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tación de 500 árboles. Des­pués de 15 años de trabajosy con medios muy rudimen­tarios, Sor Susana consiguiólos primeros frutos. La co­munidad internacional de investigadores y científicos se interesó por sus trabajos ysus descubrimientos. Fue lla­mada a Francia y en el Insti­tuto Pasteur de Paris con­tinuó su labor de investiga­

ción bajo la dirección de un notable médico, el doctor Hall. En 1944, Mons. Lavarenne lepidió una colaboración en la Propagación de la Fe de Lyon. Allí se quedó, trabajando en unlaboratorio con material científico moderno, en medio de cobayas inoculados y cultivo debacilos. Por fin, en 1949, llegó el éxito, al conseguir aislar el bacilo causante de la lepra,conocido desde entonces como “mycobacterium marianum”; el nombre hace honor a lacondición de Sor Susana como religiosa misionera marista.

Pero a ella también le llegó la enfermedad. Un malestar general y una gran fatiga laobligaron a descansar durante el mes de julio de 1957. El especialista consultado desvelóla existencia de un tumor cerebral que podría tener ya varios años. Fue un duro golpepara la Hermana Susana. Recobró fuerzas, quería vivir y luchar, quería seguir trabajando.En el hospital, una compañera enferma carmelita, debió tener una feliz influencia sobreella, porque desde el día siguiente Sor Susana aceptó por adelantado todo lo que le veníaencima: ceguera, parálisis, pérdida de la conciencia y ofrecía generosamente el sacrificiode su vida.

Los días que precedieron a la operación, tenía ya sufrimientos terribles. La intervenciónquirúrgica tuvo lugar el día 12 y fue prolongada y difícil. La Hermana ya no recuperó elconocimiento. El viernes 15 de noviembre, aniversario de la muerte del Venerable JuanClaudio Colin, fundador de la Sociedad de María, entregaba su alma a Dios.

Su cuerpo fue expuesto en la capilla de la Misioneras Maristas de Ste Foy, pero antela avalancha que venía a rendir honores a Sor Susana, trasladaron el féretro a la parroquiade Ste Foy, donde tuvieron lugar las exequias, presididas por el Cardenal Gerlier, arzobispode Lyon. La iglesia no podía contener la multitud que había acudido a despedir a la Her­mana: personalidades científicas y médicas, congregaciones religiosas, amigos de labo­ratorio, gente de la ciudad, todos unidos en los mismos sentimientos de admiración yreconocimiento por la obra realizada por la Hermana Maria Susana. A través de la muerteha encontrado “el rostro de Cristo” que amó en tantos rostros desfigurados y doloridos yha escuchado las palabras: “Ven, bendita de mi Padre, porque yo era leproso y me cuidastey me amaste”.

(Artículo basado en las notas del P. Isidro de Roba, SM,extraídas de “Acta Societatis Mariae, n. 24 ­ 1958)

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El P. León Lejeune, sm,

otro belga apóstol entre los leprosos

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Es bien conocido el P. Damián, apóstol

entre los leprosos deMolokai, en las islas Ha­wai. Otro belga, el padremarista León Lejeune,vivirá también muchosaños entre los leprosos.Makogai era la isla queel gobierno de Fiji habíacedido para dedicarla alcuidado de los leprosos.El gobierno solicitó al se­ñor obispo que mandaraenfermeras voluntariasde entre las misionerasmaristas; las Hnas Esta­nislao y María Susana, yotras dos hermanas in­dígenas, se ofrecieronpara tan heroico trabajo.Los leprosos eran un grupo de 500 personas,divididos por barrios: hombres, mujeres, mu­chachas y muchachos. Cada cabaña estabaocupada por cuatro enfermos; disponían deun jardincito y ellos mismos se preparaban lacomida. Se necesitaba un capellán para aten­derlos desde el punto de vista religioso y hu­mano. Desde la isla de Cawaci venía el P.Schneider para pasar el domingo con las Her­manas y los leprosos. Ya estaba dispuesto aestablecerse allí cuando, en una tempestad,desapareció entre las olas con su barco.

El P. León Lejeune llevaba ya unos añosmisionando en las islas Fiji cuando fue elegidopara participar en el Capítulo Marista de Oce­anía en Sidney (Australia). Allí se sintió mal ylos médicos le diagnosticaron la enfermedadde la lepra. De vuelta a Fiji, consultó con undoctor, el cual le confirmó el diagnóstico de

los médicos australia­nos. Estaba obligado air inmediatamente aMakogai. Se despidió,pues, de su última es­tación misionera, y seembarcó para la “Isla delos leprosos” Se encon­tró con que la mayoríade los enfermos eranprotestantes de diver­sas ramas y que sola­mente 150 eran católi­cos. El P. León se puso atrabajar con celo e ima­ginación; puso todo suentusiasmo en hacerbrillantes las ceremo­nias litúrgicas, introdu­ciendo las procesionesdel domingo de Ramos

y del Corpus, el canto en las celebraciones,ayudándose de la música de un armonio. Elministro protestante, un indígena, fue a que­jarse al director de la leprosería, diciéndoleque aquel sacerdote católico demostraba de­masiado celo y que había que ponerle en susitio. El doctor le respondió: “Creo que el Pa­dre cumple bien con su trabajo: instruye biena las gentes; haga usted lo mismo”.

Las ceremonias y los cantos atraían a lagente, pero había que darles una formaciónmás sólida; asi que creó varias cofradías y ungrupo de la Tercera Orden de María, que em­pezó su formación con 24 miembros. Todasestas actividades dieron una vitalidad intensaa los leprosos que, de esta manera, podíansalir de su postración y desánimo y descubrirnuevas posibilidades más allá de su enfer­medad.

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El P. Lejeune escribía a uno de sus amigos:“Mis manos exteriormente no se ven enfer­mas, pero siento que mis dedos pierden lige­reza y que se vuelven rígidos. Pronto llegaráel momento en que tendré que decir adiós alarmónium; esto sí que va a suponer un gransacrificio.”

Pensando en todo, el buen Padre ve quelos muertos son enterrados de cualquierforma, sin ningún signo exterior que les re­cuerde. Fue a ver al director y le pidió un te­rreno para construir un cementerio para loscatólicos. Así le fue concedido y se puso en­seguida manos a la obra; inmediatamentevino gente para ayudarle y pronto tuvieronel camposanto adecentado. El primer entie­rro en él tuvo lugar el 11 de diciembre de1935; doce años después se podían contar258 tumbas, todas ellas rodeadas de arbustosbien cuidados y presididas por una cruz.

También se entrega de lleno a la construc­ción de la iglesia católica, pues la capilla demadera es insuficiente para acoger a los fieles.Escribe cartas a Bélgica y a otros lugares y “elmisionero leproso” recibe la ayuda necesariapara construir el nuevo templo con materiales

sólidos. Pero ya sus piernas empiezan a fallar.Poco a poco la situación del P. León se va agra­vando y tiene que reducir su actividad. En 1949recibe varias visitas que le llenan de ánimo yconsuelo; una de ellas fue la de su paisanobelga el P. Juan Bautista Poncelet, misioneroen las Islas Salomón y que había sido prisionerode los japoneses durante su invasión de NuevaGuinea, Guadalcanal y otras islas. El 14 deenero de 1951 celebró con mucha dificultad lasanta misa que, de hecho, sería la última. Cons­ciente de su estado, pidió la unción de los en­fermos y la comunión. Después de la acciónde gracias, unos jóvenes se acercaron a besarsu mano y pedir la última bendición. Hubogran emoción y muchas lágrimas.

El 18 de mayo de 1951 entregó su alma alSeñor, de una manera dulce y tranquila. Elentierro en la isla de Makogai fue una granmanifestación de aprecio por el misioneroleproso. Sin distinción de credos, todos acu­dieron a rendirle un merecido homenaje.

(Resumen de las Notas delP. Isidro de Roba sobre

las “Misiones Maristas en Fiji”.)

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Provincia Marista de Australia

Los primeros Maristas llegarona Australia en 1845 y fundaron

en Sidney una base de ayudapara las Misiones de Oceanía. Lacasa se llamó Villa María: estabacerca del río Parramata y delpuerto. Un lugar ideal para la Pro­cura de las Misiones: aquí se re­cibían las mercancías de Europay se distribuían a los diferenteslugares de Oceanía; también erauna casa para descanso de los mi­sioneros enfermos o heridos.

En 1868 los Maristas recibieron el cuidadopastoral de la parroquia de San Patricio. La“Misión entre los fieles” vino a ser para losMaristas el gran apostolado de las primerasdécadas del siglo XX. También fundaron y di­rigieron varios colegios, así como otras pa­rroquias en diversos lugares del país.

En 1949 fundaron una misión en Nara(Japón), después de que algunos padres ha­bían servido durante el tiempo de la segundaguerra mundial como capellanes. Tambiénpor entonces se creó el Centro Marista Mi­sionero que, aún hoy en día, sostiene la tareamisionera y el desarrollo humano en diversoslugares del mundo.

Hacia los años 70, con la disminución delas vocaciones, nuestra provincia comenzó aretirarse progresivamente de los colegios yde la mayoría de las parroquias. En los años80, el P. Bernard Ryan, al terminar su mandatocomo superior general de la Sociedad de Ma­ría, comenzó un apostolado con los pueblosaborígenes. Varios Maristas de Australia,Nueva Zelanda y Oceanía han continuado esta

misión y algunos siguen en contacto con elpueblo aborigen y sus proyectos.

En el año 2009, con el incremento de losPadres mayores, se fundó la casa de “Mont­bel” para su acogida y cuidado. EntretantoVilla María sigue con su función primera, ade­más de ser la sede de otros varios apostola­dos, incluyendo el del Laicado Marista.

Ronald Nissen SM

150 años de la Parroquia de San Patricioen Sidney (Australia)

En 1868 se le pidió a la Sociedad de Maríaque se hiciera cargo del santuario de San Pa­tricio en el centro de la ciudad de Sidney. Lascelebraciones del 150º aniversario comenza­ron el viernes 14 de septiembre con maristaslocales y visitantes reunidos en la cripta de laiglesia histórica, antes de que tuvieran lugarlas reuniones y convivencias en el presbiteriocercano. Entre los invitados estuvieron losprovinciales maristas, P. Setefano Mataele

Iglesia de San Patrick, Sidney.

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Misioneros españoles en Oceanía

(Oceanía) y David Kennerley (Nueva Zelanda).El domingo 16 de septiembre, el arzobispode Sidney, Anthony Fisher OP, presidió la ce­lebración pública. La iglesia estaba abarrotadade gente, reunida en la Eucaristía del medio­día, realzada por el coro de San Patricio y unaorquesta de metales y cuerdas. El arzobispoFisher descubrió una placa conmemorativacerca de la entrada de la iglesia y se unió a lagran congregación de gente en la cripta de laiglesia para un almuerzo informal. Despuésde 150 años, los Maristas permanecen en SanPatricio, donde nuestros hermanos sirven ala ciudad de Sídney, particularmente en el sa­cramento de la reconciliación. “El primer pá­rroco de San Patricio, John McEncroe, se hizoamigo de los primeros maristas que habían

establecido una casa en Hunters Hill y en sulecho de muerte solicitó que se confiara laparroquia de San Patricio a los Maristas. Esofue en 1868. El Arzobispo estuvo de acuerdoy la parroquia ha sido atendida por los PadresMaristas desde entonces.

Dos maristas europeos, Ivan Vodopivec(Inglaterra.) y Jimmy O’Connell (Irlanda) par­ticiparon de esta fiesta maravillosa de la pre­sencia Marista en el centro de Sídney. Aquíen San Patricio el Sacramento de la reconci­liación es una parte importante de su apos­tolado, con aproximadamente 800 personascada semana. Aquí hay muchos feligreses fi­lipinos, vietnamitas, chinos e indios. Nos di­jeron también que el hinduismo es la religiónde mayor crecimiento en el país.

1. El P. Román Martín (1911-1986)

El P. Román Martin Díez nació en Villa­provedo (Palencia) el 27 de enero de

1911. Fue ordenado sacerdote en 1935.Tenía otros tres hermanos religiosos: dosHermanos Maristas en Nueva York, des­pués de haber sido expulsados de Cuba, yuna hermana religiosa, abadesa en Talaverade la Reina. El P. Martin, después de unbreve tiempo en Roma, marchó como mi­sionero a Oceanía, concretamente al archi­piélago de Nuevas Hébridas, hoy país in­dependiente con el nombre de Vanuatu.Ofrecemos algunas noticias espigadas deentre sus cartas:

“Me había hecho mucha ilusión contarcon nuevos cristianos, pero pronto me des­engañé. Mucha gente parece que solosueña con el dinero, las comilonas y las P. Martín con una raíz.

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danzas; esa es toda su felici­dad y tienen poco interés endejarlo para hacerse cristia­nos. Algo se logra, sin em­bargo. En diciembre pasadotuve la alegría de bautizar aun buen grupo; aunque el am­biente moral es contrario, losbautizados se mantienen fir­mes en las promesas que hi­cieron. Una gran alegría hasido el haber comenzado a bautizar a niñospequeños, hijos nacidos de matrimonioscristianos. El porvenir cristiano de mi islaempieza a ser una realidad. Rezad para queno se malogren los frutos de tantos añosde trabajo” (Septiembre de 1954)

“No sé si tengo algo de volcánico en minaturaleza, pero es el caso que, después dehaber pasado más de quince años cerca delvolcán de Tanna, apenas un año en PortSandwich, estoy de nuevo con otro volcán,el Maroun de Ambrym, más serio y peligrosoque el de Tanna. Huellas de sus fechoríaslas veo aquí al atravesar los campos de lavay constatar las iglesias y casas destruidaspor su acción; unida a la del ciclón de 1951,obligó a los indígenas a desterrarse: Ahorahan vuelto, pero todo está por reconstruir…(Familia Marista, mayo 1958, n. 41).

“Me pregunta alguno que por qué pedía los superiores ir de misionero a Oceanía?Pues muy sencillo: para responder al lla­mamiento de Dios: “Id por todo el mundo ypredicad el evangelio a todas las gentes”.Nuevas Hébridas es un lugar difícil por elclima cálido y húmedo; el paludismo es fre­cuente y va minando la salud. También meha costado la adaptación a la alimentación.Desde el punto de vista religioso, los pro­testantes se adelantaron muchos años alos católicos y, por eso, estamos en inferio­

ridad de condiciones. Ciertamente me en­cuentro con lo que yo me había imaginadoantes de venir: pueblos muy atrasados, sinescuelas ni hospitales… Pero lo más difíciles el aislamiento; la hostilidad de algunosgrupos protestantes que siguen hablandomal de los católicos; en algunos momentosvi cómo los indígenas se escondían cuandoyo llegaba. Se necesita una paciencia muygrande para dar la vida en la monotoníade cada día, una humildad profunda y mu­cha comprensión. Para ser misionero aquíse exige tener mucho sentido común, resis­tencia física y moral y facilidad para laadaptación a otra cultura tan distinta.”

En mayo de 1984, el P. Román Martínsufrió un ataque de hemiplejía que le dejóparalizado de la parte izquierda del cuerpo.Los superiores de Oceanía le aconsejaronregresar a España para ser mejor atendidoen su enfermedad. Le acompañó en el viajeSor Alegría Fernández, hermana misioneramarista que por entonces se encontrabatambién en Vanuatu (hoy día está en Ma­dagascar). Le acogieron las Hermanitas delos Ancianos, primeramente, en Santiagode Compostela y después en Foz, donde ha­bía una comunidad de Padres Maristas aten­diendo el colegio Martínez Otero. El P. Mar­tín soñaba siempre con recuperar la salud

Ciclón en acción.

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para poder volver a su Vanuatu querido.Pero el Señor se lo llevó a celebrar una Na­vidad eterna en el cielo: era el 19 de di­ciembre de 1986. El P. Martín nos deja unlegado de sencillez y de generosidad en suentrega al Señor. Roguemos todos a Maríapara que algún joven tome el relevo que élha dejado (Familia Marista, febrero 1987).

2. Hermano Constancio Martínez (1907-1958)

El Hno. Constancio Martínez nació en San­doval de la Reina (Burgos) el 21 de octubre

de 1907. Estudió Humanidades en la escuelaapostólica de Malgrat junto con los PP. JuliánLópez y Fausto Muñoz. Hizo el noviciado enla Neylière y profesó como Hermano el 31de mayo de 1925. Después de pasar tresaños en Roma y dos en Belley al cuidado delos padres enfermos y ancianos, en diciem­bre de 1931, fue destinado a las misionesde Oceanía, en concreto a Nueva Caledonia.

Pasó casi toda su vida en la misión deSan Luis. En el año 1944 volvió de vacacio­nes a España durante unos meses; visitó asu familia y las diferentes casas maristasde España y fue de peregrinación a Romacon su hermano Don Hilario, cura párroco

de San Juan (Burgos). Su conver­sación encantadora, su espíritusencillo y su piedad le atrajeron to­das las simpatías.

De regreso a Oceanía en la misión deSan Luis se ocupaba de la escuela de losmuchachos, de los trabajos de siembra yrecolección en la granja, del cuidado de losanimales y de los transportes; fue un granaficionado a la fotografía, sobre todo du­rante los años de la II guerra mundial (quetuvo grandes batallas en aquella región delPacifico), gracias al material que le sumi­nistraban los soldados americanos; tambiénconsiguió un tractor, que le ayudó a mejorarlas cosechas de su granja. Los indígenas lequerían mucho. Su estado de salud empe­oró en el año 1957; el doctor le diagnosticóuna leucemia, enfermedad que no dejabaninguna esperanza de curación. Entró enla paz del Señor el 8 de abril de 1958 enNumea, la capital de Nueva Caledonia; eraun martes de Pascua; murió acompañadode varios padres y del obispo Mons. Martin.Todos lamentaron la pérdida de un misio­nero tan ejemplar y tan querido por los na­tivos y colonos de San Luis.

3. Sor Alegría Fernández SMSM y Vanuatu

Como ya hemos dicho en estas páginas,Sor Alegría estuvo unos años en las mi­

siones de Oceanía, concretamente en Va­nuatu. De esa época tenemos montonesde testimonios en sus cartas: Elegimos al­gunos:

“Amigos: con el corazón rebosante degozo, celebremos nuestra fiesta.” La cere­monia de la ordenación comienza con estecanto de alegría entonado por el coro delos jóvenes de Lololima. El catequista Steve

Limones de Nueva Caledonia.

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pronuncia unas palabras debienvenida. En un sencillodiscurso resume la historiade la misión de Nanguire.“Hace mucho tiempo quelos misioneros vinieron anuestra tierra; entonces éra­mos muchos, pero unagrave epidemia nos diezmó;por entonces el “padre” nosabandonó, pero Dios, no; laprueba es que uno de nos­otros, Miguel Visi, va a serordenado sacerdote. Hacealgunos años que Miguelnos expresó su deseo de ser sacerdote, aquíentre nosotros. Un joven de Nanguire ¿sa­cerdote? Pues ha llegado el momento. Laasamblea ha quedado en profundo silencio.El Obispo y varios sacerdotes recitan la ple­garia de la ordenación sacerdotal. “Te ro­gamos, Padre, que consagres a Miguel sa­cerdote de tu Iglesia; derrama sobre él tuEspíritu, que haga de él un hombre santo”.Con la ayuda de un sacerdote celebrante elP. Miguel se pone la estola y la casulla; elobispo le entrega el cáliz y la patena. Y laceremonia se termina con el saludo de paz.”¡Gracias, por todo, hermanos de Nanguire!Familia Marista n. 4 (1983).

“En Fanafo hemos tenido una fiesta muybonita: 40 bautismos, de ellos veinte eranniños menores de tres años; los demás yaeran mayorcitos, además había tambiéntres adultos. Había gente dentro y fuera dela iglesia, como nunca se había visto. La li­turgia, muy bonita, fue preparada por ungrupo de jóvenes. Después de la misa hubouna gran comida de hermandad; todos par­ticiparon, depositando su paquete de ali­mentos envueltos en hojas; instalamos todopor el suelo, sobre un mantel también de

hojas. Y, ¡a comer se ha dicho! ¿Recordáisal viejecito de que os hablé la vez anterior?El caso es que era un gran amigo nuestro.Casi todos los días venía a dar una vuelta,descansaba y pedía de comer. Nuestra casaera la suya. Como hacía tiempo que ya novenía por aquí, pregunté por él y me dijeronque estaba enfermo: fui a verlo y apenas sime reconocía. Pregunté a los hijos si podíabautizarlo. Ellos se consultaron y, al cabode un rato, me dieron el sí deseado. Reza­mos, cantamos y tuve la gran alegría debautizarlo yo misma. Dos días más tardemurió, sin sufrimiento alguno. Vino el mi­sionero y pedimos celebrar una misa en sucasa.” Sor Alegría (Familia Marista 1984).

4. El P. Protasio Merino

Al terminar su mandato como Provincialde España en1965, el P. Protasio Me­

rino estuvo cuatro años en Nueva Caledo­nia, dando clases de Teología y formaciónen la vida Religiosa. También estuvo cuatroaños en Vanuatu otro español, el Sr. MoisésDueñas.

Ordenación sacerdotal en Vanuatu.

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Unas pinceladasde la Oceanía Marista hoy

1. Paul Martin, SMObispo de Christchurch

Paul Martin es un padre marista neozelan­dés. Trabajó un tiempo en el N. de Australia,en la comunidad de los aborígenes y tambiénen el colegio San Beda de su país. Ultima­mente se encontraba en Roma, en la Admi­nistración General de la Sociedad de María.,cuando fue nombrado obispo de Christ­church. Fue consagrado obispo el 3 de marzode 1918. La ciudad se encuentra en la isla delSur de Nueva Zelanda; en los últimos años laregión ha sufrido varios terremotos que sellevaron la vida de 185 personas y produjeroncuantiosos daños materiales; la catedral dela diócesis quedó muy seriamente dañada.

Deseamos un fructuoso apostolado episco­pal al P. Paul Martin.

2. El P. John Larsen, superior general de la Sociedad de María

Nuestro actual superior general de la So­ciedad de María es también neozelandés.Desarrolló la mayor parte de su labor comomisionero en Asia, tanto en Filipinas como enla comunidad de Ranong (Tailandia) entre losrefugiados birmanos. Ahora reside en Romay viaja con frecuencia a las diferentes provin­cias y distritos misioneros de la Sociedad deMaría. Ha estado, por ejemplo, en Guatemalaen la reunión de jóvenes de la Familia Ma­rista, unos días antes de las JMJ de Panamá.

Algunos retazos de su experiencia: “La reu­nión de jóvenes en Guatemala fue una maravi­llosa celebración marista. El tema fue “tejiendola vida”, algo muy propio de la cultura local. Nosregocijamos por la profusión de vida marista enla que casi doscientos jóvenes de todo el mundo

Nueva Zelanda

El obispo de Christchurch P. Paul Martin SM

P. Jonh Larsen predicando.

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marista, la mayoría de América Latina, celebra­ron juntos nuestra forma propia de vivir el evan­gelio. Las cuatro ramas maristas trabajaronjuntas; apreciamos mucho a los Hermanos Ma­ristas, que generosamente nos acogieron y com­partieron su vasta experiencia de trabajo con losjóvenes. La riqueza de trabajar juntos como fa­milia marista se centró especialmente en los laicos maristas. La gente se dio cuenta rápida­mente de que el laicado en la misión es un ca­mino prometedor y desafiante para el futuro. Elencuentro fue un momento de oración, inter­cambio, actividad y entusiasmo por la vida y lamisión maristas de hoy. Fue un gran momentode gracia. Esperamos y rezamos para que déabundantes frutos. Desde Guatemala, algunosrepresentantes viajaron a Panamá para partici­par en las JMJ con el Papa Francisco.”

3. P. Justin Taylor

Biblista e historiador, también es neoze­landés; estuvo unos años como investigadory profesor en la Escuela Bíblica de Jerusalén;recientemente ha escrito una completa y de­tallada biografía de nuestro fundador, el P.Juan Claudio Colin, con el objetivo de ayudara la causa de su beatificación; el libro estáahora disponible solamente en inglés.

El P. Pío Jones desempeña su apostoladomisionero entre los aborígenes de Australia.Recientemente ha sido aceptado como miem­bro de una de las tribus.

El P. Pio describe así su experiencia: “Fueciertamente un día muy especial: me sentéentre los “Wawas” (hermanos) durante lalarga ceremonia, llena de riqueza y de sim­bolismo. Lo más emocionante fue cuando mellamaron para pintarme, como un miembromás de los Garrawurra. Al final las piernasme dolían una barbaridad por haber estadosentado todo el día con ellas cruzadas. El in­menso respeto que me manifestaron fuepara mí una gran lección de humildad”.

2. Wallis: Monseñor Susitino Sionepoe, nuevo obispo de Wallis y Futuna

El P. Susitino Sionepoe SM, originario deWallis, ha sido nombrado por la Santa Sedeel 24 de diciembre del 2018 sucesor del ac­

El P. Pio Jones adoptado por la tribude los Garrawurra, aborígenes australianos.

P. Justin Taylor investigando.

Australia1. El P. Pio Jones

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tual obispo, también marista, Ghislain de Ra­silly. La ceremonia de consagración episcopaltendrá lugar en el mes de marzo. El P. Susi­tino decía emocionado: “Ha sido una gransorpresa para mí; pero viendo la importanciade esta responsabilidad, a pesar del temor, laacepto lleno de confianza en Dios y en la Vir­gen María”. Mons. Ghislain dice ante el nom­bramiento de su sucesor: “La tarea que leespera va a ser difícil; muy recientementehemos tenido algunos conflictos por asuntos“de la tradición”; hay que sanar corazonesheridos y reconstruir pacientemente la uni­dad. Mons. Susitino es un hombre tranquilo,lleno de respeto por la gente, que sabe escu­char. Seguro que lo hará muy bien”. Monseñor Susitino Sionepoe.

Noviciado internacional en FilipinasEl P. Joaquín Fernández se en­

cuentra en las Islas Filipinas desde elpasado mes de noviembre; su mi­sión es colaborar en la formación, enel noviciado internacional que la So­ciedad de María tiene en Edén, unapequeña ciudad cerca de Davao, lacapital de la isla de Mindanao. Losnovicios llegaron el 18 de noviembrey pasaron un tiempo de incultura­ción antes de comenzar formal­mente el noviciado; por ejemplo,

celebraron las fiestas de Navidad acogidos por diversas familias filipinas. Entretanto lostres Padres formadores celebraron la Navidad con los presos de la cárcel de Davao. Esteaño los novicios son diez, de seis nacionalidades diferentes: tres de Camerún, dos deNueva Zelanda, dos de Bougainville (Oceanía), uno de Filipinas, uno de Fiji (Oceanía) yuno más de USA. Les tenemos presentes ante el Señor en nuestra oración.

En el mes de enero hubo un atentado terrorista contra una catedral católica en Fili­pinas; el P. Joaquín escribió: “Varias personas se han interesado por mi situación trasel atentado; esto sucedió al sur del país, de mayoría musulmana; aquí, en la isla de Min­danao, la mayoría es católica y no suele haber atentados; de todos modos, hay bastantevigilancia policial, pues nunca estamos libres de la amenaza terrorista. Gracias a todospor vuestro interés y vuestra oración.”

Comienzo del Noviciado internacional Maristaen Edén (Filipinas) 17 de enero 2019.

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Desde Madagascar Sor Alegría Fernández SMSM

“Como sabéis, me encuentro misionando en Madagascar. Pero hace pocoque me ha tocado cambiar de comunidad; me despido de Ambositra

para empezar una nueva misión en Antsirabe, donde estamos desde hace unaño. ¿Qué hacemos en esta nueva misión? Pues trabajamos con catequistasy niños. La gente nos pidió que les abriéramos la capilla para asistir a misa;los jóvenes enseguida nos solicitaron ayuda, así que les damos clases de inglésy francés y vamos creando con ellos una biblioteca. También damos apoyoescolar a niños necesitados del barrio, así como una ayuda alimentaria, puesmuchas veces es la única comida “decente” que pueden hacer. También hayun grupo de veinte chicas que vienen cuatro veces por semana a un taller decorte y confección; además de coser y bordar, también aprenden cosas bási­cas para el hogar: higiene, alimentación, puericultura etc. Más todavía: unade las Hermanas va a la cárcel de menores una vez por semana: finalmenteotra actividad importante es la visita de los enfermos los domingos, a muchosde los cuales llevamos también la sagrada comunión. Es impresionante la ale­gría con la que nos reciben y más impresionante aún verles rezar y sentir loimportante que es poder comulgar...”

Con todo mi reconocimiento y afecto.Sor Alegría Fernández

Noticias domésticasLa Vecilla: Durante el curso presente se ha impreso un tríptico para dar a conocer el albergue

a colegios, parroquias, asociaciones, invitándoles a solicitar el uso de la casa para sus actividades. Yala han utilizado algunos grupos y la han pedido otros, especialmente para el verano.

Sahagún: El albergue de Sahagún atendido por los PP. Maristas permanece cerrado desde el 1de diciembre al 28 de febrero. Reabrirá, pues, sus puertas el 1 de marzo, con un miembro nuevo en lacomunidad, el P. Bernard Boisseau, que deja la Neylière (Francia) para acompañar a los PP. Dani y Toñoen la misión de acogida a los peregrinos que van a Santiago de Compostela.

Madrid: El P. Martin McAnaney, provincial marista de Europa, y sus consejeros se han reunidoen Madrid en sesión de trabajo durante los días 5 y 6 de febrero. Después han pasado dos días devisita a la comunidad marista y a la parroquia San Pablo de Coslada.

Encuentrode Familias:EN EL ALBERGUE MARISTADE LA VECILLA.Fechas: 2­7 de agosto.Dirigido a familiasjóvenes (30­40 años)en contacto con losmaristas o entre ellas.El encuentro del veranopasado fue un éxito.

¡Animaos!

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LAICADO MARISTA

Los Laicos Maristas nos estamos preparando para asistir al IV Encuentro Europeo, que ten­drá lugar este año, del 27 de Julio al 2 de Agosto, en Ann Grianan, al norte de Irlanda.Desde que los Laicos Maristas de Europa empezamos a organizarnos, hace ya más de 15

años, se estableció la conveniencia de celebrar, cada 4 años, un encuentro europeo para con­vivir durante unos días, compartiendo, reflexionando y orando juntos. El primero se celebróen Turín (Italia) en Agosto de 2007, el segundo en Lyon (Francia) en Agosto de 2011 y el ter­cero en Madrid en Agosto de 2015. Yo he tenido la inmensa suerte de poder participar entodos y cada uno permanece grabado en mi corazón con la cálida sensación de vivir la unidadque da el Espíritu con esos hermanos en la fe y en el carisma marista.

Si Dios quiere, este año participaremos 11 Laicos Maristas de España. Tanto los que po­demos ir como los que no, estamos preparando este Encuentro con mucha ilusión y en nues­tras reuniones mensuales reflexionamos sobre temas relacionados con el tema central que servirá de hilo conductor al Encuentro de Dublín: LAICOS MARISTAS PARA EL MUNDO DEHOY – CON MARÍA, DISCÍPULOS MISIONEROS.

Como en 2015 en Madrid han sido invitados representantes de los diversos países dondehay presencia de Padres Maristas. Así, estos encuentros europeos, se han convertido en mun­diales. Os puedo asegurar que, así, es mucho más enriquecedora la experiencia al comprobarcómo ese deseo de vivir en cristiano al estilo de María, se fortalece en la medida que cono­cemos, aceptamos y nos identificamos con las diferencias culturales y otras formas de expresarla fe. En la página http://www.laymarists.info/ podéis encontrar más detalles sobre este en­cuentro. Con mucho cariño para todos los lectores de Familia Marista, Pepita Sánchez.

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Página de oración:Por las Vocaciones Misioneras

Palabra de Dios:

“Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las cosas que os he mandado;y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mt 28, 19­20.

Preces:

– Señor, Dios nuestro, Tú has inspirado al Vle. Juan Claudio Colin y a sus compañeros,fundar una congregación que lleva el nombre de María; da a todos los Maristas lagracia de comprender mejor su vocación apostólica y misionera. Rta: ¡Señor, de lamies, manda obreros a tu mies!

– Señor Jesús, tú has querido servir en lugar de ser servido: ayuda a todos los Ma­ristas a vivir su vocación de servicio sencillo en el espíritu de María. Rta: Señor dela mies…

– Señor Dios, tú nos has llamado a todos a la perfección en el amor; llena a los Ma­ristas del mundo entero de tu amor a todos los pueblos de la tierra. Rta: Señor dela mies…

– Señor Jesús, tú llamaste a San Pedro Chanel a dar su vida por ti; por su intercesión,llama a muchos jóvenes a dar su vida por ti y por las gentes del mundo. Rta. Señor

– Espíritu Santo, tú inspiraste a los apóstoles que anunciaran la buena noticia a todoslos pueblos; por intercesión de San Pedro Chanel, de Sta María McKillop y del BeatoPedro To Rot bendice a todos los pueblos de Oceanía. Rta: Señor de la mies…

Padrenuestro, Ave María y gloria.

Oración a San Pedro Chanel:

Dios, Padre de misericordia, que adornaste a tu mártir San Pedro Chanel con las vir­tudes heroicas de la fe, mansedumbre, caridad e infatigable tesón en el anuncio del Evan­gelio. Concédenos, te pedimos, seguir sus pasos, y por su intercesión, mueve la mente yel corazón de muchos jóvenes generosos para que se entreguen al servicio de Jesús y desu Iglesia en la Sociedad de María. Que se preparen y se formen de tal manera que gastensu vida por la salvación de los hombres. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Si estás interesado en nuestra vida, carisma y misión como Padres,Hermanos, Hermanas, Hermanas Misioneras o Laicos Maristas,

podemos atenderte en padresmaristas.esp@gmail.com

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❝¡Qué hermosos son sobre los monteslos pies de aquellos que anuncian laBuena Noticia que nos trae la salud y lapaz!❞ (Is 52,7)

❝La salvación de todos los pueblos esla misión que hemos recibido denuestro Señor Jesucristo; por ellobendecimos el proyecto de llevar elevangelio a las islas de Oceanía, que laSociedad de María desea realizar❞(Gregorio XVI papa)

❝Por fin Australia, último continentedescubierto, ha recibido también a lospregoneros de la fe. Y casi no queda yaisla tan apartada en la inmensidad delPacífico adonde no haya llegado el celoy la actividad de nuestros misioneros❞(Benedicto XV, encíclica “Maximum illud” 8)

❝Jóvenes: os comparto la certeza de quela fe cristiana permanece siempre jovencuando se abre a la misión que Cristo nosconfía. La transmisión de La fe se hacepor el contagio del amor, lo cual nos pidecorazones abiertos, dilatados por elamor❞ (Papa Francisco)

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Perlas de la encíclica “Maximum illud” de Benedicto XV (1919)

❝Desde el momento en que los apóstoles salieron y predicaron por todaspartes la palabra divina, ya en adelante nunca jamás la Iglesia, fiel al man-dato divino, ha dejado de enviar a todas partes, mensajeros de la doctrinarevelada por Dios y dispensadores de la salvación eterna, alcanzada porCristo para el género humano❞ (Maximum Illud, 2).

❝Tras el descubrimiento de América, ejércitos de varones apostólicos, seconsagraron a aliviar la triste suerte de los indígenas, ora defendiéndolosde la tiranía despótica de ciertos hombres malvados, ora arrancándolos dela dura esclavitud del demonio❞ (MI 6).

❝Al mismo tiempo Francisco Javier, después de haber trabajado heroica-mente por la gloria de Dios y la salvación de las almas en las Indias Occiden-tales y en el Japón, expira a las puertas mismas del Celeste Imperio, adondese dirigía, como para abrir con su muerte camino a la predicación del Evan-gelio en aquella región vastísima…❞ (MI 7).

❝Queridos misioneros: Convencidos en el alma de que a cada uno devosotros se dirigía el Señor cuando dijo: «Olvida tu pueblo y la casa de tupadre» (Sal. 4,11), recordad que no es vuestra vocación para dilatar fron-teras de imperios humanos, sino las de Cristo; ni para agregar ciudadanosa ninguna patria de aquí abajo, sino a la patria de arriba❞ (MI 43).

❝Muchos de los misioneros, en el desempeño de su apostolado, han con-firmado con su sangre la fe y coronado con el martirio sus trabajos apostó-licos❞ (MI 9).

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