08-07 susan abad
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8/4/2019 08-07 Susan Abad
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14 Internacional Lima, domingo 7 de agosto del 2011
educativas, directamentecon familias en proceso dereintegración, etc.”.
González explica que“se pretende evidenciarlas condiciones de riesgo y amenaza que presentanlos jóvenes: problemáticasfamiliares, abuso infantil,problemáticas de ausenciainstitucional, problemáti-cas de consumo de sustan-cias y participación en pan-dillas. Luego se identificanlas iniciativas locales y sefortalecen ya sea con dota-ciones en recursos, balones,uniformes, instrumentos oen procesos de formaciónen derechos humanos, enformación artística; es de-cir, de acuerdo con la lógicadel grupo y de acuerdo consus capacidades. Es una for-ma de decirles a los jóvenesque hay opciones diferentesa pertenecer a un grupo ar-mado donde usted se pue-de sentir útil, donde puedegenerar un sentido de iden-tidad, de participación, depertenencia; es decir, que la vida puede ser otro cuento”.
Es imposible saber cuán-tos niños se le pueden arran-car a la guerra con estas ini-ciativas. Mientras tanto, des-movilizados como Gloria,
integrantes del programade reinserción de la Alcaldíade Bogotá, reescriben su vi-da como se reescribió la letrade la famosa canción france-sa. Recorren hoy barriadasllevando su mensaje: “Estoy segura de que si no hubierasido maltratada y hubieratenido otras oportunidadesnunca habría tomado un fu-sil”, asegura esta mujer queaugura que su hija de 3 años“podrá vivir la niñez que yoperdí en la guerra”.
Mambrú no va a la guerra
SusanAbad
Corresponsal
En menos de un año, el proyecto Mambrú no Va a la Guerra.Este es Otro Cuento ha trabajado con unos 2.600 niños y
jóvenes de edades entre 6 años y 26 años con una inversión
de 550 mil dólares. En Colombia, de noviembre de 1999 a junio del 2011, se desvincularon de grupos al margen de laley 4.688 menores de edad. El 54% militaba en las FARC y elresto en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los gruposparamilitares y las bandas al servicio del narcotráfico.
Dejan las armasb á. El Gobierno Colombiano ha diseñadouna estrategia para evitar que más niños y jóvenes se unan a los 14 mil menores que estáninvolucrados en la guerra que se libra en el país
Colombia • Víctimas • Nueva vida
Los niños enlas guerrasdel mundoEn el mundo unos 300 milniños han sido reclutadoscomo soldados en losúltimos 10 años. En esemismo período 2 millonesde menores han muertoy otros 6 millones han
resultado heridos o disca-pacitados de manera per-manente en las guerrasque se libran alrededordel mundo, revelan cifrasde Unicef.
Al igual que en Co-lombia, muchos de losmenores son reclutadosa la fuerza, otros se alis-tan en un intento de huirde la pobreza, el maltra-to o la discriminación,
o con el fin de vengar laviolencia infligida contraellos o sus familias.
“Los conflictos losprivan de educación,atención sanitaria yprotección. Son se-cuestrados, asesinadoso mutilados, quedanhuérfanos y sufren unimpacto emocional quecondiciona su desarrolloy su vida para siempre”,
asegura Unicef.
Cruel . En Pakistán los niños son
usados como atacantes suicidas.
Sin futuro . Se calcula que unos 14 mil menores forman parte de grupos armados irregulares en Colombia.
E E S
“Para los grupos armadosorganizados al margen dela ley y los de la delincuen-cia organizada, los niñosson sus miembros más dó-ciles”, asegura un informede la Alta Consejería para laReinserción (ACR).
“Los menores son susmejores objetos, se muevenmás rápido, no miden el ries-
go personal, no despiertansospechas ante las autori-dades, cumplen órdenes sincuestionarlas. Al ingresar yano pueden salir por las ame-nazas contra sus propias vi-das y las de sus familias, quea su vez tampoco denuncianel reclutamiento por ese mis-mo temor”, añade.
“Los menores de edad son
impulsivos, fáciles de mani-pular y, además, las conde-nas son más ligeras; inclusoen caso de asesinato salenen libertad luego de unos po-cos años de pena. Por estasrazones, son los candidatosperfectos para convertirseen armas letales”, afirma a suvez la organización HumanRights Watch.
Menores son fáciles de manipular
“Tenía 12 años, mi ma-drastra y mi papá mepegaban como ustedno imagina. Trabaja-
ba duro en el campo. Nuncatuve una muñeca, nuncatuve un vestido bonito. Esono era vida. Quería huir detodo eso y agarré el fusil y me fui al monte”, relata a ElComercio Gloria, en unahistoria que repite el dolor y la violencia que sufren milesde niños que están inmersosen la guerra colombiana.
Basándose en datos delGobierno Colombiano, laONU y otras organizacio-nes no gubernamentales,la Defensoría del Pueblorealizó un informe en el quese calcula que “unos 14 milniños y niñas podrían estarinvolucrados en el conflictoarmado en Colombia”.
Es tan complejo esteproblema que hace un añoel Estado aprobó un docu-mento del Consejo Nacio-nal de Política Económica y Social (Conpes) titulado“Política de prevencióndel reclutamiento y la uti-lización de niños, niñas y adolescentes por parte degrupos armados organiza-dos al margen de la ley y degrupos delictivos organiza-
dos”, en el que 17 entidadesgubernamentales definie-ron acciones conjuntas pa-ra tratar de contrarrestarlo.
“Mambrú no va a la gue-rra, chivirin chivirin chinchin. Mambrú no va a laguerra él quiere ir a estudiar,a jugar y cantar, quiere viviren paz” fue la canción quemillones de colombianosentonaron el pasado 22 de julio, en marchas que for-man parte de las estrategiasque desde octubre del 2010
desarrolla la Alta Conseje-ría para la Reintegración(ACR) y que buscan hacer visible “no solo el recluta-miento al niño que porta eluniforme y que va a las trin-cheras, sino también que esutilizado, que es el más in- visible, que es tal vez aquelque está en la casa, que vaen la mañana al colegio y en la tarde es mensajero, in-formante, cobra ‘vacunas’[sobornos] y participa enel grupo armado sin unifor-
me”, afirma a El Comercio Katherine López, funciona-ria de ACR.
La funcionaria PaolaGonzález indica que, aun-que la iniciativa llamadaMambrú no Va a la Gue-rra. Este es Otro Cuentoes la más conocida, ACR realiza otras acciones enmateria de prevención dereclutamiento de menores“a través de intervencionesde reintegración comu-nitaria, con instituciones
Víctima . Gloria se unió a los
paramilitares siendo una niña.
S S N