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  • Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Dr. Enrique Graue WiechersRector

    Dr. Leonardo Lomel VanegasSecretario General

    Dr. Domingo Alberto Vital DazCoordinador de Humanidades

    Dra. Margarita Velzquez GutirrezDirectora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (crim)

    Comit Editorial crim

    Dra. Margarita Velzquez Gutirrezpresidenta

    Lic. Mercedes Gallardo GutirrezSecretaria Tcnica del crim

    secretaria

    Dra. Adriana Ortiz OrtegaProfesora de la Facultad de Ciencias Polticas

    y Sociales, unam

    Dra. Vernica Vzquez GarcaProfesora-investigadora del programa de Postgrado

    en Desarrollo Rural, Colegio de Postgraduados

    Dra. Elsa Mara Cross y AnzaldaProfesora de la Facultad de Filosofa y Letras, unam

    Dr. Carlos Javier Echarri CnovasProfesor-investigador del Centro de Estudios

    Demogrficos, Urbanos y Ambientales, El Colegio de Mxico

    Dra. Maribel Ros EverardoSecretaria Acadmica del crim

    invitada permanente

    Mtra. Yuriria Snchez CastaedaJefa del Departamento de Publicaciones del crim

    invitada permanente

    Consejo EditorialRed Temtica

    Gnero, sociedad y medio ambiente

    Dra. Margarita Velzquez GutirrezUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    Dra. Ivonne Vizcarra BordiUniversidad Autnoma del Estado de Mxico

    Dra. Esperanza Tun PablosEl Colegio de la Frontera Sur

    Dra. Natalia Armijo CantoUniversidad de Quintana Roo

    Dra. Martha Patricia Castaeda SalgadoUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    Dra. Mara de Ftima Flores PalaciosUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    Dra. Gilda Salazar AntnezCentro de Investigacin en Alimentacin

    y Desarrollo, A.C.

    Dra. Vernica Vzquez GarcaColegio de Postgraduados

  • Universidad Nacional Autnoma de MxicoCentro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias

    Red de Gnero, Sociedad y Medio Ambiente

    Cuernavaca, 2016

  • Este libro fue sometido a un proceso de dictaminacin por pares acadmicos externos al crim, de acuerdo con las normas establecidas en los Lineamientos Generales de la Poltica Editorial del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Agradecemos el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa para la presente edicin, a travs del proyecto de investigacin Red temtica Gnero, Sociedad y Medio Ambiente (continuidad de redes temticas), con clave de registro 271501

    Ilustracin de cubierta y diseo de forros: Daniel Domnguez Michael

    Primera edicin: 14 de octubre de 2016

    D.R. 2016 Universidad Nacional Autnoma de Mxico Ciudad Universitaria, delegacin Coyoacn, 04510, Ciudad de Mxico

    Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias Av. Universidad s/n, Circuito 2, colonia Chamilpa 62210, Cuernavaca, Morelos www.crim.unam.mx

    isbn: 978-607-02-8549-3

    Esta edicin y sus caractersticas son propiedad de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Prohibida la reproduccin total o parcial por cualquier medio sin la autorizacin escrita del titular de los derechos patrimoniales

    Impreso y hecho en Mxico

    Transformaciones ambientales e igualdad de gnero en Amrica Latina : temas emergentes, estrategias y acciones / Margarita Velzquez Gutirrez, Vernica Vzquez Garca, Ana De Luca Zuria, Dulce Mara Sosa Capistrn, coordinadoras. -- Primera edicin. -- Cuernavaca, Morelos :Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, 2016Recurso en lnea

    ISBN: 978-607-02-8549-3

    1. Amrica Latina -- Condiciones ambientales. 2. Igualdad -- Amrica Latina. 3. Mujeres y el medio ambiente -- Amrica Latina. I. Velzquez, Margarita, editor. II. Vzquez Garca, Vernica, editor. III. De Luca Zuria, Ana, editor. IV. Sosa Capistrn, Dulce Mara, editor.

    www.crim.unam.mx
  • ndice

    Transformaciones ambientales e igualdad de gnero en Amrica Latina: temas emergentes, estrategias y acciones.Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    Ana De Luca Zuria, Dulce Mara Sosa Capistrn, Vernica Vzquez Garca, Margarita Velzquez Gutirrez

    Seccin iTemaS emergenTeS

    La importancia de la interseccionalidad en la vulnerabilidad social ante eventos hidrometeorolgicos extremos en Yucatn, Mxico . . . . . . . . . . 19

    Libertad Chavez-Rodriguez

    Migracin y cambio climtico en el noroeste de Nicaragua: una visin crtica y de gnero . . . . . . . . . . . . . 43

    Claudia Radel, Birgit Schmook Lindsey Carte, Sofa Mardero

    Rompiendo el silencio: las mujeres rurales ante la expansin del uso de agroqumicos en Uruguay . . . . . . . . 69

    Marta Chiappe

    La (re)produccin socioecolgica en Amrica Latina con masculinidades cambiantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

    Susan Paulson

  • Seccin iieSTraTegiaS y accioneS

    La construccin de gnero en redd+: un estudio de caso en la Sierra Occidental de Jalisco, Mxico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

    Beth A. Bee

    Fortalecimiento de organizaciones para la gobernanza del sector energtico en Amrica Central con enfoque de gnero . . . . . . . . . . . . 147

    Jackelline Siles

    Gnero y derechos agrarios en Mxico. Reflexiones a ms de dos dcadas de la reforma de 1992 . . . . . . 173

    Vernica Vzquez Garca

    Academia en red. Generar, compartir e innovar conocimientos en materia de gnero, sociedad y medio ambiente . . . . . . . . . . 197

    Margarita Velzquez Gutirrez

    Sobre las autoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217

  • 9

    Transformaciones ambientales e igualdad de gnero en Amrica Latina: temas emergentes, estrategias y accionesIntroduccinAna De Luca Zuria Dulce Mara Sosa Capistrn Vernica Vzquez Garca Margarita Velzquez Gutirrez1

    D esde la Cumbre de Ro de Janeiro (1992) y la Cuarta Conferencia Mun-dial de la Mujer realizada en Beijing (1995), la reflexin en torno al vnculo entre el sistema de gnero y el cambio ambiental tom renovado mpetu. Al visibilizar a mujeres y hombres en el debate ambiental, los ecosistemas y recursos naturales adquirieron nuevos valores y significados. Por ejemplo, los bosques se convirtieron en ecosistemas bastante ms complejos con la cons-tatacin de los muy diversos usos que mujeres y hombres hacen de recur-sos maderables y no maderables. Al mismo tiempo, las relaciones de gnero fueron repensadas bajo la mirada ambiental. En un inicio, las mujeres fue-ron consideradas actrices clave en el combate a la deforestacin, debido al uso que le dan a la lea como combustible; el pensamiento feminista dio un paso ms all y propuso comparar el derribamiento de lea para uso doms-tico con la tala de maderables para uso comercial, demostrando que los usos masculinos del bosque pueden ser ms nocivos que los de las mujeres. Cada recurso natural tiene su propia dinmica de gnero y para entenderla es necesario cuestionar conceptos bsicos tales como la separacin pblico/privado, trabajo, cuidado, necesidades bsicas, identidad.

    Este libro rene un conjunto de captulos que, a ms de 20 aos de las conferencias de Ro y Beijing, siguen explorando estos vnculos y redefi-niendo los espacios y relaciones productivas y reproductivas de hombres y

    1 Los nombres de las coautoras se enuncian en orden alfabtico.

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    mujeres. En las dos dcadas que han transcurrido desde entonces, la gravedad de los problemas ambientales no slo ha aumentado, sino que tambin han surgido otros nuevos, por ejemplo, la expansin de la biotecnologa hacia cultivos tra-dicionales, la posibilidad de desaparicin de pases insulares con el aumento del nivel del mar o la expulsin de poblaciones por desastres ambientales (Sassen, 2014). En los aos noventa segua la resaca del Informe Bruntland (wced, 1987) que defenda la posibilidad del desarrollo sustentable. Actualmente, el trmino sustentable se utiliza poco debido a su escaso poder explicativo, y menos en binomio con el trmino desarrollo. Algunos organismos inter-nacionales del Sistema de las Naciones Unidas siguen considerando que es posible lograr un cambio dentro del modelo econmico vigente a travs de la llamada economa verde, pero la sociedad civil cuestiona cada vez ms la viabilidad de dicho modelo. El hecho de que las reuniones mundiales para combatir el deterioro ambiental tengan que realizarse en sitios fsicamente separados, con los negociadores/as oficiales por un lado y la sociedad civil por el otro, as lo constata.

    A pesar de estos desencuentros, actualmente existe un consenso global en el sentido de continuar con la bsqueda de mecanismos que hagan posi-ble poner fin a todas las desigualdades sociales, en todas sus formas y dimen-siones, en un marco de respeto y armona con los sistemas fsico-biticos del planeta. El propsito es asegurar a todas las personas condiciones que les permi-tan desarrollar sus capacidades y potencialidades en un contexto de dignidad e igualdad, as como mantener y sostener el medio natural que posibilita la vida humana. En este sentido, hace apenas un ao, se propuso una nueva agenda de desarrollo, conocida como Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Al apro-barla, todas las naciones acordaron trabajar para lograr 17 objetivos, entre los que estn contemplados temas ambientales, tales como la promocin de la agricul-tura sostenible, la provisin de agua y energa, el impulso de una industria verde y de patrones de consumo y produccin sostenibles, as como de las acciones inmediatas que deben desarrollarse para frenar el cambio climtico. Asimismo, la meta cinco est centrada en el logro de la igualdad de gnero, considerada como elemento central para concretar la agenda en su conjunto (onu, 2015).

    Los captulos del presente libro tocan algunas de las preocupaciones centrales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, as como temas emergentes en la actual agenda ambiental internacional, poniendo al sistema

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    de gnero en el centro del anlisis. As, la perspectiva de gnero ilustra los procesos que continan produciendo desigualdades estructurales que perju-dican a ciertas poblaciones. Lo anterior es particularmente importante para la regin de Amrica Latina, donde se viven procesos rampantes de degradacin ambiental, desigualdades econmicas, crisis polticas, falta de credibilidad ins-titucional, corrupcin, adems de altos ndices de violencia. Esta obra es espe-cialmente relevante porque ahonda en las particularidades de nuestra regin, pues si bien es cierto que los estudios sobre el tema a nivel internacional han sido clave para entender el entretejido del gnero con procesos ecolgicos, este libro esclarece estos procesos segn las especificidades latinoamericanas.

    El libro ofrece un panorama de la complejidad de los nuevos retos a la que nos enfrentamos, as como de la necesidad de respuestas interconectadas que requieren formar alianzas en distintos sectores como la sociedad civil, la acade-mia y los gobiernos nacionales. Quedar claro para el lector/a la necesidad de un cambio estructural en Amrica Latina que ponga fin a las inequidades y a la degradacin ambiental. Se evidencian situaciones que develan las difi-cultades a las que se enfrentan mujeres y hombres, ms all de los estereotipos, apuntando a que el camino hacia la sustentabilidad requiere abordar aquellos procesos que continan produciendo desigualdades. As, la pregunta central del libro es: cmo seguir con la lucha por las reivindicaciones feministas, lograr jus-ticia y equidad de cara a las nuevas transformaciones ambientales?

    El libro est dividido en dos partes. La primera, denominada Temas emer-gentes, concentra estudios de caso que proponen nuevas problemticas y abor-dajes. Entre ellos se encuentran los componentes de gnero, clase y edad que determinan la vulnerabilidad social de mujeres y hombres ante fenmenos hidrometeorolgicos; patrones migratorios de gnero y su relacin con el cam-bio climtico; respuestas de las mujeres ante cultivos transgnicos, y el papel de la masculinidad en el aprovechamiento de recursos naturales. La segunda parte del libro se concentra en las estrategias y acciones instrumentadas para combatir tales problemticas, por ejemplo, la reduccin de emisin de gases de efecto invernadero (gei) a travs del mecanismo de Reduccin de Emisiones por Deforestacin y Degradacin de los Bosques (redd+), la gobernanza de gnero en el sector energtico y agrario, y las propuestas organizativas de acad-micas y acadmicos para generar conocimiento y compartir informacin capaz de enfrentar estos retos.

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    El primer captulo, escrito por Libertad Chavez-Rodriguez, analiza las distintas caractersticas que determinan la vulnerabilidad social frente a eventos climticos extremos. Chavez-Rodriguez propone el concepto de interseccio-nalidad para explicar las conexiones transversales de gnero con otras catego-ras de diferencia y desigualdad (edad, origen tnico, ingresos y situacin de pobreza, discapacidad/movilidad). La interaccin entre estas categoras se ilus-tra mediante un estudio de caso sobre inundaciones provocadas por huracanes en la costa norte de Yucatn, tomando en consideracin la percepcin subje-tiva del riesgo de desastre, la exposicin a eventos meteorolgicos extremos y las capacidades de manejo de emergencias y superacin de desastres. El trabajo de Chvez-Rodriguez es particularmente interesante porque desdice cualquier afirmacin previamente dada sobre la supuesta vulnerabilidad de las mujeres. Por ejemplo, las tareas riesgosas son asignadas a hombres adultos, las personas de edad avanzada son ms renuentes a evacuar una zona de peligro, los hom-bres jvenes conciben la entrada de un huracn como una aventura, las mujeres adultas se muestran ms dispuestas a buscar refugio y asumen responsabilidades de cuidado. Esta situacin normaliza los roles tradicionales de gnero, consolida jerarquas prevalecientes y aumenta la vulnerabilidad social de las mujeres. No se trata de una vulnerabilidad inherente, sino que ms bien es producto de su posicin subordinada y socialmente construida. Este captulo aporta a la mejor planeacin de prevencin de desastres, una gestin del riesgo que considere las necesidades especficas de todas las personas.

    Como Libertad Chavez-Rodriguez, Claudia Radel y colaboradoras dejan atrs las explicaciones fciles para proponer un modelo multifactorial que expli-que la migracin a partir de factores climticos, polticos y socioeconmicos. Las autoras examinan la migracin en Sotomillo, un municipio rural dedicado a la agricultura y caracterizado por estar en la zona ms seca de Nicaragua, marcado por precipitaciones irregulares que han ido provocando inseguridad alimentaria. Aunado a lo anterior, la poltica agraria ha conducido a una distribucin desi-gual de la tierra, donde la mayor parte de los habitantes, los ms pobres, posee la menor parte de la tierra, situacin que afecta especialmente a las mujeres. Tales circunstancias han limitado la produccin agrcola, lo que ha llevado a cier-tos sectores de la poblacin a migrar. El anlisis de gnero permite entender la experiencia diferenciada de hombres y mujeres, la forma en la que se toma la decisin de migrar y los distintos destinos migratorios. Esta investigacin se

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    desmarca de la figura del refugiado climtico, argumentando que el cambio climtico es tan slo uno entre muchos factores que intervienen en el proceso.

    Utilizando fuentes hemerogrficas y entrevistas de campo, Marta Chiappe sistematiza las denuncias de las mujeres en torno de la soya, cultivo que en aos recientes se ha convertido en uno de los principales productos de exportacin de Uruguay. El uso de agroqumicos, tanto de fertilizantes como de plaguici-das, aument drsticamente con la intensificacin del cultivo, especialmente el empleo del herbicida glifosato. Este producto es nocivo para el ambiente y la salud humana; el dao se expresa en ardor en los ojos, nariz y garganta, abortos espontneos y malformaciones en fetos, siendo los nios y nias de zonas rura-les, las mujeres embarazadas y los trabajadores expuestos los sectores ms vulne-rables. La regulacin del glifosato ha sido insuficiente, fue elaborada de forma apresurada y no se cumple a cabalidad. Las mujeres han tenido un papel prota-gnico en efectuar denuncias, y gracias a ellas se han podido visibilizar las afec-taciones en la salud. Son las maestras de escuelas rurales y las mujeres que viven en establecimientos colindantes a donde se fumiga las que tienden a hacer ms denuncias, ya que el arraigo en la regin y los lazos econmicos con el sector agropecuario impiden que stas se realicen. La autora concluye que es indispen-sable superar estos obstculos para generar mayor consciencia sobre los impac-tos de agroqumicos y trastocar las estructuras patriarcales que mantienen a las mujeres rurales en una situacin de subordinacin y riesgo para su salud.

    El captulo de Susan Paulson cierra la primera parte del libro con un tema que est en deuda con los estudios sobre gnero y medio ambiente: la relacin entre masculinidades y deterioro ambiental. La autora retoma la organizacin histrica que prevalece en Amrica Latina, basada en una divisin dicotmica: por un lado, las actividades productivas, asociadas con lo masculino, y a las cua-les se le da gran valor, y por otro, las actividades reproductivas, identificadas con lo femenino y constantemente invisibilizadas. En esta forma de organizacin, los hombres se dedican a actividades que degradan el medio ambiente (mine-ra, ganadera, produccin de petrleo) para cumplir con las imposiciones de masculinidad. La autora ilustra su argumento con tres estudios de caso donde la organizacin socioecolgica se transform por el papel de los hombres en actividades productivas: el henequn en Yucatn, Mxico; el maz comercial en Loja, Ecuador, y el trabajo migratorio de los chilotes en Chile. La regin latinoamericana ha presenciado un intenso desgaste ambiental asociado con

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    un aumento en la violencia hacia y entre los hombres. Ante esta situacin, Paulson propone el resquebrajamiento del paradigma que separa a las activi-dades productivas de las reproductivas y hace un llamado para que los futuros estudios sobre gnero y medio ambiente consideren el anlisis de las mas-culinidades, las subcategoras de hombre y su participacin en los paisajes socioecolgicos.

    La segunda parte del libro, Estrategias y acciones, abre poco a poco la mirada a distintas alternativas. El trabajo de Beth A. Bee analiza cmo se ha construido el componente de gnero en el mecanismo de redd+ en la Sierra Occidental de Jalisco. Dicho mecanismo parte de la idea de que incor-porar a las mujeres es una manera de mejorar la eficiencia en la obtencin de resultados, tanto en trminos de proteccin de bosques como de desarrollo, presuponiendo que esta inclusin sirve para promover la igualdad de gnero. Bee encuentra que la eleccin de mujeres jvenes como representantes ejida-les otorga ms puntos a las solicitudes presentadas por los ejidos, pero dicha participacin no siempre se traduce en empoderamiento femenino. Bee con-cluye que, a pesar de que en los programas se contemple la inclusin de muje-res y otros grupos marginados, la calidad de su participacin vara en funcin de otras circunstancias, por ejemplo, la edad y relacin con la tierra.

    Jackelline Siles, por su parte, aborda un tema hasta ahora poco trabajado en Amrica Latina: el de las interacciones entre los sistemas de gnero y los de produccin y distribucin de energa. Su trabajo se concentra en la sistemati-zacin y anlisis de cuatro redes nacionales de gnero y energa instrumenta-das en el marco de la iniciativa Mujeres como agentes de cambio en el sector energtico, impulsada por la Unin Internacional para la Conservacin de la Naturaleza (uicn) y la Red Internacional Energa sobre Gnero y Energa Sos-tenible (energia). El objetivo de estas redes fue la puesta en marcha de proce-sos que permitieran incorporar el enfoque de gnero en el sector energtico en cuatro pases centroamericanos: Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. La autora explora las oportunidades, los obstculos y las limitaciones que dichas redes encontraron para incidir de manera efectiva en la institucionalizacin y transversalizacin de la perspectiva de gnero en el sector energtico de cada pas. El texto ilustra cmo las redes pueden incidir de manera positiva en proce-sos de institucionalizacin y transversalizacin del enfoque de gnero a nivel de instancias gubernamentales, as como en el desarrollo de polticas energticas.

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    Contar con datos certeros sobre el acceso y las formas de control de las mujeres sobre la tierra es crucial para la construccin de sistemas agrcolas sos-tenibles, as como para el xito de cualquier accin de mitigacin o adaptacin al cambio climtico. Partiendo de la premisa de que los derechos de propiedad son relaciones entre personas, Vernica Vzquez Garca analiza el acceso de las mujeres a la tierra en Mxico a ms de 20 aos de la contrarreforma agraria de 1992. Si bien 27% de los propietario/as de tierras en el pas es de sexo femenino, aquellas con derechos plenos en los ncleos agrarios (ejidatarias y comuneras) son minora, adems de que tienen 56 aos en promedio, porque la herencia ha sido y sigue siendo el medio ms importante para que las mujeres reciban tierra. El trabajo cierra con una reflexin sobre el futuro de la propiedad social en un contexto de migracin y falta de relevo generacional y sus implicaciones para la gobernanza del sector agrario.

    El libro termina con un captulo que muestra cmo la sociedad civil puede organizarse para construir propuestas capaces de enfrentar todos estos retos. Margarita Velzquez analiza las caractersticas y la dinmica de trabajo de la Red Temtica de Investigacin en Gnero, Sociedad y Medio Ambiente (Red gesma), cuyo objetivo es desarrollar una agenda de investigacin e inci-dencia social que contribuya a la produccin de conocimiento cientfico para entender y transformar el conjunto de relaciones sociales, de produccin y de reproduccin social, que generan desigualdades sociales y de gnero, as como transformaciones y cambios ambientales. Entendida como una red que produce conocimiento, Velzquez seala que la intencin de sta es tambin promo-ver acciones que permitan el intercambio y la transferencia de lo que se crea y aprende. De acuerdo con esta autora, la interaccin social a travs de las redes se ha convertido hoy en da en un mecanismo til no slo para la produccin de conocimiento de frontera, sino tambin para la innovacin social. Lograr estos propsitos no es tarea fcil, ya que la articulacin de las redes de conocimiento implica armar una estructura de colaboracin y trabajo en donde las interac-ciones estn basadas en la confianza y credibilidad mutuas. As, de acuerdo con Velzquez, el reto est en desmontar estrategias de organizacin tradicionales y verticales a fin de construir e institucionalizar formas de organizacin novedo-sas y flexibles cuyas estrategias de gobernanza permitan establecer marcos de referencia comn y reglas de trabajo y colaboracin consensuadas que hagan fluir dilogos y acciones colectivas. Concluye que el trabajo en red es tambin

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    un medio propicio para la formacin de futuras y futuros investigadores, ya que les permite conocer una forma de trabajo colectiva y desarrollar nuevas capa-cidades para la produccin de conocimiento multi, inter y transdisciplinario.

    Los captulos contenidos en este libro brindan la oportunidad de reflexio-nar sobre los nuevos retos socioambientales que enfrentan las sociedades lati-noamericanas y las alternativas que se han ido construyendo en el camino. El cambio climtico por s mismo tiene tantas aristas que puede mirarse desde las localidades (huracanes en Yucatn, sequas y migracin en Nicaragua), las pro-puestas internacionales para combatirlo (redd+), y las estrategias nacionales de gobernanza energtica y agraria de cada gobierno. La biotecnologa ha impli-cado la transformacin de paisajes y modos de vida de muchas regiones del continente; sus implicaciones para hombres y mujeres apenas comienzan a ser sistematizadas, mucho menos comprendidas. El libro deja como legado estos aprendizajes, adems del importante esfuerzo del trabajo en red que facilita la bsqueda colectiva y horizontal de alternativas y soluciones.

    Bibliografa

    Organizacin de las Naciones Unidas [onu] (2015), Transforming our World: The 2030 Agenda for Sustainable Development. A/RES/70/1.

    Sassen, S. (2014), Expulsions. Brutality and Complexity in the Global Economy, Londres, Harvard University Press.

    World Commision on Environment And Development (wced) (1987), Our Common Future (Brundtlland Report), Nueva York, Organizacin de las Naciones Unidas.

  • Seccin iTemas emergentes

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    La importancia de la interseccionalidad en la vulnerabilidad social ante eventos hidrometeorolgicos extremos en Yucatn, MxicoLibertad Chavez-Rodriguez

    Introduccin

    L os efectos del cambio climtico global incluyen tanto la degradacin progresiva de las condiciones medioambientales como el aumento de la frecuencia y la intensidad de fenmenos meteorolgicos extremos. Even-tos hidrometeorolgicos, como lluvias torrenciales prolongadas, huracanes y marejadas, han sido asociados con las consecuencias del cambio clim-tico global, particularmente a partir del Informe especial sobre eventos extremos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climtico (ipcc, 2012). Tales eventos presentan marcadas diferencias en sus impactos tanto regionales como en diferentes niveles socioeconmicos, siendo mayor el impacto en las comunidades y grupos sociales en situacin de pobreza. La feminizacin de la pobreza y las inequidades de gnero prevalecientes, a pesar de los avances alcanzados por ejemplo, en relacin con el acceso de las mujeres a diversos recursos de seguridad social, salud, educacin, tra-bajo remunerado y oportunidades laborales estables (Coneval, 2013; onu, 2014), apuntan a un sesgo de gnero en la vulnerabilidad social frente al cambio climtico.

    Existen diversos estudios sobre cambio climtico y gnero en el mbito de la investigacin sobre desastres, los cuales examinan sobre todo la situa-cin de las mujeres y desastres ocurridos en pases en vas de desarrollo (Aboud, 2011). Tales investigaciones han reportado impactos de gnero dife-renciados; un resultado central es que las probabilidades de supervivencia de las mujeres son ms bajas que las de hombres (Neumayer y Plmper, 2007). Por ejemplo, en las inundaciones de 1991, en Bangladesh, se registr

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    una mortalidad femenina de 3 a 5 veces mayor que la masculina (Aguilar, 2004). Adems, sobre todo debido a los roles de gnero relacionados con la sociali-zacin basada en el gnero, se ha encontrado un impacto mayor, o bien, una mayor susceptibilidad entre las mujeres sobrevivientes de desastres en compa-racin con los hombres en diferentes mbitos: las mujeres experimentan un deterioro mayor de sus condiciones de salud, un incremento en las cargas de trabajo y una mayor vulnerabilidad econmica; tambin es frecuente su dis-criminacin en el acceso a fuentes de compensacin de daos y ayuda para la reconstruccin, ya sea por cuestiones de socializacin o por fallas institucio-nales; adems, se ha constatado un incremento en el riesgo de las mujeres de sufrir experiencias de violencia sexual basada en el gnero. Lo anterior se ha sustentado empricamente en estudios sobre desastres ocurridos en el sur de Asia (Mehta, 2007), sur de frica (Wamukonya y Rukato, 2001), Latino amrica (Enarson, 2007) y Mxico (Castaeda, Campusano, Moya et al., 2007; Mart-nez, 2012); especficamente para la regin de estudio en Yucatn, destacan los trabajos de Mungua Gil, Mndez Crdenas, Mura Beltrn y Noriega Ram-rez (2009), Mungua Gil y Mndez Crdenas (2012) y Soares y Milln (2014).

    La importancia de la categora de gnero en situaciones de desastre es bastante clara; sin embargo, se sabe relativamente poco acerca de la relevancia de las conexiones transversales del gnero con otras categoras de diferencia y desigualdad en la determinacin de la vulnerabilidad social ante desastres, tales como clase social, raza incluyendo marcadores intrnsecamente rela-cionados con raza, racismo y racializacin, como etnia y origen tnico (Mollett y Faria, 2013), edad, nacionalidad, condicin fsica y mental, movilidad, dife-rentes estilos de vida y formas de organizacin familiar, como lo constatan Vz-quez, Castaeda, Molina et al. (2015) para Mxico.

    La idea de examinar otras formas de diferenciacin social, adems del gnero, surge del reconocimiento de que no todas las mujeres y no todos los hombres son igualmente vulnerables; existen grandes diferencias al interior de los gru-pos de las mujeres y los hombres, segn sus caractersticas socioeconmicas y situaciones de vida, con lo cual tienen experiencias diferentes durante eventos meteorolgicos extremos, dependiendo de su vulnerabilidad social. Al mismo tiempo, las consecuencias de los fenmenos meteorolgicos extremos pueden exacerbar la vulnerabilidad social de ciertas personas o grupos de personas y reducir su capacidad de adaptacin a condiciones medioambientales cambiantes.

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    Tomando en cuenta lo anterior, a partir de un estudio de caso sobre inun-daciones a causa de huracanes en la costa norte de Yucatn, Mxico, este tra-bajo tiene por objetivo examinar la relevancia del gnero y de las relaciones de gnero en conexin transversal con otras dimensiones de diferenciacin social en la configuracin de la vulnerabilidad social ante fenmenos meteorolgi-cos extremos, incluyendo aspectos de percepcin subjetiva del riesgo de desas-tre, exposicin a eventos meteorolgicos extremos y capacidades de manejo de emergencias y superacin de desastres.

    A continuacin se describe la metodologa del estudio. La siguiente sec-cin presenta consideraciones tericas que sirven de base al estudio, enfatizando las nociones relativas al enfoque de la interseccionalidad. Enseguida se incluyen los principales hallazgos de la investigacin, mostrando tanto los resultados rela-tivos a la relevancia del gnero como los relativos al papel de la interseccionali-dad en la vulnerabilidad social ante fenmenos hidrometeorolgicos extremos. La ltima seccin presenta las conclusiones acerca de la importancia del enfo-que de la interseccionalidad en la gestin de riesgos de desastres.

    Metodologa

    De noviembre de 2008 a febrero de 2009 se realiz trabajo de campo en los municipios costeros de Sinanch, Motul y Yoban, en el estado de Yucatn, Mxico, cuyos habitantes han experimentado recurrentemente los efectos de huracanes y tormentas tropicales (Garca, 2003). Se emplearon herramientas cualitativas de investigacin social, principalmente entrevistas a expertos/as y grupos focales. Se realizaron 13 entrevistas a expertos y expertas: 3 miembros de la academia con lneas de investigacin relacionadas con gnero y medio ambiente, 5 de organizaciones gubernamentales y 5 de organizaciones no gubernamentales a nivel comunitario, local y regional (ong), en las reas de ges-tin de riesgos de desastres (proteccin civil), poltica am bien tal y poltica de equidad de gnero. Los objetivos de las entrevistas fueron la identificacin de grupos particularmente vulnerables ante huracanes y sus consecuencias, y la valoracin de posibles diferencias o inequidades de gnero en cuanto al impacto de huracanes, la percepcin del riesgo y el manejo de la emergencia. Las entre-vistas tambin facilitaron el acceso y contacto con grupos comunitarios para la conformacin de los grupos focales.

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    En los 8 grupos focales realizados participaron habitantes de las localida-des rurales de Sinanch, Chabihau, Santa Teresa y San Crisanto, as como de la localidad semirrural de Motul de Carrillo Puer to, todas afectadas de manera importante por el huracn Isidoro de categora 3 que toc tierra en Telchac Puerto el 22 de septiembre de 2002 y por la consecuente inundacin por llu-vias torrenciales, marejada y desbordamiento de la cinaga. En total participa-ron 69 personas, 50 mujeres y 19 hombres adultas/os de entre 18 y 80 aos; 54% de los participantes pertene ce a la etnia maya. Se conformaron 4 grupos heterogneos con respecto al gnero y 4 homogneos (3 de mujeres y 1 de hombres), de entre 7 y 11 personas cada uno. Cuatro de los grupos se confor-maron con grupos comunitarios establecidos ya sea por cuestiones productivas como pesca y produccin artesanal, o bien, para la realizacin de tareas comu-nitarias, como la reforestacin; el resto se conform por grupos de vecinos invitados por personas clave de ong. La discusin gir alrededor de sus expe-riencias personales y estrategias de manejo de la emer gen cia ante el huracn Isidoro, el cual fue devastador en la regin tanto en trminos socio econ micos como socioambientales (Berlanga, Domnguez, Gavaldon et al., 2003).

    El estudio del material de campo se realiz mediante un anlisis de conte-nido cualitativo, considerando, por una parte, una divisin analtica de la vulne-rabilidad social en tres dimensio nes: percepcin subjetiva del riesgo de desastres, exposicin a fenmenos meteorolgicos extremos y capacidades de manejo y superacin. Por otra parte, los resultados se sistematizaron con base en las dimensiones de gnero para el anlisis de datos propuesta por Connell (2002): divi sin del trabajo, relaciones de poder, emociones y relaciones humanas y cul-tura y simbolismo.

    Consideraciones tericas

    En la base terica-metodolgica de la investigacin se sitan cuatro conceptos tericos que conviene aclarar: gnero, interseccionalidad, vulnerabilidad social y desastres.

    El trmino gnero se entiende como el resultado de procesos sociales. Tiene que ver con diferencias construidas socialmente entre hombres y muje-res y las relaciones entre ellos. Para los propsitos de este trabajo, se emplea la

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    nocin de gnero como doing gender, que se refiere a una perspectiva que posi-ciona la construccin del gnero, su produccin y reproduccin en el centro del anlisis. El concepto doing gender seala que la afiliacin de gnero y la identidad de gnero deben ser considerados como procesos en continua produccin, los cuales se realizan junto con prcticamente cada actividad humana (Gildemeis-ter, 2010, p. 137, traduccin propia [trad. propia]). As, gnero se define como una actividad siempre en proceso en cada accin en los niveles de la percepcin, la interaccin y la poltica de la vida diaria (West y Zimmerman, 1987). As, los grupos focales se realizan bajo el supuesto de que los procesos de validacin intersubjetiva del gnero permean las interacciones que tienen lugar en ellos.

    Las interconexiones entre gnero y otras formas de diferencia o desi-gualdad social son de inters particular para responder a la pregunta de inves-tigacin. El concepto de inter seccionalidad se presta para explicar y describir las interrelaciones entre varias categoras de diferenciacin social que, en caso de desastres, pueden contribuir a la profundizacin de la vulnerabilidad social previamente existente, o bien, a su surgimiento. A estas categoras pertenecen, por una parte, la trada de ejes de desigualdad: gnero, clase y raza, relaciona-das con diferentes formas de opresin social, como exclusin, devaluacin y subordinacin. Por otra parte, se encuentran categoras que apuntan a otras for-mas de diferenciacin entre individuos, que incluyen edad, salud fsica y men-tal y diversas formas de organizacin familiar. El origen terico del concepto interseccionalidad se remonta al feminismo negro angloamericano de los aos setenta, el cual criticaba con fuerza al feminismo blanco convencional, temati-zando primordialmente problemticas de racismo entre mujeres y el descono-cimiento de diferencias de clase y condiciones de vida de mujeres lesbianas. Se abordaban cuestiones de posicionamiento poltico y epistemolgico relativas al sujeto colectivo de la poltica feminista (poltica identitaria) y del sujeto de estu-dio de la teora feminista, es decir, la pregunta sobre quines son las mujeres (Knapp, 2001). La nocin de interseccionalidad ha sido muy productiva en el campo de los estudios de gnero y ha evolucionado a lo largo del tiempo a tra-vs de su apropiacin en otros contextos disciplinarios, por ejemplo, en la eco-loga poltica feminista (Mollett y Faria, 2013). Segn una definicin integral ms actual de Lykke (2010), la interseccionalidad debe ser entendida en dos for-mas: 1) como una herramienta para analizar cmo interactan tipos especfi-cos de diferenciales de poder basados en categorizaciones estructurales, como

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    gnero, etnicidad, raza, clase, sexualidad, edad/generacin, dis/capacidad, nacio-nalidad, lengua, entre otros, y a la vez, 2) como una herramienta para analizar cmo los sujetos negocian las relaciones de poder y las condiciones en las que estn inmersos a nivel individual. En el contexto del anlisis de la vulnerabilidad social ante amenazas naturales se consideraron como marco terico adecuado perspectivas que se centran en los diferenciales de poder basados en categoriza-ciones estructurales, es decir, la primera parte de la definicin de Lykke, como se muestra a continuacin.

    West y Fenstermaker (1995) desarrollaron una nueva perspectiva sobre la interseccionalidad de categoras sociales con su enfoque doing difference. Las autoras expanden el concepto doing gender a otras categoras de diferencia, comprendindolas como acciones interactivas continuas o realizaciones con-tinuas, enfatizando que las categoras gnero, clase y raza tienen mecanismos similares en lo que se refiere a la emergencia de desigualdades sociales, si bien sus implicaciones y caractersticas difieren significativamente (West y Fenster-maker, 1995). Su anlisis se centra en la interaccin social y las prcticas sociales entre individuos, conside rando las categoras gnero, clase y raza como procesos simultneamente construidos, como producciones dinmicas cambiantes y sen-sibles al contexto. En este sentido, los individuos orientan constantemente su comportamiento a lo que se espera de ellos, a las expectativas normativas de su comportamiento. Esto es as porque sus acciones estn inmersas en institu-ciones y prcticas sociales institucionalizadas (West y Fenstermaker, 1995).

    Segn la lectura crtica de Walgen bach (2007) a este enfoque, si sigui-ramos la argumentacin de West y Fenstermaker, procesos como el colonia-lismo, la esclavitud o la desigualdad en el acceso a los recursos deberan poder ser explicados a travs de los procesos de doing difference, lo cual parece ser difcilmente comprensible; es decir, los procesos de doing difference como ori-gen de las desigualdades so ciales y no como resultado de estructuras de poder racistas o sexistas. En contraposicin, Walgen bach (2007) propone el concepto de la interdependencia (interdependenz), el cual se enfoca en la interde pen-dencia de categoras sociales, colocando al frente las complejas relaciones de poder (p. 61, trad. propia). La autora conceptualiza la dominacin estructural de determinadas categoras socia les como una relacin de dominacin his-trica, social, poltica y cultural, la cual permea varios sectores sociales y da forma a las realidades de vida de manera fundamental. Este dar forma no se

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    entiende en sentido determinista, sino como un producto de luchas y fuerzas sociales (Walgenbach, 2007, p. 56, trad. propia). La dominacin estructural de categoras interdependientes es reproducida a diferentes niveles y en diferen-tes mbitos. As, la reproduccin de las relaciones de dominacin tiene lugar en los mbitos de la economa, la legislacin, la poltica, la cultura o el cuerpo. Estos mbitos o campos despliegan la dominacin a varios niveles de los que toman su poder y desde donde son conformados (Walgenbach, 2007, p. 58, trad. propia). Este trabajo se basa en el supuesto de que uno de esos campos es precisamente el rea de la proteccin civil y el manejo de riesgos de desastres, en los niveles de las estructuras sociales, las instituciones y las prcticas sociales.

    El concepto de vulnerabilidad social retoma la definicin de Clark, Moser, Ratick et al. (2005, p. 198, trad. propia), quienes la consideran como la inca-pacidad diferenciada de las personas para hacer frente a las amena zas, con base en la posicin de los grupos, tanto en el mundo fsico como en el social. Apli-cando esta definicin a las consecuencias del cambio climtico, una reduccin de la vulnerabilidad social existente en el presente significa una reduccin en la vulnerabilidad social ante impactos potenciales del cambio climtico. Del mismo modo, la definicin de desastres ante amenazas adopta una perspectiva en la que stos son considerados como construcciones sociales, lo que signi-fica que sus impactos se pueden evitar o cuando menos minimizar. As, la ocu-rrencia de catstrofes es el resultado de la combinacin de un fenmeno natural extremo con el conjunto de elecciones, decisiones y acciones humanas a nivel individual y colectivo (Clark, Moser, Ratick et al., 2005; Mehta, 2007).

    A continuacin se presentan los principales hallazgos de la investigacin, tanto a partir de los grupos focales como de las entrevistas a expertos y expertas.

    Resultados empricos

    Los resultados del estudio de caso en Yucatn muestran que los procesos de construccin del gnero (doing gender) tienen influencia permanente en las prcticas sociales relacionadas con el manejo y gestin de desastres y de riesgos de desastres a niveles individual, relacional e institucional. La evidencia emprica resalta tambin la importancia de las conexiones interseccionales de la categora de gnero con otras como las de desigualdad y diferencia como determinantes de

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    la vulnerabilidad social. En las siguientes tres secciones se ilustran los principales hallazgos del estudio a travs de las reas temticas consideradas como dimen-siones analticas de la vulnerabilidad social ante eventos meteorolgicos extre-mos: la percepcin subjetiva del riesgo de desas tres, las reas de impacto relativas a la exposicin a fenmenos extremos y las capacidades de manejo y supera-cin de desastres.

    Percepcin subjetiva del riesgo de desastres

    En cuanto a la percepcin subjetiva de riesgos de desastres, se encontraron dife-rencias de gnero, aunque poco marcadas. Los resultados apuntan a una mayor percepcin relativa de riesgos de desastre entre las mujeres en comparacin con los hombres. Las diferencias se muestran, por un lado, en la estimacin indivi-dual de la probabilidad de ocurrencia de un evento meteorolgico extremo. Las mujeres se mostraron ms dispuestas a buscar refugio seguro y a realizar los pre-parativos correspondientes para salir de sus viviendas, independientemente de los avisos oficiales de evacuacin. Las mujeres, en comparacin con los hombres, pusieron ms atencin a las alertas oficiales e informaciones sobre la entrada del huracn, y otorgaron mayor credibilidad a la informacin proveniente de otras mujeres vecinas y de los medios masivos de comunicacin.

    Gloria:1 Estaban pasando el noticiero en la tele y ya como a la una de la noche estoy buscando el noticiero y estn diciendo que iba a entrar por aqu, por el puerto de Progreso, y le dije a mi marido: Yo no me qued aqu, est viniendo el cicln!. Y me dice: No es! [] No viene, es slo viento!. Y ya cuando amaneci vi que la lluvia no pasa, puro lloviz no y (yo asustada) [] Y le digo: Yo me estoy yendo con mi mam, no me qued aqu! [] Est lloviz nando y est anegado, ya estaba subiendo el agua ac [] Y me fui con mi mam y ya como a la una de la tarde empez el viento fuerte (6/11).2

    Mara: Y cuando oigo que hay cicln, yo soy la primera que salgo (7/42).

    1 Por razones de confidencialidad, todos los nombres de personas han sido modificados.2 Las referencias al final de los pasajes de grupos focales corresponden al nmero de grupo

    focal y el nmero de cita con el que se identifica el testimonio, por ejemplo, (6/11) significa que el pasaje corresponde al grupo focal 6 y es la cita nmero 11.

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    Por otro lado, se encontr una asignacin de tareas de riesgo basada en el gnero, en la que tareas consideradas como de mayor riesgo se asignan a los hombres, en tanto que son ellos quienes usualmente permanecen en los pueblos, antes y durante el huracn. Tambin fue comn la demostracin de una actitud de mayor valenta frente a la exposicin al impacto del huracn, la cual puede ser considerada como parte de la expectativa propia del rol de gnero masculino. Estos resultados coinciden con los de otros estudios, por ejemplo, sobre los huracanes Mitch en 1998 (Correia, 2001) y Karl en 2010 (Sosa, 2014).

    Con respecto a la percepcin del riesgo de desastres y los comportamien-tos de riesgo, la categora de gnero parece desempear un papel importante en estrecha interdependencia con las categoras de edad y situacin econmica. Los resultados empricos indican que las personas mayores, especialmente los hombres de edad avanzada, mostraron relativamente poca disposicin para eva-cuar las zonas de riesgo.

    Sonia: Mi suegro, le estoy diciendo: Vamos, papito, vamos!. Porque pues Car-los [pareja] no poda salir porque tena calentura; le digo: Vamos!. No quiero ir, ya te dije que aqu es mi casa, y si me voy a morir [ser] en mi casa! (3/45).

    Las y los jvenes, a su vez, especialmente los hombres, asocian la experien-cia personal del huracn con la aventura. Por ejemplo, salieron a las calles para experimentar por ellos mismos la intensidad y la potencia del huracn, como se ilustra en este pasaje de un grupo focal con hombres de entre 18 y 26 aos:

    Waldo: Nosotros, como jvenes, como que queramos verlo, la mayora de nosotros Ral: La curiosidad! Waldo: La curiosidad, no? Que venga! decan algunos de los pueblos Quiero verlo, que est fuerte! Cmo es?. Todos queran, la mayora. Yo, en mi caso, quera ver, tena la ansiedad (1/28).

    La interdependencia de gnero y clase en la percepcin subjetiva del riesgo de desastres se refleja en la atribucin de tareas riesgosas a hombres adul-tos basada en el gnero, tales como per manecer en los pueblos durante el hura-cn y buscar un refugio seguro en el ltimo momento posible, a fin de evitar la

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    prdida de sus pertenencias, ya sea por el impacto del propio huracn, o bien, para evitar despojos.

    Flor: La gente por eso es mayormente que no quiere salir [evacuar], sus cosas. Cmo lo va a dejar? La gente se lo va a robar, te van a robar. Saben que van a decir: Ay, el cicln te lo rompi!, y luego ellos te lo agarran (8/52).

    Exposicin a fenmenos meteorolgicos extremos

    En cuanto a la exposicin a los fenmenos meteorolgicos extremos, los datos empricos se evaluaron con base en cinco reas de impacto principales: mor-talidad y salud, cargas de trabajo y vulnerabilidad econmica, acceso a ayuda, violencia contra las mujeres basada en el gnero, y prejuicios y expectativas relacionados con el gnero. En particular, las reas de impacto de desastres vin-culadas con diferentes aspectos del trabajo destacan en los resultados del estudio de caso. En cuanto a la divisin del trabajo basada en el gnero, se ha obser-vado que las mujeres asumen la responsabilidad principal del cuidado de nios/as, personas enfermas y adultos/as mayores, al igual que la mayora del trabajo reproductivo en su conjunto recae sobre las mujeres. Asimismo, hubo una clara evidencia de una mayor carga de trabajo para las mujeres, as como de la norma-lizacin de los roles tradicionales de gne ro y de la divisin correspondiente de tareas, por ejemplo, mediante declaraciones normalizantes de participantes de los grupos focales respecto a sus responsabilidades en los mbitos privado y pblico.

    Patricia: Es por el tipo de trabajo tambin que tienen, pues no puedes contar con ellos [] Y los que se van de viaje, por ejemplo, como dicen [ellas], ocho das, quince das y todo, pues a veces nada ms vienen tres, cuatro, cinco das aqu y se estn yendo otra vez (7/27).

    Esta normalizacin de los roles tradicionales de gnero conlleva una consolidacin y un refuerzo de las jerarquas de gnero prevalecientes. Esto se hizo ms evidente en lo que respecta al trabajo, las condiciones de trabajo y la relacin entre el trabajo remunerado y no remunerado (tanto productivo como

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    el reproductivo y de cuidado o care-work), lo que se refleja en una mayor refe-rencia de mujeres a actividades domsticas no remuneradas y de hombres a acti-vidades remuneradas:

    rsula: Nosotros tenemos miedo de que vuelva a suceder como ahora, como pas aos [atrs] []. Porque si llega a venir uno grande, donde hay nios, donde hay enfermos, donde hay Cmo los vas a sacar para llevar? Dnde los vas a lle-var? Y los alimentos, y cmo los vas a cocer, y cmo lo vamos a hacer? No lo pue-des cocinar, no puedes hacer nada (6/3).Luis: Es un desastre, pero monstruoso. Que ya no hay ni forma de trabajar [] Des-truir hace, en las milpas, los lugares donde va uno a trabajar. Cmo vas a trabajar si el seor no te da trabajo? Que ya se [cort] todo. Y la gente se queda desesperada por-que no hay trabajo, y habr trabajo, pero dinero pa pagar, no hay (2/24).

    Tambin fue visible en trminos del uso mayoritario de espacios pri-vados por parte de las mujeres y de espacios pblicos por parte de los hom-bres. Detrs de estas distribuciones y asigna cio nes dicotomizadas basadas en el gnero se encuentra una devaluacin de las esferas connotadas femeninamente y una sobrevaloracin de las masculinas (Becker-Schmidt, 2003).

    Moderadora: El trabajo que hicieron, les pagaron o haba empleo temporal o algo as? Ernesto: Para limpiar, en empleo temporal, s. Moderadora: Aj, y quienes andaban ah limpiando eran Ernesto: Los de ac [] Los de ac, los de Santa Teresa, s. Moderadora: Y ustedes tambin ayudaron a eso, a limpiar afuera? [dirigindose a las mujeres]. Irma: No, nosotros en el solar, estamos arreglando. Gloria: Aj, en el solar estamos limpiando. rsula: Ellos limpian ac y nosotros estamos limpiando en nuestras casas (6/53, 6/54).

    Los mayores riesgos de salud para las mujeres durante y despus del fen-meno meteoro l gi co extremo se explican sobre todo porque muchas de las actividades domsticas atribuidas a las mujeres implican contacto permanente

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    con agua, en ocasiones contaminada, por ejemplo, al cocinar o lavar en entor-nos inundados.

    Juana: De hecho, en donde estabas, de da y de noche estabas dentro del agua, por-que pues el agua nunca bajaba y estaba la lluvia, tenamos que lavar ac y con el agua de lluvia (5/11).

    Por otra parte, es frecuente el descuido de las propias necesidades de las mujeres al otorgar prioridad a los hijos/as, hermanos y esposos; por ejemplo, no existen las condiciones para tomar descan sos o procurar el cuidado de su salud personal durante la menstruacin o el embarazo.

    La gran importancia de las interdependencias entre el gnero y otras cate-goras es particularmente evidente respecto a la exposicin a los fenmenos meteorolgicos extremos. Las catego ras de diferenciacin que aparecen fuer-temente interdependientes de la categora de gnero fueron: edad (adultos/as mayores, nios/as) y la condicin fsica y mental (con respecto de dis/capacidad y movilidad). Esto se ilustra en la siguiente cita de una participante de un grupo focal de mujeres con hijos/as con discapacidad:

    Nadia: Entonces es algo que en verdad lo tengo que cuidar, porque yo soy la que lo sufre, es algo que yo lo sufro porque no duerme de noche, no puede respirar Moderadora: Usted es la que lo cuida? Nadia: S, pues s, soy su mam, pues soy la nica. Moderadora: Y su esposo la ayuda?Nadia: S, demasiadamente me ayuda, pero l tiene que dormir para que vaya a tra-bajar. Entonces, a veces l no se queda ya casi con su pap, puro conmigo (3/52).

    Adems, las categoras de afiliacin tnica y clase social fueron identifi-cadas como significativas en interdependencia con el gnero, especialmente al respecto de las condiciones de pobreza de las mujeres, en particular muje-res indgenas. Desde el punto de vista de dos de las expertas de ong entrevis-tadas, en general, las mujeres pueden considerarse especialmente vulnerables. Una de ellas hizo referencia a su posicin en la sociedad y a la situacin de pobreza de muchas mujeres, ya que, en comparacin con los hombres, dispo-nen de un menor acceso a recursos financieros y de todo tipo. De acuerdo con

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    su apreciacin, las condiciones de la vivienda y sus posibilidades de movilidad desempean un papel fundamental en su grado de vulnerabilidad social [ong1, ong4].3 Una de las entrevistadas fundamenta la vulnerabilidad particular de las mujeres en relacin con la localizacin especfica de su vivienda, relacio-nando esto a la vez con el limitado poder en la toma de decisiones frente a los hombres, que es frecuente en estos contextos en Mxico. De tal manera que las mujeres, en muchos casos mujeres indgenas cuya vivienda se localiza alejada de las carreteras municipales, son altamente vulnerables ante un evento climtico extremo, ya que sus posibilidades de movilidad son bajas. A ello se agrega que la ayuda en casos de desastre se concentra preponderantemente en las oficinas e instalaciones de las cabeceras municipales y sobre las carreteras municipales. Las opciones de movilidad de las mujeres se ven limitadas por el hecho de que ellas a menudo no saben manejar, adems de que para salir del lugar de residen-cia tienen que pedir permiso a sus esposos [ong4]. La otra representante de una ong explic la vulnerabilidad de las mujeres en relacin con el estrs psicol-gico que experi men tan durante y despus de un evento climtico extremo, por la expectativa social existente de que se comporten emocionalmente fuertes de manera ininterrumpida. En particular, se espera que mujeres con nios oculten o repriman sus sentimientos de miedo y tristeza [ong1].

    En relacin con grupos de edad especialmente vulnerables, representan-tes gubernamentales y de ong sealaron, en el marco de las entrevistas, a nios/as y adultos/as mayores [ong2, ong5, gov2]. La categora nios/as fue posicio-nada como muy importante por una de las expertas de ong, la cual declara a favor de un posicionamiento al mismo nivel de las categoras de gnero y edad en el rea de manejo de riesgos de desastres [ong2]. Seala que esto se deduce de las necesidades especficas de nios/as en la prevencin y preparacin para un evento extremo y en el trato a los nios/as despus de un desastre. Esto se refiere a que deben tenerse en cuenta sus necesidades especiales de suministro (alimentacin, salud, vivienda, vestido) y su necesidad de actividades educativas y recreativas [ong2]. Otra representante de una ong basa sus aprecia ciones al respecto en la violencia psicolgica que sufren los nios tras el paso de huraca-nes: por un lado, la prdida del hogar, mascotas, por mencionar algo, y, por otro

    3 Debido a la garanta de anonimato de los datos privados otorgada a los informantes durante el trabajo de campo, se asignaron estas claves a los representantes de ong [ong1, ong4], as como a representantes de agencias gubernamentales [gov1, gov2].

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    lado, el trato no diferenciado respecto de adultos/as, en particular por rescatis-tas militares en situaciones de desastre; por ejemplo, se ha observado un trato duro y estricto a nios/as en operaciones militares de rescate [ong1]. Un repre-sentante de la autoridad de Proteccin Civil dijo que la vulnerabilidad especial de nios/as es resultado de su baja visibilidad y, posiblemente, falta de protec-cin de los padres en situaciones de desastre. Esto podra exponer a los nios/as a verse involucrados en actividades delictivas como la adopcin ilegal o el tr-fico de rganos [gov2].

    La vulnerabilidad particular de adultos/as mayores, especialmente muje-res en edad avanzada, fue sealada por la representante de una ong, quien men-cion que las mujeres mayores se en cuentran muy marginadas en los albergues oficiales de emergencia, en particular en lo que se refie re a la valoracin de su fuerza de trabajo como til y valiosa en actividades de recons truc cin [ong2].

    Personas con discapacidades fsicas y mentales fueron sealadas por la autoridad estatal de proteccin civil como especialmente vulnerables en el caso de un evento extremo, debido a sus posibilidades de movilidad limitadas [gov1, gov2], esto es vlido en particular en el caso de nios con discapacidad [gov2]. Esta opinin fue compartida por la representante de una ong, quien seal adems la existencia de una proporcin relativamente grande de personas con disca pa cidad en el estado de Yucatn, de acuerdo con estadsticas comparativas a nivel nacional [ong4]. Esta valoracin pone de relieve la importancia de con-siderar este grupo social de mane ra especial en el rea de proteccin civil en la regin. Sin embargo, llama la atencin que no se toman medidas especiales para su evacuacin adecuada o para la puesta a disposicin de espacios, suministros y atencin especial en los refugios oficiales en caso de desastres. Segn un repre-sentante gubernamental, esto se debe a los recursos financieros limitados de las autoridades de proteccin civil, y en estos casos, se apela a la solidaridad de la comunidad y al compromiso individual de las personas [gov1].

    Desde el punto de vista de la mayora de los y las entrevistados/as, se con-sidera la pertenencia a un grupo indgena, particularmente al grupo tnico maya, como una caracterstica que indica una alta vulnerabilidad social ante huracanes e inundaciones en la regin de estudio. Un representante de pro-teccin civil hizo referencia a la interrelacin entre etnicidad y otras catego-ras. En su opinin, la pertenencia a un grupo tnico est, muy a menudo, estrechamente relacionada con otras caractersticas como alta vulnerabilidad

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    socioeconmica, altos niveles de analfabetismo, condiciones de vivienda pre-carias, caminos de acceso a localidades y asentamientos rurales en mal estado y amplia dispersin de los asentamientos [gov2]. Segn los entrevistados de la autoridad de proteccin civil, se considera a la poblacin maya en desven-taja generalizada especialmente a causa del alto grado de analfabetismo. Alrede-dor de 60% de la poblacin maya (aprox. 650 mil hablantes de lengua maya) no tiene acceso a medidas de proteccin civil en forma escrita o hablada en espa-ol, ya sea porque no saben leer y escribir o por las dificultades que representa el idioma espaol como segunda lengua [gov1, gov2].

    Dos de las expertas representantes de ong sealaron la interdependencia entre origen tnico y gnero, mencionando la alta vulnerabilidad social de las mujeres indgenas de la regin. Sealan la coincidencia de un bajo nivel edu-cativo que predomina entre las mujeres indgenas, la discriminacin lingstica asociada con el nivel educativo y su bajsimo poder de decisin respecto de los hombres. Esto puede constatarse, por ejemplo, en las decisiones de evacuacin o en cuestiones relacionadas con medidas de salud preventiva y suministros de salud [ong2, ong4], como lo indica la siguiente cita:

    Eso tambin ocurre mucho en las comunidades [indgenas], en donde la mayora de las mujeres est muy controlada por parte de los hombres [] No slo por saber manejar, sino por la toma de decisiones, por si me da permiso o no. Cuando vienen situaciones, a lo mejor ya de emergencia, que entonces el gobierno obliga a evacuar a la gente de las zonas, que va con trabajo a [los albergues] [] Pero pues s, las mujeres poco deciden sobre eso [] Eso ha pasado con el papanicolaou, por ejem-plo, [] Si el marido no autoriza, sali en los temas [] el ao pasado con la situacin de una mujer [], que no se pudo hacer el papanicolaou porque por aos el marido no permiti que le hicieran el papanicolaou, y bueno, result con cncer despus, como quiera, muri la seora. S, o sea, s existe todo este asunto de los per-misos: puedo salir, no puedo salir? [ong4].

    Capacidades de manejo y superacin

    En cuanto a las capacidades de manejo y superacin de fenmenos meteorol-gicos extremos, los resultados apuntan claramente hacia la importancia de una

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    posicin de negociacin igualitaria en trminos de gnero en la toma de deci-siones sobre medidas adecuadas a implementar en situacio nes de emergencia, como se expone a continuacin.

    Con respecto de las capacidades de manejo y el empoderamiento de las mujeres, los resultados muestran que las jerarquas de gnero prevalecientes, especialmente en los procesos de toma de decisiones, aumentan la vulnerabili-dad social de las mujeres y pueden ponerlas en una posicin de desventaja en situaciones de desastre. Se observ un marcado dficit en el ejercicio del poder por parte de las mujeres, relacionado con decisiones personales o familiares durante la contingencia con respecto tanto de las medidas de preventivas como las de evacuacin y retorno.

    Waldo: Al momento en que regres el huracn, en ese momento s pensaron en irse [los padres] [] Pensamos en salir, pero preferimos quedarnos y as nos aco-modamos. Moderadora: Y quin decidi que se quedaran?Waldo: Pues entre mi hermano y mi pap, as, y yo; as que estbamos all asegu-rando todo, pues decidimos [quedarnos], para qu ir? (1/46).Manuel: Todos somos pescadores, salimos al ltimo, [lo principal] es llevar a la fami-lia pri mero.Gabriel: S. Manuel: Primero van dando el tiempo, y le digo a mi seora, a mi sue gra, le digo: Prepara tus cosas porque en cualquier momento nos estamos yendo [] Espe-rando que, cuando el tiempo ya est cerca, ya noms los vas a agarrar a ellos y salir (8/5).

    Tales dficits de poder existen a pesar del papel central que desempean las mujeres en la familia en trminos de su responsabilidad sobre la disposi-cin y estructuracin de la vida familiar, lo que Angelika Diezinger denomina el arreglo de los arreglos (2010, trad. propia) y su papel fundamental en los procesos de trabajo productivo, independientemente del reconocimiento de sus actividades reproductivas propiamente como trabajo.

    Ms all de esto, se constat un cambio temporal en las relaciones tradi-cionales de gnero ha cia relaciones de poder ms igualitarias en la ausencia de hombres durante la situacin de emergencia de un fenmeno meteorolgico

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    extremo. Esto se observ especialmente en el caso de mujeres que al enfrentarse a condiciones meteorolgicas extremas, en ausencia de los hombres (por ejem-plo, por cuestiones de trabajo), estaban prcticamente obligadas a tomar decisio-nes en relacin con medidas preventivas, evacuacin y regreso a las comunidades.

    Nadia: Todo: la lluvia, el viento, as, lo horrible, lo pas sola con mis hijas, mi hijo. [] La otra [hija] me est ayudando [] a asegurar las puertas porque me las estaban zama rreando. Estaba yo, estaba luchando con mi hija la mayor [] y me dice: Mam, mi pap?!, Pues tu pap, hija, est all! le digo (3/28).

    Estos datos confirman los resultados de la investigacin cientfica sobre conflictos desde una perspectiva de gnero (Eifler y Seifert, 2009; Reimann, 2004). De acuerdo con ellos, una vez pasada la situacin de emergencia, se espera un retorno a los roles de gnero y a las jerarquas de gnero asociadas predominantes antes de la emergencia. En consecuencia, la consideracin de los desastres como ventanas de oportunidad para empoderar a las mujeres y redu-cir las desigualdades de gnero una idea especialmente presente en los deba-tes sobre desastres en los pases del sur global se devela como una posibilidad poco factible.

    Tambin pudo observarse un menor acceso de las mujeres, en compara-cin con los hombres, a recursos materiales, de informacin, tiempo y movilidad durante y despus del huracn, y durante la inundacin subsecuente. Aspectos de poder en la toma de decisiones y una serie de caractersticas relacionadas con problemticas del trabajo se vinculan estrechamente con estas restricciones de recursos. Esto se ejemplifica con el acceso desventajoso de las mujeres a tra-bajo temporal remunerado inmediatamente despus del desastre, en compara-cin con los hombres, y con las importantes diferencias en su acceso a recursos materiales, por ejemplo, al apoyo pblico para la reconstruccin de vivienda y otros mecanismos de ayuda estatal, como donaciones en especie o empleo tem-poral; al respecto, los trabajos de Verduzco Miramn, Cuevas Muiz y Serratos Chvez (2012), en Michoacn, y el de Sosa (2014), en Veracruz, llegan a con-clusiones similares.

    Finalmente, tambin se observ el poderoso efecto de los estereotipos de gnero en la configuracin de la vulnerabilidad social (Scherke, 2009). Al respecto, es notable que en los grupos de discusin se proporcionaron descripciones de la

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    experiencia y de patrones de comportamiento durante el huracn Isidoro y la

    inundacin posterior claramente estereotipados en trminos de gnero, tanto

    acerca de s mismos y de sus propias acciones como en sus declaraciones e infor-

    mes sobre otras personas.

    Conclusiones. La importancia de afinar la mirada a travs de la interseccionalidad

    Entre ms alta sea la vulnerabilidad social de una persona, menores sern sus

    posibilidades de manejar eventos meteorolgicos extremos y de evadir riesgos

    de desastres ante amenazas naturales. Los resultados empricos muestran que las

    desigualdades basadas en el gnero y las diferencias en la vulnerabilidad social a

    nivel individual conducen a diferentes impactos de fenmenos meteorolgicos

    extremos. En cada caso, tales desigualdades y diferencias implican una exposi-

    cin distinta a eventos meteorolgicos extremos y diferentes capacidades para

    manejar y superar tales eventos.

    Los hallazgos no indican que las mujeres sean inherentemente ms vul-

    nerables que los hom bres a los desastres, sino que la posicin de las mujeres

    dentro de las relaciones de gnero prevalecientes una posicin subordinada,

    socialmente construida resulta en considerables desventajas en situaciones de

    desastre a consecuencia de fenmenos meteorolgicos extremos, tales como

    tormentas tropicales, lluvias extremas y huracanes. Esto aplica particularmente

    en relacin con el poder de negociacin ms dbil de las mujeres, en compa-

    racin con el de los hombres, para tomar decisiones durante estos eventos, y a

    su acceso limitado a recursos para reaccionar ante fenmenos meteorolgicos

    extremos y recuperar sus condiciones de vida tras situaciones de desastre. Ade-

    ms, los resultados expresan la importancia de considerar la interdependencia de

    la categora de gnero con otros indicadores de desigualdad y diferencia, tales

    como clase, raza, edad y dis/capacidad mental y fsica como determinantes de la

    vulnerabilidad social ante amenazas.

    Ya que las diferencias de gnero se reflejan en la vulnerabilidad social de

    los individuos ante fenmenos meteorolgicos extremos, se confirma la necesi-

    dad de una integracin explcita, comprometida y sistemtica de la perspectiva

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    de gnero como un tema transversal en el mbito de la proteccin civil y la

    gestin de riesgos de desastres. Lo anterior es tambin un prerrequisito esencial

    para una adaptacin a los impactos del cambio climtico que sea efectiva, foca-

    lizada y sensible al gnero.

    Examinar las relaciones de gnero, as como hacer visible y reconocer

    el gnero como doing gender en conjunto con otras categoras de diferen-

    cia en fenmenos extremos, sin duda pue de desempear un papel impor-

    tante en la mejora de la gestin del riesgo de desastres. Tomando en cuenta

    estudios empricos como ste, pueden desarrollarse medidas para fomentar la

    igualdad de gnero y, por tanto, contribuir a la reduccin de la vulnerabilidad

    social ante amenazas. En ge ne ral, el estudio sistemtico de estas experiencias

    tambin puede ser valioso para la integra cin de la perspectiva de gnero (gen-

    der mainstreaming), as como de la perspectiva de la diver si dad social. El doble

    foco de anlisis de este trabajo, puesto tanto en las relaciones de gnero como

    en la interdependencia del gnero con otras categoras de diferenciacin social,

    hizo posible cambiar el enfoque orientado exclusivamente a mujeres detec-

    tado en trabajos anteriores. A travs de esta orientacin terica y metodolgica

    fue posible entender a las mujeres y los hom bres no como un todo en su con-

    junto o grandes grupos homogneos, para, en su lugar, establecer una visin ms

    clara y diferenciada de la vulnerabilidad social de diferentes mujeres y diferen-

    tes hombres, de sus diversas reacciones individuales e interpersonales, formas

    de negociacin, mecanismos de toma de decisiones y potenciales de accin en

    eventos meteorolgicos extremos. Es decir, examinar la pregunta: qu muje-

    res y qu hombres son particularmente vulnerables ante fenmenos meteoro-

    lgicos extremos?

    Para el estudio de caso en Yucatn, los siguientes grupos de hombres

    y mujeres fueron identi fi cados como especialmente vulnerables ante dichos

    fenmenos: mujeres, especialmente las ms pobres, indgenas y adultas mayores;

    nios y nias, en particular aquellos/as con capacidades fsicas y mentales dife-

    rentes, y miembros del grupo tnico maya, especialmente mujeres. Las cate-

    goras gnero, edad, afiliacin u origen tnico, ingresos y situacin de pobreza

    (clase) y condicin fsica y mental (discapacidad/movilidad), as como las diver-

    sas interdependencias entre estas categoras, desempean un papel crucial en

    trminos de la vulnerabilidad social ante amenazas.

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    Los resultados indican que, de no hacerse nada por reducir las desigual-

    dades sociales impe rantes, la vulnerabilidad social ya existente podra agudizarse

    ante fenmenos meteoro lgicos extremos, los cuales a la vez podran aumentar

    tanto en frecuencia como en intensidad como parte del cambio climtico glo-

    bal y sus consecuencias.

    Finalmente, los resultados ponen de manifiesto el poderoso efecto del rgi-

    men de gnero en las sociedades modernas, basado en la heteronormatividad,

    un sistema de slo dos gneros posibles y permeado por valores patriarcales. Por

    tanto, este trabajo constituye tambin un claro llamado a la integracin de las

    perspectivas de gnero y diversidad social en el campo de la gestin de riesgos

    de desastres. Esta integracin debe entenderse como una tarea transversal, la cual

    puede ir acompaada de medidas positivas en favor de grupos sociales en situa-

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    Migracin y cambio climtico en el noroeste de Nicaragua: una visin crtica y de gneroClaudia Radel Birgit Schmook Lindsey Carte Sofa Mardero

    Introduccin

    E l presente captulo aborda la temtica del cambio climtico como una de las causas de la migracin. A pesar del creciente nmero de estudios empricos sobre la relacin entre cambio climtico y migracin, la narra-tiva dominante contina siendo que esta ltima constituye un escape para Amrica Central (Hartmann, 2010; Jakobeit y Methmann, 2012). Esta narra-tiva dominante se refiere a campesinos/as pobres que se desplazan hacia Mxico y a Estados Unidos (EE. UU.), a medida que sequas y otros desas-tres naturales se vuelven ms frecuentes, exacerbando la supuesta crisis de migracin impulsada por la violencia. Sin embargo, analizar las migraciones desde regiones afectadas por el cambio climtico y otros factores requiere ms que esta narrativa simplista (Oswald, Serrano, Estrada et al., 2014; Vz-quez, Castaeda, Molina et al., 2015).

    A travs de un estudio de caso sobre la migracin laboral internacional en el departamento de Chinandega en el noroeste de Nicaragua, examina-mos los vnculos entre cambio climtico, produccin agrcola de pequea escala y gnero respecto al fenmeno, forma y resultados de la migracin internacional. Nicaragua ya es el cuarto pas del mundo ms afectado por fenmenos meteorolgicos de todo tipo (Kreft, Eckstein, Junghans et al., 2014). Adems, algunos modelos climticos indican una disminucin en

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    la disponibilidad del agua para la agricultura.1 Exploramos estos vnculos en el municipio de Somotillo (figura 1), que seleccionamos por sus altas tasas de migracin, su carcter rural y por ser una regin fuertemente afectada por la disminucin e irregularidad de las precipitaciones. Somotillo se ubica en la zona seca de Nicaragua, que abarca 34% del territorio nacional, donde vive 80% de una poblacin total de 6 082 032 en 2015 (Banco Mundial, 2016). La poca seca (verano) es muy marcada, y dura entre cinco y ocho meses; en varios aos es acentuada por la presencia del fenmeno de El Nio (ncer, 2014). Durante la poca de lluvias (invierno) existe un riesgo latente de precipitaciones irregu-lares, intercalando das lluviosos con das secos, variabilidad en la llegada y el fin de las lluvias, y acentuacin o prolongacin de la cancula.2

    El clima de la regin crea una vulnerabilidad a los cambios climticos, pero los impactos del cambio climtico en Somotillo estn fuertemente influencia-dos por las estructuras poltico-econmicas y la respuesta individual y situada3 de los miembros de las familias campesinas. Dentro de un contexto de migra-cin por causas climticas, analizamos cmo las diferencias sociales a nivel local influyen en cmo ocurre la migracin y con qu efectos. Utilizamos el enfoque de gnero para analizar la diferenciacin social y como eje central en las estructuras poltico-econmicas. Argumentamos que comprender el papel de la diferenciacin social, las relaciones de gnero y las relaciones sociales de poder e identidad requiere que cuestionemos las narrativas simplistas sobre la migracin por el cambio climtico. En su lugar, proponemos un enfoque que va ms all de depender de una sola lnea de explicacin y que delinea los mati-ces empleando una perspectiva de gnero.

    Se presenta primero una revisin breve y crtica de la literatura que vincula migracin, cambio climtico y gnero. Introducimos un marco con-ceptual ms complejo basado en un modelo desarrollado por Black, Adger, Arnell, Dercon, Geddes y Thomas (2011), pero modificado y ampliado para

    1 El modelo Canadian Earth System Model (CanESM2), el modelo noruego (NOR), el alemn del Instituto Max Planck (MPI) y el American Geophysical Fluid Dynamic Laboratory Earth System Model (GFDL ESM2M), utilizando cuatro sendas representativas de concentra-cin de gases, para representar diferentes opciones sobre la posible evolucin futura del compor-tamiento de la humanidad (en De Loma-Ossorio, Garca, Crdoba y Ribalaygua, 2014).

    2 La cancula, o sequa de medio verano, ocurre durante la estacin lluviosa. 3 Con accin situada nos referimos al concepto de conocimientos situados de Haraway

    (1988), en que las acciones estn situadas en las experiencias y posiciones estructurales de las personas.

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    profundizar la perspectiva de gnero e incluir no slo la decisin de emigrar,

    sino tambin la forma en que la decisin se toma y se ejecuta. A continua-

    cin repasamos brevemente la historia de reforma y la poltica agraria nacio-

    nal, as como el perfil de la migracin internacional desde Nicaragua. Despus

    explicamos los mtodos del trabajo de campo, en donde realizamos entrevis-

    tas cualitativas y talleres en seis pequeas comunidades rurales de Somotillo,

    entre 2013-2015, y aplicamos una encuesta estandarizada a 121 familias. Los

    resultados estn organizados en tres secciones: 1) la produccin agrcola de

    pequea escala en Somotillo; 2) la tenencia y el acceso a la tierra para la pro-

    duccin, y 3) la migracin internacional.

    Figura 1

    Estudio de caso en Somotillo

    Fuente: elaborado por M. C. Holger Weissenberger con base en Shapefiles ESRI y GoogleEarth.

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    Cambio climtico, gnero y migracin

    ltimamente, la literatura sobre el cambio climtico con enfoque de gnero

    ha aumentado y es clave para comprender las vulnerabilidades e impactos

    diferenciados que este fenmeno provoca (por ejemplo, Vzquez, Castaeda,

    Molina et al., 2015). Tambin destaca la importancia de considerar las relacio-

    nes y dinmicas de gnero en el diseo e implementacin de programas de

    mitigacin y adaptacin a los impactos del cambio climtico (Bee, Bierman

    y Tschakert, 2013; Carr y Thompson, 2014). Mientras que las y los autores

    de esta literatura concuerdan sobr