HENRY MANUEL LÉVANO ZAVALA

1

Recuerdo que jugaba de pequeño por estas calles y paraba horas jugando hasta que el sol se ocultaba, algunas veces mi mama venia a llevarme, otras en cambio, me regresaba solo a la casa.

-¡Como fue que todo esto cambio…!-

-la verdad no lo sé, solo tranquilízate -

La señora de la esquina, era una anciana que siempre nos invitaba naranjas y nos decía que éramos el futuro de esta ciudad, palabras que se quedaron en el olvido, no lo puedo negar en verdad éramos el futuro de esta ciudad pero ya no lo somos y no lo seremos jamás.

-¡tira el arma Maldito..!-

Me alegro que esa señora haya muerto antes de enterarse, o vivir en todo caso, todo lo que estaba por empezar solo ocho años después. Que las viejas calles de esta hermosa ciudad en la que acostumbrábamos correr hasta el puerto principal, todo esos viejos recuerdos, ahora solo sean sombras y olvidados recuerdos de lo que pasa ahora en la realidad

-Suéltala o disparo-

Recuerdo que al frente de mi casa vivía una familia Ramos que tenía dos hijas con las que jugaba frecuentemente, también recuerdo a otros más como Jonathan, Ángel, Eduardo, personas con las que no podre hablar nunca más.

-es la última vez que lo digo Marcelo tranquilízate y suéltala –

-¡Ella es mía y tú me la quitaste!-

Recuerdo un día cuando estábamos regresando a la casa ella me pregunto “tu quisieras estar conmigo” yo recuerdo haber dicho que si, ese día comenzó todo, como

si el tiempo haya esperado ese momento para comenzar a avanzar a la realidad que recorría ya en todo el país.

-toma a tu novia entonces- Mientras degollaba a la chica con un cuchillo de cocina Soledad Ramos Ventura se llamaba la niña con la que jure una vez casarme, hoy está muerta por mi mejor amigo Marcelo.

La bala entro en la su cabeza causando una muerte instantánea y mientras caía soltando a Soledad, lo único que pasaba en mi mente era verla viva.

Recuerdo el día cuando salí de esta ciudad prometiendo regresar un día y así cumplir con lo que una vez jure ante ella, era una tarde de diciembre bajo la luz de sol reflejado en el mar muy parecido a esta, en las dos tuve que despedirme de mi vida, ella está muerta y a mi seguro que me llevaran a la cárcel

Recuerdo lo que decía la anciana “ustedes son el futuro de esta ciudad” ella estaba muy equivocada o tal vez no, eso ya no importa.

-2-

“Ser y no parecer” una frase que es bien conocido en el ejército, y desde que entre nada ha sido como lo pensé, aun así, escale rápidamente entre los rangos siendo sargento primero y boceado para estar en los primeros puestos en los ingresados para la escuela de oficiales del ejército, hasta que todo cambio, llevaron mi batallón a la zona de emergencia.

-ya salgan de carro-

Recuerdo que me separaron de mi grupo y me unieron a las fuerzas especiales, ya para ese entonces contaba con cursos como Monitor comando, paracaidismo, seal y otras cosas que para esta fecha están demás.

-suelten sus armas, Ahora-

Recuerdo que estuvimos tres días internados en la selva, ya habíamos neutralizado a muchos

rebeldes, pero aun faltaba la presa mas grande, algunas veces era difícil seguir las pistas que dejaban los rebeldes en su huida hacia su cuartel, pero nosotros éramos los mejores “eso era lo que importaba”

-cuando te de la señal- murmura un soldado -está bien-

Una bala comenzó la masacre en mi batallón no por los rebeldes sino por nosotros mismo, muchos de los que estaban ahí estaban por problemas contra algunos con “influencias” que nos mandaron en una misión sin retorno

-¡Dispara!-

Éramos cazados como animales, poco a poco perdíamos fuerzas, algunos no creían lo que estaba pasando, pero era cierto, nosotros éramos el enemigo.

-ahora que hacemos- preguntó –no lo sé –

Hace dos noches fue el último ataque y ya cansados de esta cacería decidimos contraatacar y poner fin a esto, nunca debieron hacernos esto, por suerte ya no tienen otra oportunidad.

Entramos a las carpas del coronel silenciosamente, mientras silenciábamos a los demás, el no tuvo la suerte de no ver a su verdugo como tuvieron los anteriores, recuerdo haber limpiado el cuchillo mientras lo miraba fijamente “piedad me pedía” yo no dije nada solo lo miraba mientras los otros le disparaban en la pierna diciéndole traidor, hasta que les dije basta me acerque hacia él y le degollé el cuello lentamente.

-no tienes miedo a lo que pase- preguntó el soldado –no… a nosotros nos enseñaron a luchar contra la corrupción, los traidores y el terrorismo-

Pensé que esta carrera era la mejor de todas pero me equivoque, éramos los mejores y eso llenó de envidia a todos los demás hasta el punto de querer asesinarnos “Ser y no Parecer” ellos lo parecían y nosotros lo éramos.

-3-

Las pocas veces que he podido vivir en paz fue de pequeño en mi viejo pueblo costeño y con mis viejos amigos, hoy la historia es distinta ya que desde que salí por un futuro mejor he vivido de una forma que no me dejará vivir por más de diez años, o al menos eso es lo que quiero.

-¿cuál es tu nombre?-

-¿mi nombre?, hace tiempo que nadie me pregunta esto-

Ahora vivo en la calle y como desperdicios que tiran en la basura, algunas veces algunos me traen comido mientras que otros vienen y me patean sin saber que fue el destino que me trajo esta maldición.

-bueno, yo me llamo Soledad-

-qué lindo nombre tienes-

Siempre desee tener una familia y vivir tranquilamente, pero ni pude lograr mi carrera ni tampoco casarme con la chica que amo, pero como dicen algunos esa es “la suerte del destino” nunca creí en la suerte pero lo que sí creo es que los pecados se pagan y algunas veces también el de los demás.

-toma- dijo

-que es esto- pregunto la niña

-es un collar de una chica con tu mismo nombre- dijo el vagabundo

–aaaah... es muy lindo - contestaba la niña

Algunas veces pienso que el destino juega conmigo pero otras veces pienso que esto es simplemente una casualidad, como cuando conocí por primera vez a aquella niña, que por su edad puede ser mi hija

-dime hijita es él-

-si mami es él-

Yo pensé que huir de mi pasado era lo mejor para todos, pero parece que eso es mentira, ni pude huir de mi pasado, ni el pasado me tenía ganas de perseguirme.

-perdóname por lo sucedido-

-no importa, al menos se que tu sabes la verdad-

Algunas veces de pequeño jugaba con las hermana Ramos, aunque eso fue por poco tiempo, ya que cuando se separaron los padres también se separaron las hermanas.

-ella es igual que tú hermana-

- si lo sé-

Dos años antes de entrar a la carrera, volvió por un tiempo la menor, ahí fue cuando la conocí mejor, aunque para ese tiempo las dos hermanas tenían grandes diferencias, pero todos queríamos pasar bien el tiempo, al menos lo como lo era antes.

-ese collar era para ella ¿cierto?- dijo la señora

-eso ya no importa- respondió el vagabundo

–Estoy muriendo-

Nunca pensé que el pasado me traería una pequeña alegría antes de morir, Soledad se llamaba la niña y era la viva imagen de la única persona que amé en todo el mundo.

-tú eres su tío- dijo la señora

–yo solo soy un vagabundo, que paso por esta ciudad- respondió

–Mentira, tú eres Esteban-

Y así la suerte del destino me trajo de nuevo al pasado, esta vez era su hermana que me pedía ayuda ¿cómo decirle que no?, si ella estaba muriendo, aun con el transcurrir de mi vida quizás el que iba a morir antes seria yo.

-gracias por dejarme vivir acá- dijo

-no te dejare que vivas de nuevo en la calle- respondió la mujer

- tu no me conoces- dijo el vagabundo

–tú eres el mismo, eres el mismo que una vez me salvo la vida

A los dos meses murió Jannet y la niña se quedo sola y yo sin saber ella ya había hecho los papeles para quedarme como el apoderado, quizás como ella lo dijo es “la Suerte del Destino” y ahora que lo pienso que quizás era verdad.