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LOS TETRAMORFOS

Es el conjunto de los smbolos de los cuatro Evangelistas. Los escritores eclesisticos

han aplicado a los Evangelistas la visin De San Juan en el Apocalipsis Alrededor del

trono divino vio a cuatro animales con seis alas y muchos ojos cada uno; El primero

semejante a un len, el segundo semejante a un becerro, el tercero tena figura de un

hombre y el cuarto de guila (Ap. 4,6-8).

Estos animales se atribuyen a los cuatro Evangelistas teniendo en cuenta el comienzo de

sus Evangelios. San Mateo se representa con el Hombre halado porque insiste en la

humanidad de la segunda Persona al comenzar su Evangelio con la genealoga humana de

Cristo. San Marcos con un len ya que su Evangelio comienza con la predicacin del

Bautista: Voz que clama en el desierto, como la del animal de su smbolo la frase

aplicable al len. San Lucas con un becerro o buey, por comenzar con el sacrificio de

Zacaras y destaca el papel de Cristo como vctima. Finalmente San Juan con el guila,

por la fuerza con que se eleva su pensamiento y porque en sus profecas se enfrenta con

la Divinidad cara a cara, porque se remont al cielo hablndonos de la eternidad del

verbo, de la misma manera que el guila puede enfrentarse con el sol.

Cuando se les representa agrupados, pueden adoptar la forma del animal de su smbolo

correspondiente, denominndose Tetramorfos al conjunto. A veces sostienen una

filacteria o un volumen. Suelen estar dispuestos en torno a Cristo Pantocrtor, ocupando

los ngulos que dejan libre la mandorla o aureola que, como exponente del resplandor de

la Divinidad, se dispone en torno a El. Existe un orden de colocacin segn la

espiritualidad atribuida al smbolo correspondiente; el espectador encuentra situados,

en la parte superior al hombre a la izquierda y al guila a la derecha, y en la parte

inferior, al len a la izquierda y al buey a la derecha. Generalmente llevan alas, lo que ha

Nuevo Testamento y NNTT 2009/10Mara Teresa Siles Sorribas 1

dado como consecuencia que el hombre haya sido errneamente interpretado como un

ngel.

Esta forma de representar es propia de aquellos periodos artsticos cuya sensibilidad se

inclina hacia el simbolismo. Su momento de mximo apogeo llega durante el romnico, en

el que la visin apocalptica de S. Juan es el tema ms empleado, tanto en el tmpano de

las portadas de las iglesias, como en la pintura y artes menores. Sirvan de ejemplo la

portada de S. Pedro en Moissac, portada occidental de la catedral de Chartres, Prtico

de la Gloria, friso de la iglesia de Santiago de Carrin de los Condes; pinturas de S.

Isidoro de Len, etc.

Con el triunfo del naturalismo gtico se impone la representacin humanizada de los

evangelistas y sus Tetramorfos es sustituido por cuatro figuras de hombres, sentados

en muchos casos ante el scriptorium, y en actitud de escribir. Se les identifica por el

smbolo correspondiente que se coloca a sus pies, en pequeo tamao. En la portada del

Sarmental de la catedral de Burgos, del s. XIII coexisten con el Tetramorfos.


A partir del Renacimiento hay preocupacin por individualizarlos. Se les representa con

libro y pluma, en actitud de escribir, y con el atributo correspondiente a los pies, pero

tambin aparecen otros atributos relacionados con aspectos de su vida o de su martirio;

as, a San Mateo se le representa a veces con una bolsa, haciendo alusin a su actividad

de recaudador de contribuciones, o con el instrumento de su martirio, hacha, cuchillo o

lanza. A San Marcos en los grabados populares, con relmpagos, por ser invocado en las

tempestades. Los Hechos de los Apstoles, nos indican que San Lucas era mdico, por

esta causa desde el s. XV aparece ocasionalmente representado con instrumentos de

medicina. Las leyendas medievales y algunas tradiciones le consideran pintor de la

Virgen, y por esto a veces se le sustituye la pluma por un pincel (el Greco) o sentado ante


su caballete, pintando a la Virgen (Ribalta). A San Juan se le representa como un hombre

joven y frecuentemente imberbe, que sostiene en la mano una copa de la que sale un

dragn, recuerdo del episodio de su vida en el que tuvo que beber una copa de veneno

para probar la veracidad de sus aseveraciones. Tambin se le representa, en otras

ocasiones, con la caldera de aceite hirviendo, en la que fue sumergido.

Siendo los Evangelios los libros ms importantes de la Biblia, a ellos se debe la mayor

parte de lo que sabemos acerca de Jesucristo, su vida y su obra, su muerte y

resurreccin, se comprende que la Iglesia los haya venerado siempre particularmente, y

que hayan sido las partes de la Sagrada Escritura ms frecuentemente copiadas y

muchas veces exornadas con especial cuidado artstico.

Los tetramorfos en la pintura romnica

El Tetramorfos, iconogrficamente, es un tema muy repetido. Basado en el texto del

Apocalipsis de San Juan y una visin que tiene sus antecedentes en el AT, en las visiones

de Ezequiel (Ez. 10,12-14) y de Daniel (Dn. 7,1-7). Las representaciones de estos seres

no presentan ninguna novedad, tienen sus orgenes en el arte del Asia Occidental, e

incluso muchos autores no vacilan en identificar a los cortejos de animales que aparecen

en las grutas prehistricas como un origen de los animales bblicos.

El Tetramorfos responde al principio de "Cuaternidad" unido a la idea de un orden en el

espacio; as, en el Tetramorfos cristiano vemos una perfecta correspondencia entre los

smbolos de los Evangelistas. La representacin cosmolgica del mundo est presente en

la cultura megaltica, donde las deidades luchan para mantener el orden creado y evitar

el caos, para ello colocaron al len en la montaa celeste y cuatro arqueros en los puntos

cardinales, para defender el orden csmico. Los cuatro arqueros se han identificado con

los cuatro elementos.

Se puede establecer una correspondencia entre el len y del santo, con la figura de

Cristo dentro de la iconografa cristiana. En ellos se ha identificado el centro que ocupan

estas figuras con la quintaesencia o forma espiritual.


Esta idea la podemos poner en relacin con el grupo cuadriforme de animales del arte

sumerio que se compone de len, guila y pavo real sobre el dorso de un buey. De igual

manera encontramos en el Libro de los Muertos, del mundo egipcio un grupo de tres

seres con cabezas de animales y otro con cabeza humana, orejuda, que se asemeja a

algunas pinturas romnicas. Esto est en relacin con la visin de Ezequiel, en la que se

enumera al len, al guila, al toro y al hombre, e incluso nos hace pensar que el profeta

conociese la tradicin oriental y en particular las representaciones egipcias de dicho

texto.

Los kribu asirios, dispuestos en las entradas de los palacios, posean cabeza de hombre,

cuerpo de len, patas de toro y alas de guila y los animales persas son los que dan a

Ezequiel la idea de los cuatro animales. En el arte sumerio nos encontramos numerosas

representaciones en cilindros sellos y plaquetas de toros androcfalos y toro ms

humanoide que reflejan la leyenda milenaria de Gilgamesh y su amigo Enkid, animal

salvaje que viva con los toros. Gilgamesh era hijo de la diosa Vache y de un sacerdote

que se uni a ella. Es un hombre-toro, prototipo del minotauro, aparece siempre con

barba y abundante cabellera, tiene por compaero Enkid, animal salvaje, representado

con cuernos en la cabeza para caracterizarle como un personaje semidivino.

Ambos se representan en los cilindros sellos derribando fieras y cazando animales

salvajes. El gusto por este tema se extiende desde la poesa pica babilnica hasta la

poca asiria. Va a ser un personaje internacional e incluso es adoptado como hroe

nacional durante dos mil aos. Este personaje monopoliza casi de una manera exclusiva el

arte babilnico.

Tal vez su xito estriba en que Gilgamesh fue un primer conquistador semtico que se

aventuraba slo hasta el confn del mundo y que trataba de igual manera a los dioses.

Convirtindose en un Hrcules, cuyo fin consista en descuartizar toros y leones. A

veces esta figura se abraza con Enkid, su amigo, de cuerpo de toro y cabeza humana,

ms fuerte que Gilgamesh, pero an sujeto a la muerte. Como ejemplo, en el Arpa de Ur

y en varios cilindros mesopotmicos de la poca neosumeria.


Dentro del arte egipcio hallamos representaciones de personajes mitad hombre y animal,

como los hijos de Horus, que aparecan en los vasos funerarios, cuyo cuerpo estaba

formado por el vaso y las cabezas de animales: len, halcn, perro y toro. Como los

encontrados en el templo-palacio de Ramss III, en Medinet Ab y en las tumbas de

Deir el-medineh. Al igual que en Mesopotamia y en Egipto, tambin la tradicin juda nos

ofrece cuatro animales relacionados con el smbolo real: buey (rey de los ganados), len

(rey de las selvas y de las fieras), guila (rey de las aves) y el hombre (rey de la

Creacin).

La iconografa del Tetramorfos en el arte cristiano est claramente inspirada en la

fuente literaria de los textos bblicos. En los que, como anteriormente hemos citado, se

relata la aparicin en torno a Cristo de cuatro seres relacionados con el hombre, el toro,

el len y el guila; que sostienen y mueven el trono de dios, su nmero guarda relacin

con las cuatro partes del Universo y sus ojos indican la parte que tienen en el gobierno

del mismo o de la Iglesia, esparcida por todo l, son los cuatro reyes del mundo animal.

Estos animales en su representacin artstica obedecen a una ordenacin espacial dada

por el profeta Ezequiel (Ez.1,10), que es la siguiente: En los dos espacios superiores, a la

derecha el hombre y a la izquierda el guila; en los inferiores, a la derecha el len y a la

izquierda el toro.

Esta ordenacin est en relacin a los principios del simbolismo espacial, en que lo

superior aparece siempre como sublimacin de lo inferior y lo que se halla a la derecha

como una expresin de lo consciente, mientras lo que se encuentra a la izquierda

concierne a lo inconsciente; as, tenemos al hombre alado como una sublimacin del len y

al guila como una sublimacin del toro. Siguiendo las doctrinas esotricas, estos seres

significan lo siguiente: guila: aire, inteligencia, accin; len: fuego, fuerza, movimiento;

toro: tierra, trabajo, resistencia, sacrificio.

Para San Jernimo, estos animales se relacionan con los cuatro momentos ms

importantes de la vida de Jesucristo, que corresponden con los cuatro grandes


misterios. El hombre, smbolo de la Encarnacin de Jesucristo que nos hace saber que

Jess se hizo hombre. El buey o toro, vctima de la Antigua Ley, hace relacin a la

Pasin, pues el Redentor sacrific su vida por la humanidad. El len, smbolo de la

Resurreccin, esto nos remite a los bestiarios, segn los cuales: "Cuando duerme, sus

ojos velan y permanecen abiertos"; para el Leccionario del Arsenal, el len simboliza

claramente la figura de Jesucristo en la tumba: "El Redentor parece dormido en la

muerte, como quiere la humanidad, pero en virtud de divinidad permanece inmortal y

vigila". Hay una peculiaridad del len que es imagen de la resurreccin de Cristo, y que

cuenta el bestiario: "Cuando la leona da a luz a sus cachorros, los alumbra muertos y los

cuida durante tres das hasta que al tercero llega el padre, exhala su aliento sobre la faz

del cachorro y lo resucita. As, el Omnipotente Padre Universal, al tercer da, resucit

de entre los muertos al Primognito de toda criatura". El guila se relaciona con la

Ascensin de Cristo; Jess se elev al cielo como el guila se remonta hasta las nubes:

"La Ascensin est expresada en el vuelo del ave que se dirige al sol sin pestaear, tal

como Jesucristo resucitado". En resumen, siguiendo lo anteriormente mencionado, se

puede afirmar que Jess fue hombre al nacer, buey al morir, len al resucitar y guila al

ascender al cielo.

En el siglo XI, Raoul Glaber establece otra correspondencia de los Evangelistas con las

virtudes cardinales, con los elementos de los sentidos del hombre, con los ros del

Paraso y con las pocas bblicas de la historia del mundo. A Juan, que habla de la

palabra, le hace corresponder con el ter, porque la vista y el odo que sirven a la

inteligencia y a la razn remontndose al ter superior que es el ms sutil de los

elementos. As, establece una correspondencia con el Fisn, ro del Paraso cuyo nombre

significa "abertura de la boca", de la misma manera establece una relacin entre el

primer perodo de la Biblia y la primera virtud cardinal "desde el origen del mundo a la

venganza del Diluvio la prudencia fue reino.". El Evangelio de San Marcos da una imagen

de la templanza y el agua que hace ver la penitencia purificadora que fluye del Bautismo

de Juan. Se relaciona con el sentido del gusto por el agua, la templanza y con el ro Gen.


El Evangelio de San Mateo se identifica con la tierra y la justicia, muestra de una

manera ms clara que los anteriores la sustancia de la carne de Cristo hecho hombre, se

corresponde con el ro Eufrates, cuyo nombre quiere decir "abundancia", designa la

justicia que sosiega y reconforta al espritu que lo desea ardientemente. Y por ltimo, en

el Evangelio de San Lucas, hay una similitud con el aire, con la virtud de la fortaleza y

con el sentido del olfato, as se identifica con el ro Tigris, ltimo ro del Paraso, que era

habitado en sus riberas por los asirios que son los diligentes, a su vez corresponde con

Moiss y los profetas, que siguen las prescripciones de la Ley de Dios y que estn

consagrados con la virtud de la fortaleza.

En la pintura romnica castellano-leonesa, los cuatro seres (ngel, guila, len y toro) van

a ser tomados como smbolos de los Evangelistas. Anteriormente nos habamos

encontrado con las representaciones de estos animales, desligados de todo significado

cristiano. Ahora nos hallamos acompaando y enmarcando la figura de Cristo en

Majestad, creando una tipologa que va a extenderse desde el siglo IV hasta casi el

Renacimiento.

En las pinturas de la iglesia de Santa Cruz de Maderuelo y en el panten de San Isidoro

de Len, se muestra a los vivientes con cuerpo humano y cabeza de animal. Estas

representaciones se remontan a la iconografa egipcia, como vimos anteriormente y son

muy frecuentes en los beatos.

En San Isidoro, los cuatro seres determinan dos ejes diagonales: Juan- Lucas, Mateo-

Marcos, y en el centro Cristo en Majestad. Los cuatro muestran los libros, porque los

Evangelistas son los inspiradores y escritores de los Evangelios, y, por tanto, son figuras

incluidas en el Nuevo Testamente, de ah los libros. Hay veces que llevan la filacteria

como en las pinturas de San Justo de Segovia, lo que nos est haciendo pensar que estn

recogiendo la tradicin oral del Antiguo Testamento. Y explayan las alas, como veamos

en las representaciones de las guilas de los estandartes romanos, en el arte oriental

-particularmente en los tejidos sasnidas-, en representaciones del arte islmico y en las

fibulas visigodas, este tipo concretamente del guila se va a conservar en la herldica.


Marcos y Lucas giran las cabezas mientras que Juan y Mateo dirigen su mirada hacia el

rostro de Cristo.

En la iglesia de Santa Cruz de Maderuelo se sigue un programa iconogrfico, resumible

en una transcripcin de la Jerusaln Celestial. El Tetramorfos se muestra en los

derrames de la bveda, formando parte de un cortejo de jerarquas anglicas como

intercesores y testigos glorificando a Dios. En el lado del Evangelio, el smbolo de Juan y

el de Lucas; en el lado de la Epstola, Mateo y Marcos. Tambin las figuras

antropomrficas de los Evangelistas aparecen en los ejemplos toledados de la iglesia del

Cristo de la Luz y de San Romn; en la primera slo se conserva el guila de San Juan, la

figura alada y arrodillada porta una filacteria, aludiendo a las profecas apocalpticas.

En la iglesia de San Romn, los Evangelistas alineados bajo arcadas escriben su texto

sagrado sentado ante un atril, siendo inspirados por la paloma del Espritu Santo. Esta

escena recoge la tradicin de la miniatura y de los marfiles carolingios, en la pintura

romnica espaola apenas la encontramos slo en el frontal cataln de Orell sin el

carcter antropozoomrfico.

En la iglesia de San Justo de Segovia, los smbolos del guila, toro y len siguen el

esquema de Ezequiel, los animales nimbados con las cabezas vueltas en contraposicin al

cuerpo, mirando hacia el Cristo, esta postura viene de influencia del arte de los pueblos

partos, cuyos guerreros tenan la costumbre de cabalgar mirando hacia atrs cuando

iban a disparar las flechas. Tambin de clara influencia oriental, es colocar la cola del

animal entre las patas, como es el caso del len.

En las pinturas de la iglesia de San Clemente de Segovia se sigue el mismo esquema

anterior. Esquema cambiado en la iglesia de San Martn de Valdilecha (Madrid), donde en

la parte inferior izquierda quedan restos del len de San Marcos y a la derecha el toro

de San Lucas. Ambos portan el libro en sus patas delanteras.

Y para concluir, en la ermita de San Pelayo de Perazancas (Palencia) slo se conserva

parte del smbolo de San Marcos.


LOS TETRAMORFOSLos tetramorfos en la pintura romnica

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