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..... ,_,a y dolores de Júan Varéla lls-farradora rle Juan Varela, fue norracla haco veinte años por Adolfo Hefrera García. Juan Varela es un nombre, como cualquir,r 1Jfro dt .i., mmpe!Í110 costarricense. Es la tierna historia de las rlesven furos de hombre del campo que luclta con la tierra, con Jaa fitral, n_J1 1o-s elementos, con la miseria humana, con las fuerias econ 6micas que · agarrotan al agricultor. Hoy el . panorama ha cambiado un ' ,itt("- po1:.J• proterci6n •ue se brinda, pero la tragedia sigue ai campesino, hoy agricultor arruinadtt, mañana contrubanclisla y luego asesino -- Por f. G AMBOA --- . · ADOLFO HERRERA / Hemos leído en estos días, ca- dando una idea de! ambiente y s) 20 años ti•= su pllbli- Jas ilusiones del I -· - cac16n, ia preciosa nuveJita de A "Después de 10s· aguaceros 1ie' doJfo Herrera García, "Vida y Do rn, c . a cilorosa ,_ Juan coneteaba · Jre 8 de Jl!rrn Varela" . . J,101 1 '.! l maizal naciente, rí1ient rn s1 No hemos resistido Ja tentación su hi jo buscábalo cte w ri rn tarlo t •l de clccir a lgo sob re ell a. Y es q' IR cleJ p apal . Desde Ja Ja historia de Juan Varela nos ha pue;-l <i, Ana, con ht r c": n mit i< :a llegado al aJma. El m1tor. l'Jl brnzos, los co1;Lc111plab;i mu. dista de pro(esion, nos ha tonta su mi r<> da de esmc ra !ct<ls cla1<1s'" do algunos de los detalles q11e Y cuancl\1 Juan pien sa en EU Ji1F rlldearon Ja publicación. La obra l'.<i , confunde en el Ja su .an1l•t' ,i::or fue escrita allá en !<is m ii1as de Aiia: "El solo lo había hecho .. To San Gcr ar do. en el ba jo de la Ea do p<1ra Ana, para los chiquillos. rranca . Allá vivió y tr abajó, con Allí 11rrn ieó. años a11 :1 '> w {\;. !\ nuestro ramw i. mse, el zón. · autor. Allá Vconorió a muchos Es cur,oso notar cc mo Herrera Juan VareJa que hoy son' agricul García rnezcla en ágil contrai;Ul tores mai'ian;i · contra t'.J relato del idilio de Juan Vu r c- bandistas . y al otro día asesin•is Ja y de sus ilusiones, co 11 c fo1oi de un guarda fiséal.t- , '(J uc dan una vida extraonlln i11 ia Juan Var1: IR es el hombre qu.:· ! 11 Ja historia. El librn corn irma compró un pedacit0 de ticna en c(ln la in< ;cripciún <.Id RgcisL·o la mont.a.fia. Con sudores .Y /,1gri bJico do11dc consta q11c Junn va. mas limpia el bosque y siembra r:->Ja es propietario. en la ''zocola" bravía su · maíz y La gran tragedia d e] canl.lJ€!'ill•l sus frijoles. Su Ana, fiel er il Pn <quellos tiemp os la vnr ia. compañera que huy ó de Ja casa ción cap.rir:hosa de los prc-cins "'.l JJar<i, seguir al hombre. Je da a ius 11rtíu1los ' de prímcr<1 nu e '; i_. Jipntos e hijos. Acompañados dad, en granos que cul1ivah'l. 1 no·· rugido del Río Barranca, que el pénorama sorial b:i cnm- ''" despeña entre los brd'íilles de; 1-, i<>do a l <1 s l . 'fp , 1.1 ·: 1 ba ift11 Ú! sn l i'I snl para l ':'.:o ' p1··:'P""'"tl ni h,, .. ,,. , rJp 1 . c.11n f11n 11· "l finq11it:i. IE' autor , en 1 . trc.zos de hermo::;o· Jirismo. nos va J PASA .A 14 PAG.

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  • ..... ,_,a y dolores de Júan Varéla ~ "h~W lls-farradora rle Juan Varela, fue norracla haco veinte años por Adolfo Hefrera García. Juan Varela es un nombre, como cualquir,r 1Jfro dt .i., mmpe!Í110 costarricense. Es la tierna historia de las rlesven furos de nues~ro hombre del campo que luclta con la tierra, con Jaa fitral, n_J1 1o-s elementos, con la miseria humana, con las fuerias econ 6micas que · agarrotan al agricultor. Hoy el . panorama ha cambiado un ',itt("- po1:.J• proterci6n •ue se brinda, pero la tragedia sigue ai campesino, hoy agricultor arruinadtt, mañana contrubanclisla y luego asesino

    -- Por f. G AMBOA --- . · ~

    ADOLFO HERRERA /

    Hemos leído en estos días, ca- dando una idea de! ambiente y s) 20 años ctespué~' ti•= su pllbli- Jas ilusiones del c:m1pc~i110 I -· -cac16n, ia preciosa nuveJita de A "Después de 10s· aguaceros !á 1ie' doJfo Herrera García, "Vida y Do rn, c. a cilorosa ,_ Juan coneteaba · J·Jre8 de Jl!rrn Varela" . . J,101 1'.! l maizal naciente, rí1ient rns1

    No hemos resistido Ja tentación su hi jo buscábalo ctew ri rn tarlo t •l de clccir a lgo sobre ella. Y es q' IR Y t: rdu.~ a cleJ papal . Desde Ja Ja historia de Juan Varela nos ha pue;-l

  • 1 Vida y dolores de Juan arela· po,\ Ju1n Varela estaba haCie11do ~·1a bonita finca, de esas que ln cen grande a un país,. pori;¡ue se !obran con el esfuerzo personal, aprovechado honestamente. No le C:.-ébia a nadie. Los ahol·ros q' invirtió, lentamente iban aumen-tándose. ·Se mataba trabajando, pG!i'6' .•. ~do era para su Ana y ~!)cl.01.{Uift~; no le importaba. · ~to'4:'ilt} ~ aiío en QU't! Jt:an :recogió tt'l.icerl. gnífica cosec.1a.-

    J1/.o11, :f.t.ijoJLl: 1J¡ el bajo de Barran 1 "" re.cc@lllf:~J.:mte por uno. Sin .emba:·~o1 cua11do los fup a ven ~ ~dtwan ni lo que había g~aa~enMa semilla. Los pre.-

    ·~ esl..ann por los suelos, y los comerciantes inescrupulosos guar dliban en bodegas para esperar mejores precios. Juan comenzó a 'arruinarse. Hipotecó su finca. y . ·. la · pl'imera parte .de¡ libro ter mina con l~ escritura de h1i:)cte ca:

    Una escritura espantosa. Un do cumento helado, en el que cuns ta que Juan Va1c•la da en g¡¡ran-tín su finca a un banco, poi la su111a dé. mil . .PE;>,sos. · Por supu.:s-

    -to, la finca se perdió. Ese t)ra el problem¡1. de la época. Y ése fue precisamente el éxito de la. no\-." la· de Adolfo Herrera García: et el pintar con loii más crudos tra zos ese p1·oblema que. así, conf:a clo · fríamente, pa1·ece sencillo y sin imfiórfancia . Todos los d1as oc11rría algo así. Ta l p~J =•in ..QCIJ_ .rre. pero eh mucho menor grado. Juan perdió su finco;. y. también 1>i valor para ·luchar~ Pe ah! p1 só a Iicóil de latifundio, lejos de su esposa y d.! sus chiquillos. El maltrcito' de los patrones. De los 'Patri . .arcale:; patrones costarricen-ses. El martirio de cultivar Ja tie rra ajena y llevar en el' corazón

    VIENE DE LA PAG. ANTERIOR

    estaba derrotado. Derrotado por. ca. leyó la obr·, la gustó. y pidl la.injusticia social. ' a su Gobiernq ue la cdítat'l, · . Luego otra vez. el \"iajP. en ca fue como vlhiefon al pais 103 m1 carreta. en b11~ca de otro sitio quinientos ejenjplares. donde medrar. · Esto hay qu contarlo: la obt

    se puso a la v nta, y, como tod "La carreta era prestada, L~ obra nacional, se vendia hoy u.

    hizo un entu,J ido con bambú, ten. ejemplar y ro~ñana dos. Un di d!Ó en el piso la psterilla y allí a de tantos rec bió er autoe un c:omodó a la familia, Eduardo ca ~arta de don icardo Jiménez e lmtaba los frn.Js de su pa!udis- la que le felic taba. EJ1)gia1Ja mo metiéndose bajo el pecho de tremendo reali,mo. Adolfo fUQ Ana. Clarita abría sus pupilas cla ver a don Ricardo y le 9idió ~l'U mador as Ó" · angustia. A interva- lt permitiera publicarla. Dor>. . lOi largos llorab~ e¡ rRcién na- cardo accedió, 1'\J dfa siguiente d cido, silenciándose cuando Ana le la, publicación, j1a obra ·,;.e vern1! acercaba a los labios la shupeta Pn grandes captidades' Et1 2:. mojada en miel" :~na mira)Ja ho días quedó agotada. Ho¿· . los qu: rrorizada el clelo: "Anima~ ben- la c9nservan, la· gúard:tn l'.Otll ditas, que no llueva''. ün pequéño teso.ro.:

    ' Juan pasa a ser contrábandis- Adolfo Herrera ha cr.1ntinuad ·ta primero, y después· asesino dt! escribiendo. Como perii:dlsta., • guardas. En compañia de ·un roa hombre ,que esi;ribe enn:•mc:; '"1. ·~stco borrachín que fue expulsa tidades todos los días, ·pua !a r du de su escuela, 1e' dedica a :ra~ dio: program.as sobre· fomaa . h¡ · bricar el "guaro" de caña. Cori tóricos cpmo las Tradiciones C el embrutecimiento de los cam- tarricenses., que piensa editat e pesino1 compra e} pan de su fa-1 un libro. 'l'iene en prl!paraci& milia. No había otra sali.da. Ji}! una biografía 1 de don Máxim rudo combate que se·real.iza ·en lf'l F'"."rnánde·z·. v i.¡na nove. la sobre [R~ horror de_. la mont_aña, Juan y historia. de la ¡barra de oro. qu.~ su companero hacen frente al con. el sudor de los p'eones se· ~ Resguardo!. mientras Ana. con ca .de las min*s: i;ara)r..,:o· sus dos hlJOS en brazos llora ª" rra.rse en otro· subterrane; margamente "scondida en el bos- Banco, Aprovechará efr · que. · b.1:a 1011 conocifUientos qrr; '

    rio en otros tiempos sobr~ l. No hay para que contar mas.

    Juan t•?[mina como presidiario en San &uca.>. Y Ana, después de la muerte de Eduardo, su hijo ma yor, y de muchos afios como co-cinera. juntando plata para ir a \'er a Ju

    da de los mineros. ' 1

    el recuerdo de la ilusión perdida La obra rl~ Adolfo Herri~ra. i;e .• y de su Ana. que allá en San ¡ ¡¡;ún nos' contó arer. ft.i ditada

    Pero nosotros creem11.1 que, 1 'Vida y Dolores de Jua:-i Vareta< seguirá sii:nilo Quizá au mej. 1.bra. E¡ eloctio que s(t?'le., ha !~ (·ho, dicp Ad'ólfo, es (ful'.' ·una ve fue agregada i:¡ un expC"diente j élicial cuando lm abo~adcr defer1 día la pequeñ~ propiedad de m camri'~ino quel pasaba 13~ misma angustisa que iel·.i11fortuqado pe sunaje de la :rª. ' '

    tiago~ espera con los chiquillos. oor el Gobierno de Colo ia. El Ana se portó vtth~1Jtemente. Ella F.mb;1 jador Plinio Mend! ' .a, que le dió ánimos, pero Juan estaba en ese tiempo estaba en ' >i~ta Ri

    .Ncsotros qeemos que e'.>t l nna obrit(l. qUe cr :viene i·ec::Wa

    !,-