05.024 - montaje seguido - verbo divino

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El ya clásico Comentario Bíblico San Jerónimo reaparece aquí renovado en dos tercios de su extensión. Los años transcu-rridos desde la primera edición inglesa (1968) exigían un Comentario nuevo:

– las últimas décadas del siglo XX cono-cieron grandes avances en prácticamente todos los campos de los estudios bíblicos (descubrimientos arqueológicos, hallazgos de manuscritos, nuevas perspectivas en hermenéutica...);

– las bibliografías se han actualizadoen gran medida;

– mientras que los colaboradores origi- nales eran casi todos clérigos, en la nueva edición hay un número importante de colaboradores laicos, hombres y mujeres.

La nueva edición pretende ser más fácil de usar gracias a que en ella las cabeceras de las páginas dan las referencias de capítulo y versículo del libro bíblico comentado.

Toda esta actualización no impide que la meta y el nivel de la nueva edición sigan siendo los mismos que los de la obra origi- nal: ofrecer un comentario a quienes desean estudiar las Escrituras. También el público al que va destinada sigue siendo el mismo: todas las personas interesadas en la religión y la teología y que sienten la necesidad de una iniciación apropiada y global a la Biblia.

Lo mismo que la edición original satisfi-zo las necesidades de los años sesenta y posteriores, la nueva edición está pensada para satisfacer los criterios de principios del siglo XXI, criterios más exigentes, dado que los estudios bíblicos católicos han tenido tiempo de madurar, y católicos y no católicos esperan más de ellos.

Como en la edición original, los artícu-los ofrecidos son de dos clases: temáticos y de comentario. Los artículos temáticos presentan la información preparatoria necesaria antes de iniciar el comentario versículo por versículo.

Los tres editores han ocupado el cargo de presidentes de la Asociación Bíblica Católica y de la Sociedad de Literatura Bíblica. Son muy conocidos por sus artícu- los, publicados en revistas bíblicas católi-cas y no católicas.

Raymond E. Brown, S.S. († 1998), ocupó la cátedra Auburn en el Seminario Teológico de la Unión (Nueva York). Fue presidente de la Studiorum Novi Testamenti Societas y autor de los comentarios de la Anchor Bible al evangelio (2 vols.) y epísto-las de Juan, de El nacimiento del Mesías, La muerte del Mesías, de una Introducción al Nuevo Testamento y de unos veinte libros más de tema bíblico. Fue miembro de la Pontificia Comisión Bíblica y el único católico estadounidense que formaba parte de la Comisión Fe y Orden del Consejo Mundial de las Iglesias. Fue miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias.

Joseph A. Fitzmyer, S.J., es catedrático emérito de Estudios Bíblicos de la Univer-sidad Católica de América (Washington DC). Fue profesor en el Woodstock Colle-ge, la Universidad de Chicago y la Escuela Weston de Teología y, además, ocupó la Cátedra Gasson en el departamento de Teología del Boston College. Fue miembro de la Pontificia Comisión Bíblica. Especia-lista en estudios neotestamentarios, manuscritos del mar Muerto y lengua aramea, ha publicado El Evangelio según Lucas, Los Hechos de los Apóstoles, The Genesis Apocryphon on Qumran Cave I, The Aramaic Inscriptions of Sefire y Semitic Background of the New Testament, así como numerosos artículos sobre temas bíblicos. En 1984 fue galardonado por la Academia Real con la Medalla Burkitt para los Estudios Bíblicos.

Roland E. Murphy, O.Carm. († 2002), ocupó la cátedra George Washington Ivey de la Universidad Duke (Durham, Carolina del Norte). Anteriormente fue profesor visitante en el Seminario Teológico de Pittsburgh, el Seminario Teológico de Princeton, la Facultad de Teología de la Universidad de Yale y la Universidad de Notre Dame. Desempeñó cargos en los consejos de redacción de varias revistas bíblicas y teológicas. Entre sus libros se encuentran: Wisdom Literature, Wisdom Literature and Psalms y The Biblical Quest for Lady Wisdom.

ISBN 978-84-8169-610-3

Nuevo Comentario BíblicoSan Jerónimo

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página iii

Publicado bajo la dirección de

Raymond E. Brown, S.S. (†)Union Theological Seminary, Nueva York

Joseph A. Fitzmyer, S.J. (prof. emérito)Catholic University of America, Washington, D.C.

Roland E. Murphy, O.Carm. (†) (prof. emérito)The Divinity School, Duke University, Durham, Carolina del Norte

Con Prólogo de

SU EMINENCIA EL CARDENAL CARLO MARIA MARTINI, S.J.

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Nuevo Comentario BíblicoSan Jerónimo

Antiguo Testamento

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página v

02.156 - 00. Primeras 15/11/10 14:29 Página vi

Editorial Verbo DivinoAvenida de Pamplona, 4131200 Estella (Navarra), EspañaTeléfono: 948 55 65 11Fax: 948 55 45 [email protected]

La adaptación y redacción de la edición española del Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo ha contado con el asesoramiento de José Pedro Tosaus Abadía.

La bibliografía en la traducción española del Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento ha sido ampliada y actualizada por el Departamento de Sagrada Escritura de la Uni-versidad de Deusto, adaptándola al ámbito de habla hispana. La adaptación bibliográfica del volumen dedicado al Antiguo Testamento ha sido realizada por Xabier Pikaza Ibarrondo.

Traductores: José Pedro Tosaus Abadía, José Pérez Escobar, Federico Pastor Ramos, Olga Mª Viña, Olga Nicolau y Teresa Forcades.

Título original: The New Jerome Biblical Commentary

Diseño de cubierta: Contraplano

ª reimpresión (año 2017)

© Editorial Verbo Divino, 2004© Published by arrangement with the original publisher, Prentice-Hall, INC, a Pearson Education Company, 1990

Impresión: Gráficas Lizarra, Villatuerta (Navarra)Impreso en España – Printed in Spain

Depósito legal: NA. . -200

ISBN ( Testamento): 978-84-8169- 0-ISBN ( o Testamento): 978-84-8169- 0-ISBN (obra completa): 978-84-8169-401-0

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447).

En memoria del

PAPA PÍO XII,

gran promotor de los estudios bíblicos católicos en el siglo XX,

y del

PAPA PABLO VI,

que defendió y consolidó el progreso de estos estudiosdurante y después del concilio Vaticano II

«En los Libros sagrados, el Padre, que está en los cielos,se dirige con amor a sus hijos y habla con ellos; y es tantala eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, enverdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de la fepara sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perennede la vida espiritual.»

Dei Verbum, n.º 21

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Contenido

Prólogo del cardenal Carlo Maria Martini, S.J. ........................................................................ xi

Prefacio ............................................................................................................................... xiii

Colaboradores ..................................................................................................................... xvii

Abreviaturas y transliteraciones ........................................................................................ xxiii

ANTIGUO TESTAMENTO

1 Introducción al Pentateuco (Roland E. Murphy, O.Carm.) ................................... 3

2 Génesis (Richard J. Clifford, S.J., y Roland E. Murphy, O.Carm.) ........................ 10

3 Éxodo (Richard J. Clifford, S.J.) .............................................................................. 68

4 Levítico (Roland J. Faley, T.O.R.) ............................................................................. 95

5 Números (Conrad E. L’Heureux) ............................................................................. 124

6 Deuteronomio (Joseph Blenkinsopp) ...................................................................... 144

7 Josué (Michael David Coogan) ................................................................................ 169

8 Jueces (M. O’Connor) ............................................................................................... 203

9 1 y 2 Samuel (Antony F. Campbell, S.J., y James W. Flanagan) ............................ 224

10 1 y 2 Reyes (Jerome T. Walsh y Christopher T. Begg) ............................................ 248

11 Introducción a la literatura profética (Bruce Vawter, C.M. †) ............................... 289

12 Poesía hebrea (Aloysius Fitzgerald, F.S.C.) ............................................................. 310

13 Amós (Michael L. Barré) .......................................................................................... 320

14 Oseas (Denis J. McCarthy, S.J. †, y Roland E. Murphy, O.Carm.) ......................... 331

15 Isaías 1-39 (Joseph Jensen, O.S.B., y William H. Irwin, C.S.B.) ........................... 350

16 Miqueas (Léo Laberge, O.M.I.) ................................................................................ 383

17 Sofonías, Nahúm y Habacuc (Thomas P. Wahl, O.S.B., Irene Nowell, O.S.B., yAnthony R. Ceresko, O.S.F.S.) .................................................................................. 392

18 Jeremías (Guy P. Couturier, C.S.C.) ......................................................................... 406

19 Apocalíptica y escatología del Antiguo Testamento (John J. Collins) ................... 457

20 Ezequiel (Lawrence Boadt, C.S.P.) .......................................................................... 466

21 Déutero-Isaías y Trito-Isaías (Carroll Stuhlmueller, C.P.) ...................................... 505

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página ix

22 Ageo, Zacarías y Malaquías (Aelred Cody, O.S.B.) ................................................. 537

23 El Cronista: 1-2 Crónicas, Esdras y Nehemías (Robert North, S.J.) ..................... 556

24 Joel y Abdías (Elias D. Mallon) ................................................................................ 615

25 Daniel (Louis F. Hartman, C.SS.R. †, y Alexander A. Di Lella, O.F.M.) ................ 624

26 1 y 2 Macabeos (Neil J. McEleney, C.S.P.) .............................................................. 646

27 Introducción a la literatura sapiencial (Roland E. Murphy, O.Carm.) ................. 684

28 Proverbios (Thomas P. McCreesh, O.P.) .................................................................. 693

29 Cantar de los Cantares (Roland E. Murphy, O.Carm.) ........................................... 706

30 Job (R. A. F. MacKenzie, S.J., y Roland E. Murphy, O.Carm.) .............................. 712

31 Eclesiastés (Qohélet) (Addison G. Wright, S.S.) ..................................................... 746

32 Eclesiástico (Sirácida) (Alexander A. Di Lella, O.F.M.) .......................................... 756

33 Sabiduría (Addison G. Wright, S.S.) ........................................................................ 776

34 Salmos (John S. Kselman, S.S., y Michael L. Barré, S.S.) ..................................... 795

35 Rut (Alice L. Laffey) .................................................................................................. 839

36 Lamentaciones (Michael D. Guinan, O.F.M.) ......................................................... 847

37 Baruc (Aloysius Fitzgerald, F.S.C.) .......................................................................... 854

38 Tobías, Judit y Ester (Irene Nowell, O.S.B., Toni Craven y Demetrius Dumm,O.S.B.) ........................................................................................................................ 861

39 Jonás (Anthony R. Ceresko, O.S.F.S.) ...................................................................... 879

Índice temático ................................................................................................................... 887

x NUEVO COMENTARIO BÍBLICO SAN JERÓNIMO

05.024 - Montaje seguido 24/10/05 08:54 Página x

Prólogo

Este comentario completo a la Biblia reaparece hoy, renovado en dos tercios aproximada-mente de su extensión, como fruto de la dedicación paciente y entregada de los mejores exegetascatólicos de lengua inglesa. Como un hilo continuo del que se han eliminado los nudos, en él sevan desenmarañando página a página los temas y cuestiones, las diversas dimensiones y el men-saje ofrecidos por el texto bíblico, pues el Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo condensa losresultados de la moderna crítica científica con rigor y claridad. Sin embargo, este planteamien-to contemporáneo se logra sin descuidar el largo camino que la tradición cristiana ha recorridocon una atención entregada, constante y amorosa a la palabra de Dios. Ésta es la principal víaque el concilio Vaticano II mismo recomienda para que la senda del lector cristiano de la Bibliano se vea obstaculizada ni por un árido literalismo «que mata» (2 Cor 3,6), ni por una lectura quese deja llevar a aplicaciones espirituales generalizadas. De hecho, el mensaje bíblico es, comoCristo mismo, carne y palabra divina, historia y trascendencia, humanidad y divinidad.

Al leer las variadas aportaciones a una obra que verdaderamente es una mina de exégesis, los lec-tores podrán familiarizarse con los métodos y sendas seguidos por los especialistas bíblicos. Adver-tirán que la concentración en problemas de crítica histórica y literaria procede de la atención seriaa la «admirable “condescendencia”» de Dios al transmitir su palabra en lenguaje humano (Dei ver-bum 13). Esta vía precisamente es la que nos lleva a una comprensión más profunda del mensaje.Con el uso diario de una herramienta como este comentario, serán muchos los que puedan llegar adescubrir la inagotable riqueza y frescura que brota de las páginas de la Biblia cuando éstas se si-túan debidamente en su oportuno contexto histórico y cultural. Al poner a los lectores en contactodirecto con las maravillas de la palabra de Dios, este comentario se convertirá también en un me-dio de penetrar el misterio divino para que «todos los fieles cristianos... adquieran mediante la lec-tura asidua de las Escrituras divinas la “ciencia suprema de Jesucristo” (Flp 3,8)» (Dei verbum 25).

El Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo será también un instrumento para un diálogo ecu-ménico rico. Gran parte de los avances realizados por los estudios bíblicos en las últimas déca-das y recogidos en el presente libro han sido fruto de la profunda investigación de intérpretes dediversas Iglesias cristianas, con lo cual se cumple lo que afirmaba el concilio Vaticano II en sudecreto sobre ecumenismo: «Las Sagradas Escrituras son, en el diálogo mismo, instrumentospreciosos en la mano poderosa de Dios para lograr aquella unidad que el Salvador presenta a to-dos los hombres» (n.º 21).

Nos gozamos, pues, de que, mediante esta importante herramienta para el estudio y la refle-xión, la Biblia se vaya convirtiendo cada vez más para todos los creyentes en el agua que da vidaen medio de la aridez espiritual de la existencia humana (Is 55,10-11), en el alimento que es másdulce que la miel (Sal 19,11), en el martillo que hace añicos la indiferencia empedernida (Jr23,29) y en la espada que atraviesa la negativa obstinada (Heb 4,12). Como dijo otrora GregorioMagno aludiendo al Salmo 123: «Los siervos verdaderamente solícitos siempre están pendientesde la expresión del rostro de sus amos para oír y cumplir sus órdenes con prontitud. Así tambiénlos justos concentran su espíritu en la presencia del Dios omnipotente y fijan la mirada en susEscrituras como en su semblante» (Moralia in Job 16,35,43; CC 143A, 824).

CARDENAL CARLO MARIA MARTINIArzobispo de Milán (Italia)

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página xi

Prefacio

Esta obra es un denso comentario a la Biblia entera escrito por investigadores católicos si-guiendo los principios de la crítica bíblica moderna. Su predecesor, el Comentario Bíblico San Je-rónimo, que apareció en 1968, sirvió de expresión a la revolución acaecida en los estudios bíbli-cos católicos en las dos décadas que mediaron entre la aparición en 1943 de la encíclica DivinoAfflante Spiritu del papa Pío XII y la clausura del concilio Vaticano II en 1965 durante el pontifi-cado del papa Pablo VI. Dicha encíclica había hecho las veces de carta magna que permitía a loscatólicos utilizar la crítica literaria e histórica, durante largo tiempo objeto de recelos; el conci-lio y Pablo VI salieron en defensa de los resultados obtenidos por dicha crítica frente al ataquereaccionario lanzado contra ella tras la muerte de Pío XII. Nosotros, los editores, seguimos es-tando orgullosos del CBSJ. En el prefacio que le antepusimos formulamos una meta modesta:reunir los nuevos conocimientos en un solo lugar donde resultaran fácilmente accesibles a todaslas personas interesadas. Pese a que por aquel entonces hacía poco que los católicos habían en-trado en la crítica bíblica, el CBSJ fue considerado por muchos no católicos como el mejor co-mentario abreviado a la Biblia existente en lengua inglesa. Una tirada de unas 200.000 copias ylas traducciones al español y al italiano dan fe de su pronta aceptación.

Han pasado ya dos décadas, y razones diversas han hecho preciso un nuevo comentario. Losprimeros autores fueron casi todos clérigos; en la actualidad, el número de especialistas católi-cos cualificados se ha multiplicado, lo cual es síntoma de los cambios producidos en la Iglesiamisma. Así, el Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo puede beneficiarse de una proporciónsignificativa de laicos y mujeres entre sus autores. A menudo los autores del CBSJ dependíanabiertamente de la obra original de no católicos que habían estado más tiempo en este campo.Desde entonces, las investigaciones originales realizadas por católicos han aumentado enorme-mente; y en el ámbito norteamericano, por hablar de la región que mejor conocemos, católicos yprotestantes están ex aequo en la calidad de su investigación bíblica. Tal avance tenía que quedarreflejado.

Sin embargo, no fueron sólo cuestiones internas al catolicismo las que determinaron que eraimportante hacer un nuevo comentario. En el último cuarto de siglo se han producido grandescambios en la investigación bíblica en general. La arqueología relacionada con la Biblia ha flo-recido en Tierra Santa y en territorios limítrofes, y la información procedente de ella se ha mul-tiplicado en progresión geométrica. Las teorías sobre datación y las reconstrucciones históricasbasadas en datos anteriores a 1970 han tenido que ser radicalmente revisadas, en particular lasrelativas a la historia israelita anterior a la monarquía. Los descubrimientos y publicaciones demanuscritos han aportado un refinamiento mucho mayor a nuestra comprensión de las obras nocanónicas contemporáneas de los libros bíblicos o semejantes a ellos. Los planteamientos litera-rio y contextual en relación con la Biblia han cobrado mucha importancia, y se han propuestonuevas perspectivas en el ámbito de la hermenéutica. Las limitaciones del análisis de fuentes hanquedado patentes; ello ha provocado la concentración en la forma final del texto como principalobjeto de interés de los investigadores. La profundidad teológica de la palabra bíblica ha recibi-do más atención, en especial una mayor valoración del contexto que el conjunto del canon cons-tituye para los distintos libros que lo componen.

Desde el punto de vista de los editores, parecía aconsejable una obra nueva que respondiera ala necesidad que se sentía de mejorar los contenidos y la estructura, actualizar la bibliografía ytratar cuestiones recientes de interés. En particular, los artículos de comentario del NCBSJ pro-bablemente serán más fáciles de consultar gracias a la adición de títulos correlativos que indicanel capítulo y el versículo. La sección temática ha sido ampliada con artículos sobre Jesús y sobre

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la Iglesia primitiva (donde se incluyen el gnosticismo y los escritos eclesiásticos subapostólicos).Quizá el modo mejor de resumir el volumen de cambio resultante de los diversos factores queacabamos de mencionar sea nuestro cálculo aproximado de que el NCBSJ es nuevo en dos terciosde su extensión. Esto refleja la decisión de los editores de no contentarse con retoques, sino ha-cer una obra nueva.

El objetivo y el nivel del NCBSJ, sin embargo, siguen siendo los mismos que los del CBSJ: setrata sin lugar a dudas de un comentario dirigido a un público formado por lectores cultos quedesean estudiar las Escrituras. Esperamos que dicho público incluya a los interesados en la reli-gión y la teología, sea cual sea su nivel, que sienten la necesidad de una formación apropiada enel campo bíblico. Dicho público probablemente se ha diversificado más desde que se escribió elCBSJ, y cabe alegrarse de ello. Se ha tenido especialmente presentes, sin embargo, a los semina-ristas y el clero, que necesitan un comentario a las Escrituras tanto durante sus estudios acadé-micos de teología, como para predicar en el ejercicio de su ministerio. A ellos, la presente obrapuede servirles tanto de texto básico en el seminario, como de libro de referencia en los años pos-teriores –a modo de fundamento y de vademécum–. Algunos lectores tal vez acaben llegando aun estudio más profundo de la Escritura y quieran consultar artículos científicos e inclusocolecciones de comentarios donde se dedica un volumen entero a cada libro de la Biblia. Los pro-fesores también desearán una ayuda específica. Con esto en mente, se ha realizado un intentodeliberado de proporcionar abundantes orientaciones bibliográficas en varias lenguas e introdu-cir al lector en la terminología técnica necesaria para una investigación más detallada.

En el CBSJ, los editores nos enfrentamos a un problema ecuménico al decidir que todos losautores invitados a colaborar debían ser católicos. Incluso en los años sesenta estaba claro quelos especialistas bíblicos católicos y no católicos podían trabajar juntos y adoptar el mismo plan-teamiento e interpretación de la mayoría de los pasajes bíblicos. Así, la decisión restrictiva en lotocante a los autores que podían participar no era reflejo de motivaciones impropias, como ladesconfianza o la arrogancia. La sensatez de esta decisión no fue puesta en tela de juicio por losrecensores protestantes que reconocieron que el CBSJ era católico en el sentido de universal, na-da provinciano. A fortiori, la cooperación entre católicos y no católicos era posible hoy, pues lasdécadas transcurridas han intensificado el diálogo. Por ejemplo, un no católico ha participado enla revisión del Nuevo Testamento NAB patrocinado por los obispos estadounidenses y destinadoal uso litúrgico; y muchos de los autores del NCBSJ enseñan en seminarios y universidades nocatólicos. No obstante, parte de los argumentos que nos persuadieron a seguir el criterio de in-vitar sólo a especialistas católicos a participar en la confección del CBSJ siguen siendo válidos, yhan aparecido razones nuevas; de ahí nuestra decisión de adoptar el mismo criterio para elNCBSJ.

Persiste entre los católicos, y también entre los protestantes, la imagen errónea de que, mien-tras que los protestantes tienen muchas interpretaciones de la Escritura, los católicos tienen só-lo una, dictada por las autoridades eclesiásticas. Se pasa por alto el hecho de que la Iglesia cató-lica no se ha pronunciado nunca claramente sobre lo que un pasaje significó para el autor bíblicoque lo escribió o para el público que lo leyó por primera vez (’ Hermenéutica, 71:80-87). Porconsiguiente, es importante contar con una obra como ésta, que permita a lectores de todas lasconfesiones religiosas ver cómo trabaja un grupo representativo de estudiosos católicos; no a al-gunos aislados y supuestamente liberales, sino a casi setenta autores que han enseñado Biblia entodo tipo de universidad, college y seminario de los Estados Unidos, Canadá y del extranjero.Ellos ejemplifican el abanico de variación exegética que se puede encontrar en los círculos espe-cializados de cualquier confesión. Los métodos científicos y el esfuerzo por ser objetivos no se-rían diferentes si el comentario estuviera escrito por especialistas de diversos orígenes religiosos.

Otra razón para decidir invitar sólo a católicos proviene de la situación de la Iglesia católicaposterior al Vaticano II. Las autoridades de nuestra Iglesia se han mostrado vigilantes, como essu obligación, a la hora de investigar posibles desviaciones doctrinales. Diversas correcciones he-chas a teólogos católicos han sido objeto de abundante publicidad. Muchos no católicos desco-nocen el aliento papal a los estudios bíblicos modernos o las afirmaciones de las más altas auto-ridades en el sentido de que no se puede volver a las actitudes represivas de comienzos del sigloXX. Por consiguiente, preguntan con frecuencia a sus colegas católicos si ha habido signos de re-presión del movimiento bíblico o casos de reprimendas a especialistas bíblicos por parte de or-ganismos romanos. Los católicos ultraconservadores que nunca aceptaron los cambios iniciadospor el papa Pío XII y ratificados por el Concilio han expresado públicamente su esperanza de quetal represión llegue. Sigue siendo importante, por tanto, demostrar mediante un comentario crí-tico escrito íntegramente por católicos que dentro de la Iglesia se acepta la libertad que la inves-tigación bíblica sigue teniendo. El hecho de que no exista un ambiente de reacción contra los es-tudios bíblicos, ni un examen opresivo de los especialistas bíblicos, da testimonio no sólo delcontinuado apoyo eclesiástico a este movimiento, sino también de la responsabilidad demostra-da durante medio siglo por los especialistas bíblicos católicos que emplean métodos modernos.

xiv NUEVO COMENTARIO BÍBLICO SAN JERÓNIMO

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página xiv

Si en términos generales las conclusiones alcanzadas por los especialistas bíblicos católicos nohan cuestionado de manera dañina la doctrina, esto se debe a que la interacción de fe y libre in-vestigación bíblica les ha resultado a ellos mismos fuente de enriquecimiento, y no de hostilidad,para ambas partes.

Algunos detalles pueden ayudar a entender la génesis del NCBSJ. Los artículos fueron encar-gados en 1984 y, con pocas excepciones (relacionadas con la muerte de autores), para 1987 esta-ban en manos de los editores. Aunque los editores procuraron conceder a cada autor la máximaindependencia posible de opinión y método, la necesidad de alcanzar cierta unidad de conjuntoexigió ocasionales adiciones, supresiones, modificaciones de estilo, y un constante esfuerzo porincluir la bibliografía más reciente. Sería ridículo afirmar que todos los artículos son de igual va-lor; pero creemos ser realistas al considerar que el NCBSJ cumple las normas de investigación delos años noventa, más exigentes, lo mismo que el CBSJ cumplía las de los sesenta –«más exigen-tes» en el sentido de que la investigación bíblica católica ha tenido tiempo de madurar, y tantocatólicos como no católicos esperan más de ella–. La tarea de editar un nuevo comentario se viofacilitada por la experiencia obtenida de la edición del CBSJ; se vio dificultada por la explosiónde conocimientos bíblicos producida en las décadas que mediaron entre ambos. Nuestra espe-ranza más ferviente es que hayamos sabido confeccionar una obra capaz de desempeñar un ser-vicio en el nuevo milenio, cosa que el CBSJ no habría podido hacer.

Algunas orientaciones prácticas serán de utilidad para el lector. Debido a la extensión de laobra, fue necesario usar frecuentemente abreviaturas. Dedicar un cuarto de hora a examinarla tabla de abreviaturas utilizadas para los libros bíblicos, los apócrifos, las lenguas bíblicas, etc.,evitará tener que recurrir con demasiada frecuencia a estas tablas. Los libros bíblicos se deno-minan con los títulos habituales hoy en día en castellano, tal como aparecen, por ejemplo, en laBJ. Los nombres propios siguen la transcripción castellana de la edición de 1998 de la Biblia deJerusalén (BJ). La numeración de capítulos y versículos sigue la distribución realizada en la len-gua original, incluso en aquellos libros donde las versiones difieren.

Se han proporcionado frecuentes referencias cruzadas a otros artículos del NCBSJ medianteuna flecha seguida por el título abreviado del artículo al cual se remite. Para facilitar esto, losochenta y tres artículos han sido numerados y divididos en secciones (indicadas por números ennegrita al margen); en las referencias se dan los números tanto del artículo como de la sección.Así, ’ Éxodo, 3:29 significa: consúltese el artículo 3 del NCBSJ (sobre Éxodo), sección 29. (No esposible confusión alguna con las referencias a libros bíblicos, con sus capítulos y versículos,puesto que la presencia de la flecha indica siempre una referencia cruzada a un artículo delNCBSJ.) El índice será de ayuda para el lector a la hora de encontrar información adicional.

Hay dos tipos de artículos: temáticos y de comentario. Sabedores de que serían muchos losque necesitarían información general antes de empezar un estudio de la Biblia versículo por ver-sículo, los editores previmos la elaboración de más de veinte artículos de índole temática e in-troductoria. Conocer algunos de ellos puede resultar muy útil para el lector a la hora de enten-der los detalles, más técnicos, de los artículos de comentario. Por ejemplo, el artículo sobrehermenéutica (art. 71) proporciona una presentación básica de las distintas actitudes con las quese aborda la Biblia. El artículo sobre canonicidad (art. 66) ofrece una visión de conjunto de lacomposición de la literatura bíblica que es esencial para cualquier lector. Se ha dedicado una ge-nerosa cantidad de espacio a artículos sobre teología bíblica. Los temas del Antiguo Testamentose examinan a lo largo de sus diferentes estadios históricos de desarrollo, y en la sección del Nue-vo Testamento se distingue cuidadosamente entre las diferentes teologías de los diversos autores.Estudiantes y profesores harían bien en hojear con detenimiento los artículos temáticos antes deempezar los comentarios.

La estructura y la división de los artículos de comentario están determinadas por el esquemade los respectivos libros bíblicos. El comentario generalmente procede versículo por versículo, ylos lemmata (las palabras de la Escritura que se comentan) se ponen en cursiva para facilitar laconsulta. Los editores tomaron la difícil decisión de no exigir que los autores comentaran nin-guna traducción inglesa de la Biblia. Los editores insistieron en que los lemmata representaranfielmente el original bíblico, fuera hebreo, arameo o griego, de manera que el lector que utiliceuna traducción normal hecha de las lenguas originales pueda reconocer las frases bíblicas sin di-ficultad.

Concluimos nuestro prefacio con palabras de agradecimiento. Decidimos reimprimir el pró-logo que el cardenal Augustin Bea escribió para el CBSJ para poder así testimoniar nuestra per-manente gratitud por sus servicios en el concilio Vaticano II en favor de los estudios bíblicos mo-dernos. Además pedimos a Su Eminencia el cardenal Carlo Maria Martini que honrara esta obracon un nuevo prólogo. Distinguido estudioso bíblico y ex rector del Pontificio Instituto Bíblico,en la actualidad desempeña el cargo de arzobispo de Milán, una de las diócesis más grandes delmundo en número de parroquias y sacerdotes. En su puesto pastoral, el cardenal Martini ha con-tinuado escribiendo libros y pronunciando sermones sobre temas bíblicos que enriquecen la vi-

xvPREFACIO

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da del pueblo de Dios. Alentó la traducción del CBSJ al italiano; y estamos muy agradecidos porsu continuo apoyo a nuestro empeño, apoyo que queda ilustrado por el prólogo.

Una vez más, el personal de Prentice Hall se ha mostrado absolutamente dispuesto a colabo-rar; y Joseph Heider, Caroline Carney, Edie Riker, Linda Albelli y Helen Brennan merecen un re-conocimiento especial. En The Scriptorium, donde se realizaron la revisión y composición,Maurya P. Horgan y Paul J. Kobelski, especialistas bíblicos por derecho propio, hicieron este tra-bajo con cariño, prestándole una atención especial. Muchas otras personas prestaron servicios enlabores de mecanografía, lectura de pruebas y algunas de las tareas mecánicas que tan necesa-rias son en una obra de esta magnitud. En particular, Jerry Anne Dickel, estudiante del Semina-rio Teológico de la Unión (ciudad de Nueva York), prestó una asistencia muy necesaria en la con-fección de los índices, lo mismo que Andrew L. Don y Joseph Hastings del Boston College. Y, porsupuesto, por encima de todo estamos agradecidos a los autores, no sólo por la calidad de sus ar-tículos, sino también por su disposición servicial y generosa.

RAYMOND E. BROWN, S.S.Editor de los artículos temáticos

JOSEPH A. FITZMYER, S.J.Editor de los artículos de comentario al NT

ROLAND E. MURPHY, O.CARM.Editor de los artículos de comentario al AT

xvi NUEVO COMENTARIO BÍBLICO SAN JERÓNIMO

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Colaboradores*

BARRÉ, MICHAEL L., S.S., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Sagrada Escritura, St. Patrick’s Seminary,Menlo Park, California, Estados Unidos.Amós, Salmos

BEGG, CHRISTOPHER T., Doc. Teo., Doc. Fil., Profesor de Antiguo Testamento, The Catholic Uni-versity of America, Washington, D.C., Estados Unidos.2 Reyes

BLENKINSOPP, JOSEPH, Doc. Fil., ocupa la cátedra John A. O’Brien de Estudios Bíblicos en la Uni-versity of Notre Dame, Indiana, Estados Unidos.Deuteronomio

BOADT, LAWRENCE, C.S.P., Lic. S.E., Doc. S.E., Profesor asociado de Estudios Bíblicos, Washing-ton Theological Union, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.Ezequiel

BOURKE, MYLES M., Lic. S.E., Doc. Teo., Pastor, Corpus Christi Church, Nueva York, Estados Uni-dos.Hebreos

BROWN, RAYMOND E., S.S., Lic. S.E., Doc. Teo., Doc. Fil., Profesor de Estudios Bíblicos, UnionTheological Seminary, Nueva York, Estados Unidos.Canonicidad; Apócrifos; Textos y versiones; Hermenéutica; Declaraciones de la Iglesia; Geogra-fía bíblica; Iglesia primitiva; Aspectos del pensamiento del Nuevo Testamento

BYRNE, BRENDAN, S.J., Doc. Fil., Profesor de Nuevo Testamento, Jesuit Theological College, Uni-ted Faculty of Theology, Parkville, Melbourne, Australia.Filipenses

CAMPBELL, ANTONY F., S.J., Lic. S.E., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Antiguo Testamento, JesuitTheological College, United Faculty of Theology, Parkville, Melbourne, Australia.1 Samuel

CASTELOT, JOHN J., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor emérito jubilado de Sagrada Escritura, St. John’sProvincial Seminary Plymouth, Michigan, Estados Unidos.Instituciones religiosas de Israel

CERESKO, ANTHONY R., O.S.F.S., Lic. Teo., Doc. S.E., Profesor asociado de Antiguo Testamento,Facultad de Teología, University of St. Michael’s College, Toronto, Canadá.Habacuc; Jonás

CLIFFORD, RICHARD J., S.J., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Antiguo Testamento, Weston School ofTheology, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.Génesis; Éxodo

* Lic. Teo. (licenciado en Teología); Doc. Fil. (doctor en Filosofía y Letras); Doc. Teo. (doctor en Teología);Lic. S.E. (licenciado en Sagrada Escritura); Doc. S.E. (doctor en Sagrada Escritura); Bach. S.E. (bachiller enSagrada Escritura); Lic. sup. Fil. (licenciado superior en Filosofía y Letras); Lic. Fil. (licenciado en Filosofíay Letras); Lic. sup. Fil. Teo. (licenciado superior en Filosofía y Letras y Teología).

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CODY, AELRED, O.S.B., Doc. S.E., Doc. Teo., Diplomado en la École Biblique et Archéologiquefrançaise de Jérusalem, Maestro de novicios y juniores, St. Meinrad Archabbey, St. Meinrad,Indiana, Estados Unidos.Ageo; Zacarías; Malaquías; Instituciones religiosas de Israel

COLLINS, JOHN J., Doc. Fil., Profesor de Biblia y Estudios judíos, Departamento de Teología, Uni-versity of Notre Dame, Notre Dame, Indiana, Estados Unidos.Apocalíptica y escatología del Antiguo Testamento

COLLINS, RAYMOND F., Doc. Teo., Profesor ordinario, Facultad de Teología, Catholic University ofLeuven, Lovaina, Bélgica.1 Tesalonicenses; Inspiración; Canonicidad

COLLINS, THOMAS AQUINAS, O.P., Bach. S.E., Doc. Teo., Profesor emérito de Estudios Bíblicos, Pro-vidence College, Providence, Rhode Island, Estados Unidos.Declaraciones de la Iglesia

COOGAN, MICHAEL DAVID, Doc. Fil., Profesor de Estudios religiosos, Stonehill College, North Eas-ton, Massachusetts, Estados Unidos.Josué

COUTURIER, GUY P., C.S.C., Lic. sup. Fil., Lic. S.E., Diplomado en la École Biblique et Archéologi-que française de Jérusalem, Profesor de Sagrada Escritura, Facultad de Teología, Universitéde Montréal, Montreal, Canadá.Jeremías

CRAVEN, TONI, Lic. sup. Fil., Doc. Fil., Profesor asociado de Antiguo Testamento, Brite DivinitySchool, Texas Christian University, Fort Worth, Texas, Estados Unidos.Judit

DALTON, WILLIAM J., S.J., Lic. sup. Fil., Doc. S.E., Profesor de Nuevo Testamento, Catholic Theo-logical College, Melbourne, Australia.1 Pedro

DI LELLA, ALEXANDER A., O.F.M., Lic. Teo., Lic. S.E., Doc. Fil., Profesor de Estudios Bíblicos, TheCatholic University of America, Washington, D.C., Estados Unidos.Daniel; Eclesiástico

DILLON, RICHARD J., Lic. Teo., Doc. S.E., Profesor asociado de Teología, Fordham University,Bronx, Nueva York, Estados Unidos.Hechos de los Apóstoles

DONAHUE, JOHN R., S.J., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Sagrada Escritura, Jesuit School of Theo-logy and Graduate Theological Union, Berkeley, California, Estados Unidos.Aspectos del pensamiento del Nuevo Testamento

DUMM, DEMETRIUS, O.S.B., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor de Sagrada Escritura, St. Vincent Semi-nary, Latrobe, Pennsylvania, Estados Unidos.Ester

FALEY, ROLAND J., T.O.R., Lic. S.E., Doc. Teo., Director de la Conferencia de Superiores generalesde los Institutos religiosos masculinos, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.Levítico

FITZGERALD, ALOYSIUS, F.S.C., Doc. S.E., Asistente de Lenguas semíticas, The Catholic Universityof America, Washington, D.C., Estados Unidos.Poesía hebrea; Baruc

FITZMYER, JOSEPH A., S J., Lic. Teo., Lic. S.E., Doc. Fil., Profesor emérito de Estudios Bíblicos, TheCatholic University of America, Washington, D.C., Estados Unidos.Cartas del NT; Gálatas; Romanos; Filemón; Historia de Israel; Pablo; Teología paulina

FLANAGAN, JAMES W., Doc. Fil., Profesor de Estudios sobre el catolicismo, Case Western ReserveUniversity, Cleveland, Ohio, Estados Unidos.2 Samuel

GIBLIN, CHARLES HOMER, S.J., Lic. sup. Fil., Lic. Fil., Lic. Teo., Lic. S.E., Doc. S.E., Profesor deNuevo Testamento, Fordham University, Bronx, Nueva York, Estados Unidos.2 Tesalonicenses

GUINAN, MICHAEL D., O.F.M., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Lenguas semíticas y Antiguo Testa-mento, Franciscan School of Theology, Berkeley, California, Estados Unidos.Lamentaciones

xviii NUEVO COMENTARIO BÍBLICO SAN JERÓNIMO

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HARRINGTON, DANIEL J., S.J., Doc. Teo., Doc. Fil., Profesor de Nuevo Testamento, Weston Schoolof Theology, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.Marcos

HARTMAN, LOUIS F., C.SS.R., S.S.L, Ling.Or.L., Profesor difunto de Estudios semíticos, The Catho-lic University of America, Washington, D.C., Estados Unidos.Daniel

HORGAN, MAURYA P., Doc. Fil., Profesora asociada, The Scriptorium, Denver, Colorado, EstadosUnidos; Profesora adjunta de Literatura Bíblica, The Iliff School of Theology, Denver, Colora-do, Estados Unidos.Colosenses

IRWIN, WILLIAM H., C.S.B., Lic. sup. Fil., Lic. Teo., Doc. S.E., Profesor asociado de Teología,Facultad de Teología, University of St. Michael’s College, Toronto, Canadá.Isaías 1-39

JENSEN, JOSEPH, O.S.B., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor asociado de Antiguo Testamento, The Catho-lic University of America; Secretario ejecutivo de la Catholic Biblical Association, Washing-ton, D.C., Estados Unidos.Isaías 1-39

JOHNSON, D. W., S.J., Doc. Fil., Profesor asociado de Lenguas y Literaturas semíticas y egipcias,The Catholic University of America, Washington, D.C., Estados Unidos.Textos y versiones

KARRIS, ROBERT J., O.F.M., Lic. Teo., Doc. Teo., St. Anthony’s, St. Louis, Missouri, Estados Unidos.Lucas

KING, PHILIP J., Doc. Teo., Lic. S.E., Profesor de Estudios Bíblicos, Boston College, Chestnut Hill,Massachusetts, Estados Unidos.Arqueología bíblica

KOBELSKI, PAUL J., Doc. Fil., Profesor asociado, The Scriptorium, Denver, Colorado, Estados Uni-dos; Profesor adjunto de Literatura Bíblica, The Iliff School of Theology, Denver, Colorado,Estados Unidos.Efesios

KSELMAN, JOHN S., S.S., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Antiguo Testamento, Weston School ofTheology, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.Salmos; Crítica moderna del Antiguo Testamento; Crítica moderna del Nuevo Testamento

LABERGE, LÉO, O.M.I., Doc. S.E., Lic. Fil., Lic. Teo., Alumno numerario de la École Biblique et Ar-chéologique de Jérusalem, Profesor de Antiguo Testamento, Facultad de Teología, Saint PaulUniversity, Ottawa, Canadá.Miqueas

LAFFEY, ALICE L., Lic. S.E., Doc. S.E., Profesora asociada de Antiguo Testamento, Departamentode Estudios Religiosos, College of the Holy Cross, Worcester, Massachusetts, Estados Unidos.Rut

LEAHY, THOMAS W., S.J., Lic. S.E., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor de Nuevo Testamento, JesuitSchool of Theology at Berkeley, Berkeley, California, Estados Unidos.Santiago

LEVORATTI, ARMANDO J., Lic. Teo., Doc. Teo., Miembro emérito de la Pontificia Comisión Bíblica,Asesor honorario de las Sociedades Bíblicas Unidas, Profesor de Sagrada Escritura en el Se-minario Mayor de La Plata.Declaraciones de la Iglesia

L’HEUREUX, CONRAD E., Doc. Fil., Profesor de Antiguo Testamento, University of Dayton, Dayton,Ohio, Estados Unidos.Números

MCCARTHY, DENNIS J., S.J., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor difunto de Antiguo Testamento, Pontifi-cio Instituto Bíblico, Roma, Italia.Oseas

MCCREESH, THOMAS P., O.P., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor asistente de Sagrada Escritura, Domini-can House of Studies, Washington, D.C., Estados Unidos.Proverbios

xixCOLABORADORES

05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página xix

MCELENEY, NEIL J., C.S.P., Lic. sup. Fil., Lic. Teo., Lic. S.E., Profesor ordinario adjunto, The Ca-tholic University of America, Washington, D.C., Estados Unidos.1-2 Macabeos

MCKENZIE, JOHN L., Doc. Teo., Profesor emérito de Teología, De Paul University, Chicago, Illinois,Estados Unidos.Aspectos del pensamiento del Antiguo Testamento

MACKENZIE, R. A. F., S.J., Doc. S.E., Profesor emérito de Antiguo Testamento, Regis College, To-ronto, Canadá.Job

MALLON, ELIAS D., Lic. Teo., Doc. Fil., Director adjunto, Graymoor Ecumenical Institute, NuevaYork, Estados Unidos.Joel, Abdías

MEIER, JOHN P., Doc. S.E., Lic. Teo., Profesor de Nuevo Testamento, The Catholic University ofAmerica, Washington, D.C., Estados Unidos; Profesor adjunto, Fordham University, Bronx,Nueva York, Estados Unidos.Jesús

MOLONEY, FRANCIS J., S.D.B., Lic. Teo., Lic. S.E., Doc. Fil. (Universidad de Oxford), Director delDepartmento de Estudios Bíblicos, Catholic Theological College, Clayton, Victoria, Australia.Teología joánica

MURPHY, ROLAND E., O.Carm., Lic. S.E., Doc. Teo., Catedrático emérito de la cátedra G.W.I., Du-ke University, Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.Introducción al Pentateuco; Génesis; Introducción a la literatura sapiencial; Cantar de los Can-tares; Job; Oseas; Historia de Israel

MURPHY-O’CONNOR, JEROME, O.P., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor de Nuevo Testamento, École Bi-blique et Archéologique française de Jérusalem.1 Corintios; 2 Corintios

NEIRYNCK, FRANS, Doc. Teo., Profesor de Nuevo Testamento, Catholic University of Leuven, Lo-vaina, Bélgica.El problema sinóptico

NEYREY, JEROME H., S.J., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor asociado de Nuevo Testamento, WestonSchool of Theology, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.Judas; 2 Pedro

NORTH, ROBERT, S.J., Lic. Teo., Doc. S.E., Compilador del Elenchus of Biblica; Profesor emérito deArqueología, Pontifico Instituto Bíblico, Roma, Italia.1-2 Crónicas; Esdras; Nehemías; Geografía bíblica; Arqueología bíblica

NOWELL, IRENE, O.S.B., Doc. Fil., Profesora asociada de Estudios Religiosos, Benedictine College,Atchison, Kansas, Estados Unidos.Nahúm; Tobías

O’CONNELL, KEVIN G., S.J., Doc. Fil., Rector y Profesor de Estudios Religiosos, Le Moyne College,Siracusa, Nueva York, Estados Unidos.Textos y versiones

O’CONNOR, M., Doc. Fil., Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos.Jueces

OSIEK, CAROLYN A., R.S.C J., Lic. sup. Fil. Teo., Doc. Teo., Profesora de Nuevo Testamento,Catholic Theological Union, Chicago, Illinois, Estados Unidos.Iglesia primitiva

PERKINS, PHEME, Lic. sup. Fil., Doc. Fil., Profesora de Teología, Boston College, Chestnut Hill,Massachusetts, Estados Unidos.Juan; Cartas de Juan; Apócrifos; Iglesia primitiva

PIKAZA, XABIER, Doc. Fil., Doc. Teol., Lic. S.S., Profesor de la Universidad Pontificia de Salaman-ca, España (1973-2003), Traducciones de la Biblia al castellano.Textos y versiones (Las versiones hispánicas)

SALDARINI, ANTHONY J., Doc. Fil., Profesor asociado, Boston College, Chestnut Hill, Massachusetts,Estados Unidos.Apócrifos

xx NUEVO COMENTARIO BÍBLICO SAN JERÓNIMO

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SCHNEIDERS, SANDRA M., I.H.M., Lic. Teo., Doc. Teo., Profesora asociada de Estudios del NuevoTestamento y Espiritualidad, Jesuit School of Theology and Graduate Theological Union, Ber-keley, California, Estados Unidos.Hermenéutica

SENIOR, DONALD, C.P., Doc. Teo., Profesor de Nuevo Testamento, Catholic Theological Union, Chi-cago, Illinois, Estados Unidos.Aspectos del pensamiento del Nuevo Testamento

STUHLMUELLER, CARROLL, C.P., Lic. Teo., Doc. S.E., Profesor de Estudios del Antiguo Testamento,Catholic Theological Union, Chicago, Illinois, Estados Unidos.Déutero-Isaías y Trito-Isaías

SUELZER, ALEXA, S.P., Lic. sup. Fil., Doc. Fil., Profesora de Teología, St. Mary-of-the-Woods Co-llege, St. Mary-of-the-Woods, Indiana, Estados Unidos.Crítica moderna del Antiguo Testamento

TOSAUS ABADÍA, JOSÉ PEDRO, Lic. S.E., Doc. Fil., Traductor de estudios bíblicos, Profesor invitadode Sagrada Escritura, Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón, Zaragoza, España.Traducción y asesoramiento

VAWTER, BRUCE, C.M., Lic. Teo., Doc. S.E., Profesor difunto de Sagrada Escritura, De Paul Uni-versity, Chicago, Illinois, Estados Unidos.Introducción a la literatura profética

VIVIANO, BENEDICT T., O.P., Lic. S.E., Doc. Fil., Profesor de Nuevo Testamento, École Biblique etArchéologique française de Jérusalem.Mateo

WAHL, THOMAS P., O.S.B., Lic. Teo., Lic. S.E., Doc. Fil., Profesor asociado de Teología, Saint John’sUniversity, Collegeville, Minnesota, Estados Unidos.Sofonías

WALSH, JEROME T., Lic. S.E., Doc. Fil., Profesor asociado de Estudios Bíblicos, St. John’s Provin-cial Seminary, Plymouth, Michigan, Estados Unidos.1 Reyes

WILD, ROBERT A., S.J., Lic. Teo., Doc. Fil., Provincial, Chicago Province of the Society of Jesus;Profesor asociado (en excedencia), Departamento de Teología, Loyola University, Chicago,Illinois, Estados Unidos.Cartas pastorales

WITHERUP, RONALD D., S.S., Lic. Teo., Doc. Fil., Profesor asociado de Sagrada Escritura, St. Pa-trick’s Seminary, Menlo Park, California, Estados Unidos.Crítica moderna del Nuevo Testamento

WRIGHT, ADDISON G., S.S., Lic. sup. Fil., Lic. S.E., Doc. Teo., Profesor asociado de Sagrada Escri-tura, Graduate School of Religion and Religious Education, Fordham University, Bronx, Nue-va York, Estados Unidos; Profesor adjunto, Marywood College, Scranton, Pennsylvania, Es-tados Unidos.Eclesiastés; Sabiduría; Historia de Israel

YARBRO COLLINS, ADELA, Lic. sup. Fil., Doc. Fil., Profesora, University of Notre Dame, Notre Da-me, Indiana, Estados Unidos.Apocalipsis; Aspectos del pensamiento del Nuevo Testamento

xxiCOLABORADORES

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Antiguo Testamento

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05.024 - Montaje seguido 20/10/2005 10:24 Página 2

1 Andrade, B., Encuentro con Dios en la histo-ria. Estudio de la concepción de Dios en el Pentateuco(BEB 45, Salamanca 1985). Artus, O., Aproximaciónactual al Pentateuco (CB 106, Estella 2001). Blenkin-sopp, J., El Pentateuco. Introducción a los primeroscinco libros de la Biblia (Estella 1999). Briend, J., ElPentateuco (CB 13, Estella 1998). Brueggemann, W.,The Vitality of Old Testament Traditions (Atlanta21982). Cassuto, U., The Documentary Hypothesis (Je-rusalén 1961). Clines, D. J., The Theme of the Penta-teuch (JSOTSup 10, Sheffield 1978). Cross, CMHE293-325. Galán Rivero, V. Introducción al Pentateuco(Terrasa 2001). García, F., El Pentateuco (IEB 3a, Es-tella 2003). García Santos, A., El Pentateuco. Historiay sentidos (Salamanca 1998). Knight, D. (ed.), JuliusWellhausen and His Prolegomena to the History of Is-rael (Semeia 25, Chico 1982). Lohfink, N., Las tradi-ciones del Pentateuco en torno al Exilio (CB 97, Este-lla 1997). Loza Vera, J., El Pentateuco. El problemaliterario (México 1999). Matthews, V. H. y D. E. Ben-jamin, Paralelos del AT. Leyes y relatos del antiguoOriente Bíblico (Panorama 5, Santander 2004). Noth,M., A History of Pentateuchal Traditions (EnglewoodCliffs 1972). Rendtorff, R., «The Yahwist as Theolo-gian?», JSOT 3 (1977) 2-10; Die überlieferungsge-

schichtliche Problem des Pentateuch (BZAW 147, Ber-lín 1977). Schmid, H. H., Der sogenannte Jahwist(Zúrich 1976). Ska, J. L., Introducción a la lectura delPentateuco, Estella 2001). Trebolle, J., La Biblia Ju-día y la Biblia Cristiana (Madrid 1993). Vermeylen,J., «La formation du Pentateuque à la lumière del’exégèse historico-critique», RTL 12 (1981) 324-46.Whybray, R. N., El Pentateuco: estudio metodológico(Bilbao 1995).

Cazelles, H., DBSup 7. 736-858. Estudios bíblicos52 (1994) 5-239 (dedicado al Pentateuco). Ska, J. L.,CBI 307-14. von Rad, G. PHOE 1-78.

La investigación sobre el Pentateuco aparece ex-puesta prácticamente en todas las introducciones alAT y en los diccionarios bíblicos. Para un resumen ybibliografía véanse esp. Ausín, S., «La composicióndel Pentateuco. Estado actual de la investigación crí-tica», Scripta Theologica 23 (1991) 171-83. Du Pury,A. (ed.), Le Pentateuque en question (Ginebra 1989).García, F., «De la antigua a la nueva crítica literariadel Pentateuco», EstB 52 (1994) 7-35. Knight D., HB-MI 263-96. McCarthy D. J. en BHMCS 34-57. Mielgo,C., «Estudios recientes sobre la composición del Pen-tateuco», Est. Agustinianos 20 (1985) 63-78. Wester-mann, C., Genesis 1-11 (Mineápolis 1984) 567-606.

Análisis del Pentateuco (§ 3-14)(I) Terminología y contenido (§ 3-4)

(II) Autoría (§ 5-8)(III) Formas literarias (§ 9-10)

(IV) Otras maneras de leer el Pentateuco (§ 11-13)

(V) La importancia teológica del Pentateuco (§14)

3 (I) Terminología y contenido. El tér-mino «Pentateuco» procede del gr. pentateu-chos, «cinco estuches», que alude a los envol-torios en que se conservaban los rollos escritosde piel o papiro. En este caso los cinco rollosson los cinco primeros libros de la Biblia: Gé-nesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuterono-

mio, por utilizar sus nombres greco-latinos.En la tradición judía, estos libros se conocenpor su(s) primera(s) palabra(s): «En el princi-pio» (b®r∑’ßît), etc. Juntos constituyen la Ley(tôrâ, término que originariamente significaba«enseñanza»). La división tradicional de la Bi-blia Hebrea en Ley, Profetas y Escritos (la

BIBLIOGRAFÍA

2 ESQUEMA

ANÁLISIS DEL PENTATEUCO

1Introducción al Pentateuco

Roland E. Murphy, O.Carm.

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T®nœk) indica que Gn-Dt se concebían comouna unidad.

Algunos especialistas han trabajado con unnúmero de libros mayor o menor que el con-tenido en el Pentateuco. Por esta razón con-viene tener también en cuenta la terminologíasiguiente. El tetrateuco (M. Noth) está com-puesto por Gn-Nm. El hexateuco (G. von Rad)abarca Gn-Jos como una unidad. Ambos tér-minos expresan un particular modo de enten-der el proceso de formación de los libros encuestión y el modo en que éstos se relacionanentre sí.

4 El Pentateuco abarca una extensión dehistoria que va desde la creación del mundo yla humanidad hasta los discursos de Moisés enlas llanuras de Moab (cuya muerte y entierrose recogen en Dt 34). Su contenido se puederesumir así: historia primigenia (Gn 1-11); pe-ríodo patriarcal (Gn 12-36); historia de José(Gn 37-50); liberación de Egipto y viaje hastael Sinaí (Éx 1-18); entrega de leyes en el Sinaí(Éx 19-Nm 10); viaje desde el Sinaí hastaMoab (Nm 10-36); tres discursos de Moisés enlas llanuras de Moab, con apéndices (Dt 1-34).Particularmente digna de mención es la exten-sa sección central, Éx 19-Nm 10, que recoge lamayor parte de la legislación sinaítica.

Por supuesto, el contenido del Pentateucose puede resumir de muchas maneras diferen-tes. Los cinco temas fundamentales señaladospor M. Noth (que trabaja con un tetrateuco)también son útiles: las promesas patriarcales,la salida de Egipto, la travesía del desierto, larevelación del Sinaí y la entrada en la tierracultivable. Igualmente se pueden seguir las in-dicaciones de los diversos usos de tôl®dôt o«generaciones», fórmula que estructura Gn(2,4a; 5,1; etc., la tradición P). Si se toma«promesa» como concepto clave (ciertamentedomina los relatos patriarcales), se siente latentación de incluir Jos, que cuenta la historiadel cumplimiento de la promesa de la tierra(de ahí que se piense, con von Rad, en un he-xateuco). Sin embargo, la tradición judía esta-bleció una separación entre la Ley y los Profe-tas (anteriores). La mejor explicación de estehecho es la que da J. Sanders (Torah and Ca-non [Filadelfia 1972] 44-53). La inserción deDt en el lugar que actualmente ocupa suponeuna interrupción deliberada de la línea narra-tiva relativa a la promesa-cumplimiento y po-ne de relieve la figura de Moisés como dadorde la Torá y verdadero dirigente de la comuni-dad posexílica (Mal 3,23 [4,4]; Esd 8,1).

5 (II) Autoría. Durante casi dos milenios,tanto la tradición judía como la cristiana con-sideraron a Moisés autor del Pentateuco. Aun-que en diversos momentos de ese largo perío-do se plantearon cuestiones importantesacerca de su autoría, la cuestión como tal nose puso seriamente sobre el tapete hasta el s.

XVIII. Hoy en día es doctrina común que Moi-sés no escribió el Pentateuco; pero, como va-mos a ver, la formación de estos libros sigueenvuelta en el misterio.

Ciertos hechos evidentes hacen pensar quela autoría mosaica no responde adecuadamen-te a los datos. En Dt 34 se recoge la muerte deMoisés. Varias fórmulas hacen pensar en unaépoca posterior al período mosaico («hasta eldía de hoy», Dt 34,6; «cuando los cananeos ha-bitaban en el país», Gn 13,7; la designación de«el otro lado» aplicada al territorio situado aleste del Jordán, lo cual indica un punto de vis-ta propio de quien reside en Palestina, dondeMoisés no llegó a entrar nunca, Gn 50,10; y di-versos anacronismos, como la mención de fi-listeos, Gn 26,14-18). Uno de los rasgos sor-prendentes que desde muy pronto indujeron ainvestigar estos libros es la alternancia delnombre sagrado «Yahvé» con «Elohim», nom-bre genérico aplicado a la divinidad. Esta indi-cación de diferencias es relativamente superfi-cial; tiene que estar sustentada por algunosfactores que concuerden con ellas y sean ca-paces de explicar la formación de la Torá. J(= Yahvista) y E (= Elohísta) empezaron a apa-recer en el texto actual como posibles fuentescuando los nombres divinos llegaron a relacio-narse con un vocabulario, unos estilos narrati-vos y un contenido característicos (de ahí las«constantes» que hacían pensar en manos deautores diferentes). Otro argumento contun-dente fue el establecimiento de la existencia deduplicados (dos relatos del mismo aconteci-miento), como la vocación de Moisés (Éx 3,6)o el peligro corrido por la antepasada (Gn12,9-13,1; 20,1-18; 26,1-17). La complejidadde la Torá exigía que se reconocieran dentro deella varias corrientes.

6 No es éste el lugar adecuado para repe-tir la complicada historia de la crítica bíblicamoderna (pero no podemos dejar de señalarque ésta afiló su instrumental con el análisisdel Pentateuco; ’ Crítica del AT, 69:12-50). Seobservaron las diferencias de nombres y vo-cabulario, estilo y contenido existentes dentrodel Pentateuco; dichas diferencias exigían unaexplicación. ¿Se debían a diversos documen-tos, o la cosa estribaba en la existencia de«fragmentos» que acabaron por juntarse? Obien otra posibilidad: ¿existió una narraciónbásica que fue recibiendo complementos (hi-pótesis de los complementos)? Finalmente, Ju-lius Wellhausen (1844-1918) presentó una bri-llante síntesis de los esfuerzos anteriores,síntesis que ha dominado desde entonces elcampo, pese a sufrir modificaciones. Esta «hi-pótesis documental» establece la existencia decuatro documentos que aparecieron en este or-den: J (s. IX), E (s. VIII), D (Deuteronomista, s.VII) y P (Sacerdotal, posexílico). Estas cuatrofuentes escritas principales acabaron combi-

4 INTRODUCCIÓN AL PENTATEUCO [1:4-6]

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nándose durante el período posexílico bajo lamano rectora de la tradición P y, probable-mente, de un redactor (R). Detrás de cada unade estas siglas (JEDP) hay una persona (opciónesp. recomendada en el caso del Yahvista) o,más probablemente, una escuela entera. A lateoría se le fueron añadiendo posteriormentealgunos matices. En primer lugar, hoy existeuna tendencia a datar antes J y E (ss. X y IX).En segundo lugar, es cosa admitida que estos«documentos» se deben concebir de maneramás flexible, como «tradiciones» integradaspor un número indeterminado de tradicionesanteriores orales y escritas. Aunque estudiososposteriores tendieron a fragmentar J en fuen-tes separadas (J1 y J2, etc.), la tendencia ha si-do atenerse a la cuádruple corriente y a reco-nocer la existencia de tradiciones previas quese integraron en dichas fuentes.

A modo de recordatorio de que esta síntesisno deja de ser tan sólo una hipótesis brillante,la investigación reciente le ha planteado obje-ciones (compendiadas en HBMI 263-96; JSOT3 [1977] 2-60). Rolf Rendtorff (Das überliefe-rungsgeschichtliche Problem des Pentateuch) sepuede considerar como un ejemplo típico yformidable. Sostiene este autor que J no es unanarración completa que se vaya entretejiendo alo largo del Pentateuco y atribuible a uno omás «teólogos». Es más bien (igual que P) unareelaboración de numerosos trozos sueltos. Laauténtica redacción del Pentateuco la lleva acabo un editor deuteronomista. Primero huborelatos sueltos (p.ej., los diferentes patriarcas)que se combinaron en un conjunto mayor me-diante un tema unificador (p.ej., las promesas).La integración de todos esos conjuntos en laforma final fue el resultado de una redacciónteológica final llevada a cabo bajo influenciadeuteronomista; véase R. Rendtorff, The OldTestament (Filadelfia 1986) 157-64.

El consenso moderno sobre la formacióndel Pentateuco se ha roto, pero no ha sido re-emplazado por otro. Ciertas opiniones siguenen pie como hipótesis viables. Existe un acuer-do generalizado en que Éx 25-Nm 10 pertene-ce a la tradición P posexílica, aun cuando con-tiene material mucho más antiguo. El libro delDeuteronomio tiene una impronta única y re-sulta adecuado denominarlo D; probablementese fue formando a lo largo de los ss. VIII-VI.Pero la distinción entre J y E ha sido siempremotivo de discordia, mucho antes de llegar a laincertidumbre actual. La tendencia hoy en díaes partir de las ampliaciones de J y admitir elpapel de un redactor (R). En el NCBSJ, las de-signaciones J y E responden a las opinionespreponderantes en el s. XX, pero lo que se pre-tende con ello es orientar al lector, y no zanjarcuestiones que están todavía sobre el tapete.

7 Resulta útil prestar atención a la carac-terización habitual de las cuatro tradiciones,

siempre y cuando no se otorgue a tales gene-ralizaciones un valor absoluto. J está marcadopor vívidos antropomorfismos, una narraciónágil y una visión teológica creativa (dinamis-mo promesa-cumplimiento). J formuló las vie-jas tradiciones, quizá como reacción ante lailustración salomónica (así von Rad). El Elo-hísta sigue siendo un problema. E se ha consi-derado un mero agregado de tradiciones inde-pendientes y más tarde interpoladas, o unaredacción de J que nunca tuvo existencia inde-pendiente. Se ha asociado con las tradicionesdel reino del Norte; se supone que hace hinca-pié en la moralidad y refleja la respuesta apro-piada de Israel: la fe y el temor del Señor. D esuna tradición muy clara, pero su existencia enel Pentateuco fuera de Dt como tal no está tanclara. Insiste en el temor-amor de Dios enten-dido como obediencia a los mandatos divinosy bajo la amenaza de castigo. Su estilo exhor-tatorio y su lenguaje le dan una impronta ca-racterística, de manera que resulta reconocibleincluso cuando aparece fuera del Pentateuco,como es el caso en pasajes típicos de Dtr (abre-viatura convencional que designa la historiadeuteronomista contenida en Jos-2 Re, de ma-nifiesta e intensa influencia D): Jos 1,1-9; 23,3-16. P es otra corriente claramente marcada. Seocupa de cuestiones de culto y ritual (Lv), leinteresan las genealogías (Gn) y, en contrastecon la teología deuteronómica del «Nombre»(Dt 12,5.11.21), habla de la presencia de Diosentendida como gloria y habitación en un ta-bernáculo (Éx 16,10; 40,34-38). Según F. M.Cross (CMHE 293-325), la tradición P nuncaexistió como documento narrativo indepen-diente. Más bien echó mano de sus propiasfuentes para contextualizar y sistematizar lastradiciones JE y creó el tetrateuco (Gn-Nm) enel período del exilio. Le caracterizan en parti-cular su lenguaje arcaizante (p.ej., el uso de ElSadday), la sistematización de Gn mediante eluso de la fórmula de las tôl®dôt (generaciones)y la división de la historia en períodos por me-dio de las alianzas que perpetuaron la bendi-ción de la fecundidad: con Noé (Gn 9,7), Abra-hán (17,6) y Moisés (Lv 26,9). «La función delcomplejo culto sacerdotal es la expiación del pe-cado... La fuente sacerdotal [P]... estaba pensa-da para provocar un remordimiento abrumadoren Israel y pretendía, mediante la reconstruc-ción de la época de Moisés, de su culto y su ley,presentar el proyecto de una comunidad deIsrael en la cual Yahvé pudiera volver a “habi-tar en su tabernáculo” en la tierra de Israel»(CMHE 307).

Los comentarios ponen de relieve la fraseo-logía, temas y acentos característicos de lastradiciones, pero conviene advertir al lector dela índole general de tal caracterización. Paramás detalles sobre las cuatro fuentes, véanseIDBSup 229-32.259-63.683-87.971-75; Brueg-gemann, Vitality esp. 127-41.

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8 El análisis del proceso de formación delPentateuco tiene muchas consecuencias parael resto del AT. Hay acuerdo, por lo general, enque Gn-Dt nunca cumplió la función de unaTorá completa hasta el período exílico. Antesde ese momento, habían servido de guía diver-sas tradiciones orales y escritas (por no hablarde las colecciones de oráculos proféticos). Sesuele considerar Judá como el lugar de origende la tradición J, mientras que E se asigna a Is-rael (una afinidad con Oseas). La culminacióndel movimiento deuteronómico en la reformade Josías (641-609) supone una tradición (D)que tuvo primero su origen en el Norte y lue-go llegó a ser importante en Judá. Los diferen-tes códigos legales (el de la Alianza, Éx 20,22-23,19; el de Santidad, Lv 17-26; el delDeuteronomio, Dt 12-26) tienen muchas prác-ticas en común, pero también muestran sig-nos de la evolución, característica de la ley,que tuvo lugar a lo largo de varios siglos. En elcaso de la centralización del culto, objeto deinsistencia en Dt y Dtr, se debe recordar queésta fue una evolución lenta; sería un anacro-nismo entenderla en vigor en tiempos de Elías(s. IX).

En resumen, conviene señalar que se pue-den sacar conclusiones de los estadios por losque pasó el Pentateuco. A veces, dichas con-clusiones tal vez no justifiquen realmente afir-maciones que de hecho se hacen acerca de lahistoria. Así, cabe perfectamente preguntarsesi la separación literaria de la tradición del Si-naí respecto a la tradición del éxodo, tal comosostiene von Rad (PHOE 1-26; véase H. Huff-mon, CBQ 27 [1965] 101-13), encuentra en lahistoria israelita un eco que haga pensar en unorigen muy dispar de esas dos tradiciones, queen tal caso no se habrían unido hasta un mo-mento muy posterior. Es posible leer el Penta-teuco «entre líneas», por decirlo así, sacandoconclusiones muy hipotéticas acerca de la his-toria de Israel. Así, una reconstrucción de larealidad de las tribus que se base en los datosrelativos a los patriarcas y los «hijos de José»será necesariamente endeble (véanse los in-tentos de de Vaux en EHI 475-749; por su-puesto, el Pentateuco constituye sólo una par-te de los datos con los que se debe trabajar).

Resulta innegable que el Pentateuco contie-ne antiguas tradiciones de alianza que consti-tuían la carta magna religiosa de las tribus queformaban el pueblo de Dios. El «monoteísmoético» no es una creación de los profetas del s.IX, como afirmaba Wellhausen. Amós (3,2) yOseas (4,1-2) juzgaban al pueblo basándose enestipulaciones de alianza (lo de menos es cuán-do se popularizó el término «alianza», b®rît).

9 (III) Formas literarias. La aceptacióntradicional de la autoría mosaica trajo consigouna rígida noción de historia que se aplicaba ala lectura del Pentateuco. Se suponía que todo

lo contenido en Éx-Dt había sucedido tal co-mo Moisés lo escribió, pues él había sido tes-tigo directo de ello. La ecuación que igualaverdad bíblica y verdad histórica, ecuaciónejemplificada en este caso, es una forma de re-duccionismo; limita la libertad que Dios tienepara crear una literatura tan rica como de he-cho es el AT. Esto significa que hay que leer elPentateuco (y no digamos ya el AT entero) te-niendo presentes las diversas formas literariasque en él se contienen. Desde los tiempos delfamoso comentario de H. Gunkel a Gn, a losespecialistas les ha preocupado mucho lacuestión de las Gattungen, o formas literarias,y el Pentateuco ha proporcionado innumera-bles ejemplos para su análisis.

(Coats, G., Genesis [FOTL 1, Grand Rapids 1983].García López, F., «De la antigua a la nueva crítica li-teraria del Pentateuco», EstBib 52 [1994] 7-35. Ha-yes, J. H. (ed.), Old Testament Form Criticism [SanAntonio 1974]. González Lamadrid, A., Teología delas tradiciones Yahvista y Sacerdotal, Madrid 1970.Koch, K., The Growth of the Biblical Tradition [Nue-va York 1969]. Tucker, G. M., Form Criticism of theOld Testament [Filadelfia 1971].)

Unos géneros son más fáciles de reconocerque otros. Entre ellos se pueden señalar los si-guientes (la lista dista mucho de ser exhaustiva):

Leyes. Ocupan buena parte del Pentateuco,desde Éx hasta Dt; véase de Vaux, AI 143-63.

Etiología. Narración que brinda una expli-cación de cierto nombre o situación. La etio-logía puede ser un juego de palabras (Éx15,23, Mará) o una narración que explica unacontecimiento, como en el caso de la explica-ción dada en Gn 47,13-26 al impuesto territo-rial establecido por José.

Ritual. Descripción del modo en que unacomunidad ha de realizar ceremonias (impor-tantes), como la ofrenda de primicias en Dt26,1-11 o las prescripciones para los sacrifi-cios (Lv 1-7).

Genealogía. Lista que indica quiénes fueronlos antepasados o la relación existente conellos. Puede ser lineal, con una sola línea deascendencia (10 generaciones desde Adán has-ta Noé pasando por Set, Gn 5), o puede estardispuesta en segmentos (ramas), como en lalista de los hijos de Jacob en Gn 46,8-27. Con-viene señalar que las genealogías antiguas nopretendían ser documentos históricos. No selimitan a incluir la relación de consanguini-dad, ya que indican los vínculos establecidospor el comercio, la geografía y otros factores(véase R. R. Wilson, Genealogy and History inthe Biblical World [Yale Near Eastern Resear-ches 7, New Haven 1977]).

Hieros logos. «Palabras sagradas», o tradi-ción sacra, que hacen referencia al origen deun lugar santo (Gn 28,10-22; 33,18-20).

Bendición. Forma de discurso que confierea alguien un poder eficaz (palabra performati-

6 INTRODUCCIÓN AL PENTATEUCO [1:8-9]

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va). Cuando la bendición se da en el lecho demuerte (véase Dt 33) recibe también el nom-bre de «testamento».

Otros géneros literarios son más problemá-ticos. Los especialistas discrepan en su mane-ra de entender el mito, la saga, la leyenda, lanovela breve o el relato corto, y algunos de es-tos géneros se pueden subdividir en tipos muyconcretos (p.ej., saga familiar, etc.). Lo que sepretende aquí es mostrar el abanico de posibi-lidades.

Mito. Las maneras de entender este términoson muy variadas. Se ha definido como una na-rración relativa a los dioses (H. Gunkel; en elAT, quizá sólo Gn 6,1-4 respondería a tal defi-nición). También se ve como la historia queacompaña al ritual. Así mismo puede designaruna manera de pensar, la facultad que el pensa-miento humano posee de generar mitos; véaseH. Frankfort et al., The Intellectual Adventure ofAncient Man (ed. rev., Chicago 1977) 3-27.

Saga. G. Coats (Genesis 319) la define como«una larga narración tradicional en prosa quese estructura en episodios y se desarrolla entorno a temas u objetos estereotipados». Tal de-finición puede concretarse más en sus distintostipos: primigenia (la corriente J en Gn 1-11), fa-miliar (la historia de Abrahán de J en Gn 12-26)o heroica (Moisés en la versión J, Éx 3ss).

Leyenda. Resulta difícil distinguirla de la sa-ga (véase R. Hals, CBQ 34 [1972] 166-76). Coats(Genesis 252) la define como una «narración in-teresada principalmente por lo maravilloso, lomilagroso y lo ejemplar»; pretende edificar (Gn22,1-19; Nm 25,6-12).

Relato. Narración dotada de una trama quesuscita el interés creando una tensión y resol-viéndola. Puede proporcionar conocimientoshistóricos (aunque con cierta dosis de liber-tad) o estar simplemente orientada al entrete-nimiento, empleando determinados motivosfolclóricos. También se puede llamar «cuento»o «novela breve»; ejemplos de relato puedenser la historia de José o el libro de Rut.

Historia. Evidentemente, el género literariode la historia tal como se concibe en la menta-lidad moderna no se puede aplicar al docu-mento bíblico. Sin embargo, la Biblia sí sumi-nistra historia en diversas formas. Recoge, sí,acontecimientos del pasado, pero no exacta-mente tal como ocurrieron o como una perso-na de nuestra época los recogería. Caracterís-ticas de la historiografía son la secuenciacronológica, la relación causa-efecto y el crite-rio selectivo. Como género, la historia se pue-de encontrar en los libros de los Reyes, másque en el Pentateuco, aunque en las narracio-nes patriarcales y del éxodo se ha conservadoalgún tipo de recuerdo histórico.

10 La historia de las tradiciones (Überlie-ferungsgeschichte o Traditionsgeschichte) es laexpresión técnica con la que los especialistas

designan la investigación de los estadios porlos que una unidad dada pasa durante el pro-ceso que la conduce hasta su integración enuna narración seguida. En virtud de dicha in-vestigación resulta posible aislar, en la tradi-ción oral o en la escrita, ciertas formas litera-rias que habían quedado integradas en unaestructura mayor. Se ha supuesto, p.ej., que lanarración J hizo uso de una tradición (el dilu-vio o las plagas) y que en otro paso J se juntócon P, dando como resultado la Torá tal comola poseemos. La denominación correcta del es-tudio de la forma final de la Torá es «crítica dela redacción» (Redaktionsgeschichte).

El método histórico aplicado a las tradicio-nes se puede ilustrar mediante un análisis de lahistoria de Jacob (Gn 25-36). En contraste conla historia de José, que discurre de manera uni-forme en su descripción de la relación entre Jo-sé y sus hermanos, en la historia de Jacob sepueden advertir ciclos bien diferenciados. És-tos son el ciclo de Jacob-Esaú y el de Jacob-Labán; en un principio estaban bien diferencia-dos, en un momento posterior se unieron. Paraentender su complejidad, hay que observar ladisposición del texto. La narración Jacob-Esaúempieza con la «historia familiar» de Isaac, pa-dre de ambos, Gn 25,19, y continúa con el fa-moso engaño de que es objeto el anciano en Gn27. El tema de los gemelos hostiles entre sí sedesarrolla en su nacimiento mismo, en sus for-mas de vida (cazador frente a pastor), en la ven-ta de la primogenitura (b®kørâ) y en la decep-ción de Isaac al intentar obtener la bendición(b®rœkâ). La separación de los gemelos se preci-pita con la elección de esposas. Según P (Gn26,34-35; 27,46; 28,1-9), Esaú se casa con cana-neas, de manera que Jacob es enviado a PadánAram para casarse con una pariente. Pero se-gún J, Jacob huye a Padán Aram para escaparde la furia de Esaú tras el engaño (Gn 27,41-45). El ciclo Jacob-Labán (JE, Gn 29,1-31,55)tiene entidad propia. Cuenta el matrimonio deJacob con las hijas del astuto Labán, el cualobliga a Jacob a trabajar para él. Pero Jacob elembaucador consigue librarse y regresar a ca-sa. Esta aventura empieza y termina con teofa-nías (Betel, 28,10-22; cf. 35,9-15; Penuel, 32,23-33). Los dos ciclos se juntan en la escena final,un encuentro de Jacob con Esaú (32,4-22; 33,1-17). El relato termina (caps. 34-36) con datosgenealógicos acerca de la familia de Jacob y losdescendientes de Esaú (edomitas).

La narración entera está tan perfectamenteligada, que en una primera lectura da la impre-sión de estar hecha de una pieza. Pero la histo-ria de las tradiciones examina cuidadosamentelas diversas conexiones entre los acontecimien-tos: ¿por qué fue Jacob a Padán Aram?, ¿quédice el dato de que residiera allí acerca de lasconexiones de Jacob con los arameos de esa re-gión (cf. «mi padre fue un arameo errante», Dt26,5)? ¿Qué relación guarda el episodio de Di-

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na en Siquén (Gn 34) con la historia de las re-laciones con los siquemitas? La extensión geo-gráfica –Betel, Siquén, Hebrón, Penuel, Maja-náin (32,2-3)– es muy amplia, y varios de esoslugares tienen que ver con teofanías ligadas aesos lugares santos. Finalmente, la lista de hi-jos de Jacob omite a Dina (35,16-19). ¿Cómo seha de valorar esta genealogía? ¿Se trata de me-ros epónimos de unas tribus que sólo más tar-de, en el período posterior al éxodo, llegaron aser Israel? No hace falta decir que resulta muydifícil dar respuesta a todas estas cuestionesgeneradas por la combinación de diversas tra-diciones. En la actualidad, la historia de las tra-diciones tiene más éxito señalando tradicionesdiversas que explicándolas. Pero las cuestionesson válidas. Para más detalles, véanse M. Noth,Pentateuchal Traditions; W. Rast, Tradition His-tory and the Old Testament (Filadelfia 1972); B.W. Anderson, «Tradition and Scripture in theCommunity of Faith», JBL 100 (1981) 5-21.

11 (IV) Otras maneras de leer el Penta-teuco. La metodología histórico-crítica divideel texto en unidades y tradiciones; intenta irmás allá de la forma final existente y aden-trarse en su prehistoria, por decirlo así, comoen el caso del Pentateuco. En todo esto hay,necesariamente, una gran dosis de reconstruc-ción hipotética, y muchos se quedan insatisfe-chos. Por fiable que sea la metodología, se de-ben reconocer también sus limitaciones yremediarlas con otros enfoques. Puesto que elPentateuco acabó formando una unidad, laTorá, ¿cuál es el significado de ésta? ¿Cabenotros enfoques de la Torá?

12 (a) ENFOQUE LITERARIO. Se aplica a laBiblia entera, lo mismo que a Gn-Dt; es el tipode análisis que llevan adelante los especialis-tas en literatura. Se puede resumir con las pa-labras de R. Alter: «Por análisis literario en-tiendo las múltiples variedades de atenciónminuciosa y exigente que se presta al uso in-genioso del lenguaje, al juego cambiante deideas, convenciones, tono, sonido, imágenes,sintaxis, narrativa, punto de vista y unidadesde composición, entre muchas otras cosas;dicho de otra manera, el tipo de atención dis-ciplinada que, mediante toda una gama deplanteamientos críticos, ha iluminado, porejemplo, la poesía de Dante, las obras teatralesde Shakespeare o las novelas de Tolstoi» (TheArt of Biblical Narrative [Nueva York 1981] 12-13). En contraste con las inquietudes histórico-críticas habituales, este enfoque no hace pre-guntas de índole histórica; no es diacrónico(a lo largo del tiempo), sino sincrónico (en eltiempo). No tiene como objetivo establecerel proceso de formación del texto en sus diver-sos estadios a lo largo del tiempo, sino valorarel texto tal como está, en un solo tiempo. Ade-más, cree que el significado se transmite a tra-vés del texto, que a dicho significado no se

puede llegar sin tener en cuenta todas las ca-racterísticas del texto (sonidos, onomatope-yas, palabras clave... dicho brevemente, lasfunciones estéticas del lenguaje que se em-plean para transmitir significado).

Las preguntas históricas planteadas al textodan historia; las preguntas literarias, literatu-ra; pero unas y otras dan sentido. No hay ra-zón para oponerlas entre sí; en realidad soncomplementarias. Y unas y otras son necesa-rias para una interpretación teológica de esaliteratura religiosa que es la Torá. La mayoríade los comentarios se decantan claramente enfavor de lo histórico, en primer lugar porquees la modalidad predominante, y en segundolugar porque los conocimientos técnicos sumi-nistrados al lector no están al alcance de cual-quiera. Una valoración literaria de la Torá haexistido siempre; las historias de Abrahán (Gn22), José (Gn 37-50), Moisés (Éx 3) y la burrade Balaán (Nm 22) nunca han dejado de fasci-nar a los lectores, aun cuando éstos sean inca-paces de decir el porqué. También en este ám-bito se puede obtener mucho provecho de losestudios que hacen hincapié en este aspectopreciso (p.ej., Alter, R., The Art of biblical Na-rrative [Nueva York 1981]. Alonso Schökel, L.,Estudios de poética hebrea [Barcelona 1963].Fishbane, M. L., Biblical narrative in AncientIsrael [Nueva York 1985]. Marguerat, D. y Y.Bourquin, Cómo leer los relatos bíblicos. Intro-ducción al análisis narrativo [Santander 2000].Navarro, M., Cuando la Biblia cuenta: claves dela narrativa bíblica [Madrid 2003]. Rendsurg,G., The Redaction of Genesis [Winona Lake1986]. Robertson, D., The Old Testament andthe Literary Critic [Filadelfia 1977]. Sternberg,M., The Poetics of Biblical Narrative [Bloming-ton 1985]. Entre los críticos anteriores, G. vonRad dio prueba de una gran sensibilidad lite-raria).

13 (b) ENFOQUE CANÓNICO. Esta opinión hasido encarecidamente recomendada por B.Childs (CIOTS 109-35). Su propuesta es que lainterpretación de un libro bíblico se debe de-terminar a partir de su forma canónica, la for-ma final que el texto hebr. acabó adoptandohacia los comienzos de la era cristiana. En elcaso del Pentateuco, el papel de Moisés es cla-ramente normativo debido al modo en que espresentado como mediador; toda la legisla-ción se atribuye a él. No se puede hablar deautoría en sentido estricto, pero la autoridadmosaica tiene una función teológica que no sedebe descuidar a la hora de enjuiciar la Torá.Childs entiende la Torá como expresión de lavoluntad de Dios para el pueblo de la alianzay, por tanto, como elemento constitutivo de larelación de alianza. Es un «don de Dios» quetambién contiene promesas y amenazas (OldTestament Theology in a Canonical Context [Fi-ladelfia 1985] 56-57).

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Este punto de vista global deja de lado cues-tiones tales como la teología del Yahvista (queha quedado incorporada en una mensaje másamplio) para centrarse en una comprensión dela Torá que llegó a ser característica de la co-munidad posexílica. No es ley en sentido lega-lista, sino ley como comunicación de la volun-tad divina, en la cual el pueblo encuentra sualegría, como atestiguan Sal 19 y 119 y comoqueda testimoniado en la posterior fiesta judíade la µim™at tôrâ (lit., «alegría de la Torá»).

Aunque este enfoque representa un cambioagradable respecto a la fragmentación delPentateuco en fuentes y tradiciones hipotéti-cas, no se debe considerar un método herme-néutico exhaustivo. La crítica histórica hapuesto de manifiesto tensiones, evoluciones ycambios dinámicos dentro de la historia de Is-rael a partir del reflejo que todas estas vicisi-tudes han tenido en el proceso de formacióndel Pentateuco; los planos de significado ente-rrados en el texto no se han de descuidar en fa-vor de un significado final, por importante queéste sea en sí mismo.

14 (V) La importancia teológica delPentateuco. Es evidente que la Torá contienelos acontecimientos fundacionales y la teologíadel pueblo de Dios. Además, no es simplemen-te una teología surgida en el período mosaico.Es una cristalización de opiniones teológicasantiguas y tardías relativas al Señor y al pueblo.Sea cual sea la solución precisa de los orígenesdel Pentateuco, el reconocimiento de diversascorrientes o tradiciones contribuye mucho auna comprensión dinámica de su teología. Laopinión deuteronomista sobre la presencia di-vina (la teología del «Nombre») no es la mismaque la de la tradición sacerdotal («gloria»). Nohay necesidad de oponerlas; sus enfoques delmisterio son complementarios. En el presentetrabajo sólo se puede ofrecer un resumen de laimportancia teológica general del Pentateuco(’ Pensamiento del AT, 77:3-98).

La historia primigenia (Gn 1-11) supone uncomienzo significativo, por cuanto pone de re-lieve, sobre el trasfondo de la historia univer-sal, el modo en que Israel se entiende a sí mis-mo. La bondad esencial de la creación y laimpresionante presentación de la desobedien-cia humana sirven de telón de fondo a la ini-ciativa divina en la vocación de Abrahán. Lapromesa hecha a este patriarca (Gn 12,1-3)sustenta las narraciones patriarcales. En lareiteración de las promesas a los tres «padres»(cf. C. Westermann, The Promises to the Fa-thers [Filadelfia 1980]) se explicitan diversoselementos (promesa de un hijo, descendientesnumerosos, una tierra, etc.; cf. 12,7; 15; 16,10;17; 22,16-18; 24,7; 26,3-5.24; 28,15; 31,3;32,10-13 [9-12]). Las promesas dan, así, una

peculiar impronta a las narraciones patriarca-les. Al mismo tiempo, Gn queda conectadocon Éx cuando en Gn 50,24 (¡cf. Éx 33,1!) Jo-sé moribundo indica que el Señor sacará deEgipto a «los hijos de Israel» y los llevará a latierra que prometió a sus padres. Las referen-cias hechas en Éx a los patriarcas y al «Dios devuestros padres» (Éx 3,6.16) confirman la con-tinuidad de Gn-Éx.

La liberación del cautiverio egipcio (cf. Éx15,1-18; Dt 26,5-9) desemboca en la relaciónfundamental entre Dios y el pueblo en el Sinaí.Éste es escogido por amor (Dt 7,8) para ser unanación santa (Éx 19,8), y su respuesta se des-cribe en el Decálogo, en los diversos códigos le-gales y en toda la legislación sacerdotal (P) quese extiende a lo largo de Éx 25-Lv-Nm 10. Esposible que el cristiano, en particular, subesti-me la importancia de esta larga sección. Aun-que muchas prescripciones no se considerenvinculantes hoy en día (¿cuál es el método her-menéutico aplicado en este caso?), la tradiciónP está en el corazón de la Torá. Todo dependede la presencia de Dios en medio del pueblo,presencia que exige santidad (concebida ypuesta en práctica en diversas leyes y rituales),«porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo»(Lv 19,2). La frase «Yo soy el Señor» retumbareiteradamente en Lv 19 para llamar la aten-ción de Israel sobre el Santo. En Lv 26 se pro-clama un castigo, pero la alianza con los pa-triarcas no se puede anular (26,42-45).

La tradición P continúa insistiendo en elculto hasta Nm 1-10. Rendtorff (Old Testament147) comenta que la legislación cultual «es, pordecirlo así, un elemento dilatorio: da todas lasreglas que los israelitas necesitan para poderviajar por el desierto con el santuario en mediode ellos como pueblo santo y consagrado aYHWH». La instrucción dada a Moisés «en lasllanuras de Moab» (Nm 33,50-56) es intensa-mente deuteronómica, pues prepara para losdiscursos de Moisés (Dt 1,1-4,43; 5,1-28,69;29,1-30,20). El Deuteronomio es un documen-to de renacimiento religioso, como atestigua eldescubrimiento del «Libro de la Ley» de 1 Re22,8 (cf. Dt 30,10; 31,26), quizá su primera ex-presión escrita. La intensidad de su lenguajeestá a la altura de su insistencia en la eleccióny de la teología de la alianza que lo impregna.Israel estaba llamado a oír el «hoy» eterno entodos los momentos de crisis de su vida.

Lo maravilloso del Pentateuco estriba en quees muchas cosas a la vez: Torá, voluntad deDios para Israel; promesa, presagio del futurodel pueblo de Dios; culto, modo de adorar alSanto; una historia de rebelión humana y re-dención divina; una llamada a prestar atencióna los orígenes de la tradición judeocristiana.

[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]

9[1:14] ANÁLISIS DEL PENTATEUCO

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2 (I) Título y estructura. El Génesis esel primer libro del Pentateuco. El Pentateucoes una compilación en cinco secciones de tra-diciones procedentes de diferentes épocasque llegó a adquirir su forma definitiva en els. VI a.C. El título del libro procede de la ver-

sión griega de los LXX, concretamente de Gn5,1, «ésta es la lista de los descendientes (gen.del término gen∑sis) de Adán». En hebreo sele conoce como b®r∑’ßît, que es, sencillamen-te, la palabra con la que comienza la obra ensu lengua original (era la forma en que se

BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

2Génesis

Richard J. Clifford, S.J., y Roland E. Murphy, O.Carm. *

* La introducción y el comentario a 1,1-25,18 son obra de R. J. Clifford; R. E. Murphy es el autor del co-mentario a 25,19-50,26.

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