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'-1-J-1-1-J-J-J-1-L-J-1-J-1 "/ :Qg Oto e:=== :;=: o: =• ::aw e :x:• -l-1-l-1-l-1-l-1-1-1- -1-1- CaPÍ TULO QUINTO 6'0lüB10 Orooolvgía-ll:odo de medir el tiempo los Ohibchaa y faotaaío.a del doctor sobre idiomas iodfgeoaa-Radicales y nombres comunes-eonaide!'llcione& aobre el interés que reviste otl e>tudio de laa lel!,gUII de ioformacióo- Indole de los idiomaa-Errores provenieotea de la corrupción de los nombres por J(Jjl cooquiatadol'e!. Oomo todos loa pueblos primitivoa, loa indígenas de Am6rioa se ftjaban ¡1ara medir el tiempo en sucesos, que repetido& periodicamente les proporcionaban en cier- ta manera un almanaque natural : Cuando ltU' Jwjaa -·Cvawdo JXY119an ltu tort11gtu-Cuando las crecieAtu dd rio. declan loe ribere!loe d.el Orinoco; Cuando mad1'rt1f lo• dato1, loa Oaiquetioa y Girabaraa, y as( de 1aa demli.a nacionM, muchas de las cuales, sin· embargo, se fijaban en la periodicidad de la l110a y arreglaban l!aB tiempos por este astro ó por las eatre1188, ta- les como lo11 Oumanagotoe del Oriente. Beglín Gumilla conoofan algunas tribt18 las (.'abrillaa é cuya constela- ción denomi.naban Uo"fi ó Oacáaan. Los indios en. managotoa laa conocían CO!l el nombre de Maya-gwarayo que alguüloa raoim.o de mayai y ee gafaban de noche por eeae eetrellaa; median el tiempo 6 aea el afio cuando al ponerse el sol desonbrfan laa Oabrillas por el Mte cuando en igual ápooa votvfan 8Jl&reeer en el mismo terminaba el periodo, as! decían: BJaft ó ·eea dentro de nn añ •; respecto ' loa meaes loa oon · taban por lnnaallenaa, por ejemp'o: Al4qviri UGIMIJ, v aoclón : Vendren • dentro de doa llUlu. 1._, .... ,.,._

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CaPÍTULO QUINTO

6'0lüB10

Orooolvgía-ll:odo de medir el tiempo los Ohibchaa y faotaaío.a del doctor Duquesne-~:go ~ sobre idiomas iodfgeoaa-Radicales y nombres comunes-eonaide!'llcione& aobre el interés que reviste otl e>tudio de laa lel!,gUII americanns-ll'uente~ de ioformacióo­Indole de los idiomaa-Errores provenieotea de la corrupción de los nombres por J(Jjl cooquiatadol'e!.

Oomo todos loa pueblos primitivoa, loa indígenas de Am6rioa se ftjaban ¡1ara medir el tiempo en sucesos, que repetido& periodicamente les proporcionaban en cier­ta manera un almanaque natural : Cuando caig~ ltU' Jwjaa-·Cvawdo JXY119an ltu tort11gtu-Cuando t~engan las crecieAtu dd rio. declan loe ribere!loe d.el Orinoco; Cuando mad1'rt1f lo• dato1, loa Oaiquetioa y Girabaraa, y as( de 1aa demli.a nacionM, muchas de las cuales, sin· embargo, se fijaban en la periodicidad de la l110a y arreglaban l!aB tiempos por este astro ó por las eatre1188, ta­les como lo11 Oumanagotoe del Oriente. Beglín Gumilla conoofan algunas tribt18 las (.'abrillaa é cuya constela­ción denomi.naban Uo"fi ó Oacáaan. Los indios en. managotoa laa conocían CO!l el nombre de Maya-gwarayo que alguüloa raoim.o de mayai y ee gafaban de noche por eeae eetrellaa; median el tiempo 6 aea el afio cuando al ponerse el sol desonbrfan laa Oabrillas por el Mte cuando en igual ápooa votvfan 8Jl&reeer en el mismo p~nto, terminaba el periodo, as! decían: BJaft •ca~t~farnuawjw, ó ·eea dentro de nn añ •; respecto ' loa meaes loa oon· taban por lnnaallenaa, por ejemp'o: Al4qviri bo~fa­~ UGIMIJ, v ~ aoclón : Vendren • dentro de doa llUlu. 1._,....,.,._

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73 BALAS

Por lnni\Ciones cuentan también loa Goahibos aal : Yuya· pinajuobiena anijaj1~ometoji, igual á pa.sadut~ dos lunas.

Dice Gumilla que los indios no tienen semanas ni modo de expresar los dlae lo que soplen por medio de quipos ó cuerdas anudadas.

Los 8oratenas, Arayas, Agntáe~, Saboyáes y otras tribus indfgenas que fueron encontradas cerca y al oes­te de la ciudad de Véloz (Colombia) tenfau idénticas costumbres y crouo)ogía: couta.ban por lunaciones y al día lo llamaban con el nombre conque denominaban al sol en sn idioma. ,

Los muiscas dividían el tiempo en soles 6 días que llamaban sua, sua mena por la. mariana, meuio dfa. s11a meca y la tardosasca; como los anteriores indios contaban á. la vez por lunaciones, y conocían también otra división del tiampo que denominaban edad, cuatro edades decfan Bxogonoa, los oiios los arreglaban por la entrada de las lluVIas v tiempo de sembrar; como estas tierras de Cuu­dioamarca s011 frias, de manera que no se coje sino . una cosecha por año, servíanles las siembras de calendarios natnraleR; doce lunas llenas hacían nn aüo que denotni· naban OJwcmn, Cltocama denominaban el año pasado y Olt.ocamata el veuidero.

El doctor Duqne&ne, cuyn.~~ teorfas sobre la numera­<'ión indfgeoa, como se ha visto en el capítulo anterior, dejan mucho que desear en materia de exactitud, tam­bién nos legó á los amantes de la ciencia etnológica ex­trañas é inaceptables afirmaciones respecto á lo. cronología cbibcba. Como su11 desquísiciones han corrido mucho tiempo cou el selló c·entllico que los imptimió el Barón de Hnml:ioldt, de to.l manera que no pocos de los escri­tores posteriores se han df'jado influir · por sos parado-jas, las consignaremos á. grandes rasgos así. como su ~ tefutación, que es la qne á. nuestro parecer cumplidamE~n-t.e hAC'en varios etnólogos, entre ellos el seiior Vi-cente Restrépo .en su obra Loa Cmncrus, ya citada.

Trabajó Duquesne sobre .los grabados de una piedm pequeña cuyas figuras aseguró fuesen part-e del alfabe­to chibcba. Los dibujos de ellta piR<lra pueden verse en· la obra de Restrepo y en la ele Humboldt SITios Y Jo!O­

:su)f]tNTOB hroio~rn.u DE AliÉinc•. En verdu~, no existe én·los ctonístas é historladores inmediatamente posterio\'E~B á 1~ conquista indicios siquiera de ese pretendido alfabeto,

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ETNOLOGU. 74

tal descubrimiento sólo existió en el aealorado c.ere. bro de Duqnesne quien sirvió el curato de varios pueble· zuelos de Colombia y no tuvo otra f'uoote de estudio que su trato con indígenas ignorantes, mucho tiampo despué:~ ele la. conquista, lot~ cualea por el natural transcurl!o dal tiempo y por su dtlsContiaoza proverbial eran incapaces de ilustrar la. materia; en tal virtud, debe t~nerse por cierto que el sabio mencionado no podía logica.menta encontrar bases para el edificio cronológico que levantó, pu_es como <lice el señor Restt·epo, estos indiOS no eran sino po­bres gentes ignorantes que nada. podían ens~fiarle de los conocimientos de sus antepasados. En t!fecto: si lo..'l chibchas hubieran tenido tales conocimientcs, si hubieran siquiera sabido trazar geroglíti'!Od por estilo de los egip­cios, es claro que tales haullidades no se hubieran esea­pa.do al insigne hiat-oriador Simón que escribió su verf· díco relato sólo t~etenta a!los después de la conquista, si tan meticuloso cronista solo dá las noticias que con­signa sobre el asunto, las que arriba apuntamos, fué porque no encontró más materia, p11ea peca el escritor cita­do por minucioso en todo lo que aencillamente refiere. Adewás tampoco se encuentra eu Oaste!Janos, y Oviedo y Valdés que reproduce la relación del mismo Jiméuez de Quesada, ósea la ol>ra que éste tituló Ratos de S1texca , dt!llgraoiadameute perdida, la menor noticja sobro esa preteudid~ numeración escrita, (1) perfecto a.l.tab~to y cro­nología chiboha, au mucho superior ésta si so aceptase, á va. tiaa de las conoobidas por pueblos civilizados.

llice Dnquesne y con él Zerda y Humboldt, que los Cbibohas teni.an u u año rural que se contaba de una es­tación de lluvias á la siguiente, hasta aqu! están de néuerdo con Simón, luego aseguran que lo~ Jeques (2) 6 sacerdotes agregaban al fin de cada tres aüos de doce lunaciones cada uno, un mes 6 lunación intercalar más 6 luna e~orda, componiendo un aüo religio¡¡o de trein­ta y siete lu~as.

(1) l'.l '!'. Rom:in y Zomoro on •11 ~brn RIPUllLto•• ot h<oua Lib.,JI C3p. XVL dloe ~UO>~Un eu.udo I<HI indio" oo tcnlan •b<oodoríu, pormL'<iio do pin­turu.s e~ oomunienl~n In. hlettJrja d1.1 ' ''" au~oe:. ~,&;o nat.urulmentc l'o rellé­ru Q. lO'- mCXiCII.OOSt y en Dill~f!ln::t. Ul·lnbl• t loa dewá.a iodioa do A.DJÓriCA, mneho men0<1 6. l<n~ de TiotTa-FirUl<.

l2) (]}¡f<:~¡¡ lo• lluma lte&tJ;Opo 1''"'' $<>p;Úo Sionnn eo donoii'IIMban Og~ue los s.C<lrd~IAl• de l.os indio$, cu~o \"v.:ablo corruwpiJo pot' lo• e3!'•~oloa y¡.,_. • 000 >"OI"IJriiO CD JO'l. Ui!.

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! 75 BALAS

Esta corrección Cll'onológioa y ficticia los autores men· cionados 1~ explican diciendo, que tenfa por objeto re· ferir á la misma eetaeión e.l priuoipio dal ano rural y laa 1l'eata8 que se celebraban en el sexto mea, Extraila co­rrección que al ser cierta á la Jarga embrollar! a el aiio, ya que con tal intercalación cn.pricboeajamáa podrlan obtener la fecha preoiea del eqnin(looio de primavera, en cuyo mea de marzo ó de abril entran laa lluvias, cuya época era solicitada por loa chibohae para el cultivo y laborea pre· ¡¡aratorias de la tierra, aaf como la de setiembre en que -vuelve 1~ época de las lluvias y ea tiempo de hacer nue· vas siembras donde se cojeo dos coeeohas al afio.

Continuando el análisis de las disqnisioionea de los sa· blos meoolonadoe, no vemos de donde pudieron sacar la espeeie de que los cbibohas tuvieran una medida para ~1 tiempo, de veinte afios de treinta y siete lunas cada uno, como tan seriamente lo afirma Humboldt, copiando á Dnque11.ue¡ extrafa la facilidad con que el alemtn, sin otro e:r.amen, diese por ciertas tan fafltátltioas teorfas; sube de pnnto el l\8ombro pues el sacerdote colombiano interpretando las ftgurae ó dibujos de la piedra. en cues­tión llegó á decir que no eolament~ tales dibujos repre· sentaban números sino que Indicaban también alu8io· nea á las fases de la In tia, á la religión y t. las coetnm· bree de loe chibohas. Humboldt, ~ue basta eae punto to· do Jo acepta y en todo crée baJo la fe de Dnqncsnf', Jto puede menos que obr¡ervar que tal hecho seria nota· b.ilfs!mo en la. historia lllosó.ftoa de laa lenguas, ei como pretende en. maestro lB! palabras chibohaa que designan los números tuvieran Tafeee comunes con otras voces. que expresaran las fues de la. luna y los objetos campes­tree. Y en verdatl: esta sola observación prueba eYiden. temen te la acalorada fantasfa de Daqueane 7la oredali· dad y lijereza del 88bio europeo, pnea como el mismo dice: "0bsérvaae en todas las lenguas cierta indepeu· deneia entre las rafees qne designan los : números y las que expresan otros objetos del mundo flalco." Este conocimiento debf~ ·haberlo hecho precaverse de se· mt'jantes a1lrmaclonee, que por virtud de llaber sido ndop· tada.a por sabio de tan gran valla han sido todavfa ml\s perjudiciales á los verdaderos eatudioa sobre loa indíge· D88 de América.

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ETNOLOG:A 76

Hemos asentado que §. pesar de no tener todas las tribus qne poblaban á Venezuela y Oolombia idiomas dis· tintos, puee en todos se advierte igual construcción, al· gunos nombres comunes y muchas radicales y tarmioacio· nea idénticas, sioembargo era inmsnso el número de dia­lectos, que oon un eetudio atento y acopio de vocabhlarios pod.rfau referiree á tres ó . cuatro Jeognas madres para toda la América. Este estudio cor~ducirfa. á demostrar y hacer incuestionable el comun odgeu de los habitante!! del Nuevo Mundo, tésis1 que mas ó menos demostrada al tratar otras materiaS', en ésta tcndrfa su comprobación palmaria; ya que no seria facil tarea explicar las aonlo· g!aa de Jos Idiomas americanos entre el, 1le otro modo qne retirioodo §. un tronco único toda la raza del con­tmeote.

No Pe nos escapa que esa no será labor de un momento, ni para st!r ejecutada por quisn, como nosotros, careced" los estudios tilológil-os necesarios, e~peciahnente conoci­mientos de 10l4 idiomas eemtticos, en los cuales, y en par­ticular en los idiomas chino y japooé.(t, se ~ncuentran voces análogas á otras americanas, y c.omblnacioues file conl!o· nantes con idéntico valor enfónico; pero como esa tarea deb6 ser l:'jeoutada algun d1a1 las obt!ervacionts que aquí c:onsignamos y los Cbtálagos d., vot:es indfgenas, dividi­claa por tribmr, qne van al ñ.n do es r.a obra, I!Orá nuestra humilde contribución para la emprtlS&.

Los eapaüoles couquistadóres <>ncoutraron en su trato con los indfgenaa de América dilhmluul mc1y graude para referir al castelluno algunas comllinaciones ó souidos qne el rico idioma e11pailol no podfa rtlproducir, ni la garganta de los enropeo11 hnitar, t al sucedió con una combinaci6o ó sonido dPI idioma ch1bcha y otros, que al¡::-mlos pronun­clabau eh, varios chi y los más tal1, sin llegar nadie :\ ponerse de acuerdo, puet1 propiamente falta eu el español y en lo!l idiomas europeos la letra que deherla. ~presentar tal sonido, que la gargsnta de loa conquistador&~ uo pudo jam§.s emitir; este so'nido, propio dolos lenguas ind<•-cht· nas ó del e:r.tremo oriental d~l Asia, fue la deeeaper11ción fl.e loa misioneros, qoe por su cargu tenfan que apn•nder loa idiomas indígenas. A. pesar de haber tran11~urri<In cer­ca de cuatrocientos ai'ioa, la d.ificult.ad para pronuuci~r·ó dar el verdadero valor (l dicho sonido eatá completl\me.ñt" en pié. El señor Vicente Reetrepo1 al hablar. de b grao

. . ....... ·-· iO -ZJno!ogW.

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BALAS

mática chibcba, que sin .nombre de autor existe manos· crita en la .Biblioteca Nacional de Bogotá, dice, que en ella se afirma por su iucógoito autor que el sonido qnA nos ocupa no debe ha~r.se con toda la lengua eh ó chi sino con la punta nomá11, algo muy semejante á la com· binación tah ya dlcba.-La tniama gra'llática manuscrita en ~eferencia sefiala un sonido intel·medio entre la é 1 la i .que no enseña á pronunciar.

La expedición conquistadora de Rodríguez Suárez tro· .pezó con una diftculta(l semejante, para pronunciar una ·combinación que tienen en su radical caal todos los nombres de logur de los idiomas iudlgenas de. estas -comarcas, ó ~;~ea nn sonido gutural 1 nasal al mismo tlem· po, que oscila entre m~, mo y nt90. Los españoles aalva­ron la dificultad imponiendo por la fuerza el idioma r.astellano á los inrlios y pronunciando indistintamente Mocochiu ó Mucuchfu, como se ve en antiguos mannacri· 1 toa, Mocosir( ó M~c1U'ir¡ es decir, echaron por el atajo cor-tando el nodo qne les fuq imposible desatar.

Esta combinación m~ú, ó como en detl.oitiva debl\ pro· 11nnciarse, es muy coman encontrarla aquf en Jos Andes -én loa diversos dialectos indígenas y eu la radical de los nombres de lugar v. g: Dialecto mucuchies: Mucumpa~. :Mo­cao, Hoconoque, )lucuooqae, .Mucuchach etc. l>ic;lecto ti· motes: Mnfigue, ~lucucbapf, Mucatiyote, M u tumbo, Mu· cumbáe, ll!ocnmie, eto. Dialecto m~cunoque: Macumpfs. Mn· cntirf, :Mucucaray, Mucusó, Mncucuarti, Mucnsuquián, Mncusnnclú etc. IJialeoto giro: Mooupatí, Mucupuen, M o· ~u tui, Mncarsá, Mucucharaní et-c. ])iale.cto jaji: Mu­cnndti, Mncnanrú, Moooa, Mucnsirf, .Mocnbanga etc. ])ia • . lecto chichuy 6 acequ.iat: ll{ocufée, llucnsl\, .M ocotoué etc. Dialecto mucumbtlf o lagunilla1: Moc~yón, Mncun1· blÍ et.o. En los diferentes dialectos de la lengua Ouica (Trojillo) también seenr.nentra esta radical en los nom· brea de fugar: Moccn, M~~ut• ó Mocoti, Mucuché pero no tan frecuente como en .M.érida 1 en la lengua que podría­moa llamar Chama.

1iln las diferentea lenguas habladas por los indígenas que poblaban el hoy E. Taobira, que pertenece también á los Andes ven~zoh~uo11 : Cbinatos, Borotaés, Guácimos Ca­}Jncbot! y demúli, se eucuéotra también la l'lldical en cuu· t.ióo en alb'Unos nombre~ de lugar, pero ea poco fw· CLI~nte.

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ETNOLOGÍA. '18 • •

Lo mismo decimos ele los dialectos indígenas de otras parte:! de Venezuela, donde 8e suele en~:ourrar la ralli~:at qo1e nos ocupa, que 8e nota f\U el idioma ollil>· d1a y otros de Oólombia aunque más raramente¡ no as( eu algunos idiomas Oentro-Amerioauos y espe<:ialment., eu el maya en que oeture frecut~Q.temente.

En ooauto á radioal68 pollemos afirmar en tésis general que Muo~, Gua, Uri ó Ura1 Ari, Gui, Yari y otras eou geaer31es para todos loR idiomas que se hablaban eu Amé· rica. Gua en Ohibcha indicaba monteó lugar alto.

Terminaciones comunes tenfan también los irlíomas ó dialectos de Tíerra-l.<'irme: Coto, Coa, Cocha, Cuú, Ajá, Jfare, Uena, EncU, Yche, Ante, Cuy, Aute, Yta, Cuar y otras que seria de prolija enumer!l.l:ión. La. terminación cuar 011 oomana.gotó significa agoa, como 11e ve en las voces indígenas. Caicuar, cal cangrejo y ouur rio ó arro· yo, Putucuar cuya radical siguitlca liana, Empiricuar, el rlo Neverf, Guaípanaouar, Cutacuar, Ooiouar y dewá$7

que se dabtm á corrientes de agua. Tribus muy apartadas unas de otras tenfan voces igua·

les ó o1uy pnecidaa para denominar idéntica persona ú objeto, así: Taita nor padre, voz coman á muchos idio· maR, Mai-cka,.Maricha. GNaricha, Uaricha llamaban lot~ Gnamos, 6uabibos, Gu!ijiro¡¡ Yaroros y otras tribus á. la el!posG. Onoto, 0Mt,, Achiotu, Achiote, Rocón, Rucú y voces mny parooidatJ oon que 88 denominaba la bija (bixa prellana) por dif~rentes naoionea.·Las voces Paria y Arica son comunes para las lenguas iuga y cumanagota; la úl· tima Arica pertenece también á muchos itliomas de Amé· rica. Lo mi11mo decimos de la palabra 00'pey1 MaR.arc, D~t,lw, Chiguara y mochas otras. La última&.~ dt~uomiuacióu geográfica de lo:~ Guarunlea de la Argentina, y del dia. · . lecto de los .Mot.ilonee de Venezuela.

Ea Puerto .Rico existe nn rio que denominaban los in­dios G•aibaM, otro Gt!.aymna y otro .Macoo &!Itas mit1· mas voces 88 wcuentrau· .,n el lenguaje caribe.

Há aquí cuanto interesa§. la Etnología del ~ue\'O M un· do el clt~teuido estud.io de los iiliomud pre-colombiu0íl1 y las sorpresas que reserva est-e "asto 6 inexplorado cam­al paoieute inv.est.igador, cuando con solo recorrer la geo· grafía americana saltan á la vista 1118 dehomiua.cionea comunes que hemos apuntado y maohiiB oteas de que ha· cemos gra~:ia A los lectore8.

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'i9 SALAS

Oomo base para esas investigaciones deberran pnhlicnr­se catálogos detallados. de los nombres imllgeoas geog-rá­ficos y los vocabularios que nÍln pudieran formarse ·d~ l!iB lengnaa existentes. Por desgracia existe uun vasta lagnua que la mayor buena voluntad u o p()(lró. jawás llenar; u os reftlrimos á los idiomas' pordidos por haber detoapatccidu las tribus hace mucho tiempo, ó al bárbnro e~>foet·zo de al­~nos sacerdotes que para. evitarse el t1abajo de avreuclcr ios idiomas indígenllB1 como lo hacfan los antiguos y lle­neméritos misioneros, 110r la fuorza conl'iguiarou desterrar de los indios el habla primitiva; a.st terminó aquí, eu los .Andel!, el idioma de los mucuiioques1 mocucbfe¡¡ y otla~t tribus, que de sus ascendientes solo conservan el tipo y alguno-1 vel'tigioe de aotignna cp~turnbre~.

Gran dJf,¡rcucia existe entre el desgraciado é inconsnlto e~<p!ritu de det~tr~cción de los demoledores citndot~, y la renélic·a, paciente y acuciosa labor de los autig11os misio­neros, que hatita principios del SiJ!'Io pasado tuvicrou á. Sll car~o la ovao~elizaclóu ~e los indios. A !\fotos beneméritoti· t r abajauores debemos lo que ¡¡e conoce de los idiom11s in­el i g~uas; niuchos de esos trabajos permauect!n iuéditos en J"s · urchivos ecleeiál'>ticos y tm poder ele partieulare;.,

, coosist~o en vocabulario~, gramáticas y directorios, que es hora ya publicar eo pro de la ciencia etnológ-icn.-Existe inédita en la Bibliot.eca NAcional de l!ogotá, 11in nombre de autor, aunque fuocladamente se puede atribuir á los misioneros, una gramática de la IE"ngna chihc:ba. Sobre es­re mismo idioma escribieron el P. Jo~é Dadey otra gra­mática y el P. Bernardo Lngo un r11teci~tuo y <:onfesiflnario, que el notable sabio colombiano Uricocbea publicó en uua Rola obra cou nota~ y comentarios preciosos. Ue la len¡rna cumanagota del oriente de Venezuela, se ~.>nbe: que en 16831 ,¡e impx:imió un 1nte ó vocabulario con un catecismo y di­¡·ectoriod, obra compuesta por los ñailes misioneros de Pirito, libro raro 6 lleaoouoqiuo pu.ea no !le volvió á reimpri­tnir. De eRte' idioma · Stl po11ée tambi~n, la a práctica qut !~ay en. la en1enanza de los indios, ·en lengua r'flm,anago. tct y castellana" eu la olira del P . 11!a.tius liniz lllauco1 li· llro ruimpt·eso ultima.meuto.

l:it'gun el P. José Rivero de la eompafifl\ de J estís, Jos P. P . . Moliun, l>añt-y, Nt>irn., Tolósa, Acnfia, Jimeno y Alvarez formaron vocnbulhtiot~, gramáticas y directorios de loa i<liomas iudlgcnns que se h11blaban en la rt'gióD

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ETNOT.OGÍA 88

comprendida entre los rfoa Orinoco, Apuro v Meta, por desgracia, tales trabajo:~ lingliil¡ticos no llegaron á impri­mirse y se han perclido casi en su totalidad, qnizá existan eli k>s archivos oolesiát~ticos de E~ pafia y América, 6 en:::re Iris papel~ incaütadospor loe Gobillrnus de las Colonias cuan­do Oalos J li e.xpult~ó á. los je~uit~s do sns dominios ; co· mo pasarfa, entendemos, t\ la Bil>lioteM Nnciooal cto Bogo­t:i la obra del 1'. Al o uso Neirn. A:rte y 'l1ocabulario de

. la le»g·ua achagua.-El P. Rivero asegura en su obra, que el P . Hnrtaclo compuso sobro h\ hmgna cl.aibcha una gramática y vocabnlnrlo, que también se ba perdido, si· no es el que existe itJétlito y anónimo en llogotá, que ya dijimos. No se conocen, tampoco, llls trabajos dal 1'. Jo. sé Oavarte muerto en 1724. Este fraile posefa á perfec· ción los idiomas girara, acbogna y saliva, á su muerte se ocupaba en formar la gramática de la lengua enagua. Los trabajos de estos religiosos versan, además de los idiom~ dichos, sobre llls lenguas que hablaban 6 ha­bi!Ul Jos indiós Ohital', Tamaraa, Payas, Pisbas, .Morco­tea, Chinato:o, Giros, Tunebos y otros de las llunnras y selvas qae divi<len en el suroeste A Venezuela de Nueva Granada. Del alto Orinoco y Mllta escribió las grnmáti-. cas de an11 idiomas el P. José Rivcro jesnita, y el religio­so Gumilla fnó práctico en la lengua betoy ó yarnra.

Rel:lpecto A los idiomas del oriente de Venezucln: cnribe, palenque, guamo etc. no se ha impreso 11ad1\ que sepa. mos, pues se ignora~~ parad~ro de los trabajos que se hicieron, según noticias y relación lle varios oroniR· tras entre ellos el P. Caolín (1)-F.I P. Ynngues cnpu. chino natural de Ouadalajara de Espuila, religioso fran­ciscano qne mnrió en Carneas en 1676, fue ducho en lengua cumanagota y otras que aprendió: cnribt>, paleo. que, · gnarauuo, cl.aaima etc. durante su laborioso. axis. tenoin. contpnso mochos vocabularios y gramáticas ele la11 ]ei)gnas qne entendía, estos trabajos quizá podrfan en con. trarse en loa archiv.os eclesiásticos de Venezuela.

Loa misioneros jesuitas, dominicos y franciscanos, reali· zaron la portentosa obra de reducir á la vida civilizada á

(1) F11. A .N1"0Nto C~oTJLIN.-Ilittoria CDf'"?'•PAira Natural _¡.lf~ O"!!tlic•d• l.a Nu<oa .AII<i<úUcitJ 11 pr•••Mitu Ouman<~, o~ovana !1 ~trtúnt.o ddt'iO Orinn· <O. Dada '- lo lu.o cU orá•n y 11'J>Inl41 íl• S. jf. año do 17U.

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81•

machas {r{bua aah·ajea, A su paciente y callada labor / debe la historia y la etuologla datos preolosislmos que ea· ·· tlaban destinados á perecer. Eae legaclo inapreciable loe ¡K>ne moy alto eu el ooucepto pdbtico, y uo tlell~n ser lllOtejadoa por la ignorantu sencillez eoo que credu· lametltO aceptaron algunos errores, eooaeeoencia inmediil· t¡¡. d¡, la época en que ViYran, y así es temerario meBopreciar-l.oa por tal causa, oomo injostameute lo hao booho va-r iDa cootemporaneoe: (1) tlceeartnndo ó despejando ~e grano brilla. ,el mas puro candeal. ¡Oómo ee podría menospreciar & Las Casjl.il, OauHo, Onatellouos, Simón y tantos 111ás sin borrar por completo la historia y ll\ etnolo· g ía americana T E~o resulta tnn temerario como cri· ticar á Colón porque descubrió la Amériea en buque de vela¡ el sereno criterio pille se juzgue ti los hombree totunndo en cueu ta la époc.l\ on que ,.¡ vierou.

Todo el oriente de Venezuela, Ou•Jtauá y :hhturln haBla el Orinoco lo cateqt1izarou los P. P. Ou~rvantes f•aocisca· npe y loa jesuitas; el Meta y Casnoare, 6:~to!l mismos y los dominicos, que catequizaron en el centro de Venezuela¡ y ea lndu<lul>:o que formnron vocabularios y redactaron gramáticas, siu Jo cual no podlao eutender~e con loa iu­.d!genas, pero esos trabajo~ !Jon perm¡mecido ignorados. Lod capuchinos catequizaron durnnte el ~.>íglo XVIII á los indios llfotilones, de la costl\ <lcl lAgo, con los que fon· daroo diez pueblos¡ uada ae conoce de sus trnüajos lin· gil!stiCOtl.

Apenas l1ace cincuenta anos Re coneervab:~. el len· gu~je de los indios wucuuoqucs de lférida, he11ta que nu ,toc.:triuoro <le iuftslíz memoria se propuso R bolir el idioma, para lo cual, s11guu cueutau, 11e ocultaba con el ob· jt!to d6 tomar A los iudios !Jaulaullo su leugl\n y casti­garlos. La pereza de lo11 <loctriueroa fué la causa de qne t.enninnae el Ion guaje caiqoetio y otros de Veucznela, <le cuyas tribna alÍn resta hastaute poblnción. ·

El Puro. Jlafaul Oelcdól) se ha. ocupado modernamen­te del leutttaje guajiro, idioma vivo, sobre él ha. po· vliuado u" '\ obra. El id loma guAjiro es guturnl, casi o o nl>ren la \>,,ca. para emitir los sonidos, es diferente del

(1) Vé&M ltnt ·•,io L.oocndio Giwoim.- Luuna anu \'nuuw. r N ca-~· ~•LO.IIOU.. pitg. 61 y G7.- _

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~TNOLOG!A.

paraujana y cocina. Lo~ P. P . .Manuel Fernñndez y Mareos Bartolomá. pn·

blicaron en ·1!>9.5 la ol>ra G1·amática Hi8p(l.n~-Goahiva que puede consultarse oon mucho fruto.

Volvemos á repetir lo qne hewos (Ucho: no exist!a en Venezuela un lenguaje comun pal'a muohad tJ·il>_us 6 para una gran extensión territorial ; tampoco se hal>ló el chlb­eh~ en Venezuela, cuyos dialectos con aquel, solo tu­vieron los puntos de contacto qse todas las lenguat< intlígen,as ue América tioneu eut• e si ¡ de ét~to se cou­claye, que es tan eu error los que jauto con üodazzi han uenomiuatlo chibchas A In:~ tribus de los AtiCloo~. Bl irlioml\ que se hal>laba eu JJogotti uo i'ué como el (tell'orú, yu 4ae en la wis:tJa l:)al>aua exiet!nn varios dialectos¡ aquel fué hablado de~de Quito basta Chile morccd á la snpr(.'­ma autoridad de Jos monarcas peruauos.-EI territorio tle Venezuela y Oolombia se dividía en multitud de tri­bus iuüepeutlientes, que bablaban por lo misu1o multitud tlu leusuas, .et!to sin que 1lej~:~u de encoutrnrsealguuoa itliomnll má,¡ seneralizados por virtud del unmeroso geutlo quto (;ompusierl\ 1~ tribu: tal sucedió cou la leugua a~ba­¡;u~>, lJ.a.ulad .. por loa iudios que pn.r·a· Hl couqnlsta ocu­pabrtn gran uxteusióu dt~ til!rra, desde h!R l"iu~;~rns de Apuro al Orinoco y Meta y á poca13 lt>guas de Onncli­uatuarca. E!!ta lengua achagua era unlce, véanse loa t!Í · guíeutes ejemplos: Babica, ,·osaca, dojacarn' ocuUba fu, tb'1tal á: Padre mio l>autízamu-~·u sarica?1á ribarin1m mataba, igual t\.: :Mi padre se muere 11pril¡a; dicbo todo con cierto t!O»Solltt-e peculiar!\ e<~te lt'ngu11je y á otros, como el cbidcoa y goahiu(l¡ hacían el plur11l de los uowures agre­gando la terminación benis, eu cuya virt1ul toda trilJu eu que ¡¡e uote ti\) toruJinacióu es aclu:tgu11. Los <~uiripae, Ona­riuaos, A.r-Aparaba~, Totum>\COS ue la Serranía, y los Ama­rizanes, Ataruberrennit~, Onchicavns, Nerichen y otrne tribus del Oriuoco eutendiuu el leuguujt~ achngua y pne· deu cooaiderar:!e como de etlta famili.i por tal circunst>\n­cia ¡ tal lengua fue sin d isputa la más ext\lufiichl de Ve­uezuciJ\ y (Jolomuin, pa:~ahau do contl'o mil indios los de o:1te illiomn que asistían á las mis iones de los jesuita~. llesd\l muy cerca de llu.riuas basta San Jnan de los !.la· nos y tlesdo allf hasta Popayáo, ·en mús de veinte pro­vincias, se llablaua ncllagnn, t•oblnl>au las sPIVlWf 4611 del Viohad" hasta las bu·:aa tM Guabiare,

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· S.U...\.S

en el rfo Orinoco llegaban sns pueblos hasta los ran. dale!\ en número de m{~!! de veinte, r¡ne arruinaron los indios Ooabibos, Uhíricoas y sobre todo los Va· ribes. A B('gomu los misioueroa que en la vnstn t'<xten· tensión de tierm en qno se hahlaba y comprenclia fll auba· gua hablan ))ffJtH.'Ücl8 diferPnci!IB tales como los que exie· ten en tma misma uación, en F:~<p!t11a, por Pjemp.lo, ~ntre gallegos y antlalur.e~. La lengna Rcbngua era la más sm1Te y elegante ue toclaa las cle 'l'ierra-Flrme.

Despoca del achagoa .fúilla leng'un ~>aliva la m{"' hn· blnda de Venezuela; caracteriza á e.,. te idioma sn pro­nunciación nasal sns palabras tton sonitloe mmir.ales clifíciles de imiro.r: por ejt>mplo ¡Ohóncgo, a11da cuiruacú ta~­demi'? esto es 'Amigo que comerfts mniian11 f-.Amigo, ma· flnna no comeré: Ta11di má, chontgo ohicuadicud--Los olóci)cs salivas poblnuan las niArgenes del Odnoco,

. 11rribn ele las bocas del Apurt>, y aufril!ron <lel mismo mo · ,)o muchas persecusionea de los Caribe~.

Muy extl'ndirta era la lengua cumanngot&, que bnbla­bau vnrias naciones do Coman á y Matnrío y también quizá Jos 1'11leuqnes ó Gonrnrfe11, Vore11, '11mnnza11, Chnín1ns t!tc. V énm;e fi'R!II!S do este idioma: Capiocak conya11111.'Y te-nun r11re1wa poy: .A pllrtonos de todo lo JliRio.-l::t>guu CAn.

lln en el iuiom~ cnmnuagoto faltnn lo~ FOoidos qne co­rresponden {\ las letras csp11iiolns b, d; /, l, r.

En ord('.n {\extensión, cle,.pués do h\ leugna cum.ann¡;co· ta, sigue la caribe, hablada l'U gra17 parte de Jns Autillli!l y en muebo~ puntos dt!l Oriuoco y mePnR ·eJe IJarer.lona. Ejemplo de frase~; en caribe: Solo nO!II)tros Mmoa jente, las otrns uncíoneR llon nUPstraR esclavas.-Ana cari11cf t·o­fe mmic611. papororo itótp nantó.

La lengua ¡;nah)ba · hablada por multitud de tribus de lns riberas tld Mera 110 porée los sCJuidos correspou(lieu­tes ú. las letras k, 11, n, :r, ;e. Las conMnnntes ml'ls fl"t'CUI'D· t.erueote usarlas son l11 eh l,a j, y la rr. Lá lengua goahl· ha es nu tnuto gntornl, tiene el ·sonido t&h ó zs·i que no puede. tratluel.rse por elle, ch·i <le que hemos ha bla1lo; en gouhibh el plural se forma ngregaudo al $ingular la vart.icula jt v. g . Dio~>,. Oueí, Di(•Bt s r:ueij-i. Ejemplo de frases eu este idioma: Hnce mnrho frfo; el ¡:ol es­ta braYo¡ tenemos mucha b:tmbre: A que na't'ita; icotfa (lrnitcmt ¡ 'l'i~h6 prrjml'patly.

La lengua bdoy ó cuilota1 que es la misma de los ya-

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ETNOL001A.

rnros <le loa atinentes del Meta y los mesoyes de la serra­nía, aún se· habla por algunos re.stos que vagan salvajes en el triángulo qno forma el río Apure con el Oniloto y el Sararo, ósea el pala Omfgnas de los croniatas.-El b~toy po~tée inilexionl'B · m odas ó abogadas en el fondo de la garganta, es de dificil pronunciación, no tiene el 80· nido de la p, en cambio la rr es mnr empleada. Del idio­ma betoy salen los dialectos: sitt~fa, airíco, ele, lucalia, arauca, jabue, q"ílifay, a.nabaly, Zolaca, y atabaca.-Ejem­plo de frases en l.letoy: ¡ Pol'qné me bnrtaia el maíz P ¡ I>ay raaquirrab~arru rotm) t (1) .

Atirman alg11nos ascrit.ores que los gaaiqnerfes, anti­guos habitantes de la i8la Margarita, hablaban el idio­ma gaarauno, cuya lengua se habla todavía por los in­dios de este nombre que pueblan las sel>as de Mat11rfn,

··v Jos caiios· del Oriuoco en su delta. La lengua gaarann& es un tanto gutural, posée inflexiones rltmieas, no tiene el sonido de la n y es poco :¡bnndante de voces.-Ejem­plo de frases en guara uno: ¿Como te llamas? l U a{ ca­~ane t-Me llamo tigre-Jfamat Tobe.

Otros idiomas bastante hablados en Venezuela eran el caiqaetio, el cuíca, jirabara, caracas ó teque y t>l güigliir que probablemente era el mismo idioma de los 1\Iotllones y de los Palenques de Oúcuta, Qairfquirts y .Zaparas del -lago d!l llorailnibo, tribus afines por atlll idéuticas costllm­bres. Estos idiomas se tlividfan. á su vez en clialectos,

.En Jos alrrededores del lago de Marncnibo se hablaban cnRtro lenguas rtif~rentcs, y en el interior en nu espacio de veinte leguas había siete idiomas distintos según Argüe­Hes y Párraga. alcaJ.Ies do Nueva Zamora, mandados á levantar una descripción ele! lago por Don Juan Pimen­"tel goberna•lor. de Venezuela (~) en 1679.

Dice Oo!lau1, que el tt-qae ó caracas además de ha­blarse en el valle de este nombre por los Taramaynaa,

. Cbagaragotos, MP.regotos, Mari ches y Arbacos~. del Tu y y Uuaire, se hablaba ademfls por los Taoarignas, Aragnas Y.

(J) El Doctor Pedro M. Al'<'nya en •o obra I ,o, A11oaiowa• un &TArA> P'AL<>ór< 111cgu"' quo los Indio• Uln~raro•, que son los mismo• Giros de lr. fSorn>niA, ó $MD loa outores del in•~ndio do l'cilr11m 1 pcrteoeoen 11 ~ (uollilil\ OiraJ,~ra de Bnrqul•inoeto; estA> 11&1lrtv1 no prol>!'ldo, e• controvGrüble. V{...., t i apéndi.-. nota quintll.

(ll) Al 1'1. con.ervndo en ti Archivo dt Indine,

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B.\. LAS

Hucarias de los valles de Aragua; en cuyos nombres geo· gráficos, afirma, se encuentra la radical gua propia del idioma. caribe; de todo lo cual infiere, que esos idiomas eran dialectos de este ültimo. (1) Todo esto puede cslifi· carse como meras conjeturas, pues habiendo desaparecido en esos puntos el lenguaje primitivo y no nistiendo ó no encontrándose las gramáticRB y vocabnlarios de los D1isioneros, es rony dificil comprobar cualquier hipótesis . . El de que se baile la radical gu4 en los nombres goográ· fi.cos y ue plantas, no es argumento para referir el idio· ma. de esas tribus n1 do loa caribes; ya hicimos notar que esa radical ea general en Am6rica, y que se encuen· tra eu naciones que uada tienen de caribe. De muchos idiomas de 'l'ierra-Firme solo queda el nombre, denomi· naciones geográficas, ó nombres de t>lantas y animales, cuyas voces uo dudamos estén corrompidas ó trocadas en el tranacurso del tiempo.

En ColQmbin lo mismo qne en Venezuela, eran nume· rosfsiroos los iJiomas que se hahlaban para la época tlel deacubrimiento; las lenguas más extendidas eran: el bonda, hablado por las valientes y civilizadas tribus que. poblaban o! litoral que baila el AtiAnti~, el pijao, que comprendra los dialectos C(\yaima y natagaiJna y algnuos otros de lbagué, quizá. uu estudio concienzudo pddría referir nlpijao el idioma que hablaban los Panches, Pan· chiguas, Oolimas, Mutos y ilemás naciones guerreras de igual porte y CQIItnmbres. HabiAbase intensamente al ~ur do Cundinamarc.a. el tunebo 6 chita, idioma afio del acha· gua. El chita se dividfa en dos dialectos, aua e11pecie 1le patull comprendido por multitud d~ tribus · y el t11ba1· ~uc, lengua culta y armoniosa que se bablaba en la Ee· rranía do los Andes. Etota. leo gua cLita es esdt·ójula tan-to verbos como ~~nstantivos. ·

.Era el Clltio, hablado por las tribus de este nombre, 11egún los historiadores, iuioma rico, pomposo .y muy ex· tendido, Jo mismo el guamoco ó yamecí qua se hablaba en el Zenú ; p000 se conoce de &~toA iuioma-s, no aaf del twabá ó dat·ién uel norte, ll<'nde exist~n tribus salvajea y semlcl vi !izad •~. lo1:1 :idiomas del Darién en Uolnm bia ti e, nen grandes afinidades uuoa con otros, parece qull ¡1ri·

(;) RuVJUl< or. u G.t:oonuLA o• Yu.nuELA por A. Codeui pág. 2t8.

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ETN'OLOO(A. 8S

mitivamente y no en muy remota época, el idioma era ignal para los indígenas do esa región y otras uaciones del istmo-de Pauamá.

El cbibcba, que se hablaba en Cundiosmarca, se divi· di a en tres dialectos principnlos: el bacatá, el bunza y el enamo:x; estos dinJectos diferlan mucho entre a! pero se uota el la1.o qne los liga t>D los radicales comunes y tn las terminaciones parecidos. En cl diAlecto bncatá no existfan loa sonidos correspondientes 6 l, ll, 11, v, en loa otros dialectos faltan igualmente aliZ'unos de et~os sonidos n~{ como el ele de la z. La acentuación agoda de 1~ sus­tantivos caraoteriztt Bl cbiboba: Bacata, Sipaquirá, Uba· té, Ramiriquí, Turm e,qué ~. en esto se parece t>ste idio· rua mucho ni cuica do Trnj!llo cuya acentuación es pa. recida: Bownó, Ohandá, Parajú, Ohegendé, Buyaqu;, Tu· taque y domás.

La radio.'ll gua de que hemos bnblado se encuentra en el clliboha, la mucu ó tngo ea poco frecuente, no asf las combinaciones::clla, clt61 chi, que son variantes de la. tsh ó z1i1 introducidas por corrupción y debidas 6 t:. tlfflcnltad que tuvieron los conquistadores para emitir el sonido de que carece el castellano. Siendo como se ba vlt~to, tan coruun en los llialectoa do · la lengua chama del Estado Mérida. la radical 11mcu ó mgo, que es rara. en el cbibcha, cuyo idioma carece además de las terml· naciones eu ú aguda que 9.bun<lan en est-as com.1.rcas <le Venezuela, cayos dialectos difcrfnn totalmente ele aqnel eu voces y quizá en construcción, no vemos sobre qne pueda sustentarse el aserto de ser las gentes indfgenas de los Audes venezolanos de noción cl!ibcba.

En resúmen: se puede considerar el chibcha como idio· mn pollre1 poco elegante y roduciclo 6 no extendido; su permanencia ó vitalidad al latlo · de algunos idi(Jmas cll! 'l'ierta- Firmo no se debió á. otra causa que á la proteo· clón que los indios chibcbas recibieron de la Audiencia, oreada en el centro mismo del idioma: hé aquf que estos indios Sllfrieron muchas menos vejncioues que los caí· qnetios de Doro., gobernados, salteados y vendidos por loa alemanes, y loa ·curuanagotos y guaquer!es á quiene¡c ollllgauan iuceuearittmente á bucear en l:msca. de verlas, las salallas ondas de Oubagaa y .Margarita.

No creemos tampooo, que t-1 cblbclJa fuese más halJia· do que el eatio ó tuucbo de 111 misma Oolombia y el Ca·

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87 SALAS

ribe y cumanagoto de Venf'.zoela; loa cronistas afirman que el chibcba se hablaba en la Sabana unlcamentEI, de tal manera que la expedición de Jimént>z (]e Quesada solo cnl\ndo traapuó la .eerranfa ue Opón, fue cuando en· contró diferencia con el idioma en qne venia comnnicún­doae con loa indios desde la coatQ1 y por las riberas del .Magdalena.

ldegún Piedrahitalns lenguas lndfgenne que se habla· l•an en Colombia eran mucbaa, pero cou1o algnuag tenian eiertas semt'janzas las agrupó naí : pantagora, '"" tagM ó tunebo, chitareTo, panche 6 pijao, laclte y mui1ca .

.No t¡neremoa terminar ~in conarguar una coatombre muy generalizada entre loa indlgenaa de América, loe

' •:ua.led se aervfnn (le la onomatopeya para deeignar ob­jetos y animales, atentos á lo11 sonidos queofan: PJlCS por · Jos redal>ioa pauteístas de• sus idolatrfos allr'llaban que loa ouimalea tenían nlma y lenguaje, Jo mismo loa fenó­menos de la naturaleza y aun simplemente l11s coaa11, ooaques, rlo11, lagunas etc. ~-n virtud de esta costum­bre cuando nu indio o fa cantar una ave 1~ dee!a: l Q~te me clicea f , laa denominaban en conaeenenein, por el rni· tlo que producían; loa uom brea ciéntaro, guadaraca, guai· ni&, pat!J¿ con tlrman esta aaercióu ; á loe perros de loe ea· paüole:J Jos llamaron en muchas parte~~ jáu imitando su ladrido. Esta costumbre, como 6e >é, puede condneir al error al qne no est.'lndo ea en toe de élla por algunotJsos­tantivoa onomatopeyicos encuentre identidad en dialec· tos totalmente diferentes. Muchas caneas de error á mlle de ésta puede encontrar el inve~tigatlor en la ardua ma· teria lenguas indfgenad, siendo las principales y las fttentee de todas el desaparecí -niento dt~ los idJomas precolombi. nos t~o oaai en totalidad y estar corrompidas las deno· minacionea geográ6cu y de animales y plantas, que ea á veces lo qno rebta de mochos dialectos. Otra cansa Íle confusión es para los idiomas que a (Jo existen, loa · ueo. Jogismos introducidos por coneecuenda de la comnuíca ­eión de diversas tribus entre al, ó por virtud del tras­-plante <le algtmai naclones1 por loa conqoietadorea, eo Jos primeros tiempos, ó la amalgama de gentes dif, rentee en ll\11 rerl ncoioues de los misioneros.

AgrégueRe á. todo la f¡¡lta de aonitlos llOrreapnndientes '!n la lengua del conquistador, los diferentes idiomas de t1otoe y de los colonizadores alemanea en y elluuela(1S ia-

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ETNOLOGÍA 88

glasea, holandeses y franceses en Gunyana, el descuido de los copistas, intérpretes, é bistoriad_orea de la conquis· ta, de qae es buen ejemplo el cronista mayor de las lo,, dias Gonzalo F~rnáodez de Oviedo y Valdéa, el cual escribe de manera diferente los mismos nombres; (lJ al­ga.oos eapafioles ante aquellas voces bárbaras pronun­ciaban como mejor podían y hé nqaf qae· se formaba inmediatamente un. neologismo que perduraba por como­didad. ?tiucbas palabras introtluclan Jos espailoles de otras lenguas, como sncedió con la voz cacique, con que se denominaba un monarca iod(gena de la Espailola y por extensión todos lo3. régulos de los aborfgeoas america­no~, anoqne también los pijaos de Oolo!Dbia salndaban con la voz caique de donde del m.iamo modo puede pro· venir la palabra.

(1) Oviedo y v.tdü, HtaT&ntA '"' LAA h<OIAI lib. XVH eip. XXUI u­ori l>e Urripara<o{li, Urrlpara<PJ:i v Orriparavi.

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