01 - fabelo, josé r. la colonialidad del poder y la lógica del capital

Upload: cristhian-camarillo

Post on 03-Jun-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    1/8

    LA COLONIALIDAD DEL PODER Y LA LGICA DEL CAPITAL

    RESUMEN

    En el presente trabajo se muestra cmo la colonialidad del poder surge, se desarrolla y se mantiene como

    derivacin, parte y premisa de la lgica del capital. En tanto lgica cultural nacida con el capitalismo y

    mantenida hasta hoy, la colonialidad estuvo asociada, primero, a la acumulacin originaria del capital y,

    despus, a su reproduccin ampliada.

    Palabras clave: Colonialidad, colonialidad del poder, capital, Carlos Marx, Anbal Quijano

    *Jos Ramn Fabelo Corzo

    * Especialista en Axiologa, Esttica y Filosofa Latinoamericana. Doctor en Ciencias Filosficas (Mosc, 1984). Investigador Titular del Instituto deFilosofa de la Habana. Profesor-Investigador Titular de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Autnoma de Puebla. Miembro del SistemaNacional de Investigadores de Mxico. Coordinador de la Maestra en Esttica y Arte (2008-2013) y Responsable del Cuerpo Acadmico de Esttica y

    Arte de la BUAP. Co-director de la coleccin de libros La Fuente.Recibido:25-09-2013 Aprobado:10-10-2013

    Citar como: Fabelo-Corzo J. La Colonialidad del poder y la lgica del capital. Rev. Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98.

    THE COLONIALITY OF POWER AND THE LOGIC OF CAPITAL

    ABSTRACT

    This work shows how the coloniality of power arises, develops and remains as derivation, part and premise of

    the logic of capital. While cultural logic born with capitalism and maintained until today, the coloniality was

    associated, first, to the accumulation of capital, then it allowed the expanded reproduction of capital.

    Keywords: Coloniality, coloniality of power, capital, Karl Marx, Anibal Quijano

    particularmente, la colonialidad del poder, por una

    parte, y la lgica del capital, por otra, nexo a nuestro

    juicio no suficientemente tratado en los trabajos del

    grupo. Para ello acudimos a Marx, el autor que a no

    dudarlo mejor ha tratado el tema de la formacin y

    desarrollo del capitalismo y quien, al parecer, tiene

    todava bastante que decir en torno a la cuestin del

    colonialismo y la colonialidad.

    Colonialidad

    Debemos comenzar aclarando a qu se refiere el

    concepto de colonialidady cmo se vincula con el de

    capitalismo.

    Entre los conceptos ms germinales elaborados

    por el grupo Modernidad/Colonialidad se encuen-

    tran los de colonialidad y colonialidad del poder.

    Ambos conceptos venan siendo trabajados por

    Anbal Quijano desde antes de su incorporacin al1

    grupo , pero ya en los marcos de los debates

    suscitados como parte del trabajo colectivo, la

    elaboracin terica de estas categoras encontraportes significativos, tanto por parte del propio

    Quijano, como por otros autores integrantes del2

    grupo .

    A pesar de ello, se trata todava de conceptos en

    desarrollo. Es nuestro propsito aqu ahondar en los

    vnculos histricos existentes entre la colonialidad y,

    91

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 CONTRIBUCIONESINTERNACIONALES

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    2/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 Fabelo-Corzo J

    grandes territorios y multitudinarias poblaciones,

    varias veces superiores en tamao y nmero al de las

    metrpolis. El convencimiento del oprimido en la

    superioridad del opresor, en la verdad que le asiste,en la legitimidad de la propia opresin, desarma la

    resistencia, estimula slo, en el mejor de los casos, la

    intencin de imitarlo, de copiarlo, de ser como l.

    A pesar de su estrecho vnculo con el colonialis-

    mo, la colonialidad posee su propia lgica, su relativa

    autonoma. Nace algo despus que el colonialismo y

    lo sobrevive hasta el presente. As, por ejemplo,

    aunque en la mayor parte de Amrica Latina el

    colonialismo finaliz en el siglo XIX, la colonialidad

    persiste hasta hoy. Para comprobarlo slo habra

    que hacer una breve incursin por los textos y temasque preponderantemente se trabajan en su acade-

    mia (sobre todo en el mbito de las humanidades y

    las ciencias sociales), por las nociones prevalecien-

    tes sobre lo que es o no es arte, por el contenido de la

    mayora de los discursos polticos, por el carcter

    modlico que en buena medida se le sigue atribu-

    yendo al pensamiento, al arte, a las instituciones y,

    en general, al modo de vida de las sociedades

    europeas o norteamericana.

    Pero, no est de ms recalcarlo esa autono-

    ma de la colonialidad con respecto al colonialismoes, con todo, slo relativa. La precedencia del

    colonialismo es no slo cronolgica, sino tambin en

    el sentido de fundamento socio-econmico y

    poltico de la colonialidad. Si la colonialidad fue

    posible y necesaria, ello se debi a la instauracin

    prctica de relaciones de colonialismo entre unos

    pueblos y otros. La colonialidad fue, ms que nada,

    una construccin ideolgica que buscaba, a travs

    de la creacin de los ms diversos mitos, la legitima-

    cin de las relaciones de opresin que el colonialis-

    mo presupona. Aun cuando su resultado fuese unaconciencia preponderantemente falsa, su fuente

    ms importante estaba en la vida colonial misma.

    Conviene aqu recordar al (no tan) viejo Marx, quien

    de conjunto con su compaero Engels escribiera: si

    en toda la ideologa los hombres y sus relaciones

    aparecen invertidos como en una cmara oscura,

    este fenmeno responde a su proceso histrico de

    vida (...) Tambin las formaciones nebulosas que se

    condensan en el cerebro de los hombre son sublima-3

    ciones necesarias de su proceso material de vida .

    Si ello es as, cabra preguntarnos entonces porqu la colonialidad ha podido sobrevivir en Amrica

    Latina ms de 200 aos despus de que la mayor

    Sintticamente podra responderse esas

    interrogantes de la siguiente manera: si en el plano

    de las realidades histricas y socio-econmicas el

    colonialismo fue condicin necesaria para eldesarrollo del capitalismo, en el plano cultural y de

    los imaginarios sociales, la colonialidad se converti-

    ra en un solapado, pero consustancial ingrediente

    de la modernidad que busca, ante todo, la legitima-

    cin de las propias prcticas coloniales.

    La colonialidad es entendida as como parte

    constitutiva de la modernidad, como su otra cara,

    como su lado obscuro. De esta forma, la colonialidad

    no se refiere a un residuo no orgnico de la moderni-

    dad o a un antecedente evolutivo de ella, sino a su

    componente integrador, condicin necesaria ycomplemento imprescindible. Sin la colonialidad la

    modernidad no hubiese sido posible.

    El concepto de colonialidad est muy relaciona-

    do, pero se diferencia del concepto de colonialismo.

    Este ltimo hace referencia a la ocupacin militar,

    subordinacin poltica y anexin jurdica de ciertos

    territorios y de sus pobladores a una fuerza imperial

    extranjera que busca con l el descarnado propsito

    de explotar al mximo esos recursos materiales y

    humanos en favor de los intereses propios.

    La colonialidad es algo ms sutil, abarca lo quepodra considerarse como la lgica cultural que

    forma parte, acompaa, complementa y sobrevive

    al colonialismo mismo. Se disfraza de verdades

    supuestamente absolutas, de valores supuestamen-

    te universales, de una supuesta superioridad

    humana y/o cultural por parte del colonizador. Apela

    a la autoridad de religiones que excluyen el derecho

    a existir de cualquier otro credo, de teoras cientfi-

    cas que se presentan como irrebatibles, de normati-

    vas ticas que moralizan la desigualdad, la opresin

    y hasta el exterminio, de expresiones artsticas quese presentan como las nicas capaces de satisfacer

    el ms depurado juicio de gusto y marcan su

    diferencia en relacin con todo aquello que, a lo

    ms, comienza a codificarse como el folclor y la

    artesana de sociedades exticas. La colonialidad

    conquista el sentido comn, el de los colonizadores,

    pero tambin el de los colonizados.

    En ello consiste su eficacia como complemento

    imprescindible del colonialismo. La colonialidad

    representa la expansin del colonialismo a los

    imaginarios sociales. Slo gracias a la colonizacinde las conciencias de las masas sometidas fue

    posible la prolongacin en el tiempo del dominio de

    92

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    3/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 La complejidad y dialctica de la crisis capitalista del Siglo XXI

    parte de sta alcanzara su independencia del

    colonialismo europeo. Una de las claves ya lo

    sealamos est en esa lgica propia y autonoma

    (relativa, pero real) de la colonialidad, en la capaci-dad que sta ha mostrado tener de apropiarse del

    sentido comn y mantenerse en l a contrapelo de

    realidades que pueden apuntar en una direccin

    contraria. Pero la otra clave tal vez la ms importan-

    te radica en la mantencin de relaciones de

    vasallaje que continan prevaleciendo entre las

    naciones que antes fueron metrpolis (con la

    adicin de nuevas como Estados Unidos) y aquellas

    otras que, habiendo logrado su independencia

    formal, no la han conseguido plenamente en un

    sentido econmico, poltico y cultural. La colonia4

    continu viviendo en la repblica , sentenciaba

    Jos Mart al referirse a la falta de plenitud de la

    independencia latinoamericana. Esta ltima

    quedaba reducida a una rearticulacin de la

    colonialidad del poder sobre nuevas bases institu-

    cionales, una situacin de apariencia paradjica:5

    estados independientes y sociedades coloniales .

    Conceptos como neocolonialismo, depen-

    dencia, colonialismo interno e imperialismo

    han servido para categorizar en diferentes contextos

    discursivos esa realidad pseudocolonial que hacontinuado existiendo aun despus del supuesto fin

    del colonialismo. La colonialidad no se queda

    suspendida en el aire, como pura cultura, o slo en el

    mbito de las subjetividades o de los imaginarios

    sociales, sin conexin con las realidades histricas.

    Estas ltimas siguen ofreciendo fundamento a la

    colonialidad, al tiempo que se sirven de ella intere-

    ses hegemnicos mediante para mantener y

    fomentar las muy asimtricas relaciones internacio-

    nales que hoy siguen caracterizando al sistema-

    mundo capitalista.De hecho, la colonialidad es uno de los ms

    importantes instrumentos de los que se sirven las

    principales potencias capitalistas para mantener su

    dominio mundial. ste no sera posible si slo se

    basara en su supremaca econmica, poltica y

    militar. La cultura, los imaginarios sociales, as como

    los medios e instituciones que tienen a su cargo la

    produccin y reproduccin cultural de esos imagina-

    rios, han pasado a ser el primordial escenario donde

    se juega su destino el poder imperialista en el

    mundo.

    Colonialidad, poder y capital

    Ese estrecho vnculo entre colonialidad y poder,

    vigente desde los albores mismos de la era moder-no-colonial, ha llevado, de la mano de Anbal

    Quijano primero, y de otros autores despus, a la

    introduccin y desarrollo de un concepto aglutina-

    dor de los dos mbitos, que contribuye a expresar en

    su justa dimensin la intimidad de sus vnculos y que

    permite, a su vez, alcanzar una mayor concrecin de

    la categora de colonialidad. As nace, conceptual-

    mente, la colonialidad del poder.

    Veamos cmo Quijano describe la colonialidad

    del poder:

    La colonialidad del poder es uno de los

    elementos constitutivos del patrn global

    de poder capitalista. Se funda en la imposi-

    cin de una clasificacin racial/tnica de la

    poblacin del mundo como piedra angular

    de dicho patrn de poder, y opera en cada

    uno de los planos, mbitos y dimensiones,

    materiales y subjetivas de la existencia6

    cotidiana y a escala social .

    En lo que resta de este trabajo intentaremosdesglosar la primera de las tres ideas bsicas de la

    descripcin de la colonialidad del poder que

    acabamos de citar, a saber, la que la identifica como

    un elemento constitutivo del patrn global de poder

    capitalista. Ello lo haremos a travs del tamiz

    interpretativo que aporta El capitalde Marx y que

    nos permitir encudriar en los vnculos entre la

    colonialidad del poder y la lgica del capital.

    Como es conocido, el capitalismo se constituye

    en el primer sistema-mundo de la historia de la

    humanidad. Teniendo sus races en Europa, sedesarrolla bajo la lgica preponderante del capital.

    Esa lgica presupone como necesidad la expansin

    permanente, el crecimiento constante. Como

    muestra Marx, la plusvala slo se convierte en

    capital si trae consigo la acumulacin y ello es

    posible porque el producto excedente cuyo valor

    representa aqulla, encierra ya los elementos

    materiales de un nuevo capital (...) Analizada de un

    modo concreto, la acumulacin se reduce a la7

    reproduccin del capital en una escala progresiva .

    En otras palabras, el capital no puede ser capital si noes a costa de su reproduccin ampliada. De ah que

    su lgica presuponga la expansin permanente. En

    93

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    4/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 Fabelo-Corzo J

    Y ello tuvo lugar, precisamente, a partir de la

    colonizacin de Amrica. No es nada casual que el

    propio Marx site en el siglo XVI el inicio de la era8

    capitalista , que identifique como los dos primeroscentros de la acumulacin originaria del capital a

    9Espaa y Portugal , y que vincule al oro y la plata de

    Amrica con la primera fuente externa de la acumu-

    lacin originaria del capital en Europa:

    El descubrimiento de los yacimientos de oro

    y plata de Amrica, la cruzada de extermi-

    nio, esclavizacin y sepultamiento en las

    minas de la poblacin aborigen, el comienzo

    de la conquista y saqueo de las Indias

    Orientales, la conversin del continenteafricano en cazadero de esclavos negros:

    son todos hechos que sealan los albores de

    la era de la produccin capitalista. Estos

    procesos idlicos representan otros tantos

    factores fundamentales en el movimiento10

    de la acumulacin originaria .

    Tanto el colonialismo como la colonialidad han

    sido histricamente derivaciones de la lgica del

    capital, partes de esa propia lgica, en buena

    medida, premisas suyas. Si al interior de Europa fueposible un proceso de capitalizacin, ste se debi

    no slo a la expansin extensiva del capital en su

    propio seno, sino tambin, y sobre todo, a su

    expansin internacional, promoviendo, de esa

    manera un proceso de capitalizacin mundial.

    Sin embargo, estos dos procesos de expansin

    extensiva del capital el que ocurre al interior de

    Europa y el que tiene lugar fuera de ella, si bien

    ntimamente vinculados entre s, tenan signos

    relativamente opuestos en lo atinente a los mecanis-

    mos de explotacin y dominio de cuyos resultadosse surtira la acumulacin originaria del capital.

    Paradjicamente el capitalismo necesitaba para su

    desarrollo en Europa formas de dominio internacio-

    nal que en Europa haban estado asociadas a modos

    pre-capitalistas de explotacin, en particular, el

    esclavismo y la servidumbre. Para avanzar adentro

    tena que retroceder ("socialmente" hablando)

    afuera. El capitalismo surge con Amrica, es cierto,

    pero slo es posible cuando usufructa el resultado

    de otras formas de explotacin que, por s mismas,

    ya no son en Europa esencialmente capitalistas.No compartimos en este sentido la idea de

    Quijano de que tal dualidad no fuese histricamente

    otro pasaje, Marx es todava ms difano en esta

    afirmacin: () el desarrollo de la produccin

    capitalista convierte en ley de necesidad el incre-

    mento constante del capital () (Al capitalista) leobliga a expandir constantemente su capital para

    conservarlo y no tiene ms medio de expandirlo que

    la acumulacin progresiva.

    Esa expansin precisa primero ser preponderan-

    temente extensiva para despus ser tambin

    intensiva, sin que lo extensivo deje nunca de estar

    presente como premisa. Aclaremos que llamamos

    aqu extensiva a la expansin acumulativa que

    busca incluir en la lgica del capital a mbitos,

    poblaciones y territorios que previamente no

    estaban sometidos a ella, en un proceso que tienecomo propsito su capitalizacin. Por otra parte la

    expansin intensiva se refiere al incremento de la

    acumulacin basado en la lgica de la reproduccin

    ampliada del propio capital.

    La razn de la primaca cronolgica de lo

    extensivo con respecto a lo intensivo est en la

    necesidad de una acumulacin originaria, sin la cual

    no sera posible la salida del crculo cerrado de la

    reproduccin simple del capital que, por la misma

    razn, no sera todava capital en sentido estricto. En

    palabras de Marx:

    (...) la acumulacin de capital presupone la

    plusvala, la plusvala la produccin capitalis-

    ta y sta la existencia en manos de los

    productores de mercancas de grandes

    masas de capital y fuerza de trabajo. Todo

    este proceso parece moverse dentro de un

    crculo vicioso, del que slo podemos salir

    dando por supuesta una acumulacin

    originaria anterior a la acumulacin

    capitalista (); una acumulacin que no esresultado, sino punto de partida del rgimen

    7capitalista de produccin .

    La tendencia extensiva, aseguradora de la

    acumulacin originaria, seguira un doble curso, uno

    hacia el interior de Europa, mediante un proceso

    basado fundamentalmente en la expropiacin de la

    tierra a la poblacin rural y en la proletarizacin de

    siervos y campesinos. El otro curso el que aqu ms

    nos interesa habra de caracterizarse por la

    expansin geogrfica, comprendiendo reas cadavez mayores hasta abarcar todo el planeta tierra y

    todos los componentes humanos en ella existentes.

    94

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    5/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 La complejidad y dialctica de la crisis capitalista del Siglo XXI

    necesaria. En su opinin, no hay nada en la relacin

    social misma del capital que exija la concentracin

    del trabajo asalariado en Europa en contraste con

    otras formas de explotacin pre-capitalistas fuera deEuropa. Habra sido perfectamente factible

    escribe, como lo demuestra el hecho de que as

    ocurriera en verdad despus de 1870, el control

    europeo-occidental del trabajo asalariado de3

    cualquier sector de la poblacin mundial .

    No son las mismas condiciones las de Europa del

    siglo XVI, cuando comenz la aventura colonizadora,

    que las del siglo XIX, cuando se internacionaliz el

    trabajo asalariado como forma fundamental

    capitalista de control del trabajo. El capitalismo no

    poda garantizar una acumulacin originaria enEuropa sin las colonias y las colonias tenan que ser

    en primera instancia eso, colonias, y no simplemen-

    te nuevos territorios a los que se llevaran (cual si

    fuera histricamente posible) las condiciones socio-

    econmicas de Europa. Marx se refiere a ello en El

    Capitalal citar el caso de aquel ingls que traslad

    desde Inglaterra al Swan River, en Nueva Holanda

    (despus rebautizada como Nueva York), 50,000

    libras esterlinas en medios de vida y de produccin y

    hasta 3,000 individuos de la clase trabajadora. Pero

    al llegar se qued sin un solo criado que le hiciera lacama y le trajera agua del ro. Lo haba previsto

    todo, menos la exportacin al Swan River de las

    condiciones de produccin imperantes en3

    Inglaterra .

    No hay referencia temporal en la cita, pero, por

    el tipo de colonizacin a que se alude, esto debe

    haber ocurrido en la segunda mitad del XVII. En el

    siglo XVI la pretensin de aquel ingls hubiese sido

    todava ms inverosmil. Y si despus fue mediana-

    mente posible (a partir de 1870, como dice Quijano,

    o incluso desde antes, como en los casos de estadiosya avanzados de la formacin de los pueblos

    3trasplantados de los que nos habla Darcy Ribeiro)

    fue porque previamente hubo otro tipo de coloniza-

    cin, la ibrica, basada en lo fundamental en el

    esclavismo y la servidumbre. Esa era la manera en

    que, fuera de las fronteras europeas, poda lograrse

    la salida del crculo vicioso al que se refiere Marx,

    era el nico modo entonces de lograr las grandes

    masas de capital y de fuerza de trabajo que

    permitiran la necesaria acumulacin originaria,

    premisa indispensable para que la lgica del capitalcomenzara el despliegue de su expansin intensiva.

    Las colonias brindaban a las nuevas manufacturas

    que brotaban por todas partes mercado para sus

    productos y una acumulacin de capital intensifica-

    da gracias al rgimen de monopolio. El botn

    conquistado fuera de Europa mediante el saqueodescarado, la esclavizacin y la matanza, reflua a la

    3metrpoli para convertirse aqu en capital . Y

    concluye Marx: En general, la esclavitud encubierta

    de los obreros asalariados en Europa exiga, como

    pedestal, la esclavitud sans phrase en el Nuevo

    Mundo; () la nica base natural y espontneade3

    la riqueza colonial es () la esclavitud .

    Este asimtrico destino que, desde sus inicios,

    impuso el despliegue de la lgica del capital dentro y

    fuera de Europa llev, a la larga, a que la acumula-

    cin intensiva y su reproduccin ampliada seconcentrara en suelo europeo, alimentndose,

    incluso bastante ms all de la acumulacin origina-

    ria, de una continuada expansin extensiva en las

    colonias de ultramar que incluy, ya despus, no

    slo a Amrica, sino tambin a una buena parte del

    resto del mundo no europeo. Ello es observable an

    con posterioridad a la revolucin industrial de fines

    del XVIII, que provey un gran estmulo a la expan-

    sin intensiva del capital en Europa, pero que, en

    trminos relativos, continu prohijando una

    expansin ms extensiva que intensiva fuera deEuropa, incluso despus que la mayora de las

    6colonias americanas dejaron formalmente de serlo .

    Podramos decir ms. El actual proceso de

    globalizacin, signado por el neoliberalismo, aun

    cuando se describe a s mismo como auspiciador de

    una desterritorializacin del capital, sigue propician-

    do sobre todo a travs de reglas de intercambio

    comercial asimtricas, pero no slo a travs de

    ellas, que los efectos acumulativos de la reproduc-

    cin ampliada del capital tengan como principal

    destino a las potencias centrales del capitalismomundial y que, comparativamente, una mayora de

    las naciones perifricas contine apostando a un

    crecimiento ms extensivo que intensivo que las

    acerca, en los marcos de sus economas nacionales,

    a una reproduccin simple y a ostentar poco salgo

    acumulativo. Las estadsticas que expresan el

    supuesto crecimiento del Producto Interno Bruto de

    las naciones perifricas del capitalismo mundial

    suelen ser engaosas. Como hemos sealado en

    otra ocasin, los informes sobre el crecimiento

    anual del PIB per cpita en los pases pobres confrecuencia obvian los datos sobre la parte de ese

    crecimiento que escapa en forma de pago de la

    95

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    6/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 Fabelo-Corzo J

    de la riqueza social. A la par con la masa del material

    humano explotado, dilata los dominios directos e

    indirectos del capitalista.

    De ah la necesidad del capitalismo de contarcon un sistema de dominacin planetario que

    garantice esos diferentes marcos de explotacin del

    trabajo con las asimetras a l inherentes y que

    presuponga un diseo para el ejercicio del poder que

    tenga en cuenta esas asimetras. Por eso tiene razn

    Quijano cuando afirma que con la colonizacin de

    Amrica se instaura:

    por primera vez en la historia conocida, un

    patrn global de control del trabajo, de sus

    recursos y de sus productos. Y en tanto quese constitua en torno y en funcin del

    capital, su carcter de conjunto se estableca

    tambin con carcter capitalista. De ese

    modo (naca) una nueva, original y singular

    estructura de relaciones de produccin en la

    experiencia histrica del mundo: el capita-6

    lismo mundial .

    Todas las formas de dominio, las nuevas y la que

    venan desde antes, se adaptan a las exigencias del

    capital y quedan as vinculadas en un sistema dedominacin mltiple o patrn de poder global, como

    lo califica Quijano. Las relaciones de poder as

    establecidas son, en este sentido (aunque no slo),

    reproduccin de las relaciones sociales econmicas,

    son una derivacin suya. Su principal fin consiste en

    asegurar las mejores condiciones posibles para la

    reproduccin ampliada del capital.

    Aun as y para que as sea el nuevo poder

    capitalista mundial no habra de limitarse al control

    global del trabajo, de sus productos y de sus recur-

    sos. Tendra que abarcar todos los espacios de la vidasocial, econmicos y no econmicos, polticos,

    culturales. El poder, dice Quijano, es una relacin

    social de dominacin, explotacin y conflicto por el

    control de cada uno de los mbitos de la experiencia3

    social humana .

    Una misma estructura de poder, cual es el caso

    del patrn de poder global, es capaz de englobar las

    ms heterogneas formas de poderes particulares.

    En lo poltico stas pueden ir desde los clsicos

    imperios coloniales, con las especificidades de cada

    uno de ellos, hasta organizaciones que ejercen hoyese poder global con mtodos ms sutiles y con

    apariencia democrtica, como es el caso de la

    deuda externa y sus intereses, como utilidades de las

    transnacionales, o buscando bancos ms seguros y11

    de monedas menos frgiles .

    El capital dice Marx es plusvala capitalizada.No encierra, desde su origen, ni un tomo de valor

    que no provenga del trabajo ajeno no retribuido.

    Esto es tanto ms as en el caso de que el capital

    acumulado provenga de las siempre desiguales

    relaciones entre (ex)colonizadores y (ex)coloniza-

    dos. Y, a propsito de las reglas de intercambio

    asimtricas, suponiendo que stas no existan,

    suponiendo que el capitalismo central pague en su

    justo precio las mercancas que compra en el mundo

    perifrico (algo que, por supuesto, est lejos de

    ocurrir), con ello no hace ms que acudir al viejoprocedimiento del conquistador que compra

    mercancas al vencido y las paga con su propio

    dinero, con el dinero que antes le ha robado.

    La lgica dominante del capital exiga (y exige)

    como parte y contraparte suya una lgica derivada:

    la lgica colonial. De ah que las relaciones coloniales

    no sean slo asunto del pasado ni que puedan

    asumirse, en los marcos de un sistema-mundo

    capitalista, como algo que pudo haber sido de otro

    modo sustancialmente distinto a como ha sido.

    Claro que esa lgica cambia sus mtodos einstrumentos con el tiempo. En ese sentido no

    puede no verse la diferencia entre el modo en que se

    expoliaba a las colonias en la poca en que estas

    fueron tales y la forma en que despus se hizo

    cuando dejaron formalmente de serlo. Los mtodos

    coercitivos propios de la poltica colonial clsica

    fueron sustituidos en su momento por mecanismos

    econmicos, pero en ambos casos el resultado era

    cercano: la transferencia de valor, producto de

    trabajo no retribuido, a los centros hegemnicos del

    capitalismo mundial.Lo que hace capitalista al sistema-mundo

    generado por el colonialismo es, en primer trmino,

    la relacin capital-trabajo que tiene su asiento

    original en Europa. Pero, con ello, todas las dems

    formas de explotacin pasan a ser tambin capitalis-

    tas, en la medida en que se constituyen en ingre-

    dientes indispensables del sistema. Todo ha de

    redundar, en ltima instancia, en un incremento de

    la acumulacin capitalista y en un crecimiento de la

    reproduccin ampliada del capital, aunque sus

    fuentes nutricias externas no acumulen y nocrezcan, o lo hagan en grado significativamente

    menor. La acumulacin es la conquista del mundo

    96

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    7/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 La complejidad y dialctica de la crisis capitalista del Siglo XXI

    Organizacin de Naciones Unidas. Esta ltima, a

    pesar de tener una Asamblea General con represen-

    tacin de todos los estados miembros, curiosamen-

    te slo puede tomar decisiones de obligatoriocumplimiento a travs de un nada democrtico

    Consejo de Seguridad con cinco miembros perma-

    nentes con derecho a veto que, no por casualidad,

    coinciden con cinco de las ms grandes economas

    del planeta. No hablemos ya del Fondo Monetario

    Internacional, el Banco Mundial o la Organizacin

    Mundial del Comercio, todas ellas con inmensos

    poderes fcticos tambin en lo poltico y siempre

    prestas a defender los intereses coloniales de la

    reproduccin ampliada del capital de los centros

    hegemnicos del capitalismo mundial.Pero los poderes econmicos y polticos no

    podran ser ejercidos plenamente ni por mucho

    tiempo si no se constituyeran tambin en poderes

    culturales. La cultura habra de acompaar, desde el

    inicio, la aventura colonial del capital. La coloniali-

    dad y su contraparte, la modernidad, deban hacer lo

    suyo al disear para s mismos los europeos y para

    los otros los colonizados una imaginera capaz de

    describir, explicar, legitimar, moralizar y hasta

    embellecer los desiguales y asimtricos lugares que,

    a partir de entonces, ocuparan unos y otros en elsistema-mundo capitalista. Para que el poder se

    internacionalizara y se hiciera colonial, la moderni-

    dad, surgida en este mismo proceso, deba vestirse

    de colonialidad. Y ese es el papel desempeado por

    la colonialidad del poder, reproductor y parte

    constitutiva de una lgica del capital que se mundia-

    liza y que slo mediante su mundializacin se hace

    posible como lgica dominante tambin para los

    pases centrales del nuevo sistema-mundo capitalis-

    ta. Como seala Quijano:

    (La colonialidad del poder) se origina y

    mundializa a partir de Amrica. Con la

    constitucin de Amrica (Latina), en el

    mismo momento y en el mismo movimiento

    histrico, el emergente poder capitalista se

    hace mundial, sus centros hegemnicos se

    localizan en las zonas situadas sobre el

    Atlntico que despus se identificarn

    como Europa, y como ejes centrales de su

    nuevo patrn de dominacin se establecen

    tambin la colonialidad y la modernidad. Enotras palabras: con Amrica (Latina) el

    capitalismo se hace mundial, eurocentrado

    y la colonialidad y la modernidad se instalan,

    hasta hoy, como los ejes constitutivos de ese6

    especfico patrn de poder .

    Centralidad europea y eurocentrismo

    El capitalismo se hace mundial y eurocentra-

    do, nos dice Quijano casi al final de la cita anterior.

    Ambos aspectos forman parte de un mismo proceso.

    El hecho de que fuera en Europa donde se estaba

    produciendo la acumulacin originaria del capital y

    que para ello requiriera con las asimetras ya

    sealadas la contribucin de las colonias, provoc

    que aquella regin del mundo se constituyera en el

    centro del proceso de capitalizacin global. Con laincorporacin posterior de otras naciones, no

    ubicadas geogrficamente en Europa, pero que bien

    pudieran considerarse al decir de Noam Chomsky2

    como pases europeos honorarios , esa centrali-

    dad se ha mantenido hasta hoy, si no en el sentido de

    la acumulacin originaria, s como receptora de los

    principales dividendos de una intensificada repro-

    duccin ampliada del capital, todo lo cual se ha

    hecho acompaar de un protagonismo poltico a

    todas luces evidente.

    Los conceptos centro y periferia (introduci-dos por Ral Prebisch y posteriormente utilizados

    12por la teora de la dependencia) reflejaban con

    justeza el modo real de correlacionarse Europa con

    el resto del planeta en los marcos del sistema-

    mundo capitalista. La centralidad de Europa ha sido

    mucho ms que un invento ideolgico, es una

    relacin fctica real, una construccin socio-

    histrica. Esto es importante porque presupone

    que, para superarla, no basta con cambiar conceptos

    y discursos. Es tanto o ms importante cambiar las

    propias realidades sociales.Claro que la centralidad socio-econmica y

    poltica se complementa necesariamente con la

    centralidad cultural. En otras palabras, la relacin

    centro-periferia se constituye, primero, como ser

    (como conjunto de relaciones sociales, del que

    forman parte las relaciones econmicas y polticas)

    y, simultneamente y derivado de ello, como

    conciencia, como subjetividad, como cultura, como

    saber y como valor.

    Y en este ltimo plano de anlisis es en el que

    cabe hablar de eurocentrismo, construccindiscursiva (con sus mltiples expresiones institucio-

    nales) que busca llevar la centralidad de Europa a

    97

  • 8/13/2019 01 - Fabelo, Jos R. La colonialidad del poder y la lgica del capital

    8/8

    Perspectiva. 2013; 14(16): 91-98. ISSN: 1996-5257 Fabelo-Corzo J

    4. Mart J. Nuestra Amrica. Obras Completas. Edit.

    Ciencias Sociales. La Habana. 1991.

    5. Q u i j an o A . C o l o n ia l i d a d y m od e r n i-

    dad/racionalidad. En: Heraclio Bonilla (Comp.),Los conquistados. 1492 y la poblacin indgena

    en Amrica Latina. Libri Mundi. Tercer Mundo

    Eds. Ecuador. 1992.

    6. Quijano A. Colonialidad del poder y clasificacin

    social. en: Santiago Castro-Gmez y R.

    Grosfoguel (Eds.). 1994.

    7. Fabelo J. Retos epistemolgicos para una

    globalizacin alternativa. Contracorriente. La

    Habana. 2002.

    8. Gonzlez P. Internal colonialism and national

    development. Studies in ComparativeInternational Development.1965; 1(4): 23-29.

    9. Lander E. La colonialidad del saber: eurocentris-

    mo y ciencias sociales.Perspectivas latinoameri-

    canas. Buenos Aires. CLACSO. 2000.

    10. Marini R, Milln M. La teora social latinoameri-

    cana. Subdesarrollo y dependencia. Ediciones El

    Caballito. Mxico, D.F. 1994.

    11. Wallerstein I. The Modern World-System,

    Academic Press Inc. Nueva York. 1974-1989.

    12. Prebisch R. El desarrollo econmico de Amrica

    Latina y sus principales problemas, en: AdolfoGurrieri (Comp.), La obra de Prebisch en la

    CEPAL. FCE. Mxico. 1981.

    13. Quintero P. Notas sobre la teora de la coloniali-

    dad del poder y la estructuracin de la sociedad

    en Amrica Latina, Papeles de Trabajo, Centro

    de Estudios Interdisciplinarios en Etnolingstica

    y Antropologa Socio-Cultural. [Internet] 2010.

    [Agos. 2013] Disponible en: http://www.scielo.

    org.ar/pdf/paptra/n19/n19a01.pdf

    14. Ribeiro D. El proceso civilizatorio. Edit. Ciencias

    Sociales. La Habana. 1992.15. Marini R. Dialctica de la dependencia. Edit. Era.

    Mxico. 1991.

    16. Marx C. El Capital. Editorial de Ciencias Sociales.

    La Habana. 1973.

    todo mbito, a todo tiempo, a todo lugar, que tiende

    a naturalizarla, cuando no a divinizarla y, en todo

    caso siempre, a legitimarla.

    Por eso no est de ms enfatizar en la necesariadistincin entre la centralidad de Europa en trmi-

    nos socio-histricos, derivada de su papel en la

    constitucin del ser del mundo colonial/moderno, y

    aquella otra, auto atribuida, inducida y reforzada en

    los imaginarios sociales. Si bien vinculadas entre s,

    la segunda no es necesariamente deducible de la

    primera, sobre todo en la medida en que aquella

    busca copar todo el mundo experiencial humano. El

    eurocentrismo extiende el protagonismo europeo-

    occidental hasta lo absoluto y lo convierte, ms que

    en una centralidad, en una totalidad ontolgica,epistemolgica y axiolgica. En los tres casos se trata

    de construcciones ideolgicas que permiten que la

    colonialidad del poder intente abarcar, tanto como

    le sea posible, los imaginarios sobre el ser, el saber y

    el valer. Mediante el eurocentrismo (o esa otra

    variante suya que se ha dado en llamar occidenta-

    lismo) una minoritaria parte del planeta y de la

    humanidad se asume ya no slo como centro del

    proceso de universalizacin histrica y del sistema-

    mundo capitalista, sino tambin como presunta

    duea de todo valor, de todo conocimiento, de todolo humano. Y en la medida en que el eurocentrismo

    se apodera de la subjetividad y de las instituciones

    polticas, acadmicas o culturales de las regiones no-

    europeas o no-occidentales, se convierte en una de

    las ms eficaces herramientas de la colonialidad del

    poder.

    REFERENCIAS

    1. Castro S, Grosfoguel R. El giro decolonial.

    Reflexiones para una diversidad epistmica msall del capitalismo global. Pontificia

    Universidad Javeriana/Siglo del Hombre

    Editores. Bogot. 2007.

    2. Coronil F. Ms all del Occidentalismo. Santiago

    Castro-Gmez y Eduardo Mendieta (Cord.)

    Teoras sin disciplina, Mxico: Miguel ngel

    Porra. 1998.

    3. Marx K, Engels F. La ideologa alemana. En Karl

    Marx: La cuestin juda y otros escritos, Planeta-

    Agostini. Barcelona. 1994.

    Correspondencia: Jos Ramn Fabelo Corzo.

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla. 4 Sur 104.

    Centro Histrico 72000 Puebla. Mxico. Tel. 52 2222295500.

    Correo electrnico: [email protected]

    98