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1. DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
1.1 DEFINICIONES
Abordar un tema tan complejo como el desarrollo de los pueblos, e intentar explicarlo a
partir de los valores propios de cada cultura, es una tarea que exige precisar en qué consiste cada
uno de estos términos. El no hacerlo podría originar malentendidos o propiciar discusiones
inútiles, que sólo lograrían oscurecer aún más este controvertido asunto.
Puede afirmarse, con cierta razón, que existen tantas definiciones de desarrollo, cultura y valores
como autores dedicados al estudio de estos temas. Examinar las ideas de todos ellos es algo que
excede el alcance del presente trabajo, pero presentar lo que autores connotados han escrito al
respecto es algo que sí vale la pena, porque sus ideas servirán de punto de partida a la presente
exposición.
Conviene empezar, por lo tanto, dando la palabra a los economistas Samuelson y Nordhaus,
autores de un conocido texto de introducción a la economía que, tras haberse convertido en un
best seller, ha adquirido la categoría de clásico. Samuelson y Nordhaus, probablemente
motivados por la connotación peyorativa que en algunos círculos posee el término ‘país
subdesarrollado’ sustituyen esta noción con la de ‘país en vías de desarrollo’. Para éllos,
“la característica más importante de un país en vías de desarrollo es su baja renta per cápita, así
como el hecho de que su población goza de poca salud y tiene una escasa esperanza de vida, un
bajo nivel de estudios y desnutrición”.1
Los autores incluyen, además, una descripción bastante convincente de cómo es la vida en los
países subdesarrollados:
“Imagine el lector que es una persona representativa de 21 años que vive en uno de los países de
renta baja, como Mali, la India o Bangladesh. Es pobre. Incluso calculando generosamente los
bienes que produce y consume, su renta media anual apenas llega a los $ 300. Un joven similar
que viva en Norteamérica posiblemente percibirá unos ingresos medios superiores a los $ 20,000.
1 Paul Samuelson y William Nordhaus. Economía. (España, Editorial McGraw Hill, 1998) p. 532.
2
“Quizás se consuele pensando que en el mundo solamente 1 persona de cada 4 tiene, en
promedio, más de $ 3,000 anuales.
“Por cada uno de sus compatriotas que sabe leer, hay uno como usted que es analfabeto. Su
esperanza de vida es poco más de cuatro quintos de la de una persona media de un país avanzado;
dos de sus hermanos ya han muerto antes de llegar a la edad adulta. Las tasas de natalidad son
altas, especialmente en el caso de las familias en las que las mujeres no reciben educación, pero
las tasas de mortalidad también son mucho más altas que en los países que poseen un buen
sistema sanitario.
“La mayoría de sus compatriotas trabaja en el campo. Pocos son los que la producción de
alimentos puede liberar para trabajar en las fábricas. Usted solo trabaja con 1/60 de la fuerza
mecánica con que trabaja un próspero norteamericano. Sabe usted poco de ciencia, pero mucho
de tradiciones populares.
“Usted y sus conciudadanos de los 40 países más pobres constituyen el 55 por ciento de la
población mundial, pero deben repartirse solamente un 4 por ciento de la renta mundial. Suele
tener hambre y los alimentos que come consisten principalmente en cereales o arroz. Aunque se
encuentra entre los que tienen algunos estudios primarios, no hizo estudios secundarios, como
casi ninguno de sus amigos; sólo los más ricos van a la universidad. Trabaja muchas horas en el
campo sin maquinaria. Por la noche duerme sobre una estera. Apenas tiene muebles en su casa,
tal vez una mesa y una radio. Su único medio de transporte es un viejo par de botas.”2
El ejemplo anterior contrasta claramente con la realidad de los países desarrollados. En un folleto
titulado The Values Americans Live By, el autor Robert Kohls, director ejecutivo del Washington
International Center, da una idea del nivel de vida que disfruta un norteamericano promedio al
enumerar los bienes materiales que posee. La lista incluye:
“uno o varios televisores a color, una secadora de pelo, una calculadora electrónica, una
grabadora y un tocadiscos, una lavadora de ropa y una secadora, una aspiradora, una podadora
con motor, un refrigerador, una estufa y una lavadora de platos, uno o más automóviles, una
computadora y un teléfono.”3
2 Loc. Cit. 3 Robert Kohls. The values americans live by. (EE UU, The Washington International Center, 1984) p. 8.
3
El autor añade que,
“dado que los americanos valoran la novedad y la innovación, con frecuencia venden o tiran a la
basura sus pertenencias y las reemplazan con otras nuevas y mejores. Suelen mantener un auto
por dos o tres años y una casa por cinco o seis, antes de decidirse a cambiarlos.”4
Una disparidad tan marcada entre los niveles de vida prevalecientes en los países desarrollados y
aquellos presentes en los países pobres requiere un examen más profundo. Interesa conocer,
primeramente, qué países se ubican en cada uno de estos grupos, cuáles son las causas de su
actual situación, y de ser posible, señalar una eventual solución a sus problemas.
1.2 CLASIFICACIÓN DE LOS PAÍSES DEL MUNDO, DE ACUERDO A SU NIVEL DE
DESARROLLO
Como señalan Samuelson y Nordhaus en la definición antes citada, la renta per cápita se
constituye en el elemento clave para distinguir una nación desarrollada de la que no lo es. Esta
línea de pensamiento es la que ha seguido el Banco Mundial para ubicar a los países del mundo en
una serie de categorías, que van desde aquellas con alto nivel de ingresos, hasta aquellas con
ingreso bajo (los datos corresponden al año 2001):
La primera categoría, la de las economías con alto nivel de ingresos, comprende 49 países con un
PNB per cápita de 9,266 dólares anuales o más. Aquí se encuentran países altamente
industrializados, como EE UU, Japón, Inglaterra y Alemania; pero también naciones que
concentran sus actividades en la industria petrolera, como los Emiratos Árabes, Katar y Kuwait.
Naciones recientemente industrializadas, como Singapur, se ubican también en este grupo, lo
mismo que el Estado de Israel, que fue fundado en 1948.
La segunda categoría reúne 38 países con un PNB per cápita de entre 2,996 y 9,265 dólares
anuales, que son denominados ‘economías de nivel medio superior’. Naciones del antiguo bloque
del este, como Hungría, Eslovenia y la República Checa, comparten esta posición con algunos
países de Latinoamérica, como México, Chile y Uruguay. También aparecen dos naciones
asiáticas que evidencian un alto crecimiento: Malasia y Corea del Sur.
4 Loc. Cit.
4
En la tercera categoría se sitúan 55 naciones cuyos ingresos per cápita oscilan entre los 756 y los
2,995 dólares anuales. A estas se les llama ‘economías de nivel medio inferior de ingresos’, y en
muchos casos presentan serios problemas de desigualdad y de pobreza. Guatemala se encuentra
en esta categoría, junto a la mayoría de los países de Latinoamérica.
La cuarta categoría, finalmente, es la de las economías de bajo nivel de ingresos, los países más
pobres del mundo, los verdaderamente sudesarrollados. En estas 64 naciones, los ingresos per
cápita no alcanzan los 755 dólares anuales y el grueso de la población no tiene acceso a la
educación, al empleo y la salud. Camboya, Nicaragua y Haití se ubican en este grupo, donde
también aparecen naciones devastadas por la guerra, como Afganistán y Eritrea, y un gran número
de países africanos.
John Daniels y Lee Radebaugh, autores del libro Negocios Internacionales, observan al respecto
de esta clasificación que:
“la riqueza mundial se concentra fundamentalmente en los países de alto nivel de ingresos. Los
ingresos per cápita de los países de ingresos bajo y medio, habitados por la gran mayoría de la
población mundial, no constituyen una parte proporcional. Lo curioso es que el mapa indica que
los países de alto nivel de ingresos se sitúan al norte del ecuador (con excepción de Australia y
Nueva Zelanda). De esta manera, el así llamado diálogo Norte-Sur consiste en discusiones acerca
del desarrollo económico entre los países ricos del hemisferio norte y los países pobres del
hemisferio sur. Conviene detenerse en la importancia relativa de los países de alto nivel de
ingresos en la economía mundial. Estos países representan sólo el 21 por ciento del número de
economías y el 15.2 por ciento de la población mundial, pero generan el 79.5 por ciento del PNB
mundial. Por su parte, los países de bajo nivel de ingresos constituyen el 30.6 por ciento del
número de economías y el 56.7 por ciento de la población, pero sólo generan el 4.9 por ciento del
PNB mundial. Los países de nivel medio de ingresos ocupan por lógica el lugar intermedio, con
28.1 por ciento de la población mundial y 15.6 por ciento del PNB mundial, y componen 28.3 por
ciento de la totalidad de los países.”5
¿Significa lo anterior que la prosperidad de los pueblos depende de su ubicación geográfica, que
la pobreza es el destino de las naciones ubicadas en el hemisferio sur? En las páginas siguientes
se examinan esta y otras ideas similares.
5 John Daniels y Lee Radebaugh. Negocios Internacionales. (México, Editorial Pearson, 2000) p. 150.
5
1.3 FACTORES ATRIBUIDOS HISTÓRICAMENTE COMO EXPLICACIÓN AL
DESARROLLO O ATRASO DE LOS PUEBLOS
1.3.1 La geografía. El espacio físico en el cual se asienta una sociedad incide, a criterio de
muchos investigadores, en el nivel de desarrollo que esta ha de alcanzar. Y es que la
disponibilidad de materias primas, la extensión del suelo cultivable, la temperatura media, la
precipitación pluvial, son factores que determinan –en mayor o menor medida- los tipos de
actividad económica que una nación promoverá.
Los climas inhóspitos, ciertamente, resultan inapropiados para la supervivencia humana.
Grandes zonas del mundo están cubiertas por desiertos inhabitables, y en regiones tropicales, el
exceso de calor multiplica exponencialmente la incidencia de enfermedades infecciosas.
El siguiente cuadro, presentado por el profesor David Landes en su libro The Wealth and Poverty
of Nations, ilustra de manera dramática la dimensión de este problema:
CUADRO # 1.
MAGNITUD E INCIDENCIA DE LAS ENFERMEDADRES TROPICALES (1990)
Enfermedad No. de países No. de personas No. de personas
afectados infectadas en riesgo
Malaria 103 270,000,000 2,100,000,000
Schistosomiasis 76 200,000,000 600,000,000
Filariasis linfática 76 90,000,000 900,000,000
Ceguera 34 17,000,000 90,000,000
Mal de Chagas 21 16-18,000,000 90,000,000
Leishmaniasis 80 12,000,000 350,000,000
Lepra 121 10-12,000,000 1,600,000,000
Enfermedad 36 25,000 50,000,000
del sueño
Fuente: Organización Mundial de la Salud
6
El examen de esta información permite realizar una conclusión preliminar: un país cuya
población económicamente activa se vea amenazada por frecuentes enfermedades será menos
productivo que un país con habitantes saludables, pues la enfermedad se constituye en una especie
de ‘paro obligatorio’ y exige un desembolso de recursos para lograr la curación. De ahí la
importancia de la salud preventiva, que a través de la vacunación, la promoción de la higiene y la
eliminación de focos de infección (pantanos, drenajes a flor de tierra, etc.) repercuta
positivamente en la salud de la población y a la larga, en la economía nacional.
Si bien los factores climáticos inciden objetivamente en la salud de las personas, permitiendo
trabajar más tiempo a quienes gozan de buena salud, existen abundantes testimonios que
atribuyen a la temperatura un efecto peculiar sobre el carácter y el nivel de actividad del ser
humano. Esta posición se resume de esta forma: el clima templado o moderadamente frío
propicia la actividad física, que es fuente de calor, mientras que el clima cálido invita al reposo.
Landes respalda esta teoría y la fundamenta de manera convincente:
“En general la incomodidad del calor excede a la del frío. Todos conocemos la fábula del sol y el
viento. Uno se enfrenta al frío poniéndose más ropa, construyendo o buscando abrigo o
encendiendo un fuego. [...] Pero el calor es otra historia. Tres cuartos de la energía liberada por
un músculo se van en forma de calor, un calor que el cuerpo, como cualquier máquina o motor,
debe eliminar para mantenerse a una temperatura apropiada. Desafortunadamente, el animal
humano cuenta con pocos mecanismos biológicos para este propósito. El más importante de ellos
es la sudoración, [que resulta más efectivo] cuando va acompañado de una evaporación rápida.
Los climas húmedos reducen el efecto de la sudoración, a menos que uno tenga un sirviente o
esclavo que lo abanique para acelerar el proceso de evaporación. Abanicarse uno mismo puede
ayudar psicológicamente, pero el verdadero efecto de enfriamiento quedará cancelado por el calor
que genera la actividad motora. Esta es la ley de la naturaleza: nada por nada; o en terminología
técnica, la ley de conservación de la masa y la energía.
“[Por lo tanto,] la manera más fácil para reducir este problema es no generar calor; en otras
palabras, quedarse quieto y no trabajar.”6
6 David Landes. The wealth and poverty of nations. (EE UU, Ballantine Books, 1998) p. 6.
7
El mismo autor presenta el testimonio de un diplomático bengalí, como apoyo adicional a esta
teoría:
“En países como India, Pakistán, Indonesia, Nigeria y Ghana siempre me he sentido exhausto por
el más ligero esfuerzo físico o mental, mientras que en el Reino Unido, Francia, Alemania o EE
UU siempre he sido estimulado por el clima templado, no sólo en mis estancias prolongadas, sino
incluso en viajes cortos. Sé que toda la gente del trópico que visita países templados tiene una
experiencia similar. También he visto cientos de personas de las zonas templadas sentirse
enervadas y exhaustas en el trópico, cuando no están dentro de una habitación con aire
acondicionado.
“En la India y otras naciones tropicales he visto granjeros, obreros industriales, y de hecho todo
tipo de trabajadores, incluso de oficina, trabajando a un ritmo cadencioso, haciendo pausas largas
y frecuentes. Por otro lado, he visto al mismo tipo de gente en las zonas templadas, trabajando a
un ritmo vertiginoso, con gran vigor y energía, y con poco tiempo de descanso.”7
Lo anterior resulta preocupante. Controlar las enfermedades a las que está expuesta una
población es una tarea vasta pero realizable. Pero ¿cómo controlar el clima? Sólo cabe pensar en
la difusión del aire acondicionado, la siembra de árboles en las ciudades, y la readecuación de los
horarios de trabajo para mitigar este problema.
1.3.2 Teoría de la extensión de un país. Esta teoría, estrechamente vinculada con la anterior,
sostiene que los países de gran extensión territorial tienen mayores probabilidades de disponer de
climas y recursos naturales variados; por lo cual suelen ser más autosuficientes que los pequeños.
El engrandecimiento territorial de una nación asegura, por otro lado, un espacio vital suficiente
para una población en aumento, lo cual se traduce en un mayor mercado interno y una mayor y
más fuerte economía. Abundan ejemplos históricos de países que han emprendido una exitosa
política de expansión. Quizá el mejor ejemplo sea el de los Estados Unidos, que partiendo de
trece reducidas colonias en la costa del Atlántico, llegó a tomar posesión de casi todo el
subcontinente norteamericano, hecho consumado gracias a la compra de territorios, la guerra
contra estados vecinos (México) y la exploración y colonización de las ricas tierras del oeste.
7 Ibid. p. 16.
8
2. CULTURA Y VALORES
2.1 DEFINICIONES
Al hablar de cultura y valores surge el mismo problema que se presenta al tratar el tema
del subdesarrollo: no existe consenso respecto a lo que estos términos implican. Resulta
conveniente adoptar, en consecuencia, el mismo método aplicado en el capítulo anterior,
consistente en presentar las ideas de otros para dar paso al análisis, la crítica y la generación de
propuestas congruentes con el espíritu de esta exposición.
2.1.1 Cultura. Para Daniels y Radebaugh, la cultura consiste en un conjunto de normas
adquiridas, basadas en actitudes, valores y percepciones, todo ello en el contexto de una sociedad.
Algunos psicólogos sociales la definen como el conjunto de reglas y normas implantadas a lo
largo de la historia para convivir pacíficamente en sociedad y formar el estilo de vida de los
ciudadanos. Hacen una distinción entre el sentido amplio de la cultura, que abarca distintas
naciones y continentes, y un sentido restringido de la misma, que aparece vinculado a una
localidad en específico. De esta cuenta, aunque EE UU y Francia pertenezcan, en un sentido
amplio, a la cultura occidental, poseen culturas locales diferentes, que se reflejan en una visión
distinta respecto a temas fundamentales del quehacer político, filosófico, económico y cultural
Una de las aportaciones más significativas al estudio de la cultura proviene del académico
holandés Geert Hofstede, quien sostiene que la cultura es para la mente humana, lo que el
software es a la computadora. El autor aclara, sin embargo, que su definición no implica que las
personas estén ‘programadas’ cual si fueran máquinas, porque el software de la mente es tan solo
un componente de la personalidad total.
Hofstede señala que:
“Las fuentes de nuestros programas mentales yacen en los ambientes sociales en los que uno ha
crecido y adquirido sus experiencias de vida. La programación se inicia en la familia; continúa en
el vecindario, en la escuela, en los grupos juveniles, en el centro de trabajo, y en la comunidad en
que se vive. [...]
9
“Un término acostumbrado para tal software mental es el de cultura. Esta palabra tiene múltiples
significados, todos derivados de su raíz latina, referida al trabajo de la tierra. En la mayoría de los
idiomas occidentales ‘cultura’ comúnmente significa ‘civilización’ o ‘refinamiento de la mente’ y
en particular [se refiere] a los resultados de tal refinamiento, como la educación, el arte y la
literatura. Esta es la ‘cultura en el sentido estrecho’; a la que a veces llamo ‘cultura uno’. La
cultura como software de la mente, sin embargo, corresponde a un uso mucho más amplio del
término, que es común entre los antropólogos sociales, [y recibe el nombre de cultura dos].
“La cultura (dos) es siempre un fenómeno colectivo, porque es compartida, al menos
parcialmente, por personas que viven o vivieron en el mismo ámbito social en el que fue
aprendida. Es la programación colectiva de la mente, que distingue a los miembros de un grupo
o categoría de la gente que pertenece a otros [grupos o categorías].
“La cultura es aprendida, no heredada. Se deriva de nuestro ambiente social, y no de nuestros
genes.”8
Esta cita posee una importancia excepcional en el contexto del presente estudio, pues permite
aceptar que la cultura no es un hecho inalterable, dado que depende de lo que se ha aprendido. Si
se pueden alterar las variables que conforman los ámbitos sociales en los que la gente se
desarrolla, si se logra controlarlas de manera inteligente, es posible suscitar una serie de cambios
culturales que habrán de reflejarse en todas las esferas de la vida. Y si la cultura es el factor
determinante en el desarrollo de los pueblos, como pretende demostrar esta tesis, es perfectamente
posible que se enseñe a la gente de países como Guatemala a alcanzar el desarrollo.
2.1.2 Algo más sobre cultura. Las aportaciones de Hofstede al estudio de la cultura van más allá
de la simple analogía que equipara este concepto con el software de una máquina. El autor
explora los niveles en que se manifiestan los patrones de pensamiento, sentimiento y de conducta
que son propios de la actividad humana. Asigna a la cultura un status intermedio, entre la
naturaleza humana y la personalidad individual. De la naturaleza humana dice:
“Es lo que todos los seres humanos, desde el profesor ruso hasta el aborigen australiano, tienen en
común: representa el nivel universal del software de la mente. Se hereda con los propios genes,
y hace las veces de sistema operativo que regula las funciones físicas y psicológicas del
8 Geert Hofstede. Cultures and Organizations. (EE UU, Editorial McGraw Hill, 1997) p. 5.
10
individuo. La habilidad humana para sentir miedo, ira, amor, alegría, tristeza, la necesidad de
asociarse con los otros, de jugar y ejercitarse, la facilidad para observar el ambiente y hablar de él
con otras personas pertenece a este nivel de programación mental. Sin embargo, lo que uno hace
con esos sentimientos, la forma en que uno expresa miedo, alegría u opinión, se ve modificada
por la cultura.”9
La personalidad, por otro lado, la define como:
“El conjunto de programas mentales de un individuo, que no comparte con ningún otro ser
humano, y se basa en atributos que son en parte heredados y en parte aprendidos.”10
La importancia de estos conceptos resulta evidente en lo que se refiere a la herencia. Dado que la
naturaleza humana es común a todas las personas, y considerando que algunos rasgos de la
personalidad son heredados, no parecen aceptables las teorías del racismo, según las cuales ciertos
grupos raciales son intrínsecamente inferiores a otros. Es posible concluir, por tanto, que la
cultura, y no la raza, determina en gran medida en nivel de desarrollo de los pueblos. Que sus
realizaciones en lo económico, artístico o político, el grado de armonía que los ciudadanos
alcanzan como sociedad y en su relación con otros pueblos no varían en función de la raza a la
que se pertenezca, pero sí en función de la cultura. Siguiendo esta línea de pensamiento, se puede
rechazar la postura de quienes defienden el relativismo cultural, según el cual no existen criterios
absolutos para juzgar las actividades de una cultura como buenas o malas, superiores e inferiores,
etc.
Juzgar estas actividades es correcto, si antes de evaluar su congruencia con lo que la mente
occidental entiende por progreso y desarrollo, se las analiza a la luz de la naturaleza de los
hombres. Una cultura que institucionaliza el asesinato ritual, como el Imperio Mexica, puede
asombrar por la magnitud de sus realizaciones políticas y arquitectónicas, pero desde un punto de
vista ético, se coloca en las antípodas de lo que objetivamente es bueno y justo, pues ¿con qué
derecho se asesina a una persona para honrar a una deidad inexistente? Otras prácticas análogas,
como la esclavitud, resultan igualmente condenables, dado que atropellan la libertad y los
derechos inherentes a todo ser humano.
9 Loc. Cit. 10 Ibid. p. 6.
11
Al tomar en cuenta lo anterior, parece razonable comparar las sociedades contemporáneas
utilizando como criterio su congruencia con la naturaleza humana: aquellas sociedades que
permiten a los hombres y mujeres aplicar sus talentos en beneficio propio o colectivo, son
radicalmente superiores a las que destruyen la iniciativa individual, niegan el derecho al trabajo,
fomentan la explotación o practican formas encubiertas de esclavitud.
2.2 AISLAMIENTO CULTURAL Y DESARROLLO
Daniels y Radebaugh afirman que la cultura se transmite por medio de diversos patrones,
como el de padre a hijo, maestro a alumno, líder social a seguidor y coetáneo a coetáneo. Señalan
que ciertos estudios indican que la modalidad padre-hijo es de especial importancia en la
transmisión de filiaciones religiosas y políticas, y que de acuerdo a varios psicólogos del
desarrollo, la mayoría de niños cuenta desde la edad de diez años, con un firme sistema de valores
básicos, en el cual es difícil que ocurran cambios posteriores.
Los autores creen, asimismo, que el aislamiento tiende a estabilizar una cultura, en tanto que el
contacto con otras naciones, culturas o comunidades tiende a generar un ‘préstamo cultural’.
Señalan que el idioma, las fronteras y los accidentes naturales son factores que generan
estabilidad cultural, algo que no siempre resulta positivo, pues una cultura que se caracterice por
un escaso desarrollo de las libertades individuales, que coloque el pensamiento mágico sobre la
razón, practique métodos arcaicos de producción y vea el cambio como algo amenazante, tendrá
pocas oportunidades de alcanzar el desarrollo. Cabe entonces preguntarse que sucedería si a los
elementos anteriores se añaden barreras idiomáticas y geográficas. La respuesta obvia es que una
cultura con tales características, probablemente habrá de perpetuar sus males.
Resulta sumamente afortunado que los autores arriba citados hayan descubierto que en Guatemala
se produce este fenómeno. Sus opiniones pueden dar paso a controversias, pero conviene revisar
lo que han escrito antes de proseguir con este análisis:
“Cuando personas de diferentes zonas hablan el mismo idioma, la transmisión de la cultura de
una zona a otra es mucho más fácil... Cuando la gente habla sólo una de estas lenguas, tiende a
aferrarse a su cultura, dada la dificultad de un contacto significativo con otras personas. El
idioma oficial de Guatemala, por ejemplo, es el español; sin embargo, en ese país hay 22 grupos
12
étnicos y tres lenguas indígenas principales, además de sus variantes. Las culturas de estos
grupos siguen siendo muy similares a las de sus antepasados de hace cientos de años. La
guatemalteca Rigoberta Menchú, designada en 1992 Premio Nobel de la Paz, pertenece al grupo
[étnico] quiché. Según su propio testimonio, en ese grupo los padres no permiten que sus hijos
asistan a la escuela, porque en todas las escuelas públicas de Guatemala se habla sólo el español;
si los niños aprendieran español, perderían sus valores y costumbres. Ella traspasó este
aislamiento lingüístico al aprender español ya adulta para combatir las políticas del gobierno.
Adopta la postura de promover la diversidad multicultural de Guatemala en lugar de instar a los
distintos grupos étnicos a apropiarse de una cultura diferente o formar países autónomos.”11
Lo expuesto anteriormente parece indicar que los pueblos indígenas de Guatemala viven en medio
del aislamiento cultural. Las estadísticas demuestran, por otra parte, que son ellos el grupo más
afectado por la pobreza, la enfermedad y el analfabetismo. Y su aislamiento no obedece
solamente al desconocimiento del idioma español: muchas poblaciones indígenas se ubican en
regiones remotas, separadas, en la mayoría de los casos, de las vías de comunicación modernas
que podrían favorecer el intercambio de ideas, conocimientos y conductas progresistas. Pero lo
que más preocupa es el fuerte apego emocional que los vincula a su cultura. Eso los mantiene
separados de la sociedad guatemalteca y los excluye de la civilización occidental. Si bien es
cierto que históricamente han sido víctimas de la discriminación, no se puede negar que ellos
mismos demuestran una actitud etnocéntrica, la cual se hace manifiesta en su negativa a integrarse
y encuentra su expresión más censurable en el caso de los niños quichés, a quienes los padres
niegan no sólo la oportunidad de aprender el idioma nacional, sino la opción de adquirir
conocimientos y hábitos de trabajo que podrían conducirlos hacia una vida mejor.
11 Daniels y Radebaugh, Op. Cit., p. 64.
13
2.3 LOS VALORES COMO MANIFESTACIÓN DE LA CULTURA
Hofstede afirma que la cultura se expresa a través de elementos distintos. Los más
relevantes, a su criterio, son los símbolos, héroes, rituales y valores. Los símbolos son palabras,
gestos, imágenes u objetos que poseen un significado dentro del contexto de una cultura. Los
héroes, por otra parte, son personas vivas o muertas, reales o ficticias, que poseen características
altamente apreciadas por una determinada cultura y se erigen en modelos de comportamiento.
Los rituales, finalmente, son actividades colectivas, superfluas en lo que se refiere al logro de
objetivos, pero esenciales desde el punto de vista de la sociedad.
Los valores representan, de acuerdo a Stephen Robbins, convicciones básicas de que un modo
específico de conducta o una finalidad de existencia es personal o socialmente preferible a un
modo de conducta opuesto o a una finalidad de existencia conversa. Los valores tienen atributos
de contenido, que establecen que un modo de conducta es importante, y atributos de intensidad,
que especifican cuán importante es. Cuando se les califica en términos de intensidad, se obtiene
lo que se denomina sistema de valores.
La importancia de los valores radica en su influencia sobre las actitudes y el comportamiento de la
gente. Para Hofstede constituyen la manifestación más importante de la cultura, el núcleo de la
misma. Señala que los valores permiten a las personas distinguir conceptos como bueno y malo,
limpio y sucio, natural y antinatural, normal y anormal, lógico y paradójico, racional e irracional..
Sus estudios le han permitido identificar cinco dimensiones en las que los valores difieren de una
cultura a otra. Estas dimensiones se refieren a temas como la distancia de poder, el rol del
individuo en la colectividad, los conceptos de masculinidad/feminidad, la forma de enfrentar la
incertidumbre y la orientación a corto o largo plazo.
2.3.1 Distancia de poder. Este término indica el grado en que los miembros menos poderosos de
una sociedad aceptan el hecho de que el poder sea distribuido de manera desigual. Tal
distribución afecta a las instituciones sociales básicas, como la familia, la escuela, los centros de
trabajo y el gobierno.
Una gran distancia de poder a menudo significa que los niños deben mostrar obediencia hacia sus
padres, que los empleados no deben cuestionar las decisiones de sus jefes, y que la riqueza debe
14
ser distribuida de manera marcadamente desigual. Muy diferente es la visión que poseen los
miembros de una sociedad con una escasa distancia de poder: ahí, se enseña a los niños a ser
independientes y responsables de sus actos, se espera que las decisiones empresariales obedezcan
al consenso, y que la política de Estado tienda a reducir toda forma de desigualdad social.
2.3.2 Individualismo vrs. colectivismo. El individualismo se define como la condición social en
la cual no existen vínculos estrechos entre las personas y en la que se espera que cada una se
ocupe de satisfacer sus propias necesidades. El colectivismo, como contraparte, se manifiesta en
sociedades donde las personas nacen integradas en grupos fuertemente cohesionados, que ofrecen
protección a cambio de una lealtad absoluta e incondicional.
Hofstede señala la existencia de una clara relación entre individualismo y desarrollo: los países
colectivistas son, en su mayoría, países extremadamente pobres, en los que los intereses de la
familia, el grupo o la comunidad se anteponen a los objetivos propios, y en donde se espera que el
ingreso o la fortuna personal se divida entre los allegados. No es inusual que en estas sociedades
la organización de las empresas se asemeje al funcionamiento de una familia: se da preferencia a
los parientes cuando de contratar se trata, y no se despide a un empleado incompetente mientras
siga siendo “leal”.
2.3.3 Masculinidad vrs. feminidad. Todas las sociedades humanas están compuestas por
hombres y mujeres. Es un hecho científico que las diferencias entre los sexos no se limitan al
aspecto físico, sino que se extienden al campo psicológico: hombres y mujeres perciben la
realidad de manera diferente y poseen valores que rara vez son compatibles. Se ha descubierto
que la familia -y en menor medida la escuela- son los sitios donde el niño adquiere los valores
inherentes a la cultura de su país. Si en estos sitios la mujer ejerce un papel preponderante, cabe
esperar que la cultura y los valores que se aprendan sean marcadamente femeninos. Puede
esperarse lo contrario si es el hombre quien ocupa el primer lugar.
Lo dicho hasta este punto coincide con la definición que Hofstede presenta para ambos términos:
“La masculinidad se presenta en sociedades donde los roles de género están claramente definidos
(se espera que los hombres sean asertivos, rudos y enfocados en el éxito material, mientras que
las mujeres deben de mostrar modestia, ternura, y ocuparse de la calidad de vida [de su núcleo
familiar]).
15
“La feminidad [por su parte] se presenta en sociedades en las que estos roles se entrecruzan,
esperándose que tanto hombres como mujeres sean modestos, tiernos, etc.” 12
Es posible suponer que la cultura femenina genera condiciones adversas al progreso material de
los países. Tal afirmación puede herir la sensibilidad de más de algún lector, pero existen
evidencias en apoyo de esta tesis, como se deduce del siguiente cuadro:
CUADRO # 2
PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE LAS SOCIEDADES MASCULINAS Y FEMENINAS
Masculinas Femeninas
Los valores sociales enfatizan el progreso Los valores sociales enfatizan el interés
y el éxito económico por el bienestar de los demás
El dinero y las cosas son importantes La gente y las relaciones van primero
Los hombres deben ser asertivos y ambiciosos Hombres y mujeres deben ser modestos
El mejor estudiante es la norma El estudiante promedio es la norma
Fracasar en la escuela es un desastre El fracaso es un incidente menor
Sociedad correctiva Sociedad permisiva
Fuente: Geert Hofstede, Cultures and organizations. (EE UU, Editorial McGraw Hill, 1997) p. 96 y 103.
2.3.4 Anulación de la incertidumbre. Este término se refiere al grado en que los miembros de una
cultura se sienten amenazados ante situaciones inciertas o desconocidas. Una cultura que tiende a
evitar la incertidumbre suele contar con numerosas leyes escritas y estructuras estables que hacen
de la vida en sociedad algo predecible. Quienes viven en estas sociedades demuestran un sentido
de urgencia y a menudo se encuentran perturbados por un sentimiento constante de ansiedad que
se traduce en un elevado consumo de alcohol. La necesidad de evitar la incertidumbre les lleva a
rechazar el cambio; en lo político, son conservadores, y en ocasiones, extremistas y fanáticos; en
el trato con las demás personas prevalece la sospecha. En contraste, los miembros de una
sociedad que tolera la incertidumbre tienen menos leyes escritas, demuestran bajos niveles de
ansiedad y tienden a mostrarse abiertos ante ideas innovadoras y hacia todo lo que sea diferente.
Creen en los derechos individuales y rechazan el fanatismo.
12 Hofstede, Op. Cit. p. 82
16
2.3.5 Orientación a largo plazo vrs. orientación a corto plazo. La última dimensión de la cultura
se relaciona en gran medida con el concepto de virtud. Las culturas orientadas al futuro
promueven virtudes como la austeridad y la perseverancia, que permiten cosechar un resultado o
recompensa a largo plazo. Muy distintas son las sociedades orientadas al presente o al pasado
(corto plazo), donde la mayor virtud es el respeto por la tradición y el cumplimiento fiel de las
obligaciones sociales. A criterio de Hofstede, la orientación a corto plazo, al enfatizar la
estabilidad de la persona y la sociedad, desalienta la iniciativa, la aceptación de riesgos y la
habilidad de adaptación que requieren los hombres de negocios. El respeto por la tradición, por
otra parte, impide las innovaciones y el progreso, pues ningún sistema del pasado ha resultado tan
perfecto como para no beneficiarse con las aportaciones realizadas por nuevos pensadores.
2.4 VALORES Y MODELOS DE ORGANIZACIÓN
Se ha observado que las distintas dimensiones de la cultura originan conductas o
fenómenos que definen la forma en que se ha de estructurar la sociedad. Las culturas que buscan
anular la incertidumbre producen leyes y reglamentos, las culturas masculinas promueven la
competencia y la ambición, aquellas con escasa distancia de poder aspiran a reducir la
desigualdad, y así sucesivamente.
Pero, ¿qué sucede cuando estas dimensiones se conjugan entre sí? Aparece un modelo de
organización. Hofstede presenta cuatro modelos basándose en dos dimensiones de la cultura: la
distancia de poder y la anulación de la incertidumbre. Cada uno de ellos recibe un nombre que
simboliza adecuadamente la manera en que los miembros de la organización interactúan entre sí.
Aunque Hofstede los utiliza para describir la forma de organización de las empresas, resulta
razonable el extender su validez a la sociedad en su conjunto, pues los integrantes de las empresas
han adquirido los valores que definen su modelo de organización en el contexto de su propia
cultura.
El primer modelo se denomina ‘mercado de pueblo’ (village market) y predomina en los países
donde la distancia de poder y la anulación de incertidumbre son marcadamente bajas, siendo este
el caso de EE UU y Gran Bretaña.
El segundo modelo, en el cual la distancia de poder sigue siendo baja, más no así la anulación de
incertidumbre, recibe el nombre de ‘máquina bien aceitada’. Le sigue el modelo de ‘familia’,
17
donde existe una alta distancia de poder y se tolera bien la incertidumbre. El último modelo,
llamado ‘pirámide de personas’ se caracteriza por una alta distancia de poder y un deseo de anular
la incertidumbre.
Resulta interesante el explorar las implicaciones de estos modelos. En el primero de ellos, las
relaciones sociales y económicas enfatizan el libre intercambio entre individuos a través del
mecanismo del mercado; no debe extrañar, en consecuencia, que Gran Bretaña sea la patria del
capitalismo y EE UU su máximo exponente. Situación similar se presenta al analizar el segundo
modelo: no puede negarse que la disciplina, puntualidad y eficacia tecnológica asociadas a los
alemanes hacen que su sociedad y sus empresas se asemejen grandemente a ‘máquinas bien
aceitadas’. El modelo de familia, por su parte, tiende a estar presente en naciones donde la
tradición y la autoridad paterna rigen la vida de los ciudadanos; en tanto que el modelo de
pirámide, deja traslucir un deseo de jerarquizar actividades y personas, y confiar el poder a un
personaje fuerte y decidido, que ocupa la cúspide de la pirámide.
18
3. CASOS REPRESENTATIVOS
3.1 GUATEMALA
Definida como una cultura con alta distancia de poder, orientación colectivista, femenina,
poco tolerante a la incertidumbre y –presumiblemente- enfocada al corto plazo, Guatemala
representa un caso atípico de país subdesarrollado. Atípico porque es una de las sociedades donde
se presentan todas las dimensiones culturales que desestimulan el desarrollo. Atípico, porque no
constituye una unidad, dado que en su seno coexisten dos sociedades, la indígena y la no-
indígena, que se encuentran divididas, a su vez, en clases sociales con valores y estilos de vida
divergentes.
La simple observación y el análisis histórico parecen confirmar los resultados de las
investigaciones de Hofstede, en las cuales Guatemala encaja en el modelo organizacional de la
pirámide. Lo anterior significa que la sociedad se encuentra altamente estratificada, jerarquizada,
que el poder se halla concentrado en una minoría y que la gente busca anular la incertidumbre. Es
posible trazar los orígenes de este modelo de organización remontándonos a la época
precolombina. Los antecesores de los actuales pueblos indígenas (mayas, quichés, cakchiqueles,
etc.) desarrollaron un sistema de gobierno donde toda la autoridad descansaba en los gobernantes.
No existía la movilidad social ascendente, y cada persona vivía y moría en el contexto de la clase
social a la que pertenecía. Los campesinos, obligados a entregar una porción de sus cosechas para
mantener el estilo de vida de los nobles, apenas conservaban lo necesario para sobrevivir, y
debían trabajar, por añadidura, en la erección de monumentos que –asombrosamente- se
asemejaban por su forma a la estructura de su sociedad: pirámides. Una existencia tal,
difícilmente hubiese resultado soportable sin un sistema de creencias que anulara la incertidumbre
y justificase las prácticas de los gobernantes: correspondió a la religión llevar a cabo este
cometido.
Más tarde, la llegada de los españoles dio al traste con el poder de los ahau, los gobernantes
indígenas. Ello no supuso una mejora en las condiciones de vida de la gente, que ahora hubo de
padecer esclavitud y aceptar la religión de los conquistadores. Y pese a que más tarde la
esclavitud fuera abolida, los indígenas siguieron ocupando el escalón más bajo de la pirámide
social. La sociedad que constituyeron los españoles y sus descendientes también se estructuró de
acuerdo a un esquema jerárquico que permitía escasa movilidad social.
19
De ahí que, por ambas vertientes, la indígena y la española, Guatemala haya heredado su modelo
de organización: la pirámide, un modelo que constituye la negación de la igualdad, un modelo que
lleva implícito el subdesarrollo, porque para que unos pocos ocupen las posiciones de riqueza y de
poder, una inmensa mayoría debe, necesariamente, sostenerlos a través de la obediencia y el
trabajo.
Otra característica notable de la historia de Guatemala es su falta de continuidad en las
orientaciones políticas. El período posterior a la independencia se caracterizó por las luchas entre
liberales y conservadores. También vio reducirse la extensión territorial de la nación: el antiguo
Reino de Guatemala, instituido durante la colonia, abarcaba toda Centroamérica y parte de
México, pero tras una breve anexión a aquel país, acabó por disolverse. La importancia de este
hecho salta a la vista si se toma en consideración la teoría de la extensión de un país, según la
cual las naciones serán más autosuficientes, y por ende más desarrolladas, si cuentan con recursos
naturales abundantes y territorios extensos.
Hoy en día, Guatemala enfrenta numerosos desafíos, fruto de un pasado amargo. El nivel de
ingreso de los ricos (definidos como el 20% de la población con mayores ingresos) es 17 veces
superior al de los pobres. Ello hace que Guatemala, junto a Brasil y África del Sur, sea uno de los
tres países con mayor desigualdad del mundo.13 La falta de oportunidades, reflejada en la enorme
proporción del autoempleo de subsistencia (41.2% de la población económicamente activa),14 se
ve agravada por la escasa cobertura de los servicios de salud y educación. Existe, asimismo, una
grave desproporción en la tenencia de la tierra, que obliga a numerosos campesinos, en su
mayoría indígenas, a trabajar en latifundios a cambio de un salario magro.
13 Informe de desarrollo humano (Guatemala: Sistema de Naciones Unidas en Guatemala, 2000) p. 46. 14 Ibid. p. 64.
20
3.2 EE UU
País con una escasa distancia de poder, de orientación individualista, cultura masculina,
tolerante a la incertidumbre y orientado a largo plazo, EE UU constituye un brillante ejemplo de
desarrollo que contrasta acusadamente con la situación de buena parte de la humanidad.
Las colonias inglesas en Norteamérica, fundadas por inmigrantes que buscaban libertad religiosa,
ofrecieron casi desde sus inicios un nivel de vida superior al existente en Gran Bretaña. Ello
obedeció a la abundancia de recursos naturales y a la relativa escasez de mano de obra, que se
tradujo en una mayor renta per cápita. De hecho, los recursos naturales no sólo eran abundantes
sino diversos: las costas de Massachusetts eran ideales para la pesca, los bosques de roble de
Nueva Inglaterra propiciaron la creación de astilleros y la construcción naval, mientras que en
Maryland, Virginia y las Carolinas surgieron plantaciones de arroz y de tabaco.
En lo político, las colonias disfrutaban de un elevado grado de libertad, aunque estaban lejos de
ser una nación homogénea, pues la inmigración constante de europeos de diversa religión y origen
daba a esta sociedad un carácter singular.
La Revolución de 1776 constituyó un episodio único por cuanto estableció un régimen político
novedoso para entonces: la democracia. Este sistema era consecuencia lógica de las ideas de los
líderes independentistas y de los valores de la gente. El texto de la Declaración de Independencia
brinda una idea muy clara de cuáles eran estos valores:
“Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas,
que todos los hombres son creados iguales,
que han sido dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables,
entre los cuales se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.”15
La nueva república tuvo la suerte de suerte de contar entre sus líderes con las mejores mentes de
la época, que formularon una filosofía política que sigue siendo válida hasta nuestros días. El
mismo Thomas Jefferson, autor de la Declaración de Independencia, calificó a los delegados a la
Convención Constitucional de 1787 como ‘una asamblea de semidioses’. Aunque este elogio
pueda parecer exagerado, no se debe descartar la importancia de los héroes como elemento y
15 Voice of America. Special English Word Book. (EE UU: USIA, 1987) p.136.
21
manifestación de la cultura. Los máximos héroes de la Unión Americana son los Padres
Fundadores, y aún hoy se escriben y se leen biografías de estos hombres, que personifican los
valores de su cultura y siguen ofreciendo un modelo de comportamiento.
Las décadas posteriores a la independencia de EE UU atestiguan la inmensa vitalidad de la nación
y la validez de su sistema. Siguiendo una lógica muy similar a la teoría de la extensión de un
país, sus líderes promovieron la adquisición de nuevos territorios iniciando con la compra de
Lousiana en 1803. Pero esta política de expansión territorial no siempre utilizó medios pacíficos.
Durante el gobierno de James Polk (1845-49) EE UU libró una guerra contra México, que
culminó con la cesión de Texas, California y Nuevo México a la Unión Americana. Si bien
hechos como este parecen cuestionables desde un punto de vista moral, no debe ignorarse que una
cultura fuertemente masculina, como la de EE UU, a la larga acaba practicando el arte de la
guerra.
Un evento crucial en la historia de la nación fue la Guerra Civil (1861-65), que opuso a los
estados del norte (democráticos, industriales y progresistas) con los estados secesionistas del sur
(esclavistas y agrarios, regidos por la tradición). La victoria del Norte aseguró la unidad del país
y logró la libertad del hombre negro.
La figura más influyente de esta época fue la del presidente Abraham Lincoln. A Lincoln se le
señala como ejemplo del ‘self-made man’, el hombre hecho a sí mismo. Habiéndose iniciado
como mozo de labor, conductor de barcaza y dependiente de una tienda, Lincoln estudió hasta
convertirse en abogado, ocupó un lugar en la legislatura y llegó a la presidencia. El caso de
Lincoln es solo uno de muchos que demuestran que la movilidad social ascendente era y sigue
siendo, una realidad en Norteamérica. El principal motor de esta movilidad, de acuerdo a Seward
y Mann, contemporáneos de Lincoln, se encuentra en la educación universal y pública. Seward
afirmó que las escuelas constituyen...
“las grandes instituciones que promueven la igualdad entre los hombres de
nuestra época... que no buscan rebajar a todos a una condición humilde, sino
elevarlos a una posición de bondad y sabiduría”.
Horace Mann, por su parte, creía que la educación...
22
“hace más que eliminar la hostilidad de los pobres hacia los ricos; pues evita
que sigan siendo pobres”.
Pero, ¿qué era lo que se enseñaba en estas escuelas? Básicamente, los valores protestantes de
austeridad, puntualidad, constancia e industria, que junto a la enseñanza de destrezas prácticas y
habilidades cognitivas, servían las necesidades de una economía capitalista en pleno auge.
Luego de la Guerra Civil, la nación retomó el camino del progreso. En las décadas siguientes
floreció la minería y la industria metalúrgica, se inició la explotación petrolera, y con el
advenimiento de la electricidad, se produjeron notables adelantos tecnológicos. Muchos de estos
adelantos fueron obra de inventores persistentes, que trabajando en solitario persiguieron una
visión y la alcanzaron. Los nombres de Edison, Morse, Ford y los hermanos Wright representan
más que un concepto de genialidad e inteligencia, prueban que en una sociedad libre, la iniciativa
individual puede redundar en beneficio colectivo.
Hoy en día, los Estados Unidos se encuentran a la cabeza de las naciones desarrolladas de la
Tierra. Su victoria en las dos guerras mundiales y el colapso de su adversario socialista
constituyen otro logro más en su ajetreada y emocionante historia. Tal vez EE UU no sea una
nación perfecta, pero entre los americanos prevalece la opinión de que todos los problemas
pueden superarse. Muchos extranjeros emigran a este país con la esperanza de mejorar sus
condiciones de vida, y en la mayoría de los casos, lo logran. Es esta visión optimista, lo que hace
que Estados Unidos siga siendo la tierra de las oportunidades, un lugar donde valores como la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, aún retienen su promesa y su sentido.
23
4. LOS VALORES DE LA CULTURA ESTADOUNIDENSE
Las siguientes paginas proporcionan una interesante perspectiva en torno a los valores que
comparten los ciudadanos de EE UU, interesante porque su fuente son documentos escritos por
norteamericanos, lo cual brinda una idea de cómo se perciben a sí mismos, a su cultura y a sus
logros. Los primeros tres valores, que forman el núcleo de esta cultura, se ven complementados
por otra serie de conceptos, no menos importantes, más no siempre compartidos por todos los
integrantes de esta singular nación. Pese a ello, es importante señalar, como lo hace Robert
Kohls, uno de los autores consultados, que los americanos ven estos valores como algo
sumamente positivo. No se dan cuenta, por ejemplo, de que muchas personas juzgan el
materialismo como algo censurable, y ven en el cambio una fuente de amenazas.
En vista de lo anterior, el lector debe evaluar estos valores objetivamente, sin la connotación
degradatoria con que la propia experiencia y la propia cultura los suele designar.
4.1 LIBERTAD INDIVIDUAL Y AUTOSUFICIENCIA
Por libertad, los norteamericanos entienden el deseo de todos los individuos por controlar su
propio destino sin la interferencia del gobierno, la nobleza, la iglesia o cualquier otra autoridad
organizada. Ellos creen que el precio de esta libertad es la autosuficiencia, la cual exige que las
personas alcancen una independencia emocional y financiera respecto de sus padres a una edad
temprana. Prevalece la idea de que todos los hombres deben cuidarse a sí mismos, resolver sus
propios problemas, pararse sobre sus propios pies y no depender del apoyo de sus familias, del
gobierno u otras organizaciones capaces de restringir su libertad. Creen que la dependencia no
solo reduce la libertad, sino que también les hace perder el respeto de sus conciudadanos, porque
sienta un mal ejemplo que debilita el carácter de la sociedad americana en su conjunto.
4.2 IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y COMPETENCIA
Es importante aclarar que la igualdad en la que creen los norteamericanos no exige que todos sean
o deban ser iguales. Quiere decir, en cambio, que todo individuo debe tener las mismas
oportunidades para triunfar. Los americanos ven la vida como una carrera por el éxito. Para
ellos, la igualdad significa que todos deben tener la oportunidad de participar en la carrera y de
ganar. En otras palabras, la igualdad de oportunidades constituye una norma ética, que permite
24
asegurar que la carrera por el éxito será una carrera justa, donde las personas no resultarán
ganadoras por haber nacido en una familia acaudalada, sino que lo harán por su propio esfuerzo.
Existe, sin embargo, un precio a pagar por la igualdad de oportunidades: la competencia. Si se
asume que la vida es una carrera, las personas deben de correrla para poder ganar, deben, en
resumen, competir con otros. Si cada persona tiene una oportunidad justa para triunfar en los
Estados Unidos, es su deber aprovecharla, dando lo mejor de sí. Las personas a las que les guste
competir y ganar serán llamadas ‘triunfadores’, pero aquellas a quienes no les guste y no puedan
vencer cuando lo intenten recibirán el poco honorable título de ‘perdedores’.
4.3 RIQUEZA MATERIAL Y TRABAJO ARDUO
El materialismo consiste en dar un gran valor a las posesiones materiales, y la razón por la cual la
riqueza se considera como la medida de status y éxito social en los Estados Unidos es el rechazo
al sistema de títulos nobiliarios y herencias que imperaba en el Viejo Continente. Al rechazar este
sistema, los americanos necesitaban encontrar un sustituto, y lo hallaron en la calidad y cantidad
de posesiones materiales adquiridas por los individuos.
Lógicamente, se debe de pagar un precio por obtener la riqueza material, y es aquí donde
interviene el valor del trabajo arduo. Cuando los primeros peregrinos llegaron al continente
norteamericano, encontraron gran abundancia de recursos naturales sin desarrollar. Sólo con su
trabajo pudieron convertir estos recursos en posesiones materiales y disfrutar de un alto estándar
de vida. Por esto los americanos consideran la riqueza como la recompensa natural a su trabajo, e
inclusive, como un reflejo de las diferencias en habilidades personales.
En Estados Unidos, no sólo existe una gran presión social por mantener un buen nivel de vida,
sino que se exhorta a luchar por mejorarlo. Dado que la posición social se mide sobre la base de
lo que poseen las personas, los americanos se sienten presionados a comprar más de lo que
necesitan. La expresión keeping up with the Joneses revela esta urgencia por adquirir objetos
iguales o mejores a los de los demás: si los hipotéticos Sr. y Sra Jones compran un auto nuevo,
sus vecinos empezarán a pensar en comprar uno aunque no lo necesiten, pues lo que desean es
llegar a ser tan ricos como los demás, lo cual supone un esfuerzo continuado por adquirir nuevas y
mejores posesiones.
25
4.4 CONTROL PERSONAL SOBRE EL AMBIENTE
Hoy por hoy, los americanos no creen en el poder del destino, y han llegado a considerar a
aquellos que lo hacen como gente primitiva, retrógrada o irremediablemente ingenua. El ser
llamado ‘fatalista’ es una de las peores críticas que se pueden recibir en el contexto americano;
para un estadounidense, tal palabra significa que se es supersticioso y holgazán, que no se está
dispuesto a tomar la iniciativa y alcanzar algo mejor. En los Estados Unidos se considera correcto
y normal que el hombre deba controlar a la naturaleza, y no al revés. Específicamente, la gente
cree que cada individuo debe controlar todo elemento del ambiente que pueda llegar a afectarle.
Los problemas de la propia vida no se juzgan como resultado de la mala suerte, son el fruto de la
holgazanería, de rehusarse a buscar una vida mejor. Además, se considera normal que cada uno
vele por su propio interés y no por el de los demás. Muchos americanos encuentran casi
imposible el aceptar que existan cosas que los seres humanos no puedan alcanzar. Los
americanos han llegado literalmente a la Luna, porque se han negado a aceptar las limitaciones de
esta Tierra. Suelen sentirse motivados, casi obligados, a alcanzar por uno u otro medio (y
usualmente a un gran costo) aquello que siete octavas partes de la humanidad consideran que no
puede lograrse.
4.5 CAMBIO
En la mente americana, el cambio es visto como una condición indiscutiblemente buena. El
cambio se encuentra fuertemente vinculado al desarrollo, a la mejora, al progreso y crecimiento.
Muchas otras culturas, dado su carácter tradicional, consideran que el cambio es una fuerza
perturbadora y destructiva, que debe ser evitada a cualquier precio. En lugar del cambio, estas
sociedades valoran la estabilidad, la continuidad, la tradición, su propia herencia, algo que en los
Estados Unidos no se suele valorar. La suma de dos de estos valores –la creencia de que el
hombre puede todo y que el cambio es algo positivo- junto a al hábito del trabajo arduo y la
convicción de que cada individuo está obligado a dar lo mejor de sí, ha permitido que los
americanos alcancen grandes cosas.
Por ello, determinar si estos valores son o no verdaderos es algo que resulta irrelevante, lo que
importa es que los americanos consideran que son válidos y han actuado como si lo fueran.
26
4.6 CONTROL DEL TIEMPO
El tiempo es, para el americano promedio, un elemento de máxima importancia. A los ojos del
visitante extranjero, los americanos parecen ser el pueblo más interesado en lograr las cosas a
tiempo y de acuerdo a un horario predeterminado, aunque ello implique descuidar las relaciones
interpersonales. Podría incluso parecer que los americanos viven controlados por sus relojes de
pulsera, tanto así que suelen cortar abruptamente una conversación para llegar a tiempo a su
próxima cita. El lenguaje de los americanos está repleto de referencias al tiempo, lo cual
proporciona una clara indicación de lo mucho que se le valora. Suelen referirse al tiempo como
algo que se debe usar, llenar, planificar, ganar, aprovechar e incluso matar. Muchos proverbios
americanos enfatizan el valor de aprovechar el tiempo sabiamente, de establecer metas específicas
y trabajar por ellas; incluso recomiendan utilizar tiempo y energía hoy para disfrutar del fruto del
trabajo en el mañana. El visitante internacional aprende pronto que el ser impuntual se considera
de muy mala educación en los Estados Unidos. Cuando es imposible llegar a tiempo, se considera
indispensable llamar por teléfono a quien espera y explicarle en cuanto tiempo se ha de llegar.
La causa de esta obsesión con el tiempo, es la idea de que uno puede alcanzar mucho más de lo
que se propone si evita malgastar el tiempo y se mantiene ocupado. Cabe señalar que esta
filosofía ha probado su valor, ha permitido que los americanos sean extremadamente productivos,
y que sean apreciados en el ámbito internacional cuanto de gestionar proyectos se trata.
4.7 INDIVIDUALISMO Y PRIVACIDAD
El individualismo que se ha desarrollado en Occidente desde el Renacimiento ha alcanzado su
forma más extrema en los Estados Unidos. En esta nación, cada individuo es visto como alguien
completa y maravillosamente único, esto es, alguien totalmente diferente de los otros y por lo
tanto particularmente valioso. Los americanos creen ser más individualistas en sus pensamientos
y acciones de lo que realmente son. Se resisten a creer que forman parte de un grupo homogéneo,
sin importar que grupo sea. Pueden, y de hecho lo hacen, vincularse a grupos, pero de alguna
forma siguen creyendo que son un tanto diferentes y tienden a dejarlos con la misma facilidad con
que ingresan a ellos. La privacidad, el resultado final del individualismo, es tal vez difícil de
entender para los extranjeros. A menudo se le otorga una connotación negativa, que sugiere
soledad o aislamiento. Pero en los Estados Unidos, la privacidad no solo es vista como algo
positivo, sino que es considerada como necesaria, deseable y gratificante. Es común para los
27
americanos el decir: “Si no tengo al menos media hora diaria para mi solo, me volvería loco”. El
individualismo, tal y como existe en los EE UU, implica la presencia de una gran variedad de
opiniones, unida a la libertad de expresarlas en cualquier momento y lugar. Pero, a pesar de este
amplio espectro de opiniones, casi todos los americanos terminan votando por uno de los dos
partidos políticos mayoritarios, lo cual demuestra que son menos individualistas de lo que ellos
creen.
4.8 CONCEPTO DE AUTOAYUDA
En los Estados Unidos, una persona solo puede enorgullecerse por aquello que él o ella ha logrado
por sí mismo. Muchos americanos sienten orgullo por haber superado la pobreza a través del
sacrificio y el trabajo arduo. El sistema social americano ha permitido, desde luego, que la gente
pueda ascender en la escala social con relativa facilidad, tanto así que el concepto del self-made
man sigue siendo el ideal americano en nuestro tiempo.
4.9 ORIENTACION AL FUTURO
Valorar el futuro y los avances que producirá significa que los americanos devalúan el pasado y
que ignoran el presente. Incluso un presente dichoso les parece irrelevante porque esperan que el
futuro les depare una felicidad aún mayor. Por lo general, dedican todas sus energías a alcanzar
ese futuro mejor. El presente, como máximo, se considera una estación preparatoria para un
suceso mayor, que eventualmente culminará en algo mucho más valioso. Dado que los
americanos han aprendido que es el hombre y no el destino quien ejerce el control sobre el
entorno, su capacidad de planeación y ejecución a corto plazo se ha desarrollado grandemente.
En el mundo musulmán, en contraste, el hablar del futuro se considera inútil y pecaminoso.
4.10 INFORMALIDAD
Los americanos son uno de los pueblos más informales y casuales en el mundo, incluso más que
sus parientes de la Europa Occidental. Un ejemplo de esta informalidad lo proporcionan los
líderes de las empresas, que prefieren ser llamados por su nombre antes que recibir el título de
‘señor’ o ‘señora’.
28
4.11 FRANQUEZA; APERTURA Y HONESTIDAD
Muchas otras culturas han desarrollado maneras sutiles, casi rituales, para comunicar información
desagradable. Los americanos prefieren, en cambio, el enfoque directo. Suelen ser
completamente honestos al dar a conocer los hechos, y consideran que cualquier otra forma de
hacerlo es inadmisible. Quien se limita a insinuar algo en lugar de decirlo abiertamente pierde la
confianza de los demás, lo mismo que aquel que utiliza a un intermediario para enviar un
mensaje.
4.12 PRAGMATISMO Y EFICIENCIA
Los americanos tienen la reputación de ser realistas, prácticos y extremadamente eficientes. La
consideración práctica merece la más alta prioridad cuando se toman decisiones en los Estados
Unidos. Los americanos se enorgullecen de no ser demasiado filosóficos u orientados a las
teorías. Si los americanos tuviesen una filosofía, seguramente sería el pragmatismo. “¿Me dejará
dinero?, ¿Será autofinanciable? ¿Qué gano yo con esto?” Esa la clase de preguntas que hacen
los americanos al formular sus objetivos, y no otras como: “¿Posee valor estético? ¿Es algo
agradable? ¿Hará avanzar la causa del conocimiento?” Esta orientación pragmática ha hecho que
los americanos contribuyan más a la civilización humana que cualquier otra cultura de la Historia.
El amor hacia lo práctico hace que los americanos valoren algunas profesiones más que otras.
Entre ellos, la administración, el derecho, la economía y la medicina son más populares que la
filosofía, las artes o la antropología. Otra forma de favorecer lo práctico consiste en descartar las
evaluaciones emocionales o subjetivas a favor del análisis objetivo y racional. Los americanos
tratan de no ser sentimentales al tomar decisiones, juzgan cada situación por sus méritos,
utilizando un enfoque de ensayo y error.
29
CUADRO # 3
LOS VALORES DE EE UU Y GUATEMALA COMPARADOS
EE UU Guatemala
Libertad individual y autosuficiencia Libertad restringida por la dependencia hacia los
padres
Igualdad de oportunidades Exclusión, discriminación y privilegios
Competencia Conformismo
Riqueza material Riqueza espiritual, vida tranquila
Control personal sobre el ambiente Suerte, destino, voluntad de Dios
Cambio Estabilidad personal, tradición, seguridad
Control del tiempo Impuntualidad, tendencia a hacer las cosas en el
último momento
Individualismo y privacidad Colectivismo, temor a la opinión del grupo
Concepto de autoayuda Compasión y caridad
Orientación al futuro Orientación al pasado y al presente
Informalidad Informalidad entre iguales, deferencia en el trato
a superiores
Franqueza, apertura y honestidad Tacto, reserva, comunicación indirecta
Pragmatismo Idealismo
Fuente: Meridian International.
30
CONCLUSIONES
Si bien factores como la abundancia de riquezas naturales, la extensión los países y la salud de la
población impiden concluir que la cultura y los valores son la causa única del desarrollo de los
pueblos, es posible señalar, gracias a las evidencias presentadas, que estas dos variables están
estrechamente relacionadas con la prosperidad de las sociedades humanas, porque determinan la
actitud del hombre hacia el trabajo, su disposición a competir y a realizar innovaciones.
Ello se deduce a partir de casos con el de EE UU, un país cuya cultura se fundamenta en los
valores establecidos hace más de doscientos años por los Padres Fundadores, y que siguen siendo
practicados en la actualidad. Si estos valores pudieran resumirse en una fórmula, sería la
siguiente: libertad con responsabilidad, igualdad de oportunidades y riqueza por medio del
trabajo.
A diferencia de EE UU, Guatemala no es producto de un proyecto político inspirado en valores.
La historia pone de manifiesto que la falta de unidad es la característica esencial de esta nación.
Si a ello se suma la influencia de las dimensiones culturales estudiadas por Hofstede: un
colectivismo que sofoca la iniciativa, una cultura femenina que tolera el fracaso y condena la
ambición, leyes promulgadas con el fin de reducir la incertidumbre y no el de proteger a las
personas, y un modelo de organización social diseñado para mantener la desigualdad, no resulta
sorprendente que el país siga sumido en una situación de atraso y de pobreza.
En virtud de lo anterior, parece razonable concluir el cambio cultural, que supone adoptar y
ejercer valores favorables al progreso pero compatibles con la naturaleza humana, constituye uno
de los mejores caminos para superar los males derivados del subdesarrollo.
31
RECOMENDACIONES
Resulta innegable que el modelo de organización social y los procesos históricos que han dado
forma al actual Estado de Guatemala han abierto una inmensa brecha entre los ricos y los pobres.
Es evidente que la existencia de una situación así ni siquiera beneficia a quienes disfrutan de
elevados ingresos y un buen nivel de vida, porque la desigualdad destruye la unidad de la nación,
fomenta el resentimiento y da paso a la violencia.
Urge, en consecuencia, que se adopten acciones tendentes a establecer una auténtica igualdad de
oportunidades, principiando por la creación de un sistema educativo con cobertura nacional y
elevada calidad, enfocado a la enseñanza de valores positivos, un sistema “que no busque rebajar
a todos a una condición humilde, sino elevarlos a una posición de sabiduría y de bondad.”
Es necesario que los guatemaltecos evalúen de manera crítica la validez de su sistema de valores.
Deben aceptar que la realidad nacional obedece a las acciones de los ciudadanos, que estas
acciones son guiadas por valores y que un país subdesarrollado a menudo es producto de valores
equivocados.
La atención al medio geográfico y la teoría de la extensión de un país son elementos que deben de
tomarse en cuenta al momento de formular la política exterior de Guatemala. Para ello debe
promoverse la integración de las naciones de Centroamérica, de manera que mañana lleguen a
constituir una unidad política con una economía sólida, una cultura compartida y una mayor
influencia en el concierto de las naciones.
Dado que EE UU ha alcanzado una posición de liderazgo mundial por medio de políticas
inspiradas en los valores de su cultura, Guatemala debería establecer una relación más estrecha
con esa nación. Dicha relación debería trascender el nivel de lo puramente económico y
enfocarse en el campo educativo y cultural, ya que los valores que han hecho grande a EE UU
pueden ayudar a los guatemaltecos a superar su actual condición de atraso y de pobreza, si
deciden hacerlos suyos.
Las personas que trabajan como docentes tienen la capacidad de erigirse en agentes de cambio
cultural, por ello deberían enseñar a sus alumnos a esforzarse y competir, a solucionar sus propios
problemas y a valorar lo bueno que existe en otras culturas.
32
GLOSARIO
AISLAMIENTO CULTURAL: Situación en la que el idioma, las fronteras y los
accidentes naturales impiden que una colectividad
humana establezca intercambios mutuamente benéficos
con culturas diferentes.
CALIDAD DE VIDA: Un atributo de la cultura nacional que enfatiza la
importancia de las relaciones y el interés por los demás.
COLECTIVISMO: Contraparte del individualismo, que se manifiesta en
sociedades donde las personas nacen integradas en grupos
fuertemente cohesionados, que ofrecen protección a
cambio de una lealtad absoluta e incondicional.
CULTURA: (1) Conjunto de normas adquiridas, basadas en actitudes,
valores y percepciones, todo ello en el contexto de una
sociedad. (2) Conjunto de reglas y normas implantadas a
lo largo de la historia para convivir pacíficamente en
sociedad y formar el estilo de vida de los ciudadanos.
(3) Programación colectiva de la mente, que distingue a
los miembros de un grupo o categoría de la gente que
pertenece a otros grupos o categorías.
DESARROLLO HUMANO: Proceso de ampliación de las opciones que permite a las
personas alcanzar una vida prolongada y saludable,
adquirir conocimientos, aprender destrezas y contar con
los recursos necesarios para disfrutar una alta calidad de
vida.
DISTANCIA DE PODER: Dimensión de la cultura que indica el grado en que los
miembros menos poderosos de una sociedad aceptan el
hecho de que el poder sea distribuido de manera desigual.
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FEMINIDAD: Dimensión de la cultura en la que los roles de género se
entrecruzan.
INCERTIDUMBRE: Grado en que los miembros de una cultura se sienten
amenazados ante situaciones inciertas o desconocidas.
INDIVIDUALISMO: Aquella condición social en la cual no existen vínculos
estrechos entre las personas y en la que se espera que
cada una se ocupe de satisfacer sus propias necesidades.
KEEPING UP WITH THE JONESES: Urgencia por adquirir objetos iguales o mejores a los de
los demás.
LIBERTAD: Deseo de todos los individuos por controlar su propio
destino sin la interferencia del gobierno, la nobleza, la
iglesia o cualquier otra autoridad organizada.
MASCULINIDAD: Dimensión de la cultura que se presenta en sociedades
donde los roles de género están claramente definidos.
NATURALEZA HUMANA: Nivel universal del software de la mente, que se hereda
con los propios genes y regula las funciones físicas y
psicológicas del individuo.
PAÍS EN VÍAS DE DESARROLLO: País cuya población percibe una renta per cápita inferior a
los 755 dólares anuales. Sus habitantes gozan de poca
salud, tienen una escasa esperanza de vida, un bajo nivel
de estudios y desnutrición.
PERSONALIDAD: Conjunto de programas mentales de un individuo, que no
comparte con ningún otro ser humano y que se basa en
atributos en parte heredados y en parte aprendidos.
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PNB: Producto nacional bruto, medida del flujo total de bienes
y servicios producidos dentro del territorio nacional
durante un período determinado, generalmente un año.
PRAGMATISMO: Sistema filosófico que enfatiza la importancia de las
consecuencias al momento de analizar la validez de las
ideas y acciones de los hombres.
RELATIVISMO CULTURAL: Corriente ideológica defendida por algunos científicos
sociales, según la cual no existen criterios absolutos para
juzgar las actividades de una cultura como buenas o
malas, superiores e inferiores, etc.
SELF-MADE MAN: Hombre hecho a sí mismo, que supera su condición
inicial de pobreza gracias a su esfuerzo y disciplina.
TEORÍA DE LA EXTENSIÓN Teoría según la cual los países de gran extensión
DE UN PAÍS: territorial tienen mayores probabilidades de disponer de
climas y recursos naturales variados: hecho que les
permite alcanzar un mayor grado de autosuficiencia en
comparación con los países pequeños.
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BIBLIOGRAFÍA
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