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MAYO 2014

CON REFLEXIONES DEL PAPA FRANCISO

¡VTR! Evangelios mayo

mayo 1 Oración preparatoria ¡Ven, Espíritu Santo! Ilumina mi oración para que pueda crecer en el amor y no caiga en la rebeldía de la autosuficiencia. Sé que me amas, que te interesa mi felicidad, presente y eterna, por ello te pido crecer en la fe y la esperanza para así corresponder a tu amor. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame la gracia de ser dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36 «El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.

El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él». Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La acción de Espíritu Santo en nuestra vida. «¿Quién nos hace reconocer que Jesús es "la" Palabra de la verdad, el Hijo unigénito de Dios Padre? San Pablo enseña que “nadie puede decir: ‘Jesús es el Señor’, si no está impulsado por el Espíritu Santo”. Es solo el Espíritu Santo, el don de Cristo Resucitado, quien nos hace reconocer la verdad. Jesús lo define el "Paráclito", que significa "el que viene en nuestra ayuda", el que está a nuestro lado para sostenernos en este camino de conocimiento; y, en la Última Cena, Jesús asegura a sus discípulos que el Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, recordándoles sus palabras.

¿Cuál es entonces la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en la vida de la Iglesia para guiarnos a la verdad? En primer lugar, recuerda e imprime en los corazones de los creyentes las palabras que Jesús dijo, y precisamente a través de estas palabras, la ley de Dios -como lo habían anunciado los profetas del Antiguo Testamento-, se inscribe en nuestros corazones y en nosotros se convierte en un principio de valoración de las decisiones y de orientación de las acciones cotidianas; se convierte en un principio de vida» (S.S. Francisco, 15 de mayo de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Tomar conciencia de la acción de Dios en mi vida al iniciar, siempre, mi oración invocando al Espíritu Santo.

«El espíritu de fe, sencillez y confianza les dará la clave de su sinceridad» (Cristo al centro, n. 214).

¡VTR!

mayo 2 Oración preparatoria Padre bueno, humildemente me pongo a tus pies confiando que esta oración sea el medio para crecer en la fe, en la confianza y en el amor. Pongo en tus manos las actividades de este día para que todo sea para el bien de los demás. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, quiero confiar en tu Providencia; dame la gracia de saber desprenderme de mis talentos y ponerlos en tus manos. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15 En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: «¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?». Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan». Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?». Jesús le respondió: «Díganle a la gente que se siente». En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.

Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien». Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.

Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: «Este es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo». Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo. Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Contrarrestar la cultura del desperdicio y el descarte. «Invito a todos a reflexionar sobre el problema de la pérdida y del desperdicio del alimento a fin de identificar vías y modos que, afrontando seriamente tal

problemática, sean vehículo de solidaridad y de compartición con los más necesitados.

Hace pocos días, en la fiesta de Corpus Christi, leímos el relato del milagro de los panes: Jesús da de comer a la multitud con cinco panes y dos peces. Y la conclusión del pasaje es importante: “Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos”. Jesús pide a los discípulos que nada se pierda: ¡nada de descartar! Y está este hecho de los doce cestos: ¿por qué doce? ¿Qué significa? Doce es el número de las tribus de Israel; representa simbólicamente a todo el pueblo. Y esto nos dice que cuando el alimento se comparte de modo equitativo, con solidaridad, nadie carece de lo necesario, cada comunidad puede ir al encuentro de las necesidades de los más pobres. Ecología humana y ecología medioambiental caminan juntas.

Así que desearía que todos asumiéramos el grave compromiso de respetar y custodiar la creación, de estar atentos a cada persona, de contrarrestar la cultura del desperdicio y del descarte, para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro. Gracias» (S.S. Francisco, 5 de junio de 2013). Propósito Participar con un donativo generoso el próximo domingo de la caridad, confiando en la providencia de Dios. «Por Él todo; y todo se le da con gusto cuando se le ama con sinceridad, con verdad,

con pasión y personalmente» (Cristo al centro, n. 258).

¡VTR!

mayo 3 Oración preparatoria Señor Jesús quisiera que esta oración me ayude a comprender y apreciar tu sacrificio de amor, por mí, en la cruz. Permite que sepa renacer espiritualmente para conservar tu gracia y cargar mi cruz con amor y una gran confianza en tu misericordia. Petición (gracia/fruto que se busca) Concédeme que perciba un poco más tu amor vivo y verdadero. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él». Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Cristo ha venido a darnos vida. «En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevan ustedes solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida.

Podemos ahora responder a la segunda pregunta: ¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto y en los que la han tocado? ¿Qué deja en cada uno de nosotros? Miren, deja un bien que nadie más nos puede dar: la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer» (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) En una conversación, o en un correo electrónico, usaré un versículo del Evangelio. «No, no eres tú a solas quien tendrá que vérselas con las futuras tribulaciones; Dios estará siempre contigo como amigo fiel y todopoderoso para acompañarte hasta el fin. ¿Cómo nos iba a abandonar así como así en medio de las adversidades que por

amor a Él nos decidimos a sobrellevar?» (Cristo al centro, n. 602).

¡VTR!

mayo 4 Oración preparatoria Señor, como los discípulos de Emaús, yo también experimento desaliento, ofuscación y angustia ante las dificultades de la vida, olvidando que Tú me acompañas en mi peregrinar, siempre dispuesto a darme esa gracia que necesito para alcanzar la santidad. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, en esta oración, abre mi entendimiento y mi corazón para experimentar tu cercanía y amor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35 El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.

Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: «¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?».

Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?». Él les preguntó: «¿Qué cosa?». Ellos le respondieron: «Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron».

Entonces Jesús les dijo: «¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?». Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.

Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer». Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro:

«¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!».

Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros, los cuales les dijeron: «De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón». Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Entender los signos de los tiempos. En el Evangelio, Jesús no se enfada, pero finge cuando los discípulos no entendían las cosas. A los de Emaús les dice: insensatos y lentos de corazón. 'Insensatos y lentos de corazón'... Quien no entiende las cosas de Dios es una persona así. El Señor quiere que entendamos lo que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo, en la historia... Y Jesús nos pide pensar libremente, pensar para entender lo que sucede. La verdad es que ¡solos no podemos! Necesitamos la ayuda del Señor. Lo necesitamos para entender los signos de los tiempos, el Espíritu Santo nos da este regalo, un don: la inteligencia para entender y no porque otros me digan qué sucede. […]

Esta es la gracia que debemos pedir al Señor: la capacidad que nos da el Espíritu para entender los signos de los tiempos… (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Invitar a ese conocido que se ha alejado de la Iglesia a que me acompañe hoy a la celebración de la Eucaristía.

«Si aplicamos la mirada, encontramos que la amargura y el desaliento no provienen muchas veces del puro amor a Dios sino del puro amor a nosotros mismos, de esa

secreta estimación que nos tenemos, tan sutil y tan sagaz» (Cristo al centro, n. 1327).

¡VTR!

mayo 5 Oración preparatoria Dios mío, a pesar de mi debilidad ante la tentación, sé que en este momento me estás esperando para mostrarme el camino que me puede llevar a la santidad. Gracias por tu amor, paciencia, comprensión y, sobre todo, por tu inmensa misericordia. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, humildemente te suplico que no permitas que esta oración se convierta en un monólogo egoísta de mi parte. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 22-29 Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste acá?». Jesús les contestó: «Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

¿Me dejo transformar por Jesús Eucaristía? «El Señor nos distribuye el pan que es su cuerpo, se hace don. Y también nosotros sentimos la “solidaridad de Dios” con el hombre, una solidaridad que no se acaba nunca, una solidaridad que nunca deja de asombrarnos: Dios se vuelve cercano a nosotros, en el sacrificio de la Cruz se humilla entrando en la oscuridad de la muerte para darnos su vida, que vence el mal, el egoísmo y la muerte.

Jesús esta noche también se dona a nosotros en la eucaristía, comparte muestro mismo camino, más aún se hace alimento, el verdadero alimento que sustenta nuestra vida, incluso en los momentos durante los cuales la calle se vuelve dura y los obstáculos retardan nuestros pasos.

Y en la eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, el del servicio, el compartir, el don. Lo poco que tenemos, lo poco que somos, si se comparte se

vuelve riqueza, porque la potencia de Dios, que es la del amor, baja dentro de nuestra pobreza para transformarla. Preguntémonos entonces esta noche, adorando a Cristo realmente presente en la eucaristía: ¿Me dejo transformar por Él? Dejo que el Señor que se dona a mi me guíe para hacerme salir de mi pequeño recinto, para salir y no tener miedo de donarme, de compartir, de amarle y de amar a los otros?» (S.S. Francisco, 30 de mayo de 2013). Propósito Hacer una visita a Cristo Eucaristía con actitudes de humildad, apertura y docilidad. «La humildad es la que nos hace acercarnos con simplicidad a Dios, para exponerle

todas nuestras dificultades, y le arranca todas las gracias que necesitamos» (Cristo al centro, n. 1329).

¡VTR!

mayo 6 Oración preparatoria Señor, ¡gracias por la Eucaristía! Permite que esta oración renueve mi fe en el poder de tu gracia, que es mi fortaleza, el alimento de mi alma, la fuente perenne de mi vida espiritual. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, que a partir del día de hoy, la participación en la Eucaristía, sea el momento más importante de mi vida. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35 En aquel tiempo, la gente le pregunto a Jesús: «¿Qué señal vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo».

Jesús les respondió: «Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo».

Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida, el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El sacramento de la comunión. «Es un momento de profunda comunión: la gente que ha bebido la palabra del Señor, es ahora nutrida por su pan de vida. Y todos fueron saciados, anota el evangelista.

Esta tarde, también nosotros estamos en torno a la mesa del Señor, a la mesa del Sacrificio eucarístico, en el que Él nos da una vez más su cuerpo, hace presente el único sacrificio de la Cruz. Y en el escuchar su Palabra, en el nutrirnos de su Cuerpo y Sangre, Él nos hace pasar de ser multitud a ser comunidad, del anonimato a la comunión. La Eucaristía es el Sacramento de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento, la fe en El. Entonces deberemos preguntarnos todos ante el Señor: ¿cómo vivo yo la Eucaristía? ¿La vivo en modo anónimo o como momento de verdadera comunión con el Señor, pero también con tantos hermanos y hermanas que comparten esta misma misa? ¿Cómo son nuestras celebraciones eucarísticas?» (S.S. Francisco, 30 de mayo de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Recibir hoy a Jesús en la Eucaristía, y si no me es posible, hacer una comunión espiritual, preferentemente invitando a alguien que me acompañe.

«Vida de Sagrario; allí está el único que te puede dar fuerzas para vencer las tentaciones»

(Cristo al centro, n. 837).

¡VTR!

mayo 7 Oración preparatoria Jesús, aunque nunca te he visto, creo en ti, confío en tu misericordia y te amo sobre todas las cosas. Permite que esta oración abra mis horizontes humanos y espirituales para nunca estancarme en el conformismo o en la mediocridad. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, que cumplir tu voluntad sea el único propósito de este día. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 35-40 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Buscar la gracia que nos hace fuertes. «Y todos nos equivocamos, y a veces alguno se ofende en la familia, o en el matrimonio. A veces, digo, vuelan los platos, se dicen palabras fuertes, pero escuchen este consejo: no terminen la jornada sin hacer la paz, cada día. Disculpa y se recomienza. Permiso, gracias, perdón. ¿Lo decimos juntos?: Permiso, gracias, disculpa, usemos estas tres palabras en familia, perdonarse cada día.

En la vida, la familia experimenta muchos momentos hermosos: el descanso, la comida juntos, el paseo hasta al parque o por los campos, la visita a los abuelos, o a una persona enferma... Pero, si falta el amor, faltará la alegría, faltará la fiesta. Porque el amor nos lo da siempre Jesús: él es la fuente inagotable y se da a nosotros en la Eucaristía. Allí en el sacramento, Jesús nos da su palabra y el pan de la vida, para que nuestra alegría sea completa» (S.S. Francisco, 26 de octubre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Ante el siguiente problema familiar que surja, adelantarme a perdonar, a comprender y buscar una pronta solución. «Que te quede muy claro que lo que a ti te va a hacer santo y apóstol no es el ruido

o la acción externa, sino la obediencia sumisa y llena de amor a la voluntad de Dios»

(Cristo al centro, n. 128).

¡VTR!

mayo 8 Oración preparatoria Reaviva en mí, Señor, la alegría pascual de saberme redimido por tu sacrificio en la cruz. Quiero abrirte mi mente y mi corazón, en esta oración, para ser y vivir como verdadero discípulo y misionero; sólo si permanezco unido a ti, mi vida será santa y feliz. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, ayúdame a vivir siempre en comunión contigo por medio de la fe y de la adhesión a la voluntad de Dios. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51 En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquél que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.

Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

En esta vida participamos de la resurrección de Cristo. «Esta es la explicación fundamental: porque Jesús resucitó, nosotros resucitaremos. Tenemos esperanza en la resurrección porque Él nos ha abierto la puerta, nos ha abierto la puerta a la resurrección. Esta transformación en espera, en camino a la resurrección, esta transfiguración de nuestro cuerpo se prepara en esta vida mediante el encuentro con Cristo Resucitado en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía. Nosotros que en esta vida nos nutrimos de su Cuerpo y de su Sangre, resucitaremos como Él, con Él y por medio de Él. Como Jesús resucitó con su propio cuerpo, pero no volvió a una vida terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos.

Esto no es mentira, ¿eh? ¡Esto es verdad! Nosotros creemos que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo en este momento. ¿Creéis que Jesús está vivo, que está vivo? ¡Ah, no creéis! ¿Creéis o no creéis? Y si Jesús está vivo, ¿pensáis que Jesús nos dejará morir y nunca nos resucitará? ¡No! ¡Él nos espera! Y como Él está resucitado,

la fuerza de su resurrección nos resucitará a nosotros» (S.S. Francisco, 4 de diciembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Participar en una hora eucarística, preferentemente con alguien de mi familia.

«Él quiere ser “pan”, pan que fortalezca vuestro espíritu en vuestras luchas y desgastes»

(Cristo al centro, n. 2067).

¡VTR!

mayo 9 Oración preparatoria Jesús mío, gracias por estar presente en el sacramento de la Eucaristía, con tu cuerpo y con tu sangre, con tu alma y divinidad. Quiero que esta oración sea una alabanza y agradecimiento por el gran amor y misericordia que has tenido al quedarte con nosotros. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, que sepa agradecer y vivir en plenitud el don de tu Eucaristía. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 52-59 En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».

Jesús les dijo: «Yo les aseguro: Si no comen la carne del hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Este es el plan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

En la Eucaristía encontramos a Cristo Salvador. «Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos, los sacramentos son la fuerza de Cristo, está Jesucristo en los Sacramentos. Cuando celebramos la Misa, en la Eucaristía, está Jesús vivo, muy vivo, que nos reúne, nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre.

Cada uno de nosotros, de hecho, mediante el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, está incorporado a Cristo y unido a toda la comunidad de los creyentes.

Por tanto, si por un lado está la Iglesia que “hace” los Sacramentos, por otro lado están los Sacramentos que “hacen” a la Iglesia, la edifican, generando nuevos hijos, agregándolos al pueblo santo de Dios, consolidando su pertenencia.

Cada encuentro con Cristo, que en los Sacramentos nos da la salvación, nos invita a “ir” y comunicar a los demás una salvación que hemos podido ver, tocar, encontrar, acoger y que es verdaderamente creíble porque es amor» (S.S. Francisco, 6 de noviembre de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Leer el n. 47 de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium del Papa Francisco.

«¿Cómo lograr este amor apasionado a Cristo? Sólo hay un camino: el de la intimidad con Él. Si ustedes desean enamorarse de Cristo, acudan frecuentemente,

sin prisas y con mucho amor, a la Eucaristía y al Evangelio» (Cristo al centro, n. 314).

¡VTR!

mayo 10 Oración preparatoria Dios mío, ayúdame a olvidarme de prejuicios y mezquindades. Quiero que esta oración sea el medio para vaciarme por completo de mi yo, de mi egoísmo, para confiar en Ti completamente. Quiero entregarme a Ti en cuerpo y alma y decirte con mi vida que te amo. Petición (gracia/fruto que se busca) Dios mío, no permitas que las actividades diarias ni las atracciones del mundo me distraigan de mi fin último, de tu gloria y de tu servicio. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69 En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: «Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?».

Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen» (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los doce: «¿También ustedes quieren dejarme?». Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La libertad del Espíritu que da la vida. «Muchos estaban interesados en “examinar” la doctrina nueva y después discutir con Jesús porque tenían el corazón cerrado en sus cosas, cosas que Dios quería cambiar. ¿Por qué hay personas que tienen el corazón cerrado a la salvación? Porque tenían miedo de la salvación. Tenemos necesidad, pero tenemos miedo, porque cuando viene el Señor para salvarnos debemos dar todo. ¡Y manda Él! Y de esto tenemos miedo, porque queremos mandar nosotros. Para entender estos nuevos mandamientos, tenemos necesidad de la libertad que nace del Espíritu Santo, que nos salva, que nos consuela y da la vida:

Hoy podemos pedir al Señor la gracia de seguirlo, pero con esta libertad. Porque si queremos seguirlo sólo con nuestra libertad humana, al final sólo nos convertiremos en hipócritas como aquellos fariseos y saduceos, aquellos que

discutían con Él. La hipocresía es esto: no dejar que el Espíritu cambie el corazón con su salvación. La libertad del Espíritu, que nos da el Espíritu, es también una forma de esclavitud, una ‘esclavitud’ al Señor que nos hace libres, es otra libertad» (S.S. Francisco, 10 de junio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer una breve lista de lo que debo cambiar en mi vida cotidiana para secundar mejor la acción del Espíritu Santo.

«Nos preocupa solamente evitar el mal, como si no existiera el más urgente e ineludible deber de hacer el bien»

(Cristo al centro, n. 323).

¡VTR!

mayo 11 Oración preparatoria Padre, gracias por la encarnación de tu Hijo, nuestro Redentor y porque nos diste a María como madre. Confío en tu misericordia y por esto te quiero ofrecer en mi oración mi amor, débil y manchado por mi egoísmo y soberbia, pero dispuesto a escucharte y entrar por esa puerta estrecha que me señales. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, que no vacile y nunca tenga miedo a tus inspiraciones. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10 En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Cruzar la puerta de la fe. «La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Esta puerta es Jesús mismo. Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. Y la puerta, que es Jesús, nunca está cerrada, esta puerta nunca está cerrada, está abierta siempre y a todos, sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios. Porque, sabéis, Jesús no excluye a nadie. Tal vez alguno de vosotros podrá decirme: “Pero, Padre, seguramente yo estoy excluido, porque soy un gran pecador: he hecho cosas malas, he hecho muchas de estas cosas en la vida”. ¡No, no estás excluido! Precisamente por esto eres el preferido, porque Jesús prefiere al pecador, siempre, para perdonarle, para amarle.

Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte. No tengas miedo: Él te espera. Anímate, ten valor para entrar por su puerta. Todos están invitados a cruzar esta puerta, a atravesar la puerta de la fe, a entrar en su vida, y a hacerle entrar en nuestra vida, para que Él la transforme, la renueve, le done alegría plena y duradera» (S.S. Francisco, 25 de agosto de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Prepararme con un buen examen de conciencia y poner en mi agenda de actividades la fecha de mi próxima confesión.

«¿Buscan de verdad amar y entregarse a Cristo? Una pista muy sencilla: abran una puerta en su vida a Cristo. Déjenle entrar en su alma, en su corazón, en su

inteligencia y en su voluntad» (Cristo al centro, n. 305).

¡VTR!

mayo 12 Oración preparatoria Señor mío, creo en ti. Eres el pastor en quien confío plenamente. Te quiero sobre todas las cosas pero frecuentemente dejo pasar oportunidades para manifestarte mi amor; me dejo envolver por lo pasajero en vez de encauzar todo mi ser a servir a los demás. En esta oración, con un acto libre de mi voluntad, quiero entregarme completamente a Ti. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame la gracia de experimentar el día de hoy tu conmovedora ternura y compasión. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18 En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida pos sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, yo la doy porque quiero. Tengo el poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre» . Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

No tengan miedo de ser generosos con Cristo. «En estos días, Jesús les ha repetido con insistencia la invitación a ser sus discípulos misioneros; han escuchado la voz del Buen Pastor que les ha llamado por su nombre y han reconocido la voz que les llamaba. ¿No es verdad que, en esta voz que ha resonado en sus corazones, han sentido la ternura del amor de Dios? ¿Han percibido la belleza de seguir a Cristo, juntos, en la Iglesia? ¿Han comprendido mejor que el evangelio es la respuesta al deseo de una vida todavía más plena? ¿Es verdad? […] Pidamos a la Virgen que nos ayude también a nosotros a llevar la alegría de Cristo a nuestros familiares, compañeros, amigos, a todos. No tengan nunca miedo de ser generosos con Cristo. ¡Vale la pena! Salgan y vayan con valentía y generosidad, para que todos los hombres y mujeres encuentren al Señor» (S.S. Francisco, 28 de julio de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Leer y reflexionar el salmo 23, «el Señor es mi Pastor, nada me falta». «En toda esta dura jornada de la vida has tenido muy cerca de ti a María; tu dulce Madre del Cielo. ¡Qué gentil pero firme pastora ha sido para guiar tus pasos! Nunca

permite que sintamos compasión de nosotros mismos» (Cristo al centro, n. 1516).

¡VTR!

mayo 13 Oración preparatoria Dios mío, te pido por intercesión de nuestra Señora de Fátima, que me concedas la gracia de vivir con fe; que sepa reconocer tu voz y vivir de acuerdo a tu voluntad abandonándome en tus brazos. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame tu gracia para que todo lo que piense, diga y haga hoy, sea para dar un buen testimonio. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30 Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el mesías, dínoslo claramente».

Jesús les respondió: «Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El centro de mi historia: Cristo. «En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo.

Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el “hermano” alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En él somos uno; un único pueblo unido a él, compartimos un solo camino, un solo destino. Sólo en él, en él como centro, encontramos la identidad como pueblo.

Y, por último, Cristo es el centro de la historia de la humanidad, y también el centro de la historia de todo hombre. A él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza» (S.S. Francisco, 24 de noviembre de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Rezar un rosario a la Virgen de Fátima para que sepa, como ella, poner a Cristo en el centro de mi vida.

«¡Que no pase un solo día en que María haya sido para ustedes una extraña!» (Cristo al centro, n. 1518).

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mayo 14 Oración preparatoria Señor, déjame entender que el amor es la esencia del cristianismo, mi distintivo como tu discípulo misionero. Permite que esta oración me dé tu luz para que nunca olvide que me has elegido para una misión, que dará frutos en la medida en que sepa ser un instrumento fiel a tu gracia. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, hazme comprender que la verdadera caridad cristiana es aquella que se dirige a todos sin distinciones, y que no tiene medida. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.

Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene un amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

No son de ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Llamados a promover la cultura del encuentro. El encuentro y la acogida de todos, la solidaridad, es una palabra que la están escondiendo en esta cultura, casi una mala palabra, la solidaridad y la fraternidad, son elementos que hacen nuestra civilización verdaderamente humana. Ser servidores de la comunión y de la cultura del encuentro. Los quisiera casi obsesionados en este sentido. Y hacerlo sin ser presuntuosos, imponiendo “nuestra verdad”, más bien guiados por la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo, y no puede dejar de proclamarla. Queridos hermanos y hermanas, estamos llamados por Dios, con nombre y apellido, cada uno de nosotros, llamados a anunciar el Evangelio y a promover con

alegría la cultura del encuentro. La Virgen María es nuestro modelo. En su vida ha dado el “ejemplo de aquel amor de madre que debe animar a todos los que colaboran en la misión apostólica de la Iglesia para engendrar a los hombres a una vida nueva”» (SS Francisco, 27 de julio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer una oración especial por los catequistas y por quienes van a recibir su primera comunión en este mes.

«En Cristo siempre estuvo presente el amor a cada uno de nosotros. En nosotros siempre tiene que estar presente el amor, la donación auténtica a Él»

(Cristo al centro, n. 263).

¡VTR!

mayo 15 Oración preparatoria Señor, Tú eres la vida, la verdad y la bondad; mi paz, porque confío en tu misericordia. Te doy gracias por este momento de oración en el que quiero recibirte en mi corazón, en mi mente, en mi voluntad, para deducir cuál es tu voluntad para mí el día de hoy. Quiero ser dócil a tus inspiraciones. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame la gracia de poder irradiar, con el testimonio de mi vida, mis palabras y acciones, tu mensaje de amor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20 En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: «Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.

No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.

Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Atreverse a dar primacía al amor. «La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. “Primerear”: sepan disculpar este neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor; y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. ¡Atrevámonos un poco más a primerear! Como consecuencia, la Iglesia sabe “involucrarse”.

Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice a los discípulos: “Seréis felices si hacéis esto”. La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de

Cristo en el pueblo» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 24). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Voy a hacer un pequeño sacrificio u ofrecer una oración especial por esa persona que sufre por estar alejada de Cristo.

«Procuren no dar beligerancia al sentimentalismo, no estén pensando desmedidamente en quién les quiere y quién no. Entréguense a Jesucristo y busquen

solamente su amor» (Cristo al centro, n. 280).

¡VTR!

mayo 16 Oración preparatoria Jesucristo, ayúdame a orar sin distraerme en mis banalidades y egoísmos. Tú eres el camino, la verdad y la vida. Me ayudas y me sostienes con el cariño de una madre. Me acompañas en mi peregrinar con la solicitud de un hermano, con la amistad de un compañero fiel. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame la gracia de gozar, valorar y agradecer siempre tu amistad. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.

Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al padre si no es por mí”». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Humildad y apertura para reconocer a Cristo. «Yo no hablaría, ni siquiera para quien cree, de una verdad “absoluta”, en el sentido de que absoluto es aquello que está desatado, es decir, que sin ningún tipo de relación. Ahora, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios hacia nosotros en Cristo Jesús. Por lo tanto, ¡la verdad es una relación! A tal punto que cada uno de nosotros la toma, la verdad, y la expresa a partir de sí mismo: de su historia y cultura, de la situación en la que vive, etc. Esto no quiere decir que la verdad es subjetiva y variable, ni mucho menos. Pero sí significa que se nos da siempre y únicamente como un camino y una vida. ¿No lo dijo acaso el mismo Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”? En otras palabras, la verdad es en definitiva todo un uno con el amor, requiere la humildad y la apertura para ser encontrada, acogida y expresada» (S.S. Francisco, 11 de septiembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Dedicar un tiempo, hoy, para pensar en mis prioridades y asegurarme de que Dios siempre es lo primero.

«Dios es fiel con aquellos que lo aman. Dios nunca traiciona a los que se le entregan»

(Cristo al centro, n. 90).

¡VTR!

mayo 17 Oración preparatoria Jesucristo reaviva mi amor a Ti y hazme capaz de convertirme en un pregonero de la felicidad que tu presencia provoca en mi vida. Quiero romper lo que pueda haber de desorden para poder arraigarme sólo en Ti. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, en el nombre de Cristo resucitado, te suplico humildemente me des la gracia para saber vivir como un auténtico discípulo y misionero de tu amor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.

Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Unirse con Cristo para poder creer. «Para la fe, Cristo no es sólo aquel en quien creemos, la manifestación máxima del amor de Dios, sino también aquel con quien nos unimos para poder creer. La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver. […]

Para que pudiésemos conocerlo, acogerlo y seguirlo, el Hijo de Dios ha asumido nuestra carne, y así su visión del Padre se ha realizado también al modo humano, mediante un camino y un recorrido temporal. La fe cristiana es fe en la encarnación del Verbo y en su resurrección en la carne; es fe en un Dios que se ha hecho tan cercano, que ha entrado en nuestra historia. La fe en el Hijo de Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret no nos separa de la realidad, sino que nos permite captar su significado profundo, descubrir cuánto ama Dios a este mundo y cómo lo orienta incesantemente hacía sí; y esto lleva al cristiano a comprometerse, a

vivir con mayor intensidad todavía el camino sobre la tierra» (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 18). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Recitar y reflexionar sobre las verdades del Credo, antes de dormir. «¡Qué insondable misterio del amor de Dios, que ha querido y ha hecho posible la

unión de su creatura con Él, transformándola en hijo, divinizándola!» (Cristo al centro, n. 88).

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mayo 18 Oración preparatoria Dios mío, al iniciar esta meditación, te pido me concedas la gracia de confiar siempre en Ti. Que al igual que Tomás y Felipe te comente en mi oración mis preocupaciones, mis dudas, mis temores, pero que luego sepa callar para escucharte y así salir fortalecido en mi fe: una fe que me permita no sólo creer en Ti, sino también comunicarte a los demás. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, dame la gracia de abrazar el Evangelio como mi guía en mi toma de decisiones. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, Yo se lo habría dicho a ustedes, porque yo voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy».

Entonces Tomás le dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».

Le dijo Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le replicó: «Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: “Muéstranos al Padre”? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La nueva lógica de la fe. «Cuando el hombre piensa que, alejándose de Dios, se encontrará a sí mismo, su existencia fracasa. La salvación comienza con la apertura a algo que nos precede, a un don originario que afirma la vida y protege la existencia. Sólo abriéndonos a este origen y reconociéndolo, es posible ser transformados, dejando que la salvación obre en nosotros y haga fecunda la vida, llena de buenos frutos. La salvación mediante la fe consiste en reconocer el primado del don de Dios, como bien resume san Pablo:

“En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios”.

20. La nueva lógica de la fe está centrada en Cristo. La fe en Cristo nos salva porque en él la vida se abre radicalmente a un Amor que nos precede y nos transforma desde dentro, que obra en nosotros y con nosotros» (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 19-20).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Voy a escribir una nota, o enviar un correo electrónico, a esa persona que se ha alejado de la Iglesia, con la esperanza de que este saludo, en nombre de Cristo, pueda convertirse en una semilla de fe en su vida.

«Cristo es capaz de llenar el vacío más grande que pudiéramos tener en nuestros corazones»

(Cristo al centro, n. 95).

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mayo 19 Oración preparatoria Señor, permite que esta oración prenda una fuerte, vigorosa e indestructible pasión por cumplir siempre, y sobre todas las cosas, tu mandamiento del amor. Que esta pasión acabe con mi mediocridad, con mi cobardía, con mi temor y, sobre todo, con mi egoísmo. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, que permanentemente tenga la pasión de conquistar, por amor a Ti, la santidad. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): «Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?». Le respondió Jesús: «El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.

Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Amar es cumplir la ley. «Es evidente que cuando los autores del Nuevo Testamento quieren reducir a una última síntesis, a lo más esencial, el mensaje moral cristiano, nos presentan la exigencia ineludible del amor al prójimo: “Quien ama al prójimo ya ha cumplido la ley [...]

De modo que amar es cumplir la ley entera”. Así san Pablo, para quien el precepto del amor no sólo resume la ley sino que constituye su corazón y razón de ser: “Toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Y presenta a sus comunidades la vida cristiana como un camino de crecimiento en el amor: “Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos”. También Santiago exhorta a los cristianos a cumplir “la ley real según la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, para no fallar en ningún precepto» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 161).

Propósito Me ofreceré a colaborar en un ministerio parroquial u otro apostolado católico por amor a Cristo y a su Iglesia. Si ya colaboro, pondré más amor y dedicación a mi misión.

«Hagan de la vida familiar una escuela doméstica de hombres y de cristianos íntegros, en la que los hijos aprendan a amar, a respetar a Dios, a asimilar y vivir sus

leyes, a ver la vida con ojos de bondad y de esperanza, a valorar al prójimo» (Cristo al centro, n. 895).

¡VTR!

mayo 20 Oración preparatoria Oh Señor, ayúdame a comenzar esta oración con la conciencia de que Tú eres el único camino para encontrar la paz en mi vida; que todas las personas, bienes y acontecimientos son sólo instrumentos que Tú pones en mis manos para que pueda amarte y servirte por medio de ellas. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, dame tu paz y la gracia de iniciar este día orientando hacia Ti todo lo que soy y todo lo que tengo. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: “Me voy, pero volveré a su lado”. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.

Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La alegría de Cristo es nuestra paz. Nosotros pensamos siempre en Jesús cuando predicaba, cuando sanaba, cuando caminaba, iba por las calles, también durante la Última Cena... Pero no estamos acostumbrados a pensar en Jesús sonriente, alegre. Jesús estaba lleno de alegría: lleno de alegría. En esa intimidad con su Padre: 'Exultó de alegría en el Espíritu y alabó al Padre'- es precisamente el misterio interno de Jesús, esa relación con el Padre en el Espíritu. Es su alegría interna, su alegría interior que Él nos da.

Esta alegría es la verdadera paz: no es una paz estática, quieta, tranquila. No, la paz cristina es una paz alegre, porque nuestro Señor es alegre. Es alegre cuando habla del Padre: ama tanto al Padre que no puede hablar del Padre sin alegría. Nuestro Dios es alegre. Y Jesús ha querido que su esposa, la Iglesia, también sea alegre.

No se puede pensar en una Iglesia sin alegría y la alegría de la Iglesia es precisamente esta: anunciar el nombre de Jesús. Decir: “Él es el Señor. Mi esposo es el Señor. Es Dios. Él me salva, Él camina con nosotros”. Y esta es la alegría de la Iglesia, que en esta alegría de esposa se hace madre. Pablo VI decía: la alegría de la Iglesia es precisamente evangelizar, ir adelante y hablar de su Esposo. Y también

transmitir esta alegría a los hijos que ella hace nacer, que ella hace crecer (Cf. S.S. Francisco, 3 de diciembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Durante esta semana, visitar a esa persona que vive en soledad su enfermedad, buscando llevarle la paz de Cristo.

«La caridad engendra siempre alegría y paz» (Cristo al centro, n. 370).

¡VTR!

¡VTR!

mayo 21 Oración preparatoria Señor, quiero permanecer unido a Ti, que no haya nada ni nada más importante. Permite que mi oración transforme mi corazón para que pueda amarte como al único totalmente amable; que mi inteligencia pueda creer en Ti como en él único que no engaña; y que mi libertad pueda elegirte como lo único que colma mis ansias y anhelos. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, dame el don de saber orar para dar hoy ese fruto abundante que produce tu gracia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Con Cristo, todo. Sin Él, nada. «También hoy el Señor repite: “Id...”, y añade: “Yo estoy con vosotros todos los días...”. ¡Esto es fundamental! Sólo con Cristo podemos llevar el Evangelio. Sin Él no podemos hacer nada —lo dijo Él mismo. Con Él, en cambio, unidos a Él, podemos hacer mucho. También un muchacho, una muchacha, que a los ojos del mundo cuenta poco o nada, a los ojos de Dios es un apóstol del Reino, es una esperanza para Dios. A todos los jóvenes desearía preguntar con fuerza, pero no sé si hoy en la plaza hay jóvenes: ¿hay jóvenes en la plaza? ¡Hay algunos! Desearía, a todos ustedes, preguntar con fuerza: ¿quieren ser una esperanza para Dios? ¿Ustedes quieren ser una esperanza? ¿Quieren ser una esperanza para la Iglesia? Un corazón joven que acoge el amor de Cristo, se transforma en esperanza para los demás, es una fuerza inmensa. Pero ustedes, chicos y chicas, todos los jóvenes, ¡ustedes deben

transformarnos y transformarse en esperanza! Abrir las puertas hacia un mundo nuevo de esperanza. Ésta es vuestra tarea» (S.S. Francisco, 4 de septiembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Confiando en que unido a Cristo todo se puede, hoy voy a seguir puntualmente todas las inspiraciones del Espíritu Santo.

«Cristo es la vida verdadera, es nuestra esperanza de vida, nuestra promesa de eternidad. Qué dulce y entusiasmante sentirse sarmiento de esta vid imperecedera y

vital. De ella aspiramos, a través de los sacramentos, la gracia, la verdad y la santidad. Recomienza todos los días con mucha fe»

(Cristo al centro, n. 742).

¡VTR!

mayo 22 Oración preparatoria Señor, perdóname por las palabras o pensamientos contrarios al amor a los demás que he consentido. Te pido perdón por las veces que no he sabido servir a mis hermanos, por las veces que no he sido humilde ante los demás. Ayúdame a empezar este día con una nueva actitud para demostrarte mi amor sincero. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor Jesús, concédeme tu gracia para saber amarte y servirte en los demás. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Permanecer fiel al amor de Cristo. «Jesús no quiere ni cristianos egoístas —que siguen el propio yo, no hablan con Dios— ni cristianos débiles —cristianos que no tienen voluntad, cristianos “telemandados”, incapaces de creatividad, que buscan siempre conectarse a la voluntad de otro y no son libres—. Jesús nos quiere libres, ¿y esta libertad dónde se hace? Se hace en el diálogo con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no sabe hablar con Dios, no sabe oír a Dios en la propia conciencia, no es libre, no es libre.

Por ello debemos aprender a oír más nuestra conciencia. Pero ¡cuidado! Esto no significa seguir al propio yo, hacer lo que me interesa, lo que me conviene, lo que me apetece... ¡No es esto! La conciencia es el espacio interior de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación con Él, que habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el camino que debo recorrer, y una vez tomada la decisión, a seguir adelante, a permanecer fiel» (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)

Hacer una visita a Cristo Eucaristía para pedir por la nueva evangelización y reafirmar mi convicción de participar de ella. «Si dejan que Cristo sea su vida, anteponiendo la fe a sus apreciaciones humanas, la esperanza a sus seguridades materiales, y la caridad a todo, entonces su trabajo se cuajará de frutos espirituales, y todos los que les vean, se sentirán atraídos por la

fuerza del Espíritu que actúa en ustedes» (Cristo al centro, n. 743).

¡VTR!

mayo 23 Oración preparatoria ¡Señor, cuánta seguridad me dan tus palabras en el Evangelio! Nunca estoy solo, Tú me has elegido y por eso estás siempre a mi lado, me ayudas, me acompañas, me sostienes. Tú eres mi paz, mi roca, mi seguridad. Has dado la vida por mí y me esperas en la casa del Padre. Nunca dejes que se enfríe esta alegría pascual. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, fortaléceme por medio de esta oración y lléname de tu gracia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La vida en Cristo. «Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús, unidos a él. En realidad, este vivir, este permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo que hacemos. Es precisamente la “vida en Cristo” que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: “Soy yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea verdadero”.

No es la creatividad, por más pastoral que sea, no son los encuentros o las planificaciones los que aseguran los frutos, si bien ayudan y mucho, sino lo que asegura el fruto es ser fieles a Jesús, que nos dice con insistencia: “Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes”. Y sabemos muy bien lo que eso significa: contemplarlo, adorarlo y abrazarlo en nuestro encuentro cotidiano con él en la Eucaristía, en nuestra vida de oración, en nuestros momentos de adoración, y también reconocerlo presente y abrazarlo en las personas más necesitadas. El “permanecer” con Cristo no significa aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de los otros» (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Voy a hacer un pequeño sacrificio, en una de las comidas del día de hoy, por esa persona que me gustaría poder ayudar más. «Sólo en el realismo de cada jornada, saturada de ocasiones para dar un sí repetido a

Cristo, demostrarás la hidalguía de tu amor» (Cristo al centro, n. 771).

¡VTR!

mayo 24 Oración preparatoria Señor, inicio haciendo un acto de sincera humildad y arrepentimiento, no soy digno de Ti porque la atracción del mundo me domina frecuentemente, pero confío en tu misericordia y en el poder transformante de tu gracia. Permite que sepa abrir mi corazón y mi voluntad para tener un encuentro íntimo contigo en esta oración. Petición (gracia/fruto que se busca) Concédeme, Señor, la sabiduría para comprender los signos de los tiempos. Texto base para entablar el diálogo con Dios Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan que me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: “El siervo no es superior a su señor”. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El espíritu del mundo. El Señor quiere que entendamos lo que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo, en la historia... ¿Qué significa que suceda esto? ¡Estos son los signos de los tiempos! Sin embargo, el espíritu del mundo nos hace otras propuestas, porque el espíritu del mundo no nos quiere pueblo: nos quiere masa, sin pensamiento, sin libertad.

El espíritu del mundo quiere que vayamos por un camino de uniformidad, pero, como advierte san Pablo, el espíritu del mundo nos trata como si nosotros no tuviéramos la capacidad de pensar por nosotros mismos, nos trata como personas no libres.

El pensamiento uniforme, el pensamiento igual, el pensamiento débil, un pensamiento así difuso. El espíritu del mundo no quiere que nosotros nos preguntamos delante de Dios: '¿Pero por qué esto, por qué lo otro, por qué sucede esto? O también nos propone un pensamiento según los propios gustos: '¡Yo pienso como me gusta!' Pero eso va bien, dicen ellos.... Pero eso que el espíritu del mundo no quiere es esto que Jesús nos pide: el pensamiento libre, el pensamiento de un hombre y de una mujer que son parte del pueblo de Dios y ¡la salvación ha sido

precisamente esta! (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Limitar hoy el tiempo que dedico a mi esparcimiento en la televisión, o en el internet, y leer un buen libro.

«En Dios coincide perfectamente lo que Él piensa de nosotros y lo que realmente somos: somos lo que Dios piensa de nosotros. En los hombres muchas veces difiere el pensar y el ser. Por eso, no busques lo que piensen los hombres, busca realizar el

pensamiento de Dios» (Cristo al centro, n. 1363).

¡VTR!

mayo 25 Oración preparatoria Señor, la gracia del Espíritu Santo no es algo que pueda merecer o conquistar, sólo puedo recibirla como puro don. Haz que el Espíritu Santo penetre en la dura costra de mi indiferencia y de mi ciego conformismo. Espíritu Santo, hazme sentir tu voz para permanecer en tu amor y ser testigo tuyo. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, abre mi entendimiento y mi voluntad para que pueda recibir el mensaje de tu Evangelio con un corazón nuevo. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 14, 15-21 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les enviará otro consolador que esté siempre con ustedes, el Espíritu de verdad». El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.

No los dejaré desamparados, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.

El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El don por excelencia de Cristo. «El Espíritu Santo es el alma de la misión. Lo que sucedió en Jerusalén hace casi dos mil años no es un hecho lejano, es algo que llega hasta nosotros, que cada uno de nosotros podemos experimentar. El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga. El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a todos. Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: “Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros”. Es el Espíritu Paráclito, el “Consolador”, que da el valor para recorrer los caminos del mundo llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión» (S.S. Francisco, 19 de mayo de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Invocando la gracia del Espíritu Santo, hoy voy a poner más esfuerzo en hacer las cosas ordinarias del día, de una manera extraordinaria, por amor a Jesús.

«Hacer un hábito, el pensar y el hablar tus cosas con el Espíritu Santo» (Cristo al centro, n. 818).

¡VTR!

mayo 26 Oración preparatoria Señor, creo en Ti, espero en Ti y te amo sobre todas las cosas, porque Tú me has amado primero y me sigues amando. No quiero tropezar ni dejar a un lado mi fe por la atracción de lo pasajero; quiero amarte, con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas, ¡siempre! Petición (gracia/fruto que se busca) Santísima Trinidad, ayúdame a creer en Ti y en el poder transformante de tu gracia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 15, 26–16, 4 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Dios pide confianza total en Él. «La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos.

Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad - Dios ofrece siempre novedad -, trasforma y pide confianza total en Él» (S.S. Francisco, 19 de mayo de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hoy, en algún momento, voy a ofrecer una oración de acción de gracias a Dios por los dones del Espíritu Santo y las bendiciones recibidas en los últimos días.

«Cada día ha de alentar en el miembro del Regnum Christi el espíritu de esta oración: “Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que

debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres, el cumplimiento de la misión y el triunfo del Reino de

Cristo”» (Cristo al centro, n. 827).

¡VTR!

mayo 27 Oración preparatoria Padre Santo, ayúdame a estar atento a las inspiraciones del Espíritu Santo, para que Él me vaya guiando en mi vida cotidiana, en mi toma de decisiones, en mi apostolado, en mis pasatiempos, en mi vida de oración. Sin su ayuda, sin su gracia, me será imposible orar, amarte y relacionarme contigo. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, lléname del fuego de tu amor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 16, 5-11 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’ Es que su corazón se ha llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Consolador; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré.

Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque el príncipe de este mundo ya está condenado”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

¿Estamos abiertos al Espíritu Santo? «¿Nos dejamos guiar por él? El cristiano es un hombre espiritual, y esto no significa que sea una persona que vive “en las nubes”, fuera de la realidad como si fuera un fantasma. No. El cristiano es una persona que piensa y actúa en la vida cotidiana según Dios, una persona que deja que su vida sea animada, alimentada por el Espíritu Santo, para que sea plena, propia de verdaderos hijos. Y eso significa realismo y fecundidad. Quien se deja guiar por el Espíritu Santo es realista, sabe cómo medir y evaluar la realidad, y también es fecundo: su vida engendra vida a su alrededor.

Dios es el Viviente, es el Misericordioso, Jesús nos trae la vida de Dios, el Espíritu Santo nos introduce y nos mantiene en la relación vital de verdaderos hijos de Dios. Pero, con frecuencia, lo sabemos por experiencia, el hombre no elige la vida, no acoge el “Evangelio de la vida”, sino que se deja guiar por ideologías y lógicas que ponen obstáculos a la vida, que no la respetan, porque vienen dictadas por el egoísmo, el propio interés, el lucro, el poder, el placer, y no son dictadas por el amor, por la búsqueda del bien del otro. Es la constante ilusión de querer construir la ciudad del hombre sin Dios, sin la vida y el amor de Dios: una nueva Torre de

Babel; es pensar que el rechazo de Dios, del mensaje de Cristo» (S.S. Francisco, 16 de junio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Leer los números 733 al 736 del Catecismo de la Iglesia, sobre el Espíritu Santo, don de Dios.

«El Espíritu Santo inspira según su infinita sabiduría y su amor eterno; al hombre le toca corresponder, con generosidad y transparencia, con creciente amor, hasta fundir

su ser entero con ese designio sobrenatural. Es éste el sencillísimo camino de la fidelidad al plan de Dios» (Cristo al centro, n. 2337).

¡VTR!

mayo 28 Oración preparatoria Ven, Espíritu Santo, energía vital de mi alma, guía segura hacia la verdad plena, consuelo en mis angustias, misericordia ante mis infidelidades, fuerza para mover mi voluntad, ternura y compasión ante mi debilidad, ¡te necesito! Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, fuente de luz, ¡ilumína mi oración! Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

No esperar resultados inmediatos. «[Preocupación por generar procesos que construyan la plenitud humana en vez de obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero].Este criterio también es muy propio de la evangelización, que requiere tener presente el horizonte, asumir los procesos posibles y el camino largo. El Señor mismo en su vida mortal dio a entender muchas veces a sus discípulos que había cosas que no podían comprender todavía y que era necesario esperar al Espíritu Santo.

La parábola del trigo y la cizaña grafica un aspecto importante de la evangelización que consiste en mostrar cómo el enemigo puede ocupar el espacio del Reino y causar daño con la cizaña, pero es vencido por la bondad del trigo que se manifiesta con el tiempo» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 225). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Revisar mi plan de vida y poner en agenda mi próxima dirección espiritual.

«En nuestra vida cristiana y apostólica sin el Espíritu Santo, nada; con el Espíritu

Santo, todo» (Cristo al centro, n. 804).

¡VTR!

mayo 29 Oración preparatoria Jesucristo, son tantas las cosas que no acabo de comprender… como decía san Pablo, ¿por qué no hago el bien que quiero hacer, continuamente, sin distracciones, con pureza de intención, sin poner límites por mi miedo o egoísmo? Me postro hoy ante Ti en mi oración con la certeza que sabrás mostrarme el camino que debo seguir. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor dame la gracia de vivir definitivamente para Ti y nada más para Ti. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.

Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: “Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El lugar del Espíritu Santo en mi vida. «El Espíritu Santo que guía a la Iglesia, y a cada uno de nosotros, a la Verdad plena. En nuestros días, marcados por el relativismo, es necesario preguntarnos como Pilato: “¿Qué es ‘la’ Verdad?”. La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos hacemos o consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la Verdad, que se ha hecho carne. Y el Espíritu Santo hace posible que lo reconozcamos y lo confesemos como Señor.

El Espíritu Santo nos recuerda las palabras de Jesús y las imprime en nuestros corazones. Él es la ley inscrita en nuestro interior, donde tomamos las decisiones. El Espíritu Santo, además, nos lleva a la inteligencia de la Verdad completa. Él es quien suscita el sentido de la fe en los creyentes creando una comunión, cada vez más profunda, con Cristo. Mediante el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo hacen morada en nosotros» (S.S. Francisco, 15 de mayo de 2013).

Propósito Al iniciar el día, invocar la asistencia del Espíritu Santo para que me guíe y me sostenga en mi camino para ser su discípulo y misionero.

«Con la ayuda de su gracia, tú has respondido con generosidad porque no quieres frustrar el amor que se te ofrece ni el que, a través de tu colaboración, podrá llegar a otros muchos; porque quieres que la cadena del amor salvífico no se interrumpa en

ti, porque quieres ser eslabón por el que pase la salvación de Cristo» (Cristo al centro, n. 2261).

¡VTR!

mayo 30 Oración preparatoria Por intercesión de María, te suplico, Jesús, que vengas hoy a mi encuentro en esta oración; transfórmame con tu gracia para que pueda seguir el estilo de vida que tu madre santísima nos enseñó y que sepa imitar sus virtudes. Petición (gracia/fruto que se busca) Dame, Señor, un corazón abierto y un alma generosa para difundir tu gracia en mi amor y servicio a los demás.

Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.

Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada”. Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La auténtica alegría. «Jesús mismo “se llenó de alegría en el Espíritu Santo”. Su mensaje es fuente de gozo: “Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea plena”. Nuestra alegría cristiana bebe de la fuente de su corazón rebosante. Él promete a los discípulos: “Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría”. E insiste: “Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón, y nadie os podrá quitar vuestra alegría”. Después ellos, al verlo resucitado, “se alegraron”. El libro de los Hechos de los Apóstoles cuenta que en la primera comunidad “tomaban el alimento con alegría”. Por donde los discípulos pasaban, había “una gran alegría”, y ellos, en medio de la persecución, “se llenaban de gozo”. Un eunuco, apenas bautizado, “siguió gozoso su camino”, y el carcelero “se alegró con toda su familia por haber creído en Dios”. ¿Por qué no entrar también nosotros en ese río de alegría?» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 5).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Esforzarme, hoy, para que mi actitud ayude a promover la alegría en mis relaciones familiares.

«No vale la pena vivir esta vida sin la amistad de Jesús, porque sin Él no hallarás jamás la verdadera felicidad; recórrela de la mano de María, maestra de los

apóstoles» (Cristo al centro, n. 593).

¡VTR!

mayo 31 Oración preparatoria Jesús, ¡con cuánta confianza me he de acercar a Ti! ¡Tú mismo me dices que todo lo que te pida me lo concederás! Me invitas a pedir para recibir, me confirmas que el Padre mismo me ama. ¡Cuántas certezas y cuánta seguridad tengo en mi vida! ¡Contigo lo tengo todo! Petición (gracia/fruto que se busca) Dios mío, en nombre de tu Hijo, haz que toda mi vida esté cimentada sólo en Ti. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 16, 23-28 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.

Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre”. Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Confiar en el triunfo, en la gracia del Espíritu Santo. «Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Señor dijo a san Pablo: “Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad”. El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal. El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 85). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hoy voy a ser generoso y alegre cuando alguien me pida ayuda. «Cristo lo hizo por ti, por tu amor, por llevarte al cielo. Se donó completamente a ti.

Ahora tú pregúntate: ¿qué vas a hacer por Cristo? ¿Qué haces por Cristo? ¿Es comparable lo que tú haces, lo que tú sufres, con lo que Cristo hizo y sufrió y

padeció por ti?» (Cristo al centro, n. 595).