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14 Internacional Lima, domingo 7 de agosto del 2011 educativas, directamente con familias en proceso de reintegración, etc.”. González explica que “se pretende evidenciar las condiciones de riesgo  y amenaza que presentan los jóvenes: problemáticas familiares, abuso infantil, problemáticas de ausencia institucional, problemáti- cas de consumo de sustan- cias y participación en pan- dillas.Luegoseidentifican las iniciativas locales y se fortalecen ya sea con dota- cionesenrecursos,balones, uniformes, instrumentos o en procesos de formación en derechos humanos, en formación artística; es de- cir,deacuerdoconlalógica del grupo y de acuerdo con suscapacidades.Esunafor- ma de decirles a los jóvenes quehayopcionesdiferentes a pertenecer a un grupo ar- mado donde usted se pue- de sentir útil, donde puede generar un sentido de iden- tidad, de participación, de pertenencia;esdecir,quela  vida puede ser otro cuento”. Es imposible saber cuán- tos niños se le pueden arran- car a la guerra con estas ini- ciativas.Mientrastanto,des- movilizados como Gloria, integrantes del programa dereinsercióndelaAlcaldía de Bogotá, reescriben su vi- dacomosereescribiólaletra delafamosacanciónfrance- sa. Recorren hoy barriadas llevando su mensaje: “Estoy segura de que si no hubiera sido maltratada y hubiera tenidootrasoportunidades nunca habría tomado un fu- sil”, asegura esta mujer que augura que su hija de 3 años “podrá vivir la niñez que yo perdí en la guerra”. Mambrú no va a la guerra Susan Abad Corresponsal En menos de un año, el proyecto Mambrú no Va a la Guerra. Este es Otro Cuento ha trabajado con unos 2.600 niños y  jóvenes de edades entre 6 años y 26 años con una inversión de 550 mil dólares. En Colombia, de noviembre de 1999 a  junio del 2011, se desvincularon de grupos al margen de la ley 4.688 menores de edad. El 54% militaba en las FARC y el resto en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los grupos paramilitares y las bandas al servicio del narcotráfico. Dejan las armas bá.  El Gobierno Colombiano ha diseñado una estrategia para evitar que más niños y  jóvenes se unan a los 14 mil menores que están involucrados en la guerra que se libra en el país Colombia Víct imas  Nueva vida Los niños en las guerras del mundo En el mundo unos 300 mil niños han sido reclutados como soldados en los últimos 10 años. En ese mismo período 2 millones de menores han muerto y otros 6 millones han resultado heridos o disca- pacitados de manera per- manente en las guerras que se libran alrededor del mundo, revelan cifras deUnicef. Al igual que en Co- lombia, muchos de los menores son reclutados a la fuerza, otros se alis- tan en un intento de huir de la pobreza, el maltra- to o la discriminación, o con el fin de vengar la violencia infligida contra ellos o sus familias. “Los conflictos los privan de educación, atención sanitaria y protección. Son se- cuestrados, asesinados o mutilados, quedan huérfanos y sufren un impacto emocional que condiciona su desarrollo y su vida para siempre”, asegura Unicef. Cruel.  En Pakistán los niños son usados como atacantes suicidas. Sinfuturo. Secalculaqueunos 14milmenoresformanpartedegruposarmadosirregularesenColombia. EES “Para los grupos armados organizados al margen de la ley y los de la delincuen- cia organizada, los niños son sus miembros más dó- ciles”, asegura un informe de la Alta Consejería para la Reinserción (ACR). “Los menores son sus mejores objetos, se mueven más rápido, no miden el ries- go personal, no despiertan sospechas ante las autori- dades, cumplen órdenes sin cuestionarlas. Al ingresar ya no pueden salir por las ame- nazas contra sus propias vi- das y las de sus familias, que a su vez tampoco denuncian el reclutamiento por ese mis- mo temor”, añade. “Los menores de edad son impulsivos, fáciles de mani- pular y, además, las conde- nas son más ligeras; incluso en caso de asesinato salen en libertad luego de unos po- cos años de pena. Por estas razones, son los candidatos perfectos para convertirse en armas letales”, afirma a su vez la organización Human Rights Watch. Menores son fáciles de manipular Tenía12años,mima- drastra y mi papá me pegabancomousted noimagina. Traba ja- baduroenel campo.Nunca tuve una muñeca, nunca tuve un vestido bonito. Eso no era vida. Quería huir de todo eso y agarré el fusil y me fui al monte”, relata a El Comercio Gloria, en una historiaquerepiteeldolory la violencia que sufren miles de niños que están inmersos enlaguerracolombiana. Basándose en datos del Gobierno Colombiano, la ONU y otras organizacio- nes no gubernamentales, la Defensoría del Pueblo realizóuninformeenelque se calcula que “unos 14 mil niños y niñas podrían estar involucradosenelconflicto armado en Colombia”. Es tan complejo este problema que hace un año el Estado aprobó un docu- mento del Consejo Nacio- nal de Política Económica  y Social (Conpes) titulado “Política de prevención del reclutamiento y la uti- lización de niños, niñas y adolescentes por parte de gruposarmadosorganiza- dos al margen de la ley y de grupos delictivos organiza- dos”,enelque17entidades gubernamentales definie- ron acciones conjuntas pa- ratratardecontrarrestarlo. “Mambrú no va a la gue- rra, chivirin chivirin chin chin. Mambrú no va a la guerraélquiereiraestudiar, ajugarycantar,quierevivir en paz” fue la canción que millones de colombianos entonaron el pasado 22 de  julio, en marchas que for- manpartedelasestrategias quedesdeoctubredel2010 desarrolla la Alta Conseje- ría para la Reintegración (ACR) y que buscan hacer  visible “no solo el recluta- miento al niño que porta el uniforme y que va a las trin- cheras, sino también que es utilizado, que es el más in-  visible, que es tal vez aquel que está en la casa, que va en la mañana al colegio y enlatardeesmensajero,in- formante, cobra ‘vacunas’ [sobornos] y participa en el grupo armado sin unifor- me”, afirma a El Comercio KatherineLópez,funciona- ria de ACR. La funcionaria Paola González indica que, aun- que la iniciativa llamada Mambrú no Va a la Gue- rra. Este es Otro Cuento es la más conocida, ACR realiza otras acciones en materia de prevención de reclutamiento de menores “a través de intervenciones de reintegración comu- nitaria, con instituciones Víctima. Gloria se unió a los paramilitar essiendo unaniña. SSN

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8/4/2019 08-07 Susan Abad

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14 Internacional Lima, domingo 7 de agosto del 2011

educativas, directamentecon familias en proceso dereintegración, etc.”.

González explica que“se pretende evidenciarlas condiciones de riesgo y amenaza que presentanlos jóvenes: problemáticasfamiliares, abuso infantil,problemáticas de ausenciainstitucional, problemáti-cas de consumo de sustan-cias y participación en pan-dillas. Luego se identificanlas iniciativas locales y sefortalecen ya sea con dota-ciones en recursos, balones,uniformes, instrumentos oen procesos de formaciónen derechos humanos, enformación artística; es de-cir, de acuerdo con la lógicadel grupo y de acuerdo consus capacidades. Es una for-ma de decirles a los jóvenesque hay opciones diferentesa pertenecer a un grupo ar-mado donde usted se pue-de sentir útil, donde puedegenerar un sentido de iden-tidad, de participación, depertenencia; es decir, que la vida puede ser otro cuento”.

Es imposible saber cuán-tos niños se le pueden arran-car a la guerra con estas ini-ciativas. Mientras tanto, des-movilizados como Gloria,

integrantes del programade reinserción de la Alcaldíade Bogotá, reescriben su vi-da como se reescribió la letrade la famosa canción france-sa. Recorren hoy barriadasllevando su mensaje: “Estoy segura de que si no hubierasido maltratada y hubieratenido otras oportunidadesnunca habría tomado un fu-sil”, asegura esta mujer queaugura que su hija de 3 años“podrá vivir la niñez que yoperdí en la guerra”.

Mambrú no va a la guerra

SusanAbad

Corresponsal

En menos de un año, el proyecto Mambrú no Va a la Guerra.Este es Otro Cuento ha trabajado con unos 2.600 niños y

jóvenes de edades entre 6 años y 26 años con una inversión

de 550 mil dólares. En Colombia, de noviembre de 1999 a junio del 2011, se desvincularon de grupos al margen de laley 4.688 menores de edad. El 54% militaba en las FARC y elresto en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los gruposparamilitares y las bandas al servicio del narcotráfico.

Dejan las armasb á. El Gobierno Colombiano ha diseñadouna estrategia para evitar que más niños y jóvenes se unan a los 14 mil menores que estáninvolucrados en la guerra que se libra en el país

Colombia • Víctimas • Nueva vida

Los niños enlas guerrasdel mundoEn el mundo unos 300 milniños han sido reclutadoscomo soldados en losúltimos 10 años. En esemismo período 2 millonesde menores han muertoy otros 6 millones han

resultado heridos o disca-pacitados de manera per-manente en las guerrasque se libran alrededordel mundo, revelan cifrasde Unicef.

Al igual que en Co-lombia, muchos de losmenores son reclutadosa la fuerza, otros se alis-tan en un intento de huirde la pobreza, el maltra-to o la discriminación,

o con el fin de vengar laviolencia infligida contraellos o sus familias.

“Los conflictos losprivan de educación,atención sanitaria yprotección. Son se-cuestrados, asesinadoso mutilados, quedanhuérfanos y sufren unimpacto emocional quecondiciona su desarrolloy su vida para siempre”,

asegura Unicef.

Cruel . En Pakistán los niños son

usados como atacantes suicidas.

Sin futuro . Se calcula que unos 14 mil menores forman parte de grupos armados irregulares en Colombia.

E E S

“Para los grupos armadosorganizados al margen dela ley y los de la delincuen-cia organizada, los niñosson sus miembros más dó-ciles”, asegura un informede la Alta Consejería para laReinserción (ACR).

“Los menores son susmejores objetos, se muevenmás rápido, no miden el ries-

go personal, no despiertansospechas ante las autori-dades, cumplen órdenes sincuestionarlas. Al ingresar yano pueden salir por las ame-nazas contra sus propias vi-das y las de sus familias, quea su vez tampoco denuncianel reclutamiento por ese mis-mo temor”, añade.

“Los menores de edad son

impulsivos, fáciles de mani-pular y, además, las conde-nas son más ligeras; inclusoen caso de asesinato salenen libertad luego de unos po-cos años de pena. Por estasrazones, son los candidatosperfectos para convertirseen armas letales”, afirma a suvez la organización HumanRights Watch.

Menores son fáciles de manipular

“Tenía 12 años, mi ma-drastra y mi papá mepegaban como ustedno imagina. Trabaja-

ba duro en el campo. Nuncatuve una muñeca, nuncatuve un vestido bonito. Esono era vida. Quería huir detodo eso y agarré el fusil y me fui al monte”, relata a ElComercio Gloria, en unahistoria que repite el dolor y la violencia que sufren milesde niños que están inmersosen la guerra colombiana.

Basándose en datos delGobierno Colombiano, laONU y otras organizacio-nes no gubernamentales,la Defensoría del Pueblorealizó un informe en el quese calcula que “unos 14 milniños y niñas podrían estarinvolucrados en el conflictoarmado en Colombia”.

Es tan complejo esteproblema que hace un añoel Estado aprobó un docu-mento del Consejo Nacio-nal de Política Económica y Social (Conpes) titulado“Política de prevencióndel reclutamiento y la uti-lización de niños, niñas y adolescentes por parte degrupos armados organiza-dos al margen de la ley y degrupos delictivos organiza-

dos”, en el que 17 entidadesgubernamentales definie-ron acciones conjuntas pa-ra tratar de contrarrestarlo.

“Mambrú no va a la gue-rra, chivirin chivirin chinchin. Mambrú no va a laguerra él quiere ir a estudiar,a jugar y cantar, quiere viviren paz” fue la canción quemillones de colombianosentonaron el pasado 22 de julio, en marchas que for-man parte de las estrategiasque desde octubre del 2010

desarrolla la Alta Conseje-ría para la Reintegración(ACR) y que buscan hacer visible “no solo el recluta-miento al niño que porta eluniforme y que va a las trin-cheras, sino también que esutilizado, que es el más in- visible, que es tal vez aquelque está en la casa, que vaen la mañana al colegio y en la tarde es mensajero, in-formante, cobra ‘vacunas’[sobornos] y participa enel grupo armado sin unifor-

me”, afirma a El Comercio Katherine López, funciona-ria de ACR.

La funcionaria PaolaGonzález indica que, aun-que la iniciativa llamadaMambrú no Va a la Gue-rra. Este es Otro Cuentoes la más conocida, ACR realiza otras acciones enmateria de prevención dereclutamiento de menores“a través de intervencionesde reintegración comu-nitaria, con instituciones

Víctima . Gloria se unió a los

paramilitares siendo una niña.

S S N