo todo, documelltélr~ecl~t?d,(),: memorizéldo tódo,peI9.Pg,pgegeiqvQ!!-!9rqrSe en algp, Rorqye.es n2glageneral qUe ¡él wo-

,.. " ,. . ,...... I~ interesq.alf()rast~ro; incluso se siente con,. ,', ,", ",-- - o;. • _" - ''-. ",' ','_, ",_' _, ,'_," .. " ~ " .. : ' '''.. :.. " ",

9pligqción.cl§PPrneterseen dondenQJoUe.I119n. y así, se llega a la-: ()()ntF~dicciópc:le·eiucl¡:¡darlos.cadél ve~máserIterqdos en dat~s del ozono,

. ", '.." n. ~9-e~t8c;jpnqrseye~uipadof)con paraquascomo debe

LA SOCIEDAD DE LAS MOCHILAS

En la Ciudad de México se ha realizado recientemente.elinsólitodescubrimiento de que los paraguas son instrumentos-muy útiles,

especialmente en tiempo de lluvias; pero lo mejor de.este.descubrí­miento es que no se realizó bajo un aguacero sino a la h()rqcl~comprar

una maleta, porque era tan amplia que le cabía hastaqnpªraguas, yno era para salir de viaje sino para usarla a diario. Er¡.'c¡3f%qtº,~1 fenó­meno puede sintetizarse en la aparición del equipqjec'qtic:li¡:W1Qj>inexis­tente hace no mucho, que se manifiesta en el crecirni~nt('),qgJas bolsasde mano para que les quepa un guardarropa, así cOm9.!ib!~prolifera­ción de morrales y portafolios donde se porta toclÓP"l-'?,p\=!$.!pligs, en lautilización de bolsas del súper -o de Zara paraseFmá.~,gl~ggt1t~s,--, enla moda de las mochilas y el invento de las bol~.ª;?:Sfl.b8l-!rera$j en lanovedad de los zapatos tenis con bolsillitos, enrn9P!?cl~ritq$de pulsotamaño reloj de muñeca, en maletas deportivq§~Úlha,2?rcl?porte,enestuches de teléfonos celulares -entre otros Cl.1=\~:\l;Cl.tpsd~tRI(3doh:1unica­ción- y en estuches con navajas suizas al cint9,pé,lrA~1l;~r;¡~s creen quela metáfora de la jungla de concreto no es llPa.m~tá.f?r~"Epla socie­dad Samsonite ya funciona en las estaciQn~sd~k~E:!tr9,qrtbellísimo

instrumento de medición de maletas llamé,lc:lO bultprnetl"?//<"ly si hay necesidad de equipaje es qL!ghci~'~itYf.E¡<?n'q~0ªje, como

lo deben sentir las secretarias que llevan§Y$f?él.ndlaEiggrgpuesto enuna bolsa de zapaterías La Vega. Ciertqment~;cap.él.rnf\ñgpª se sale a'la calle con la sensación de irrevoca\;?;!iclf:lcll?I9pI¡:rp,%L',viajero, por loque los preparativos para salir se Y\1eIYenri1~§e~8eqiªlizados, desderevisar que uno traiga suficiente rp8rl"~nc¡.porC:¡L!¿:yª,padie da cambiohasta ir a hacer pipí porque lueg()YPpQhªY~9nde;todavez que sesabe que después de cerrar la Ptlertq y& no'§eya. a poder contar conningún otro recurso que lo que' seJrqigqeDcirpe.; y lb primero que sehace traspasando la frontera de IpCa~8 ~sn~visar mentalmente el equi­paje para ver si no se olvida ¡:¡lgq,·Aetq §egllicl() se revisa mentalmentela agenda, que funciona corn()rne.Pa.clel trayecto del día, puesto que

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LOS>SOLITARIOS

A lo: solitario.s.'~eJes.·.pu..ede;~ecori.p..s.e.··..·.r..p.".... Qrq.u.·El .. n.? ,.en.. ti... e.nden d~i. números-habiendo tantos millones ele personas, mI1gs de conocí-:

dos y cientos de amísfades.iellos sólo. sab~rlq()r1tar hasta uPPi, por eso'no pueden aparecen-en las estadísticas a n~~¡'lr de ser tan-numerqsos.]

tan actuales y tan de. díarío.como.las.notícíasde primera plan?: ~osl

alcohólicos, los con:edores compulsivos;' l~s)flt<?lec~ual~sy los f~ln§clef ::Lucero se pueden Juntaren un club, per<Jlo§§phtafl~sn(),p,9rq¡"l!~!,~mientras que hay una Lucero para todossusfaflslhaY?i3j'I'~~WPl?j@;$91p )~

una soledad única y distinta para cada solitario-Dos alG9n~UqRS.AnqQ¡~.•.... ..;~~

~os juntos se sienten acompa~ados; dos. solitariOs~9n:ando~afé~~¡/'-'!!SIenten doblemente solos, y mientras los mtelect!Jélle§:tIellen.algo enr.· ji

común, lo~ solit~rios nada. Lo que les imPide'esta~, ju•...n•.•.to.ses,com... o a••¡•..•....•..• '... r:.;,.

todos, la distancia. "".'1" .: '. f.',' ",C h

Un solitario empieza a serlo enfrente dealguíeu¡§Q,l'na (}ita,Unq¡>/ lireunión, una fiesta, o en esos días de diciembreepqy(;!todos son tan¡Jj

bondadosos, que es cuando se le aparecen [OS.'d.".,em..,..'.•.'.,a.'.",'.s., •..y sien.te q..\'I.e ,I,.O.•,.., lj' .'.,:'," " •.,'l.'¡miran desde lejos, como desde un helicóptero, sin alcanzara afocark~ '::J [1

sin entenderle claro, y entonces se da cuenta de.qL!?al!:l0 Pélsa, de qllEl ' ,jél.no está allá donde está su cara y sus gestosysu[opa, sino más I§Jqs,. Ija muchos metros adentro y al fondo de sí misIl1(), rodeAd()ppr u n¡ ilhueco, de modo que por más que se tope y cl)gquecon lps,ptrq$les¡," Hcomo si no los tocara ni los rozara: está solo'~l?resel1ciqq~lgs,qem~~(".:~

~::;~~~0:~:~:a:~:;~~~r~¡r4~~~J~tijuna~§p~r~'·j8reSperaesuna dístancía de tiempQ:~()r~s()ladlstanQjfj.Y¡q; .' j'1espen~k$9n~~¡9~Wente "largas", La soledaqe~JA~sperél.de algwie.pqLle. ;11se aC~f~~~'::J)~ID~s.p9de:que nadi~ p~edªhacerIo? así quelq~~s't?nto' ¡ique!'Re\BM~s!~:rsQp~enggrélun;~0[¡tiln9 .~s que busque qompgní~,< ''. ,.'. t!

:~~~~.~i,:.O.c.¡,o,l.j,~.j.n.I.•. O.·,o.?s..••.l.~.••.~·~,,~.".•.r.~:'.••~.r.•.tv~,p.Y.•.a.~~a~~.c~,~r.~:~O.l,~Qd,'¡.~.i~a. ~:~: 1I

los ronc!i;l.'¡ oe J:nQdo que cLi¡:¡lqu¡er cosa que dlgéln Ucq¡gaI)equlVale,iiY":,, "!é,é,'_..~ ,......_,,' 11\

PABLO FERNÁNDEZ CHRlSTLlEB

ser, pero cada vez más descomprometidos con la ciudad porque, des­

pués de todo, ellos sólo pasaban por aquí; porque total, a más tardar alas seis ya se habrán marchado a su lugar de origen, donde podrán

platicar los pormenores de su viaje al día de hoy.

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'SÓtQBEBER:SOLO" l'

PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

estrictamente a mencionar su soledad, como soga en casa del ahorca­do, y entonces les da por preferir que no haya alguien alrededor, paraque nadie les esté recordando su soledad; a solas están mejoracompa­ñados. Los solitarios primero están solos y luego se aíslan. Es como siya se supieran de antemano todos los temas de conversación y el sinó­

nimo de todas las palabras: su soledad; por eso mejor Se callan y Sedesentienden de los otros y se ponen a platicar consigo mismos, y

concluyen que .están encerrados dentro de la palabra.scledads.PatxiAndion dice que la soledad es alguien intentando dibujar s~sQledad. Lasoledad:.es..!..u:m;palabra sin salida.

Pero la actividad primordial detodosolitario\~s,l:>us(::¡:\ru'nªsªlida,yla única razonable consiste en encontran-una explH::p.si9?,cl,?swsole­dad, una descripción, un dibujo,porquepsí Ja"e~tqJ;""íF\rl.yienclodesdeafuera y entonces ya no estarían.encerradosdentro, J:.sp9r~sto quelos solitarios se dedican en sus ratos libres -quesonm~§qugdosdelamayoría porque su agenda suele estar en blancQ,pQrQye,:S1.g'lndo hayespera y distancia lo que desaparece es la prisa7él,~sqi9irpQeIl1as ocartas, hacer ciencia o docencia, pintar cuaclros,Q,prreglélr •suscasa,cocinar recetas o utopías, diseñar o coleCciOnqr,.sEl~YrdgBiP.~'QrrjÚSica, ytodas las demás cosas que se llaman trabajQQrgqti\l();~pQmoRosarioCastellanos, que dijo que escribía porque 1.H1.9iVe:Z;.5,8';é)s.9rp9al:espejo yno había nadie; porque, como dice Miche] Tournier,'\q.¡ancl.p'elcora­zón llora de soledad, el espíritu ríe de ¡¡bertª~",Y~i~rt~~(3bte; 'la crea­ti\iidad está compuesta por todo lo QQElYP9'Yél.?ejq,n89 atrás en elintento de quitarse la soledad de encimp,:dgélCEl.r~¡:lrs,giél.lQpdemás, quede. paso ElS una buena manera de eSPerqraQueal~l.Jii:3njlegue.

Con.este procedimiento, los soliti:l.ri9§ I1yncé:l)p$ra.p salir: de su so­

ledad, pero, mientras tanto, les empie.?.•..a.. ·... '.i:l..:·.g....u.'.st•... El.._...r.,. '.p.. o...rquecomienzan adescubrir dentro cosas que hacer-y qugs.e~til"81J~nQhay afuera, y sudistancia se VUelvél gozable y tantºmits.ql)~~dO.f0,ql1to que lesha costadocasi demasiado, y ya no la van él ªbélrldQt1arn~clqrn.ás porque alguien seles acerque, nada más porque UmÓel?s]Jgrq~o,que al final sólo llega ainterrumpir, A Penélope, la de pdiseo,leempezó a gustar tejer más queesperar a.. su marido, y como aPenélo.Pe,)qdeSerrat, cuando llega no esel queespera, Lp soledad es l!nadis.télnda de naves quemadas.

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PABLO FERNÁNDEZ CHRISTUEB

que dura el alcohol: son efímeras. Al día siguiente tanto espíritu de

grupo se volatiliza como los alcoholes.La otra forma, la de beber a solas, lleva la marca de la rareza,

propia de solitarios y antisociales, y en tanto tales, aproximadamentefracasados. No obstante, por las mismas características de la situación,la actividad que espontáneamente desempeña el bebedor aislado es lade percibir y pensar, no hay de otra, ya sea sobre las cosas a su alrede­dor, el mundo en general o sobre sí mismo. Es verdad que cierta publi­

cidad utiliza a algún individuo a solas en sus.anuncios, pero esteseñorsiempre está acompañado por todos los televidentes, silla para qué loponen. Jamás, en cambio, servirían de anuncio las PÜ1t1,¡ri'1S, qe.·fi;c:lwardHopper, porque sus bebedores siguen solos por mucho q4§Jº~miren. Aldesdibuiarse la barrera entre consciente. e inconsciel1t?,;eLPenSamien­to y la reflexión que se producen rompen los pqtrone~.e?temqtipados

en que han sido educados: la conciencia se liberade.sus:acartona-. , . - . "'.~-'''-'' ,-' ';,...'- . '. ".' .

mientas y se vuelve capaz de encontrar solucion~sJlis'Bntq§;¡i??rspecti-

vas inéditas, ideas nuevas; en suma, se abre un;:l PMertg,~;l~.q;re~l.Íividad142 tanto en lo que se refiere a la comprensión C()m9qJ¡¿;9:ytQ~901prensión.

Claro que hay brutos que ni con ésas, pero. un \:lygnnHrpe.TO de bíogra­fías de artistas e intelectuales contiene este., elerneflt8i,cPQr .ejemplo,

Modigliani o Peirce. Los persas llegaron a"s'i§t~m~tií19.fI;litel'a¡rnente,este.procedimiento: tratándose de proqlem¡w.r~h~Yél;!l~§,f.Bp.mlª,comu­nidad, durante el día dejaban que las i<;iegS,?eJ¡.¡e.rél8WP9F1qnoche sesentaban a beber y las procesaban entre, t9q9s~, Psi~óf()~9s'YJisiólogos,actualmente, ya tienen documentado, gst§' f(3nomeBg,~J9:cualquieredecir que el alcohol ha sido tradicionélLXSlllturalm'ente.pgnigno; y sólose vuelvemaligno cuando se le saca qe§t1~tn:!~,liSj,9D~§,Q1,.¡lturalesy se lemete al consumismo y a la publicig¡:lcj; ,»,':e,·

En suma, mientras que la so~ü~d,~dS:h3tenDiq~J~s usos y connota­ciones del alcohol, existen otrgS,hIS9§C9.nS()nng.taciones diferentes.Como sea, es curioso notar m.1eetp~()ces~~e.pensamientoque sesigue frente al televisor, o sea, f[e.nteí11 medio mismo que dicta lasmaneras convenientes de beper'i~se:¡{actame.nte el contrario; esto es,que el televidente aisladQ,,§1 que pe> hqblqmientras mira, difícilmentepuede, por la propia naturalezade] megiq,pensar o reflexionar, míen-

LA VELOCIDAD. DE LAS BICICLETAS

tras que un grupo de televiq§ntesql!~ p!é\tiC¡:lr1 mientras tanto, son muchomás capaces de poner el1til~9§jGi<:i9(3lm(3DS¡:ljerecibido, y decidirque el héroe de Bacardíesfr~ncamente\:>¡:lbosq.Resulta, pues, al pare­cer, más educativo ser televidente social y Pí3b§dqr ¡:¡. solas, que bebedorsocial y televidentede.buró,

.", 'rl'-HI

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.¡i

LA VELOCIDADOE LAS BICICLETAS

porque es el gesto c1(31 primero qllealucinólél ril,edq,'qu,e pronunció unapalabra, que vio un ágÜilai~'=2.vºran~qunaserpiente'.

Para distinguir, lasonrlsacl'=2lrictusde j~sblJ'=2nélS maneras y lasgracias sociales qU:~s?u,SClhoyieJ:'ldía,puedenotarsaqua, en primer'

lugar, una sonr!~nq,??l@hªq~ªna<;He,si~qque se hace sola, sinoficio ni ibeneficio, ni I)1\.!chq:m'=2no§int?rés ni planeon maña, porque enrigO[ l1Q ies uno qlliensQOXie?,sinmml'?'=2SSonmídqp9f l~sorpresa reci~nllega,

da. En segllnqoJugar,.noise sonríenadamáseon la boca como-losempleados de.McQo~ald's;eSicontodQ;.lpsojosbrillan, los cOlores de Ila cara y de19, ropa se hacen más vivos, lavo:<:6sJ.lnpocomás c~istalh i

na; las patas de gallo y otras arrugasrisueñastam1:li~[lalzan las comisurascomo si fueran .labios, razón por la cual CocoCh¡:.l.Qel decía que. serestiran las arrugas quienes nunca SOnrieron. Ad?más,Un9 pesa corno:

200 gramos menos, aunque esto no se haya podido comprobar porque

la sonrisa siempre agarra desprevenidos a los ci~:mtíficos.·Ypor último,toda sonrisa deja un halo, desaparece de la bOQ9 pero Se qued~. en los'. .

200 gramos menos y en la lucesíta de lQS Qjos,ypuede durar.desda 20minutos hasta muchos .añosr.hawquíenes.hanpodído sobrevivircon;

una sola sonrisa, y de e119s sllel~q~cirse,que. víven.de sus.recuerdos,La sonrisa no viene;ele la ri!"éli cprrp creían; los latinos ($lib~ri$um1 I

sub-risa), y m!..!chísirnpmenos de la qarcéljélOél; par:adójicament'?,~e el~riyª ide la seriedad; de lacara figstraío9 , distantey.trabajosa qU'=2 digrjClpol1~ l.Sherlock Holmes con elfinde que en algún momentq'se)e illl.rnini3conlel hallazgo, con la ocurrencia de una pista que qri!IeenmeeliQde la;8risura inglesa. La seriedad es el método pélrabU~CArsonrist'lS.Pqr eSo;ni Beethoven ni Van Gogh andaban por lavicl¡::¡j;'l. risa~ risa; perOeSél

ge.rt~~919,que siempre estáa punto de dar él 1u.z Jélmbién hay que. distín... ..gj.lidél.gg9tr:él mueca más estérily comúrhqU¡:lsiernpn:iestáél pUntoq~'.. .,' . la solemnidad, que es .. ll,napOse qUe no puede v~nir· .

i'AUÁ~,84~·cl~I~Jj§8t~c1él..

LA SONRISA

L a primera vez que sonríe un bebé no lo hace paraq.u.ed.a.rbien conlas tías que lo visitan, sino porque descubrió un dedo gordo de pie

flotando por ahí; más tarde se dará cuenta de que es suyo y volveráa sonreír. Si el bebé se llamaba Américo Vespucio, su próxima y última

sonrisa brotará de unos mapas que miraba y remiraba hasta que derepente, sobre su escritorio, se le aparece, como de la nad¡:t;un nuevocontinente, que ilumina el cuarto y, de rebote, le ilumina la cara. Esa

luz que sale de los hallazgos se llama sonrisa.Ciertamente, la sonrisa no es una característica d~.lqsarrj.ables, los

simpáticos y otros graciosos, sino que es una propieoad'pelos descu­

brimientos, las invenciones y otras sorpresas.Cuanc:lº/.c;ualquiera setopa con lo insólito, por ejemplo un café simpleme1}t~B'=2rfe9to,10quesale de ese café es una sonrisa, igual a la que s~JE1djºujQa:DaVinci

cuando le quedó bien la de la Gioconda, y Com()¡~C¡?SÜG\lqYiera cuan­

do le llama por teléfono quien siempre hubieraql{~(i~99I1uncahubieraesperado, por ejemplo Equis. La sonrisa es las~flG\q'=2.qyealgo nuevo

ha aparecido, de que la realidad ha inventad9QtrC\n8y~qqd.Por eso

las noticias (las que verdaderamente lo son, esqf3pir,lasjnesperadas; es

decir, las que rompen las expectativas) siernprf3I:Jr()ql..lc¡~nlasonrisade-lo increíble que se hace presente, sea bueno ODO;P8fqUelasnoticias,no malas, sino peor, pésimas, también rlél9~nS<:lrr?írqela misma in­credulidad; en efecto, el gesto del paV()r'=2)}tr'=2m()"'=2~:lo que más se

parece a una sonrisa. Y cuando alguien sClnr[§g~.ti¡TliOez;también está

frente a un susto de buen tamaño. "'.<.Cada cosa nueva que se crea, S?iI1g~rltc!;sg'descubre,se constru­

ye, se encuentra, o meramente suCeq~9(3º\-!§nasél primeras, ya sea undedo gordo o una teoría científica," 4nq •pqlabra del crucigrama o el

sabor de una cerveza, una ocurrencia 91J~¡;¡ cara inusitadamente agra­

dable en un vagón del Metro .".,que hél9'=2n que el mundo vuelva como anacer en ese instante-; aparece COn la.marca de una sonrisa. La sonri­

sa marca la aparición de la civilización; de la sociedad, de las ciudades,

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LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS i

todosnecesarios, q""p<!gs O¡!11RO,,",qt~s"~\l>"nso, loscuales, la tinto"!rería, el súper, los niños, los cigarros, ~rcIÍfimte,Ia gasolinera, da loimismo, el caso es que. siempre se está ª 'gsSé\rreras. Si la velocidadsocial fuera de 700 kph,latintoreríaque<:lél,r!ªgnT¡:¡rnP~co; El movimien­to de las bicicletas" Pll,~de '§er e~i.toso si .e§ capazdé reducir la velocidad

, . ,~.. , .".-', ' '. . " . ':

social, y ello requiere cierto radícalísmodeomisión, porque ahora an-dar en bicicleta no es ~l cumplimiento cle"'llPP función de transporte,sino el arte de na necesitar, no querer y n()il'IlPoitar ira dondenosepueda llegar. En bicicleta no se puede ir; yg~t(), es upa carencia; e!f:lrteestá en convertirlo en que se pueda no ir, lo cll(:~le$ un poder, el podende hacer que la tintorería quede en la esquina, . ,

La veloc;idad de una bicicleta es como de 15 kph .Reducir eltréll1S~!

porte urbano a este índice no sólo significa hacerlo más económicoy¡. - .' '1

ecológico, sino ajustar las situaciones, actividades y tamaños de la ciu-]

cIad a la dimensión humana, porque, genéticamente, el ser human9!hecho para vivir a 10 kph, En efecto, los sentidos d~ lapercep~1

y por ende la civilización, están diseñadosparafuncionar a vel()ci~i

de entre 5 y 15 kph, que eSCU911go se.caminaysecorre; a. eS;;l¡ 147velocidad se puede ver, oír, ¡;entiry rag:onqr cQO detalle y atención lo que,!

. . . . " "".,'1

alrededor, mientras que.a velocídades.más altas estas capªcidq'ise atrofian, y ya nO se pueden ver más que blllto~! oír másq1,l~

>:i">,:,t~jqos, sentir más que vértigos, pero no pormenores, Guriosiq¡:¡c!es,y,;9f3l1ezas. Por regla general, cuando ya no se puade.eprecíar la(:qr¡:¡q~.

';'1é,lgente es que uno ya va, como el dueñodelChevrolet, d~rnª~*:\dq;

j, ":,r~pjq\9"másaprisa que la civilización, aunque.no más lejosni.~ningunaP¡:gtg"F:instein se percató de la. más rápida velocidad; lage la lLli:!¡Y~lJ!90'q; Ri~; .mientras que en SU$ miles. de.kílómetros h~cho la. raya,

.... '19!DJ~~;~$t§qlo~io una ráfaga de pais;:lje,40veces mástlurdé].y abu-

rri9,é].<iY't19"Bll~Ul1o puede percibir COI) una paseadita en bici, Así, labi9icletqr~$lJít~:$er.l?LrnediO de transporte más cívílizado que hé1ya

"C9n$tr\J,ig9~($~rll!Jmél,nQ, porque va a. !11 velocidad de sus pensamíen­antes de acelerar en reversa:

LA VELOCIDAD DE LAS BICICLETAS

LOSmovimientos en pro de moverse en bicicleta tienen en su favorla razón. Tienen en su contra no sólo al dueño del Chevrolet que

no quiere perderse el gusto de atropellar, psicológica y extrapsicológi­camente a los peatones para llegar con su traje sin lluvia y sin sudor a

la oficina de su estatus y otros compromisos igualmente rutilantes;también tienen en contra a la esencia misma de las ciudades moderni­zadas, que no es ni el hormigón ni el hacinamiento, sino una sustanciamás huidiza: la velocidad, cosa que no tienen las bicicletas.

Cuando se descubrió la velocidad automotriz y se la elevó a rangode libertad individual, se tuvieron que inventar las distancias, los luga­res a donde ir y algo que hacer llegando; desde entonces, 'no se va másrápido porque los lugares estén más lejos, sino que están más lejosporque se llega más rápido, así como no se va más aprisa porque setengan más cosas que hacer, sino que se tienen 'más cosas que hacerporque se va más de prisa. La velocidad actual es de 50ü 80 kph, quees la que se cree que tienen los automóviles, pero' en realidad no es lade los coches, que por amontonamiento, semáforos y dónde estacio­narlo, van más lentos. En rigor, se trata de.una'velocídad social, a laque corren las obligaciones, los deseos y la{superfiGiesasfaltadas, eltrabajo, las ansias y el tamaño de las construcéiones, de hecho, lamitad del estrés urbano se debe a que la'veloGidp.d de, las prisas esmayor que la velocidad de los automóvile¡;qlleJas transportan. Laacelerada es la ciudad, no los coches; comoPl.1eqeverse asimismo enel hecho de que quienes no tienen coch骺ambiótienen dos cosas:las mismas prisas y la necesidad deterigr ll\1c<:)che.

La velocidad no reduce, sino que <;tlll.Tlent¡:¡lasdistancias, extiendelos espacios y multiplica los lugares, de manera que en bicicleta no sepuede cumplir la agenda propia del ciudadano normal, que consiste enir y volver; pero, entre tanto, pasar arecoger,detenerse a pagar, co­mer con, visitar a, darse una vuelteoíta por, reunirse en, andar haciaallá, de camino hacia acá. Los 20 lugares que se visitan al día son

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LA VELOCIDAD DE LAS BICICLFTAS

adora pronunciar términbserw~UtqS9?mo"p.oMómino"o "terjetahabían-]te". Es el mundo de la movilidad sociaLqel11~diéltabla, donde hay díne­ro y la expectativa deviajarycultivélrs~,geprefer~nGiaen Las Vegas. I

La vida del Mundo Oficinesco implica élc:;seger aAipos de oficinas,'restaurantes, ami~téldes,q~u'?m:l9s;C9I1Versaciones;clubes,.reuniones y!

desayunos que enprinsipiQ.~egesconqyen.,s,obretodoporglle SOn no­vedades de utilería, pero-qua se suponen. sorrectos, cósmopolítas Y

cultos, dentro de los cuales hay que saber qomportarse para c\élrJqtallaaunque no se sepa cuál es, por lo que la gent~sienteque sus, palabras

d,e antes no le sirven para moverse ahí dentro;,'sg~iEmteninexpertQs elinhibidos, de modo que lo primero que hacer; es9élnc;elar Suterrninq-Ilogía deentra semana con la que se decía ¿qt.,lieresun 'tequila? Pélra!sustituirla por una dominguera con la que se dicei"¿gustasunaperiti~1Vq?", aprendida en una síntesis del Canal 5, del Sele99iqnesdel Reader's, Isle las instrucciones del champú y de la fundación C2l.lltllral DomecC¡que hace anuncios reteartísticos, después d.e lo cual se.adiyirlél djf4sa~mente que no se debe decir "olor" sino "'ilrqma", nLtarnpoco'fir" al

sino "pasar" al mismo. Todo tiere,qLlese.rre!yciente en ?ste/ 149·n14ndo clonde ya nadie se b91eR IOSf;élPéltqs'se,"lustrae.l calzado": '1

" .•..••... ,.•<.,' Lo interesante es q\.le., (jeté\nto'm~l1~iQn9-rlp, e.sem!mdo fin.gidq!/>,e..rl1pie2:él a existir de verdad, al intuir pa!a\:>rasparainw?sar élUn mun­

··,,··.··:••• T.'fY."\J'~Hfl raro, lo están construyendo con esas mismas pplqbras.Lps

:\·i •..·.s~mtimierltos, las imágénesy los significados tomar¡ sustancia, ~uerp9,1, \....../'!!. JHU~'Ul'::l1 ser vistos con toda naturalidad. Díchod« otra forma, Ilflrnqr-!

engüerece a cualquiera, despy~sde!Q cual yapaclfirná.?)·t''1f)''t U '';' COmprar Miss Clairol Rubia Pléltin~da y dejar, lit~ralm~mte'i '

9~ir;¡~!"~!~i5 mestizos alrededor, incluida Rq}{9nné\,' al gréld0cll?'q!Je losji..:;:; ",,·qni~tt~;:rg8!,*tW;'·~¡:l. se tengan que hacerqqbre gallegqs." . . . . '. urbano está.ínvadidopor un lenguaje públjpQ el.e

. "R!~f3ti99i,Sipi,tr~8iRh2n detrás, que~'Il1eclj<:1fl que habla va supurqpclqhlPa;r~qHd?lgp.rtifi~¡q!,jlógiSp .y gesarrqigadq, como lobby.de Holíday .Inn1"qYeqPt~snpeSi:f\ba9hí;pero que ahora puede ser vista por todas

en PUestosejecutivos, prést;:lITIoS para9¡¡Y9¡O ¡J\J! ¡ugélre~.e?<dusivos GOQ éltencJónperSO!l¡:¡I!Féldé'!,

es. perf~gt¡:HnªnteJlqrmé'1J; es loúpjcoQ4e se puede ver cor;e?él~ pa,lélPras...

VOCABULARIO DE OFICINA

La frase" el cabello de Elizabeth" simplemente no pudo haber sidodicha hace 25 años. El vocabulario común está cambiando. Antes

era el pelo de Isabel, al que se le ponía goma; ahora, se le "aplica gel".Quizá se deba, no a que se oye más bonito, sino a que se "escucha más

hermoso". Tal castellano puede ya oírse en cualquier cafetería, tiendao sala de espera, y se cree más correcto, cosmopolita y culto, llegandoa acuñar verdaderos prodigios de frase como "un auto lo arrolló cuan­do descendía la acera", pero sólo alcanza a ser más artificial, ilógico ydesarraigado.

No es meramente una ampliación de vocabulario: al decir "rostro"en vez de cara y "chicos" en vez de chavos, se dice lo mismo, pero sesiente distinto. En efecto, las palabras no solamente se refieren a loque mencionan, sino sobre todo a un murido de sentimientos, imáge­

nes y significados inmencionables que se aparecen a medida que se vahablando, de suerte que quien use "crema dental" se sentirá más cercadel primer mundo que quien usa pasta de dientes: la cosa es la misma,pero cuando las palabras cambian, las ilusiones que se producen sonotras y la realidad se transforma. En el modo de hablar va enredadauna cierta percepción emocional, que hace que las cosas se vean y sevuelvan diferentes. Los vidrios se vuelven "cristales".

Este vocabulario ha surgido de un ambiente que puede llamarseMundo Oficinesco, como los bancos, un Sears oeualquíer-iugar que estélleno deaparatitos para teclear, y repleto de. puestos, cargos y estatusmediante lqs cuales todos pueden ser jef?ciitqsde· algo y subordinados

de alguienr donde no caben las viejasda:s~smedias ocupadas en chillarsu extinción n1 los pobres desiémpre-entretenidos en sobrevivir, sinoun ubicuo espectro social proveniente decualquier parte y de cualquierpasado, pero educado en.lacomputación, el.lnterlingua, la superaciónpersonal, el secretariado y alguna licenciatura bastante práctica, esdecir, cualquiera que los haga licenciados, lo cual no significa otra cosa

.que usar corbata y aprender que es Pierre Cardin. Este espectro cultural

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1

I

LA VEL0GtDAD DIO LAS BICIC!-ETAS

Itodas las veces que quiera"Y!AstíassegurosAbn1n de quién se trata. '(no obstante, mucha:gentedm@tee[lpuqliqé"W's4sCosas en primerapersona del singular, conlQsifuera ul1~jgrlOd8autenticidad, porque;,se supone, sus experiencias, ideas, creencias, san suyas, productos

directos de S4 p,?xsor@!id_q~, ta,1.eI1tP,inteligencia, coraje y valentía partdecir lo que piensa, .sh:mteyopina, ysi a,llector no le gusta, pues queno lo lea, cosa ql1e dejpdas maneras el lector no pensaba hacer,

Quienes escriben "yo pienso" Creenq4e:d~verasellos [.)ens~mn loque dicen, pero tantita sensibilídad ml1estraql1e lasideas nosonsuyas,

sino que ya andaban desde hace rato portoe:Ii:ls partes, dentro de lascorrientes de opinión y pensamiento en ljbrQs,col1v.~rsaciones y 9trol'

medios, bien instaladas en la sociedad, la histoD9 yJ&S tradicione9~"\'

entre todo eso, decir que "yo" es el que piensa es, \Jl1p.cacofoníi:l en 12¡1texto y una soberbia que supone que uno está por, encima d12 toda lacultura y que puede pontificar desde ahí; quien dice "YOsi~nto"es pe9rjporque ni siquiera intenta pensar, y porque.ningún lector abre una.revista

q un periódico para que un Iábílemocional henchido de Jeeling le COIT\+parta sus vivencias: si está tan ~ntimerit&l;q\-l~esºribaun.diarioíntimo. f 1151

. . Los "yoes" de la sQherbjqsereconQc~nmL!YJ?lCiLporqueinmedig1tamente después del pronombre.viene unaudea gastada,., del tipo d,13'!yo-creo-que~la"vidii7es7el;,don"más~preciado", y por lr,tantó se distinigue de otros, más escasos y bienvenidos¡ hay un.\'yo".que es-humilde]

. .'<,;.' ,,".,., ' I

.propío de quien preferiría no pensar. lo que piensa pero ni r119C:lp , tal'vez porque no está muy seguro o porque está-seguro de queVil 8 <:;aél;mal, y se reconoce porque parlo común la icl~aes buena y m.¡eva,y el."yr" .como que no hace ruido, Y hay.otro.iun ."yo" desparpajadrL

99mp\j<;;g del lector, que solamente uSa€;lpronombre corP9'pretextdPilfªD9ºIp.r de otras cosas, generalmentestinpático-burlopas,yq]Je es

usan los novelístas.quéson los úníccs escrítores que:

, ····'.gmp¡~~D,lªPAl~\?ri1Y.yo" sin que se trqted~ ellos, sino de otro persona­

el lector no lo confunda con

medo-que es más un recurso literario,

Hn'E1§ptQ;Y1l91JP protagonismo autoral.nrasante te}{tq resulta malo, lo bueno es qU12 se,

"Yo ESCRIBO"

Cuando un texto de alguien se publica, no es anónimo pero ya noes suyo; es, bien a bien, de los lectores, que a lo mejor ni existen,

pero que en todo caso pueden hacer lo que se les antoje con él, porejemplo, no leerlo, que es lo más frecuente, o dejarlo a la mitad, o en­

tenderlo como mejor les parezca, sin que les importe gran cosa laautorizada opinión del que lo escribió. No deja de ser curioso, pero hayuna especie de cambio químico que hace que un artículo, apenas sepublica, se despegue de su escritor, y entonces el verdadero autor deltexto viene a ser el texto mismo, como si se hubiera escrito solo: es él,el texto, el que "dice",elque!'opina", razón paria cual las más de lasveces los lectores se olvidan del nombre del escritor, y razón por la cualel escritor, aunque se lo sepa completito, lovüelve a leer ya publicado,para ver cómo se lee, para ver si se entiende, como si él nada más

fuera otro lector, a lo mejor el único.Los lectores leen palabras, ideas, relatos; no leen señores o seño­

ras y mucho menos con nombre propio, aunque a veces esos señoresy señoras solamente escriban para que su nombre se vea al principio,como si ellos fueran los héroes de su propio artículo, y por eso, cadavez más, aparecen textos retacados de la palabra "yo" ("pienso, digo,

. 'opino, siento... "), característicos de q~ienesescribenpara>s~ia:lguien,

y de pronto creen que yalolograron;pero:síi;ú'a>Bltextóél que dicealgo, cuando aparece la palabra'~yq'!iar l~9tQri'!1('):'séle aparece la

imagen del señor o señora, intelectual,cejijllntq/áYelUdito/a, sino la dequien lo está diciendo, o sea, la hoja<:l~Bap~l.o@1 teclado de la compu­tadora; la impresora haciendo'\yoopi11984e.,:;?';i··

En público, que es donde se P4Pltcsh 9a.benl públicos, grupos, lecto­res, pero no caben "yoes'', ni siqui~ra"t(¡~s','; sólo de "éles" para arri­ba, por lo que los artículos no pueden ser nP'míos" ni "tuyos". El "yo"

es una entidad privada, cara-a-cara-conocida, y si alguien quiere queun texto siga siendo suyo, lo que puede hacer es guardarlo enel cajóny leérselo a sus tías, y entonces podrá decir muy correctamente "yo"

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r

LA vELbCi'Dft,D I5~b\~gI2IClETAS. -.·,;-·,..·-,·;/c·,,·····,·, .. :.,·_·.· .. -:\1.-;-,".'.'---·.,· -,'

que unos tacones de·á1fil(N:~~I·h(¡I11~~oi2,c:()f1I~scUélles se simbolizaencanto y la mortifiCqqic)rl,desermujer, la belleza que duele.

La civi)¡2iélCiór¡'(}.Clrr¡énzóel ciíqen que se irwentar()n los zapatos,porque cuandQentre}¡;¡:,tierrª:Yelpie se intercala Una suela; se estableceuna separación' irrgve,rsjl:Mo:ent¡,-~ Jél' naturaleza yla cultura. Elsapiens es un ser calzado. Si loq~~ m~j()rsep(:1recía de nosotros a raíceseran los dedos de los pies, éstos son en,cgpsuladosen zapatos para que ya !

no puedan enraizarse y así se apartende I?J, vida de los seres-que andan 'descalzos, como los animales y las planta~'?()fl elsignQ delclesarraigo yla o

liberación, lo cual los hace seres míticos;qlJ~curnplenuna funciónindis­pensable en los cuentos de hadas, como las !?otas de Siete keguélp dePulgarcito o el zapatito de cristal de Cenicienta, C}\je indican.que los Seres ocalzados se levantan por encima de su condición,Qriginariél y descalza: un .Gato con-Botas ya no es un animal. Entre el sL!el~y~lser humanoestála ¡suela. Por eso los duendes son tradicionalmente quenos zapateros y los I

Reyes Magos dejan sus regalos en los zapatps,fIoy todavía, quien. n9 I

usa zapatos es un marginado de la civilizqgiól1 yla cultura, y la dignidéldcivilizatoria de este par de vehículos si~n1evigElnt(3; la suprema exig(3no 153cia de comunidad humana se expresadiciendo "ponte en mi;; zapa-tos". Incluso, la manera más humallagerporir"es!'con,los' zapatos

puestos", porque lo primero que pi~r~(3n.)QsqJ.l~mueren inhurn~pél­mente son los zapatos: no hay nélgg'lͪ~pat~tkoC}ue Unapleza regélda ..de zapatos vacíos, como la cleTlqt(310Ico, .pisada de botas. .. .,,(

La bofa es la forma violent~c1EllzPPélto,rnientrasqU(3 los huar~qhdio los zuecos son su fOrmélpqsifistél, porque Can (3110$ no, se puedepatear ni pisotear a nadie. ClillfFélstwooq o MphptrnaGélndhi. Paradar patadas bajo la mesa se recomi~n,dé\ el ¡::1¡Qc1o negrq pi~n, boleado¿Parece que la civilización empezó ;;IJ,Srp?J,lo¡¡ pasos el día en qU(3 la

dejó de GP!oc,élr;;e sobre el suelo y (3rppezóa-ponerse s9br~Ell

En fu.tP917~~)~!I~rY)¡'-1 "entrar con,lo~t¡:¡.cospor rlob,,+n"

expulsió~·~~t~rm~iti~ª:ct(31culpable, ..' .

La palabra "zapato" es una onomatopeya: zap-zap-zapato. No esuna palabra sino dos, aunque iguales, porque cada "zap" se hace

con distinto pie. Es difícil argumentar por qué hablar de un par detrivialidades cuando la circunstancia nacional es tan urgente. Será talvez porque si sólo se atendieran las urgencias, dejando las simplezaspara después, quizá se descubriría que se necesitaban esas simplezas paraconstruir aquel después. Un par de zapatos es algo demasiado común,pero cuando se les vigila atentamente, como esperando agarrarlos dis­traídos, eventualmente revelan su extrañeza,

Como los calcetines, los-zapatos son una prenda doble, y comolos guantes, simétrica, pero a diferencia de Elllos,' se venden entiendas especiales, porque no hay calcetinerías nípantalonerías perosí zapaterías, ya que se trata de algo que es a la vez vestido, de tela, yobjeto, con cuero, hule, herrajes y hasta madera. En efecto, es ropa,pero también instrumento, herramientas para hacer algo: caminar,ir, callar al gato de la azotea, y también jugar, porque para los niñosson juguetes, que miran fascin'ados y limpian y agradecen cuando sonnuevos, que sirven en el imaginario infantil como casitas, con ven­tanas y chimeneas y resbaladillas. De hecho, no se lavan como sifueran ropa, sino que se limpian y PUlEll1GOW9 si fu~nll1utensilios.

.," ,.,'.' .... , .';-:::::.'-, ....,., .. ; "','.'

Este carácter de útiles los hace la Qnicª,yes,tirper¡t~\,;p1-!?ceptible detecnología; ciertamente, Reebok o ¡::tol1igs,n()pQnrn.qrc;asde pren­

das de vestir, sino de máquinas de COH~nm~s,r~Bigó o saltar másalto.i,«" ,o.

Los zapatos rematan una de lélq8QS'pyDtp~delcuerpo. Las puntashumanas son lo único cuya cobertuJ:ªTlokqrre~ppnqeal contenido. De la

misma manera que, mientras que tcx:I8~I~S'fab?zcis son redondas perolos peinados pueden ser de cualquief,rnQ9Qh,así\os zapatos son chatos,puntiagudos, altos o bajos independíentemente-de lo que traigan dentro.Mientras que el resto de la ropa tíenelaformadel cuerpo, los zapatos sonun objeto que se puede modelar aparte: no hay algo más distinto a un pie

ZAPATOS