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10. Esencialismo contra nominalismo El énfasis puesto sobre el carácter cualitativo de los acontecimientos sociales plantea el problema de la naturaleza de los términos que denotan cualidades: es el llamado problema de los universales, uno de los problemas más viejos y más fundamentales de la filosofía. Este problema, alrededor del cual se libró una gran 1 batalla durante toda la Edad Media, tiene sus raíces en las filosofías de Platón y de Aristóteles. Normalmente se le interpreta como un problema meramente metafísico; pero, como la mayoría de los problemas metafísicos, puede ser refundido para convertirse en un problema de método científico. Sólo nos ocuparemos aquí del problema metodológico, haciendo como introducción un breve bosquejo del problema metafísico. Toda ciencia emplea términos llamados términos universales, como «energía», «velocidad», «Carbón», «blancura», «evolución», «justicia», «Estado», «humanidad». Estos son distintos de la clase de términos que llamamos términos singulares o conceptos individuales, como «Alejandro Magno», «El Cometa Halley», «La Primera Guerra Mundial». Términos como éstos son nombres propios, rótulos colocados por convención sobre las cosas individuales que denotan. Sobre la naturaleza de los términos universales hubo una larga y a veces encarnizada disputa entre dos bandos. El uno sostenía que los universales se distinguen de los y nombres propios sólo en que designan a los miembros de un grupo o clase de cosas, en vez de a una sola cosa. El término universal «blanco», por ejemplo, sería, en opinión de este bando, nada más que un rótulo colocado sobre un grupo de muchas cosas diferentes —copos de nieve, manteles y cisnes, por ejemplo—. Esta es la doctrina del bando nominalista. Es combatida por una doctrina llamada tradicionalmente «realismo» —un nombre algo desorientador, dado que esta teoría «realista» también ha sido llamada «idealista»—. Me propongo, por tanto, volver a bautizar a esta teoría antinominalista con el nombre de esencialismo. Los esencialistas niegan que primero reunamos un grupo de cosas singulares y luego les pongamos el rótulo de «blancas»; por el contrario, llamamos blanca a cada una de las cosas blancas singulares por razón de una cierta propiedad intrínseca quet iene en común con otras cosas blancas: a

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10. Esencialismo contra nominalismo

El nfasis puesto sobre el carcter cualitativo de los acontecimientossociales plantea el problema de la naturaleza de los trminos que denotan cualidades: es el llamado problema de los universales, uno de los problemas ms viejos y ms fundamentales de la filosofa. Este problema, alrededor del cual se libr una gran 1 batalla durante toda la Edad Media, tiene sus races en las filosofas de Platn y de Aristteles. Normalmente se le interpreta como un problema meramente metafsico; pero, como la mayora de los problemas metafsicos, puede ser refundido para convertirse en un problema de mtodo cientfico. Slo nos ocuparemos aqu del problema metodolgico, haciendo como introduccin un breve bosquejo del problema metafsico.

Toda ciencia emplea trminos llamados trminos universales, como energa, velocidad, Carbn, blancura, evolucin, justicia, Estado, humanidad. Estos son distintos de la clase de trminos que llamamos trminos singulares o conceptos individuales, como Alejandro Magno, El Cometa Halley, La Primera Guerra Mundial. Trminos como stos son nombres propios, rtulos colocados por convencin sobre las cosas individuales que denotan. Sobre la naturaleza de los trminos universales hubo una larga y a veces encarnizada disputa entre dos bandos. El uno sostena que los universales se distinguen de los y nombres propios slo en que designan a los miembros de un grupo o clase de cosas, en vez de a una sola cosa.

El trmino universal blanco, por ejemplo, sera, en opinin de este bando, nada ms que un rtulo colocado sobre un grupo de muchas cosas diferentes copos de nieve, manteles y cisnes, por ejemplo. Esta es la doctrina del bando nominalista. Es combatida por una doctrina llamada tradicionalmente realismo un nombre algo desorientador, dado que esta teora realista tambin ha sido llamada idealista. Me propongo, por tanto, volver a bautizar a esta teora antinominalistacon el nombre de esencialismo. Los esencialistas niegan que primero reunamos un grupo de cosas singulares y luego les pongamos el rtulo de blancas; por el contrario, llamamos blanca a cada una de las cosas blancas singulares por razn de una cierta propiedad intrnseca quet iene en comn con otras cosas blancas: a saber, la blancura. Esta propiedad, denotada por el trmino universal, es considerada como un objeto que merece ser investigado tanto como cualquiera de las cosas individuales mismas. (El nombre de realismo deriva de la asercin de que los objetos universales, por ejemplo, blancura, existen realmente, por encima de las cosas singulares o de los grupos de cosas singulares). Por tanto, se sostiene que los trminos universales denotan objetos universales, exactamente de la misma forma que los trminos singulares denotan cosas individuales.

Estos objetos universales (llamados por Platn Formas o Ideas) designados por los trminos universales tambin fueron llamados esencias. Pero el esencialismo no slo cree en la existencia de los universales (es decir, objetos universales), tambin destaca su importancia para la ciencia. Hace notar que los objetos singulares muestran muchos caracteres accidentales, caracteres que no tienen inters para la ciencia. Para tomar un ejemplo de las ciencias sociales: la economa se interesa por el dinero y el crdito, pero no por las formas particulares bajo las que aparecen monedas, billetes o cheques. La ciencia debe apartar lo accidental y penetrar hasta la esencia de las cosas. Pero la esencia de cualquier cosa es siempre algo universal.

Estas ltimas observaciones indican algunas de las implicaciones metodolgicas de este problema metafsico. Sin embargo, el problema metodolgico que ahora voy a discutir puede de hecho ser considerado independientemente del problema metafsico. Nos acercaremos a l por otro camino uno que evita la cuestin de la existencia de objetos universales y singulares y de sus diferencias. Discutiremos nicamente los fines y medios de la ciencia.

La escuela de pensadores que me propongo llamar esencialistas metodolgicos fue fundada por Aristteles, quien enseaba que la investigacin cientfica tiene que penetrar hasta la esencia de las cosas para poder explicarlas. Los esencialistas metodolgicos se inclinan a formular las preguntas cientficas en trminos como: qu es materia? o qu es fuerza? o qu es justicia?, y creen que una respuesta penetrante a estas preguntas, que revele el significado real o esencial de esos trminos y, por consiguiente, la naturaleza real o verdadera de las esencias denotadas por ellos, es por lo menos un indispensable requisito previo de la investigacin cientfica si no su principal tarea.

Los nominalistas metodolgicos, por el contrario, expresaran sus problemas en trminos como: cmo se comporta este pedazo de materia?, o cmo se mueve en presencia de otros cuerpos? Porque los nominalistas metodolgicos sostienen que la tarea de la ciencia es slo describir cmo se comportan las cosas, y sugieren que esto se ha de conseguir por medio de la libre introduccin de nuevos trminos, cuando sea necesario, o por medio de una redefinicin de los viejos trminos, cuando sea conveniente, olvidando tranquilamente su sentido original. Porque consideran a las palabras meramente como tiles instrumentos de descripcin.

La gran mayora admitir que el nominalismo metodolgico ha quedado victorioso en las ciencias naturales. La fsica no investiga, por ejemplo, la esencia de los tomos o de la luz, sino que usa esos trminos con gran libertad para explicar o describir ciertas observaciones fsicas y tambin para nombrar ciertas estructuras fsicas importantes y complicadas. Lo mismo ocurre con la biologa. Los filsofos pueden pedir a los bilogos la solucin de ciertos problemas, como qu es la vida? o qu es la evolucin?, y algn bilogo quiz se sienta inclinado a satisfacer esas peticiones. Sin embargo, la biologa cientfica se ocupa en general de problemas diferentes y adopta mtodos de explicacin y descripcin muy semejantes a los usados en la fsica. Sera, por tanto, de esperar que en las ciencias sociales los naturalistas metodolgicos favoreciesen al nominalismo y los antinaturalistas al esencialismo. Sin embargo, de hecho, el esencialismo parece llevar aqu la_ mejor parte; ni siquiera se enfrenta con una resistencia muy enrgica. Se ha sugerido, por tanto, que mientras que los mtodos de las ciencias naturales son fundamentalmente nominalistas, la ciencia social debe adoptar un esencialismo metodolgico. Se sostiene que la tarea de las ciencias sociales estriba en entender y explicar entidades sociales como el Estado la accin econmica, el grupo social, etc., y que esto se puede hacer slo por medio de una penetracin en sus esencias. Toda entidad importante presupone trminos universales para su descripcin, y no tendra objeto el introducir libremente nuevos trminos como se ha hecho con tanto xito en las ciencias naturales. La tarea de las ciencias sociales es describir clara y propiamente a esas entidades sociales, es decir, distinguir lo esencial de lo accidental; pero esto requiere un conocimiento de su esencia. Problemas como qu es el Estado? y qu es el ciudadano? (que Aristteles consideraba los problemas bsicos de su Poltica), o qu es crdito?, o cul es la diferencia esencial entre el miembro de una Iglesia y el de una secta (o entre la Iglesia y la secta)?, no slo son perfectamente legtimas, sino que son precisamente la clase de preguntas a cuya contestacin estn destinadas las ciencias sociales. Aunque algunos historicistas puedan diferir en su actitud frente al problema metafsico y en su opinin con respecto a la metodologa de las ciencias naturales, es claro que tendern a ponerse al lado del esencialismo y contra el nominalismo en cuanto afecte a la metodologa de las ciencias sociales. De hecho, casi todos los historicistas que conozco toman esta actitud. Pero vale la pena considerar si esto queda explicado por la general tendencia antinaturalistadel historicismo o si hay argumentos especficamentehistoricistas que puedan ser aducidos en favor del esencialismo metodolgico. En primer lugar, est clara la pertinencia del argumento contra el uso de mtodos cuantitativos en las ciencias sociales en este problema. El nfasis puesto sobre el carcter cualitativo de los argumentos sociales, junto con el puesto sobre la comprensin intuitiva (como opuesta a la mera descripcin), indica una actitud profundamente relacionada con el esencialismo. Pero hay otros argumentos ms tpicos del historicismo, que siguen una tendencia doctrinal ahora ya familiar al lector. (Incidentalmente, son prcticamente los mismos: argumentos que, segn Aristteles, llevaron a Platn a desarrollar la primera teora de las esencias). El historicismo destaca la importancia del cambio. Ahora bien, en todo cambio, podra argumentar el historicista, debe haber algo que cambia. Aunque nada quede sin cambiar, debemos poder identificar lo que ha cambiado para poder empezar a hablar de cambio. Esto es comparativamente fcil en la fsica. En mecnica, por ejemplo, todos los cambios son movimientos, es decir, cambios espaciales y temporales de cuerpos fsicos. Pero la sociologa, que se interesa sobre todo por las instituciones sociales, se encuentra con mayores dificultades, pues estas instituciones no son fciles de identificar despus de que han sufrido un cambio. En un sentido simplemente descriptivo, es imposible el considerar que una institucin antes de un cambio es la misma que despus de un cambio; desde el punto de vista descriptivo, podra ser enteramente diferente. Una descripcin naturalista de instituciones contemporneas de gobierno en Inglaterra, por ejemplo, quiz tuviese que presentarlas como enteramente diferentes de lo que eran hace cuatro siglos. Sin embargo, podemos decir que, en tanto en cuanto existe un gobierno, es esencialmente el mismo, aunque pueda haber cambiado considerablemente. Su funcin dentro de la sociedad moderna es esencialmente anloga a la funcin que entonces desempeaba. Aunque casi ninguna caracterstica que pueda ser objeto de descripcin haya quedado igual, se conserva la esencial identidad de la institucin, permitindonos considerar a una institucin como una forma modificada de la otra: no podemos hablar, en las ciencias sociales, de cambios o desarrollos sin presuponer una esencia que no cambia y, por tanto, sin proceder de acuerdo con el esencialismo metodolgico. Es claro, naturalmente, que algunos trminos sociolgicos, como depresin, inflacin, deflacin, etc., fueron originariamenteintroducidos de forma puramente nominalista. Pero aun as no han retenido su carcter nominalista. A medida que cambian las condiciones, pronto nos encontramos con socilogos que no estn de acuerdo sobre si ciertos fenmenos son realmente inflacionarios o no; por tanto, en aras de la precisin puede hacerse necesario el investigar la naturaleza esencial (o el significado esencial) de la inflacin. As se puede decir de cualquier entidad social que podra, en cuanto concierne a su esencia, estar presente en cualquier otro sitio y bajo cualquier otra forma, y podra asimismo cambiar quedando, de hecho, incambiada, o cambiar de otra forma que de la forma en que, de hecho, lo hace (Husserl). La extensin de los posibles cambios no puede ser limitada a priori. Es imposible decir qu clase y cantidad de cambio puede soportar una entidad social y, sin embargo, seguir siendo la misma. Fenmenos que desde cierto punto de vista pueden ser esencialmente diferentes, pueden desde otros ser esencialmente los mismos. De los argumentos historicistas desarrollados ms arriba, se sigue que una sencilla descripcin de los desarrollos sociales es imposible; o mejor dicho, que una descripcin sociolgica nunca puede ser una mera descripcin en el sentido nominalista. Y si una descripcin sociolgica no puede dejar a un lado las esencias, menos an podr hacerlo una teora del desarrollo social. Porque, quin podra negar que problemas como la determinacin y la explicacin de los rasgos caractersticosde cierto perodo social, junto con sus tensiones y tendencias intrnsecas, se resistirn a cualquier intento de ser tratadas por mtodos nominalistas? El esencialismo metodolgico puede, por tanto, basarse en el mismo argumento historicista que llev a Platn a formular su esencialismo metafsico, el argumento de Herclito de que las cosas cambiantes se resisten a toda descripcin racional. De aqu que la ciencia o el conocimientol presuponga algo que no cambie, sino que permanezca idntico a s mismo: una esencia. Historia, es decir, la descripcin del cambio, y esencia, es decir, lo que queda incambiado durante el cambio, aparecen aqu como conceptos correlativos. Pero esta correlacin tiene an otro aspecto: en un cierto sentido, la esencia tambin presupone cambio y, por tanto, historia. Porque si aquel principio de una cosa que permanece idntico o incambiado mientras la cosa cambia, es su esencia (o idea, o forma, o naturaleza, o sustancia), entonces los cambios que sufre la cosa sacan a la luz los diferentes aspectos, lados o posibilidades de la cosa y, por tanto, de su esencia. De acuerdo con esto, la esencia puede ser interpretada como la suma o la fuente de las potencias inherentes a la cosa, y los cambios (o movimientos) pueden ser interpretados como la realizacin o actualizacin de las potencias escondidas de su esencia. (Esta teora se debe a Aristteles). De esto se sigue que una cosa, es decir, su esencia incambiable, slo puede ser conocida a travs de sus cambios. Si, por ejemplo, queremos saber si una cosa determinada est hecha de oro, tenemos que golpearla o probarla qumicamente, y con esto cambiarla, descubriendo, por tanto, algunas de sus potencias escondidas. De la misma forma, la esencia del hombre su personalidad slo puede ser conocida cuando se descubre a s misma en su biografa. Aplicando este principio a la sociologa, desembocamos forzosamente en la conclusin de que la esencia o el carcter real de un grupo social slo puede revelarse, y ser conocido, a travs de su historia. Pero si los grupos sociales slo pueden ser conocidos a travs de su historia, los conceptos que se usen para describirlos tienen que ser conceptos histricos; y de hecho, conceptos sociolgicos como el Estado japons o la Nacin italiana o la Raza aria no pueden ser interpretados ms que como conceptos basados en el estudio de la historia. Lo mismo vale para las clases sociales: la burguesa, por ejemplo, slo puede ser definida por su historia: como la clase que lleg al poder por medio de la revolucin industrial, que ech a un lado a los propietarios de tierras y que est combatiendo y siendo combatida por el proletariado, etc. Si bien es cierto que el esencialismo ha sido introducido porque nos permite descubrir una identidad en las cosas que cambian, tambin lo es que ofrece a su vez algunos de los argumentos ms poderosos en favor de la doctrina de que las ciencias sociales deben adoptar un mtodo histrico; es decir, en favor de la doctrina del historicismo.