« e d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « e d i c i ó n b i l i n g ü e »...

32

Upload: others

Post on 10-Jul-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento
Page 2: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento
Page 3: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

«Edición bilingüe»

“Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor!La revista Pastoralia nace como un instrumento al servicio de

la puesta en marcha de la Programación Pastoral. En ella se ofre-cen reflexiones que quieren ser una ayuda para que nuestraIglesia asuma la llamada del Papa Francisco a tomar la iniciativade llevar el Evangelio al corazón del mundo: “Evangelizar suponeen la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamadaa salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas,sino también las periferias existenciales, las del misterio del pecado,las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindenciareligiosa, las del pensamiento, las de toda miseria”. Así se expresaen su discurso a los cardenales en el precónclave el 9 de marzode 2013, el entonces cardenal Jorge Bergoglio. Fiel a su pensamiento nos convoca a toda la Iglesiaa celebrar un Año Santo extraordinario de la Misericordia. Nuestra Iglesia queremos aprovechar yvivir con gozo este tiempo de gracia y perdón. Una buena continuidad del Año Santo Mariano quetantos frutos a producido en nuestra diócesis pero que necesitamos darle procesualidad.

Al iniciar este tiempo de Adviento, levantamos nuestros brazos al cielo en actitud orante y deci-mos al Padre que anhelamos su misericordia. Estamos necesitados de su compasión, de su amorsin límites, para enriquecer nuestro corazón empobrecido por el pecado y sus manifestaciones: elsufrimiento, el hambre, la injusticia, la mentira… En este mundo que alardea de no tener pecado, eldolor de los pobres clama al Dios de la misericordia.

Edita: Vigairía de Pastoral (Diocese de Ourense) • Dep. Legal: OU 13-07

DIOCESE DE OURENSE • Vigairía de Pastoral

SUMARIO

Nuestro pastor y obispo, Mon señorLeonardo Lemos, nos invita, a partir de labula Misericordiae vultus, a acercarnos a lapuerta de la misericordia y vivir este año de gra-cia como ocasión propicia para volver al regazodel Dios de la misericordia. Hacernos, una vezmás, peregrinos que recorremos la “via amoris”que nos lleva al corazón mismo del Padre de lamisericordia entrañable, para que, después deexperimentar esta medicina que sana nuestrasheridas más profundas, salgamos al encuentrode cuantos viven en las más duras periferias

existenciales para practicar con ellosla misericordia. Reflexionar las obrasde misericordia para convertirlas envida y volver al Sacramento de laRecon ciliación nos ayudarán a hacer de esteAño Santo una experiencia que nos sana en lomás íntimo de nuestra existencia. En estas líne-as econtramos una exhortación especial atodos, pero de modo singular a los pastores, aponer todo el empeño y esmero en ayudar anuestro pueblo a vivir este Año de gracia yconversión.

1

En estas páginas, se ofrecen reflexiones que nos ayudaran a fundamentar y vivir este tiempooportuno de salvación. Deseamos que todos las aprovechemos para salir hacia los demás pero sinrumbo sino con la medicina de la misericordia para llevar aliento y esperanza a todos los pobressocial y espiritualmente que se sienten privados del amor de Dios y de los hombres.

Pág.3

Page 4: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Dn. José Antonio Gil, partiendo del análi-sis de las situaciones de sufrimiento y dolor de nues-tro mundo, que hacen surgir el interrogante sobre labondad, justicia y omnipotencia de Dios, y lleva amuchos al abandono de Dios, la más grande de las aflicciones.En este ambiente convulso necesitamos pararnos y reflexio-nar sobre la identidad de un Dios clemente y misericordiosoque nos abre la puerta de la esperanza, en medio de la oscu-ridad de tanto dolor. Ilumina esta reflexión, aportando el tes-timonio de los santos y pontífices para concluir que este esprecisamente el momento para recordar que la “misericordiaes la vía que une a Dios y al hombre” (MV.2)

Dn. José Pérez Domínguez, apoyándoseen la bula de convocatoria del Año Santo de laMisericordia, Miersicordiae vultus, nos invita asaborear la misericordia de Dios abriendo paranuestra reflexión los aspectos pastorales que este Año Santoextraordinario nos ofrece. Apoyándose en la afirmación delPapa Francisco “La misericordia es la viga maestra que sostie-ne la vida de la Iglesia” (MV.10) nos invita al anuncio, connuevo vigor e impulso, de la misericordia, intensificar la lectu-ra creyente de la Palabra de Dios, peregrinar y cruzar la puer-ta santa, practicar la solidaridad con los más necesitadostocando la carne sufriente de Cristo en los que sufren, vivir laCuaresma en profundidad y acoger y acercarnos a los misio-neros de la misericordia teniendo como modelo y estímulo aMaría, Madre de misericordia. Así acogeremos la llamada a laconversión y aprovecharemos con fruto la indulgencia jubilar.

Dn. Xoxé Xulio Rodríguez, desde laperiferia de su destino pastoral en Lyón, nos acer-ca, a partir de la Escritura al rostro misericordiosode Dios, Jesucristo. El Padre de la misericordia seacerca a nosotros en su Hijo, revelador del corazón delPadre, y nos invita a practicar la misericordia.

Dn. Francisco José Prieto, nos sirve elsabroso manjar de la sabiduría de los santosPadres que nos invitar a degustar multitud deacentos misericordiosos en sus catequesis y ser-mones. Con su pluma ágil nos acerca a la palabra de estosmaestros de la fe a través de sus comentarios a estas “pará-bolas de los perdidos” (oveja, moneda e hijos). En su lecturaatenta descubriremos como la peregrinación, signo peculiarde nuestra existencia y del Año Jubilar, nos recuerda que lamisericordia es una meta por alcanzar y que requiere com-promiso y sacrificio, y así nos estimula para retornar a la casadel Padre y dejarnos abrazar por su misericordia.

SUMARIO

➠ Dn. Ramiro González, nosinvita a reflexionar sobre el Sacra -mento de la reconciliación o de lamisericordia. Frente al pecado delhombre la misericordia de Dios es la protago-nista. Esa misericordia divina encuentra en elsacramento de la Reconciliación el “lugar” porexcelencia al pecado humano, aún cuandotodos los Sacramentos son Sacramentos de lamisericordia. En el Sacramento de la Peniten -cia, regalo Pascual del Resucitado a su Iglesia,se pone de relieve siempre la iniciativa delamor de Dios. Nos invita a vivirlo como unaexperiencia de liberación y de la compasión deDios para con nosotros sus hijos, y nos indicacómo debemos celebrarlo para que sea fruc-tuoso en nuestra vida.

Finalmente Dn. FranciscoPer nas, nos recuerda la invitaciónde nuestro Pastor a dar pasos enorden a poner en marcha un Sínododiocesano. Al presentarnos la identidad delSínodo, nos recuerda que es un camino de bús-queda de un rostro misericordioso y correspon-sable de nuestra Iglesia para llevar la alegría delEvangelio a todos los hombres y mujeres denuestra tierra. Este camino nos pide, en esteAño Santo de modo especial, una profunda con-versión para erradicar la inercia del desalientoque nos arrastra a dejar las cosas como están yrecuperar la ilusión para que todo lo que hace-mos en nuestra Iglesia sea evangelizador.

Concluye este número dePastoralia con un elenco depropuestas para celebrarAño de gracia y perdón, paracerrar sus páginas con la oración del PapaFrancisco para este Año Santo de la Miseri-cordia, que invitamos a rezar en todos losencuentros y reuniones para que la fuerza delEspíritu nos ayude a ser una Iglesia evangeliza-da para evangelizar que nos ponemos en cami-no (Lc.10,3) acogiendo la llamada del Señor:“Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc.1,15).

2

Pág.7

Pág.17

Pág.21

Pág.24

Pág.9

Pág.12

Pág.15

Equipo de la Vicaría de

Pastoral y Nueva Evangelización.

Page 5: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Cuando nos encontrábamos preparando para vivir el último tramode nuestro Año Jubilar Mariano, acontecimiento de gracia paranuestra Iglesia particular; una vez más, como ya viene siendo habi-

tual por el papa Francisco, nos sorprendió con el anuncio delJubileo de la Misericordia. Era el pasado 13 de marzo,

aniversario de su elección como Obispo de Roma, cuan-do el Santo Padre nos hizo saber que en este tiempo pro-

picio de la Iglesia, la misericordia es la realidad clave deesta nueva etapa en la evangelización de siempre1.Pocos días después, el 11 de abril, nos obsequió conla Bula de indicción del jubileo extraordinario.

LA PUERTA DE LA MISERICORDIA

3

A través de sus palabras cargadas de unprofundo contenido, sin descuidar las apli-caciones prácticas, nos invita a que descu-bramos en la misericordia la palabra querevela el misterio de la Santísima Trinidad,y el acto último y supremo con el cual Diosviene a nuestro encuentro.2 De una manerasugestiva afirma que la misericordia es lavía que une a Dios y el hombre, caminoque debe recorrer la Iglesia, es decir, cadauno de nosotros los bautizados, parapoder acercarse con un nuevo rostro a loshombres y mujeres de hoy, no solo a loscreyentes y practicantes, sino también a losalejados y a todos aquellos que han vividoalguna experiencia eclesial negativa y lesllevó no solo a alejarse de la comunión dela Iglesia, sino a enfrentarse con ella. El

camino de la misericordia es la vía amoris através de la cual la Iglesia quiere presentar-se como madre amable de todos, benigna,paciente, llena de misericordia y de bondad3.

En el siglo XX ha habido varios papasque reconocieron con claridad proféticalos signos de los tiempos y llegaron a exhor-tar a toda la comunidad creyente, cristianoso no, a reconocer que el atributo más her-moso de Dios es su misericordia. San JuanXXIII llegó a afirmar en su Diario de un almaque nuestras miserias son el trono de ladivina misericordia. Para el papa bueno ladoctrina de la Iglesia es conocida y está yafijada, resistió los errores de épocas pasa-das, llegando incluso a condenarlos, pero loque el mundo contemporáneo necesita esque se emplee con él la medicina de lamisericordia. Este es el mejor testimoniode nuestra fe porque el hombre contempo-ráneo escucha más a gusto a los que dan tes-timonio que a los que enseñan, o si escuchana los que enseñan, es porque dan testimonio.4

Por su parte, san Juan Pablo II experimentóen carne propia el sufrimiento de su época;su vida estuvo surcada por el dolor, de ahí

1 FRANCISCO, Bula Misericordiae Vultus, (11 de abril de2015) nº 4. [Cuando citemos este documento utilizaremoslas siglas MV].

2 MV, nº. 2.3 SAN JUAN XXIII, Discurso de apertura del Concilio

Vaticano II, 11 de octubre de 1962.4 BEATO PABLO VI, Discurso a los miembros del Consilium

de Laicis (2 octubre 1974): AAS 66 (1974), p. 568; Ibid.Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, (8 de diciem-bre 1975) nº 41.

Page 6: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

que hiciese de la misericordia el hilo con-ductor de su pontificado y clave de espe-ranza para toda la humanidad. Ha sido elprimer papa que escribió una encíclicasobre la misericordia5.

Al leer esta bula del papa Francisco nosdamos cuenta de que es deudor de sussantos predecesores. Por eso él, con el finde servir y ayudar a los hombres y mujeresde hoy en día, que viven en medio de unasociedad enferma y necesitada de cura-ción, quiere abrir, simbólicamente, la puer-ta de la misericordia. Y quiere hacerlo, enprimer lugar, ayudándonos a descubrir alos hijos de la Iglesia que la misericordia deDios no es una idea abstracta, sino una reali-dad con la cual Dios revela su amor, que escomo el de un padre o una madre que se con-mueven en lo más profundo de sus entrañas6

ante las miserias y necesidades de sus hijos.De tal modo es así que ésta es la clave fun-damental en la que se apoya el ideal denuestra vida cristiana y, por consiguiente, elcriterio de credibilidad de nuestra fe. En unmundo como el nuestro seremos más creí-bles si con nuestras vidas somos testigosmisericordiosos del amor de Dios. Dehecho, la primera verdad de la Iglesia esanunciar el amor de Cristo, un amor quequiere impulsarnos a ser creadores de oasisde misericordia.7

Para llevar a cabo este proyecto primor-dial que, por mucho que luchemos e inten-temos ponerlo por obra, siempre será unameta que estamos invitados a alcanzar, elSanto Padre nos invita a entrar en este AñoJubilar de la Misericordia, y que lo hagamos

como peregrinos de este amor que un díanos ha fascinado y que nos invita continua-damente a reconquistarlo. De ahí queentre las propuestas que nos ofrece paraeste Año de gracia está la de realizar unaperegrinación, aunque sea de forma sim-bólica, pero que signifique que nos quere-mos poner en camino y recorrer la vía dela misericordia en medio de nuestros con-temporáneos. Una peregrinación que, através de las obras de misericordia –quesería muy bueno que las volviéramos arepasar, e incluso aprender de memoria siya las hemos olvidado–, las convirtamos enun proyecto de vida personal y comunita-rio a través del cual nos abramos a losnecesitados, tanto los de nuestro entornocomo los que se encuentran allende lasfronteras de nuestro yo, ellos son los queviven en las más contradictorias periferiasexistenciales8, ante estas situaciones tandramáticas no podemos caer en la indife-rencia, sino todo lo contrario, porque elredescubrir las obras de misericordia corpora-les y espirituales nos irá acercando a esamística puerta del perdón y de la miseri-cordia que para nosotros es la “puerta delparaíso”.

El papa Francisco, situándonos en lascoordenadas de las 24 horas para el Señor9

–iniciativa que ya nos ha propuesto enotras ocasiones–, quiere que cuidemosmás la preparación y recepción del Sacra-mento de la Reconciliación. Nos pide quelo pongamos en el centro de nuestra tareapastoral. De nada nos servirán los másbellos símbolos que podamos inventarpara motivar este Año jubilar si no nosreconocemos necesitados del perdón deAquel que es el misericordioso. Exhorto atoda la comunidad diocesana a que seacerque al Sacramento de la Penitencia. Es

4

5 SAN JUAN PABLO II, Carta encíclica Dives in misericordia(30 de noviembre de 1980).

6 MV, nº 6b.7 MV, nº 12b.8 MV, nº 15.9 MV, nº 17c.

Page 7: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

necesario que los pastores lofrecuentemos más y, ayudadospor la gracia del Señor,mediante la catequesis y lapredicación adecuada, ayude-mos a los fieles a redescubrireste sacramento. En especial,de acuerdo con el Ritual de laPenitencia, debemos cuidarmás la forma de la reconcilia-ción de un solo penitente10, pra-xis que en los últimos años haexperimentado un serio dete-rioro y que, a lo largo de lossiglos, se ha podido compro-bar que es cauce ordinario,dentro de la Iglesia, para ayu-dar a los fieles a crecer en san-tidad de vida y en un auténticocompromiso cristiano, asícomo un ámbito en dondecrecen las vocaciones a la vidamatrimonial cristiana, a la con-sagrada y al ministerio sacerdotal. La cele-bración comunitaria de la Penitencia conabsolución individual del penitente, deberáser intensificada en los tiempos litúrgicosfuertes y en otros momentos oportunosde la vida de las distintas comunidades cris-tianas.

Ruego a todos los presbíteros que reali-zan su ministerio en esta Iglesia particular, aque ejerzan el ministerio del perdón, pre-parándose ellos mismos no solo con la ora-ción, sino también acudiendo a este sacra-mento con más frecuencia, para poder asíser auténticos ministros de la misericordia.Procuraremos que en una serie de lugares,oportunamente señalados, los fieles pue-dan tener la posibilidad de ser atendidos,

secundando así las palabras del SantoPadre que nos recuerda:

Por otra parte, los pastores tenemos lagrave obligación de preparar cuidadosa-mente a los fieles –aprovechando las homi-lías y todo tipo de catequesis–, exponiendola verdadera doctrina de la Iglesia sobre elSacramento de la Penitencia y explicándo-les cuáles son las formas correctas para larecepción de dicho sacramento. A luz delos gestos del papa Francisco y de sus cate-

10 Ritual de la Penitencia, Praenotanda, nº 15 ss; Orientacionesdoctrinales y pastorales del episcopado español, nº. 73-75.

11 MV, nº 17d.

5

Nunca me cansaré de insistir en

que los confesores sean verdadero

signo de la misericordia del Padre.

Ser confesores no se improvisa. Se

llega a serlo cuando, ante todo,

nos hacemos nosotros penitentes

en busca de perdón11

Page 8: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

quesis, ya ha llegado el momento de aban-donar toda improvisación, y las atrevidasteorías cargadas de criterios subjetivos,acerca de la praxis de este sacramento. Allídonde un confesionario12 se cierra o seaparta como un mueble inútil y no se susti-tuye por otra sede apropiada a la que pue-dan acercarse los fieles -manteniendo suderecho a la confidencialidad y reserva-,para poder reconciliarse, termina porenfriarse la vida cristiana, se dejan de vivirlas obras de misericordia y desaparecen lasvocaciones.

Francisco nos pide que nos esforcemospor salir hacia los alejados de la Iglesia y, demanera especial, a los que se encuentranlejanos de la gracia de Dios debido a su con-ducta de vida13. Busquemos los caminos

adecuados para hacernos presentes enmedio de la vida de nuestros contemporá-neos, pero seamos precavidos, no vaya aser que las vías que escojamos para esteencuentro nos lleven a flirtear con la infide-lidad a nuestra vocación. Este Año jubilares un tiempo para cambiar de vida. ElSanto Padre nos dice que este es el tiempopara dejarse tocar el corazón, con la certezade que el Dios de la misericordia no secansa de tender la mano.

La Bula de indicción del Año de la Mise-ricordia concluye con una referencia aMaría. En nuestra Diócesis son muchos lossantuarios marianos, incluso bastantesparroquias encierran en sí mismas un san-tuario a la Santísima Virgen o a otros san-tos de especial devoción popular. Duranteeste Año de gracia pido a los párrocos, res-ponsables de unidades de atención parro-quial y a los rectores de santuarios que seabran a esta dinámica jubilar y atiendan lassugerencias que se les hará llegar desde lasVicarías. Que encuentre un eco especial lallamada del Santo Padre a la conversión ytodos los fieles puedan experimentar, bajola mirada de Santa María, la ternura delDios de la misericordia y de perdón; de talmodo que desde la parroquia de A Corna,en donde se venera a Nuestra Señora delDestierro, a la Virgen de la Cabeza en Vila-vella, pasando por los Remedios, a Clama-doira, los Milagros, la Merced, y otrasmuchas advocaciones que resultaría inter-minable enumerarlas; que en todos estoslugares santos se eleve al Dios de la miseri-cordia un canto de acción de gracias por laternura de su perdón y por las gracias sufi-cientes para convertirnos en auténticosdiscípulos misioneros.

+ J. Leonardo Lemos MontanetBispo de Ourense

6

12 “Con el sacramento de la Penitencia perdonaréis los pecadosen el nombre de Cristo y la Iglesia. Y yo, en nombre de Jesucris-to, el Señor, y de su Esposa, la santa Iglesia, os pido que no oscanséis de ser misericordiosos. En el confesonario estaréis paraperdonar, no para condenar”. FRANCISCO, Homilía del IVDomingo de Pascua, 26 de abril de 2015. BENEDICTOXVI, Discurso a los participantes en el curso de la Penitencia-ria Apostólica sobre el fuero interno, (9 de marzo de2012): “Queridos sacerdotes y queridos diáconos que os prepa-ráis para el presbiterado: en la administración de este sacra-mento se os da o se os dará la posibilidad de ser instrumentosde un encuentro siempre renovado de los hombres con Dios.Quienes se dirijan a vosotros, precisamente por su condición depecadores, experimentarán en sí mismos un deseo profundo:deseo de cambio, petición de misericordia y, en definitiva,deseo de que vuelva a tener lugar, a través del sacramento, elencuentro y el abrazo con Cristo. Seréis por ello colaboradoresy protagonistas de muchos posibles «nuevos comienzos», tan-tos cuantos sean los penitentes que se os acerquen; teniendopresente que el auténtico significado de cada «novedad» noconsiste tanto en el abandono o en la supresión del pasado,sino en acoger a Cristo y abrirse a su presencia, siempre nuevay siempre capaz de transformar, de iluminar todas las zonas desombra y de abrir continuamente un nuevo horizonte. La nuevaevangelización, entonces, parte también del confesionario. Osea, parte del misterioso encuentro entre el inagotable interro-gante del hombre, signo en él del Misterio creador, y la miseri-cordia de Dios, única respuesta adecuada a la necesidadhumana de infinito. Si la celebración del sacramento de laReconciliación es así, si en ella los fieles experimentan realmen-te la misericordia que Jesús de Nazaret, Señor y Cristo, nos hadonado, entonces se convertirán en testigos creíbles de esa san-tidad, que es la finalidad de la nueva evangelización”.

13 MV, nº 19.

Page 9: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Desde esta perspectiva, considero opor-tuna, también hoy, la invitación a reflexionarde nuevo sobre Dios. No se trata tanto de lacuestión: ¿Existe Dios?, sino más bien delDios, que es rico en misericordia y nos tiene uninmenso amor” (Ef.2,4). El es el “Padre misericor-dioso y Dios de todo consuelo” que “nos confor-ta en todas nuestras tribulaciones, para que,gracias al consuelo que recibimos de Dios, poda-mos nosotros consolar a todos los que seencuentran atribulados” (II Cor.1,3-4). Se trata,pues, del Dios vivo que llama a los muertos ala vida y al final enjuga todas las lágrimas ytodo lo renueva (cfr. Ap.21,4ss). A la vista delcírculo vicioso del mal solo puede haberesperanza en un nuevo comienzo, si es posi-ble confiar en un Dios tan clemente y miseri-cordioso como omnipotente, el único capazde obrar un nuevo comienzo y conferirnosvalentía para esperar contra toda esperanza yfuerza para intentarlo otra vez.

¿POR QUÉ UN JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIA?

José Antonio Gil Sousa

No hace mucho hemos dejado a nuestras espaldasel siglo XX. En varios aspectos ha sido una centuriaterrible. Conoció dos brutales sistemas totalitarios,dos guerras mundiales de las cuales sólo la segundacausó más de cincuenta millones de muertos, genoci-dios y asesinatos en masa, campos de concentración ygulags. El todavía incipiente siglo XXI, que con el aten-tado terrorista del 11 de septiembre de 2001 contrael World Trade Center de Nueva York, no prometehasta el momento ser mejor. Este siglo ha comenzadomarcado por la amenaza de un terrorismo despiada-do, injusticias que claman al cielo, niños víctimas deabusos y condenados al hambre y la inanición, millo-nes de desplazados y refugiados, crecientes persecu-ciones de los cristianos; a ello se suman devastadorascatástrofes naturales en forma de terremotos, erup-ciones volcánicas, tsunamis, inundaciones, sequías…Todo ello y muchos hechos más son ‘signos de lostiempos’ (cfr. C. Vaticano II, GS, n.4).

Ante tal panorama, resulta difícil hablar de un Diosomnipotente y al mismo tiempo justo y misericordio-so. ¿Dónde estaba y dónde está cuando todo estoocurría y ocurre? ¿Por qué lo permite, por qué nointerviene? Todo este sufrimiento injusto, preguntanalgunos, ¿no representa el argumento más serio encontra de un Dios omnipotente y misericordioso? Elsufrimiento en el mundo es probablemente el argu-mento de mayor peso del ateísmo moderno. Comoseñala el Concilio, “el ateísmo nace a veces como violen-ta protesta contra la existencia del mal en el mundo”(Ibid.n.19). Por otro lado, la ausencia de Dios en la vidade muchas personas, representa la verdadera y másprofunda aflicción. Se cuenta entre los ‘signos de lostiempos’ y entre los “hechos más graves de nuestrotiempo” (Ibid.) Con otras palabras, sin Dios estamospor completo –y además sin salida– a merced de losdestinos y azares y de las tribulaciones de la historia.Sin Dios no hay ya instancia alguna a la que apelar, noexiste ya esperanza alguna en un sentido último y enuna justicia definitiva.

7

Page 10: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

8

Recordemos, al respecto, algunostestimonios:

San Agustín, según su propio testimonio, expe-rimentó la misericordia y la cercanía de Dios en suvida justamente cuando más alejado de él se sabía.He aquí sus palabras: “A ti la alabanza y la gloria, ¡ohDios, fuente de las misericordias! Yo me hacía cada vezmás miserable y tú te me hacías más cercano” (Confe-siones, VI,16,26). Y añade: “Enmudezca en su alabanzade Dios quien primero no haya contemplado las prue-bas de la misericordia divina” (Ibid. VI,7,1). San Agustínnos advierte con toda claridad que si no somoscapaces de anunciar de forma nueva el mensaje dela misericordia divina a las personas que padecenaflicción corporal y espiritual, deberíamos callarsobre Dios. El papa Francisco, hace suya la siguien-te afirmación de Santo Tomás de Aquino: “Es propiode Dios usar misericordia y especialmente en esto semanifiesta su omnipotencia” (n.6: ST. II-II,q.30,a.4). Segúnel Aquinate, la misericordia divina no es un signo dedebilidad; al contrario, es la cualidad de la omnipo-tencia de Dios.

Conviene recordar también que dos papas de lasegunda mitad del siglo XX estuvieron atentos a los‘signos de los tiempos’ y exhortaron a situar denuevo la misericordia en el centro del anuncio y lapraxis eclesiales. San Juan XXIII, el papa bueno,acomete tal cometido. En su diario espiritual seencuentran diversas consideraciones profundasacerca de la misericordia divina. Para él, la miseri-cordia es el más bello nombre de Dios, la mane-ra más hermosa de dirig irnos a él; más todavía,nuestras miserias son el trono de la divina miseri-cordia. En el pionero discurso de apertura del con-cilio Vaticano II, al hablar de la forma de reprimir loserrores, afirmaba que hoy “la esposa de Cristo pre-fiere emplear la medicina de la misericordia más quede la severidad” (n.15). Por su parte, San Juan PabloII conoció a fondo y padeció en su propia carne lahistoria de sufrimiento de su época. Desde jovenexperimentó muchas tribulaciones en su pueblo yen su propia vida. Su pontificado estuvo marcadopor las consecuencias de un atentado y, en sus últi-mos años, por el sufrimiento personal. Ya en lasegunda encíclica de su pontificado, Dives in miseri-cordia (1980) se ocupó del tema de la misericordia.

La primera canonización del tercer milenio (30-IV-2000) estuvo consagrada deliberada y sistemática-mente al tema de la misericordia. Ese día fue cano-nizada la religiosa y mística polaca Faustina Kowals-ka (+1938), hasta entonces apenas conocida entrenosotros. Durante una visita a Lagievniki, el subur-bio de Cracovia donde residió sor Faustina, el papadijo el 7 de junio de 1997 que la historia ha inscri-to el tema de la misericordia en la trág ica expe-riencia de la Seg unda Guerra Mundial como unaayuda especial y una inag otable fuente de espe-ranza. Durante su última visita a su patria polaca(17-VIII-2002), San Juan Pablo II consagró solemne-mente en Lagievniki el mundo a la divina misericor-dia. En dicha ocasión encargó a la Iglesia transmitiral mundo el fuego de la compasión. Siguiendo unasugerencia de sor Faustina, el papa declaró el segun-do domingo de Pascua, como domingo de la ‘Divi-na Misericordia’.

Ya en el siglo XXI, el papa Benedicto XVI ensu primera encíclica ‘Dios es amor’ (2006) profun-diza en el tema de la misericordia. En su encíclicasocial, ‘El amor en la verdad” (2009) concretó estetema a la vista de los nuevos desafíos. A diferenciade las encíclicas sociales de papas anteriores, noparte ya de la justicia, sino del amor como principiofundamental de la doctrina social cristiana. Con elloretoma una vez más la gran meta de la misericordiaen un contexto más amplio.

De todo lo dicho, se puede con-cluir que “hay momentos en los que deun modo mucho más intenso estamos lla-mados a tener la mirada fija en la miseri-cordia para poder ser también nosotrosmismos signo eficaz del obrar del Padre”(Bula del Jubileo de la Misericordia, ‘El rostrode la misericordia’,n.3). Éste es precisa-mente el momento para recordar que la“misericordia es la vía que une a Dios y alhombre, porque abre el corazón a la espe-ranza de ser amados sin tener en cuentael límite de nuestro pecado” (Ibid. n.2).

Page 11: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

1. Misión de anunciar lamisericordia:La Iglesia tiene la misión de anun-

ciar la misericordia de Dios, corazónpalpitante del Evangelio, que por sumedio debe alcanzar la mente y elcorazón de toda persona (cfr. 12). Estaes la esencia del Evangelio a proclamarpara que sea conocido. La Iglesia,Esposa de Cristo, hace suyo el com-portamiento del Hijo de Dios que salea encontrar a todos, sin excluir ningu-no. En nuestro tiempo, en el que laIglesia está comprometida en la nuevaevangelización, el tema de la miseri-cordia exige ser propuesto una vezmás con nuevo entusiasmo y con unarenovada acción pastoral. Sean cualessean los motivos, llegar a los de cercay a los de lejos.

9

ASPECTOS PASTORALES DE LA BULAMISERICORDIAE VULTUS

D. José Pérez Domínguez

Introducción:El Papa Francisco, en los diez primeros números de

la bula de la convocatoria del jubileo extraordinario dela Misericordia, describe en unas breves pinceladas elcontenido y la finalidad de año santo. Conviene leerestos números para ajustar la actividad pastoral a laesencia del jubileo. “Eterna es su misericordia es el estri-billo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientrasse narra la historia de la revelación de Dios” (cfr. 7).“Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordio-so podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad”(cfr. 8). “En las parábolas dedicadas a la misericordia,Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padreque jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuel-to el pecado y superado el rechazo con la compasión yla misericordia” (cfr. 9). “La misericordia es la viga maes-tra que sostiene la vida de la Iglesia” (cfr.10). ¡Que estospocos destellos nos sirvan de invitación a saborear eldelicioso manjar de la misericordia divina!

Page 12: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

10

2. Lectura creyente de la Palabra de Dios:Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la

palabra del Señor: Misericordiosos como elPadre (cfr. 13). La “lectio divina”, los “grupos bíbli-cos” siempre de actualidad y más en el año de laMisericordia: El evangelista refiere la enseñanzade Jesús: « Sed misericordiosos, como el Padrevuestro es misericordioso » (Lc. 6,36). Para sercapaces de misericordia debemos colocarnos a laescucha de la Palabra de Dios. ¡Creemos gruposbíblicos en todas las parroquias de referencia,acrecentemos los ya existentes, enriquezcámos-los de contenido! Esto significa recuperar el valordel silencio para meditar la Palabra que se nosdirige.

3. Peregrinación:La peregrinación es un signo peculiar en el

Año Santo, porque es imagen del camino quecada persona realiza en su existencia (cfr. 14). ElPapa subraya la importancia del salir de casa, deemprender la peregrinación, de caminar encomunidad, de esforzarse por llegar a la meta. Lavida es una peregrinación y el ser humano es via-tor, un peregrino que recorre su camino hastaalcanzar la meta anhelada. También para llegar ala Puerta Santa en Roma y en cualquier otrolugar, cada uno deberá realizar, de acuerdo conlas propias fuerzas, una peregrinación. Esto seráun signo del hecho que también la misericordia esuna meta por alcanzar y que requiere compromi-so y sacrificio. La peregrinación, entonces, seaestímulo para la conversión.

4. Solidaridad con los más necesitados:En este Año Santo, podremos realizar la expe-

riencia de abrir el corazón a cuantos viven en lasmás contradictorias periferias existenciales, quecon frecuencia el mundo moderno dramática-mente crea (cfr. 15). Siguen abiertas las heridas delas manos, del costado, de los pies, de la cabezade Redentor del mundo en tantos y en tantoshermanos nuestros, despreciados, olvidados,hechos el hazme reír. ¡Cuántas situaciones deprecariedad y sufrimiento existen en el mundo

hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchosque no tienen voz porque su grito se ha debilita-do y silenciado a causa de la indiferencia de lospueblos ricos. “Es mi vivo deseo que el pueblocristiano reflexione durante el Jubileo sobre lasobras de misericordia corporales y espirituales”.Las estaciones del Viacrucis deberían estar acom-pañadas en los preceptos cuaresmales por cadauna de las obras de misericordia.

5. Vivir la Cuaresma en Profundidad:La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida

con mayor intensidad, como momento fuertepara celebrar y experimentar la misericordia deDios (cfr. 17). Un nuevo enfoque al tiempo litúrgi-co de la cuaresma. El profeta Isaías (58, 6 – 11)debe marcar la espiritualidad y el compromisocristiano de este tiempo.

Hace dos años poníamos en práctica la inicia-tiva “24 horas para el Señor”, de celebrar duran-te el viernes y sábado que anteceden el IVdomingo de Cuaresma. Debemos darle un nuevoimpulso, tanto a nivel de Ourense capital como anivel de Ourense diócesis.

6. Los misioneros de la Misericordia:El Papa tiene la intención de enviar los Misio-

neros de la Misericordia. Serán un signo de lasolicitud materna de la Iglesia por el Pueblo deDios, para que entre en profundidad en la rique-za de este misterio tan fundamental para la fe (cfr.18). No sé si llegarán los misioneros de la Miseri-cordia a Ourense. Serían bienvenidos a nuestrastierras y generosamente acogidos: “que hermo-

“Soltar las cadenas injustas,

desatar los lazos del yugo,

dejar en libertad a los oprimidos y

romper todos los yugos;

compartir tu pan con el hambriento y

albergar a los pobres sin techo;

cubrir al que veas desnudo y

no abandonar a tus semejantes”.

Page 13: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

11

sos sobre los montes los pies de los mensajerosque anuncian la paz”. Tendríamos que acudir aellos con nuestras gentes «al trono de la gracia, afin de obtener misericordia y alcanzar la gracia »(Hb. 4,16). ¡Dejémonos evangelizar, para recuperarla evangelización para nuestras gentes!

7. Grupos criminales y promotores decorrupción:Una invitación especial a la conversión de los

hombres y mujeres que pertenecen a grupos cri-minales y de todas las personas que promueveno son cómplices de corrupción (cfr.19). El Papa esvaliente en sus palabras:

Y, dada la situación que nos rodea, el Papallama a la conversión “a todas las personas pro-motoras o cómplices de corrupción”, llaga putre-facta de la sociedad, grave pecado, pues minadesde sus fundamentos la vida personal y social.Planteamiento serio en la Iglesia en Ourense: notodo es válido, no todo es posible.

8. La indulgencia jubilar: El Jubileo lleva consigo la indulgencia. El per-

dón de Dios por nuestros pecados no conocelímites. En la muerte y resurrección de Jesucristo,Dios hace evidente este amor que es capaz inclu-so de destruir el pecado de los hombres (cfr.22).Dice el Papa: “la misericordia de Dios se trans-

forma en indulgencia del Padre que a través de laEsposa de Cristo alcanza al pecador perdonado ylo libera de todo residuo, consecuencia del peca-do, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer enel amor más bien que a recaer en el pecado”. Unaño para dar valor a las desvirtuadas indulgenciasen línea con la doctrina del Papa Francisco.

9. La Misericordia y el Encuentroentre Religiones:Visión ecuménica de la misericordia. Esta

posee un valor que sobrepasa los confines de laIglesia (cfr. 23). Ella nos relaciona con el judaísmoy el islam, que la consideran uno de los atributosmás calificativos de Dios. Este Año Jubilar vividoen la misericordia puede favorecer el encuentrocon estas religiones y con las otras nobles tradi-ciones religiosas. Sería en este año deseable unencuentro entre las religiones que creen en Dios,Padre Misericordioso.

10. María, Madre de Misericordia:Acabamos de celebrar en Ourense el año

mariano “Ourense en misión con María”. El Papanos invita a dirigir nuestra mirada a María, Madrede la Misericordia (cfr. 24). La dulzura de su mira-da nos acompañe en este Año Santo, para quetodos podamos redescubrir la alegría de la ternu-ra de Dios. En nuestras parroquias, en nuestrossantuarios, en las novenas y fiesta marianas denuestro pueblo tenemos oportunidad para acer-carnos a la “Reina y Madre de Misericordia”.

Conclusión:Un bonito decálogo. Con palabras claras

y directas el Papa Francisco nos señala unaruta a seguir para nuestra acción pastoraldiocesana. Las distintas vicarías están en elmejor de los momentos para poner en mar-cha el año Santo de la Misericordia, bajo laanimación, guía y supervisión del Sr. Obispo.Todos los arciprestazgos e instituciones dio-cesanas van a arrimar el hombro para quetodo redunde en beneficio de que el Evan-gelio sea anunciado.

“mi invitación a la conversión se dirige

con mayor insistencia a aquellas

personas que se encuentran lejanas

de la gracia de Dios debido a su

conducta de vida. Pienso en modo

particular en los hombres y mujeres

que pertenecen a algún grupo

criminal… El dinero no nos da la

verdadera felicidad. La violencia usada

para amasar fortunas que escurren

sangre no convierte a nadie en

poderoso ni inmortal”.

Page 14: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

12

1. Deus é misericordiosoO Deus da alianza preséntase no Sinaí desbor-

dando amor e misericordia: Iahvé, Iahvé, Deusmisericordioso e compasivo (Ex 34,6). O Novo Tes-tamento presenta tamén esta mesma referencia amisericordia de Deus neste mesmo contexto. OEvanxeo de Lucas mostra que a misericordia doDeus da alianza e da promesa se revela na huma-nidade de Xesús Cristo. Por isto mesmo as sínte-ses de fe expresadas no Magnificat e no Benedic-tus son unha confesión de fe na misericordia deDeus.

María canta que a misericordia de Deus abra-za a todos e en tódolos tempos: A súa misericor-dia chega xeración tras xeración a tódolos que otemen (Lc 1,50). A misericordia de Deus é unhaparte importante da alianza e da promesa feita aIsrael e a Abraham: Ampara a Israel, o seu Servidor,lembrándose da súa misericordia, conforme prome-tera a nosos pais, a favor de Abraham e da súa des-cendencia para sempre (Lc 1,54-55). Este mesmocontexto de alianza e de amor evoca o canto deZacarías no que tamén resplandece a misericor-dia: Que tería misericordia dos nos pais, tendo pre-sente a súa Santa Alianza, tal fora a promesa quelle fixera a Abraham, noso pai (Lc 1,72-73). Esta

misericordia móstrase como proximidade agari-mosa, coma o sol que da vida a todo: Pois polamisericordia entrañable de noso Deus virá visitarnosdesde o ceo un sol nacente (Lc 1,78).

Este evanxeo da misericordia aparece non sócoma un trazo de Deus senón tamén coma unhaacción de Deus mesmo no misterio que se estáanunciando desvelando. Deus fíxase na humilda-de e na humillación que sofren dúas mulleres:unha por ser estéril, a outra por ser virxe. E elasteñen a preferencia de seren escollidas comocolaboradoras principais no misterio da encarna-ción. A misericordia vai unida á graza e a alegría(1 Tim 1,2) que é desbordante en María (Lc 1,28) etamén en Isabel e na xente que está ao seu carón(Lc 1,57-58).

2. Xesús revela e reflexa amisericordia de Deus PaiXesús mostra coa súa palabra e coas súas

accións que Deus Pai é compasivo e misericor-dioso. Así o revela no grande discurso das bena-venturanzas. A misericordia é o horizonte e ameta dos que seguen a Xesús Cristo, o media-dor da Nova Alianza, a das Benaventuranzas:Sede misericordiosos coma o voso Pai é misericor-dioso (Lc 6,36).

SEDE MISERICORDIOSOS COMAO VOSO PAI É MISERICORDIOSO

Xosé Xulio Rodríguez

Dicía Xoán XXIII que “a misericordiaé o nome mais belo e a maneira mais

fermosa de dirixirnos a Deus”. Amisericordia sitúanos certamente nocorazón da novidade e da revelación

de Deus. No Antigo Testamentoaparece repetidas veces este verso: oSeñor é compasivo e misericordioso (Ex

34,6; 20,6; Sal 86,15; 103,8). O NovoTestamento confirma e manifesta que

Deus é rico en misericordia (Ef 2,4).

Page 15: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

13

A misericordia de Deus está ligada á tenrura eá compaixón, pero esta hai que entendela nosentido máis activo e positivo da palabra. Non setrata de algo unicamente pasivo, como poderíaser o sentir lástima ou mágoa, senón de algo acti-vo e moi vivo. É algo que chega ás entrañas e aocorazón, que leva a sufrir na propia carne a dordos outros pero que ao mesmo tempo ten aforza e o impulso vivo de ser unha paixón quemove á acción e ao compromiso.

Xesús revela a tenrura e a misericordia deDeus na Parábola do “Pai misericordioso” máiscoñecida coma a “do fillo pródigo”:

E dun xeito semellante mostra a mesma mise-ricordia en relación coas vítimas da economíaopresora que cargaba de débedas aos pobres eos convertía en escravos dos ricos e poderosos.Isto non é historia do pasado senón algo moi vivoe actual. O home, que tiña unha grande débedae debía ser vendido coma escravo el e a súa fami-lia, pide paciencia e tempo para poder pagartodo. A resposta do seu señor é desconcertantee ela mostra cal é a verdadeira xustiza de Deus:El, conmovido nas súas entrañas, deixouno libre eperdooulle toda a débeda (Mt 18,26-27). Logo o quefoi perdoado non tivo un corazón misericordiosoco seu compañeiro. Velaquí un bo retrato do queacontece na historia de cada día.

Xesús revela a misericordia de Deus coas súasobras e palabras, e mostra que a misericordia éfonte de gozo, de plenitude e da máis grandesatisfacción para a persoa humana, que é imaxede Deus misericordioso.

As multitudes e a xente máis débil e indefensadescobren moi axiña a misericordia e a compai-xón de Xesús. Son os enfermos, os pecadores, asmultitudes abatidas e perdidas que non teñen

onde ir ou a quen recorrer. Hai un gran grupo dexente que o segue e que busca esperanza: Vendoa multitude sentiu unha fonda compaixón por ela,porque estaban todos derreados e esmorecidoscoma ovellas sen pastor (Mt 9,36; 15,32). Os leprososfan estremecer o corazón de Xesús desde a súador e súa postración: Ti se queres pódesme limpar.Xesús, estremecido alongou a man, e tocouno dicin-do: pois quero, queda limpo (Mc 1,41). Moitas per-soas e colectivos achéganse a Xesús buscandonel a reacción e a resposta amorosa e gratuíta nomedio do grande abandono e penuria na queviven: son os pecadores (Lc 18,13; 23,42; Mt 9,13), osendemoñados (Mc 9,22; 17,14-15; Mc 9,22), os cegos(Mc 10,47-48; Mt 9,27; 20,30-34), as mulleres (Mt 15,22;Jn 8,1-11), os leprosos (Lc 17,13)… Todos eles repi-ten a mesma súplica: Señor, Fillo de David, tencompaixón de nós.

Xesús non pasou de largo ante os sufrimentos,as dificultades e os problemas da xente. El baixou-se e acolleu no seu corazón todas esas pobrezas emiserias para erguer do chan e das tebras aos queestaban sen esperanza. A misericordia é o camiñopascual que vai da quénose á exaltación e que por

E cando aínda estaba lonxe

seu pai o viu, conmoveuse

nas súas entrañas e correu

a abrazalo e a

comelo a beixos (Lc 15,20).

Page 16: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

14

isto mesmo é un camiño que ten futuro, que levaa ser feliz: Ditosos os misericordiosos, porque elesacadarán a misericordia (Mt 5,7).

3. Fai ti outro tantoEsta é a conclusión da parábola do Bo Samari-

tano que invita a practicar a misericordia conquen foi baldado e mallado de moitos xeitos endiferentes momentos e circunstancias da vida.Pero non podemos esquecer que o Bo Samarita-no é o mesmo Xesús Cristo que se abaixou áentraña do sufrimento e da dor da humanidadepara curar as súas fondas feridas coa tenrura deseu amor gratuíto e misericordioso(Lc 10,29-37).Fai ti outro tanto é a resposta agradecida de quenrecibiu todo da graza e da misericordia de Deus.É outra maneira de levar á práctica o mandatodas Benaventuranzas: Sede misericordiosos coma ovoso Pai é misericordioso (Lc 6,36).

A misericordia é para os discípulos de Xesúsunha prioridade, a forma de culto mais agradablea Deus: ide, pois aprender o que significa aquilo demisericordia quero e non sacrificios, porque non vinchamar polos xustos senón polos pecadores (Mt 9,13;12,7-8). Por isto mesmo Xesús condena un cultoformalista que non se abaixa nin se comprometenas situacións de anguria, de sufrimento, dedesesperanza de tantos grupos humanos, vítimasde tantas inxustizas e esquecementos: ¡Ai de vós,letrados e fariseos hipócritas, que pagades o décimopola menta, o anís e mailo comiño, e descoidades omáis importante da Lei: a xustiza, a misericordia ea fidelidade (Mt 23,23).

Este é o Evanxeo da misericordia: a forma sor-prendente da xustiza do Reino de Deus. A mise-ricordia de Deus é inseparable da graza e da xus-tiza. Podemos dicir que a xustiza de Deus é grazae misericordia. ¡Qué gran tesouro nos foi regala-

do! ¡Qué importante é que o Espírito nos abra aintelixencia da fe para comprender e vivir nodinamismo da gratuidade (graza) e da misericor-dia. María comprendeu moi ben este misterio.Para ela cantar as marabillas de Deus é o mesmoque cantar as misericordias do Señor comoexpresan os salmos: Cantarei por sempre as mise-ricordias do Señor, pregoarei por xeracións a súafidelidade (Sal 89,2, Lc 1,50).

A Igrexa hoxe, a nosa Igrexa diocesana ten ogran desafío de anunciar o Evanxeo da misericor-dia, de mostrar a novidade da xustiza de Deusque se fai presente na acción pastoral e na cele-bración da eucaristía. O primeiro anuncio deXesús mostra as entrañas de misericordia deDeus, as preferencias dos seu amor e do seu coi-dado: pobres, presos, cegos, coxos, leprosos…(Lc 4,18-19; 7,21-23). Ao final da vida o exame sobrea nosa forma de vivir a xustiza é a práctica damisericordia: famentos, sedentos, presos, inmi-grantes, enfermos (Mt 21,31-46). Á mesa da Euca-ristía temos que invitar ou traer sobre todo aospobres, eivados, coxos e cegos (Lc 14,13.21). Osgrupos ou destinatarios evocados son os mes-mos. Isto móstranos que a misericordia fai a uni-dade de vida e de acción na vida da Igrexa: naevanxelización-catequese, no ministerio da cari-dade, na eucaristía e en toda a acción litúrxica.

Velaquí o grande poder de atracción e desedución de Xesús Cristo que nos revela o cora-zón compasivo e misericordioso de Deus e a súaacción salvadora coma don e coma graza. Istomesmo é o que nós debemos mostrar e teste-muñar, sabendo que non é conquista nosa senónregalo de Deus: Acheguémonos con liberdade aotrono da graza, para conseguirmos misericordia eatoparmos graza para unha axuda no seu debidotempo (Hb 4,16).

Page 17: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

15

Son muchos los relatos que sepodrían hacer de la experiencia quecada hombre teje en su búsqueda deDios, o mejor, de la búsqueda queDios hace de cada uno de nosotros,pero pocos alcanzan la intensidad y lahondura del aquel brillante orador afri-cano que, tras largos años caminandoentre sombras, luces y reflexiones,encontró “la hermosura siempre anti-gua y siempre nueva” de Dios. La vidade Agustín de Hipona fue “confesión y experiencia”de la misericordia divina que tocó la miseria y elcorazón de su vida, por eso pudo exclamar: “A ti laalabanza y la gloria, ¡oh fuente de la misericordia!”(Confesiones VI, 15, 25).

Acercarnos y contemplar a Dios, fuente detoda misericordia, para que ésta sea la viga maes-tra de la vida de la Iglesia y de cada uno de loscreyentes es el objetivo del papa Francisco alconvocar a toda la Iglesia a un Jubileo Extraordi-nario de la Misericordia. O en palabras del obis-po de Hipona: “Si quieres conseguir la misericor-dia de Dios, sé tú misericordioso” (Sermón 259, 3).Esta es la gran peregrinación y conversión jubilar.

Los Padres de la Iglesia nos ofrecen, como enuna cátedra orquestal, multitud de acentos miseri-cordiosos en sus obras, sobre todo en catequesis ysermones. Si Jesucristo es el rostro de la misericor-dia del Padre (misericordiae vultus), y en las parábolasdedicadas a la misericordia (cf. Lc 15,1-32: la de laoveja perdida y de la moneda extraviada, y la delpadre y los dos hijos) encontramos el núcleo delEvangelio y de nuestra fe (cf. Misericordiae Vultus 9),trataremos de acercanos a la palabra de estos maes-tros de la fe a través de sus comentarios a estas“parábolas de los perdidos” (oveja, moneda e hijos).

Estas tres parábolas, según Ambrosio deMilán, se escribieron para curar nuestras heridas,

pues nos hablan de la medicina queviene de Dios mismo, la misericordia:“¿Quién es este padre, ese pastor yesa mujer? ¿Acaso no representan aDios Padre, a Cristo y a la Iglesia?Cristo te lleva sobre los hombros, laIglesia te busca y el Padre te recibe.Uno, porque es Pastor, no cesa de lle-varte; la otra, como madre, sin cesarte busca, y el Padre te vuelve a vestir.El primero, por obra de su misericor-

dia; la segunda cuidándote, y el tercero, reconci-liándote con Él” (Exposición Ev. Lucas 7, 207-208).

Una misericordia que se muestra paciente, nopor su resignación, sino por la esperanza del quenos busca y espera sin descanso y nunca nos aban-dona, Dios mismo: “la paciencia del pastor quebusca hasta encontrar la oveja perdida y la colocasobre sus hombros, como un portador paciente deuna pecadora abandonada. Y la paciencia del padreque recibe al hijo pródigo, que le viste, le alimenta yle excusa ante el hermano impaciente y enojado”(Tertuliano, Sobre la paciencia 12, 6-7).

Una paciencia que se hace entrega total en Cris-to, por la misericordia de la cruz que nos lleva a lasalvación: “Regocijémonos, pues, ya aquella ovejaque había perecido en Adán, fue salvada en Cristo.Los hombros de Cristo son los brazos de la cruz”(Ambrosio, Exposición Ev. Lucas 7, 209). Ese Pastor mise-ricordioso, afirma Basilio de Cesarea, nunca nos dapor perdidos para llevarnos al encuentro con elPadre: “Si tú no te rindes, Él no descansará ni,puesto que ama a los hombres, despreciará el lle-varte sobre sus hombros, con la alegría de haberencontrado la oveja perdida. El Padre está allí [en elredil] y espera tu vuelta después de haberte desca-rriado. Vuelve, pues, y cuando todavía te en cuen -tres lejos, correrá a lanzarse sobre tu cuello, y teestrechará con abrazos afables” (Cartas 46, 6).

CON ENTRAÑAS DE MISERICORDIAFrancisco José Prieto Fernández

“A ti la alabanza y la gloria, ¡oh fuente de la misericordia!”(Agustín de Hipona, Confesiones VI, 15, 25)

Page 18: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Y entonces el encuentro de lo que se habíaperdido – cada hombre salvado en Cristo – pro-voca una alegría inmensa “en los principados delcielo… Preparan una fiesta por uno que es salva-do, unidos por un mismo fin, y nunca dejan dealabar la misericordia del Señor” (Cirilo de Alejandría,Comentario Ev. Lucas 106). Y esta alegría, recalca elobispo de Milán con vibrante oratoria, debedesalojar de nuestra vida creyente todo temor alencuentro reconciliador con el Padre: “No tema-mos haber despilfarrado el patrimonio de la dig-nidad espiritual en placeres terrenales, porque elPadre vuelve a dar alhijo el tesoro queantes poseía, el teso-ro de la fe… Y notemas que no te vayaa recibir porque‘Dios no se alegra de la perdición de los vivos’(Sab 1,13)… Tú todavía temes por la afrenta quele has causado, pero Él te devuelve tu dignidadperdida; tú tienes miedo al castigo, y Él, sinembargo, te besa; tú temes, en fin el reproche,pero Él te agasaja con un banquete” (Exposición Ev.Lucas 7, 211-212).

La peregrinación, signo peculiar de nuestraexistencia y del Año Jubilar, nos recuerda que lamisericordia es una meta por alcanzar y querequiere compromiso y sacrificio, y así nos esti-mula para retornar a la casa del Padre y dejarnosabrazar por su misericordia: “Ya que somos ove-jas, pidamos el pasto; y, ya que somos hijos,corramos hacia el Padre” (Ambrosio, Exposición Ev.Lucas 7, 211). Como proclama Efrén de Nisibi,“éste es el camino hacia la casa paterna; ¡vaya-mos también nosotros a la casa de nuestro Padresin dejarnos seducir, hermanos, por el amorpasajero de la tierra!” (Himnos sobre el Paraíso 14, 7).Y ya, cuando estamos en camino, el Padre, al queAmbrosio llama “maestro de la misericordia”,“ve dentro de tu corazón y sale a tu encuentropara que nadie se le ponga de obstáculo y, tanpronto ha llegado a ti, te abraza. En ese salir a tuencuentro se muestra su presciencia; en el abra-zo su clemencia y la demostración de su amorpaternal” (Exposición Ev. Lucas 7, 229-230).

Y, por eso, el otro gran signo del Jubileo es laindulgencia, porque el perdón de Dios no conocelímites y nunca se cansa de ofrecerlo, abraza todanuestra vida y la hace totalmente nueva: “Así juzgael padre, así castiga, así da besos, no azotes, al hijopecador; y por eso el padre ha redimido los peca-dos del hijo con un beso, los ha tapado con unabrazo, para que no queden al descubierto y apa-rezca el hijo afeado por el padre. El padre cura lasheridas del hijo, de manera que no queden ni cica-trices ni manchas… El afecto paterno no se con-forma con restablecer la inocencia, sino que resti-

tuye la dignidad precedente[‘anillo en la mano y sandalias enlos pies’]” (Pedro Crisólogo, Sermón3, 3-4). En el beso reconciliadordel Padre a cada una de noso-tros, “la misericordia y la verdad

se encontraron, la justicia y la paz se besaron” (Sal84, 11), recuerda el Crisólogo (cf. Sermón 5, 6).

El reencuentro con la misericordia de Dios nosdevuelve a la vida, a la dignidad de hijos y al com-promiso de ser hermanos, “nos regenera denuevo según la imagen de la gloria de Cristo” (Ata-nasio, Carta Festal 9, 10). Por eso, “se alegra el padreporque volvió el hijo que había perecido, y volvióa la vida el que había muerto. En verdad, sólomuere el que tiene vida, pues el que no vive nopuede morir” (Ambrosio, Exposición Ev. Lucas 7, 234).

Y cuando “el perdido” ha sido hallado por lamisericordia de Dios, tiene que convertirse élmismo en pastor y padre compasivo porque “elque ama la misericordia se compadece” (Agustín deHipona, Exposición Salmos 32, II, 2). Como Dios no secansa, que tampoco nos cansemos, nunca secanse la Iglesia, de dar y ofrecer consuelo y mise-ricordia a tantos heridos y en tantas heridas por-que sólo “se habla de misericordia cuando lamiseria ajena toca y sacude el corazón” (Agustín,Sermón 358, 1). Y si las fuerzas flaquean y no pode-mos, tal como nos urge el mismo Agustín deHipona, “no dudemos en exigir del Señor, nues-tro Dios, la misericordia; así lo quiere él, sin lugara dudas… ¿quieres conocer cómo te dispensaráDios su misericordia? ¡Sé tú generoso en la cari-dad!” (Exposición Salmos 32, II, 28).

16

La peregrinación, signo peculiar de

nuestra existencia y del Año Jubilar,

nos recuerda que la misericordia

es una meta por alcanzar

Page 19: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

17

1. El protagonismo de lamisericordiaLa misericordia divina es la protagonis-

ta frente al pecado del hombre (a éste nole corresponde tal protagonismo) en elsacramento de la Reconciliación. Esteprotagonismo y valor de la misericordiade Dios se refleja en la novela de Dos-toievski Crimen y castigo, concretamenteen los labios de Marmeladov: bebedor,débil, incapaz de enfrentarse al vicio,sabe que su hija se prostituye para soco-rrer la pobreza de la familia. Para seguirbebiendo le roba las escasas monedas asu hija. Esto hace que sienta un inmensodesprecio por sí mismo. Pide que alguienle castigue y a la vez se apiade de él, pues“todo hombre debe poder encontrar enalgún rincón del mundo un asilo de pie-dad”. Al fin, bebido, expresa su fe en unperdón que lo libere no sólo del pecado,sino también de su culpabilidad. Plasmaentonces su esperanza en una salvaciónque le abrace a él y a todos los infelices yhumillados como él, ninguno de los cua-les se siente digno del más allá:

“Tendrá piedad de nosotros aquel quela tiene de todos, aquel que lo entiendetodo. Él será el único, él será el juez. Nosllamará incluso a nosotros: «¡Venid tam-bién vosotros, los borrachos!». Y nosotrosiremos sin vergüenza... Y nos abrirá losbrazos, y nosotros nos arrojaremos en susbrazos, y lloraremos, y lo entenderemostodo. ¡Señor, venga a nosotros tu Reino!”(O.c., Barcelona 1998, 22).

De la misericordia divina ha habladopreciosamente san Juan Pablo II en“Dives in misericordia” (=DM) y Francis-

EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓNO DE LA MISERICORDIA

Ramiro González

Hablar del Sacramento de la Penitencia o Reconcilia-ción es reconocer que en la entera obra de la creación,la misericordia de Dios es como su substancia. Lo afir-ma san Ambrosio en su Hexameron con estas palabras:“Tras haber creado al hombre, Dios al fin descansóteniendo a quien perdonar sus pecados” (Sermo 9, 10, 76).Estas palabras ayudan a comprender que el hombre hasido creado como un ser para el perdón. El plan eternode Dios sitúa al “amor que perdona” como el aglutinan-te del desplegarse de su inexcrutable proyecto. En Dios,el perdón misericordioso corona su amor. El amor queperdona es el rasgo divino de la economía de salvación,aquel en el que se unifican todos los demás. Por eso, nocabe otra cosa que hacer fiesta en el cielo simultánea-mente que en la tierra se practica la misericordia (Cf Lc15, 7). Allí la creación consigue su fin: la gloria de Dios.

Por este motivo, la Iglesia desea que sus ministrossean signos de la misericordia de Dios y lo sean, demodo especial, cuando celebran el sacramento de laReconciliación. O felix culpa quae talem ac tantummeruit habere Redemptorem! La Iglesia lo canta en laVigilia pascual, culmen de la celebración del misteriopascual. La gloria de los humanos ya no es ser justos,sino haber sido redimidos; no se gloriarán por notener pecados, sino porque sus pecados les han sidoperdonados con misericordia amorosa. La muerte,consecuencia del pecado, ha sido vencida por Cristo,por amor al hombre.

Page 20: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

18

co en “Misericordiae vultus” (=MV). Veamoscomo ejemplo, el n 2 de esta última:

“Siempre tenemos necesidad de contemplar elmisterio de la misericordia. Es fuente de alegría, deserenidad y de paz. Es condición para nuestra sal-vación. Misericordia: es la palabra que revela elmisterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: esel acto último y supremo con el cual Dios viene anuestro encuentro. Misericordia: es la ley funda-mental que habita en el corazón de cada personacuando mira con ojos sinceros al hermano queencuentra en el camino de la vida. Misericordia: esla vía que une Dios y el hombre, porque abre elcorazón a la esperanza de ser amados no obstan-te el límite de nuestro pecado”.

Pues el sacramento de la Reconciliación es el“lugar” por excelencia de la misericordia divinafrente al pecado humano. Es el lugar por excelen-cia donde el Padre, por el Hijo amado, vierte conel perdón de los pecados la vida nueva, nacida delamor y la misericordia del Cristo muerto y resu-citado, por la fuerza del Espíritu.

2. Todos los sacramentos son de lamisericordiaEl mensaje del evangelio de la misericordia es

esencial a la Iglesia como lo fue para su Maestro.En Jesucristo la Palabra de Dios (misericordioso)tomó carne y se manifestó en un rostro humano.Así también hoy, la palabra de la Iglesia se hacesacramento (signo eficaz y visible de encuentroentre Dios y el hombre). Todos los sacramentosson sacramentos de la misericordia de Dios, por-que en todos ellos Dios Padre, por medio deCristo y en el Espíritu Santo, viene a socorrer ysalvar al hombre, movido únicamente por unamor entrañable, “visceral”, “apasionado”, afondo perdido. En el Bautismo, perdonando lospecados, incorpora al bautizado a la comunidadde vida y amor de la Iglesia. El Bautismo es el pri-mer sacramento de la misericordia de la Trinidad.Algo muy parecido podemos decir del sacramen-to de la Unicón de los enfermos: Cristo, lleno demisericordia, visita al enfermo para aliviarle, ani-marle y, si es necesario, perdonar sus pecados. LaEucaristía, como memorial y sacrificio para el

perdón de los pecados, actualiza la misericordiadivina, manifestada en la entrega de Cristo a lacruz y el derramamiento de su sangre para elperdón de los pecados (Cf Mt, 26, 23). Por eso, laparticipación en la Eucaristía perdona nuestrospecados ordinarios.

Como sacramento de la unidad y del amor (CfS. Agustín: SC 47), la Eucaristía nos une estrecha-mente a Cristo y a los hermanos y nos envía alservicio del amor y la misericordia. Y así sepodría seguir respecto a los demás sacramentos.

3. El sacramento de la Penitencia sedefine por la misericordiaEl sacramento de la Penitencia o Reconciliación

brotó de la voluntad de Cristo, de conferir a losApóstoles el poder o autoridad para atar y desatar(Cf Mt 16, 19; 18, 18). En el evangelio de Juan estaautoridad se entiende en orden a perdonar oretener los pecados (Cf Jn 20, 19-23). Es el magnífi-co don de Cristo resucitado a sus Apóstoles ysucesores. La Iglesia primitiva celebró este sacra-mento como una “segunda tabla de salvación”,para los pecados cometidos después del Bautis-mo. La Iglesia entendió este sacramento como un“bautismo segundo”, fatigoso, no realizado conagua, sino con lágrimas. El sacramento de la Peni-tencia se manifiesta así como el verdadero y privi-legiado sacramento de la misericordia del DiosTrinidad. En este sacramento el Padre, por el Hijo,entregado a la muerte para redimirnos del pecadoy resucitado para nuestro justificación, nos perdo-na siempre, nos ofrece una nueva oportunidadpara emprender el camino auténtico de la vida, laoportunidad de comenzar nuevamente como sifuese la primera vez.

Este sacramento a lo largo de la historia, haadoptado distintas formas, pero en todas ellassiempre prevaleció la iniciativa y el protagonismodel Dios misericordioso y que actúa con miseri-cordia frente al pecado del hombre. Hoy, enmedio de una crisis de este sacramento y a la vezde un redescubrimiento de su importancia (enlos santuarios, en centros de espiritualidad y enlas Jornadas Mundiales de la Juventud), es preci-so ayudar a la gente a redescubrirlo.

Page 21: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

San Juan nos lo presenta como regalo de Cris-to resucitado, la tarde del domingo de Pascua (Jn20, 19-23). Los discípulos tienen miedo y hancerrado las puertas. Jesús se presenta sin abrir laspuertas y les saluda con su saludo habitual: “Paza vosotros”. Es la paz ganada en la cruz y comu-nicada a partir de la resurrección. A continuaciónles muestra “las manos y el costado”, los signosincontestables de su identidad y del amor miseri-cordioso a los hom-bres. Viéndole vivo, elcrucificado y resucita-do, “los discípulos sellenaron de alegría”.De nuevo, Jesús repiteel saludo pascual. De -sea que con la paz, losdiscípulos reciban la “vida nueva” y la alegría de laredención, fruto de la misericordia. Él ha venidoenviado del Padre y a su vez envía a sus apósto-les. Y entonces sopla sobre ellos, les comunica elEspíritu Santo para perdonar y retener los peca-dos. Son enviados, llevan la fuerza del Espíritu enorden a practicar la misericordia y dar el perdónde los pecados.

Muchos cristianos no tienen la experiencia delsacramento de la Penitencia como un regalo pas-cual, ni como una profunda liberación. Algunoscristianos (mayores) asocian este sacramento a

experiencias traumáticas vividas (de miedo, ver-güenza, angustia). Muchos jóvenes tienen reparosante este sacramento, porque nunca (o muypocas veces) han tenido tal experiencia. Quienescelebran con frecuencia y devoción este sacra-mento, lo experimentan como un verdaderorefugio frente a los pecados. Se sienten liberadosde las cargas que arrastran. En este sacramentoexperimentamos la compasión de Dios de forma

inmediata y concreta, cuandoel sacerdote, “en la personade Cristo”, nos dice: “Yo teabsuelvo de tus pecados”.Quien confiesa con humildady dolor sus pecados, no deforma general ni anónima,sino concreta y personal-

mente, experimenta una liberación profunda, lapaz del alma y la alegría pascual, donada por elResucitado. Se realiza en el pecador perdonado,la alegría que se vive en el cielo por la conver-sión de un pecador (Lc 15, 7.10). Esta alegríaresuena vivamente en el corazón de quien hasido perdonado. Esto que decimos de todopecador, es válido para el sacerdote que ha reci-bido de los apóstoles el encargo de perdonarlos pecados. Por eso, para todo sacerdote esuna obligación y una obra de misericordia estardisponible para administrar el perdón.

4. El sacramento de la misericordia como regalo de la Pascua

19

En el sacramento de la Penitencia

experimentamos la compasión de Dios

de forma inmediata y concreta,

cuando el sacerdote, “en la persona

de Cristo”, nos dice: “Yo te absuelvo

de tus pecados”

Page 22: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

20

5. Practicar la misericordia perdonandolos pecadosEl Papa Francisco habló en la Habana a los sacerdo-

tes (20-IX-2015) sobre el sacramento del perdón. Élsuele insistir en que, a través de la misericordia, el Señorrevela su amor. Aunque a veces lo olvidamos, el primergesto de misericordia de Jesús es exactamente el per-dón de los pecados, como la máxima liberación de lapersona, porque precisamente la Misericordia de Diostoma en cuenta nuestra fragilidad.

En la Habana, Francisco invitaba a los sacerdotes ano cansarse “de perdonar a los fieles que llegan aconfesar sus pecados en el confesonario”. Quien llegaa confesarse es “el más pequeño y por lo tanto esJesús”. El confesonario “es un lugar privilegiado parael sacerdote, para encontrarse con ese último, esemínimo, el más pequeño”. En ese momento el peni-tente “te muestra su miseria, ojo que es la misma quetienes tú y que Dios te salvó de no llegar hasta ahí.Cuando te muestra su miseria, ¡por favor!, no leretes, no le castigues. Si no tienes pecado, pues tíralela primera piedra, pero solamente con esa condición,si no, piensa en tus pecados y piensa que tú puedesser esa persona, que potencialmente puedes llegarmás bajo todavía y piensa que tú en ese momento tie-nes un tesoro en las manos, en tus manos, que es lamisericordia del Padre”. No debemos cansarnos deperdonar como lo hacía Jesús. “No se escondan enmiedos o en rigideces”. Cuando llega el penitente “note pongas mal, no te pongas neurótico, no lo echesdel confesonario, no lo retes, Jesús los abrazaba, Jesúslos quería”. El Papa dice de S. Mateo: “¡Cómo robabaese! Y además ¡Cómo traicionaba a su pueblo! Y diceel evangelio que a la noche, Jesús fue a cenar con él yotros como él”.

Dice también Francisco: “San Ambrosio tiene unafrase que a mí me conmueve mucho: «Donde haymisericordia, está el Espíritu de Jesús, donde hay rigi-dez están solamente sus ministros»”. Y termina elPapa: “Hermano sacerdote, hermano obispo, no letengas miedo a la misericordia, deja que fluya por tusmanos y por tu abrazo de perdón. Porque ese o esaque están ahí son el más pequeño y por lo tanto esJesús”.

ConclusiónEl Papa Francisco sí que ha aprendi-

do por experiencia que el sacramentode la Reconciliación es el sacramentode la misericordia. Es la forma principalde practicar misericordia y de encon-trarse a fondo con el Cristo pobre ydesfigurado para curarle. Me da laimpresión de que el Papa ha aprendidoprimero a experimentar el perdóncomo regalo pascual y liberación. Poreso, valora el sacramento como medioúnico de curar las heridas del alma yliberar a las personas de las mayorescargas. Ni un consejero extraordinario,ni el mejor sicólogo, ni el mejor médicopueden decir a una persona angustiadapor el pecado: “Perdonados te son tuspecados. Vete en paz”...Quien experi-mente en lo más íntimo de su concien-cia la alegría de sentirse perdonado ycon fe intuya la fiesta que por él haceDios en el cielo, volverá con frecuenciaa ese encuentro y contará a los demásel gozo desbordante que ha sentido. Unteólogo grande como K. Rahner1, queestudió a fondo la teología e historia delsacramento de la Penitencia, escribiópreciosamente sobre el sentido de laconfesión frecuente por devoción.Como motivación de fondo, indica elsentido eclesial de este sacramento,pues el cristiano que lava con frecuenciasu conciencia de pecado, purifica yembellece a la Iglesia. Habría que añadirotra razón, destacada por liturgistas, esel hecho de que este sacramento (comotodos los demás) es una celebraciónlitúrgica y, por tanto, santificándonos,glorifica a Dios. Por tanto, a más fre-cuencia, más gloria a Dios y santificacióndel penitente.1 K. Rahner, Escritos de Teología, vol. 3, Taurus,

Madrid 1961.

Page 23: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

21

UNA IGLESIA CORRESPONSABLE YCON ROSTRO MISERICORDIOSO

Francisco Pernas de Dios

Una llamada reiterada: “Poneos en camino” (Lc.10,3)

1 Monseñor Lemos Montanet, Carta Pastoral “Ourense en misión”pg.94, (Conclusión)

2 Monseñor Lemos Montanet, Carta Pastoral, “Qué la paz delSeñor esté con vosotros” con motivo de la Visita Pastoral 2015,pg.47, (Conclusión)

3 Revista Pastoralia nº 48, pg.12.4 Sínodo es una palabra de origen griego que significa camino

hecho en común. Se tradujo al latín por “concilium” que quieredecir asamblea.

Así reza el lema de este trienio de nuestraProgramación Pastoral Diocesana: “Poneos encamino”. Una invitación a ser una Iglesia que salede casa y va al encuentro de hombre de hoy paramostrarle el rostro misericordioso del Padre.Pero no queremos salir al camino de cualquiermanera, sino juntos, en comunión, en sinodalidad,asumiendo corresponsablemente (respondemosjuntos) la misión. Con este lema se vincula la lla-mada de nuestro Pastor que, en diversas ocasio-nes, ha manifestado el deseo de celebrar un Síno-do Diocesano. En su Carta Pastoral “Ourense enmisión” nos dice: “quisiera convocar a todos los hijose hijas de esta Iglesia que peregrina por las tierras deOurense a un Sínodo Diocesano con el fin de estudiar,reflexionar y establecer los criterios pastorales necesa-rios en este momento de nuestra historia eclesial y asípoder responder a las necesidades actuales de estaIglesia y a lo que nos pide el Santo Padre: una opciónmisionera capaz de transformarlo todo, para que lascostumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y todaestructura eclesial se convierta en un cauce adecuadopara la evangelización de los hombres y mujeres denuestro Pueblo”1

En su otra carta pastoral, con motivo del ini-cio de la Visita Pastoral, afirma: “quisiera invitarosa un Sínodo diocesano de la Iglesia en Ourense. Comobien sabéis, esta es una antigua praxis de la Iglesiaque se vivió en nuestra Diócesis en varias ocasiones y

ha dado buenos frutos. El Sínodo se configura comoun acto del gobierno episcopal y, además, como unevento de comunión para que entre todos los hijos ehijas de esta Iglesia, que peregrina desde tiempoinmemorial por las tierras de Ourense, me ayudéisa configurar los criterios pastorales necesarios paraacertar en el gobierno de esta amada Iglesia”2.

La Programación pastoral recoge estas ini-ciativas invitándonos a ponernos en camino e“iniciar los trabajos del Sínodo Diocesano”3.

Es pues el momento de reflexionar y orarpara vencer las inercias pastorales y preparar-nos para hacer caminos juntos4 y revitalizar elrostro misionero de nuestra Iglesia.

Page 24: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

22

Recuperar la ilusión y vencer eldesaliento

Cuando se nos convoca a salir del camino tri-llado de “siempre se ha hecho así” y desinstalar-nos de la comodidad, al menos en algún sectorpuede surgir la pregunta: ¿Estamos preparadospara un Sínodo? También yo me hice esta pregun-ta y reconozco que de entrada dije: no. Pero, poresas cosas del Espíritu, un día me acordé delConcilio Pastoral de Galicia. Sin duda fue una delas más grandes experiencias Sinodales de la Igle-sia española para aplicar el Concilio Vaticano II.¿Estaba aquella Iglesia mejor estructurada y con-taba con más medios que nosotros? Sinceramen-te creo que no se contaba con una Iglesia más ymejor estructurada, con un laicado más formado,unas comunicaciones más fáciles…, pero si tení-an ilusión, entusiasmo, ganas de renovarse yrenovar la Iglesia acogiendo los aires frescos quesalieron del aula conciliar. Si ellos pudieron, con laayuda de Dios y el entusiasmo y empeño detodos, nosotros también podremos.

Un primer paso, puede ser, empaparnos delvalor y la importancia de un Sínodo para nuestraIglesia y vencer las inercias que nos impiden salira los caminos y aventurarnos en la tarea evange-lizadora.

Identidad y finalidad del sínodoEl Concilio Vaticano II nos presenta a la Igle-

sia como Pueblo de Dios, orgánicamenteestructurado5 y la jerarquía al servicio de lacomunión y misión de este pueblo. El Código deDerecho, en orden a promover la comunióncorresponsable recuperó esta institución tradi-cional de la Iglesia que es el Sínodo diocesano6.En los últimos años han sido muchas las Iglesiasparticulares que han celebrado o están celebran-do sínodos diocesanos como un instrumentoque favorezca la renovación de la Iglesia cami-nando hacia una pastoral misionera. El sínodo“es a la vez de modo inseparable acto de gobiernoy acontecimiento de comunión, y manifiesta la índo-le de comunión jerárquica que es propia de la natu-raleza profunda de la Iglesia”7.

Su finalidad es ayudar al Obispo en el cuidadopastoral y de gobierno de la Diócesis en cuantoque es él quien lo convoca, propone las cuestio-nes a discusión sinodal, preside las sesiones y sus-cribe las declaraciones y decretos ordenando supublicación9. De ahí el papel particular que en elmismo compete a los presbíteros en cuanto “pró-vidos cooperadores del orden episcopal y ayuda einstrumento suyo, llamados para servir al pueblo deDios”10.

Teniendo en cuenta su propia naturaleza evita-remos la tentación de contraponer el sínodo alObispo, en virtud de una pretendida representa-

5 LG.11.6 Cfr, cc.460-4687 LG.118 CDC. Cc.4609 CDC. Cc.461/1 y 462/1; 465, 462/2 y 46610 LG. 28 y PO. 2 y 7.

Un sínodo diocesano es una

“reunión de sacerdotes y de otros fieles

escogidos de una Iglesia particular, que

prestan su ayuda al Obispo de la diócesis

para el bien de toda la comunidad

diocesana”8.

Page 25: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

“Convertíos y creed” (Mc.1,15)

Así comenzó Jesús su ministerio invi-tando a la conversión y a la fe. Dos acti-tudes necesarias para emprender conilusión el camino sinodal que nuestroob ispo nos p ropone. Un tiemponuevo, un aire nuevo que nos pidesuperar el pesimismo y ver la luz nuevadel Espíritu que nos invita al camino:“Sal de tu tierra y vete a la tierra que yote mostraré” (Gn.12,1). Es tiempo parasoltar amarras y juntos “remar maradentro”, decididos a “probarlo todo yretener lo que es bueno” (1Ts.5,21). Juntoshemos de hacer realidad este sueñomisionero para llegar a todos haciendovida este camino de reflexión, evalua-ción, renovación, planificación con vis-tas a una programación hecha en con-junto y con la participación de todos.

11CDC,cc.46012 CDC.cc.46613 CDC.cc.466 y 467.14 LG.27.15 CDC.cc.460

ción del Pueblo de Dios, lo cual es contrario al ordenauténtico de las relaciones eclesiales. Al contrario, lossinodales, “prestan su ayuda al Obispo de la Diócesis”11

con su voto consultivo12, significando con ello que elObispo es libre para acoger o no las opiniones mani-festadas. Ello no significa ignorar o no dar importanciaa sus aportaciones puesto que los sinodales colaboranactivamente en la elaboración de las declaraciones ydecretos que serán, justamente, llamados sinodales13

y en los cuales el gobierno y la acción pastoral dioce-sana encontraran inspiración en el futuro. A él, comomaestro auténtico de la Iglesia, compete escuchar,corregir, enseñar y discernir todas las propuestas sus-cribiendo, terminado el mismo, las declaraciones ydecretos empeñando toda su autoridad en cuanto allíse enseña o manda. De este modo su autoridad no seejerce de modo arbitrario sino como un verdaderoministerio invitando al pueblo de Dios a cooperar ani-mosamente con él14. Así, la última finalidad del Sínodoes servir a la comunión y misión para el bien de todoel pueblo de Dios15 promoviendo el dinamismo apos-tólico para caminar en la santificación de todo el pue-blo de Dios. Viviéndolo en estas claves, el sínodo, nosolo manifiesta y traduce la práctica de la comuniónsino que la edifica con sus trabajos, declaraciones ydecretos.

23

Page 26: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

24

❑ El 11 de abril, domingo de la Divina Misericordia, elPapa Francisco promulgó la Bula “Misericordiae vul-tus” convocando el Año jubilar de la misericordia. ElPapa nos dice que hay momentos en los que necesita-mos fijar nuestra mirada en el Dios de la misericordiapara aprender nosotros a ser misericordiosos (MV.3). Porello convoca este Jubileo Extraordinario de la Miseri -cordia “como tiempo propicio para la Iglesia, para quehaga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.”Como Dios es misericordioso con nosotros, así esta-mos nosotros llamados a ser misericordiosos los unoscon los otros” (MV.9).

❑ El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015,solemnidad de la Inmaculada Concep ción, fecha en que secelebra el 50 aniversario de la Clausura del ConcilioVaticano II. El Concilio fue un soplo de aire fresco queayudó a la Iglesia a redescubrir con nuevo impulso “la exi-gencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo enun modo más comprensible…La Iglesia tenía la responsa-bilidad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre”(MV.3). La clausura será el día 20 de noviembre 2016solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. El deseo delSanto Padre es que “los años por venir estén impregna-dos de misericordia para poder ir al encuentro de cadapersona llevando la bondad y la ternura de Dios” (MV.3).

CELEBRAR Y VIVIR EL AÑO SANTO DE LA MISERICORDIAVicaría de Pastoral

“Siempre tenemos necesidad decontemplar el misterio de la misericordia…

Misericordia: es la palabra que revela elmisterio de la Santísima Trinidad.

Misericordia: es el acto último y supremo conel cual Dios viene a nuestro encuentro.Misericordia: es la ley fundamental que

habita en el corazón de cada persona cuandomira con ojos sinceros al hermano que

encuentra en el camino de la vida.Misericordia es la vía que une Dios y el

hombre, porque abre el corazón a laesperanza de ser amados no obstante el

límite de nuestro pecado” (MV.2).

❑ Nuestra Diócesis abrirá la puertaSanta en la Santa Iglesia Catedral eldía 13 de diciembre a las 17 h y todoslos miembros de la Iglesia, parroquiasy arciprestazgos, somos invitados aimplicarnos en su celebración paradar a nuestra misión un talante másmisericordioso. La peregrinación, laoración, la celebración gozosa delSacramento de la Reconciliación y lareflexión nos ayudará a disponernuestro corazón para alcanzar el per-dón de Dios y aprovechar las graciasjubilares. Así daremos continuidad alAño Santo Mariano que, como graciaespecial nuestra Diócesis acaba devivir con tanto fruto. A ella, Madre deMisericordia, acudimos para “que ladulzura de su mirada nos acompañepara que todos podamos redescubrirla alegría de la ternura de Dios… y nose canse de volver hacia nosotros susojos misericordiosos y nos haga dig-nos de contemplar el rostro de lamisericordia, su Hijo” (MV.24)

Page 27: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

25

A continuación enumeramos un elenco de acciones que, con la ayuda de Dios y nuestracolaboración esperamos nos ayuden a vivir este año de gracia y conversión.

Celebración de la apertura de la puerta de lamisericordia en la S. I. Catedral el día 13 dediciembre de 2015 a las 17:00 h. y, a lo largodel año, celebraciones en los lugares de refe-rencia de los arciprestazgos.

Se elaborarán unas Catequesis para la for-mación del Pueblo de Dios en parroquias,movimientos, grupos, arciprestazgos.Responsable: Vicaría para la Nueva Evan-gelización.

Elaborar guiones sencillos para las “Charlascuaresmales”: Salmo o plegaria oracional,texto bíblico (pequeña y sencilla lectio) desa-rrollo de un tema a su luz y conclusión ope-rativa y oracional o canto. Responsable:Clero ciudad.

Organizar grupos y espacios para la lectura yestudio de la Misericordiae vultus. Así mismoaprovechar las catequesis que se elaborenpara dar a conocer y vivir el Año Santo de laMisericordia. Responsable: Párroco y Arci -pres tes, apoyos de FP Clero y Pastoralia.

Cursillo de febrero: Misericordia y Perdón(27.02.2016) para profundizar en la dimen-sión testimonial de la misericordia a la luz dela obras de misericordia. Responsable: Vica-ría para la Pastoral y Nueva Evangelización.

El encuentro de G. Bíblicos de los Milagrosdedicarlos a reflexionar sobre Lucas, elEvangelio de la Misericordia e incluir unacelebración penitencial (capilla penitencial)concluyendo con un sencillo acto marianoen el Santuario. Responsable: Equipo de Ani-mación bíblica de la Vicaría de Pastoral.

La Semana de Teología dedicada a desarrollartemas vinculados al Año Santo de la Miseri-cordia. Responsable: Vicaría de Pastoral.

Vigilia en las vísperas de su apertura porArciprestazgos: Ofrecer un guión comúndesde la Vicaría de Pastoral y organizacióncada Arciprestazgo.

Celebración de apertura y clausura del AñoSanto en la S.I. Catedral:

✔ Preparación de la celebración.Responsable: Cabildo.

1

2

3

Ámbito de Anuncio 5

6

7

Ámbito Litúrgico-Celebración8

9

4

Page 28: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

26

Celebraciones en Villas y lugares significativosde la Diócesis. Responsable: Vicaría de Pastoraly Arciprestes.

Elaborar una estampa con la oración del PapaFrancisco para el Año Santo de modo que sepueda utilizar en reuniones de grupos o perso-nalmente. Responsable: Vicaría de Pastoral.

Elaborar un guión para un encuentro de ora-ción con la dinámica de la “Lectio divina” yofertar a todos los Arciprestazgos para sudesarrollo en la 1ª semana de Cuaresma a par-tir de una de las Parábolas de la misericordia deSan Lucas. Responsable: Clero ciudad.

En la S.I.C. celebrar el día penitencial (4º viernesde cuaresma) y proponerlo a los arciprestazgospara las villas: Confesores durante el día y unacelebración penitencial donde la Iglesia pidaperdón y misericordia por sus faltas y se celebrela reconciliación. Responsable: Cabildo.

Un día fijo de la semana tener, en un lugardonde confluya la gente, el templo abierto yofrecer la posibilidad de confesión: Difundirlo ydarlo a conocer, turnarse los sacerdotes delArciprestazgo… Y si hay religiosas o un grupode laicos que puedan colaborar en la acogidade las personas. Responsable: Arcipreste.

Promover y potenciar celebraciones comunita-rias de la Penitencia con confesión y absoluciónindividual en las Parroquias donde sea posible yen otras hacerlo de modo interparroquial. Res-ponsable: Arci preste.

Dignificar los lugares de celebración del Sacra-mento de la Reconciliación y ofrecer su cele-bración en los días posibles según cada Parro-quia. Responsable: Párroco.

Cuando sea posible utilizar el formulario de laMisa “para la reconciliación” y las plegariasEucarísticas sobre la reconciliación. Responsa-ble: Párroco y Equipo de Liturgia.

Difundir la oración del Papa Francisco para elAño Santo de la Misericordia en orden a utili-zarla en encuentros, reuniones, celebracio-nes… Responsable: Vicaría de Pastoral.

14

15

16

17

18

13

10

11

12

Utilizar las “casas de misericordia” (lugaresdonde se practica con enfermos, niños,ancianos, presos…) para encuentros dereflexión, oración… incluso espacios civi-les para conocer el testimonio de quienestrabajan en esos espacios (Residencias deancianos, hospitales, centros de acogida,casas cuna… Con motivo de las Peregrina-ciones a la SI Catedral ofertar un menú delperegrino en “Aixiña”. Responsable: Vica-ría de Pastoral, Párrocos y Arciprestes.

En los grupos de acción caritativo-socialreflexionar sobre la actualidad y vigenciade las Obras de Misericordia. Responsable:Párroco y voluntarios.

Cuidar la acogida y gestos de atención alos más desfavorecidos, enfermos y perso-nas que sufren. Responsable: Párroco ypastoral de la salud.

Ámbito Testimonio-Caridad19

20

21

Page 29: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Ámbito Cultura-Difusión-Peregrinación

Cartel para la difusión de la apertura:

Con el logo del Año de la Misericordia paradistribuir a todas las Parroquias de la ciudady enviar a los arciprestes, sacerdotes, casasreligiosas, movimientos. Responsable: Vica-ría de Pastoral.

Anuncios en Comunidade y COPE. Respon-sable: Prensa Obispado.

Publicación de Pastoralia con contenidosreferidos al Año Santo de la Misericordia,fundamentalmente, como apoyo para suvivencia. Responsable: Vicaria de Pastoral yNueva Evangelización.

Banderines para colocar en la S.I Catedral ylos templos jubilares y aquellas parroquiasque lo soliciten: Logo del Año de la Miseri-cordia… Para las demás un cartel.

Días estacionales en las parroquias de laciudad:

a. Ofrecer oración ante el Santísimo,Lectura creyente de la Palabra deDios, Concierto de música Religiosa,Viacrucis,…

b. La Catedral colaboraría y se ofrecepara organizar alguno de estos actos.

Exposición artístico-religiosa sobre la Miseri-cordia en la S.I. Catedral.

Peregrinación a la S.I. Catedral de los Arci-prestazgos:Días hábiles para peregrinar a la Catedral deOurense.

a. Todos los sábados del año: a partir delas 11:30 horas.

b. Todos los domingos del año: a partirde las 12:00 horas.

c. Cualquier otro día, laboral o festivo,siempre de acuerdo con los responsa-bles de la Catedral.

Acogida en la Catedral de Ourense:

a. Miembros del Cabildo siempre dispo-nibles para acoger y acompañar a lasdistintas peregrinaciones: ambientacióndel año de la Misericordia, ambienta-ción del lugar de la Catedral, ambienta-ción para el lucro de las indulgencias...

b. Celebración del rito de acogida alentrar por la Puerta Santa e invitación ala conversión.

c. Tiempo oportuno para el silencio y laconfesión sacramental.

Celebración de la Eucaristía:

a. Preside normalmente el Sr. Obispo.

b. Dirige y organiza el Sr. Prefecto deCeremonias.

c. La Santa Misa del día correspondienteen la liturgia.

d. Los cantos apropiados de acuerdocon el responsable de la música de laCatedral.

Responsable: Arcipreste y Equipo Arciprestal.

22

23

24

25

26

27

28

27

Page 30: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento

Señor Jesucristo,tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura;hizo llorar a Pedro luego de la traición,y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible,del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidadpara que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unciónpara que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señory tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobresproclamar la libertad a los prisioneros y oprimidosy restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.Amén.

28

ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA ELAÑO SANTO DE LA MISERICORDIA

Page 31: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento
Page 32: « E d i c i ó n b i l i n g ü e · 2015-12-21 · « E d i c i ó n b i l i n g ü e » “Anhelamos tu misericordia, ¡Ven, Señor! La revista Pastoralia nace como un instrumento