EL CARÁCTER DEL MINISTRO

La unción y el poder de Dios Hechos 1:8La “unción” implica que se tiene el

“poder”, pero quien tiene el “poder”, no necesariamente tiene la “unción”

Entendiendo a cabalidad“unción y poder” Dios es quien unge, esto implica que Él

realiza un acto de selección y elección concreta para escoger a un hombre para una misión específica

El ser humano elegido (hombre o mujer), es señalado por Dios, equipado y “frotado con su aceite” (sellado, avalado y confirmado por Yahveh)

El elegido o escogido se constituye en “ungido” por esta selección y señalamiento divino Dios le da su aval, empeña su firma o sello divino con él al llamarle.

El “ungido” viene a ser la persona escogida y señalada para una misión específica en la tierra. Su llamamiento obedece a una necesidad que Dios quiere suplir; él debe hacer exactamente lo que se le ordena “su unción depende de su obediencia absoluta”

La unción implica que el “escogido” ahora es separado y santificado por Dios para su obra y Misión.

El “ungido” viene a ser “el autorizado” por el cielo para la tarea asignada para cumplirla misma, el es “sellado o investido por el poder del Espíritu Santo”

Dios mismo se encarga de su “ungido”, éste es “señalado, equipado y activado en el poder de Dios (frotando con su aceite a su ungido)”

Unción esta relacionado con la palabra “autorizar” uno que es ungido es “autorizado por Dios para una misión”

Autorizar implica delegar autoridad y poder, “ungido es un receptor de poder divino, poder que se le otorga con un propósito y función específica.

Delegar implica tres cosas: enviar (a un lugar y misión determinada), mandar (gobernar y ordenar absolutamente) y comisionar (cumpliendo funciones específicas)

La unción implica recibir el poder de Dios, pero tener el poder no significa estar bajo la unción del Espíritu Santo Si ser ungido implica que el elegido es

equipado, llamado, santificado, equipado, autorizado y empoderado (recibe el poder) para una tarea asignada, entonces su tarea la ejerce “madura y sabiamente para cumplir los propósitos, diseños y planes divinos.

Un hombre podría salirse de la jurisdicción de la unción por “hacer lo que se le da la gana sin dejarse gobernar ni dirigir por Dios para alcanzar su misión”

Un hombre puede comenzar bien su ministerio bajo unción y poder, pero puede torcer su senda seducido por el “poder” y las diversas manifestaciones del Espíritu y terminar su asignación fuera de la unción de Dios.

El caminara con el tiempo que el Señor lo permita y terminará fuera de la unción Divina, sin propósito en su ministerio y lejos de su “destino profético”

El llamamiento de Dios (Efe 4:1; 1° Cor. 1:9) Todo creyente tiene un llamado por DiosLlamado viene del griego kaleo (convocar o

invitar); en algunos casos se traduce como “destino”

Esto requiere alguna condiciones:1. Reconocer el llamamiento2. Aceptarlo internamente3. Prepararse4. Esperar hasta que Dios te aparte para

cumplirlo

Desde que Dios nos llama comienza a prepararnos para el momento que nos apartará para la obra.

El tiempo de preparación depende de:1. Nosotros2. Nuestra obediencia3. Nuestra fidelidad4. Nuestro compromisoCuando Dios se satisface con nuestra

madurez y desarrollo espiritual, cuando purga de nosotros lo que impide servirle y nos rindamos a Él, entonces es el momento de promovernos, el tiempo de preparación puede ser breve o prolongado.

Muchos cristianos reconocen el llamamiento de Dios, pero no llegan al momento de su separación ¿Por qué?, entre otras cosas, porque no demuestran “fidelidad”, que es el principio más importante : 1° Cor. 4:2

¿Que implica la “separación”? Es cuando Él te prepara para la obra, es cuando el Espíritu Santo interviene para que un liderazgo reconocido, el que Dios ha puesto en autoridad, oiga de Él y confirme la hora mediante la imposición de manos.

Dios usa este tiempo de preparación para que demostremos “fidelidad” en la obra de otros, debemos servir fielmente mientras Dios nos prepara para la obra del ministerio.

Se tiene que pagar el precio de la “cruz” antes de ver la gloria de la “resurrección” La fidelidad en tu presente es la que te

prepara al ministerio. La base del ministerio es la “fidelidad” y no los

talentos o la habilidad que tengas ante Dios. El carácter es mucho más importante que la

capacidad. Cuando el poder del Espíritu Santo, se

manifiesta en nosotros, simplemente evidencia lo que Dios puede hacer en el mundo a través de nosotros, pero “Dios utilizo también una burra para que hablara”

Mi nivel de madurez no se mide por la manifestaciones de poder, sino por mi “reacción” ante las crisis Un siervo fiel es aquel que hace lo que se

le pide, pese al precio o al sacrificio. Hay gente con muchos talentos, pero muy

pocos verdaderamente fieles. Regularmente los que tienen habilidad y talentos, se aman a si mismos. 1° Cor. 8:1

El que solo tiene talentos ama su ministerio, mas el que es fiel, ama a su maestro, pastor o líder, y al ministerio que se le somete.

A Dios le interesa más tu madurez que tu ministerio, pero la madurez siempre produce ministerio.

Dios esta comprometido con los maduros, la persona que se lanza al ministerio antes de la preparación y demostrar su fidelidad…”causará mucho daño”

Las personas maduras están dispuestas a dejar su agenda, sus planes cuando estos son diferentes a los planes y tiempos de Dios, ¿Por qué? Porque confían en Dios y saben que Él es fiel en lo que ha prometido. Heb 11:11

Cuando hacemos las cosas sin orden, o antes de tiempo cancelamos la bendición de Dios de nuestro llamamiento MOISÉS

Fue probado en cuanto a su madurez, tenía carga por su pueblo, viendo la aflicción y necesidad se lanzo al llamamiento, mató a un egipcio, pero no era todavía la hora de su “separación”, por tal motivo el mismo pueblo judío no reconoció su esfuerzo y tuvo que huir para ser preparado durante 40 años por Jetro.

Moisés fue probado en cuanto a su madurez. Jetro fue el instrumento que Dios usó para probarlo en las áreas de la fidelidad y la madurez. Ex 3:10, 4:18,19

“Todo ministerio requiere responsabilidad ante una autoridad.”

EliseoEn 1 Reyes 19.19 vemos el llamamiento de Eliseo al

ministerio.Cuando el profeta Elías pasó por donde Eliseo araba,echó sobre él su manto; es decir, lo llamó a seguirle yprepararse para recibir el manto profético de Dios. Pordiez años, Elíseo le sirvió a Elías, lo amó como un

padre y amó su ministerio.

En 2 Reyes 2.1-15 observamos que cuando llegó la horade su separación al ministerio profético, Elíseo

permaneciójunto a Elías insistiéndole que no lo dejaría. Cuando Elíasle dijo a su siervo: «Pide lo que quieras», notemos queEliseo no le pidió su propio ministerio sino sus derechoscomo hijo primogénito, una doble porción del ministeriode Elías: «Te ruego que una doble porción de tu espíritusea sobre mí». Cuando Elías fue tomado por Dios el

clamorde Elíseo fue: «¡Padre mío, padre mío...» Fue entoncesque Eliseo recogió el manto de Ellas y comenzó su

ministerio profético.

Padres e hijos La relación entre Jetro y Moisés era de

padre e hijo. La relación entre Elías y Elíseo era de padre e hijo. La recompensa les vino después de haber servido fielmente a los que estaban en autoridad sobre ellos. La relación entre un líder y su pastor o su apóstol o maestro también debe ser como la de padre e hijo, o como la del Padre y el Hijo.

Proverbios 20:6 afirma: «Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad [FIEL},¿quién lo hallará?"

Proverbios 28.20 dice: «El hombre de verdad [FIEL] tendrá muchas bendiciones».

“Cuando llegue la hora de la recompensa el Señor no

dirá: «Bien, siervo bueno y capaz», sino que dirá: «Bien,

siervo bueno y fiel»”.

Cuando una persona hace lo que desea sin la bendición de Dios, cancela la bendición de su llamamiento. Si eres llamado por Dios, debes seguir el ejemplo de Moisés después de su llamamiento.

La fidelidad se manifiesta en la lealtad para servir y cumplir nuestras obligaciones y deberes para con otros. La señal de madurez cuando una persona fiel comete una infidelidad, es que tiende a arrepentirse con prontitud.

Las recompensas de la fidelidad. Dios escogió a Moisés por su fidelidad, no por

sus cualidades.Números 12 María y Aarón tuvieron un conflicto con Moisés y

hablaron contra él. Dios escuchó lo que ellos creían que estaban hablando en secreto y prontamente los llamó a cuentas. María recibió lepra y fue públicamente echada del campamento por siete días. Aarón, viendo lo que le había sucedido a su hermana, clamó a Moisés de inmediato, reconociendo su pecado y pidiendo su misericordia.

Las personas altamente calificadas son casi siemprecelosas de los que por su fidelidad tienen éxito. Es

más.muchos de los salmos de David son escritos acerca depersonas de esta índole que envidiaban la posición deDavid y el favor de Dios con él. Este batalló contra sushermanos, el rey Saúl, miembros de su corte, y aun suspropios hijos. David, que no era más que un simplepastorcillo, fue promovido por Dios. Cometió muchoserrores como rey, cayó en grandes pecados, pero

siemprese arrepintió y subió a la cúspide nuevamente.'

Tanto Moisés como David, tenían algo que los llevaba a triunfar: su fidelidad y su espíritu sencillo y dócil. Cuando eran enfrentados por sus errores, eran prontos en auto examinarse y reconocerlos.

Ninguna persona comienza su carrera profesional en la cúspide. Asimismo en la iglesia, la fidelidad se demuestra cuando servimos a otros. Proverbios 28.20 dice que: «El hombre de verdad [Fiel] tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa».

APARTADO AL MINISTERIOHch. 13: 1,2 Rom. 1:1 EL APARTAMIENTO O LA SEPARACIÓN al

ministerio es el momento en que Dios reconoce públicamente el llamamiento de un individuo, derramando sobre este la unción para llevar a cabo su propósito con él. Es la oficialización del llamado ante el Cuerpo de Cristo. Además, establece la gran responsabilidad de hablar la Palabra de Dios y ejercer su autoridad.

El momento de la separación al ministerio es lo queconocemos como ordenación

El momento de la separación al ministerio es lo que conocemos como ordenación.

Solo Dios ordena, aunque usa instrumentos humanos para hacerlo.

Hay muchos ejemplos bíblicos de este momento de ordenación:

1 Crónicas 9.22-33, David y Samuel escogieron a doscientas doce personas y las constituyeron(ordenaron) para servir en el oficio de levitas, cumpliendo diferentes cargos según el llamado de cada individuo.