1-explotacion

15
5/25/2018 1-EXPLOTACION-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/1-explotacion 1/15 Pulido Bosch, A. (2000). La explotación de las aguas subterráneas y su implicación en la desertización. Boletín Geológico y Minero. Vol. 111-5, 3-18. ISSN 0366-0176 INTRODUCCIÓN Las aguas subterráneas constituyen con cierta frecuencia el único recurso hídrico disponible en regiones de clima árido y semiárido, teniendo el valor de recurso estratégico, único susceptible de hacer frente a las necesidades para los diferentes usos. Si nos atenemos al caso español, se estima que en los primeros 500 m de terreno se almace- nan 300 km 3 , mientras que la capacidad de todos los embalses que jalonan nuestros ríos no alcanza los 50 km 3 . Su interés desde el punto de vista agrícola se puede constatar de las cifras siguientes: de los 3,5 millones de hectáreas de regadío que hay en nuestro país 2,5 millones se riegan con aguas superficiales, para lo cual se emplean 20 km 3  /año; el millón restante se riega con aguas subterráneas con unos 5 hm 3  /año 3 La explotación de las aguas subterráneas y su implicación en la desertización (*) RESUMEN La explotación racional de las aguas subterráneas constituye un elemento clave en el desarrollo económico de un país, área o región. En las regiones de clima semiárido o árido el agua subterránea tiene un interés estratégico. La explotación intensiva o incontrolada de las aguas subterráneas puede ocasionar, en determinados casos, ciertos problemas ambientales que favorezcan los procesos de desertización. En terrenos arenosos, el descenso del nivel freático puede favorecer la erosión eólica, la formación y el avance de las dunas. En regiones de gran aridez, el regadío con aguas de elevado contenido salino puede salinizar los suelos, obligando al abandono de tierras. Frecuentemente, la contribución de la explotación de las aguas subterráneas en los procesos de desertización queda enmascarada por la intervención sinérgica de muchos otros factores, más visibles y activos. Serían necesarios estudios específicos sobre la cuestión con el fin de determinar las posibles actuaciones erróneas que contribuyen al desarrollo de los procesos de desertización. Los aspectos teóricos se ilustran con tres ejemplos de explotación intensiva de acuíferos (Crevillente y Campo de Dalías en España, y Tozeur-Douz, en Túnez). Palabras clave: Aguas subterráneas, Desertización, Explotación intensiva, Regiones semiáridas, Salinización. Groundwater exploitation and its influence on desertification processes ABSTRACT Rational use of groundwaters constitutes a key element in the economic development of a country or region. In regions with a semiarid climate groundwater also has a strategic importance. The intensive or uncontrolled exploitation of groundwaters can induce, in particular cases, certain environmental processes that favour desertification. In sandy terrains the fall of the water table can favour wind erosion, and the formation and advance of sand dunes. In highly arid regions, irrigation using water with a high salinity can cause the soils to become saline, forcing the land to be abandoned. Frequently, the effect of the exploitation of ground- water on the process of desertification is masked by the synergistic intervention of many other, more obvious and more active fac- tors. Specific studies of this issue would be required to identify the misguided activities which contribute to the development of desertification. The theoretical aspects are illustrated using three examples of intensive exploitation of aquifers (Crevillente and Campo de Dalías in Spain, and Tozeur-Douz, in Tunisia). Key words: Desertification, Groundwater, Intensive exploitation, Salinization, Semi-arid regions . A. Pulido Bosch Departamento de Hidrogeología, Universidad de Almería. 04120-Almería. E-mail: [email protected] * El contenido de este artículo coincide sensiblemente con el texto elaborado por el autor para el Curso “Las tierras mediterráneas en la frontera de la desertificación: el mayor riesgo ambiental para el siglo XXI”, organizado por la UIMP, en Valencia, en octubre de 1999.

Upload: xorni

Post on 15-Oct-2015

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Pulido Bosch, A. (2000). La explotacin de las aguas subterrneas y su implicacin en la desertizacin. Boletn Geolgico y Minero. Vol. 111-5, 3-18.ISSN 0366-0176

    INTRODUCCIN

    Las aguas subterrneas constituyen con ciertafrecuencia el nico recurso hdrico disponible enregiones de clima rido y semirido, teniendo elvalor de recurso estratgico, nico susceptible de

    hacer frente a las necesidades para los diferentesusos. Si nos atenemos al caso espaol, se estimaque en los primeros 500 m de terreno se almace-nan 300 km3, mientras que la capacidad de todoslos embalses que jalonan nuestros ros noalcanza los 50 km3. Su inters desde el punto devista agrcola se puede constatar de las cifrassiguientes: de los 3,5 millones de hectreas deregado que hay en nuestro pas 2,5 millones seriegan con aguas superficiales, para lo cual seemplean 20 km3/ao; el milln restante se riegacon aguas subterrneas con unos 5 hm3/ao

    3

    La explotacin de las aguas subterrneas y suimplicacin en la desertizacin(*)

    RESUMEN

    La explotacin racional de las aguas subterrneas constituye un elemento clave en el desarrollo econmico de un pas, rea oregin. En las regiones de clima semirido o rido el agua subterrnea tiene un inters estratgico. La explotacin intensiva oincontrolada de las aguas subterrneas puede ocasionar, en determinados casos, ciertos problemas ambientales que favorezcanlos procesos de desertizacin. En terrenos arenosos, el descenso del nivel fretico puede favorecer la erosin elica, la formaciny el avance de las dunas. En regiones de gran aridez, el regado con aguas de elevado contenido salino puede salinizar los suelos,obligando al abandono de tierras. Frecuentemente, la contribucin de la explotacin de las aguas subterrneas en los procesos dedesertizacin queda enmascarada por la intervencin sinrgica de muchos otros factores, ms visibles y activos. Seran necesariosestudios especficos sobre la cuestin con el fin de determinar las posibles actuaciones errneas que contribuyen al desarrollo delos procesos de desertizacin. Los aspectos tericos se ilustran con tres ejemplos de explotacin intensiva de acuferos (Crevillentey Campo de Dalas en Espaa, y Tozeur-Douz, en Tnez).

    Palabras clave: Aguas subterrneas, Desertizacin, Explotacin intensiva, Regiones semiridas, Salinizacin.

    Groundwater exploitation and its influence on desertification processes

    ABSTRACT

    Rational use of groundwaters constitutes a key element in the economic development of a country or region. In regions with asemiarid climate groundwater also has a strategic importance. The intensive or uncontrolled exploitation of groundwaters caninduce, in particular cases, certain environmental processes that favour desertification. In sandy terrains the fall of the water tablecan favour wind erosion, and the formation and advance of sand dunes. In highly arid regions, irrigation using water with a highsalinity can cause the soils to become saline, forcing the land to be abandoned. Frequently, the effect of the exploitation of ground-water on the process of desertification is masked by the synergistic intervention of many other, more obvious and more active fac-tors. Specific studies of this issue would be required to identify the misguided activities which contribute to the development ofdesertification. The theoretical aspects are illustrated using three examples of intensive exploitation of aquifers (Crevillente andCampo de Dalas in Spain, and Tozeur-Douz, in Tunisia).

    Key words: Desertification, Groundwater, Intensive exploitation, Salinization, Semi-arid regions.

    A. Pulido Bosch

    Departamento de Hidrogeologa, Universidad de Almera. 04120-Almera. E-mail: [email protected]

    * El contenido de este artculo coincide sensiblemente con eltexto elaborado por el autor para el Curso Las tierrasmediterrneas en la frontera de la desertificacin: el mayorriesgo ambiental para el siglo XXI, organizado por laUIMP, en Valencia, en octubre de 1999.

  • A. PULIDO BOSCH

    (Llamas, 1999). Domnguez (1996) da unos valo-res ligeramente menores. Resulta expresivo elmarcado menor consumo de los regados conaguas subterrneas. Si nos atenemos a los rendi-mientos econmicos, los regados con agua sub-terrnea tienen una rentabilidad 5 veces superiora los que se hacen con agua superficial (inLlamas, op. cit.).

    Queda igualmente claro que hasta los mximosdetractores de las aguas subterrneas se rindenante la evidencia de que stas son la salvacinen las sequas extremas que, desgraciadamente,afectan a los pases ridos y semiridos cadacierto nmero de aos, sin que el uso conjuntoaguas superficiales-aguas subterrneas sea unaherramienta comn en la planificacin de losrecursos de tales pases.

    Pero la explotacin desordenada de las aguassubterrneas puede plantear -junto con lasmuchas ventajas de su uso racional y ordenado(Custodio, 1995)- una serie de problemas directoso indirectos (Llamas, 1989; Llamas y Custodio,1999; Pulido Bosch, 1993) de ndole tcnica,ambiental, social, econmica, administrativa ylegal. Entre otros, se pueden citar el descenso delos niveles piezomtricos, con el aumento consi-guiente de la altura de elevacin y su consecuen-cia inmediata de incremento de los costes deexplotacin; la afeccin a las superficies de agualibre, ya sean ros, lagos o humedales (Llamas,1991); la salinizacin de acuferos y/o de suelos;la afeccin a los intereses de terceros; la induc-cin de colapsos -especialmente en reas krsti-cas (LaMoreaux, 1991)-; los asentamientos dife-renciales del terreno con la consiguiente afeccina la estabilidad y funcionalidad de infraestructu-ras (carreteras, canales, canalizaciones subterr-neas y alcantarillados). Por otro lado, los acufe-ros costeros son especialmente vulnerables anteel riesgo de intrusin marina. En los Congresosde Sobreexplotacin celebrados en Almera en1989 de mbito nacional (Pulido Bosch et al.,1989) y en el Puerto de la Cruz en 1991 (IAH, 1991)se tiene un muestrario denso de la problemticaa escala nacional y mundial -en el segundo de loscasos- donde se describen numerosos ejemplosmuy singulares y espectaculares. El segundo delos eventos fue objeto de una publicacin mono-grfica de la IAH (Simmers et al.,1992), reco-

    giendo algunas de las contribuciones ms rele-vantes.

    Curiosamente, la desertizacin no aparece des-crita de manera precisa en prcticamente nin-guno de los casos, aunque parece claro que laexplotacin intensiva de los acuferos puede con-tribuir a la desertizacin del medio, como tratarde mostrar en lo que sigue. Posiblemente su tra-tamiento especfico sea poco comn ante elhecho de que la explotacin de los acuferos esun factor ms que queda diluido dentro demuchos otros (Puigdefbregas y Mendizbal,1995) de entre los que sobresalen la erosin(Bryan, 1990) y la degradacin de los suelos pormotivos muy diversos (Sala et al., 1991; Rubio yCalvo, 1996).

    Igualmente resulta claro que las reas del planetacon mayor escasez de agua son las ms vulnera-bles a la expansin del desierto y las que ms seresienten en caso de sequas eventuales (Agneury Anderson, 1992). Son sistemas especialmentefrgiles y vulnerables que carecen de margen demaniobra frente a situaciones extremas. Esposiblemente en estas reas donde la inade-cuada gestin del agua subterrnea puede resul-tar ms impactante con respecto a la desertiza-cin.

    El objetivo esencial de este artculo es analizaraquellos casos en que el uso inadecuado delagua subterrnea puede contribuir al desarrollode los procesos de desertizacin. Tambin escierto que, en muchos casos, el correcto uso delagua subterrnea puede ser una garanta demantenimiento del equilibrio y un arma de luchacontra la desertizacin. No obstante, aqu slo setrata de desarrollar aquellos aspectos en los quela explotacin de las aguas subterrneas puedecontribuir a la desertizacin del medio.

    EL AGUA EN EL SUELO Y LAS FREATOFITAS

    Siguiendo a Westing (1995), podemos diferenciarel agua verde -que ocupa la franja no saturaday que es susceptible de ser utilizada por las racesde las plantas- del agua azul que ocuparatodos los huecos interconectados dentro de la

    4

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    franja saturada, adems de los ros, lagos y otrassuperficies de agua libre. Esa humedad del suelocondiciona la vida vegetal y depende, entre otrosfactores, de las precipitaciones -cantidad, intensi-dad y distribucin-, granulometra del terreno yespecialmente del porcentaje de la fraccin lut-tica, insolacin, orientacin de la vertiente, vege-tacin -densidad y tipo-, y de la permeabilidadvertical, como ms relevantes. La reduccin y/oeliminacin de esta humedad puede tener gravesconsecuencias sobre la vegetacin y sta a su vezsobre la proteccin del suelo y sobre los proce-sos erosivos anexos. Frecuentemente este aguaverde se puede encontrar en continuidad con elagua azul del acufero, por lo que la afeccin auna de ellas tiene su influencia sobre la otra.

    Las plantas freatofitas, especialmente las impro-ductivas, frecuentemente protectoras del mediofrente a la erosin de los agentes externos, fue-ron consideradas durante mucho tiempo comoenemigas del aprovechamiento racional de losrecursos hdricos de una regin, por lo que habaque eliminarlas y, en el mejor de los casos, susti-tuirlas por otras de menor consumo, aunqueposiblemente menos adaptadas al medio. En lalgica racional imperante hace varias dcadas,los hidrogelogos recomendaban su eliminacin,dentro de una poltica de aprovechamientoptimo de los recursos (Davis y de Wiest,1966).

    LOS EMBALSES SUBTERRNEOS Y SU EXPLOTACIN

    Aunque no es el objeto de esta exposicin,parece oportuno recordar que los materialesacuferos -aquellos que almacenan y transmitenel agua- pueden constituir embalses subterr-neos de dimensiones muy variables, rodeados deacuitardos y/o acuicludos que constituyen suslmites y bordes. Los aliviaderos de los embalsesson los manantiales que, junto con los ros, hansido objeto de aprovechamiento ancestral por elhombre. Este aprovechamiento normalmenterequiri azudes de derivacin y canales de con-duccin del agua. Su influencia en la desertiza-cin cabe pensar que fuera mnima, dado que setrataba de una explotacin en rgimen natural,sin posibilidad de afeccin a los caudales fluyen-tes, aunque s a su distribucin espacial.

    Durante los perodos secos muchos de losmanantiales se secaban; con cierta frecuencia ensu lugar se excavaba una galera cuyo desarrollose sola parar al encontrar de nuevo el agua. Elproceso poda repetirse en sucesivos perodossecos. La tcnica de las galeras alcanz una granperfeccin tcnica en la antigua Persia, mediantela construccin de los qnats (khanats, kanats, sonotros nombres dados a este tipo de captacin,aunque ha recibido nombres muy diversos segnlos paises), algunos de los cuales alcanzabanvarias decenas de kilmetros de recorrido.Posiblemente este tipo de construccin contri-buy a la desertizacin en las regiones ridas ysemiridas, al afectar al agua verde en la mayorparte de su recorrido por actuar la galera de drencolector. Su expansin a todo lo largo delMediterrneo, incluyendo todo el sudeste y eleste peninsular, favoreci el desarrollo de la agri-cultura y dio ciertas garantas a los abastecimien-tos. En realidad estas minas no son obras deregulacin en sentido estricto ya que arrojan msagua en los perodos hmedos y su caudaldecrece o se anula en el estiaje y en los perodossecos. Al actuar de elemento estabilizador de lapoblacin, durante los perodos secos se puederomper el equilibrio entre la produccin sosteni-ble y el nmero de habitantes abastecidos por lagalera; se inicia as una etapa que puede generarimpactos irreversibles a la escala de la amplitudde los perodos de sequahumedad, tales comosobrepastoreo con eliminacin de la coberteravegetal, aumento de la superficie cultivada paracompensar la menor produccin agrcola, ero-sin de los suelos, etc.

    Cuando el hombre inventa sistemas de elevacindel agua es cuando comienza la explotacin delas aguas subterrneas mediante pozos, even-tualmente combinados con galeras drenantes.Las norias de traccin animal ya s constituyen unsistema de explotacin que lleva asociado unmecanismo de control sobre el agua, de formaque la extraccin se hace en funcin de las nece-sidades, sin que se produjeran prdidas enperodo de no utilizacin. Aunque ha habidoejemplos ancestrales en algunos lugares delmundo (China y Francia, por ejemplo) de excava-cin de pozos muy profundos (hasta varios cien-tos de metros de profundidad; Puche, 1996), loms frecuente era la excavacin de pozos muysomeros que eran paralizados en cuanto que la

    5

  • A. PULIDO BOSCH

    lmina de agua superaba varios decmetros deespesor. Su influencia sobre el agua verde serasimilar a la de las galeras, aunque mucho mslocalizada. Ahora bien, el uso de su agua favore-ca el desarrollo agrcola. La construccin degaleras anejas poda hacer aumentar el rea deinfluencia de ese drenaje inducido. Los pozosprofundos podan ser aprovechados nicamenteen caso de ser surgentes, al carecer de sistemade elevacin.

    La invencin de la bomba sumergible y el avanceen todas las tcnicas de perforacin hacen quedesde mediados del siglo actual se hayan rotocasi todas las barreras en lo que a profundidad deperforacin y/o elevacin del agua se refiere; laprofundidad de la obra ha dejado de ser un lmitea la extraccin del agua en la mayora de loscasos, incluyendo los drenajes de las explotacio-nes mineras y de las grandes obras subterrneas(Fernndez-Rubio, 1978).

    Se llega de esta manera al perodo en el que laexplotacin intensiva de los acuferos puedehacerse realidad; se perfora a percusin, rotacincon circulacin normal o inversa, rotopercusin,pozos con colectores radiales, etc. Se captanacuferos someros, profundos, confinados, semi-confinados, o multicapa, y todo ello con un buenconocimiento de las leyes que rigen el movi-miento del agua subterrnea. Las surgencias sepueden agotar, el agua puede estar cada vez amayor profundidad. Acuferos pequeos se lle-gan a vaciar prcticamente y otros de variosmiles de kilmetros de superficie pueden verreducido sensiblemente el volumen de sus reser-vas (Ogallala en USA, por ejemplo; Johnson,1991).

    EXPLOTACIN Y DESERTIZACIN

    El uso intensivo del agua subterrnea afectatanto a la cantidad como a la calidad del recurso.Sobre este ltimo aspecto hay multitud de ejem-plos; frecuentemente, los acuferos aumentanconsiderablemente la salinidad de sus aguas, yno solamente en los acuferos costeros, donde sepuede producir intrusin marina, sino en muchasotras circunstancias, como son movilizacin deaguas fsiles de alto contenido salino, en ars-nico (Argentina, Bangladesh, Bengala y Mjico;

    Nickson et al., 1998; Schreiber et al., 2000), enflor, y en boro (Bajo y Medio Andarax, Almera;Snchez Martos et al., 1999), entre otros elemen-tos, que pueden salinizar o hacer txica o fitot-xica el agua.

    En regiones de clima semirido, el regado conagua subterrnea puede ocasionar la salinizacinde los suelos y de las aguas (Adar, 1999); enefecto, el agua bombeada sufre una notable con-centracin en sales como consecuencia de la eva-potranspiracin; el agua que retorna al acufero(puede superar el 20 % en dotaciones elevadas ysuelos bien drenados) alcanza a tener ms deldoble de sales que el agua inicial, al margen de lasal depositada en el suelo; la repeticin del pro-ceso puede acabar degradando suelos y agua. Enel Bajo y Medio Andarax se tiene un buen ejem-plo, complicado con la presencia de boro en con-centraciones elevadas (Martnez Raya, 1986;Snchez Martos, 1997).

    El paso siguiente puede ser el abandono de loscultivos por el deterioro de los suelos, de lasaguas o de ambos, y se inician otros procesosmucho ms activos que los relacionados con elagua, que pueden terminar dando un paisajedegradado (Garca-Ruz, 1996). En el caso delAndarax, la consecucin de aguas externas decalidad aceptable ha permitido recuperar variosmiles de hectreas para el cultivo (SnchezMartos et al., 1996). El aumento de la profundi-dad de bombeo y, eventualmente, el agota-miento fsico de los acuferos puede tener con-secuencias parecidas. Al carecer de agua, o al sermuy costosa la explotacin, se tienen que aban-donar los cultivos.

    La combinacin de ambos factores -cantidad ycalidad del agua- puede resultar tambin alta-mente impactante, de consecuencias acrecenta-das en climas semirido y rido. Sera el caso decuencas sedimentarias ms o menos extensasalimentadas por las mayores precipitaciones delos bordes de mayor altitud, situndose el reade descarga en el interior de la cuenca, frecuen-temente de forma difusa -desarrollo de freatofi-tas (Davis y de Wiest, 1966)- o en una laguna(sebkhas) cuyas aguas pueden ser saladas o salo-bres, favorecido por la elevada evaporacin esti-val. La explotacin de las aguas de los bordes dela cuenca -normalmente de escaso contenido

    6

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    salino y facies bicarbonatada clcica- puedereducir o anular totalmente la salida del agua a lalaguna; su desecacin acaba con la vegetacinhalfila que suele bordearla. El viento puedearrastrar las sales depositadas en el fondo de lalaguna, las cuales, a su vez, degradan los suelosdel entorno pudiendo favorecer la muerte de lavegetacin.

    Algo similar puede suceder de forma natural enregiones arenosas desprovistas de vegetacin; elnivel fretico mantiene fijada la arena; si sube, sepuede producir encharcamiento y/o eventualentrampamiento de arenas transportadas porel viento; si baja el nivel se pueden movilizar lasarenas, lo cual permitir que se genere unalaguna ms profunda en el siguiente ciclohmedo. Estos procesos, visibles en algunos sec-tores del Parque Nacional de Doana, en Espaa,-con diferentes variantes- (Custodio, 1999) sepueden acelerar sensiblemente si el hombreinterviene explotando el acufero; de esta manera

    se puede producir el avance de dunas aparente-mente estabilizadas. Ese avance puede hacerdesaparecer la vegetacin existente, dando lugara un proceso de degradacin autoalimentado dedifcil solucin.

    De los escasos ejemplos localizados en bibliogra-fa en los que se cita a la explotacin del aguasubterrnea como causante directo de desertiza-cin se tienen los de regiones ridas y semiridasde China (Zhaoxin, 1991); se trata de las llanurasseptentrionales de China a las que se les estimaunos recursos hdricos subterrneos explotablesde 130.000 hm3/ao. La explotacin intensiva enesas extensas reas produjeron amplios descen-sos del nivel fretico en los sectores ms explo-tados, con valores que alcanzaron 15 m entre1960 y 1984; subsidencia del terreno; disminu-cin de los caudales de numerosas surgencias;intrusin marina en las reas costeras; colapsosen reas krsticas (143 colapsos en el perodo1970-1985); reduccin de los caudales de los ros;

    7

    Figura 1.- Esquema de flujo en cuencas sedimentarias extensas en regin semirida (inspirada en Toth, 1963, y Engelenc y Jones,1986). Para ms detalles, ver texto.

    Figure 1.- Scheme of flow in a great sedimentary basin in semi-arid regions (inspired in Toth, 1963, and in Engelenc and Jones,1986). For more explanations see the text.

  • A. PULIDO BOSCH

    y abandono de numerosas granjas debido a lasalinizacin de los suelos con el consiguienteavance del desierto.

    Mucho ms frecuentes son los ejemplos tipoValle de Guaymas (NE de Mjico), donde laexplotacin descontrolada en los acuferos, ini-ciada en la dcada de los 40 (Rodrguez, 1991),dio lugar al avance de la cua salina 25 km,habindose abandonado 600 km2 de tierras agr-colas en el ao 1990. Las autoridades contempla-ron como alternativa emplear los pozos intruidosen acuicultura (criaderos de camarn). Lasextracciones pasaron de 20 hm3/ao en los aoscuarenta, a unos 100 hm3/ao en los setenta y a180 en los aos ochenta, con un conoide de 90metros bajo el nivel del mar en un rea superiora 40 km2.

    ALGUNOS EJEMPLOS

    Espaa tiene numerosos ejemplos de explota-cin intensiva de acuferos (MINER-MOPTMA,1994) pero son muy escasos los estu-dios detallados que relacionan fehacientementeexplotacin y desertizacin, posiblemente por loya expuesto de la dificultad de hacer la parte deltodo. A escala mundial posiblemente el proyectoms singular sea el realizado por Libia para llevara cabo la explotacin minera de las aguas fsiles(17.000 a 34.000 aos de antigedad) detectadasbajo el desierto con motivo de la perforacin delos pozos petrolferos (Lucks y Gladwell, 1999).Fue una decisin meditada y asumida, sabiendoque su duracin va a ser limitada. El proyecto,denominado Great Manmade River, fue conce-bido en tres fases. La primera fase, terminada enAgosto de 1991, consisti en transportar 23 m3/sa lo largo de unos 600 km, hasta la franja costera,mediante tubera de hormign de 1,6 a 4 m dedimetro enterrada a 6 7 m de profundidad. Enla segunda fase transportan el agua desde el readesrtica de la mitad occidental del pas hasta lafranja Trpoli-Sirt. La tercera fase se encuentra enrealizacin.

    La posibilidad de aplicar la explotacin minera alas aguas subterrneas es una opcin legtima(Llamas, 1998) y econmicamente aceptablecuando los beneficios superan a los costes. Es elcaso de Libia que, adems, es la alternativa

    menos costosa de las diferentes analizadas(Salem, 1992), aunque parece muy alejada deldesarrollo sostenible como panacea surgida dela Conferencia de Ro.

    Para ilustrar lo expuesto, comentar tres ejem-plos, tomados del mbito mediterrneo, deexplotacin intensiva de acuferos susceptiblesde favorecer la desertizacin, dos de ellos enEspaa -Crevillente y Campo de Dalas- y el de losacuferos de la mitad Sur de Tnez, en las puer-tas del Sahara.

    La Sierra de Crevillente (Alicante, Espaa)

    El acufero de la Sierra de Crevillente constituyeun ejemplo singular de sobreexplotacin de acu-fero krstico que sirve para ilustrar la gran poten-cialidad de los acuferos en rocas carbonatadasmuy por debajo de las cotas de los manantiales,frecuentemente consideradas como niveles debase de la karstificacin. Los materiales acufe-ros estn constituidos esencialmente por calizasy dolomas jursicas que reposan bajo una serieesencialmente margosa del Jursico superior-cretcico inferior. Los materiales pertenecen alDominio Subbtico y en consecuencia presentanpliegues de tpica directriz btica (ENE-WSW). Suubicacin a lo largo del contacto tectnico entrelos Dominios Subbtico y Prebtico, cabalgandoel primero sobre el segundo, ha debido teneralguna influencia en el desarrollo profundo de lakarstificacin, posiblemente favorecido por laexistencia de CO2 de origen profundo (PulidoBosch et al., 1998). Los afloramientos acuferos(figura 2) ocupan algo ms de 70 km2 de superfi-cie que corresponden esencialmente con tresanticlinales separados por dos sinclinales; elborde meridional del sistema est ocupado por lafalla de Crevillente, accidente tectnico de granrelevancia en la Cordillera Btica (Andreu, 1997).

    Las primeras explotaciones se iniciaron a princi-pios de los 60; se trataba de pozos poco profun-dos ubicados en el borde oriental, cercanos a loslugares de mayor uso agrcola potencial; parale-lamente se inici una curiosa obra en el bordemeridional, consistente en la construccin de unagalera, bajo el nivel piezomtrico, de unos 2360m de longitud y de 2,5-3 m de dimetro. Los pri-meros 775 m estn excavados en margas tercia-

    8

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    rias y arcillas con yesos trisicos y otros terrenospoco consistentes. La construccin dur 4 aos(1961-1964; Andreu, op. cit.) estando el nivelfretico inicial unos 100 metros sobre la base dela galera, motivo por el cual lleg a arrojar hastaunos 200 l/s por su boca, aunque por pocotiempo. En su interior se perforaron 12 sondeoscon un potencial de bombeo superior a 1200 l/s.

    Los sondeos del sector oriental fueron reprofun-dizados en la dcada de los 70 y en la de los 80,buscando nuevos emplazamientos en donde ubi-car nuevas captaciones para hacer frente a unademanda creciente de agua para una rentableagricultura dominada por la uva de mesa. Lasextracciones fueron aumentando hasta alcanzarun mximo de algo ms de 30 hm3/ao en 1978.Si tenemos en cuenta que la alimentacin mediadel acufero puede ser del orden de 10 hm3/ao,

    con valores nulos en los aos muy secos, se com-prende que la consecuencia de tal sobreexplota-cin no poda ser otra que el descenso conti-nuado de los niveles, cuya evolucin se muestraen la figura 3.

    La existencia de materiales evaporticos en elsustrato y en los bordes del acufero y la eventualzonacin gravitatoria del agua, trajeron apare-jado un aumento de la salinidad del agua bom-beada con distribucin espacial variable, aunqueen muchos pozos se extrae agua de facies cloru-rada sdica (Andreu, 1997). El aumento tan con-siderable de la profundidad a la que hay queextraer el agua, con el consiguiente aumento delos costes de explotacin, el abandono de algu-nas captaciones por quedarse secas o por el dete-rioro de la calidad del agua bombeada, la dismi-nucin de la rentabilidad de los productosagrcolas cultivados, son otros tantos factoresque motivaron el abandono de muchas parcelas,lo cual tuvo su reflejo en la disminucin de losbombeos.

    9

    Figura 2.-Esquema hidrogeolgico del acufero de la Sierrade Crevillente. s.SE y s.W, sectores mostrados en la figura 3.

    Figure 2.- Hydrogeological scheme of the Sierra deCrevillente aquifer. s.SE and s.W, sectors showed in figure 3.

    Figure 3.- Evolucin de los niveles piezomtricos en el acu-fero de Crevillente. (Modificado de Pulido Bosch et al., 1998).La situacin de los sectores se muestra en la figura 2.

    Figure 3.- Evolution of the piezometric levels in the aquifer ofSierra de Crevillente. (Modified from Pulido Bosch et al.,1998). Situation is showed in figure 2.

  • A. PULIDO BOSCH

    De proseguir en la lnea que se iba, lo ms pro-bable es que se tuvieran que abandonar todos losriegos con las aguas del acufero por agota-miento del mismo -como sucedi en el acuferodel Cid, tambin en la provincia de Alicante(Andreu, 1997)- por lo que podra haber llegadoun momento en que se habra alcanzado uncierto equilibrio, al igual que sucede en la actua-lidad con el citado acufero del Cid. Sin embargo,las consecuencias socioeconmicas pueden serdesastrosas, dado que la uva de mesa requieremucha mano de obra. Las consecuenciasambientales, aunque poco marcadas an, pareceque haban ido en la lnea de la salinizacin desuelos, abandono total de cultivos, eventualaumento de la erosin y prdida de suelo y, endefinitiva, progreso de la desertizacin. Algunosagricultores del lugar, a finales de los 80, pare-can resignados a la vuelta al cultivo tradicionalde secano, incluyendo el algarrobo, rbol de granresistencia en un medio semirido. En la actuali-dad parece estabilizado el proceso de abandono,aunque ya es mucha menor la superficie culti-vada y regada, debido a los problemas citados.

    El Campo de Dalas (Almera, Espaa)

    Este rea, con unos 330 km2 de superficie, ha sidola base del milagro econmico de Almera, queha pasado de estar entre las provincias mspobres de Espaa a ocupar un lugar entre el ter-cio de las de economa ms desarrollada. En laactualidad se estima que se riegan unas 20.000ha bajo plstico, que mueven directa o indirecta-mente ms de 200.000 millones de pesetas alao. En realidad, el Campo de Dalas se encuen-tra muy estrechamente relacionado con toda laSierra de Gdor, la cual constituye su borde sep-tentrional (figura 4). La superficie ocupada por elrea de la Sierra de Gdor vertiente al Campo deDalas cubre otros 330 km2, con la peculiaridad deregistrar una precipitacin mucho ms elevada(de 2 a 3 veces la medida en el rea cubierta porlos plsticos; Martn Rosales, 1997; Vallejos, 1997;Molina, 1998).

    El borde meridional de Gdor constituira esen-cialmente el rea de recarga de los acuferos delCampo de Dalas, de los que se bombean unos130 hm3/ao (Gonzlez, 1999) que abastecen losregados -ayudados con agua procedente del

    embalse de Bennar y del Canal de San Fernando,ambos en el ro Adra, situado al Oeste delCampo, y de la galera de Fuentenueva(Navarrete, 1992)- la demanda urbana de losncleos del Campo, que pueden superar los250.000 habitantes en verano, y la ciudad deAlmera, que recibe unos 15 hm3/ao. Si tenemosen cuenta que las entradas al sistema puedenalcanzar 60-80 hm3/ao, nos encontraramosfrente a otro caso de flagrante explotacin inten-siva que presenta aspectos paradjicos, comoexpondr posteriormente.

    Desde el punto de vista geolgico, los materialesaflorantes ms antiguos corresponden a lasmetapelitas alpujrrides que soportan unapotente serie carbontica trisica. Estos materia-les alpujrrides representan a las unidades deGdor -extensamente desarrollada en el rea- yde Felix, cuyos afloramientos se cien a la mitadoriental. Entre los terrenos trisicos y los mioce-nos no se han descrito materiales. Los materialesmiocenos estn representados por conglomera-dos de rocas volcnicas sobre los que se deposi-tan calizas pararrecifales y calcarenitas que par-chean el borde meridional de la sierra.

    Los materiales pliocenos comienzan por un con-glomerado basal sobre el que descansa unapotente serie margosa (figura 4) que puedealcanzar 700 m, que culmina con un tramo calca-rentico la serie. Los materiales cuaternariosestn ampliamente representados por grandesabanicos aluviales que jalonan el borde de la sie-rra. Los sedimentos de playas, las arcillas deborde de abanico y los sedimentos de cuencaslitorales restringidas completan el resto de losmateriales aflorantes.

    Los carbonatos trisicos, los conglomerados vol-cnicos y los terrenos miocenos calizos y detrti-cos, las calcarenitas pliocenas y los abanicos alu-viales constituyen las principales formacionesacuferas del rea. De acuerdo con criterios geo-mtricos se consideran tres unidades hidrogeol-gicas dentro del Campo: Aguadulce, Balanegra, yBalerma-Las Marinas (figura 5).

    La unidad de Aguadulce es la de mayor comple-jidad geolgica; en ella se pueden encontrar enuna misma vertical formaciones acuferas y otrasde comportamiento acuitardo y/o acuicludo, tales

    10

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    como las gravas cuaternarias, calcarenitas plio-cenas, margas pliocenas, calcarenitas miocenas,calizas trisicas de Felix, metapelitas de Felix ycarbonatos de Gdor. En esta unidad se encon-traba la surgencia principal del sistema.Actualmente una fraccin considerable de la uni-dad muestra niveles piezomtricos bajo el niveldel mar y numerosos pozos tuvieron que serabandonados como consecuencia de la saliniza-cin de sus aguas, posiblemente de origenmarino actual (Vallejos et al., 1998; Molina, 1998).

    La unidad de Balanegra ocupa el extremo occi-

    dental del sistema y no parece tener conexincon el mar en gran parte de la franja costera, deah que a pesar de que los niveles en los carbo-natos trisicos de Gdor se encuentren local-mente a ms de 20 m bajo el nivel del mar, noexisten evidencias de intrusin marina, salvo enla Escama de Balsa Nueva (Thauvin, 1986;Molina, 1998). Al igual que la unidad deAguadulce, sta mantiene una explotacin exten-siva desde hace ms de 20 aos.

    La unidad de Balerma-Las Marinas, con unos 220km2 de superficie, es la ms superficial de las tres.

    11

    Figura 4.- Esquema hidrogeolgico del Campo de Dalas y del borde meridional de la Sierra de Gdor, con diferenciacin de lasUnidades hidrogeolgicas de Balanegra (1), Balerma-Las Marinas (2) y Aguadulce (3), as como los materiales de la Unidad deGdor (4), los materiales de la Unidad de Felix (5) y las calcarenitas de Mioceno (6). EBN: Escama de Balsa Nueva. A y B corres-ponden a la situacin de los cortes esquemticos de la figura 5.

    Figure 4.- Hydrogeological scheme of the Campo de Dalias and southern part of Sierra de Gdor. The hidrogeological units are dife-rentiated: Balanegra (1), Balerma-Las Marinas (2) and Aguadulce (3). Terrains of Gdor unit are (4), Felix (5) and Miocene calcare-nites (6). EBN: Balsa Nueva slice. A and B correspond to the situation of the schematical cross-sections showed on figure 5.

  • A. PULIDO BOSCH

    12

    Figura 5.- Cortes hidrogeolgicos esquemticos del Campo de Dalas, sin escala. 1: Carbonatos de Gdor; 2: Carbonatos y meta-pelitas de Felix; 3: Margas pliocenas; 4: Calcarenitas pliocenas; 5: Abanicos aluviales

    Figure 5.- Schematic hydrogeological cross-sections of the Campo de Dalias, with no scale. 1: Carbonates of Gdor unit; 2:Carbonates and metapelitics of Felix unit; 3: Pliocene marls; 4: Pliocene calcarenites; 5: Alluvial fans

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    Est esencialmente constituida por las calcareni-tas pliocenas y aislada de las otras dos unidadespor las margas pliocenas, aunque a lo largo de suborde septentrional puede existir conexin. Elborde meridional est ocupado por las margaspliocenas, sin que las calcarenitas contactendirectamente con el mar. Las aguas de esta uni-dad presentan una calidad natural mediocre(Pulido Bosch et al., 1991), motivo por el cual lasextracciones son muy inferiores a las otras dosunidades (Domnguez y Gonzlez, 1995). Si a laescasez de los bombeos unimos el hecho de quela mayor superficie irrigada se sita sobre estaunidad, se comprender que el nivel freticohaya ascendido durante los ltimos aos, al con-trario de lo que sucede en las otras dos unidades.Por otro lado, la parte central del Campo es endo-rreica, acrecentada por la extraccin de arcillaspara soporte del cultivo en invernaderos. Portodo ello, en los ltimos 10 aos se ha formadoun humedal cuyo tamao aumenta visiblementecada ao (Castro et al., 1999).

    El sistema tambin ha sido declarado legalmentesobreexplotado, aunque son muchos los proble-mas que se estn planteando al momento deestablecer la Comunidad de Usuarios y definir elPlan de Ordenacin de las Extracciones. Se con-templan soluciones que pasan por trasvases deagua, construccin de numerosos embalses -bajocondiciones climticas que admiten muy escasagaranta en la satisfaccin de la demanda- cons-truccin de plantas desaladoras de agua de mar,y -sobre todo- muchos kilmetros de canales queinterconectaran diversas cuencas hidrogrficas.

    La sobreexplotacin ha favorecido o va a favo-recer la desertizacin? El paso de un pedregal aun mar de plsticos es negativo? Segn elexperto en botnica de la provincia de Almera,Ingeniero A. Pallars (1996, com. personal), elnmero de especies vegetales en el Campo deDalas ha aumentado espectacularmente y noslo en plantas nitrfilas. Lo que parece claro esque el desarrollo -en lo que respecta al agua- noes sostenible y que las medidas para mantener eltipo de desarrollo pasan por aumentar el mbitode influencia de los impactos (trasvases), inclu-yendo la desalacin. Por otro lado, en el Campode Dalas es donde el rendimiento neto del metrocbico de agua es, posiblemente, el mayor detoda Espaa.

    Regin de Tozeur-Douz (Tnez)

    El rea en cuestin, situada en el borde delSahara y en la orilla del gran lago estacional(chott) de Djerid (figura 6), cuenta con espectacu-lares oasis ocupados por altas palmeras que dancobijo a rboles frutales de menor porte, que a suvez protegen y permiten el crecimiento del maz,tomates y otras legumbres. Estos oasis estabanalimentados por las surgencias que constituanlos aliviaderos naturales de grandes embalsessubterrneos, confinados en la mayor parte de susuperficie.

    Se trata de los denominados Manto delComplejo Terminal (materiales del Senonense alMioceno y eventualmente al Cuaternario) yManto del Continental Intercalar (materialesdel Jursico superior-Cretcico). En algunoscasos las surgencias tienen galeras excavadasdesde la dominacin romana o posteriores,hechas con el fin de permitir que sigan manandoen los perodos muy secos.

    Los planes de transformacin en regado de nue-vas reas y el aumento de la demanda urbanacomo consecuencia del turismo han favorecidouna explotacin superior a las entradas medias alos sistemas, trayendo como consecuencia elagotamiento de muchas de las salidas naturales.La abundancia de arenas y la escasa vegetacinexistente, unido a los frecuentes vientos clidossaharianos, favorecen el avance de los materialessueltos que llegan a enterrar la poca vegetacinprotectora existente. Los palmerales -grandesconsumidores de agua- muestran en muchoslugares indicios de agotamiento que se traduceen un avance del desierto. Las grandes acumula-ciones de sales existentes en los chotts Djerid yFejej (figura 7) son susceptibles de ser transpor-tadas por las tempestades de viento, agravandolos notables problemas de escasez de agua quetiene la mayor parte del pas (Mamou, 1995).

    Este es un ejemplo muy extremo, pero que pre-tende llamar la atencin sobre el hecho de que laperiferia de los desiertos es especialmente vulne-rable a la desertizacin, al ser ecosistemas extre-madamente frgiles. La tentacin de aumentar laafluencia de turistas y los cultivos -incluso bajoplstico, como se puede ver en algunos puntosdel rea citada- es muy grande en regiones de

    13

  • A. PULIDO BOSCH

    recursos muy limitados, cuya nica alternativaque parecen ofrecer a los habitantes del lugar espasar a engrosar las cifras de las chabolas de laperiferia de las grandes ciudades del Norte.

    Adems, alguna de las nuevas transformacionesque ocupan reas de suelos arcillosos se enchar-can con facilidad, lo que se traduce en un notableaumento de la evaporacin que en muy pocotiempo saliniza el suelo; ello obliga al paradjicoesquema de un sistema de regado a manta y/o

    en surcos, y a la excavacin de largas zanjas dedrenaje tendentes a evitar la salinizacin.

    CONSIDERACIONES FINALES

    La explotacin racional de las aguas subterr-neas no tiene por qu contribuir al desarrollo dela desertizacin; muy al contrario, puede ser unaherramienta que permita hacer frente a la degra-dacin del medio, al menos en una primera etapa

    14

    Figura 6.- Esquema hidrogeolgico del entorno de Tozeur-Douz. 1: Afloramiento de materiales del Complejo Terminal. 2: Lagosalado efmero (chott). 3: Oasis.

    Figure 6.- Hydrogeological scheme of Tozeur-Douz area and its surroundings. 1: Outcrops of the materials from the TerminalComplex. 2 : Salt ephemeral lake (chott). 3 : Oasis.

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    en la que se hace preciso restaurar el agua verdeen los primeros decmetros del suelo hasta que lanueva vegetacin consigue alcanzar un nuevoequilibrio.

    La explotacin inadecuada de las aguas subterr-neas puede eventualmente contribuir a la degra-dacin del medio, an mediante tcnicas de cap-tacin tan primitivas como las largas galeras, alfacilitar el drenaje vertical del agua de la franja nosaturada. La explotacin intensiva de los acufe-ros, tan frecuente en las regiones de clima semi-rido y rido, puede favorecer la desertizacin deforma directa y -ms frecuentemente- de maneraindirecta, a menudo por la contribucin a la sali-nizacin de los suelos como resultado del bom-beo -concentracin por evaporacin-infiltracin-bombeo-. La litologa de la franja no saturada y laeventual existencia de rocas evaporticas en elsubsuelo pueden acelerar los procesos de salini-zacin de las aguas.

    El continuo descenso de los niveles piezomtri-cos puede provocar un desequilibrio que favo-rezca el desplazamiento de aguas de mayor con-tenido salino -en las reas costeras o en regionescon zonacin vertical de la salinidad- con elimpacto consiguiente sobre la vegetacin y lossuelos. Una vez iniciado el proceso de degrada-cin, comienzan su labor los dems factores sus-

    ceptibles de actuar: abandono de cultivos(Garca-Ruz, 1996; Martnez-Fernndez et al.,1996); erosin acelerada; sobrepastoreo; incen-dios forestales (Molina y Sanroque, 1996); con-flictos humanos (Bchler, 1995), y otros.

    La explotacin intensiva tambin puede dar lugara procesos curiosos que pueden contribuir a ace-lerar la degradacin del medio. Como ancdota,se puede citar el caso del Alto Guadalentn, en elsudeste espaol, donde la sobreexplotacin aque se ha visto sometido el sistema acufero, altiempo que produca un continuo descenso delnivel fretico, favoreci la liberacin de gran can-tidad de gases (Rodrguez Estrella et al., 1989;Cern, 1995) de entre los que dominan el CO2; elaumento de la presin parcial de CO2 confiri unanotable agresividad al agua, con el consiguienteaumento en HCO3 de las aguas de bombeo en lospozos, habindose abandonado muchos de ellos.

    En la gran mayora de estas reas hay una esca-sez crnica de agua y un uso no sostenible delagua subterrnea. Las soluciones que se plan-tean desde distintos sectores de laAdministracin y desde los propios usuariospasan por un mejor aprovechamiento de losrecursos, desalacin de agua de mar, unin ytrasvase entre cuencas, como ms relevantes(MMA, 1999); en el caso de esta ltima solucinno est nada claro si, a la larga, no tendr unasconsecuencias ambientales ms indeseables quelas de la situacin actual, aunque tras cuantiosasinversiones.

    La solucin ms duradera, aunque social y polit-camente muy costosa, sera la vuelta al uso sos-tenible del agua. Ahora bien, cuntos miles dehectreas de terrenos cultivados tendran queabandonarse? cuntas miles de personas ten-dran que abandonar las reas de explotacinintensiva?. Posiblemente se est a tiempo dehacer una adecuada ordenacin del medio, conparticipacin activa de toda la sociedad, que con-temple la utilizacin ms racional de los recursosde cada rea. La mayor concienciacin medioam-biental de las nuevas generaciones ser buenabono para la toma de decisiones ms adecua-das, aunque la solucin milagrosa est muylejos de ser alcanzada.

    15

    Figura 7.- Foto del entorno de Douz. En primer plano seobservan los sistemas de proteccin contra la erosin elica.A la derecha se observan palmeras secas.

    Figure 7.- A view of the surroundings of Douz. Protection sys-tem against the eolic erosion are visible. On the right, thereare some dry palmers.

  • A. PULIDO BOSCH

    AGRADECIMIENTOS

    Este texto desarrolla algunas de las ideas elabo-radas en el marco del proyecto HID98-0689(CICYT). Pablo Pulido particip activamente enla elaboracin de los grficos que ilustran esteartculo. El prof. Dr. R. Llamas y el Dr. Durn revi-saron el manuscrito original e hicieron correccio-nes y sugerencias; mi agradecimiento a ambos.

    REFERENCIAS

    Adar, E. M. (1999). Desertification processes associated withdeterioration of groundwater quality. MEDESERT99, pp.39-40. Perpignan

    Agneur, C. y Anderson, E. (1992). Water resources in the aridrealm. Routledge, 329 p. London

    Andreu, J. M. (1997). Contribucin de la sobreexplotacin alconocimiento de los acuferos krsticos de Crevillente, Cid yCabeo dOr (provincia de Alicante). Tesis Doct. Univ. Alicante

    Bchler, G. (1995). Desertification and conflict. The marginali-zation in poverty and of environmental conflicts. In Desertification and migrations . Geoforma ed., pp :185-224.

    Bryan, R. B. Ed. (1990). Soil erosion. Catena Supl., 17, 208 pp.Castro, H., Carrique, E. L., Aguilera, P. A., Ortega, M., Casas, J.J., Rescia, A., Schmitz, M. F. y Pineda, F. D. (1999). Humedalesalmerienses: importancia, problemtica y gestin. JornadasAgua Almera, pp: 31-46

    Cern, J. C. (1995). Estudio hidrogeoqumico del acufero delAlto Guadalentn (Murcia). Tesis Doct. Univ. Granada

    Custodio, E. (1995). Explotacin racional de las aguas subte-rrneas. Acta Geol. Hisp., 30: 21-48.

    Custodio, E. (1999). Effects of groundwater development onthe Environment. MEDESERT99, pp. 62- 88. Perpignan

    Davis, S. N. y de Wiest, R. J. M. (1966). Hydrogeology. Willey,563 p. New York (Trad. espaol 1971, ed. Ariel, Barcelona)

    Domnguez, J. M. (1996). Economa y racionalizacin de losusos del agua en los regados. In Economa y racionalizacinde los usos del agua. Serie Mon. MOPTMA, pp: 21-34.

    Domnguez, P. y Gonzlez, A. (1995). Situacin de los acufe-ros del Campo de Dalas (Almera) en relacin con su decla-racin de sobreexplotacin. Hidrogeologa y RecursosHidrulicos, XXI: 443-467. Sevilla

    Engelenc, G. B. y Jones, G. P. Eds. (1986). Developments in theanalysis of groundwater flow systems IAHS Publ., 163, 356pp.

    Fernndez-Rubio, R., Ed. (1978). El agua en la minera y en lasobras subterrneas. 2 vol. Granada

    Garca-Ruiz, J. M. (1996). Soil erosion after farmland aban-donment in submediterranean mountains: a general outlook.In Soil degradation and desertification in Mediterraneanenvironments. Geoforma ed., pp: 165-183.

    Gonzlez, A. (1999). Contribucin de las aguas subterrneas alabastecimiento de la demanda en la provincia de Almera.Jornadas Agua Almeria, pp:73-80.

    IAH (1991). Aquifer overexploitation. XXIII IAH Congress, 580pp. Puerto de la Cruz

    Johnson, K. S. (1991). Exploitation of the Tertiary-QuaternaryOgallala aquifer in the High Plains of Texas, Oklahoma andNew Mexico, Southwestern USA. XXIII IAH Congress, 313-328. Puerto de la Cruz

    Lamoreaux, P. E. (1991). Environmental effects to overexploi-tation in a karst terrane. XXIII IAH Congress, 103-113. Puertode la Cruz

    Llamas, M. R. (1989). Hidrogeologa de las zonas ridas: usosy abusos de las aguas subterrneas. R.A.C.E.F.N., pp: 239-251.Madrid

    Llamas, M. R. (1991). Ground Water exploitation and conser-vation of ecosystems. XXIII IAH Congress, pp: 115-131. Puertode la Cruz

    Llamas, M. R. (1998). Groundwater overexploitation. In waterin the 21st Century: a looming crisis? UNESCO. 20 pp. ParisLlamas, M. R. (1999). Uso intensivo de las aguas subterr-neas. Curso Univ. Complutense Almera, 44 p. Mecan.

    Llamas, M. R. y Custodio, E. (1999). Aguas Subterrneas.Afers Internacionals, 45-46: 35-67.

    Loucks, D. P. y Gladwell, J. P. Eds. (1999). Sustainability crite-ria for Water Resource Systems. Cambridge Univ. Press.UNESCO, 139 pp.

    Mamou, A. (1995). Nappe du Complexe Terminal dans leDjerid et la Nefzaoua. Nappe du Continental Intercalaire dansle Sud Tunisien. In Expert Training in Applied Geology andEnvironment. Univ. Euro-Arabe, pp. 399-410. Granada.

    Martn Rosales, W. (1997) Efectos de los diques de retencinen el borde meridional de la Sierra de Gdor (Almera). TesisDoct. Univ. Granada

    Martnez-Fernndez, J., Martnez, J., Lpez Bermdez, F.,Romero, M. A. y Belmonte, F. (1996). Evolution of vegetationand pedological characterics in fields with fifferent age ofabandonment. In Soil degradation and desertification inMediterranean environments Geoforma ed., pp: 279-290.

    Martnez Raya, A. (1986). Estudio sobre el contenido en boroen aguas de riego de la cuenca baja del Andarax. II SIAGA, 2 :125-134.

    MINER-MOPTMA (1994). Libro blanco de las aguas subterr-neas. 135 p. Madrid

    Ministerio de Medio Ambiente (1999). Libro blanco del agua(borrador).

    16

  • LA EXPLOTACIN DE LAS AGUAS SUBTERRNEAS Y SU IMPLICACIN EN LA DESERTIZACIN

    Molina, L. (1998). Hidroqumica e intrusin marina en elCampo de Dalas (Almera). Tesis Doct. Univ. Granada

    Molina, M. J. y Sanroque, P. (1996). Impact of forest fires ondesertification processes: a review in relation to soil erodibi-lity. In Soil degradation and desertification in Mediterraneanenvironments. Geoforma ed., pp: 145-163.

    Navarrete, F. (1992). Contribucin al conocimiento hidrogeo-qumico del Campo de Dalas. Tesis Doct. Univ. Granada

    Nickson, R., McArthur, J. Burgess, W. Ahmed, K. M.Ravenscroft, P. y Rahman, M. (1998). Arsenic poisoning ofBangladesh groundwater. Nature, 395 :338

    Puche, O. (1996). Historia de la Hidrogeologa y de los son-deos de agua en Espaa y en el mundo desde sus orgeneshasta finales del siglo XIX. Boletn Geolgico y Minero, 107:80-99

    Puig de Fbregas, J. y Mendizbal, T., Eds. (1995).Desertification and migrations. Geoforma ed. 322 p. Logroo.

    Pulido Bosch, A. (1993). Sobreexplotacin y contaminacin deacuferos. V. Reun. Nac. Geol. Amb. y Orden. Territ. I: 75-92.Murcia

    Pulido Bosch, A., Castillo, A. y Padilla, A. Eds. (1989) LaSobreexplotacin de Acuferos, Temas Geolgico-Mineros.IGME, XI, 687 p. Almera.

    Pulido Bosch, A., Navarrete, F., Molina, L. y Martnez Vidal, J.L. (1991), Quantity and Quality of groundwater in the Campode Dalas (Almera, SE Spain). Water Science and Technology,24 (11): 87-96

    Pulido Bosch, A., Andreu, J. M., Estevez, A. y Ayanz, J. (1998)Zonation hydrogochimique verticale dans laquifre karsti-que du Cid (Alicante, Espagne). Comptes Rendues delAcadmie des Sciences de Paris, 326: 421-426

    Rodrguez, R. (1991). Impacto socio-ambiental de la poltica deextracciones del acufero de Guaymas, Son., Mxico. XXIIICongreso AIH, Puerto de la Cruz, pp: 477-480.

    Rodrguez Estrella, T., Albacete, M. Garca, U. y Sols, L.(1989). Evolucin espacial y temporal de los gases en el acu-fero sobreexplotado del Alto Guadalentn (Murcia). In Lasobreexplotacin de acuferos, 1: 613-629. Almera

    Rubio, J. L. y Calvo, A., Eds. (1996). Soil degradation anddesertification in Mediterranean environments. Geoformaed., 290 pp. Logroo.

    Sala, M., Rubio, J. L. y Garca Ruiz, J. M. Eds. (1991). Soil ero-sion studies in Spain. Geoforma ed., 228 pp. Logroo.

    Salem, O. M. (1992). The Great Manmade River Project. WaterResources Develop., 8: 270-278

    Snchez Martos, F. (1997). Estudio hidrogeoqumico del BajoAndarax (Almera). Tesis Doct. Univ. Granada

    Snchez Martos, F., Pulido Bosch, A., Molina, L., Vallejos, A. yNavarrete, F. (1996). Recorrido hidrogeolgico Bajo Andarax-Sierra de Gdor-Campo de Dalas. IV SIAGA, II: 475-489.

    Snchez Martos, F., Pulido Bosch, A. y Calaforra, J. M. (1999),Hydrogeochemical processes in an arid region of Europe(Almeria, Spain).Applied Goechemistry, 14: 735 745

    Schreiber, M. E., Simo, J. A. y Freiberg, P. G. (2000).Stratigraphic and geochemical controls on naturally occurringarsenic in groundwater, eastern Wisconsin, USA.Hydrogeology Journal, 8: 161-176

    Simmers, I, Villarroya, F. y Rebolla, L. F. Eds. (1992). SelectedPapers on Aquifer Overexploitation. 3, 391 pp.

    Thauvin, J. P. (1986). Etude hydrogologique, modlisation etgestion des aquifres du Campo de Dalias (ProvincedAlmeria, Espagne). Tesis Univ. Niza.

    Toth, J. (1963). A theoretical analysis of groundwater flow in asmall drainage basin. Journal of Geophysical Research, 68:4795-4812.

    Vallejos, A. (1997). Caracterizacin hidrogeoqumica de larecarga de los acuferos del Campo de Dalas a partir de laSierra de Gdor (Almera). Tesis Doct. Univ. Granada.

    Vallejos, A., Pulido Bosch, A., Martn Rosales, W. y Calvache,M. L. (1997) Contribution of environmental isotopes to theunderstanding of complex hydrologic systems. A case study:Sierra de Gdor, SE Spain. Earth Surface Processes andLandforms, 22: 1157 1168

    Volker, A. y Henry, J. C., Eds. (1988). Side effects of waterresources management. IAHS Publ. 172, 269 p.

    Westing, A. H. (1995). Socio-political dimensions of desertifi-cation-induced population movements. In Desrtification andMigrations. Geoforma, pp: 41-52

    Zhaoxin, W. (1991). Environmental effects related to aquiferoverexploitation in arid and semiarid areas of China. XXIII IAHCongress, pp: 489-492

    Original recibido: Mayo de 2000.Original aceptado: Agosto de 2000.

    17