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04/10/2016

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04/10/2016

Si hasta el momento se habían visto algunos espectáculos portentosos en esta edición de la Bienal de Flamenco, todavía quedaba el que ofreció anoche Marina Heredia en el Teatro Lope de Vega. La granadina se puso contra las cuerdas adrede —como rezaba el propio título del recital que ofreció ayer— para darle otra vuelta de tuerca a su arte. Y bien que lo consiguió, porque se mostró sobre el escenario inconmensurable, demostrando que es la Cantaora con mayúsculas. Pero ahí no acabó la cosa, ya

que tuvo el acierto de rescatar del inmerecido olvido a Paco del Gastor, que lideró a un grupo de cinco guitarris-tas formidables. Ambos consiguieron momentos mági-cos, como ese homenaje a Fernanda de Utrera por soleá. A continuación, fueron sucediéndose en el toque Dani de Morón, Manolo Franco, José Quevedo «El Bola» y Manuel Valencia, que aportaron su mejor oficio cada uno a su estilo. Pero el último gran momento de la noche quedaba aún por vivirse: Dorantes salió del patio de butacas, le prestaron una guitarra y rindió un tributo al Lebrijano con la voz grande de Marina Heredia. Después de eso, la granadina necesita demostrar pocas cosas sobre el escenario porque ella es el Cante. [CULTURA]

Marina Heredia, grande del cante

Bienal de Flamenco

RAÚL DOBLADO

Marina Heredia durante la actuación que ofreció anoche en el

Lope de Vega

abcdesevilla.es DOMINGO, 2 DE OCTUBRE DE 2016 ABC12 ENFOQUE

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ALBERTO GARCÍA REYESSEVILLA

Haydosmanerasde can-tar en Sevilla: para es-tar o para ser. Ponerseen losmediosporbule-rías con Paco del Gas-tor, geniode la lámpara

del toque a cuerda pelá deMorón, y se-guirle ese aire rabioso con la voz esunajugadadefinitiva. Esponerse contra lascuerdasadredeparaexprimirseel zumode los ojos. MarinaHeredia es. Es can-taora. Lo es porque tiene unmisil en lagarganta y siempre lo usa para reven-tar el alma. Sabe estar, que es tambiénmuy importante, pero sobre todo es ar-tista. Al del Gastor, que llevaba años en

el infameolvidodel flamenco, loha res-catado para darle el sitio que semere-ce. No se puede tocar la guitarra conmáspersonalidady sabor.Por eso ledioaPaco su tiempo.Unaniña respetandoaunmaestro. Un cante de ella, una fal-seta de él. Rebuscando en los agujerosde la Fernandapor soleá, que es dondeestá el peligro. Y con uno a la vera quese hartó de tocarle a la gitana negra deUtrera. Todavía se estaba situando ladeGranadadespués de esa salida pavoro-sa yde repente, con el aire fresco gasto-reñodeDani deMorón, ya estaba rom-piendoel gritopor cantiñas.Y secándo-se la garganta subiendo al cielito lindode Pastora y a los rincones imposiblesde Bambino en la buleríamenor, don-de se arrojó tanto queperdió la brújula

un segundo. Justo lo que le hacía faltapara entrar en cólera y venirse arribadespuésdeun trancede frialdadque selaestabacomiendopordentro.Ahí cam-bió el rumbo. Se sentó amorirse. Quérecitalmásbienmedido.AManoloFran-co, otromonstruo del toque, le sacó al-míbar por Levante y le puso kilo yme-dio de gusto por tientos.Muydespacio.Flamenquísima. Y sin espejos. Marinaynadiemás.Su formacontodas lascon-secuencias. Saliendoal crucede los tan-gos pastoreñosparahacerse el paladar

a la seguiriya conManuelValencia, otrotocaorde losdepulgarancho, con laquepor fin acortó la distancia que la esta-ba separando del público. Desparra-mando clavito y canela. Acelerando elpulso en el cambiode Juanichi elMani-jero para jadear en los silencios de unalarido que no es fácil de comprender,pero que ningún aficionado puede de-jar pasar de largo. Sobre todo porqueesamanera de estirar la voz es escogi-da. La alargahasta lo alto delVeleta sinromperse ningún músculo. Siemprecomo si estuviera en el columpio de labambera.

Y entonces salió Dorantes sin pia-no. De las butacas. Al atraco. Le pres-taron una guitarra y juntos se pusie-ron al remo de las galeras del Lebrija-no. Lo siento. Esto no lo puedo contarbien porque la verdad pura no tienequien escriba. Yo vi cómo Juan le dijouna vez, cuando ella le pidió perdónpor cantar sus cosas, que lo grande ylo chico van juntos. Solo lo mediocreva solo. Hay que sermuy grande paraencogerse en los ayeos de la persecu-ción gitana como lo hizo esa sultana

RAÚL DOBLADOMarina Heredia y Paco del Gastor dejaron ayer un sabor inolvidable en el Teatro Lope de Vega

Marina Heredia,La Cantaora∑La granadina logra momentoshistóricos en un recital con cincoguitarristas monumentales lideradospor Paco del Gastor

Diálogos de sonesLa cantaora onubense RocíoMárquez se funde con la cuerday la percusión de Fahmi Alqhai(viola de gamba) y AgustínDiassera en San Luis de losFranceses.

La SirenitaLa Sirenita entre mares andalu-ces es una historia basada en elcuento de Hans ChristianAndersen. La representación enel Teatro Alameda corre a cargode Flamencos por el mundo.

José MercéEl jerezano pone el cierre a laBienal en el Teatro Maestranza.Ofrecerá una antología delcante acompañado de losguitarristas Tomatito, PepeHabichuela y Alfredo Lagos.

Objetivo FlamencoÚltima oportunidad de ver enSanta Clara estamuestracolectiva de fotografías detemática flamenca que cuentacon la colaboración de la Asocia-ción de Fotógrafos de Sevilla.

Agenda del día 2 de octubre

CONTRA LAS CUERDAS!!!!!

Voz principal:MarinaHeredia.Guitarra: Paco DelGastor, Manolo Franco, JoséQuevedo «El Bola», Dani deMorón y Manuel Valencia.Percusión: Paquito González.Palmas-coros: VíctorCarrasco, Anabel Rivera yDiego Montoya

86 CULTURA abcdesevilla.es/culturaDOMINGO, 2 DE OCTUBRE DE 2016 ABCSECCIÓN:

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A.G.R.SEVILLA

La casa de los Sordera, cimentadaen la leyenda dePaco la Luz, es unode los grandes bastiones del can-te de Jerez. Pero entre lo que legóel patriarcaManuel, cantaor esco-gido en la historia, y lo que han he-redado sus hijos hay una distan-cia que en estos momentos sóloacorta Vicente, el mediano, un ar-tista que nunca ha tenido la suer-te de estar en el sitio y el momen-to adecuados, pero que guarda enel cielo de su boca el sabor intactode una estirpe que creó una formade cantar con los ojos vueltos y quese ha ido diluyendo bajo el mantonocturno de Madrid.

Yo creo que el más interesantede toda la saga, no obstante, es En-rique, el mayor. Probablemente esel mejor cantaor para el baile queha salido de Jerez. Pero el primogé-nito del Tío Manuel Sordera viene

de superar una enfermedaddurísi-ma y todavía no puede exprimir suvoz como quiere. Hizo cosas de lacasa por soleá deAlcalá y defendiócon el cante de Levante el apertu-rismoque siempre ha tenido su fa-milia. Se acordó dePepeMarchenaa su forma. Defendió el pabellón aempujones y hay que quitarse elsombrero para reconocérselo. Por-que reaparecer después de tantotiempo en silencio obligado esmuy

difícil y él lo hizo conmucha sere-nidad y categoría.

Fueunapinceladaporque el res-to del espectáculo se lo repartieronlos otros dos hermanos, Vicente yJosé. Sordera y Sorderita. Califica-tivos perfectos, no sólo por la edad,sino por el cante que cada uno de-sarrolla. El Sordera se marcó unaseguiriyamuy seria, redoblando losayeoscomohacía supadre, yabrien-do la boca en el cambio de cabales.Y luego miró a Cádiz por alegríaspara demostrar que lo único que leha faltado para ser uno de los can-taoresmás reclamados de su tiem-po es suerte.

Sorderita, en cambio, es un re-caudadorde rentas.Estámás influi-do por las noches largas deMadridque por las de Jerez. Sumanera es-trafalaria de vestir -los pantalonesestampados que llevaba fueron lomás comentado de la noche, cosaque lodice todo-, suguitarra enchu-fada y su voz mínima intentandohacer unas alegrías de las que ape-nas guardan lamelodía y pocomásexhibieron el ladomás crápula dela dinastía. El viejo fuemuy abier-to. Pero su hijomenor ha excedidolos límites. Esmás de Ketama quedeSantiago.Másde rumbeoquedebulería al golpe. Por eso la noche sequedó amedias. El espectáculo noestaba bien hilvanado. Y el cantesólo pudopudieronponerloVicen-te y Enrique. Y la hija de Enrique,Lela, que se paseó en una bamberaconmucha solidez, aunque luegoen los fandangos bajó el listón congiros demasiado forzados.

El otro descendiente,Maloko, essencillamenteunseguidordeDiegoCarrasco, no de su propio apellido.Tiene que buscarsemucho todavíadentroparapoder tender el cante yque se oree, porque por ahora sólolo apunta y abusa de los gestos delpeculiar artista jerezano, que haarrastradoa todos los jóvenesde sutierra a un estilo en el que sólo sepuede imitar.Elmáschicode losSor-dera incluso baila con losmismosmovimientos que el Tate. Así que,hecha lasumadetodo,nopudocum-plirseeldichodelviejoSorderacuan-do estaba de fiesta y había arte deverdad.Noapatecíaquedarsehastaquevinierael lechero.Nofueunano-chepara el recuerdo.Vicente resca-tóelabolengodesucasa.Ypocomás.

Vicente Soto rescataa los Sorderaen el Lope de Vega, sola consigo mis-

ma, y con la guitarra de Dorantes flo-tando en el océano inmenso del dolor.Ese momento imperial será ya parasiempre un lingote de oro en lamemo-ria de Sevilla. Y no quedaba más re-medio que aliviarse por malagueñascon entre los fraseos del Bola antes demeterse otra vez en los berenjenales.Cogió pulso en los abandolaos albai-cineros. Sin salirse del plan, que eracantar para los que saben. Sin buscarun solo ole en toda la noche. Y se cru-jió por tangos de Graná en el sollozode la pitas que escuchaba mientrasdormía de pequeña. Toma mi pañue-lo, límpiame la herida,mora de lamo-rería. Que así tuvo que ser como lloróBoabdil cuando semurió Juana la delRevuelo y la a Mortaja ron en una ca-nasta. Ole las que saben acordarse delas que saben. Ole las que son capacesde brillar en una constelación de gui-tarristas monumentales. Ole las quese bailan por bulerías y forman un líosin artificios recordando aAdela la delChaqueta. Hay dos maneras de can-tar: para estar o para ser. Marina He-redia no está pasando por unmomen-to dulce. No. Marina Heredia es can-taora. La cantaora. La del pañuelo dePastora. Y sanseacabó.

ABCVicente, el hijo mediado de la estirpe, salvó el espectáculo

LA CASA DE LOSSORDERA !!

Cante: Vicente Soto«Sordera», Enrique Soto,Maloko Soto, Lela Soto.Voz y guitarra: José Soto«Sorderita».Guitarras:Manuel Valencia,Miguel Salado y Nono Jero.Percusión:Manu Soto

Melquiades y CarmenLa Compañía de las Máquinasde Flamenco exhibe en el TeatroMaestranza dosmáquinas deritmos flamencos; unos instru-mentos de percusión automáti-cos empleados en espectáculos.

Los mantones dela HerediaEl espectáculo de la cantaoragranadina no sólo fue grandepor su cante y por los cincoguitarristas que la acompa-ñaron, sino por su puesta enescena. Todo estaba hechocon un gusto exquisito. Porejemplo, cada una de lassillas que había en el escena-rio estaba cubierta por unmantón a cual más llamati-vo. Mantones que no eran deManila, sino de Foronda,apellido sevillano quesiempre le pone flecos alarte.

abcdesevilla.es/cultura CULTURA 87ABC DOMINGO, 2 DE OCTUBRE DE 2016

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DIARIO DE SEVILLA | Domingo 2 de Octubre de 2016 49

CríticaLA CASA DE LOS SORDERA★★★★★

Cante: Enrique Soto, Vicente Soto‘Sordera’, Maloko, Lela Soto. Guita-rra: Miguel Salado, Manuel Valencia,Nono Jero. Voz y guitarra: José So-to ‘Sorderita’. Percusión: Manu So-to. Lugar: Espacio Santa Clara. Fe-cha: Viernes 30 de septiembre. Afo-ro: Lleno.

J. Vergillos

En el flamenco hay muchosgrandes intérpretes y muy po-cos verdaderos creadores. Jo-sé Soto Sorderita, que nosofreció dos pinceladas de suarte en la madrugada del sá-bado en Santa Clara, es unode ellos. Él acuñó un conceptoestético de tanta predicacióncomo el Nuevo Flamenco, ha-ce 35 años. Un concepto quesalió del seno de las familiasSordera, Habichuela y Ama-dor, entre otras. Sorderitaofreció luz y fantasía en unaBienal en la que básicamentehemos visto los mismos colo-res, recital tras recital, con lasmismas letras y melodías re-petidas una y otra vez. Las quenos ofreció Sorderita son ge-nuinas ya que nacen de su pu-ño y letra, aunque se basen enlos estilos tradicionales. El ar-tista se define, con acierto, co-mo cantautor flamenco. Suscantes son poesía fresca decontagiosa alegría. Pero dealegría consciente, que está

de vuelta, que conoce los filos delos estilos más graves de lo jondopero que va más allá, o más acá, aotras regiones, no menos profun-das. Las de la alegría. Las de la li-bertad. Sólo con su guitarra nosofreció alegrías y bulerías.

Vicente Soto Sordera vinomuy motivado. Cantó seguiriyasdensas y tensadas al máximocon su voz opaca, enjundiosa,necesaria. Me gustó sobre todoen la cabal del Loco Mateo en laque pudimos apreciar todo el co-lorido de su media voz. Y ale-grías rebosantes de fuerza debelleza, de energía. Enrique So-to, el primogénito Sordera, su-bió al escenario en primer lugar.Acaba de superar una grave en-fermedad de la que aún se en-cuentra convaleciente. En la so-leá pudimos apreciar fragmen-tos de esa belleza radical de sutimbre. También cantó por ta-rantos, uno de sus estilos bande-ra, con pujanza y verdad.

La más joven generación Sor-dera contó asimismo con un es-pacio para su lucimiento. LelaSordera, hija de Vicente, cantóbamberas y fandangos que apor-taron variedad al repertorio de lanoche. Maloko hizo soleares ybulerías a su manera, con su vozvelada y su forma personal demoverse por el escenario. De he-cho, de los hijos artistas de Ma-nuel Soto Sordera, el fundador deesta saga cantaora, sólo faltó enel escenario de Santa Clara el Bo,padre precisamente de Maloko,reputado palmero y bailaor depataítas de mucho arte.

CríticaCONTRA LAS CUERDAS★★★★★

Cante: Marina Heredia. Guitarra: Pacodel Gastor, Manolo Franco, José Quevedo‘El Bolita’, Dani de Morón, Manuel Valen-cia, Dorantes. Percusión: Paquito Gonzá-lez. Palmas y coros: Anabel Rivera, Víc-tor Carrasco y Diego Montoya. Lugar:Teatro Lope de Vega. Fecha: Sábado 1 deoctubre. Aforo: Lleno.

Juan Vergillos

La primera sorpresa es el maes-tro Paco del Gastor y esas false-tas celestiales. Se trata de otrouniverso, otra forma de enten-der el flamenco. Un toque que seha desarrollado con indepen-dencia de la tendencia mayorita-ria de la guitarra flamenca de losúltimos 40 años. Es la sencillez yla emoción a flor de piel. El vir-tuosismo rítmico pero sin alar-des. Bulerías y soleá en las queMarina Heredia cantó con inti-mismo y sobriedad. El contrastecon el maestro lo ofreció otro to-

caor de Morón, en cierta formaen su estela y en otra forma enlas antípodas de su estética. Setrata del toque nervioso e intrin-cado de Dani de Morón.

El joven tocaor le ofreció a He-redia unas cantiñas plenas decompás y gracilidad. La actua-ción del de Morón acabó con unaselección de boleros por bule-rías. El siguiente invitado fueManolo Franco. Este sevillano esclásico y moderno, barroco y po-pular. Es como la fachada delHospital de la Caridad, profuso yclaro, encalado. Fresco y elegan-te. Y un enamorado del cante,como demostró en las tarantas ylos tientos. El joven Manuel Va-lencia se acordó de su paisanoManuel Morao en las seguiriyas,uno de los momentos más emoti-vos de la noche, con la cantaoraentregada y Valencia reconcen-trado y enjundioso. Las bambe-ras han sido el cante de moda es-ta Bienal y Heredia no quiso per-manecer ajena a la tendencia.

Antes del último guitarrista dela noche la cantaora sorprendió

invitando a un espectador a subiral escenario. Este espectador noera otro que Dorantes que acom-pañó a Heredia en el cante porgaleras que patentó Juan Peña ElLebrijano, el tío del pianista queanoche cambió de instrumentopara ejercer su primer oficio fla-menco, el de guitarrista.

El último invitado de la nochees un hombre de la casa, un fami-liar de Heredia, José Quevedo. Eljerezano es el guitarrista habi-tual de la cantaora desde haceaños y productor de sus últimosdiscos. Un toque nervioso paralas malagueñas del Mellizo y elChato de las Ventas que Herediacinceló con elegancia. Los tangosmarcaron el camino del fin defiesta por bulerías con los cincoguitarristas invitados en el esce-nario y con una Marina Heredia,que estuvo entregada toda la no-che, portentosa en los cuplés porbulerías. Una diva que rompe lavoz en busca de la emoción y queanoche se encerró en el Lope deVega con cinco de los mejoresguitarristas de nuestro tiempo.

Un creador

M.J.LÓPEZ

La cantaora granadina durante su actuación anoche en la Bienal.

OSCAR ROMERO/ ARCHIVO LA BIENAL

La familia Sordera cerró el ciclo de Santa Clara.

Cinco guitarras más una

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2 Octubre, 2016

P.16

~Romnia es una nueva bfisqueda, un nuevo interrogante entorno a dos dimensiones de mi set: mi gitanidad y mi femi-nidad. Romnia son voces de mujems gitanas no flamencas

pero rebosantes de jondura~, dice Bel6n Maya, intentandosintetizar en palabras un espect~culo que ayer llev6 al Espa-cio Santa Clara, dentro de la Bienal./Foto:BlenaldeFlamenco

Doce palos y tres o cuatro ol4sFLAMENCO

NlanueI Bob6r~Juez

Cuarta Bienal consecutivade la cantaora granadinaMarina Heredia, una impres-cindible, al parecer, en la citasevillana. Dos veces en el Lo-pe de Vega, una en el Real Al-c~izar y otra en el Maestran-za. Anoche le volvi6 a tocarLa Bombonera, cuyo escena-rio ban pisado todas las gran-des del cante, basra la Niflade los Peines. Y los mf~s gran-des cantaores. Pot tanto, se

supone que la granadina sedebati6 anoche entre la sa-tisfacci6n y la responsabili-dad. Tiene tablas, de eso nohay duda, porque no era f&cil llenar ese teatro de voz y,sobre todo, encerrarse solacon seis grandes guitarfistas,desde el veterano moroneroPaco del Gastm -alejado yade los escenarios-, hasta eljoven jerezano Manuel Va-lencia, que estos dias pro-mociona su primer disco,Ente mis manos.

Pot estos datos, pudieraparecer que Marina es yauna figura consagrada, peroafin no ha dado el aldabona-zo preciso en Sevilla, donde,eso si, riene sus seguidoms,Curro Romero entre ellos,que estuvo en el patio de

butacas. Anoche pareciauna ocasi6n inmejorable pa-ra darlo, con la Bienal yadando sus flltimos compa-ses y los aficionados llenosde flamenco. Para justificarde algfin modo el hecho deque haya sido programadaen las flltimas cuatro edicio-nes del magno festival, queya lo quisieran otras cantao-ras. Pero era la noche de Ma-rina Hemdia y seis punterosde la guitarra, am6n de lasorpresa de la vdada, la pro-tagonizada por Dorantes, alque la cantaora invit6 a quesubiera al escenario paraque le acompafiara a la gui-tarra las galeras de Juan elLebrijano. Menos real quelos palmeros del cuadro sesabian el estribillo, porque

hubiera sido un problema.A1 margen de 1o expuesto

y de la an6cdota, 1o cierto esque Marina se faj6 con todoslos palos y que en algunosarranc6 ol6s, como en lasbulerias que cant6 junto alveterano y gran guitarristaPaco del Gastor, palo con elque comenz6 su recital.Luego fue abordando distin-tos cantes, unas perfumadasalegrias de Cf~diz junto a Da-ni M6ndez, adem~s de dosrancheras pot bulerias; ta-rantos y tientos-tangos conManolo Franco; seguiriyas ybamberas con Manuel Va-lencia; malaguefias y tangoscon El Bola de Jerez -lo m~sflojo de la noche- y, paraacabar, de nuevo bulerias. Osea, pocas novedades.

La artista albayzinera noes cantaora de doce palos,asi que era diflcil que dieraese aldabonazo en la puertade la gloria flamenca de Se-villa. Su entrega, lo m~s des-tacable de este concierto,qued6 correspondida pot unpflblico que la arrop6, aun-que la premiara solo con nom~s de tres o cuatro ol~s deesos que salen del alma, delos que le han dado lama aSevilla como tierra de cha-nelar de cante jondo. Tam-bi6n es verdad que a estasalturas de la Bienal, borra-chos ya de casi todo y no to-do chachip~n, los ol~s se po-nen m~s caros. Asi quearrancar tins o cuatro, po-niendo el coraz6n y el alma,es un buen premio. ¯

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2 Octubre, 2016

P.20

40 EL MUNDO. LUNES 3 DE OCTUBRE DE 2016

C U L T U R A

P. UNAMUNO MADRID El Ciclo de Grandes Intérpretes, que organiza la Fundación Scherzo, se reanuda tras la pausa estival con el recital, mañana en el Auditorio Na-cional de Madrid, de Till Fellner. El pianista austriaco (Viena, 1972) es ya un habitual del certamen, aunque hasta ahora sus actuaciones habían formado parte del Ciclo de Jóvenes Intérpretes y la actual será la prime-ra en el cartel grande.

El programa que presenta en Ma-drid, explica el propio Fellner a EL MUNDO, se articula en torno a obras de Robert Schumann: los Pa-pillons, op. 2, que son «las primeras miniaturas musicales que se han es-crito», y el Humoreske, op. 20, «una de las obras maestras» del composi-tor alemán. Entremedias, música de dos gigantes que ejercieron una gran influencia sobre Schumann. De Bach, extractos del libro segundo de El clave bien temperado, y de Beethoven, la Sonata No. 13 en mi bemol.

La visita de Till Fellner obedece a un segundo motivo más peculiar. El miércoles ofrecerá una clase magis-tral en el Real Conserva-torio Superior de Música de Madrid –para los alumnos del centro, pero abierta al público que quiera asistir– acerca del uso de la música en las películas de Luis Bu-ñuel. Hacía tiempo que sentía predi-lección por el trabajo del director tu-rolense, gran aficionado al reperto-rio clásico, y ese interés se acrecentó

durante el año sabático que se tomó en 2012.

«Dediqué ese año a estudiar nuevos repertorios, y a tomar lec-ciones de composición. Lo aprove-ché además para terminar un largo ensayo sobre la música en los fil-

mes de Luis Buñuel, una figura a la que admiro mucho. Fue un cineas-ta que elegía de forma muy meticu-losa la banda sonora de sus pelícu-las, y en sus últimas cintas no sue-na ninguna música en absoluto», explica.

Además de aquel ensayo, Fellner ha publicado varios artícu-los en prensa sobre la misma cues-tión, como el que apareció en el periódico suizo Neue Zürcher Zei-tung con el título de La subversión y el silencio.

El estilo del pianista austriaco ha recibido de la crítica los califi-cativos de «equilibrado» y «fres-co», lleno de matices en sus inter-pretaciones de Beethoven y de elegancia y virtuosismo sin alha-racas en sus lecturas de Mozart. En sus años de formación recibió lecciones de Helene Sedo-Stadler,

Meira Farkas y de Oleg Maisen-berg, entre otros, pero quien lo marcó de forma determinante fue el gran Alfred Brendel.

«Él ha sido la influencia más importante en mi carrera artística. Lo más característico de su labor como profesor es que te proporciona una visión global de la obra, la ve co-mo un todo al mismo tiem-po que es capaz de fijarse en todos y cada uno de los detalles. Además, Brendel pone siempre al compositor en primer lugar, no al intér-prete, cuya misión principal debe ser servir a la músi-ca», rememora.

Antes de su retirada temporal de los escenarios, Till Fellner de-dicó buena parte de sus energías a dos hitos de la historia de la músi-

ca que recupera parcialmente en su concierto de mañana en el Au-ditorio Nacional, El clave bien temperado de J. S. Bach y la inte-gral de las sonatas para piano de Beethoven. Entre 2008 y 2010 re-

corrió numerosas ciu-dades de todo el mundo con un ciclo dedicado en exclusiva al genio de Bonn.

En los últimos tiem-pos su atención se ha fijado más en las gran-des composiciones para piano de Schumann, así como en estrenos de autores contemporá-neos, y a partir del año

próximo, anuncia, se concentrará en Schubert. «Durante dos tem-poradas, será mi gran interés», sentencia.

MÚSICA MAÑANA, EN MADRID

DE BUÑUEL A SCHUMANN

Till Fellner vuelve al Auditorio Nacional con un concierto y una charla dedicada al cineasta

ALFRED BRENDEL ES SU GUÍA AL ABOR-DAR UNA OBRA NUEVA

El pianista austriaco

Till Fellner, en un

retrato pro-mocional.

MANUEL MARTÍN MARTÍN SEVILLA Se necesita más valentía para ence-rrarse con guitarras distintas y dis-tantes en el tiempo que para formar parte de la programación de la Bie-nal en prime time. Hace falta valor para, después de colapsar el tráfico de los sentimientos en las tres últi-

mas ediciones, presentarse ahora sin más armas que la cálida intimidad del proscenio y rodearse de los ins-trumentistas que mejor pueden sa-car a la luz tus debilidades. y aun así, Marina Heredia no sólo ha salido triunfante, sino que ha hablado a los cantaores de escuadra y cartabón: es necesario oír para sentir.

Y en medio de los representantes de tres épocas de la guitarra, no una voz para la esperanza, sino la voz fe-menina más completa de este tiem-po, una voz del presente que va a construir el futuro. Va bien por arri-ba, es convincente en su expresión, canta con la furia de un brasero eno-jado y goza de una clara abundancia

de variedad de colores en su cante, tantos que, con un hábil manejo en la emisión y las texturas, confiere a todo un sentido de espontaneidad, principalmente en las notas más allá de los límites en los agudos pero sin perder el peso de los graves.

Así, con la guitarra del maestro Paco de Gastor, al que Marina ha he-cho volver al escenario para que dis-fruten los cabales, abrió los sonidos a las bulerías y matizó el cante por soleá con el entusiasmo de quien mostró sentido de las proporciones estilísticas y buen legato.

Y sin salir de la Ciudad del Gallo, Marina desgranó con finura y destre-za las alegrías y unos cuplés por bu-

lerías en los que el tango, la canción mejicana y la evocación a Bambino encontraron el mejor molde en el vir-tuosismo endiablado que encierran los dedos de Dani de Morón, en tan-to que cuando le acompañó el maes-tro Manolo Franco, la protagonista encontró sólo claridad, precisión y seguridad y descubrió calor para abordar los tientos-tangos y una ex-presión muy cordial para describir el taranto.

Pero el fruto de la heroicidad de Heredia nos llevó también a la ciu-dad de los gitanos, a Jerez de la Frontera, donde la esperaba la guita-rra de Manuel Valencia, robusta y decidida para acoger las seguiriyas

jerezanas de Manuel Torre y Anto-nio Mairena con el cierre portuense de Juanichi el Manijero, a más de la bambera a la antigua usanza, con rit-mo de fandango, dos cantes que Ma-rina afrontó de manera equilibrada.

Entre las guitarras jerezanas, Ma-rina tuvo una sorpresa, la vuelta a la guitarra de Dorantes precisamente para secundar el cante de la galera como homenaje a su tío, Juan el Le-brijano, honores que la granadina cantó con absoluta holgura, apor-tando la limpieza en las agilidades melódicas y su frescura, la misma que concedió a las bulerías de la clausura con todas las guitarras li-deradas por Paco del Gastor, otor-gando así al concierto una mayor clarificación de planos a los doce cantes que desgranó ante seis guita-rras que no pusieron Contra las cuerdas a una de las mejores can-taoras de este tiempo.

‘CONTRA LAS CUERDAS’

Voz principal: Marina Heredia / Guita-rras: Paco del Gastor, Manolo Franco, José Quevedo, Dani de Morón, Ma-nuel Valencia y Dorantes . Calificación ★★★★

FLAMENCO BIENAL DE SEVILLA

MARINA REINA EN EL CANTE DE MUJER

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3 Octubre, 2016

P.38

CríticaCONTRA LAS CUERDAS★★★★★

Cante: Marina Heredia. Guitarra: Pacodel Gastor, Manolo Franco, José Quevedo‘El Bolita’, Dani de Morón, Manuel Valen-cia, Dorantes.Percusión: Paquito Gonzá-lez.Palmas y coros: Anabel Rivera, Víc-tor Carrasco y Diego Montoya. Lugar:Teatro Lope de Vega. Fecha: Sábado 1 deoctubre.Aforo: Lleno.

Juan Vergillos

La primera sorpresa es el maes-tro Paco del Gastor y esas false-tas celestiales. Se trata de otrouniverso, otra forma de enten-der el flamenco. Un toque que seha desarrollado con indepen-dencia de la tendencia mayorita-ria de la guitarra flamenca de losúltimos 40 años. Es la sencillez yla emoción a flor de piel. El vir-tuosismo rítmico pero sin alar-des. Bulerías y soleá en las queMarina Heredia cantó con inti-mismo y sobriedad. El contrastecon el maestro lo ofreció otro to-

caor de Morón, en cierta formaen su estela y en otra forma enlas antípodas de su estética. Setrata del toque nervioso e intrin-cado de Dani de Morón.

El joven tocaor le ofreció a He-redia unas cantiñas plenas decompás y gracilidad. La actua-ción del de Morón acabó con unaselección de boleros por bule-rías. El siguiente invitado fueManolo Franco. Este sevillano esclásico y moderno, barroco y po-pular. Es como la fachada delHospital de la Caridad, profuso yclaro, encalado. Fresco y elegan-te. Y un enamorado del cante,como demostró en las tarantas ylos tientos. El joven Manuel Va-lencia se acordó de su paisanoManuel Morao en las seguiriyas,uno de los momentos más emoti-vos de la noche, con la cantaoraentregada y Valencia reconcen-trado y enjundioso. Las bambe-ras han sido el cante de moda es-ta Bienal y Heredia no quiso per-manecer ajena a la tendencia.

Antes del último guitarrista dela noche la cantaora sorprendió

invitando a un espectador a subiral escenario. Este espectador noera otro que Dorantes que acom-pañó a Heredia en el cante porgaleras que patentó Juan Peña ElLebrijano, el tío del pianista queanoche cambió de instrumentopara ejercer su primer oficio fla-menco, el de guitarrista.

El último invitado de la nochees un hombre de la casa, un fami-liar de Heredia, José Quevedo. Eljerezano es el guitarrista habi-tual de la cantaora desde haceaños y productor de sus últimosdiscos. Un toque nervioso paralas malagueñas del Mellizo y elChato de las Ventas que Herediacinceló con elegancia. Los tangosmarcaron el camino del fin defiesta por bulerías con los cincoguitarristas invitados en el esce-nario y con una Marina Heredia,que estuvo entregada toda la no-che, portentosa en los cuplés porbulerías. Una diva que rompe lavoz en busca de la emoción y queanoche se encerró en el Lope deVega con cinco de los mejoresguitarristas de nuestro tiempo.

M.J.LÓPEZ

La cantaora granadina durante su actuación anoche en la Bienal.

Cinco guitarras más una

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2 Octubre, 2016

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