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Los repertorios bibliogrÆficos y los estudios de temas afrocubanos 119 Los r Los r Los r Los r Los repertorios bibliogrÆficos epertorios bibliogrÆficos epertorios bibliogrÆficos epertorios bibliogrÆficos epertorios bibliogrÆficos y los estudios de temas y los estudios de temas y los estudios de temas y los estudios de temas y los estudios de temas afrocubanos afrocubanos afrocubanos afrocubanos afrocubanos no. 7: 119-128, julio-septiembre, 1996. Investigador. Biblioteca Nacional JosØ Mart. TomÆs F omÆs F omÆs F omÆs F omÆs FernÆndez R ernÆndez R ernÆndez R ernÆndez R ernÆndez Robaina obaina obaina obaina obaina E n mÆs de una ocasin he planteado 1 que el anÆlisis de los repertorios bibliogrÆficos nos indicarÆ el nivel de desarrollo de las temÆticas cientfico-tØcnicas, socioeconmicas y culturales reflejadas en sus registros de formas general, como en las bibliografas nacionales, o de manera particular en los repertorios especializados y personales. Segœn el alcance de cada uno de estos repertorios, de acuerdo con su clase, los especializados nos podrÆn proporcionar el conocimiento no solo del grado del desarrollo alcanzado por una ciencia o tØcnica, sino tambiØn de la situacin concreta que esta presenta en un pas; mientras que los repertorios personales nos indican los campos del conocimiento en los cuales dichas personalidades sobresalen y, ademÆs, su importancia, teniendo en cuenta el volumen de su produccin activa y pasiva. Muy acertadamente Fermn Peraza (1907-1969), 2 refiriØndose al CatÆlogo de libros y folletos , de Antonio Bachiller y Morales (1812-1889), 3 expres que su confeccin era como un termmetro que seæalaba el momento en que se haca necesario el balance de la produccin intelectual de los cubanos. La anterior idea, es decir, la del repertorio bibliogrÆfico como medidor del desarrollo de una formacin socioeconmica, una ciencia, o una figura, la he tratado de aplicar al anÆlisis de muy diversas clases de repertorios y hasta el momento siempre he obtenido informacin muy precisa acerca de las temÆticas, autores, ttulos, editoriales y aæos consignados. La obtencin de esos datos ha facilitado a muchos estudiosos y especialistas de nuestra historia y cultura la realizacin de estudios bibliomØtricos y el inicio de investigaciones sobre el movimiento editorial, las artes, la literatura y las ciencias con nuevas perspectivas. Las expresadas razones y posibilidades de trabajo me llevaron al deseo, casi entonces una necesidad, de efectuar un estudio de la documentacin existente sobre los temas afrocubanos. Para esta empresa contaba con los repertorios siguientes, aparecidos despuØs de 1959: - Bibliografa del negro en Cuba (1966) 4 - Bibliografa de estudios afroamericanos (1969) 5 - Indice de revistas folklricas cubanas (1971) 6 - Bibliografa de temas afrocubanos (1985) 7 - Bibliografa de temas afrocubanos: suplemento (1991) 8 Con anterioridad a 1959 se haba dado a conocer una bibliografa afroamericana en el libro jubilar de Fernando Ortiz (1955). 9

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  • Los repertorios bibliogrficos y los estudios de temas afrocubanos

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    Los rLos rLos rLos rLos repertorios bibliogrficosepertorios bibliogrficosepertorios bibliogrficosepertorios bibliogrficosepertorios bibliogrficosy los estudios de temasy los estudios de temasy los estudios de temasy los estudios de temasy los estudios de temas

    afrocubanosafrocubanosafrocubanosafrocubanosafrocubanos

    no. 7: 119-128, julio-septiembre, 1996.

    Investigador. Biblioteca Nacional Jos Mart.

    TTTTToms Foms Foms Foms Foms Fernndez Rernndez Rernndez Rernndez Rernndez Robainaobainaobainaobainaobaina

    En ms de una ocasin he planteado1 que el anlisisde los repertorios bibliogrficos nos indicar el nivelde desarrollo de las temticas cientfico-tcnicas,socioeconmicas y culturales reflejadas en sus registrosde formas general, como en las bibliografas nacionales,o de manera particular en los repertorios especializadosy personales. Segn el alcance de cada uno de estosrepertorios, de acuerdo con su clase, los especializadosnos podrn proporcionar el conocimiento no solo delgrado del desarrollo alcanzado por una ciencia o tcnica,sino tambin de la situacin concreta que esta presentaen un pas; mientras que los repertorios personales nosindican los campos del conocimiento en los cuales dichaspersonalidades sobresalen y, adems, su importancia,teniendo en cuenta el volumen de su produccin activay pasiva.

    Muy acertadamente Fermn Peraza (1907-1969),2

    refirindose al Catlogo de libros y folletos, de AntonioBachiller y Morales (1812-1889), 3 expres que suconfeccin era como un termmetro que sealaba elmomento en que se haca necesario el balance de laproduccin intelectual de los cubanos.

    La anterior idea, es decir, la del repertoriobibliogrfico como medidor del desarrollo de unaformacin socioeconmica, una ciencia, o una figura,

    la he tratado de aplicar al anlisis de muy diversas clasesde repertorios y hasta el momento siempre he obtenidoinformacin muy precisa acerca de las temticas,autores, ttulos, editoriales y aos consignados.

    La obtencin de esos datos ha facilitado a muchosestudiosos y especialistas de nuestra historia y culturala realizacin de estudios bibliomtricos y el inicio deinvestigaciones sobre el movimiento editorial, las artes,la literatura y las ciencias con nuevas perspectivas.

    Las expresadas razones y posibilidades de trabajome llevaron al deseo, casi entonces una necesidad, deefectuar un estudio de la documentacin existente sobrelos temas afrocubanos. Para esta empresa contaba conlos repertorios siguientes, aparecidos despus de 1959:

    - Bibliografa del negro en Cuba (1966)4

    - Bibliografa de estudios afroamericanos (1969)5

    - Indice de revistas folklricas cubanas (1971)6

    - Bibliografa de temas afrocubanos (1985)7

    - Bibliografa de temas afrocubanos: suplemento (1991)8

    Con anterioridad a 1959 se haba dado a conoceruna bibliografa afroamericana en el libro jubilar deFernando Ortiz (1955).9

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    En todos esos ttulos se registraban los libros yfolletos ms importantes conocidos hasta entonces, tantodel siglo XIX como del XX. Su anlisis nos evidencia quehasta la aparicin de la Bibliografa de temas afrocubanos,la mayora de la documentacin asentada en las obrasversaba ms sobre los aspectos culturales, musicales yreligiosos que sobre los fenmenos sociales y econmicosdel negro cubano. Estos problemas, inherentes a todaslas sociedades donde conviven razas diferentes, fueronmuy abordados y debatidos con diferentes puntos devista desde la colonia hasta el triunfo de la Revolucinen 1959. A partir de este ao disminuyeron las referenciasa la discriminacin racial en nuestra prensa, coincidiendocon la erradicacin jurdica de ese mal en Cuba, comoconsecuencia del cambio poltico-social e ideolgico yde la voluntad oficial del gobierno y del Estado deeliminarlo totalmente.

    Evidentemente, han quedado como huellas los librosy folletos, tanto los que mostraban criterios racistascomo los que los denunciaban y defendan el derechode los negros. Asimismo se puede apreciar la lucha contrael racismo a travs de los artculos aparecidos en laspublicaciones seriadas. Algunas de esas publicacionesfueron rganos de prensa de instituciones enfrascadasen el avance social y cultural de los negros; otras fueronvoceras de organizaciones polticas y del pensamientoms avanzado y batallador contra el racismo. Todos esosejemplos patentizan la existencia orgnica de unmovimiento reivindicador de esos derechos y luchadorpor el reconocimiento y respeto de los aportes de losafricanos y sus descendientes a la historia y al surgimientode la nacin.

    Recordemos la lucha llevada a cabo a travs delDirectorio Central de Sociedades de Color (1892-1894)10 yde los peridicos La Fraternidad (1886-1889)11 y LaIgualdad (1892-1894),12 dirigidos por Juan GualbertoGmez (1854-1933).13

    Ya en la Repblica es importante anotar lapublicacin del semanario El Nuevo Criollo (1904-1906),14

    dirigido por Rafael Serra (1858-1909),15 as como elperidico Previsin (1908-1912),16 el cual llena uno delos momentos ms cruciales del movimiento negro enCuba, en tanto rgano del Partido Independiente deColor. Otros vehculos para el tratamiento del temanegro fueron: la columna de Ramn Vasconcelos17 desdeel diario La Prensa de 1914 y 1915; La Antorcha (1918-1919),18 tribuna de Armando Pl;19 las columnas Idealesde una raza20 y Armonas,21 animadas por GustavoUrrutia (1881-1958),22 desde donde esta figura cimera delperiodismo y defensor de los derechos de los negros dioa conocer su pensamiento y realiz una obra no valoradaan en toda su verdadera dimensin.

    Tampoco podemos pasar por alto la presencia de lassociedades y revistas Adelante (1935-1939)23 y NuevosRumbos (1945-1948),24 sin olvidarnos de UninFraternal,25 Club Atenas26 y la Federacin de Sociedadesde la Raza de Color.27

    Pionero de esa lucha fue Fernando Ortiz (1881-1969),28 quien transit desde posiciones conservadoras

    hasta otras realmente muy avanzadas. La profundizaciny el anlisis objetivo en sus investigaciones lo llevaronal convencimiento de cun importante era el aporteafricano y el de sus descendientes, como lo declar en1942:

    Apenas regres de mis aos universitarios en el extranjero,me puse a escudriar la vida cubana y enseguida me salial paso el negro. Era natural que as fuera. Sin el negroCuba no sera Cuba. No poda pues, ser ignorado. Erapreciso estudiar ese factor integrante de Cuba, pues nadielo haba estudiado y hasta pareca como si nadie lo quisieraestudiar. Para unos, ello no mereca la pena; para otros,era muy propenso a conflictos y disgustos; para otros eraevocar culpas inconfesadas y castigar la conciencia; cuandomenos, el estudio del negro era tarea harto trabajosa,propicia a las burlas y no daba dinero. Haba literaturaabundante acerca de la esclavitud y de su abolicin y muchapolmica en torno a ese trgico tema, pero embebida deodios, mitos, polticas, clculos y romanticismo; habatambin algunos escritos de encomio acerca de Aponte, deManzano, de Plcido, de Maceo y de otros hombres decolor que haban logrado gran relieve nacional en las letraso en las luchas por la libertad, pero del negro como serhumano, de su espritu, de su historia, de sus antepasados,de sus lenguajes, de sus artes, de sus valores positivos y desus posibilidades sociales... nada. Hasta hablar en pblicodel negro era cosa peligrosa, que solo poda hacerse ahurtadillas y con rebozo como tratar de la sfilis, de unnefando pecado de familia. Hasta pareca que el mismonegro, y especialmente el mulato, queran olvidarse de smismos y renegar de su raza, para no recordar sus martiriosy frustraciones.29

    De ah su ingente labor a travs de su escritos y desdela direccin de la Sociedad de Estudios Afrocubanos30 yde la revista de igual ttulo.

    La lectura de la cita de Fernando Ortiz nos permiteinferir, al comparar la situacin actual de dichos estudios,que a pesar de su empeo y de los esfuerzos, en el mismosentido, de Lydia Cabrera,31 Rmulo Lachataer,32

    Teodoro Daz Fabelo,33 Jos Luciano Franco,34 GustavoUrrutia, Juan Ren Betancourt35 y Walterio Carbonell,36

    an en nuestro pas queda mucho por hacer en lavaloracin de la herencia de los africanos y susdescendientes en nuestra historia y cultura. No es posiblenegar el hecho objetivo de que a partir del triunfo de laRevolucin en 1959, se le ha dedicado cierto espacio aesa tarea, como se evidencia por los ttulos de losartculos, de los ensayos, de los libros y los folletos dadosa conocer durante estos aos y asentados en losrepertorios analizados. Mas es bueno subrayar tambinque la interpretacin y valoracin de ese legado estuvoinfluido por concepciones dogmticas, como resultadode un mal empleo del mtodo de anlisis materialista-dialctico, que motiv la consideracin mayor de loselementos plsticos, rtmicos, estticos, que de los valoresespirituales e histricos que los originaban y su influenciaen la sociedad, a la vez que esta tambin dejaba su huellaen los portadores de esas culturas nacidas en Africa.

    Qu informacin nos proporciona el anlisis de esosrepertorios y la lectura de algunas de las obras listadas?Estamos ahora ante un boom de las temticasafrocubanas? Influye la probable existencia de ese boom

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    en la edicin de nuevas obras? Es todo lo anteriorexponente de una apertura hacia los estudios yprofundizacin de las contribuciones de los africanos yde los afrocubanos a nuestra cultura, historia eidiosincrasia? Est vigente toda o parte de la reflexincitada de Fernando Ortiz?

    Llegar a una respuesta lo ms cercana a la realidadno es tarea fcil. El nmero de obras de asuntosafrocubanos aparecidas est muy lejos de reflejar unarepresentatividad proporcional cualitativa y cuantitativaen correspondencia con la importancia de suscontribuciones a nuestra historia y cultura. Por otraparte, la carencia de datos acerca de la impresin de obrasde tema religioso, en general, y en particular de temasafrorreligiosos, es un impedimento para poder medircon objetividad la relacin que existe entre ambasproducciones. A pesar de que poseemos unaaproximacin bastante veraz en cuanto a cantidades yttulos relevantes publicados en Cuba y en el extranjero,no es posible plantear en igual medida cmo se comportael movimiento editorial vinculado con otras religiones,pues la Bibliografa Cubana37 ofrece informacin muyescasa al respecto en cuanto a ttulos y cantidad, durantetodos estos aos.

    En el suplemento de la bibliografa mencionada, seregistran 58 ttulos de libros y folletos sobre diversostemas afrocubanos no religiosos. En el extranjero sedieron a conocer durante el mismo perodo, es decir, de1958 a 1991, ms de 25 ttulos, de los cuales unos 21fueron editados en los Estados Unidos.

    Llama la atencin el mantenimiento de la tendenciaapuntada por Ortiz, de hablarse y escribirse ms sobrela esclavitud, los cimarrones y el negro en el siglo XIXque de otros aspectos, aunque hay que destacar que nofaltan libros sobre la msica afrocubana. Sin embargo,son poqusimos los que abordan la problemtica socialdel negro en el siglo XX. A un hecho tan importantecomo la fundacin del Partido Independiente de Color38

    solo se le dedic un libro, aparecido antes de 1959;aunque este hecho ha sido abordado en ms de un ttuloen los Estados Unidos.39 Entre nosotros aparecemencionado o se le dedica uno o varios captulos envolmenes como El problema negro en Cuba y su solucindefinitiva (1989).40 Ese libro, conjuntamente con El negroen Cuba: apuntes para la historia de la discriminacin en

    Cuba (1900-1958) (1990),41 que, sin agotar el tema delos independientes de color, lo aborda con bastanteexhaustividad son los nicos salidos de nuestrasimprentas que recorren con visin panormica el asunto.Con diferentes puntos de vista y alcances, ambosfocalizan, en mayor o menor medida, los problemas dela lucha social durante el siglo XX.

    En los primeros aos de la Revolucin se dieron aconocer algunos libros y folletos sobre el racismo,animados sus autores por la invitacin oficial a discutirese tema. De ellos merecen especial atencin el libro deWalterio Carbonell Cmo surgi la cultura cubana(1961)42 y el de Juan Ren Betancourt, El negro: ciudadanodel futuro (1960).43

    El primero, armado de un aparato analtico de basematerialista-dialctica, pero despojado de prejuiciospequeo-burgueses y dogmas estalinistas, es una de lasms serias reflexiones acerca del surgimiento de nuestracultura y de los aportes del africano a ella. Libropolmico, poco usual en nuestro medio para ser aceptadoabiertamente en una sociedad todava plagada entoncespor prejuicios racistas y dominada an por patronesculturales del pasado reciente, es ms tesis de ideasque obra de investigacin apoyada en diversas fuentes.Ha sido citado por muchos especialistas e investigadoresde otras latitudes, y ha incentivado en ellos la realizacinde estudios sobre el tema.

    En la misma lnea del libro de Carbonell, en cuantoa reflexionar acerca del papel del negro y de la culturade origen africano en los problemas socialescontemporneos, se encuentra El negro: ciudadano delfuturo. Realmente es un gran collage o compilacin dondese incluyen escritos nuevos y otros ya antes publicadospor su autor en diarios y revistas, as como en su libroDoctrina negra (1955).44 Betancourt mantena ideas queincluso fueron posteriormente criticadas por WalterioCarbonell, como la creacin de cadenas de tiendas ysupermercados formados bsicamente con capital dehombres negros y blancos, para que los negros fueranlos principales clientes. Junto con esta idea, l sostenacriterios conceptuales muy polmicos, como dividir lasfiguras de los negros en lderes de los negros y lderesnegros. Para l solo existan dos lderes de los negros:Aponte45 y Evaristo Estenoz.46 Aponte, la figuraprincipal de la conspiracin independentista de 1812, y

    Hasta la aparicin de la Bibliografa de temas afrocubanos [1985],la mayora de la documentacin asentada en las obras versabams sobre los aspectos culturales, musicales y religiosos quesobre los fenmenos sociales y econmicos del negro cubano.Estos problemas, inherentes a todas las sociedades dondeconviven razas diferentes, fueron muy abordados y debatidoscon diferentes puntos de vista desde la colonia hasta el triunfode la Revolucin en 1959.

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    Estenoz, el fundador y lder del Partido Independientede Color, eliminado, al igual que su Partido, en 1912.Por otra parte, Antonio Maceo, 47 Juan GualbertoGmez, Martn Mora Delgado48 y otros ms, eranlderes negros. Para l las diferencias radicaban en queAponte y Estenoz, adems de ser ejemplos para losnegros, como los otros mencionados, haban pensadoprimero como negros que como cubanos; nodemandaban reivindicaciones y derechos comociudadanos cubanos, sino como negros. Los demsnombrados haban subordinado los intereses y reclamosde sus derechos y la lucha contra el racismo a los interesesde la patria, la independencia y la unidad nacional, ycrean lograr el pleno disfrute de tales derechos y obtenerlas demandas planteadas como algo justo, inherente a lacondicin fundamental y esencial de haber nacido enCuba y, por lo tanto, de gozar de los mismos derechosque la mayora de los blancos. El alcance de esos derechoselementales, proclamados en la Repblica soada porMart y por tantos otros, impediran los males socialesentre los cuales la discriminacin racial era el queocasionaba ms dao a los ms necesitados de mejorassociales y de educacin. Betancourt fue tambin elprimero en llamar la atencin, despus de la Revolucin,sobre la situacin del negro en el marco de los nuevoscambios polticos, econmicos y sociales, pero no se lecomprendi entonces. Fue portador de una de laspropuestas de solucin al problema racial en Cuba,probablemente la ms controvertida de todas.

    Lo cierto es que despus de 1959 desaparecen denuestro medio los reclamos de reivindicacin de losnegros cubanos y de toda forma de lucha organizada enese sentido. Las referencias a la discriminacin racial sehacen solo para subrayar la desaparicin de ese mal,como sugiere el ttulo del libro El problema negro enCuba y su solucin definitiva .

    Entre El negro: ciudadano del futuro y el sealado anteshay un gran vaco de obras dedicadas a las temticassocio-polticas e histricas del negro en el siglo XX. Sonvarios los libros acerca de la esclavitud y del negro engeneral en el siglo XIX, pero muy escasas las obras acercade las problemticas contemporneas del negro, as comolas que se refieren a las creencias religiosas de origenafricano practicadas en Cuba.

    Al contrario de lo que ocurre en el extranjero,particularmente en los Estados Unidos, en Cuba soloen fecha muy reciente han comenzado a circular en elpas algunos folletos y libros de esas temticas. Hasta elmomento, por ejemplo, son pocos los ttulos queabordan las religiones negras en su relacin con lasociedad cubana contempornea. La mayora de esoslibros tienen un fin ms bien divulgador, didctico ydescriptivo de los rituales. Son, en algunos casos,verdaderos manuales para los iniciados o los que vayana iniciarse en la prctica de la Regla de Ocha,49 y laRegla Conga o de Palo;50 aunque son pocos los que serefieren a esta ltima. En ese sentido Lydia Cabrerarealiz contribuciones muy importantes, no superadasan entre nosotros, como su libro El Monte (1954),

    reeditado en Cuba en 1989,51 y otros estudios realizadosen Miami. En Cuba, a pesar de que existen materialesdispersos en revistas y varios manuscritos, no se hapublicado una obra que explique de manera global losaspectos de las prcticas de origen congo, como lo hizoLydia Cabrera en Regla Conga (1979).52 Figura tansobresaliente en el campo de esos estudios religiosos,como lo es Natalia Bolvar, an no ha realizado almenos no la ha publicado una obra similar a Los orishasen Cuba,53 para dar a conocer las deidades de dicha Regla.

    En 1961, Sixto Gastn Agero public el folleto Elmaterialismo explica el espiritismo y la santera.54 Este esel nico texto que encontramos sobre dicha temtica enaquellos aos. Por otra parte, desde las revistas y diarios,se trataba el tema religioso afrocubano, pero con unsentido ms bien divulgativo, y presentndolo comoexponente de una regresin, de un freno para eldesarrollo del hombre en la sociedad.

    En Procesos etnoculturales de Cuba (1983),55 de JessGuanche, este dedic un amplio espacio para describirlas tres principales religiones de origen africanopracticadas en Cuba: Regla de Ocha, Regla Conga o PaloMonte y la Sociedad Secreta Abaku.56 Segn este autor,se trata de fenmenos en vas de extincin, que cedenterreno ante los avances pujantes de los nuevos tiempos,y que ocasionan serios trastornos a sus practicantes.

    En 1984 se public un folleto titulado Los santeros57

    que se acercaba a ese mundo de manera testimonial.Recoge entrevistas a cuatro babalochas e iyalochas,quienes exponen, desde diferentes ngulos, sus relacionescon la sociedad y sus criterios acerca de los problemasque como religiosos tenan que enfrentar, entre ellospracticar sus creencias en el contexto de un Estado ateoque, aunque respetaba todos los credos, ejerca unapoltica educativa negadora de todas las creenciasreligiosas.

    Tambin en la dcada del 80, mereci el premio Casade las Amricas Los igos,58 de Enrique Sosa. Librovoluminoso, abarcador y consolidador de muchainformacin dispersa en libros, folletos, artculos,ensayos y en los ficheros personales de Fernando Ortiz,depositados en los fondos de la biblioteca del Institutode Literatura y Lingstica.

    No es hasta 1990 cuando circulan tres ttulosdedicados por completo a las religiones afrocubanas:Miscelnea de la santera,59 Los orishas en Cuba y Estudiosafrocubanos: seleccin de lecturas .60

    Miscelnea de la santera, de Silvia Govn, es un ttuloque circul conjuntamente con Los orishas en Cuba; dehaberse publicado con anterioridad, hubiera sidorecibido con ms entusiasmo. Es un folleto en el que serelacionan de manera esquemtica los nombres de losorishas, sus atributos, colores y comidas, entre otrosaspectos.

    Los orishas... , por el contrario, ofrece la mismainformacin, pero presentada de manera ms amplia,con ilustraciones y patakines referidos a los diferentesdioses o deidades de la Santera o Regla de Ocha. Mrito

  • Los repertorios bibliogrficos y los estudios de temas afrocubanos

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    indiscutible del libro es la incorporacin de nombres deorishas apenas conocidos. Podrn escribirse libros quelo superen, pero Los orishas... fue el primero en salirimpreso y ha de ser por algn tiempo un libro deconsulta obligada, muy til en las bibliotecas para todaslas personas que deseen informarse sobre dichas deidades.

    Estudios afrocubanos. Seleccin de lecturas, de LzaraMenndez, es el fruto de la compilacin de textos, antesesparcidos en diversas fuentes, acerca de los problemasconceptuales de la cultura, el folklore, y de trabajospuntuales sobre diferentes aspectos de las religionesafrocubanas; estos materiales aparecen en los dosprimeros tomos. El tercero y el cuarto estn dedicadosa dos manuales de Santera y dos libretas de santeros.Tal empeo llena un vaco y es de suma relevancia paraestudiantes y especialistas. Lamentablemente dichapublicacin es muy difcil de encontrar, y no se hadistribuido en todas las bibliotecas del pas.

    Tambin hay que mencionar el libro Los llamadoscultos sincrticos y el espiritismo,61 por tratar de maneraamplia las religiones afrocubanas, aunque a mi juiciorefleja una cierta subvaloracin de esos fenmenos y,por lo tanto, el anlisis no es siempre totalmenteobjetivo.

    Por supuesto, an quedan por abordar otros aspectosde las religiones afrocubanas, como se puede apreciarpor la simple lectura de los textos registrados en elsuplemento, y en el control para la actualizacin de dichorepertorio. Recientemente la nmina se ha vistoenriquecida. Es el caso de Mitos y leyendas de la comidaafrocubana,62 de Natalia Bolvar y Carmen Gonzlez.Es un ameno e interesante libro de recetas culinarias,aunque no falta quien ponga en duda el origen africanode algunos platos. Independientemente de los posiblessealamientos, es un libro que puede ser objetado porqueexiste, y para m eso es lo que vale.

    En esa vertiente de nuevos aspectos se encuentra Losarars en Cuba: Florentina, la princesa dahomeyana,63 deGuillermo Andrew Alonso. Se trata de un muy hermosofolleto, tanto por su presentacin editorial como por sucontenido. Pienso que pudo haber sido el gran librocubano de los arars en nuestras tierras. De hecho esuna contribucin muy significativa, pues habla acercade uno de los grupos etnoculturales ms importantesllegados a nuestra Isla, el cual no ha sido an muyestudiado. Por eso considero que, en el futuro, el autordebera ampliarlo y ahondar en la descripcin y nminade las deidades arars, y contribuir as al conocimientode su historia, y a que los especialistas y estudiosos de

    esas temticas podamos tener slidas fuentes paracomparar y analizar con mayor objetividad los cambiose influencias de las prcticas religiosas de origen arar yotras africanas asentadas en Cuba.

    No puede dejarse de mencionar la aparicin del librode cuentos Oh, mo Yemay,64 de Rmulo Lachataer,y muy particularmente del tomo que rene otros ttulossuyos y escritos aparecidos en revistas, as como algunosinditos.65 Gracias a esta edicin se cuenta ya con unamagnfica obra que pone al alcance de todos, entre otrostextos, su famoso ensayo Los orgenes de los africanosen Cuba, dado a conocer desde la Revista de EstudiosAfrocubanos, en 1937.

    Panten yoruba66 reinicia, como he expresado en otrasocasiones, la aparicin de obras escritas por babalochasradicados en la Isla. Es tambin un libro de consulta yreferencia, ya que relaciona los nombres de los orishasy sus atributos. En este sentido se relaciona conMiscelnea de la Santera y Los orishas en Cuba . Sinembargo, Argelio Frutos evidencia el pragmatismo delos santeros, pues solo incluye a los orishas hoy vigentes,adorados en su provincia, Holgun. Este libro esinteresante porque su autor es un babalocha y por reflejarla santera tal como se manifiesta en esa regin del pas.Tal vez en el futuro podamos contar con ms ttulossimilares que proyecten las formas de practicar la Santeraen otras provincias, para poder efectuar estudioscomparativos ya no solo a travs de la recogida deinformacin directa, en el terreno, sino tambin a partirde la mediacin de fuentes impresas.

    A partir de 1994 se observa la circulacin de nuevosttulos, algunos impresos en el pas, otros en el extranjeroo en colaboracin entre editoras forneas y cubanas. Nodebe pasarse por alto el testimonio, como la largaentrevista efectuada a una creyente por el periodistaAgenor Mart, que se titul Mi orculo preferido; TatoQuiones nos ofrece Ecorie abaku,67 donde incluyecuatro textos sobre los igos, en los que se apreciauna rigurosa investigacin bibliogrfica enriquecida porla propia experiencia del autor de casi toda una vidacomo miembro activo de la Sociedad Abaku. Sin dudas,este escritor es el ms indicado para la realizacin dellibro que sobre la Sociedad Secreta Abaku todosesperamos.

    Jess Fuentes y Grisell Gmez nos ofrecen, en Cultosafrocubanos: un estudio etnolingstico,68 los resultados dela estada de ambos por tierras africanas. Este pequeolibro recoge dos contribuciones: If: sintagmas yparadigmas, y El sistema de creencias bant y la Regla

    La cantidad de ttulos registrados como resultado deinvestigaciones efectuadas despus de 1959 no refleja todo elquehacer desplegado a lo largo y ancho de la Isla; tampoco losresultados de los estudios de nuestras races histricas yculturales.

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    de Palo Monte. En este ltimo texto se relaciona elsurgimiento en Cuba de deidades no conocidas en lasregiones africanas donde se practican tales creencias, yque hacen su aparicin como consecuencia de lasinfluencias recprocas entre las religiones provenientesde Africa y los nuevos contextos sociales, culturales ypolticos en los cuales sus practicantes se vieron forzadosa vivir.

    No relacionados con la religiosidad de origenafricano, pero s con la historia social del negro cubano,estn los textos de Carmen Montejo y de Oilda HeviaLanier, esta ltima una de nuestras investigadoras msjvenes y prometedoras. De la primera es su muy tilLas sociedades de color en Cuba durante el siglo XIX,merecedor del Premio Internacional Aguirre Beltrn y,por lo tanto, publicado en Mxico. De Hevia Lanier essu Directorio Central de las Sociedades Negras de Cuba ,con el cual se presenta como una conocedora de estetema, siguiendo la huella del maestro de estos estudiosen nuestra poca ms reciente, el ya fallecido PedroDeschamps Chapeaux.

    Vctor Betancourt, el tan polmico y controvertidobabalawo habanero, nos trasmite en El babalawo: mdicotradicional, una contribucin que se aparta de la meradescripcin ritualista, y trata de fundamentarconceptualmente las acciones de los babalawos paraaliviar las enfermedades y dolencias de los requeridosde ayuda y tratamiento. Es un libro difcil de conseguir,por haber sido publicado en Venezuela.

    Algunos de los ttulos que han circulado msrecientemente entre los interesados en el tema, muestranla vigencia que cobra este en la actualidad. Cultosafrocubanos: la Regla de Ocha y la Regla de Palo (1995), deMiguel Barnet, rene trabajos ya publicados por el autor,pero actualizados para la realidad poltico-social de laCuba de hoy. Obbedi: cantos a los orishas , (1995), deLzaro Pedroso, recopila y traduce cantos litrgicos. If:su historia en Cuba69, de Natalia Bolvar, es un muymanuable libro para que se asomen los interesados enconocer las caractersticas ms generales de esta Regla.Contina la lnea de trabajo de su autora, dedicada adotar a los creyentes o simples lectores de textos queenriquezcan la cultura de cada individuo. La Virgen dela Caridad del Cobre (1995), de Olga Portuondo,historiadora de la ciudad de Santiago de Cuba, es unlibro muy documentado sobre la historia de la Patronade Cuba, aunque no explota al mximo el fenmenodel sincretismo de esa deidad con Ochn; sin duda algunaes un muy respetable esfuerzo, probablemente el mscompleto de los que se han empeado en hurgar en lahistoria de esa virgen. Races bant en la Regla de Palo(1996) es otra contribucin de Jess Fuentes Guerra paradar a conocer el mundo de la cultura y de la religinbant en Cuba, a la vez que merece especialconsideracin por haber sido editado en la propia ciudadde Cienfuegos, donde recibi el Premio de la Ciudad enel concurso literario anual que se convoca en dicha villa.El libro Yemay a travs de sus mitos (1996), de Rosa Marade Lahaye Guerra y Rubn Zardoya Loureda, es una

    notable contribucin, por cuanto en l no se trata dedescribir, de narrar historias, leyendas o patakines, sinode analizar y llegar a conclusiones a partir del aparatocrtico empleado por los investigadores. Le savant et lesantero: naissance de ltude scientifique des religionsafrocubaines es un serio esfuerzo del socilogo francsErwan Dianteill por analizar la cientificidad de losestudios etnogrficos comenzados por Fernando Ortizy seguidos por Lydia Cabrera y Rmulo Lachataer.Dianteill seala un hecho importante, no desconocidode los especialistas cubanos, pero que es muy oportunoque un investigador extranjero lo recalque: FernandoOrtiz y Rmulo Lachataer estudiaron esos fenmenosconvencidos al menos en sus inicios, de que, con eltiempo y la elevacin del nivel cultural, desapareceran;a Lydia Cabrera, por su parte, no le interes tanto sealarla similitud de esas creencias y prcticas con las que sehacan en Africa; por el contrario, le interes indagarcmo esa religiones se manifiestan en Cuba; de ah, sinduda alguna, la contribucin fundamental de ella anuestros estudios.

    En el suplemento y control actualizador de laBibliografa de temas afrocubanos se anotan ms de 100ttulos. Alrededor de 40 fueron editados en Cuba, deellos se han mencionado algunos, selectivamente. Lamayora del resto se imprimi en los Estados Unidos eningls o espaol. La nmina de los ttulos salidos denuestras imprentas est por debajo de la aparecida en elexterior en la cantidad y diversidad de aspectosabordados y, en algunos casos, en su calidad.

    An no tenemos publicadas obras como El santo o laOcha,70 de Julio Garca Corts; La religin afrocubana,71

    de Mercedes Cross; y Lukum, la religin de los yorubasen Cuba,72 de Carlos Canet, y Los secretos de la Santera,73

    de Carlos Guzmn, entre otros, realizados porbabalochas e iyalochas. Son realmente manuales quedescriben aspectos generales y particulares de la santera,y que reflejan en muchas ocasiones las diferencias,cambios y reformas operadas en las prcticas de lareligin yoruba en Cuba.

    Sacerdotes norteamericanos de origen afro o anglohan dado a conocer tambin textos importantes. JamesMason ha publicado libros y folletos para incrementarel conocimiento de los que se inician en la santera. Unode sus ttulos ms importantes es Orin Orisa,74

    voluminoso libro que transcribe al ingls cantosrecogidos en Cuba. Desde Chicago, Philip JohnNeimark, babalawo de origen anglo, nos da la posibilidadde leer The Way of the Orisa,75 donde narra las causas desu iniciacin en la Regla de Ocha y de su paso a la Reglade If.76 Este sacerdote, al igual que otros en los EstadosUnidos, es defensor de la idea de volver a las prcticasrituales, y a la religin en general, al estilo africano;posicin muy debatida, que no encuentra eco en muchossanteros, aunque cada vez gana ms adeptos entre losbabalawos y algunos babalochas e iyalochas. Taltendencia se vislumbra tambin en Cuba.77 El doctorRobert Farris Thompson, profesor de la Universidadde Yale y curador de exposiciones sobre arte africano y

  • Los repertorios bibliogrficos y los estudios de temas afrocubanos

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    culturas afrocubanas, es el autor de Flash of the Light,78

    libro que ofrece interesante informacin acerca de lasprcticas de las religiones negras en Cuba. Debenaparecer tambin en este estudio los nombres de MigenesGonzlez-Wipple79 y Willie Ramos Miguel,80 por suscontribuciones a la existencia de un espacio impresosobre la santera en los Estados Unidos. Tampoco esposible dejar de mencionar de nuevo a Lydia Cabrera,principal animadora de estas investigaciones, puesadems de reeditar toda su obra en los Estados Unidos,incorpor nuevos ttulos, algunos fundamentales comoYemay y Ochn81 y Koeko iyaw: aprende novicia ,82 ascomo por sus pesquisas acerca de las prcticas de origencongo: Anafaruana (1975),83 La Regla Kimbisa (1977)84 oReglas de Congo (1979).

    Conclusiones

    El anlisis general y preliminar de los repertoriosbibliogrficos, as como la lectura de una muestraselectiva de sus registros, nos permite llegar a lassiguientes conclusiones:

    1. La cantidad de ttulos registrados como resultado deinvestigaciones efectuadas despus de 1959 no reflejatodo el quehacer desplegado a lo largo y ancho de laIsla; tampoco los resultados de los estudios de nuestrasraces histricas y culturales llevados a cabo porespecialistas nacionales, provinciales y municipalesdel Ministerio de Cultura y otros organismos comola Academia de Ciencias de Cuba. Adems, no hayreferencias explcitas a los trabajos de Diploma denivel medio y superior.

    2. La poltica seguida en cuanto a los estudiosafrocubanos, y en particular en torno a las religionesde origen africano, evidencia un tratamientosuperficial, dogmtico y parcial de los aporteshistricos y culturales de los africanos y susdescendientes a nuestra nacionalidad. An prevalecenen nuestros planes educacionales y de estudio de lacultura en todos los niveles, criterios que toman comomodelos los cnones de la cultura occidental, loscuales se mantienen vigentes. La necesidad de launidad del pueblo cubano, en particular de lossectores ms populares, para consolidar el triunforevolucionario de 1959, motiv que se hiciera nfasisen la desaparicin legal de la discriminacin racial ylas medidas educativas que se tomaron no lograronneutralizar o eliminar algunos elementos

    reproductores del racismo. No fue posibleerradicarlos con leyes y llamados a la conciencia. Ami juicio, solamente se lograr seguir avanzando alrespecto con un largo, pero organizado ysistematizado plan de enseanza.

    3. La anterior conclusin me lleva a considerar que estan vigente la reflexin de Fernando Ortiz citadaantes. Si se analiza la bibliografa compilada, siguiendola idea del gran sabio cubano, veremos cmo an seescribe y se habla ms del negro del siglo XIX, de laesclavitud, de los cimarrones, que de los problemashistricos, culturales y sociales del negro en el sigloXX hasta nuestros das. En cuanto a la cultura y a lainterpretacin de los valores legados por los africanoso surgidos en Cuba, se constata lo sealado en laconclusin precedente. En este punto es bueno sealarque se observan nombres de nuevos investigadoresque, en el campo de la msica y la cultura, han hechoaportes muy importantes como los trabajos deRolando Prez Fernndez y Rogelio Martnez Fur,entre otros.

    4. Las cifras registradas son harto elocuentes, ya que siCuba es un pas donde el elemento negro es tanimportante como lo afirm y demostr Ortiz, escontradictorio que no haya obras en la mismaproporcin. Especficamente de temas no religiosos,se listan ttulos sobre diferentes aspectos, incluidoslos lingsticos, musicales y literarios; sin embargo,solo hay dos libros que pretenden ofrecer unpanorama de la problemtica racial en el siglo XX,uno El problema negro y su solucin definitiva en Cuba,el otro El negro en Cuba: apuntes para la historia de ladiscriminacin racial en Cuba (1900-1958), publicadosrespectivamente en 1989 y 1990. Con anterioridad,muy al inicio del proceso revolucionario, aparecieronEl negro: ciudadano del futuro y Cmo surgi la culturanac iona l .

    5. Algo similar ocurre en el campo de las religionesafrocubanas. Libros dedicados por completo a ellassolo aparecen, antes de 1991, Los igos y Los orishasen Cuba. Tambin dos folletos: Los santeros (1984) yMiscelnea de la Santera (1990). Lo expresado indicaparte de la misma realidad sealada en la conclusinanterior, pero ya se vislumbra un posible cambio encuanto al incremento de las ediciones de libros deautores cubanos radicados en la Isla, que ya se hancomenzado a publicar mediante la colaboracin de

    Si se analiza la bibliografa compilada, [...] veremos cmo anse escribe y se habla ms del negro del siglo XIX, de la esclavitud,de los cimarrones, que de los problemas histricos, culturales ysociales del negro en el siglo XX hasta nuestros das.

  • Toms Fernndez Robaina

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    editoriales nacionales con algunas extranjeras, por loque la cifra de obras de temas religiosos afrocubanosha aumentado y aumentar.

    6. Los ttulos publicados por autores cubanos radicadosen pases extranjeros sobrepasan en cantidad a loseditados en Cuba. A ello se agregan los escritos pornacionales de esos pases. No solo superannumricamente a los de nuestro pas, sino tambinpor su alcance y su volumen, y el hecho de estarmuchos de ellos realizados por practicantes, fenmenoque solo comienza a operarse en Cuba.

    7. Es incuestionable la expansin de los cultosafrocubanos, como lo prueba la edicin de librossobre ellos en los Estados Unidos, Espaa, Francia,Puerto Rico, Venezuela, Mxico, entre otros pases.Justamente la aparicin de estas obras indica laexistencia de un mercado aunque limitado en ciertamedida, que posibilita y aconseja la impresin detextos sobre el tema. Muchos de esos ttulos satisfacennecesidades cognoscitivas de los nuevos y viejosiniciados a quienes, antiguamente, solo el tiempo yla prctica religiosa les hubieran permitido conocerdeterminados rituales. Por otra parte, lo extico ymisterioso de estas religiones atraen a muchosestudiantes y especialistas extranjeros, as como amiles de turistas que desean, por simple curiosidad,acercarse a esas creencias, por lo que se ha establecidouna demanda de informacin y de conocimientos quees beneficiosa y perjudicial a la vez. Beneficiosa,porque hace que las religiones de origen africano seanms conocidas, reconocidas, aceptadas y casipromovidas institucionalmente, aunque no llegantodava al nivel de reconocimiento de otras religionesasentadas en Cuba.

    Desde otro punto de vista, la necesidad de satisfaceresa demanda estimula a veces la aparicin de textossuperficiales, que no siempre son simplesdescripciones, sino que, en ocasiones, tienen enfoquesdesacertados. Al mismo tiempo, se manifiesta unamercantilizacin de la religin, aunque nadie seautorreconoce como practicante o ejecutor de esemercantilismo, y fundamenta, de manera slida o no,el porqu de los altos precios tanto de lo que hay quepagar por los animales, collares, vestuario y otrosatributos, como hasta del dinero del derecho. En estesentido se observa la insuficiencia de un debatepblico85 sobre estas cuestiones y de su huella en laprensa peridica y, ms an, en un folleto o libro.

    Las conclusiones expresadas me llevan a formularciertas recomendaciones:

    1. Deben incluirse en los planes de estudio, desde laprimaria hasta la enseanza superior, asignaturas queexpliquen la pluralidad de los cnones estticos y dela riqueza cultural y espiritual de los pueblos africanosque contribuyeron a la formacin de nuestra

    nacionalidad, as como la historia de esos pueblos. Sedebe crear un programa organizado y sistematizadoque contenga esos aspectos, adems de incluirobjetivamente el papel de los afrocubanos en nuestrahistoria y su historia particular en pro de sus derechos.Solo entonces podremos llegar, despus de variasgeneraciones, a la tan anhelada etapa de laindiferenciacin a la que se refiri Gustavo Urrutia.

    2. Debe sistematizarse la aparicin de la Bibliografa detemas afrocubanos, inicialmente cada cinco aos,acortndose el tiempo, en dependencia del volumende informacin acopiada.

    3. Debe crearse un fondo especializado de documentosafrocubanos en la Biblioteca Nacional Jos Mart.

    4. Deben organizarse cursos y seminarios sobre lahistoria afrocubana en general y sobre aspectosparticulares de esa historia.

    Notas

    1. Toms Fernndez Robaina, La bibliografa cubana como medio deinformacin y su importancia en la actividad cientfico-investigativa , LaHabana: Biblioteca Nacional Jos Mart. 130 h. [mimeografiado]; Losrepertorios bibliogrficos: sus especificidades y niveles [ponenciaindita].

    2. Fermn Peraza (1907-1969). Uno de los bibligrafos ms importantesde Cuba. Es el fundador de la Bibliografa Cubana como repertoriosistematizado desde su aparicin en 1937 hasta 1959, ao en que asumiesa responsabilidad la Biblioteca Nacional Jos Mart.

    3. Antonio Bachiller y Morales (1812-1889). Llamado el Padre de laBibliografa Cubana por su inters en buscar y dar a conocer los primerosimpresos salidos de nuestras imprentas.

    4. Harvely Len, Bibliografa del negro en Cuba, La Habana: Institutode Etnologa y Folklore, 1966. 10 p.

    5. Toms Fernndez Robaina, Bibliografa de estudios afroamericanos ,La Habana: Biblioteca Nacional Jos Mart, 1969. 96 p.

    6. _____, Indice de revistas folklricas cubanas, La Habana: BibliotecaNacional Jos Mart, 1971. 36 p.

    7. _____, Bibliografa de temas afrocubanos , La Habana: BibliotecaNacional Jos Mart, 1985. 581 p.

    8. _____, Bibliografa de temas afrocubanos: suplemento . La Habana:Biblioteca Nacional Jos Mart, 1991. 1 disquete.

    9. Miscelnea de estudios dedicados a Fernando Ortiz por sus discpulos,colegas y amigos, con ocasin de cumplirse sesenta aos de la publicacin desu primer impreso en Menorca en 1895, La Habana: Sociedad Econmicade Amigos del Pas, 1955; t. 1.

    10. Directorio Central de Sociedades de Color. Organizacin fundadapor Juan Gualberto Gmez para promover la superacin de los negrosy su preparacin para la vida moderna mediante cursos y de la unificacinde las diferentes sociedades para la realizacin de un plan de trabajocomn.

    11. La Fraternidad. Organo periodstico de los negros que contribuyal desarrollo y a la lucha social de estos, recin abolida la esclavitud.

  • Los repertorios bibliogrficos y los estudios de temas afrocubanos

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    29. Fernando Ortiz, Por la integracin cubana de blancos y negros,Revista Bimestre Cubana, La Habana 51(2): 256-72; marzo-abril, 1943.

    30. Sociedad de Estudios Afrocubanos. Fundada por Ortiz y otrosintelectuales para revalorar los aportes africanos a nuestra cultura. Fuela contribucin cubana a un movimiento similar que se produjo enBrasil, Mxico y otros pases.

    31. Lydia Cabrera (1899-1991). Investigadora que desde Cuba y Miamirealiz aportes extraordinarios y fundamentales para el estudio denuestras races africanas.

    32. Rmulo Lachataer (1909-1951). Intelectual cubano que junto conFernando Ortiz y Lydia Cabrera forman la trada mayor de nuestrasinvestigaciones etnogrficas.

    33. Teodoro Daz Fabelo (1916). Colabor con Fernando Ortiz y haescrito obras importantes, algunas de las cuales no han sido publicadasan.

    34. Jos Luciano Franco (1891-1989). Probablemente el intelectual negroms prolfero en investigaciones histricas acerca de Cuba y la herenciaafricana.

    35. Juan Ren Betancourt. Una de las figuras menos conocidas delmovimiento negro cubano entre nosotros. Ha sido abordado porinvestigadores extranjeros como Lawrence Glasco, quien present unaponencia sobre l y Juan Gualberto Gmez.

    36. Walterio Carbonell (1924). Autor de Cmo surgi la cultura cubana,libro fundamental para comprender nuestra identidad nacional. Ha sidoun defensor de los derechos del negro y batallado por la representatividadde los negros cubanos en los diferentes niveles de direccin del pas.

    37. Bibliografa Cubana. Repertorio bibliogrfico que registra laproduccin intelectual del pas, fundamentalmente libros y folletos,aunque tambin incluye otras clases de materiales impresos. Se compilay edita por la Biblioteca Nacional Jos Mart.

    38. Partido Independiente de Color, organizacin fundada por EvaristoEstenoz. (Vase nota 46.)

    39. Rafael Fermoselle, Poltica y color en Cuba: la guerrita de 1912 .Montevideo: Ediciones Gminis, 1974. 256 p.

    40. Pedro Serviat, El problema negro y su solucin definitiva en Cuba, LaHabana: Editora Poltica, 1989.

    41. Toms Fernndez Robaina, El negro en Cuba: apuntes para la historiade la discriminacin en Cuba (1900-1958), La Habana: Editorial deCiencias Sociales, 1990. 225 p.

    42. Walterio Carbonell, Cmo surgi la cultura cubana. La Habana:/s.n.e./, 1961. 131 p.

    43. Juan Ren Betancourt, El negro: ciudadano del futuro, La Habana:Crdenas, 1960. 248 p.

    44. ______, Doctrina negra. La Habana: P. Fernndez, 1955. 80 p.

    45. Jos Antonio Aponte y Ulabarra ( ?-1812). Negro libre que dirigila conspiracin de 1812, asociado con algunos hombres de su raza deigual condicin civil. Dicha conspiracin se extendi entre la poblacinnegra esclava de muchos lugares de la Isla, pero fue prontamentedescubierta.

    46. Evaristo Estenoz y Corominas ( ?-1912). Fundador y lder del PartidoIndependiente de Color. Su pensamiento es apenas conocido, al igualque su labor en actividades polticas. (Vase notas 16 y 38.)

    47. Antonio Maceo y Grajales (1845-1896). Personalidad negra msimportante del Ejrcito Mamb en las tres guerras libradas en el siglo

    12. La Igualdad. Peridico continuador de la lucha iniciada por LaFraternidad, y rgano del Directorio Central de Sociedades de Color.Tuvo un papel muy relevante en la propagacin de las ideasindependentistas entre los negros.

    13. Juan Gualberto Gmez (1854-1933). Una de las dos figuras negrasms importantes del siglo XIX y uno de los ms respetados e influyentesen la forma de ser y pensar de la poblacin negra.

    14. El Nuevo Criollo. Organo de suma importancia que disemin elpensamiento martiano y luch por los derechos del negro.

    15. Rafael Serra (1858-1909). Secretario de Jos Mart. Periodista ypensador que contribuy mucho al desarrollo social de los negros.

    16. Previsin. Organo periodstico del Partido Independiente de Color,agrupacin surgida para defender los derechos de los negros. Este partidoy sus dirigentes fueron eliminados fsicamente de la vida poltica duranteel genocidio de 1912, cuando los independientes organizaron una protestapara presionar al gobierno y se derogara la enmienda que impeda laparticipacin de ese partido en las elecciones de ese ao.

    17. Ramn Vasconcelos (1890-1965). Brillante periodista y despuspoltico del Partido Liberal. Fue un gran polemista y sus colaboracionesdesde La Prensa, principalmente, llenan uno de los momentos msinteresantes del movimiento negro en pro de sus reivindicaciones.

    18. La Antorcha. Organo periodstico que circul por breve tiempo,pero que refleja la intensidad de la lucha de los negros por su mejorasocial.

    19. Armando Pl. Una de las figuras olvidadas de la historia social delnegro cubano y principal animador de La Antorcha, entre otros rganosperiodsticos que dirigi o alent con sus colaboraciones.

    20. Ideales de una raza. Columna aparecida en abril de 1918 en el Diariode La Marina. Posteriormente se ampli a toda una seccin en la edicindominical que abarcaba una pgina completa. En ella aparecan escritosde los intelectuales ms relevantes del momento, que expresaban suscriterios acerca de la lucha que libraban los negros y el modo en quetoda la sociedad deba contribuir a ella.

    21. Armonas. Columna que surgi como una de las secciones de laedicin dominical de Ideales de una raza. Su objetivo central en susinicios fue la lucha contra el racismo y por las reivindicaciones de losnegros y lograr la armona entre las dos razas principales de Cuba. Estacolumna dur hasta 1958.

    22. Gustavo Urrutia (1881-1958). Principal animador de Ideales de unaraza y de Armonas. Colabor con el Diario de La Marina hasta sumuerte. Lamentablemente sus magnficos escritos no han sido anrecogidos, ello ha conllevado que los historiadores e investigadores noconozcan con mayor amplitud su pensamiento.

    23. Adelante. Revista que refleja la lucha del negro cubano a finales de ladcada del 30.

    24. Nuevos Rumbos. Ultima revista que surge para reflejar la situacindel negro a finales de la dcada del 40.

    25. Unin Fraternal. Institucin de los negros de base ms populardentro de la sociedad cubana.

    26. Club Atenas. Institucin elitista integrada por negros econmica yculturalmente bien situados en la sociedad.

    27. Federacin de Sociedades de la Raza de Color. Organizacin muyimportante en la orientacin y defensa de las demandas sociales.

    28. Fernando Ortiz Fernndez (1881-1969). Es el intelectual cubanoque dedic mayor atencin a los estudios africanos; se le suele denominarel tercer descubridor de Cuba.

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    XIX. Se enfrent a las manifestaciones racistas en las filas del ejrcito, ysubordin la demanda de reivindicaciones sociales de los negros alcriterio de que en Cuba independiente la justicia sera igual para todoslos ciudadanos del pas.

    48. Martn Mora Delgado (1856-1909). Uno de los lderes negros msrelevantes del siglo XIX. Realiz una amplia labor organizativa y defensorade los intereses y derechos de los negros. Fue el propulsor de la enmiendaque ilegaliz al Partido Independiente de Color en 1910 y que ocasionla protesta de 1912.

    49. Regla de Ocha o Santera. Conjunto de ritos y actividades religiosasde origen yoruba ampliamente difundido en Cuba, cuyas deidades sesincretizan con los santos catlicos.

    50. Regla de Palo o Regla Conga. Conjunto de prcticas religiosas deorigen bant o congo profesadas en Cuba. Estas se dividen en tres grupos:Mayombe, Briyumba y Kimbisa.

    51. Lydia Cabrera, El Monte, La Habana: Editorial Letras Cubanas,1989.

    52. Lydia Cabrera, Reglas de congo: Palo Monte, Mayombe , Miami:Peninsular Printing, 1979. 225 p.

    53. Natalia Bolvar, Los orishas en Cuba, La Habana: Ediciones Unin1990. 198 p.

    54. Sixto Gastn Agero, El materialismo explica el espiritismo y lasantera, /s.l. : s.n.e./, 1961. 92 p.; Fundamentos de Ochn, Virgen de laCaridad, La Habana: /s.n.e./, 1963. 14 p.

    55. Jess Guanche, Procesos etnoculturales de Cuba, La Habana: EditorialLetras Cubanas, 1983. 510 p.

    56. Sociedades Secretas Abaku. Sus miembros son conocidos comoabakus o igos. Es una organizacin de origen carabal creada enCuba como sociedad de ayuda y proteccin entre los trabajadores delpuerto de La Habana. Se extendi por Matanzas y Crdenas,principalmente.

    57. Toms Fernndez Robaina, Los santeros, La Habana: DireccinProvincial de Cultura de Ciudad de La Habana, 1984. 36 p.

    58. Enrique Sosa, Los igos, La Habana: Casa de las Amricas, 1982.466 p.

    59. Silvia Govn, Miscelnea de la santera , La Habana: DireccinProvincial de Cultura, 1990. 16 p.

    60. Lzara Menndez, Estudios afrocubanos; seleccin de lecturas , LaHabana: Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana, 1990.

    61. Anbal Argelles e Ileana Hodge, Los llamados cultos sincrticos y elespiritismo, La Habana: Editorial Academia, 1991.

    62. Natalia Bolvar y Carmen Gonzlez, Mitos y leyendas de la comidaafrocubana, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1993. 155 p.

    63. Guillermo Andrew Alonso, Los arars en Cuba: Florentina, la princesadahomeyana, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1992. 46 p.

    64. Rmulo Lachataer, Oh, mo Yemay, La Habana: Editorial deCiencias Sociales, 1993.

    65. _____, Obra completa, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,1993.

    66. Argelio Frutos, Panten yoruba, Holgun: Ediciones Holgun, 1992.121 p.

    67. Tato Quiones, Ecorie Abaku, La Habana: Ediciones Unin, 1994.

    68. Jess Fuentes y Grisel Gmez, Cultos afrocubanos: un estudioetnolingstico, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1994.

    69. Natalia Bolvar Arstegui, If: su historia en Cuba, La Habana,Ediciones Unin 1996.

    70. Julio Garca Corts, El santo o la ocha, Miami: Ediciones Universal,1983. 582 p.

    71. Mercedes Cross Sandoval, La religin afrocubana, Madrid: Playor,1975. 285 p.

    72. Carlos Canet, Lukum: la religin de los yorubas de Cuba, Miami:Arp Publishing, 1973. 113 p.

    73. Carlos Guzmn, Los secretos de la santera, New York: The LatinPress, 1984.

    74. James Mason, Orin Orisa; New York: Yoruba TheologicalArchiministry, 1992. 402 p.

    75. John Philip Neimark, The Way of the Orisa, San Francisco: HarperSan Francisco, 1992.

    76. Regla de If. Conjunto de ritos que practican los babalawos, santerosque una vez iniciados en la Regla de Ocha se dedican por completo a laadivinacin mediante el ekuele y el tablero de If.

    77. Vase Lzara Menndez, Un cake para Obatal?!, Temas, (4),octubre-diciembre, 1995: 38-51.

    78. Robert Farris Thompson, Flash of the Light, New York: VintagePress, 1984. 317 p.

    79. Migene Gonzlez Wippler, Santera: African Magic in Latin America,Garden City, NY: Doubleday/Anchor, 1973. 121 p.; Santera: theReligion of Legacy of Faith, Rites and Magic, New York: Harmony Books,c1989. 335 p.

    80. Miguel Willie Ramos, Rse omo osayin: ewe aye, Colonia, PuertoRico: M.W. Ramos, c1982. 113 p.

    81. Lydia Cabrera, Yemay y Ochn, Madrid: Forma Grfica, 1974.359 p.

    82. ______, Koeko iyaw: aprende novicia... Miami: Ediciones Universal,1980. 231 p.

    83. ______, Anafaruana, Madrid: Ediciones R, 1975. 498 p.

    84. ______, La Regla Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje, Miami:Peninsular Printing, c1977. 85 p.

    85. Entre los das 11 y 13 de abril de 1995, coauspiciado por la Uninde Escritores y Artistas de Cuba y la revista Temas, se celebr el TallerCultura y Religin, en el que numerosos participantes centraron susintervenciones en los ms diversos y actuales problemas relacionadoscon las religiones afrocubanas.

    , 1996.