02 idea argumental
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Capítulo 2 del libro "Al final del Arco Iris, guía teórica para la escritura de guiones" autores: Paula Arella y Tate Sanguine, Buenos Aires, 2006.Material surgido para el dictado del curso online Introducción al guión, a través de Cineescuela.comTRANSCRIPT
Al final del Arco Iris:
guía teórica para la escritura de guionespor Paula Arella y Tate Sanguine
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2. IDEA ARGUMENTAL
2.1 ¿De dónde salen las ideas?
Buena pregunta.
Nos contó un pajarito que hay un lugar al que acuden los grandes story tellers
del mundo -que son unos pocos-, a concebir las brillantes ideas en torno a las
cuales armarán sus historias. Intrigadísimos -nos empezábamos a imaginar
una especie de spa para neuronas-, le preguntamos: -Pajarito, ¿cuál es ese
maravilloso lugar del que me cuentas?, y el pajarito respondió: -Al final del
Arco Iris.
No hay pociones mágicas ni recetas infalibles. Las ideas surgen de
cualquier cosa, incluso el aire puede ser detonante de una idea original y
efectiva, pero hace falta estar muy atentos para detectarlas.
La historia de nuestras propias vidas, o de la vida de alguien cercano, que
creemos cinematográfica, suelen ser las primeras opciones que se nos ocurren.
Hay que tener cuidado con este tipo de detonadores, porque durante el
proceso de guionado tendremos que trabajar los distintos componentes
-personajes, cronología, etc.- de la historia. Si queremos lograr los mejores
resultados de nuestro arduo trabajo, estaremos obligados a manipularlos sin
reparos ni pudor, y la mayoría de las veces nos descubrimos mucho más
involucrados de lo que quisiéramos.
Una conversación escuchada al pasar, en un viaje en colectivo1 o en la cola del
banco, muchas veces activan nuestra imaginación. ¿Cuál será la relación de los
que hablan? ¿de dónde vienen? ¿a dónde se dirigen? Millones de preguntas
pueden entretenernos durante el viaje y quedar en el olvido, o convertirse en
materia prima de guión escribiéndolas en el ya mencionado cuaderno de
bolsillo.
1 Autobús
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Los diarios, las revistas, las noticias, generalmente son una buena fuente de
inspiración.
Graffitis, paisajes, animales, situaciones, frases, objetos, una música, una
imagen, una teoría científica, un pensamiento...
Vivimos inmersos en la fuente de inspiración que buscamos, y por eso no la
vemos. Pero es cuestión de aguzar la vista y los oídos, estar atentos y
preparados, porque suelen ser tan efímeras, que se disuelven en la atmósfera
si no la anclamos enseguida.
2.2 Función e importancia
Ahora bien, sea de donde sea que nos venga la inspiración, necesitamos
escribirla. Para ello vamos a necesitar formularla de manera tal que, de un
golpe de vista, nos dé las pautas de todo lo que queremos contar con ella.
Dicho así no parece tan difícil como realmente es.
Es muy fácil dejarse llevar por la imaginación, una vez que apareció esa idea
que nos entusiasma lo suficiente como para encarar el trabajo de escritura.
Solemos empezar describiendo los lugares donde ocurrirá la acción o una serie
de situaciones que nos gustan, independientemente de su ubicación
cronológica dentro del relato, o del sentido que adquirirá, simplemente por
estar después de y antes de otras situaciones.
Pero no es ese el camino correcto. Si lo seguimos, seguramente nos estemos
metiendo dentro de un laberinto del que salir, además de trabajoso, sería de lo
más complicado. Primero deberíamos trazar-dibujar el laberinto desde la
entrada hasta la salida, de principio a fin, definiendo sus límites, para saber
por dónde nos movemos, de dónde partimos y hacia dónde vamos. No
tenemos que olvidar que nosotros estamos ahí para construir el laberinto que
después recorrerán otros.
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Una vez que ubicamos nuestro laberinto, debemos comenzar a pensar en los
senderos que lo van a habitar, sus vueltas, sus cruces y sus callejones sin
salida; asegurarnos de que las líneas están bien diseñadas, y que el tránsito
por cada camino produce en el caminante, exactamente aquello que ideamos
en un principio.
En este principio, el de escribir la idea argumental.
2.3 ¿Cómo se construye una idea argumental? Tema y mensaje
La primera pregunta que cualquier persona nos hará, si le contamos que
tenemos una idea para una película -larga o corta-, será: ¿y de qué se trata?
La respuesta correcta es doble: se trata de tal tema, del que quiero decir tal
cosa -mensaje-.
¿Todas las películas tienen tema y mensaje? Sí, porque no significa que haya
que decir solemnemente algo, ni que sea necesario tomar partido por tal o cual
ideología; significa que decidimos hablar sobre algo (tema), diciendo
determinada cosa sobre ese algo (mensaje).
El tema de Taxi Driver2 es “la soledad auto impuesta”. Schrader se dedica durante todo el filme a hablar de un hombre, Travis Bickle (Robert De Niro), que detesta el contexto en que su vida se desarrolla y la soledad en la que se refugia dentro de su lata amarilla. Cada cosa que Travis intenta para salir de esa soledad lo sumerge más y más en ella.
2 Taxi Driver, Martín Scorsese, 1976. Guión: Paul Schrader
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Recién una vez que la película ha finalizado -porque suele ser el final el que confiere un sentido determinado a la historia- podemos construir el mensaje que Schrader nos alcanza: a pesar de estar inmerso en la soledad más cruel, en cualquier calle de una ciudad con New York, un “Don Nadie” puede convertirse en “Alguien”.
Existen grandes temas a los que en general recurrimos la mayoría de los
autores, no por falta de originalidad, sino porque son aquellos de los que más
cosas podemos decir, y que son mayoritariamente los de corte existencial
-nunca pasan desapercibidos-: amor, dolor, sufrimiento, soledad, felicidad,
entre otros muchos.
2.4 Ejemplo
Supongamos que queremos contar la historia de una chica -llamémosla Verónica-, que decide ir hasta el final del Arco Iris en busca de una buena idea, que nuestro tema gira en torno a lo trabajoso que es encontrar una buena idea y que nuestro mensaje es que aunque uno recorra el mundo en su búsqueda, si no tenemos los sentidos alerta, nunca la encontraremos.
Entonces:Tema: La dificultad de encontrar buenas ideas.Mensaje: Estamos rodeados de buenas ideas, sólo hay que poder percibirlas.
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Ahora que tenemos las cosas un poco más claras, podemos redactar estas dos líneas en una oración con sentido propio, en una idea argumental (siempre en presente, tercera persona y en acciones), incluyéndole los pocos -pero fundamentales- elementos que ya teníamos.
Idea argumentalVerónica emprende un viaje al final del Arco Iris
en busca de buenas ideas, sin darse cuenta de que no las encuentra porque no es capaz de percibirlas.
2.5 Glosario
Detonante: Aquello que pone en movimiento algo: una idea, una historia, en
nuestros cerebros / La acción propia del protagonista / El conflicto.
Mensaje: Eso que queremos dejar en claro con respecto al tema que estamos
tratando / Lo que se dice o lo que se quiere decir.
Tema: Aquello sobre lo que vamos a explayarnos.
EJERCICIO Nº 1:
Redactar 2 o 3 posibles ideas argumentales, discriminando el tema y el
mensaje de cada una.
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