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Comunicación a través de conversaciones…Construyendo puentes sobre muros y lagos
Ely Alfonso Aquino Pineda
Resumen
La utilización de la narrativa para involucrar a los stakeholders con
las historias de marcas se ha convertido en una de las herramientas de la
comunicación estratégica más importantes en las últimas décadas.
Utilizadas tanto para alinear al talento humano con la estrategia
corporativa, así como para generar experiencias de marca
diferenciadoras, las historias simbolizan las bases conversacionales
necesarias para estrechar lazos entre las marcas y sus públicos de
interés.
Palabras clave: Comunicación, Conversaciones, Storytelling,
Narrativa, Estrategia, Organización, Branding, Identidad Organizacional,
Cultura, Stakeholder.
Introducción
El contexto social es un factor determinante en la dinámica
conversacional de las organizaciones. En una sociedad basada en
relaciones, donde es cada vez mayor la necesidad de transparencia,
saber escuchar se convierte en una de las habilidades más importantes a
desarrollar, no solo por parte de los niveles gerenciales y directivos, sino
también por parte del corporate como ciudadano del sistema en el cual
funciona.
Al hacer referencia al corporate, es importante recordar la
significación de dicho término dentro de un contexto organizacional. Lo
corporativo, derivado en el acto gerencial de la palabra latina “corpus” o
“cuerpo”, “totalidad” (van Riel, 2007), se refiere a la sistémica que
conforma a las organizaciones; sub-sistemas interconectados e
interdependientes que en su conjunto funcionan por uno, o varios,
objetivos comunes y cuya interdependencia es factor clave para el
desempeño y posterior resultado de su gestión.
La tradicional síntesis gráfica que representa a la organización, el
organigrama funcional clásico, plantea casillas conectadas por delgadas
líneas que representan la (s) relación (es) que unos departamentos tienen
con otros, de forma ascendente y descendente. Surge una pregunta
relacionada a una sencilla interpretación de observancia, ¿qué grado de
interdependencia puedo tener si, por ejemplo, pertenezco a la operación
en campo de una organización petrolera, con el área de comercialización
a unas cuantas “casillas” y “niveles” más arriba en el organigrama? La
respuesta se debe plantear desde la perspectiva del operador de campo
que, por mera necesidad de una información puntual, se acerca a la
oficina administrativa a conversar unos minutos con la atenta chica del
área de Planes y Beneficios de una petrolera y observa con mirada
confusa mientras espera, el mosaico organigrama de la empresa para la
que trabaja.
Conversaciones cotidianas enmarcan los confines de
trascendencia informativa dentro del mundo organizacional. Esta
intangibilidad moldea las relaciones y regula la propia operatividad de
estos organismos sociales que, aunque parezca evidente, no pueden vivir
sin el lenguajear (Maturana, 2000) cotidiano de la interacción. Cada
transacción, por más simple que parezca, genera un imaginario cotidiano
y crea el contorno en el que se desarrollarán las actividades diarias del
devenir organizacional. Cabe preguntar en este punto ¿Cómo se moldean
las relaciones en la organización? ¿Qué tipo de transacciones explícitas y
ulteriores transitan el torrente comunicacional corporativo? ¿De qué forma
se pueden escuchar las voces que traspasan los muros empresariales y
que sin duda afectan la propia imagen de la marca corporativa?
La respuesta a estas interrogantes se encuentra en el
reconocimiento de la importancia que tienen las propias conversaciones
cotidianas, en la distinción semántica y tonal de cada interacción humana
que pretende multiplicar emociones, creencias y valores propios y
compartidos en un entramado perceptual que cada observador construye
a partir de dichas interacciones. El valor estratégico de la comunicación
en las organizaciones necesita revitalizarse a partir del profundo estudio y
reconocimiento de estas distinciones, además del fortalecimiento
cognitivo de las teorías que mueven la dinámica organizacional, y las
diferentes conductas que soportan el actuar corporativo.
1. La dinámica conversacional de la identidad
La identidad en las organizaciones, al igual que en los individuos,
se define a partir de conversaciones. El fenómeno social de la identidad
ha sido tema de grandes interrogantes, discusiones y diatribas, tanto
académicas como profesionales, fundamentadas sobre distintas áreas del
conocimiento (filosofía, psicología, sociología, ciencias gerenciales, entre
otros). Lo cierto es que en las organizaciones, como en todo grupo social,
es observable cómo individuos comparten ciertas características
culturales, especie de códigos conductuales y cognitivos que moldean el
quehacer organizacional, y que parecen establecer fronteras que dan
forma a distinciones identitarias propias de una persona. De allí la
metáfora de la identidad para las organizaciones.
Charles Horton Cooley (1902) en su ensayo “Society, the individual
and the social self” plantea a la sociedad desde un punto de vista
orgánico, en el que tanto el individuo como el grupo se alimentan
mutuamente en un espacio perceptual e interpretativo que da vida al ser
de cada quien. Cooley fue uno de los primeros sociólogos en hablar sobre
el “ser grupal”, o del “nosotros” referido al “yo” que incluye a otras
personas (Hatch & Schultz, 2004). Estas afirmaciones fueron de gran
importancia para orientar un concepto de identidad organizacional y abrir
paso a lo que Jane Dutton y Janet Dukerich llamaron más adelante
imagen organizacional, que no es más que la identidad de la organización
parcialmente formada por nuestra percepción de cómo los demás nos
observan.
Lo anterior solo menciona la génesis del concepto de identidad
aplicada a las organizaciones. El siglo XX constituyó el desarrollo y
evolución del concepto que aún hoy es joven y continua siendo objeto de
estudio. En Hispanoamérica el concepto de identidad ha sido abordado
por diversos académicos y profesionales de campo que han aportado una
visión integradora de la identidad y la imagen en las organizaciones. Italo
Pizzolante, Joan Costa, Paul Capriotti, Luis Ángel Sanz de la Tajada,
Norberto Chávez, Justo Villafañe, entre otros, con quienes me disculpo
por no mencionar; han hecho grandes aportes al estudio de las
organizaciones y que es una lástima no encontrar en nuestras empresas,
instituciones y ONGs latinoamericanas una fuente evolutiva de aplicación
teórica de estos estudios y publicaciones.
Son pocas las organizaciones en los países latinos que toman en
cuenta la importancia de la identidad, imagen y reputación corporativa; las
que ya están embarcadas en esta navegación de seguro están viendo los
resultados, sobre todo en un entorno que cada vez exige mayor
transparencia, comunicación fluida e interacción sustentable con las
comunidades en las que operan. A esto le llamo dinámica conversacional
de la identidad, basado en el modelo de Schultz y Hatch (2006).
Conversaciones entre el “nosotros” organizacional y lo que los “demás”
(stakeholders) perciben al respecto constituyen la centrífuga de la
identidad organizacional.
Desde el punto de vista posmodernista, la construcción lingüística
de la identidad, mencionada también por Barbara Czarniawska en su
artículo “Narratives of Individual and Organizational Identities” en Hatch y
Scultz (2004) es creada a partir de conversaciones entre el Yo y los Otros.
En el caso de las organizaciones, estas conversaciones se generan
entre la organización y sus diversos stakeholders. El paradigma de que la
identidad es definida por las declaraciones formales de la filosofía
corporativa (Visión, Misión, Valores) por parte de los directivos y de la
forma de comunicación a partir del diseño gráfico y los variados
instrumentos comunicacionales, es una afirmación ingenua y
reduccionista del complejo proceso identitario e identificatorio de la
organización.
Tanto la identidad como la imagen en las organizaciones son
constructos críticos a considerar cuando se plantean lineamientos
estratégicos. Resulta imposible ocultar lo que la organización “es”, por
más sofisticados que sean los instrumentos y estrategias de magia
comunicacional con que cuenten. Hagamos semblanza corporativa:
Exxon Mobil, British Petroleum, Enron, Shell, Nike, Parmalat; casos
personales, Bernard Madoff, Martha Steward, Dominique Strauss-Kahn,
Tiger Woods; qué tal casos locales, Banco Federal, Banco Canarias,
Econoinvest, y alguno que otro personaje político, son ejemplos históricos
que muestran el impacto de la identidad sobre la reputación y el futuro de
las marcas. Es impresionante la cantidad de organizaciones que no
definen, conscientemente, la taxonomía de su propia identidad y en
consecuencia, no auditan los procesos perceptuales y reputacionales que
se generan en su desempeño.
Melewar (2008) presenta en su texto Facets of Corporate Identity,
Communication and Reputation, la taxonomía de la identidad corporativa
en la que, desde la una perspectiva holística y multidisciplinaria, describe
los diferentes tipos de identidad que sustentan su concepto. Los
elementos que constituyen dicha taxonomía varían en cercanía,
estructura y percepción. Según el autor la taxonomía de la identidad
corporativa está constituida por:
Comunicación Corporativa:
Comunicaciones controladas
Comunicaciones no controladas
Comunicación indirecta
Diseño corporativo:
Sistemas corporativos de identidad visual
Aplicaciones de los Sistemas corporativos de identidad
visual
Cultura corporativa:
Filosofía corporativa
Valores corporativos
Misión corporativa
Principios corporativos
Lineamientos corporativos
Historia corporativa
El fundador de la compañía
País de origen
Subcultura
Comportamiento:
Comportamiento corporativo
Comportamiento del talento
Comportamiento gerencial
Estructura corporativa:
Estructura de marca
Estructura organizacional
Identidad de la industria
Estrategia corporativa:
Estrategia de diferenciación
Estrategia de posicionamiento
Taxonomía de la Identidad de Melewar (2008)
El autor define a la identidad como “la presentación de una
organización a sus stakeholders. Es lo que hace a la organización única e
incluye la comunicación, diseño, cultura, comportamiento, estructura,
identidad de la industria y la estrategia de la organización” (Melewar y
Karaosmanoglu, 2005)
Al reflexionar la importancia que tiene la identidad dentro de la
estrategia de las organizaciones, se tomaría en consideración ventajas
competitivas insuperables por otra marca pues, así como no existen dos
individuos idénticos, las organizaciones que reconocen sus procesos
identitarios podrán generar estrategias diferenciadoras sin igual.
Retención de su gente, sexapil para atraer nuevos talentos, una buena
reputación corporativa, una estrategia consistente y sustentable,
relaciones y asuntos públicos que agregan valor, ciudadanía corporativa y
lo que los angloparlantes llaman license to operate (Schultz, Antorini &
Csaba, 2005) o legitimidad para operar en su entorno. Son estas algunas
de las razones por las que, además del simple posicionamiento
(resultante de la visión reduccionista del mercadeo), las organizaciones
que deseen hacer Branding Corporativo deberán concienciar la
importancia de los procesos relacionados a la identidad e identificación.
2. La Comunicación Corporativa comienza por la comunicación en la organización
El primer paso para establecer planes globales de comunicación es
considerar las transacciones que a diario se generan en el dintorno
(Pizzolante, 2006) de la propia organización y que, a menudo, son las que
moldean la cultura corporativa. Los procesos de planificación estratégica
cada vez, se reducen más a bitácoras de acción mediana y cortoplacistas
debido a la dinámica de la propia economía global. Susan Scott (2004)
plantea la importancia de establecer conversaciones fieras en todos los
ámbitos de nuestra vida, y sobre todo en los entornos organizacionales.
Este tipo de conversaciones se refieren al aprovechamiento de cualquier
situación o interacción diaria con cualquier persona para extraer un
aprendizaje, por muy insignificante que pueda parecer, toda transacción
con otro individuo o grupo, contiene información importante que agrega
valor a nuestras vidas.
Las premisas ineludibles para establecer conversaciones tienen
que ver con: 1) aprender a escuchar más allá de las palabras, lo que
implica desarrollar habilidades de comunicación interpersonales y
corporativas más cercanas al quehacer de las personas; 2) olvidar
posturas arrogantes, reconociendo la importancia de la participación de
los stakeholders en el diseño y ejecución de las estrategias de marca; 3)
hacer las preguntas adecuadas a los públicos adecuados, haciendo honor
a un plan de comunicación global y fiel a la estrategia de marca; 4) dejar a
un lado las certezas, liberando los canales perceptuales y emocionales
que puede contaminar la información recibida para co-construir historias
significativas para los stakeholders sobre la marca.
En las organizaciones, donde las personas pueden pasar el mayor
tiempo de actividad diaria consciente, la cantidad de transacciones que
suceden conllevan información codificada en mensajes y meta mensajes
que resultarían de gran interés estratégico, si los gerentes ponen en
práctica las habilidades de escucha activa, manejo de preguntas y
transferencia de información inherentes a la competencia genérica de la
comunicación interpersonal. Según estudios de la International
Association of Business Communicators, 83% de las empresas tienen
como primera o segunda táctica, en su listado de prioridades de
comunicación, motivar a los empleados para alinearlos con la estrategia
del negocio, solo 37% creen que fueron efectivas en esa gestión
(Anderson and Edmiston, 2007). En la mayor parte de los casos, esta falta
de alineación es motivada por la incompetencia comunicacional de
directivos y gerentes de estas organizaciones.
La claridad cognitiva de la estrategia corporativa conducirá al
modelaje congruente del talento en la cotidianidad. Lo primordial es
garantizar que la estrategia de marca sea comprendida y compartida por
sus actores, cualquier mal entendido o sobre entendido conllevará
inexorablemente a una praxis equivocada del parámetro estratégico
planteado y en consecuencia, afectará la imagen y la reputación de la
marca. Organizaciones como Empresas Polar (Venezuela) tienen
presente la importancia de conocer y compartir los objetivos corporativos.
No solo cuentan con una artillería de comunicaciones corporativas
abarcadoras, sino que también mantienen procesos de formación y
capacitación constantes, enfocados en reforzar habilidades, destrezas y
competencias requeridas para cumplir eficientemente la estrategia del
negocio, además de cumplir con sus propios valores identitarios de hacer
crecer a su talento humano, o como internamente se citan, Ciudadano
Polar.
La comunicación interna representa el principal interés estratégico
que toda organización debe garantizar. Al tener al talento alineado con la
estrategia del negocio, inspirado con su visión corporativa, identificado
con los valores organizacionales, e informado de la ruta que juntos
emprenderán, solo de esta forma la identidad de la organización podrá
convertirse en elemento diferenciador de marca en los procesos de
Branding que se quiera ejecutar. Primero lo primero y lo primero es el
talento.
Una vez alineado el talento de la organización con la visión y
estrategia de marca, continuará la dinámica conversacional de la
identidad, esta vez, con diferentes públicos de la organización o
stakeholders. Edward Freeman, en su clásica publicación Strategic
Management: A Stakeholders Approach, plantea una nueva forma para
definir los públicos objetivos de las marcas corporativas. Estas
distinciones explican la mirada que, desde el observador corporativo, se
debe tener sobre el impacto que cada grupo de stakeholders tiene en la
gestión estratégica de la organización y la consecución de sus objetivos
según el desarrollo de estas relaciones. Lo interesante de la teoría de
stakeholders es que, a través de la clasificación de cada grupo, se
establecen formas estratégicas de interacción en las que lo menos
importante es persuadir, dejando lugar al escuchar necesidades,
inquietudes e ideas, que en última instancia lleva a un tipo de relación de
influencia mutua, donde la marca es capaz de influir y dejarse influir por
sus públicos interesados.
Para definir los “qué” decir y escuchar de los “quién” que
representa cada grupo, se hace necesario establecer en el plan global de
comunicaciones el mapa de stakeholders que contiene los tópicos
asociados al impacto relacional que cada grupo tiene en la consecución
de los objetivos planteados. Cada stakeholder persigue intereses
particulares que son el insumo para construir las historias que facilitarán
el compromiso mutuo en la relación. Los puntos de partida comunes (van
Riel, 2006) sentarán las bases para generar estas historias.
3. Conversaciones nutritivas
Canales y medios de comunicación corporativos es lo que sobra.
Los profesionales de la comunicación cuentan hoy, con el abanico
comunicacional más amplio que se haya visto en décadas de ejercicio. El
nuevo reto subyace en el carácter estratégico que se le otorgue a la
miríada de opciones que el comunicador organizacional, tiene a su
alcance para coadyuvar al cumplimiento de la estrategia corporativa. Gran
cantidad de medios y canales de comunicación disponibles, desde los
tradicionales Above the Line publicitarios/propagandísticos, pasando por
los Below the Line medios mercadotécnicos/relacionales y, por supuesto,
la prêt-à-porter Web 2.0, elementos recursivos que las marcas están
utilizando para comunicar su promesa a los públicos de interés. Como
profesional de la Comunicación Corporativa cabe preguntarse ¿con cuál
(es) de estos medios o canales puedo generar conversaciones nutritivas
entre la marca y sus stakeholders? ¿cuál (es) de estas opciones facilitan
la co-creación de historias significativas que agreguen valor a la marca
corporativa? La respuesta a estas interrogantes se encuentra en el propio
plan de negocios que los directivos han planteado alcanzar y de la
realidad organizacional en la que se encuentra la marca.
Conversaciones nutritivas, son toda transacción posible entre la
marca y sus stakeholders en la que se apliquen las premisas
comunicacionales ya mencionadas en este escrito, 1) aprender a
escuchar más allá de las palabras; 2) olvidar posturas arrogantes; 3)
hacer las preguntas adecuadas a los públicos adecuados; 4) dejar a un
lado las certezas y que permitirán obtener la información necesaria para
generar respuestas que entreguen la promesa de marca contenida en el
plan de negocios. Es por esta razón que solo los comunicadores que
conozcan en profundidad la visión y objetivos de marca, lograrán generar
conversaciones nutritivas con los stakeholders de la misma.
Las historias se generan a partir de la profunda comprensión de las
emociones, creencias, expectativas e ideas que los públicos tienen sobre
la marca. Somos seres que vivimos de historias, las conversaciones que
desarrollamos diariamente, en la cotidianidad, se basan en narraciones
experienciales de nuestro existir. Si una marca puede desarrollar
conversaciones en las que se invite a la participación de las personas
cercanas a ella a ser co-protagonistas de su desarrollo, mayor será el
vínculo emocional que éstas tendrán con la marca. Madres de verdad,
vecinos reales, familiares de los trabajadores de la planta… sin
maquillaje, sin figuras perfectas… solo personas normales y corrientes
son los protagonistas esperando ser invitados a formar parte de la historia
de la marca que aman. Nada es más poderoso que cuando los
consumidores hacen tu historia parte de su propia historia (Cesvet y otros,
2009).
La economía de los mensajes unidireccionales, típica del mercadeo
de los años 90, dejó de ser útil y aplicable a la realidad actual. Los
públicos son más refinados en relación a qué mensajes deciden aceptar y
en cuáles conversaciones deciden embarcarse. El tiempo parece más
corto, existen más opciones, la toma de decisiones es más rápida y la
diferenciación de marcas menos perceptible. Observemos el ejemplo de
las Tablets, es impresionante cómo luego de la aparición del Apple Ipad
en abril de 2010, en poco más de un año ya existen más de quince
modelos competidores, de los cuales por lo menos ocho son marcas
reconocidas (Motorola, Samsung, Dell, Sony, LG, Toshiba, Asus, Acer), el
resto son genéricos a precios muy inferiores que ofrecen lo mismo y en
algunos casos beneficios superiores al precursor Apple.
El reto hoy no es mercadear, es lograr engagement (compromiso),
involucrarse más con los públicos en relaciones duraderas que
trasciendan el ámbito comercial. Apple practica esta relación con sus
stakeholders como pocas marcas globales lo hacen. Su categoría de
marca de culto, ha hecho que los públicos que son fieles se conviertan en
gladiadores de marca, capaces de pernoctar dos y tres noches fuera de
las tiendas antes del lanzamiento de cualquier producto con la pequeña
manzana mordida, en especial los Ipods, Iphones y Ipads cuyas ventas
han superado el millón de unidades en un fin de semana (en el caso del
Ipad2). Además de los usuarios, otros gladiadores de marca Apple son los
inversionistas, millones de dólares colocados en la Bolsa de Valores
incrementan el valor nominal de la marca cada día. Dentro de la artillería
también encontramos a los medios de comunicación, quienes son
tratados con honores cada seis meses con los ya conocidos Keynotes
que solía ofrecer Steve Jobs y que son, notablemente, parte de la
estrategia de comunicaciones más monumental de la historia de las
marcas. Estos “gladiadores” no son más que ALGUNOS stakeholders que
Apple ha dibujado en su plan estratégico y que sin duda, son atendidos
con la rigurosidad que la comunicación corporativa requiere, incluso en
las organizaciones más pequeñas imaginables.
4. Generemos conversaciones, construyamos historias
Un estudio realizado por The London School of Economics llamado
“Advocacy Drives Growth” indicó, entre otros datos de interés que “las
compañías con mayor nivel de boca a boca positivo, crecieron más rápido
que sus competidores y generaron mayores ventas” (Cesvet y otros,
2009). Esto es solo una demostración del poder que tiene las historias
para generar valor de marca. Las experiencias de marca son la materia
prima para generar este boca a boca positivo y las conversaciones
necesarias para generar valor. La narrativa corporativa comienza, como
ya fue mencionado, desde la propia identidad de la organización (o marca
corporativa), cuando las conversaciones internas son congruentes y
coherentes con la estrategia del negocio, el guión para generar historias
exógenas es cuestión de creatividad, visión sistémica y relaciones
humanas.
Una vez fortalecida la cultura corporativa, ofreciendo experiencias
de marca internas al talento, se podrán establecer las estrategias para
identificar, clasificar y atender los stakeholders externos que completarán
la gestalt transaccional y la narrativa de marca. Los seres humanos nos
encontramos en constantes procesos de co-creación, neurológicamente
estamos configurados para continuar relacionando elementos exógenos
con nuestros propios procesos identitarios e interpretando lo que afuera
sucede con nuestra construcción de la propia realidad. Es por esta razón
que las historias de las marcas deben ser invitacionales, que formen parte
de esa co-creación de la propia identidad de las personas, que al final, por
la dinámica conversacional, se convierte en la co-creación de la identidad
de marca que caracteriza los procesos de Branding del siglo XXI.
Ofrecer experiencias de marca inolvidables no necesariamente
quiere decir montar parodias corporativas costosas ni tendenciosas,
típicas de la génesis del Below the Line (eventos, conciertos, grandes
espectáculos de marca). Las verdaderas experiencias de marca son
sutiles, y magníficas en sus efectos y resultados. Representan la entrega
de la promesa de marca en el trato al talento humano por parte de los
niveles supervisorios y gerenciales; se reflejan en la motivación por
ofrecer calidad de servicio; se materializan en la relación de confianza que
los públicos expresan a través de palabras y conductas favorables sobre
la marca; son pruebas irrefutables de fidelidad y respeto hacia las
personas; son elementos reputacionales intachables de comportamiento
ético y de cumplimiento de leyes; las verdaderas experiencias de marca
son congruencia entre el sentir, pensar y actuar corporativo.
Marc Gobé (2002) expone que las marcas emocionales comparten
un set de valores comunes que las elevan a un codiciado estatus. Los
rasgos que las marcas emocionales comparten, según el autor y que
resumen las bases para generar conversaciones y narrativas estratégicas
son: 1) una cultura corporativa que se enfoca, por sobre todas las cosas,
en la gente, tanto dentro de la organización como en su entorno; 2) un
estilo comunicacional y filosofía que sean diferenciadoras. Esto solo se
logra a través de la congruencia entre la identidad y la comunicación de la
identidad; 3) un gancho emocional que entregue la promesa de marca, o
en otras palabras, una propuesta de valor, historias que refuercen el
compromiso que la marca tiene con sus stakeholders. Así se logran
comunicaciones a través de conversaciones.
Conclusiones
El carácter lingüístico de las conversaciones es lo que nos
diferencia de cualquier otra forma de vida, es lo que nos hace humanos.
Las organizaciones son fuente constante de actos lingüísticos que tienen
diversos efectos sobre la sociedad, representan una de las formas de
socialización concentrada más importantes en la evolución del ser
humano y fungen como laboratorio comunicacional para la formación de
los constructos teóricos que fundamentan las leyes transaccionales que
ejercemos en los dominios relacionales. En definitiva, reconocer la
importancia de las conversaciones, e incluir en los planes de
comunicación estratégica tácticas para desarrollarlas, abrirá caminos
hacia la generación de relaciones significativas entre las marcas y sus
stakeholders, relaciones entrelazadas por historias comunes, narrativas
sustentadas por la experiencias mutuas que son rasgos identitarios
legítimos e inigualables por competidor alguno.
Referencias digitales
The International Association of Business Communicators.
www.iabc.com
Referencias bibliográficas
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Employee Contribution to Strategy. Editores The International Association
of Business Communicators. San Francisco. USA.
Cesvet, B. y Otros (2009). Conversational Capital. How to create stuff
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Freeman, E. (2010). Strategic Management. A Stakeholder Approach.
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Gobé, M. (2002). Citizen Brand. 10 Commandments for Transforming
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Maturana, H. & Pörksen, B. (2004). Del Ser al Hacer. Los orígenes de la
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Pizzolante Negrón, Italo, (2006) El Poder de la Comunicación Estratégica.
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Shultz, M. Antorini, y Csaba, F. (2005). Corporate Branding.
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Branding. Copenhagen Business School Press. Copenhagen. Denmark.
Van Riel, Cees (2006). Principles of Corporate Communciations. Prentice
Hall. New York. USA.
Ely Alfonso Aquino Pineda
Licenciado en Comunicación Social, mención Comunicaciones
Corporativas de la Universidad Santa María en Caracas, Venezuela.
Especialista en Organización de Empresas, Programa Integrado en
Gerencia de la Universidad Central de Venezuela. Máster en Dirección de
Comunicaciones Corporativas de la Universidad Católica de Murcia,
España. Es Director de Endobrand, empresa de Comunicaciones
Estratégicas, Branding Corporativo y Gestión de Talento Humano para
diversas organizaciones nacionales e internacionales. Profesor invitado
en diversos postgrados y cursos avanzados en la Universidad Central de
Venezuela, el CIAP de la Universidad Católica Andrés Bello y La
Universidad Monteávila.