Contribución del 1%: ¿Qué es? Para que la Iglesia disponga de medios materiales que la constituyen como signo visible en este mundo, es necesario que todos los fieles que la integran contribuyan a proveerla con parte de sus bienes; al hacerlo su aporte queda elevado al orden sobrenatural al ser parte integrante de un sacramento de salvación. Por eso ningún dinero tiene mejor destino que el que se ofrece para que la Iglesia desarrolle su misión. Esta es la “Contribución a la Iglesia”.

Referencias en la BibliaYa en las primeras páginas del Génesis, se encuentran referencias al diezmo:

            “Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios. Además, le pagaré el diezmo de todo lo que me dé".

Gén 28, 22

Y posteriormente pueden encontrarse numerosas referencias en el Nuevo Testamento, acerca del diezmo, la limosna y la generosidad de unos con otros.

“Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir". ” Mc 12, 41-44

¿Cuál es su significado profundo?

Agradecimiento…

Al Señor… Porque nos ha dado todo lo que tenemos y sólo el encuentro con Jesús al interior de la Iglesia, le da sentido a lo que somos, a lo que hacemos y a lo que tenemos. A su Iglesia… porque nos acoge, nos escucha y en dónde siempre podemos encontrar un lugar para ser acompañados en los momentos más relevantes de nuestras vidas.Solidaridad… Porque al contribuir con el 1%, la Iglesia podrá acoger a otros al igual como me ha acogido a mí. El 1% es un gesto de comunión.  Corresponsabilidad de la misión de la Iglesia... Porque además de tener la responsabilidad personal de ser santos, también somos corresponsables con la Iglesia de que los demás alcancen la santidad y para esto debemos proporcionar medios materiales para lograrlo. Sentido de Pertenencia… Tu Iglesia es una gran familia, que compartes con tantos cristianos como tú. Eres parte de ella, te da alegría, fuerza y los principios que te ayudarán siempre. Si eres miembro de la Iglesia tienes que hacerte parte de lo que pasa al interior de ella, siendo un contribuyente manifiesto mi voluntad de participar en la obra de la Iglesia en el largo plazo, apoyándola diariamente, de manera cotidiana. Deber de Justicia y amor… Porque es un deber de justicia que se deriva de nuestra condición de católicos, cuyo verdadero valor está en el amor y la fe con que lo hacemos. Porque la Iglesia Católica cuenta con nosotros como cada uno cuenta con su propia familia. El aporte del 1% es un acto de responsabilidad y de testimonio.

¿Quiénes deben aportar?

Todos los católicos que reciban ingresos están obligados a destinar una parte de éstos como ayuda a la Iglesia.

Este llamado se hace a todos los bautizados, sin distinción de edad, nacionalidad, estado civil, educación, profesión o lugar de residencia; específicamente a los católicos practicantes regulares, pero también a aquellos practicantes más irregulares o no practicantes que valoran el accionar de los sacerdotes, catequistas y voluntarios que trabajan bajo el alero de la Iglesia.  

Recordemos que sin importar el grado de compromiso o participación que tengamos con la Iglesia, ella siempre está en nuestras vidas, acompañándonos en las etapas más importantes, en las fiestas religiosas o regularmente en la Misa dominical: la Iglesia siempre está presente para acogernos con cariño. 

Realidad Actual en Chile

La recaudación de la Contribución del 1% a nivel nacional ha disminuido en términos reales desde el año 2004, después de haber crecido durante 10 años, llegando a un total de UF 456.000 en el año 2006. Se agrega a esto, que esta cifra es aportada por sólo 246.812 familias (personas contribuyentes), lo que resulta bajísimo si pensamos que el número de familias católicas en condiciones de hacer un aporte llegaría a más de 1.490.000, de las cuales unas 670.000, asisten al menos una vez al mes a Misa.

El precepto de contribuir al sostenimiento no es percibido de la misma manera que se percibe, por ejemplo, la obligación de asistir a las misas de precepto o confesarse una vez al año. Los fieles no han sido catequizados al respecto y no saben cómo proceder. El aporte de los fieles en general es bajo respecto de sus posibilidades, en Chile el promedio de aporte mensual por Contribuyente del 1% es de $2.600, o más exactamente, de $ 87 diarios. Aunque esta cifra es sólo un indicador, porque se sabe que no todos los fieles hacen su Contribución y que muchos aportan bastante más de su 1%, sigue siendo una cifra objetivamente muy baja.

Adicionalmente, la cantidad de contribuyentes que aportan su Contribución del 1% ha mostrado una tendencia muy preocupante, ya que éstos han caído de manera sostenida desde al año 2002. En Chile, por cada fiel que hace su Contribución del 1% a la Iglesia, hay once fieles que no contribuyen. Hasta hace dos años, la cifra de recaudación total se sostenía gracias al aumento del aporte promedio por contribuyente, sin embargo ya no es así, revelando caídas de la recaudación durante los últimos dos años como se aprecia en el siguiente gráfico.

Algunas causas de la situación actual    Pueden existir múltiples causas para explicar la situación actual de la recaudación de la Contribución a la Iglesia, pero nombraremos tres que nos parecen importantes.

La actitud de la Iglesia frente al tema

Por diversos motivos, en especial culturales, es común que nos cueste hablar libremente acerca del tema del dinero. No es raro que uno no sepa el sueldo del hermano, del padre y menos de un amigo. Esta realidad también se refleja en la Iglesia. En el ámbito eclesial no es bien visto hablar de dinero y ni que el sacerdote, dedicado a las cuestiones espirituales, trate este tema con sus fieles.

Esta realidad genera situaciones contradictorias: Como de este tema no se habla, falta transparencia. Como en la Iglesia no mezclan estas cuestiones con la evangelización, no se catequiza a los fieles respecto a su obligación de ayudar a la Iglesia con recursos materiales.  

Poca formación: poca conciencia

En parte como consecuencia de lo anterior, no se ha impulsado una adecuada formación en los fieles. En general, no han sido catequizados sobre el profundo sentido teológico del sostenimiento como expresión visible de la comunión espiritual, y no saben qué actitud tomar ni cómo comportarse frente a este tema.

Esta poca formación va acompañada de poca información. Los fieles no tienen idea de cómo se mantiene su parroquia, cuáles son sus necesidades, de dónde sale el dinero y en qué se gasta. Y, peor, una gran mayoría ni siquiera se lo pregunta, como si esa cuestión fuera un problema de “otros” y no de la Iglesia de la que ellos también forman parte. 

Reticencia de los fieles a dar

La Iglesia se sostiene con el aporte de sus fieles, sin embargo, y sin negar la generosidad de muchos, hay que reconocer que a la mayoría nos cuesta ser desprendidos a la hora de colaborar. 

Estos factores se manifiestan en una actitud de esperar que la Iglesia cumpla sus deberes (pastorales o sociales), sin tener presente los deberes que los cristianos tenemos que asumir para que esto sea posible.

Destino de los aportes recaudados

En términos generales, cada parroquia que recauda el 1%, se queda con un porcentaje y  envía lo restante a su respectiva Administración Diocesana, es decir Arquidiócesis, Diócesis, Vicariato o Prelatura. Este porcentaje es variable y lo define el Obispo responsable en cada caso, para esto se puede definir que se aplique un mismo porcentaje para todas las parroquias o se diferencia entre parroquias, según el sector de ingresos en donde estén ubicadas (las parroquias que están en sectores de menores recursos retienen un mayor porcentaje de su recaudación, mientras que las parroquias ubicadas en sectores de mejores ingresos, retienen un monto bastante menor).

Lo que se recibe por concepto del 1% en la administración de cada Diócesis, constituye un fondo solidario que se destina a pagar sólo los gastos generales de esa diócesis en particular, gastos del culto divino,  construcción y mantención de templos y lugares de culto, pago de personal laico remunerado (secretaria, etc), congrua de sacerdotes y religiosos/as, mantención de seminarios y seminaristas, etc. 

Adicionalmente, el 1% de todo lo recaudado en las diócesis se envía anualmente a la Santa Sede como Aporte Papal.

Al servicio de una Misión

La misión de la Iglesia es anunciar la buena noticia del amor incondicional de Dios para todos y cada uno de los seres humanos, expresado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios.

 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él

no perezca, sino que tenga vida eterna.” 

Juan 3: 16

¿Cómo desarrolla la iglesia esta misión?

-Dando culto a Dios, fundamental razón de nuestro existir- Celebrando los sacramentos: Eucaristías, Bautizos, Matrimonios…- Educando en la fe: al catequizar, predicar, desarrollar misiones pastorales..- Desarrollando obras de caridad y apostolado- Dando un sentido a nuestra vida- Acogiendo y acompañando a los hombres y mujeres de hoy

¿Quiénes realizan esta misión?

Sacerdotes que nos guían en nuestro conocimiento y experiencia del Evangelio- Religiosos y religiosas que ayudan a nuestros pastores en su labor.- Sacerdotes ancianos, que nos han dado tanto y que continúan apoyándonos a través de su oración.- Seminarios y seminaristas diocesanos- Laicos remunerados que trabajan en las parroquias- Laicos, voluntarios y catequistas no remunerados

¿Para qué requiere la iglesia de medios materiales?

- Para remunerar dignamente a los sacerdotes, religiosos/as.- Para proveer de los elementos necesarios para celebrar los sacramentos- Para anunciar el Evangelio y financiar la pastoral entregando a los voluntarios los medios  materiales necesarios para esta misión- Para ayudar a los necesitados- Para acompañar a los jóvenes en su búsqueda, a los enfermos en su dolor- Para construir y mantener templos y lugares de oración

¿Por qué aportar?

- Porque la Iglesia depende exclusivamente de los aportes voluntarios de sus fieles para poder desarrollar su misión.- Porque si los católicos no ayudamos al sostenimiento de su Iglesia, ¿Quién lo hará?- Porque aún existen grandes necesidades que la Iglesia no puede afrontar por falta de fondos. 

La Iglesia está siempre contigo, pase lo que pase. En ella es Jesucristo el que te da la Vida, donde puedes sentir con fuerza la presencia del Espíritu Santo, donde puedes escuchar lo que el Señor realmente quiere de ti. De la misma forma que tú necesitas a tu familia, la Iglesia te necesita a ti y a los tuyos: ellos te apoyan y necesitan de tu apoyo, tu Iglesia te apoya y necesita de tu colaboración.

Contribución del 1%: ¿Cuánto aportar?

“Y les decía: "¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun

lo que tiene". ” Mc 4, 24-25

Se sugiere que la Contribución mensual a la Iglesia represente al menos el 1% de lo que se recibe cada mes como ingresos, sean sueldos, salarios, pago de servicios, aportes de empresas, reparto de utilidades, etc.  Sin embargo, si revisamos la Biblia, en el Antiguo Testamento se nos llama a dar el 10% de nuestros primeros frutos y en el Nuevo Testamento se nos desafía a darnos a nosotros mismos por completo. Entonces, ¿Cuánto debiéramos dar realmente?

Si no está seguro del monto de su contribución, tómese unos momentos para reflexionar acerca de los siguientes puntos:

Nuestra Contribución del 1% debe ser,

Decidida en oración: Es una decisión que requiere de oración, reflexión y tiempo. No estamos llamados a contribuir simplemente con lo que nos sobra, la oración es imprescindible para que verdaderamente la contribución se haga desde el corazón.

Proporcional: Nuestro aporte debe ser proporcional a los dones que hemos recibido de Dios y a nuestra situación actual. Si su familia pasa o ha pasado por épocas difíciles, debe evaluar cuidadosamente su aporte, pero no debe dejar de aportar.

Sacrificada: "Sacrificar" significa hacer sagrado, en este caso, no es sólo dar hasta que duela, si no que cuando contribuimos con el 1% de nuestros ingresos, hacemos sagrado nuestro trabajo diario.

Agradecida: Nuestro aporte es una respuesta agradecida al inmenso amor que Dios nos ha demostrado. Dios es la razón fundamental de nuestro existir. Al contribuir con el 1%, respondemos a lo que Él ha hecho por nosotros.Todos estamos llamados a participar contribuyendo con el 1% según nuestro corazón y nuestros medios: un padre de familia puede dar el 1%, un joven puede dar algo de su mesada, incluso los niños pueden comprometerse.No existe aporte demasiado pequeño o demasiado grande, todos los católicos están llamados a contribuir de acuerdo a sus medios.

La verdadera medida que da valor a lo que damos a la Iglesia, es el amor con que lo hacemos.