DIO INDUSTRIAL

' D E LOS

DISTRITOS HULLEROS — D E —

lAiim UBACAUi POR

P E D R O D Á V A L O S Y L I S S O N

CERRO DE PASCO

I M P R E N T A Y LIBRERÍA D E CARLOS P R I N C E

CALLE DEL CORREO NO. 48

1 8 9 9

I

Descripción geográfica de l a zona

E l mineral del Cerro de Pasco está circundado en toda su extensión, por suaves colinas que en diferentes puntos se abren, para dar paso al nacimiento de varias quebradas, que después de un largo curso, toman una ampl i tud n o ­table.

Hacia el Norte tenemos la garganta de Pucayacu, o r i ­gen de la quebrada que va á Huánuco. L e sigue, hacia el Oeste, la de Rumiallana, y después viene, hacia el S. O. de esta última, el Cerro de Paraccha, no muy elevado pero sí de mucha inclinación, el cual sirve de muralla ó barrera, entre las pampas de San Andrés y San Judas, del mineral del Cerro, y la quebrada que va á la estancia de Hulera , por donde bajan las aguas que corren á la hacienda de Paria.

Del punto llamado Huicra , que acabamos de citar, y que está á una legua del Cerro, parten tres caminos, todos, poco más ó menos, con rumbo hacia N . E.; los que después de atravesar cada uno por su respectiva quebrada, una ex­tensión como de media legua, entran con distancias de uno á dos kilómetros, entre sí, á una hermosa pampa, que según el sabio Raymondi , es la continuación de la pampa de Bom­bón, la que por su suave nivelación y ausencia de ríos, se presta favorablemente para tender una línea férrea.

Si atravesamos esta pampa con rumbo hacia el N . O. , llegaremos á su término después de haber andado por ella dos leguas y media. Aquí principia el desnivel y descenso del terreno, el que por la acción de las aguas ha sido soca­vado profundamente, de trecho en trecho, dando lugar á la formación de quebradas, algunas muy profundas y otras muy suaves, por el fondo de todas las cuales corren arroyue-los de poca significación.

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E n este punto de la pampa de Bombón, que estamos describiendo, tienen su origen dos quebradas principales, la de Cuchis y la de Jaro. L a primera tiene su origen en H u a n -l lan, y la segunda en Champa Cruz; pero además hay otras notables por su suave pendiente, de las que solo menciona­remos dos, una hacia el E . de Huanl lan , que va á las a l t u ­ras de Chacayan, y otra que va por Yanacocha y Cuypan, y termina en Yanahuanca.

L a quebrada de Jaro, á una legua de su nacimiento y en el punto en que también se llama Jaro, se divide en dos, una que va por Pichuicancha y Pampamarca y que desem­boca en Colpachaca en la quebrada de Cuchis, y otra que después de ascender hasta Rupa Cruz, desciende suavemente y desemboca en la quebrada de Yanahuanca, j u n t o á los pueblos de Roco y Huaylacirca.

L a quebrada de Cuchis, una vez que se le une la de Jaro-Pampamarca, toma mayor ampl i tud , y en sus laderas están los pueblos de M i t o y Chacayan, de un lado, y de otro, los de Vilcabamba y Tapuc. L a quebrada de Yana­huanca tiene su origen en la Cordillera Occidental, y en su larga extensión están las haciendas de Andachaca, Chinche, Huarautambo y H u i r i n . E n el pueblo de Yanahuanca se le une la quebrada ya citada, que baja de Cuypan; y entonces con mayor ampl i tud y mayor caudal de aguas en su río, presta cómodo asiento á varios pueblos construidos en sus faldas, siendo los principales Yanahuanca, Roco y H u a y l a ­circa, por una banda, y Racri , Pi l lao, Chaupimarca y M i -chivilca por la otra.

Por último, á esta quebrada de Yanahuanca se une la de Cuchis, y las dos forman una sola, que sigue su rumbo, poco más ó menos, hacia el N . , y que viene á unirse en Ambo á la que baja de Huariaca.

Para concluir con este punto geográfico, réstanos decir que estas quebradas que hemos apuntado son las principa­les; pero que hay muchísimas secundarias, y que las comu­nicaciones son numerosas entre todas ellas.

T o d o este cruzamiento de quebradas en un radio tan l imitado, así como sus rumbos y extensiones, puede verse de uua manera gráfica en el plano que se acompaña á este es­tud io .

II

Consideraciones generales sobre la zona hullera

Los terrenos carboníferos de que nos vamos á ocupar» principian á poca distancia al N . de Champa Cruz, y ter­minan, por el E., en Chacayan, y por el O., en Yanahuan­ca. Fórmase así, por esta disposición topográfica, una espe­cie de triángulo, cuyo ángulo mayor tiene su vértice en Champa Cruz, que dista, respectivamente, de Chacayan y Yanahuauca, cuatro y cinco leguas.

Este triángulo topográfico está cruzado de numerosas quebradas, como ya hemos dicho, en todas las cuales se en­cuentran caracteres geológicos que manifiestan la existencia de numerosos mantos de carbón, L a roca principal de todos estos cerros es la caliza; la que, en centenares de sitios, está sustituida, á veces en extensiones muy considerables, por una arenisca llamada vulgarmente piedra de molejón, y co­nocida con el nombre de abrigo de carbón por la gente del Cerro. Efectivamente, esta piedra es el lecho sobre que el carbón descansa en toda esta región.

Dos acciones distintas han dado lugar á que los mantos de carbón se hagan visibles en numerosos puntos de la z o ­na. Es la primera, el violento solevantamiento de las capas geológicas del terreno, que en algunos puntos tienen 8o % de inclinación. Es la segunda, la acción de las aguas que ha socavado el terreno profundamente, formando hondos ba­rrancos, y cortando consiguientemente por su eje á los mantos.

Proviene de aquí que el carbón en los filones es no so­lamente visible desde la superficie, sino generalmente explo­table en materia útil desde el primer barretazo que se le da. E n Chile, en Europa y otras hulleras del mundo, los man­tos carboníferos están por lo menos á 300 metros de profun­didad, contados desde la superficie del terreno; y es menes­ter hacer pozos profundos, cuya apertura dura muchos años y cuesta mucho dinero antes de extraer el carbón. Los man­tos de L o t a , que son los más notables de Chile, están bajo el mar, y la actual explotación se hace á 700 metros bajo el nivel de las aguas de la bahía.

- 8 -Por lo regular, todos los mantos de la zona que estu­

diamos están á grande altura del fondo de las quebradas y en barrancos terribles. Resulta de esto dos ventajas: i . ' que se les puede explotar por un sistema de socavones sucesivos, sin que el agua de filtración moleste en lo absoluto el tra­bajo, y a . * que por efecto de la altura á que están situados en los cerros, la distancia de camino que los separa de la pampa de Bombón es insignificante; lo cual motiva el que puedan quedar á uno ó medio kilómetro de distancia del ferrocarril que se proyecta hacer en dicha pampa. ,

Algo que hace notable la bondad de los mantos en cuestión, es la potente anchura que tienen la mayOría de ellos. Los hay de 15 metros de espesor, siendo por lo regu­lar de dos á cinco. Pero lo original en ellos es la carencia de capas en tan potente anchura. E n otros centros hulleros, el carbón va por listas: generalmente viene primero una capa de esquito, en seguida una de carbón, después una de are­nisca, y así sucesivamente; lo que ocasiona un alto costo de explotación, por la separación mecánica que hay que hacer en las canclias de la materia útil, ó sea el combustible, y de toda la estéril que le acompaña.

H a y otra circunstancia que favorece providencialmente la explotación de los mantos de esta zona, y es la dureza del carbón y la poca acción que el aire ejerce sobre él. Esto da lugar á que el laboreo sea sumamente económico, por no necesitarse fortificaciones de madera, piedra ó fierro. Hemos visto pilares de carbón que tien n treinta años de existencia, como sucede en la mina "Esperanza" de Ccoyllorisquiscca, en los cuales el aire no ha ejercido sobre ellos ningún dete­rioro.

Por último, todo el carbón de Yanahuanca y Chacayan es de inmejorable calidad. E n los hornos de reverbero se porta admirablemente bien, dejando muy poca ceniza en polvo y desarrollando un notable grado de calor. N o decre­pita ni se funde, y contiene insignificante cantidad de fierro. Calcinado sin aire da un coke magnífico, ya probado d u ­rante algunos años en los hornos de manga.

I I I .

Terrenos hulleros y principales explotaciones

Los antiguos mineros de carbón, dividieron la zona car-bonífefa, de que nos ocupamos, en dos distritos, el de Ya­nahuanca y el de Chacayan. Nosotros ampliaremos esta división, subdividiéndola en terrenos corboníferos, de cada uno de los cuales nos ocuparemos por separado. Correspon­den al distr ito de Yanahuanca, los terrenos hulleros de Huachapo, Palca, Shaihua, Roco, Rupa-Cruz y Jaro. Per­tenecen al distr ito de Chacayan, los terrenos de Chalhuaco-cha. Cuchis y Ccoyllorisquisca.

Principiaremos por orden, ocupándonos del de

HUACHAFO

Este terreno hullero, conocido especialmente con el nombre genérico de Yanahuanca, abraza una extensión co­mo de media legua de largo por un ancho todavía no estu­diado. Principia á hacerse visible el carbón en la hacienda de H u i r i n , y termina más allá de V i l lo ,

E l suelo en Huachapo es miserable en caracteres geoló-lógicos, que revelen los potentes mantos que lo atraviezan. E l aspecto físico del terreno, es el de una quebrada profun­da llena de terribles barrancos, por cuyo fondo corre un río, que nace en la Cordillera Occidental.-

A l lado derecho de esta quebrada, aguas abajo, y como á media legua al Oeste de la vi l la de Yanahuanca, aparecen á la superficie del terreno, como á 800 metros sobre el cauce del río, varias reventazones de carbón puro, correspondientes á tres mantos distintos, y á varias ramificaciones. Enorme cantidad de terreno de cultivo cubre por completo los man­tos; y de aquí, que solo dentro de las minas sea posible apreciar los datos relativos á dichos mantos.

E l primero de estos es "Carmen de Huachapo" , que tiene un rumbo de N . á S. Busa hacia el Oeste con una i n ­clinación de 25° poco más ó menos.

Este manto es el más potente de todos los conocidos

en la provincia de Pasco. Tiene descubiertos, en su anchu­ra, doce metros en carbón; y esto es que solo se ha descu­bierto el alza, pero no el rebaje del manto. E l carbón va todo puro en los doce metros, en que está explorado; y de consiguiente no hay necesidad de hacer ningún apartado mecánico, dentro de la mina, ó fuera de ella en las canchas. T o d o lo que bota el t i ro se ensaca y se exporta.

Como á 170 metros al O. de " C a r m e n " , está el manto María Laura , también con rumbo de N . á S., é inclinación al O. de 25". Tiene carbón descubierto en 10 metros, sin ha­berse encontrado todavía las capas.

Por último, tenemos el manto " María Teresa " , que se hace visible como á 140 metros al E . de la boca de " Carmen de Huachapo " , que corre de N E . á SO. y que recién está en explotación, por lo cual no es posible decir mucho de sus condiciones. Este manto se cruza con el c i­tado, " Carmen cerca del río, en un punto llamado Su-paypunco.

Estos, al parecer, son los tres principales mantos de Huachapo. Sin embargo, en una estensión como de dos kilómetros, se notan por diferentes puntos reventasones, que aun no se sabe si son ramificaciones ó prolongaciones de estos mismos mantos; pero ya con alguna modificación en los rumbos. Entre estas reventasones, figura una que se deja ver cerca de los hornos de fundición de H u i r i n . Otra en un lugar que se llama " Mirador " , que está á una altura como de 200 metros sobre " Carmen " y cerca de las ruinas de un pueblo prehistórico.

E n el cerro que está enfrente á Huachapo, ó sea en la banda izquierda de .la quebrada de Yanahuanca, se nota, también, algunas reventasones en carbón, las que no han sido exploradas, sino únicamente denunciadas.

Sobre estos mantos hay varias posesiones mineras, cu­yos nombres y propietarios son los siguientes: " Mirador " , " C o m o d i d a d " , " S a n - J o r g e " , de don Pablo Bor les ; y "Carmen de Huachapo " , de la familia Cárdenas. " E l Tr iunfo " , del señor Yon Tonel , y " María Laura " , " Ma­ría Teresa " , " Santa Eugenia " y " San Pedro " , de don Pablo Alcántara.

De todas estas minas, la única que tiene una explota­ción regular es " C a r m e n " . Las demás tienen un laboreo su-perñcial de ocho á diez metros; siendo tal la bondad de los

mantos, que la explotación se hace en materia útil, desde la superficie del terreno.

" Carmen de Huachapo " es una mina explotada desde hace cuarenta años. Su laboreo consiste en dos enormes bovedones, que corren paralelos, uno con diez metros de profundidad, y otro con veinte. Dichos bovedones tendrán una altura de cinco metros, por un ancho de cinco, y están comunicados entre sí. L a bondad del carbón es de tal na­turaleza, que no necesita madera para su fortificación.

L a cantidad de carbón que hoy día se saca de esta m i ­na es muy l imitada, por la fa ta de acémilas, para el trans­porte de este combustible al Cerro. Pero es muy fácil calcu-ar, que teniendo cada frontón una superficie de ataque de

diez metros, (dejando dos de estribo al centro,) por cinco de alto, cada metro lineal de avance, arranque cincuenta metros cúbicos de carbón; y calculando que cada metro cú­bico de carbón nos dé nna y media tonelada de peso, ten­dríamos un total de 75 toneladas. Ahora bien, si escalonamos en el cerro diez frontones, situados equidistantemente de diez en diez metros, tendríamos una producción diaria, (cal­culando encada labor un metro lineal de avance por día , ) de 750 toneladas, ó sea, al mes, de 21.500.

Este mismo cálculo pudiera aplicarse á las demás m i ­nas del terreno hullero de Huachapo; y por tanto se puede decir, aproximadamente, que una explotación en forma de las diez minas, ya mencionadas, daría, mensualmente, un mínimo de 100.000 toneladas de carbón.

PALCA

Este terreno hullero tiene varios mantos, de los que solo mencionaremos tres. Dos de ellos están en la quebrada de Cuypan, y las manifestaciones del carbón, se hacen visibles como á media legua del cacerío del mismo nombre. E l as­pecto físico del terreno es el de una quebrada de laderas muy tendidas, sobre cuyo fondo corre un riachuelo. A la derecha de este riachuelo, se vé palpablemente un manto de carbón, que va con rumbo de N O . á SE., busando hacia el N E . , y que tiene un potente ancho. L a explotación se ha­ce sobre cinco metros en carbón puro, sin haberse encon­trado las cajas.

Sobre este manto están las minas: " Purísima " , de

- io —

(ion Pablo Alcántara. Hacia el S. de ésta, " San Lu í s " del señor Morando. A continuación, " San Rafael " , de don Alejandro Nat ion , " Alpamarca " del señor MalpaJtida, y por último, la mina " Rosario " , de la señora Josefa Román.

De todas estas pertenencias solo está en explotación la mina " Purísima " , del señor Alcántara, que tiene algunos frontones en trabajo. L a mina " Rosario " , es notable por su antigüedad, pues tiene labores que se principiaron en el año de 1850.

A l frente de este manto, y al lado opuesto de la quebra­da, hay otro, en el cual el señor José Robles tiene una perte­nencia que se llama "San Antonio de Padua," que no pudi­mos examinar.

E l tercero de los mantos de que hemos hecho mención, se encuentra en la quebrada Curoragra, y está situado á un cuarto de legua al N E . del cacerío de Cuypan. Tiene un rumbo de E. á O., y [una inclinación de 7̂5 %. H a y en carbón puro dos metros; pero el ancho del manto es de sesenta metros. Todav ía no existe aquí ninguna explotación, sino un ligero reconocimiento hecho por el propietario de una pertenencia en dicho manto, que es el señor Antonio Rocca.

S A I H U A

Este terreno hullero está situado en los pastos de Y a ­nahuanca, y en las alturas del pueblo de Huailacirca, del cual dista una legua, estando á tres de Champa Cruz. E n él tenemos un manto, cuya dirección es de SE. á N O . , con una inclinación de 55 %. E l manto tiene una anchura de doce metros, de los cuales ocho van en carbón. Sobre él tiene una pertenencia el señor Martín Guzmán, en la cual se ha abierto una mina con seis frontones, que están defendi­dos por sus respectivos estribos.

A los 70 metros más abajo de la boca-mina, se ha pr in­cipiado un socabón, que tiene de longitud 22 metros; y que ha cortado ya el manto en metro y medio de carbón de bue­na clase.

ROCO

No hemos visitado este terreno hullero. Por referencias sabemos, que existe un manto que tiene dos metros en car-

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bón, y que está situado sobre la altura del pueblo de Roco, del cual dista media legua. Sobre dicho manto, se han t o ­mado tres pertenencias, que corresponden á los señores, Languasco, Fernández y Gonzáles; no habiendo más que una sola en explotación, que es la del señor Languasco.

Otro manto notable en este terreno hullero, es el de Ma-tarragra, á media legua del ya mencionado, y á igual distan, cia de Roco. Su rumbo es de SE. á N O . ; y en él existen dos pertenencias, " L a Pur ís ima" y " E l Carmen", ambas del Sr. N . Gonzáles,

RUPA C R U Z .

Este terreno hullero presenta en una extensión como de una legua, diversos mantos, todos ellos muy diseminados, estando el más próximo, á una legua de Champa Cruz, y el más distante á dos.

L a explotación de estos mantos es de fecha muy recien­te, por lo que todavía están muy poco estudiados y trabaja­dos. E n la actualidad todas las minas de esta región están paralizadas; siendo los propietarios de dichas minas, los se­ñores. Gallo hermanos, Eulogio Fernandini , Dr. Pablo Arias, y otros que no recordamos.

Entre los mantos de este terreno, merece mencionarse aquel en que el señor doctor Arias, tiene sus minas, "San­ta Micaela" y San José. Este manto va de N . á S. con 75, de inclinación, y con un ancho de 5 metros, todo en carbón puro de muy buena calidad.

JARO

Estas hulleras son notables por su gran elevación sobre el nivel del mar, por su proximidad á Champa Cruz, de don­de solo distan tres cuartos de legua, y por la antigüedad de su laboreo, que se remonta á la época en que los ingleses explotaron las bombas de Huancapucro, en el Cerro.

E l manto principal lleva un rumbo de N . á S., y es perfectamente visible por dos kilómetros de extensión. I n ­clina al E. con 45", y lleva, en carbón, uua anchura de dos á cuatro varas. Sobre él existen las minas «Rosario», «San Ramón», «San Sebastian» y « L a Precavidai), todas perte­necientes á la señora Lugo é hijos. Estas minas están ya explotadas á bastante profundidad, por lo cual sus labores.

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bajas están en agua; y como el socavón actual de 140 me­tros, ha quedado sobre las labores profundas, se ha abierto uno nuevo, que se hará en 250 metros, encampanando 50 metros al antiguo.

A continuación de estas minas, hacia el S., están las minas «Rosario de Benavides» y «Tres Niñas», propieda­des del señor Piejo. Es tán situadas sobre el mismo manto principal de Jaro, el que sufre una modificación en su rum­io, pues visiblemente se ve que voltea en una dirección de

N E . á SO. También estas minas están en explotación. Además de éstas, y sobre otras vetas aun no bien re­

conocidas,existen algunas pertenencias mineras, como «Ma­ría», «Luisa» y «Peregrina», de los Sres. Biasevich y B a -raybar, y una del señor S- Tel lo , cuyo nombre no recorda­mos.

C H A L H U A C O C H A

Este terreno pertenece al distr ito de Chacayan, y en él es célebre el manto de Quishuarcocha, que está situado á una legua de la hacienda de Pampamarca, y á legua y me­dia de Champa Cruz. Tiene un rumbo N . 45° O. y una inc l i ­nación de 25" al E. E l carbón va en una anchura muy ca­prichosa, teniendo algunas veces diez metros, y otras dos; pero puede estimarse el promedio en cinco metros.

Las minas situadas sobre este manto, son: «Descubri­dora», «San Cayetano», «San Guillermo» y «San Ricardo», todas propiedad del señor Guil lermo Myers, que las trabaja hace 30 años.

L a explotación se hace por medio de galerías, que si­guen la inc inación de la veta. H a y dos labores principales, una al N . con 180 metros de longitud, y otra al S. con 100 metros. Existen, además, en la alza, algunas labores ant i ­guas, que ahora han sido abandonadas.

Este manto tiene un socavón como de 150 metros, todo en roca, que corta en ángulo vertical á la mina en explota­ción, y que sirve de desagüe á las galerías. E l carbón es de la mejor clase que se produce en toda la zona. Tiene, única­mente, la desventaja de ser un poco friable, lo que ocasiona mucho polvo en la explotación, y la necesidad de hacer ba­jas y angostas todas las galerías de la mina.

Quishuarcancha es la única explotación que se hace en

grande escala, en toda la zona minera, y que fabrica un coke de muy buena calidad para 1 s hornos de manga. Su producción, al presente, puede estimarse en 500 toneladas por mes.

CCOYLLORRISQUISCCA

Los mantos de Cuchis son varios, pero como no los he­mos visitado, no podemos dar noticias sobre ellos. Por tanto, seguiremos nuestra descripción, con el terreno hullero de Ccoyllorrisquiscca, perteneciente al d is tr i to de Chacayan, en cuya zona existe el manto más formidable y más perfecto de toda la provincia de Pasco. Tiene un espesor de 30 á 40 metros, en los cuales el carbón va en fajas notablemente paralelas, con anchura de uno á cuatro metros, é intercalado en otras fajas de criadero esquitoso.

E l aspecto físico del terreao es el de un cerro muy ele­vado, cortado por dos quebradas, en el cual está enterrado el manto, con un rumbo, poco más ó menos, de N O . á SE. , y con una inclinación apenas de 20", siendo las aflorescen-cias visibles por dos ó tres kilómetros.

Las m'nas están escalonadas en toda la ladera del ce­rro, y la más alta quedará como á m i l metros de elevación sobre el fondo de las quebradas de Vilcabamba y Tapuc. Dichas minas están en el siguiente orden, de arriba hacia abajo.

«San Vicente», del señor Eugenio Malpart ida . «La Esperanza», del señor Jorge Steel. Esta mina está

admirablemente trabajada por el sistema de pilares, cada uno con tres metros de diámetro, y dejados en la amplia galería de explotación á distancias de cuatro en cuatro me­

tros y con una altura de tres y medio. L a explotación tiene el aspecto de una colosal capilla de muchas naves, siendo de admirar que todo lo extraído y todo lo dejado para la segu­ridad de la mina, es materia combustible de primera ca­l idad.

Sigue después «Carmen de L o a y a » , con un socavón de 40 metros y ocho frontones en explotación, con un ancho de carbón de uno y medio metro. Vienen enseguida «San L o ­renzo», de don Leandro del Campo, con un socavón de 50 metros, y labor en diez frontones, todas ellas con uno y medio metro en carbón, y «Rosario», de don Manuel G u -

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tierrez, con un socavón y anchura de carbón de iguales d i ­mensiones, y con cuatro frontones en explotación.

A continuación siguen: aAnhelo», de don Mignel Gallo; «San Lu i s» , de los señores Gutiérrez y del Campo; «Lour­des», de don Alvaro Rosas; y « L a Paz», de don Alejandro Nat ion . Estas cuatro últimas son de reciente explotación; no así las anteriores; cuyo laboreo data desde el año de 1880, año en que fueron descubiertas por los señores José María Meza y José Rufino Cárdenas.

Ninguna de estas minas está en broceo: todas ellas t r a ­bajan en carbón puro, y en el ancho indicado. Hemos calcu­lado qne Huachapo puede dar cien m i l toneladas de carbón por mes, y creemos que Ccoyllorrisquiscca no se quedarla atrás en la producción; pues basta decir, que la superficie de ataque está visible por cerca de media legua, y que hasta ahora, de las tres fajas de carbón que tiene el manto, solo una está en explotación.

Ccoyllorrisquiscca dista de Champa Cruz cuatro y media leguas, de las cuales cuatro son de terreno llano, sin rios que lo atraviesen; todo lo cual favorece la construcción de un ramal de vía férrea.

I V

Recursos naturales 7 vias de comunicación

L a ligera descripción que acabamos de hacer, ha puesto de manifiesto la importancia de los mantos hulleros de Ya­nahuanca y Chacayan. Veamos, ahora, los recursos natura­les con que cuenta el país, paja la explotación da tanta r i ­queza.

Los terrenos en que están situados los mantos son de puna, como que están en las alturas de las quebradas. E n cambio las laderas bajas de toda la zona, y especialmente las riberas de los ríos tienen nn clima suave y fértilísimos te­rrenos, en los ouales hay grandes cultivos de papas, maíz, t r i ­go, habas, etc. que pertenecen á la numerosa población, que

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vive en los pueblos ya mencionados de este distr ito. Cuenta pnes, la región con productos agrícolas, de primera necesi­dad, para la alimentación de los mineros, y también, con numerosa gente de trabajo para las faenas de las minas. Además, se produce en todas estas quebradas, alcacer y al­falfa, en bastante cantidad, para la mantención de las a c é ­milas que transporten el combustible.

L a madera para la fortificación de las minas es algo es­casa. E n cambio, hay abundante piedra de construcción, que puede suplirla para el objeto indicado. Por último, el país tiene numerosos rios con caudal suficiente de agua para desarrollar de 300 á 400 caballos de fuerza También existen cerca de las minas, algunas cascadas, que pueden aprove­charse por la elevación de la caída. Toda esta agua puede emplearse como elemento de fuerza, para implantar taladros de aire comprimido, ventilación y alumbrado eléctrico dentro de las minas, y poderosas maquinarias de extracción.

Las vías de comunicación que posee la zona, son todas de herradura, y se encuentran en buena condición para el trá­fico de las acémilas. Por lo regular, cada mina tiene su ca­mino propio que empalma con la vía principal . Los caminos para el Cerro, son tres, el de Yanahuanca, el de Cuchis y el de Chacayan.

L a vía férrea que se proyecta á Champa Cruz, acortará, para el tráfico de animales de carga, en cuatro leguas, todas las distancias del Cerro á los centros hulleros; y como es na­tura l , traerá gran desarrollo para todas las explotaciones de carbón, especialmente para aquellas que estarán situadas á una ó dos leguas de la estación citada. Sin embargo, como los principales mantos están en Huanchapo y en Ccoyllorris-quisca, será indispensable, para después de construida la vía principal , llevarla por medio de dos ramales, respectiva­mente, á Yanahuanca y Chacayan. Ambas obras pueden hacerse casi totalmente en terreno plano, y sin ningún rio que atravesar,

V

Mercado

Recien hace un año que en las minas del Cerro se ha descubierto una colosal existencia de cobre. Esta fluctúa, en su ley, desde l o o/o hasta 40 0/0; siendo el promedio de la ley general, de 15 á 18 0/0. Ahora bien, la experiencia ha probado, tanto aquí como en todos los centros cupríferos del mundo, que no hay explotación posible en vasta y lu­crativa escala, si todo el mineral, que se extrae, [no es re­ducido á cobre en barra, para su exportación á los mercados del mundo. N o obstante, de ser esto muy cierto, todavía la industria de reducción está incipiente en el Cerro. Son fac­tores de este atraso, por una parte, la falta de capitales; por la otra, la escasés de especialistas en el ramo de fundición; y por último, la insubsanable dif icultad de transportar car­bón, por medio de acémilas, en vasta escala. Todas estas causas han demorado hasta hoy, el desarrollo de esta indus­tr ia reductora, que será colosal el día que el ferrocarril hu­llero, pueda traer los miles de toneladas, que mensualmente pueden producir los mantos de Yanahuanca y Chacayan.

Por hoy, el Cerro solo cuenta con seis oficinas de fundí-pión, y están en construcción seis más. E l precio del carbón ps ahora,aquí, de 32 solesla tonelada española, y esto influye coderosamente para que algunos hornos estén paralizados; cero si todos los seis funcionaran de continuo, se necesitaría tomo 1,150 toneladas por mes, más igual cantidad que ne­cesitarán los que están ahora en construcción, haciendo un tota l , no menor, de dos m i l toneladas por mes. Esto sin con­tar con los usos domésticos del Cerro, que son numerosos, por la falta de leña y la necesidad de estufas en los hogares; todo lo cual puede estimarse en 500 tonaladas por mes.

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V I

* Conclusión

De una manera sucinta, pero sin omitir un solo factor, nos hemos ocupado del estudio de estos mantos carbonífe­ros, que calificamos como los primeros de toda la República, tanto por los enormes capitales que se han invertido en es­tas minas, como por la facultad productiva de sus mantos. No faltan al rededor del Cerro, á distancia de cuatro á doce leguas, y en otros lugares no citados, algunos mantos de carbón; pero ni la potencia de ellos, ni la calidad del car­bón, ni lo accidentado del terreno que los separa del Cerro, pueden permitir que éstos hagan competencia á los mantos de Yanahuanca y Chacayan.

Respecto al futuro consumo del carbón, nuestra opi­nión está fundada en el concepto general que se tiene de que en el Cerro existen, ya descubiertos, algunos millones de toneladas de mineral de cobre, las mismas que, por razón de economía, tienen que convertirbe en barras, lo cual no podrá hacerse sino con abundante carbón mineral.

E n conclusión diremos que nos asiste profunda fe en el desarrollo colosal de estas hulleras. E l cobre del Cerro está llamado á producir algunos millones de libras esterlinas, y esto tal vez antes de diez años; pero cuando ello suceda, el carbón, relativamente al capital empleado y á las vicisitudes de la explotación, habrá producido más dinero que el cobre.

Cerro de Pasco, Agosto de iSgg.

Sedro §á7alos y gissón.